••••••SUMARIO•••••• SALUTACIÓN DE LA ILUSTRÍSIMA SRA. ALCALDESA……..…………………...….. 3 MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA CUARESMA……..……... 4-5 PROGRAMA DE ACTOS: ACTOS CUARESMALES………………………………………………………………..… 6 CULTOS PREVIOS A LA SEMANA SANTA……………………….………………….… 7 CELEBRACIONES LITÚRGICAS………………………………….……………………... 8 DESFILES PROCESIONALES…………………………….…………………..……… 10-11 PRESENTACIÓN DE D. ENRIQUE ORTÍZ BAENA, PREGONERO DEL PRESENTE 2015…………………………………………………………………………………………… 12 RECENSIONES Y ARTÍCULOS DE HERMANDADES……..……………………… 14-37 PREGÓN DE SEMANA SANTA 2014, POR D. JUAN LUQUE CARRILLO.…..…. 38-49 SALUDA DE LA ALCALDESA Estimados amig@s: E s un placer para mí, como en años anteriores, el poder dirigirme a vosotr@s desde esta magnífica revista que realizan las cofradías y hermandades de nuestra localidad. La Semana Santa, junto con nuestra Feria en honor a San Bartolomé, es uno de los momentos de reencuentro fundamentales de nuestro pueblo. Nuestr@s paisan@s que están fuera escogen estas dos fechas para venir a su pueblo, por lo que es un momento de reencuentro con nuestros familiares y amigos que, en muchos casos, no hemos visto en mucho tiempo. Es por ello que en el recuerdo de tod@s l@s luqueñ@s, estos dos momentos ocupan un lugar muy especial en nuestra memoria. La gente se vuelca en la calle, unos en sus hermandades y procesiones, para que todo salga bien, tras el trabajo realizado todo el año, y otros para pasar unos días de reencuentro y tranquilidad, por lo que Luque, durante estos días, brilla de manera especial. Es mucho el esfuerzo, cariño y entusiasmo que se pone desde todas las hermandades y cofradías de nuestra localidad para que todo lo organizado y trabajado durante el año salga bien en estos días, por eso quiero desde estas líneas agradecer a todas las personas que hacen posible nuestra Semana Santa, pues están creando vivencias y recuerdos para toda una vida. Por esta razón, desde el Ayuntamiento, colaboramos en todo lo que está en nuestra mano, con tod@s l@s luqueñ@s, que de corazón, la hacen posible. Buena Semana Santa a tod@s. Felisa Cañete Marzo ALCALDESA DE LUQUE MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA CUARESMA 2015 Fortalezcan sus corazones (St. 5, 8) Queridos hermanos y hermanas: L a Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades y para cada creyente. Pero sobre todo es un «tiempo de gracia» (2 Co. 6, 2). Dios no nos pide nada que no nos haya dado antes: «Nosotros amemos a Dios porque Él nos amó primero» (1 Jn. 4,19). Él no es indiferente a nosotros. Está interesado en cada uno de nosotros, nos conoce por nuestro nombre, nos cuida y nos busca cuando lo dejamos. Cada uno de nosotros le interesa; su amor le impide ser indiferente a lo que nos sucede. Pero ocurre que cuando estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no hace jamás), no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni las injusticias que padecen… Entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien. Esta actitud egoísta, de indiferencia, ha alcanzado hoy una dimensión mundial, hasta tal punto que podemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se trata de un malestar que tenemos que afrontar como cristianos. El pueblo de Dios, por tanto, tiene necesidad de renovación, para no ser indiferente y para no cerrarse en sí mismo. Querría proponerles tres pasajes para meditar acerca de esta renovación. 1. «Si un miembro sufre, todos sufren con él» (1 Co. 12, 26). La caridad de Dios que rompe esa cerrazón mortal en sí mismos de la indiferencia, nos la ofrece la Iglesia con sus enseñanzas y, sobre todo, con su testimonio. Sin embargo, sólo se puede testimoniar lo que antes se ha experimentado. El cristiano es aquel que permite que Dios lo revista de su bondad y misericordia, que lo revista de Cristo, para llegar a ser como Él, siervo de Dios y de los hombres. Nos lo recuerda la liturgia del Jueves Santo con el rito del lavatorio de los pies. Pedro no quería que Jesús le lavase los pies, pero después entendió que Jesús no quería ser sólo un ejemplo de cómo debemos lavarnos los pies unos a otros. Este servicio sólo lo puede hacer quien antes se ha dejado lavar los pies por Cristo. Sólo éstos tienen “parte” con Él (Jn. 13, 8) y así pueden servir al hombre. La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo y así llegar a ser como Él. Esto sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios y cuando recibimos los sacramentos, en particular la Eucaristía. En ella nos convertimos en lo que recibimos: el cuerpo de Cristo. En Él no hay lugar para la indiferencia, que tan a menudo parece tener tanto poder en nuestros corazones. Quien es de Cristo pertenece a un solo cuerpo y en Él no se es indiferente hacia los demás. «Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro es honrado, todos se alegran con él» (1 Co. 12, 26). 2. «¿Dónde está tu hermano?» (Gn. 4, 9). Lo que hemos dicho para la Iglesia universal es necesario traducirlo en la vida de las parroquias y comunidades. En estas realidades eclesiales ¿se tiene la experiencia de que formamos parte de un solo cuerpo? ¿O nos refugiamos en un amor universal que se compromete con los que están lejos en el mundo, pero olvida al Lázaro sentado delante de su propia puerta cerrada? (cf. Lc. 16,19-31). En primer lugar, uniéndonos a la Iglesia del cielo en la oración. Cuando la Iglesia terrenal ora, se instaura una comunión de servicio y de bien mutuos que llega ante Dios. Junto con los santos, que encontraron su plenitud en Dios, formamos parte de la comunión en la cual el amor vence la indiferencia. La Iglesia del cielo no es triunfante porque ha dado la espalda a los sufrimientos del mundo y goza en solitario. Los santos ya contemplan y gozan, gracias a que, con la Muerte y la Resurrección de Jesús, vencieron definitivamente la indiferencia, la dureza de corazón y el odio. Hasta que esta victoria del amor no inunde todo el mundo, los santos caminan con nosotros, todavía peregrinos. Santa Teresa de Lisieux, doctora de la Iglesia, escribía convencida de que la alegría en el cielo por la victoria del amor crucificado no es plena mientras haya un solo hombre en la tierra que sufra y gima: «Cuento mucho con no permanecer inactiva en el cielo, mi deseo es seguir trabajando para la Iglesia y para las almas» (Carta 254, 14 julio 1897). Queridos hermanos y hermanas, cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia. 3. «Fortalezcan sus corazones» (St. 5, 8) También como individuos tenemos la tentación de la indiferencia. Estamos saturados de noticias e imágenes tremendas que nos narran el sufrimiento humano y, al mismo tiempo, sentimos toda nuestra incapacidad para intervenir. ¿Qué podemos hacer para no dejarnos absorber por esta espiral de horror y de impotencia? En primer lugar, podemos orar en la comunión de la Iglesia terrenal y celestial. No olvidemos la fuerza de la oración de tantas personas. La iniciativa 24 horas para el Señor, que deseo que se celebre en toda la Iglesia —también a nivel diocesano—, en los días 13 y 14 de marzo, es expresión de esta necesidad de la oración. Y en segundo lugar, podemos ayudar con gestos de caridad, llegando tanto a las personas cercanas como a las lejanas, gracias a los numerosos organismos de caridad de la Iglesia. La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma humanidad. Por esto, queridos hermanos y hermanas, deseo orar con ustedes a Cristo en esta Cuaresma: “Fac cor nostrum secundum Cor tuum”: “Haz nuestro corazón semejante al tuyo” (Súplica de las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús). Con este deseo, aseguro mi oración para que todo creyente recorra provechosamente el itinerario cuaresmal, y les pido que recen por mí. Que el Señor los bendiga y la Virgen los guarde. Franciscus. ACTOS CUARESMALES Miércoles de Ceniza Miércoles 18 de febrero a las 19:30 h., en la Parroquia, Santa Misa con imposición de la ceniza, apertura del tiempo cuaresmal, presentación oficial del cartel anunciador de la Semana Santa 2015. Rezo del Santo Vía Crucis Todos los viernes antes de la Santa Misa de las 19:30 h., en la Parroquia. Peregrinación a la Virgen de la Sierra El sábado día 21 de Febrero peregrinaremos de modo penitencial al Santuario de la Virgen de la Sierra, para ganar la gracia del Año Jubilar, que le han concedido con motivo del 1.300º Aniv. de la Ocultación de la Imagen, 775º de la Aparición o hallazgo por el Cautivo y 10º Aniversario de la Coronación Pontificia. Saldremos hacia las nueve de la mañana de la Plaza para volver hacia la una de la tarde. Retiro-Convivencia Lunes 2 de Marzo a partir de las 17:00 h., en la Capilla del Hospital de Jesús Nazareno. Cena del Hambre Viernes 6 de marzo a las 20:30 h., en los Salones parroquiales de la Aurora. Pregón de Semana Santa 2015 El sábado día 14 de Marzo, después de la misa de 19:30 h. Estará a cargo de D. Enrique Ortiz Baena. Vía Crucis de las HH. y Cofradías El viernes día 20 de Marzo, comenzando con la Santa Misa de las 19:30 h., en la Parroquia. CULTOS PREVIOS A LA SEMANA SANTA Lunes 23 de marzo A las 19:30 h. en la Ermita de la Aurora: Hermandad del Señor de la Humildad y María Santísima de la Compasión. Martes 24 de marzo A las 19:30 h. en la Parroquia Ntra. Sra. de la Asunción: Cofradía del Santo Sepulcro, Hermandad de Ntra. Sra. del Mayor Dolor y Cofradía de San Juan Evangelista. Miércoles 25 de marzo A las 19:30 h. en la Capilla del Hospital de Ntro. Padre Jesús Nazareno: Hermandad de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén y Hermandad de penitentes de las Tres Caídas. Jueves 26 de marzo A las 19:30 h. en la Ermita del Rosario: Devota y Antigua Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Soledad. Viernes 27 de marzo A las 19:30 h. en la Ermita de San Bartolomé: Archicofradía del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y María Santísima de los Dolores. A continuación de la Santa Misa se procederá al Besamanos de la Titular. Sábado 28 de marzo A las 19:30 h. en la Iglesia de San Agustín: Hermandad del Santísimo Cristo del Silencio y Expiración, y Hermandad de San Juan. Nota. La Hermandad del Señor Resucitado realizará su Misa de Regla el Domingo de Resurrección, antes de su salida procesional, en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción CELEBRACIONES LITÚRGICAS 29 de Marzo: DOMINGO DE RAMOS A las 10:30 h. en la Capilla de Jesús Nazareno: Bendición de las palmas y olivos. Procesión con la imagen de “La Borriquita” y Santa Misa a su llegada a la Parroquia. 2 de Abril: JUEVES SANTO A las 17:30 h. en la Parroquia: Misa de la Cena del Señor y Lavatorio de pies a los apóstoles. A las 23:00 h. en la Parroquia: Hora Santa ante el Monumento del Santísimo Sacramento. 3 de Abril: VIERNES SANTO A las 16:00 h. en la Parroquia: Celebración de la Pasión y Muerte del Señor. A las 20:30 h. en la Parroquia: Descendimiento y Sermón de la Siete Palabras. 4 de Abril: SÁBADO DE GLORIA A las 23:00 h. en la Parroquia: SOLEMNE VIGILIA PASCUAL 5 de Abril: DOMINGO DE RESURRECCIÓN A las 10:30 h. en la Parroquia: Misa Solemne de la Resurrección del Señor. DESFILES PROCESIONALES VIERNES DE DOLORES: 1ª Cuadrilla de Judíos Cola Negra Salida del Cuartel a las 19:00 h. para asistir a su misa. Ofrenda floral a Jesús Nazareno y recorrido por las ermitas. DOMINGO DE RAMOS: Hermandad de Ntro. Padre Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén Capilla del Hospital de Jesús Nazareno. Salida: 10:30 h. Entrada: 14:00 h. MARTES SANTO: Hermandad de los penitentes de las Tres Caídas. Parroquia Ntra. Sra. de la Asunción Salida: 22:30 h. Entrada: 00:30 h. MIÉRCOLES SANTO: Hermandad del Señor de la Humildad y María Stma. de la Compasión, y Cofradía de San Juan Evangelista Ermita de la Aurora. Salida: 21:30 h. Prendimiento: 22:15 h. Entrada: 00:30 h. JUEVES SANTO: Archicofradía del Stmo. Cristo de la Vera Cruz y María Stma. de los Dolores Ermita de San Bartolomé. Salida: 20:30 h. Entrada: 23:30 h. VIERNES SANTO MADRUGADA: Hermandad del Stmo. Cristo del Silencio y Expiración Iglesia de San Agustín. Salida: 01:30 h. Entrada: 04:00 h. VIERNES SANTO MAÑANA: Devota y Antigua Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno y María Stma. de la Soledad, y Hermandad de San Juan Ermita del Rosario. Salida: 06:30 h. Sermón del Paso: 10:30 h. Entrada: 12:00 h. VIERNES SANTO TARDE: Cofradía del Santo Sepulcro, Devota y Antigua Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno y María Stma. de la Soledad, y Cofradía de San Juan Evangelista Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción. Salida: 21:30 h. Entrada: 01:00 h. SÁBADO SANTO: Hermandad de Ntra. Sra. del Mayor Dolor y Devota y Antigua Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno y María Stma. de la Soledad Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción. Salida: 18:30 h. Entrada: 22:00 h. DOMINGO DE RESURRECCIÓN: Hermandad del Señor Resucitado. Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción. Salida: 12:00 h. Entrada: 15:30 h. PREGONERO DE SEMANA SANTA, LUQUE 2015 Enrique Ortiz Baena E nrique Ortiz Baena nació en la estación de Luque el día 9 de marzo de 1946, siendo el menor de ocho hermanos. Está casado desde 1970 con Antonia Mármol Alcaraz y es padre de cuatro hijos: Miguel, Enrique, María Trinidad y Antonio José. Cursó estudios de primaria en la escuela del "maestro del algarrobo" y de bachiller superior por libre en el Instituto Aguilar y Eslava de Cabra. En 1966 obtiene el título de Maestro de Enseñanza Primaria por la Escuela de Magisterio de Córdoba. Durante los cursos 1966-67 y 1967-68 fue maestro en el Colegio María Auxiliadora de los Padres Salesianos de Córdoba. En 1968 supera las oposiciones, obteniendo plaza de maestro nacional. En 1968-69 realiza el servicio militar en Madrid. Desde el curso escolar 1969-70, hasta su jubilación, ejerce como maestro en el Colegio Nuestra Señora del Rosario, de Luque. A lo largo de su vida laboral cursó todos los cursos de técnicas directivas existentes por aquel entonces, ocupando durante años el cargo de secretario del mencionado colegio. Desde 1979 hasta 1983 formó parte como primer teniente de alcalde del primer gobierno de la democracia del ayuntamiento de Luque, al ganar UCD las primeras elecciones municipales, tras la restauración democrática. Durante más de quince años, en las décadas de 1980 y 1990, ocupó el cargo de secretario de la Hermandad de San Juan. Entre 1984 y 1986 fue hermano mayor de la Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Soledad. En los años 90 también ocupó el cargo de secretario de la Archicofradía del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y María Santísima de los Dolores. A lo largo de su vida siempre ha sido un firme defensor de las costumbres y tradiciones de su pueblo, Luque. VIERNES DE DOLORES Primera Cuadrilla de Judíos Cola Negra eterna. E n esta semana, el mundo entero conmemora la muerte de Jesucristo, el Hijo de Dios, el cual vino a la tierra tomando forma de hombre y, sin experimentar pecado, murió por cada uno de nosotros para darnos vida A ésta en especial la llamamos “Semana Santa”, pero ¿será que verdaderamente es una semana santa para nuestra vida?, en especial, en esta semana todo el mundo tiene vacaciones, las cuales utilizan para ir con la familia a la playa, a las ciudades o pueblos a visitar a los familiares o para simplemente descansar en casa; otras personas utilizan esta semana para ir de fiesta con los amigos y realizar acciones que no tienen nada que ver con la santidad, que debería reflejar esta llamada “Semana Santa”. Personalmente no celebro una semana específica como “Semana Santa”, porque desde que conocí a Cristo he entendido que cada día, que cada semana, que cada mes o cada año tengo que ser lleno de santidad de mi parte hacia Dios. Yo no puedo estipular una sola semana para consagrarme a Dios, en mi manera de vivir, demostrando con esto el agradecimiento que tengo al hecho de que Jesús diera su vida por mí. Querido hermano, Dios no se merece solo una semana de agradecimiento o de consagración; al contrario, el sacrificio que Jesús hizo por nosotros deberíamos recordarlo a diario, para evitar caer en el pecado y pisotear dicho sacrificio. Cada día de nuestra vida tendría que ser una razón más para valorar el hecho de vivir en santidad, pues esa es la voluntad de Dios al salvar nuestra vida. Para los cristianos es muy importante celebrar esta semana, es el momento para reconocer y recordar que Dios anhela de mí una vida santa, pero sobre todo para que esta semana nos ayude a no olvidar durante todo el año que esta santidad tiene que ser un modelo de vida, tratando de imitar a Jesús. Invito a que no dediquemos solo una semana a buscar a Dios, a tratar de vivir santamente durante ese periodo de tiempo, porque entonces la pregunta sería: ¿y después qué? Lo importante es el después, el que cada día de nuestra vida nos podamos levantar experimentando eso tan bonito como es la misericordia de Dios, y podamos reconocer que el sacrificio de Jesús en la Cruz del Calvario fue tan grande, que no alcanzaremos en nuestra corta vida en la tierra para agradecer el precioso acto de amor que realizó por nosotros. Y para todo esto nunca debemos olvidar que jamás podremos llegar a la santidad sin amor. Todo cristiano ha de recorrer el camino de la santidad para alcanzar la perfección del amor, éste es el designio de Dios. En la Primera Carta a los Corintios, San Pablo nos habla del amor, del AMOR supremo. En este pasaje, San Pablo contrasta el amor con todas las cosas que creemos importantes (la elocuencia, los misterios, la caridad, el sacrificio y el martirio, e incluso con la fe). Pero nos dice que por muchas de todas estas cosas que tengamos, de NADA nos sirven si no tenemos AMOR. El espectro del amor tiene nueve ingredientes: La paciencia: el amor “es sufrido”. La amabilidad: el amor “es benigno”. La generosidad: el amor “no tiene envidia”. La humildad: el amor “no se envanece”. La cortesía: el amor “no hace nada indebido”. El desinterés: el amor “no busca lo suyo”. El buen genio: el amor “no se irrita”. La sencillez: el amor “no guarda rencor”. La sinceridad: el amor “no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad”. Que cada semana santa de nuestra vida sirva para ayudarnos a descubrir cada vez más cercano al único y verdadero Salvador. DOMINGO DE RAMOS Hermandad de Nuestro Padre Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén, “La Borriquita” SALUTACIÓN DE LA HERMANA MAYOR M e llena de orgullo y satisfacción, dado los tiempos que corren, ver un año más a la Borriquita por las calles de nuestro pueblo. Quiero agradecer por el esfuerzo y dedicación a nuestros costaleros, costaleras y todos los colaboradores que, de forma altruista, ayudan a que nuestra fiesta de la Semana Santa sea orgullo de nuestro pueblo. Cada mañana de Domingo de Ramos podemos volver a vivir con Jesús su entrada triunfal en Jerusalén, acompañándolo todos los luqueños en su procesión por nuestras calles. Reciban un cordial saludo. Mª Pepa Lázaro, Hermana Mayor. SALIDA: 10:30 horas de la Capilla del Hospital de Jesús Nazareno MARTES SANTO Hermandad de las Tres Caídas CUARESMA CON TRES RAZONES, TRES CAÍDAS PARA LEVANTARSE Y AVENTURARSE EN UN CAMBIO… UN “CORAZÓN PARTÍO”… A menudo me pregunto si la situación ha cambiado por la política o por la inercia y dejadez de las personas. Es cierto que no es conveniente, ni interesante, ser pasivo, ni nadie debe ser esclavo de su identidad. Cuando surge una lógica posibilidad de cambio, se debe cambiar ya que la necesidad, ignorancia o cualquier limitación de una persona, no son tierra fértil para la evolución y desarrollo. Ser abierto al conocimiento, la cordura y el entendimiento es lo más indicado para promover un cambio; limpieza de la corrupción y del desamor que sufrimos día a día. “La aventura podrá ser loca, pero el aventurero para llevarla a cabo, ha de ser cuerdo” (Gibert Keth). La aventura acompaña al cambio, que nos escoge a nosotros, con cierto romanticismo y diálogo entre personas que les agrada vivir la política, el amor... sin importarles lo que dejan en el camino, pero si proporcionar alegría y una inolvidable compañía, una buena conversación y compenetración que habías perdido o que nunca la encontraste. Siempre hay un poco de locura en el amor, pero siempre hay también un poco de razón en la locura. Puedo decir que amar es bueno, pero que a cierta edad no es fácil sin calidad humana, generosidad y diálogo. Es la oportunidad para madurar, compartir y agradecer sin comparaciones, pero que se enfrenta a la timidez y a la responsabilidad. J. L. M. M. SALIDA: 22:00 horas desde el cuartel (C/ Cocheras Hermanos de la Aurora, 5) hacia la Parroquia. MIÉRCOLES SANTO Hermandad del Señor de la Humildad y María Santísima de la Compasión L a Semana Santa del presente 2015 se presenta con un cambio importante para nuestra Hermandad, pues el pasado año se produjo la renovación de la junta de gobierno. Siguiendo lo establecido en nuestros estatutos y con la guía del Consiliario y Párroco D. Manuel Rabadán, tras la renuncia de la anterior hermana mayor, doña Isabel María García Lázaro, se inició el proceso de elecciones en las cuales ha sido elegido como hermano mayor D. José Romero Girón, cuya toma de posesión se produjo el pasado día 20 de noviembre de 2014. En ese mimo acto también tomaron posesión de sus cargos el resto de los miembros de la junta de gobierno, quedando ésta constituida de la siguiente manera: - José Romero Girón………………. Hermano mayor Carlos Expósito Luque…………... Vice-Hermano mayor Baldomero León Bravo………….. Tesorero María del Carmen Pinto Ortiz…… Vice-Tesorero Luis Miguel Serrano López……… Secretario Joaquín López Jiménez………….. Vice-Secretario Juan José Carrillo Rodríguez……. Capataz del Señor José Manuel Villalba Pérez……... Capataz de la Virgen Antonio Fuentes Ruiz…………… Actividades caritativas y sociales Francisco Ramírez Cañete………. Vocal de culto José Miguel Luque Marzo………. Vocal de evangelización Isabel María García Lázaro………Vocal estación penitencia Vicenta Molina Ruiz……………. Camarera de la Virgen Enriqueta Navarro Tienda………. Camarera del Señor Rafael Carrillo Jurado…………… Vocal de mantenimiento La nueva junta quiere aprovechar esta ocasión para agradecer a doña Isabel María García Lázaro y a la anterior junta de gobierno, el gran trabajo que han realizado a lo largo de estos años, pues sin duda han hecho más grande nuestra Hermandad, siendo una muestra de ello la participación en el concurso de patios del pasado año, que demostró con creces lo que una hermandad unida puede conseguir. Este año, tan sólo hace unas semanas, y tras varios meses cerrada al culto, ha abierto sus puertas una vez más nuestra preciosa iglesia. Reparados los daños que se habían producido en varias molduras de yeso del techo debido a la humedad, de nuevo luce con todo su esplendor para que en esta Semana de Pasión vuelvan a resonar entre sus paredes los vivas y vítores a nuestro Señor y su Santísima Madre, y luzcan como se merecen en todos los actos que con tanto fervor se organizan. Por último, quiero concluir estas líneas dando las gracias una vez más a la anterior junta, a nuestro consiliario y a todas las personas que me acompañan en esta nueva etapa, la cual deseo y estoy convencido que estará llena de alegría y bien en pro de nuestra Hermandad, la Semana Santa de Luque y la fe que nos guía y anima a levantar la voz y decir con ilusión: ¡viva el Señor de la Humildad y María Santísima de la Compasión! SALIDA: 21:30 horas de la Ermita de la Aurora. MIÉRCOLES SANTO Cofradía de San Juan Evangelista MUERTE DE SAN JUAN EVANGELISTA T uve una hermosa visión de la muerte de San Juan. Era ya muy anciano; su rostro empero se conservaba siempre fresco, hermoso y juvenil. Lo he visto en Éfeso, en la iglesia, creo, durante tres días, partiendo y repartiendo el pan (expresión antigua para significar la comunión). Me pareció que Jesús se le apareció y le predijo su próxima muerte. Tengo de ello una idea algo confusa; sin embargo, recuerdo que Jesús se le apareció: lo he visto enseñando al aire libre, fuera de la ciudad, debajo de un árbol, rodeado de muchos discípulos. Se retiró con dos discípulos a un lugar hermoso, detrás de una pequeña colina, entre el boscaje, había allí una hermosa pradera, y se veía el reflejo del cielo en el mar en calma. Él les señalaba algo a ellos en la tierra; me pareció que les decía que debían hacer o completar su sepulcro allí; creo más bien que debían sólo completarlo, pues he visto que pronto estuvo hecho muy bien. Pienso que lo demás había sido hecho con anterioridad, tanto más que las palas ya estaban allí. Lo vi luego volver a donde estaban los demás. Él les enseñaba con amor, rezaba, y les decía que se amasen los unos a los otros. Los dos volvieron, y uno de ellos le dijo: "¡Ah, Padre, me parece que me quieres dejar!"... Se apretaban en torno, se echaban de rodillas y lloraban. El los amonestaba, rezaba con ellos y los bendecía. Luego les mandó permanecer donde estaban y con cinco de ellos se fue al lugar de la sepultura. Esta no era muy honda, y estaba muy bien hecha, cubierta con verdor; tenía una especie de tapa de mimbres, sobre la cual debían poner hierbas y encima una piedra. Juan rezaba con los brazos extendidos, de pie, junto a la sepultura; echó luego su manto adentro, bajo a ella, se tendió y rezó nuevamente. Una gran luz descendió sobre él. Aun habló con sus discípulos. Estos estaban echados en el suelo, junto a la sepultura; lloraban y rezaban. He visto luego algo maravilloso: mientras Juan estaba tendido y moría plácidamente, he visto en el resplandor, sobre él, una figura luminosa, como él mismo, saliendo de su cuerpo, como de una envoltura y desapareciendo en la misma luz y resplandor. He visto luego acudir a los demás, y echarse alrededor de su sepultura, que luego cubrieron. He visto también que el cuerpo de Juan no está en la tierra. Veo entre el este y el oeste un espacio luminoso, semejante a un sol, lo veo allí dentro, como si intercediera a favor de los demás, como si recibiera algo desde arriba y lo diera a los de abajo. Este lugar lo veo como algo perteneciente a la tierra, pero del todo elevado sobre ella, de ningún modo se puede llegar hasta allí. (*) (*) San Antonino trae los hechos narrados en la misma forma que los ve la Beata Ana Catalina (VI, Cap. 6/3). La tradición confirma lo visto por la vidente en la muerte del Santo. San Agustín, San Gregorio de Tours, Alberto Magno, Tomas de Villanueva y otros son de parecer que Juan murió efectivamente, pero que su cuerpo fue sustraído de la tierra y que ahora vive, como Enoch y Elías, para volver al fin de los tiempos a predicar a las naciones. El oficio de la Iglesia griega ha recibido esta tradición en su liturgia . (Revelaciones de la Beata Ana Catalina de Emmerick). SALIDA: Acompaña a las cofradías del Señor de la Humildad y Santo Sepulcro. JUEVES SANTO Archicofradía del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y María Santísima de los Dolores 2005-2015: DIEZ AÑOS CON NUESTRO HERMANO MAYOR Y JUNTA DE GOBIERNO E l 7 de octubre de este año se cumplen diez años de aquella asamblea general en la que por unanimidad fue elegido, el hasta entonces vocal, José A. Campos Mayorga como hermano mayor, sustituyendo a Francisco Jiménez Carrillo quien aún, a día de hoy, todavía continúa participando activamente en la junta directiva y en todas sus celebraciones y eventos. Se cumplen, pues, diez años de un equipo, una junta unida, siempre por un mismo fin que, pese a las diferencias y problemas económicos por los que pasa nuestra Archicofradía, siempre trabaja unida y colaborando para mejorar cada año nuestros pasos, y solventar la deuda de un proyecto con el que iniciaron su mandato. Es muy gratificante para nosotros comprobar cómo en el Libro de Actas que tenemos en la secretaría de la Archicofradía, que data de 1930 en adelante (las anteriores están en la Parroquia), podemos presumir de tener la junta más duradera y estable de todas las que aparecen desde entonces, y nuestro hermano mayor el que más tiempo ha ocupado el cargo con toda la responsabilidad y carga que conlleva (sólo superado -por ahora- por D. Antonio López Jiménez, que ocupó el cargo desde 1962 hasta 1977). De la primera junta de gobierno, celebrada aquel 2 de diciembre de 2005, no solo todos los cargos se han mantenido sino que, además, contamos con algunos vocales más que también colaboran muy activamente y aportan mucho en todas nuestras reuniones y actividades organizadas. Esta junta la forman José Antonio Campos Mayorga, como Hermano Mayor; José Manuel Villalba Pérez, como Vice hermano mayor; Mª Ángeles Molina Aguilera, como secretaria; Diego Luque Molina, como Vicesecretario; Juan Francisco Cordón Carrillo, como Tesorero; Manuel Porras Rivera (D. E. P.), como Vicetesorero, quien merece una mención especial puesto que desde 1981, que empezó como Secretario en la misma, durante su mandato de hermano mayor (1991-1997), y posteriormente como Vicetesorero y vocal, siempre ha colaborado activamente con entrega y pasión con su Hermandad hasta 2011, sustituido a su muerte en este cargo por Francisco Jiménez Carrillo. Como vocales tenemos, en primer lugar, y como hermano honorífico, a D. Agustín Arjona Cañete, que también desde 1981 forma parte de la directiva de la Archicofradía, ocupando distintos cargos. Destacamos en estos últimos años su trabajo y entrega en el proyecto de restauración de la Ermita que, sin él, no hubiese sido posible, al ofrecernos un ajustado presupuesto, toda la maquinaria de la que dispone y la facilidad de pago, que es lo más importante y lo que más le agradecemos. El resto de vocales y equipo con el que trabajamos y contamos para todo lo que se organiza son: Inmaculada Molina Navas, Antonio Jiménez Molina, Mª Carmen Baena Olmedo, Matilde López Carrillo, Francisco Ortiz López, Almudena Sánchez Pérez, Modesto Marín Baena, Antonio Baena Jiménez, Daniel Marzo Jiménez, Antonia Castro Luque, Juan Carlos Campos Mayorga, María Marín Bermúdez, Antonio Ojeda Luque, Agustín Molina Cañete…., un gran equipo que, junto con el hermano mayor, su hermana y sobrinos, trabajamos mano a mano para mejorar cada semana santa, y recaudar fondos con cada chiringuito, verbena, caseta de feria en San Juan, Feria de la tapa cofrade, loterías, rifas, cenas de convivencia…. Fondos con los que durante estos diez años hemos invertido, no sólo en los gastos propios de las procesiones de semana santa y Cruz de Mayo, sino también en nuevas aportaciones de esta junta a la Archicofradía, caso del cambio de túnicas de las costaleras de la Virgen, las medallas de la Archicofradía y, sobre todo, nuestro gran proyecto: la obra de restauración de la Ermita, que se está pagando gracias a todos y todo lo mencionado en este artículo, y también gracias a las aportaciones de nuestro Ayuntamiento, cooperativas, nuestros costaleros y costaleras, hermanos y hermanas y los donativos de todo aquel que ha querido y quiera colaborar, puesto que aún nos queda 32.408 € que solventar, de los 139.137 iniciales. A TODOS, MUCHAS GRACIAS. SALIDA: 20:30 horas de la Ermita de San Bartolomé. VIERNES SANTO Cofradía del Santísimo Cristo del Silencio y Expiración COFRADÍAS, FE Y DEVOCIÓN L os que nos llamamos cristianos y a la vez pertenecemos a una hermandad o cofradía, tenemos la obligación de dar fiel testimonio de fe y devoción, en todas las cosas que miran hacia Dios, bajo la perspectiva que conllevan las manifestaciones religiosas encaminadas hacia las procesiones de nuestra semana santa, procesiones que nacieron con el drama del Calvario y en las que los cristianos, a lo largo de los tiempos, supieron poner su fe para divulgar y propagar públicamente el Reino de Cristo, valiéndose de imágenes para representar extraordinariamente estampas de la Pasión de Jesús. Es la semana santa de la calle. La de los cristos y dolorosas, la de los pasos, los nazarenos, los tambores y las bandas de cornetas, la de las saetas en los balcones; la semana santa que cala en el pueblo y arranca las lágrimas, la admiración y el aplauso; la que produce una intensa emoción en el espíritu, hasta de los más indiferentes y agnósticos. No hay espectáculo tan atractivo como ese desfile de los pasos y de los nazarenos: arte, poesía, fe popular. Todo eso unido hace posible esa semana santa. Pero hay “otra” semana santa. La de los templos. La de las celebraciones litúrgicas del Jueves, Viernes y Sábado Santo. Es la otra cara de la Semana Mayor, la más antigua. La de la calle se remonta al siglo XV, con los cristos de la Vera Cruz y las hermandades de disciplinantes, que se extiende en la primera mitad del siglo XVI. La otra, la del interior de los templos, es mucho más primitiva. Es la Semana Santa que se vive en la inmensa mayoría de los países: la de la liturgia intimista y comunitaria. Esa liturgia, desde el lavatorio de los pies hasta la Misa de la Solemne Vigilia Pascual, pasando por la Institución de la Eucarística, el Monumento, la Conmemoración de la Pasión, la adoración de la Cruz o el Pregón Pascual, constituye un resumen extraordinario de la fe, una síntesis de la Salvación que se nos brinda en Cristo a los hombres. Es la semana santa menos aparatosa y bulliciosa, pero esencial. En el Monumento, tradición que se remonta a la Edad Media, el creyente reza, agradece y medita. En el lavatorio de los pies se nos enseña que la labor del cristiano es ayudar a los demás con una actitud de servicio, amor y humildad. El Viernes Santo es día para el dolor, el recuerdo y el silencio. Dios ha muerto crucificado y no necesita sermones. La cruz es la mejor homilía, resume el Evangelio, la historia de Dios y también toda la miseria humana. El Sábado Santo es anticipo de la Resurrección. La luz, elemento natural, se convierte en símbolo de vida, felicidad, alegría y esperanza. El Cirio Pascual significa que Cristo resucitado está presente con nosotros aquí, y ahora, simbolizando la victoria de la vida sobre la muerte. Esta es la “otra” semana santa: la del interior de los templos, la de las celebraciones litúrgicas, la de una vivencia profunda y sosegada de esos grandes misterios de la fe. Los cristianos de verdad viven y participan de las dos; una y otra se complementan. Por todo ello, el cofrade ha de dar testimonio de Cristo, no solamente en los desfiles procesionales, sino en todo momento de su vida cotidiana, sin medias tintas, con naturalidad y sencillez, para que su fe y devoción se propaguen a los demás. Labor muy importante de las cofradías debería ser despertar en todos los cofrades esa ilusión y gozo por la liturgia del Triduo Pascual. J. A. O. SALIDA: 01:30 horas de la Iglesia de San Nicolás de Tolentino. VIERNES SANTO Hermandad de San Juan y Ntra. Sra. de Gracia y Angustias C omo la mayoría conocéis, entre los meses de octubre y noviembre, nuestra Hermandad ha llevado a cabo obras de rehabilitación en la capilla de nuestros Sagrados Titulares en la iglesia de San Nicolás de Tolentino: teniendo como fin limitar la humedad y proporcionar un soporte adecuado para recolocar, en un futuro próximo, el retablo barroco donde en tiempos atrás recibían culto. La ejecución de esta obra se ha realizado con fondos propios de nuestra corporación. Aprovechando el momento, se han realizado otra serie de mejoras en el conjunto de la iglesia: 1) Renovación de la ventana situada encima del retablo de San Pedro, para evitar la entrada de agua de la antigua deteriorada de madera. A la nueva, se le han colocado unos cristales al ácido para preservar del soleamiento los valiosos cuadros que penden en la pared opuesta a la citada. 2) Otra serie de arreglos en varias paredes en distintos puntos, tantos interiores como exteriores del templo. 3) Limpieza por aspiración del conjunto del retablo del altar mayor. 4) Retirada y salvaguarda de la fina imagen tallada de San Agustín, ubicada en la portada principal exterior de la iglesia, para que no se siga deteriorando; queda a la espera realizar una reproducción de la misma para que vuelva a presidir la Iglesia y el conjunto del “Patín”. Agradecer al pintor D. Francisco Arévalo por acercar su elevadora, gratuitamente, para tal fin. Se aprovechó esta circunstancia para intentar atajar el problema de filtraciones que se producía por la espadaña de la campana. 5) Saneado del paramento descubierto en la sacristía al desmontar el retablo que vamos a restaurar, y traslado de la Sagrada Imagen de Santo Tomás de Villanueva a la sacristía, a fin de dignificar su exposición al culto. 6) Tiempo atrás, también se ha procedido a la colocación de unas ventanas nuevas en la sacristía y la ex-capilla de Santo Tomás de Villanueva, así como a la colocación de un nuevo motor de evacuación de las aguas residuales del aseo. 7) Pintado y limpieza de la iglesia. La Hermandad agradece encarecidamente la colaboración altruista y devota de las mujeres que, tras la obra, han acudido prestas para hacer posible que la iglesia se reabriese con un aspecto remozado. Por ello, rogamos al Señor tenga presente a estas personas por los actos de buena voluntad y corazón. Volviendo a la capilla, lo último que se procedió fue a desmontar el retablo del siglo XVIII situado en la actual sacristía, para proceder a su restauración y recolocación en la actual capilla de San Juan y la Virgen. Para la primera fase de la restauración hemos contado, sólo, con la colaboración del gobierno de la Diputación Provincial, que ha sido sensible y ha acudido a nuestra petición de preservar el patrimonio de Luque; ahora queda un camino por recorrer en solitario hasta ejecutar el resto de fases y poder pagar la totalidad; que resulta tan costosa como ilusionante. Capilla antes de la obra. Capilla después de la obra. Decir a modo de conclusión que hemos vuelto la mirada a la Iglesia de San Nicolás de Tolentino porque es la sede monumental donde la Virgen de Gracia y Angustias, con San Juan, permanecen los 365 días del año y porque invertir en recuperar el patrimonio histórico-artístico de Luque es el mejor modo de devolver a los luqueños el apoyo que nos prestan cuando se lo requerimos. Otros arreglos. SALIDA: 06:30 horas de la Ermita de Nuestra Señora del Rosario. VIERNES SANTO Devota y Antigua Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Soledad MÁS DE VIDA INTERIOR C omo cada año, me piden unas palabras, un breve comentario al ciclo de la Pasión, quizás una lectura pausada de lo que Cristo hizo por nosotros en estos días de Semana Santa. En cualquier caso veo oportuno recalcar y señalar las sabias palabras del que fuera fundador y primer prelado del Opus Dei, San Josemaría Escrivá que, en su obra de 1934 Camino, dice con gran sentido disciplinario: “Perdido el sentido sobrenatural de tu vida, tu caridad será filantropía; tu pureza, decencia; tu mortificación, simpleza; tu disciplina, látigo, y todas tus obras, estériles”. Últimamente, con todo el tema de la crisis y recesión económica, está muy de moda eso de “reflexionar”, pero no confundamos reflexionar con el paso previo a obrar bien, pues también se puede reflexionar retorcidamente. Para reflexionar sincera y humildemente conversemos de tú a tú, en primera persona, sentados y sin ruidos ni cargas mentales. Para ti, y también para mí, nos es duro leer en los Santos Evangelios la pregunta de Pilato: “¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, llamado Cristo?”. En cambio resulta aún más triste, y terriblemente penoso, oír nuestra respuesta: “¡A Barrabás!”. Pero todavía hay más. Y es que ¡muchas veces!, sin darme cuenta, al apartarme del camino, he dicho también “¡A Barrabás!”, y he añadido: “¿A Cristo?.... Crucifige eum – ¡Crucifíquenlo!”. Esta es nuestra realidad, ¿acaso te espantas?, ¿he ofendido tu fibra sensible?, no, me imagino… al fin y al cabo estamos reflexionando. Todo eso que nos preocupa, de momento, puede importar más o menos. Lo que importa absolutamente es que seamos felices, que nos salvemos. Vemos con cierta frecuencia luces nuevas, aplícalas en tu vida. Vamos a aprovechar esos instantes para romper a cantar un himno de acción de gracias y desempolvar rincones del alma, de dejar rutinas rancias, feas, de obrar más por el Señor y no tanto por uno mismo, de evitar aquel posible escándalo que traía entre manos para vengarme de… En una palabra: que tu agradecimiento se manifieste en un propósito concreto: vida interior. ¿Sabes lo que implica vida interior? Vida interior es tomarse en serio la vida de cristiano: reconocer a Cristo como nuestro Redentor, asistir asiduamente a la Santa Misa -expresión sacramental del Misterio Pascual-, confesión, comunión, rezar diariamente el Rosario, hacer buenas obras y, en lugar de tanto golpe en el pecho, reflexión, pero reflexión diaria, entiéndelo como un examen de conciencia. Cristo cargó con una cruz hasta llegar al Gólgota, donde fue crucificado. Tras Él, María Santísima de la Soledad, San Juan y la Magdalena fueron testigos de cada momento, de cada insulto, de cada desprecio, en definitiva nuestros propios desprecios, transportados a otra época. Verónica, tú fuiste una buena mujer, con tu gesto valiente aliviaste por momentos el calvario de Jesús. Él te lo agradece aún. Cristo ya no es persona; es un ser maltratado, burlado y ensangrentado. No puede más: ha expirado. Ha muerto por ti y por mí, o mejor dicho por nuestros pecados. Piénsalo bien, ha muerto. En tal circunstancia, ¿qué debemos hacer nosotros? Nuestra experiencia personal -ese desabrimiento, esa inquietud, esa amargura que a veces sentimos al fracasar- nos hace vivir la verdad de aquellas inolvidables palabras de Jesús: “¡Nadie puede servir a dos señores!” (Mt. 6, 24)… Te diré algo, jamás hicieron falta muchas palabras para entender un mensaje tan sencillo. J. L. C. SALIDA: 06:30 horas de la Ermita de Nuestra Señora del Rosario. Acompaña San Juan. VIERNES SANTO Cofradía del Santo Sepulcro TODOS SEGUIMOS MUY DE CERCA Y RECORDAMOS CADA AÑO LA PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN DE JESÚS. L os hermanos de la Cofradía del Santo Sepulcro contemplan y velan rezando su lecho de muerte, envuelto en ese cristal celestial desde el que nos lanza con su mirada su postura y sus gestos, un lenguaje con el que parece que nos habla y nos consuela mientras lo lloramos, nos arrepentimos, le imploramos y, bajo nuestro silencio, solo con nuestro pensamiento y nuestra fe en Él, reconocemos con dolor que ha fallecido por nosotros, soportando un calvario, para que nos salvemos. Todo se calla, se entristece, y todos los que ven pasar al Sepulcro agachan la cabeza, porque en cierta forma se sienten culpables. Los penitentes recorren las calles de Luque, casi arrastrando los pies, tan solo se oyen sus pasos de luto llenos de tristeza y agonía, porque acompañan al Santo Sepulcro, donde descansa el Señor. Ese llanto mudo de la Cofradía, ese respeto, ese desconsuelo, esas miradas que observan la urna llevada con delicadeza, orgullo y templanza, sensaciones tan profundas que son provocadas porque saben que llevan a su Padre. No necesitamos más argumentos para saber que este es el momento más solemne de nuestra Semana Santa, porque nosotros llevamos en ese cristal divino, toda la solemnidad que puede existir tras todos los momentos por los que pasó Jesús. Porque es el Santo, porque no hay ningún instante más sagrado, porque por Él suspiramos, VIERNES SANTO, y con Él nos quedamos, velando, esperando, a que llegue ese día, y cuando así suceda, aquí estaremos de nuevo, cada año. SALIDA: 21:30 horas de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Acompañan María Santísima de la Soledad y San Juan Evangelista. SÁBADO DE GLORIA Hermandad de Nuestra Señora del Mayor Dolor S ábado Santo, Sábado de luto y de silencio, Sábado de Madre Dolorosa, Sábado de fe y penitencia; un fervor que te atrapa desde la primera vez que la miras a Ella: Nuestra Señora del Mayor Dolor. Se renueva el rito. Empieza a asomarse por la Puerta del Perdón, en la tarde del sábado: Ella, majestuosa, con el dolor silencioso y desgarrador de una madre. Rota, impávida ante las notas de música o cualquier mirada. No hay consuelo. Un recorrido lleno por el sufrimiento por un hijo: Jesús. Imposible pensar en Él sin volver el corazón y la mente a la imagen de su Madre. Sólo ella pudo formar en sus entrañas, por obra del Espíritu Santo, a Cristo. Momento único, grandioso y sublime, de donde nació el Hijo de Dios, el mismo que un día fue sentenciado a morir en una cruz de madera, por nuestra Salvación, la salvación de toda la humanidad. Madre mía, tú que has sabido de despedidas y soledades, sólo tú que has aceptado que tu amado Hijo viva del gran Misterio de Dios, alejándose cada vez más de ti para cumplir su Misión, a pesar de no comprender nada. Tú, rota de dolor, al pie de la cruz, mientras ves agonizar a tu Hijo, convirtiéndote en Madre de todos, Madre Nuestra, Virgen Perpetua, Maternidad Divina y perfecta Santidad. Junto a la cruz de Jesús estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: "Mujer, aquí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Aquí tienes a tu Madre". Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. SALIDA: 18:30 horas de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Acompaña María Magdalena. DOMINGO DE RESURRECCIÓN Hermandad del Señor Resucitado D ía 20 de abril de 2014, Domingo de Resurrección, la joven Hermandad tenía prevista su primera salida procesional, la imagen del Señor Resucitado estaba preparada para dar su primer paseo por las calles del pueblo de Luque, su pueblo. El día amaneció lluvioso y sin síntomas de que fuese a aclarar, y la tristeza se apoderó de Luque que esperaba ansioso para ver a esta Hermandad en la calle. Llegada la hora de la salida, y con apenas unos síntomas de mejoría, la junta de gobierno de la Hermandad decidió salir a la calle. Los nervios entre todos y cada uno de los que componían el cortejo procesional se palpaban en el ambiente. Atrás quedaban muchas horas de trabajo, muchas horas sin dormir y muchos los problemas sorteados para llegar a ese momento. Por fin había llegado el momento de la puesta de largo de esta Hermandad y la ilusión era que todo saliese a la perfección, tal y como se había preparado. Tras el himno nacional y a los sones de la marcha “Una vida de Esperanza” magníficamente interpretada por la Banda de TT. y CC. Nuestra Señora de la Salud de Córdoba, la imagen del Señor Resucitado, radiante en su paso (a pesar de estar en primera fase de carpintería) apareció por fin por el cancel de la puerta de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. La representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo se completó en ese momento en nuestro pueblo. Con el Señor en la calle, el tiempo quiso mantenerse más estable dando la sensación de que el propio Señor Resucitado quería ver todo su pueblo, y permitió a la Hermandad hacer prácticamente su recorrido al completo. La nueva cruz de guía para Luque, la alegría de los esclavines, la blancura de los nazarenos, las mantillas blancas, los acólitos, el esfuerzo de los costaleros y las ininterrumpidas marchas, daban paso a miles de lágrimas de emoción que ese día fueron derramadas. El reto que se había propuesto este grupo de jóvenes cuando se enfrascó en tan gran proyecto, estaba cumplido. El sueño se había hecho realidad gracias a que el pueblo de Luque había colaborado en todas y cada una de las actividades organizadas por esta Hermandad para conseguir fondos y sufragar todos los gastos que conllevan poner en la calle una procesión como la que se habían propuesto conseguir. Ni una semana de descanso se tomó la Hermandad, ya que a los pocos días los trabajos y las actividades volvían al día a día para continuar con la labor. El esfuerzo para este año se basaba en conseguir el tallado del frontal del paso del Señor y nuevamente, gracias a todos, el Señor Resucitado lucirá la delantera del paso con su talla finalizada. Desde esta Hermandad, queremos invitar a todo el mundo a que dediquen al menos unos minutos de esta Cuaresma y Semana Santa al recogimiento, a hacer examen de conciencia, a pedir perdón a Dios por los pecados para que, al igual que el Señor resucitó, que resucite en nuestro corazón una mejor persona cada día. Del mismo modo, queremos invitar a todos a participar en la Semana Santa de Luque y como no, a disfrutar junto con nuestra Hermandad, de la Resurrección de Nuestro Señor. Un fuerte abrazo. Antonio José Ortiz Mármol Hermano Mayor SALIDA: 12:00 horas de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Pregón de Semana Santa Domingo 13 de abril. Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Luque, 2014 Por Juan Luque Carrillo, doctorando en Historia del Arte Prólogo: Vultum tuum Domine requiram, buscar el rostro de Dios es el principal objetivo de todo hombre que ha sentido en lo más profundo de su corazón la presencia de Aquel de quien dice la Escritura “contempladlo y quedaréis radiantes”. En la medida en que miramos a Cristo, contemplamos el rostro de un Dios que nos ama, el rostro de un Dios que nos espera y el rostro de un Dios que nos invita a seguirle. Mirando a Cristo conocemos a Dios y nos conocemos a nosotros mismos. Mi amigo Juan Luque, con el siguiente pregón, nos impulsa a contemplar el rostro de Cristo en el momento de su Pasión y Muerte, una contemplación que ha de llevarnos a entrever a un Dios cercano, que nos ama y llama a dejarlo todo para irnos con Él, y que espera de nosotros una respuesta que sólo podremos dar entregándole nuestra propia vida. P. Borja Núñez Delgado Secretario de D. Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla, y capellán del Convento de las Hermanas de la Cruz (Sevilla, 9 de febrero de 2014). SR. CURA PÁRROCO, ILMA. SRA. ALCALDESA, AUTORIDADES CIVILES, REPRESENTANTES Y MIEMBROS DE LAS DISTINTAS COFRADÍAS Y HERMANDADES, QUERIDOS PAISANOS Y AMIGOS TODOS: U n año más, nos encontramos reunidos en nuestra parroquia de la Asunción para dar comienzo a los actos previos de Semana Santa, la gran semana de los cristianos en que celebramos los Sagrados Misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Con más de cinco siglos de historia, nuestro pueblo se dispone nuevamente a ser partícipe de esta singular manifestación religiosa, tan rica en contenido como esencial en el desarrollo de nuestra religiosidad popular actual. Centrémonos, pues, en la verdadera esencia de esta santa semana. Abandonemos las fachadas y necedades que nos alejan de Cristo y reflexionemos sobre la importancia que ha de tener la cruz en nuestras vidas. Si Cristo sacrificó su vida por nosotros, ¿somos por tanto deudores y culpables de esta oblación? Antes de dar lectura al presente pregón, quisiera hacer público mi agradecimiento al párroco y a los distintos hermanos mayores por la elección llevada a cabo. No es fácil elegir a una persona capaz de transmitir los sentimientos y vivencias de una semana llena de Pasión, Dolor y Gloria y más aún, cuando se cuenta, como es mi caso, con una edad tan corta y poco experimentada al respecto. Ante semejante realidad, e impulsado por el gran apoyo de mi familia, acepté la propuesta de ser el pregonero de la Semana Santa de este año 2014, convirtiéndose tal decisión en un reto de gran responsabilidad dadas mis circunstancias personales (mi residencia fuera del pueblo) y, por otro lado, mi situación académica, que tan alejado me tiene de mis raíces populares. Pero demos comienzo sin más al pregón. Para ello citaré, a modo de introducción, los tres aspectos en los que me he basado para articular el texto: primeramente, una revisión crítico-histórica de lo que ha sido la Semana Santa en nuestro pueblo, seguida de la reflexión pasionista propiamente dicha -lo cual me obligará a alterar el orden en que procesionan nuestras hermandades- y, por último, mis vivencias como fiel y creyente. Gracias a la valiosa documentación custodiada en el Archivo Parroquial de Luque, cuyas primeras noticias datan del año 1516 e informan de manera ininterrumpida durante las siguientes centurias, se ha podido estudiar y analizar el proceso de configuración de la Semana Santa en este pueblo del sur de la provincia de Córdoba a lo largo del siglo XVI. Junto a esta información de primer orden, resulta también de gran interés la obra de 1993 Historia de la Semana Santa de Luque (15161992)1, donde los autores reflexionan sobre la aparición y desarrollo de este fenómeno religioso popular que, salvo en determinados aspectos, toma como modelo el ejemplo de nuestra vecina localidad de Baena. 1 Juan ARANDA DONCEL – Vicente ESTRADA CARRILLO, Historia de la Semana Santa de Luque (1516-1992). Excma. Diputación Provincial de Córdoba, Córdoba 1993. No obstante, aunque los orígenes de la celebración de la Pasión se documentan en nuestro pueblo a comienzos del siglo XVI, no será hasta el último tercio de la centuria cuando se configure propiamente la semana santa luqueña, gracias al nacimiento de dos cofradías: la Vera Cruz y Nombre de Jesús, que realizan estación de penitencia en la noche del Jueves Santo y en la madrugada del Viernes respectivamente. Los hermanos de ambas cofradías vuelven a desfilar en la tarde del Viernes Santo, en este caso para acompañar a la procesión del Santo Entierro, que carece de hermandad, siendo el clero de la villa el encargado de sacarla y asistirla en todas sus necesidades. Aunque se desconoce el año exacto, la Cofradía de la Vera Cruz de Luque se funda en la década de 1560, a tenor de la información suministrada por las visitas pastorales del Obispado. En este sentido, cabe destacar cómo la primera referencia documental data del año 1569, frente a la relación de hermandades de la Vera Cruz elaborada en Córdoba en 1567, en que no consta. Por lo tanto, entre ambas fechas hay que situar la fundación de la Cofradía. Antes de su salida, tiene lugar en la ermita de San Bartolomé el llamado Sermón de la Disciplina, en el que el predicador hace unas reflexiones espirituales sobre la Pasión y el sentido de la penitencia, abriendo paso a continuación al acto religioso más importante de la noche del Jueves Santo: la procesión de disciplinantes de la Hermandad de la Vera Cruz. En ella procesionan los denominados hermanos de luz, que portan cirios encendidos y, junto a ellos, también los hermanos de sangre, llamados así porque durante todo el recorrido van azotándose, siendo este tipo de penitencia suprimida siglos después por la Iglesia. Las imágenes que se procesionan son un crucificado -el Santísimo Cristo de la Vera Cruz-, interesantísima talla protobarroca que adelanta la estética realista y efectista del Barroco, muy estudiada por mi profesora Mª Teresa Dabrio González, y por otro lado una dolorosa conocida con el nombre de Nuestra Señora de las Angustias y que más tarde, a partir de 1780, cambia su advocación por la actual: los Dolores. La otra cofradía que se funda en Luque en el último tercio del siglo XVI es la del Nombre de Jesús. Esta advocación, ligada desde la Edad Media en algunos lugares a la Orden de Predicadores, indudablemente se potenció con las directrices de Trento, que abogan por su implantación en todas las poblaciones para desterrar la arraigada tendencia al pecado. Es así que, en las últimas décadas del Quinientos, alcanza la advocación una gran difusión en todos los pueblos de la Diócesis de Córdoba, especialmente entre las localidades circundantes a las sierras Subbéticas, caso de Doña Mencía, Zuheros, Lucena, Carcabuey, Priego de Córdoba e incluso Baena, esta última inscrita en la demarcación de la campiña sur. Pero a pesar de no tratarse de una advocación estrictamente pasionista, la Cofradía del Nombre de Jesús va a mostrar una clara orientación penitencial, al procesionar en ella un conjunto de penitentes nazarenos durante la madrugada del Viernes Santo. Con total seguridad, las primeras prácticas de esta estación de penitencia han de fecharse en los primeros años del Seiscientos. A diferencia de los hermanos de la Vera Cruz, los nazarenos no son propiamente disciplinantes, siendo su penitencia habitual ir con los pies descalzos, portando una cruz de madera sobre los hombros. Antes de la salida procesional, se celebra en la Ermita de Nuestra Señora del Rosario, sede de la Cofradía, el denominado Sermón de los Nazarenos, en el que el predicador hace una reflexión de la Pasión. Procesionan en el desfile las imágenes de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Soledad y más tarde, entre 1633 y 1650, se incorporan al cortejo la Verónica, Santa María Magdalena y San Juan. Son los propios nazarenos los que portan sobre sus hombros las andas con cada una de las cinco imágenes. Junto a los hermanos de la Cofradía, la procesión gana monumentalidad gracias al elevado número de clérigos que acompañan a las imágenes y que, habiendo recibido una cantidad en concepto de limosna, se hallan presentes en el recorrido. Siempre ligados a la Cofradía del Nombre de Jesús veremos, ya desde mediados del siglo XVII, a la Primera Cuadrilla de Judíos (el matiz de Cola Negra vendrá siglos después). Aunque son bastantes remotos sus orígenes, resulta evidente la influencia que ejerce nuestra vecina localidad de Baena en la configuración de estas figuras bíblicas, tanto en sus vestimentas, significación y vinculación con la Cofradía del Nazareno, como en el papel tan activo que terminan adoptando en el conjunto de nuestra semana santa. Pero sea del modo que fuere, lo que sí está claro es el motivo por el cual aparece el judío: ser una figura más, llámese teatral, para la escenificación del Sermón del Paso. Por lo tanto surgen como meros actores, que intervienen en los distintos pasajes del Nuevo Testamento pero que finalmente acaban por adoptar una personalidad muy ambigua, convirtiéndose en el efectivo que de manera más intensa participa en los desfiles de la semana santa. Varias reorganizaciones ha vivido la Primera Cuadrilla de Judíos, ahora sí Cola Negra, a lo largo de su historia, siendo la última la que tiene lugar en el año 1993, con mi entrañable y gran amigo Antonio Martínez “el Maestro” como presidente, y su hijo Miguel Ángel como cuadrillero. Durante la etapa barroca, la Semana Santa de Luque vivió uno de sus momentos de mayor esplendor, reflejado principalmente en el incremento sustancial de los efectivos humanos. En las décadas finales del siglo XVII, se funda la Hermandad del Señor de la Humildad, cuya imagen del Señor “sentado en la piedra” realiza estación de penitencia en la noche del Miércoles Santo, junto a una dolorosa puesta bajo la advocación de la Compasión. Aunque no se sabe el año exacto de su fundación, tenemos como punto de referencia el año de 1694, fecha en que el mayordomo de la Cofradía presenta las primeras cuentas al Obispado. La imagen titular representa a Cristo sentado en una roca, después de haber sido flagelado y coronado con espinas. Es la viva imagen de un Ecce Hommo, la iconografía cristífera que los historiadores empleamos para referirnos a este momento concreto de la Pasión. Se veneraba en sus orígenes en el llamado Hospital de San Carlos, u Hospital de la Santa Caridad, que hubo en su día en la calle empedrada, actual Santa María, lo que justifica el singular recorrido que hace cada año la Cofradía. Siglos después, entre 1730 y 1750, traslada su sede a la Ermita de la Aurora. Posteriormente, el racionalismo del espíritu ilustrado del siglo XVIII desencadenó en un enfrentamiento entre los titulares de la Silla de Osio y las cofradías de Semana Santa, afectando por extensión al caso de Luque. La crítica a esta manifestación popular va a ser una constante durante todo el Setecientos, lo que provocará una gran crisis de cara a los efectivos humanos y devocionales. De hecho, la decisión del obispo don Miguel Vicente Cebrián, en 1745, de eliminar el Sermón del Paso de la mañana del Viernes Santo provocó grandes disputas y rebeliones entre nuestros antepasados vecinos del pueblo. Se prohíbe el Sermón del Paso, dejan de procesionar San Juan, la Verónica y la Magdalena y las cuatro hermandades erigidas en aquel momento (Humidad, Vera Cruz, Nombre de Jesús y Santo Sepulcro) se reducen a una sola: la del Entierro. Ningún motivo especial hemos de buscar en la figura del obispo Cebrián al tratarse, como ha ocurrido siempre en la historia, de un hijo de su propio tiempo. Pervive el espíritu ilustrado durante los primeros años del siglo XIX, lo que hará que hasta 1830 aproximadamente se dé una gran crisis, hasta el punto de que la Hermandad del Santo Sepulcro, poderosa en tiempos atrás, desaparezca a mediados del siglo. Continúa la crisis durante la primera mitad de la centuria. El reinado de Isabel II marcó una esperada etapa de revitalización, truncada de manera exitosa durante el Sexenio Revolucionario. Cobró nuevamente protagonismo la Semana Santa durante el periodo conocido como la Restauración, lo que propició una nueva etapa de estabilidad en la que la Iglesia recobró posiciones. Como nota característica de este momento, se ha de destacar la incorporación del Sermón del Paso a nuestra Semana Santa. Se reincorporó y ya jamás, hasta el día de hoy, dejó de escenificarse, ni siquiera durante los años de la contienda civil española. La década de 1920, especialmente durante los años de la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), se caracterizó por el notable auge que, como era de esperar, contrastó con la crisis de la II República. Se funda en los años 50 la Cofradía de la Expiración, también llamada del Silencio, y la Semana Santa de Luque conoció una nueva etapa de revitalización. De hecho esta Cofradía nació como una proyección más de los jóvenes luqueños del momento, muchos de ellos vinculados a la Adoración Nocturna, apoyados por nuestro estimado y querido difunto don Pedro Vallejo Mérida. Llegamos a la década de 1990 y dos hermandades nuevas se fundan en nuestra localidad: por un lado la de Nuestra Señora del Mayor Dolor, en el año 1994, de gran estima y especial interés entre las mujeres del pueblo, y por otro, la de la Entrada Triunfal de Cristo en Jerusalén, la Borriquita, ésta más identificada y celebrada por los niños y jóvenes. La entrega de un grupo de mujeres luqueñas y de la ya desaparecida Asociación Cultural Abuchite hicieron posible estas dos felices realidades, hoy partes esenciales de nuestra semana santa. Ya en los albores de nuestro siglo, en 2001, la Primera Cuadrilla de Judíos Cola Negra decidió manifestar su más sincero respeto y devoción hacia nuestra semana santa, fundando la que es sin duda, a día de hoy, una de las procesiones más singulares de nuestro pueblo; las Tres Caídas. Seria, rigurosa, y de espíritu estrictamente penitencial, las Tres Caídas recorre cada año nuestras calles simulando el camino de Cristo hacia el Gólgota. Paralelamente también se reorganizó la Cofradía de San Juan Evangelista, una joven hermandad centrada desde sus orígenes en dar culto a la figura del discípulo amado, en este caso tomando como modelo la bellísima talla atribuida al escultor francés Miguel Verdiguier (1706-1796)2. Varias centurias de tambores y cornetas ha visto nacer, y desaparecer, nuestro pueblo. Tal es el caso de la Centuria Romana de Luque, que tuvo su momento de máximo auge en los años finales del siglo pasado; la banda de tambores y cornetas de Nuestro Padre Jesús Nazareno y San Juan, cuya efímera existencia agrupó a un cuantioso grupo de jóvenes luqueños, y la actual Banda de Tambores y Cornetas del Santo Sepulcro. Finalmente, durante los dos últimos años, un grupo de luqueños han materializado y hecho posible el verdadero sentido de la Semana Santa: la Resurrección, un proyecto que, por primera vez, este año verá luz y que concluirá con la novedad que 2 Agradezco al respecto las aportaciones de mis profesores Enrique Valdivieso, Teresa Laguna Paúl, Jesús Miguel Palomero y, de modo especial, Mª Ángeles Raya, todos ellos grandes maestros de la escultura hispana de los siglos XVI, XVII y XVIII. parece imprimir, al incorporar elementos ajenos y desconocidos en nuestra semana santa. Examinadas todas las cofradías y hermandades que conforman nuestros días de Pasión, planteémonos una pregunta: ¿qué debe significar la semana santa para un cristiano? Retrocedamos en el tiempo. Año 33 de nuestra era; días previos al Domingo de Ramos. Llegados a Betfagé, millas antes de Jerusalén, cuenta el Evangelio que Jesús da la orden a sus discípulos de que vayan a por un borriquillo que encontrarían atado en la aldea vecina. Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús. Trajeron el borrico, echaron encima sus mantos, y Jesús se montó para dirigirse a Jerusalén. A su paso, la multitud extendía sus mantos por el camino. Algunos incluso cortaban ramas de olivos y palmas con el fin de alfombrar la calzada, siendo este el verdadero y único significado que tienen las palmas y olivos en el Domingo de Ramos. La gente que iba detrás, y delante, gritaba: “Hosana al hijo de David, ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!”. Jesús eres aclamado en tu entrada a Jerusalén. Pero no seamos hipócritas, estos que ahora te aclaman son los mismos que días después van a pedir a gritos tu muerte ante Pilatos, prefiriendo salvar a Barrabás, ese cruel ladrón que solía escandalizar al pueblo con sus agresiones. Así es el mundo, y así somos tú y yo. Unas veces estamos plenamente contigo, y es cuando mejor vivimos, y otras, en cambio, como si no existieras. Noche de la Pascua Judía; Cristo ha terminado de cenar con sus apóstoles. Judas, el Traidor, ha abandonado el habitáculo y se dirige a delatar al Maestro ante los judíos. Mientras tanto, Cristo se retira al huerto llamado de Getsemaní y ora: Pater mi, Abba Pater… fiat! (Dios eres mi Padre, aunque me mandes sufrimiento). ¿Somos nosotros realmente así?, te pregunto: ¿Cómo reaccionamos ante el sufrimiento? Tú y yo, a pesar de nuestras rebeldías, queremos también cumplir la voluntad de Dios, siguiendo los pasos de Cristo, ¿Por qué me quejo entonces, si encuentro por compañero de camino al sufrimiento? Solo así, si concebimos el sufrimiento como esencia de nuestras vidas, constituiremos una señal de filiación, y solo así Dios nos tratará como verdaderos hijos. ¿Acaso estás a la espera de librarte de la cruz, de tu cruz, aún sin poseer la condición divina?... Déjame aconsejarte, reza para que tu cruz sea más llevadera: Pater mi, Abba, Pater… fiat! (Dios eres mi Padre, aunque me mandes sufrimiento). ¡Cadenas a Jesús! Cadenas con las cuales prenden al Hijo de Dios, cadenas que Él voluntariamente se dejó poner. Estas cadenas hacen sufrir al Señor. La cadena no es únicamente un signo de esclavitud. Más en el caso de que así fuera, como solía decir San Josemaría Escribá, fundador y primer prelado del Opus Dei, “más vale ser esclavo de mi Dios, que esclavo de mi carne”. San Josemaría Escribá de Balaguer, fundador de la Prelatura Opus Dei. Durante el simulacro de proceso en el pretorio, Cristo calla. Luego responde a las preguntas de Caifás y de Pilatos. Con Herodes, veleidoso e impuro, ni una palabra. A veces, a nosotros nos pasa lo mismo, nos resentimos ante la verdad. Callemos, pues, recemos y reflexionemos antes de actuar. Y ahora di conmigo: ¡Señor!, ¿Dónde están tus amigos? Te han abandonado… Esto es una continua desbandada que dura ya más de veinte siglos… huimos todos de la Cruz, de tu Santa Cruz. Sangre, soledad y una insaciable hambre de almas son el cortejo de tu realeza. Al noroeste de Jerusalén aún existe hoy en día el “Golgotha”, término arameo que, al latinizarlo, da lugar al Lugar de las Calaveras, o como popularmente se suele decir: Calvario. Jesús se entrega a su condena y cae sobre sus hombros el peso de la cruz infamante, cruz que acabará siendo, por obra de Amor, el trono de su realeza. Las gentes de Jerusalén y los forasteros venidos para la Pascua se agolpan por las calles de la ciudad, para ver a Jesús Nazareno, el Rey de los Judíos. Hay un tumulto de voces; y a intérvalos, cortos silencios: tal vez Cristo ha fijado sus ojos en ti y en mi y nos intenta decir: “Si alguno quiere venir en pos de mi, TOME SU CRUZ DE CADA DÍA y sígame”. ¡Con qué amor abraza Jesús a su cruz, y camina hacia la muerte! Y nosotros, ¿abrazamos nuestra cruz, o solo nos dedicamos a quejarnos y a llamar tontamente la atención? Piensen… El peso de la cruz destroza los hombros de Cristo. La turba de gente cada vez se agolpa más. Los soldados apenas pueden contener la encrespada. El cuerpo extenuado de Jesús se tambalea bajo la cruz. A izquierda y derecha, Cristo ve esa multitud que anda como ovejas sin pastor, que somos nosotros. Podría llamarnos uno a uno, por nuestros nombres y apellidos, y dejarnos en evidencia públicamente, pero no lo hará, pues tampoco lo hizo con la adúltera oriunda de la región de Magdala a la que todo el mundo quería apedrear. Mientras nosotros lloramos nuestras miserias, Cristo, silencioso y extenuado por el dolor, se desploma, cae. Pero apenas se ha levantado de su primera caída, encuentra a su Madre Santísima. Con inmenso amor mira María a Jesús, y Éste mira a su Madre; sus ojos se encuentran, y cada corazón vierte en el otro su propio dolor. ¡Cuántos recuerdos vendrían a la memoria de esa madre! Belén, el lejano Egipto, la aldea de Nazaret, los inicios de la vida pública, los primeros milagros, y ahora… y ahora… y ahora el triste Calvario. Pero Cristo sigue caminando. Su paso se hace cada vez más torpe, y los soldados tienen prisa por acabar con Él, de modo que se requiere de la ayuda de un hombre para llegar cuanto antes a la cima del Gólgota. Caminaba hacia la Puerta Judiciaria de la ciudad un hombre llamado Simón de Cirene, que regresaba de su jornada de trabajo en su granja. Sin querer, le fuerzan a que lleve la cruz de Cristo. En el conjunto de la Pasión, es bien poca cosa lo que supone esta ayuda. Pero a Jesús le basta una sonrisa, una palabra, un gesto, un poco de amor para derramar copiosamente su gracia sobre el alma del amigo, esa sonrisa que muchas veces a ti y a mí nos falta por nuestras insolentes conductas. No hay en Él parecer, ni hermosura que atraiga las miradas, ni belleza, sino todo lo contrario. Es Cristo, varón de dolores, conocedor de todos los quebrantos, ante quien se vuelve el rostro, menospreciado, estimado en la nada. Cuenta la tradición de la Iglesia cómo una humilde mujer, llamada Verónica3, se abre paso ante la muchedumbre, llevando un lienzo blanco plegado entre sus manos. Acercándose al Maestro, con el peligro que ello implicaba por la autoridad de los soldados, le limpia cuidadosamente el rostro. ¡Oh Señor has dejado grabada tu Faz en el lienzo de esta mujer! ¿Pero porque nos empeñamos en luchar por nuestros tristes objetivos mundanos, a veces tan lejanos de la voluntad de Dios? Consolemos en estos días de Pasión a Cristo, aliviándolo en el Camino del Calvario, con nuestros buenos propósitos e intenciones, del mismo modo que lo hizo esta santa mujer. Llegado al Calvario, Cristo es obligado a beber un poco de vino mezclado con hiel, como un narcótico, para que disminuyera en la medida de lo posible el dolor de la Crucifixión. Pero Cristo se niega a beberlo. Se entrega a la muerte con la plena libertad del Amor. Luego, los soldados lo despojan de sus vestimentas, las dividen en cuatro partes y se las reparten entre ellos. Pero la túnica no mostraba costura, por lo que deciden finalmente no dividirla en cuatro partes, sino sortearla. De este modo se volvió a cumplir la escritura: “Partieron entre sí mis vestidos y sortearon mi túnica”. Es el despojo, la pobreza más absoluta, la sensación de abandono más temida e indeseable, esa que ni tú, ni yo, hemos aún conocido. Ahora crucifican al Señor, y junto a Él a dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda. Es el Amor lo que ha llevado a Cristo al Calvario, y ya en la cruz, todos sus gestos y todas sus palabras son de amor, de amor sereno y fuerte. “Jesús Nazareno, Rey de los Judíos”, es la cartela que aparece clavada en la parte alta del madero. Todos los que pasan por el lugar, le injurian y se mofan de Él. ¿Acaso me río yo de tu sufrimiento, Señor mío?, ¿Crees que pasamos indiferentes ante tu dolor? Danos fuerza para reconocer nuestros pecados y arrepentirnos de nuestras faltas. Vamos a intentar que tus pecados, y los míos, al menos durante estos días, no hagan más daño a Cristo. Digamos como el Buen Ladrón: “Señor soy un pecador, pero acuérdate de mí cuando estés en el Paraíso”. Amemos el sacrificio, que es fuente de vida interior; amemos la cruz, que es el altar del sacrificio y, cómo no, amemos el dolor, hasta beber, como Cristo, las heces del cáliz. Se apaga la luz del cielo, y toda la tierra queda sumida en tinieblas. Son cerca de las tres cuando Jesús exclama: Elí Elí, lamma sabachtani! (Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?) “Tengo sed”, “Todo está cumplido” y “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu” son las últimas frases que salen de tu boca. Cristo ha muerto. Ha exhalado su último aliento. Los discípulos le habían oído decir a menudo: “mi aliento es hacer la voluntad del que me ha enviado y dar cumplimiento a su obra”. Él lo ha hecho hasta el fin, con paciencia, con humildad, sin reservarse nada… Apliquemos cada uno de nosotros esta frase a nuestras vidas personales. 3 Surge el nombre de Verónica al unir los vocablos latinos -vera e -icono, -verdadera e -imagen que, al castellanizarlos da “Verónica”, veraicono, la verdadera imagen; la que Cristo dejó grabada en el lienzo. Después de haber obtenido de Pilatos el permiso que la ley romana exige para sepultar a los condenados, llegó al calvario un senador de la curia romana llamado José, oriundo de Arimatea. Siendo un hombre justo, discípulo de Cristo, no temió en dar la cara por el Señor. Junto a Él, Nicodemo (que era otro discípulo) tomó el cuerpo de Jesús y lo dejaron en brazos de su Santísima Madre. Son, estos dos personajes bíblicos, los llamados “Santos Varones”, tan estudiados por el exégeta francés Louis Réau. Muy cerca del Calvario, en un huerto, José de Arimatea se había hecho labrar en la roca un sepulcro, un speo, tipo de enterramiento de influencia egipcia que estará muy presente en estos primeros siglos de la historia de la arquitectura. Se traslada el cuerpo inerte de Cristo al sepulcro, al speo, y se deposita en el lugar. Sin nada vino Jesús al mundo en aquel descuidado portalito de Belén, y sin nada -ni siquiera el lugar donde reposa- se nos ha ido. Cae la noche. Ahora ha pasado todo. Se ha cumplido la obra de Nuestro Redentor. Ya somos hijos de Dios, porque Jesús ha muerto por nosotros y su muerte nos ha rescatado. Solo se me ocurre formular una pregunta, aplícatela: ¿Qué debemos hacer, Madre mía, ante tanto dolor, miseria e injusticias a nuestro alrededor? No pudimos hacerle personalmente esta pregunta a nuestra Madre, pero sí se la hicieron muchos creyentes, en la Sevilla del siglo XIX, a Santa Ángela de la Cruz, la fundadora de la Compañía e Instituto de las Hermanas de la Cruz. Jamás olvidaré sus palabras: “Plantad el estandarte de la Cruz en cada rincón de vuestras vidas, que no olviden los hombres que su Redentor murió en una cruz”. Y nunca las olvidaré porque, al igual que tú, yo también tengo mi cruz. Santa Ángela de la Cruz. Fundadora de la Compañía e Instituto de las Hermanas de la Cruz, Sevilla, 1929. Foto: Archivo CHCS. P. J. Torres Padilla. Resumamos en dos palabras la gran verdad que llena de contenido nuestra fe: Cristo vive. Jesús, que murió en la cruz, ha resucitado, y lo ha hecho, del mismo modo que una semana antes entraba en Jerusalén, en domingo. Es por tanto Cristo vencedor de la muerte, del poder de las tinieblas, del dolor y de la angustia. No temáis, con esta invocación saludó un ángel a las mujeres que iban al sepulcro; no temáis. Vosotras venís a buscar a Jesús Nazareno, que fue crucificado; ya resucitó, no está aquí. Haec est dies quam fecit Dominus, exsultemus et laetemur in ea; éste es el día que hizo el Señor, regocijémonos. El tiempo pascual es tiempo de alegría, de una alegría que no se limita a esa época del año litúrgico, sino que se asienta en todo momento en el corazón del cristiano. Porque Cristo vive: Cristo no es una figura que pasó, que existió en un determinado momento de nuestra historia y se fue, dejándonos un recuerdo y un ejemplo maravillosos, ¡no!: Cristo vive. Jesús es el Enmanuel: Dios con nosotros. Su Resurrección nos revela que Dios no abandona a los suyos. ¿Puede acaso una madre olvidarse del fruto de su vientre? Pues aunque ella se olvidase, yo no me olvidaré de ti, había prometido. Y ha cumplido su promesa. Esos eran los designios de Dios: Jesús, muriendo en la cruz, nos daba el espíritu de Verdad y de Vida. Cristo permanece en su Iglesia; en sus sacramentos, en sus liturgias, en su predicación, en toda su actividad. De modo especial Cristo sigue presente entre nosotros, en esa entrega diaria de la Sagrada Eucaristía. Por eso la misa es centro y raíz de la vida cristiana. En toda misa está siempre el Cristo Total, Cabeza y Cuerpo: per Ipsum, et cum Ipso et in ipso. Porque Cristo es el Camino: en Él lo encontramos todo; fuera de Él nuestras vidas quedarían vacías. En Jesucristo, e instruidos por Él, nos atrevemos a decir -audemus dicere- Pater noster, Padre Nuestro que estás en el cielo... La presencia de Jesús vivo en la Hostia Santa es la garantía, la raíz y la consumación de su presencia en el mundo. Cristo vive en el cristiano, vive en ti y vive en mí. La fe nos dice que el hombre, en estado de gracia, está endiosado. Somos hombres y mujeres, no ángeles. Seres de carne y hueso, con corazón, con problemas y con pasiones, con tristezas y desalientos, pero la divinación redunda en cada uno de nosotros, como un anticipo de la resurrección gloriosa. Es obligación nuestra por tanto cultivar el camino, el camino que Dios nos tiene preparados a cada uno, para estar preparados cuando nos llegue el momento de encontrarnos con Él. La vida de Cristo debe ser nuestra vida, según lo que prometiera a sus apóstoles el día de la Última Cena: cualquiera que me ama, observara mis mandamientos, y mi Padre le amará, y vendremos a Él, y haremos mansión de Él (Jn. XIV, 23). El cristiano debe vivir según la vida de Cristo, haciendo suyos los sentimientos de Cristo, de manera que pueda exclamar con San Pablo, non vivo ego, vivit vero in me Christus, no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mi. Es así que me gustaría terminar este pregón manifestando mi agradecimiento nuevamente al Señor Párroco y hermanos mayores de las distintas cofradías; gracias a todas aquellas personas que, sin conocerme lo suficiente, confiasteis en mi propuesta; agradecimiento que hago extensible a mi madre y hermanos por el apoyo que desde el primer momento manifestasteis hacia mi decisión; gracias por supuesto a todos los presentes, amigos y conocidos que hoy me acompañáis en este momento y, cómo no, gracias a ti PAPÁ, fuerza motivadora y continua llama que me ha iluminado en cada una de mis palabras, frases y meditaciones. A ti, y a la buena práctica de tus valores, debo gran parte de lo que esta noche presento ante nuestro pueblo, que también en su día fue el tuyo. Espero que mis palabras hayan sido objeto de reflexión acerca del significado de nuestra semana santa. No permitamos que la superficialidad y folklore de estos días nos distraigan de nuestras obligaciones esenciales de cristianos. Acompañemos con seriedad a nuestras imágenes, guardemos silencio, practiquemos la caridad, seamos humildes y reflejemos el dolor de Cristo en nuestras vidas diarias. Solo así encontraremos verdadero sentido a nuestra semana santa que, con gran orgullo, os acabo de pregonar. Buenas noches y muchas gracias. Fuentes y bibliografía: · · · · · · · · · · · AA. VV. Libro de Actas, Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Soledad. Archivo General del Obispado de Córdoba (A. G. O. C.). Secciones: Visitas pastorales y despachos ordinarios. VV. AA. Archivo Parroquial de Luque (A. P. L.). Sección: Visitas Pastorales. VV. AA. ARANDA DONCEL, Juan – ESTRADA CARRILLO, Vicente, Historia de la Semana Santa de Luque (1516-1992). Córdoba 1993. CRUZ, Sor Ángela de la: Un tesoro en vasija de oro, Sevilla, 2009. ESCRIBÁ DE BALAGUER, José María: Camino, Madrid, 1934. ESCRIBÁ DE BALAGUER, José María: Surco, Pamplona, 1950. LUQUE CARRILLO, Juan: “Arte y componente devocional en torno a una centenaria escenificación de la Pasión y Muerte de Cristo en la villa de Luque, Córdoba”. En: Actas del XXI Simposium Nacional El Patrimonio Inmaterial de la Cultura Cristiana. San Lorenzo del Escorial, Madrid, 2013. LUQUE CARRILLO, Juan: “El Sermón del Paso en la mañana del Viernes Santo en Luque: aspectos religiosos, sociales y culturales”. En: Actas del Congreso Nacional Camino del Calvario: rito, ceremonia y devoción. Puente Genil, Córdoba, 2014. LUQUE CARRILLO, Juan: “Luque y el culto a Nuestra Señora de los Dolores, cuatro siglos de devoción popular”. En: Actas del Congreso Internacional Virgo Dolorosa, Carmona, Sevilla, 2014. VÁZQUEZ LESMES, Juan Rafael: “Un monumento de Jueves Santo en la villa de Luque”. En Alto Guadalquivir, revista de semana santa, (56) 1970, pp. 76-78.