Generos confusos. Larefiguracion del

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Generos confusos. La refiguracion
del pensamiento social *
Ciertas verdades sobre las ciencias sociales parecen hoy en dfa autoevidentes. Una de ellas es que en anos recientes ha habido una enorme mezcla de
generos en la ciencia social, asf como en la vida intelectual en general, y que
tal confusion de clases continua todavfa. Otra es que muchos cientfficos sociales se han apart ado de un ideal de explicacion de leyes-y-ejemplos hacia otro
ideal de casos-e-interpretaciones, buscando menos la clase de cosas que vincula planetas y pendulos y mas la clase de cosas que conecta crisantemos y
espadas. Otra verdad es que las analogfas que se trazan desde las humanidades estan comenzando a jugal' el mismo tipo de papel en la comprension sociologica que las analogfas trazadas desde las industrias y la tecnologfa han
jugado, desde hace tiempo, en la comprension de los fenomenos ffsicos. No solo pienso que estas cosas son ciertas, sino que pienso que son verdad en su
conjunto, simultaneamente; y el giro cultural que hace que esto sea asf es el
tema de este ensayo: la refiguracion del pensamiento social.
Esta confusion de generos es mas que el hecho de que Harry Houdini 0
Richard Nixon se vuelvan de pronto personajes de novela, 0 que las juergas
mortfferas del medio oeste se describan como si las hubiera imaginado un novelista gotico. Se trata de que las investigaciones filosoficas parecen crfticas literarias (piensese en Stanley Cavell escribiendo sobre Becket 0 Thoreau, en
Sartre escribiendo sobre Flaubert), las discusiones cientfficas se asemejan a
fragmentos de bellas letras (Lewis Thomas, Loren Eiseley), fantasfas barrocas
se presentan como observaciones empfricas inexpresivas (Borges, Barthelme),
aparecen historias que consisten en ecuaciones y tablas 0 en testimonios jurfdicos (Fogel y Engerman, LeRoi Ladurie), <:locumentosque parecen confesiones verdaderas (Mailer), parabolas que pasan pOl'ser etnograffas (Castaneda),
tratados teoricos expuestos como recuerdos de viaje (Levi-Strauss), argumentos
ideologicos presentados como investigaciones historiograficas (Edward Said),
MfIlllldiofll
MpiflliMflIOl6Minolll
OOllfllll'lIldOIll
noUlo Il'IllnllofllpoUlleol (pIlIII I".,yrmlbrmd), JloMrnioll1!l
U1nl.orloI6gi<ltll
1l1'I'ogilldlllll
OOrtlol!Iifllt'I"lIl tt1tlmOl'inM
pcmmtlnIe" (JnrtlC8 Willson). Elfuego palido de NllOOkov,l'11!11'
objl'110hnpo"iblc hccho
de poeSfll y ficci6n, nolllS al pie de pagina e imagerWHdo IIIdfnicll, se llscmcjn
a los tiempos que corren; 10 unico que faha es teorfa cuanticll en verso 0 bi~graffa expresada en algebra.
Por supuesto, en cierta medida este tipo de cosa se hizo siempre': Lucrecio, Mandeville y Erasmus Darwin expusieron tooas sus teonas en rima. Pero
la actual IIl<:<:lcol,anzaclevariedadesd~ di~cllfSO se ha incrementado hasta un.
punto en 'que res~ta diflciCyasea
rotUlar a'r~s autores (lque es Foucault?
lUn historiador, un fil6sofo, un teorizador polItico? lQue es Thomas Kuhn? lUn
historiador, un fil6sofo, un soci610go del conocimiento?) 0 clasificar las obras
(lque es Despues de Babel de George Steiner? llingillstica, critica, historia cultural? ly que es On Being Blue de William Gass? lUn tratado, una charla, una
apologetica?). Esto es mucho mas que una cuesti6n de deportes raros y curiosidades ocasionales, 0 que el hecho admitido de que 10 innovador es, por definici6n, diffcil de categorizar. Es un fen6meno 10 suficientemente general y
distintivo como para sugerir que 10que estamos viendo no es simplemente otro
trazado del mapa cultural -el movimiento de unas poeas fronteras en disputa,
el dibujo de algunos pintorescos lagos de montaiia- sino una alteraci6n de los
principiobs mislmooos
del mapeado.
0 Ie e~.!A,~ll?~g.ieIlc!()aJm()<!().~!!
..~~.E~~~()ss.o .rl").ern 0 eI1.IDlepeIls~m()
No necesitamos aceptar hermeti s visiones de la ecriture como un mont6n de signos significando signos, 0 abandonarnos tan por completo al placer
del texto que su significado desaparezca en nuestras respuestas, para advertir
que a nuestro mooo de ver 10 que escribimos y 10 que leemos Ie ha Uegado el
.momento de un ajuste distintivamente democratico. Las propiedades que conectan los textos entre sl, que de alguna manera los ponen ontol6gicamente al
mismo nivel, estan pareciendo tan importantes para caracterizarlos como aqueUas propiedades que los dividen. Y mas que enfrentados a una matriz de clases culturales, de tipos fijos divididos pOI' diferencias cualitativas tajantes,
mas y mas nos vemos n080tros mismos rodeados pOI'un campo enorme y casi
continuo de obras diversamente pensadas y variadamente construidas; 'obras
que s610 podemos ordenar practica y relacionalmente, segun nos impulsen
nuestros prop6sitos. No se trata de que no tengamos mas convenciones de interpretaci6n; tenemos mas que nunca, construidas -y a menudo mal construidaspara acomooar una situaci6n que al mismo tiempo es fluida, plural,
descentrada y fundamental mente ingobernable.
'
En 10que alas ciencias sociales cone ierne, tooo esto significa que su tan
lamentada falta de caracter ya no las pone aparte de las demas. Incluso ahora
es mas diflcil de 10que siempre ha sido considerarlas como ciencias naturales
subdesarrolladas, que esperan solamente tiempo y ayuda de ambitos mas
avanzados para endurecerse; 0 como usurpadoras ignorantes y pretensiosas de
la misi6n de las humanidades, que prometen certidumbres aUf donde no puede haber ninguna; 0 como algo que comprende una empresa claramente dis-
tinlivn, IIlln IMI'('I'\I'n
ollllUl'n "1111'1'1 InflldOI!ltlllhllr/ll!lolln6ni<!1I1\l
do Snow, Pero todo
""to Oil pnnt bic'lll:Uhl'l'udoflldn Imltll' qun llognr a €leI' taxon6micamenle honorahloll, IIUClflllo
quo Illadill UlalO10 (lll, los individuos que se piensan a sf mismos
cOmo eiemtffi()()ssocinlcls (0 conducluales, 0 humanos, 0 culturales) son libres
nhol'll do elm n su trabajo In fOrnIa que deseen en terminos de sus necesiclades,
mas que en terminos de ideas herecladas sobre la forma en que eso debe 0 no
dobe ser hecho. Lo que Clyde Kluckhohn dijo alguna vez sobre la antropologla
--que es una licencia para la caza intelectual furtiva- no s610parece mas
verdad ahora que cuando ello clijo, sino que parece verdad con respecto a un
mont6n de cosas sparte de la antropologfa. Nacidas omniformes, las ciencias
sociales prosperan a meclicla que la condici6n que ho descrito se torna general.
De esta manera, los cientfficos sociales se han dado cuenta de que no
necesitan imitar a los cientfficos 0 a los humanistas de gabinete, ni inventar
un nuevo ambito del ser que oficie como el objeto de sus investigaciones. En
vez de eso, pueden proceder segUnsu vocaci6n, tratando de descubrir un orden en la vida colectiva, y decidir de que manera 10 que ell os estuvieron haciendo se conecta con otras empresas relacionadas, si es que se las arreglan
para conseguir alguna que ya este hecha. Y muchos de ellos han asumido una
actitud esencialmente hermeneutic a, 0 si esta palabra asusta, evocando imagenes de zelotes blblicos, embaucadores literarios y profesores teut6nicos, "interpretativa". Dada la nueva dispersion del genero, muchos han adoptado otras
estrategias: estructuralismo, neopositivismo, neomarxismo, micro-micro descriptivismo, macro-macro construcci6n de sistemas, y esa curiosa combinaci6n
de sentido y sinsentido comUn que es la sociobiologla. Pero la tendencia hacia
una concepci6n de la vida social como algo que esta organizado en terminos de
sfmbolos (signos, representaciones, signifiants, Darstellungen ... la terrninologia es variada), cuyo significado (sentido, valor, signification, Bedeutung) debemos captar si es que queremos comprender esa organizaci6n y formular sus
principios, ha crecido hasta alcanzar proporciones formidables. Los bosques
estan Uenos de interpretes ansiosos.
La explicaci6n interpretativa -yes
una forma de explicaci6n, y no s610
glosograffa exaltadaencarrila su atenci6n sobre 10que las instituciones, las
acciones, las imagenes, las expresiones, los sucesos, las costurnbres y tooos
los objetos habituales de interes cientlfico-social, significan para aquellos cuyas instituciones, acciones, costurnbres, etcetera, son. Como resultado, la explicaci6n interpretativa se expresa no en leyes como la de Boyle, 0 en fuerzas
como la de Volta, 0 en mecanismos como el de Darwin, sino en construcciones
como his de Burkhardt, Weber 0 Freud: aperturas sistematicas del mundo conceptual en que los condottiere, los calvinistas 0 los paranoides viven.
EI estilo de estas construcciones es variado: Burckhardt retrata, Weber
mooela, Freud diagnostica. Pero tooas ell as representan intentos para formular
la fOrnIa en que este pueblo 0 aquel, este periooo 0 aquel, esta persona 0 aquella tienen sentido para SI mismos, y, comprendiendo eso, que podemos com~
prendernosotros sobre el orden social, el cambio hist6rico 0 el funcionamiento
psfquico en general. La indagaci6n se dirige bacia casos 0 conjuntos de casos
y hnoin 101 l'nlSOI plu·l.ioulnl·el que 101 1I1I8ulnriMui 11t'1" •••JUI )lMJl6litOI Ion
de LilliIllI'gonlollnoo oomo 101 dC'lIn rnootlnioll (l In flr.Jolol(tJlI di.Uugu{r 101 U11ttoriEll",.de lEIoxpericmoia humnnn.
Junto con tales objetivos y tales mam~ras do IIImmzlII'lolll,
vicm.enilsimil'lmo algunas novedades de ret6rica analftica, en los lrop0l!ly en In imagincrfll de
Ia explicaci6n. Como la teorfa --cientffica 010 que fuere-- se mueve principalmente por analogi'a, por una comprehensi6n "como si" de 10menos inteligible por 10 mas inteligible (Ia tierra vista "como si" fuera un magneto, el
coraz6n como una bomba, la luz como una onda, el cerebro como una computadora, el espacio como un globo), cuando el curso de la teona cambia, las convenciones con las que ella se expresa vanan tambien. En las etapas iniciales
de las ciencias naturales, antes de que las analoglas lIegaran a ser tan pesadamente intrllmurales -yen aquellas ciencias (Ia cibemetica, la neurologfa) en
que todavfa no 10 son- ha sido el mundo de las artes y oficios, y posteriormente el de la industria I'llque proporcion6 el mayor numero de las realidades
bien comprendidas (bien comprendidas Porque, certum quod factum --como
decfa Vico-- el hombre las haMa hecho) con las que las mal comprendidas
(mal comprendidas porque no Ias habfa hecho el hombre) podfan ser llevadas
al cfrculo de 10conocido. La ciencia dere mas a la maqWna de vapor de 10que
la maquina de vapor debe a la denaia; sin.eI arte del tintorero no habda habido qulnUca; In metalurgia hn Iilidoteonznda porIa minerfa. En Ia ciencins sociales, 0 pol' 10 menos en nquellas que han nbandonado una concepci6n
reduccionililtn de su objeto, Ins analogfas provienen ahora mas de los artefactos
de In performance cultural que de Ios de la manipulaoi6n flsica: provienen del
teatro, In pintura, In gramatiea, Ia liternturn, Ia ley, el juego. Lo que In palnnea
hizo pol' In frsica, Ins movidas de ajedrez prometen hacer porIa sociologfa.
Las promesas no siempre se mantienen, pOl'supuesto, y ouando 10 hacen
a menuclo sucede que se tornan amenazas. Pero el moldeado de las oienoias
sociales en lerminos mas familiares a los jugadores y a los estetas que a los
fontaneros y a los ingenieros; esta claramente encaminado. Este recurso alas
humanidades en husca de analogfas explicatorias 'es al mismo tiempo evidencia de la desestabilizaci6n de los generos y del surgimiento del "giro interpretativo"; y su resultaclo mas visible es un estilo modificado de discurso en 10s
estudios sociales. Los instrumentos de razonamiento estan cambianclo, y cada
vez se representa menos a 11'1
sociedad como una maquina elaborada 0 como un
cuasi organismo, que como un juego serio, un drama callejero 0 un texto conductista.
Toda esta confusion acerca de las propiedades de 11'1
composicion, 11'1
indagacion y 11'1
explicaci6n representa, por supuesto, una alteracion radical de 11'1
'imaginacion sociologica que la impulsa hacia direcciones que son a 11'1
vez dificiles y poco familiares, Y I'lligual que tantos otros cambios de moda, es tan
prohnhln fJuo In oorlcluzoan fI In olcuridad y ala ilu"i6n como que 10hagan a la
procilli6n y ala vordad. Para que el resultado no ~ea ~hach~ra elaborada 0 delirio de Elilovuelo se debers desarrollar una conClenCla cr11lOa.Y dado que tenemos que pedir ~reslado alas humanidades mucho mas de .Ia imaginena, del
metodo, de la teorfa y del estilo de 10que fuera el caso.antel'lormente, t~do ~s.o
debera provenir mas de los humanistas y de sus apologlstas que de los Clenh.flcos naturales y 10 suyos. Y para decir 10menos, es un heeho que los humamstas, despues de alIOSde considerar a los cientlficos sociales como tecn610gos 0
como entrometidos, estan mal equipados para esta finalidad.
Los cientlficos sociales, que acahan de liberarse -y solo parcialmente-- de los suenos de 11'1
flsica social, las leyes envolventes, 11'1
ciencia unificada, el operacionalismo y todo eso, diflcilmente 10 esten mejor. Para elIos, la
confusi6n general de las identidades vocacionales no podIa haber llegado ~n
un momento mas oportuno. Si los cientlficos sociales eshln pOI'desar~olIar SIStemas de amllisis en los cuales eoneepciones tales como la de segmr una regIa, construir representaciones, expresar una actitud 0 formar una i,ntenci6n
van a jugar un 1'01central. (mas que ~oncepciones tale~ ~omo 11'1
de .~lslar una
causa, determinar una vanable, medll' una fuerza 0 defmll' una funclOn), neeesitaran toda la ayuda que puednn obtener de esa gente que se encuentra mas
c6moda entre tales nociones de 10 que se encuentran ellos. No es hermanclad
interdisciplinaria 10 que se neoesita, ni es tampoco un eclecticismo memos petulante: es el reconocimiento, pol' ambas partes, de que las Uneas que agrupan
a los estudiosos en areas intelectuales 0, 10que es 10mismo, que los clasifican
en comunidades diferentes, en los dfas que corren poseen angulos enormemente excentricos.
EI punto en el cual las reflexiones de los humanistas sobre ~as practicas
de los cienlfficos sociEtIes parecen mas urgentes, es el que conClerne al despliegue, en el analisis social, de model os trazados a partir de dominios humanistas: ese "oauteloso razonamiento segUn anaIogi'as", como 10 llamaha Locke,
que "a menuclo nos conduce al descubrimiento de vel'dades y producciones
utiles que de otro modo hubieran permaneoido ocultas". (Lock~ esta~a. hablando de frotar dos varas entre Sl para provocar fuego y de la teona calonca de 11'1
fricci6n at6miea aunque la sociedad comercial y el contrato societario tambien Ie habrlan ~ervido como imagenes.) Mantener el razonamiento cauteloso,
y por ende util, y por ende verdadero, es, por asi decido, el nombre del)uego:
La analogia del juego es tanto cada vez mas popular en 11'1
teona SOCIal
contemporanea como cada vez mas necesitada de examen crltico. EI imp~lso
para observar una u otra clase de conducta social como una y otra clase de Juego proviene de cierto numero de fuentes (no excluyendose, quiza, la prominencia de los espectiiculos deportivos en la sociedad de masas). Pero la mas
importante de estas fuentes es la concepci6n de Wittgenstein de las formas de
vida como juegos dellenguaje, allado de la concepci6n ludica de 11'1
cultura de
Huizinga y de las nuevas estrategias de La teona de Losjuegos y La conducta
economica de 'von Neumann y Morgenstern. De Wittgenstein proviene la nocion de la accion intencional como algo "que sigue una regIa"; de Huizinga la
CJoncopd6n dol juogo como III fortrlll pnmdigm61,iCfldo In vidll colclel.ivlI;11M von
Neumann y Morgenslel'llla conccpci6n de In conducla social como unn mllniow
hrn reefproca en pos de beneficios distrihutivos. Tomadas en su conjunto, estas
concepciones conducen a un excitado y excitante estilo de interpretacion en
ciencias sociales que comhina un fuerte sentido de ordenamiento formal de las
cosas con un senti do igualmente fuerte de la radical arhitrariedad de ese orden: inevitahilidad de las movidas de ajeclrez, que poclrfan asimismo haberse
desarrolIado de otra manera.
Los escritos de Erving Coffman --quizas el mas celehrado sociologo norteamericano del momento, y pol' cierto el mas ingenioso-- pOI'ejemplo, descansan casi enteramente sohre la analogfa del juego. (Co£fman tamhien
emplea extensivamente ellenguaje de la escena, pero como su vision del teatro es la de un juego extranamente amanerado -ping pong en masdlrassu
trahajo, hasicamente, no es verdaderamente clramaturgico.) Gofffman aplica la
imaginerfa del juego a casi tooo 10 que cae en sus manos, 10 cual -puesto que
el no es demasiado respetuoso de los derechos de propiedades hastante. EI
ir y venir de las mentiras, las metamentiras, las verdades increfhles, las amenazas, las torturas, los sohornos y el correo clandestino que comprende el
mundo del espionaje aparece construido como un juego de expresion; un carnaval de decepciones casi como la vida en general, porque --como 10 expresa
en una frase que poclrfa haber sido de Conrad 0 de Le Carre- "Ios agentes son
un poco como nosotros, y todos nosotros somos un poco como agentes". La etiqueta, la diplomacia, el crimen, las finanzas, la puhlicidad, la ley, la seduccion y la solemnidad hurJona de 10 cotidiano, son entrevistos como juegos de
informacion, estructuras laberfnticas de jugadores, juegos, movidas, posiciones, senales, estados de informacion, apuestas y ganancias, en las cuales solo
los mejores jugadores, aquelIos ansiosos y capaces de fingirlo tooo, prosperan.
En la ohra de Goffman, 10 que sucede en un hospital psiquiatrico 0 en
cualquier hospital 0 prision, 0 incluso en una escuela de internados, es un
"juego ritual de tener un self", en el que el staff posee la mayor parte de las figuras de la haraja y tooos los triunfos. Un tete-a-tete, la deliheracion de un jurado, "una tarea realizada en conjunto pol' personas ffsicamente proximas",
una danza de pareja, hacer el amor 0 boxear, en una palahra todos los encuentros cara a cara, son juegos en los cuales "como todos los psicoticos y los comicos deherfan sahel', cualquier movimiento adecuadamente impropio puede
atravesar la tenue pelfcula de la realidad inmediata". EI conflicto social, la
desviacion, la actividad empresarial, los roles sexuales, los ritos religiosos, el
ranking del status y la simple necesiclad de aceptacion humana reciben el mismo
tratamiento, La vida no es mas que un tazon de estrategias.
Mejor aUn, como Damon Runyon dijo alguna vez, es un tres a dos en contra, Pues la imagen de la socieclad que surge de la ohra de Coffman y de la del
enjamhre de estudiosos que de una manera u otra 10 siguen 0 dependen de el,
es una corriente continua de gamhitos, tramas, artificios, enganos, disfraces,
conspiraciones y franc as imposturas en la que los individuos y las coaliciones
de individuos se esfuerzan -a veces inteligentemente, otras con cierta comi-
oldnd-
pur ,llIlI:l\r.IUflfo\OIil
tmifo\Ulf11lc!01
cuytl OIlI.I'IIl1II11'tl
0. Illtlrn pnm cmyo nh,IMII.
vo nll 10 Cla.Lit do Goffnulfl
una vi.i6n do III, OOIUlIiI
l'II(!ic1flhnl'lflICl
nOI'orm1f11)·
ca, un cOI\ocimicmlo nmnrgo y golido, uno quo 111100
muy millII plll'Clj'l(lOll Inl
trnclicionales piedadcs humanislas, Pero no pOl' 01'10 01'1 rtIcmCJI'I
podt'l1'O"'t1,
nl
tampoco, con su etica nada quejumhrosa de t6malo-como-vieno. Clf"l 1.1I11
i111111mana como puede parecer.
Como qui era que sea, no toelas las concepciones de la vida I'loeilll 1!01l10
un juego son tan horrendas, y algunas son positivamente trnvicsus, L(~qlle, 1'0'
necta a toelas elIas es la idea de que los seres humanos estan menol'l \II1PIIII!IIl~
dos pOl' fuerzas que sometidos a reglas, que las reglas son tales que flllj.\it1I'MII
estrategias, que las estrategias son tales que inspiran aceiones, y que 111M
''''~
ciones son tales como para ser gratificantes, pour le sport. Como lOBjIlOj.\OM
Nl
el senti do literal de la palahra (el heisbol, 0 el pOker, 0 el parchle) cmllll poquenos universos de significado en los cuales algunas cosas pueden huc(ll'l'It1y
otras no (no se puede hacer enroque en el domino), 10 mismo que sucodrJ t111
los juegos analogicos del culto, del gohiel'llo 0 del cortejo sexual (uno no pll(1(1('\
amotinarse en un hanco). Contemplar la sociedad como un conjunto de jll(l~1l1iI
significa verla como una enorme pluralidad de convenciones acepladas y tin
conocimientos apropiaclos. "Me pregunto -se supone que dijo el prfncipe Mollt'l!'w
nich cuando un ayuclante Ie susurro al ofdo en un haile real que el zarde locklPlItUI
Rusias habfa muerto--, me pregunto cuaI puede haber sido su motivo."
La analogfa del juego no es una visicn de las cosas que pueda llegar a E1~I'tIclar a los humanistas, quienes piensan que la gente no oheclece reglas y no inhigu
en husca de ventajas, sino que act-ua lihremente y realiza sus mas helIas capaciclades. Pero que esa analogfa parece explicar muchas cosas sohre muchos aspoctos de Ia vicla moderna, y de diversas maneras parece tamhien atrapar su tono, 01
diffcil de negar. ("Si'tu no puedes soportar el maquiavelismo", decfa una recienlt'l
historieta del New Yorker, "vete fuera de esta intriga".) De este modo, si la analogia ha de ser recusacla, no debena ser pol' puro desprecio, pol' rehusarse a mirnr u
traves del telescopio 0 pol' reafirmaciones apasionadas de verdacles sacrosanltlll,
citando las escrituras para refutal' el sol. Es necesario descender a los detalles del
asunto, exami:nar los estudios y critical' las interpretaciones, ya sean la de Goffman sohre el crimen como un juego de apuestas, las de Harold Garfinkel sobro 01
camhio sexual como juego de identidacl, las de Gregory Bateson sohre la esquizofrenia como confusion de reglas, 0 las mfas propias sohre los complicaclos suce801
en un hazar de Medio Oriente como una contienda de informacion. A medicla quo
la teorfasocial se vuelve de las metmoras propulsivas (ellenguaje de los pistonoa)
hacia las metaforas ludicas (ellenguaje de los pasatiempos), las humaniclades 80
eonectan a sus argumentos no a la manera de escepticos mirones sino, al igual
que la Fuente de su imaginerfa, como complices imputahles.
0.
La analogfa dramatic a para la vida social ha estado en uso de una manow
ra circunstancial durante mucho tiempo (todo el mundo es un escenario y no-
1011'01
no 1l0mOlmil. que ejoculnnl,oB(~ueIe oontononn, olc). Y lOll l6rrnillo, del
osconario, y mas que nada 01de "1'01', han sido malerias primas del clil'lClJrlIO
sociol6gico desde pOl'10 menos la decada del 1930. Lo que es relativamcnto
nuevo (nuevo, aunque no sin precedentes) es un par de cosas. Primero, todo el
peso de la analogla se eslli aplicando intensiva y sistematicamente, en lugar de
desplegarse gradualmente, unas pocas alusiones alIi, unos pocos tropos alIa. Y
en segundo lugar, cada vez se 10aplica menos de modo peyorativo ("mero espectaculo", mascaras y mojiganga) y mas de una manera constructiva, genuinamente dramaturgica: hacer, y no fingir (making, not faking), como 10 ha
dicho el antropOlogoVictor Turner.
Los dos desarrollos estan ligados, por supuesto. Un punto de vista construccionista de 10que es el teatro (esto es, poiesis) implica que una perspectiva dramatica en las ciencias sociales necesita haeer algo mas que sefialar que
todos tenemos nuestras entradas y salidas, que todos ejecutamos partes, perdemos el pie y amamos la ostentaci6n. Puede que el mundo sea un Barnum and
Bailey 0 puede que no, nosotros podemos ser 0 no sombras ambulantes; pero
tomar la analogia del drama seriamente involucra sondear, por detras de tales
irollias familiares, los mecanismos expresivos que hacen que la vida colectiva
parezca 10 que parece. EI problema con las analoglas -y .esta es tambien su
gloria- es que ellas coneetan 10 que eomparan en ambas direcciones. Habiendo jugueteado con el lenguaje del teatro, algunos eientifieos soeiales se
encuentran ellos mismos enredados en Ios espirales de su estetica.
Tal aproveehamiento exhaustivo de la analogia del drama en Ia teoria social --como una analogfa, no como una metafora incidentaI- se ha originado
en fuentes de las humanidades no eonmensurables en su totalidad. Por un lado esta la asf Hamada teona ritual del drama, asociada con figuras diversas tales como Jane Harrison, Francis Ferguson, T. S. Eliot y Antonin Artaud. Por el
otro esta la aeci6n simb6lica (el "dramatismo", como el 10 llama) del te6rico
literario y fil6sofo nortcamcricano Kenneth Burke, cuya inOueneia en los Estado~ Unidos es ala vez enorme y (dado que casi nadie utiliza aetualmente su
harroco vocahulario, con sus redueeiones, proporciones, etc.) elusiva. EI problema es que estas estrategias empujan en direcciones mas hien opuestas: la
teona ritual hacia Ias afinidades del teatro y la religi6n (el drama como comuni6n, el tiempo como escenario), la teOrIade la acci6n simb6lica hacia las analoglas del tcatro y la ret6rica (el drama como persuaci6n la tarima como
e~c~nario). Y esto deja la base de la analogfa -precisame~te, 10que hay de
SImIlar entre el theatron y el agora- en un punto diflcil de focalizar. Que la
liturgia y la ideologla son histri6nicas es suficientemente obvio como 10 es
que la etiqueta y la publicidad 10son. Pero que significa esto no I~ es tanto.
Probablemente el abogado mas eminenle de la estrategia de la teorIa ritual en las ciencias sociales en este momento es Victor Turner. Un antrop6logo
formado en Cran Bretafia, re-formado en America, Turner, en una notable serie de trabajos que apuntan a la vida ceremonial de una tribu de Africa Central, ha ?esarrollado una concepci6n del drama social como un proceso
regenerahvo que (de una manera parecida a los juegos sociales de Coffman
oonoobidu. Clomo internoci6n ('Jllrnl~gio,,)hn oongrognc1oun nOmoroInn grAndn
de invol!Jligndorelcomo para produeir una Cllouelninterprohllivll dilt,inln y puderosa.
"
.
Para Turner los dramas sociales ocurren en todos 108mvele. do III 01'ganizaci6n del es~adoa la familia". Esos dramas se originan en siLllllciollfllll
d"
conOicto (~na aldea se divide en facciones, Ul'lmarido golpea a llU 01'1))0"111, 111111
regi6n se levanta en contra del estado) y proceden ~asta su desenhl,eo " Il'IIvAI'I
de conductas publicamente ejecutadas y convenclOnales. A medI~IHqUI' "I
conflicto se agrava hasta la crisis y la excitada Ouidez de ~na emoC16nox"lI"
da, en la que la gente se siente al mismo tiempo co~partIendo un e~l/l(1(" ,In
animo com6.ny liberada de sus amarras sociales, se mvocan formas I'1LII"II1."~
das de autoridad, litigios, contiendas, sacrificios, plegarias, para conlcnorlo y
ejecutarlo ordenadamente. Si tienen exito, la fractura es curada y se ,res1,11,11 m 111
statu quo, 0 algo que se Ie parece. Si no 10tienen, se acepta que I~ sItuacl6r~n,ll
tiene remedio y las cosas se precipitan en cliversas suertes de. fmales no foil.
ces: migraciones, divorcios 0 asesinatos en la catedra!. Con diferentes gmd,:"
de rigor 0 de detane, Turner y sus seguidores han aplicado ~st~ ~squema.II1'1tos tribales de pasaje, ceremonias de curaci6n y procesos jUdIClales, a mlllurrecciones mexicanas, a sagas islandesas y alas dificultades de Thornnl
Becket con Henry II; ala narrativa picaresca, a los movimientos milenarishll,
a los camavales del Caribe y al cataclismo polItico de la d6cada de 1960. Una
forma para todas las estaeiones.
.
,
,
Esta hospitalidad de cara a todos Ios casos, es sImu~t~neame,ntela ~nyol
fuerza de versi6n ritual de Ia analogla del drama y su debIhdad mas prommente. Ella puede presentar algunos de Ios rasgos mas profund~s de los procelOI
sociales, pero al costo de hacer que aSUl'ltosvlvidamente dispersos parezoan
aburridamente homogcneos.
Enraizacla como 10esta en las dimensiones de ejecuci6n repetitiva de In
acci6n social (la representaci6n, y por 10ta?to la ~e-experiencia de formas.oonocidas) la teorla ritual no s610revela las dImenSlO?eStempora~esy colecllvlIl
de tal acci6n y su naturaleza inherentemente pubhca can partIcular agudezn.
Revela tambicn su poder para trasmutar no solamente opiniones, sino (c~mo01
critico britanico Charles Morgan ha dicho con respecto al drama en sentldo 01tricto) la gente que 10lleva a cabo. HEIgran impacto del teatro, escrihe. Morgan, no es ni una persuasi6n del intelecto ni una seducci6n de los sentIdolll...
Es el movimiento envolvente de todo el drama en el alma del hombre. Nos ro~dimos y somos cambiados." 0 por 10 menos estamos alII en donde la magla
funciona: Lo que Morgan en otra bella frase llama "el suspenso de Ia forma...
Ia incompletitud de una completitud conocida" es la fuente de poder de elite
movimiento envolvente, un poder que, como 10!ia mostrado la teoria del ritual,
cliflcilmentesea menos coercitivo (y diflcilmente se 10 yea menos como de 011'0
mundo) cuando el movimientoaparece en un rito de inici~i6n femenina, en unll
revoluci6ncampesina, en una epiCRnacional 0 en el camenno.de Ul'l?estrella.
Estos proCesos,formalmente similares, poseen contemdos dIferentes. Podrlamos decir que dicen cosas mas bien diferentes, y que de esta manera po-
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008a8- para enfronlarso con 61. Los grandos rilmos dramtiticos, las imponentea fortnns del teatro, so perciben en prooesos sooiales de todas clases formas
y significaciones, aunque los te6ricos del ritual, de hecho, se encuent~an muC?Omtis c6modos con las periodicidades clclicas y restaurativas de las comedias que son las progresiones lineales de la tragedia, cuyos finales tienden a
ver mas como colapsos que como consumaciones. Pero los detalles individuaI~s, la clase de cosas que diferencia Un cuento de inviemo de Medida por medzd?, a ~acbeth de Ha~let, s~ abandonan aI arbitrio del empirismo
enclClope:nco: dooumentaclOn maSlva de una sola proposici6n (plus ~a change, plus c est le meme changement). Si los dramas son, para adaptarima frase
de S~sanne Langer, :poemas a modo de acciones, algo se pierde: 10que el poe_
ma dICe exacta Y soolalmente.
Son las e~trategias de.la accion .si~lica
las que estan disefiadas para
lIevar a cabo est~ desv~lamIento ~el slgmfICado ejecutado, Aquf no hay un solo nombre para cltar, smo un creclente catalogo de estudios particulares, algunos de los cuales. dependen de Kenneth Burke, y algunos de Ernst Cassirer,
Northrop Frye, ~lChel, Foucault 0 Emile Durkheim, y que se ooupan de decir
que es 10que dICe algun fragmento del decir actuado: una coronacion, un serm6n, ,un ~otf?, una ejecucion. Si los teoricos del ritual, con sus ojos sobre la
e~penencla, henden a ser erizos, Ios te6ricos de la accion simb6lica con su~
OJossohre la expresion, tienden a ser zorros.
'
Dada la naturaleza dialectica de Ias cosas, tod08 necesitamos oponente y
ostas clases de estrategias son esenciales. Lo que mayormente buscamos ah~ra
es alguna fo~a ~e s!ntetiz~r~as. En mi p~opio amilisis (a punto de publicarse)
sobre ~a polItICa mdia ;radiclOnal en BalI --citado aquf no porque sea ejemp!ar, smo porque es mlO-- he tratado de abordar este problema. En ese ana:IiIllSm~ OC?.F por un lado (el lado burkeano) de demostrar como todO, desde la
orgamzaclOn del grupo ?e pa~entesco, e,1comercio, Ia ley consuetudinaria y el
control ~el agua a la rmtologla, Ia arqwtectura, la iconograffa y Ia cremacion
se.combma en una.~rmac.i6n dramatizada de una forma distinta de teona po~
Htlea, una co.ncepelOn pa'"!lcular de 10 que son 0 debieran ser el status, el po_
d~r, la ~utondad. Es declr, una replica del mundo de los dioses que es al
nus~o bempo un molde para el mundo de los hombres. EI estado corporiza
una Imagen del homhre que al ser un modelo para sus espectadores en y por
st ,mismo, ordena la sociedad. Por el otro lado (ellado de Turner), co~o el pnbhco ~o solo ohserva las expresiones del fausto como espectadores boquiahiertos, sm~ que es atrapad~ cOl'pol'almente en ellas (especialmente en las
ceremomas grandes y maSlvas, operas pollticas de dimensiones borgofionas
que forman su nucleo), este poder del drama para moldear la experiencia -"no;
rend~mos y somos. camhiados" - es Ia fuerza poderosa que mantiene unido 10
pol!,bco. Forma relterada, representada por su propia audiencia, que hace (hasta clerto punto, porque ningun teatro funciona totalmente) Ia teona-hecho.
1.0qUl'ldOlleo relftltnr ell que quienes pretendan juzgar sobre este tipo de
trnbajol deherfnn IeI' humanistas que reconocidamente sepan algo sobre 10qu~
el el teRh'o la mimesis y la ret6rica; y no solamente en 10 que respecta a rm
trabajo 8in~ al de la cornente cada vez mas amplia de analisis de los procesos
sociale: en los cuales la analogIa del drama gobierna de una manera u otr~.
En un ~omento en ef que los cientlficos sociales .estan charlando ~obre act?res escenas tramas, representaciones y personaJes, y los humamstas estan
ha:boteando 'sohre motivos, autoridad, persuasion, intercambio
jerarqufa, l~
linea entre ambos (por mas tranquilizadora que sea para, el ?un!a~o que esta
de un lado y para el caballero que esta del otro) parece mas hJen mCJerta.
r
La analogia del texto adoptada aho.ra por lo~ cient.lficos sociales :s, en
Cl'erta medida la mas amplia de las reCIentes reflguraclOnes de la teona so,
, que e 1 ".Jueg? " 0. e 1
cial, In mas atrevida
y la menos desarrollada. Aun mas
"drama" el "texto" es un termino peligrosamente desenfocado, y su aplIcaclon
ala acci6n social a la conducta de Ia gente hacia otra gente, involucra una
continua torcedur~ conceptual, un momento particularmente extravagante del
"vel' como". Descrihir la conducta humana segUn la analogIa del jugador y el
oponente, 0 del actor y la audiencia, parece, a pesar de s~s tramJ;>as,mas natural que descrihirla en terminos del escritor y ellector. Pnma fa~le, la su~erencia de que las actividades de los espfas, amantes, doctores hruJos,o pacle~tes
mentales son movidas 0 performances es seguramente mucho mas plauslhle
que la idea de que son frases.
.'
Pero la prima facie es una gilla dudosa cuando se trata de reallzar analogIas; si no 10 fuera, todavfa estanamos pensando del corazon como un ~omo y
de los pulmones como fuelles. La analogIa del !exto posee. a~~as ventaJas ~co evidentes todavfa insuficientemente conocldas, y la dislrmlItud superficIal
entre el "es~mos aquf, estamos alla" de la interaccion social y la solida compostura de,las Hneas de una pagina es 10 que I~ da -0 Ie podrfa dar cuando
este desacuerdo se alinee- su fuerza interpretahva.
.
La clave para la transicion del texto al analog? del texto, de la. escntura
como discurso a la accion como discurso es, como 10 senalo Paul RICoeur, el
concepto de "inscripeion": la fijacion del significado. Cuan?o hahlamos, nuestras frases se volatilizan como sucesos al igual que cualqwer otra conducta; a
menos que 10que digamos sea inscrito en escritura (0 mediante algun otro pro:
ceso establecido de registro), es tan evanescente como 10 que hacemos. Sl aSI
se 10inscribe, por supuesto que --como la juventud de ~orian Gray-: pasa de
toclas maneras; pero por 10menos su significado -10 dzcho, no el.deczr-:- permanece hasta cierto punto y durante un tiempo. Esto ,no es demaslado ~lf~rente en 10que respecta ala accion en general: su sigmficado puede perslshr de
una manera en que su realidad no puede.
La gran virtud de la extension de la nocion de texto mas alIa de las cosas
73
ClIVI'III,.
en (lllpol () e.oulpld". era pledI'll (I' quo dlrll(l,'lIn
t.
ItS
I
.nrnonlo olio fon6noUlolo6mo 10 lI1'1Vlllt onbo l'
., ,~cllll(JIn '0 )1'(\ fll'flol.
lOBson BUllvohfculOI!lY c6mo trob .
n 1Il.01'lpClI tI (' Cl 1\ tlooi6n,(Judsignificado a pm1ir delllujo de su
E1j110'
qu~ os 10 ,qUelIn fijnci6n dol
el pensamiento a partir de 10
~es~s aIllstona a ~)Hl'hrde 10que sllc(~di6,
ca para la interpretaci6n socI·peI6n~a
°C'a cu turlaaIParlIr de la conducla) implio gICa. ontemp ar as' t'l'
.
costumbres sociales Ios cambl'o
. I
"I I~S I UClOnessoclales, las
, I'
,
s SOCIaes como eglbles"
I u
' .l
Imp Ica modificar todo nuestro sent'd
b I
en a g n senlIuo,
I
0
so
re
0
que
es
Ia
'
t
'
,
I
'
modos de pensamiento mas Ii '1'
I
. In erpretaclOn mCla
que al administrador de tests, :~~~~~:t: f~~~:::~r~f~~x:~ta
0 al icon6grafo
Todo esto se percibe con nitidez e'em Iar e I b P ronador.
Iingiiista comparativo, sobre el teatro d;sombP<r ~ a 0, ra de Alton Becker, un
IIama. Wayangear (no hay otro verbo adecuado)as Javanes 0 "wayang como se I0
ma de construir un texto un modo d
I
,es, como dICeBecker, una for-
r,
presi6~, Pharainterpreta~I~,para com;r~~d~~a~os:~oII~~:r~;~i~;~:I~~nuna, exes que 0 ace, se neceSlta --dice-- una nueva filol '
0 como
La f'I
'I e estudlOdellen'
'
I 0IogIa,
d ogIa.
la lingufstica, que se centra en Ia I:::8Je)centr~ 0 en el texto (?~contraste con
hacer que Ios document
t'
gua ,se. a ocupado tradlclOnalmente de
n
bles a aquellos para Ios cOusaale
Iguos'dOextranJeros, 0 esotericos fueran accesi,
s esos ocumentos eran t'
,
esotencos, Se glosan Ios terminos
an Iguos, 0 extranJeros, 0
cuando es necesario se hacen t ,se ,ag~egannotas, se escriben comentarios y
a Ia finalidad de pl'Oducir un:an;~~llClones y se traduce. Todo esto conduce
pueda hacerla. EI significado se ~j~: u: :o:ad~ tf,~ Iegiblhecomo el ,fil610go
te un fil6Iogo-una especie de ate
a~lVe, 0que ace esenclalmen_
un texto mediante un texto.
u or secundal'le- es re-inscribir: inter-prehn
de 10~~:?I~~Io :1~~as u:oJ:~ son relativamente ,sencillae, independientemente
ver e~~a ~l'aCtIca.Pero cuanelo Ia preocupaci6n filoI6gica ;a mas ~lla de
tentificaci6n, Ia reconstruccI'6n Plroce lmle?!os artesanaIes de rutin.a (Ia aut
, a ana aClorl)
y se e1' .
.
conceptuales,
1 de 1os text
ll'lge a1 cuestIones
.,
,.. concernientes a la natUl'aeza
;:1
~~~:. c~is:~~~~~~~~r~o:~ ):i~~~:o:~::o;st~cetn~~l~os:l:li~~~~:
~::
fdoIogi'a--que ahora es en si' un te '
ec, er, a sIelOla qUlebI'a de Ia
disjuntas y en rivaIielad reei' roca l'ml~Ocas~ obsolete- en especialidades
una divisi6n entre quienes e~tudia~' t:~s p~~.c~1arient(~, el s,urgimiento de
res, cri'ticos, que se lIaman a si' mi
~s In 1~1 ua es lstol'ladores, editola actividad de la creaci6n de text:::s
umamst~s) r..aquello~ que estudian
grafos, que se lIaman a SIml'smos ' t~f~eneral (hngUlstas, pS1C61ogosetn6,
Clen I ICOS)EI estud' d I .
"
se separa del estudio de Ia actividad d'
1
10 e as InSCl'lpClOnes
8e separa del estudio de Ios proces
e I~SICl'l11', e estudio del significado fijo
·dob·Ie estrechez. No s610qued bl os SOCIa
d Ies que
. l0. f"IJan. El resu 1tad. 0 es una
lI;18terialesno escritos, sino t:mb~~a
a ext~~sld6nl
del ...
a?~lisis ~el texto a
escritos.
a ap ICaClOn e anahsls soclOl6gicoa
La "nu
fl 1 ,,,
eva I 0 ogla --0 como eventualmente se la vaya a Hamar- se
'h'
t
ooup" <Ii'!ItI'I'C:llllllr
e.ln quiebrn y do In intogrnoi6n dl'll o.tudio .olm., o6mo .0
oonlll,ruy('ltI
10. loxtOil(como 10dicho 0111 recupomdo a parlir do eu onuncincl6n)
on cl osludio do los fen6nemos socinles: Ias bromas apnches, las vianclallingleaas, Ios sermones de culto africanos, Ias escuelas secundarias norleamcricanas, Ias castas indias, la incineraci6n de Ia viuda balinesa, para mencionar
algunos intentos recientes aparte de Ios de Becker. "En un mundo multicultural", escribe Becker, "un mundo de mUltiples epistemologfas, existe necesidad de un nuevo fil610go-un especialista en relaciones contextuales- en
todas las areas del conocimiento en Ia cuales Ia construcci6n de textos... sea
una actividad central: literatura, historia, ley, musica, psicologfa, comercio e
incluso la guerra y Ia paz."
Becker observa cuatro 6rdenes de conexi6n semi6tica en un texto social
que su nuevo fil6Iogo deberfa investigar: la relaci6n de sus partes entre sf, Ia
relaci6n de ese texto social con otros cultural 0 hist6ricamente asociados con
eI, su relaci6n con aquelIos que en alguna medida 10construyen, y su relaci6n
con realidades concebidas como algo que yace fuera de el. Ciertamente hay
otras conexiones (su relaci6n con su materia, pOI'decir una), y con entera certidumbre incluso las nombradas suscitan profundas cuestiones metodoI6gicas
que hasta ahora se han aborclado con timiclez, La "coherencia", Ia "intertextualidad", Ia "intenci6n" y la "referencia" --que son Ias cuatro relaciones de
Becker como mas 0 menos se Ia podda resumir- se vuelven nociones cada
vez mas elusivas cuando uno deja el panafo 0 la pagina y aborda el acto 0 la
instituci6n. Y ademas, como 10 demostr6 Nelson Goodman, esas nociones no
estan siquiera bien definidas para el parrafo 0 la pagina, para no decir nacla
del e1ibujo,la melodi'a, la estatua 0 Ia danza. Si es que existe esta teorla del
significado implfcita por esta multiple contextualizaci6n de fen6menos cuIturales (una suerte de constructivismo simb6lico), existe en terminos de un catalogo de insinuaciones ondulantes y de ideas a medio reunir.
POl'supuesto, no esta todavi'a claro cuan lejos puede lIegar este tipo de
analisis, mas alIa de asuntos especi'ficamente expresivos -tales como el tea.
tro de t11eres- y que ajustes deberan hacerse sobre la marcha. As! como los
proponentes de "la vida es un juego" tienden a gravitar hacia las interacciones
cara a ca~a, el cOl1ejoy los cocktail parties como el terreno mas fertil para su
analisis, y as! como Ios proponentes de "la vida es un eseenario" se encuentran atrai'dos porlas intensidades colectivas, Ios carnavales y las insurreccio.
nes, del mismo modo Ios proponentes de "la vida es un texto" se inclinan
hacia el examen de las forrnas imaginativas: bromas, proverbios, artes populares, No hay nada en esto que sea sorprendente 0 digno de reproche; uno trata,
natural mente, de aplicar sus analogi'as alli' donde parecen funcionar mejor. Pero sus destinos a largo plazo reposan en su capacidad para trasladarse mas alIa
de sus faciles exitos iniciales, hacia otros desafi'os mas difi'ciles y menos predecibles: Ia idea del juego para explicar el cuIto, la idea del drama para explicar el humor, la idea del texto para clarificar Ia guerra. La'mayor parte de estos
triunfos -si es que a fin de cuentas han de ocurrir- esta (yen el caso del
texto mas que en Ios otl'Os)todavi'a pOl'venir. Por el momento, todo 10que sus
apologistns pUOdrlllhaoer Oil 10 quo han ollndo hnoiendo hn.lll ahorm Ofl'OClOrnos algunos ejemplos de aplicaci6n, algunos sfnlomas do problemas y alguno.
pedidos de auxilio.
Ya eshl bien de ejemplos, de todas formas. No solo'estas tres analogfas
en particular obviamente se esparcen unas sabre las otras a medida que los escritores individualmente van y vienen entre los lenguajes ludico, dramatico y
textualista, sino que existen otras analogfas humanistas en la escena de la
ciencia social porIa menos tan prominentes como aquelIas: los aniilisis de los
actos de habla que siguen a Austin y a Searle; model os del discurso tan diferentes como el de la "competencia comunicativa" de Hahermas yel de la "arqueologfa del conocimiento" de Foucault; estrategias representacionistas que
se inspiran en la estetica cognitiva de Cassirer, Langer, Gombrich 0 Goodman;
y pOl'supuesto la criptologfa de alto vuelo de Levi-Strauss. Tampoco estan estas estrategias internamente asentadas ni son homogeneas: las divisiones entre
los que piensan en terminos de juegos y los que piensan en terminos de estrategias a las que aludi en relacion con el enfoque del juego, 0 entre 10sritualistas y los retoricos en relacion con el enfoque del drama, poseen algo mas que
un paralelo en el enfoque del texto en 10que hace a los choques entre los mandarinesopuestos a la interpretacion del desconstruccionismo y 10s tribunos de
la dominacion simbolica del neomarxismo. Las cuestiones no son ni estables
ni consensuales, y no parece que vayan a serlo pronto. El problema mas.interesante no es como arreglar todo este emedo, sino que significa todo este fermento.
Una de las cosas que significa es que, todo 10 andrajosamente que se
qui era, se ha suscitado un desaflo a algunos de 10s supuestos centrales de la
corriente principal de la ciencia social. La estricta separacion entre la teona y
el dato, la idea del "hecho en bruto"; el esfuerzo pOl'crear un vocabulario formal purificado de toda referencia subjetiva, la idea del "Ienguaje ideal"; y la
afirmacion de la neutralidad moral y la vision ollmpica, la idea de la "verdad
de Dios": ninguna de ell as puede prosperaI' cuando se comienza a considerar
la explicacion como un problema de conectar la accion con su sentido, mas
que la conducta con sus determinantes. La refiguracion de la teoria social representa --0 10 hara, si continua en curso-- un cambio monumental no tanto
en nuestra nocion de 10 que es el conocimiento, sino en nuestra nocion de 10
que deseamos sahel'. Los sucesos sociales poseen causas y las instituciones
sociales efeetos; pero bien pudiera ser que el camino hacia el descubrimiento
de que es 10que afirmamos al afirmar esto repose menos en postular fuerzas y
medirlas que en tomar nota de expresiones e inspeccionarlas.
EI camino que ha tomado un importante segmento de cientlficos sociales
--de las analogias con procesos flsicos alas analogfas con formas simbolicas- ha introducido un debate fundamental en la comunidad de la ciencia
'10001 elno "
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ohll1llvoI, I':. un dab"t"
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'l1tlnclocUlIlollquiornfuolt'ln lu~ (lifC'ledad de bronc~) ?C Itll~e.'C1l1oI11; !lO(i.~ 1'l1"O nos empfricas 01 objol.ivo blilllOo.dt'l
renciae de poelc16n tc6noll y, «(1 1\ 1,unuCllo
trar la dinamica dc~In vllln
-10 um vorsa --oncon
I II
toda la empresa era un aCU?H .
deseadaclaramente ya ha PUSU(o. oy
colectiva y alterarla en la duccclo.n
b'
do para quienes el objctivo ('11
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SOCIa
1 es tra aJan ,
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ulacion de la conductn.
Ya hay demasla os Clen lCO.S
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Samlento y no a mamp
'0
I
la anatotnlZaClOn e pen
'..
. les que esta alteracl n en (1
ra las Clenclas SOCIa
.
1
It
Pero no es so amen e pa
posee consecuenClas ( esol'!de como pensamos
. I
modo en que pensamos acerca
. '1 os antrop610gos, PSlCOogo""
tabilizadoras. El crec,iente intere,s d~11~sIS::~~no~ista
brib6n en el analisis
cientistas polfticos e mcluso aquI 0 a (.a gl"t
0 a veces explfcitamente) III
a
de 10s sistemas de sfmbolos pla?tea Imp lCio ue sucede en el mundo; y 10
cuestion de la relacion de tales sl~temas codn q Ila a la que eshln acosturnes tan diferente e aque
d I
hace de una manera que
'bl (
homilfas acerca e os va.
to menos evaSl e con
~
brados los humamstas, cuan
1 . ) d 10 que a muchos de eIlos, seglln
10res espirituales y la vida contemp ahva
e
parece, les gustarfa que fuese,'
'1
bre 10 que es un cientffico social os
Si la nocion del tecnologo SOCIa so
.,
l' el sentido y la significatoda esta preocupaclOn po
edi h
puesta en entr
c 0 pol' , ,
ITO uardian cultural sobre 10 que es un
cion, aun mas 10 es ~a ?OClO,ndel
g e re arte anaceas polfticas se estA
humanista. El espeClahsta sm espmtu ~ . ,p apr~bados tambien, La rela' d t 'I que reparte JillClOS
"
~
Yendo, pero e1 sa b10 e an"
1 'd
. 1 no puede concebuse maS en
, t
aCClOnen a VI a SOCIa
. .
cion entre pensamlen 0 y
d
b'
n terminos de conOClmlenb'd ' d 1 que pue e conce use e
terminos de sa 1 una e 0
b'd todo esto, cuales vayan a ser las conse0
to experto, Como ~aya a ser c:~::.~s
10s textos que no solo inventamo~ 0
cuencias de 10s Juegos, los"
., Y
t' le)'os de ser claro. Para clanfi,
'
tamblen VlVlmos,es a
1
preSenClaIIlOS,smo que
'1
d tod los razonamientos caute osos, en
carlo se necesitara el mas ca~t~ ,oso e
os
todos 10s lados de todas las dlvlslOnes,
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