Principio del libro

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COLECCIÓN
LIBROS
INÚTILES
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INQUIETO
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Kenneth Goldsmith
INQUIETO
[Todos los movimientos que hizo
el cuerpo de Kenneth Goldsmith
el 16 de junio de 1997]
traducción de
Carlos Bueno Vera
prólogo de
Esteban Pujals
epílogo de
Marjorie Perloff
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Título original: Fidget
Primera edición: enero de 2014
Copyright: © Kenneth Goldsmith, 2000
Copyright de la traducción © Carlos Bueno Vera, 2014
Copyright del prólogo: © Esteban Pujals, 2014
Copyright de «Vocable Scriptsigns», de Marjorie Perloff, 2000
Copyright de la ilustración de cubierta y del interior:
© Javier Roz, 2014
Memoria, palabra, presencia
javierroz.blogspot.com.es
© de la presente edición
La uÑa RoTa
Apdo. de correos 380, 40080 Segovia
ediciones@larota.es
www.larota.es
Diseño y maquetación: Arcadio Mardomingo
Depósito legal: SG-223/2013
ISBN: 978-84-95291-28-8
IBIC: FA
Impresión: Villena Artes Gráficas
Impreso en España
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PRÓLOGO
por Esteban Pujals
Tú imagínate: te vas a pasar un día entero sin hacer otra
cosa que decir lo que estás haciendo, es decir, que te vas
a pasar el día no haciendo nada, o mejor dicho, nada
más que hablar, en lugar de trabajar o ir al cine o quedar con los amigos; te vas a quedar en casa, venga a registrar todo lo que haces ese día en el que has decidido
no hacer nada, todos tus movimientos de ese día (16 de
junio, Bloomsday) en el que has decidido no moverte
o moverte mínimamente para que la tarea de registro
sea posible, para que te sea posible describir todo lo que
haces. Porque imagínate que resultara ser uno de esos
días trepidantes, cuando tienes muchas cosas que hacer
y todo se lía, cuando se empeñan las cosas en enredarse
unas con otras, cuando cunden la disfunción y la fatalidad, cuando no has empezado a lidiar con el primer
problema y ya ves cómo empiezan a aflorar otros tres.
Pero no; vas a procurar que sea un día sencillo, para
que te dé tiempo a decirlo todo, para que dé tiempo a
trasladar todos los movimientos de tu cuerpo al habla,
con un micrófono inalámbrico que te han prestado; y
luego la grabación de lo que has dicho que has hecho
la volverás a traducir, a transcribir otra vez, la converti5
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rás en una escritura que publicarás como libro, el libro
que registra todo lo que decías que hacías aquel día a
medida que lo ibas haciendo.
El tono de todo lo que vas diciendo, de lo que traduces al habla y luego retraducirás a un tipo de escritura, deberá ser seco, frío, forense; como si no fueras tú
quien registra los movimientos de tu propio cuerpo; como si vieras moverse a otra persona a la que no conoces
y describieras sus miembros, sus músculos, al moverse, como si los enfocaras en el momento mismo en el
que se están moviendo a lo largo de todo el día, un día
tranquilo, simple, que al final va a terminar resultando
agotador, dedicado a hacer algo que en realidad no va
a poder hacerse, porque, claro, no tienes nunca un sólo
músculo, ni siquiera un sólo miembro, en movimiento,
sino que siempre se te están moviendo varias partes del
cuerpo al mismo tiempo y tienes que elegir la que más
te interese, o tal vez no, tal vez el ejercicio, la tarea, la
obra de arte, de escritura, deba consistir precisamente en
eso, en describir sólo lo que si otra persona te estuviera
mirando sería lo más destacable, lo que más le llamaría
la atención, pero eso tampoco es posible, claro, porque
¿cómo vas tú a saber qué puede llamarle la atención a
otra persona a la que ni siquiera conoces, puesto que te
la estás inventando en el momento en el que describes,
transcribes, traduces; y cómo iba a interesarle a nadie
nada en absoluto de lo que estás haciendo ese día, el día
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precisamente en el que has decidido quedarte en casa
tranquilo y no hacer nada, no hacer nada más que eso?
De modo que la descripción detallada de tu día
tranquilo resulta en una inquietud proliferante y lo que
te habías propuesto como el registro hiperrealista y mecánico de un día de tu vida se convierte muy pronto en
una obra de pura imaginación, en una pieza de ficción
de la que lo primero que te estás inventando es la voz
que intenta registrar tus movimientos según te mueves
como si tus movimientos fueran todos involuntarios,
que, claro está, no lo son, al menos en su mayoría, pues
eres tú quien decide si se toma o no una taza de café,
si se la toma ahora o luego, si se sienta o da una vuelta
por la habitación, si se va al baño a orinar o se aguanta
las ganas durante un rato y va después. El propio tono
seco y distanciado que te habías propuesto emplear termina siendo insostenible; al cabo de dos o tres horas tu
manera descriptiva, policial, de registrar lo que haces
va incorporando puntos de vista, perspectivas, que no
le serían accesibles a alguien que no fueras tú, y en lo
que vas diciendo notas que se cuelan tonalidades ajenas a la norma de objetividad distanciada que te habías
propuesto, puesto que lo que se te ocurre es cerrar los
ojos y contar lo que te parece ver entonces o referirte a
los movimientos de tu lengua dentro de la boca y otras
cosas parecidas, o al contarlo empleas adverbios o adjetivos improbables o excéntricos y al darte cuenta reaccio7
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nas recrudeciendo la objetividad inicial de tu registro,
con lo que terminas no enunciando oraciones completas siquiera, sino sólo verbos o incluso formas verbales
no activas, una manera de describir que ya ni siquiera
describe, que no registra adecuadamente lo que haces,
con lo que la escritura que resulta de la transcripción
se vuelve un tanto enigmática u opaca y deja de ser posible relacionarla con una simple descripción de los
movimientos y actividades más comunes de cualquier
persona, que era el objetivo que te habías propuesto al
principio.
Para colmo, lo que se te ocurre por la tarde, no se
sabe si por aburrimiento o por cansancio, o tal vez como experimento conceptual de algún tipo, es primero
masturbarte, y después, beberte unos buenos tragos de
whisky, de modo que a partir de las 19:00 vas hablando de una manera cada vez más extraña, empiezas a
inventarte palabras que no aparecen en el diccionario
y en general te cuesta pronunciar, con lo que la transcripción de lo que has grabado se va haciendo cada vez
más difícil hasta que decides que le vas a dar a todo lo
que has ido diciendo la vuelta, que vas a transcribirlo todo al revés, como si así se pareciera más a lo que
has dicho, o a lo que has dicho que hacías, y llegamos
así a la zona o dimensión cómica del discurso transcrito, que abandona ya, ¡desesperanto!, todos los objetivos
que decía haberse propuesto y al fracasar con estrépito
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demuestra otras cosas que no eran en principio de lo
que se trataba pero que resultan ser seguramente más
interesantes o atractivas, eso de inventarte palabras, por
poner un ejemplo, todas las palabras que vas diciendo,
invertidas e imposibles de pronunciar.
¿Prosa, poesía o una alternativa a esa alternativa,
una escritura producto de la retorsión, del empeño en
hacer lo que de ninguna manera puede hacerse en un
sentido pero que en un sentido diferente consigue otra
cosa, lo nunca visto, y además con gracia y con distingo,
sin imponerle a nadie nada ni alimentar sus más bajos
instintos como lector? ¿No fue siempre eso la poesía,
hacer uso de las palabras para hacer otra cosa que hablar, para al hablar hacer algo diferente de lo que es
hablar y así abismar la escritura a la vez que el habla
se habla? ¿No era eso lo sublime, no era ése el torrente
más antiguo de la poesía, de todas las poesías de todos
los tiempos, incluido el nuestro, el del fin de la poesía
tal como se la venía entendiendo?
El caso es que esta escritura inquieta, conceptual,
neodadaísta o como terminemos decidiendo llamarla,
Goldsmith la inscribió en inglés neoyorquino, o tal vez
mejor, en contra de la lengua inglesa, como para que se
proyectaran sobre la pantalla de esa lengua sus sombras
y alumbramientos, y que otro inscriptor, Carlos Bueno,
ha ido y la ha vertido ahora, de nuevo productivamente, a español peninsular, a castellano, a la castilla, co9
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mo la llaman en el sureste mexicano, generando una
montaña de frases y palabras insólitas, de cadencias y
ritmos nuevos, al tiempo que efectos fértiles de asombro
y perplejidad. Bienvenido sea todo ello y que prolifere.
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Una o más personas a la dérive olvidan durante un
periodo de tiempo las razones que normalmente
impulsan el movimiento y la acción, olvidan sus
relaciones personales habituales, su trabajo y
actividades de esparcimiento para dejarse llevar
por los atractivos del terreno, por los hallazgos que
encuentran.
Guy Debord
… jugar con distintos puntos de vista conduce
siempre a nuevos comienzos y un incesante
comenzar de nuevo conduce a la esterilidad.
Wallace Stevens
en una carta a William
Carlos Williams (1918)
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Párpados abiertos. La lengua cruza el labio superior al
desplazarse de izquierda a derecha de la boca siguiendo
el arco del labio. Traga. La mandíbula aprieta. Rechina. Se estira. Traga. La cabeza se alza. El brazo derecho
doblado desliza la almohada bajo la cabeza. El brazo se
endereza. Gira en el sentido contrario de las agujas del
reloj con el codo hacia el techo. La lengua abandona
el interior de la boca pasando entre los dientes. La lengua vuelve al interior de la boca. La palma se mueve
en espiral. El pulgar se estira. Los otros dedos envuelven. Aprietan. El codo se dobla. El pulgar se acerca al
hombro. La articulación del pulgar toca el bíceps. El
codo gira hacia arriba mientras los nudillos del puño
se apiñan en el cuello. La mano derecha se aprieta. El
pulgar frota los nudillos. Puño al hombro derecho. El
codo derecho empuja. Los nudillos tocan un lado del
cuello. Las manos se despliegan. Los dorsos de las manos se aprietan contra la nuca. Las bases de las manos
aprietan la mandíbula. Los codos se alzan. Los dedos
envuelven el cuello. Los pulgares se pliegan. Las manos
se acercan a la mandíbula. Tapan las orejas. Las yemas
de los dedos raspan un lado de la cabeza. El pelo cos17
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quillea las yemas de los dedos al pasar. Los pulgares van
a la zaga de los dedos. Los brazos se extienden. Los dedos se despliegan. Los hombros se estiran. Brazos hacia
fuera. Las piernas se doblan por las rodillas. La pelvis
empuja a la derecha. La rodilla izquierda se echa sobre
la cama. La rodilla derecha se echa sobre la cama. La
pierna izquierda se extiende. La mano derecha agarra.
El codo se acerca a la nariz. Toca. Los dedos se abren.
El aire de los pulmones es expulsado a través de la nariz. El pulgar y el índice pellizcan limpiando la mucosidad sobre el labio. Mocos acumulados en el orificio
nasal derecho. Se limpian. El dedo índice bloquea la
salida del orificio nasal derecho. Exhalación. Los mocos salen por el orificio nasal derecho. El codo se extiende. Los dedos se abren. El índice acaricia el exterior
del pulgar. Respiración. La mano derecha se retuerce.
El pie derecho impulsa el cuerpo hacia delante. La cadera derecha se estira. La rodilla derecha cae, casi toca
la cama. Los músculos del muslo derecho y del glúteo
izquierdo se estiran. Los mocos bajan por la nariz hasta
el fondo de la garganta. La lengua junta saliva y mocos.
Traga. La mano derecha se acerca a la nariz. El pulgar
derecho tapa una fosa nasal. Exhala. Expulsa. El índice derecho se acerca a la frente, cerca del nacimiento
del cabello. Rasca cuatro veces. El dedo se mueve desde el nacimiento del cabello hasta la ceja. El cuerpo se
contrae hasta adquirir la posición fetal. El brazo dere18
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cho descansa entre las rodillas. Las rodillas se arquean
mientras el cuerpo se da la vuelta a la derecha. La mano
izquierda se desliza debajo de la oreja derecha. El codo se dobla. De la nariz baja una mucosidad por la garganta. Inunda la parte anterior de la boca. Reúne todo
en el carrillo derecho. La lengua cubre de mucosidad
la fila superior de dientes. La empuja hacia la parte anterior de la boca. Traga. La lengua produce una saliva
acuosa. Da vueltas. Traga. Los músculos del cuello se
tensan. Inhala. El aire empuja la lengua contra los dientes. Traga. La saliva acuosa disuelve la mucosidad. La
mano derecha va a la cara. El meñique frota el ojo. El
dedo índice masajea la ceja derecha. El dedo corazón
hurga en el ojo izquierdo. Presiona. Las manos entre las
piernas. Se estira. El cuerpo de lado. Bosteza. Se estira.
Las rodillas se doblan. Los dedos de los pies se arquean.
Los dientes aprietan. La mandíbula se cierra. La pelvis
empuja. La fila inferior de dientes golpea a la superior.
La sien izquierda se tensa. La mano se levanta. Se dirige a la espalda. Cae junto a las nalgas. Las uñas rascan.
El dedo índice se extiende hacia la raja de las nalgas y
sondea el ano. Rasca una, dos, tres veces. Presión con
fuerza de la punta del dedo. El dedo se desliza sobre
el coxis y sale de entre las nalgas. El brazo se extiende.
Bosteza. El codo se dobla. La mano cae. El dedo índice se dirige al orificio nasal. Se adentra. La yema tantea
las rugosidades del interior del orificio nasal. La forma
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del orificio izquierdo se amolda a la forma del dedo. La
forma del dedo amolda la forma del orificio izquierdo.
El dedo quita mocos duros de la fosa. Los desecha. Los
brazos se cierran detrás de la cabeza. La espalda se arquea. La pelvis empuja. Se estira. El estómago se expande. Exhala. Bosteza. La pierna izquierda se eleva.
Se queda colgando. La pierna izquierda se arquea. Las
manos detrás de la cabeza. El brazo izquierdo se estira.
Las rodillas se golpean con fuerza. Se doblan. La rodilla derecha cae de la cama. Recta. La pierna izquierda
se balancea. Se dobla. Se estira. Traga. Los ojos a los
labios. La boca en forma de o como si fuera a tragar.
Los ojos a la nariz. Bizquean. La ven doble. Se cierran.
Ven el perfil izquierdo de la nariz. Vista bloqueada por
la sombra. Se cierran. Los ojos ven el perfil derecho de
la nariz. Se abren. Las cejas se alzan. Los músculos de
la frente se fruncen. Ojos a la derecha. Ojos hacia abajo. Ojos al perfil de la nariz. Ojos a la izquierda. Ojos
hacia arriba. Bosteza. El torso se flexiona. La pierna izquierda se estira. Se relaja. La pelvis empuja. La mano
izquierda se acerca a la cara. Recoge algo de saliva. La
lengua lame el labio superior de izquierda a derecha.
La cabeza se apoya en la almohada. La pierna derecha
se dobla. La espalda se tumba. La pierna izquierda se
dobla. Los dedos del pie izquierdo hurgan en la corva de
la rodilla derecha. El talón derecho peina el vello de la
pierna izquierda. La parte derecha de la rodilla toca el
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suelo. Mocos bajan por la garganta. La pierna izquierda toca la cama. Movimiento en el muslo izquierdo. La
sangre circula por la pierna. Se calma. La tripa sube.
Los pulmones se llenan. La tripa baja. La tripa sube. La
tripa baja. La tripa se hincha desde el ombligo. La tripa
baja. La tripa sube. La tripa baja. La pierna derecha se
separa del cuerpo. La pierna izquierda rasca el tobillo.
Bosteza. Las rodillas se extienden. El estiramiento empieza en la parte superior de la caja torácica. Finaliza en
la parte inferior. Se da la vuelta a la derecha. Se dobla.
Se arquea. La rodilla derecha se acerca al borde de la
cama. El pie derecho se estira. Toca el suelo. La punta
del dedo gordo se asienta. Los dedos índice, corazón,
anular y meñique tocan el suelo. Las rodillas hacia delante. La base del pie toca el suelo. La pierna izquierda
impulsa el cuerpo. La espalda recta sobre la cama. La
mano izquierda empuja el cuerpo a una posición erecta. Queda el torso recto. Vertical. El talón derecho toca el suelo. El pie derecho aguanta el peso del cuerpo.
La pierna izquierda abandona la cama. Las rodillas se
enderezan. El pie izquierdo toca el suelo. Ojos al frente. El cuerpo se da la vuelta hacia la derecha. El pie
derecho oscila a la derecha. El pie izquierdo lo acompaña. El pie izquierdo da un paso. Comienza desde la
base del pie. Termina en el talón. Paso. Paso. El talón
derecho se asienta. El peso en la base. El pie izquierdo
se levanta. El peso cambia al derecho. El pie derecho
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deja el suelo. Pasos hacia delante. El talón toca el suelo. Después la base del pie. Las rodillas se flexionan. El
pie derecho avanza. Mocos bajan por la garganta. El
pie derecho da un paso. Paso. Paso. Paso. Paso. Paso.
La mano izquierda se separa del cuerpo. Los dedos se
abren. La mano se acerca al cuerpo. Giro a la derecha.
Los pies hacia delante. Paso. Pinchazo en la espalda.
La mano izquierda agarra. El brazo detrás del cuerpo.
Pasos laterales a la izquierda. Las rodillas se flexionan.
Las nalgas caen. El codo empuja. La mano izquierda
se mueve en espiral siguiendo el dedo corazón derecho.
El puño delante del cuerpo. La mano derecha rasca la
pantorrilla derecha. El pulgar de la mano derecha y el
índice pellizcan.
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