Becas Jarocho Cuántico 34 - Alef | Libera el conocimiento

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Suplemento Científico de La Jornada Veracruz ❉ Domingo 5 de enero de 2014
❉ Año 3
❉ Número 34 ❉ Coordinador: Manuel Martínez Morales
Tóxicos en
el hogar
Búscanos en
/eljarochocuantico
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E l J arocho C uántico n
5 DE ENERO DE 2014
Editorial
Tóxicos en el hogar
a organización no gubernamental Fronteras
Comunes ha preparado las guías ciudadanas
“Tóxicos en el hogar” para informar cómo afectan
a nuestra salud algunas de los cientos de sustancias sintéticas y metales pesados que se encuentran en los
productos que utilizamos diariamente, sin tener conciencia
de los riesgos asociados con ellos y del daño que pueden
causarnos.
Actualmente estas sustancias son un grave problema para
la salud y el ambiente ya que, entre muchos otros artículos,
están presentes en productos para la limpieza, el aseo personal, cosméticos, insecticidas o aparatos electrónicos. Algunos ejemplos son PVC, ftalatos, bisfenol A, retardantes de
flama, alquilfenoles, plomo, mercurio, triclosán, así como los
ingredientes activos de los insecticidas y de los productos
antiadherentes.
A diferencia de lo que ocurre en México, estas sustancias
se han estudiado desde hace mucho en otros países y, gracias a eso se han comprobado sus propiedades nocivas para
la salud humana, por lo que, en muchos países se ha prohibido el uso de algunos de estos agentes en los artículos de
uso cotidiano.
En contraste, en México los fabricantes de productos que
contienen sustancias tóxicas los comercializan libremente,
sin que, hasta el momento, las autoridades de los sectores
de salud y ambiente actúen para proteger a la población y al
ambiente de los graves riesgos asociados con dichas sustancias.
Tomando en cuenta la importancia del tema, la falta de
acciones oficiales al respecto y la escasa información sobre
este tema que está al alcance de la población, este número
de El Jarocho Cuántico está dedicado a identificar algunos
productos de consumo que tienen características tóxicas y
a presentar datos generales sobre los riesgos para la salud
humana de algunas de las sustancias que están en nuestros hogares ya que, mediante esta información básica, los
lectores podrán saber qué es lo que están usando y tomar
medidas que les permitan proteger su salud y la de su familia
eligiendo los productos más adecuados.
La edición de los documentos que aquí se resumen fue
apoyada por Oxfam Gran Bretaña; los documentos fueron
preparados por Marisa Jacott, Azucena Franco y Areli Carreón y revisados por Lilia América Albert en cuanto a su
contenido técnico. La versión original se puede encontrar en
las páginas: http://www.fronterascomunes.org.mx/toxicoshogar y http://www.fronterascomunes.org.mx/toxicoshogar2/
Marisa Jacott
Directora
Fronteras Comunes A.C.
El Jarocho Cuántico
Al son de la ciencia
Director
Tulio Moreno Alvarado
Subdirector
Leopoldo Gavito Nanson
Coordinador
Manuel Martínez Morales
Comité Editorial:
Carlos Vargas Madrazo
Valentina Martínez Valdés
Lorenzo M. Bozada Robles
Hipólito Rodríguez
Lilia América Albert
Edición
Mayra Licona Aguilar
Corrección
Armando Preciado Vargas
Correspondencia y colaboraciones: jcuantico@hotmail.com
facebook.com/ElJarochoCuantico
Introducción
Todos los días estamos expuestos a numerosas sustancias peligrosas que se encuentran en diversos productos de uso común, entre ellos, de limpieza, de aseo
personal, cosméticos, juguetes, insecticidas, telas, ropa, zapatos, joyería de fantasía, aparatos electrónicos, muebles y más.
Indudablemente, muchos de los artículos que hay en nuestras casas y que utilizamos a diario nos proporcionan comodidad en la vida cotidiana, pero un gran
número han sido fabricados con sustancias cuya inocuidad no se ha comprobado,
ni se ha evaluado si presentan un riesgo para la salud y el ambiente; de hecho,
muchas veces ni los fabricantes saben si son seguras; aún así, comercializan libremente los productos que las contienen afirmando que son indispensables para
la vida actual.
Aunque se calcula que una persona promedio puede estar diariamente en contacto con hasta 126 sustancias químicas, por lo común las personas no acostumbran leer las etiquetas de los productos que usan para enterarse de sus ingredientes ni se informan sobre los materiales con que se fabricaron los aparatos que
compra. Por lo mismo, en general, no saben si son seguros los materiales de los
que están hechos los artículos que utilizan.
A veces, para justificar la presencia de estas sustancias en los productos de
consumo se nos dice que están en muy pequeñas cantidades y que, por lo tanto,
no implican riesgos; sin embargo, por más pequeñas que sean estas cantidades
sí pueden dañar nuestra salud, lo que depende de cada sustancia y de las características de la persona, incluyendo edad, salud, estado fisiológico y exposición a
otras sustancias.
Sin que lo sepamos, en nuestro cuerpo tenemos cientos de sustancias sintéticas ya que algunas de las que se encuentran en productos, utensilios y aparatos
que utilizamos a diario pueden contaminarnos y afectar nuestra salud y la de toda
la familia.
Estas sustancias son actualmente un grave problema en todo el mundo; a su
acumulación en nuestro cuerpo se le llama “carga corporal”. Esta acumulación se
puede iniciar incluso antes de nacer, puesto que muchas de estas sustancias pueden atravesar la placenta y continúa aumentando a lo largo de nuestra vida.
La acumulación de numerosas sustancias sintéticas y metales pesados en el organismo humano puede causar problemas hormonales, de conducta, del sistema
inmunitario, cáncer u otros daños graves en la salud de los expuestos y su ambiente.
Entre los productos con los que estamos en contacto diariamente están: Shampoos, acondicionadores y sprays para el cabello, cremas y geles para peinarse,
perfumes, desodorantes, jabones, lápices de labios, cosméticos diversos, cremas
de afeitar, depiladores y pastas de dientes.
Además, en nuestra casa hay numerosas fuentes adicionales de sustancias
tóxicas. Por ejemplo, en la recámara pueden contener sustancias tóxicas los colchones, almohadas, sábanas y otros artículos de uso común que nos venden como
repelentes al agua, ácaros, polvo y fuego.
También contienen sustancias tóxicas casi todos los limpiadores, detergentes,
aromatizantes e insecticidas que se guardan en el cuarto de lavar. En la sala, los
aparatos electrónicos, cortinas y tapicería de los muebles pueden contener retardadores de flama, que son tóxicos.
En la cocina, no sólo hay muchos artículos a base de PVC, sino que también puede haberlos a base de policarbonatos y, durante el uso, ambos tipos de polímeros
liberan sustancias tóxicas. Por otra parte, muchos alimentos no industrializados
tienen residuos de plaguicidas, mientras los industrializados pueden tener sustancias que afectan el equilibrio hormonal de las personas expuestas.
Las sustancias con esta capacidad se conocen como disruptores endocrinos,
inductores endocrinos, hormonas ambientales o xenohormonas . Causan sus efectos a dosis muy bajas, en general muy inferiores a los límites de exposición considerados como seguro; para muchas de estas sustancias no existen límites legales y
los efectos de la mayoría están todavía en estudio.
Los niños y las mujeres embarazadas están en mayor riesgo por la exposición a
las sustancias tóxicas presentes en los productos de uso común. Los niños tienen
derecho a un medio ambiente seguro y saludable. En otros países existen regulaciones que protegen la seguridad y salud de niños y lactantes. Es indispensable garantizar que algunos productos, como los juguetes, sean seguros, ya que los niños
se los llevan a la boca, los muerden, los chupan y los ponen en el suelo y pueden
estar en contacto con agentes tóxicos que dañen su salud, tales como metales
pesados, sustancias cancerígenas o que alteran el equilibrio hormonal.
Ejemplo de estos problemas son los casos de cáncer que ahora ocurren en
gente muy joven, los problemas neurológicos, de aprendizaje y de conducta o los
trastornos hormonales y reproductivos, como infertilidad y bajo conteo espermático, que son cada día más comunes. Algunas de estas sustancias pueden pasar
de la madre al embrión y al feto a través de la placenta y, al bebé, a través de la
leche materna. Los productos en gestación y los bebés son los organismos más
vulnerables a las sustancias tóxicas.
Por lo tanto, es importante conocer cuáles problemas ambientales y de salud
están relacionados con la exposición a esas sustancias; Por eso es fundamental
que los consumidores conozcan los riesgos que hay en el uso de ciertos artículos
y productos, hagan conciencia de los riesgos a los que estamos expuestos a causa
de las sustancias tóxicas presentes en los artículos de consumo y decidan comprar productos seguros. También es importante que cuenten con información para
exigir que los fabricantes eliminen de sus productos las sustancias cuyos riesgos
para la salud se han reconocido ampliamente en otros países y las sustituyan por
sustancias inocuas.
5 DE ENERO DE 2014
1. PVC, el enemigo más común en casa
El plástico PVC (policloruro de vinilo), también
conocido como vinil o vinilo, está presente en
muchos momentos de nuestra vida cotidiana.
Por ejemplo, se puede encontrar en juguetes,
artículos para bebé, de cocina, empaques de
alimentos, bebidas, ropa, artículos de decoración y muchas cosas más.
Es un producto muy peligroso para la salud y
el ambiente, por lo que es importante aprender
a reconocerlo y, en lo posible, evitarlo.
Este producto es tóxico en todo su ciclo de
vida, desde la fabricación y el uso, hasta la disposición final; además, a causa de las sustancias tóxicas que contiene, no se puede reciclar
ya que una sola botella de PVC puede contaminar el reciclaje de 100 mil botellas de PET.
Cuando se fabrica, o se quema el PVC, libera unas sustancias muy tóxicas y persistentes,
llamadas dioxinas, que pueden causar cáncer,
defectos congénitos, o dañar los sistemas inmunitario y reproductivo.
Riesgos para la salud
y el medio ambiente
El PVC puede causar enfermedades como angiosarcoma del hígado, cáncer de pulmón, cáncer de
cerebro, linfoma, leucemia o cirrosis hepática en
los trabajadores expuestos y en la población que
reside cerca de las fábricas de PVC.
El PVC tiene aditivos tóxicos, como los ftalatos, que se le agregan para que los productos
fabricados con él sean flexibles y moldeables;
estos compuestos se pueden liberar con el uso
y afectar la salud de niños y adultos. Por ejemplo, los bebés se exponen a los ftalatos al chupar juguetes o mordederas de PVC.
El olor a nuevo de un carro o de una cortina
de baño, que dura en el aire aproximadamente
un mes, de los bolsos o de los recipientes de
limpieza y cocina, se deben a los ftalatos que
se han liberado del PVC ya que no forman parte
del polímero y se salen de él con facilidad; al
liberarse, una gran cantidad de ellos se va por
el drenaje y contaminan, así, las aguas subterráneas y el suelo.
¿Qué son los ftalatos?
Son sustancias sintéticas tóxicas, difíciles de
descomponer y bioacumulables; se utilizan
como agentes para flexibilizar el PVC y también
se encuentran en perfumes y cosméticos.
Riesgos para la salud
y el medio ambiente
Los ftalatos son agentes cancerígenos y alteran
el equilibrio hormonal. Afectan la reproducción, el
hígado y riñón. Pueden relacionarse con el asma
y provocar alergias, sobre todo, en bebés y niños.
¿Cómo nos podemos exponer?
Los ftalatos pueden entrar al organismo al respirar los gases que liberan los productos que los
contienen o al chupar esos productos.
El PVC también puede contener compuestos
organoestánicos, que son tóxicos por sí mismos.
¿Para qué se usan los
compuestos organoestánicos?
Estos compuestos se utilizan como catalizadores
y estabilizadores de polímeros, insecticidas, fungicidas, bactericidas y agentes anti-incrustantes.
Un compuesto organoestánico, el DBT (dibutilestaño) se utiliza en la producción del PVC.
Riesgos para la salud
y el medio ambiente
Estos compuestos son sustancias persistentes
que se acumulan en el organismo sin necesidad
de exponerse a grandes dosis. Son muy tóxicos
para los organismos marinos como larvas, mejillones, ostras y peces.
Afectan al hígado y los riñones y pueden poner en riesgo el aparato respiratorio, y los sistemas reproductivo e inmunitario. El TBT (tribu-
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tilestaño) ha sido prohibido en varios países a
causa de su impacto negativo en los moluscos
marinos y por su presencia en peces.
¿Cómo nos podemos exponer?
Una persona puede estar expuesta a los compuestos organoestánicos por las vías inhalatoria
y oral. Es importante asegurarse que no entren
en nuestra casa.
¿Qué productos
pueden contener PVC?
Los productos de la siguiente lista pueden contener PVC; sería recomendable que se empezaran a eliminar de las casas.
•
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Juguetes
Artículos para bebé: mordederas, chupones, biberones, bañeras, trastes
Artículos de limpieza: cubetas, tinas
Ropa y accesorios: bolsos y carteras, parches en
camisetas
Electrónicos: computadoras, celulares, MP3, reproductores de CD, DVD, cables, etc.
Cortinas de baño
Artículos de uso en la cocina: plástico para alimentos, envases
Tenis
Artículos escolares: mochilas, loncheras, estuches, etc.
Decoración: linóleos, persianas, ventanas, adhesivos, pinturas, selladores, alfombras
Materiales de uso médico: bolsas de suero y sangre para transfusiones, cánulas, guantes
Interiores plásticos en automóviles
Disolventes
Aceites lubricantes
Insecticidas
Cosméticos: shampoos, cremas de manos, esmaltes de uñas
Perfumes y limpiadores con fragancia
Tarjetas de crédito
Los compuestos organoestánicos se usan como:
Anti-incrustante para embarcaciones
Biocida en refrigeradores, destilerías, curtidurías
y textiles
Preservadores de madera
Fungicida en alfombras y suelos de PVC, resinas
Desinfectante: bactericida anti-moho
Estabilizador térmico en tuberías de PVC, paneles, recubrimientos en paredes, tapices, juguetes, pinturas
Plaguicidas
Bactericidas en zapatos, pañales
Productos de poliuretano
Guantes para limpieza del hogar
Papel plástico para recubrimiento de alimentos
Situación legal
La Unión Europea prohibió el uso de algunos
ftalatos en productos para bebés y niños. De la
misma manera, California fue el primer estado
de Estados Unidos que prohibió los ftalatos.
Desde finales de los años 90, Canadá tiene un
acuerdo voluntario con los industriales para que
no se usen algunos ftalatos.
En cuanto a los compuestos organoestánicos, debido a sus riesgos para la salud y el ambiente, en la Unión Europea se prohibió su uso
en embarcaciones, redes de pesca, productos
para bebés, juguetes infantiles y tratamiento de
aguas.
Sugerencias
•
Evite comprar, usar y desechar artículos que estén etiquetados con el “símbolo de
reciclaje” número 3, que corresponde a PVC,
vinil, o policloruro de vinilo.
•
Use recipientes de vidrio para guardar
los alimentos,
•
No caliente alimentos en recipientes de
plástico en el microondas,
•
Compre juguetes de madera o de tela.
•
Prefiera productos etiquetados “PVC
FREE” (libres de PVC).
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3. Retardantes de
flama bromados
2. El policarbonato y
su componente tóxico,
el bisfenol-A (BPA)
¿Qué es el policarbonato?
Es un polímero que contiene una sustancia sintética llamada bisfenol-A.
¿Qué es el bisfenol-A?
Es un aditivo que ayuda a darle rigidez al policarbonato, Además de los productos que están hechos con policarbonato, el bisfenol-A se encuentra en una
amplia gama de otros productos; por ejemplo, se utiliza en la fabricación de
recipientes, biberones, latas de fórmulas lácteas y resinas epóxicas; también se
emplea en selladores dentales, selladores para pintura y barniz, acabados de
construcción, adhesivos y discos compactos (CD), entre otros productos.
Riesgos para la salud y el medio ambiente
Con el uso, el bisfenol-A se va liberando de los materiales que lo contienen; esta
liberación aumenta al lavar o hervir los utensilios hechos con policarbonato.
La exposición al bisfenol-A se ha asociado con enfermedades como el cáncer
de pecho y de próstata, disfunciones del sistema inmunitario, diabetes, problemas
cardiovasculares, altas tasas de aborto, inicio temprano de la pubertad en niñas y
problemas de déficit de atención en niños. Los mayores riesgos para la salud son
para los organismos en desarrollo como fetos, niños y adolescentes.
El bisfenol-A puede atravesar la placenta contaminando al feto; también se acumula en el cordón umbilical y el líquido amniótico, y se elimina con la leche materna.
¿Cómo nos podemos exponer?
El bisfenol-A se desprende de los objetos que lo
contienen y se incorpora fácilmente a alimentos
y bebidas. La mayor exposición ocurre con la ingesta de alimentos que se han contaminado con
el que se desprende de los recipientes, contenedores y biberones de policarbonato, así como del
recubrimiento plástico de las latas de alimentos.
Los retardantes de flama bromados se acumulan en los tejidos
grasos, sangre, hígado, leche
materna y sangre del cordón
umbilical. Algunos, como los
éteres derivados del poli-bromobifenilo (PBDE), el tetrabromobisfenol-A (TBBPA) o el decaBDE, son muy tóxicos.
Pueden causar cáncer, daños neurológicos, sobre todo en
el feto, y afectar el crecimiento y
desarrollo humano, así como provocar defectos de nacimiento, daños en el hígado y riñones. Tienen
efectos hormonales y persisten en
el medio ambiente.
La siguiente lista le ayudará conocer cuáles
productos contienen policarbonato y bisfenol-A y a prescindir de ellos para proteger
su salud y el ambiente.
Productos a base
de policarbonato
Cocina: recubrimiento plástico de latas
de comida y tapones de botellas
Artículos para bebé: biberones, recipientes de alimentos, latas de fórmulas
lácteas
Resinas epoxi y adhesivos: en electrónica, laminados, tuberías de agua
Selladores: dentales y para pintura y
barniz
Electrónicos: CD, DVD, placas electrónicas
Adhesivos
Aparatos electrónicos
Automóviles
Protectores para deportes
•
•
•
•
•
•
•
•
Sugerencias
•
•
Evite comprar, usar y desechar
artículos a base de policarbonato,
sobre todo, utensilios de cocina,
juguetes y otros productos infantiles.
Se pueden identificar porque están
marcados con el “símbolo de reciclaje” etiquetado como número 7,
BPA, O, Otro u Other.
Como su nombre lo indica, los retardantes de flama bromados son
compuestos fabricados especialmente para evitar que un producto
se incendie con facilidad.
Riesgos para la salud
y el medio ambiente
¿En dónde se
pueden encontrar?
•
¿Qué son?
¿Cómo nos
podemos exponer
Situación legal
En 2008, el gobierno de Canadá concluyó que el bisfenolA puede alterar el equilibro
hormonal, afectando negativamente el metabolismo, la
reproducción y el desarrollo
embrionario y fetal, por lo que
prohibió su uso en biberones y
estableció límites para su presencia en los alimentos para
bebés. En otros países se han
tomado acciones similares.
Los retardantes de flama bromados se liberan con facilidad de los
productos que los contienen. Las
personas se pueden exponer a
ellos al olerlos o al ingerirlos con
los alimentos. Uno de los alimentos más contaminados con estas
sustancias es el pescado.
La principal exposición es por
vía oral, a través de la ingestión de
alimentos, También puede ser inhalatoria.
•
•
•
¿En dónde se
pueden encontrar?
Los retardantes de flama bromados se agregan a muchos productos, entre ellos, aparatos electrónicos, electrodomésticos, muebles, textiles, ropa, accesorios deportivos, colchones y almohadas,
alfombras y cueros, para que no
se incendien tan fácilmente.
En la siguiente lista se incluyen
productos que pueden contener
estos agentes. Su casa, sus cosas
y, sobre todo, su salud, no necesitan este tipo de tóxicos.
Electrónicos:
computadoras,
celulares, televisiones, reproductores de CD, DVD, MP3, etc.
Aparatos
eletrodomésticos
•
•
•
•
Artículos para decoración:
muebles, cortinas, tapices,
maderas, fibras sintéticas
Ropa: pijamas, chamarras, zapatos deportivos
Almohadas
Colchones
Situación legal
En la Unión Europea está prohibido el uso de algunos retardantes
de flama bromados; en especial,
los poli-bromo-bifenilos (PBB), los
éteres derivados del poli-bromodifenilo (PBDE) y los éteres derivados del penta y el octa bromo
difenilo (penta y octa BDE).
Sin embargo, en México los fabricantes aún no sustituyen estas
sustancias dañinas para la salud y
el ambiente por otros aditivos menos peligrosos.
Sugerencias
Evite comprar, usar y desechar productos que tengan retardantes de flama bromados.
Exija al fabricante que reciba los productos con estos aditivos
al final de su vida útil y los recicle.
Algunos productos vienen etiquetados como “libres de retardantes” o “free of BFRs”.
5 DE ENERO DE 2014
Los limpiadores para el hogar, entre ellos, detergentes de todo tipo, limpiadores multiusos y aromatizantes, pueden contener sustancias tóxicas como
ftalatos, alquilfenoles y almizcles sintéticos.
Los ftalatos ya se mencionaron en la sección sobre el PCV y son sumamente tóxicos. Los alquilfenoles se utilizan en la fabricación de detergentes.
¿Qué son los alquilfenoles?
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5. Cosméticos, perfumes y
artículos de higiene personal
Son compuestos que se utilizan en la fabricación de detergentes, jabones,
desmanchadores, cosméticos, shampoos, emulsificantes, humectantes y
dispersantes, tanto para usos industriales como domésticos. También se
utilizan como antioxidantes y estabilizantes del PVC.
Riesgos para la salud y el medio ambiente
4. Limpiadores para el hogar
Los alquilfenoles pueden alterar el sistema hormonal; atraviesan la placenta y se eliminan con la leche materna, alteran el sistema inmunitario y
pueden generar predisposición a las alergias.
Por su amplio uso en los detergentes, los nonilfenoles etoxilados contaminan las descargas de aguas residuales industriales y domésticas por lo
que pueden afectar suelo, agua dulce y mares. Se acumulan en los tejidos
de los peces y se biomagnifican en la cadena alimenticia.
¿Cómo nos podemos exponer?
La exposición a estas sustancias es, sobre todo, a través de la piel, debido
a su uso en cremas, shampoos, desodorantes y perfumes.
Nos podemos exponer a los alquilfenoles cuando utilizamos algún limpiador para la casa, lo olemos o está en contacto con nuestra piel, por donde se puede absorber. Las sustancias tóxicas que contienen los limpiadores
permanecen por algún tiempo en manos, alimentos y enseres domésticos.
La situación se complica cuando los limpiadores tienen “aroma” ya que,
en ese caso, seguramente contienen almizcles sintéticos.
Cuando se mezclan diferentes tipos de productos de limpieza aumenta
el riesgo de que haya daños para la salud, ya que se pueden generar
sustancias aún más tóxicas.
Además de dañar nuestra salud, las descargas domésticas al drenaje
dispersan los contaminantes más allá de nuestra casa, contaminan el ambiente y pueden afectar a sitios lejanos.
En el caso de bebés y niños el riesgo es mayor ya que, con frecuencia,
están más tiempo en contacto con el piso.
¿En dónde se pueden encontrarlos alquilfenoles?
En la siguiente lista se pueden identificar los artículos que pueden contener estas sustancias y que es importante dejar de usar en la vida diaria.
• Resinas
• Artículos y juguetes para niños
• Productos de limpieza industrial y doméstica: detergentes industriales,
líquidos para lavadoras de trastes y ropa, removedores de manchas, limpiadores en spray
• Artículos para el cuidado personal: jabones, shampoos
• Cosméticos
• Aditivos en pinturas de látex
• Fungicidas
• Tratamientos de acabado en cuero y textiles
• Espermaticidas
¿Cómo se pueden reconocer?
Los alquilfenoles no están etiquetados como tal. Se puede evitar la exposición
a ellos comprando productos de limpieza e higiene personal que sean biodegradables y “orgánicos”, así como utensilios de plástico que no sean a base de
PVC.
De preferencia, no compre artículos que señalen que tienen poder fungicida como una característica adicional. Es mejor comprar productos más
sencillos y naturales.
¿En dónde se pueden encontrar
los almizcles sintéticos?
• Productos para la higiene personal: shampoos, acondicionadores, desodorantes, cremas, jabones líquidos para el cuerpo
• Cosméticos
• Perfumes, lociones, fragancias
• Aromatizantes: ambientadores e inciensos
• Limpiadores con fragancia
• Detergentes para ropa y cocina
Estos productos pueden contener
sustancias como almizcles sintéticos, ftalatos, compuestos organoestánicos y alquilfenoles que son dañinos para la salud.
¿Cómo nos
podemos exponer?
Estas sustancias se usan en shampoos, acondicionadores para cabello, cremas, colonias, lociones para
después de afeitar y muchos otros
productos de higiene personal. Oler
o aplicar estos productos de cuidado
personal a la piel es suficiente para
que los agentes tóxicos que contienen penetren a nuestro cuerpo.
En la siguiente lista se presentan
algunas sustancias que se deben
evitar en los productos de belleza y
que, generalmente, sí aparecen en
las etiquetas:
Avobenzona. Bloqueador sintético que es un posible que tenga efectos hormonales.
DMDM hidantoína. Conservador
que puede irritar la piel.
Dimeticona. Derivado de silicona
que crea una película grasa sobre la
piel y puede obstruir los poros.
Aceite mineral. Parafinas. Petrolato. Polibuteno. Estos son subproductos procedentes del petróleo que
pueden contener impurezas potencialmente dañinas.
Parabenos. Conservadores sintéticos que se piensa que pueden tener efectos hormonales.
PEG/PPG. Potente limpiador que
contiene impurezas que pueden producir cáncer.
Propilénglicol. Conservador que
puede irritar la piel.
Lauril sulfato de sodio (SLS por
sus siglas en inglés). Potente limpiador que puede irritar la piel o dañarla; es la base de numerosos detergentes.
Sugerencias
Situación legal
Entre los más usados de estos
aromatizantes están el almizcle xileno y el almizcle cetona;
al respecto, la Unión Europea
emitió recomendaciones para la
reducción de estas sustancias
en los cosméticos.
• Para limpiar es suficiente
con agua, jabón, vinagre y
bicarbonato.
• No use limpiadores sintéticos;
no confunda una casa con aroma a “esencias florales” con
una casa limpia.
• Elimine las fuentes de mal olor.
Almizcles
sintéticos
¿Qué son?
Son esencias que se añaden a
los productos de cuidado personal
y limpieza doméstica, por ejemplo, detergentes para ropa, jabones líquidos, cremas de manos y
perfumes, para conferirles un olor
agradable. También se utilizan en
ambientadores, inciensos y en algunos herbicidas.
Riesgos para la salud
y el medio ambiente
Algunos almizcles se concentran
en el tejido adiposo, sangre y leche materna. Son persistentes y
se bioacumulan; pueden causar
alteraciones reproductivas y del
desarrollo y generar un riesgo de
cáncer, aumentando, en algunos
casos, la sensibilidad hacia otras
sustancias cancerígenas. Afectan
a los organismos acuáticos.
¿Cómo nos
podemos exponer?
La exposición es a través de la piel o
por inhalación.
Situación legal
En México no está regulado el uso
de estos compuestos y los fabricantes de cosméticos y artículos
de higiene personal pueden utilizarlos sin restricciones.
Sugerencias
•
•
•
•
Prefiera productos naturales que no dañen su salud.
Es recomendable que se evite el contacto con artículos que contengan fragancias, sobre todo, de mujeres embarazadas, bebés y adolescentes.
Revise la lista de los productos de belleza y cuidado personal que
utilizan usted y su familia para que elija opciones más seguras.
Algunas compañías etiquetan sus productos como “libres de parabenos” (paraben-free), prefiéralos.
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6. Contaminantes
Orgánicos Persistentes
Los contaminantes orgánicos persistentes (COP) son sustancias altamente
tóxicas para la salud y el medio ambiente. Pertenecen a este grupo algunos plaguicidas, las sustancias de uso industrial llamadas policlorobifenilos
(PCB) y otras sustancias como dioxinas y furanos que se forman de manera natural durante la incineración de productos que contienen cloro.
Riesgos para la salud y el ambiente
Los COP se acumulan en la grasa humana y de los animales, traspasan la
placenta y se encuentran en la leche materna, por lo que la vía más común
para que entren a nuestro cuerpo es por ingestión de alimentos contaminados con ellos.
También se genera contaminación por COP cuando se utilizan plaguicidas persistentes, cuando se incineran productos clorados, o durante la
fabricación del PVC.
Como resultado del elevado potencial contaminante de los COP, los habitantes del Ártico y los animales característicos de esta zona están contaminados con estas sustancias, a pesar de que en ella no existe producción
ni uso de estos compuestos.
Además de ser contaminantes especialmente peligrosos, los COP tienen efectos adversos sobre el equilibrio hormonal y son posibles detonadores de cáncer.
¿En dónde se pueden encontrar los COP?
•
•
•
•
•
•
•
Shampoos antipiojos que contengan lindano
Alimentos ricos en grasa, como carnes rojas y blancas, productos lácteos y huevos
Plaguicidas: aldrín, clordano, dieldrín, DDT, endrín, heptacloro, hexaclorobenceno, toxafeno y endosulfán
Subproductos no intencionales de procesos industriales y de la incineración: dioxinas y furanos
Retardantes de flama bromados: PBDE y hexabromobifenilo
Surfactantes y anti-adherentes: perfluorooctosulfonatos (PFOS).
Revisar la lista anterior le permitirá empezar a eliminarlos de su casa;
con ello, evitará problemas graves de salud y contribuirá a proteger el
ambiente
¿Cómo se pueden reconocer?
Los contaminantes orgánicos persistentes sólo se detectan en el laboratorio.
Sin embargo, la ingesta de COP disminuirá si se consumen alimentos “orgánicos”, que hayan sido obtenidos sin plaguicidas y que tengan poca grasa.
Sugerencias
•
•
•
•
Evite usar plaguicidas, existen métodos eficaces para el control biológico de las plagas
No compre productos a base de PVC
No queme la basura, ya que los productos no desaparecen al quemarlos, sino que, con mucha frecuencia, se transforman en sustancias
más tóxicas
Reduzca el consumo de grasa en carnes y productos lácteos. Si es
posible, consuma carne, frutas y verduras “orgánicas”; de este modo
evita ingerir residuos de plaguicidas.
7. El plomo:
La importancia de evitarlo
¿Qué es el plomo?
Es un metal pesado que se extrae
por minería y, también, por reciclaje
de productos que lo contienen, como
las baterías de plomo-ácido. Se utiliza
ampliamente en la industria y se emite al ambiente como resultado de las
actividades minero-metalúrgicas, manufactureras y en las que se queman
combustibles fósiles.
El plomo se moviliza a grandes distancias con los vientos y las aguas y se
deposita en el suelo y polvo, en donde
puede persistir por mucho tiempo, ya
que no es degradable.
¿Cómo nos
podemos exponer?
Cuando se remodela una casa, o por
el deterioro de la pintura al paso del
tiempo se desprenden trozos de pintura seca que contienen plomo, los niños
se pueden exponer al plomo al ingerir
estos trozos; además, se pueden exponer chupando objetos pintados con
pintura con plomo, tragando polvo o tierra contaminados con plomo, comiendo
alimentos que hayan sido cocinados en
utensilios de barro vidriados con barniz
a base de plomo o al vivir cerca de instalaciones en donde se fabrican o reciclan baterías de plomo-ácido. También
pueden comer dulces contaminados
con plomo, como algunos productos
con chile y tamarindo.
Riesgos para la salud
Los niños son más sensibles a la intoxicación con plomo que los adultos.
Un niño que ingiere cantidades altas
de plomo puede desarrollar anemia y
sufrir fuertes dolores de estómago, debilidad muscular y daño cerebral. Si un
niño está expuesto por mucho tiempo a
cantidades bajas de plomo, los efectos
sobre el sistema nervioso serán diferentes, pero se afectará su desarrollo
mental y físico, inclusive si los niveles
de plomo a los que está expuesto son
muy bajos. Se calcula que el 13 % de
los casos de retraso mental leve en la
infancia tienen su origen en un aumento
de la concentración de plomo en el organismo del niño.
Según la Organización Mundial de la
Salud, 120 millones de personas están
sobreexpuestas al plomo, lo que equivale, aproximadamente, a tres veces las
personas infectadas con VIH/Sida; el 99
% de las personas con mayor afectación
se encuentran en países en desarrollo.
Una mala alimentación puede aumentar los daños que causa la exposición al plomo.
Los trabajadores que manejan este
metal o sus derivados tienen un alto
riesgo de exposición al plomo y, por
lo tanto, de un daño a su salud, por
lo que es importante que se informen
sobre los riesgos de su trabajo y se
protejan de ellos.
La familia de estos trabajadores también se puede contaminar a través del
polvo que se quedó en la ropa o zapatos del trabajador y que contiene plomo. El polvo con plomo también puede
quedarse en el carro, los muebles, las
alfombras.
Sugerencias
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Compre productos libres de plomo.
Evite las fuentes de exposición a
plomo.
No permita que los niños chupen
objetos que pueden tener plomo o
que pongan la boca en superficies
que puedan haber sido pintadas
con pintura a base de plomo.
Lave frecuentemente con agua y jabón las manos y cara de los niños.
Lave frecuentemente con agua y
jabón los juguetes y chupones de
los niños.
Limpie la casa a menudo para eliminar el polvo y la tierra que pudieran estar contaminados con plomo.
Si es posible, evite tener alfombras
o tapetes.
Coma pollo, nueces, vegetales de
hojas verdes, frutas cítricas y frijoles que son ricos en calcio, hierro
y vitamina C y ayudan a reducir la
absorción de plomo.
Si usted es un trabajador y está expuesto al plomo:
Utilice el equipo de protección necesario,
Lávese las manos antes de llevarse
algo a la boca
Proteja a tu familia quitándose los
zapatos al entrar a casa y dándose
un baño; además,
Asegúrese que su ropa se lave por
separado.
Situación legal
Estados Unidos prohibió las pinturas
con plomo en 1997; México aún no lo
hace. Casi toda la loza de barro que
utilizamos en el país contiene plomo
por falta de control en el barniz que se
usa para el vidriado. Tampoco hay una
norma que proteja a los trabajadores
de la exposición al plomo, por ejemplo, durante el reciclaje de baterías
plomo-ácido.
México debe prohibir que se fabriquen o importen productos de consumo
que contengan plomo, así como proteger a las comunidades de la contaminación por plomo debida a diversos procesos industriales y artesanales.
5 DE ENERO DE 2014
8. El mercurio:
Otro metal enemigo de la salud
¿Qué es el mercurio?
Es un metal líquido de color plateado que tiene varias formas químicas. Su derivado
orgánico más tóxico es el metilmercurio. En cualquiera de sus formas puede causar problemas de salud y contaminar el ambiente. Lo contienen varios productos y
algunos pescados pueden estar contaminados con él.
¿En qué se usa?
Se utiliza en termómetros, instrumentos médicos como algunos que miden la presión
arterial, tratamientos dentales como amalgamas, focos fluorescentes, pilas y baterías.
También pueden contener mercurio otros productos como joyería de fantasía,
focos y muchas cosas más.
¿Cómo llega al ambiente?
La liberación de mercurio al ambiente se debe principalmente a actividades industriales en las que se utilizan carbón o petróleo, como las carboeléctricas, hornos
cementeros y plantas de extracción y refinación de minerales metálicos; también
puede liberarse durante el proceso industrial llamado de cloro-sosa si en él se usan
electrodos de mercurio sin membrana protectora, en la incineración de basura y de
residuos peligrosos, en la fabricación y desecho de focos ahorradores, lámparas
incandescentes y papel, así como en la extracción de oro por el método de amalgamación. El mercurio también se libera al ambiente durante los incendios forestales
y a causa de la actividad volcánica.
Cuando el mercurio metálico se libera al ambiente, se evapora y, en esta forma,
puede viajar grandes distancias con las corrientes de aire antes de regresar a la
tierra. Al tener contacto con los microorganismos del suelo y el agua, el mercurio es
transformado en metilmercurio. Éste es un derivado mucho más tóxico, que puede
traspasar la placenta y eliminarse con la leche materna, afectando a los bebés.
Riesgos para la salud y el ambiente
El mercurio es tóxico inclusive en dosis muy bajas y puede causar daños neurológicos y renales irreversibles; daña el cerebro y puede causar problemas graves
de aprendizaje.
Es muy peligroso, por lo que no deben tirarse a la basura común el metal mismo,
ni los productos que lo contienen.
¿Cómo nos podemos exponer?
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eliminen el pescado de su dieta, ya que aporta proteína de alta calidad, es bajo en
grasas saturadas y contiene ácidos grasos omega-3 que son esenciales para la
nutrición y el desarrollo cognitivo.
Se puede inhalar aire contaminado con mercurio si se vive cerca de alguna industria que lo utilice. En casa, cuando se rompe un termómetro, se libera mercurio,
el cual se volatiliza rápidamente y puede ser absorbido por las personas.
La exposición a altos niveles de metilmercurio, o a bajas concentraciones, pero
por un tiempo prolongado, puede dañar de manera irreversible el cerebro, los riñones y el sistema cardiovascular.
Algunas cremas, jabones, lociones para aclarar la piel o quitar manchas tienen mercurio. También se han encontrado compuestos de mercurio en maquillaje para ojos, a
los que se agrega por su actividad fungicida para que los productos duren más.
En un estudio realizado por el Centro de Análisis y Acción sobre Tóxicos y sus
Alternativas (CAATA), miembro de IPEN, se encontró mercurio en varios productos
para aclarar la piel vendidos en México.
Situación legal
La comprobación de los daños para la salud que causa el mercurio ha llevado a
varios gobiernos a tomar medidas para controlar las actividades en las que se
libera este metal. Como resultado, en varios países ya se está sustituyendo su uso
en diversos aparatos médicos y se están fabricando productos libres de mercurio,
como las pilas alcalinas. La tecnología LED, sin mercurio, para lámparas eficientes,
es todavía de uso limitado.
En octubre del 2013 se firmó en Japón un convenio internacional obligatorio,
llamado Convenio de Minamata, para controlar la contaminación del mercurio a
nivel mundial. Este Convenio incluye el control y la sustitución de los productos
que contienen mercurio, como pinturas, cremas, termómetros y amalgamas. México participó en las negociaciones para aprobar este Convenio y lo firmó, aunque
todavía debe ratificarlo.
Por su parte, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios
(Cofepris), de la Secretaría de Salud, declaró que iniciaría un diagnóstico para conocer cuántos aparatos con mercurio hay en todos sus centros de salud y hospitales, así como en los del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de
Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y los del sector privado, con el fin de: (1)
reducir el uso de mercurio en áreas de atención médica, paramédica y de investigación y, como medida de protección contra riesgos a la salud, (2) lograr el retiro de
equipos médicos que utilicen mercurio.
La Secretaría de Salud del Gobierno del Distrito Federal, el Instituto de Salud
del Estado de México, el Instituto Nacional de Pediatría, el Hospital Infantil Federico
Gómez, y algunos otros institutos de salud, ya no compran termómetros corporales
ni aparatos para medir la presión arterial con mercurio, y tampoco aplican amalgamas dentales con mercurio gracias a las
actividades de organizaciones como Salud
Sin Daño y la Iniciativa Global Conjunta con
la Organización Mundial de La Salud.
Es lamentable, que a nivel federal, México
todavía no tenga avances importantes en el • Pida a su dentista que ya no
utilice mercurio en tus tratadiseño de una política pública libre de mermientos dentales
curio, ejemplo de ello es que la Secretaría
de Salud no ha iniciado compras libres de • Compre termómetros y baumercurio. Sin embargo, es de esperarse que
manómetros digitales, ya
esta situación cambie cuando el país ratifique no tienen mercurio.
que el Convenio de Minamata que ya firmó
en octubre pasado.
Sugerencias
El mercurio y sus compuestos se utilizan o se generan en los procesos industriales
antes mencionados y se encuentran en varios productos. Las personas se pueden
exponer al tener contacto directo con el mercurio y sus derivados o al comer pescado que los contenga.
Los más vulnerables al mercurio son los fetos, a los que llega el mercurio a
través de la placenta de la madre, los bebés que se exponen a través de la leche
materna y los niños, cuyo organismo se encuentra en desarrollo.
Las mujeres embarazadas y en lactancia deben reducir su ingesta de pescado
y no consumir tiburón, pez espada, sierra ni atún. Sin embargo, se sugiere que no
9. Contra las sustancias tóxicas:
Consumo responsable
¿Es posible reducir nuestra expo- Algunas sugerencias
sición a los “cocteles químicos”? Si es posible, prefiera consumir alimentos “orgáni¡Claro! Se debe hacer compras razonadas y, desde
luego, leer siempre con cuidado las etiquetas de lo
que se compra.
Es importante aprender a leer las etiquetas, acostumbrarse a revisar la lista de ingredientes de los productos que se adquieren, ya sean productos de belleza, de limpieza para el hogar, o alimentos.
Para reducir y, en muchos casos, evitar la exposición a sustancias innecesarias y peligrosas, es mejor
elegir soluciones caseras y productos con pocos ingredientes.
Otro punto importante es revisar siempre la fecha
de caducidad del producto. Los productos que duran
más pueden contener más aditivos para preservar
artificialmente sus propiedades. Por eso, es preferible
comprar productos con una vida de anaquel más corta, ya que tienen menos aditivos.
Hay formas tradicionales de conservación de los
alimentos como las salmueras, conservas, almíbares,
o el salado y secado, que preservan los alimentos por
mucho tiempo, sin necesidad de agregarles conservadores sintéticos
n E l J arocho C uántico
cos” ya que para producir estos alimentos se evita
el uso de productos sintéticos como fertilizantes,
insecticidas, herbicidas, hormonas o reguladores
del crecimiento en plantas y animales, así como,
organismos genéticamente modificados, aguas residuales, edulcorantes y conservadores sintéticos
en los productos industrializados. Su objetivo es
obtener alimentos sanos, libres de contaminantes
y de alta calidad nutritiva. Por lo tanto, estos alimentos NO contienen residuos de fertilizantes sintéticos y plaguicidas. Las sustancias que se usan
para acelerar el crecimiento de plantas y animales,
o para controlar sus plagas son dañinas para el
medio ambiente y para los consumidores de los
alimentos tratados con ellas.
Si se prefieren los alimentos “orgánicos” también se
evita el consumo de alimentos transgénicos; es decir,
seres vivos a los que, mediante ingeniería genética,
se les han agregado uno o más genes de plantas o
animales para dotarlos de algunas propiedades útiles
para el comercio.
Las carnes, huevos y lácteos “orgánicos” tampoco
tienen residuos de hormonas de crecimiento. Aunque
estos alimentos son algo más caros, pueden ser más
seguros para la salud y evitar daños a largo plazo para
la salud como resultado del consumo frecuente de alimentos contaminados.
Evite los alimentos con perfumes, colorantes y sabores artificiales; no son indispensables y, en cambio,
es posible que, a la larga, sean peligrosos para la salud. No se deje convencer por un olor agradable, un
color brillante o un sabor fuerte, que la mayor parte de
las veces se obtienen mediante sustancias sintéticas
que el organismo no necesita y que frecuentemente
son dañinas.
Prefiera los productos naturales. En nuestros mercados hay una infinidad de opciones más naturales,
frescas y saludables para la alimentación, el cuidado
personal y la limpieza del hogar.
Recuerde lo que hacían su mamá o su abuelita
y rescate nuestra tradición. En nuestras familias hay
un enorme acervo de conocimientos sobre cómo limpiar el cuerpo y cuidarlo; cómo preparar y conservar
nuestros alimentos y cómo curarnos de enfermedades
sencillas sin tantos medicamentos. Ponga en práctica
recetas naturales que, con frecuencia, son muy eficientes, baratas y, sin duda, no son dañinas.
Busque y prefiera productos de uso cotidiano no
tóxicos y biodegradables. En nuestro país aún no es
obligatorio que la industria evite el uso de sustancias
peligrosas, pero algunas empresas responsables ya
ofrecen productos que no las contienen y que vale la
pena comprar.
E l J arocho c uántico n
5 DE ENERO DE 2014
10. Sustancias químicas
A diferencia de lo que ocurre en
otros países, en México las empresas que fabrican o importan sustancias químicas no están obligadas a
realizar pruebas estrictas de seguridad antes de que sus productos entren al mercado, lo que es necesario
para proteger la salud humana y el
medio ambiente.
Por esto, es necesario que en nuestro país se pongan en marcha estrategias de seguridad para que la industria química introduzca productos que sean más seguros durante
todo el ciclo de vida; es decir, desde
los procesos de diseño, producción
y uso, hasta su desecho, además
de cumplir con medidas de protección al ambiente, cómo se hace en
otros países, lo que permite reducir
las emisiones contaminantes, la generación de residuos peligrosos y el
gasto energético.
Situación legal
Para proteger la salud de sus ciudadanos, en el 2006 la Unión Europea prohibió el uso de más de
400 sustancias tóxicas o potencialmente peligrosas en productos electrónicos y artículos para
el cuidado personal. En Canadá y
algunos lugares de Estados Unidos la legislación sobre sustancias químicas se está haciendo
más estricta y cambiando hacia
un enfoque preventivo, mientras
en México todavía no pasa nada.
Sugerencias
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Lea cuidadosamente las etiquetas de los productos que compra
Prefiera productos que no pongan en riesgo su salud y el ambiente
Exija a las empresas, la Secretaría de Salud, la Secretaría de Medio Ambiente y los políticos que nos garanticen que sean seguros
los productos de consumo disponibles en el país.
Apoye a los grupos que luchan para que en México haya una legislación que prohíba las sustancias tóxicas en los productos de
consumo como ya se hace en los países europeos, Canadá y Estados Unidos
Los fabricantes deben ser responsables y asegurar que:
Sus productos no contengan sustancias tóxicas,
Las etiquetas especifiquen las sustancias presentes en sus artículos
Existan sistemas de recolección de sus productos electrónicos al
final de su vida útil, así como responsabilizarse de que no se incineren para que no se genere mayor contaminación.
A este tipo de políticas industriales se le conoce como “Responsabilidad Extendida del Productor”.
¡Es importante que limpie su casa de tóxicos!
Las pinturas para la casa, los objetos de cerámica, barro y juguetes, pueden contener plomo, lo mismo que lápices de labios y veladoras. Las fábricas con procesos que utilizan este metal, contaminan. Adquiera pinturas y productos sin plomo. Infórmese sobre
las emisiones y desechos de las industrias que estén cerca de su
hogar.
Los limpiadores de uso doméstico e industrial, pinturas, barnices,
lacas, plásticos, adhesivos, sustancias para lavado en seco y plaguicidas contienen disolventes tóxicos como xileno, tolueno o benceno, los que también se pueden encontrar en protectores para
telas. Es mejor limpiar con agua, jabón y vinagre.
Algunas amalgamas, pilas, baterías y focos fluorescentes pueden
contener mercurio. Cuando se rompen los termómetros de mercurio lo liberan y puede afectar su salud y ambiente. El metil mercurio
está presente en alimentos de origen marino como el atún y otros
peces. Prefiera termómetros que no sean de mercurio; compre otro
tipo de focos.
Los platos, vasos, charolas desechables, así como los recipientes
de comida rápida, carne y huevo son de propileno, mejor conocido
como “unicel”. Calentar en ellos es peligroso. ¡Evítelos! Están marcados con el símbolo de reciclaje
Algunos ejemplos son:
PRECAUCIONES:
NO SE DEJE AL ALCANCE DE LOS NIÑOS.
Evite el contacto con los ojos, membranas
mucosas y v piel. Este producto contiene sustancias tóxicas cuya ingestión o inhalación
puede originar graves daños a la salud. Aleje
la cara cuando mezcle el producto. En caso
de contacto con la piel o con los ojos, enjuague con mucha agua y llame al médico.
PRECAUCIONES:
MANTENGASE FUERA DEL ALCANCE DE LOS NIÑOS.
Este producto puede provocar fuego si entra en contacto con
materiales combustibles. En caso de piel sensible se recomienda usar guantes. No mezcle con
cloro. Disuelva el producto en recipientes abiertos, limpios y que no hayan
contenido otros productos. No use atomizadores. Evite el contacto con los
ojos, membranas mucosas y el contacto
prolongado con la piel. En caso de contacto con la piel o con los ojos, enjuague
con mucha agua y llame al médico.
Limpiadores de polvo (conocidos como atrapa polvo)
PRECAUCIONES:
No los deje al alcance de los niños, personas discapacitadas o mascotas. Este envase. lleno o vacío, debe mantenerse alejado del fuego y de las instalaciones eléctricas y
evitar su exposición al calor.
Puede irritar los ojos y la piel. No los aplique cerca de los
ojos. Almacénelos en lugar fresco y lejos de alimentos, utensilios de cocina y ropa.
11. ¿Lee las advertencias que traen
en la etiqueta los productos que usa?
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Bibliografía
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2004.
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