STC 269/2005, de 24 de octubre de 2005. Recurso de amparo

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STC 269/2005, de 24 de octubre de 2005. Recurso de amparo. Impuesto sobre
actividades económicas. Derecho a obtener una resolución razonable y motivada.
Derecho a la tutela judicial efectiva.
Luz Ruibal Pereira
Prof. Titular de Derecho Financiero y Tributario. USC
dpfinlrp@usc.es
I. DOCTRINA DEL TRIBUNAL
El Tribunal Constitucional considera que “la motivación de la Sentencia impugnada
es, por las razones expuestas, contraria al derecho fundamental a la efectividad de la tutela
judicial y, por igual motivo, también lo es la condena en costas, ya que la pretensión
ejercitada por la actora, lejos de ser temeraria, estaba jurídicamente fundada y basada en la
previa Sentencia dictada por el Juzgado n. 2, que sostuvo, precisamente, la ilegalidad de las
sanciones impugnadas al no existir en la recurrente ánimo de defraudar al fisco”.
Por ello, decide otorgar el amparo solicitado por la entidad recurrente y:
- Declarar que se ha vulnerado el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva de
la recurrente en amparo.
- Reestablecerla en su derecho y, a este fin, declarar la nulidad de la Sentencia
dictada por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo n. 3 de Málaga, de fecha de 2 de
junio de 2003, retrotrayendo las actuaciones al momento inmediatamente anterior a aquél
en el cual fue dictada dicha Sentencia.
II. ANTECEDENTES JURISPRUDENCIALES
- STC 196/2005, de 18 de julio; STC 123/1997, de 1 de julio, sobre motivación de las resoluciones y
derecho a la tutela judicial efectiva.
- STC 119/2003, de 16 de junio, STC 35/2002, de 11 de febrero, 24/1990, de 15 de febrero, sobre
motivación de las resoluciones y los principios de un Estado de Derecho.
- STC 214/1999, de 29 de noviembre; STC 68/1998, de 30 de marzo; STC 114/1990, de 21 de junio,
sobre el derecho a obtener una resolución de fondo, razonable, motivada y fundada.
- STC 183/2002, de 14 de octubre; STC 81/2002, de 22 de abril; STC 208/2001, de 22 de octubre;
STC 10/2000, de 17 de enero; STC 183/1999, de 22 de julio; STC 217/1998, de 16 de noviembre; STC
167/1997, de 2 de octubre; STC 324/1994, de 1 de diciembre; STC 46/1982, de 12 de julio, sobre derecho a la
tutela judicial efectiva, la respuesta ofrecida por el Tribunal y la denegación de justicia.
III. SUPUESTO DE HECHO
La empresa, ahora recurrente en amparo, presentó autoliquidaciones del Impuesto
de Actividades Económicas (IAE) correspondientes a los ejercicios fiscales de 1996 a 1999,
considerando que los metros computables a efectos de la aplicación de la tarifa del IAE
eran los metros útiles y no los construidos. La Administración tributaria giró las
correspondientes liquidaciones tributarias con imposición de sanciones por entender que el
concepto a aplicar era el de metros construidos.
Contra las liquidaciones paralelas y las sanciones correspondientes a los ejercicios
1996 y 1997, la entidad mercantil interpuso recurso contencioso-administrativo, resuelto
por el Juzgado n. 2 de Málaga en Sentencia de 31 de diciembre de 2001. En ella se
confirma la procedencia de las liquidaciones tributarias y se anulan las sanciones por
considerar que la actuación del particular estaba basada en una interpretación razonable de
la norma.
Mientras se sustanciaba este primer procedimiento, el Ayuntamiento de Málaga
incoó los correspondientes procedimientos respecto de los ejercicios 1998 y 1999,
reclamándole el pago de la deuda y las correspondientes sanciones. Estando pendiente de la
resolución del recurso de reposición, el Juzgado n.2 resuelve en el sentido antes indicado lo
que lleva a la entidad mercantil a ofrecer a la corporación municipal el pago de las deudas
reclamadas y proponiendo a cambio la supresión de las sanciones en la línea de lo
establecido el la sentencia de 31 de diciembre de 2001 para los ejercicios 1996 y 1997.
Ante la ausencia de resolución por parte del Ayuntamiento del recurso de reposición, la
entidad considera que ha sido desestimado y presenta recurso contencioso-administrativo
que resuelve el Juzgado n. 3 de Málaga.
Entiende, sin embargo, este órgano judicial que no es posible compartir el criterio
sentado en la Sentencia dictada por el Juzgado n. 2, apoyándose para ello en la claridad de
la norma y en el conocimiento por el recurrente de contenido de esa sentencia. Por lo tanto,
dicta sentencia el 2 de junio de 2003, por la que desestima íntegramente el recurso y
condena en costas a la parte actora “pues sostiene un recurso infundado, cuando ya le
consta por sentencia firme la procedencia de la deuda tributaria en caso similar, pese a lo
cual mantiene su pretensión de anulación de unas sanciones ajustadas a Derecho, como se
desprende del intento de conciliación por parte de la recurrente, cuando no cabe transacción
o condonación en la materia”.
La entidad mercantil recurre en amparo alegando como único motivo la vulneración
de su derecho fundamental a la tutela judicial efectiva del artículo 24.1 de la CE, al carecer
la Sentencia impugnada de la motivación razonable que exige el citado precepto
constitucional.
IV. TIPO DE PROCEDIMIENTO
El procedimiento seguido es la interposición de un recurso de amparo por infracción
del artículo 24 de la CE, contra la Sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo
número 3 de Málaga, de 2 de junio de 2003, por la que se desestima el recurso contenciosoadministrativo interpuesto contra las resoluciones aprobadas por la Alcaldía de Málaga.
La parte recurrente alega que la sentencia impugnada no cumple la exigencia
constitucional de motivar de forma razonable tanto en lo concerniente al fondo de la
pretensión (impugnación de la legalidad de las sanciones impuestas por la supuesta
comisión de infracciones tributarias en los ejercicios de 1998 y 1999), como en lo que se
refiere a la condena en costas por temeridad.
V. FUNDAMENTOS JURÍDICOS
Tomando en consideración la propia doctrina constitucional sobre la necesidad y
alcance de la motivación de las sentencias como exigencia del derecho fundamental a la
tutela judicial efectiva, el TC establece que son dos las cuestiones a examinar a la hora de
determinar si la resolución cuya nulidad se pretende ha incurrido o no en dicha falta de
motivación. Sin embargo, la vinculación de la condena en costas a la consideración de que
se trataba de un “recurso infundado”, obliga a examinar previamente el grado de viabilidad
de la pretensión.
Para ello, toma en consideración dos elementos. En primer lugar, lo alegado por el
Juzgado n. 3 de Málaga a la hora de dictar sentencia y, en segundo término, el iter temporal
de los hechos, al que ya hemos hecho referencia en los apartados anteriores. Por lo que se
refiere al primero de los aspectos, la resolución impugnada desestima la pretensión del
recurrente por considerar acreditada su culpa o conducta negligente al dejar “de observar la
diligencia exigible a una sociedad en el cumplimiento de una norma fiscal, que es
suficientemente clara y expresiva para un contribuyente, como es la entidad mercantil
recurrente, que opera en el tráfico económico y a la que se puede y debe exigir la diligencia
suficiente a fin de cumplimentar sus declaraciones-liquidaciones conforme a las normas
tributarias”, añadiendo que, además, el recurrente “al momento de la vista de este juicio
conocía ya ... la doctrina sentada por una resolución judicial firme, que debió tener sus
efectos en la prosecución de este proceso, dada la similitud de hechos y situaciones”.
Partiendo de estos datos, el Tribunal Constitucional coincide con el criterio
defendido por la demandante de amparo y por el Fiscal, al considerar que “deducir la
existencia del ánimo defraudatorio del conocimiento de la Sentencia dictada el 31 de
diciembre de 2001 es, cuando menos, ilógico, dado que las autoliquidaciones del tributo
correspondientes a los ejercicios de 1998 y 1999 se presentaron años antes del
conocimiento por la declarante del pronunciamiento de dicha resolución. Pero es que,
además, no se motiva suficientemente en la Sentencia la afirmación de que la claridad de la
norma es bastante para deducir el carácter sancionable de una actuación que la parte
presentó como razonable interpretación de aquélla, máxime cuando la tesis contraria a
dicho carácter se basó por la recurrente en una previa resolución judicial (presentada como
documental que acompañaba al escrito de demanda) dictada en un caso prácticamente
idéntico fallado, ello no obstante, en sentido diametralmente opuesto”.
Por ello, el TC considera que la motivación de la Sentencia impugnada y la condena
en costas es contraria al derecho fundamental a la tutela judicial efectiva, ya que la
pretensión del recurrente estaba jurídicamente fundada y basada en la previa Sentencia
dictada por el Juzgado núm. 2, que sostuvo, precisamente, la ilegalidad de las sanciones
impugnadas al no existir en la recurrente ánimo de defraudar al fisco.
VI. COMENTARIO CRÍTICO
La sentencia dictada por el TC pone de manifiesto dos aspectos problemáticos de
nuestro ordenamiento jurídico, que a pesar de su importancia tiene una difícil solución. Se
trata de la disparidad de criterios judiciales sobre unos mismos hechos y de la falta de
motivación o insuficiencia de la misma. Lo primero fruto de un totalmente válido principio
de independencia judicial y lo segundo, consecuencia, en ocasiones de la delicada línea
entre una motivación suficiente e insuficiente. Sin embargo, ambas cuestiones tienen un
claro límite en la vulneración que pueden provocar de algún derecho fundamental.
En primer lugar, los problemas y desajustes que se pueden derivar de la disparidad
de pronunciamientos judiciales sobre unos mismos hechos. El distinto signo de las
sentencias dictadas por los Juzgados n. 2 y n. 3 del Juzgado de lo ContenciosoAdministrativo de Málaga ante una misma situación fáctica es un claro ejemplo de ello.
Esto no resulta en si mismo criticable, pero enciende las alarmas que ponen de relieve la
importancia de una instancia revisora que permita resolver si estas situaciones respetan o no
el marco constitucional y, por lo tanto, se logre una tutela efectiva de los derechos de los
ciudadanos. Ahora bien, como han señalado tanto nuestro TC como el TJCE, la nulidad de
una sentencia declarada por un Tribunal superior no obliga a la remisión a una instancia
jurisdiccional diferente o a una sala de dicha autoridad compuesta de distinta forma.
Esto nos permite enlazar con la segunda de las cuestiones, es decir, la importancia
de la motivación de una decisión judicial como fundamento de la tutela de los derechos. Por
una parte, la motivación de una decisión judicial es indispensable para poder ejercer el
derecho al recurso, pues difícil resultaría recurrir contra un acto dictado sin saber cuáles son
las razones que constituyeron su fundamento. Por otra parte, y como es sabido, el cambio
de criterio jurisprudencial no está prohibido por nuestro ordenamiento jurídico, de tal forma
que lo único que se exige es una motivación fundada, razonada y suficiente que justifique
dicho cambio de rumbo.
Hasta el momento, todas estas situaciones tienen al TC como único garante de la
protección y adecuada defensa de nuestros derechos fundamentales y, como ha manifestado
en diversos pronunciamientos, “la existencia de una motivación adecuada y suficiente en
función de las cuestiones que se susciten en cada caso concreto constituye una garantía
esencial para el justiciable, ya que la exteriorización de los rasgos más esenciales del
razonamiento que han llevado a los órganos judiciales a adoptar su decisión permite
apreciar su racionalidad, además de facilitar el control de la actividad jurisdiccional por los
Tribunales superiores y de, consecuentemente, mejorar las posibilidades de defensa por
parte de los ciudadanos de sus derechos mediante el empleo de los recursos que en cada
supuesto litigioso procedan” (FJ 2 STC 269/2005, de 24 de octubre).
VII. RELEVANCIA JURÍDICA
La Sentencia del TC obliga a la retroacción de las actuaciones al momento anterior
al pronunciamiento por la Sala n. 3 del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de
Málaga, para que dicte una nueva resolución judicial en la que reconsidere, a la luz de lo
dicho por el Tribunal, nuevamente los hechos enjuiciados y dicte una nueva resolución
judicial que, con independencia de cual sea el resultado de fondo, resulte respetuosa con el
derecho a la tutela judicial efectiva consagrado en nuestro artículo 24 de la CE.
VIII. BIBLIOGRAFÍA
PICÓ JUNOY, J.: Las garantías constitucionales del proceso, Barcelona, 1997; CHAMORRO
BERNAL, F.: La tutela judicial efectiva, Barcelona, 1994; MARTÍN QUERALT, J.: “Recurso de amparo en
materia tributaria”, Palau 14, n. 18, 1992; CARMONA, E.: “El recurso de amparo constitucional y la defensa
del derecho a la tutela judicial efectiva. Apuntes para una reforma”, en VVAA, La reforma del recurso de
amparo, Tirant lo Blanch, 2004.
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