ABUSO SEXUAL INFANTIL El programa de sensibilización y prevención del abuso sexual infantil que se organiza desde el año 1997 por organizaciones no gubernamentales tiene como objetivo la sensibilización y formación de los agentes sociales implicados en el tema. Las necesidades y carencias detectadas son Escasa formación de profesionales a partir de lo cual se hace necesaria una preparación específica para que se garantice una detección eficaz, una prevención real del asi, y la sensibilización social suficiente para provocar una respuesta unánime y contundente a favor de los derechos del niño víctima tanto si es sujeto activo (agresor) como pasivo (víctima), de éste. La falta de espacios de intercambio profesional y el escaso trabajo interdisciplinar La dificultad de acceso a la información especializada La escasa implicación de las instituciones, especialmente en dar continuidad a los programas de prevención y tratamiento y en el tema de los agresores sexuales. Se hace necesario ante esta realidad, unificar conceptos legales, médicos y psicológicos relativo al A.S.I. Hay que unificar criterios de análisis y de abordaje. El material está dirigido a profesionales no especialistas en el tema pero cuando se enfrenta a un caso de abuso infantil tenga herramientas y conocimientos suficientes para saber reaccionar ante él. Lo más importante: no todos los que trabajan con los niños y niñas maltratados pueden realmente conocer el dolor que produce el abuso en todas sus formas. Es fundamental no concebir el abuso sexual como una cuestión únicamente concerniente a la sexualidad del individuo, sino como un abuso de poder fruto de una asimetría. Una persona tiene poder sobre otra cuando le obligar a realizar algo que ésta no desea, sea cual sea el medio que utilice para ello: la amenaza, la fuerza física, el chantaje. La persona con poder está en una situación de superioridad sobre la victima que impide a ésta el uso y disfrute de su libertad. Igualmente importante es entender que el poder no siempre viene dado por la diferencia de edad, sino por otro tipo de factores. El abuso sexual entre iguales existe. En este caso la coerción se produce por la existencia de amenazas o porque hay seducción pero la diferencia de edad es mínima o inexistente. Aun así se considera abuso sexual. Finkelhor y Krugman describen cuatro condiciones para que se produzca el abuso: La primera relacionada con la motivación del agresor para cometer el abuso. Los estudios establecen distintas motivaciones en los agresores cada uno de los cuales desarrolla un “ modus operandi” diferente: Por una Parafilia sexual Por repetición transgeneracional de experiencias previas de abuso en la infancia Por componente psicopático de la personalidad Pedófilo exclusivo, por fijación obsesiva con un objeto sexualizado Relacionada con la habilidad del agresor para superar sus propias inhibiciones y miedos, recurriendo para ello al alcohol y las drogas. Tercera condición, por la que se vencen las inhibiciones externas o los factores de protección del niño Vence la resistencia del niño recurriendo a la violencia, amenaza, engaño y manipulación. Hay menores vulnerables como los niños con discapacidades cuya capacidad de oponer resistencia esta mermada o los menores de tres años. EL ABUSO SEXUAL COMO UNA CUESTION SOBRE LA SEXUALIDAD DE UNA PERSONA Sabiendo que el abuso sexual es una forma de maltrato y que supone un abuso de poder, es importante saber que el abuso sexual es una forma de abuso que afecta a la sexualidad del individuo. Hay que diferenciar la intimidad de la sexualidad y la genitalidad. La intimidad de una persona está compuesta de múltiples contenidos y uno de ellos es la sexualidad, la que no puede ser limitada a la genitalidad. Esto es esencial ya que el abuso no se circunscribe solamente sobre la zona genital del niño sino que implica un abanico de conductas sexuales mas amplias. FALSAS CREENCIAS SOBRE EL ABUSO SEXUAL INFANTIL 1) Los abusos sexuales solo lo sufren las niñas 2) Hoy en día se dan más casos de abuso sexual que en el pasado 3) Quienes cometen abusos sexuales son enfermos psiquiátricos 4) Los abusos sexuales no se dan en todo tipo de situaciones sociales 5) Los niños y niñas no dicen la verdad, fantasean, inventan historias para captar la atención de personas adultas. 6) Los niños y niñas son responsables del abuso sexual 7) Si el abuso tuviese lugar sobre un menor de mi entorno cercano yo lo detectaría 8) Cuando se da un abuso sexual, su familia lo denuncia 9) Los agresores sexuales son siempre desconocidos 10) Los efectos de un abuso son casi siempre muy graves 11) Los abusos sexuales siempre van acompañados de violencia física 12) Los abusos sexuales son poco frecuentes DATOS REALES Y CONCRETOS 1) Hay un mayor porcentaje de niñas víctimas pero también hay niños abusados. 2) Lo que sí está aumentando es la detección por parte de los profesionales y la comunicación que realizan algunas víctimas 3) Los agresores sexuales no tienen un perfil psicológico común. 4) Ocurren mayoritariamente en la familia, pero no exclusivamente. El incesto ocurre en todos los tipos de familias de cualquier clase social. 5) Pocas veces inventan historias que tengan relación con haber sido abusados sexualmente. En general si lo hacen es por influencia de los adultos. 6) No son responsables del abuso y no pueden evitarlo. 7 y 8) No siempre la madre o el encargado del niño sabe que el abuso está ocurriendo. En muchas ocasiones cuando conoce el abuso no lo denuncia. Hay madres que son abusadoras sexuales de sus hijos. 9) Mayoritariamente el abuso es perpetrado por un conocido o familiar. 10) La gravedad de los efectos del abuso depende de muchos factores, como la fecha de inicio, edad de la víctima, la frecuencia, el parentesco, la intensidad, etc. 11) Hay un espectro muy amplio de violencias que no necesariamente acompañados de maltrato físico. van 12) Hay una cifra negra en cuanto a la frecuencia del abuso pero ocurre mucho más de lo que el común de la gente cree. EFECTOS DE LA VIVENCIA DEL ABUSO EN EL DESARROLLO EVOLUTIVO DEL NIÑO. VALORACION DE LA GRAVEDAD Los efectos de la vivencia de un abuso en el desarrollo evolutivo del niño varían según las siguientes categorías Duración del abuso: la duración del abuso (prolongado o esporádico), y la frecuencia del mismo. Cuanto más frecuente y más prolongado en el tiempo más graves son sus consecuencias. La intensidad y el tipo de abuso: si se usa violencia o no, si hay o no penetración. El uso o no de violencia física. Es importante entender que la relación en esta variable no es directa y lineal. Hay casos de abuso sexual en los que no se emplea la violencia pero si la manipulación, amenaza o engaño, como suele suceder en los casos en que el agresor es conocido por la víctima para evitar que ésta revele el abuso, que tienen efectos mucho más profundos y dañinos en el desarrollo del niño de lo que puede tener una agresión sexual puntual, aunque haya violencia física. La edad del agresor y de la víctima. Tampoco este factor presenta una relación lineal, depende del caso individual,. Existen casos de abuso sexual entre iguales con consecuencias gravísimas para el niño o niña. Sin embargo, en principio la diferencia de edad es un agravante, porque acrecienta el abuso de poder, dificultando al niño la revelación y por lo tanto haciendo más probable su revictimización La identidad del abusador (abusador intrafamiliar- abuso extrafamiliar), es decir la relación previa existente entre el agresor y la víctima. Las consecuencias de un abuso son siempre mucho más graves cuando existía una relación afectiva previa entre el agresor y la víctima. Número de abusadores. Cuando son varios la gravedad de las consecuencias se incrementa. Influencia del entorno de la víctima en tres vertientes: 1) Su reacción ante la revelación del abuso y su postura frente a la víctima, especialmente en los casos de abuso intrafamiliar. Si el entorno se configura como un apoyo y una protección eficaz para el niño, con actitud de respaldo y creencia incondicional, en ningún momento de negación ni de catastrofismo, las consecuencias del abuso para el menor se reducen drásticamente. La prontitud y eficacia de las medidas adoptadas por el entorno próximo en el proceso de detección y revelación. Implicación de la víctima en un procedimiento judicial. Esta probado que las personas sean niños o adultos que se implican en el proceso judicial sufren revictimización secundaria. Una de las cosas que han de quedar claras es que no todas las personas que sufren abuso sexual en su infancia quedan marcadas o traumatizadas. La elaboración de una vivencia como ésta es individual, y como tal, el curso puede variar enormemente de una persona a otra. Hay factores que juegan un papel esencial en la asunción del abuso por parte de quien lo vive: 1) Tener o no una red de apoyo psicosocial 2) La actitud de esta red psicosocial ante la revelación del abuso 3) Recibir o no apoyo psicológico 4) No seguir viviendo con el abusador 5) La prontitud y efectividad de las medidas sociales y judiciales tomada por el entorno del menor 6) La victimización secundaria que la vícitima puede vivir durante el procedimiento penal. CONSECUENCIAS DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL A CORTO PLAZO Uno de los fenómenos que se produce es el Síndrome de Acomodación al abuso que incluye cinco elementos: 1) Impotencia: los niños generan un fenómeno de indefensión aprendida puesto que sus intentos de evitar el abuso son nulos. 2) Mantenimiento del secreto: la manipulación y la amenaza a la que son sometidos los obliga a mantener sobre todo si es intrafamiliar una doble vida por miedo a que se cumplan las amenazas del agresor. 3) Entrampamiento y Acomodación: Si el abuso se prolonga en el tiempo el niño poco a poco ira asumiendo el papel de pareja del abusador 4) Revelación espontánea o forzada: siempre conlleva una crisis. El niño puede revelarlo de manera espontanea a alguien o estar forzado por un adulto. 5) Retractación: si no hay intervención efectiva, incluso habiéndola, se produce por culpa, vergüenza o miedo. LAS CONSECUENCIAS DEL ABUSO PUEDE PRODUCIR T.E.P.T. Es importante recordar que algunos niños pueden vivir el abuso sexual y permanecer asintomático, es decir no mostrar signo alguno de trauma. El motivo puede ser desde la propia vivencia del niño (que según su edad y la ejecución del abuso puede no percibirlo como una agresión), a un fenómeno de bloqueo pasajero.. Por eso es fundamental hacer un seguimiento de los niños haya o no sintomatología. SE DEBERIAN PROMOVER PROGRAMAS DE SENSIBILIZACION SOCIAL QUE INCREMENTEN EL CONOCIMIENTO SOBRE EL ABUSO INFANTIL Y ERRADIQUEN LAS FALSAS CREENCIAS SOCIALES QUE ESTASN EN LA BASE DE UNA VISION DISTORSIONADA DEL PROBLEMA QUE POSIBILITA QUE LAS PERSONAS E INSTITUCIONES LO NIEGUEN O SE INHIBAN ANTE EL. CONSECUENCIAS A CORTO PLAZO 1. FÍSICAS: Pesadillas y problemas de sueño Cambios de hábitos de comida Pérdida de control de esfínteres 2. CONDUCTUALES Consumo de drogas y alcohol Fugas Conductas Autolesivas o suicidas Hiperactividad Merma en el rendimiento académico 3. Emocionales Miedo generalizado Agresividad Culpa y vergüenza Aislamiento Ansiedad Depresión, baja autoestima y sentimientos de estigmatización Rechazo al propio cuerpo Estos síntomas se encuentran en el síndrome de estrés postraumático 4. Sexuales Conocimiento sexual precoz o inapropiado de la edad Masturbación compulsiva Exhibicionismo Problemas de Identidad sexual 5. Sociales Déficits en habilidades sociales Retraimiento Social Conductas antisociales CONSECUENCIAS DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL A LARGO PLAZO Aunque no existe un cuadro diferencial del abuso infantil, hay consecuencias de la vivencia que permanecen incluso pueden agudizarse con el tiempo, hasta llegar a configurar patologías definidas. 1. FISICAS Dolores crónicos generales Hipocondría o trastornos psicosomáticos Alteraciones del sueño y pesadillas recurrentes Problemas gastrointestinales Desórdenes alimentarios, especialmente bulimia. 2. CONDUCTUALES Intento de suicidio Consumo de Drogas y alcohol Trastorno disociativo de la identidad 3. EMOCIONALES Depresión Ansiedad Baja autoestima Síndrome de Estrés Postraumático Dificultad para expresar sentimientos 4. SEXUALES Disfunciones sexuales Falta de satisfacción sexual o incapacidad para el orgasmo Alteraciones de la motivación sexual Mayor probabilidad de ser violadas. La mujer víctima de abuso sexual infantil tiene mayores probabilidades de ser violada. Mayor probabilidad de entrar en la prostitución Dificultad para establecer relaciones sexuales, autovalorándose como objeto sexual. 5. SOCIALES Problemas de relación interpersonal Aislamiento Dificultades de vinculación afectiva con los hijos Mayor probabilidad de sufrir revictimización como víctima de violencia por parte de la pareja CONSIDERACIONES LEGALES El objetivo de este apartado es analizar tratamiento legal que el actual código penal de la República Argentina presta a estos delitos, la reforma del derecho penal en materia de delitos contra la integridad sexual respecto de la definición tradicional del art.119 (violación), con el consecuente cambio de concepción a partir de la reforma. El nuevo encuadramiento con el que la ley 25.087 conceptualiza el Título III Del Código Penal, tiene como base que el bien jurídico tutelado, a partir de la reforma, es la integridad sexual de las personas, partiendo de un concepto más amplio. La nueva legislación incluye varios delitos sexuales, con un ordenamiento nuevo, protegiendo la totalidad e integridad de las personas y sus derechos sexuales, su derecho individual a disponer de su persona y de su sexualidad. Frente a esta nueva realidad jurídica se hace necesario unificar conceptos legales, médicos y psicológicos relativos al abuso sexual infantil. Hay que unificar criterios de análisis y de abordaje. El inciso 1. del artículo 1 de la ley 25.087 sustituye la rúbrica del Título III del Libro II del Código Penal “Delitos contra la Honestidad” por la de “Delitos contra la Integridad Sexual”. QUE IMPLICA ESTA NUEVA CONCEPCION DEL ABUSO SEXUAL COMO UNA CUESTION SOBRE LA INTEGRIDAD DE UNA PERSONA? Desde el punto de vista jurídico, según la nueva concepción tanto la víctima como el autor pueden ser personas de uno u otro sexo en razón de que la gravedad de la ofensa no debe ser ligada al género de la víctima, aún cuando en su mayoría son cometidos por varones. Ahora se considera que también pueden ser cometidos por mujeres. Desde un análisis psicosocial este cambio es fundamental por dos motivos. Uno porque rompe con la visión patriarcal del maltrato en cuanto a que solo es perpetrado por el hombre, que colocaba a la mujer en un lugar siempre de víctima y no de victimaria. Dentro de esta concepción el valor social que se le otorgaba a la mujer estuvo impulsada por fuertes discursos (filosóficos, religiosos, canónicos) que la posicionaron solo en tanto madre, adjudicándole un instinto maternal de tipo mesiánico con características de amor incondicional hacia los hijos. Esta visión simplista y reduccionista impide ver que las mujeres, las madres, también maltratan a sus hijos y que la maternidad no depende de un instinto sino que es una capacidad que se tiene o no. El otro motivo de capital importancia en la consideración de estos delitos como atentados a la Integridad sexual tiene que ver con una forma de maltrato que supone un abuso de poder, es importante saber que afecta a la sexualidad del individuo. Hay que diferenciar la intimidad de la sexualidad y la genitalidad. La intimidad de una persona está compuesta de múltiples contenidos y uno de ellos es la sexualidad, la que no puede ser limitada a la genitalidad. Esto es esencial ya que el abuso no se circunscribe solamente sobre la zona genital del niño sino que implica un abanico de conductas sexuales más amplias. Se asiste con esta reforma a una unificación de conceptos jurídicos y psicológicos indispensables para el tratamiento integral de estos delitos. Esta nueva concepción jurídica permite incriminar a todo tipo de penetración incluyendo casos como la fellatio in ore, que algunos autores estiman que solo constituye un ultraje al pudor, mientras que para otros no se diferencia de una contra natura, y situaciones de ultraje grave que no constituyen penetración como el cunnilingus, la utilización de otros instrumentos que no sean el órgano sexual masculino, el sometimiento violento y prolongado que no culmine en penetración, etc. La tradición y el discurso biológico han otorgado durante mucho tiempo a la violación vaginal un lugar principal cuando en lo real, efracción (invasión), puede ocurrir a través de los distintos orificios del cuerpo incluso producirse sin penetración. Asimismo, el órgano viril no es la única herramienta utilizada para la penetración toda vez que se emplean otros objetos o elementos en calidad de sustitutos. Desde el punto de vista psicológico se considera que el abuso infantil crónico (por ejemplo) tiene lugar dentro de un entorno familiar de terror dominante en el que las relaciones normales de cuidados han quedado profundamente alteradas. Los supervivientes describen un patrón característico de control totalitario impuesto mediante amenazas de violencia e incluso de muerte, la aplicación arbitraria de reglas estúpidas, de recompensas intermitentes y de destrucción de todas las relaciones mediante el aislamiento, el secreto y la traición. Los niños que crecen en este clima de dominación desarrollan vínculos patológicos con aquellos que abusan de ellos y que los descuidan. Si en la vida adulta el trauma repetido erosiona la estructura de la personalidad ya formada, en la infancia forma y deforma la personalidad. El niño o niña atrapada en un entorno de abusos se enfrenta a la enorme tarea de la adaptación. Debe encontrar la manera de conservar un sentido de la confianza en personas en las que no se puede confiar, de seguridad en una situación insegura, de poder en una situación de indefensión. Incapáz de cuidar de sí misma o de protegerse ya que depende de manera vital para su supervivencia y de dependencia extrema, debe compensar los fallos en el cuidado en la protección que le proporcionan los adultos con los únicos medios que tiene a su disposición: un sistema inmaduro de defensas psicológicas. (Herman, 2004). Esta situación de indefensión, entrampe vincular, terror intenso, secretismo y aislamiento diferencia al abuso físico provocado por un agente ocasional ya que en este ultimo también hay dolor, miedo e impotencia pero cuando es intrafamiliar y crónico es mucho más grave por las experiencias de goce sexual del abusador, la manipulación de los lazos afectivos, el discurso culpabilizante del perpetrador hacia el niño, el silencia y el secreto. Las consecuencias de esta configuración relacional perversa, no son otras que la aparición del trauma (angustia, miedo), y de los que hemos llamado “alienación sacrificial”: proceso de adaptación de la niña o niño, a la situación teniendo en cuenta su dependencia del abusador y el proceso de sumisión y de manipulación que éste le impone. Hemos llamado “proceso de vampirización” a este caso y es comparable con el proceso de “lavado de cerebro” utilizado en países totalitarios para lograr la sumisión incondicional de sujetos rebeldes, sin utilizar la violencia física. (Lauret, 1975; Barudy 1998). El carácter traumático de los comportamientos sexualmente abusivos se debe al hecho de que las situaciones del adulto se sitúan fuera del cuadro de la experiencia habitual del niño. Estas acciones alteran sus percepciones y emociones con respecto a su entorno, creando una distorsión de la imagen que tiene de sí mismo, de su visión del mundo y de sus capacidades afectivas. Por todo esto, los delitos contra la integridad sexual no pueden circunscribirse a una cuestión de un género, ni a una zona genital determinada, así como tampoco ser perpetrado únicamente por varones. También la reforma revisa la conceptualización que se tenía respecto del consentimiento. En el nuevo texto la ley revisa los conceptos de fuerza, intimidación o resistencia para dar lugar al libre consentimiento y otros factores que pueden anularlo. El concepto de consentimiento que se ha debatido tradicionalmente en la doctrina y en la jurisprudencia se ha basado en la suficiente resistencia que la víctima ofreció al ataque, es decir si su voluntad fue realmente superada por el uso de la fuerza o la amenaza de daño físico. Desde lo jurídico se amplían los factores que anulan el libre consentimiento mas allá de la fuerza y la intimidación incluyendo los supuestos de coacción, engaño, abuso de poder aun cuando fuere en el marco de las relaciones conyugales o concubinato, e incorporando otras relaciones de autoridad y jerarquía que fuercen el libre consentimiento. El párrafo 1 pune el abuso sexual, es decir todo acercamiento o contacto con el autor con el cuerpo del sujeto pasivo, con miras libidinosas sin consentimiento o con aprovechamiento de las circunstancias en que se encuentra la víctima a través de ciertos procedimientos como el abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad o de poder – obediencia. Es importante destacar que en los últimos años ha habido un cambio significativo en lo relativo a la percepción social de la gravedad y trascendencia de los delitos sexuales. Esta evolución se plasma en diversos documentos internacionales como la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos del niño del 20 de noviembre de 1989, que obliga a los Estados a adoptar las medidas legislativas para proteger a los niños contra toda forma de abuso físico o mental, incluido el abuso sexual. La Convención marca un cambio drástico y positivo en la concepción de la infancia y adolescencia. La Convención sobre los Derechos del Niño, es un nuevo paradigma que lo considera como un sujeto de derechos, transforma en prioridad social el interés superior del mismo y asume el deber de garantizar los derechos a todos los niños por igual. Es opuesto al paradigma del menor en situación irregular, la judicialización de los problemas sociales y la institucionalización de los menores. La Convención coloca al Estado y a la Sociedad como responsables en el diseño y la ejecución de políticas públicas.