septiembre-diciembre, 2014 Apuntes biográficos del primer Cuerpo Diplomático acreditado en la República de Cuba M aikel Arista-Salado Al cobrar plena vida jurídica la novís ima República de Cuba el 20 de mayo de 1902, el Congreso de Viena era ya un hecho octogenario, y en general los cuerpos normativo y doctrinal del Derecho Internacional constituían una robusta realidad en la que el nuevo Estado caribeño hubo de insertarse. En este sentido, las potencias extranjeras no solo reconocieron la existencia y soberanía de la república mediante cartas autógrafas de los respectivos Jefes de Estado enviadas a Tomás Estrada Palma, sino que, como dictaba entonces y dicta aún la prudencia, se establecieron relaciones diplomáticas de variado tipo, según veremos a continuación. Cuba daba así sus primeros pasos en la vida internacional. De acuerdo con las categorías diplomáticas de la época, los agentes podían ser principalmente de dos clases. En la primera, de mayor categoría, se encontraban los agentes que por su elevado rango se acreditaban ante el Jefe del Estado receptor, con disímiles títulos, como embajador, legado pontificio, nuncio o enviado extraordinario y ministro plenipotenciario. En una segunda clase se encuentran los encargados de negocios, que eran aquellos agentes diplomáticos que, de acuerdo con la calidad de su rango, se acreditaban ante el ministro de negocios extranjeros o secretario de Estado en una audiencia privada en la que entregaba sus cartas credenciales. En un sentido amplio, abarcador, tanto los enviados extraordinarios y ministros plenipotenciarios, como los encargados de negocios, y los secretarios de legación inclusive, son sin duda agentes diplomáticos, pero solo aquellos acreditados ante el Jefe de Estado son en propiedad miembros del Cuerpo Diplomático. Por tanto, veremos en este pequeño opúsculo quiénes fueron esos agentes que representaron a sus respectivos gobiernos cerca del de Tomás Estrada Palma. Estados Unidos de América: Sr. Herbert Goldsmith Squiers (27 de mayo de 1902) El Sr. Herbert G. Squiers fue nombrado M inistro residente en La Habana el 20 de mayo de 1902, pero su nombramiento se conocía desde mucho antes, como atestigua una pequeña columna publicada en The New York Times el 6 de mayo de 1902, en la que se dice que el presidente Theodore Roosevelt no tenía a ninguna otra persona en mente. Nació en Canadá, el 20 de abril de 1859. Cursó sus estudios en las escuelas públicas, en la Academia de Canandaiguas, en la Academia M ilitar del Estado de M innesota, en el Instituto de Agricultura del Estado de M aryland y en la Academia de Artillería de los Estados Unidos. En el Servicio M ilitar ha desempeñado los siguientes cargos: El de Teniente 2do. de Infantería; el de 2do. Teniente de Caballería; el de 1er. Teniente de Caballería. Es graduado de la Academia de Artillería de los Estados Unidos, del curso de 1880. Fue Jefe de Estado M ayor de Sir Claude M acDonald durante el sitio de Pekín en los años 1900-1901. En el Servicio Diplomático fue nombrado Segundo Secretario en Berlín, y posteriormente, el 10 de enero de 1898, Secretario de la Legación de Estados Unidos en Beijing. Squiers, un ferviente católico, casado en segundas nupcias con la Sra. Harriett Bard Woodcock, tuvo una participación destacada en la defensa de la legación norteamericana durante el Levantamiento de 32 los Bóxers, o Levantamiento Yihetuán, como también se le conoce, durante el cual se dice que adquirió la segunda colección de porcelana china más importante en el mundo europeo-americano, fruto de los supuestos saqueos ocurridos durante la revuelta, obtenido del padre lazarista PierreM arie-Alphonse Favier, acusado de saquear arte chino durante la sublevación Si bien el ministro de los Estados Unidos en Beijing desmintió las acusaciones en contra de Squiers, este partió de Beijing con varios vagones de tren cargados de arte chino, destinados supuestamente al M useo M etropolitano de Arte de Nueva York como donación. El 20 de mayo de 1902, Squiers es nombrado Enviado Extraordinario y M inistro Plenipotenciario de los Estados Unidos de América en Cuba. En su capacidad tuvo la oportunidad de ser el primer embajador acreditado ante el presidente Tomás Estrada Palma y, por tanto, hasta su partida en 1905, fue el Decano del Cuerpo Diplomático en la república. Sus políticas injerencistas —determinadas sobre todo por su oposición al tratado anglo-cubano y su apoyo a los ciudadanos norteamericanos en Isla de Pinos con el propósito de pedir la anexión a los Estados Unidos— le valieron el repudio de las autoridades cubanas, que buscaron con vehemencia su retiro, acaecido finalmente en noviembre de 1905. De salida de La Habana, una lamentable pérdida para Squiers ya que por el puesto devengaba un salario de $ 12 000 anuales, fue nombrado ministro de los Estados Unidos en Panamá en cuya legación se mantendría hasta agosto de 1909. Herbert G. Squiers falleció el 19 de octubre de 1911, a la edad de cincuenta y dos años durante su estancia en Londres. Fue sobrevivido por su viuda, la Sra. Harriet Bard Woodcock y por seis hijos. República de Guatemala: Sr. José Joaquín Palma (31 de mayo de 1902) Del Sr. José Joaquín Palma, el Boletín Legislativo publicado por González y Amigó difundió lo siguiente: El inspirado y dulcísimo poeta cubano, nació en Bayamo el día 11 de Septiembre de 1844. Allí hizo sus estudios elementales en el convento de San Francisco, continuándolos después en el colegio San José, que dirigía el venerable educador don José M aría Izaguirre, donde estuvo también en calidad de profesor. Cuando salió de aquel colegio se ocupó del periodismo, publicando, en colaboración con Francisco M aceo Ossorio, La Regeneración de Bayamo, hoja fugaz, que empezó á dar á [sic] conocer los primeros ensayos poéticos del popular vate bayamés. Sus trabajos por la independencia de Cuba, su vida de insurrecto al lado del heroico Céspedes es de todos bien conocida. Salió de la tierra natal desvalido y proscripto, llevando á [sic] los Estados Unidos, después a la América del Sur y por último, trayendo a la América Central, la gemidora lira bajo el brazo, la divina inspiración en la mente, y en el alma, un dolor incurable, el dolor del genio atormentado por la nostalgia de la Patria, y por la más horrible nostalgia del ideal… La primera edición de sus poesías se hizo en Tegucigalpa, capital de la República de Honduras en el mes de noviembre de 1881, y la segunda y última, en Guatemala el 1º de enero de este año. En Honduras desempeñó el cargo de Secretario del Presidente Soto. En Guatemala desempeñó el cargo de Bibliotecario General, y hasta hace poco, el de Jefe del Servicio Consular. Las biografías consultadas sobre José Joaquín Palma no mencionan su desempeño como diplomático, es así que el 31 de mayo de 1902, José Joaquín Palma era acreditado como Enviado Extraordinario y M inistro Plenipotenciario en misión especial de la República de Guatemala ante el gobierno de Tomás Estrada Palma. 33 El 9 de septiembre de 1902, José Joaquín Palma fue nombrado Cónsul de Primera Clase en la República de Guatemala, de manera que es de suponer que su estancia en La Habana haya sido breve. José Joaquín Palma, en su lecho de muerte, admitió la autoría del himno adoptado por la República de Guatemala. En 1896, el gobierno guatemalteco había organizado un concurso para seleccionar la letra del himno nacional. La pieza ganadora fue la que de manera anónima había enviado el poeta bayamés, quien falleció en la ciudad de Guatemala el 2 de agosto de 1911. En 1951 sus restos fueron trasladados a Cuba a petición de su gobierno y allí reposan, en su ciudad natal de Bayamo. Cuba recordó el centenario del fallecimiento de Palma con varias actividades, a una de las cuales asistió representación diplomática de Guatemala en Cuba. Estados Unidos M exicanos: Sr. Gilberto Crespo y M artínez (1 de julio de 1902) La actividad diplomática de Gilberto Crespo y M artínez se enmarca en el dilatado período del porfirismo o porfiriato (1876-1911), es decir, el tiempo durante el cual el ejercicio del poder en M éxico estuvo bajo el control de Porfirio Díaz (n. Oaxaca, 1830-m. París, 1915). Gilberto Crespo y M artínez nació en Veracruz el año 1853. En 1876 terminó en Pachoca la carrera de ingeniero de minas que había comenzado en la Escuela de M inas, en la que figura como profesor con licencia. Su vida diplomática se inauguró precisamente con Cuba, con su nombramiento como cónsul de M éxico con residencia en La Habana, el 14 de marzo de 1885. Durante su desempeño como cónsul en La Habana reveló un particular interés en aquellos asuntos de carácter comercial, del que destaca su propuesta al Secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Ignacio M ariscal, de integrar al consulado “una pequeña exposición o museo de los principales productos de M éxico susceptibles de encontrar buen mercado en esta isla”.[1] Crespo y M artínez fue sucedido por el conocido abogado habanero Andrés Clemente y Vázquez, quien sirviera como cónsul de M éxico durante catorce años, hasta poco antes de su fallecimiento, en 1901. Le sucedió nuevamente Crespo, oficialmente designado el 31 de diciembre de 1900 con el cargo de cónsul general de M éxico. El 7 de junio de 1902, Ignacio M ariscal, Secretario de Relaciones Exteriores de M éxico, le comunicaba a Crespo su nombramiento como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario, cuyas cartas credenciales entregó el 1 de julio del propio año. En su capacidad de embajador de M éxico, Gilberto Crespo se ocupó del avance de nuevas tecnologías y del comercio entre M éxico y Cuba. Quizá su legado más importante fue la creación de la Sociedad M ercantil M exicana y de su boletín mensual, editado a partir de 1904. Hacia fines de 1905, Gilberto Crespo y M artínez fue nombrado enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de M éxico en Viena, a cuyo efecto Porfirio Díaz firmó su carta de retiro, que pudo presentar personalmente en audiencia pública a Tomás Estrada Palma. Se trasladó a la corte vienesa y sirvió a M éxico como su representante ante el Imperio de AustriaHungría hasta 1911, cuando se le hace cargo de la representación diplomática mexicana en los Estados Unidos, y regresa nuevamente a Austria-Hungría de 1912 a 1916. M urió el 7 de noviembre de 1917 en la capital austríaca. Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda: Sir Lionel Edward Gresley Carden (16 de julio de 1902) Normalmente, las cartas autógrafas reconociendo la creación de la República de Cuba constituyen el primer paso en el desarrollo de relaciones diplomáticas; pero en el caso de las relaciones entre Cuba y el Reino Unido se dieron de una manera muy peculiar, y es que su embajador, el Sr. Lionel Carden, 34 fue acreditado el 16 de julio de 1902, pero la carta de Eduardo VII fue firmada en Cowes ocho días después, es decir, el 24. Habrá de notarse que el reconocimiento de Eduardo VII lo es en su calidad de rey de la Gran Bretaña e Irlanda y como emperador de la India. Sir Lionel Carden nació en Brighton, Sussex, Inglaterra, el 15 de septiembre de 1851. Se educó en el Colegio Eton (fundado por el rey Enrique VI en 1440). Entró en el servicio consular en abril de 1877 y fue nombrado Vicecónsul en La Habana. Actuó varias veces de Cónsul General interino en la capital cubana. Estuvo agregado como Secretario de Sir Spencer St. John en la misión especial a M éxico desde el 29 de mayo de 1883 hasta diciembre de 1884. Fue Chargé d’Affairs en M éxico desde el 4 de marzo al 6 de noviembre de 1885. Fue ascendido a cónsul en los Estados Unidos M exicanos, con excepción de Veracruz, el 19 de octubre de 1885. De 1885 a 1889 fue Comisario de la Gran Bretaña en la Comisión mixta de reclamaciones. Nuevamente fue Chargé d’Affairs interino en M éxico desde el 24 de julio al 10 de diciembre de 1894. Fue Cónsul interino en San Juan de Puerto Rico desde julio a noviembre de 1898, durante la guerra hispano-americana. M uy conocidos fueron sus sentimientos antinorteamericanos, que le valieron no pocos percances en su carrera diplomática, como veremos a continuación. El 22 de diciembre de 1898 fue ascendido a Cónsul General en la Isla de Cuba, y el 20 de mayo de 1902 nombrado ministro residente en la recién creada República de Cuba. En su capacidad de ministro residente, Sir Lionel Carden realizó las negociaciones con las autoridades cubanas para un tratado comercial que no cuajó debido a las presiones del gobierno de los Estados Unidos, según apunta Jorge Renato Ibarra en su Tratado anglo-cubano de 1905 (Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2006). La actividad de Carden para lograr un tratado que protegiera y avanzara los intereses británicos en Cuba le ganó en varias oportunidades la animosidad del gobierno de los Estados Unidos. A su salida de Cuba, fue nombrado ministro de Su M ajestad Británica en Guatemala (1905-1911); en Nicaragua, Honduras y El Salvador entre 1911 y 1913, y M éxico entre 1913 y agosto de 1914. Carden fue crítico hacia la política exterior del presidente norteamericano Woodrow Wilson en relación con la guerra en M éxico y la ocupación de Veracruz, y, además, había presentado sus cartas credenciales como enviado extraordinario y plenipotenciario de Su M ajestad Británica ante el gobierno del presidente Victoriano Huerta, que se había alzado contra el gobierno federal y no gozaba del reconocimiento diplomático de los Estados Unidos.[2] En enero de 1914, Carden era transferido a la representación diplomática británica en Brasil. En 1912 fue condecorado con el ingreso en la Distinguidísima Orden de San M iguel y San Jorge, con el grado de caballero comandante, y de ahí tomó el título de Sir. Falleció en Londres, el 16 de octubre de 1915. Fue sobrevivido por su esposa Anne Eliza Lefferts y no tuvo descendencia. República Francesa: François Edmond Bruwaert (24 de julio de 1902) Sobre este diplomático francés no hemos podido encontrar abundantes datos. A continuación lo que González y Amigó dice en su Boletín Legislativo…: Nació el 25 de Septiembre de 1847, en París. Bachiller en Letras de la Sorbona en Junio de 1867 y en Ciencia en julio del mismo año. Laureado del Concurso General de los Liceos de Francia en Agosto de 1867. Bachiller en Derecho en Julio de 1869, Licenciado en Derecho el 14 de julio de 1870. Agregado al M inisterio de Negocios Extranjeros en 1870. Admitido el primero al Concurso Diplomático y Consular en Octubre de 1873, A gregado á la Dirección de los Consulados en 35 Noviembre de 1873. Alumno-Cónsul en 15 de Diciembre de 1876. Agregado á [sic] la Secretaría de la Comisión administrativa en 6 de Abril de 1878. Secretario de la Conferencia Internacional de Correos en 10 de M arzo de 1879. Jefe de la Oficina de la Secretaría particular del M inistro en 1º de Febrero de 1880. Secretario de la Conferencia M onetaria Internacional en Abril de 1881 Secretario de la Conferencia para los Tratados de Comercio con Suecia en Julio de 1881 y con Bélgica en Septiembre del propio año. Caballero del Cristo de Portugal. Comendador de la Orden de Gustavo Wasa de Suecia. Caballero de la de Leopoldo de Bélgica. Comendador del Nichan de Túnez. Caballero de los Santos M auricio y Lázaro. Cónsul de 2ª Clase en Chicago en 16 de enero de 1882; de 1ª Clase en 14 de Julio de 1884. Gerente del Consulado General de New York en 17 de Junio de 1883. Plenipotenciario adjunto en Pekín en 5 de Agosto de 1885. Caballero de la Legión de Honor en 6 de Julio de 1886. Oficial de la Orden del Dragón de Annam. Cónsul en M elbourne en 1886. Cónsul General en Chicago el 18 de Noviembre de 1887. Gerente del Consulado General de New York en 25 de M ayo de 1889. Comisario de Francia en la Exposición Universal Colombina en 2 de M ayo de 1892. Oficial de la Legión de Honor en 20 de Abril de 1892. Comendador de la Orden de Carlos III de España. Comendador de la Orden del M edjidic. Diploma de Honor discernido por el Congreso de los Estados Unidos en 1893. Destinado a Washington en 4 de Noviembre de 1893. Caballero del M érito Agrícola en 20 de Enero de 1894. Cónsul General en New York en 1º de Diciembre de 1894. Destinado á [sic] la Embajada de Francia en Washington en 1897 y 1898. M inistro Plenipotenciario de 2ª Clase en 4 de junio de 1902. M inistro residente en la República cubana en junio de 1902. Bruwaert es el gran desconocido de Francia en Cuba. Según comunicaciones recibidas de la embajada francesa en La Habana, su nombre no aparece en las listas de agentes diplomáticos en esa legación, por petición expresa. De acuerdo con B. L. Pierce, editora de As Others See Chicago. Impressions of Visitors, 1673-1933, quien dice haber recibido la información biográfica de William Burry, Sr. François Edmond Bruwaert se casó en 1893 con Susan A. King y, luego de su estancia en Cuba, ocupó la representación diplomática de Francia en varios países de América del Sur hasta su retiro del servicio exterior francés en 1911. Continúa Pierce al decir que, poco antes del estallido de la Primera Guerra M undial, François Bruwaert y su esposa viajaron a Alemania en busca de información sobre un antiguo grabador alemán en cuya biografía Bruwaert estaba trabajando. Fueron confinados y luego liberados en la frontera suiza y residieron en Ginebra y Lausana hasta la muerte de M . Bruwaert, acaecida el 28 de marzo de 1927. En la medida en que Cuba fue consolidando su quehacer internacional, más gobiernos acreditaron agentes diplomáticos cerca del gobierno de la república. Ahora bien, esto no significa que los países antes mencionados eran los únicos con representación diplomática en Cuba, porque existía entonces la categoría de encargado de negocios de una legación que, aunque no eran acreditados directamente con el Jefe de Estado, entendían sus negocios de manera directa con el Secretario de Estado. Bibliografía mínima Camacho Navarro, Enrique: “Gilberto Crespo y M artínez, un operador de la diplomacia de M éxico en la Cuba republicana (1902-1906)”, en Revista Mexicana de Política Exterior, N º 84, 2008, páginas 93-120. Cuba. Boletín Oficial del Departamento de Estado de la Secretaría de Estado y Justicia. Año III, 1906. Imprenta de Rambla y Bouza. 1906. González y Amigó: Boletín legislativo. Compilación con adiciones y comentarios de las leyes, decretos, reglamentos, sentencias del Tribunal Supremo y demás disposiciones que se promulguen 36 en Cuba desde 20 de mayo de 1902. Imprenta Rambla y Bouza. Habana, 1902. Ortega y Reyna, Jaime: “M éxico y Cuba: los inicios de una relación”, en Latinoamérica. Revista de Estudios Latinoamericanos, número 49, 2009, pp. 155-180. Pierce, Bessie Louise: As others see Chicago: impressions of visitors, 1673-1933. The University of Chicago Press, Chicago, 2004. Wikipedia. [1] Camacho Navarro, Enrigue: “Gilberto Crespo y M artínez, un operador de la diplomacia de M éxico en la Cuba republicana”, en Revista Mexicana de Política Exterior, M éxico, 2008, p. 108. [2] The New York Times, 17 de octubre de 1915. 37