xv' EL CONFLICTO DE LEYES EN MATERIA DE PRUEBAS EN EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO* SUMARIO: 1. Objeto y ámbito de la investigación (Area del Caribe). - 2. Colombia. 3. Costa Rica. -- 4. Cuba. - . Guatemala. - 6. Honduras. - 7. México. - S. Nicaragua. - 9. Panamá. - 10. Puerto Rico. - 11. Venezuela. - 12. Conclusiones. 1. - OBJETO Y AMBITO DE LA INVESTIGACION (AREA DEL CARIBE) Es propósito de esta relación exponer de la manera más breve y objetiva los variados sistemas de Derecho Internacional Privado que un determinado número de Estados o países hispanoamericanos adopta para solucionar los conflictos de leyes en relación con algunos de los problemas más importantes del derecho probatorio. Queda por tanto limitado el objeto de la investigación a exponer los respectivos sistemas en lo atinente a aquellas soluciones positivas que ellos dan en relación únicamente con los conflictos relativos a la carga de la El presente ensayo constituye la Relación preparada por el Dr. Luis Loreto, Profesor titular en la Facultad de Derecho, de la Universidad Central de Venezuela, para ser presentada y discutida en el Congreso que celebrará en Venecia la "Asociazione Italiana fra gli Studiosi del Processo Civile" en el mes de setiembre del año en curso. Le fue solicitado directamente por el Prof. Enrico Redenti, Emérito de la Universidad de Bolonia y Presidente de dicha Asociación. Ella constituirá junto con las relaciones que sobre el mismo tema presentarán los Profesores Buzaid, del Brasil, y Moretti, del Uruguay, una de las materias más importantes que se discutirán en dicho Congreso, el cual se verá prestigiado con la presencia de los representantes más eminentes del pensamiento jurídico procesal contemporáneo. - (N. de la R.). 338 Luis LORETO prueba, a- la admisibilidad de las mismas y a su apreciación. De ahí que nada se contemple ni analice en cuanto esos problemas han sido objeto de soluciones internacionales aceptadas convencionalmente, y queda también fuera de su alcance el estudio de los medios y modos seguidos en los distintos ordenamientos internos para conseguir el auxilio internacional _en la evacuación de pruebas en el extranjero (cartas rogatorias, exhortos, etc.) Trabajo de tanta amplitud excedería en mucho al contenido razonable de esta relación, para cuya preparación no se dispone del material necesario ni del tiempo indispensable para llevarlo a efecto con rigor científico. Por otra parte, los sistemas jurídicos estudiados están circunscritos, en su ámbito espacial, a la zona geográfica de un determinado número de países, precisamente a la de aquéllos que forman el "área del Caribe", con exclusión únicamente de los de la República Dominicana'. De consiguiente, los sistemas de conflictos en materia probatoria que se estudian en su alcance jurídico-positivo, son los de Colombia, Costa Rica, Cuba, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Puerto Rico y Venezuela. En un rasgo común a los ordenamientos jurídicos de estos países, el escaso número de normas que se han dedicado a la regulación de los conflictos de leyes en el espacio, muy particularmente en el campo específico del Derecho Procesal Civil Internacional, por lo cual se hace difícil desentrañar sus respectivos sistemas positivos en materia de conflictos de leyes probatorias. Sin embargo, es un dato cierto que los variados sistemas se inspiran todos actualmente en la tradición histórica de la cultura jurídica occidental europea, a tal punto que puede afirmarse que ellos no son otra cosa, en sus directivas fundamentales, que la adopción en Hispanoamérica de los principios desarrollados y aplicados por la doctrina clásica de DereEsta exclusión se debe a que todas las gestiones realizadas para entrar en contacto epistolar y directo con los profesores de las Facultades de Derecho de las Universidades de El Salvador y de Santo Domingo, resultaron infructuosas, hasta el punto de que los funcionarios de las estafetas de la República Dominicana devolvieron la correspondencia remitida con un sello de censura incivil, sólo empleado por los régimenes despóticos o totalitarios. Ante el temor de trabajar sobre datos no auténticos, o con apoyo en disposiciones deiogadas o sensiblemente modificadas, el Relator ha considerado más conveniente guardar a su respecto un discreto y triste silencio. EL CONFLICTO DE LEYES EN MATERIA DE PRUEBAS 339 cho Internacional Privado en la Europa continental, muy especialmente por la de origen y formación latina (Sistema de la Codificación). Cabe observar, sin embargo, la profunda influencia que en el proceso formativo de esos sistemas ejerció la ilustre enseñanza de Andrés Bello a través del Código Civil de Chile. Para el insigne humanista venezolano la forma externa del contrato depende enteramente de las leyes del país en que se celebra; pero deben distinguirse las formas externas de las pruebas de su existencia. Aquéllas se determinan por la lex loci contractus, y éstas por las leyes del país a cuya judicatura se recurre. En su concepción se suponen incorporadas en los contratos todas las leyes que los afectan, y los Tribunales de cualquier país que tengan actual jurisdicción sobre las partes, pueden hacerles cumplir sus obligaciones recíprocas con arreglo a las cláusulas expresas del contrato y a las leyes incorporadas en él. El efecto de estas leyes así incorporadas no se extiende hasta el punto de alterar las formas de los: procedimientos judiciales que son propios del país a cuyos juzgados se ocurre, ni las reglas que éstos siguen relativamente a las pruebas o a la prescripción, que se rigen en un todo por la ¡ex fon 2 . De ahí que para el eminente internacionalista, "los requisitos probatorios son materia de derecho público, contra el cual nada valen ni las leyes de un país extranjero ni las convenciones privadas`. Esta enseñanza estaba inspirada en gran parte por la concepción territorialista de los grandes maestros que a mediados del siglo pasado desarrollaron e ilustraron el sistema del conimon law angloamericano; pero con el correr del tiempo la gran mayoría de los sistemas del área del Caribe, se fueron apartando paulatinamente de esa radical posición dogmática, por obra principalmente, de la doctrina y de la jurisprudencia, para dar Andrés Bello; Obras Completas, Caracas, Venezuela 1954, edición del Ministerio de Educación, Vol. XX, Derecho Internacional, pág. 105 y sig. Obras Completas, edición citada, Vol. XII, Código Civil de la República de Chile, nota al artículo 18, que está concebido en los siguientes términos: "En los casos en que las leyes chilenas exigieren instrumentos públicos para pruebas que han de rendirse y producir efecto en Chile, no valdrán las escrituras privadas, cualquiera que sea la fuerza de éstas en el país en que hubieren sido otorgadas". Se afirma así por primera vez en Hispanoamérica la concepción publicística de todo el derecho probatorio, 340 Luis LORETO acogida y aplicar en las cuestiones fundamentales sobre los con- flictos de leyes probatorias el sistema de la codificación. Se ha considerado conveniente incorporar a la relación aquellas disposiciones legales que en los diversos países definen los principios fundamentales de sus sistemas de Derecho Internacional Privado, cuando presenten alguna relación más o menos estrecha con la materia en estudio. Entre ellas merecen especial mención las que acogen el principio consagrado en la regla locus regit actum, y el consuetudinario universalmente admitido de la territorialidad de las leyes procesales. La ampliación y funcionamiento de este último principio ha obligado desde antaño a la doctrina tradicional a establecer sus límites y a calificar su verdadero alcance normativo y práctico. A este respecto se ha seguido como criterio directivo de delimitación el que aparece del distingo clásico entre leyes quae pertinent ad litis ordinationem, sujetas en un todo a la lex fon, y aquellas quae pentinent ad ipsius litis decisionem, que se regulan por la lex causae, distingo éste doctrinal que constituye un postulado dogmático aceptado generalmente. Es aquí, precisamente, en este difícil terreno de deslinde y calificación, donde aparecen las discrepancias de soluciones en los sistemas positivos internos, lo que también se advierte en aquellos acogidos en las convenciones internacionales. Tal discrepancia no es otra cosa en su esencia, sino la repercusión, en la esfera del Derecho Internacional Privado, de la difícil tarea de separar conforme a su naturaleza, las normas pertenecientes al derecho Este sistema ha recibido en Hispanoamérica una consagración legislativa convencional, casi uniforme, en la Convención de Derecho Internacional Privado firmada en La Habana en 1928 (Código Bustamante), y en los Tratados de Derecho Procesal Internacional de Montevideo 1889 y 1940. Frente a él está el sistema consuetudinario angloamericano cuyos principios aparecen recogidos en el "Restatement of the Law of Conflict of Laws, elaborado por el American Law Institute y aprobado en 1934. En materia probatoria el sistema del Código y de los Tratados difiere esencialmente del acogido por el Restatement. Este último se pronuncia de modo terminante por el criterio que toma como elemento decisivo de conexión (attachement, collegamento) - el de la lex fon; y el primero el criterio determinante es el señalado por la ley y del lugar a que esté sujeto el negocio o acto jurídico de que se trate, cuando el elemento probatorio aparece calificado como de fondo, y a la ley del juzgador cuando ese elemento solamente se refiere a la forma y tramitación de la prueba. Para las discrepancias normativas entre ambos sistemas, y aun entre las intrasistemáticas del Código y de los Tratados, véase el Estudio Comparativo que a tal efecto ha preparado el Comité Jurídico Interamericano, Unión Panamericana, 1954, Documento CIJ - 21, pág. 159. EL CONFLICTO DE LEYES EN MATERIA DE PRUEBAS 341 procesal de aquellas otras que corresponden al derecho material, todo de conformidad con los criterios nacionales de calificación intrasistemática. Enunciados así brevemente el objeto y el ámbito de la investigación, así como las directivas fundamentales en que se inspiran los variados sistemas internos de conflicto, se pasa a estudiarlos distinta y separadamente. 2. - COLOMBIA La ley procesal colombiana no contiene norma alguna destinada a resolver los posibles conflictos de leyes en materia probatoria internacional. La economía de sus sistemas dirigida a regular la vida del proceso en consideración de litigios que no presenten ningún elemento exótico de conexión; pero la doctrina y la jurisprudencia nacionales, con fundamento en algunas disposiciones del Código Civil y en la tradición científica, han elaborado una teoría coherente al respecto. Código Civil (Sancionado el 26 de mayo de 1873, y puesto en vigor por. ley 57 de 1887). Artículo 18. -La ley es obligatoria tanto a los nacionales como a los extranjeros residentes en Colombia, las leyes obligan a todos los habitantes del país, inclusive los extranjeros, sean domiciliados o transei'intes; salvo respecto de éstos los derechos concedidos por los tratados públicos. Artículo 21. - La forma de los instrumentos públicos se determina por la ley del país en que hayan sido otorgados. Su autenticidad se probará según las reglas establecidas en el Código Judicial de la Unión. La forma se refiere a las solemnidades externas, la autenticidad, al hecho de haber sido realmente otorgados y autorizados por las personas y de la manera que en tales instrumentos se exprese. Artículo 22. - En los casos en que los Códigos o las leyes de la Unión exigieren instrumentos públicos para pruebas que han de rendirse y producir efectos en asuntos de competencia de la Unión, no valdrán las escrituras 342 Luis. LORETO privadas cualquiera que sea la fuerza de éstas en el país en que hubieren sido otorgadas. Como se vé de las disposiciones transcritas, el derecho colombiano acoge el principio consagrado en la regla locus regit actum. En tratándose de instrumentos públicos otorgados en el exterior, se requiere su autenticidad por un agente diplomático de la7 República o, en su defecto, por el de una nación amiga (Art. 657 del Código de Procedimiento Civil de 1931), sin cuyo requisito carecerán de juicio de fuerza probatoria; pero será menester para la validez del acto, su otorgamiento en forma de instrumento público cuando así lo exija el derecho colombiano, no obstante la fuerza que se atribuya a las escrituras. privadas en el país de su otorgamiento, disposición esta última que constituye una derogación a la mencionada regla. En lo tocante a los conflictos de leyes que puedan surgir sobre la carga de la prueba, la admisión de los medios probatorios y la apreciación de los mismos, la doctrina colombiana seguida por la jurisprudencia distingue entre la prueba en sí misma y la manera de administrarla, sometiendo ésta a la ley del foro, y aquélla a la ley que regula la relación material litigiosa, esto es, a la del fondo de la causa (meritum causae). Esta última ley será la que decide acerca de la admisibilidad de la prueba de presunciones, de juramento decisorio, y de otras especiales a la relación sustancial, siempre que sean admitidas también por el ordenamiento colombiano, y lo propio habría que decir con respecto a la apreciación y valoración por el juzgador, considerándoselas como materia perteneciente o estrechamente conexa del derecho material controvertido, extraña, por tanto, a la ordinatio litis. Es así como la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Colombia ha decidido que las disposiciones que fijan el valor de las pruebas son de carácter sustantivo aun cuando se encuentran en el Código Judicial; y que para saber si una disposición sobre pruebas es sustantiva o adjetiva, es preciso distinguir entre los medios de pruebas determinados por la ley para establecer la existencia de los actos y contratos civiles, y la forma en que la prueba debe rendirse en los juicios (Sentencia de 16 de marzo de 1955). Esta doctrina parece estar confirmada por la ratificación hecha por Colombia del Tratado de Derecho Procesal de Mon- EL CONFLICTO DE LEYES EN MATERIA DE PRUEBAS 343 tevideo de 1889, según Ley 68 de 1920, en cuyos artículos 1? y 2 se acogen los principios generales del sistema de conflictos antes expuestos y de los cuales la mencionada Sala de Casación Civil ha hecho aplicación a la prueba testimonial, al decidir que versando un contrato celebrado en el exterior sobre un inmueble ubicado en territorio colombiano, debía producir la totalidad de sus afectos jurídicos en Colombia, por lo que en fuerza de esa definida circunstancia era aplicable únicamente la ley nacional, lex re¡ sitae, por ser ella la que regula el caso jurídico materia del proceso, y conforme a la cual deba enjuiciarse la admisión y apreciación de dicha prueba testimonial. 3. -COSTA RICA De algunas disposiciones del Código Civil de 1886, se desprende que el sistema de Derecho Internacional Privado costarricense acoge el clásico de la codificación. De consiguiente, se distingue entre formas ordenatorias y decisorias de la litis. Código Civil (Título Preliminar) Artículo 2. - Las leyes en que esté interesado el orden público, obligan a los habitantes y aun a los transeúntes en el territorio de Costa Rica. Artículo 3. - Las leyes de la República concernientes al estado y capacidad de las personas obligan a los costarricenses para todo acto jurídico o contrato que deba tener su ejecución en Costa Rica, cualquiera que sea el país donde se ejecute o celebre el acto o contrato; y obligan también a los extranjeros, respecto de los actos que se ejecute o contratos que se celebren y hayan de ejecutarse en Costa Rica. Artículo 6. - La prescripción y todo lo que concierne al modo de cumplir o extinguir las obligaciones que resulten de cualquier acto jurídico o contrato que haya de ejecutarse en Costa Rica, se regirá por las leyes costarricenses, aunque los otorgantes sean extranjeros, y Colombia no ha ratificado el Código Bustamante ni el Tratado de Derecho Procesal Internacional de Montevideo de 1940, de los cuales es sólo signataria. 544, Luis LORETO • aunque el acto o contrato no se haya ejecutado o celebrado en la República. Artículo 7. - Para la interpretación de un contrato y para fijar los efectos mediatos o inmediatos que de él resulten, se atenderá a las leyes del lugar donde se hubiere celebrado el contrato; pero si los contratantes tuvieren una misma nacionalidad, se atenderá a las leyes de su país. En los testamentos, se atenderá a las leyes del país donde tuviere su domicilio el testador. Respecto de matrimonios, se atenderá a las leyes del lugar donde hubieren convenido en establecerse los cónyuges; y a falta de ese convenio, a las del país donde tenga su domicilio el marido. Artículo 8. - En cuanto a la forma y solemnidades externas de un contrato o de un acto jurídico que debe tener afecto en Costa Rica, el otorgante u otorgantes pueden sujetarse a las leyes costarricenses o a las del país donde el acto o, contrato se ejecute o celebre. Para los casos en que las leyes de Costa Rica exigieren instrumento público, no valdrán las escrituras privadas, cualquiera que sea la fuerza de éstas en el país donde se hubieren otorgado. Artículo 11. -El que funde su derecho en leyes extranjeras deberá probar la existencia de éstas. • El Código de Procedimiento Civil (vigente por decreto legislativo N 50 de 25 de enero de 1933, modificado por decreto legislativo N 8, de 29 de noviembre de 1937), se ocupa solamente de regular el aspecto meramente procedimental de los medios de pruebas que se hallan establecidas en el Código Civil, por lo cual, y entre otras razones que se apoyan en la tradición histórica, cabe deducir que el sistema de derecho procesal civil internacional costarricense en materia de conflictos de leyes probatorias, sigue y adopta el de la codificación. De ahí que los problemas relativos a la carga de la prueba, admisibilidad y apreciación de la misma, estén regulados por el mismo ordenamiento jurídico a que esté sujeta la relación sus- EL CONFLICTO DE LEYESEN MATERIA DE PRUEBAS 345 tancial deducida en juicio, consíderándosele, como pertenecientes a la decisión de la litis, ordenamiento éste que habrá de establecerse de conformidad con las calificaciones de sus elementos de conexión. Todo lo perteneciente a la relación procesal, en cuanto tenga referencia con el aspecto ordenatorio de la prueba, se rige por la ley procesal costarricense. 4.—CUBA Tanto el Código Civil como la Ley de Enjuiciamiento Civil cubanos, son casi una copia textual de los Códigos de España. En ellos no hay nada especialmente destinado a regular los conflictos de leyes sobre la prueba cuando presente algún elemento internacional de conexión. Como en casi todos los derechos en los cuales faltan normas específicas de solución, el sistema positivo cubano es obra de la doctrina y la jurisprudencia, con definida admisión de las reglas consuetudinarias de Derecho Internacional Privado. Las normas procesales en sentido estricto, son de orden público internacional cuya vigencia y aplicación no da cabida a la ley extranjera. De ahí que la doctrina se vea obligada a construir el sistema de conflictos de leyes en materia probatoria, a cuyo efecto se ampara en el distingo clásico de la ordinatio litis y de la decisio litis. Es con el auxilio de esa doctrina que se resuelven en el derecho cubano los conflictos fundamentales de leyes en materia de prueba, y que ha recibido en el Código su más acabado reconocimiento, habiendo sido ratificado por Cuba sin reservas. Conforme a ese sistema la ley que regula el derecho o relación sustancial objeto del juicio es la competente para determinar a qulén incumbe la carga de la prueba. No obstante la disposición contenida en el artículo 578 de la ley de Enjuiciamiento Civil, según la cual los medios de prueba de que se podrá hacer uso en juicio, son los que ella determina, se admite, no obstante, que en caso de conflictos la ley competente para decidir en cada caso sobre su admisibilidad o utilización, es la del lugar en que se ha realizado el acto o hecho que trata de probarse, exceptuándose los no autorizados por la ley cubana. De este principio resulta que los medios de prueba son considerados en el sistema cubano, como pertenecientes, en princi- Luis LORETO 346 pio, al complejo jurídico de elementos que integran la relación sustancial, sometidos a la misma ley que la regule. Todo lo tocante a la forma y modo en que debe practicarse la prueba, es de la exclusiva competencia de la ley cubana, siendo ésta también competente para determinar sus efectos y apreciarlas. 5. - GUATEMALA En su Código Civil de 1887, codificado por Decreto Legislativo N9 1932 de 21 de mayo de 1933, no existe disposición alguna sobre Derecho Internacional Privado, con excepción únicamente de la contenida en el artículo 871 referente al otorgamiento de testamento por ciudadanos guatemaltecos fuera de su territorio que se sujeta a la regla locus regit actum. En la Ley Constitutiva del Organismo Judicial, promulgada por Decreto N 1862 de 3 de agosto de 1936, Guatemala reconoce y afirma el principio de la territorialidad de sus leyes, dejando a salvo las disposiciones del derecho internacional aceptadas por dicho país. De conformidad con el artículo 22 de este último ordenamiento, "la ley del lugar donde los actos se ejecuten o deban cumplirse los contratos, rige respecto de su naturaleza, validez, efectos, consecuencias, ejecución y todo cuanto a ello concierne, bajo cualquier aspecto que sea"; estableciéndose en el artículo XXIII "las formas o solemnidades externas de cualquier documento en que se establezcan derechos u obligaciones, se regirá por las leyes del país donde se hubieren otorgado, pero se establece allí mismo que "los guatemaltecos o extranjeros residentes fuera de la República, podrán sujetarse a los requisitos externos prescritos por las leyes guatemaltecas, en los casos en que el acto o contrato deja ejecutarse en Guatemala". Se ha dicho que de conformidad con el artículo XXII la ley aplicable a los actos y contratos es el de su ejecución o cumplimiento bajo todos sus aspectos, por lo que parece indudable que entre .éstos deben considerarse los relativos a la carga de la prueba y a su apreciación, por pertenecer a la decisión de la litis. Cuando se trate de prueba documental, para que pro- EL CONFLICTO DE LEYES EN MATERIA DE PRUEBAS 347 duzca sus efectos en el territorio nacional, es necesario que "el acto o contrato no sea contrario a las leyes de Guatemala" (Art. 295 del Código de Enjuiciamiento Civil y Mercantil). El artículo XXIV de la Ley Constitutiva dispone que "la competencia, las formas de procedimientos y medios de defensa, se rigen por las leyes del lugar donde se ejercita la acción", esto es, por la lex fon. De todo cuanto antecede resulta que el sistema de derecho procesal civil internacional del derecho guatemalteco en materia de conflictos de leyes probatorias, es, en sus líneas fundamentales, el mismo de la codificación, lo que aparece corroborado por su ratificación del Código Bustamante. HONDURAS Tanto el Código Civil como el Código de Procedimiento vigentes, fueron promulgados el 19 de enero de 1906, y entraron en vigor el 1 de marzo del mismo año. En ninguno de ellos se encuentran normas dirigidas a resolver conflictos internacionales sobre la materia en estudio, pero es doctrina pacífica que el derecho procesal hondureño acoge el principio de la territorialidad, para cuya cabal inteligencia y aplicación se sigue el principio director, que separa las leyes ordenatorias de las decisorias del juicio. La regla locus regit actum es acogida por el artículo 15 del Código Civil en los siguientes términos: "La frma de los instrumentos públicos se determina por la ley del país en que hayan sido otorgados. Su autenticidad se probará según las reglas establecidas en el Código de Procedimiento. La forma' se refiere a las solemnidades externas, y la autenticidad al hecho de haber sido realmente otorgados y autorizados por las personas y de la manera que en tales instrumentos se expresa". En el artículo 16 del mismo Código se señala una limitación a ese precepto, al disponerse que "en los casos en que las leyes hondureñas exigiesen instrumentos públicos para pruebas que han de rendirse y producir efectos en Honduras, no valdrán las escrituras privadas, cualquiera que sea la fuerza de éstas en el país en que hubiesen sido otorgadas". Luis LORETO 348 La aplicación 1e leyes extranjeras en los casos autrizados - por la ley, no tendrá sino a solicitud de parte interesada, a cuyo cargo será la prueba de su existencia, exceptuándose las leyes extranjeras que fuese obligatorio aplicar en la República, en virnd de tratados internacionales (art. 2371 del Código Civil); pero tales leyes no se aplicarán cuando a ello se oponga el derecho público hondureño, la moral o las buenas costumbres (Art. 2372 del mismo Código). En la práctica del Foro nacional es doctrina pacífica y constante aplicar como sistema interno de solución de conflictos en materia probatoria, el establecido en el Código Bustamante que la República ha ratificado sin reservas, considerándose que sus disposiciones sobre ci particular corresponden en un todo al sistema adaptado por la legislación hondureña. 7. —MEJICO El sistema mejicano de Derecho Internacional Privado ofrece en la actualidad el prototipo del régimen casi absoluto de la territorialidad. En las disposiciones preliminares del Código Civil para el Distrito Federal y Territorios Federales (promulgado el 30 de agosto de 1828 y en vigor desde el 1? de octubre de 1932), se consagra el principio de la territorialidad de las leyes, no admitiéndose la aplicación de las extranjeras sino en lo relativo a la forma de los actos jurídicos. Conviene, por tanto, transcribir sus disposiciones pertinentes. Código Civil Ártícu10 12. -Las leyes mejicanas, incluyendo las que se refieren al estado y capacidad de las personas, se aplican a todos los habitantes de la República, ya sean nacionales o extranjeros, estén domiciliados en ella o sean transeúntes. Artículo 13. - Los efectos jurídicos de actos y contratos celebrados en el extranjero que deban ser ejecutados en el territorio de la República, se regirán por las disposiciones de este Código. EL CoNFLITo DE LEYES EN MATERIA DE PRUEBAS 349 Artícíjio 14. -Los bienes inmuebles, sitos en el Distrito y Territorios Federales, y los bienes muebles que en ellos se encuentren, se regirán por las disposiciones de este Código, aun cuando los dueños sean extranjeros. Artículo 15. - Los actos jurídicos, en todo lo relativo a su forma, se regirán por las leyes del lugar donde pase. Sin embargo, los mejicanos o extranjeros residentes fuera del Distrito o de los Territorios Federales, quedan en libertad para sujetarse a las formas prescritas por este Código cuando el acto haya de tener ejecución en las mencionadas demarcaciones. De esta última disposición resulta que es tal el grado de territorialismo de la ley mejicana que el mismo principio locus regit actum sufre una restricción esencial para el caso de que el acto otorgado en el extranjero deba ejecutarse en el Distrito o en los Territorios Federales. Ni en el Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal y Territorios Federales, de 29 de agosto de 1932, ni en el Código Federal de Procedimientos Civiles de 31 de diciembre de 1941, se encuentra norma destinada a resMver los conflictos de leyes de naturaleza internacional. De conformidad con las disposiciones de dichos Códigos, ni las pruebas en general ni los medios de prueba establecidos por la ley son renunciables, debiendo los Tribunales recibir aquellas que las presenten las partes, siempre que estén permitidas por la ley. Los Tribunales gozan de la más amplia libertad para analizar las pruebas rendidas, determinar su eficacia o fuerza probatoria, a no ser que la ley fije reglas para su apreciación, no teniendo ningún valor las rendidas cotí infracción de las disposiciones legales, pertinentes a cada una de ellas. Del conjunto de disposiciones antes señaladas, parece cierto que en el sistema mejicano los posibles conflictos internacionales de leyes relativas a la carga de la prueba, a la admisibilidad de las mismas, a sus efectos y apreciación, en realidad no se presentan, pues es imperativa y necesaria en todo caso la aplicación de la ley del foro, ya que toda esa materia resulta calificada por el derecho mejicano como formando parte inderogable de su orden público internacional o territorial, y, sujeta a su propia y exclusiva competencia. Luis LORETO A 50 8. NICARAGUA El Código Civil de 1904 contiene en el N II del Título Preliminar las siguientes disposiciones determinantes de - su sistema de Derecho Internacional Privado en relación. con la materia que se examina: VI. - En cuanto a los conflictos que ocurran en la aplicación de las leyes de diferentes países, se observarán las reglas que siguen: 1 1 La capacidad civil de los nicaragüenses se rige por la ley de su domicilio. 14 Los contratos en cuanto a su forma están sujetos a la Ley del lugar en que se celebran; y en cuanto a sus efectos, a la ley del lugar en que hayan de aplicarse. No obstante los nicaragüenses o extranjeros residentes fuera de la República, quedan en libertad para sujetarse a las formas o solemnidades previstas por la ley nicaragüense, en los casos en que el acto haya de tener ejecución en la misma República. IX. - Los conflictos entre leyes procesales nicaragüenses y extranjeras serán objeto de los respectivos Códigos. XV. - En los casos en que las leyes nicaragüenses exigieren documentos públicos para pruebas que han de rendirse y producir efectos en Nicaragua, no valdrán las escrituras privadas, cualquiera que sea la fuerza de éstas en el país en que hubieren sido otorgadas. En el Código de Procedimientos Civiles de 1906, se encuentran las siguientes normas: Artículo 12. - Nicaragua reconoce que las leyes de un Estado Centro Americano en que un Tribunal tiene su asiento, determinan la admisión, apreciación y efectos de la prueba. Artículo 14. -El que apoye su derecho en leyes extranjeras, debe comprobar su existencia en forma auténtica. EL CONFLICTO DE LEYES EN MATERIA DE PRUEBAS 35 1 Artículo 27. - En los casos en que las leyes nicaragüenses exigieren instrumento público para prueba que haya de rendirse y producir efectos en Nicaragua, no valdrán las escrituras privadas, cualquiera que sea la fuerza de éstas en el país en que hubieren sido otorgadas. Nicaragua reconoce, por tanto, el valor jurídico de la regla locus regit actum con la limitación antes señalada, y la territorialidad de las leyes procesales como principio directo. Parece indudable que su sistema común de derecho procesal civil internacional acoge el distingo entre normas relativas a la decisión de la causa y: aquellas a su ordenación, sujetando éstas a la lex jori y aquellas a las que regulan el fondo del negocio, correspondiendo a éstas las relativas a la carga de la prueba y la admisibilidad, con la reserva derivada de la exigencia de instrumento público frente a las escrituras privadas, cuando el derecho de la República así lo requiera. Como norma de Derecho Internacional Privado singular en materia probatoria, está la contenida en el artículo 12 del Código de Procedimientos Civiles, que ha sido dictada de acuerdo con el artículo 4? de la Convención Procesal Centroamericana de 1892. Nicaragua ha ratificado sin reservas el Código Bustamante, y tanto la doctrina como la jurisprudencia nacionales consideran que su sistema convencional corresponde en un todo al mismo que es propio de su derecho interno. 9. - PANAMA La legislación panameña de igual manera que las de los otros Estados anteriormente analizadas, guarda silencio en relación con los problemas específicos referentes a los conflictos de leyes probatorias. Su Código Civil, en vigor desde el l? de octubre de 1917, está inspirado en los Códigos de Colombia y de otros países latinoamericanos. Importa transcribir de su articulado las siguientes disposiciones: Código Civil Artículo 6? - Los bienes situados en Panamá están sujetos a las leyes panameñas aunque sus dueños sean Luis LoRro 352 extranjeros y no residen en Panamá. Estas disposiciones se entenderán sin perjuicio de las estipulaciones contenidas en los contratos otorgados válidamente en país extranjero. Pero los efectos de los contratos otorgados en país extranjero para cumplirse en Panamá, se arreglarán a las leyes panameñas. Artículo 7? - La forma y las solemnidades de los contratos, testamentos y demás instrumentos públicos se determinan por la ley del país en que se otorguen; a menos que tratándose de actos o contratos que hayan de cumplirse o surtir efectos en Panamá, los otorgantes prefieran sujetarse a la ley panameña. Pero en todo caso la autenticidad de tales instrumentos, actos o contratos, se probará según las reglas establecidas en el Código Judicial. La forma se refiere a las formalidades externas y la autenticidad al hecho de haber sido realmente otorgados y autorizados por las personas y de la manera que en tales instrumentos se exprese. Artículo 8? - En los casos en que las leyes panameñas exigieran instrumentos públicos para pruebas que han de rendirse y producir efectos en Panamá, no valdrán las escrituras privadas, cualquiera que sea la fuerza de éstas en el país en que hubieren sido otorgadas. Interesa señalar que Panamá ha ratificado, sin reservas el Código Bustamante, considerando la doctrina y la jurisprudencia que sus dispositivos convencionales en materia de pruebas, corresponden en un todo a sus sistemas internos de conflictos de leyes sobre esa materia. De ahí que tengan aplicación como soluciones internas de derecho procesal civil panameño, las dadas para los distintos momentos del régimen internacional probatorio, las contenidas en los artículos 398 a 401 de dicho Código. 10 - PUERTO RICO Hasta el año de 1898, época de la ocupación militar norteamericana y de la subsiguiente cesión de la isla por España a los Estados Unidos de Norteamérica, Puerto Rico estuvo regido en un todo por el ordenamiento jurídico de la metrópoli EL CONFLICTO DE LEYES EN MATERIA DE PRUEBAS 353 en lo tocante a su derecho privado y procesal. No obstante la mudanza política sobrevenida en su gobierno, continuó rigiendo el Código Civil español, el cual fue objeto de una revisión en 1902, y, posteriormente, en 1930, incorporándose a su texto las leyes y enmiendas votadas después de 1902, dándosele una nueva numeración al articulado. Igual cosa sucedió con la Ley de Enjuiciamiento Civil española de 1881 que rigió en Puerto Rico hasta 1904, fecha ésta en que fue suplantada por una nueva Ley inspirada en los Códigos de California e Idaho, habiendo sido revisada en 1933 para incorporar las modificaciones ocurridas con posterioridad a 1904. Como era natural esperarse, la influencia angloamericana del common law empezó a sentirse en todos los sectores de la vida jurídica de Puerto Rico, muy particularmente en lo relativo a los problemas de conflictos de leyes y de jurisdicciones, lo que provocó el aparecimiento de corrientes doctrinales disímiles y hasta antagónicas que se reflejaron en las decisiones jurisprudenciales. Bajo el imperio de la Constitución sui generis del Estado Libre Asociado de Puerto Rico (1952), la Suprema Corte de Justicia de la isla parece inclinada cada vez más en sus fallos a adoptar interpretaciones que se separan del sistema tradicional español, para darle cabida al angloamericano de conflicto. Esta especialísima realidad política, jurídica y sociológica en que se encuentra Puerto Rico, presenta un extraordinario interés a las investigaciones sobre derecho comparado, por cuanto en el devenir de su ordenamiento real se presenta la convivencia inusitada de dos sistemas de derecho que en muchos puntos fundamentales se excluyen y pugnan por hacer prevalecer sus respectivas concepciones'. Corrobora esta afirmación las siguientes reflexiones de un eminente maestro uruguayo: "Puerto Rico, dice, ofrece al jurista de nuestro idioma el más singular punto de aproximación entre los dos sistemas jurídicos; chocan allí las instituciones de uno y otro sistema en términos de interferencia que dan la impresión de un crisol en el cual se fundieran los dos elementos en procura de un sistema común. No sólo desde el punto de vista sociológico, sino también en el plano técnico, el derecho de Puerto Rico en la más interesante experiencia de fusión de dos Sistemas jurídicos en el mundo americano". COUTURE, EDUARDO J., El Porvenir de la codificación Luis LORETO 354 Debido a esa influencia del derecho angloamericano, la materia de la pfueba en todos sus aspectos se reputa de naturaleza prdcesal, en fuerza de la Ley de Evidencia de 9 de marzo de 1905, incluida en los artículos 363 y 533 del Código de Enjuiciamiento Civil en su edición de 1933. De consiguiente, el sistema probatorio puertorriqueño en relación con los elementos vinculantes o de conexión, se halla dominado por el principio de la territorialidad de las leyes dictadas sobre materia probatoria; pero el funcionamiento práctico del sistema es muy liberal, por cuanto la admisión y apreciación de las pruebas están sujetas a la discreción del Jorum. En todo caso, ese poder discrecional del juez encuentra una importante limitación en las leyes prohibitivas concernientes a las personas, sus actos o sus bienes, y por aquellas que tienen por objeto el orden público y las buenas costumbres, que no pueden ser desconocidas ni desvirtuadas por actos, disposiciones o convenciones dictada&o acordadas en países extranjeros (Art. 11, aparte II del Código Civil). Es, pues, de la competencia de la lex fon toda. la materia relativa a la prueba en juicio, sea en relación con su carga, su admisibilidad, sus efectos, valoración y, desde luego, todos los aspectos formales de su producción y evacuación. Cabe observar finalmente, que el derecho extranjero es considerado como un hecho, del cual no puede hacer aplicación de oficio el Tribunal, debiendo ser alegado y probado por la parte que lo invoca a falta de lo cual el juez aplicará lo que al respecto determine la ley puertorriqueña. 11.-VENEZUELA En los problemas atinentes a los conflictos de leyes en el espacio, la doctrina y la jurisprudencia venezolanas han venido desarrollando y sosteniendo una teoría francamente territorialista, en desmedro del valor científico del sistema nacional de Derecho Internacional Privado. Esa tendencia a cuyo mantenimiento y propagación han contribuido algunos de los jurisconsultos y magistrados más eminentes del país, pretende descoy del "common Law" en el continente americano, en "Jornadas Franco- Latino-Americanas de Derecho Comparado" (Montevideo 1948), pág. 149 y sig. EL CONFLICTO DE LEYES EN MATERIA DE PRUEBAS 355 nocer y desvirtuar el contenido auténtico y progresista que informa al sistema en su plenitud, y el cual en su flexibilidad de régimen simplemente estatuario y territorialista moderado, permite atender con justicia y resolver atinadamente los más variados problemas de conflictos de leyes y de jurisdicciones que plantean a un moderno estado de derecho el comercio y la vida privada internacionales. Contra esa tendencia de territorialismo intransigente, se han alzado voces autorizadas de la doctrina nacional que han denunciado los errores de interpretación y las inaceptables consecuencias prácticas y científicas a que ella conduce`. El sistema de Derecho Internacional Privado venezolano, tanto sustantivo como procesal, aparece genéricamente estructurado de las siguientes normas: Código Civil (promulgado el 13 de agosto de 1942 y en vigor desde el 1 de octubre del mismo año). Artículo 8 - La autoridad de la ley se extiende a todas las personas nacionales o extranjeras que se encuentren en la República. Artículo 99 - Las leyes concernientes al estado y capacidad de las personas obliga a los venezolanos, aunque residan o tengan su domicilio en país extranjero. Artículo 10. - Los bienes muebles o inmuebles, situados en Venezuela, se regirán por las leyes venezolanas, aunque sobre ellos tengan o pretendan derechos personas extranjeras. Artículo 11. -Las formas y solemnidades de los actos jurídicos que se otorguen en el extranjero, aunI.as esenciales a su existencia, para que éstos surtan efectos en Es digna de mención a este respecto la enseñanza que desde hace años ha venido realizando en la cátedra y en el libro el doctor LORENZO HERRERA MENDOZA, Profesor emérito de Derecho Internacional Privado en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela. Entre sus numerosos trabajos merecen mencionarse los siguientes: La Escuela Estatutaria en Venezuela y su Evolución hacia la Territorialidad, Caracas 1943; Nociones Preliminares sobre Extraterritorialidad de Leyes y Sentencias, Caracas. 1943. En el mismo sentido crítico de esa tentencia tcrritorialista, se pronuncian los doctores JOAQUÍN SÁNCHEZ CovIsA y GONZALO PARRA ARANGUREN, Profesores de Derecho Internacional Privado en la misma Facultad. 356 Luis LORETO Venezuela, se rigen por las leyes del lugar en que se hacen. Si la ley venezolana exige instrumento público o privado para su prueba tal requisito deberá cumplirse. Cuando el acto se otorga ante el funcionario competente de la República, deberá someterse a las leyes venezolanas. Artículo, 26. - Las personas extranjeras gozan en Venezuela de los mismos derechos civiles que las venezolanas, con las excepciones establecidas o que se establezcan. Esto no impide la aplicación de las leyes extranjeras relativas al estado y capacidad de las personas en los casos autorizados por el Derecho Internacional Privado. Código de Procedimiento Civil (promulgado el 4 de junio de 1916, en vigor desde el 19 de diciembre del mismo año. Artículo 8 - En los casos de aplicación del Derecho Internacional Privado, los jueces atenderán primero a los tratados públicos de Venezuela con la nación respectiva, en cuanto , al punto en cuestión; en defecto de tales tratados, aplicarán lo que sobre la materia dispongan las leyes de la República o lo que se desprenda de la mente de la legislación patria; y en último lugar se regirán por los principios de dicho Derecho aceptados generalmente. La norma contenida en este último artículo es oriunda del derecho procesal civil venezolano, y ejerce en el sistema una función técnica, al precisar las fuentes de las cuales el juzgador debe-ir a buscar las soluciones de los conflictos de leyes en materia de Derecho Internacional Privado, estableciendo al propio tiempo entre ellas un orden sucesivo y subsidiario de aplicación. Por otra parte, la disposición del artículo 8 del Código de Procedimiento Civil tiene el valor positivo de proclamar que el sistema venezolano de Derecho Internacional Privado admite como formando parte de su ordenamiento jurídico interno la aplicación de la ley extranjera, con entera prescindencia del fundamento dogmático en que se apoya la teoría de la comitas gentium y de un posible régimen convencional. Cuando en el citado artículo 8 se dispone que en defecto de tratados los jueces deben aplicar sobre la materia lo que EL CONFLICTO DE LEYES EN MATERIA DE PRUEBAS 357 dispongan las leyes de la República o se desprenda de la mente de la Legislación, el legislador ha qüerido hacer referencia a aquellas normas de solución de conflictos establecidas por el derecho venezolano en que aparezca un elemento internacional, de conexión, así sean esas normas materiales o procesales, y esté o no expresamente contemplada la solución del conflicto, siempre que por los métodos interpretativos de la ley pueda el juzgador descubrir la mente de la legislación patria. Será sólo falta de un resultado positivo en este proceso de interpretación, que el juez podrá ocurrir en busca de la solución del conflicto, a la fuente última y subsidiaria de los principios del Derecho Internacional Privado aceptados generalmente. Como quiera que en el ordenamiento procesal venezolano no existe norma alguna que por vía expresa o de interpretación dé soluciones a conflictos de leyes en materia probatoria, el juez se halla obligado para conseguirlas, a ocurrir a la fuente última de información y validez positiva, constituida por los principios del Derecho Internacional Privado aceptados generalmente. Es indudable que las directivas dadas al juzgador por el artículo 8 del Código de Procedimiento Civil para la orientación de su conducta son demasiado generales, pero ellas tienen el valor indiscutible de precisar el ámbito formal de validez del sistema positivo venezolano acerca de la solución de conflictos de leyes en el espacio. Los principios de Derecho Internacional Privado "aceptados generalmente" que debe aplicar el juez venezolano, son aquellos que se han ido formando y decantando paulatinamente en la doctrina y práctica de los Estados que pertenecen a una misma comunidad cultural, y han recibido una misma tradición jurídica que por lo que a Venezuela respecta, corresponde al sistema de la codificación continental europea de origen latino. Uno de esos principios o criterios rectores de la conducta del juzgador, es aquél que, como se dijo anteriormente (N ? 1), en materia probatoria distingue entre leyes destinadas a la ardenación de la litis, regidas por la ley del foro, y aquellas que están estrechamente vinculadas a la naturaleza misma de la relación sustancial deducida en juicio, sujetas al sistema jurídico que gobierna el fondo del negocio. En conformidad con ese criterio, será esta última ley la competente para resolver 358 Luis LORETO los problemas atinentes al objeto y cargo de la prueba, a su admisibilidad en juicio cuando la especie de prueba sea también admitida por la ley venezolana, con la reserva de que si ésta exige documento público o privado para la existencia o prueba de un determinado acto o negocio, un medio diferente será inadmisible. La fuerza de las pruebas preconstituidas (escritos), se regula por , la ley que rige su forma; la de las pruebas simples tales como posiciones juradas, experticia, presunciones, se valoran conforme a los preceptos de la ley venezolana, pero con respecto a la de testigos, una parte importante de la doctrina sostiene que la limitación establecida para su admisión en materia civil por el artículo 1357 del Código Civil (no en materia comercial) cuando el objeto de la convención excede de dos mil bolívares, no encuentra aplicación, si la ley que regula la relación sustancial admite dicha prueba irrestrictamente, considerándose en tal caso que la prueba pertenece a los elementos de la decisio litis. La administración o evacuación de la prueba en todos sus aspectos, tanto subjetivos como formales, está sujeta a los preceptos de la ley del foro., así como los incidentes probatorios, como por ejemplo el de tacha de falsedad. En toda esta materia las decisiones de las Cortes y Tribunales se inclinan a seguir y a aplicar el sistema adoptado en el Código Bustamante, que Venezuela firmó y ratificó posteriormente (en vigor desde 1932), considerándosele como un respetable y autorizado cuerpo de doctrina en que los principios de Derecho Internacional Privado "aceptados generalmente", han recibido una expresiva sistematización. Tales son las líneas generales que estructura el sistema del Derecho Internacional Privado venezolano en materia de conflictos de leyes probatorias. Cabe advertir finalmente, que el Derecho Procesal Civil venezolano se halla fuertemente dominado por el principio dispositivo y el de impulso de parte. La norma extranjera aplicable se considera como que forma parte del ordenamiento jurídico venezolano, por lo cual el juez debe aplicarle aun de EL CONFLICTO DE LEYES EN MATERIA DE PRUEBAS 359 oficio, pero si la desconoce, será tarea del litigante que la' invoca alegarla y probarla en el proceso. Su violación caería bajo la censura de Casación. 12. - CONCLUSIONES Los variados sistemas de Derecho Internacional Privado analizados anteriormente, con excepción de los de México y Puerto Rico, presentan el rasgo común de admitir para la solución de los conflictos más importantes de leyes en materia probatoria, la aplicación posible de normas pertenecientes a ordenamientos jurídicos extranjeros, cuando los elementos de hecho que se invocan y debaten en juicio tengan algún elemento internacional de conexión, con el objeto del litigio. Ellos siguen en sus líneas fundamentales las mismas que estructuran al sistema clásico de la codificación; siguen el mismo método de calificación de las normas en decisorias y ordenatorias que permite hacer de las leyes procesales en materia probatoria un distingo o enucleación muchas veces práctico y fácil, pero que no corresponde a su verdadera naturaleza. Esos sistemas se elaboraron en una época de la cultura jurídica cuando todavía la teoría de la acción y del proceso no habían sido sometidos a una rigurosa investigación científica; a un período en el cual la demanda de tutela jurídica era considerada como una nueva y característica manifestación del derecho mismo sustancial deducido en juicio, y en que el proceso solamente se consideraba como la fase material dialéctica de esa manifestación, esto es, como un mero acaecer fáctico que realizándose en el tiempo originaba un procedimiento. Pero desde el momento en que los estudios sobre el fenómeno integral del proceso y de las leyes que lo gobiernan cobraron elevación y rango propio de investigación científica, como objeto autónomo y separado del que constituye el derecho material sus resultados repercutieron sensible y saludablemente no sólo en la doctrina del derecho procesal civil, sino que también en la de los campos limítrofes o en aquellos que eran, como el del Derecho Internacional Privado, una proyección internacional de su ámbito material de validez. Frente a la relación sustancial que constituye el objeto del proceso se alzó 360 Luis LORETO la que este mismo engendra, concebida como relación jurídica de derecho público, autónoma, con vida y presupuestos propios distintos de los de aquélla. Fue precisamente el estudio sobre la naturaleza de las leyes probatorias una de aquellas zonas de investigación hacia la cual la teoría procesal adelantó sus pretensiones en el sentido de una profunda rectificación, a objeto de restablecer su unidad orgánica dentro del sistema legislativo y su verdadera naturaleza científica y dogmática. Las condiciones científicas de admisibilidad de los medios de prueba en el proceso están dirigidas por su propia naturaleza a formar la convicción del juzgador, y entre ellas figura, indudablemente, la relativa a la carga de la prueba. Debiendo realizarse esas condiciones en el proceso y para los fines del proceso, la ley que las regula es de naturaleza procesal y deben caer bajo el alcance normativo de la lex fon. Lo propio cabe decir de las normas relativas a la apreciación de la prueba, siempre que por la evidente naturaleza de ésta o por una especial disposición de derecho positivo cogente, la prueba misma no está incorporada a los elementos sustanciales de validez de la relación litigiosa. Es necesario que ante los progresos del pensamiento procesal contemporáneo, muchas construcciones doctrinales y ordenamientos positivos sean rectificados en sus fundamentos, para darles una nueva estructura que se apoye y levante en los valiosos resultados dé la investigación científica. El perfeccionamiento de los ordenamientos jurídicos y de los sistemas, sólo puede adelantarse cuando el hombre llegue a, proyectar en la realidad de sus creaciones, la claridad magnífica y unificadora que surge de las entrañas mismas del pensamiento científico. El perfeccionamiento de los sistemas de Derecho Internacional Privado no escapa a este designio inexorable, y tal vez el camino mejor para alcanzarlo habrá de ser aquél que conduce a la elaboración de una Ley Uniforme sobre las variadas materias de conflicto. La estructura, función y validez actual de un determinado sistema de Derecho Internacional Privado, es obra en gran parte de la doctrina y de la jurisprudencia de cada país, por lo cual EL CONFLICTO DE LEYES EN MATERIA DE PRUEBAS 361 la imposibilidad material en que generalmente se encuentra su estudio para acercarse a las fuentes y seguir sus vicisitudes, le colocan en posición difícil que le impide a menudo captar su íntima esencia. En trabajos de esta índole donde el esfuerzo intelectual camina por senderos ásperos y escarpados, muchas veces inaccesibles a la mirada investigadora, los resultados obtenidos habrán de hacerse siempre con una necesaria y cautelosa reserva que los supedita a las obligadas rectificaciones, debido todo a los posibles errores en que puede incurrirse al seleccionar los variados elementos normativos que han servido de fundamento al investigador, o a las deficiencias personales en sus métodos de trabajo y en sus procesos interpretativos. Tratando de remover y superar en lo posible esta deficiencia y dificultades, he solicitado el valioso concurso de algunos Profesores de Derecho en los distintos países comprendidos en la relación, quienes se apresuraron a dármelo con benévolo espíritu de compañerismo y solidaridad intelectual. A este respecto debo declarar que cualesquiera que sean las discrepancias existentes entre sus opiniones y las que aparecen aquí consignadas, ellos son obra exclusiva de mi parte, no porque quise apartarme deliberadamente de sus sabidos dictámenes, sino porque no tuve el suficiente acierto para acogerlos en su auténtica claridad. Es de justicia, pues, que al término de esta relación deje constancia de sus nombres y de mi reconocimiento hacia ellos, con lo cual aspiro al propio tiempo a enaltecerla. Ellos son: Dr. Hernando Morales, Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Colombia; Dr. Fernando Baudrit, Presidente de la Corte Suprema de Costa Rica y Lic. Hernán Robles C., Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica; Dr. Antonio Díaz Pairó, Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana; Dres. Arturo H. Medrano y Roberto Ramírez, Profesores de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Honduras; Dr. Humberto Briceño Sierra, Secretario del Instituto Mexicano de Derecho Procesal; Dr. José Pallais Godoy, Profesor de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de Nicaragua; Dres. Víctor A. de León 5., Presidente de la Corte Suprema de Panamá y Dulio Arroyo C., Decano de la Facultad de Dere- Luis LORETO 362 cho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá; Dres. Guarao Valásquez y Jaro Mayda, Profesores de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico; Dres. Luis Villalba Villalba y Enrique Pérez Olivares, Decano y Director, respectivamente, de la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela, y, muy particularmente, al Dr. Eleazar Martineau Plaz, quien en todo momento me prestó su valiosa ayuda en la preparación de esta relación. Caracas, 1961.