Warning: Because of being a work made inside academia, this paper presents features which meet the requirements of the departments (chairs) and the orientation of the directors (or professors) thereof. Advertencia: Por ser una obra realizada en el interior del ámbito académico, este documento presenta las características que se ajusten a los requerimientos de la cátedra y la orientación de los profesores de la misma. El capitalismo tardío en la industria cultural argentina Late capitalism in the argentine cultural industry Antonella Prezio Evelyn Silvestre Cecilia F. Bortot-Badaille Teoría sociológica contemporánea: La esfera de la cultura en el capitalismo tardío Cátedra: Ana Wortman Facultad de Ciencias Sociales Universidad de Buenos Aires Video adjunto: http://www.youtube.com/watch?v=dOdUdLUniyo Jun, 2013 En este trabajo pretendemos dar cuenta de cómo los cambios producidos por el devenir del capitalismo tardío: la implementación de organizaciones fexibles, la caída de las estructuras, la falta de estabilidad/seguridad laboral, etc. , producen nuevos tipos de relaciones sociales y nuevos consumos culturales. Adorno y Horkheimer, advertían que el desarrollo de la industria cultural refeja el dominio del mercado sobre la esfera de la cultura y las producciones artísticas. Para estos autores, la modernidad fracasó ya que su promesa de liberación no fue alcanzada, ya que el sujeto/consumidor se encuentra constantemente expuesto a la circulación de bienes culturales, los cuales responden a una producción estandarizada, en masa, predeterminada y estratégicamente dirigida a un público particular, que reproduce estereotipos y formas ideales de ser (por ejemplo: el estilo de vida americano, las modas y los gustos etc.), que en realidad terminan bloqueando cualquier tipo de refexión por parte de los individuos, que inconscientemente aceptan y reproducen sin oponer resistencia a la realidad-ficción que se les ofrece. Hablamos de masas engañadas, que se creen libres, a las que la industria cultural regula sus elecciones, las orienta y determina; esquematizando la vida de los hombres tanto en el trabajo como en su tiempo libre o de ocio. La reproducción mecánica del arte, del sexo, del cine, de lo bello, de la risa, etc., implica una nula refexión por parte de los consumidores y expectativas estereotipadas difíciles de alcanzar, debido a que la industria cultural los engaña con cada producto, prometiéndoles felicidad y libertad que jamás encontrarán, ya que son producidos con intención de que éstos sean “eternos consumidores”. “La industria cultural no sublima, sino que reprime y sofoca” (1988; 168). La estandarización y repetición de productos culturales, no conllevaron un aumento de las capacidades creativas de los individuos en tanto liberación, sino que el único espacio reservado para la expresión de los hombres, queda determinado, haciendo de estos, meros reproductores y consumidores. Partiendo de esta concepción de Adorno y Horkheimer , hemos realizado un video seleccionando escenas de las siguientes películas argentinas/españolas[1]: “Fuga de cerebros” (1998) donde dos adolescentes, son jóvenes ladrones que sueñan con concretar un viaje al país de las oportunidades, los Estados Unidos. En su afán por librarse cuanto antes de todo lo que les rodea cometen robos con los que financiar la compra de un auto que los lleve a norteamerica. “El método” (2005) en la cual siete aspirantes a un alto puesto ejecutivo se presentan a una prueba de selección de personal para una empresa multinacional, entre formularios, acreditaciones y demás burocracia empresarial, los participantes crearán alianzas, producirán disputas, revelarán secretos; y poco a poco, se irán eliminando mutuamente en la lucha por la supervivencia, en un panorama laboral capitalista del mundo globalizado. “Las viudas de los jueves” (2008) que muestra el estilo de vida al interior de un espacio separado de la realidad por muros y cámaras que todo lo vigilan. Tres cadáveres aparecen fotando en una piscina. La comunidad se apresura a etiquetarlo de accidente. Pero la revisión de las últimas actividades de las víctimas hace dudar sobre el carácter accidental de esas muertes. En las escenas seleccionadas se puede ver claramente la reproducción de las relaciones sociales características del capitalismo tardío, donde adquiere nuevos significados la cultura, la posesión de determinados bienes y la relación de clase con estos bienes. En el capitalismo tardío, el campo cultural no está diferenciado del resto de los campos (como lo estaba en la modernidad), cambiaron las relaciones de poder, los bienes simbólicos y la creación cultural. Los “acontecimientos políticos, crisis sociales y económicas impactan en la lógica de los actores sociales y culturales en Argentina” (Wortman: 2012, 13). Siguiendo a Appadurai (2001) quien considera que con la modernidad se produce un quiebre con todo tipo de pasado en las relaciones intersocietales en las últimas décadas, donde las migraciones y los medios de comunicación refejan los cambios sucedidos en el “trabajo de la imaginación”, entendido como elemento constitutivo de la subjetividad moderna. Las TICs transforman y ofrecen nuevos recursos y disciplinas para la construcción de la imagen de uno mismo y del mundo, en todo momento y en todo lugar. Debido a la multiplicidad de formas que adoptan y a la velocidad con la que avanzan, se instala en la vida cotidiana, haciendo de la construcción del Yo un proyecto social cotidiano. “Los medios electrónicos y las migraciones masivas caracterizan el mundo de hoy (…) como fuerzas que parecen instigar (y, a veces, obligar) al trabajo de la imaginación” (2001,19). Contrariamente a la idea negativa y racional de Adorno y Horkheimer respecto de las industrias culturales como cegadoras de la capacidad de imaginación y refexión de los individuos, Appadurai entiende que el vértigo de la circulación de imágenes y sensaciones vehiculizadas por las TICs inciden en la manera en que los fujos migratorios construyen imágenes de sí mismo, recreando con este tipo de consumo cultural sus propias representaciones sociales, es decir, buscando anexar lo global y lo moderno a su subjetividad. El trabajo de los imaginarios atraviesa los argumentos de las tres películas elegidas. En Fuga de Cerebros, el protagonista busca llevar a cabo su sueño de viajar a U.S.A. donde supone lo espera una nueva vida, donde logrará hacer “cosas grandes”. Como así también en “la viuda de los jueves” donde en cada crisis se recurre siempre a la necesidad de viajar a “un país serio”, donde se pueda crecer o simplemente viajar por placer porque lo bueno se encuentra en otra parte, hasta en la adquisición de una nueva casa o un nuevo auto. El trabajo de Appadurai nos permite ver que con la globalización se redefinen las nociones de tiempo y espacio. Las identidades ya no se condicen con la pertenencia a un Estado nación, sino que se está frente a un proceso de transnacionalización en donde las identidades se forjan por fuera de la nacionalidad de los individuos, mediante, en y a través de las TICs y los medios de masas, a partir de los cuales los sujetos, desterritorializados, forjan sus identidades recuperando las imágenes, relaciones y sensaciones que circulan y repercuten en su vida cotidiana. El movimiento de las imágenes conlleva nuevos órdenes de inestabilidad en la producción de las subjetividades, es decir, la dificultad de formar una identidad en esta época en la que el libre acceso a la oferta variada de industria cultural impacta en la sociedad. La industria cultural, facilitada por las TICs, permite entonces conocer distintos lugares, culturas, productos, ya sea por ejemplo, desde la música hasta la gastronomía, que son reapropiados por los consumidores para definirse y diferenciarse. Por ejemplo, la valoración del idioma inglés, como adquisición de status en una entrevista de trabajo (El método, 2005) o por seducción (Fuga de cerebros, 1998). Debido a las migraciones en masa, y los medios de comunicación masivos, los espectadores y las imágenes circulan en simultaneidad. Para Appadurai el trabajo de la imaginación es un hecho cultural, partiendo de esta concepción, busca señalar deferencias con las que se forjan identidades. Esto puede verse claramente en cómo se vive la crisis al interior de un country (La viuda de los jueves, 2008) o al interior de un edificio, encerrado en una entrevista de trabajo (El método, 2005). Por su parte Eva Illouz (2009) refexiona acerca del lugar de las emociones y la construcción y configuración de las identidades en el “capitalismo emocional”. Remontándose a los `60, explica como la “narrativa terapéutica” definida por psicólogos y psiquiatras, que pregonaba y posibilitaba el conocimiento y la “autorrealización del yo” como lo deseable y saludable, en oposición a lo patológico o desviado, conllevó al desarrollo de un nuevo “campo emocional” en el nuevo capitalismo, donde las “emociones” y “personalidades” son ya objeto de consumo y “se convirtieron en entidades evaluadas, examinadas, discutidas, negociadas, cuantificadas y mercantilizadas”(2009, 227). En el “capitalismo emocional”, la definición y legitimación de un “estilo emocional” o ideal de “yo auto realizado”, junto con la mercantilización de la salud mental y emocional, abrieron paso a la regulación de nuevas formas de distinción y clasificación social que ella denomina “competencia o capital emocional”, las cuales se extendieron por múltiples espacios sociales (familia, grupos de apoyo, show televisivos e Internet) y se formalizaron y materializaron en el ámbito del trabajo. A través de los test de personalidad y el concepto de “inteligencia emocional” desarrollados en el ámbito empresarial, se sanciona, clasifica y legitima un estilo y lenguaje emocional “competente” para el “desempeño personal y laboral” que el capitalismo requiere: un conocimiento y cuidadoso manejo del yo y las emociones, la capacidad de trabajo en equipo, el uso del yo de manera creativa y productiva, entre otros. Illouz entiende que las emociones, son significados culturales y relacionales que están muy fusionados y que es esta fusión, lo que les confiere su carácter energético y por lo tanto, pre refexivo y semiconsciente. Son aspectos profundamente internalizados e irrefexivos de la acción, porque tienen demasiada cultura y sociedad. Buena parte de las disposiciones sociales son también disposiciones emocionales. La autora afirma que la construcción del capitalismo se dio de la mano de la construcción de una cultura emocional, es así que las emociones son actores principales del capitalismo y de la modernidad. Durante el siglo XX se llevó a Hombres y Mujeres a concentrarse en su vida emocional laboral, familiar, mediante el uso de técnicas que llevan a un primer plano el Yo y su relación con los demás, esto es lo que ella denomina “capitalismo emocional”. La cultura emocional victoriana había dividido a Hombres y Mujeres según el eje de las esferas públicas y privadas, la cultura terapéutica del siglo XX reordenó esos límites al dar a la vida emocional un papel central en el ámbito laboral. Entonces los acontecimientos y transformaciones sociales y culturales producidas en el contexto de un capitalismo más fexible y pleno desarrollo de nuevos medios y tecnologías de la información y comunicación, se desarrollaron nuevas identidades que tuvieron impacto sobre las relaciones sociales, el uso del espacio y el tiempo, los objetos, las emociones y sensibilidades. Estas “sociedades de consumo”, donde la mercantilización invade todas las esferas de la vida social, generando nuevos estilos de vida y formas de construcción de las subjetividades, atraviesan el ámbito del trabajo, las relaciones personales y sociales en general, y producen nuevas formas de exclusión e integración social. Para Sennett (2006), la “fexibilidad” en el posfordismo se caracteriza por una reinvención de las instituciones basadas en “proyectos cortos” presentes, y desconectados del pasado, por la especialización fexible en las redes de producción, “en tanto las empresas cooperan y compiten a la vez, buscando sectores del mercado que cada una de ellas va ocupando con carácter temporal más que permanente y adaptándose a la corta vida de los productos ”(2000,52). El autor explica la nueva lógica “meritocrática” empleada por las empresas del capitalismo fexible, aquellas situadas en las “ciudades globales”, como por ejemplo llevando a cabo el “método de selección” en la película “el método”. Las consecuencias de las nuevas formas de operar del capitalismo fexible, emocional, o de consumo (y del sistema global en general) vuelven problemática la tarea de forjarse una identidad y pensar un “proyecto de vida” a largo plazo, tal es así que se cae en una crisis en la cual, lo que podríamos llamar identidad laboral, repercute en el proyecto de vida amorosa, familiar, etc. En este contexto de “modernidad líquida”, en este nuevo mundo de la “fexibilización”, condenado por el desempleo estructural, “(…) hasta las posición más privilegiada puede resultar no ser más que temporal. Es así que en la Película “las viudas de los jueves”, los protagonistas terminan por suicidarse debido a la imposibilidad de soportar su fracaso laboral, económico y familiar dando cuenta de que tanto en la vida cotidiana como en el ámbito del trabajo, la precarización descompone los lazos y asociaciones, haciendo del compromiso, contratos a corto plazo, temporales, de posible ruptura. El nuevo capitalismo ha terminado con la idea “añeja” de que el trabajo estable o de largo plazo era el principal medio para acceder a una vida familiar con prosperidad. Ahora se ha generalizado la incertidumbre que termina por disolver la acción planificada y los vínculos de confianza y compromiso. Es por esta razón que en varias escenas de la película “El método”, vemos como han cambiado varias veces de trabajo y de ciudad, para adaptarse a este, pero ninguno, como dice un actor en la película, ha “logrado construir algo” en su vida. La fexibilidad laboral ha erosionado los vínculos tanto laborales como familiares, ya no se basan en un sentimiento de confianza, compromiso y lealtad. Es posible ver en las escenas de la película La viuda de los jueves, lo dificultoso que se les hace poder establecer lazos con sus hijos y hasta con sus parejas debido al pleno foco en el trabajo y la lucha por mantener su posición. Por otra parte, Illouz y Sibilia describen las consecuencias de las nuevas tecnologías y medios de la comunicación e información y la producción cultural, sobre la construcción de las subjetividades y las relaciones sociales cotidianas, amorosas y sociales en general. Para Sibilia (2008) los medios de comunicación constituyen dispositivos que expresan y contribuyen a construir ciertas formas de ser y estar en el mundo. En este sentido señala como hacia finales del siglo XX y comienzos del XXI, las transformaciones socio-culturales y tecnológicas producidas en el mundo occidental, devinieron en una mutación en las formas de construir la subjetividad: se vive tanto la “exhibición de la intimidad” como la “espectacularización de la personalidad”. En tiempos de “cultura de las sensaciones y del espectáculo”, proliferan nuevas formas de autoconstrucción, ya no cultivadas en la propia interioridad y autenticidad del yo, sino donde, el Yo privado se exterioriza, se hace visible y se estructura a partir de la imagen visible de lo que cada uno es. Las nuevas configuraciones “alterdirigidas” proyectan su intimidad en la visibilidad de las pantallas de Internet, televisión, celulares, revistas o periódicos y además tratan de adaptarla a ellas. Ahora, la confesión se volvió mediática, en una “cultura de las apariencias, del espectáculo y de la visibilidad” lo que importa es el reconocimiento del Otro, el ser visto. Y “cada vez más, hay que aparecer para ser” (2008,130). Es así como puede percibirse la vida de los protagonistas de “Las viudas de los jueves”, hasta quienes no se sienten verdaderamente parte de esa “comunidad”, actúan en función de lo que se espera de cada uno de ellos para pertenecer. Al igual que el protagonista en “Fuga de cerebros” que finge dominar el inglés y expresa sus posibilidades de desarrollar “cosas grandes” para conquistar a una chica o para deslumbrar a sus amigos. En “El método” se busca destacarse en todos los aspectos posibles, hasta en los mas íntimos y personales, visibilizarlos para lograr ser elegido para un mejor puesto de trabajo, se generan relaciones frágiles, poco duraderas en función de intereses personales y reconocimiento de pares. De esta manera, se pone en evidencia la idea de que la “personalidad” emergió como un producto ha ser consumido, y no producido. Las imágenes y lenguajes audiovisuales e informáticos que se filtran, recrean el mundo y salen de las pantallas, penetran en las narrativas del yo y contribuyen a la “espectacularización de la intimidad”, y también a buscar la distinción en la imitación y consumo de los modelos o estilos difundidos por los slogans publicitarios y las modas imperantes, como los más deseables o los únicos posibles. Podemos ilustrar esto con la escena de Fuga de cerebros en la cual, el protagonista reproduce el estereotipo difundido por la industria cultural de “Romeo” al llevarle fores a la chica en la ventana. El impacto de las tecnologías en la compresión del espacio y el tiempo tiene consecuencias sobre las formas de pensar y vivir la “historia” (un pasado-presentefuturo). Como señala Sibilia el pasado perdió su capacidad de dar inteligibilidad a la historia personal y el fuir del tiempo, así como su poder de estructurar la singularidad del yo y su presente. En conclusión, fueron seleccionados estos fragmentos para dar cuenta de que: vemos refejados en estos productos culturales cinematográficos los nuevos estilos de vida, “la estandarización” de la relaciones sociales, tanto amorosas como laborales, ya que los productos culturales crean representaciones, simulacros, que vuelven insensible al sujeto respecto de su presente “real” cotidiano. Es decir, que las producciones culturales como la literatura, el cine, la pintura, la arquitectura etc. pueden y deben ser interpretadas como “intentos de distraernos y desviarnos de esa realidad, o de disfrazar sus contradicciones y resolverlas a modo de diversas mistificaciones” (Jameson, 1996) Bibliografía Adorno, Theodor y Horkheimer, Max “La industria cultural: el iluminismo como mistificación de masas” en la Dialéctica del iluminismo. Sudamericana, Buenos Aires. Varias ediciones. H. Appadurai, Arjun (2001) La modernidad desbordada. Dimensiones culturales de la globalización. FCE, Buenos Aires. Capítulo I “Aquí y ahora”, pp 17-38 Illouz, Eva (2009) Intimidades congeladas Katz Editores, Buenos Aires Jameson, Fredrich (1996) “La lógica cultural del capitalismo tardío” en Teoría de la posmodernidad, Madrid, Trotta. Sennet, Richard (2000) La corrosión del carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo. Anagrama. Barcelona Sennet, Richard (2006) La cultura en el nuevo capitalismo. Editorial Anagrama. Barcelona. “El talento y el fantasma de la inutilidad” Sibilia, Paula (2008) La intimidad como espectáculo. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires Wortman, Ana (2004) comp “Imágenes publicitarias, nuevos burgueses”. Prometeo Editorial, Buenos Aires. Varios artículos (2009) “Clases medias y consumos culturales en la Argentina post años noventa” (2010) “Las clases medias argentinas”, volumen colectivo coordinado por Franco, R y otros. Las clases medias en América Latina, Siglo XXI México. [1] Si bien una de las películas es española, fue incluída en la selección, por estar contextualizada en un estado en crisis similar al vivido en Argentina en el 2001.