La Ventana Jurídica el TEDH determinó que el comportamiento de manejar bajo los efectos de cierto grado de intoxicación alcohólica era un elemento comprendido tanto en la infracción penal como en la Administrativa, resultando ser el interés protegido por ambas la seguridad vial. En consecuencia, resultaba aplicable una sola figura típica por encontrarse una comprendida en la otra. De forma similar, en la STC 2/2003, se estipuló que la infracción regulada en la Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos y Seguridad Vial que prohíbe la conducción bajo efecto de bebidas alcohólicas superando las tasas reglamentarias establecidas, compartían un mismo «elemento nuclear común» con el art. 379 del Código Penal469. En este caso, el Tribunal Constitucional español estipuló: «…de la mera comparación de ambas normas derivan que son esencialmente diferentes. Sin embargo, el hecho que exista una ausencia de identidad no supone que no existe inobservancia del ne bis in idem. Ambas infracciones, administrativa y penal, comparten un elemento nuclear común –conducir un vehículo de motor habiendo ingerido alcohol, superando las tasas reglamentarias determinadas– de modo que al imponerse ambas sanciones de forma cumulativa, dicho elemento resulta doblemente sancionado, sin que dicha reiteración sancionadora pueda justificarse sobre la base de un diferente fundamento punitivo, dado que el bien o interés jurídicamente protegido por ambas normas es el mismo –la seguridad del tráfico como valor intermedio referencial; la vida e integridad física de todos, como bienes jurídicos referidos–. Se trata de un caso en el que el delito absorbe el total contenido de ilicitud de la infracción administrativa, pues el delito añade a dicho elemento común el riesgo para los bienes jurídicos vida e integridad física, inherente a la conducción realidad por una persona con sus facultades psíquico-físicas disminuidas, debido a la efectiva influencia del alcohol ingerido». Obviamente, esto supone una obligación a la autoridad sancionadora –sea jurisdiccional o administrativa– a efectuar un análisis sumamente cuidadoso de las normas que concurren en la decisión del caso; a fin de averiguar si se tratan de conductas típicas iguales o idénticas únicamente en apariencia, lo que eliminaría de entrada cualquier alegación de inobservancia del ne bis in idem470. 469. Dispone el art. 379 CP: «[e]l que condujere un vehículo a motor o un ciclomotor bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas o de bebidas alcohólicas, será castigado con la pena de arresto de ocho a doce fines de semana o multa de tres a ocho meses y, en cualquier caso, privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores, respectivamente, por tiempo superior a uno y hasta cuatro años». 470. En otra palabras y retomando lo expuesto por NIETO: «dado que la prohibición del bis in idem no está dirigida al legislador sino al operador jurídico, tendrá éste que analizar con cuidado los tipos concurrentes para determinar si son idénticos –en cuyo caso apreciará concurso de leyes– o concéntricos, también llamados consuntivos, es decir, cuando todos los elementos del primero están incluidos en el segundo, pero éste añade o específica algunos más». Derecho administrativo sancionador, citado, 510-511. 201