Capítulo 1: La desintegración de la sociedad tradicional judía Clase 2: El fracaso de los movimientos mesiánicos y el surgimiento del movimiento jasídico Los mediados del siglo 17 serían testigos de una nueva ola de sentimientos mesiánicos en el seno del pueblo judío disperso. Para entender este fenómeno será importante recordar la difícil situación de la comunidad judía asquenazí, y especialmente la del judaísmo polaco en los años de terror entre 1648 y 1656, años en que la población judía fue castigada arduamente por las hordas de Jmielnicki. La comunidad judía de Polonia había quedado prácticamente destruida tanto desde el punto de vista de la cantidad de muertos, (se estiman alrededor de 100.000 muertos) como desde el punto de vista institucional y económico. El judaísmo polaco estaba destruido. El sufrimiento y la desesperación llevaron a la búsqueda de esperanzas. Muchos encontraron esta esperanza en el pensamiento que estos sufrimientos no eran sino los dolores previos a la llegada del Mesías. Basados en algunas interpretaciones místicas creyeron con fervor e inocencia que la era mesiánica se avecinaba. El encuentro de los refugiados de la expulsión de España (1492) que se encontraban asentados en Turquía con aquellos sobrevivientes de la matanza polaca que erraban por Europa hizo despertar la conciencia que ésta última no había sido menos traumática que la expulsión sufrida dos siglos antes, y que aún estaba fresca en el recuerdo. Los dos grandes centros del judaísmo en la diáspora habán quedado destruidos. Así la desesperación debía dar paso a la esperanza. Así surgió una nueva ola mesiánica, considerada por algunos la más notoria en la historia judía, que conmovería al mundo judío en su totalidad. Shabetai Zví y la efervescencia mesiánica en Turquía Shabetai Zví (1626-1676) nació en Esmirna en 1626, hijo de un comerciante acaudalado, se destacó intelectualmente ya desde su temprana juventud. Adquiriendo profundos conocimientos de Talmud y de Cábala. Pasó rápidamente a la aplicación de la Cábala práctica, llevando una vida ascética y ayunando a menudo, ejercicio considerado indispensable en la preparación para la llegada del Mesías. Su énfasis místico era tal así como su ardor, que fue difícil para sus amigos y seguidores no contagiarse del entusiasmo mesiánico que transmitía. Los acontecimientos antes mencionados de 1648 produjeron en Shabetai un giro del mesianismo místico a lo que podríamos denominar como mesianismo concreto o político. Fue excomulgado por los rabinos de su ciudad y posteriormente también los rabinos de Jerusalén, a la cual había llegado después de varios años de andanzas por diferentes comunidades. Jerusalén sumida en el éxtasis místico resultó ser el lugar ideal para acrecentar su popularidad. La voz de que había llegado el Mesías comenzó a circular. 1 Enviado a Egipto a fin de salvaguardar la situación de los judíos de Jerusalén que se hallaban bajo la explotación del dominio otomano, habiendo tenido éxito en su misión, se expandió aún más su fama como mesías. Tal comenzó a ser su notoriedad que aún la propia Esmirna donde había sido excomulgado fue recibido en 1665 a los gritos de ¡Viva nuestro rey, el mesías!, pronto la ciudad toda fue inundada por el sentimiento mesiánico. El historiador S. Dubnow cita en su obra el testimonio de Ricaut, cónsul británico en Esmirna en ese momento, el cual da relata así sus impresiones de una de las reuniones de los judíos en Esmirna, manifestadno su devoción por Zví: “Había allí más de 400 hombres y mujeres anunciando el cercano reino de Shabetai. Hasta los niños que apenas sabían balbucear, pronunciaban con toda claridad el nombre de Shabetai, Mesías e Hijo de Dios. Las personas de edad avanzada caían desvanecidas, después de lo cual, con boca espumantes, anunciaban la liberación y la felicidad venidera de los israelitas, y hablaban de las visiones en las que Sión y el triunfo de Shabetai se les habrían manifestado”. El fervor de Esmirna no tardó en propagarse toda Europa. El movimiento que comenzó en 1665 en Esmirna alcanzó su auge a mediados de 1666 cuando Shabetai Zví se dirigió a Constantinopla. El temor se apoderó de las autoridades de la comunidad judía de la ciudad quienes temieron que Zví continuara con sus ideas de destituir al Sultán del trono. A fin de protegerse los líderes de la comunidad denunciaron a Zví ante las autoridades aún antes que éste llegara ala ciudad. Shabetai Zví fue arrestado pero gozó en un primer período de una prisión de cómodas circunstancias en la que pudo seguir recibiendo discípulos y seguidores y ampliando su fama y su influencia. Desde la prisión salieron edictos firmados por él, el más notorio fue aquel por el cual debía abolirse el ayuno del día 9 del mes de Av, ayuno estipulado por la destrucción del Templo de Jerusalén, y debía convertirse en día de alegría y festines ya que la redención había llegado. Muchos judíos y no pocos cristianos se preparaban a la llegada de la Redención, vendiendo sus propiedades para dirigirse a la Tierra de Israel. Finalmente S. Zví después de haber sido desenmascarado como falso mesías ante el Sultán por el Cabalista Nehamías Cohen, se convirtió al Islam a fin de salvar su vida y pesar de sostener que su conversión era sólo en apariencias la mayor parte de sus adeptos lo abandonó decepcionado, pero algunos grupos continuaron siguiéndolo secretamente. El propio Zví vio su conversión como parte de las pruebas a las que lo exponía la voluntad divina. A pesar de los acontecimientos, el sentimiento mesiánico siguió vivo en el seno de las masas y otros falsos mesías surgieron en los siglos siguientes. Así a mediados del siglo XVIII, Jacobo Frank aparece en Polonia como un dirigente espiritual que logra acercar fieles partidarios bajo la influencia sabetaísta. Frank basó sus enseñanzas en el Zohar, el libro más importante de la Cabalá y el misticismo judío. Asimismo se auto consideró como una reencarnación del "mesías Shabetai". Frank y su secta fueron excomulgados por los tribunales rabínicos por repudiar la tradición religiosa - Halajá - y despreciar toda disciplina moral. Frank y sus seguidores se convirtieron al catolicismo pero también la Iglesia los expulsó de su seno posteriormente. 2 Hasta su muerte, en 1791, Jacobo Frank siguió proclamándose "mesías". La influencia del movimiento frankista llegó a su fin a comienzos del siglo XIX con la muerte de su hija Eva (1816) quién heredó su posición. El ascenso del falso mesianismo, y la decepción ante el mismo tuvieron una gran influencia en el surgimiento de las corrientes principales del judaísmo en los siglos posteriores. En el marco de las comunidades judías de Europa encontramos durante la primer mitad del siglo XVIII, tres corrientes ideológicas que influyen hasta hoy día sobre el mundo judío. Es importante recordar que estos tres movimientos son contemporáneos, paralelos y tiene una interrelación muy estrecha ya que cada uno a su manera, ofrece una alternativa de vida a los judíos. Dos de estos movimientos coexistieron dentro de la estructura religiosa tradicional: el Jasidismo y los Mitnagdim. El tercer movimiento surgió de la búsqueda en el marco de los procesos de secularización y emancipación de la sociedad judía: el movimiento denominado Iluminismo, Ilustración o Haskalá. El Jasidismo a) El Baal Shem Tov y los comienzos del Jasidismo: Una amarga lucha suscitó en el seno del judaísmo polaco la aparición de una nueva corriente mística vinculada al nombre de Rabí Israel Ben Eliezer, más conocido por su apodo BAAL SHEM TOV o la abreviatura de éste, BESHT, que vivió entre 1700 y 1760. El BESHT se crió y actuó en Polonia y fue, al parecer, de cuna humilde y modesta. En su juventud sirvió de asistente de maestro, bedel de sinagoga y maestro de niños. Después de varios años de retraimiento, aún antes de su "revelación", se convirtió en "BAAL SHEM", nombre con el que se designaba a los curanderos populares que curaban con juramentos y amuletos, y en esa práctica animista continuó incluso después de verse al frente de una comunidad de fieles. Los fundamentos de su doctrina son famosos a pesar de no haber dejado obras escritas, excepción hecha de algunas misivas y de una serie de aforismos que fueron anotados por sus discípulos. No cabe duda que su influencia no se debió a los conceptos doctrinarios que difundió, sino a la fuerza de su personalidad. El Baal Shem Tov tuvo contactos con los cabalistas, con los JASIDIM, ascetas de su tiempo y, según parece, también con los sabetaístas. En su época eran numerosos - incluso entre los jóvenes - los estudiosos de la Cábala. Una de las consecuencias que tuvo la fermentación mesiánica sabetaísta fue la expansión de las doctrinas esotéricas. También se 3 propagó entonces el ascetismo extremo: Salomón (Shlomó) Maimón, joven lituano que con el tiempo había de convertirse en filósofo Kantiano, nos cuenta que hubo jóvenes que se dejaron morir por el exceso de mortificaciones. El gran viraje que trajo el BESHT con su nueva escuela fue que apartó al cabalista de la penitencia y del retiro, orientándolo no sólo hacia el pueblo sino hacia la conducción del mismo, con lo que modeló la imagen de un nuevo dirigente judío, el TZADIK - "justo" jasídico. Fue ese nuevo líder, el Tzadik o justo, el que impulsó una transformación en la conducción judía. En la doctrina jasídica, el justo es el fundamento mismo del mundo; éste no fue creado sino para él; él es quien fija el derrotero de la abundancia (tanto espiritual como material) pudiendo incluso dejar sin efecto los castigos del Todopoderoso. El designio del justo es conducir a su comunidad; sin este objetivo su misión pierde su significación esencial. Por más que el justo se eleve espiritualmente, mientras sus actos no tengan por mira a su grey, ellos no pueden alterar el sistema de las fuerzas universales y acercar la redención, porque "la generación actual no es digna de ella". No sólo ello. La superación espiritual del justo sin la correspondiente elevación de la grey puede ser perjudicial al acarrear consigo la inculpación de la mayoría que no se elevó; como el mundo no puede afrontar la austera escala del justo solitario, su misma devoción exagerada hace que su grey no sea juzgada por el Cielo con benevolencia, sino con todo su rigor. De ahí la importancia sin par que asume la DVEKUT (fervor, devoción, celo) en el sentido que a esa virtud le asigna la doctrina jasídica: el Tzadik se consubstancia con el Creador por un lado y la masa popular por el otro y de tal manera se convierte en el mediador entre el pueblo y su D-s. Por eso es que el justo responde por su grey toda y está obligado a descender de su elevado nivel espiritual (IERIDAT HA-TZADIK, el descenso del justo) para poder elevar a la grey a su nivel. En su descenso, el justo asume aparentemente una forma común, ordinaria; se confunde con las gentes de las ferias y mercados, conversa mucho sobre temas intrascendentes, pero durante todo ese tiempo sigue consubstanciado con el mundo excelso de los cielos y todo lo que persigue con su descenso es ayudar a las masas a elevarse a una escala superior. La premisa en que se basa el Jasidismo es que la santidad está en todos los ámbitos, por lo que el objetivo fundamental de la conducción del justo está en despertar los destellos de santidad (NITZOTZOT) esparcidos en todos los estratos (KLIPOT) del mundo material. Por oposición a la penitencia y por temor a ella, se hizo hincapié en la alegría de servir a D-s; como el BESHT mismo lo dijera: " el mejor de los médicos es el que cura con un elixir más dulce que la miel". La alegría es un elemento fundamental de la doctrina jasídica. El ascetismo y la tristeza de unos pocos devotos imponen sobre el mundo el atributo divino de la justicia estricta, según el cual es juzgado y cuyo rigor no puede soportar. Por eso el júbilo acerca a los pecadores a su creador y estimula su misericordia. Es probable que el énfasis puesto en el regocijo y el peculiar estilo alegre de vida del jasidismo fueron los factores que le atrajeron el favor de las masas, y sobre todo de los jóvenes. 4 Ya en una etapa primaria, vio el BESHT su trayectoria como un camino para las grandes masas, que acerca la redención divina. Durante su gran vivencia mística - el ascenso de su alma al cielo el año nuevo de 5506 (1746) que él mismo describe en su famosa misiva a su cuñado radicado en la Tierra de Israel - el mesías le promete que vendrá "cuando se hagan públicos tus estudios (sabiduría) y se revelen al mundo y se difundan por el exterior tus manantiales", es decir, cuando arraigue su doctrina. Pero aún entonces el Baal Shem Tov no veía con claridad qué camino debía seguir para acercarse a su meta. Y al morir, su nombre era bastante conocido y contaba con adeptos en diversos lugares, si bien éstos no llegaban a constituir más que una agrupación, quizás una comunidad, pero difícilmente un movimiento. b) La cristalización del movimiento jasídico. El maguid de Mezhirech y sus discípulos: Los adeptos del Baal Shem Tov llegaron a él después de numerosas búsquedas. Aunque algunos de sus seguidores eran MAGUIDIM (predicadores; en singular, maguid) difícil es encontrar un rasgo característico común a todos ellos. Estaban los TALMIDEI JAJAMIM (estudiosos) y los ignorantes; judíos de encumbrada posición o gente de pueblo. De sus acólitos dos se destacaron y estamparon su sello en el desarrollo del movimiento. Uno fue Rabí Iaakov-Iosef, rabino de Polonnoye, el discípulo por antonomasía del BESHT y celoso depositario de su legado. "TOLDOT IAAKOV-IOSEF" fue el primer libro jasídico que vio la luz (1780). Pero no fue él quien asumió la dirección del movimiento después del deceso del BAAL SHEM TOV, sino alguien que se acercó al maestro poco tiempo antes de su muerte: Rabí Dov- Ber, el gran Maguid de Mezhirech y de Rovno (fallecido en 1772). El Maguid trasladó el centro del movimiento de la lejana gobernación de Podolia a la de Vohlin, se aplicó a atraer a numerosos jóvenes y hasta envió emisarios a difundir los principios del movimiento por zonas apartadas como Galicia, Rusia Blanca, Lituania y Polonia Central. Los discípulos del Maguid se colocaron al frente de comunidades jasídicas en diversos lugares. Incluso en los lugares en los que adeptos del nuevo movimiento eran escasos, los mismos se reunían separadamente en sus MINIANIM – grupos de 10 hombres requisitado minímamente para el cumplimiento de ciertos preceptos y las oraciones. La oración ocupa un lugar fundamental en la vida jasídica, como conducto esencial para el contacto con las esferas supremas. Las TEFILOT -plegarias públicas, fueron para el Jasidismo más importantes que el estudio de la Torá y eso significó un osado cambio en los conceptos tradicionales en la sociedad judía de Polonia y de Lituania, inclusive en el siglo XVIII. Ese detalle explica la gran importancia que los Jasidim asignaron al Sidur (libro de oraciones o devocionario) del ARI HAKADOSH (Rabi Luria Ashkenazi) con la versión sefardí, distinta de la versión asquenazí que durante generaciones enteras habían seguido los judíos polacos. Así se explica igualmente la importancia de la KAVANÁ intención en el rezo, de los 5 preparativos para el mismo y del entusiasmo en pronunciarlo, cantarlo y/o gritarlo, acompañándolo de pronunciados movimientos del cuerpo, etc. Determinadas teorías cabalísticas llevaron a los Jasidim a faenar las reses con "cuchillos pulidos", sin contentarse con cuchillos afilados normalmente. Se cuenta que ya el BESHT solía prestar suma atención al filo de las navajas y al faenamiento. Finalmente, los Jasidim terminaron por recurrir a matarifes propios y por establecer en muchos lugares faenamiento especiales para sus adeptos. Las comidas en comunidad cumplían una función importante. La participación en la mesa de sábado o fiesta presidida por el Rabí, y en la que éste explicaba su doctrina, especialmente en torno a la Parashat Hashavua (porción de la Torá que se lee cada Shabat) asumieron el carácter de una ceremonia central en la vida de la congregación. Con el tiempo, la Seudá Shlishit (tercera comida del sábado), se convirtió en la más importante de todas: en ella se repasaban las enseñanzas del Rabí, se relataban las maravillas de los TZADIKIM (el relato de sus proezas constituía de por sí un acto de santidad) y se entonaban las melodías jasídicas. A partir de la época en que los viajes de los TZADIKIM por las aldeas se hicieron menos frecuentes, se difundió entre ellos la costumbre de visitar a su Rabí en las fechas festivas. De ese modo, "la corte del Rabí" y sus usanzas adquirieron relieves propios y particulares en la vida de la comunidad jasídica. En cada corte rabínica cristalizaron ceremonias sui generis. Palabras y gestos del Rabí cobraron para sus discípulos un sentido excepcional, esos elementos se sumaron para conferir a cada grupo jasídico su propio matiz y para convertirla en una sociedad monolítica. Hay razones para suponer que dentro del movimiento jasídico se dividieron las opiniones entre los partidarios de un sistema unitario y centralizado, que propiciaba un único dirigente indiscutido para todos y los que consideraban que todo Tzadik con ascendiente sobre una congregación, podía convertirse en su guía y jefe. Es posible que este punto haya sido una de las razones de la discrepancia entre Iaakov-Iosef y el Maguid de Mezhirech. Sea como fuere, el Maguid orientó el movimiento hacia una marcada descentralización según la cual la jefatura era delegada por el maestro a su discípulo. El principio dinástico, por el cual el hijo sucedía a su padre en la conducción de la grey, se impuso en una etapa posterior del desarrollo del Jasidismo y en condiciones totalmente distintas. Entre los discípulos del Maguid que ocuparon un lugar descollante en el movimiento jasídico debe mencionarse a Rabí Levi-Itzjak, rabino de Berdichev, quien siguió el camino del BAAL SHEM TOV en su apología de las gentes del pueblo. En Galitzia difundieron el Jasidismo el MAGUID Rabí Iejiel-Mijel de Zloczow y Rabí Elimelej de Lezanjsk, quien hacía especial 6 hincapié en la responsabilidad del justo por su grey. Su discípulo, Rabí Itzjak-Iaakov, "el visionario de Lublin" (Hajoze miLublin) fue quien introdujo el Jasidismo en Polonia central. En Rusia Blanca y en Lituania, todavía en vida del Maguid, difundió el Jasidismo Rabí Aharón "el grande" de Karlin, cuyos discípulos eran conocidos como "los de Karlin". Casi por la misma época, uno de los discípulos del Maguid, Rabí Menajem Mendl estableció su residencia en Vitebsk y en Minsk. Más tarde encabezó un nutrido grupo de Jasidim que ascendió a Eretz Israel en 1777. El dirigente más importante en esa zona fue Rabí ShniurZalman de Liozna (o Liady) en Lituania. Su erudición bíblica fue extraordinaria y terminó estableciendo una corriente especial en el jasidismo que se llamó “JABAD”, palabra formada con las iniciales de JOJMA (sabiduría), BINA (comprensión) y DAAT (conocimiento) cuyas ideas rectoras expuso en su libro LIKUTEI AMARIM, conocido también como HATANIA. La escuela de JABAD daba preferencia a los elementos racionales y analíticos sobre los emocionales, procurando limitar la mediación del justo entre el hombre simple y el Altísimo a los asuntos meramente espirituales. No cabe duda que la actuación de Rabí Shniur Zalman en una zona en la que las ideas tradicionales estaban en plena vigencia incidió en sus propias concepciones; además, en su escuela se advierten las huellas de la índole "racional" propia de los judíos lituanos. 7 Apéndice A - Correspondiente a las clases 2 y 3 BA'AL SHEM ( " בעל שםPoseedor del Nombre"; pl. Baalei Shem – )בעלי שם. En la creencia popular judía, todo aquel que hace milagros pronunciando y combinando nombres sagrados, especialmente para curar enfermos. Va en el s. XI se conoció un Baal Shem en Alemania, Biniamin hen Zera, quien combinaba nombres sagrados en sus poemas. Los Baalei Shem se popularizaron en el s. XV, cuando se difundió la Kabalá práctica; con la ayuda de frases secretas y amuletos y pronunciando nombres de Dios y de los ángeles, curaban enfermos, expulsaban diablos y malos espíritus (ver Dibik), etc. Muchos de los Baalei Shem se hicieron famosos y la gente acudía a ellos; algunos deambulaban de un lugar a otro ofreciendo sus servicios. BA'AL SHEM TOV, ISRAEL - "BESHT" (c. 1698 1760). Apelativo de [Israel ben Eliezer, fundador de la Jasidut. Nació en Ucrania en el seno de una familia pobre en una época en que la sociedad judía, oprimida por el gobierno polaco, atravesaba por una gran crisis económica y una decadencia social y moral. Quedó huérfano siendo niño y en su juventud trabajó como maestro en un Jeder, como shojet (matarite), cuidador en el Bet Midrash y vendedor de arcilla. A los 18 años deambulaba por las ciudades de Galitzia y Ucrania curando enfermos. con la ayuda de hierbas y amuletos. Luego de casarse se aisló por un tiempo en las montañas, y allí se dedicó a estudiar la Kabalá y el Zohar. Su poder curativo y sus prédicas hicieron tal impresión sobre el público judío, que comenzaron a llamarlo Baal Shem Tov. ("el hombre de la buena fama). Con el tiempo muchos judíos, tanto gente humilde como o estudiantes alanzados y pudientes, se congregaron en su Bet Midrash. en la aldea de Medzibosz. Su ideología estaba dirigida al judío simple que a voces no sabía siquiera rezar. El movimiento que fundó daba más Importancia al sentimiento y a la fe que a la discusión talmúdica y al estudio racional. La Jasidut ACTUÓ como una compensación por las desilusiones que sufriera esa generación a causa de los falsos mesías. Se cuenta que BESHT intentó hacer aliá a Eretz Israel, pero al llegar a Estambul fue "detenido por el cielo" y volvió a su ciudad. BESHT difundió su ideología sólo a través de sus predicas y charlas. Sus alumnos reunieron Y anotaron sus enseñanzas, su biografía y sus actos maravillosos. Al fallecer dejó unos 10.000 discípulos, que fueron la semilla de la jasidut. Rabí ELIAHU DE VILNA - "HAGRA" (1720-1797) Denominado el Gaónt (Eminencia) de Vilna (al estilo de los líderes espirituales de Babilonia). Nació y murió en Vilna: fue uno de los grandes sabios del "judaísmo de las últimas generaciones e instituyó un nuevo método de estudio, ya que evitaba el pilpul utilizado en ieshivot (academias rabínicas) de "Polonia y trataba de comprender la intención de las fuentes, determinando su versión correcta. Era también experto en ciencias y no tuvo reparos en emplear esos conocimientos para interpretar las fuentes. Se intereso en la mística; no obstante luchó contra los primeros grupos de jasidim 8 que surgieron en su época; bajo su liderazgo Vilna se convirtió en centro de los mitnagdim. A los 60 años, quiso hacer aliá a Eretz Israel pero logró llegar sólo hasta Konigsberg y retornó a Vilna. Un gran grupo de sus discípulos llegó a Eretz Israel (1810) y fundó en Tzfat y Jerusalén la comunidad de prushim. Rabí Eliahu de Vilna predicó la educación sistemática y restituyó su importancia a las ieshivot. Escribió más de 70 ensayos sobre diversos temas: exégesis de la Biblia, la Mishná, la Tosefta, el Talmud de Babilonia y el de Jerusalén, comentarios del Shulján Aruj, interpretaciones del Zohar, reglas gramaticales , geografía de Eretz Israel, matemática, astronomía. 9