LAVADO DE ACTIVOS Sala: Tipo: Radicado: Fecha: Tema: Magistrado: Origen: Demandante / Accionante: Penal Ley 600 63-001-31-07-001-2009-00014-01 18/11/2010 LAVADO DE ACTIVOS Dr. HENRY NIÑO MÉNDEZ Juzgado Penal del Circuito Especializado de Armenia N.A. AIDEE FONSECA RIVERA, ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS, GUSTAVO Demandado ALZATEMOTOA,GLORIA ROJAS VALENCIA, MARÍA LUCELLY / Accionado GARZÓN LONDOÑO, FERNANDOHURTADO, CÉSAR AUGUSTO / Sindicado: ZAPATA LONDOÑO y WALTER ROJAS VALENCIA REVOCA PARCIALMENTE, sentencia del veintidós (22) de febrero de Desición: 2010, del Juzgado Penal del Circuito Especializado de Armenia REPÚBLICA DE COLOMBIA RAMA JUDICIAL DEL PODER PÚBLICO TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE ARMENIA SALA PENAL DE DECISIÓN Armenia, dieciocho de noviembre de dos mil diez. Radicado 63-001-31-07-001-2009-00014-01 Acusados AIDEE FONSECA RIVERA, ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS, GUSTAVO ALZATE MOTOA, GLORIA ROJAS VALENCIA, MARÍA LUCELLY GARZÓN LONDOÑO, FERNANDO HURTADO, CÉSAR AUGUSTO ZAPATA LONDOÑO y WALTER ROJAS VALENCIA Delito Lavado de Activos Magistrado Ponente: HENRY NIÑO MÉNDEZ. Aprobado mediante Acta No. 209 de la fecha. 1. ASUNTO POR TRATAR Conoce la Sala el recurso de apelación interpuesto por la Fiscalía y por los Defensores de los procesados ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS, WALTER ROJAS VALENCIA y GLORIA ROJAS VALENCIA, contra la sentencia proferida el veintidós (22) de febrero de dos mil diez (2010), a través de la cual el Juzgado Penal del Circuito Especializado de Armenia, condenó a los referidos implicados, así como a MARÍA LUCELLY GARZÓN LONDOÑO, GUSTAVO ALZATE MOTOA, FERNANDO HURTADO y CÉSAR AUGUSTO ZAPATA LONDOÑO por la conducta punible de Lavado de Activos y absolvió a AIDEE FONSECA RIVERA de los cargos que le habían sido formulados por el mismo delito. 2. ACONTECER DELICTIVO De la actuación surtida se desprende que dio origen a la presente investigación el informe de Policía Judicial No. 1328 del 9 de agosto de 2002 rendido por detectives adscritos al Grupo Operativo del Departamento Administrativo de Seguridad –DAS-, Seccional Quindío, en el cual ponen de presente que a través de labores de inteligencia, tuvieron conocimiento que el señor RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO era el cabecilla de una red de narcotraficantes dedicada el envío de estupefacientes a Norteamérica y Europa y que para el efecto contaba con un socio radicado en el Reino Unido, el cual responde al nombre de JOSÉ FERNANDO PINEDA GRAJALES, encargado de coordinar el embarque de narcóticos con destino al viejo continente. El reseñado informe, fue adicionado a través del distinguido con el No. PJ 1348 del 12 de agosto del mismo año, por medio del cual el Director Seccional del DAS Quindío, solicita a la Fiscalía 23 de Lavado de Activos de Bogotá, comisione al ente investigativo del cual hace parte, para la práctica de pruebas y judicialización, toda vez que según las labores de investigación adelantadas, pudieron determinar que la organización liderada por los mencionados ciudadanos, había conformado una red estructurada que se encargaba de ingresar divisas extranjeras, siendo legalizadas en forma irregular por intermedio de empresas ficticias que tenían plenamente detectadas. Como consecuencia de lo anterior, se iniciaron las pesquisas correspondientes que llevaron a advertir el accionar delictivo del grupo liderado por RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO, señalamientos contenidos en múltiples informes signados por funcionarios del Grupo Operativo del Departamento Administrativo de Seguridad DAS, quienes en desarrollo de diligencias propias de Policía Judicial y legalmente autorizados para el efecto, realizaron labores de inteligencia, seguimiento e interceptación y rastreo de comunicaciones, de los abonados telefónicos del mismo, de PINEDA GRAJALES, así como de las demás personas que establecían comunicación con éstos, lográndose consecuencialmente la vinculación a la presente investigación, entre otros, de RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO, JOSÉ FERNANDO PINEDA GRAJALES, GUSTAVO ALZATE MOTOA, CÉSAR AUGUSTO ZAPATA LONDOÑO, ORLANDO REY ORTIZ, AMPARO GÓMEZ CASTELLANOS, MARIO CLARET GARZÓN LONDOÑO, GLORIA INÉS y UBANID GUERRERO GONZÁLEZ y ROSA LINDA BELLO ESTRADA, así como de MARÍA LUCELLY GARZÓN LONDOÑO, FERNANDO HURTADO, AIDEE FONSECA RIVERA, WALTER ROJAS VALENCIA, GLORIA ROJAS VALECIA y ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS; a los tres últimos y por ser relevante para la presente causa, se les hacen señalamientos por haber prestado sus nombres para el envío y recepción de giros, en tanto que a la mencionada FONSECA RIVERA por haber administrado e invertido activos procedentes de actividades del narcotráfico en empresas constituidas que no desarrollaron el objeto social para el cual fueron creadas, facilitando así la evasión del control de las autoridades. 3. IDENTIDAD E INDIVIDUALIZACIÓN DE LOS PROCESADOS 3.1. La procesada AIDEE FONSECA RIVERA, se identifica con la cédula de ciudadanía número 41.685.079 expedida en Bogotá; nació el 14 de octubre de 1953 en dicha capital; hija de CAMPO ELÍAS y CONCHA CECILIA, de estado civil separada de RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO; grado de instrucción, bachiller; de ocupación mayordomo, además, presenta las siguientes características morfológicas: 1.56 metros de estatura, piel trigueña, cabello castaño oscuro y ojos negros. 3.2. El acusado ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS portador de la cédula de ciudadanía número 7.506.928 expedida en Armenia, Quindío, nacido el 13 de abril de 1949 en Calarcá, Quindío; hijo de LUIS EMILIO y HELENA; estado civil, soltero; grado de instrucción, bachiller y de ocupación comerciante. 3.3. El procesado WALTER ROJAS VALENCIA, alias “EL NEGRO”, “DAVID MELO”, “PATAS LARGAS”, “ALEX” o “EL FLACO”, se identifica con la cédula de ciudadanía número 7.527.587 expedida en Armenia, Quindío; nació el 17 de enero de 1959 en la misma localidad; hijo de ALFONSO y MARÍA; grado de instrucción, técnico; de ocupación comerciante. 3.4. La acusada GLORIA ROJAS VALENCIA, alias “LA MONA”, portadora de la cédula de ciudadanía número 24.487.845 expedida en Armenia, Quindío, nacida el 27 de junio de 1957 en la misma municipalidad; hija de ALFONSO y MARÍA; grado de instrucción, profesional y de ocupación ingeniera industrial. 5. ANTECEDENTES PROCESALES El 14 de agosto de 2002[1], la Fiscalía Sexta Delegada UNCLA de Bogotá inició las diligencias preliminares a prevención, en tanto que a través de resolución del 4 de agosto de 2002, dispuso adelantar investigación previa, en cuyo trámite se ordenaron y practicaron varias pruebas, entre ellas, seguimientos, interceptaciones y rastreo de comunicaciones. Posteriormente, a través de resolución del 12 de agosto de 2005[2], el Ente Instructor, dispuso la apertura de investigación, entre otros, en contra de WALTER ROJAS VALENCIA, JOSÉ FERNANDO PINEDA GRAJALES, GUSTAVO ALZATE MOTOA, GLORIA ROJAS VALENCIA, AIDEE FONSECA RIVERA, MARÍA LUCELLY GARZÓN DE TORRES, FERNANDO HURTADO y ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS, librando las respectivas órdenes de captura para que comparecieran a rendir indagatoria, excepto del último mencionado a quien citó para tal efecto. El Despacho instructor, el 31 de agosto de 2007[3], resolvió situación jurídica a los implicados ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS, AIDÉE FONSECA RIVERA, CÉSAR AUGUSTO ZAPATA LONDOÑO, FERNANDO HURTADO, GLORIA ROJAS VALENCIA, GUSTAVO ALZATE MOTOA, MARÍA LUCELLY GARZÓN DE TORRES, MISAEL TORRES GARZÓN y WALTER ROJAS VALENCIA. Les impuso medida de aseguramiento consistente en Detención Preventiva, sin beneficio liberatorio, tras hallarlos presuntamente responsables de la conducta punible de Lavado de Activos Agravado; decisión que apelada por los defensores de AYDEE FONSECA RIVERA y ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS, fue confirmada por la Unidad Delegada ante el Tribunal Superior de Bogotá a través de pronunciamiento del 14 de marzo de 2008[4]. El 5 de marzo de 2008[5], el Fiscal Instructor dispone el cierre de la investigación; mérito sumarial que se califica en resolución del 30 de abril de 2008[6]. Acusó formalmente a los citados WALTER ROJAS VALENCIA, MARÍA LUCELLY GARZÓN LONDOÑO, GUSTAVO ALZATE MOTOA, GLORIA ROJAS VALENCIA, FERNANDO HURTADO, CÉSAR AUGUSTO ZAPATA LONDOÑO, ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS y AIDEE FONSECA RIVERA como coautores de la conducta punible de Lavado de Activos Agravada para todos, excepto para la última citada, decisión confirmada el 7 de noviembre de 2008[7] por la Unidad Nacional Delegada ante el Tribunal de Distrito para la Extinción del Derecho de Dominio y contra el Lavado de Activos. En firme el reseñado pliego de cargos, correspondió el conocimiento de la fase del juicio al Juzgado Penal del Circuito Especializado de Armenia; despacho que lo avocó el 13 de abril de 2009, llevando a cabo el 1º de septiembre de 2009 la diligencia de audiencia preparatoria. De esa forma, los días 6 de octubre[8]ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS, WALTER ROJAS VALENCIA, GLORIA ROJAS VALENCIA, MARÍA LUCELLY GARZÓN LONDOÑO, GUSTAVO ALZATE MOTOA, FERNANDO HURTADO y CÉSAR AUGUSTO ZAPATA LONDOÑO y absolutorio para AIDEE FONSECA RIVERA. y 18 de noviembre de 2009[9] se agotó la audiencia de debate oral, profiriendo el 22 de febrero del año en curso, fallo conclusivo de instancia[10], el cual fue de carácter condenatorio para los procesados 6. LA SENTENCIA DE PRIMER GRADO 6.1. El funcionario de primer nivel, después de hacer una relación del acontecer como de la intervención de cada uno de los sujetos procesales en el debate oral, advierte que en el presente caso con certeza se logró establecer la existencia objetiva o material de la delincuencia por la que se juzga a los procesados, pues el plenario cuenta con una pluralidad de diálogos telefónicos interceptados y posteriormente transcritos por el personal investigativo, de los cuales se colige que éstos se relacionaban con negocios del narcotráfico; no otra conclusión, aduce, se deriva del vocabulario cifrado, con matices de incoherencia utilizados en los mismos, encaminado a impedir que terceras personas o las autoridades captaran el verdadero sentido y por consiguiente descubrieran que la organización estaba dedicada a la comercialización de narcóticos hacia los Estados Unidos y Europa, utilizando rutas por países como Venezuela, Brasil, República Dominicana, México y las Pequeñas Antillas, resaltando entonces cómo aquella requería blanquear los dineros producto del concierto para delinquir y del tráfico de estupefacientes, conducta subyacente que, afirma, fue la que tuvo plena demostración en la presente foliatura. 6.2. De esa manera, luego de hacer alusión a las generalidades de la conducta punible de Lavado de Activos, procedió a realizar el análisis individual de la responsabilidad de cada uno de los implicados. Con respecto a GUSTAVO ENRIQUE ALZATE MOTOA, expuso que se trata de una persona con una evidente relación no sólo con el capo de la organización de narcotraficantes RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO, sino con la actividad misma del narcotráfico, aserción que, precisa, se fundamenta: (i) en la prueba documental referente a la relación de giros recibidos y enviados desde el exterior y a los procesos anteriores que se le adelantaron por comportamientos relacionados con sustancia controlada, específicamente en los Estados Unidos y por los cuales se encuentra privado de la libertad como consecuencia de las condenas que le fueran impuestas; (ii) en la prueba testimonial constituida por las declaraciones de los agentes de policía judicial DILMA ESPERANZA SILVA OLARTE, JOSÉ NORERTO GUALTEROS SERNA, MERCEDES PEDRAZA MONTAÑO y HUMBERTO QUESADA, quienes tuvieron a su cargo labores de vigilancia, seguimiento, control técnico y verificación, y dan cuenta de que aquél, hizo varios desplazamientos entre Brasil y Estados Unidos, que administraba un hostal en Capurganá, el cual era de propiedad de RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO y JOSÉ FERNANDO PINEDA GRAJALES, y que además, adquirió por compra que hizo al señor ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS, un lote de terreno ubicado en el área urbana de la mencionada localidad; y, (iii) en el contenido de las interceptaciones realizadas a lo largo de la investigación, entre las que se destacan varias llamadas que comprometen a ALZATE MOTOA como conocedor y partícipe de la ilicitud por la cual se le acusa, primordialmente las derivadas de la comunicación constante que sostenía con RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO, jefe de la organización criminal a la cual pertenecía, señalando entonces que si las pruebas mencionadas evidencian su vinculación con el narcotráfico y además con el envío y recibo de giros a través de las casas de cambio, se debe concluir ineludiblemente que buscó encubrir esos dineros de origen ilícito, incurriendo así en la conducta punible de lavado de activos. 6.3. De otra parte, en relación con WALTER ROJAS VALENCIA, expuso que es otro de los acusados vinculado indudablemente con la actividad de narcotráfico y por la cual fue condenado en Estados Unidos, con estrecha amistad con personas comprometidas en los mismos hechos, específicamente con RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO y JOSÉ FERNANDO PINEDA GRAJALES y que recibió varios giros como producto del “pitufeo” para el blanqueo de capitales; dicha aserción, afirma, encuentra respaldo (i) en las declaraciones de los investigadores DILMA ESPERANZA SILVA OLARTE, JOSÉ NORBERTO GUALTEROS SERNA, MERCEDES PEDRAZA MONTAÑO y FREDY HUMBERTO QUESADA, quienes lo señalan como una de las personas que viajaba por las Islas del Caribe, coordinando el transporte de la droga para entregársela a JOSÉ FERNANDO PINEDA GRAJALES, encargado de comercializarla en Inglaterra; a su vez, informaba los movimientos que se hacían con la droga a la que denominaba “camisas”, “pantalones”, “marta”, “cartoon” y al comunicarse con el jefe con quien dialogaba constantemente, se identificaba como “PATAS”, “ALEX” o “DAVID MELO”; (ii) en el oficio remitido el 2 de marzo de 2007 por la Empresa “Pagos Internacionales S. A.”, en el que se hace una relación de la totalidad de giros en los cuales tuvo alguna vinculación el acusado y que pone al descubierto que el mismo participó en el blanqueo de $32.399.291,89 que le fueran enviados por HAYNES MARCK, CARMEN ALMONTE, NATALIE GÓMEZ, FERNANDO VELASTEGUI y JOSÉ MENDOZA, entre el 23 de noviembre de 2001 y el 7 de marzo de 2005 y (iii) en el contenido de las conversaciones que de manera constante sostenía con RUBEN DARÍO GARZÓN LONDOÑO. 6.4. Ahora, al analizar la situación de ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS señaló que su responsabilidad se deriva de su relación con el jefe de la organización RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO, con quien tuvo negocios sobre un inmueble ubicado en el municipio de Capurganá; de la existencia de varios giros enviados por personas vinculadas con el narcotráfico y de las vacuas explicaciones que brindara frente a estos comportamientos. Así de manera concreta, expuso que LÓPEZ CORTÉS, recibió 23 giros por un valor total de $40.444.627,29 provenientes de CAMPO ELÍAS MOLINA, GUSTAVO ADOLFO ALZATE MOTOA y JHON JAIRO LONDOÑO MORALES, de los cuales 18 fueron remitidos por este último y que si bien se intentó justificarlos, bajo el argumento que LÓPEZ CORTÉS estaba actuando como agente oficioso del último ciudadano citado en la compra de la casa 6 del Conjunto Residencial La Floresta de San Juan de esta ciudad, dicha coartada se encuentra desvirtuada con las inconsistencias que rodean la aludida negociación, pues extrañamente: (i) la promesa de compraventa se celebró el 1º de diciembre de 2003 y los giros se empezaron a realizar desde el 12 de mayo de 2000; (ii) el inmueble tenía un precio de $170.000.000 y sin embargo a partir del 1º de diciembre de 2003, fecha en que se firmó la promesa, LONDOÑO MORALES sólo giró a LÓPEZ CORTÉS la suma de $3.239.664; (iii) según certificación dada por el gerente de la empresa vendedora el 12 de junio de 2006, la escritura no se había elaborado porque LONDOÑO MORALES todavía adeudaba $3.000.0000, no obstante, si LÓPEZ CORTÉS era el agente oficioso de éste, no es lógico que no le figuren los envíos por los $167.000.000 que según dicha constancia se habían cancelado; y (iv) finalmente, no encuentran justificación los giros que por la suma total de $31.455.395 LONDOÑO MORALES le hizo a LÓPEZ CORTÉS entre el 12 de mayo de 2000 y 8 de diciembre de 2003. De otra parte, el a quo, después de reseñar la transliteración de una conversación entre RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO y ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS, advierte que éste no es ajeno a la delincuencia que se juzga, resaltando su vinculación con personal que tiene nexos con el narcotráfico, esto es, con el jefe RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO y con sus principales aliados como JOSÉ FERNANDO PINEDA GRAJALES y GUSTAVO ENRIQUE ALZATE MOTOA data de antaño y a su vez que el vínculo de amistad con el primero de los enunciados, rebosa los límites normales como para aseverar que ignoraba el pasado y la conducta delictiva a la que se dedicaba el capo narcotraficante, pues para el momento en que realizaron la transacción sobre el inmueble en Capurganá -24 de noviembre de 1995-, GARZÓN LONDOÑO ya era prófugo de la justicia y solicitado con fines de extradición por fuga de presos y narcotráfico, destacando cómo a los cinco meses siguientes procedió a vender el 25% del mismo a GUSTAVO ENRIQUE ALZATE MOTA, otro narcotraficante y a la vez, hijo de su empleada de servicio y para quien supuestamente recibió un giro y posteriormente, le enajena a JOSÉ FERNADO PINEDA GRAJALES, otro de los principales aliados del capo GARZÓN LONDOÑO el 25% restante. Añade que las enunciadas inconsistencias, sumadas a los diálogos interceptados y a la relación de LÓPEZ CORTÉS con GARZÓN LONDOÑO, ALZATE MOTOA y PINEDA GRAJALES, imponen una vinculación del mismo con el delito subyacente al narcotráfico; de allí, concluye que LÓPEZ CORTÉS actuó con consciencia y voluntad delictiva en dar apariencia de legalidad a bienes derivados del enunciado comportamiento delictivo, razón por la cual, aduce, resultan inanes para los fines probatorios propuestos, el estado contable del mencionado ciudadano, el testimonio omitido de JHON LONDOÑO MORALES y la posición económica del mismo, pues ésta no implica per se su falta de relación con la actividad investigada, toda vez que aún cuando por dicha circunstancia podría no tener interés en ganarse $15.000 ó $20.000 por reclamar un giro por ser una persona con un patrimonio superior a los $1.900.000.000, no puede perderse de vista que en ningún momento se ha argumentado que el objetivo o fin perseguido con el dinero al que se le dio apariencia de legalidad por intermedio del mismo, fuera el de obtener una exigua contraprestación como la señalada por el defensor. Por último, precisó que sumado a las incoherencias en cuanto a la figura del agente oficioso, esgrimido como coartada en la remisión de dineros, debe tenerse especial consideración frente al lugar de habitación del supuesto mandante JHON LONDOÑO MORALES; así, destaca que GUSTAVO ALZATE MOTOA fue arrestado el 21 de noviembre de 2004 por narcotráfico en el Condado de Westchester, Estado de Nueva York y que JHON LONDOÑO MORALES tiene su establecimiento de tapicería en la comunidad de Cahppaqu ubicada en el mencionado condado que forma parte del área metropolitana de la ciudad de Nueva York, circunstancias que, aduce, permiten concluir que GUSTAVO ALZATE MOTOA remitía el dinero desde ese lugar, para finalmente resaltar que si bien se pretendió justificar el único giro que éste hiciera personalmente con la vinculación laboral de su madre con el acusado, debe observarse que ese giro aislado, no tiene la virtualidad de enervar la enunciada conclusión, máxime si se tiene en cuenta que cinco meses después de que LÓPEZ CORTÉS comprara un inmueble en compañía con el jefe de una organización de narcotraficantes, quien para la época de la negociación estaba pedido en extradición, procedió a venderle el 25% del mismo al mencionado ALZATE MOTOA. 6.5. De otro lado, al referirse a la responsabilidad que le asiste a la acusada AYDEE FONSECA RIVERA, expuso que la misma es una de las ex esposas del jefe de organización RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO, con quien tuvo dos hijos, indicando que su imputación deviene primordialmente del vínculo existente entre ellos, pues en varias ocasiones se comunicaron utilizando lenguaje cifrado, de donde concluye que su nexo con el narcotráfico a través de su cónyuge es innegable, al punto que tiempo atrás fue condenada en España por el mencionado delito; sin embargo, advierte que en el presente caso no se está juzgando el punible de narcotráfico sino el blanqueo de las ilícitas ganancias derivadas del mismo y en el plenario no aparece evidencia probatoria alguna en cuanto a la actividad concreta por ella desplegada con tal propósito, pues la Fiscalía no probó la cantidad ni la forma a la que acudió para darle apariencia de legalidad a los dineros producto del ilícito proceder. 6.6. De otra parte, advierte que la vinculación de la señora MARÍA LUCELLY GARZÓN DE TORRES con el delito investigado no ofrece duda alguna; así, resalta cómo su cercanía con su hermano RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO, jefe de la organización; varios giros recibidos desde el exterior; la interceptación de llamadas telefónicas con la utilización de lenguaje cifrado y la conexión que logró para su consanguíneo de una persona en París con el objeto de enviar dinero, constituyen las imputaciones más importantes de su acusación. En ese orden de ideas, indica que revisado el testimonio de la investigadora PEDRAZA MONTAÑO, se desprende que ésta afirma que MARÍA LUCELLY GARZÓN LONDOÑO, además de ser la encargada de recibir giros, tenía a su cargo contactar personas tanto en Colombia como en el exterior para traer dinero al país; que el informe 218 del 30 de marzo de 2006, da cuenta de la actividad desarrollada por esta procesada y de veinte interceptaciones de comunicaciones en clave entre ella y RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO y WILLIAM PARRA, en las que aluden a términos como papelería, guitarra, libretas, documentos, lechugas, verdes o verduras, haciendo referencia precisamente a la forma como ingresarían el dinero a Colombia y que del informe 035 del 9 de marzo de 2007, se colige que la procesada en mención, recibió giros provenientes de diversas personas radicadas en Florida, Reino Unido y Washington. Son entonces las mencionadas circunstancias, las que sumadas a la dualidad presupuestal manejada por la implicada, la cual deriva del hecho de que la misma figuraba como representante legal de la empresa GARZÓN HERMANOS que nunca desarrolló su objeto social y que tenía como dirección de sede la calle 107 A No. 10-20 de la ciudad de Bogotá, que corresponde igualmente a la vivienda de la acusada, empresa que a su vez aparece como propietaria de dos inmuebles, uno en la calle 15 No. 10-96 de la ciudad de Armenia y otro en la calle 114 No. 6 A – 98 local 103 del Centro Comercial Hacienda Santa Bárbara en Bogotá, las que dan lugar a concluir que MARÍA LUCELLY GARZÓN DE TORRES, intervino de manera consciente y voluntaria en la conducta subyacente objeto de juzgamiento. 6.7. Ahora, con respecto al compromiso penal de FERNANDO HURTADO, expuso que el mismo deviene principalmente de su residencia en la ciudad de Londres y de su cercanía con los señores JOSÉ FERNANDO PINEDA GRAJALES, RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO y ROSALINDA BELLO ESTRADO la cual se colige de las conversaciones que sostenía con ellos utilizando lenguaje cifrado y de los testimonios de los investigadores DILMA ESPERANZA SILVA OLARTE, JOSÉ NORBERTO GUALTEROS SERNA, MERCEDES PEDRAZA MONTAÑO y FREDY HUMBERTO quines dieron cuenta de algunos pormenores en torno a la llegada de los mismos a la ciudad de Armenia en el mes de diciembre de 2003; por último, puntualizó que dicha vinculación con la conducta de lavado de activos, se ve reforzada probatoriamente con la relación de 32 giros en casas de cambio por valor de $25.962.881,17 en los que intervino. 6.8. Entre tanto, con respecto a la vinculación de GLORIA ROJAS VALENCIA, quien permanecía en frecuente contacto con RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO y a su vez es hermana de WALTER y madre de CARLOS ANDRÉS ALZATE ROJAS, capturado el 23 de mayo de 2004 en una operación internacional de la UNAIM y condenado en Estados Unidos por narcotráfico, precisó que la misma está señalada como la persona encargada de la recepción de narcóticos en México y de su posterior envío al mencionado país Norteamericano; asimismo, por estar involucrada en giros y transacciones a través de casas de cambio por un valor de $51.901.970,41. 6.9. Finalmente, se indicó en el fallo impugnado que la responsabilidad penal de CÉSAR AUGUSTO ZAPATA LONDOÑO, se deriva principalmente de las actividades que lo vinculan como perteneciente a la red de narcotraficantes que lideraba RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO, así se colige de varias comunicaciones interceptadas en donde dialogaba en forma cifrada con su esposa ANA MARÍA HENAO ya condenada, con RUBÉN DARÍO, con ORLANDO REY, entre otras, de las cuales se desprende que el mismo era el encargado de controlar el envío de estupefacientes a Holanda para lo cual usaba un contacto llamado DENNIS COEDEE, situación corroborada con las declaraciones de los investigadores DILMA ESPERANZA SILVA OLARTE y JOSÉ NORBERTO GUALTEROS SERNA; sumado a ello, advierte, ZAPATA LONDOÑO figura relacionado en transacciones en casas de cambio por la suma de $43.500.637,82. De esa manera, señala que si bien la Fiscalía debió haber profundizado en la investigación, realizando un informe contable de cada uno de los acusados que permitiera entender más a fondo sus negocios y verificar la coherencia con las operaciones realizadas, así como haber seguido las recomendaciones de los organismos nacionales e internacionales y las políticas previamente fijadas, tales como las del Grupo de Acción Financiera o las del Reglamento Modelo de la CIDAD-OEA, también lo es, que el Ente Fiscal, aportó elementos de juicio suficientes que acreditan su vinculación con el narcotráfico y la actividad propia del lavado de capitales a través del sistema de “pitufeo”, con excepción de la procesada AYDEE FONSECA, respecto de la cual se demostró únicamente su participación en la primera actividad enunciada, la cual, recordó, no es objeto de juzgamiento en la presente actuación. 6.10. Al ingresar a la dosificación de la pena, lo hace con fundamento en los previsión de los cánones 54, 55, 58, 59, 60, 61 y 323 inciso 4º del Código Penal, último de los cuales establece la pena para el delito de lavado de activos agravado de ocho (8) a veintidós (22) años seis (6) meses de prisión y multa de seiscientos sesenta y seis punto sesenta y seis (666.66) a setenta y cinco mil (75.000) SMLMV. Seguidamente, deduce los denominados cuartos de movilidad punitiva, fijando el primero en pena que oscilará entre 8 años y 11 años 7 meses 15 días de prisión y multa entre 666.66 y 19.249,99 SMLMV, el primer cuarto medio entre 11 años 7 meses 15 días y 15 años 3 meses y multa entre 19.249,99 y 37.832,32 SMLMV, el segundo cuarto medio entre 15 años 3 meses y 18 años 10 meses y 15 días de prisión y multa entre 37.832,32 y 56.416,65 SMLMV y el cuarto máximo entre 18 años 10 mees y 15 días y 22 años 6 meses de prisión y multa entre 56.416,65 y 75.000 SMLMV; selecciona como aplicable el cuarto mínimo por no concurrir circunstancias de menor punibilidad y en cambio sí la de menor punibilidad prevista en el No. 1º del artículo 55 del C. P. Así las cosas, les impone a los señores WALTER ROJAS VALENCIA, MARÍA LUCELLY GARZÓN LONDOÑO, GUSTAVO ALZATE MOTOA, GLORIA ROJAS VALENCIA, FERNANDO HURTADO, CÉSAR AUGUSTO ZAPATA LONDOÑO y ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS el mínimo de la sanción prevista en el cuarto mínimo, esto es, 8 AÑOS DE PRISIÓN Y MULTA DE 666.66 SMLMV. Asimismo, les impuso la accesoria de inhabilidad para el ejercicio de derechos y funciones públicas, por un período igual al de la pena principal y les negó la concesión del subrogado penal de la suspensión condicional de la ejecución de la pena, por no reunir los requisitos establecidos para el efecto, ordenando consecuencialmente la captura inmediata de los mismos. En tanto que, a favor de AIDEE FONSECA RIVERA, dispuso la absolución. 7. LAS APELACIONES 7.1. DE LA FISCALÍA La señora delegada del ente acusador, centró su inconformidad en la absolución de la procesada AIDEE FONSECA RIVERA; después de reseñar los argumentos esbozados por el a quo para adoptar dicha determinación, advierte que difiere de la conclusión a la que se llegara en el fallo recurrido en el sentido de que la Fiscalía no probó su concreta participación en el delito de lavado de activos, pues, en su criterio, está demostrado que la mencionada ciudadana no sólo fungió como representante legal de la Empresa “FONSECA GARZÓN & CÍA S. EN C.” en la que tenía participación RUBÉN DARÍO GARZÓN, sino que además fue socia gestora de la misma, destacando cómo a través de los investigadores DILMA ESPERANZA SILVA y FREDDY HUMBERTO QUESADA se pudo establecer que la citada empresa nunca desarrolló el objeto social para el cual fue creada y en cambio, cumplía con actividades de administración de bienes obtenidos con recursos procedentes del narcotráfico, actividad ilícita que ejercía GARZÓN LONDOÑO, ex esposo de la acusada y con quien mantenía una relación cercana no sólo por la crianza de los hijos que procrearon, sino para los negocios que tenían en común, no otra conclusión, afirma, se puede derivar de las interceptaciones telefónicas obtenidas en desarrollo de la investigación y que contienen conversaciones en lenguaje cifrado propio de quienes se encuentran confabulados para delinquir. Así las cosas, después de recordar que de conformidad con el artículo 238 de la Ley 600 de 2000 las pruebas deben ser apreciadas en conjunto, advierte que no resulta admisible que se concluya que no obra prueba de responsabilidad en contra de la procesada porque no intervino en giros realizados a través de casas de cambio, pues, resalta, esta no es la única y exclusiva modalidad de la conducta delictiva, toda vez que la riqueza descriptiva del artículo 323 del C. P. es abundante en la medida que no se limita a la concurrencia de alguno de los verbos alternativos para la configuración del punible, sino que va más allá señalando como comportamiento delictivo, el que se le de a los dineros provenientes de dichas actividades apariencia de legalidad o se les legalice, oculte o encubra la verdadera naturaleza, origen, ubicación o destino; por ello, solicita la revocatoria del numeral del tercero del fallo de primera instancia y que, en su lugar, se condene a la señora AIDEE FONSECA RIVERA. 7.2. DE LA DEFENSA DEL SEÑOR ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS En primer lugar, refiere que la contradicción en la que, según su criterio, incurrió el juzgador en la sentencia objeto de impugnación, al aseverar en un aparte del fallo, que el común denominador de las personas investigadas en este proceso, lo constituye la dualidad de acción, representada en la vinculación de los mismos con la conducta de narcotráfico y a su vez, con el lavado de activos mediante su intervención en los giros realizados a través de las casas de cambio, para en otro aparte afirmar con respecto al señor ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS, que los diálogos interceptados y su relación con los señores RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO, GUSTAVO ALZATE MOTOA y JOSÉ FERNANDO PIEDA GRAJALES, imponen su vínculo con el delito subyacente, no necesariamente como partícipe, pero sí como conocedor de las labores que este grupo de personas cometía, constituye la base para extraer como conclusión que la construcción del argumento de responsabilidad de su representado presenta serias falencias, al punto que, afirma, el señor Agente del Ministerio Público al presentar sus alegatos, fue claro en precisar que no compartía la posición de la Fiscalía frente al mismo, entre otras razones, porque varios de los giros de los que fue destinatario provenían de uno de sus familiares, otros de su amigo JHON LONDOÑO MORALES quien no se probó tuviera actividades ilegales y otro de ALZATE MOTOA, el cual, se acreditó, tenía como destinataria final la madre de éste, quien se desempeñaba como empleada doméstica de su casa desde hacía más de veinte años. De esa manera, después de recordar que en nuestro país se encuentra erradicada toda forma de responsabilidad penal objetiva, aduce que contrario a lo manifestado por el a quo, para el año 1993, época en la cual su asistido adquirió parte de un bien en Capurganá en compañía de GARZÓN LONDOÑO, no tenía por qué conocer los antecedentes de éste, pues además de que para entonces eran amigos, el señor ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS, tenía suficiente capacidad económica para realizar esa compra; así, luego de hacer alusión a la situación de la procesada AYDEE FONSECA RIVERA, resalta que no existe un parámetro objetivo para concluir que las conversaciones de ésta en desarrollo de las cuales emplea lenguaje cifrado y sus movimientos bancarios sean normales, en tanto que los de su representado si generen sospecha, cuando contrario a lo ocurrido con aquella, éste sí explicó cada una de las transacciones y presentó las correspondientes pruebas documentales que respaldan sus aserciones. De otro lado, considera que los argumentos esbozados por el a quo para desestimar la calidad de agente oficioso en que obró el señor ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS para la compra de un inmueble para su amigo JHON LONDOÑO, no obstante, haber allegado el poder especial protocolizado para el efecto, la promesa de compraventa y la escritura misma, esto es, el amplio lapso en que se enviaron los giros –entre los años 2000 y 2003- y el hecho de que el remitente de los mismos residiera en Chappaque, NY, zona en la que vivió GUSTAVO ALZATE MOTOA y en la que fue arrestado el 21 de noviembre de 2004 por narcotráfico, son a todas luces, violatorios del debido proceso y de principios rectores como el de presunción de la buena fe y de legalidad que imponen los artículos 29 y 6º de la Carta Política, en la medida que se está acudiendo infundadamente a la construcción de un falso indicio de responsabilidad, sin observar las reglas mínimas exigidas para la estructuración de dicho medio probatorio, de donde surge entonces que éstos no son más que conjeturas, elucubraciones o a lo sumo indicios contingentes, no necesarios, que de manera alguna pueden sustentar la responsabilidad del señor LÓPEZ CORTÉS. Así, frente a la agencia oficiosa mencionada, destaca cómo los dineros que le fueran enviados para llevar a cabo su labor, fueron debidamente declarados ante la DIAN tal y como consta en los formularios de los años 2004 y 2005; asimismo, se acredita con el recibo de pago firmado por el gerente de Casa Loma Construcciones Limitada y con el certificado que en ese sentido expidiera dicha constructora, documentos todos, advierte, allegados a la actuación, pero diseminados de manera aleatoria en los numerosos cuadernos, razón por la cual, cuando en cada uno de los memoriales que presentara, al referirse a los mismos, lo hacía citando los cuadernos y folios donde se encontraban, cuestionando entonces frente a dicho tópico, la determinación del juzgador de instancia, de no otorgar credibilidad a los mismos, para en su lugar, sin soporte probatorio, tildar las explicaciones rendidas por su asistido como injustificadas. Aunado a ello, advierte que no es admisible que por el hecho de que el inmueble en San Juan de la Floresta tuviera un costo de $170.000.000, era ésta la cantidad que LONDOÑO MORALES debió girarle a LÓPEZ CORTÉS, toda vez que la casa no fue comprada de contado y el dinero que finalmente aquél le remitió a éste, fue para cubrir el pago de la cuota inicial tal y como lo explicó en su diligencia de indagatoria, quedándose sin fundamento el indicio de responsabilidad que con base en dicha circunstancia pretende construirse; a igual conclusión, resalta, se arriba respecto a los $3.000.000 cuyo pago se encontraba pendiente para poder proceder a la firma de la escritura, pues dicha cantidad faltaba no para el pago del valor total del inmueble, sino para la cuota inicial, circunstancias éstas que permiten afirmar que los giros están debidamente justificados, pues si se tiene en cuenta que la cuota inicial fue de $25.000.000 y que lo recibido por su mandatario judicial fueron casi $37.000.000, es dable afirmar que las explicaciones brindadas por éste compaginan con la realidad fáctica y no con las descontextualizadas valoraciones que del acervo probatorio hiciera el a quo, pues además de que el señor LÓPEZ CORTÉS le agenció a LONDOÑO MORALES otra negociación, las mismas tienen gastos inherentes que justifican la suma de dinero finalmente recibida, sin que el hecho de que entre el 1º de diciembre de 2003 –fecha en que se firmó la promesa- y el 15 de diciembre de 2004 –fecha en que se debió firmar la escritura- no se hubieran realizado giros de lugar en sana lógica a hacer una inferencia de la naturaleza cuestionada, toda vez que pudieron haber ocurrido muchas cosas, v. g., que el señor LONDOÑO MORALES trajo el dinero personalmente, que lo envió con otra persona, que LÓPEZ CORTÉS se lo prestó, entre muchas otras posibilidades que de manera alguna pueden ser tomadas en contra de su asistido, por cuanto además de que las mismas son una actividad legal, la carga de la prueba no puede usarse en contra del procesado. De otra parte, aduce que contrario a lo indicado en la sentencia impugnada, no puede aseverarse que la contabilidad aducida por la defensa y el testimonio de JHON JAIRO LONDOÑO MORALES, resultan innecesarios, cuando el soporte o base de la misma lo constituye un informe policivo en el que se hizo un análisis contable al señor LÓPEZ CORTÉS, toda vez que tal como lo ha indicado de antaño la H. Corte Constitucional, específicamente, en la Sentencia C-392 del 6 de abril de 2000, los informes de policía judicial no tienen valor probatorio en el proceso, máxime si se tiene en cuenta que, tal como fue demostrado mediante prueba pericial, el mismo presentaba protuberantes errores, que en últimas fueron los que llevaron a que se procesara al señor ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS; por ello, aduce, si de conformidad con lo consagrado en el artículo 20 del C. de P. P., se debe investigar tanto lo favorable como lo desfavorable al procesado, es necesario valorar la prueba en su conjunto y no de manera parcial como lo hizo el a quo, con mayor razón, si se parte del hecho de que en ninguna de las conversaciones interceptadas se deriva alguna situación que lo incrimine en los hechos materia de investigación, pues no toda conversación a la que no se le comprenda su sentido por desconocimiento de la temática que se está tratando y de los antecedentes que la preceden, es viable tildarla de cifrada y mucho menos, construir sobre la misma indicios serios de responsabilidad como finalmente se hizo en la sentencia impugnada. Así las cosas, tras recordar la petición del señor Agente del Ministerio Público en su intervención final, advierte que en el presente caso de debe aplicar el principio del in dubio pro reo a favor del señor LÓPEZ CORTÉS, pues sumado a que su vinculación a la investigación tiene su génesis en un error en el que incurrió el grupo investigativo de la Fiscalía, no es posible que de un negocio real y lícito como lo fue la compra de la parte de un inmueble y de la mal interpretación de una agencia oficiosa efectivamente llevada a cabo, se cree un escenario en el que se le otorga al mismo un papel preponderante, como lo es la legalización de dinero “chichiguas” proveniente de actividades ilícitas, dejando de lado que se trata de un comerciante, que después de muchos años de trabajo y esfuerzo logró posesionarse en Calarcá y Armenia, con algunas droguerías de su propiedad. Por su parte, el abogado que asumiera la defensa del señor LÓPEZ CORTÉS, ante la renuncia que al mandato conferido hiciera su antecesor, allegó memorial en el que expuso que la primera falencia en la investigación está representada en los pormenores que rodearon las interceptaciones telefónicas, pues de un lado, aduce, no obra en el plenario la autorización para realizar tal actividad y del otro, porque frente a las mismas no fue posible ejercer el derecho de contradicción; así, afirma, su argumento central está orientado a discernir sobre la legalidad de la pruebas obtenida contra el señor ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS, en consideración a que la Fiscalía prescindió del requisito contenido en el inciso 2º del artículo 301 de la Ley 600 de 2000, situación que da lugar, ineludiblemente a su exclusión de conformidad con lo preceptuado por el artículo 29 de la Constitución Política de Colombia, pues del plenario se colige que la autorización requerida se expidió cuando ya la interceptación se venía efectuando sin los requisitos de ley; así, luego de transcribir algunos apartes de una sentencia de la H. Corte Constitucional sobre la interceptación de comunicaciones, sin precisar cuál, solicita se revoque la sentencia de primer nivel y que, en su lugar, se disponga la absolución de su representado. 7.3. DE LA DEFENSA DE LA SEÑORA GLORIA ROJAS VALENCIA y DEL SEÑOR WALTER ROJAS VALENCIA En primer lugar, advierte que la construcción de un silogismo jurídico donde la conclusión no es consecuencia necesaria de las premisas que la soportan, sino una de muchas variables posibles en el universo legal, resta por completo capacidad demostrativa a la aseveración de existencia de certeza del hecho investigado; es así, como, aduce, si varios de los aquí procesados se dedicaban al narcotráfico, debieron investigarlos por ese punible, pero no construir viciadamente una investigación como la presente para sostener que está demostrado que se blanquearon grandes sumas de dinero que provenían de un narcotráfico que no se probó y menos aún, se investigó. De otro lado, señala que el proceso penal no puede ser ajeno a las ritualidades constitucionales que garantizan los derechos fundamentales de los ciudadanos, al punto de adelantar investigaciones en contra de personas determinadas, plenamente individualizadas e identificadas como sus representados y no comunicarles dicha situación para que pudieran defenderse como en efecto ocurrió o escuchar el testimonio de los agentes policiales que dirigieron el caso por parte de la Fiscalía antes de la vinculación de sus asistidos como sujetos procesales, para impedir que estos declarantes pudieran ser contrainterrogados y explicaran así sus irregulares procederes o al menos el método utilizado para llegar a las conclusiones interpretativas en las que una camisa representa un kilogramo de cocaína. En ese orden de ideas, indica que si bien varios de los procesados en el presente caso aceptaron los cargos por ser evidente que estaban infringiendo la ley penal, no por ese hecho puede aceptarse válidamente que los demás enjuiciados se comportaron de la misma forma y hacer valoraciones de carácter general para demostrar la materialidad de la conducta punible investigada como se hizo en la sentencia de primera instancia. Así las cosas, al hacer alusión a la responsabilidad que en contra del señor WALTER ROJAS VALENCIA derivó el a quo, aduce que éste lo hizo con sustento en el informe rendido por los investigadores del DAS y en los testimonios de los mismos, los cuales sin respaldo probatorio alguno, manifestaron que aquel viajaba por las islas del Caribe coordinando el transporte de droga, declaraciones que no pudieron ser objeto de contradicción en la medida que fueron recibidas con antelación a la vinculación a la investigación de sus asistidos y aún cuando en el juicio se pretendió agotar tal labor, los mismos no comparecieron “escudándose” en el riesgo de su actividad profesional. Aunado a ello, afirma que escapa a las reglas de la lógica, que se afirme que la recepción de giros por cien dólares configure la modalidad del “pitufeo”, cuando tal como lo han precisado las autoridades tal actividad consiste en prestar el nombre para recibir giros del exterior provenientes de actividades delictivas, pues no se conocen el remitente y el beneficiario del giro y éste se realiza en cantidades sólo algunos pesos inferiores a los diez millones de pesos para evitar que dichas transacciones sean reportadas a la DIAN y a la UIAF –Unidad de Información de Análisis Financiero- y luego a la Fiscalía, entonces, aduce, cómo encuadrar dicha teoría en el caso objeto de estudio, cuando al lado de esos irrisorios giros, se aseveró a lo largo del fallo que WALTER ROJAS era narcotraficante, miembro de una peligrosa empresa criminal que movía grandes cantidades de droga entre Europa, Estados Unidos y el Caribe. Asimismo, advierte que aún cuando se afirma que su defendido recibió un total de $32.000.000, dicha aserción no tiene respaldo probatorio, pues a pesar de haberlo solicitado, nunca se practicó prueba técnica alguna que permitiera establecer su validez; tampoco, resalta, se realizó el cotejo de voz necesario para dilucidar si efectivamente la persona que hablaba en las conversaciones interceptadas era su defendido o no, todo con el propósito de evitar que su asistido se defendiera, para generar un positivo a como diera lugar. Ahora, con respecto a la situación de la señora GLORIA ROJAS VALENCIA, señala que su incriminación se deriva del hecho de estar señalada como la persona encargada del recibo de narcóticos en México y su posterior envío a los Estados Unidos; sin embargo, la enunciada afirmación carece de un respaldo diverso al informe de inteligencia que como se ha decantado de antaño, no tiene virtualidad para adquirir la connotación de prueba y mucho menos para sustentar una sentencia de condena, habida cuenta que informes de estas naturaleza, aduce, no son más que el producto de “conclusiones amañadas y desacertadas” de los investigadores que se niegan a comparecer a un juicio y que declaran bajo la gravedad del juramento, antes de que se vincule legalmente a los procesados para evitar ser contrainterrogados, elucubraciones que derivan de unos diálogos en los que se dice aparece como interlocutora, pero sin que se haya efectuado el correspondiente cotejo para establecer tal situación. Precisa además, que aún cuando efectivamente el hijo de su mandataria judicial, CARLOS ANDRÉS ALZATE, fue condenado por lavado de activos, no por esa razón su madre también es culpable, porque los delitos de sangre no existen y la responsabilidad penal es absolutamente personal e intransferible; sumado a ello, advierte que resulta contrario a las reglas de la experiencia que la señora ROJAS VALENCIA fuera el contacto en México para traficar drogas de una gran empresa criminal y tuviera que venir a Colombia a recibir $50.000.000 en giros realizados en un período de tantos años, puntualizando finalmente, que en la etapa de juicio se demostró que solo hay prueba de un giro a su nombre. Solicitó entonces, la aplicación de la presunción de inocencia a su favor. 8. CONSIDERACIONES DE LA SALA Atendiendo al denominado principio de prioridad o preeminencia, corresponde al Tribunal dar curso a los reproches elevados por los censores, recogiendo en primer lugar, las críticas signadas por la Defensa de los procesados WALTER y GLORIA ROJAS VALENCIA, encaminadas, así no se precise explícitamente, a la declaratoria de nulidad, pues, en caso de prosperar una de ellas con la consecuencia inevitable de retrotraer el proceso, quedaría eximida la Sala para ingresar en el análisis del fondo de los reparos consignados por los impugnantes. De esa manera, recuérdese que como fuera consignado en acápite anterior, el profesional del derecho que representa los intereses de los hermanos ROJAS VALENCIA, fue enfático en indicar que, en su criterio, se desconocieron las ritualidades constitucionales y consecuencialmente se soslayaron los derechos fundamentales de sus asistidos, conclusión que deriva de un lado, de la presunta omisión en que incurriera el ente instructor al recepcionar las declaraciones de los miembros del grupo operativo del DAS que dirigieron el caso antes de la vinculación de éstos como sujetos procesales para impedir que los mismos fueran contrainterrogados y explicaran sus “irregulares procederes” o al menos el método utilizado para llegar a las conclusiones interpretativas, vulneración que, aduce, se hizo extensiva a la etapa del juicio en la medida que no obstante haberse ordenado de nuevo su recepción “los mismos no comparecieron escudándose” en el riesgo de su actividad profesional y del otro, al adelantar la investigación en contra de personas determinadas, plenamente individualizadas e identificadas como los mencionados ciudadanos y no comunicarles dicha situación para que pudieran defenderse. En ese orden ideas, ninguna objeción merece el apotegma según el cual toda persona tiene derecho a un debido proceso, pues frente a su desconocimiento la consecuencia no puede ser otra que la gravosa medida de la nulidad; sin embargo, para llegar a tan drástica conclusión, imperioso resulta examinar cada situación, buscando consecuencialmente la solución que corresponda a los fines del proceso penal y en armonía con la normativa vigente, para cuyo efecto se tendrá como referente, para el asunto que se revisa, lo previsto por el canon 306 de la ley 600 de 2000 –Código de Procedimiento Penal-, que describe las causales de nulidad; estatuto que a su vez, relaciona los principios que la orientan, a saber: taxatividad, protección, convalidación, trascendencia y residualidad. Sobre el particular, de conformidad con los enunciados principios la Sala de Casación Penal de la H. Corte Suprema de Justicia, enseña: “Solamente es posible alegar nulidades expresamente previstas en la ley -taxatividad-; no puede invocarlas el sujeto procesal que con su conducta haya dado lugar a la configuración del motivo invalidatorio, salvo el caso de ausencia de defensa técnica – protección-, aunque se configure la irregularidad, ella puede convalidarse con el convencimiento expreso o tácito del sujeto perjudicado, a condición de ser observadas las garantías fundamentales – convalidación-; quien alegue la nulidad está en la obligación de acreditar que la irregularidad sustancial afecta las garantías constitucionales de los sujetos procesales o desconoce las bases fundamentales de la instrucción y/o el juzgamiento –trascendencia-; y, además, que no exista otro remedio procesal distinto de la nulidad para subsanar el yerro que se advierte –residualidad-“.[11] De tal suerte que, corresponde al peticionario determinar el acto procesal que estima irregularmente cumplido, probar la omisión de un desarrollo jurídicamente exigible conforme a disposiciones que lo establecen, y además reseñar su incidencia en el proceso o la sentencia, con efectos en las garantías reconocidas a favor del procesado, o en la estructura del proceso. Así las cosas, establecidos entonces los parámetros a los que debe sujetarse una pretensión como la elevada por el profesional del derecho que representa los intereses de los procesados WALTER y GLORIA ROJAS VALENCIA, procederá la Sala a pronunciarse frente los reparos que, indudablemente, con el propósito antes enunciado, esbozara en su escrito de apelación, esto es, la presunta vulneración de garantías fundamentales derivada de las condiciones en que se recibieron las declaraciones de los miembros del grupo operativo del DAS que tuvieron a su cargo la investigación y del hecho según el cual, supuestamente, el ente instructor adelantó la investigación en contra de personas determinadas, plenamente individualizadas e identificadas como sus representados sin comunicarles dicha situación impidiendo así su defensa. En aras de la claridad requerida, necesario resulta hacer alusión de manera cronológica a las circunstancias anteriores y posteriores a la recepción de las deponencias de los mencionados funcionarios del Departamento Administrativo de Seguridad –DAS-, Seccional Quindío. Veamos: El día 9 de agosto de 2002 los detectives SANDRA JIMÉNEZ MÉNDEZ y NORBERTO GUALTEROS adscritos al Departamento Administrativo de Seguridad –DAS- presentaron el informe PJ1328[12], en el que indican que en desarrollo de labores de inteligencia, tuvieron conocimiento (I) que el ciudadano RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO, se dedicaba al tráfico de estupefacientes con destino a varios países de Europa y Norteamérica y que al parecer era cabecilla de una de las redes de narcotraficantes que se estaban asentando en el Departamento del Quindío con nexos con el Cartel del Norte del Valle; (ii) que el mismo contaba con un socio radicado en el Reino Unido, que responde al nombre de JOSÉ FERNANDO PINEDA GRAJALES, el cual era el encargado de coordinar el embarque de los narcóticos que llegaban a Europa; (iii) que “La Haya” informó sobre varias anotaciones en contra del citado GARZÓN LONDOÑO: a- solicitud de captura con fines de extradición por fuga de la cárcel de Grefriorst/sittard el 14 de enero de 1982; bsentencia de 16 años de prisión emitida en su contra por la Corte de Apelaciones de Amsterdam el 22 de abril de 1991; c- detención el 28 de febrero de 1990 por el tráfico de 2.658 kilos de cocaína; d- detención el 18 de mayo de 1979 por el tráfico de 3.900 gramos de cocaína; e- detención el 17 de abril de 1981 por el tráfico de 550 gramos de cocaína. Así, con fundamento en los reseñados antecedentes los funcionarios del DAS solicitaron a la Fiscalía la autorización para la intervención telefónica del abonado 7498233 ubicado en la calle 15 N No. 10-96 de Armenia, lugar donde residía el señor GARZÓN LONDOÑO figurando como suscriptor de dicha línea telefónica, solicitud que, se precisó, elevaban con el fin de recaudar las pruebas que condujeran a la judicialización tanto de las personas mencionadas en el enunciado informe como de los otros integrantes de dicha red de narcotraficantes. De esa manera, a través de Resolución No. 583 del 12 de agosto de 2002[13], se asignó la investigación a prevención a un fiscal adscrito a la Unidad Nacional para la Extinción del Derecho de Dominio y contra el Lavado de Activos; en tanto que en la misma fecha, el Director Seccional del DAS Quindío, solicitó al Fiscal 23 de Lavado de Activos de Bogotá que comisionara a ese ente investigativo para la práctica de prueba y judicialización, en consideración a que según labores adelantadas pudieron determinar que la organización a raíz de su actividad delictiva había conformado una red estructurada que se encargaba de ingresar divisas extranjeras, las cuales eran legalizadas en forma irregular. Así, la Fiscalía Sexta Delega UNCLA por resolución del 14 de agosto de 2002 inició las diligencias preliminares a prevención[14]; en tanto que, atendiendo los enunciados requerimientos, a través de resolución del 20 de agosto de 2002[15], ordenó la interceptación telefónica mediante grabación magnetofónica de las comunicaciones telefónicas efectuadas del abonado telefónico 7498233 ubicado en esta ciudad en la residencia de RUBÉN DARÍO GARZÓN LONDOÑO, por el término de 30 días, comisionando al DAS para los efectos pertinentes, continuando con la autorización de prórroga y nuevas interceptaciones hasta noviembre de 2005, como se expondrá al momento de responder los reparos que sobre dicho tópico elevara el abogado que finalmente asumió la defensa del señor ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS. Posteriormente, una vez adelantada la investigación previa cuya apertura se dispuso mediante resolución del 4 de agosto de 2002 y rendido el informe DAS.DGO.GOR 5-018 del 31 de enero de 2005[16] por el Detective CARLOS A. NEITA L. el cual da cuenta de la totalidad de la actividades de inteligencia y de las conclusiones que de las mismas se derivan, el 27 de abril de 2005[17] la Fiscalía Sexta Delegada de Bogotá, con el propósito “de alcanzar los fines de la investigación previa” dispuso escuchar en diligencia de declaración a los señores: DILMA ESPERANZA SILVA OLARTE, NORBERTO GUALTEROS, MERCEDES PEDRAZA, RICARDO LOZANO QUESADA, CARLOS NEITA y FREDY QUESADA. De esa manera, el 3 de mayo de 2005 se recibieron los testimonios de DILMA ESPERANZA SILVA OLARTE[18] Jefe de Inteligencia de la Seccional DAS Quindío y de JOSÉ NORBERTO GUALTEROS SERNA[19] Detective Grado 7 de la Institución; el 4 de mayo de los detectives MERCEDES PEDRAZA LONDOÑO[20] y RICARDO LOZANO QUESADA[21]; el 5 de mayo el del detective CARLOS ARUTRO NEITA LÓPEZ[22]; y, el 7 de junio del mismo año, los del Oficial de Inteligencia JESÚS ANTONIO LÓPEZ JIMÉNEZ[23] y del Detective del Grupo de Operaciones Reactivas FREDY HUMBERTO QUESADA QUECAN[24], los cuales efectivamente y como es lógico por razón del estado en que se encontraba la investigación, se practicaron sin la presencia de los señores WALTER ROJAS VALENCIA, JOSÉ FERNANDO PINEDA GRAJALES, GUSTAVO ALZATE MOTOA, GLORIA ROJAS VALENCIA, AYDEE FONSECA RIVERA, MARÍA LUCELLY GARZÓN DE TORRES, FERNANDO HURTADO y ALVARO LÓPEZ CORTÉS y de sus defensores, pues la vinculación de los mismos a través de indagatoria se dispuso el 12 de agosto de 2005, fecha en la cual se profirió la resolución de apertura de investigación[25] y, consecuencialmente, se ordenó librar las correspondientes órdenes de captura, excepto, con respecto al último enunciado a quien se citó para el reseñado efecto. Ahora, no obstante la posibilidad con la que contaron los sujetos procesales para solicitar la ampliación de los reseñados testimonios en desarrollo de la investigación formal, tal como se colige del contenido del artículo 331 de la Ley 600 de 2000 que establece los fines de dicha etapa procesal, los mismos no ejercitaron el mencionado derecho y tan sólo se advierte cómo en el término de traslado que consagra el canon 400 ibídem, el abogado JULIÁN GARCÍA BUITRAGO en su calidad de suplente en la defensa que ejercía el Doctor HERNANDO PRADA PEÑA, mandatario judicial de los sindicados WALTER y GLORIA ROJAS VALENCIA, allegó memorial el 14 de agosto de 2009[26], en el que de manera antitécnica y desconociendo la carga que le era exigible, solicitó el decreto y práctica de la ampliación de los testimonios de los investigadores DILMA ESPERANZA SILVA OLARTE, MERCEDES PEDRAZA MONTAÑO, JOSÉ NORBERTO GUALTEROS SERNA, CARLOS ARTURO NEITA TORRES y FREDY HUMBERTO QUESADA QUECAN, bajo el argumento que como los mismos habían sido recepcionados antes de vincular a sus representados, inclusive, adujo, antes de disponer la apertura de instrucción en su contra, se hacía necesario contrainterrogarlos de conformidad con lo establecido en el artículo 13 del C. de P. P., en atención a que es con fundamento en sus “conclusiones, suposiciones, deducciones y afirmaciones” que se encuentran edificadas las imputaciones. Así, en desarrollo de la audiencia preparatoria celebrada el día 1º de septiembre de 2009[27], el Juzgado Penal del Circuito Especializado, al pronunciarse sobre la mencionada deprecación, sin realizar el análisis de rigor, decretó la práctica de los testimonios de los funcionarios del DAS antes citados, olvidando de esa manera que si bien de acuerdo con lo establecido en el inciso 2º del canon 400 de la Ley 600 de 2000, los sujetos procesales pueden solicitar la práctica de pruebas en la etapa de juzgamiento, es necesario que los mismos señalen su procedencia y que estas peticiones deben examinarse bajo los presupuestos señalados en el artículo 235 ibídem, cuyo tenor literal señala que corresponde al juez rechazar las pruebas prohibidas, ineficaces, impertinentes, inconducentes y superfluas, así como aquéllas que no conduzcan a establecer la verdad sobre los hechos materia del proceso. En ese orden de ideas, de las normas relacionadas se desprende que solicitudes de la mencionada naturaleza deben estar debidamente sustentadas, esencialmente demostrando para qué y con qué finalidad se invocan, pues de conformidad con los principios que orientan su decreto y práctica, la procedencia exige tener en cuenta su conducencia, esto es, que su práctica esté permitida por el ordenamiento jurídico; su pertinencia, es decir, que guarde relación con los hechos materia de investigación, además, que el medio probatorio sea apto para acreditar un asunto que interesa a la actuación y, finalmente, su utilidad, la cual se traduce en el beneficio que reporta para al proceso examinando si es apropiado para establecer algo que aún no ha sido comprobado. Sobre la temática, la Sala de Casación Penal de la H. Corte Suprema de Justicia, en Sentencia emitida el 3 de marzo de 2004 con ponencia de la H. M. Dra. MARINA PULIDO DE BARÓN, precisó: “Tal procedencia, como ya ha sido expuesto, se encuentra vinculada a las exigencias de la conducencia, pertinencia, racionalidad y utilidad del medio probatorio. La primera supone que la práctica de la prueba solicitada es permitida por la ley como elemento demostrativo para que el funcionario judicial conforme su juicio positivo o negativo sobre la materialidad de la conducta investigada o la responsabilidad del procesado. “La pertinencia de la prueba apunta no únicamente a su relación con el objeto de la investigación y debate, sino a que resulte apta y apropiada para demostrar un tópico de interés en el trámite. “La racionalidad del medio probatorio tiene que ver con la viabilidad real de su práctica dentro de las circunstancias materiales que demanda su realización. “Y la utilidad de la prueba se refiere a su aporte concreto en punto del objeto de la investigación, en oposición a lo superfluo e intrascendente”. Dicha tesis, ha sido reiterada por la H. Alta Corporación, entre otras, en la Sentencia proferida el 9 de junio de 2009 con ponencia del H. M. Dr. SIGIFREDO ESPINOSA PÉREZ, dentro del proceso radicado bajo el No. 31240, en el cual, en su parte pertinente, indica: “Mal puede, en consecuencia, pretender la defensa que se repitan en el juicio todas las pruebas incorporadas en la etapa instructiva por la Fiscalía, solamente aduciendo -o sugiriendo, como aquí acontece- que de ellas pueden surgir otros aspectos distintos que favorezcan su posición en el proceso, pues ello no sólo va en contravía del principio de permanencia de la prueba que rige el sistema de la Ley 600 de 2000, sino que desconoce la eficacia del trámite surtido, al denotar una carencia de fundamentos argumentales serios para sustentar su pretensión probatoria, esperando, al albur, que la reiteración de los medios incorporados por la Fiscalía, le permitan hallar, en el juicio, yerros que le posibiliten descalificar a último momento la validez formal y material de la prueba ya incorporada por el ente acusador. “Insiste la Corte en sostener, que a cada parte le corresponde argumentar en pro de la práctica probatoria solicitada, dentro de los presupuestos de conducencia, pertinencia y utilidad que reportan las normas citadas en precedencia, lo cual no puede decirse que ha ocurrido cuando la parte que reclama las pruebas se limita a postular de manera genérica su pretensión, omitiendo indicar para qué, por qué motivo o qué finalidad persigue, como ya se acotó, el elemento de juicio cuya práctica demanda”. De lo anterior se desprende entonces, que aún cuando los artículos 232 y 237 del Estatuto Procesal penal establecen, en su orden, la necesidad de la prueba y la posibilidad de demostrar, acudiendo a cualquier medio de convicción los elementos constitutivos de la conducta punible, la responsabilidad del procesado, las causales que modifican la pena, las que excluyen responsabilidad y la naturaleza y cuantía de los perjuicios, esa libertad probatoria no es absoluta, pues está condicionada al cumplimiento de los supuestos antes indicados. Por ello, la ausencia de cualquiera de estos requisitos, impone al funcionario la obligación de rechazar la práctica de la prueba solicitada, como lo prescribe el citado canon 235. Conforme al anterior marco conceptual, la Sala concluye que la petición elevada en la enunciada oportunidad por el defensor suplente de los procesados WALTER y GLORIA ROJAS VALENCIA no estaba llamada a prosperar, pues como surge del escrito presentado, el interesado no cumplió con la carga procesal que le era exigible, en la medida que se limitó a señalar que con el fin de contar con la posibilidad de contrainterrogar, se ordenara “la ampliación” de los testimonios de los investigadores DILMA ESPERANZA SILVA OLARTE, MERCEDES PEDRAZA MONTAÑO, JOSÉ NORBERTO GUALTEROS SERNA, CARLOS ARTURO NEITA TORRES y FREDY HUMBERTO QUESADA QUECAN, sin esgrimir argumento alguno tendiente a demostrar los cuatro componentes que de conformidad con la normativa que regula esa clase de actuación son necesarios, entendidos como requisitos de procedibilidad a fin de que el Juzgador cuente con los elementos de convicción que le permitan, sin duda alguna, establecer la conducencia, pertinencia, racionalidad y utilidad del medio probatorio de que se trate. Ahora, a pesar de que dicha carga en la presente actuación no se cumplió el a quo accedió a la petición elevada por el mencionado profesional del derecho y fue así, como una vez instalada la audiencia de debate oral el 6 de octubre de 2009[28], el defensor suplente de los procesados WALTER y GLORIA ROJAS VALENCIA, en uso de la palabra señaló que en atención a que el Dr. HERNANDO PRADA había sido debidamente notificado de la realización de dicha diligencia y que el mismo no le puso de presente imposibilidad alguna para asistir a la audiencia, no se encontraba preparado para intervenir, solicitando entonces su aplazamiento; sin embargo, el funcionario de primer nivel no accedió a la enunciada deprecación y en su lugar decidió dar aplicación a la previsión inserta en el artículo 408 de la Ley 600 de 2000, indicando finalmente que si él en su condición de suplente se encontraba presente en la sala de audiencias, debía representar a los mencionados procesados. Seguidamente, aún cuando el a quo de manera imprecisa indicó que “tenía entendido” que el Dr. HERNANDO PRADA -defensor principal de los acusados en cita-, había elevado unas solicitudes probatorias e indagó en la sala cuáles de los testigos se encontraban presentes, constatando que para ese instante ya había hecho su arribo a la misma uno de los detectives, en tanto que al defensor suplente le preguntó si iba a hacer el interrogatorio correspondiente, éste no solo omitió aclarar que era él quien directamente había hecho las solicitudes probatorias por las que preguntaba el Juzgador, sino que además, reiteró que no estaba preparado para intervenir en la diligencia y luego de indicar que los testimonios de los mismos eran sustanciales para los intereses defensivos de WALTER y GLORIA ROJAS VALENCIA, se ausentó del recinto bajo el argumento que su presencia sólo obedecía a su intención de observar su “transcurrir” y no de actuar; comportamiento procesal que desde ya debe indicar la Sala, riñe con el compromiso o rol que le era exigible por virtud de su designación como defensor suplente de los mencionados implicados y que, indudablemente, da lugar a disponer la expedición de copias en su contra con destino a la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Seccional de la Judicatura del Quindío, para que investigue el mencionado comportamiento profesional. Igual determinación se adoptará con respecto al abogado HERNANDO PRADA PEÑA, pues su actividad como defensor en el asunto que se examina, necesariamente, debe ser vista en armonía con la del defensor suplente, en la medida que éste se desempeña bajo la responsabilidad de aquel, en términos del artículo 134 de la Ley 600 de 2000. Ahora, no obstante la existencia del reseñado impasse y partiendo de la base de que no le es dable a los sujetos procesales sacar provecho de su propio descuido, negligencia o falta de diligencia, debe indicarse que contrario a lo aseverado por el abogado JULIÁN GARCÍA BUITRAGO en su escrito de sustentación del recurso de apelación, no puede admitirse que en el evento examinado se vulneró el derecho fundamental de defensa y por consiguiente, el derecho al debido proceso de los señores WALTER y GLORIA ROJAS VALENCIA, pues lo cierto es que la omisión probatoria relacionada por el censor, que no se agotó en el debate oral por una circunstancia atribuible al mismo, no genera per se irregularidad de carácter sustancial, en la medida que debió el apelante cotejarlos con los elementos de convicción aportados al plenario, a fin de señalar con claridad la capacidad de aquellos –los no recepcionados, y el practicado sin su presencia- para modificar esencialmente la orientación de la decisión, lo cual no se cumplió por el recurrente. No existe entonces, fundamento válido para argüir el desconocimiento de las garantías enunciadas por la defensa de los hermanos ROJAS VALENCIA, de donde sigue acotar que dichos derechos no resultaron vulnerados con la trascendencia que se enuncia. El derecho procesal, se recuerda, impone la invalidación de las actuaciones que irrogan un perjuicio concreto y ello no aconteció. Ahora, de importancia estima el Tribunal traer a colación criterio jurisprudencial con respecto a los temas enunciados en precedencia y que recoge adveraciones anteriores. La Sala de Casación Penal de la H. Corte Suprema de Justicia, ha señalado: [29] “Si lo aducido es la violación del debido proceso, se debe comprobar la existencia de la irregularidad sustancial que afecte la estructura del sistema que lo inspira, como por ejemplo, falta de apertura de investigación, de vinculación del procesado, de definición de su situación jurídica, o de la resolución de cierre de investigación; desconocimiento de la etapa de investigación y/o de juzgamiento; ausencia de la fase probatoria y/o de debate oral dentro del juicio; de formulación de cargos o sentencia, o la posibilidad de recurrir en segunda instancia. “Y si lo alegado es la violación del derecho de defensa, en la demanda se debe especificar la actuación que lesionó dicha garantía y su concreta incidencia en el fallo impugnado Sentencia de casación del 10 de octubre de 2.000, M.P. Álvaro O. Pérez Pinzón”-. Por manera que, atendiendo el decurso de la investigación, así como el principio de permanencia de la prueba propio del sistema mixto previsto en la Ley 600 de 2000, según el cual los elementos de convicción producidos durante las fases preliminares del proceso pueden ser sustento del fallo de condena, en los términos precisados por la Sala de Casación Penal de la H. Corte Suprema de Justicia en las Sentencias proferidas el 27 de octubre y el 2 de diciembre de 2008, con ponencia del los H. M. Drs. JULIO ENRIQUE SOCHA SALAMANCA y AUGUSTO J. IBÁÑEZ GUZMÁN dentro de los procesos radicados bajo los números 25526 y 26393, respectivamente, es claro que en el evento examinado no hay afectación del debido proceso, ni de los derechos de contradicción y defensa, en la medida que precisamente por virtud del principio que rige el proceso por el cual rituó la presente investigación, los testimonios que reclama el censor fueron sometidos al conocimiento y crítica de las partes. Por ello, la reseñada deprecación no tiene vocación de prosperidad. Ahora, con respecto al segundo aspecto en el cual la defensa de los implicados en cita, sustenta su petición de nulidad, esto es, del hecho de haberse adelantado la investigación en contra de personas determinadas, plenamente individualizadas e identificadas como sus representados y no comunicarles dicha situación para que pudieran defenderse, debe indicar la Sala que tal aserción riñe con la realidad procesal por cuanto, tal como se indicó en precedencia, una vez se realizaron las labores propias de la investigación preliminar y se recibieron las declaraciones de los detectives del DAS: DILMA ESPERANZA SILVA OLARTE, NORBERTO GUALTEROS, MERCEDES PEDRAZA, RICARDO LOZANO QUESADA, CARLOS NEITA y FREDY QUESADA, quienes en desarrollo de las mismas se ratificaron en el informe que producto de las labores de inteligencia elaboraron, la Fiscalía Sexta Delegada UNCLA, a través de resolución del 12 de agosto de 2005, dispuso la apertura de investigación formal[30] y consecuencialmente, la vinculación de los señores WALTER ROJAS VALENCIA, JOSÉ FERNANDO PINEDA GRAJALES, GUSTAVO ALZATE MOTOA, GLORIA ROJAS VALENCIA, AYDEE FONSECA RIVERA, MARÍA LUCELLY GARZÓN DE TORRES, FERNANDO HURTADO y ALVARO LÓPEZ CORTÉS a través de indagatoria, actuación que no fue posible, agotar, entre otros, con respecto a sus asistidos no obstante haberse librado las correspondientes órdenes de captura. De otra parte, tampoco puede aseverarse que la ausencia de notificación de la apertura de investigación previa, constituya vulneración de las garantías fundamentales de las personas que al término de la misma resulten vinculadas en caso de que se decrete la apertura de instrucción, toda vez que, como lo prescribe el artículo 322 de la Ley 600 de 2000, la investigación previa como etapa anterior al proceso persigue determinar si hay lugar o no a la acción penal, es decir, se trata de una actuación circunstancial que no debe realizarse si existe suficiente información para iniciar la acción penal habida cuenta de la tipicidad del hecho, la identificación de sus autores o partícipes y la inexistencia de causales de justificación o inculpabilidad. Surge de allí, entonces, que el objeto de la investigación en esta fase previa al proceso consiste en asegurar las fuentes de prueba, y como lo precisa el canon reseñado en precedencia, "adelantar las medidas necesarias tendientes a determinar si ha tenido ocurrencia la conducta que por cualquier medio haya llegado a conocimiento de las autoridades; si está descrita en la ley penal como punible; si se ha actuado al amparo de una causal de ausencia de responsabilidad; si se cumple el requisito de procedibilidad para iniciar la acción penal y para recaudar las pruebas indispensables para lograr la individualización o identificación de los autores o partícipes de la conducta punible", en otras palabras, la razón de ser de la investigación previa es la de establecer los presupuestos mínimos para adelantar la acción penal y dar curso a la iniciación formal del proceso, pues la simple noticia criminal no se considera motivo suficiente para iniciar el proceso penal y poner en marcha la función investigativa y punitiva del Estado, sino se acompaña de las pruebas sobre los presupuestos necesarios de la acción penal - tipicidad del hecho, identificación de autores o partícipes, procedibilidad de la acción- que permitan racionalmente colegir en principio su necesidad. Debe recordarse, aunado a ello, que de conformidad con lo dispuesto por el artículo 323 del C. de P. P., durante la investigación previa las diligencias son reservadas, sin embargo, el defensor del imputado que rindió versión preliminar, tiene derecho a conocerlas y a que se le expidan copias, circunstancia que queda supeditada de acuerdo con el canon 324 ibídem, a criterio del Fiscal General de la Nación o su delegado, pues se trata de una facultad potestativa de dicho Ente, que debe entenderse en el marco del derecho al debido proceso, garantía constitucional que en ese evento particular se concreta en el derecho de conocer tan pronto como sea posible la existencia de una investigación penal en curso –previa o formal-, a fin de poder tomar oportunamente todas las medidas que consagre el ordenamiento en aras del derecho de defensa. Por consiguiente, si se parte de la base de que en el caso examinado la investigación previa estuvo orientada no solo a establecer la existencia del delito, sino además, la identidad o individualización de los autores o partícipes del mismo, no le era dable al fiscal notificar la resolución que dio inicio a la misma a los hermanos ROJAS VALENCIA, quienes luego de agotada dicha etapa pre-procesal resultaron vinculados al proceso, pues el hecho de que para el momento en que se rindieron los diferentes informes por parte de los detectives del DAS se hiciera alusión a su presunta participación en los hechos materia de investigación, fue sólo al término de dicha etapa pre-procesal que se logró determinar que la conducta punible de lavado de activos estaba teniendo ocurrencia, así como la individualización o identificación de las personas en ella involucradas. Por manera que, atendiendo el decurso de la investigación, como los reparos a los que aludió la defensa de WALTER y GLORIA ROJAS VALENCIA, en criterio del Tribunal, estos no pueden ser estimados como irregularidades, y por ello no es procedente la medida extrema que tímidamente se depreca. El Tribunal abordará a continuación el conocimiento de la crítica elevada por el profesional del derecho que asumió finalmente la defensa del señor ÁLVARO LÓPEZ CORTÉS, esto es, la deprecación orientada a obtener la exclusión de las interceptaciones telefónicas, tras señalar que las mismas se encuentran viciadas de nulidad por la presunta existencia de irregularidades de carácter sustancial que afectan el derecho de defensa y por ende, el debido proceso, como consecuencia, dice, de la omisión por parte del Ente Acusador de expedir la autorización para proceder en ese sentido y de darle la posibilidad a los implicados de ejercer el derecho de contradicción frente a las mismas. Sobre el particular, la Sala debe recordar, que para que sea procedente la exclusión de un medio de prueba, en los términos planteados por el recurrente, necesario es que esté plenamente demostrada la violación de las formalidades sustanciales legalmente previstas para el efecto y que ésta sea esencial y trascendente sobre el debido proceso, pues la omisión de una simple formalidad no autoriza la exclusión del medio de prueba. Así lo precisó la Sala de Casación Penal de la H. Corte Suprema de Justicia en Sentencia del 10 de julio de 2008 con Ponencia del H. M. Dr. YESID RAMÍREZ BASTIDAS, en la que retomó lo indicado por esa Corporación en pronunciamiento del 2 de marzo de 2005, señalando: “El artículo 29 de la Constitución Política consagra la regla general de exclusión al disponer que “es nula de pleno derecho, la prueba obtenida con violación del debido proceso”. “La exclusión opera de maneras diversas y genera consecuencias distintas dependiendo si se trata de prueba ilícita o prueba ilegal. “Se entiende por prueba ilícita la que se obtiene con vulneración de los derechos fundamentales de las personas, entre ellos la dignidad, el debido proceso, la intimidad, la no autoincriminación, la solidaridad íntima, y aquellas en cuya producción, práctica o aducción se somete a las personas a torturas, tratos cueles, inhumanos o degradantes, sea cual fuere el género o la especie de la prueba así obtenida. “La prueba ilegal se genera cuando en su producción, práctica o aducción se incumplen los requisitos legales esenciales, caso en el cual debe ser excluida como lo indica el artículo 29 Superior. “En esta eventualidad, corresponde al juez determinar si el requisito legal pretermitido es esencial y discernir su proyección y trascendencia sobre el debido proceso, toda vez que la omisión de alguna formalidad insustancial por sí sola no autoriza la exclusión del medio de prueba”. De acuerdo con lo anterior, quien pretende la exclusión de algún medio de prueba por estimarlo ilegal debe indicar cuál es el precepto procesal dejado de aplicar y que establece la ritualidad indispensable para el decreto, práctica, aducción o formación de la prueba; la cual debe repercutir en el debido proceso que estatuye el artículo 29 de la Constitución Política. En ese orden de ideas, recuérdese que en nuestro sistema probatorio rige por mandato constitucional el principio de exclusión (artículo 29, inciso último), de acuerdo con el cual la fórmula de solución cuando una prueba adolece de vicios que afectan su validez, porque los encargados de incorporarla omitieron dar cumplimiento a uno de estos pasos rituales, no es anular el proceso, sino excluir del debate probatorio la prueba ilegalmente aducida, y decidir con fundamento en las restantes, pues se considera que la informalidad que afecta la producción de una prueba en particular, no se proyecta mas allá de la prueba misma y de las que ella se derivan. En el caso que se examina, de suyo advierte la Sala que ninguna irregularidad, menos con la trascendencia que la defensa enuncia, se ha presentado en el plenario; gravosa ordenación que solicita, por la presunta omisión en que se incurrió al realizar la interceptación de las comunicaciones sin la autorización de rigor, toda vez que para el efecto acude a un supuesto de hecho que no ha tenido existencia. Así las cosas, con el propósito de contextualizar el problema jurídico planteado, precísase que el artículo 15 de la Constitución Política establece que todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y familiar, y el Estado debe respetarlos y hacerlos respetar. De igual modo, prescribe la citada normativa que las personas tienen derecho a conocer, actualizar y rectificar las informaciones que se hayan recogido sobre ellas en bancos de datos y en archivos de entidades públicas y privadas y que en la recolección, circulación y tratamiento se respetarán la libertad y demás garantías fundamentales. De allí, se colige que la norma constitucional mencionada, protege la intimidad entendida como aquella esfera o espacio de la vida privada no susceptible de interferencia arbitraria de las demás personas; sin embargo, dicha garantía no tiene carácter absoluto, en la medida que puede ser objeto de limitaciones en guarda de un verdadero interés general que responda a los presupuestos establecidos por el artículo 1º de la Constitución Política, pues indudablemente la sociedad reclama que se investiguen las conductas delictivas y se sancione a sus responsables, en procura de preservar la vigencia de un orden justo, bien igualmente protegido por nuestra Carta. Es entonces, con el propósito de materializar el enunciado bien, que el artículo 250 Superior faculta a la Fiscalía General de la Nación para adelantar interceptaciones de comunicaciones; en tanto que, en desarrollo de dicha normativa, el canon 301 de la Ley 600 de 2000, preceptúa que “El funcionario judicial podrá ordenar con el único objeto de buscar pruebas judiciales, que se intercepten mediante grabación magnetofónica las comunicaciones telefónicas, radiotelefónicas y similares que utilicen el espectro electromagnético, que se hagan o reciban y que se agreguen al expediente las grabaciones que tengan interés para los fines del proceso”, asimismo señala la norma en mención que las entidades encargadas de la operación técnica de la respectiva interceptación, tienen la obligación de realizar la misma dentro de las cuarenta y ocho (48) horas siguientes a la notificación de la orden y además, que cuando se trate de interceptación durante la etapa de la investigación la decisión debe ser remitida dentro de las veinticuatro (24) horas siguientes a la Dirección Nacional de Fiscalías. En ese orden de ideas, establecidas las exigencias para realizar la interceptación de comunicaciones como una de las excepciones a la garantía fundamental de la intimidad personal, relacionará la Sala las consecutivas resoluciones expedidas por la Fiscalía 6ª Delegada UNCLA para agotar tal labor, precisando además que luego de un exhaustivo análisis del expediente, se pudo constatar que todas las resoluciones por medio de las cuales se autorizó la interceptación o prórroga de los diferentes abonados telefónicos, estuvieron precedidas del correspondiente informe de los miembros del Grupo Operativo del DAS en los cuales se indican las razones que hacían imperiosa la adopción de determinaciones de dicha naturaleza y la titularidad de cada una de las líneas cuya interceptación deprecaban, decisiones que estuvieron acompañadas a su vez, de los correspondientes oficios con destino a las Direcciones Nacional y Seccional de Fiscalías para dar cumplimiento a lo previsto por el artículo 301 ya relacionado. Veamos: · Resolución del 20 de agosto de 2002[31] por medio del cual el Fiscal Sexto Delegado, ordena, por el término de 30 días, la interceptación telefónica mediante grabación magnetofónica de las comunicaciones telefónicas efectuadas del abonado telefónico 7498233. A folio 5 se aprecia el oficio correspondiente con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 30 de agosto de 2002[32] ordenando, por el término de 30 días, la interceptación de los números 7497535 y 7435087. A folio 10, oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 18 de septiembre de 2002[33] autorizando la interceptación de los No. 7497118, 7467780 por el término de 30 días y celulares 31040080378, 3104958092,3104219440 y 3155492997 por 150 días. A folio 23, oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 23 de octubre de 2002[34] autorizando la interceptación de los No. 7413118 y 7421585 por 30 días. A folio 128, oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 25 de octubre de 2002[35] autorizando prórroga interceptación de los No. 7497118, 7462780 por 30 días. A folio 136, oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 27 de septiembre de 2002[36] autorizando la interceptación de los No. 7498233, 7497535y 7435087 por 30 días y se ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 28 de octubre de 2002[37] autorizando prórroga interceptación de los No. 7498233, 7462780 por 40 días. A folio 147, oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 31 de octubre de 2002[38] aclara resolución del 25 de octubre de 2002, indicando que no es el 7462780 sino el 7467780 el abonado cuya prórroga se autorizaba. · Resolución del 19 de noviembre de 2002[39] autorizando interceptación por 30 días de los No. 7456534, 7455688, 7462142 y ordena la cancelación de los números 7497118 y 7467780. A folio 274, oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 12 de diciembre de 2002[40] autoriza prórroga interceptación por 70 días de los No. 7498233, 7497535, 7413118 y 7421585. A folio 120, oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 17 de febrero de 2003[41] autoriza prórroga interceptación por 40 días de los No. 7498233, 7497535, 7462414 y se ordena la cancelación de los números 7456534, 7455688, 7462780 y 7413118. A folio 246, oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 18 de febrero de 2003[42] autoriza prórroga interceptación por 90 días de los No. 3104008038, 3104958092, 3104219440y 3155492997; se autoriza la interceptación por 90 días de los números 3153275633, 3102531153, 6155492384, 3108403186 y 3104359987 y se ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 10 de marzo de 2003[43] autoriza interceptación por 20 días del No. 7471034. A folio 267 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 28 de marzo de 2003[44] autoriza prórroga interceptación por 40 días de los No. 7462142, 7498233 y 7497535; se ordena la interceptación por el mismo término de los No. 3373568 de Pereira y 7471031 y se ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 23 de abril de 2003[45] autoriza interceptación por 30 días de los No. 7465378. A folio 129 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 12 de mayo de 2003[46] autoriza prórroga interceptación por 30 días de los números 7498233, 7497535, 7462142, 6155492384, 3104958092, 3104008038, 3108403186, 3104359987; ordena interceptación por 30 días del 096-3278294 en Pereira y de los celulares 3108495946, 3107736467 y 3107738297. A folio 145 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 23 de junio de 2003[47] autoriza prórroga interceptación por 30 días del número 7463578 y ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 13 de mayo de 2003[48] autoriza prórroga interceptación por 30 días de los números 7498233, 7497535, 7462142, 0963278294, 3155492384, 3104958092, 310448038, 3108403186, 3104359987, 3108495946, 3107736467 y 3107738297. A folio 239 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 7 de julio de 2003[49] autoriza prórroga interceptación por 30 días de los números 3103270025, 3108467571 y 3104683028. A folio 272oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 11 de julio de 2003[50] autoriza prórroga interceptación por 30 días de los números 7498233, 7497535, 7462142, 096-3278294, 6155492384, 3104958092, 3104008038, 3108403186, 3104359987, 3108495946, 3107736467, 3107738297; ordena interceptación por 30 días de los números 3155856996, 3104241670, 3108404987, 0967535329, 0967455688. A folio 10 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 21 de julio de 2003[51] autoriza prórroga interceptación por 30 días del número 7465378; ordena interceptación por 30 días del número 3103720025 y cancelación de los números 7497545 y 3103270025. A folio 19 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 28 de julio de 2003[52] autoriza interceptación por 30 días del número 3154926803. A folio 51 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 11 de agosto de 2003[53] autoriza prórroga interceptación por 30 días de los números fijos 7498233, 7462142, 7455688, 1535329, y 096-3278294 y de los celulares 3155492324, 3104958092, 3104008038, 3108403186, 3104359987, 3107736467, 3107738297, 3155856996, 3104241670, 3108404987 y autoriza la interceptación de los números 3155151110, 3108604589 y ordena la cancelación de los números 3108900643, 3108495946, 3108467571 y 3104683025 y 7463578. A folio 70 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 25 de agosto de 2003[54] autoriza interceptación por 30 días del número 7463578; cancelación de los números 7468414 y 3154926803 y ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 8 de septiembre de 2003[55] autoriza prórroga interceptación por 30 días de los números 7498233, 7462142, 7455688, 7535329, 096-3278294 3155492324, 3104958092, 3104008038, 3108403186, 3104359987, 3107736467, 3107738297, 3155856996, 3104241670 y 3108404987 y autoriza la interceptación de los números 0916206875, 3155645860 y 3153878156. A folio 88 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 17 de septiembre de 2003[56] autoriza prórroga interceptación por 30 días de los números 3103720025y 3108604589; autoriza la interceptación del 3103760979 y ordena la cancelación de los números 3107738297, 3108467571, 3108495946 y 3108900643. A folio 97 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 26 de septiembre de 2003[57] autoriza prórroga interceptación por 30 días de los números 3153192050 y 7463578 y 3108404987 y autoriza la interceptación de los números 3108441624 y 3153771306. A folio 206 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 8 de octubre de 2003[58] autoriza prórroga interceptación por 60 días de los números 7498233, 7462142, 7455688, 7535329, 091-6206875, 3155492324, 3104958092, 3104008038, 3108403186, 3104359987, 3107736467, 3104241670, 3108404987, 3155645860, 3153878156 y 3155856996. A folio 217 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 17 de octubre de 2003[59] autoriza prórroga interceptación por 60 días de los números 3103720025, 3108604589 y 3103760979; ordena cancelación del 3153878158 y ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 29 de octubre de 2003[60] autoriza prórroga interceptación por 60 días de los números 3108441624 y 3153771306; ordena interceptación por 60 días de los números 3158523276, 3108549405, 3108468202 y 0916206917, 091-6335725 y 0913156138 y 7406960 y 7450173 y ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 14 de noviembre de 2003[61] autoriza interceptación por 60 días de los números 3155965205 y 0975836252 y ordena cancelación del número 0967532323 de Montenegro. A folio 24 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 30 de marzo de 2004[62] autoriza prórroga interceptación por 60 días de los números 3107674152, 3708594692, 3102321713, 3157633880, 3107721924, 3108468202, 6206917, 7440172, 7450173, 6373654; interceptación por 60 días de los números 3154737615 y 3105547711; cancelación de los números 3108604589, 3158112581, 5740968, 5833110, 5830198, 5711730 y 5702890 y ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 4 de mayo de 2004[63] autoriza interceptación por 60 días de los números 3108412841 y 3158112581; prórroga por 60 días de los números 7475929, 7498233, 0975836252, 0963278294, 6206875, 3104958092, 3155766755, 3158017131 y cancelación de los números 3105773465, 3105803258 y 6206917. a folio 203 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 27 de noviembre de 2003[64] autoriza interceptación por 60 días de los números 3102322535 y 3155766775; prórroga por 60 días de los números 7498233, 762142, 7455688, 0963278294, 6206875, 3155492324, 3104958092, 3104008038, 3108403186, 3104359987, 3107736467, 3104241670, 3108404987, 3155645860, 3153878256 y 3155856996. A folio 83 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 28 de noviembre de 2003[65] autoriza interceptación por 60 días de los números 3102322535, 3155766755 y prórroga de los números 7498233, 7462142, 7455688, 0963278294, 0916206875, 3155492324, 3104958092, 3104008038, 3108403186, 3104359987,. 3107736467, 3104241670, 3108404987, 3155645860, 3153878156, 3155856996. A folio 118 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 10 de diciembre de 2003[66] autoriza interceptación por 60 días de los números 31037821733 7180582 y 6431910 y prórroga del número 3108604589. A folio 123 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías · Resolución del 17 de diciembre de 2003[67] autoriza prórroga interceptación por 60 días de los números 3103720025, 3103760979, 3154888578, 3105091406, 3103702682 y 3104147057; interceptación por el mismo término del número 3154737615 A folio 123 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 23 de diciembre de 2003[68] autoriza prórroga interceptación por 60 días de los números 3108441624, 3153771306, 3158523276, 3108549405, 3108468202 y 6206917, 6335725 y 6156138; interceptación por el mismo término de los números 3108668145, 3104472126. A folio 138 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías · Resolución del 26 de diciembre de 2003[69] ordena cambio de control técnico de las comunicaciones efectuadas de los teléfonos 3108668145 y 3104472126; interceptación por 60 días de los números 3104958092 y 3102322535 y ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 9 de enero de 2004[70] ordena cambio de control técnico de los abonados celulares 3104958092 y 3102322535 para que en su lugar ingresen a control los números 3104472126 y 3108668145 y ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 10 de enero de 2004[71] autoriza interceptación por 60 días de los números 3155965205 y 0975836252 y ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 22 de enero de 2004[72] autoriza prórroga interceptación por 60 días de los números 7498233, 7462142, 0963278249, 0916206875, 3102322535, 3155766755, 3104958092, 3108403186, 3104241670, 3108404987, 3155645860, 3153878156 y 3155856996; ordena la cancelación de los números 7455688, 3155942324, 3104008038, 3104359987 y 3107736467 y ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 2 de febrero de 2004[73] autoriza prórroga interceptación por 60 días de los números 3108604589, 7180582, 6437910; interceptación por 60 días de los números0975769959 y 3107674152. A folio 21 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 11 de febrero de 2004[74] autoriza interceptación por 60 días de los números 5740968, 5833110, 5711730, 5792890, 3108594692, 3158112581, 3102321713, 3157633880 y 3107721924 y prórroga por 60 días del número 3154737615. A folio 28 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 17 de febrero de 2004[75] autoriza interceptación por 60 días de los números 091637654 y del 7440172 por 60 días, asimismo, ordena prórroga por 60 días de los números 0916206917, 7450173 3154737615 y cancelación 3103720025, 3104147057, 3153771306, 3103760979, 3108668145, 3158523276, 3154888578, 3104472126, 310849405, 3155091406, 3108441624, 7406960, 7462142, 7180582 y 3104472126 y ordena que la interceptación de los números 3108668145 y 3104472126 ordenada por resolución del 11 de febrero sean reemplazada por los números 3108594692, 3107721924. a folio 36 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 8 de marzo de 2004[76] autoriza prórroga interceptación de los números 7475929, 7498233, 0975836252, 0963278294, 0916206875, 3104958092, 3155766775 por 60 días; la interceptación de 3105773465, 3105803258, 3158017131 por 60 días, ordena la cancelación de los números 3108403186, 3102322535, 3104241670, 3108404987, 3155645860, 3153788156, 3155856996, 3155965205 y ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 30 de marzo de 2004[77] autoriza prórroga por 60 días de los números 3107674152, 3108594692, 3102321713, 3157633880, 3107721924, 3108468202, 0916206917, 7440172, 7450173, 0916373654 por 60 días; por el mismo lapso la interceptación de los números 7497238, 3154737615 y 3105547711; ordena la cancelación de los números 3108604589, 3158112581, 5740968, 5833110, 5830198, 5711730, 5702890 y dispone oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 4 de mayo de 2004[78] ordena interceptación por 60 días de los números 3108412841, y 3158115281; prorroga por 60 días de los números 7475929, 7498233, 0975836252, 0963278294, 0916206875, 3104958092, 3155766755, 3158017131; cancelación de los números 3105773465, 3105803258 y 6206917 y dispone oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 27 de mayo de 2004[79] autoriza interceptación por 60 días de los números 7498917, 7497474 y 3104692450; prórroga por el mismo lapso de los números 3107674152, 3108594692, 3102321713, 3157633880, 3107721924, 3108468202, 3154737615, 3105547711, 0916373654, 7450173 y 7497238; dispone la cancelación del número 0975836252 y ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 29 de junio de 2004[80], ordena prórroga por 60 días del número 7498233 y cancelación del 0916206875. A folio 169 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 6 de julio de 2004[81] prórroga por 60 días 6158017131, 3158112581; autoriza interceptación por 60 días 3154295042, 3103826376, 3103595771, 3103828023, 3102084981 y cancelación 3104958092, 3108412841 y 3155766755. A folio 174 ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 23 de julio de 2004[82] autoriza prórroga por 60 días de los números 7498917 y 7450173. a folio 179 oficio con destino a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 26 de julio de 2004[83] autoriza prórroga interceptación por 60 días de los números 3107721924, 3108594692; interceptación por 60 días de los números 3153192050, 3152322552, 3103720025, 3103319503, 3103319516, 3112175005, 311221821, 3112030159; orden la cancelación de los números 3104692450, 3107674152, 3102321713, 3108468202, 3105547711, 3157633880, 3154737615 y 6373654 y ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 30 de julio de 2004[84] autoriza interceptación por 60 días de los números 3159251599, 3158267314, 3105210355, 0916792634 y 0916740193 y ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 4 de agosto de 2004[85] autoriza interceptación por 60 días de los números 3113300006, 3108467571, 3113115941, 3113193925, 3104355855, 3155568150, 3155497948; ordena la cancelación de los números 3103595771 y 3152322552 y ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 25 de agosto de 2004[86] ordena prórroga por 60 días del número 7498233. A folio 5 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 26 de agoto de 2004[87] ordena cancelación del 7498233 y en su lugar la interceptación del 7499719. A folio 9 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 6 de septiembre de 2004[88] ordena interceptación por 50 días de los números 3158278414, 3155268801 y 3103749240 y cancelación de los números 3158017131, 3158112581, 3103826376, 3103595771, 3103828023, 3112084981 y 3154295042. A folio 41 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 9 de septiembre de 2004[89] ordena interceptación por 60 días de los números 3104472126 y 3154401668. A folio 44 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 14 de septiembre de 2004[90] ordena interceptación por 50 días de los números 3153820505, 3154415838 y cancelación del número 3108594692. A folio 49 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 21 de septiembre de 2004[91] ordena prórroga interceptación por 50 días del número 7450173 y cancelación del número 7488917. A folio 53 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 27 de septiembre de 2004[92] ordena interceptación por 50 días de los números 3156442602 y 3157633880; prórroga por 50 días de los números 3112030159, 3107200025, 3155497894 y cancelación de los números 3107721924, 3153192050, 3103319503, 3103319516, 3112175005, 3112221821, 3159252599, 3112123651 y 311229991. A folio 63 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 6 de septiembre de 2004[93] ordena interceptación por 50 días de los números 3152645874 y 3155413048. A folio 68 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 13 de octubre de 2004[94] ordena interceptación por 50 días del número 3113295343. A folio 72 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 25 de octubre de 2004[95] ordena prórroga interceptación por 50 días del número 7499719 y 3278294 de Pereira. A folio 77 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 26 de octubre de 2004[96] ordena prórroga interceptación por 50 días de los números 3154401668 y 3154415838 y cancelación de los números 3158278414, 3155298801, 3103749240, 3104472126 y 3153820505. A folio 83 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 29 de octubre de 2004[97] ordena interceptación por 50 días de los números 3112583504, 3157121124, 3155006491, 3156590748, 3105393367 y 3103749240. A folio 142 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 18 de noviembre de 2004[98] ordena interceptación por 50 días de los números 3104692450 y 3155362974. A folio 174 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 24 de noviembre de 2004[99] ordena prórroga interceptación por 50 días del número 3113295343 y cancelación de los números 3152645874, 3155413048, 3157121124, 3155006491, 3156500748 y 3105393367. A folio 5 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 13 de diciembre de 2004[100] ordena prórroga interceptación por 50 días del número 7499719. A folio 88 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 13 de diciembre de 2004[101] ordena prórroga interceptación por 50 días de los números 3154401668 y 3154415838 y la interceptación de los números 3154295042 y 3104347315 igualmente por 50 días. A folio 122 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 17 de diciembre de 2004[102] ordena prórroga interceptación por 50 días de los números 3156442602 y 3157633880. A folio 98 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 3 de enero de 2005[103] ordena interceptación por 50 días de los números 3112219991, 3113642104, 3113571696,, 3112978732, 3113112487, 3105970263, 3103828023 y 31575672205 y la interceptación por 50 días de los números 3155362974, 311329534 7 3104692450. A folio 111 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 31 de enero de 2005[104] ordena prórroga interceptación por 50 días de los números 3112583504, 3157633880 y la cancelación de los números 3154295042, 3104347315, 3154415838 y 3156442602. A folio 117 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 2 de febrero de 2005[105] ordena prórroga interceptación por 50 días del número 7499719. A folio 122 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 17 de febrero de 2005[106] ordena prórroga interceptación por 50 días de los números 3103828023, 3113642104, 3113642104, 3113638767, 3112574634, 3113571696, 3154389490, 3154717254, 3113295343, 3107721924 y cancelación de los números 314692450, 3112199991, 3112978372, 3105970623, 3113112487, 3155362974 y 3157567205. A folio 158 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 21 de febrero de 2005[107] ordena interceptación por 50 días de los números 7445252, 7459094 y 7388841. A folio 164 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 25 de febrero de 2005[108] ordena interceptación por 50 días del número 7497474. A folio 170 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 7de marzo de 2005[109] ordena interceptación por 50 días de los números 3154388974, 3156590475, 3157737290, 3104581172, 3104984882 y 3112574689. A folio 174 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 14 de marzo de 2005[110] ordena interceptación por 50 días del número 3154401668; prórroga por el mismo lapso de los números 3157633880, y 3112583504 y cancelación de los números 3112574634, 3113642104, 3113295343 y 3103828023. A folio 181 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 23 de marzo de 2005[111] ordena cancelación del número 7499719. A folio 186 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 7 de abril de 2005[112] ordena interceptación por 50 días de los números 3112648580, 3115301265, 3115197196, 3103143253, 3158555301, 3155481486; prórroga por el mismo lapso de los números 3154389490, 3104692450 y 3107721924 y cancelación de los números 3157737290, 3156590475, 3154388974, 3104581172, 3104984882 y3154001668. A folio 215 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 11 de abril de 2005[113] autoriza prórroga interceptación por 50 días del número 7445252 y cancelación de los números 7459044 y 7386841. A folio 247 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 19 de abril de 2005[114] ordena interceptación por 50 días de los números 3154388974, 3154030883, 315501949, 3104205370 y 3108001982; prórroga por el mismo término de lso números 3112574689 y 3157633880 y cancelación del 3112583540. A folio 257 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 19 de abril de 2005[115] ordena interceptación por 50 días del número 3108901641; cancelación del número 3108018500 y disponer oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 16 de mayo de 2005[116] ordena interceptación por 50 días de los números 3154401668, 3155356682, 3117095227 y 3115544722; prórroga por 50 días de los números 3112648550, 3115301625, 3115197196, 3104692450, 3107721924, 3154389490 y 3155481486; cancelación de los números 31585555301, 3155501949, 3154388974, 3154030883, 3103143253 y 3108001982 y ordena oficiar a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 17 de mayo de 2005[117] ordena interceptación por 50 días de los números 3112245052, 310856670, 3105588906, 3115375469 y 3157621288. A folio 17 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías. · Resolución del 23 de mayo de 2005[118] ordena interceptación por 50 días de los números 3117095240 y 3159253612 y cancelación de los números 3115301265 y 3112648580. A folio 18 oficio a la Dirección Nacional de Fiscalías.