DIAGNÓSTICO Diagnóstico de la patología habitual de la glándula prostática C. Vargasa y R. Vilanab a Médico especialista en urología. Hospital de Viladecans. Médico especialista en radiodiagnóstico. Hospital Clínic. Barcelona. a,b Quality Medical Service (QMS). Barcelona. L a próstata es un órgano situado en posición extraperitoneal, en el espacio pélvico y que por debajo del cuello vesical envuelve a la uretra. Se describe como un cono invertido, aplastado en sentido anteroposterior, que rodea la porción inicial de la uretra masculina. Su función es esencialmente sexual, y participa en la producción del eyaculado seminal, pero hay un desconocimiento de su verdadera función específica. Realmente ocupa un papel en la fertilidad e, indirectamente, y por su localización, en la protección del tracto urinario a las infecciones. Está formada por tejido glandular y fibromuscular. La porción glandular está dividida en diferentes zonas anatómicas: de transición, periuretral, central y periférica1. Dada su localización en el hipogastrio, por detrás de la sínfisis púbica y delante del recto es de difícil acceso para su exploración clínica y radiológica. No obstante, en la actualidad disponemos de diferentes técnicas de diagnóstico que nos permiten su visualización y detección de las diferentes patologías (tabla I) MÉTODOS DE DIAGNÓSTICO POR LA IMAGEN La urografía intravenosa y la uretrocistografía pueden detectar las consecuencias indirectas que las lesiones prostáticas causan sobre las estructuras adyacentes (uretra, vejiga urinaria, uréteres) pero no permiten visualizar directamente la glándula. La uretrocistoscopia permite valorar la protusión de los lóbulos prostáticos sobre la uretra, con visión directa, además de comprobar el estado del cuello vesical y el grado de obstrucción que producen, siendo en ocasiones de ayuda para discernir las posibilidades de vía quirúrgica ante la necesidad de intervención. La tomografía computarizada (TC) es poco sensible para detectar pequeñas lesiones prostáticas, pero es muy útil para visualizar las alteraciones pélvicas adyacentes y realizar la estadificación en casos de carcinoma prostático. La resonancia magnética (RM) tiene una utilidad similar a la TC, aunque las exploraciones practicadas con bobinas endorrectales permiten visualizar muy bien la propia glándula y detectar lesiones que podrían pasar inadvertidas con otras técnicas. Finalmente, la ecografía es la técnica más utilizada en el estudio de la glándula prostática. Existen varias formas de abordaje de la próstata mediante ecografía: perineal, transuretral, suprapúbica, y transrectal, siendo las más utilizadas estas dos últimas. La vía suprapúbica es útil para determinar el tamaño prostático, la definición de los bordes, la impronta sobre la vejiga urinaria y la posible repercusión sobre el sistema excretor renal. La vía transrectal es mucho más sensible para la detección de lesiones prostáticas. Se realiza mediante transductores de elevada frecuencia (5-7,5 MHz) que se introducen por el recto y permiten realizar secciones transversales y longitudinales de la próstata. Asimismo, nos permite di- TABLA I Diagnóstico por la imagen de la patología prostática Radiología simple Urografía intravenosa Cistouretrografía Ecografía Tomografía computarizada Resonancia magnética Endoscopia (uretrocistoscopia flexible) Estudios isotópicos rigir punciones prostáticas para el estudio citológico en el caso de sospecha de neoplasia o microbiológico en el caso de los abscesos2-6. PATOLOGÍAS PROSTÁTICAS Las principales afecciones que podemos detectar mediante ecografía son: quistes, hiperplasia benigna, procesos inflamatorios y neoplasias. Lesiones quísticas Entre las lesiones quísticas o líquidas se hallan: los quistes congénitos (mulleriano y de utrículo), quistes de retención, degenerativos, tras resección transuretral, dilatación del conducto eyaculador y raramente el carcinoma quístico7,8. Hiperplasia benigna La patología más frecuente es la hiperplasia benigna (HBP). La próstata sufre muy pocos cambios estructurales hasta la pubertad. A partir de ese momento se produce una hiperplasia del epitelio ductal y la formación de esbozos que conducen a la formación del sistema ductal. Este desarrollo se acompaña de un crecimiento lento pero continuo del tamaño prostático. Aproximadamente a partir de los 50 años puede aparecer una HBP, por lo común en las glándulas periuretrales o en la zona de transición. Ésta puede producir un cambio en los hábitos miccionales, denominado sindrome prostático, con sintomatología irritativa y de obstrucción, ocasionando incremento en la frecuencia miccional diurna y nocturna, disminución de la fuerza y calibre del chorro urinario y dificultad para iniciar la micción. La ecografía, la exploración de elección, nos permite medir el volumen prostático y determinar el peso de la próstata. El aspecto ecográfico que podemos hallar en una HBP es: aumento del tamaño glandular, nódulos únicos o múltiples en la zona medial, que pueden tener aspecto muy variable (hipoecoicos, heterogéneos), con zonas quísticas y calcificaciones en su interior (fig. 1). También podemos visualizar calcificaciones alrededor de la HBP y también periuretrales. La porción periférica prostática suele estar comprimida, y puede visualizarse una impronta sobre la base vesical. Si esta HBP produce un efecto obs- DIAGNÓSTICO Diagnóstico de la patología habitual de la glándula prostática C. Vargas y R. Vilana TABLA II Determinacioes del antígeno prostático específico (PSA) PSA total PSA libre PSA libre/PSA total Velocidad de incremento PSA Densidad PSA (PSA/volumen prostático) Variación del PSA/edad TABLA III Valores normales de las diferentes determinaciones del antígeno prostático específico (PSA) PSA total PSA libre/total Velocidad incremento PSA Densidad PSA Variación PSA/edad Figura 1 Paciente de 75 años con sindrome prostático de larga evolución. En la ecografía transrectal (sección longitudinal), se aprecia un importante aumento de la porción media, bien delimitada, con desplazamiento de la porción periférica y pequeñas calcificaciones en su interior, compatible con hiperplasia benigna prostática. tructivo prolongado podemos detectar en la vejiga urinaria un engrosamiento difuso y trabeculado de las paredes vesicales (vejiga de lucha). Prostatitis La prostatitis, proceso inflamatorio agudo o crónico, con diversas etiologías; es una patología que se diagnostica principalmente basandose en la clínica del paciente (fiebre, disuria, dolor perineal, afectación general), el tacto rectal (aumento del tamaño prostático y dolor con congestión detectable al tacto) y los estudios microbiológicos de la orina y el semen. El valor de las técnicas de diagnóstico por la imagen es limitado, aunque no despreciable. Los signos que podemos hallar en la ecografía son: aumento del tamaño prostático, dolor a la compresión con el trasductor, areas hipoecogénicas, hiperecogénicas o heterogéneas, especialmente visibles en las zonas periféricas, calcificaciones y, en algunos pacientes, abscesos prostáticos2-4,9,10. En este último caso, mediante la ecografía, podemos puncionar el absceso para realizar su estudio microbiológico y colocar un drenaje para conseguir un tratamiento más efectivo11. Se ha descrito también la posibilidad de introducir antibióticos localmente en el interior de los abscesos. La ecografía con Doppler color puede ayudar a detectar procesos inflamatorios al aumentar el flujo vascular12,13. Carcinoma prostático La ecografía transrectal también se utiliza, cada vez más, para la detección y estadificación del carcinoma prostático. La incidencia del cáncer de próstata es, al igual que sucede con la HBP, directamente proporcional a la edad del varón. Así, y basándose en hallazgos de autopsias, se calcula que el 10% de los varones entre 50 y 59 años son portadores de, al menos, focos microscópicos de cáncer en la próstata, porcentaje que se eleva hasta el 80% en el grupo de varones cuya edad está comprendida entre los 90 y los 99 años. Por tanto, el cáncer de próstata es la neoplasia más frecuente en el varón desde el punto de vista histológico, aunque, afortunadamente una elevada proporción de estos carcinomas tienen una escasa agresividad y un crecimiento lento; a diferencia de otras neoplasias, hay una diferencia importante entre la prevalencia y la mortalidad. < 4 ng/ml > 0,20 < 0,75 ng/ml/año < 0,15 40-49 años 50-59 años 60-69 años 70-79 años 2,5 ng/ml 3,5 ng/ml 4,5 ng/ml 6,5 ng/ml Tres son los pilares sobre los que se fundamenta el diagnóstico del cáncer prostático: el tacto rectal, la determinación del antígeno prostático específico (PSA) y la ecografía transrectal más biopsia. El tacto rectal sigue siendo una prueba muy útil en el estudio prostático, pero indudablemente inexacta, y proporciona una gran cantidad de información, tanto en el estudio de la HBP como en el cribado del carcinoma prostático, pero en ocasiones muchos focos cancerosos son indetectables (por su tamaño, en ocasiones la textura del cáncer puede ser similar a la normal, la localización puede ser anterior, etc.). Según algunos autores el tacto rectal puede detectar el carcinoma en fases precoces en tan sólo el 10% de los casos. Según otros estudios, el valor predictivo positivo del tacto rectal en manos expertas es aproximadamente del 40%; es decir, realmente el 40% de los casos en que se sospecha mediante tacto rectal, es cáncer. Por tanto, es indudable que bastantes casos de neoplasias, principalmente las de pequeño tamaño, no se detectan por el tacto rectal y algunas de ellas se diagnostican mediante la ecografía transrectal y la determinacxión del PSA. El PSA es una proteína sintetizada en las células epiteliales prostáticas con la función de licuar el coágulo seminal, y que puede detectarse en el torrente circulatorio. Podemos considerar que el PSA constituye una de las aportaciones más importantes al diagnóstico y seguimiento de los pacientes con cáncer de próstata. Los niveles en sangre del PSA pueden verse afectados por cualquier patología prostática y por las maniobras intervencionistas. Sin embargo, el PSA se incrementa mucho más en los pacientes con adenocarcinoma que en los pacientes con HBP, pero como prueba de cribado tiene poca especificidad. Por tanto, se utilizan otros parámetros para aumentarla como la densidad del PSA, la velocidad de PSA (incremento anual del PSA) el PSA libre y el cociente PSA libre/PSA total, así como tambien la variación del PSA con la edad (tablas II y III). De todas ellas, sólo el cociente PSA libre y PSA total ha demostrado su verdadera utilidad. A pesar de estas nuevas aportaciones no se debe olvidar que el PSA puede ser normal en el 30-40% de los pacientes que padecen un cáncer de próstata confinado a la glándula14-18. Con la mejoría de los equipos ultrasonográficos se ha conseguido detectar un mayor número de carcinomas y determinar su aspecto. Así, los hallazgos ecográficos en el carcinoma prostático pueden ser: nódulos hipopecoicos (60%) (fig. 2), nódulos hiperecoicos (25%), nódulos isoecoicos (15%), nódulos quísticos (raros), calcificaciones, contornos prostáticos nodulares e irregulares, rotura de la cápsula e invasión de las vesiculas seminales y de la vejiga urinaria2-4. Según un estudio de Fernández et al la sensibilidad de la ecografía transrectal para detectar el carcinoma de próstata es DIAGNÓSTICO Diagnóstico de la patología habitual de la glándula prostática C. Vargas y R. Vilana bilidad de forma aislada para determinar la existencia de neoplasia prostática, especialmente en fases precoces, es imprescindible combinarlos para aumentar la eficacia diagnóstica. En resumen, se pueden seguir diferentes algoritmos para el diagnóstico del carcinoma de próstata. Uno de los utilizados actualmente se expone en la figura 3. Por último, en el diagnóstico de la estadificación, la ecografía transrectal es útil para visualizar la afección de las vesículas seminales y la invasión capsular. La ecografía abdominal ayuda a determinar si existe hidronefrosis o adenopatías retroperitoneales o metástasis a distancia. La TC y La RM son muy útiles para realizar una correcta estadificación y, finalmente, las exploraciones isotópicas se utilizan para detectar la existencia de metástasis óseas. Figura 2 Paciente de 68 años, con valores de antígeno prostático específico (PSA) en sangre de 15,5 ng/ml. En el tacto rectal se palpó un nódulo duro en la porción periférica derecha. Se realizó una ecografía transrectal que confirmó la existencia de una lesión hipoecoica, de 1,5 cm de diámetro, situada en el lóbulo derecho prostático (flechas grandes). Se practicó una biopsia por vía perineal, con aguja de corte (flechas pequeñas), con el resultado de carcinoma prostático. PSA < 4 ng/ml PSA 4-10 + relación PSA libre/total > 20 TR/eco normal Control PSA > 10 ng/ml PSA 4-10 + relación PSA libre/total < 20 TR/eco alterada Biopsia Figura 3 Algoritmo diagnóstico del carcinoma de próstata. TR: tacto rectal, y eco: ecografía transrectal. del 74%, la especificidad del 87,9%, el valor predictivo positivo del 68,2% y el valor predictivo negativo del 90,6%19. Otros autores indican, no obstante, que entre el 40 y el 50% de los carcinomas de próstata no se consiguen detectar mediante ecografia transrectal, por lo que ante un tacto rectal sospechoso y/o elevación de los valores de PSA debe realizarse biopsias aleatorias seriadas de los diferentes lóbulos (mapeado). En pacientes con valores de PSA entre 4 y 10 ng/ml, las biopsias seriadas (sin que se visualizen lesiones en la ecografía) llegan a detectar carcinomas en el 22% de los casos, y en los pacientes en que los valores del PSA son superiores a 10 ng/ml se detectan carcinomas mediante punción seriada en el 67% de casos14-20. En la actualidad existen estudios realizados mediante las diferentes técnicas de Doppler color para detectar mejor los focos neoplásicos y para poder dirigir con precisión las biopsias a las zonas sospechosas21. Las vías de abordaje para realizar la biopsia de próstata son la vía perineal y la vía transrectal. Suelen utilizarse agujas de corte de 16-18 G, para poder realizar estudio histológico. Las complicaciones que pueden presentarse después de la biopsia prostática son: dolor, reacción vagal, hemorragia, infecciones, hematospermia y retenciones urinarias2-5. 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