26 LA VANGUARDIA S O C I E D A D MARTES, 7 AGOSTO 2007 La Vía Láctea es “uno de los espectáculos más bellos que ofrece el cielo nocturno”, señala el astrónomo Ricard Casas, pero no es fácil de ver. Los próximos días, con luna nueva y la Vía Láctea en lo alto del cielo, ofrecen una ocasión óptima para disfrutarla MIQUEL MOLINA Motor de cambio Viaje al centro de la Vía Láctea L Un agujero negro gobierna la galaxia, escondido en su región más luminosa JOSEP CORBELLA Barcelona o que yo recomendaría en agosto a los aficionados a la astronomía es que busquen un lugar oscuro y disfruten de la Vía Láctea”, aconseja Ricard Casas, director del observatorio de la Agrupació Astronòmica de Sabadell. “Si tienen prismáticos o telescopio, les recomendaría que se dieran una vuelta por la zona de Sagitario, la dirección en la que se encuentra el centro L de la galaxia, y que después fueran subiendo sin prisas hacia el cenit”. La Vía Láctea, la galaxia en la que reside el Sol, formada por unos 200.000 millones de estrellas, es “uno de los espectáculos más bellos que ofrece el cielo nocturno”, señala Casas. Es una franja pálida que en agosto cruza toda la bóveda celeste de nordeste a sudoeste y que, vista con prismáticos o telescopio, se muestra como un polvillo de motas de luz, cada una de las cuales es un sol. Pero no es un espectáculo fácil de ver. Requiere oscuridad, paciencia para dar Usted está aquí de la ensaimada y mirar hacia arriba o hacia abajo, en una dirección en la que hay menos materia, y por lo tanto menos luz, antes de llegar al abismo intergaláctico. Lo más asombroso de la Vía Láctea se encuentra en la constelación de Sagitario, en una pequeña región del cielo situada junto a la estrella gigante roja Antares. En esa dirección, a una distancia de 26.000 años luz de la Tierra, los astrónomos han localizado el centro de la galaxia, donde hay tantas estrellas y tan cerca unas de otras que, si alguien pudiera vivir allí, no conocería la noche. Y en el El Sol se encuentra a unos 26.000 años luz del centro de la galaxia en el pequeño brazo Local, situado junto al gran brazo de Sagitario en la periferia de la galaxia, donde la densidad de estrellas es menor que en el núcleo central La galaxia de la Vía Láctea gira alrededor de un núcleo central luminoso en cuyo interior hay un agujero negro supermasivo Sol Vista lateral de la Vía Láctea Brazo de Perseo Brazo de Sagitario Los 200.000 millones de estrellas visibles de la galaxia se extienden sobre un espacio de unos 100.000 años luz de diámetro Sol (Brazo Local) CÓMO LOCALIZAR LA VÍA LÁCTEA EN EL CIELO CASIOPEA OSA MAYOR Polar CISNE Vega Triángulo del Verano Altair Júpiter Antares LA VANGUARDIA tiempo a que se dilaten las pupilas y una época del año propicia. En primavera la Vía Láctea se encuentra a poca altura sobre el horizonte, por lo que es difícil de apreciar. De agosto a enero cruza por lo alto del cielo y se muestra en todo su esplendor. Dado que el domingo por la noche habrá luna nueva, los próximos días –y especialmente el fin de semana– ofrecen una buena ocasión para verla. Para comprender qué es esta franja blanca del cielo, imaginen la Vía Láctea como una gran ensaimada, con un abultamiento en el centro y cuatro grandes brazos enrollados a su alrededor. El sistema solar se encuentra junto a uno de estos brazos, más o menos a medio camino entre el centro de la gran ensaimada y su borde exterior. Cuando uno observa la Vía Láctea, en realidad está mirando a través del plano de la galaxia, donde la luz acumulada de millones de estrellas demasiado lejanas para distinguirse una a una dibujan una franja clara en el cielo. Observar en cualquier otra dirección es como estar dentro centro de tanta luz, en el centro exacto de la Vía Láctea, han detectado un agujero negro supermasivo que gobierna desde las tinieblas todos los astros de la galaxia. Nadie puede vivir en aquella región. Las estrellas que pueblan el centro de la galaxia suelen ser gigantes que arden con rapidez y que agotan su combustible antes de que pueda surgir la vida junto a ellas. Incluso si llegan a formarse planetas a su alrededor, el intenso tráfico de estrellas que orbitan alrededor del agujero negro, con perturbaciones gravitatorias y colisiones entre ellas, impediría que en ningún lugar hubiera la calma necesaria para que prosperara la vida. Y si aun así en algún lugar hay algún planeta excepcional que consigue mantener una órbita estable junto a una estrella, las explosiones de estrellas moribundas esterilizarían su superficie cada veinte millones de años, según ha calculado Anthony Stark, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian de EE.UU. Aquí en la periferia de la galaxia no hay tanta acción pero por lo menos se puede vivir.c os vertiginosos cambios sociales se cobran a veces víctimas insospechadas. Por ejemplo, las locuciones, construcciones lingüísticas de origen incierto con las que definimos situaciones de la vida cotidiana. Algunas tienen un origen muy popular, como la expresión pagar los platos rotos, mientras que otras parecen haber sido acuñadas por las elites. Como la que nos sugiere que una ciudad, lo que necesita, es situarse en el mapa. Esa locución, que aún emplean los prohombres de ciudades medianas para justificar todo tipo de proyectos, evoca cómo Barcelona pasó en los 90 al primer plano internacional gracias a que el impulso de los Juegos coincidió con la eclosión de las low cost y el auge de la reserva por internet. Más oportunidad, imposible. Sin embargo, el éxito ha sido tal que muchos barceloneses ya no reconocen su propia ciudad. Así, no pocos vecinos, ahogados por el tsunami de turistas, se apuntarían ahora con entusiasmo a una expresión que es la opuesta a la anterior: borrarse del mapa, que se emplea, según el diccionario Larousse de locuciones, “cuando uno se ausenta precipitadamente de un lugar porque no se siente a gusto”. El caso es que, entre las ciudades que se reubican en el mapa y los vecinos que se borran de un sitio pero reaparecen en otro, empezamos a intuir una nueva revolución cartográfica de tanta envergadura como la que derivó de la caída del Muro. Se empieza a configurar una gran urbe, de límites discontinuos, que es el resultado de sumar los emplazamientos turísticos mejor ubicados en el mapa. En esta nueva metrópolis, Ciutat Vella ha dejado de lindar con el Eixample y se ha emparentado a todos los efectos con Notre-Dame, Piccadilly o Temple Bar. Nace una nueva ciudad. ¡Claro que la Rambla está irreconocible! Es que ya no forma parte de la ciudad geográfica. Por su procesión de barrigudos vestidos de futbolistas, por sus carteristas, por el culto al megapíxel, por referenciar a los brincos del Euribor el precio del botellín de agua, la Barcelona turística está más cerca del centro monumental de París o Londres que de las plácidas colinas de Horta. Todo cambio tieEL VERANO DE ne sus ventajas. La globalización cultulos generadores ral nos permite, por ejemplo, viajar sin parece diseñado por salir de casa, como escribía hace una seun urbanista: da mana Xavier Antich a propósito de cohesión al barrio haber podido comprar en Barcelona la obra completa de la francesa Fred Vargas. Y la globalización de los centros históricos debería servirnos para redescubrir los barrios y convertirlos en epicentro de nuestro ocio y de nuestra vida social. Valga otra locución, ésta acuñada en su día por el gremio de comerciantes: Al barri hi ha de tot (en el barrio hay de todo). Este proceso se ha iniciado ya en Sagrada Família o Guinardó. El dinamismo de ejes como Gaudí o el paseo Maragall ha recibido este año el sorprendente espaldarazo de las compañías de servicios y de las administraciones, que han prolongado la apuesta cultural del Grec con el festival de los generadores de verano. Porque estos aparatos capaces de reproducir fielmente el ruido de los aviones se han erigido en auténticos polos de centralidad, que es lo que reclaman los urbanistas para cohesionar las poblaciones. Y quien quiera ver ironía en este artículo, que vaya a la zona cero del apagón. Verá como alrededor de este nuevo mobiliario urbano han surgido estrechos lazos de solidaridad entre vecinos y comerciantes que hasta el pasado 23 de julio ni siquiera se saludaban. “¿Cuándo nos lo quitan?”, pregunta un vecino a otro. Unidos por la desgracia, diría la frase hecha.c mmolina@lavanguardia.es Intel retira un anuncio por racista y reconoce haber cometido un “grave error” BARCELONA. (Redacción.) – Un hombre blanco en pie y seis corredores negros en posición de salida para iniciar una carrera protagonizan el anuncio con el que Intel quería presentar el buen funcionamiento de su nuevo procesador Core 2 a través de una serie de “metáforas visuales”. Pero, lejos de dar protagonismo a la electrónica, esta publicidad está dando la vuelta al mundo al ser considerada racista. La ima- gen presentaba a seis afroamericanos agachados al lado de sus mesas de trabajo ante un feliz hombre de negocios blanco, acompañada del eslogan “Multiplique su rendimiento informático y maximice el poder de sus empleados”. La polémica estalló en la red e Intel no ha tardado en pedir disculpas y retirar la campaña en todos los medios. No obstante, la retirada no ha llegado a tiempo a dos publicacio- nes, que ya habían impreso las ediciones donde se puede ver el anuncio, aunque no se informó de cuáles son o en qué país se publican. En un comunicado, Intel reconoce que el uso de la imagen de seis corredores afroamericanos es “culturalmente insensible e insultante”. Además, el vicepresidente de marketing de Intel, Don MacDonald, asegura que utilizarán el “sentido común” la próxima vez.c Imagen del polémico anuncio retirado