r ANALES DE MEDICINA Y CIRUCIA Vol. XXVI.-N.o 50 -en la que curó a su enfenno con una inyección de adrenalina. Desde entonces, ha quedado bien definido este tipo de infarto. Es difícil establecer el diagnóstico diferencial entre los infartos· por obstrucción vascular y los infartos por shock. Desde el punto de vista anatomopatológico, a veces pueden distinguirse entre sí. En los infartos por obstrucción vascular, el meso está muy engrosado, no se perciben los batidos arteriales y no se ve circular la sangre en las venas. Es preciso conocer al infarto por shock; pues en los casos de esta índole ·cabe la curación sin necesidad de resecar el intestino. En general, el diagnóstico de esta afección es muy difícil. Sin embargo, MONDOR admite su posibilidad teniendo en cuenta los antecedentes del enfermo y la brusquedad e intensidad del comienzo. Además, estos enfennos presentan, desde el principio, una hipotensión, hipotermia y taquicardia acentuadas. A veces se registra una o más enterorragias. En la exploración, a veces se .aprecia un tumor que corresponde al asa infartada. Es rara la contractura de la pared abdominal, apreciándose sólo un ligero abombamiento del abdomen, sin movimientos peristálticos visibles. La conducta pertinente en el infarto intestinal, difiere según la índole del mismo. Si se supone que depende de un infarto por shock, se inyectará un mgr. de adrenalina. Si el estado del intestino se modifica de modo patente, cambiando en pocos minutos el color y la consistencia del mismo, es de considerar curado al enfenno y se podrá cerrar inmediatamente la cavidad abdominal. En los casos dudosos, si la inyección de adrenalina no modifica notablemente el estado del intestino,cabe r.ecurrir, siendo el infarto poco extenso, a la exteriorización del asa infartada. Repitiendo el tratamiento anti-shock en el transcurso de las primeras 24 horas, se podrá apreciar el estado del intestino. En caso de mejorar la lesión, se reintroducirá el intestino en la cavidad abdominaJs, Si lo contrario, se resecará, dejando un anon contranatura. En los infartos de intestino delgado con el asa afecta evidentemente necro:sada, se practicará una resección intestinal seguida de una entero anastomosis inmediata. En cambio, en los infartos del colon, después de la resección, se practicará un ano contra-natura. • U n caso de hepatitis-cirrosis curado 'EL comu~icante Dr. T. A. PINÓS eX1pone un caso vivido desde el comienzo agudo de su enfermedad (hace 11 meses) hasta el estado actual. La historia clínica puede resumirse de la siguiente manera: Enfermo de .?o años, casado, sin antecedentes familiares de interés. En ·cuanto a los antecedente personales, hay que remarcar su gran afición a la bebida, pues desde unos 10 años antes de su proceso actual, bebía habitualmente 8 copas de coñac, litro y medio de vino y 7 chatos de manzanilla diarios. Señalaremos además, como antecedente patológico, la presencia de una diabetes que fué descubierta hace 12 años, a raíz de una herida infectada que no .cicatrizaba. ' La enfermedad actual empezó en el tiempo antes señalado, con dolor in- Ag.osto 1949 ANALES DE MEDICINA Y CIRUGIA 149 tenso en región hepática irradiad.o a: espalda, astenia, postración, n.o temperatura, ictericia, aC.olia y c.oluria a partir del tercer día, ascitis libre con circulación complementaria cava-cava e hipertrofia hepática y esplénica tan pronunciada que llegó a f.osa ilíaca derecha y fO'sa ilíaca izquierda, respectivamente. La enorme cantidad de ascitis pr.oducía agobi.o respirat.oriO' y taquicardia <13.0 pulsaci.ones y 38 respiraciO'nes), negando a ser tan intens.o que obligaron al enfermo a dormir en :una silla durante 8 días. Hubo que practicársele 15 paracentesis, de 12 y hasta 13 litros, y 17 toracentesis, la may.oría de las cuales, de 4 litros. Los análisis de lab.oratorio, practicados en un principio, señalaron profundas alteraciones hepáticas, en el sentido de la cirrosis clásica (c.oncepto nO' admitido por el comunicante, y que expus.o recientemente en una m.onografía), pero estos mismos practicados un tiempo después, demostrar.on, junto con la ,clínica, una mej.oría bien manifiesta. El tratamiento fué llevado a cabo bajo los tres principi.os en los cuales se apoya la moderna terapéutica hepática, y que son: Reposo absoluto; dieta adecuada y sustancias medicamentosas. El reposo es de capital importancia y hay que llevarlo a cabo desde el primer moment.o, .obteniéndose con ello inmejorables resultados. La dieta ha de ser abundante en hidratos de carb.onO' y proteínas (admi. nistradas en f.orma adecuada) y moderada cantidad de grasas. En cuanto a las sustancias medicamentosas, es recomendable administrar sobre tod.o extracto hepático, preparado.s vitamínicos, en especial de Vitamina A y complejo B, y como novedad terapéutica podemos señalar, aunque su efect.o es todavía dudoso, el pr.opionat.o de testosterona. Son recomendables, además, y fueI'on practicadas en este ·caso, sesiones de diatermia. El estado actual del enfermo queda gráficamente expresado diciendo que; puede dedicarse tranquilamente a sus quehaceres habituales. Existe, sí, aún, la hipertrofia hepática, pero solamen.te llega a unos tres traveses de dedo debajo reborde costal. • M A I z u p R ALIMENTACIÓN HIDROCARBONADA DE GRAN PODER NUTRITIVO EXENTA DE GRASAS Y PROTEíNAS IMPRESCINDIBLE para los niños de segunda infancia ESPEOALMENTE 'indicado en regíme· nes de úlceras gástricas, afecciones inleslinales y hepalicas, dielas hi· drocarbonadas, de sostén, etc. Mueslras y Fórmula a disposición de los Sres. MédICOS .. 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