QUE REFORMA LOS ARTÍCULOS 43 Y 48 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, A CARGO DEL SENADOR LUIS MALDONADO VENEGAS, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DE CONVERGENCIA El suscrito, Luis Maldonado Venegas, senador de la LXI Legislatura, coordinador del Grupo Parlamentario de Convergencia, con fundamento en lo dispuesto en los artículos 71 fracción II de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; y, 55 fracción II del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, somete a la consideración de esta soberanía, la siguiente iniciativa con proyecto de decreto que reforma los artículos 43 y 48 de la Constitución General de la República, con el propósito de adicionar a las partes integrantes de la federación el territorio insular y crear la figura jurídica de gobernador insular, al tenor de la siguiente Exposición de Motivos El constituyente de l9l7 estableció en el artículo 48 de nuestra Carta Magna que “Las islas, los cayos y arrecifes de los mares adyacentes que pertenezcan al territorio nacional, la plataforma continental, los zócalos submarinos de las islas, de los cayos y arrecifes, los mares territoriales, las aguas marítimas interiores y el espacio situado sobre el territorio nacional, dependerán directamente del gobierno de la federación, con excepción de aquellas islas que hasta la fecha hayan ejercido jurisdicción los estados”. Por su parte el artículo 27 de nuestro código fundamental otorga a la nación el dominio originario de su territorio – tierras y aguas–, y el dominio directo sobre todos los recursos naturales de la plataforma continental, los zócalos submarinos de las islas y el subsuelo. Lo anterior es confirmado por el artículo 42 de la propia Constitución, al enumerar como partes integrantes del territorio nacional “las islas, incluyendo los arrecifes y los cayos de los mares adyacentes”, “las islas de Guadalupe y Revillagigedo situadas en el océano Pacífico”, “la plataforma continental y los zócalos submarinos de las islas, cayos y arrecifes”, “el mar territorial y las aguas marítimas interiores “, así como el espacio aéreo. Asimismo, el párrafo octavo del artículo 27 constitucional dispone que “La nación ejerce en una zona económica exclusiva situada fuera del mar territorial (188 millas náuticas) y adyacente a éste, los derechos de soberanía y las jurisdicciones que determinen las leyes del Congreso.” Vale también señalar en esta justificación, que a partir de la reforma constitucional generada mediante iniciativa enviada por el Ejecutivo federal a la Cámara de Senadores, el seis de noviembre de l975, para adicionar el párrafo octavo del artículo 27 constitucional, México casi duplicó su extensión, al agregarse con la zona económica exclusiva 3,832, 488 kilómetros cuadrados, distribuidos 2, 859,115 en las costas del Pacífico y 978,737 en el Golfo de México y el Caribe, frente a los 1, 972,547 kilómetros cuadrados que conforman el macizo continental. Y es digno de tomar en consideración que las islas mexicanas fueron los linderos para hacer posible este gran incremento de nuestro territorio nacional, privilegiado por ser un país oceánico con más de diez mil kilómetros de costas marinas internas y externas. Dentro de este entorno se han creado condiciones para valorar la importancia que actualmente tienen las posesiones insulares mexicanas. Su superficie territorial está calculada en 5,364 kilómetros cuadrados, un territorio similar al del estado de Colima, con un gran potencial económico y que representa un futuro de incalculable valor si se tiene en cuenta el crecimiento demográfico de México y los recursos alimentarios de su flora y fauna, creación de empleos y explotación de los recursos minerales y energéticos. Expertos de la Universidad de San Diego han calculado que México cuenta con 1, 644 islas dentro de su territorio marítimo, cifra que será confirmada este año cuando se concluya un catálogo que actualmente preparan varias instituciones federales y académicas coordinadas por la Secretaría de Gobernación, cuyo adelanto fue presentado en el Encuentro Nacional para la Conservación y el Desarrollo Sustentable de las Islas de México celebrado en Ensenada, Baja California, en el año de 2009. Sin embargo, no debemos soslayar la falta de interés que la federación ha mostrado frente a la situación de abandono que guardan las islas mexicanas. Baste señalar que el inventario insular realizado en l899 y adicionado en l905, por Don Antonio García Cubas, no ha sido superado por ninguno de los menguados esfuerzos que con ese fin se han efectuado hasta la fecha. Asimismo no ha existido la preocupación por detallar el régimen jurídico, administrativo y fiscal aplicable a la multitud de islas que poseemos en los mares adyacentes, que darían respuesta a múltiples cuestiones e interrogantes que surgen, como son, entre otras el régimen de la propiedad privada insular pasando por la protección frente al cambio climático, construcción de islas artificiales, los procesos de investigación científica y tecnológica marina, impactos jurídicos en relación con los extranjeros, etcétera. A esto habría que agregar un programa nacional para el estudio, el desarrollo y el aprovechamiento de nuestras islas .El futuro de México está en sus islas y mares y en una población con conciencia madura que los sepa cuidar, administrar y proteger. Los diecisiete estados litorales que cuentan con islas requieren también del apoyo federal, porque si bien es cierto que el constituyente de 1917, dejó para algunos la administración de los territorios isleños, también es cierto que salvo excepciones, ninguno ha mostrado disposición en impulsarlas como fuentes productivas para el turismo, el comercio, la industria o algunas otras actividades provechosas para la población y para las propias entidades ribereñas. Es necesario señalar que los antiguos territorios federales que eran los hoy estados de Quintana Roo y Baja California Sur, serían motivo de un análisis político y jurídico serio, para regular su situación frente a lo determinado por los principios constitucionales que rigen en el tiempo y el espacio. Por todo lo anterior es necesario cambiar la política de apatía y omisión que ha prevalecido frente a la situación que guardan los territorios insulares, creando un poder gubernamental que sea responsable del presente y futuro de las islas mexicanas, y no supeditarlo a las funciones que otorga la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal a la Secretaría de Gobernación, de “Administrar las islas de jurisdicción federal, salvo aquellas cuya administración corresponda, por disposición de la ley, a otra dependencia o entidad de la administración pública federal”. En la actualidad es necesario crear el gobierno insular, administrándolo como en su momento se hizo con los territorios de Baja California, Baja California Sur y Quintana Roo, designando un gobernador a propuesta del Ejecutivo federal y dotado del apoyo económico y político suficiente para hacer de los territorios insulares una entidad que se incorpore a las políticas de desarrollo nacional, ya que sin atención a las islas mexicanas, no puede haber un desarrollo integral como país. Por las razones expuestas en la presente iniciativa es que se somete a la consideración del pleno el siguiente proyecto de Decreto Artículo Único. Se reforma el artículo 43 y se adiciona un párrafo al artículo 48, ambos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para quedar en los siguientes términos: Artículo 43. Las partes integrantes de la federación son los estados de Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán, Zacatecas, el Distrito Federal y el territorio insular. Artículo 48. Las islas, los cayos y arrecifes de los mares adyacentes que pertenezcan al territorio nacional, la plataforma continental, los zócalos submarinos de las islas, de los cayos y arrecifes, los mares territoriales, las aguas marítimas interiores y el espacio situado sobre el territorio nacional, dependerán directamente del gobierno de la federación, con excepción de aquellas islas sobre las que hasta la fecha hayan ejercido jurisdicción los estados. El Ejecutivo federal propondrá un gobernador insular, que atenderá las necesidades, el aprovechamiento y la organización de las islas bajo jurisdicción federal, a través de una terna que someterá al Senado de la República, el cual por mayoría calificada elegirá de entre los propuestos. Transitorio Único. El presente decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. Salón de sesiones de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, a 12 de enero de 2011. Senador Luis Maldonado Venegas (rúbrica)