El origen de las ideologías[editar · editar código] El origen de la mayoría de las ideologías se encuentra en una corriente filosófica cuando asume una versión muy simplificada y distorsionada, por falsa creencia, de la filosofía original. En este sentido se produce, de forma general, un carácter insincero, cuando un pensamiento original se convierte en «....ismo» (Platón, platonismo; Marx, marxismo; pensamiento capitalista, capitalismo; etc.). Su origen se sitúa en el interés personal, de acuerdo con las necesidades que sustentan socialmente un determinado pensamiento. Se separa y disocia de la realidad, porque la manipula en forma de propio interés. Los primeros filósofos que estudiaron la «ideología», los psicologistas franceses (Condillac, Cabanis, Destutt de Tracy), situaron esa necesidad en el «yo interior», interpretado de diversas formas (psicologismo y psicofisiologismo). El sujeto se opone a lo exterior, que se da como suceso, puesto que requiere la reflexión individual. Estos filósofos franceses pretendían estructurar una teoría sobre el materialismo primitivo de las sensaciones y de ahí su derivación en emociones, pasiones y sentimientos. De manera que del hecho, del suceso o del acontecimiento exteriores se pasa psicológicamente a la manera interior de captar las cosas y apreciar estas categorías de la psicología personal. Más tarde el compromiso político de filósofos sociales (socialistas utópicos, SaintSimon, Fourier, Proudhon) situó el interés en las necesidades de la vida social. El vuelco que protagonizó al extenderse al ámbito de la sociedad fue considerable. Del interés del individuo se pasó al interés del grupo. Esto provocó que se acuñase el calificativo de «doctrinarios» para referirse a los «ideólogos» en su enfrentamiento con el poder, lo que confirió a la palabra un sentido peyorativo que a día de hoy no ha perdido. Después del psicologismo de los franceses, se pasó, primeramente, a las formas filosóficas propias y, posteriormente, a las relaciones económicas. El sentido más elaborado de ideología, en el primer sentido, es el de Hegel y, en el segundo, de Marx. Se consideró la ideología como una «escisión de la conciencia», que produce la alienación, bien sea ésta considerada como meramente dialéctica del pensamiento, en el idealismo de (Hegel) o dialéctica material en el materialismo de (Marx). En el siglo XX, la ideología es considerada como problema de comunicación social. Para los frankfurtianos, de manera especial paraHabermas, la ideología expresa la violencia de la dominación que distorsiona la comunicación. Este habla de la relación entre el conocimiento y el interés. Esto produce una distorsión que es consecuencia de una razón instrumental, como conocimiento interesado, y que es la responsable de la ciencia y la tecnología falsas como ejes de la dominación social. Es pues necesaria unahermenéutica de la emancipación y liberación. De la misma forma, Marcuse subraya este hecho en el seno de las clases sociales, en particular políticamente dentro de los partidos y sindicatos. Karl Mannheim y Max Scheler enmarcan la ideología en el marco de la sociología del saber. El saber enmarcado dentro de ladominación política genera tal cúmulo de intereses que configura la cosmovisión de los grupos sociales. No hay posiblidad de escapar a una ideología bien construida. Todo gira a su alrededor. Mannheim distingue entre ideología parcial, de tipo psicológico, e ideología total, de tipo social. Sartre, por su parte, introduce una idea de «ideología» completamente diferente. Para Sartre la ideología es fruto de un pensador «creador», capaz de generar un modo de ver la realidad.2 Por otro lado, Willard van Orman Quine trata la relación entre los objetos exteriores, de ahí fuera, y los sujetos interiores, de ahí dentro. En otros términos, liga la ideología a un modo razonado de considerar la ontología.3 A finales del siglo pasado, sin embargo, se entra en una época de infravaloración de lo ideológico, de la mano de las ideologías conservadoras, de forma que algunos han proclamado el ocaso de los ídolos, como "El fin de las ideologías".4 incluso proclamado el triunfo del pensamiento único y el "Fin de la Historia" o el "Choque de civilizaciones.5 La ideología como falsa creencia debe estudiarse en términos de su lógica degradada, más que en la filosofía de la que se deriva. Sin embargo, es difícil comprender cuándo y en qué términos una filosofía pasa a ser ideología. Max Weber afirma que las filosofías se seleccionan primero para ser ideologías después, pero no explica, cuándo, cómo y por qué. Lo que sí podemos asegurar es que existe una relación dialéctica, es decir de discurso, entre ideas y necesidades sociales, y que ambas son indispensables para configurar una ideología. Así nace el interés y las necesidades sentidas por el cuerpo social (o un grupo de éste); no obstante pueden fracasar por no tener ideas claras que lo sustenten. Al igual que hay ideas que pueden pasar inadvertidas por no ser relevantes para las necesidades sociales, se requiere una falsa creencia aparentemente útil para que sea ideología. Marx, en su Crítica de la Filosofía del Derecho en Hegel, señala lo siguiente: ...Es cierto que el arma de la crítica no puede sustituir a la crítica de las armas, que el poder material tiene que derrocarse por medio del poder material, pero también la teoría se convierte en poder material tan pronto como se apodera de las masas. Y la teoría es capaz de apoderarse de las masas cuando argumenta y demuestra ad hominem; y argumenta y demuestra ad hominem cuando se hace radical. Ser radical es atacar el problema por la raíz. Y la raíz, para el hombre, es el hombre mismo... Marx. Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel. Anales franco alemanes. 1970. Barcelona. Ed. Martínez-Roca, p 103 Origen del término[editar · editar código] El término ideología fue formulado por Destutt de Tracy (Mémoire sur la faculté de penser, 1796), y originalmente denominaba laciencia que estudia las ideas, su carácter, origen y las leyes que las rigen, así como las relaciones con los signos que las expresan. Medio siglo más tarde, el concepto se dota de un contenido epistemológico por Karl Marx, para quien la ideología es el conjunto de las ideas que explican el mundo en cada sociedad en función de sus modos de producción, relacionando los conocimientos prácticos necesarios para la vida con el sistema de relaciones sociales; la relación con la realidad es tan importante como mantener esas relaciones sociales, y en los sistemas sociales en los que se da alguna clase de explotación, evitar que los oprimidos perciban su estado de opresión. En su célebre prologo a su libro Contribución a la crítica de la economía política Marx dice: [...]El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.