Comunicado Provincial 25 feb 2015

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PROVINCIA ECLESIÁSTICA DE ACAPULCO
Comunicado de los obispos
25 de febrero de 2015
A las comunidades diocesanas
A los agentes de pastoral
A todos los hombres y mujeres de buena voluntad:
Día nacional de la familia
Desde el año 2005 se celebra cada primer domingo de marzo el Día de la Familia, haciendo eco a la
celebración del Día Internacional de la Familia promovido por la ONU, que se celebra el día 15 de
mayo. El interés por la familia es justo e indispensable por el lugar que ocupa en la construcción
saludable y armónica de la sociedad. Por esta razón, es importante recordar en esta ocasión la
necesidad de poner la atención de todos en esta que es reconocida como la célula de la sociedad.
La crisis que padecemos en México tiene una relación con la situación de las familias, tan afectadas
por problemas dolorosos como la pobreza extrema y la violencia, entre otros. Otros problemas como
la migración, el desempleo y la desigualdad agravan más las cosas. Si las familias no cuentan con las
condiciones necesarias para desarrollar su función social, se desmoronan y generan desequilibrios
que afectan a la sociedad misma. La familia es caja de resonancia de la sociedad y es un lugar
privilegiado donde esta se construye.
Para el mes de junio próximo, las diócesis de la Provincia de Acapulco haremos un análisis y una
reflexión sobre la situación de las familias en el estado de Guerrero, privilegiando en ellas la atención
a los jóvenes. La Iglesia católica en Guerrero siente en su carne el dolor de muchas familias que han
sido víctimas de diversas formas de violencia. No dejamos de sentir el pesar de las que han sufrido por
el asesinato o la desaparición de uno o más de sus miembros, las que han sido desplazadas,
extorsionadas o amenazadas. O las familias que sufren por efecto de las adiciones, del desempleo o
de la migración.
Como Iglesia católica, las diócesis de Guerrero queremos poner el Evangelio en el corazón de cada
familia y por eso nos proponemos acercarnos a ellas, privilegiando a las que más sufrimiento han
acumulado. Mediante proyectos pastorales y misioneros queremos fortalecer a las familias y sobre
todo, a los jóvenes para que puedan contribuir con su parte a sanar la sociedad y a mejorar la vida
para todos.
Sacerdotes más humanos
En esta semana nos hemos congregado en Acapulco un gran número de sacerdotes de las diócesis de
Tlapa, Chilpancingo Chilapa, Ciudad Altamirano y Acapulco para realizar nuestra semana anual de
estudios como parte del programa de formación permanente de los sacerdotes. Hemos reconocido
nuestras necesidades humanas y emocionales, lo mismo que nuestros recursos para gestionar nuestra
capacidad de responder a los contextos de conflictos y violencias.
Como seres humanos, reconocemos que somos tan vulnerables como todas las demás personas ante
los desafíos que vienen del contexto en el que vivimos. Reconocemos que, por las presiones o por el
estrés producido por tantas actividades pastorales, no estamos en condiciones de dar una atención
adecuada a cada persona, a cada familia y a cada comunidad. El clima social y político de esta región,
que ha manifestado situaciones de miedo, de impotencia y de enojo social nos desafía a ejercitar un
liderazgo sano y positivo.
Y por ellos, nos empeñamos en ser mejores seres humanos, mejores personas para servir a nuestra
comunidad. La formación permanente de los sacerdotes que hemos establecido en nuestra Provincia
Eclesiástica de Acapulco busca atender los problemas emocionales y psicosociales de los sacerdotes
para que estén en condiciones de ejercitar el ministerio de manera saludable y eficaz y de realizar su
liderazgo en las comunidades con mayor fruto.
Lamentamos la confrontación violenta en Acapulco
Los hechos violentos de la noche del martes pasado, que sucedieron a la confrontación entre la CETEG
y la policía federal, con un saldo de un muerto, nueve heridos y mas de un centenar de detenidos que
ya fueron dejados en libertad, han puesto de relieve las consecuencias de un proceso en el cual no se
han favorecido las condiciones necesarias para encontrar una solución justa mediante el diálogo.
Asuntos pendientes como la estabilidad laboral y la regularización de pagos a los docentes.
Lamentamos profundamente este hecho violento que se suma a un preocupante contexto de
inseguridad y violencia que ya nos hace difícil la convivencia y la armonía social. Lamentamos que
tengan que darse estas expresiones cuando no se valora la gran posibilidad que ofrece el diálogo bien
entendido y realizado. Ambas partes necesitan recapacitar para que no se repitan estos episodios que
siembran más zozobra en Acapulco y en todo el estado de Guerrero.
Hacemos un llamado a las partes confrontadas para que recuperen el camino del diálogo para
resolver los asuntos pendientes. Guerrero necesita señales de que podemos resolver los conflictos,
por más complicados que sean, de manera pacífica y digna. Y llamamos a las partes a modificar
aquellas actitudes que no permiten mirar más allá de sí mismas y que contemplen a un pueblo
necesitado de las capacidades del magisterio y de las autoridades. Hay que superar las actitudes de
rivalidad y de confrontación para buscar el entendimiento para que toda la sociedad sea beneficiada
con una convivencia pacífica y de progreso.
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