Número de registro: 3692 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO EN REVISION 83/95
Número de registro: 3692
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo III, Junio de 1996
Página: 707
AMPARO EN REVISION 83/95. JORGE FONCERRADA CASILLAS.
CONSIDERANDO:
CUARTO.- Por lo que se refiere al segundo acto que se reclama, consistente en que el Juez
responsable hubiera continuado actuando dentro del expediente número 237/92, a partir del
acuerdo de fecha veinte de mayo de mil novecientos noventa y cuatro, a pesar de que
mediante escrito de fecha veintiocho de abril de mil novecientos noventa y cuatro (fojas 111
a 113), el ahora recurrente interpuso recusación con causa contra el susodicho juzgador, se
aprecia que el Juez de amparo no se ocupó de su estudio, dado que sobre el particular sólo
indicó textualmente lo siguiente: "...Sin dejar de señalar que el quejoso también combate todo
lo actuado a partir del auto que admite la apelación que él mismo interpuso..." (foja 195
vuelta).
Ahora bien, tal forma de proceder implica que el resolutor federal dictó sentencia
incongruente con la litis, y aun cuando sobre ello no existe agravio, este tribunal se encuentra
obligado a efectuar el pronunciamiento correspondiente.
Al efecto se cita la tesis sustentada por la extinta Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, que con el número 232, aparece publicada en la página 235, de la Segunda
Parte del Informe de Labores correspondiente al año de mil novecientos ochenta y nueve,
aplicable por analogía, que dice: "SENTENCIA INCONGRUENTE. SE CONSIDERA
COMO TAL, LA QUE NO ANALIZA TODOS LOS ACTOS RECLAMADOS, Y EN EL
RESOLUTIVO CONCEDE EL AMPARO RESPECTO DE ELLOS, DEBIENDO
ESTUDIARSE TAL CUESTION, AUNQUE NO HAYA AGRAVIO.- Es incongruente la
sentencia que dicta un Juez de Distrito, en la cual omite analizar todos y cada uno de los actos
reclamados, pero en el punto resolutivo concede el amparo respecto de la totalidad de los
mismos. En esas condiciones, la autoridad revisora, aunque el recurrente no haya señalado lo
anterior como agravio, debe de entrar a analizar los conceptos de violación que omitió
estudiar el Juez Federal, y con mayor razón, cuando la Suprema Corte de Justicia de la
Nación ha establecido jurisprudencia sobre los artículos impugnados."
De igual manera, debe destacarse que esa falta de examen, no sería motivo para ordenar la
reposición del procedimiento, a fin de que el Juez de Distrito la subsanara, de acuerdo con lo
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previsto por la jurisprudencia sustentada por el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis número 34/93, de fecha siete de
septiembre de mil novecientos noventa y cuatro, entre las sustentadas por este Primer
Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, y por el Primer Tribunal Colegiado del Noveno
Circuito, que dice: "REVISION, RECURSO DE. NO PROCEDE LA REPOSICION DEL
PROCEDIMIENTO EN EL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO CUANDO LA
VIOLACION CONSISTE EN LA FALTA DE EXAMEN DE UNA PARTE O DE LA
TOTALIDAD DE LOS ACTOS RECLAMADOS.- La falta de análisis de una parte o de la
totalidad de los actos reclamados en la sentencia dictada en un juicio de amparo indirecto,
constituye una violación en la sentencia pues se trata de una omisión en que se incurre al
fallarse el asunto; tal falta de análisis no constituye una violación procedimental porque no se
da en el curso del procedimiento, pues no implica la infracción de alguna regla que norme la
secuela del procedimiento, no dándose, por tanto, lo supuestos previstos por la fracción IV
del artículo 91 de la Ley de Amparo a efecto de ordenar la reposición del procedimiento. De
acuerdo con dicha disposición la reposición del procedimiento en el juicio de garantías sólo
se debe ordenar cuando ello resulte necesario para reparar una violación procedimental
substancial o alguna omisión durante el curso del procedimiento que produzca indefensión o
pueda influir en el fallo definitivo, mas no cuando el ad quem pueda sustituirse al a quo en el
análisis de cuestiones omitidas en la sentencia, según deriva de la exigencia legal de
examinar los conceptos de violación no estudiados por haberse considerado uno fundado y
suficiente, o bien, por haberse sobreseído en el juicio. Se sigue de lo anterior que la falta de
examen de un acto reclamado no constituye una violación que dé lugar a ordenar la
reposición del procedimiento, lo que se refuerza si se considera que con ello se respeta la
garantía de celeridad en la administración de justicia consagrada por el artículo 17
constitucional, la que resultaría gravemente afectada si se ordenara la reposición del
procedimiento para subsanar una omisión susceptible de repararse en la revisión, pues ello
sólo retrasaría inútilmente la solución del asunto."
Sin embargo, previamente debe determinarse si el juicio de garantías es procedente o no,
atento a lo que establece el último párrafo del artículo 73 de la invocada legislación.
De acuerdo con lo precisado al inicio de este considerando, el quejoso, ahora recurrente, se
duele del hecho de que el Juez responsable hubiera continuado actuando en el juicio
generador de los actos reclamados, a partir del acuerdo de fecha veinte de mayo de mil
novecientos noventa y cuatro, a pesar de que por escrito de fecha veintiocho de abril de mil
novecientos noventa y cuatro (fojas 111 a 113), interpuso recusación con causa en su contra,
siendo que, en términos de lo previsto por el artículo 1147 del Código de Comercio, la
recusación suspende la jurisdicción del funcionario entre tanto se califica y decide.
Ahora bien, de acuerdo con las constancias de autos, se aprecia lo siguiente:
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Por auto de dos de mayo de mil novecientos noventa y cuatro, se desechó al amparista la
recusación con causa de referencia (foja 110 vuelta), mediante proveído dictado al día
siguiente, se adjudicaron a la parte actora, aquí tercera perjudicada, diversos bienes
inmuebles (foja 115 frente y vuelta), por auto de veinte del mismo mes de mayo, se admitió
el recurso de apelación que se dice interpuso el quejoso, ahora recurrente, contra los acuerdos
de dos y tres de mayo anterior (foja 118 frente y vuelta); mediante proveído de dos de junio
del mismo año, se admitió el recurso de revocación que interpuso la parte actora, contra los
acuerdos de dos y tres de mayo anterior (foja 120 vuelta), lo que se notificó a Jorge
Foncerrada Casillas el seis de junio siguiente, por medio de instructivo que recibió Florentino
Romero Flores, quien dijo ser encargado del local (foja 124 vuelta); por acuerdo que se dictó
el ocho del citado mes de junio, entre otras cosas, se ordenó enviar los autos a la Notaría
Pública Número Cincuenta, de esta ciudad, para el otorgamiento de la escritura
correspondiente (foja 125 frente y vuelta); finalmente, el dieciocho de octubre del año
pasado, se dictó sentencia interlocutoria por medio de la cual se declaró improcedente el
recurso de revocación de mérito (fojas 128 y 129).
De lo anterior resulta que si desde el seis de junio de mil novecientos noventa y cuatro, fecha
en que se notificó a Jorge Foncerrada Casillas el acuerdo mediante el cual se admitió a
trámite el recurso de revocación multicitado, tuvo conocimiento que el Juez responsable
continuó actuando dentro del expediente generador de los actos reclamados, a pesar de haber
interpuesto en su contra una recusación con causa, salta a la vista que al haber presentado su
demanda de garantías hasta el seis de septiembre del mismo año, ello ocurrió notoriamente
fuera del término de quince días que establece el artículo 21 de la Ley de Amparo.
Por consiguiente, es evidente que por cuanto a este acto se refiere, se surte la causal de
improcedencia prevista en el artículo 73, fracción XII del mismo ordenamiento legal, que
obliga a decretar el sobreseimiento en el juicio, con apoyo en lo dispuesto por el artículo 74,
fracción III del cuerpo de leyes en consulta.
Sobreseimiento que se hace extensivo a los actos de ejecución que se reclaman del director
del Registro Público de la Propiedad y del Comercio del distrito judicial de Puebla, de
conformidad con lo previsto por la jurisprudencia número 1812, consultable en las páginas
2912 y 2913, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, correspondiente a los
años 1917-1988, que dice: "SOBRESEIMIENTO RESPECTO DE LOS ACTOS DE LAS
AUTORIDADES ORDENADORAS. PROCEDE PARA LOS DE LAS EJECUTORAS
CUANDO LA EJECUCION NO SE COMBATE POR VICIOS PROPIOS.- Decretado el
sobreseimiento por lo que respecta a los actos dictados por las autoridades responsables
ordenadoras, debe también decretarse respecto a los de las autoridades que sean o tengan
carácter de ejecutoras, porque debiendo sobreseerse por aquéllos, es indiscutible que no
puede examinarse la constitucionalidad o inconstitucionalidad de los procedimientos de
ejecución, si éstos no se combaten por vicios propios."
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QUINTO.- Los agravios que se expresan en el primer apartado, relacionados con el primer
acto que se reclama, consistente en el acuerdo de fecha nueve de agosto de mil novecientos
noventa y cuatro, dictado por el Juez responsable en el expediente número 237/92, por virtud
del cual ordenó se le pasaran los autos para resolver el recurso de revocación que interpuso la
parte actora, aquí tercero perjudicada, contra el proveído mediante el cual admitió a trámite el
diverso recurso que hizo valer el amparista contra los acuerdos de fechas dos y tres de mayo
del mismo año, donde, en el primero, se le desechó la recusación con causa que interpuso
contra el susodicho juzgador, y en el segundo, se adjudicaron a la parte actora diversos bienes
inmuebles que ahí mismo se describen, a virtud del procedimiento de remate que se decretó
contra la parte demandada, son infundados.
En efecto, contrariamente a lo sostenido por el recurrente, el Juez de Distrito no estaba
obligado a recabar de oficio el acuerdo de fecha nueve de agosto de mil novecientos noventa
y cuatro, que se dice fue dictado en el expediente generador de los actos reclamados, en los
términos que establece el artículo 78, último párrafo de la Ley de Amparo.
Conviene transcribir íntegramente dicho precepto legal, junto con el tercer párrafo del
artículo 149 del ordenamiento legal en cita: "Art. 78. En las sentencias que se dicten en los
juicios de amparo, el acto reclamado se apreciará tal como aparezca probado ante la autoridad
responsable, y no se admitirán ni se tomarán en consideración las pruebas que no se hubiesen
rendido ante dicha autoridad para comprobar los hechos que motivaron o fueron objeto de la
resolución reclamada.- En las propias sentencias sólo se tomarán en consideración las
pruebas que justifiquen la existencia del acto reclamado y su constitucionalidad o
inconstitucionalidad.- El Juez de amparo deberá recabar oficiosamente pruebas que, habiendo
sido rendidas ante la responsable no obren en autos y estime necesarias para la resolución del
asunto." y "Art. 149 ...Cuando la autoridad responsable no rinda su informe con justificación
se presumirá cierto el acto reclamado, salvo prueba en contrario, quedando a cargo del
quejoso la prueba de los hechos que determinen su inconstitucionalidad cuando dicho acto no
sea violatorio de garantías en sí mismo, sino que su constitucionalidad o inconstitucionalidad
dependa de los motivos, datos o pruebas en que se haya fundado el propio acto..."
Como puede apreciarse, el artículo 78, último párrafo de la ley de la materia, exclusivamente
se refiere a la obligación que tienen los Jueces de Distrito de recabar de oficio las pruebas que
hayan sido desahogadas ante la autoridad responsable, que obren en autos, y que estime
necesarias para la solución del asunto; sin embargo, esto no implica que también esté
obligado a recabar de oficio la prueba idónea que acredite la existencia del acto o actos
reclamados, pues es incuestionable que eso le corresponde al quejoso, por así disponerlo
expresamente el tercer párrafo del artículo 149 del cuerpo de leyes en cita.
Por consiguiente, el agravio respectivo debe declararse infundado.
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En estas condiciones, es evidente que al no haberse demostrado la ilegalidad del fallo
recurrido, procede confirmarlo, por cuanto a esta parte se refiere.
Por lo expuesto y con fundamento en los artículos 83, fracción IV, 85, fracción II, 86, 90 y 91
de la Ley de Amparo, y 44, fracción III de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, se resuelve:
PRIMERO.- Se modifica la sentencia sujeta a revisión.
SEGUNDO.- Se sobresee en el juicio de garantías número 2276/94, del Juzgado Segundo de
Distrito en el Estado de Puebla, promovido por Jorge Foncerrada Casillas, contra los actos
que reclama del Juez Décimo Segundo de lo Civil y director del Registro Público de la
Propiedad y del Comercio, ambos de Puebla, Puebla, consistentes en: de la primera autoridad,
el haber continuado actuando dentro del expediente número 237/92, a partir del acuerdo de
fecha veinte de mayo de mil novecientos noventa y cuatro, y de la segunda autoridad, su
ejecución.
TERCERO.- La Justicia de la Unión no ampara ni protege a Jorge Foncerrada Casillas,
contra los actos que reclama del Juez Décimo Segundo de lo Civil y director del Registro
Público de la Propiedad y del Comercio, ambos de Puebla, Puebla, consistentes en: de la
primera autoridad, el acuerdo de fecha nueve de agosto de mil novecientos noventa y cuatro,
dictado en el expediente número 237/92; y de la segunda autoridad, su ejecución.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución, devuélvanse los autos al juzgado de su origen
y en su oportunidad archívese el presente toca como asunto concluido.
Así, por unanimidad de votos lo resolvieron los Magistrados que integran el Primer Tribunal
Colegiado del Sexto Circuito: Enrique Dueñas Sarabia, Eric Roberto Santos Partido y Rosa
María Temblador Vidrio, siendo relator el segundo de los nombrados.
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