TUTELA REPORTE DE CONSULTA RELEVANTE SALA DE CASACIÓN LABORAL ID : 393952 M. PONENTE : ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERÓN NÚMERO DE PROCESO : T 60677 NÚMERO DE PROVIDENCIA : STL3339-2015 CLASE DE ACTUACIÓN : ACCIÓN DE TUTELA - SEGUNDA INSTANCIA TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA FECHA : 18/03/2015 DECISIÓN : CONFIRMA CONCEDE TUTELA ACCIONADO : MUNICIPIO DE IBAGUÉ / SECRETARÍAS DE LA PROTECCIÓN SOCIAL y de BIENESTAR SOCIAL / MINISTERIO DEL TRABAJO / FIDUPREVISORA S.A. / FIDUCOLDEX S.A. / FIDUCENTRAL S.A. / COLOMBIA MAYOR ACCIONANTE : JOSÉ URIEL VANEGAS MARTÍNEZ ACTA n.º :8 FUENTE FORMAL : Ley 100 de 1993 art. 1, 257, 258 / Ley 1275 de 2009 / Decreto 455 de 2014 art. 3 / Decreto 3371 de 2014 art. 33 TEMA: PERSONAS DE LA TERCERA EDAD - Sujetos de especial protección- Persona en estado de debilidad manifiesta: medidas especiales en desarrollo del principio de solidaridad Tesis: «El artículo 13 de la Constitución Política impone la obligación al Estado de proteger a las personas en situación de debilidad manifiesta, en especial a las que son sujetos de especial protección constitucional como las de la tercera edad, a quienes dada su situación requieren de particular consideración, pues carecen de recursos económicos para subsistir dignamente, se encuentran incapacitados para trabajar debido a su edad y estado de salud, y en su gran mayoría no cuentan con familia que les proporcionen un apoyo. En relación con estos individuos en situación de debilidad manifiesta, la jurisprudencia de esta Sala ha indicado que el Estado, en desarrollo del principio de solidaridad, tiene el deber jurídico de adoptar medidas especiales de protección, así lo establece el artículo 46 Constitucional al consagrar el subsidio alimentario, como medida de solidaridad y protección, especialmente frente a aquellas que presentan condiciones de particular vulnerabilidad, prerrogativa que se encuentra establecida en los artículos 257 y 258 de la Ley 100 de 1993, mediante los cuales se creó el programa de auxilios para los ancianos indigentes. Al tratarse de sujetos de especial protección, es necesario atender las particularidades de cada uno, para determinar si se configura o no la existencia de un perjuicio irremediable que afecte los derechos fundamentales, pues de ser así, se hará necesario el amparo pretendido para restablecer sus garantías, y asegurar el pleno goce de sus derechos». PROGRAMA DE PROTECCIÓN AL ADULTO MAYOR - Subsidio económico - Requisitos: marco legal Tesis: «Como ya se precisó los artículos 257 y 258 de la Ley 100 de 1993 consagran el programa de auxilios para los «ancianos indigentes», cuyo objeto es brindar un apoyo económico en virtud del cual se les entrega hasta el 50% del salario mínimo legal mensual vigente, siempre que se cumplan los requisitos que allí se señalan, y que se desarrollaron en forma específica en el artículo 30 del Decreto 3771 de 2007, entre los que se encuentran: ser colombiano, adulto mayor, vivir en la calle y de la caridad pública, que su ingreso no supere medio salario mínimo legal mensual vigente, o inferior a uno en caso de que viva con la familia. Lo anterior sin duda es una manifestación legal del citado artículo 46 superior, y para tal propósito, se implementó el Programa de Protección Social al Adulto Mayor, hoy Colombia Mayor, cuyos recursos provienen de la Subcuenta de Subsistencia del Fondo de Solidaridad Pensional, y son administrados por sociedades fiduciarias». PROGRAMA DE PROTECCIÓN AL ADULTO MAYOR - Subsidio económico: criterios de priorización Tesis: «Ahora, dada la inmensa población que requiere de estas ayudas, es lógico que existan reglas para determinar quienes lo necesitan con más urgencia, y por ello, además de lo ya descrito, se establecieron criterios de priorización, actualmente consagrados en el artículo 3º del Decreto 455 de 2014, el cual modificó el 33 del 3771, que son como sigue: «1. La edad del aspirante. 2. Los niveles 1, 2 del Sisbén y el listado censal. 3. La minusvalía o discapacidad física o mental del aspirante. 4. Personas a cargo del aspirante. 5. Ser adulto mayor que vive solo y no depende económicamente de ninguna persona. 6. Haber perdido el subsidio al aporte en pensión por llegar a la edad de 65 años y no contar con capacidad económica para continuar efectuando aportes a dicho sistema. En este evento, el beneficiario deberá informar que con este subsidio realizará el aporte a pensión con el fin de cumplir los requisitos. Este criterio se utilizará cuando al beneficiario le hagan falta máximo 100 semanas de cotización. 7. Pérdida de subsidio por traslado a otro municipio. 8. Fecha de solicitud de inscripción al programa en el municipio». PROGRAMA DE PROTECCIÓN AL ADULTO MAYOR - Personas de estatura baja: necesidad de tratamiento diferenciado en procura de reestablecer las mayores restricciones a las cuales están sujetos PROGRAMA DE PROTECCIÓN AL ADULTO MAYOR - Personas en condición de discapacidad: extensión de los beneficios a las personas de estatura baja DERECHO A LA SEGURIDAD SOCIAL - Programa de protección al adulto mayor - Personas de estatura baja: la inclusión en el programa no puede limitarse a causa de la afiliación al régimen contributivo de salud Tesis: «Sin duda las personas que integran ese sector de la población deben ser objeto de un trato especial diferenciado, que reconozca que, debido a su estatura, están sujetos a mayores restricciones, por ejemplo en el acceso al empleo y por ende a la posibilidad de subvenir sus necesidades. Precisamente la existencia de las barreras sociales que restringen o limitan la posibilidad del goce efectivo de derechos de las personas de talla baja ha originado que, desde le legislación, se prevean mecanismos efectivos de integración que aminoren las dificultades de todo orden a los que se ven sometidos y que además permitan elevar las condiciones de vida de tal sector. Aún cuando, de manera expresa, las normas internacionales, entre las que se cuenta la Convención de la ONU sobre Derechos de las Personas con Discapacidad, no han definido expresamente la estatura baja como una discapacidad, lo cierto es que la amplitud de tal concepto ha permitido que las legislaciones internas adopten políticas públicas diferenciadas, en tanto se ha comprendido como un imperativo reforzar su inclusión social». Es justamente el resultado de ese compromiso el que se patentizó en la reseñada Ley 1275 de 2009, en la que se le extienden a las personas de talla baja los beneficios y garantías contempladas en favor de la población en condición de discapacidad, y aunque en tal ley existe una referencia a las barreras en el diseño arquitectónico y urbanístico del territorio, también hace énfasis en su inserción a la comunidad de forma efectiva, que permita "la convivencia pacífica y la democracia", así como "desarrollar políticas, programas de capacitación y proyectos que favorezcan el proceso integral y la realización personal de …" personas adultas y las personas mayores con enanismo. Tales contenidos, sin duda, son plenamente aplicables a la seguridad social, que procura además de "una calidad de vida" con cobertura “integral de las contingencias, especialmente las que menoscaban la salud y la capacidad económica de los habitantes del territorio nacional, con el fin de lograr el bienestar individual y la integración de la comunidad” (artículo 1 Ley 100 de 1993). Es por ello que, en lo que aquí concierne las autoridades accionadas están llamadas a la concreción de la política pública atrás reseñada, y en tal sentido es necesario que, en lo relativo al programa Colombia Adulta Mayor ponderen la situación especial del actor, quien como se anotó en los antecedentes se encuentra en condición de debilidad manifiesta. Todo lo anterior conlleva a afirmar sin ninguna duda que JOSÉ URIEL VANGAS MARTÍNEZ es un sujeto de especial protección constitucional, de manera que, se evidencia que los procedimientos que realicen las autoridades con el fin de determinar su inclusión o no en los programas que implementa el Gobierno, no deben limitarse al simple cotejo de pertenencia al régimen contributivo, pues tal circunstancia no garantiza una satisfacción de bienestar y desarrollo integral del discapacitado, también deberá tenerse en cuenta, lo narrado en el escrito inicial y corroborado en la encuesta del Sisben, esto es que convive con su madre de 84 años de edad, de quien depende económicamente, que padece “pohomelitis con secuela de hipotrofia y deformidades en cuatro extremidades baja talla”, y satisface el requisito de edad, conforme la propia Resolución 1370 del 2013, que exige para el acceso al programa 59 años de edad en el caso de los hombres. Por lo anterior, resulta evidente la necesidad de mantener integralmente la orden constitucional, ante la urgencia de “realizar un nuevo estudio a fin de determinar las reales condiciones socioeconómicas” del actor, teniendo en cuenta lo explicado».