30 la voz de asturias Miércoles, 26 de octubre de 2011 Comarcas www.lavozdeasturias.es corresponsalias@lavozdeasturias.com Reportaje Las tortugas son los reptiles de los que se han hallado más fósiles pilar alonso colunga 3 Asturias atesora el mejor registro de reptiles marinos del jurásico en España. Así lo confirma el equipo científico del Muja, que a lo largo de los últimos años ha logrado identificar algo más de 200 fósiles localizados en las formaciones de Gijón, Rodiles (Villaviciosa), Tereñes (Ribadesella) y Lastres (Colunga). Se trata de fósiles cuya antigüedad oscila entre los 151 y los 190 millones de años, pertenecientes a cuatro grupos. Ictiosaurios, de aspecto similar a los grandes túnidos, plesosaurios, semejantes al legendario monstruo del lago Ness, cocodrilos marinos y tortugas. Sólo de este último grupo, el equipo del Muja ha logrado inventariar más de un centenar de piezas procedentes de los yacimientos de Tereñes y Lastres entre las que figuran diversas capas de caparazón, así como tres cráneos y otros tantos caparazones completos, aunque aún no se ha podido asociar unos a otros. Y es que “de no producirse un enterramiento rápido, que permitiría localizar el esqueleto completo con cráneo, lo más común es que se localicen cráneos y caparazones por separado”, explica José Ignacio Ruiz-Omeñaca, miembro del equipo científico del Museo Jurásico de Asturias (Muja), liderado por José Carlos García Ramos. Los fósiles de tortugas marinas, “el reptil más abundante en el Jurásico superior en Asturias” por número de piezas inventariadas en el Muja, están siendo actualmente objeto de estudio por un investigador de la Universidad Complutense, Adan Pérez, que probablemente arroje algo de luz al conocimiento de un reptil del que hasta ahora se ha investigado poco, admite RuizOmeñaca. No así de otros reptiles marinos de cuya presencia en la costa asturiana durante el Jurásico inferior y superior han dejado constancia los fósiles localizados en los diversos afloramientos costeros de Gijón, Villaviciosa, Colunga y Ribadesella. Algunas de estas piezas se exponen desde hace algún tiempo en las vitrinas del Museo jurásico de Asturias, mientras que la inmensa mayoría aguardan en el almacén del museo, -al que los responsables del mismo se refieren a el como la litoteca, “por aquello de que almacenamos piedras”, bromea Ruiz-Omeñaca-, para ser extraídas de las rocas en las que han quedado fosilizadas. El Muja alberga el primer fósil de Dakosaurus de la península El museo cuenta con 200 restos de reptiles marinos del Jurásico Ruiz-OmeñAca junto a restos fósiles de una tortuga marina, vértebra y cráneo de cocodrilos y bajo estas líneas un diente de Dakosaurus. La costa de los reptiles jurásicos Asturias y el Oriente regional atesoran el mejor registro de reptiles marinos del Jurásico de la península Sobre estas líneas, caparazón fosilizado de una tortuga. Las otras imágenes pertenecen a un esqueleto y una vértebra de plesiosaurio. Así, entre los primeros destaca un esqueleto de plesiosaurio del Jurásico inferior que habitó la costa maliayesa hace más de 180 millones de años y que fue localizado en la formación de Santa Mera, o el fósil de un cocodrilo con cráneo, perteneciente al Jurásico superior, hallado en las inmediaciones de la playa colunguesa de la Griega. Mientras otros restos fósiles, como la mandíbula de un pequeño ejemplar de ictosaurio del Jurásico inferior localizado en el yacimiento de Santa Mera, una vértebra de plesiosaurio procedente de la formación de Rodiles, en Villaviciosa, o el vientre y el caparazón de una tortuga perteneciente a la formación riosellana de Tereñes, reposan en las entrañas del Muja, a la espera de que algún día puedan ser expuestos de forma permanente en el museo que corona la rasa de San Telmo. Primer Dakosaurus Asimismo, y seguido en número de los restos de tortugas marinas, el equipo científico del Muja cuenta con decenas de piezas dentales aisladas pertenecientes en su mayor parte a plesiosaurios y cocodrilos marinos del Jurásico superior y gracias a las cuales se han podido tener constancia de la presencia en nuestras costas hace alrededor de 150 millones de años de al menos “cuatro tipos de cocodrilos marinos diferentes”, tal y como señala RuizOmeñaca. Y entre todos esos fósiles destaca una pieza dental localizada en La Griega y perteneciente a un Dakosaurus, y que, a pesar de su ínfimo tamaño, es de especial relevancia porque es el primer resto que se asocia a esta grupo de cocodrilos en la Península Ibérica. “Hasta ahora se había constatado su existencia en otras zonas de Europa como Francia, Alemania o Inglaterra, pero nunca en nuestras costas”.D