JDO. DE LO MERCANTIL N. 1 DE MURCIA AVD. DE LA JUSTICIA S/N, FASE 2, MÓDULO 2,2ª PLANTA, 30011 MURCIA Teléfono: 9682722/71/72/73/74 Fax: 968231153 M66430 N.I.G.: 30030 47 1 2013 0000891 S5L SECCION V LIQUIDACION 0000449 /2013 Procedimiento origen: CONCURSO ABREVIADO 0000449 /2013 Sobre OTRAS MATERIAS D/ña. Procurador/a Sr/a. Abogado/a Sr/a. DEUDOR D/ña. ELECTRIFICACIONES Y SUMINISTROS RUIZ, S.L. Procurador/a Sr/a. MARIA SANCHEZ ROSILLO Abogado/a Sr/a. JUAN ANTONIO SERNA CASTEJON AUTO ILTMA. SRª.Dña. MARIA DOLORES DE LAS HERAS GARCIA. En MURCIA, a quince de diciembre de 2015. HECHOS PRIMERO.- En el concurso seguido ante este Juzgado con el número 449/2013 se presentó ante el Registro General por la Administración concursal plan de liquidación del activo de la mercantil concursada ELECTRIFICACIONES Y SUMINISTROS RUIZ S.L. el 16 de octubre de 2015. SEGUNDO.- Por providencia de fecha 22 de octubre de 2015 se acordó unir dicho plan a la sección quinta del concurso y a ponerlo de manifiesto al deudor y a los acreedores concursales para que pudieran formular las observaciones y propuestas que tuvieran por conveniente. TERCERO.- Dentro de dicho plazo la representación de RURALES REUNIDAS S.C.C. y la CAJAS AGENCIA TRIBUTARIA presentaron escritos formulando observaciones al plan de liquidación propuesto que obran unidas a las actuaciones y que en aras a la brevedad se dan aquí por reproducidas. RAZONAMIENTOS JURIDICOS PRIMERO.- El art. 148 LC dispone que “1. Dentro de los quince días siguientes al de notificación de la resolución de apertura de la fase de liquidación a la administración concursal, presentará ésta ante el juez un plan para la realización de los bienes y derechos integrados en la masa activa del concurso que, siempre que sea factible, deberá contemplar la enajenación unitaria del conjunto de los establecimiento, explotaciones y cualesquiera otras unidades productivas de bienes y servicios del concursado o de algunos de ellos (…). 2. Durante los quince días siguientes a la fecha en que haya quedado de manifiesto en la oficina judicial el plan de liquidación, el deudor y los acreedores concursales podrán formular observaciones o propuestas de modificación. El juez, según estime conveniente a los intereses del concurso, resolverá mediante auto aprobar el plan en los términos en que hubiere sido presentado, introducir modificaciones en función de aquellos o acordar la liquidación conforme a las reglas supletorias”. Y el art. 149 LC establece unas normas supletorias que serán de aplicación “de no aprobarse un plan de liquidación y, en su caso, en lo que no hubiere previsto el aprobado”, estableciendo unas reglas a las que habrán de ajustarse las operaciones liquidatorias cuando concurra tal circunstancia. El sistema jurídico concursal está inspirado, pues, por el principio de conservación de empresa, principio que tiende a evitar la desmembración de las organizaciones económicas de producción de bienes y servicios que se encuentran en el patrimonio del concursado y que se manifiesta en la regulación de todo el articulado de la Ley Concursal y por lo que aquí nos interesa también en la regulación que de la enajenación de la empresa efectúa en su texto. Efectivamente, en caso de enajenación la “conservación translativa” de la empresa (la transmisión a un tercero) puede hacerse tanto en solución de convenio (artículo 100.2) como en la liquidación y en este último caso la conservación de la empresa, o lo que es lo mismo, la continuidad de la actividad a cargo de una persona distinta al concursado puede darse tanto en caso de existencia de un plan de liquidación (art. 148.1) como de aplicación de las reglas supletorias (art. 149.1). En el caso que nos ocupa la administración concursal, en el plan de liquidación, después de relacionar los bienes y derechos que integran el inventario de la masa activa de la concursada con sus cargas y gravámenes, propone liquidar la empresa procediendo a la enajenación de activos con carácter principal en adjudicación directa, y subsidiariamente en subasta pública. SEGUNDO.- Frente a ese plan se presentaron tres observaciones por CAJAS RURALES REUNIDAS S.C.C.: 1ª.- En primer lugar, en las observaciones al plan interesa que se recoja en el plan de liquidación que la realización de los bienes afectos a créditos con privilegio especial se efectué de conformidad con lo dispuesto en al articulo 155.4 de la LC. Dicho precepto bajo el epígrafe pago de créditos con privilegio especial dice “La realización en cualquier estado del concurso de los bienes y derechos afectos a créditos con privilegio especial se hará en subasta, salvo que, a solicitud de la administración concursal o del acreedor con privilegio especial dentro del convenio, el juez autorice la venta directa o la cesión en pago o para el pago al acreedor privilegiado o a la persona que él designe, siempre que con ello quede completamente satisfecho el privilegio especial, o, en su caso, quede el resto del crédito reconocido dentro del concurso con la calificación que corresponda. Si la realización se efectúa fuera del convenio, el oferente deberá satisfacer un precio superior al mínimo que se hubiese pactado y con pago al contado, salvo que el concursado y el acreedor con privilegio especial manifestasen de forma expresa la aceptación por un precio inferior, siempre y cuando dichas realizaciones se efectúen a valor de mercado según tasación oficial actualizada por entidad homologada para el caso de bienes inmuebles y valoración por entidad especializada para bienes muebles. La autorización judicial y sus condiciones se anunciarán con la misma publicidad que corresponda a la subasta del bien y derecho afecto y si dentro de los diez días siguientes al último de los anuncios se presentare mejor postor, el juez abrirá licitación entre todos los oferentes y acordará la fianza que hayan de prestar”. En liquidación se planteaba un problema cuándo el concursado, como aquí ocurre, tiene bienes que garantizan créditos privilegiados, y es determinar si el plan de liquidación tiene que contemplar necesariamente el 155.4 o puede la AC establecer un régimen de venta diferente como le permite el art.148 de la LC Se mantenían hasta tres posiciones al respecto: 1ª.-El articulo 148 LC, que establece el plan de liquidación es vinculante, por lo que si existe en el plan de liquidación previsión expresa en el plan se puede optar por la enajenación unitaria de la empresa o de bienes individualmente, ya sea por medio de subasta, por persona o entidad especializada o por medio de venta directa. En estos casos el 155.4 de la LC no será de aplicación. Pero de no haber previsión expresa en el plan de liquidación desenvuelve sus efectos el srt.149.1.3º de la LC y su remisión al 155.4 de la LC entre sus reglas supletorias. Posición mantenida entre las Conclusiones alcanzadas por los Jueces de lo Mercantil de Cataluña el 23 de marzo de de 2011. 2ª.-El art.155.4 de la LC es ley especial, frente al 148 a la LC, por lo que necesariamente el plan de liquidación debe seguir el procedimiento previsto en el 155.4. Mantenida por ejemplo por Fdez Seijo en “Tratado judicial de la insolvencia”. 3ª.-Posición ecléctica. Es aplicable el 155.4 sólo cuando el acreedor lo pida. Es decir, es posible que se estipule en el plan de liquidación un sistema concreto de realización de bienes afectos a créditos con privilegio especial, y dicho mecanismo será aplicable, conforme al 148, salvo que el acreedor con privilegio especial en el tramite de alegaciones opte por la aplicación del 155.4 LC. Mantenida en el Auto del Juzgado Mercantil nº5 de Madrid de 11 de diciembre de 2012. De dichas posiciones parecía la más acertada la primera pues no sólo es perfectamente posible, sino que además constituye un desideratum del legislador que en la medida que sea factible se proceda a la enajenación unitaria de la empresa o de una unidad productiva (art.148.1 LC) de forma que si entre los bienes del concursado hubiera alguno o algunos afectos al pago de privilegio especial bien pudiera autorizarse judicialmente su transmisión al adquirente con la carga, y lo mismo podría suceder de procederse a la venta individualizada del bien, toda vez que el art.155.3 LC dispone: “Cuando haya de procederse dentro del concurso, incluso antes de la fase de liquidación, a la enajenación de bienes y derechos afectos a créditos con privilegio especial, el juez, a solicitud de la administración concursal y previa audiencia de los interesados, podrá autorizarla con subsistencia del gravamen y con subrogación del adquirente en la obligación del deudor, que quedará excluida de la masa pasiva”. Por esa razón esa posición era la seguida por esta Juzgadora y por nuestra Audiencia Provincial, en sentencias de fecha 7 de mayo y 9 de julio de 2015, entre otras. No obstante lo anterior, esa posición no ha sido la consagrada legislativamente por el legislador concursal, pues actualmente de la Ley Concursal,- tras su reforma por Ley 9/2015 de 25 de mayo, de medidas urgentes en materia concursal-, se infiere del art. 148.6 de la LC la preeminencia del art.155.4 sobre el Plan de liquidación, por lo que esta modificación debe ser acogida. 2ª.-En segundo lugar, se interesa que la remuneración de empresa especializada corra a cargo de la administración concursal tal y como prevé el articulo 149.1.1ª de la LC en su párrafo segundo. Propuesta de modificación del plan que debe ser rechazada toda vez que no contempla que la enajenación de los bienes se efectué por empresa especializada. 3ª.-En tercer lugar interesa que los gastos inherentes a la transmisión, incluida las plusvalías municipales, sean abonados conforme a la Ley y no a cargo, en todo caso, a cargo del adquirente. Al respecto, debe recordarse que el Artículo 106 (Sujetos pasivos del Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana) del Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales(BOE de 9) (en adelante, TRLHL), dispone que: “Es sujeto pasivo del impuesto a título de contribuyente: En las transmisiones de terrenos o en la constitución o transmisión de derechos reales de goce limitativos del dominio a título oneroso, la persona física o jurídica, o la entidad a que se refiere el artículo 35.4 de La ley General Tributaria, que transmita el terreno, o que constituya o transmita el derecho real de que se trate”. De dicho precepto se infiere que su condición de sujeto pasivo a título de contribuyente radica en el hecho de que es el transmitente el que se beneficia del negocio jurídico, esto es, la venta del inmueble. Por su parte, el art. 36 de la LGT, estima sujeto pasivo “el obligado tributario que, según la Ley, debe cumplir la obligación tributaria principal, así como las formales inherentes a la misma, sea como contribuyente o como sustituto del mismo”. En términos similares se pronuncia el art. 30 de la derogada Ley 230/1963, de 28 de diciembre, General Tributaria (BOE de 31), que disponía que “es sujeto pasivo la persona natural o jurídica que según la ley resulta obligada al cumplimiento de las prestaciones tributarias, sea como contribuyente o como sustituto del mismo”; por lo que, de una interpretación conjunta con lo establecido en el art. 107 LRHL, se identifica como sujeto pasivo del impuesto a la persona, física o jurídica, que obtiene un lucro con la operación inmobiliaria. Asimismo, y a mayor abundamiento, el art. 17.4. LGT establece que “los elementos de la obligación tributaria no podrán ser alterados por actos o convenios de los particulares, que no producirán efectos ante la Administración”; esto es, las posiciones jurídicas del transmitente y el adquirente son indisponibles: la condición de sujeto pasivo del transmitente no puede trasladarse por vía contractual al adquirente. En este sentido se ha pronunciado, con criterio constante, la Dirección General de Tributos del Ministerio de Economía y Hacienda – Sección de Tributos Locales. Así, por ejemplo, en las consultas núms. 1727-00, 0358-02 y 0724-03, en las que se concluye que: “De acuerdo con el artículo 107.1.b) de laley reguladora de las Haciendas Locales, es sujeto pasivo del Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, a título de contribuyente, en los supuestos de transmisión de terrenos a título oneroso, la persona física o jurídica o entidad a que se refiere el artículo 33 de la Ley General Tributaria, que transmita el terreno. [...] En consecuencia, en el supuesto objeto de consulta, el sujeto pasivo del impuesto es la persona física o jurídica que transmitió el inmueble, de acuerdo con lo previsto en la Ley 39/1988. [...]...cabe recordar que, de acuerdo con el artículo 36 de la Ley General Tributaria, la posición del sujeto pasivo no podrá ser alterada por actos o convenios de los particulares, no surtiendo efecto ante la Administración dichos actos o convenios...” Aunque resulte evidente lo expuesto, los Tribunales han tenido que pronunciarse sobre esta cuestión. Así, la STSJ Andalucía/Granada de 24 marzo 2003 (JT 2003, 922) que, en su Fundamento de Derecho 4º, sienta la siguiente doctrina: “CUARTO Tampoco puede prosperar lo alegado por la actora en relación con el pacto expreso contenido en el contrato de compraventa, por el que todos los «gastos, impuestos y arbitrios» que se devengasen por la compraventa seria de cuenta del comprador, ya que hay que recordar que desde el establecimiento en España en 1918 del denominado entonces Arbitrio sobre Plusvalía, ha sido incuestionable que este tributo gravaba la plusvalía generada por actuaciones ajenas al propietario, principalmente por el progreso de los pueblos y ciudades, debido a la actuación de los Ayuntamientos y de la colectividad de los vecinos, razón por la cual los propietarios debían reintegrar a las comunidades locales una parte de la plusvalía obtenida a través del correspondiente tributo.[...] Pero en la actual situación no hay duda, que ante la Administración el único sujeto pasivo del impuesto es el transmitente, el que percibe el aumento de valor y como tal beneficiario es el obligado al pago del impuesto...” En similares términos se pronuncia la STSJ Andalucía/Sevilla de 15 abril 2002 (JUR 2002, 268994) que, en su Fundamento de Derecho 2º, establece que: “La primera alegación de la parte actora hace referencia a la estipulación que se hizo constar en la Escritura de Compraventa, según la cual todos los gastos que dicho otorgamiento ocasionara (incluido el relativo al Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana) serían de cuenta del comprador. Alegación que contradice frontalmente el mandato establecido en el artículo 107.1.b) de la L.H.L., según el cual en las transmisiones de terrenos a título oneroso -como el actual supuesto- el sujeto pasivo es el transmitente. Por lo cual, y dado el rango que en la jerarquía normativa ostenta éste frente a aquella resulta obligado acordar la desestimación de la examinada alegación.” Y la STSJ Madrid de 16 febrero 2002 (JUR 2002, 234779): “El artículo 107.b) de la Ley de las Haciendas Locales, normativa a aplicar dada la fecha del devengo del gravamen (4 de mayo de 1992), mantiene el criterio tradicional de considerar sujeto pasivo del nuevo impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana, al transmitente en las transmisiones a título oneroso, apartándose el precepto de los precedentes, omitiendo toda referencia a la condición de sustituto que se asignaba al adquirente, según la legislación anterior ya expuest“En consecuencia, en las transmisiones de terrenos a título oneroso, solamente el transmitente aparece como sujeto pasivo del gravamen, al ser la persona a cuyo favor se genera la plusvalía, quedando el adquirente absolutamente al margen del elemento personal de la relación jurídica tributaria, lo que supone que solo el sujeto pasivo (transmitente) tenga obligaciones tributarias frente al ente municipal.” Ahora bien, siendo claro que el sujeto pasivo del impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos es el vendedor gran parte de la jurisprudencia menor ha venido considerando que la inclusión, en los contratos de adquisición de vivienda, de cláusulas contractuales por las que el adquirente viene obligado al pago de la plusvalía (Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana) tiene su legitimidad en la libre disposición y voluntad de las partes, que se manifiesta de forma genuina en la adopción, libre y consentida, de todo tipo de "pactos, cláusulas y condiciones que tengan por conveniente", sin más límites que las leyes, la moral y el orden público ( art.1255 del Código Civil). No obstante, esta concepción va evolucionando paulatinamente, y algunos juzgados y tribunales vienen considerando desde hace algunos años que tal práctica es contraria a la buena fe contractual cuando una de las partes es un consumidor, y convierte la relación sinalagmática en una relación jurídica descompensada y asimétrica, en la que la parte jurídica más fuerte - el vendedor - viene en imponer a la parte más débil - el comprador - una carga dineraria suplementaria, so pena de resolver el contrato de compraventa de vivienda o no llegar a su celebración. El adquirente, dada la naturaleza del bien objeto del contrato, queda así obligado a asumir el pago de la plusvalía, y esta circunstancia termina viciando la prestación del consentimiento. En este sentido, la Audiencia Provincial de La Coruña (Sección 4ª), en la Sentencia nº 357/1999, dictada en el Recurso de Apelación nº 1331/1997, dispone que: “SEGUNDO.- Matizaciones al margen, estamos también de acuerdo con lo resuelto en primera instancia acerca de la llamada «plusvalía» (Impuesto sobre Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana). Contrariamente a lo que sostiene la parte apelante, en la Sentencia apelada no se confunden los aspectos tributarios administrativo-sancionatorios (en VPO) y los civiles-contractuales, como tampoco contradice la Jurisprudencia sobre los efectos civiles en materia de precio de VPO. Con el estudio de la evolución del impuesto y sus cambios (como la desaparición de la afección real del inmueble al pago del tributo, así como la figura del comprador-sustituto del contribuyente), lo que se está destacando es la carencia de interés o sentido en el comprador para asumir contractualmente el pago de una «plusvalía» que por ley corresponde a la parte vendedora que es la única que se beneficia del incremento patrimonial. La autonomía de la voluntad de los contratantes tiene un límite en la ley, la moral y el orden público (art. 1255 CC)los ante un pacto entre particulares al mismo nivel (en cuyo supuesto no advertimos obstáculo a la validez y eficacia de una cláusula de asunción de la “plusvalía” por el comprador), sino a distinto nivel, entre un promotor o constructor inmobiliario y un consumidor en una primera venta de vivienda (y trastero y garaje) que, a mayores, es de protección oficial, estando también sujeta a la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios citada, cuya normativa, como su mismo nombre proclama, es para la protección o defensa de éstos y para evitar, por ejemplo, la consecuencia expresada en el alegato del escrito de recurso en orden a que si la compradora no hubiese suscrito las cláusulas cuestionadas la demandada no le habría vendido entonces, no obstante su carácter abusivo o el desequilibrio de prestaciones a su favor, forzando aquélla a tener que pasar por ello.” En idéntico sentido se pronuncia la Sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla (Sección 2ª), nº 129/1994, de 16 de marzo (AC 2004\317): “SEGUNDO.- El principio de autonomía de la voluntad está sujeto a limitaciones, pues los pactos convencionales no pueden ser contrarios a las Leyes, la moral y el orden público. “Es contraria a norma legal imperativa la imposición al comprador, en la primera venta de una vivienda, de los gastos de constitución del préstamo hipotecario encaminado a financiar su construcción. La Ley de Defensa de los Consumidores y Usuarios, tras la reforma operada por la Ley sobre condiciones Generales de la Contratación, exige justo equilibrio de las contraprestaciones de las partes contratantes (art. 10.1.c), y excluye expresamente las cláusulas abusivas, que se reputan nulas, entre las que se encuentran las relacionadas con el apartado 22 del anexo, y en particular la imposición, en la primera venta de viviendas, de gastos que por naturaleza corresponden al vendedor, tales como los gastos de constitución de hipoteca anterior a la venta, como declaró la sentencia del Tribunal Supremo de 1 de junio de 2000 ( RJ 2000, 5090)”. Pero, como se adelantaba, otras resoluciones se pronunciaban en sentido contrario a la abusibidad, por lo que ante la existencia de jurisprudencia contradictoria de las Audiencias Provinciales, el Tribunal Supremo en Sentencia de 25 de noviembre de 2011, unificó la cuestión en los siguientes términos:” El pacto incorporado a un contrato de compraventa por el que se establece la obligación de pago del IIVTNU a cargo del comprador queda sujeto al control de validez con arreglo a la legislación de consumidores. La cláusula en la que se establece que el comprador, cuya condición de consumidor no se discute, tiene la obligación de pagar el IIVTNU se trata de una estipulación no negociada individualmente que limita los derechos de los consumidores y que es nula y convierte en indebido y restituible lo pagado por el consumidor por el concepto de que se trata”. Sentado lo anterior, resulta que el pago por el adquirente en las enajenaciones de bienes que se efectúen de todos los gastos e impuestos será en aquellos donde este posibilitada tal disposición por las partes, donde sea válida, pues esos pactos son beneficiosos para el concurso y para la seguridad jurídica del adquirente, pues éste puede conocer antes de la adquisición a que importe ascienden los impuestos, por una simple consulta tributaria, y decidir si le conviene o no adquirirlo, frente a la inseguridad que generaría no saber hasta el final si el bien esta o no grabado con la carga de los impuestos y ello habida cuenta de que en la mayoría de los concursos, la transmisión de inmuebles con garantía real no deja ninguna cantidad liquida al concurso, y ello supone que cuando existen varios créditos contra la masa, y hasta la realización de todos los activos, finalizando el concurso, es cuando se conoce la liquidez real, a pesar de las previsiones de tesorería realizadas, que pudieran contemplar cantidad suficiente. De forma que si el impuesto Municipal sobre el incremento del Valor de los Terrenos no se puede pagar por falta de tesorería, dicho inmueble quedaría gravado con la carga del mencionado impuesto, generando un perjuicio para el adquirente, desconocido por este hasta ese momento y que ya no podrá hacer nada en el seno del concurso. Pero en aquellos supuestos en que la previsión del sujeto pasivo de los gastos e impuestos no este a disposición de las partes, sino que se impongan por disposición legal a la parte vendedora, deberán ser satisfechos con arreglo a la Ley. Respecto a la observación efectuada por la Agencia Tributaria, no es propiamente una propuesta de modificación del plan sino que se limita a señalar que la administración concursal efectué las averiguaciones oportunas a fin de determinar la ubicación de determinados bienes. TERCERO.- Atendiendo a lo anterior, se estima conveniente a los intereses del concurso aprobar el plan con carácter definitivo presentado por la Administración Concursal incluyendo las modificaciones indicadas en el fundamento anterior. CUARTO.- El art. 152 LC regula los “informes sobre la liquidación”, estableciendo que “Cada tres meses, a contar de la apertura de la fase de liquidación, la administración concursal presentará al Juez del concurso un informe sobre el estado de las operaciones, que quedará de manifiesto en la oficina judicial”. En cumplimiento de esta norma, la Administración Concursal queda obligada a presentar informe cada tres meses en el que deberá detallar, en este caso, la evolución del plan de liquidación; y en concreto y especialmente, las enajenaciones de los bienes y derechos de la masa activa y las actuaciones desarrolladas para el cobro de los créditos deudores de la concursada. Vistos los preceptos legales citados y demás de general y pertinente aplicación. PARTE DISPOSITIVA ACUERDO aprobar como administración concursal plan definitivo el propuesto por la incluyendo las modificaciones primera y tercera propuestas por CAJAS RURALES REUNIDAS S.C.C.. La Administración Concursal deberá presentar informes trimestrales sobre el estado de las operaciones en los términos del artículo 152 de la Ley Concursal. Para el caso de que haya de celebrarse subasta judicial de bienes, las condiciones generales por las que se rige esta subasta electrónica serán las establecidas por la ley de enjuiciamiento civil para la subasta, en concordancia con las normas de la ley concursal, pero con las peculiaridades aprobadas por Junta de Jueces de lo Mercantil de Murcia y que se harán constar en la Diligencia de Ordenación en la que se solicita a la unidad de subastas su señalamiento. Fórmese la Sección sexta de calificación del concurso, que se encabezará con testimonio de esta resolución y del auto de declaración del concurso. Póngase en conocimiento que dentro de los DIEZ DÍAS siguientes a la notificación de la presente, cualquier acreedor o persona que acredite interés legítimo, podrá personarse en dicha sección, alegando por escrito cuanto considere relevante para la calificación del concurso como culpable. Líbrese mandamiento al Registro Mercantil correspondiente a la concursada para la inscripción de la presente resolución, y publíquese la aprobación del plan en los términos señalados. Si no fuera posible la publicidad y remisión de oficios vía telemática, informática y electrónica, entréguense al/a procurador/a del solicitante del concurso los mandamientos y los oficios acordados, autorizándola a realizar cuantas gestiones sean necesarias para una pronta tramitación de los mismos, quien deberá remitirlos de inmediato a los medios de publicidad correspondientes. En caso de incumplimiento o demora le pararan los perjuicios que procedan, incluida la responsabilidad disciplinaria prevista la legislación orgánica y procesal Notifíquese la presente resolución a las partes, haciéndoles saber que contra la misma cabe interponer recurso de apelación a preparar en el plazo de veinte días desde su notificación a las partes. Se le hace saber a las partes que para entablar el mencionado recurso deberán consignar el importe que, al efecto, señala la Disposición Adicional Decimoquinta de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Dicha consignación deberá efectuarse en la cuenta de este Juzgado, mediante ingreso en la cuenta expediente correspondiente al órgano y procedimiento judicial en que se ha dictado, debiéndose especificar en el campo concepto del documento Resguardo de ingreso que se trata de un “Recurso”, seguido del código y tipo de recurso de que se trate (00Reposición; 01- Revisión de resoluciones Secretario Judicial, 02- Apelación y 03- Queja); caso contrario no se admitirá a trámite el recurso. Lo acuerda y firma Dª Mº Dolores de las Heras García, Magistrada- Juez titular del Juzgado de lo Mercantil nº1 de Murcia, doy fe. LA MAGISTRADA - JUEZ LA SECRETARIA