Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación

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Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
ACOMPAÑAMIENTO PASTORAL DE PERSONAS EXCLUIDAS POR SU
INCLINACIÓN SEXUAL.
1. INTRODUCCIÓN.
El abordar la temática de la diversidad en la orientación sexual y las
actividades sexuales socialmente censuradas, implica enfrentarse a un abismo
insondable de incertidumbre; ya que existe una multiplicidad de posturas para
acercarse a estas realidades.
La amplitud de todos los estudios y análisis con respecto al tema hacen
muy difícil establecer con claridad un pensamiento objetivo con respecto a estas
condiciones. Existen influjos ideológicos muy fuertes, que a veces empañan la
comprensión de estas temáticas y es por ello que debe sopesarse las diferentes
posiciones para poder encontrar un punto de balance que permita encontrar
una respuesta adecuada a una situación que no puede obviarse.
El criterio desde el que se realiza la siguiente reflexión, más que ver la
homosexualidad, travestismo y transexualidad desde la teología moral,
pretende comprender someramente la génesis psicológica y social de estas
condiciones1, para poder dar una respuesta pastoral para el acompañamiento
espiritual de estas personas. Es todo un desafío partir desde una visión
evangélica del ser humano y proponer líneas de acción para tratar a las
personas homosexuales, travestis y transexuales con respeto; para ayudarles a
vivir los ideales cristianos desde su propia persona. De frente a una sociedad
que muchas veces lucha por un igualdad mal entendida y por lo derechos de las
minorías, la Iglesia debe dar una respuesta acertada, no desde la ley, sino desde
el corazón.
Las personas homosexuales, aunque han sido a lo largo de la historia
marginadas, excluidas y hasta a veces perseguidas, han logrado posicionarse de
frente a la sociedad posmoderna actual como una minoría que lucha por sus
derechos: Han propugnado la homosexualidad como una condición
prácticamente natural y luchan por una equiparación entre homosexualidad y
heterosexualidad. Esta lucha llega al extremo de querer validar de frente a la
sociedad las uniones homosexuales de hecho al matrimonio. Esto es parte del
llamado fenómeno gay que inunda los medios y todas las escalas de la sociedad
contemporánea. Ya muchos de los países europeos han aceptado civilmente los
matrimonios homosexuales y de frente a ello debe revisarse cuál es la realidad
que promueve un cambio de mentalidad que transforma tan profundamente los
principios fundamentales de la sociedad tal como lo es el matrimonio. Estas
nuevas tendencias manifiestan un deterioro social de la comprensión del ser
humano:
Existe muchas veces la tendencia a referirse a estas realidades como “problemas” lo que implica un
juicio negativo al respecto. Por ello en el desarrollo subsiguiente se referirá a ellas como condiciones.
1
1
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
"Reclamar la paridad social entre la homosexualidad y la heterosexualidad es algo que,
aparte de no poder justificarse desde un punto de vista psicológico, muestra hasta qué
punto valora la sociedad los estados primarios e inmaduros de la sexualidad." 2
Detrás de esta ideología gay, que ya se halla presente inconscientemente en
el hombre de hoy, se halla un problema antropológico-existencial que repercute
en la concepción del ser humano y las relaciones sociales. Cada vez más la
sexualidad es reducida a niveles más pobres de expresión, que llevan a
banalizarla y a abrir el portillo a formas de vivencia sexual absolutamente
inmaduras. Dentro de estas formas de sexualidad inmadura, las prácticas
homosexuales irresponsables y desvinculadas de la persona, han pasado del
anonimato a una aceptación tácita; esto refleja un cambio de los valores que
fundamentan la convivencia social y un trastorno de la visión de la sexualidad
como la fuerza vital que impulsa al hombre y lo abre a la vida. Detrás de un
concepto, al parecer muy humanitario de “tolerancia de las minorías” se está
perdiendo de vista uno de los constitutivos fundamentales del ser humano:
"La ‘tolerancia’ con respecto a la homosexualidad es una de las formas en que se traduce
el carácter depresivo de nuestra sociedad, en la que es fácil ver cómo las representaciones
sexuales se fragmentan como si la pulsión sexual no debiera buscar ya la unidad, sino la
dispersión."3
Una sociedad que no es capaz de descubrir en la sexualidad la energía que
dinamiza la vida humana y la abre a la entrega y el amor, está destinada a la
frustración, ya que la sexualidad reducida al servicio del placer por el placer es
un absoluto sinsentido.
Entonces, de frente a la situación que viven las personas homosexuales en
la sociedad, el cristiano no debe abrirse a ideologías que proponen una vivencia
irresponsable de la sexualidad desvinculada del afecto y que no comprende a la
persona en su totalidad. Con una visión integral de la sexualidad se puede
ayudar al individuo a vivir la sexualidad al servicio de amor y de la vida.
Se ha hablado de un género socialmente asumido, por lo que el cambio de
sexo sería algo meramente accidental, lo que legitímaría la transexualidad como
un elemento natural sin comprender el componente psicológico de la misma
que implica un desequilibrio en la experiencia de la propia identidad sexual.
El travestismo es un fenómeno muy poco documentado y en la realidad
costarricense ha sido muy poco estudiado, al igual que la prostitución se le ha
limitado a las calles y se le vincula indefectiblemente con la homosexualidad,
sin embargo debe comprenderse en toda su amplitud, que abarca muchas y
diversas manifestaciones que no necesariamente conducen a la prostitución.
Antes de desarrollar cuales son los caminos por los que se puede ofrecer
2
3
Anatrella, T., Contra la sociedad depresiva, Sal Terrae, (Santander 1994)
Anatrella, T., Contra la sociedad depresiva…
2
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
ayuda y acompañamiento a las personas con inclinación homosexual,
travestismo y transexualismo, es necesario comprender algunas de las teorías
sobre el origen de estas condiciones y cuáles son las conductas que se
manifiestan en las personas que las viven.
2. LA CONDICIÓN HOMOSEXUAL.
Al tratar de descubrir cuál es la razón por la cual un individuo determinado
asumen una inclinación sexual heterosexual u homosexual, se debe recordar
que la psique humana no es matemáticamente determinada y que las mismas
condiciones puede provocar reacciones muy diversas en distintas personas.
En primer lugar se comprende una inclinación como uno de los cuatro
componentes de la sexualidad humana (sexo biológico, identidad del género,
inclinación y rol social del sexo). Ésta se caracteriza por una atracción romántica
permanente, ya sea sexual o afectiva por individuos de un género en
particular.4
La homosexualidad viene a ser entonces la inclinación sexual preferencial de
un individuo, por individuos del mismo sexo. Ello no implica la exclusividad
de atracción sexual por individuos de su propio sexo, es de allí que surgen
personas con inclinaciones bisexuales que sienten atracción tanto para con su
propio sexo como para con el contrario, pero al fin y al cabo en el origen de la
bisexualidad se halla una estructura psíquica homosexual.
A la hora de analizar la homosexualidad es necesario hacer varias
aclaraciones. En primer lugar, tanto hombres como mujeres presentan
inclinaciones homosexuales. El llamado lesbianismo es en realidad un nombre
distinto para la misma condición de homosexualidad. En segundo lugar se debe
hacer una clara distinción entre la inclinación homosexual y una serie de
parafilias que equivocadamente se le atribuyen. Tal es el caso de la pedofilia,
(que es la inclinación a establecer contacto sexual con menores) el travestismo,
(Hombres que buscan vestir prendas femeninas) y el transexualismo
(individuos que no están contentos con su sexo biológico y buscan transformar
su cuerpo y vivir como el sexo contrario). Todas estas son patologías de índole
muy diversa a la homosexualidad y, aunque ciertamente muchos individuos
homosexuales las padecen, no todo homosexual es pedófilo, travesti o
transexual. El hacer esta distinción permitirá mucha más claridad para
comprender esta condición.
La homosexualidad ha sido comprendida durante siglos como una
enfermedad o aberración y la psiquiatría la consideró como una enfermedad
Cfr. Moya, J., Homosexualidad y orientación sexual en Moralia Revista del Instituto Superior de
Ciencias Morales nº24 (2001) p. 23.
4
3
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
mental, una especie de paranoia, con desórdenes típicos de una personalidad
esquizoide.5 El desarrollo de las ciencias psicológicas y la desmitificación de la
conducta homosexual, permitió que en los años 70 del siglo XX pudiera dejar de
ser considerada una enfermedad:
“En 1973 la Asociación de Psiquiatras Americanos confirmó la importancia de las nuevas
investigaciones quitando el término ‘homosexualidad’ del manual oficial de los
desórdenes mentales y emocionales.
En 1975 la Asociación de Psicólogos Americanos apoyó esta resolución. Ambas
asociaciones urgieron a todos los profesionales de la salud mental ayudar a quitar el
estigma de la enfermedad mental que algunas personas asocian aún con la orientación
sexual.”6
A partir de una comprensión real de la homosexualidad, no es adecuado
denominarla como una patología o un problema, sino como una condición u
orientación sexual. Esta manera de entender la situación que viven las personas
homosexuales, será el punto de partida para el acompañamiento y atención
pastoral de estas situaciones.
Los que han buscado el origen de la homosexualidad se han hallado de
frente a un camino incierto, ya que a ciencia cierta, no se conoce aún cuál es el
origen real de esta tendencia sexual. Muchos han propuesto un origen genético
o biológico que se halla presente en el individuo de manera innata, sin embargo
las pruebas que se muestran no son concluyentes, por lo que no pareciera
necesario considerarlas en esta reflexión; además el defender un origen
biológico de la homosexualidad, lleva implícito un pensamiento pro-gay, ya
que si el origen de la homosexualidad es innato, se puede argumentar que es
algo ya presente en la constitución del individuo y que debe ser aceptado como
algo natural y equiparable a la heterosexualidad.
La Iglesia misma acepta el desconocimiento del origen propio de la
homosexualidad, el Catecismo de la Iglesia Católica, al abordar la condición,
declara la poca claridad en la génesis de la inclinación y muestra con ello que el
llamarla una enfermedad sería aplicar un término muy despectivo a algo que se
desconoce:
"La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres experimentan un
atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste
formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece
en gran medida inexplicado.” (CEC 2357)
Ciertamente no puede afirmarse un origen biológico de la
homosexualidad, pero no se puede negar la fuerza del componente psíquico
presente en esta condición. Ante la famosa pregunta: Los homosexuales ¿Nacen
o se hacen? Se debería responder ante las evidencias que se hacen. Una serie de
disposiciones psíquicas y el ambiente de desarrollo promueven este tipo de
5
6
Cfr. Moya, J., Homosexualidad y orientación sexual… p. 7.
Cfr. Moya, J., Homosexualidad y orientación sexual… p. 8-9.
4
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
conductas, pero se debe recordar que no es posible determinar la psique
humana fría y calculadoramente, como a+b=ab, ya que muchas veces la
respuesta podría ser a+b=c. Es por ello que a la hora de buscar el origen
psíquico de la homosexualidad tot sententiae quot capitae7. Sin embargo pueden
descubrirse elementos comunes en las diversas opiniones que permiten explicar
algunas de las conductas comunes en los homosexuales y ayudan a desmitificar
muchos prejuicios en torno a ellos.
En la estructura psíquica humana, tanto en el hombre como en la mujer,
se hace presente una doble realidad en el contenido de la sexualidad que ha
sido llamado bisexualidad psíquica. La identidad de género, que es uno de los
componentes esenciales de la sexualidad humana, se establece en la temprana
infancia, alrededor de los 3 años de edad. En ese momento el infante es capaz
de determinar si es niño o niña, y eso determina la identidad sexual que se
desarrollará en el futuro, sin embargo a pesar de que se sea varón o mujer, en la
psique se halla un componente importante que nunca se debe perder del género
contrario:
"La bisexualidad psíquica consiste en la capacidad de integrar el otro sexo y poder
comunicarse con él, no en estar doblemente sexuado. El fracaso de la bisexualidad
psíquica, concretado en una androginia circunstancial, al negar la diferencia de los sexos,
debilita la pulsión sexual y favorece la homosexualidad." 8
Se puede preguntar entonces: ¿Qué es lo que establece la diferenciación
sexual? En ese proceso posterior a la consolidación de la identidad de género,
son las relaciones parentales las que permiten la afirmación y la diferenciación
sexual:
"El padre interviene para sacar al hijo del vínculo de fusión con la madre. No debe
introducirse en la burbuja que forman madre e hijo. Por el contrario, tiene que abrir esa
relación para evitar que madre e hijo se encierren en sí mismos." 9
Desde el psicoanálisis, en la temprana infancia el niño experimenta una
atracción hacia el progenitor que le permite desarrollar su sexualidad y afirmar
su género. Este fenómeno ha sido llamado complejo edípico y es un
componente normal del desarrollo sexual del individuo. En el caso del niño
varón, su fijación edípica gira en torno a la madre que le brinda protección y
seguridad. La madre representa la ternura, el cariño y los sentimientos y es su
figura la que forja en la personalidad los rasgos relacionados al afecto y al
sentimiento.
El niño en su desarrollo alrededor de los 4 años, cuando ya tiene claro su
identidad sexual, debe ponerse en contacto con la figura paterna de su mismo
sexo, para romper así el vínculo que se ha fijado con la madre y poder así
Tantas afirmaciones como cabezas hay.
Anatrella, T., Contra la sociedad depresiva…
9 Anatrella, T., Consecuencias psicológicas de la disfunción del sentido de la paternidad en la sociedad
actual, en http://www.alafa.org/fetvita1999/anatre.htm
7
8
5
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
afirmar la diferenciación sexual: “En esta época tiene que superar los así
llamados impulsos y preguntas «edípicos»: amor y odio respecto al padre y la
madre, filiación sexual como chico o chica, prepotente autoridad paternomaterna”10
El contacto con el padre permite que la masculinidad o la feminidad que
se ha comprendido con la consolidación de la identidad sexual se afirmen:
"Tanto el uno como el otro (niño y niña) necesitan mantener una relación privilegiada con
el progenitor del mismo sexo y apoyarse en él, con el fin de afirmar su masculinidad o su
feminidad; de lo contrario, buscarán en un compañero del mismo sexo aquello de lo que
han carecido o aquello a lo que no quieren renunciar de sus relación infantil con su padre
o con su madre."11
En el caso de que el padre o la figura paterna no se hallen presentes, o sean
difusas y distantes, el proceso de diferenciación sexual se verá afectado. Ello no
implica que la homosexualidad se produzca bajo estas condiciones, sin embargo
la deficiencia en el proceso de diferenciación sexual, predispone para que en el
desarrollo posterior se manifiesten tendencias homosexuales, que no
necesariamente impliquen una conducta homosexual.
Ciertamente el fallo en la elaboración de la bisexualidad psíquica puede
llevar a la homosexualidad, ya que el niño que no se enfrenta a la figura paterna
de su mismo sexo, no rompe el vínculo del complejo edípico y al no hacer
diferenciación del sexo, encuentra una dificultad a la hora de asumir el rol
sexual de su propio género y se le dificulta el contacto sexual con los individuos
del género contrario:
"La homosexualidad tiene su origen en el fracaso a la hora de elaborar la bisexualidad
psíquica humana... Puede decirse que la orientación sexual no es innata. El niño, pues, y
más tarde el adolescente, tiene necesidad de encontrar en sus padres el material psíquico
masculino y femenino para construirse e inscribirse progresivamente en la identidad
sexual acorde con su sexo biológico."12
La carencia de la figura paterna en la infancia, lleva a la persona homosexual, a
buscar en la pareja la figura parental de la que ha carecido. Esto se convierte en
un problema, no solo a nivel personal, sino social, ya que cada vez más la
estructura familiar desfavorece más la presencia de los padres que no pueden
ser sustituidos. Esta carencia de figura paterna que conduce luego a la
estructura homosexuada, no simplemente se limita a los individuos
homosexuales, sino que muchas personas heterosexuales, en sus relaciones
afectivas, establecen vínculos homosexuados:
"No es exagerado, por tanto, afirmar que tanto la ausencia de la simbólica paterna en
Baumgartner, I., Psicología pastoral, Introducción a la praxis de la pastoral curativa, Desclée de
Brouwer, Bilbao 1997. p.166.
11 Anatrella, T., Contra la sociedad depresiva…
12Anatrella, T., Contra la sociedad depresiva…
10
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Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
nuestras sociedades como la presencia de un cierto feminismo, motivado principalmente
por el rechazo del hombre, constituyen otros tantos elementos favorables para la
reivindicación social de la homosexualidad. Ambos fenómenos propician los jóvenes
trastornos psíquicos de filiación (relacionados con los divorcios, la inestabilidad afectiva
de los adultos y la relaciones monoparentales) que muchas veces les impiden disponer de
una interioridad constituida en torno a imágenes identificadoras coherentes y de un self
que les brinde seguridad en sí mismos y confianza en la relaciones sociales. Esta doble
carencia mueve a replegarse sobre sí mismo y a buscar directamente al semejante
homosexuado en la homosexualidad o, indirectamente en la pareja heterosexual,
haciendo representar al otro la imagen parental que echa en falta y adoptando en la vida
sexual conductas de simbólica homosexual." 13
La simple carencia de la figura paterna que impulsa al varón a renunciar a
identificarse con el sexo de la madre, no provocan en un individuo la
homosexualidad, sino que en el proceso de conformación de la orientación
sexual, el niño y el adolescente deberá irla integrando a lo largo de todas las
etapas de la maduración afectiva. La orientación sexual no se construye en un
momento puntual de la vida, sino que se construyen en la niñez y juventud:
"Como la identidad, en el sentido de pertenencia sexual, es un dato básico renacimiento ya que se es varón o hembra, y no existen otras identidades sexuales- el niño deberá
integrarla a través de distintas etapas de maduración afectiva. Pero tendrá también que
construir la propia orientación sexual, que se adquiere en función de la experiencia de
cada individuo y de la manera en que éste trata o elude los conflictos fundamentales de la
economía pulsiónal"14
Durante la adolescencia, el joven vive una etapa homosexual transitoria
que es parte natural de su desarrollo psicosexual. Esto no significa tan siquiera
que tenga algún contacto sexual con individuos de su mismo sexo, sino que se
afirma en su compañía y esto le ayudará en la manera de relacionarse con el
sexo contrario cuando supere la etapa narcisista. Por ello no es posible hablar de
homosexualidad en un adolescente, ya que el descubrimiento y afirmación de la
inclinación sexual está en desarrollo. Sin embargo muchas veces el individuo
que ha tenido carencia de figura paterna en la temprana infancia tiene, grandes
dificultades para superar la etapa narcisista.
El padre representa el reto y la capacidad de enfrentar a las dificultades,
mientras que la madre representa la seguridad y comodidad que fija en el
narcisismo. Si el joven no logra superar esta etapa narcisista propia de la
adolescencia, se fijará en una orientación sexual hacia los individuos de su
propio sexo:
"En rigor, el problema se plantea cuando la homosexualidad evolutiva se consolida en
una homosexualidad adquirida. Nos referimos a que el desarrollo sexual se estanca, por
razones primariamente psíquicas, en la fase de la relaciones con las personas del mismo
sexo."15
Anatrella, T., Contra la sociedad depresiva…
Anatrella, T., Consecuencias psicológicas…
15 Drewermann, E., psicoanálisis y teología moral, Tomo II Caminos y rodeos del amor, Desclée de
Brouwer, Bilbao 1996. p. 182.
13
14
7
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
El homosexual vive en una búsqueda constante de su ser hombre, pero
es incapaz de asumirlo. La carencia del padre lo lleva a buscarlo en su pareja
sexual y los vínculos que establece tienen esa añoranza por lo masculino que lo
ayude a afirmarse, sin embarga esta búsqueda es infructuosa, porque es
realizada desde el exterior y no desde el núcleo esencial de la persona:
"A todo esto, el homosexual está hondamente impregnado por la añoranza de lo varonil.
Su amor al varón tiene su sentido en que es capaz de amar y requerir lo viril, pero
prefiere tener un hombre a ser hombre, y, a la inversa, la amistad con un hombre le
dispensa de buscar su propia identidad como hombre. En este contexto tenemos la forma
de homosexualidad en el fondo narcisista. El homosexual quiere ser lo que no es y está
condenado a querer lo que debiera ser y, en definitiva, a acariciar el ideal sin realizarlo."16
Quiéralo o no, el homosexual tiene presente en sí un vacío existencial que
busca llenar en el contacto sexual con el mismo sexo y estas carencias afectivas
se ven manifiestas en muchas de las actitudes que le son propias a la mayoría
de los homosexuales. Una de las conductas más frecuentes en la
homosexualidad es la promiscuidad. Se manifiesta una búsqueda constante de
parejas que ha llevado a considerar al homosexual como una persona
psíquicamente incapaz de la fidelidad y el amor. Muchos tratan de explicar esta
tendencia en el sufrimiento por la desadaptación social que la persona
homosexual sufre. Aunque hoy en día la homosexualidad es más tolerada, aún
socialmente (especialmente en nuestro ámbito latinoamericano) el homosexual
es excluido y se siente rechazado por la familia, amigos y hasta a veces por la
misma Iglesia. Para muchos el vacío de afecto causado por el rechazo lleva a los
homosexuales a buscar muchas parejas, lo que explicaría la alta tasa de
promiscuidad presente entre ellos, así lo indica Roberto Gutiérrez que dirige un
grupo psicoeducativo en la Unidad de Control del SIDA de la Caja
Costarricense del Seguro Social:
"Quienes experimentan atracción por gente de su mismo sexo suele sufrir el rechazo de
parientes, de amigos y de la sociedad entera. Esto genera baja autoestima y una carencia
afecto que algunos intentan suplir de manera errónea, ya que tienden a buscar múltiples
parejas. En su búsqueda de una persona ideal, se prostituyen, consumen drogas y
asumen otras conductas de riesgo"17
El fenómeno de la promiscuidad puede comprenderse más bien, no desde
una simple angustia presente en la persona homosexual por la desadaptación
social, sino en un origen más bien existencial que proviene de una necesidad de
afecto insatisfecha, un deseo fundamental de autoafirmación que no se alcanza
nunca, ya que difícilmente logran integrar su sexualidad y afectividad.
A una persona heterosexual le es posible realizar este proceso de
integración de afecto e impulso sexual por la aceptación y reconocimiento de su
propia inclinación sexual, que se asume en el seno de su persona y se abre al
16
17
Drewermann, E., psicoanálisis y teología moral… p.185.
Martínez, F., Salir del Clóset en http://www.cipachd.org.
8
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
encuentro con el otro en el amor desinteresado. Para la persona homosexual,
llevar adelante este proceso es realmente difícil por la tacha social que su
inclinación conlleva. Las personas que experimentan una inclinación
homosexual se ven obligadas a mantenerlas en el anonimato y cuando una
persona acepta su homosexualidad, el llamado “salir del clóset” lo que
simplemente hacen es vivir libremente su búsqueda constante de
compensaciones afectivas y nunca logra integrar su sexualidad. Es por ello que
hay fijaciones en modos de vivir la sexualidad como de adolescente, ya que
estas personas que no fueron capaces de superar la etapa narcisista, buscan en
los múltiples contactos sexuales-afectivos superar el narcisismo sin lograrlo:
"Para responder a esta angustia inconsciente, muchos homosexuales viven
promiscuamente y se hacen la ilusión de romper su relación narcisista en la novedad
transitoria y parcial de unos encuentros efímeros. Por eso es frecuente constatar cómo
una cierta mala fe caracteriza a la psicología homosexual y propicia un talante hipócrita y
tramposo en las relaciones, que va desde la despreocupación hasta la inautenticidad de
los sentimientos; esta ausencia del sentido de la verdad explica la enorme inestabilidad
de la relaciones amorosas homosexuales, en las que la confianza suele brillar por su
ausencia."18
Hay en el homosexual una profunda experiencia de dolor existencial y
una constante insatisfacción de su ser, que no logrará superarse en cuanto no
logre ponerse en contacto de su ser y pueda encontrarse con el otro. En cuanto
supere el egoísmo en que se encierra y descubra al otro será capaz de amar y se
reconocerá como persona.
Reconociendo la angustia vivida por las personas homosexuales y
comprendiendo que necesitan ayuda para poder integrar su sexualidad y vivir
como personas, es necesario proponer líneas de acción pastoral para poder
brindarles un acompañamiento que les ayude a descubrirse como personas e
hijos amados de Dios.
3. POSTURAS DEL MAGISTERIO.
Se presenta a continuación un breve recorrido por el contenido de algunos
de los documentos del magisterio universal contemporáneo y su posición con
respecto a la homosexualidad, que también pueden hacerse extensivos a otras
condiciones tales como el travestismo y el transexualismo que no son
mencionadas. Aunque el acercamiento que hacen estos documentos es de tinte
moral, nos ayudan a comprender cuál es la postura de la Iglesia en torno a esta
condición.
El primer documento que hace referencia directa a la homosexualidad en los
tiempos modernos es la declaración Persona Humana de la Congregación para
la Doctrina de la fe de 1975. Uno de los aportes principales de este documento
18
Anatrella, T., Contra la sociedad depresiva…
9
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
es hacer la distinción entre inclinación y actos homosexuales, es decir entre la
estructura y el ejercicio de la homosexualidad, sin embargo no deja de
considerar la constitución homosexual dentro del rango de patología al
considerarla una vitiata constitutio,19 lo que no encuadra con la visión de la
psicología moderna.20
Otro de los documentos de gran importancia en torno a la cuestión es la
Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre el cuidado pastoral de personas
homosexuales de la Congregación para la doctrina de la fe de 1986. Rescata de
nuevo la distinción entre actos homosexuales y la constitución homosexual y
declara que las conductas homosexuales deben ser juzgadas con prudencia.
Propone que la condena a los comportamientos homosexuales no conlleva
una aprobación de la persecución, sin embargo se sigue considerando la
inclinación homosexual como intrínsecamente desordenada.21
Al analizar la temática del amor como centro de la propuesta cristiana
manifiesta que el hombre está abierto al amor y que las personas homosexuales
pueden amar generosamente, pero que las conductas homosexuales no pueden
ser expresión de este amor por estar centradas en la autocomplacencia.22
Finalmente uno de los documentos de mayor riqueza en los últimos tiempos
en cuanto a la comprensión de la homosexualidad es el Catecismo de la Iglesia
Católica de 1992. En tres breves números logra hacer una síntesis de las
posturas de la Iglesia sobre la homosexualidad, presenta el sufrimiento vivido
por las personas que viven esta condición y propone líneas de acción para su
acompañamiento, todo ello con una gran moderación y equilibrio. Este es un
gran aporte para el trabajo pastoral de acompañar y dirigir estos hermanos
hacia una vida más cristiana.
Estos tres documentos son las intervenciones más importantes que el
magisterio universal contemporáneo ha hecho en torno al tema de la
homosexualidad y sirven de marco de referencia para poder hacer propuestas
de acompañamiento, no como complicidad de aquello que no es amor, sino
como una guía hacia la Verdad y el evangelio.
4. ¿SOCIEDAD HOMOSEXUADA?
Ha quedado ampliamente comprendida la importancia de la figura paterna
como principio de diferenciación sexual en la estructuración psíquica de los
individuos en la conformación de su identidad sexual. Aunque el porcentaje de
Constitución viciada.
Cfr. Vidal, M., Orientaciones éticas para tiempos inciertos, Desclée de Brouwer, Bilbao 2007.
p. 291-292.
21 Cfr. . Vidal, M., Orientaciones éticas para tiempos inciertos… p. 293-294.
22 Mora, G., Sobre la homosexualidad, reflexiones con acento pastoral en Iglesia Viva nº 228 (2006).
19
20
10
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
individuos dentro del complejo social que viven una inclinación homosexual es
muy bajo, la carencia de la figura paterna (o en su defecto de una figura paterna
presente pero difusa) casi generalizada ha propiciado una inadecuación en el
proceso de diferenciación sexual, que aunque no lleva a la homosexualidad, si
propicia una conformación de la identidad sexual homosexuada. Así
individuos heterosexuales en sus relaciones interpersonales se comportan con
las mismas características que homosexuales. Gran cantidad de los conflictos de
pareja que se viven en la actualidad y posiblemente el fracaso de la experiencia
de matrimonio en muchos casos se deba a la inmadurez en las relaciones
afectivas que se realizan con una simbólica homosexual:
Lo cual no obsta para que la actual situación psíquica de muchas personalidades siga adoleciendo
de falta de reflexión sobre sí mismas y sobre su identidad sexual. Si la configuración anatómica
basta para reconocerse hombre o mujer, no puede evitarse, sin embargo, tener en cuenta todo
cuanto pertenece al orden del deseo, y sigue siendo necesario un debate interior para adquirir la
propia masculinidad o feminidad psíquica. Son muchos los que se contentan simplemente con lo
que perciben de sí mismos al mirarse en un espejo de pies a cabeza y cerciorarse de su físico de
hombre o de mujer, sin por ello dar respuesta alguna a su identidad sexual; de este modo, al
entablar o mantener relaciones afectivo-sexuales, lo hacen en medio de una notable confusión,
ignorando quiénes son y lo que buscan. Por ello son muchas las parejas que experimentan
dificultades de comunicación, que se manifiestan en modo de reproches, sospechas, disfunciones
sexuales, chantajes…, porque a menudo viven su heterosexualidad a través de una simbólica
homosexual.23
El rechazo inconsciente de la simbología paterna que como antes se ha dicho
lleva a buscar al padre ausente a través de la homosexualidad, tiene además
otra serie de manifestaciones que son ampliamente difundidas en la sociedad y
que representan la carencia de figura del padre, como lo es el rechazo a la
autoridad y la transmisión.
Muchas de las cualidades sociales de los individuos posmodernos, pueden
encontrar su génesis en la búsqueda incesante de la afirmación de la figura
paterna:
Desde hace varios años se nota la relativa ausencia de la función paterna en la estructuración
psíquica y social de muchas personas. Los desórdenes de la filiación y de la identidad sexual; la confusión
entre lo imaginario y lo real; el aumento de comportamientos de adicción (es decir, de dependencia) a
través de la toxicomanía, que indica la dificultad para ocupar el espacio interior; la burla, que es una
relación sádica y destructora, y la violencia juvenil, son los principales síntomas. 24
La dificultad para la interiorización, la huída hacia los mundos irreales y
fantásticos y la vida disipada carente de reflexión y de silencio tan
características de la vida moderna, son un reflejo de una necesidad; de un punto
de diferenciación que integre la vida sexual y afectiva de los individuos y los
haga salir del Ego hacia un Alter y los capacite para amar.
23
24
Anatrella, T., Contra la sociedad depresiva…
Anatrella, T., Consecuencias psicológicas…
11
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
5. TRAVESTISMO Y TRANSEXUALISMO.25
Se describe el travestismo con una génesis como en el resto de las parafilias,
donde intervendrían factores experimentales y psicológicos. Habría una
detención pulsional en etapas primitivas del desarrollo (oral y anal). Esto quiere
decir que este tipo de trastornos se desarrollan desde la temprana niñez y se
establecen en ele individuo luego de su adolescencia. Tiene que ver con la
fijación en etapas inmaduras del desarrollo psicosexual que le impiden
relaciones sexo-afectivas adultas. No se puede dar una definición única de la
condición, ya que implica muchos factores y cada caso debe ser considerado
individualmente.
El manual CIE-1026 que es el de la Comisión Europea de Psicología, divide la
clasificación de trasvestismo en "fetichista" y "no fetichista". Expone el no
fetichista como trastorno de la identidad sexual con el código F.64.1. y el
fetichista como trastorno de la inclinación sexual F.65.1, donde se incluyen las
parafilias.
Trasvestismo no fetichista: consiste en llevar las ropas del sexo opuesto
durante una parte de la propia existencia a fin de disfrutar de la experiencia
transitoria de pertenecer al otro sexo, por lo tanto no tiene deseos de llevar a
cabo un cambio de sexo permanente, menos aun una intervención quirúrgica.
Trasvestismo fetichista: consiste en llevar ropas del sexo opuesto con el objeto
principal de obtener excitación sexual.
5.1 Aspectos clínicos:
Trasvestismo
El individuo, con el fin de vestirse con ropas del otro sexo, puede coleccionar
ropa femenina que utiliza intermitentemente.
Habitualmente se masturba y se imagina que al mismo tiempo es el sujeto
masculino y femenino de su fantasía. En algunos casos puede llevar ropa
femenina bajo su vestimenta masculina, mientras que otros se visten y llevan
Dra. Adriana Portas et Lic. Patricia Lang, Abordaje al trasvestismo y el transexualismo en la
sociedad actual.
25
Cfr. CIE-10, Trastornos Mentales y del Comportamiento, Organización Mundial de la Salud,
Meditor, 1992.
26
12
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
maquillaje. Cuando el individuo no se encuentra trasvestido tiene un aspecto
completamente masculino.
En el caso del trasvestido no fetichista, éste se involucra en forma extensa en la
subcultura trasvestista: no sólo viste ropas de mujer, sino que también
desarrolla su actividad laboral vestido de mujer. Asume la identidad de
trasvestista y marca su diferencia con la homosexualidad; en general se
desarrollan en medios artísticos.
En los casos de trasvestismo fetichista la preferencia básica
heterosexualidad, pero en ocasiones se describen actos homosexuales.
es la
Este trastorno empieza en la infancia y principio de la adolescencia; la
experiencia inicial suele ser un trasvestismo parcial progresando a uno
completo.
Una prenda de vestir puede trasformarse en un objeto erótico siendo utilizado
primero para la masturbación y luego para las relaciones sexuales.
Para algunos autores las patologías como la depresión y los trastornos de la
personalidad se asocian a esta categoría y expresan que al trasvestirse el
individuo disminuye la ansiedad o la depresión. Afirman que en estos casos
puede cambiar el trasvestismo a lo largo del tiempo haciéndose temporal, de
manera que puede disminuir o desaparecer.
Los manuales modernos de diagnóstico como el DSM IV de la Comisión
Americana de Psicología tiene criterios para contemplar el travestismo fetichista
distinto del transexualismo que es analizado como un trastorno de la identidad
sexual. A continuación se brinda el diagnóstico del DSM IV con respecto a
travestismo fetichista:
Criterios para el diagnóstico de F65.1 Fetichismo transvestista (302.3)27
A. Durante un período de al menos 6 meses, fantasías sexuales recurrentes y
altamente excitantes, impulsos sexuales o comportamientos que implican el
acto de transvestirse, en un varón heterosexual.
B. Las fantasías, los impulsos sexuales o los comportamientos provocan
malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas
importantes de la actividad del individuo.
Especificar si:
27
Cfr. DSM-IV, Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Masson, 1995.
13
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
Con disforia sexual: si el individuo presenta malestar persistente con su papel
o identidad sexuales.
Transexualismo
El trastorno de identidad sexual que es analizado en el DSM IV por separado
del travestismo de manera mucho más profunda, incluye un análisis de la
génesis del conflicto de la identidad sexual y de su desarrollo en la niñez y
adolescencia:
Los criterios de clasificación son:
A. Identificación acusada y persistente con el otro sexo (no sólo el deseo de
obtener las supuestas ventajas relacionadas con las costumbres culturales). En
los niños el trastorno se manifiesta por cuatro o más de los siguientes rasgos:
1. Deseo repetido de ser o insistencia en que uno es del otro sexo.
2. En los niños, preferencia por el trasvestismo o por simular vestimenta
femenina; en las niñas, insistencia en llevar puesto solamente ropa masculina.
3. Preferencias marcadas y persistentes por el papel del otro sexo o fantasías
referentes a pertenecer al otro sexo.
4. Deseo intenso de participar en los juegos y en los pasatiempos propios del
otro sexo.
5. Preferencia marcada por compañeros del otro sexo.
En los adolescentes y adultos la alteración se manifiesta por síntomas tales
como el deseo firme de pertenecer al otro sexo, ser considerado como del otro
sexo, un deseo de vivir o ser tratado como del otro sexo o la convicción de
experimentar las reacciones y sensaciones típicas del otro sexo.
B. Malestar persistente con el propio sexo o sentimiento inadecuado con su rol.
En los niños la alteración se manifiesta por cualquiera de los siguientes rasgos:
sentimiento de que el pene y los testículos son horribles o van a desaparecer, de
que sería mejor no tener pene o aversión hacia los juegos violentos y rechazo a
los juguetes, juegos y actividades propias de los niños; en las niñas: rechazo a
orinar en posición sentada, sentimiento de tener o de presentar en el futuro un
pene, de no querer poseer pecho ni tener menstruación o aversión acentuada
hacia la ropa femenina.
14
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
En los adolescentes y en los adultos se manifiesta por síntomas como:
preocupación por eliminar las características sexuales primarias y secundarias
(por ejemplo pedir tratamientos hormonales, quirúrgicos u otros
procedimientos para modificar físicamente los rasgos sexuales y de esta manera
parecerse al otro sexo) o creer que se ha nacido con el sexo equivocado.
C. La alteración no coexiste con una enfermedad intersexual.
D. La alteración provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social,
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
Con respecto al diagnóstico y la comprensión de cada uno de estos trastornos
existe gran discrepancia entre los expertos y hay aún hoy un gran
desconocimiento del fenómeno. La tacha social que implica alguna de estas
condiciones conlleva a la desadaptación social de estos individuos que se ven
excluidos del ambiente social en general.
La razón por la que el índice de prostitución y de comercio sexual es tan amplio
en esta población, es la marginación social en la que viven estos individuos, lo
que los lleva a asumir un estado anónimo y la prostitución se convierte en el
único medio de subsistencia.
En el ámbito costarricense, los grupos de gays, lesbianas, (Distinción
innecesaria), bisexuales y travestis se han organizado realizando la Primera
Conferencia nacional y han elaborado una declaración dirigida al gobierno con
el fin de velar por sus derechos como ciudadanos.
DECLARACIÓN FINAL
PRIMERA
CONFERENCIA
NACIONAL
BISEXUALES Y TRAVESTIS DE COSTA RICA
DE
GAYS,
LESBIANAS,
Urgimos a la sociedad costarricense a procurar una democracia mayormente
participativa e inclusiva, donde se respeten los derechos de todas las personas,
al reconocimiento de la diversidad de las personas y de la pluralidad de nuestra
sociedad.
Gays, Lesbianas, Bisexuales y Travestis reunidos (as) en Birrí de Heredia, los
días 28, 29 y 30 de abril de 2006 en el marco de la Primera Conferencia Nacional
GLBT, considerando:
1. Que Costa Rica ha firmado y ratificado tratados internacionales y
convenciones que garantizan los principios de universalidad, indivisibilidad e
interdependencia de los Derechos Humanos, cuyo pleno cumplimiento requiere
de la eliminación de toda forma de discriminación, tales como la Declaración
Universal de Derechos Humanos, Convención Americana sobre Derechos
Humanos (Pacto de San José), Convención contra toda forma de discriminación
hacia la mujer, Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre
15
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
Población y Desarrollo, Plataforma de Acción de Beijing 1995 y documentos
aprobados en BEIJING+5 y BEIJING+10;
2. Que la Constitución Política de Costa Rica mantiene dentro de sus principios
la vigencia de los Derechos Humanos, la igualdad y la no discriminación, así
como el ejercicio pleno de la ciudadanía de todos (as) los(as) costarricenses, sin
diferencia de ninguna especie, pues todos somos iguales ante la Ley;
3. Que existen en el país leyes y reglamentos que manifiestan de manera clara la
no discriminación;
4. Que existen obstáculos y prácticas discriminatorias que impiden el goce
pleno de los derechos civiles y políticos, así como económicos, sociales y
culturales de todas las personas, especialmente de aquellas que son excluidas o
discriminadas por razón de género, sexo, etnia, nacionalidad, discapacidad,
condición económica u orientación sexual;
5. Que bajo los compromisos asumidos por el Presidente Electo Dr. Óscar Arias
Sánchez en el contexto de “La Campaña Ciudadanía GLBT: Un Voto por la
Igualdad”, en relación con los derechos de la población GLBT, éstos deben
promoverse en normas e instrumentos internacionales y nacionales;
6. Que durante el último año el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) ha
registrado en su accionar un preocupante estancamiento y retroceso en materia
de derechos sexuales y derechos reproductivos, dando lugar a una gestión que
en lugar de fortalecer el mecanismo nacional, priorizó la persecución, censura y
hostigamiento laboral de su personal con el consecuente debilitamiento
institucional;
7. Todo avance en materia de los derechos sexuales y derechos reproductivos
conlleva un fortalecimiento en el ejercicio pleno de la ciudadanía de la
población GLBT y redunda en un adelanto de los derechos humanos de la
población en general.
Por lo tanto:
1. Exigimos al nuevo gobierno el cumplimiento de los compromisos adquiridos
durante el pasado proceso electoral en el marco de la Campaña Ciudadanía
GLBT: Un Voto por la Igualdad, promovida por el Movimiento Diversidad y
que se comprometa firmemente a la erradicación de la discriminación por
cualquier razón, especialmente por orientación sexual.
2. Instamos respetuosamente al presidente electo Dr. Óscar Arias Sánchez a la
pronta designación de la jerarca del INAMU que asuma el mandato durante su
gobierno con un compromiso sólido y congruente en materia de igualdad entre
mujeres y hombres, y en la erradicación de todas las formas de discriminación y
16
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
violencia contra las mujeres, así como el necesario respaldo de la misión del
INAMU como mecanismo nacional para el adelanto de los derechos de las
mujeres.
3. Solicitamos a la Asamblea Legislativa -como representantes de todos(as)
las(os) costarricenses- a procurar instrumentos legales y reglamentos que
posibiliten la equiparación de los derechos civiles y políticos, así como los
derechos económicos, sociales y culturales que conlleven al ejercicio de la
ciudadanía plena de la población GLBT.
4. Pronunciamos nuestra oposición al Tratado Libre Comercio (TLCEUACA),
puesto que contiene múltiples estipulaciones que resultan muy preocupantes y
contrarias a la conformación de sociedades más democráticas, solidarias,
respetuosas, justas e inclusivas.
5. Solicitamos a las organizaciones sindicales nacionales e internacionales
apoyar e impulsar la reivindicación y defensa de los derechos laborales de los y
las trabajadoras GLBT, e incluir dentro de sus políticas la no discriminación por
orientación sexual y género.
6. Llamamos a las organizaciones sociales a incluir dentro de sus agendas el
respeto y la defensa de todos los grupos discriminados.
7. Pedimos a los medios de comunicación colectiva, a las escuelas de
comunicación de las universidades y a los/as periodistas, a plantearse el reto
del desarrollo de productos comunicaciones libres de prejuicios, enmarcados en
el ámbito de los Derechos Humanos y el respeto a los grupos que histórica y
universalmente han sufrido de discriminación, recordándoles su papel en la
transformación de mentalidades y la educación hacia la conformación de
sociedades mayormente democráticas y participativas, libre de
sensacionalismos y amarillismos.
8. Instamos al Ministerio de Educación, Ministerio de Salud, y a la CCSS, a
mejorar los programas de educación sexual integral, con un carácter inclusivo,
respetuoso de todas las orientaciones sexuales e identidades de género, a
promover más y mejores programas y campañas de prevención, educación y
sensibilización del VIH/SIDA, dirigidos a la población GLBT, y mantener los
programas de asistencia médica, tratamientos y medicamentos para las
personas viviendo con el VIH/SIDA en los sistemas de salud.
9. Urgimos a la sociedad costarricense a procurar una democracia mayormente
participativa e inclusiva, donde se respeten los derechos de todas las personas,
al reconocimiento de la diversidad de las personas y de la pluralidad de nuestra
sociedad.
Birrí de Heredia, 30 de abril de 2006.
17
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
6. OPCIONES PASTORALES.
Un peligro que el cristiano corre constantemente es el de que a favor de la
“verdad” se olvide el amor y la misericordia y que en vez de convertirse en luz
y sal de la tierra y en hermano de los pobres que sufren, se convierta en juez
implacable. La Iglesia ante la situación que viven los homosexuales, travestis y
transexuales en la sociedad moderna que se ha vuelto tan permisiva, debe dar
una respuesta sin juicios condenatorios, pero que sin embargo defienda la vida,
la libertad y el amor como los constitutivos esenciales del mensaje evangélico.
En primer lugar el homosexual que sufre el sinsentido de su existencia
buscando un amor que no puede encontrar, debe hallar en la Iglesia el espacio
en el que pueda crecer y vivir como hijo de Dios sin ser juzgado por lo que es y
lo que vive:
“Por tanto, sería tarea de los cristianos el portarse con las gentes de tal manera que
brillara esta licencia, tal y como Dios lo hace, incondicionada para poder ser, y en el que
pueda ir teniendo más espacio en el prójimo… Los cristianos deben preguntarse a sí
mismos de modo crítico, si ellos esta licencia, como la da Dios, no la anuncian de una
forma que a uno le cabe la sensación de no ser aceptado en su ser concreto individual,
con limitaciones y errores.”28
Pero, ¿De qué manera se puede ayudar al homosexual, travesti o
transexual; para que viva una vida más cristiana, sin permitir la laxitud del
“Dejar hacer, dejar pasar”? La comprensión psicológica de cómo se desarrolla y
manifiesta la tendencia homosexual que a su vez es extensiva a las otras
condiciones, permite vislumbrar una serie de caminos por los que se puede
ayudar al individuo a descubrirse a sí mismo, a sus hermanos y a Dios.
El primer paso para que una persona homosexual, pueda sanar su corazón
y abrirse a la acción de Dios es el propio reconocimiento de su ser, no como una
persona enferma y mala, sino como un hombre frágil, lleno de debilidades, pero
amado por Dios. El homosexual tiene que descubrir el valor propio de su
sexualidad, no como un medio de autosatisfacción, sino como la vía
privilegiada para amar y transmitir vida:
“La aceptación de sus sentimientos homosexuales es importante, porque, como dice
Henri Nouwen, los sentimientos homosexuales –al igual que los heterosexuales- afectan
al núcleo mismo de la vida interior de la persona, y «quien pretende no experimentar
dichos sentimientos homosexuales es como si viviera sin corazón». La persona que así
procede no sólo obvia con ello que es homosexual, sino que se cierra a la fuente de la que
llegan sus más íntimos y personales sentimientos y, por tanto, su amor y su pasión, su
28
Baumgartner, I., Psicología pastoral, Introducción a la praxis de la pastoral curativa p. 654-655.
18
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
solicitud por otros, su entrega.”29
En el origen de la estructura de esta condición, por no haber roto de
manera total el vínculo con la madre, se tiene la tendencia a encerrarse en las
comodidades y seguridades por lo que no se enfrentan con facilidad los retos.
Se vive con un constante temor por enfrentarse a la realidad y asumir la
responsabilidad por la propia vida:
"El homosexual se instala en un mundo, efectivamente ' blando', donde se pretende hacer
fullerías, esquivarán las dureza de la vida. Religiosamente, el homosexual vive en un
mundo, donde Dios no es padre, sino, en el fondo, una madre en la que todo perdura
ideal, paradisíaco y cándido, mientras que las durezas de la historia se derriten, por así
decirlo, en un idilio escatológico. El homosexual quiere hacerse desear, pero no ser el
hombre que tiene que ser."30
La propuesta evangélica de tomar la cruz de cada día para seguir a Cristo
será difícil de asumir para una persona homosexual, pero debe írsele
instruyendo en el autosacrificio, para descubrir que en la entrega de sí es donde
encuentra vida plena. El acompañante espiritual de una persona homosexual,
debe evitar asumir la postura de madre protectora. Más bien, debe
desempeñarse como el padre que lo enfrenta a la realidad y lo anima a asumir
los retos de la vida cristiana sin temor.
Una de las grandes dificultades a las que se enfrenta el acompañante
espiritual de un homosexual es el de ser manipulado por el dirigido para
convertirse en una fuente del afecto y protección que se busca. Fácilmente la
persona homosexual se convierte manipulador en busca de afecto, por lo que se
le debe acompañar desde el corazón, pero enseñándole a descubrir que el afecto
se manifiesta de muchas y diversas maneras, para no caer en la trampa de
convertirse en un sucedáneo de las carencias afectivas:
"El mundo psíquico del homosexual refleja en este trasfondo un retraso infantil y se
guarnece de rasgos pueriles fijados: un anhelo muy intenso de protección a lo oso Teddy,
una manifiesta amortiguación de los componentes agresivos viriles, la renuncia más o
menos completa al mundo paterno, vivido como rudo y brutal, de la concurrencia,
rendimientos y necesarias desavenencias, así como el conato de hacerse el ' niño mimado'
por un comportamiento notablemente pegajoso y viscoso, renegado, coqueto y
equívocamente galante."31
Se considera que uno de lo aspectos que se encuentran en el origen de la
inclinación homosexual es la no superación de la etapa narcisista, por la que la
persona vive centrada en sí mismo y es incapaz de abrirse al encuentro con el
otro. La sexualidad humana ha sido creada por Dios como expresión de la
capacidad de amar. Debe darse un cambio de una realidad centrada en sí
Müller, W., Besar es orar, la sexualidad como fuente de espiritualidad, Sal terrae, Santander 2005.
p. 54.
30 Drewermann, E., psicoanálisis y teología moral… p. 184-185.
31 Drewermann, E., psicoanálisis y teología moral… p.183.
29
19
Acompañamiento pastoral de personas excluidas por su inclinación sexual
mismo hacia una apertura hacia los otros. La sexualidad se transforma entonces
en vehículo del amor que es don de Dios. Con ello la persona alcanza la
superación del narcisismo e integra plenamente su sexualidad:
“La meta del desarrollo psicosexual es el deseo y anhelo de actos y experiencias que nos
lleven más allá de nosotros mismos. Es el deseo de trascendernos, de hacer algo que no se
circunscriba a la preocupación por uno mismo.” 32
Este acompañamiento debe realizarse considerando las dificultades y angustias
vividas por estas personas. Debe comprenderse que esta búsqueda de una vida
más cristiana será gradual hasta que logren descubrir el amor como motor de la
vida del hombre, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica:
“Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales
instintivas. No eligen su condición homosexual; ésta constituye para la mayoría de ellos
una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respecto, compasión y delicadeza. Se
evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están
llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a un ir al sacrificio
de la Cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio
de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad
desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y
resueltamente a la perfección cristiana." (CEC 2358-2359)
7. Conclusión.
La Iglesia como la imitadora de Cristo, ha venido para anunciar el evangelio
a los pobres y oprimidos de la humanidad. Su misión es dar luz a aquellos que
caminan en las tinieblas y su preocupación fundamental es la pastoral más que
los discursos morales. Su deber es transmitir el amor de Dios y ayudar al ser
humano a salir de las tinieblas hacia la luz de Cristo.
Una de las páginas más conmovedoras del evangelio es el pasaje del
capítulo 8 de San Juan en el que los escribas y fariseos le presentan una mujer
sorprendida en adulterio. El juicio de Jesús manifiesta la profundidad del
corazón de Dios y la infinitud de su misericordia para con la realidad de pecado
del hombre: “Incorporándose Jesús le dijo: Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha
condenado? Ella respondió: nadie Señor. Jesús le dijo: tampoco yo te condeno.
Vete, y en adelante no peques más.” (Jn 8, 10-11) De frente a una realidad de
pecado que no podía negarse, el que podía ser juez de vivos y muertos
responde con gran amor y misericordia, no acptando la realidad, sino llamando
a un cambio y una transformación del amor. La Iglesia debe responder a las
exigencias de la sociedad actual, desde la realidad del evangelio; no
condenando, sino educando desde la pedagogía de la ternura a imitación de
Jesús.
32
Müller, W., Besar es orar, la sexualidad como fuente de espiritualidad… p. 55.
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