Del rechazo social a la inclusión social educativa. Una sistematización necesaria. Of the social rejection to the educational social inclusion: a necessary systematizing. Luzmila Santos de Pino <santosluzmila@gmail.com > Escuela Primaria del Estado Aragua, Venezuela. Universidad de Ciencias Pedagógicas “Héctor A. Pineda Zaldívar” Cuba http://www.pedagogiaprofesional.rimed.cu ISSN 1684-5765 Volumen 10, no. 2, abril-junio, 2012. Trimestral RESUMEN La autora, actualmente desarrolla el t rabajo de investigación titulado: “La acción cooperativa de los actores en la atención educativa integral de niños con dificultades de aprendizaje en la escuela primaria en Venezuela. Modelo para su estudio y trans formación”. El diagnóstico realizado refleja la necesidad de presentar un nuevo modelo el cual estará sustent ado en la acción cooperativa de los actores en la atención educativa integral del niño c on dificultades de aprendizaje. El tema de inves tigación trasciende ya que no solo redundará en beneficio de la población en estudio, sino que el mismo repercute en todos los actores y en todos los ámbitos. De la investigación se toma parte de la sistematización realizada en relación con la evolución que ha tenido esta atención educativa. Se pone a la consideración de los lectores pues todos los profesores están llamados a desarrollar un mayor compromiso con respecto a las personas con necesidades educativas especiales y con discapacidad. Palabras clave: Rechazo, Inclusión, Educación ABSTRACT The author, at the moment develops the titled investigation work: "The cooperative action of the actors in the attention educational integral of children wit h learning difficulties in the primary school in Venezuela. Model for their study and trans formation". The reflective c arried out diagnosis the necessity to introduce a new model which will be sustained in the cooperative action of the act ors in the boy's attention educational integral with learning difficulties. The investigation topic transcends since not alone it will redound in the population's benefit in study, but rather the same one rebounds in all the actors and in all the environme nts. Of the investigation it takes part of the systematizing carried out in connection with the evolution that has had this educational attention. It puts on to the consideration of the readers because all the professors are called to develop a bigger commitment with regard to people with special educational necessities and with discapacity . Key words: Reject, Inclusion, Education. Pedagogía Profesional Volumen 10, no. 2, abril -junio, 2012 ISSN 1684-5765 INTRODUCCIÓN El desarrollo acelerado que se registra en el sector educativo mundial, desde la educación inicial, pasando por la educación básica, secundaria, universitaria y más allá de ella, abre nuevas oportunidades para las personas con necesidades educativas especiales o con discapacidad. Reto que aún está presente, ya que aún hay sectores que se resisten a la inclusión social. Así como la resistencia observada en instituciones educativas públicas y privadas. Por lo que se plantea, hacer un recorrido por la historia, a fin de no repetirla. Antes bien, ser actores llamados a proseguir con el desarrollo que la educación especial nos presenta. En este artículo se presenta la sistematización realizada en relación con la evolución que ha tenido esta atención educativa. Se realizó una revisión bibliográfica que permitió establecer una periodización del tratamiento de las personas discapacitadas, desde la antigüedad hasta la actualidad , desde el enfoque de atención clínico-asistencialistasegregacionista, clínico y psicopedagógico, pedagógico, desde el rechazo social a la inclusión social. DESARROLLO Un recorrido por la historia. Desde los albores de la humanidad ya se nombraban algunas personas con condiciones especiales, tal es el caso de los sordos y ciegos que el pueblo debía atender, orientación encontrada en el texto - La Biblia. En las ciudades de Esparta y Atenas, señala la historia que la tradición era matar a los niños que nacían con malformaciones físicas. Otros eran recluidos en asilos con el objetivo de que no alternaran en la sociedad de “normales”, ejemplo de esto eran las personas con deficiencias mentales en Francia. Al considerar el tema, López (2006) cita al filósofo Lucio Anneo Séneca (año IV a.n.e. – LXV) quien señalaba abiertamente: “Nosotros matamos a los monstruos y ahogamos a los niños que nacen enfermizos y deformes. Actuamos de esta manera no llevados por la ira, sino por normas de la razón: aislar lo inservible de lo sano”. ) (1) Alejandro Gil al reseñar la educación de sordos, destaca del siglo XVI, la figura de Fray Pedro Ponce de León (1509 – 1584), quien a mediados de este siglo había llevado a cabo en el monasterio de Oña (Burgos), superando prejuicios de todo tipo, la educación de niños y jóvenes sordos con sorprendente éxito. Este dato se respalda con un hecho Pedagogía Profesional Volumen 10, no. 2, abril -junio, 2012 ISSN 1684-5765 histórico, ya que en el Parque del Retiro de Madrid hay un monumento, cuya leyenda dice: “A Fray Ponce de León” (1509 – 1584) por cuanto se considera el primer inventor conocido en el arte de instruir a los sordos. De acuerdo a lo que señala el Colectivo de Autores del Instituto Universitario de Mejoramiento Profesional del Magisterio (IUMPM) (s/f) Juan Pablo Bonet (1579 – 1633), es conocido como el inventor del método de lectura y escritura de la educación para ciegos, conocido como el sistema Braille. Castanedo (2001) reseña que a mediados del siglo XVII, el maestro español Jacobo Pereira (1715 – 1780), residente en Francia y amigo de Rousseau, se interesa por los sordomudos, enseña el lenguaje e inventa una sencilla máquina que permite hacer simples cálculos matemáticos. Caiceo (2009) recoge en sus escritos que solo a partir del siglo XVIII se considera a los discapacitados como seres humanos que pueden ser sujetos de la educación y no so lo blanco de burlas o de muerte. Agrega también como dato histórico que L. Abbé de L. Eppé creó en 1770 una escuela para sordo-mudos, Valentín Harny en 1784 utilizó letras en relieve para enseñarles a los ciegos y Samuel Hainecke inventó la técnica de labios para enseñar a leer a los sordo-mudos y en 1807 creó el primer establecimiento para preparar maestros en la educación de los mencionados deficientes. El portal Ideas Educativas (2009) refiere que el trabajo que realiza Johann Heinrich Pestalozzi (1746 – 1827), precursor de la pedagogía contemporánea, con niños huérfanos y mendigos muestra lo que podría considerarse el posible origen de la educación especial para niños con situaciones difíciles de adaptación social. Su dedicación a los pobres le mereció el título de educador social. El Grupo Editorial OCEANO (1997) reseña que en torno al año 1800, la existencia de personas “diferentes” resultaba nociva para el resto de la sociedad, por lo que un gran número de ellas eran “recluidas” y registradas. En este grupo se encontraban los llamados “idiotas” o “deficientes mentales”. Se les consideraba improductivos, peligrosos socialmente y para la familia era una penosa carga, un castigo divino, por lo que los ocultaban para que no llegaran a acarrear un problema social. Agrega este Grupo Editor que en Francia, a partir del debate abierto sobre los deberes del Estado en relación al tema de la asistencia a esta población, por una parte y el contraste entre la libertad y el respeto al hombre, se inició la gran reforma asilaria de la mano de Ph. Pinel (1745 – 1826) para abordar dicha problemática. Hasta esta época, el rechazo social fue la consecuencia de una etiqueta dada a quienes tenían una condición especial profunda, rechazo que recibían de la familia, de la sociedad en general y de las propias instituciones estatales. No obstante, se puede inferir Pedagogía Profesional Volumen 10, no. 2, abril -junio, 2012 ISSN 1684-5765 que las necesidades especiales más evidentes como las deficiencias auditivas, visuales, “deficiencias intelectuales leves” y condiciones menos comprometidas, fueron atendidas desde épocas muy remotas de la humanidad. Inicia una nueva etapa. A finales del siglo XVIII y comie nzos del XIX, como consecuencia de la entrada de la era científica, hay un cambio de concepción y tratamiento más humano de las personas con alguna malformación o impedimento, dichas personas pasan a ser consideradas como enfermas y es la medicina la que se va a encargar de ellas como pacientes, que debían ser curados para integrarse a la sociedad. En la medicina, desde el campo de la pediatría, psiquiatría, fisiología, neurología, nace la educación especial. Se habla entonces de: casos o pacientes clínicos, de intervención, o de cura como si fuera una “enfermedad”. Años más tarde, con el desarrollo de las ciencias pedagógicas, se amplía la visión al incluir en su fundamentación la pedagogía, la biología, la psicología y la sociología. Con la integración de estas disciplinas, educativas especiales y discapacidad psicopedagógica, con enfoque la atención a las personas con necesidades comenzó a abordarse desde una concepción multidisciplinario. A pesar de este enfoque, tanto los especialistas de la medicina como de las ciencias pedagógicas atendían el sujeto, cada uno desde su perspectiva y desde su propio espacio. No había una interrelación entre ellos. El francés Jean Marc Gaspard Itard (1774 – 1836), demuestra el valor de la educación, al adiestrar a un niño de aproximadamente 12 años de edad, quien fue encontrado en los bosques de Aveyron, en estado semisalvaje. Este niño conocido como “el niño lobo de Aveyron”, durante cinco años intensivos le enseña los rudimentos del lenguaje y de la conducta, con lo que demostró que el niño con deficiencia mental puede ser “educado”. Según Lledó, con Itard comienza un nuevo enfoque de comprensión e intervención en la llamada Institucionalización de la Educación Especial, que plantea las posibilidades de aprender de las personas consideradas deficientes. También aporta que Samuel Howe (1801 – 1876) orienta su trabajo profesional a la instrucción de niños sordos y ciegos. Destaca que su interés se centró también en los niños retrasados mentales, a los que educó separados de la escuela de invidentes. También reseña que Howe creo el Instituto Perkins en Massachussets. Ashwal (1990) refiere que Édouard Onesimus Séguin (1812 – 1880), discípulo de Itard, a los 25 años de edad, formula su propia filosofía para educar a los retardados, abre la escuela para niños con retardo mental en 1839, alcanzando un florecimiento tal que, fue Pedagogía Profesional Volumen 10, no. 2, abril -junio, 2012 ISSN 1684-5765 visitado por educadores franceses foráneos, los cuales quedaron impresionados con su método e incorporaron sus ideas en las escuelas para retardo en Europa. Se le reconoce por cuanto perfeccionó el método de entrenamiento sensorial de Itard. De acuerdo a lo que señala Castanedo (2001) la primera clasificación de Deficiencia Mental o Retraso Mental (RM) fue realizada por el psicopedagogo belga Ovide Decroly (1871- 1932). También elaboró métodos de enseñanza de la lecto-escritura. Fundó el Instituto Laico de Enseñanza Especial y la reconocida escuela “L´Ermitage” en Suiza. Agrega que en la misma época, el psicólogo suizo Édo uard Claparéde (1873 – 1940) inicia las primeras aulas especiales para Deficiencia Mental en las escuelas públicas suizas. Estos datos permiten inferir que, para esa época se comenzaban a dar pasos más firmes, respecto a la integración de las personas con alguna discapacidad o necesidad especial en las escuelas públicas. A comienzos del siglo XX, se despliega la escolaridad primaria en muchos países del mundo, convirtiéndose esta en obligatoria. Paralelamente surge el test de Binet-Simón, para diagnosticar y medir la inteligencia. Fue elaborado en Francia por Alfred Binet (1857 – 1911) y Henry Simon. Este test marca el comienzo de la pedagogía diferencial, y marca la diferencia en los sistemas educativos, donde se separan a los menos dotados y se crean clases especiales paralelas. En este orden de ideas, es necesario considerar que se dio un salto atrás, en independencia de lo benefactor o no de este test. Alrededor del mundo se da un impulso a la educación especial, pero nuevamente con el signo de la segregación, etiquetamiento, según lo que se reflejara en los test psicométricos. De la misma manera, comienzan a delimitarse más categorías, y como consecuencia delimitarse más escuelas especiales; dirigidas al retardo mental, las deficiencias visuales, deficiencias auditivas, y en algunos casos instituciones dirigidas a personas con impedimento físico-motor, entre otros. Una gran contribución a la educación especial, como lo señala Castanedo (2001), lo hace María Montessori (1870 – 1952) seguidora de Seguin, quien fundó la “Casa del Bambini”, la misma elaboró técnicas de entrenamiento sensorial aplicadas a la Deficiencia Mental y a niños marginados que vivían en los asilos de Roma. Por su parte Marianne Frostig creó el Método de Evaluación de la Percepción Visual, prueba psicológica que explora “la relación de los trastornos de la percepción visual con los problemas de aprendizaje y adaptación escolar, lesiones cerebrales y otros trastornos”. (2) Pedagogía Profesional Volumen 10, no. 2, abril -junio, 2012 ISSN 1684-5765 Se abren nuevos caminos. Caiceo (2009), registra que es Lewis en 1933 quien elabora el concepto de debilidad subcultural, el cual se debe, a su juicio, tanto a factores hereditarios, como a las condiciones educativas anormales. De esta forma, la Educación Especial se va fortaleciendo y legalizando. por ejemplo, en 1899 Inglaterra extiende la Así, obligatoriedad de la Enseñanza Primaria a los niños defectuosos y retrasados. Chile, no está al margen del surgimiento y desarrollo de esta especialidad y en 1852 se fundó una Escuela de Sordo-mudos en Santiago, la cual fue la primera en Sudamérica. Una concepción abre nuevos caminos a la educación especial y surge con lo propuesto por Lev. S. Vigotski (1896 - 1934) quien llama la atención acerca de la necesidad de lograr la máxima socialización y desarrollo posible de los niños con defectos, y que estos, además de sus limitaciones, poseen un caudal inapreciable de potencialidades para el desarrollo. Acerca de lo planteado por Vigotski, Bell (2008) comenta que el predominio de enfoques clínicos con respecto a la defectología, originó en la práctica pedagógica una amplia concentración del interés en el defecto. Agrega que “la acción pedagógica debe enrumbarse considerando el defecto pero ponderando la potencialidad”. (3) Con el enfoque histórico cultural de Vigotski, se enrumba una visión más humana del ser con necesidades especiales, ya no es el defecto lo único a considerar en estos sujetos. Es ver el defecto y las potencialidades que están presentes, partir de allí, para remediar y compensar la debilidad. Es la potencialidad de cada ser y la sociedad en conjunto como mediadora que pueden lograr nuevas oportunidades de vida para estas personas. Por otra parte, en el estudio de la educación especial, Castanedo (2001) indica que Alfred Strauss y Heinz Werner (1943), investigaron las bases neurológicas de las dificultades de aprendizaje, distinguiendo dos tipos de causas de la Deficiencia Mental: endógenas (intrínsecas); y exógenas (extrínsecas). También reseña que en la década de los cincuenta, surgieron varios programas centrados en la estimulación temprana de niños discapacitados o con alto riesgo, como el Head Stard, el Philadelphia Project y el Mother Child Home Program. Así también, es en 1963, que Samuel Kirk acuña el término de Discapacidad para el Aprendizaje. Hasta aquí, Castanedo acota que se denomina esta época histórica como la “era de las escuelas especiales”. A finales de los setenta y comienzos de los ochenta, la conceptúa como la “era de la integración escolar”, donde se inicia la escolarización conjunta o integrada de alumnos normales y discapacitados, con los de toda la educación. Pedagogía Profesional Esta Volumen 10, no. 2, abril -junio, 2012 revolución educativa, agrega, fue debida ISSN 1684-5765 al movimiento conocido como normalización (“mainstreaming”), surgido en los países escandinavos, movimiento que defendía la integración de los alumnos “excepcionales” en el aula ordinaria. Este movimiento fue iniciado por Nirje (1967, 1969, 1972) y Bank-Mikkelsen (1968, 1969, 1973, 1975,1980) en los países nórdicos, y por Wolfensberger (1971a; 1971b; 1972; 1983) en Canadá y los EE.UU. López (2006) indica que para el siglo XX, a partir de la década de los años 60 del pasado siglo toma un gran impulso el movimiento de la “escuela inclusiva”, “la escuela abierta a la diversidad y la integración escolar de niños con necesidades educativas especiales”.(4) Paula (2003) al hablar de la Educación Especial, del estudio científico y el tratamiento psicopedagógico de la infancia y adolescencia con alteraciones en su desarrollo apunta que han sido considerados termino lógica y conceptualmente, de manera diferente según los países y las épocas. A lo largo del tiempo se han utilizado términos referidos a la educación especial como: pedagogía curativa o pedagogía terapéutica, pedagogía de la discapacidad, pedagogía correctiva, pedagogía diferencial correctiva, ortopedagogía aplicada, psicodidáctica, pedagogía comprensiva, pedagogía particular, didáctica diferencial, psicopedagogía infantil correctiva, entre otros. La autora citada señala que Rosemblum encontró por primera vez en una publicación alemana el término “pedagogía curativa” (heilpädagogik). Dicha publicación corresponde a Georgen y Dainhart (1891). fundamento científico de la Moor (1976) refiere que el primer ensayo sobre el “pedagogía terapéutica” aparece en una obra del alemán Heinrichs (1931) en la que se deduce el concepto de “educación terapéutica”, de la integración y los conceptos “educación” y “terapia”. También agrega que Strauss (1936) es quien introduce en España el término “pedagogía terapéutica” con su obra “Introducción a la Pedagogía Terapéutica”. Zabollini (1973) introduce el término “pedagogía especial”, la cual es una ciencia que estudia las dificultades psíquicas, retardos o perturbaciones en el desarrollo biológico y psicosocial del niño y joven desde una perspectiva educativa y didáctica. A lo largo de la historia muchos son los términos utilizados para identificar a las personas con necesidades especiales, estos son: disminuidos físicos, psíquicos, inadaptados, lisiados, ciegos, mudos, oligofrénicos, psicópatas, minusválidos, niños anormales, atípicos, excepcionales, discapacitados, personas con discapacidad o necesidades especiales. Algunos de estos términos se evidencian en una definición presentada por la UNESCO, en la Conferencia Mundial realizada en París (1958), la cual dice: “La enseñanza especial es aquel sector de la pedagogía que engloba toda la enseñanza Pedagogía Profesional Volumen 10, no. 2, abril -junio, 2012 ISSN 1684-5765 general o profesional, destinada a los disminuidos físicos o mentales, a los inadaptados sociales y a toda otra categoría especial de niños” (5) En relación a la terminología usada para referirse a las personas, Paula (2003) indica que además de los términos mencionados anteriormente, se ha utilizado el término “Educación Especial” o la enseñanza de niños o niñas con necesidades educativas especiales (n.e.e.), para referirse al proceso educativo. Dentro de este concepto se incluyen no solo las personas con deficiencias, sino también aquellas personas con características excepcionales o superdotadas. El término n.e.e. tie ne su origen en los países anglosajones con el nombre de “Science of special education”. En este orden de ideas, el informe Warnock (1978) en Inglaterra dio origen en 1981 a la Ley sobre educación especial, este informe, dice Paula (2003) es pionero en la reconceptualización donde se potencian los componentes educativos curriculares e ignora otros ámbitos comportamentales del desarrollo personal y social, que deben ser abordados y contemplados, donde se propone la integración escolar y social de las perso nas con discapacidad de ese país. Las necesidades educativas especiales, considera Brennan, W.K. (1988:36, citado por Paula, 2003), evidencian una diferencia con respecto a la educación especial: las n.e.e. surgen cuando “una deficiencia (puede ser física, sensorial, intelectual, emocional, social o de cualquier combinación de éstas) afecta el aprendizaje de manera que hace necesarios algunos o todos los accesos especiales al currículo, especial o modificado, o a unas condiciones de aprendizaje especialmente adaptadas para que el alumnado sea educado adecuada y eficazmente. Su duración puede ser temporal o permanente y presentarse desde una forma leve hasta grave”.(6) López (1997:244, citado por Paula, 2003: 16), plantea que las n.e.e. se definen no solo en función de las características de las personas sino de acuerdo con los materiales y recursos que pueden necesitar para el logro de sus objetivos educativos. No queda, por tanto, reducido al alumnado con discapacidad psíquica o física, sino que aparece como una posibilidad abierta a todo tipo de alumnado que, de manera permanente o puntual, necesita ayuda o atención complementaria a la acción educativa. En la literatura revisada se encuentran diferentes causas que estarían relacionadas con la discapacidad o las necesidades especiales, algunas de estas causas son: defectos mentales o sensoriales, perturbaciones nerviosas o psíquicas, defectos corporales y psíquicos de la edad infantil, minusválidos, físicos y sensoriales, dificultades psíquicas, retardos o perturbaciones en el desarrollo biológico y psicosocial del niño y joven. Al respecto, Bell (2008) menciona que Vigotski señaló tres tipos fundamentales de defectos, de los cuales indicó el defecto o afección del Sistema Nervioso Central (SNC) Pedagogía Profesional Volumen 10, no. 2, abril -junio, 2012 ISSN 1684-5765 (deficiencia mental). El carácter más o menos estable de estos defectos, su irreversibilidad en muchos casos, conjuntamente con el desarrollo de novedosas técnicas para su estudio favoreció el avance y profundización en esta área. Gómez (1989), al referirse al término “necesidades especiales” y a la atención que requieren estas personas, adelanta una advertencia en la cual señala “el hecho de que sean personas diferentes no da pie a que sean igualadas con el rasero de la diferencia; también son diferentes entre sí (…)” (7) CONCLUSIÓN Considerando lo antes planteado, se evidencia que la educación especial ha pasado por cambios y transformaciones a lo largo del tiempo, tanto en su concepción como en los programas de atención. Desde el enfoque de atención clínico-asistencialista- segregacionista, pasando por lo clínico y psicopedagógico, pedagógico, desde el rechazo social a la inclusión social. Hoy, la educación especial está sustentada en los principios de normalización e inclusión en todo el sistema educati vo, escuelas y universidades abiertas a la diversidad, como otro de sus principios, cuyo fin es el desarrollo integral de las personas con necesidades educativas especiales o con discapacidad. Para esto, se debe entender que al hablar de “persona con necesidades especiales”, no se trata de una enfermedad, se trata de una condición y que esto no la limita; ya que, puede ser educado. Por tanto, hay que abrir las puertas de la oportunidad e igualdad, a partir de la familia, la escuela, la universidad. La inclusión social es un reto de todos. De igual manera se debe asumir con mayor compromiso la filosofía de la inclusión, y los principios de atención a la diversidad y la normalización. No es el defecto y la sociedad del rechazo, los que se deben unir para viabilizar las soluciones necesarias; es la potencialidad tanto de las personas con necesidades especiales, como las potencialidades de una sociedad educadora, cada vez más consciente y más sensible ante la necesidad de quien lo amerita, las que han de unir esfuerzos para lograr una sociedad más justa y equilibrada, que brinde igualdad de oportunidades para todos. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Pedagogía Profesional Volumen 10, no. 2, abril -junio, 2012 1. López Machín, Ramón (2006). Diversidad e igualdad de ISSN 1684-5765 oportunidades en la escuela. Selección de temas para los docentes. Editorial Pueblo y Educación. La Habana. Pág. 75 2. Castanedo, Celedonio (2001) Bases Psicopedagógicas de la Educación Especial. Evaluación e Intervención. Tercera Edición. Editorial CCS, Alcalá, Madrid. Pág. 18. 3. Bell Rodríguez, Rafael (2008). Educación vs. Exclusión. Editorial Pueblo y Educación, La Habana. Pág. 39. 4. 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