GUIÓN DE PRÁCTICAS Diseño de Procesos en Ingeniería Ambiental Profesores: José María Monteagudo Martínez Antonio Durán Segovia 1. Práctica 1: Purificación de aguas por intercambio iónico 2. Práctica 2: Tratamiento Físico-Químico de aguas. Coagulación-Floculación PRÁCTICA 1 Purificación de aguas por intercambio iónico 1.OBJETIVO Esta práctica tiene como objetivo la purificación de agua contaminada con cloruro sódico mediante la utilización de una resina de intercambio iónico. Para ello, se llevarán a cabo estudios cinéticos (operación discontinua) y en columna (operación semicontinua). 2. FUNDAMENTO TEÓRICO El intercambio iónico es una operación básica de separación con una interfase sólido-líquido. El intercambio iónico se produce al poner en contacto un sólido iónico (intercambiador) y una disolución conteniendo iones (electrolito). Una resina de intercambio iónico puede considerarse como una estructura de cadenas hidrocarbonadas a las que se encuentran unidos de forma rígida grupos iónicos libres (Figura 1). Estas cadenas están unidas transversalmente formando una matriz tridimensional que proporciona rigidez a la resina y donde el grado de reticulación o entrecruzamiento determina la estructura porosa interna de la misma. Como los iones deben difundirse en el interior de la resina para que ocurra el intercambio, mediante una selección adecuada del grado de reticulación, puede limitarse la movilidad de los iones participantes en el mismo. Figura 1. Estructura de una resina de intercambio Las cargas de los grupos iónicos inmóviles se equilibran con las de otros iones, de signo opuesto (contraiones) que están libres y que son los que realmente se intercambian con los del electrolito disuelto. Cuando dichos iones son cationes, los cambiadores iónicos se llaman catiónicos y cuando son aniones, se denominan aniónicos. 3. ESTUDIO CINÉTICO La operación discontinua se lleva a cabo en un reactor tanque agitado donde se pone en contacto una cierta masa de resina con la disolución a tratar, hasta que se alcance el equilibrio. El régimen de funcionamiento es “no estacionario” por variar continuamente, en cada punto del sistema, las concentraciones de iones. Esta operación presenta el inconveniente de que en ella sólo se aprovecha parte de la capacidad de la resina, a menos que la selectividad iónica sea muy elevada en las condiciones de equilibrio. Esta operación se utiliza con éxito cuando el ión liberado por la resina reacciona irreversiblemente con iones presentes en la disolución como ocurre en el caso de los iones hidrógeno o hidroxilo, que se combinan con el ión hidroxilo o hidrógeno, respectivamente, para formar agua. Este tipo de operación se utiliza generalmente a escala de laboratorio, para la obtención de datos de equilibrio o cinéticos. 4.- OPERACIÓN SEMICONTINUA En este caso, la resina cambiadora constituye un lecho fijo a través del cual fluye una disolución. Al igual que en la operación discontinua, el régimen de funcionamiento es “no estacionario”. Este método es más sencillo que el continuo al eliminarse el flujo de sólido intercambiador, siempre delicado y costoso. Sin embargo, al transcurrir la operación en régimen no estacionario, el dimensionado y diseño del lecho junto con el cálculo de la cantidad de cambiador necesaria, exige un tratamiento matemático bastante más complejo que el requerido para la operación continua. La mayoría de los procesos industriales se realizan de forma semicontinua en lechos fijos. Las instalaciones semicontinuas de lecho fijo constan de dos lechos idénticos, para que, mientras por uno de ellos circula la disolución que contiene los iones que se desean intercambiar, el otro se está regenerando. A medida que transcurre el tiempo, el primer lecho se va saturando de los iones de la disolución, pero debido a la resistencia que opone el sistema a la transferencia de los iones desde el seno del líquido a los centros de intercambio, existe una zona de transición que separa la zona virgen de la resina y la de saturación. En esta zona intermedia, el grado de saturación varía con un perfil en forma de S. A medida que progresa el intercambio iónico la zona de transición se traslada en el lecho hasta alcanzar su extremo inferior, instante a partir del cual la disolución de salida contendrá cantidades crecientes de los iones que se desean intercambiar (Figura 2). En dicho momento, la corriente líquida se desvía al segundo lecho, iniciando en el primero la operación de regeneración. Al tiempo transcurrido desde el comienzo de la operación en el lecho hasta que los iones de la disolución aparecen en la corriente de salida se denomina tiempo de rotura, y la curva representativa de la evolución de dicha concentración, creciente con el tiempo a partir de dicho momento, recibe el nombre de curva de rotura (Figura 3). Estos dos parámetros, tiempo y curva de rotura, son fundamentales para el diseño de los lechos fijos del intercambio iónico, pero se deben determinar experimentalmente por la dificultad que entraña su predicción. Figura 2. Evolución de la concentración en un lecho de intercambio iónico Figura 3. Representación de una curva de rotura 5. REGENERACIÓN DEL LECHO DE INTERCAMBIO La regeneración de un lecho, con objeto de cargar los centros activos con iones H+, consta generalmente de las siguientes etapas: 1. Lavado con agua desionizada en circulación ascendente. Una vez empaquetada la columna con resina húmeda hasta ¾ partes de su capacidad, se introduce el volumen de agua necesario hasta que la conductividad se mantenga constante. 2. Se hace circular una disolución 0,1 N de HCl a través del lecho hasta que la conductividad del efluente es constante. 3. Se repite el paso 1. La resina está lista para ser utilizada. 6.- PROCEDIMIENTO OPERATIVO 6.1 Estudio cinético Para llevar a cabo este estudio se preparan 1,5 litros de disolución de NaCl 5,7 10-3 M (0,5 gramos en 1,5 litros de agua desionizada) de la cual se quiere eliminar el ión Na+. Se llena el reactor de vidrio encamisado con esta disolución. Se coloca 1g de resina catiónica Amberlita IR-120 en la celda-malla situada en una de las bocas del reactor, y se hace circular la disolución por el sistema “shallow-bed” por medio de una bomba peristáltica, manteniendo una velocidad de agitación de 200 rpm (Figura 4). Se van obteniendo datos de conductividad con el tiempo, los cuales quedan registrados en un PC conectado a un conductímetro, mediante un programa de adquisición de datos. Representar gráficamente la conductividad de la disolución en función del tiempo, como se muestra en la Figura 5. La constante de velocidad de intercambio puede ser obtenida por la expresión dada por Lagergren, si los datos cinéticos de intercambio de Na+ por H+ siguen una cinética de pseudo-primer orden: Log(qe − q) = Log(qe ) − K ad t 2.303 donde q y qe son la cantidad de Na+ intercambiado en un instante t (s) y en el equilibrio, respectivamente. Kad es la constante de velocidad de intercambio (s-1). El valor de Kad se puede obtener de la pendiente de la recta obtenida al representar 2.303(Log(Xe/(Xe-X)) frente al tiempo “t”, donde Xe y X son las conductividades de la disolución en el equilibrio y a un tiempo “t” cualquiera., respectivamente (Figura 6). Conductímetro resina NaCl Reactor Bomba Ordenador Conductividad (uS/cm) Figura 4. Instalación experimental para estudio cinético 750 700 650 600 550 500 450 0 500 1000 1500 2000 2500 Tiempo (s) Ki = 10-3 s-1 T= 25 ºC 1 g resina Amberlita IR-120 V= 1,5 l Agua destilada 0,35 g NaCl 200 rpm Figura 5. Curva cinética para estas condiciones y = 0,001x + 1,1399 R2 = 0,9997 2,303log(Xe/(Xe-X)) 3,5 3 2,5 2 1,5 1 0,5 0 0 500 1000 1500 2000 2500 Tiempo (s) Figura 6. Ajuste de Lagergren Se realizaran experimentos de cinética a tres temperaturas, 25, 35 y 45 ºC, ajustándose posteriormente las constantes de velocidad y la temperatura con la ecuación de Arrhenius. Kad =A e-Ea/RT 6.2 Obtención de la curva de rotura Se preparan dos litros de disolución de NaCl 0, 2 M (23,38 gramos en 2 litros de agua desionizada) de la cual se quiere eliminar el ión Na+ presente. Para ello, se hace fluir en sentido ascendente a través de un lecho que contiene 18 g de resina catiónica Amberlita IR-120” (Figura 7). El flujo de alimentación de la disolución se mantendrá constante en un valor aproximado de “9 ml/min. Se toma como origen de tiempos el momento en que la disolución salina entra en la columna. El seguimiento de la operación se llevará a cabo mediante medidas de conductividad con el tiempo. Se harán dos representaciones, conductividad frente al tiempo y la conductividad frente al volumen (caudal x tiempo) de disolución que atraviesa la columna. Con la figura de la curva de rotura y el caudal utilizado es posible obtener el tiempo de rotura del sistema, que sería el tiempo que transcurre desde el comienzo de la operación en el lecho hasta que los iones de la disolución aparecen en la corriente de salida (en este caso, iones Na+). Conductímetro resina NaCl Efluente Tanque Bomba Ordenador Figura 7. Instalación para determinación de curva de rotura PRÁCTICA 2 Tratamiento Físico-Químico de aguas. Coagulación-Floculación 1. OBJETIVO El objetivo de esta práctica es realizar ensayos de coagulación-floculación a diferentes muestras de agua (potables, residuales o industriales). A partir de los resultados se seleccionarán las condiciones de tratamiento y dosis de los reactivos necesarios para cada aplicación concreta. 2. INTRODUCCIÓN Los tratamientos fisico-químicos cubren una serie de objetivos, de los cuales cabría destacar los siguientes: A) Aguas residuales: - Reducción de sólidos en suspensión y materia orgánica (DQO y DBO) como alternativa al tratamiento biológico. - Laminado o estabilización de cargas contaminantes para controlar la entrada a los tratamientos biológicos. - Reducción de contaminantes industriales no biodegradables (sobre todo metales pesados). - Eliminación de fósforo. Espesamiento de lodos. B) Aguas potables: - Eliminación de color, olor, turbidez, etc., de aguas de ríos y embalses. - Eliminación de dureza para aguas potables o aguas de calderas. 2.1. Operaciones de coagulación y floculación Las aguas potables o residuales, en distintas cantidades, contienen material suspendido, sólidos que pueden sedimentar en reposo, ó sólidos dispersados que no sedimentan con facilidad. Una parte considerable de estos sólidos que no sedimentan pueden ser coloides. En los coloides, cada partícula se encuentra estabilizada por una serie de cargas de igual signo sobre su superficie, haciendo que se repelan dos partículas vecinas como se repelen dos polos magnéticos. Puesto que esto impide el choque de las partículas y que formen así masas mayores, llamadas flóculos, las partículas no sedimentan. Las operaciones de coagulación y floculación desestabilizan los coloides y consiguen su sedimentación. Esto se logra por lo general con la adición de agentes químicos y aplicando energía de mezclado. Los términos Coagulación y Floculación se utilizan ambos indistintamente en colación con la formación de agregados. Sin embargo, conviene señalar las diferencias conceptuales entre estas dos operaciones. La confusión proviene del hecho de que frecuentemente ambas operaciones se producen de manera simultánea. Para aclarar ideas definiremos Coagulación como la desestabilización de la suspensión coloidal, mientras que la Floculación se limita a los fenómenos de transporte de las partículas coaguladas para provocar colisiones entre ellas promoviendo su aglomeración. Por tanto: Coagulación: Desestabilización de un coloide producida por la eliminación de las dobles capas eléctricas que rodean a todas las partículas coloidales, con la formación de núcleos microscópicos. Floculación: Aglomeración de partículas desestabilizadas primero en microflóculos, y más tarde en aglomerados voluminosos llamados flóculos. En la Figura 1 se muestra como los coagulantes cancelan las cargas eléctricas sobre la superficie del coloide permitiendo la aglomeración y la formación de flóculos. Estos flóculos inicialmente son pequeños, pero se juntan y forman aglomerados mayores capaces de sedimentar. Para favorecer la formación de aglomerados de mayor tamaño se adicionan un grupo de productos denominados floculantes. Cuando se aproximan dos partículas semejantes, sus capas difusas interactúan y generan una fuerza de repulsión, cuyo potencial de repulsión está en función de la distancia que los separa y cae rápidamente con el incremento de iones de carga opuesta al de las partículas. Esto se consigue sólo con los iones del coagulante (Figura 2). Existe por otro lado, un potencial de atracción Ea entre las partículas llamadas fuerzas de Van der Waals, que dependen de los átomos que constituyen las partículas y de la densidad de estos últimos. Si la distancia que separa a las partículas es superior a “L” las partículas no se atraen. E es la energía que las mantiene separadas. Figura 1. Desestabilización del coloide y compresión de la capa difusa. Figura 2. Fuerzas de atracción y repulsión La precipitación del coloide implica por tanto dos etapas: 1) Desestabilización. Las teorías sobre el mecanismo de este fenómeno se basan en la química coloidal y de superficies. 2) Transporte de núcleos microscópicos para formar agregados densos. La teoría del transporte está basada en la mecánica de fluidos. 2.1.1. Coloides Las especies coloidales halladas en aguas superficiales y resjduaJes incluyen arcillas, sílice, hierro, metales pesados, color ó sólidos orgánicos como por ejemplo residuos de animales muertos. Se han postulado diversas teorías para describir el fenómeno de las repulsiones entre partículas coloidales. Prácticamente, todo lo que se necesita para definir el sistema es la determinación de la naturaleza y la magnitud de la carga de la partícula. La magnitud de la carga, ilustrada por la capa que en la Figura 1 rodea al coloide, determina lo cerca que pueden aproximarse las partículas. El potencial Z es una medida de esta fuerza de repulsión. Para coloides en fuentes de agua natural, con un pH entre 5 y 8, oscila entre -15 y -30 mV. Cuanto mayor es, en valor absoluto, mayor es la carga de la partícula. A medida que disminuye el potencial Z las partículas pueden aproximarse aumentando la posibilidad de una colisión. Los coagulantes proporcionan cargas de signo contrario para eliminar ese potencial. La coagulación se puede presentar a un potencial pequeño sin necesidad de neutralizarlo por completo. Si se añade demasiado coagulante las partículas se cargan ahora con el signo contrario y pueden volver a dispersarse. 2.1.2. Mezclado del coagulante Para complementar la adición del coagulante se requiere del mezclado para destruir la estabilidad del sistema coloidal. Para que las partículas se aglomeren deben chocar, y el mezclado promueve la colisión. El movimiento browniano, movimiento caótico comunicado a las partículas pequeñas al ser bombardeadas por moléculas individuales de agua, está siempre presente como una fuerza homogeneizadora natural. Sin embargo, casi siempre es necesaria energía adicional de mezclado. Un mezclado de gran intensidad que distribuya al coagulante y promueva colisiones rápidas es lo más efectivo. También son importantes en la coagulación la frecuencia y el número de colisiones entre las partículas. Así, en aguas de baja turbidez, puede requerirse la adición de sólidos para aumentar dichas colisiones. 2.1.3. Crecimiento de los flóculos Una vez que se ha añadido el coagulante y se ha realizado la operación de coagulación se pasa a la formación de flóculos mayores. Puede ocurrir que el flóculo formado por la aglomeración de varios coloides no sea lo suficientemente grande como para asentarse con la rapidez deseada. Por ello es conveniente utilizar productos coadyuvantes de la floculación ó simplemente denominados Floculantes. Un floculante reúne partículas en una red, formando puentes de una superficie a otra y enlazando las partículas individuales en aglomerados. La floculación es estimulada por un mezclado lento que junta poco a poco los flóculos. Un mezclado demasiado intenso los rompe y rara vez se vuelven a formar en su tamaño y fuerza óptimos. Una buena floculación favorece el manejo del lodo final para su desecación, filtrado, etc. 3.- REACTIVOS COAGULANTES Y FLOCULANTES MÁS COMUNES 3.1. Coagulantes metálicos Históricamente, los coagulantes metálicos, sales de Hierro y Aluminio, han sido los más utilizados en la clarificación de aguas y eliminación de DBO y fosfatos de aguas residuales. Tienen la ventaja de actuar como coagulantes-floculantes al mismo tiempo. Forman especies hidratadas complejas cargadas positivamente: Fe(H2O)63+ Al(H2O)63+ Sin embargo tienen el inconveniente de ser muy sensibles a un cambio de pH. Si éste no está dentro del intervalo adecuado la clarificación es pobre y pueden solubilizar Fe ó Al y generar problemas. A continuación vemos los más utilizados: Sulfato de Alúmina: Conocido como Alumbre, es un coagulante efectivo en intervalos de pH 6 a 8. Produce un flóculo pequeño y esponjoso por lo que no se usa en precipitación previa de aguas residuales por la alta carga contaminante del agua. Sin embargo su uso está generalizado en el tratamiento de agua potable y en la reducción de coloides orgánicos y fósforo. Sulfato Férrico: Funciona de forma estable en un intervalo de pH de 4 a 11, uno de los más amplios conocidos. Producen flóculos grandes y densos que decantan rápidamente, por lo que está indicado tanto en la precipitación previa como en la coprecipitación de aguas residuales urbanas o industriales. Se emplea también en tratamiento de aguas potables aunque en algún caso puede producir problemas de coloración. Cloruro Férrico: Es similar al anterior aunque de aplicación muy limitada por tener un intervalo de pH más corto. Es enérgico aunque puede presentar problemas de coloración en las aguas. Aluminato sádico: Se emplea poco. Su uso más habitual es eliminar color a pH bajo. Además se puede usar en el ablandamiento de agua con cal. 3.2. Coadyuvantes de la floculación Las dificultades que pueden presentar algunos coloides desestabilizados para formar flóculos pesados que sedimentan bien han dado lugar a la búsqueda de sustancias que ayudan a la formación de estos flóculos. Entre las dificultades que se pueden presentar en un proceso de floculación están: - Formación de flóculos pequeños de lenta sedimentación. Formación lenta de flóculos. Flóculos frágiles que fragmentan en los procesos de acondicionamiento del lodo. - Formación de microflóculos que pasan por los filtros. Para eliminar estas dificultades y lograr flóculos grandes y bien formados de fácil sedimentación se han utilizado sustancias y procedimientos muy variados. Los más usados son los siguientes: Oxidantes: Como la percloración, que en parte oxida la materia orgánica y rompe enlaces en los coloides naturales, ayudando a una mejor floculación posterior. Adsorbentes: Las aguas muy coloreadas y de baja mineralización en que los flóculos de aluminio ó hierro tienen muy poca densidad, coagulan muy bien al añadir arcilla que da lugar a que se adsorba y origine flóculos pesados de fácil sedimentación. Otros adsorbentes son la caliza pulverizada, sílice en polvo y carbón activo. Sílice activa: Algunos compuestos inorgánicos pueden ser polimerizados en agua para formar polímeros floculantes inorgánicos. Este es el caso de la sílice activa que presenta una alta efectividad como auxiliar del tratamiento con Alumbre. 3.3. Polielectrolitos Son polímeros orgánicos con carga eléctrica. Inicialmente se utilizaron los de origen natural, como almidón, celulosa, gomas de polisacáridos, etc. Hoy se usan una gran variedad de polielectrolitos sintéticos. Pueden actuar solos o como coadyuvantes para floculación. Los polielectrolitos pueden clasificarse en: - Catiónicos: Cargados positivamente. Aniónicos: Cargados negativamente. No iónicos: No son polielectrolitos en sentido estricto aunque exhiben en disolución muchas de las propiedades floculantes de los anteriores. Los polielectrolitos catiónicos son poliaminas que se hidrolizan en agua como sigue: R1 R2 NH + H2O Æ R1 R2 NH2+ + OH- Puesto que la hidrólisis da OH- , a pH alto se fuerza la reacción a la izquierda y el polímero se vuelve no iónico. De forma semejante, los polímeros aniónicos incorporan a su estructura un grupo carboxilo que en agua se ioniza del siguiente modo: RCOOH Æ RCOO- + H+ Un pH bajo fuerza la reacción a la izquierda y transforma el polímero aniónico en no iónico. Según esto, generalmente se usan los polímeros catiónicos a bajos pHs y los aniónicos a altos pHs. Esto no significa que en caso contrario dejen de funcionar, lo que ocurre es que se transforman en no iónicos, lo que hará variar en cierto modo su efectividad en el tratamiento concreto a que se aplican. 4.- INSTALACIÓN EXPERIMENTAL 4.1. Equipo de laboratorio jar-test para ensayos de coagulación y floculación. Se dispone de un equipo de laboratorio "Jar- Test" provisto de 6 unidades de tratamiento simultaneas (Figura 3). Cada una de ellas dispone de un agitador de palas normalizado con regulador de velocidad para el mezclado rápido o lento de las etapas de coagulación y floculación respectivamente. Dispone además de un controlador de tiempos y una pantalla iluminada por la parte posterior para observar bien el aspecto de las muestras tratadas. 4.2.- Técnicas analíticas Para evaluar la eficacia del tratamiento y la dosificación óptima de floculantes y coagulantes en una muestra se deben realizar varias medidas. Figura 3. Equipo Jar-Test Teniendo en cuenta las aplicaciones que se llevan a cabo en la práctica se han puesto a punto las siguientes técnicas: A) ABSORBANCIA: Se mide mediante un ESPECTROFOTÓMETRO. Se seleccionarán los tratamientos que dejen una menor turbidez en el agua tratada en el caso de la clarificación de aguas. B) pH: Se mide mediante un electrodo y un pHmetro previamente calibrado con patrones de 4 y 7. El valor del pH sirve para establecer el tipo de reactivos a utilizar y, en el caso de la eliminación de dureza, está relacionado con la eficacia en la precipitación del Mg(OH)2. C) DUREZA: Se mide mediante valoración con EDTA usando Negro de Eriogromo (NET) como indicador. Indica la efectividad del tratamiento de "ablandamiento" de las aguas de pozo. 5. PROCEDIMIENTO EXPERIMENTAL Y RESULTADOS El objetivo de esta práctica es eliminar el color a un agua residual industrial sintética. Por este motivo, la eficacia del tratamiento será determinada por medida espectrofotométrica. Las suspensiones coloidales suelen estar cargadas negativamente por lo que se usa un coagulante que aporte cargas positivas, como son sulfato de alúmina y sulfato de hierro (III). Además se adicionará un polielectrolito. El procedimiento a seguir es el siguiente: Cálculo de la dosis óptima de coagulante Al2(SO4)3.18 H2O 1. Se preparan seis vasos de precipitados de 1000 cm3 de capacidad, introduciendo en cada uno 800 cm3 del agua a tratar. Disolución de NET, 20 ppm (pesar 0,1 g de NET en 5 litros de agua del grifo). 2. Añadir diferentes dosis del coagulante Al2(SO4)3.18 H2O de forma que las concentraciones sean 20, 40, 60, 80,100 y 120 ppm. (pesar, en gramos: 0,02; 0,04; 0,06; 0,08; 0,10; 0,12). 3. Se toma una pequeña cantidad de muestra de cada uno de los vasos de precipitados y se mide su absorbancia a 575 nm. 4. Se agita de forma enérgica (150 rpm) durante 3 minutos y a continuación de una forma más lenta (25 rpm) durante 12 minutos. Transcurrido este tiempo se levanta el agitador, teniendo cuidado de no romper flóculos, y se deja decantar 20 minutos. 5. Una vez decantado se toma una muestra de cada vaso y se mide su absorbancia a 575 nm. 6. Con los valores de absorbancia medidos se construye una gráfica donde se represente el porcentaje de reducción de absorbancia frente a la concentración de coagulante empleada. Se determina la dosificación óptima de coagulante, la cual constituirá la dosis a utilizar en las experiencias de floculación. Cálculo de la dosis óptima de floculante: Polielectrolito aniónico 1. Se repiten los pasos 1 a 3 del procedimiento anterior, pero añadiendo en todos los vasos la dosis de coagulante óptima determinada anteriormente. 2. Se agita durante 3 minutos a una velocidad de 150 rpm. 3. Se prepara una disolución madre de polielectrolito de 100 ppm (pesar 0,01 g en 100 ml). Se añade de esta disolución los volúmenes necesarios para que la concentración del mismo en los distintos vasos de precipitados varíe entre 1 y 6 ppm aproximadamente. Añadir 0,5; 1; 1,5; 2; 2,5 ml a cada vaso de 800 ml. El polielectrolito debe estar agitándose para que no se vuelva muy viscoso. 4. Se agita durante 12 minutos a una velocidad de 25 rpm. 5. Se deja reposar para que se produzca la sedimentación. 6. Observar la diferente velocidad de sedimentación en función de la cantidad de polielectrolito empleado. 7. Se toma una muestra de cada vaso y se mide su absorbancia a 575 nm. Se construye una gráfica donde se represente el % de reducción de absorbancia frente a la concentración de floculante empleada. Se determina la dosis óptima de polielectrolito. RESULTADOS: Ensayo de COAGULACIÓN Coagulante empleado: ……………………………………… Vaso nº Dosis (mg/l) Absorbancia Absorbancia % Eliminación inicial final Absorbancia 1 2 3 4 5 6 COMENTARIOS: Ensayo de FLOCULACIÓN Coagulante empleado……………………………………Dosis (mg/l): ……....... Floculante utilizado: ……………………………………… Vaso nº Dosis (mg/l) 1 2 3 4 5 6 COMENTARIOS: Absorbancia Absorbancia % Eliminación inicial final Absorbancia