Tema: “Convenio de La Haya sobre Acuerdos de Elección del Foro” Integrantes: Mariel Franco, David Giret, Alicia Gauto, Miguel Maldonado. Conclusiones y recomendaciones A las preguntas ¿Contribuirá el Convenio a mejorar el orden jurídico vigente en el Paraguay? y ¿Ayudarán las Declaraciones a cumplir el objetivo del Convenio, el cual es facilitar las relaciones comerciales entre los particulares y permitirles decidir los Acuerdos con mayor libertad?, debemos tener en cuenta lo siguiente: La entrada en vigor de este instrumento significaría un paso adelante en la construcción de un orden jurídico internacional unificado, se encamina al establecimiento de un espacio jurídico internacional común en el ámbito procesal. El Convenio ofrece un instrumento adecuado para facilitar y dar seguridad al tráfico comercial internacional con una nueva y mejor técnica legislativa, los anteriores convenios elaborados por la Conferencia de La Haya en esta materia contenían falencias que no respondían a las diferentes realidades jurisdiccionales existentes, como lo hace el actual. Además, el presente convenio nos hace albergar esperanzas en la consecución de este espacio, pero esto depende, principalmente, del número de Estados firmantes al Convenio. La ratificación del Convenio por el Paraguay, hecho que refrendaría nuestro buen hacer en el ámbito de la Conferencia de la Haya, tiene como argumento a favor que, en virtud al mismo, se logrará mejorar la seguridad jurídica del país, respaldando una acción encaminada a lograr mayores compromisos. En efecto, sería absurdo que la ley paraguaya obstaculice la elección del tribunal competente, pues dicha elección no afecta al orden público ni a las costumbres de nuestro país. En efecto, el Convenio está pensado para “facilitar” las relaciones entre las personas que ejercen alguna actividad económica y darles mayor seguridad y autonomía. Un documento como el mencionado, representa un consenso que marca las pautas a seguir en las reglas y principios que rigen el comercio internacional, la República del Paraguay puede encontrar en la adopción de este instrumento un medio idóneo para generar un clima de previsibilidad, estabilidad y seguridad para la inversión internacional. De esta manera, consideramos que el marco de la Convención de la Haya sobre Elección de Foro brindará a nuestro país un instrumento que favorecerá la posibilidad de inversiones y creará un clima adecuado para promover la generación de riquezas a través del comercio y las inversiones. Luego de lo expuesto podemos inducir que el Convenio si ayudará a mejorar el orden jurídico interno, y que justifica las gestiones necesarias que deberán realizarse para conseguir tanto la ratificación como la adecuación jurídica de las normas vigentes. De igual modo, es conveniente para el Paraguay declarar en los artículos 19, 20, 21 y 22, de modo a poder preservar futuros inconvenientes, y conforme va evolucionando la aplicación del Convenio en el país ir realizando las mejoras con auspicio de los Tribunales. De la declaración contenida en el artículo 26 ya hemos hablado. Recomendación Una vez ratificado el Convenio, será necesario realizar una modificación del ordenamiento jurídico, pues según lo dispuesto por el derecho positivo vigente existen artículos en varias leyes que colisionan con lo establecido en el Convenio, a saber: Ley 1337. Código Procesal Civil Libro I – Titulo I – Capitulo I – Sección I Art.3°.- Carácter de la competencia. La competencia atribuida a los jueces y tribunales es improrrogable. Exceptúase la competencia territorial, que podrá ser prorrogada por conformidad de partes, pero no a favor de jueces extranjeros, salvo lo establecido en leyes especiales. Ley 879. Código de Organización Judicial Libro I – Título II – Capítulo I Art.6°.- La jurisdicción es improrrogable, salvo la territorial, que podrá prorrogarse por conformidad de partes en los juicios civiles y comerciales, y tampoco podrá ser delegada. Los Jueces y Tribunales conocerán y decidirán por sí mismos los juicios de su competencia, pero podrán comisionar cuando fuere necesario, a otros Jueces para diligencias determinadas. Art.11.- La competencia en lo civil, comercial, laboral y contencioso administrativo se determina por el territorio, la materia, el valor o cuantía de los asuntos, el domicilio o la residencia, el grado, el turno y la conexidad. Como se puede apreciar, la prórroga de la competencia a favor de jueces extranjeros por acuerdo de las partes tiene una prohibición en el Código Procesal Civil, a menos que se establezca una ley especial. El mismo artículo dispone la mejor alternativa para el Convenio. No solo sería conveniente una “modificación de la ley vigente” sino en cambio sería mucho más favorable sancionar una Ley especial para regular lo dispuesto por el Convenio. La ley podrá permitir la libre elección del foro donde será resuelto el litigio, siempre que sea en un Estado que también ratificaron el convenio, dispondrá que la elección del foro se realice de igual forma a la establecida por el Código de Organización Judicial para foros nacionales, y establecerá que todos los tribunales paraguayos son competentes para entender los litigios en materia civil y comercial que sean planteados por extranjeros de Estados parte. Conclusiones Por lo expuesto brevemente podemos afirmar que el Convenio de la Haya sobre Elección de Foro constituye un gran avance en el establecimiento de un espacio jurídico internacional común en el ámbito procesal. Su elaboración tiene como fin ofrecer un instrumento adecuado para el tráfico comercial internacional con una mejor técnica legislativa que los anteriores convenios en esta materia, respondiendo a las diferentes realidades jurisdiccionales existentes. Hemos citado los aspectos positivos de contar con un instrumento internacional de este tipo en nuestro ordenamiento jurídico, sin embarga su eficacia se ve disminuida ante la posibilidad de que los Estados puedan adherirse a concretas declaraciones para acomodar la aplicación del citado texto a los intereses internos. Si bien garantiza la adhesión de los Estados más reticentes al Convenio, supone a su vez restarle eficacia unificadora. Especialmente cuando tales declaraciones inciden directamente sobre el ámbito de aplicación del Convenio. Si bien el Convenio no ha entrado en vigencia y por ende no ha visto la luz, es importante destacar que varios puntos de consenso que han sido alcanzados, esperamos que en breve otros Estados valoren su contenido al ratificar el presente instrumento, que permita lograr mayores compromisos en la materia. Esperamos que Paraguay considere la posibilidad de adoptar este documento, este hecho determinaría la entrada en vigor de la convención y ofrecería un nuevo panorama para las inversiones y el comercio internacional en el país, la adopción del mismo concedería una imagen progresista de acorde con las tendencias mundiales actuales en la materia y otorgaría la seguridad y previsibilidad para los actores del comercio internacional. Tema: Convenio de La Haya sobre “Notificación o Traslado en el Extranjero de Documentos Judiciales y Extrajudiciales en Materia Civil o Comercial” Integrantes: Martín Paiva, Sandra Florentín, César Ayala, Alfredo Florenciañez Conclusiones y recomendaciones Mediante este trabajo de investigación nos propusimos realizar un primer análisis comparado del Convenio de la Haya sobre Notificación o Traslado en el Extranjero de Documentos Judiciales o Extrajudiciales en Materia Civil o Comercial (1965), a fin de comprender su funcionamiento, las ventajas y desventajas que presenta, así como la necesidad de adhesión al mismo por parte de nuestro país. En general, la República del Paraguay se ha mantenido fiel a su inmutable tradición de guiarse por su legislación interna a lo largo de su vida política y jurídica. Prueba de ello es no haber ratificado una gran cantidad de Convenios del Sistema Universal que ofrece la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado. Sin embargo, una vez ya instalado el debate en el ámbito universal, nuestro país ha ratificado una gran variedad de instrumentos internacionales de índole regionalista. Esto en principio, generaría una duplicación innecesaria de esfuerzos, creando una eventual confusión de leyes aplicables. No obstante, resulta necesario analizar si ambos sistemas podrían coexistir y complementarse de acuerdo a la materia a ser tratada. Este trabajo pretendió sentar las bases para una futura propuesta concreta de adhesión al Convenio analizado, con el fin de brindar al Paraguay las herramientas necesarias para enfrentar los nuevos desafíos de nuestro tiempo, y está dirigido tanto a los diplomáticos paraguayos como a las autoridades nacionales involucradas en la labor de mejorar el funcionamiento del Estado, eliminando la engorrosa burocracia que tanto perjudica a los intereses particulares y generales de la nación. Luego de haber analizado el Convenio de la Haya sobre Notificaciones de 1965, recomendamos a las autoridades nacionales: • • • La adopción íntegra del instrumento; su firma y adhesión. Sugerimos que la Autoridad Central sea la misma que opera con respecto a la Convención Interamericana sobre Exhortos o Cartas Rogatorias (Panamá,1975CIDIP1) con su Protocolo Adicional (Montevideo, 1979) y el Protocolo de Las Leñas (1992). Nos referimos a la Dirección de Asuntos Internacionales e Integridad Institucional dependiente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Las cuestiones relativas a la traducción de los documentos a notificarse serán objeto de reglamentación. Coincidimos con el análisis de la Comisión Especial (según Manual) respecto de la traducción de documentos a ser trasladados por la vía principal. En ese sentido la Autoridad Central podrá requerir la traducción del documento al idioma oficial del Estado requerido siempre que lo considere necesario. Nos referimos a aquellas situaciones en las que el destinatario no comprende el idioma en el que se • • encuentra redactado el documento a ser trasladado o a otras situaciones que ameriten dicha traducción. La Autoridad Central del Estado requerido evaluará cada caso según las circunstancias. Será necesaria una clasificación de los documentos según su importancia y la necesidad de rapidez de su diligenciamiento. En este sentido, recomendamos la utilización de la vía principal como vía preferencial. Tanto los Formularios modelo como el Certificado de cumplimiento de la notificación (anexos al Convenio) serán de uso obligatorio. Para finalizar: El Sistema Regional Interamericano y el Sistema Universal de La Haya contemplan situaciones distintas. Uno habla de materia jurisdiccional mientras que el otro habla solo de notificaciones de documentos judiciales y/o extrajudiciales en materia civil o comercial. Si nuestro país se adhiere al Convenio de La Haya sobre Notificaciones de 1965, se facilitaría en gran medida la solución de eventuales conflictos entre particulares así como permitiría reducir el tiempo empleado para realizar este tipo de trámites administrativos. Además consideramos que no será necesaria la denuncia de los demás instrumentos del ámbito regional, ya que estos se complementan entre sí. El caso argentino revela la posibilidad de coexistencia de ambos sistemas. Dependerá del tipo de cooperación y de región para aplicar uno u otro instrumento. Lo más importante al establecer la jurisdicción en el área de cooperación jurídica internacional es determinar la materia. Una vez definida esta, se derivará al sistema que más convenga y dependerá de la aquiescencia del otro Estado parte. Tema:Convención Interamericana sobre derecho aplicable a los contratos internacionales (Convención de México) Integrantes: Analía Borba, Natalia Moreno, Jazmín Ayala, Juan Manuel Peña. Conclusiones y recomendaciones La Convención de México constituye todo un avance en materia de contratación internacional, al consagrar expresamente que las partes tienen la libertad de elegir el derecho aplicable a sus contratos, y va más allá permitiendo que ese derecho incluso sea no estatal, es decir, derecho transnacional, “softlaw”, “lexmercatoria”, etc. En esto radica su trascendencia, la que no ha sido suficientemente reconocida y consagrada por los Estados latinoamericanos al no ser ratificada más que por dos (México y Venezuela). Es de capital importancia que Paraguay adopte los principios consagrados en la Convención de México, ya que la seguridad jurídica generada se traduciría en beneficios insoslayables para la contratación en general. Una vez convencidos de la conveniencia y necesidad de que la legislación paraguaya reconozca en forma indubitable el principio de la autonomía de la voluntad para la contratación internacional, debemos emplear las herramientas para la internalización de las disposiciones contenidas en la Convención. Plantearemos varias hipótesis con las ventajas y/o desventajas que pudieran tener cada una de ellas: 1) La primera sería ratificar la Convención: consideramos que se le daría más peso a la Convención, con la consiguiente publicidad y notoriedad que ello conllevaría, y por ende instar a más países a que se adhieran o adopten sus principios. Además, el hecho de ratificarla reforzaría la tesis que proclama la admisión plena del principio de autonomía conflictual en nuestro país. Sin embargo, el punto flojo de esta alternativa es que tendría una aplicación restringida ya que, como bien lo expresa Beatriz Pisano “(..) la convención reviste el carácter de “cerrada” pues su observancia se dirige sólo a los Estados Ratificantes, razón por la cual su ámbito de aplicación en la práctica es evidentemente reducido”. 2) Otra opción sería la ratificación de la Convención con la adición de un artículo en la ley de ratificación que amplíe el universo de aplicación de la misma, y no solo para los puntos de conexión que se pueda tener en México y Venezuela. Dicho artículo podría establecer: “Las disposiciones de esta Convención se aplicarán en Paraguay como regla general en materia de contratación internacional”. Esta opción es inviable; ya que, según lo manifestado por autoridades de la Comisión de Relaciones Exteriores y Asuntos Internacionales del Senado, es regla que en las leyes que ratifican los instrumentos internacionales se siga el formato de solo ratificar dicho instrumento, sin otra disposición adicional. 3) La otra solución sería sancionar una Ley Especial sobre Contratación Internacional, con la adopción de las mismas disposiciones de la Convención: de esta manera se estaría cumpliendo con el fin que persigue este tipo de instrumentos internacionales, cual es la armonización de la legislación en materia de contratos internacional, y con la consiguiente ventaja de que su aplicación sería de efecto general, ya que al ser normativa nacional el universo de aplicación de amplía. 4) La última alternativa es sancionar una Ley de Derecho Internacional Privado: esta opción sería la ideal, ya que una Ley sobre Derecho Internacional Privado sería más integral, en razón de que no solo trataría sobre contratos, sino sobre todas las demás ramas de este derecho, tales como derecho de familia, derechos reales, hechos y actos jurídicos, sucesiones, etc, armonizando así las soluciones jurídicas internas con las contenidas en instrumentos internacionales sobre la materia. Habiendo citado las alternativas y sus implicancias, consideramos que la primera opción (ratificar la Convención) sería la más plausible, ya que sería lo más práctico a corto plazo. Sin embargo, la que rendiría más frutos en cuanto a utilidad sería la sanción de la ley especial de contratos internacionales, es decir, copiando las disposiciones de la Convención, aunque siendo conscientes de que esto requeriría de un trabajo más minucioso y a largo plazo. En ese sentido, la propuesta sería la redacción de un proyecto de ley a cargo de expertos en el tema, para posteriormente presentar a las autoridades parlamentarias, con el correspondiente apoyo y seguimiento de grupos de interés, así como por autoridades judiciales, cátedras de las universidades, y por representantes de Cancillería. Conscientes de que la escasa adhesión a la Convención se debe a la falta de difusión y de información sobre su real alcance y utilidad, es menester abocarnos a esa tarea. Difundir y dar a conocer la relevancia de este instrumento internacional, tanto a los grupos de interés como a las autoridades, es el primer paso. Tarea en la que deben estar involucradas la mayor cantidad de instituciones posibles, tanto profesionales, públicas, académicas, como grupos de interés, etc., entre las cuales podemos citar institutos, la Dirección de Asuntos Internacionales de la Corte Suprema de Justicia, las cátedras de Derecho Internacional Privado de las Universidades, la Cancillería Nacional a través de la Academia Diplomática, por citar algunas. Tema: “Arbitraje comercial internacional en el Mercosur – Conflicto de convenciones” Integrantes: SylkeNarvaez, Fabián Ybarra y María Emilia Ayala Conclusiones y recomendaciones Problema planteado El instrumento más antiguo e importante que rige el procedimiento de ejecución de laudos arbitrales internacionales es la Convención de Nueva York de 1958, originada en el seno de la CNUDMI (Comisión de las Naciones Unidas para el derecho mercantil internacional), pues es el que más ratificaciones ha obtenido a nivel mundial. Los propulsores de esta convención buscaron incentivar el uso del arbitraje internacional como mecanismo de solución de controversias, asegurando a las partes la ejecución de los laudos arbitrales internacionales a través de un mecanismo sencillo y expeditivo. De forma posterior a la Convención de Nueva York surgen otros instrumentos en materia de arbitraje internacional que, en ciertos casos y en varios aspectos, reafirman algunos postulados de ella, basándose en su texto, sin causar mayores agravios ni trastornos. Sin embargo, lamentablemente también contienen disposiciones que causan una flagrante contradicción en cuestiones de gran relevancia, tales como la reintroducción de la figura del doble exequátur. Así, actualmente existen varias normas internacionales que rigen la materia: - En el ámbito universal, la Convención de Nueva York de 1958. - En el ámbito regional americano, la Convención Interamericana sobre arbitraje comercial internacional de Panamá y la Convención Interamericana sobre eficacia extraterritorial de las sentencias y laudos arbitrales extranjeros de Montevideo - En el ámbito subregional del Mercosur, el Protocolo de cooperación y asistencia jurisdiccional en materia civil, comercial, laboral y administrativa del Mercosur (Protocolo de Las Leñas) y el Acuerdo sobre arbitraje comercial internacional del Mercosur (Acuerdo de Buenos Aires). Todos estos instrumentos internacionales han sido ratificados por los cuatro miembros plenos del Mercosur, dando como resultado una “inflación normativa”, es decir, un exceso de normas, donde no existe seguridad de cuál es la norma que debe aplicarse. A más de ello, como se ha dicho, los instrumentos posteriores a la convención de Nueva York, dejan de lado muchas de sus disposiciones que facilitaban la ejecución del laudo. En consecuencia, este trabajo investigativo abordó como problemática central la dificultad existente para obtener un efectivo reconocimiento y aplicación de los laudos arbitrales debido a la superposición de normas señalada. Por ello, se trató de responder a la siguiente pregunta: ¿Cómo superar el actual conflicto de convenciones en materia de ejecución de laudos arbitrales internacionales y asegurar que las disposiciones de la Convención de Nueva York de 1958 se apliquen dentro del Mercosur? Conclusión y solución planteada A través del trabajo de investigación se demostró que el instrumento universal vigente – la Convención de Nueva York de 1958 – cuenta con facilidades que favorecen a la elección del arbitraje internacional como vía de solución de conflictos. En el campo jurídico-técnico se han apreciado los motivos por los cuales es la mejor opción al ofrecer, a través de sus disposiciones, un campo de aplicación reducido, un procedimiento sencillo y “amistoso”, menor rigurosidad documental y menos causas que podrían llevar a la denegación del reconocimiento y ejecución de los laudos arbitrales internacionales. Asimismo, se ha corroborado que el continente americano, a pesar de la larga tradición de aportes a la construcción de las bases jurídicas del derecho internacional privado, no se ha mantenido en sintonía con las tendencias actuales del arbitraje internacional. La proliferación de instrumentos y ulteriores ratificaciones de los mismos no han sido un aporte positivo, sino todo lo contrario. Los esfuerzos para establecer un mecanismo sencillo, ágil, seguro y predecible han encontraron una piedra en el continente americano y en el cono sur. En apartados específicos se realizó un ejercicio de derecho comparado - entre la Convención de Nueva York, la Convención de Panamá, la Convención de Montevideo, el Protocolo de Las Leñas y el Acuerdo de Buenos Aires - con el fin de dejar en evidencia lo que Arantes Neto calificó de “baja calidad normativa” al referirse a los instrumentos del Mercosur, y Andrés Cerisola de “ejemplo de oportunidades perdidas” al referirse a las convenciones interamericanas. A la luz de los criterios de solución en caso de conflictos normativos utilizados por la doctrina, se ha tratado de ofrecer alternativas, sin embargo, no pudo hallarse soluciones de fondo que ofrezcan garantías y seguridad al momento de ejecutar y reconocer los laudos arbitrales internacionales. En el procedimiento de denuncia de tratados, sin embargo, vimos que existe una posible solución. Si el Paraguay denunciase los tratados del sistema interamericano, la ejecución de laudos arbitrales provenientes de países miembros de dicho sistema se regiría por la Convención de Nueva York, sin dar lugar a ningún tipo de dudas. En el ámbito del Mercosur, vimos que el procedimiento de denuncia no es conveniente con respecto al Protocolo de las Leñas. Pero también remarcamos que el Protocolo de las Leñas cuenta con una enmienda de su artículo 35, cuya entrada en vigencia ya solo necesita la ratificación por parte del Uruguay. Dicha enmienda permitiría aplicar el principio de la máxima eficacia a la ejecución de laudos arbitrales en el Mercosur, lo que tiene como consecuencia la aplicación de las disposiciones de la Convención de Nueva York, que son en general mucho más favorables a la ejecución del laudo. Con respecto al Acuerdo de Buenos Aires, vimos que existe la posibilidad de denunciarlo siguiendo el procedimiento previsto en el artículo 56 de la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados. Por tanto y a modo de síntesis, la solución que proponemos es la siguiente: - Denunciar las Convenciones de Panamá, Montevideo y el Acuerdo de Buenos Aires. Promover, en el seno del Mercosur, la ratificación por parte del Uruguay de la modificación del artículo 35 del Protocolo de las Leñas, para que se adopte el principio de máxima eficacia, que permite la aplicación de la Convención de Nueva York. Finalmente y a modo de reflexión final, debemos agregar que sería poco serio proponer soluciones de este tipo sin tener en cuenta la realidad política actual del Paraguay en el Mercosur. La suspensión sufrida a raíz de la destitución del ex Presidente de la República, Fernando Lugo Méndez, ha dejado al país desvinculado de los órganos de decisión del bloque. Esta suspensión ofrece al país una gran oportunidad. Esto podría interpretarse como una reflexión fuera de lugar, pero no lo es. La suspensión debe ser aprovechada para llevar adelante un análisis serio, profundo, responsable, con metas a corto, mediano y largo plazo, y con la participación de todos los sectores afectados, en el marco de un debate nacional, que permita al Paraguay identificar qué Mercosur conviene a sus intereses nacionales. En ese sentido, vemos en este “receso” una nueva oportunidad para el país, que debe necesariamente recuperar su espacio de Estado Parte, de fundador de este bloque de integración. Impulsar la ratificación de la Enmienda al Protocolo de Las Leñas y denunciar los tratados mencionados con el objetivo de facilitar el arbitraje comercial, son propuestas que podrían ser consideradas como elementos que llevaría el Paraguay al seno del Mercosur en un nuevo capítulo de relacionamiento con los países vecinos basado en los principios de la integración, y en este caso particular, de la construcción de un marco normativo que ofrezca las garantías y la seguridad jurídica necesarias que colaboren con el crecimiento del derecho internacional privado. Tema: Reformas de la Ley de Arbitraje Nº 1879/2002 en base a las modificaciones de la Ley Modelo UNCITRAL 2006 Integrantes: Verónica Bogarín, Víctor Preda, Karina Fuentes García, Fernando Ginzo Conclusiones y Recomendaciones 1. Separación de las instituciones contenidas en la Ley 1879/02 en dos leyes independientes, Arbitraje por un lado, Mediación por el otro. 2. Adopción de las nuevas disposiciones modelo sobre arbitraje comercial internacional dictadas por la CNUDMI (2006). Reformas en 5 aspectos: a) Aplicación de las disposiciones de la ley: las disposiciones de la Ley Modelo se aplicarán solamente si el lugar del arbitraje se encuentra en el territorio de ese Estado, salvo lo previsto en ciertos artículos de la misma Ley. Estos últimos están referidos al acuerdo arbitral, a las reclamaciones sustantivas y a las medidas cautelares dictadas por el tribunal arbitral o por el foro judicial, al reconocimiento y ejecución de estas últimas, así como a los motivos para denegarlas. b) Origen internacional y principios generales: en la interpretación de la ley deberá tenerse en cuenta su origen internacional, así como la necesidad de promover la uniformidad de su aplicación. Todo lo anterior, dentro de un marco de buena fe. Las cuestiones relacionadas con el arbitraje comercial internacional que no estuvieran expresamente resueltas en la ley, se dirimirán de acuerdo con los principios generales en que esta última se funda. c) Definición y forma del acuerdo de arbitraje: por “acuerdo de arbitraje” debe entenderse por un acuerdo escrito por el que las partes deben someter a arbitraje cualesquiera controversias que hayan surgido o puedan surgir entre ellas respecto de una determinada relación jurídica, contractual o no contractual. El acuerdo podrá adoptar la forma de una cláusula compromisoria (incluida en el contrato) o las formas de un acuerdo independiente. Se considerará que el acuerdo consta por escrito si queda constancia de sus términos en cualquier forma. En el caso de que el acuerdo o el contrato se hubieran concertado en forma verbal se estimará que dicho acuerdo o contrato fueron confirmados mediante la ejecución posterior de ciertos actos o por cualquier otro medio. Aquí se incluye que el requisito se cumple con una comunicación electrónica: mensajes de datos, correo electrónico, telegramas, telex o telefax. d) Medidas cautelares y órdenes preliminares e) Reconocimiento y ejecución de laudos pronunciados en el país 3. Fortalecer la idea de posición estratégica de Paraguay como centro internacional de arbitraje, con una legislación a la vanguardia a nivel regional. 4. Ampliar el concepto de orden público internacional 5. Cláusula que permita a las partes, y mediante consentimiento expreso, eliminar la posibilidad de recurrir la sentencia (laudo) de los árbitros. Tema:Textos sobre Garantías Reales preparados por la CNUDMI, el UNIDROIT y la Conferencia de La Haya Integrantes: Diana Prantte, Hernán Muñoz. Conclusiones y recomendaciones El ámbito al cual atañen estos textos, el económico-comercial, el cual es uno de los pilares esenciales del desarrollo, pero como es sabido, no puede haber desarrollo sin seguridad jurídica, sin garantías fiables y aceptadas por la mayor parte de la Comunidad Internacional. Consideramos que esta oportunidad que se nos presenta como país es una de las más oportunas, en estos tiempos en los que el derecho no ha primado en esferas regionales, en donde lo político es la base de varias de las decisiones que han adoptado países de la región. Si nuestro país se adecua a los requerimientos jurídicos internacionales, al uniformar nuestras normativas jurídicas con los textos universalistas, se lograría un aumento del poder negociador del Paraguay, así como una mayor credibilidad y seguridad jurídica a nivel internacional; lo cual conllevaría una mayor atracción de inversiones extranjeras, un aumento del comercio internacional y una mayor confianza entre las partes contratantes. Hemos llegado a la conclusión de que las acciones a ser realizadas deben ser atinadas; llevadas a cabo ordenadamente, teniendo una estrategia y visión a largo plazo. De igual manera, nos hemos percatado de que los responsables de formular políticas de Estado en nuestro país tienen una exigua o nula información sobre el contenido, objeto y objetivos que persigue el documento de garantías reales sobre bienes muebles;sobre la manera en que estos instrumentos elaborados, por las tres organizaciones en esta materia, se articulan entre sí, cómo, en conjunto, servirían mejor a los objetivos de política del país y si la aplicación de un instrumento excluiría la aplicación de otro. Este son los principales inconvenientes a los que se enfrenta el Paraguay. Se hacen evidentes los beneficios en que redundaría la adopción del texto sobre garantías sobre bienes muebles.Esta falta de utilización y pleno aprovechamiento de las facilidades que propician a diario las labores de los mayores exponentes del Derecho Internacional Privado. Por lo mencionado, consideramos que es preciso que nuestro país cuente con un equipo técnico que asesore a los detentores del poder político para así garantizar el logro deuna moderna codificación en el Paraguay y que así, el país logre armonizar el derecho comercial. La postura que asumimos y proponemos es una participación más activa, por parte del Paraguay, en los esfuerzos de unificación del derecho mercantil a nivel mundial. El Estado debe trabajar en conjunto con expertos que no precisamente forman parte de instituciones públicas, coordinar acciones, solicitar recomendaciones, ocuparse en actualizar el marco jurídico que da lugar a muchos inconvenientes, conflictos, retrasos innecesarios. Para un país en vías de desarrollo, el único camino posible hacia un elevado nivel de bienestar es el de la adecuación a modernos requerimientos judiciales que nos garanticen una mayor credibilidad, que nos facilite el aumento progresivo del comercio internacional. Tema:Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones Integrantes: Aníbal Zarza, Fernando López, Cinthia Romero, Javier Espínola. Conclusiones y recomendaciones En un mundo globalizado, de interdependencia entre países y bloques económicos regionales, se ha construido toda una ideología del libre comercio –OMC, APRIS, CIADI– alrededor de la cual se mueven el comercio mundial y los flujos de inversiones Paraguay está inserto en esta arquitectura, que coloca en contraposición por un lado, el interés de las corporaciones, y por el otro, la soberanía de los Estados y el interés social general. Esto, tarde o temprano tiene implicancias políticas y económicas, razón por la cual se impone evaluar la conveniencia de continuar en este sistema. Hay quienes afirman que estos Acuerdos no atraen inversiones extranjeras (un ejemplo claro es el Brasil, que no está en el CIADI sin embargo es el mayor receptor de inversiones extranjeras de la región). En contrasentido, es importante tener presente que países grandes como el citado tienen una realidad distinta a la nuestra, considerando el apetecible mercado que 200 millones de consumidores representa. Tal como se haya conformado el CIADI actualmente, el mismo no concilia o arbitra disputas directamente, sino que proporciona el marco institucional y procedimental de las “comisiones de conciliación independientes” y los “tribunales arbitrales ad hoc” constituidos en cada caso particular para resolver cada diferencia. La conciliación y arbitraje bajo el Convenio del CIADI se basa en un tratado que establece un sistema autónomo e independiente de la institución, desarrollo y conclusión de dicho procedimiento. Sin embargo, el Secretario General está investido con el poder limitado a "investigar" las solicitudes de iniciar la conciliación y el arbitraje del CIADI, y de denegar el registro, si sobre la base de la información proporcionada en la solicitud, el Secretario General determine, que las disputas se hallan manifiestamente fuera de la jurisdicción del Centro. En los últimos años ha aumentado considerablemente el número de casos de arbitraje en contra de países en desarrollo, en los que se ha impugnado una amplia gama de reglamentaciones gubernamentales públicas, y de manera rutinaria, se han solicitado multimillonarias indemnizaciones por daños y perjuicios. Por tanto, la creación de un nuevo centro regional de arbitraje no parece ser la solución más conveniente para el Paraguay, dada la situación de extrema divergencia política latente entre los países de América Latina, marcada por profundos rasgos ideológicos, que no garantiza en lo absoluto la efectiva aplicación del Derecho Internacional y el respeto a los Estados. Por ello, el Paraguay debería apostar al mejoramiento de este sistema multilateral para la solución de controversias. Estas afirmaciones, encuentran sustento al analizar la cuestión desde tres perspectivas distintas: 1) el efectivo cumplimiento por parte de los Estados de las garantías convenidas en los acuerdos bilaterales, regionales o de libre comercio; 2) el real cumplimiento por parte de las empresas inversoras de las obligaciones contractuales; y, 3) si la estructura del CIADI tal como se encuentra ahora es la más adecuada para resolver las diferencias en materia de inversiones. Finalmente, separando el velo de lo político y de lo ideológico que afecta a la región, las posibles soluciones que hemos encontrado al funcionamiento del CIADI, deberían darse por medio de una reforma que contemple los siguientes aspectos: 1- Su separación del Banco Mundial significaría eliminar su vinculación con el Fondo Monetario Internacional, constituyéndose en un Tribunal Permanente o en varios Tribunales Permanentes, con procedimientos claros que eliminen lagunas tales como las relativas a la jurisdicción; 2- La designación de árbitros nacionales, contemplando la incorporación de juristas ilustres e imparciales, propuestos por los Estados demandados, quienes deberán declarar expresa y formalmente no tener un conflicto de intereses en el caso para el cual hayan sido designados. El sistema debería además establecer causales de recusación, particularmente cuando haya conflictos de intereses; 3- Introducción de un código de conducta para los árbitros; 4- Considerar de manera sistemática en las decisiones la jurisprudencia y los precedentes legales, así como la acumulación de procesos conexos, de modo que existan fallos consistentes, no contradictorios; 5- Instituir la publicación de los laudos, a fin de que todas las partes en el proceso y del Convenio tengan acceso a éstos de manera equitativa. Se podría considerar la publicación de algunas piezas procesales importantes y la apertura de las audiencias al público por consentimiento mutuo de las Partes; 6- Contar con una instancia adicional que pueda efectuar una revisión en derecho acerca de la correcta aplicación e interpretación legal de los hechos sobre los cuales se ha emitido el laudo arbitral. Con el recurso de apelación se conseguiría que los árbitros sean minuciosos al aplicar correctamente la ley, pues conocerían que sus decisiones van a ser revisadas posteriormente y no les convendría caer en el desprestigio por una decisión no apegada a derecho. Además, podría plantearse que esta revisión sea conducida por “magistrados” permanentes que no ejerzan como abogados a fin de garantizar la independencia e imparcialidad de su trabajo; 7- Un nuevo mecanismo debe considerar qué políticas públicas de interés general no deben ser materia de arbitraje, tales como salud, recaudación fiscal y medio ambiente principalmente, por lo que es importante definir en un mecanismo multilateral qué es materia arbitral; 8- Disponer la bilateralidad en cuanto a la capacidad procesal activa para demandar ante el CIADI, responsabilizando de los daños y perjuicios producidos a las empresas inversoras que no cumplen sus obligaciones contractuales, ya que esto perjudica al crecimiento y desarrollo de un Estado que se haya sujeto a la paralización o inactividad económica indebida; 9- Como última opción, se vislumbra la creación de un Centro Regional de Arbitraje, sin embargo, estamos convencidos de que se debe evitar duplicar esfuerzos y actualmente la región se encuentra inmersa en cuestiones ideológicas que podrían atentar contra el orden jurídicamente establecido.