Poder Judicial de la Nación

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Poder Judicial de la Nación
PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN
//Plata, septiembre 8 de 2009.R.S. 3 T.67 f* 165
VISTO: El presente expediente n° 5286/III,
"F, E S s/inf. art. 263 del C.P.", procedente del
Juzgado
Federal
de
Primera
Instancia
n°
2,
Secretaría n° 5, de Lomas de Zamora y,
CONSIDERANDO:
Los doctores Pacilio y Nogueira dijeron:
I. El caso:
Llega la causa a esta Alzada en virtud del
recurso de apelación interpuesto por la defensa de E
USO OFICIAL
S F (fs. 30/31), contra la decisión que dispuso su
procesamiento en orden al delito previsto por el
artículo
263,
en
función
del
artículo
párrafo,
del Código Penal (fs. 25/26).
261,
1er.
II. La causa:
1. Se formó como un desprendimiento de la
causa
n°
5300,
de
dicho
juzgado,
en
la
que
se
investiga la falsificación y/o el uso de una cédula
verde presuntamente apócrifa.
En la misma se requirió y revisó un vehículo
y la documentación que quien dijo ser su dueño —F—
poseía (ver fs. 1 y vta.) y
luego se le entregó el
rodado, como deposito judicial (fs. 2).
Cuando
los
peritos
designados
se
constituyeron en su domicilio para practicar pruebas
dispuestas —sobre la numeración del chasis y motor
del auto— no pudieron realizarlas porque el rodado
no estaba allí. En el acta se dejó constancia que el
depositario dijo habérselo entregado a quien se lo
había vendido (fs. 4 y vta.).
2. A fs. 8 de la presente luce la constancia
de
la
formación
de
la
presente,
en
orden
a
la
posible comisión del delito previsto por el art. 263
1
y,
a
fs.
11
y
12,
el
requerimiento
fiscal
de
instrucción.
Llamado a indagatoria por
el delito (fs.
13), E S F se negó a declarar (fs 19 y vta.).
Con estos elementos el juez lo procesó en la
decisión cuyo cuestionamiento motiva la actuación de
esta Alzada.
III. El recurso:
La
defensa
destaca
que
la
entrega
del
vehículo por cuyo desprendimiento ahora se inculpa a
su asistido se produjo en el marco de una causa por
falsedad instrumental y que por ello el objeto de
ese
delito
“(l)o
integra,
únicamente,
la
documentación aludida.”
Resalta que el rodado sólo
medio
de
medida
prueba
judicial
sobre
y
el
que,
que
se
entonces,
constituye un
efectuaría
la
una
tipificación
correcta es la del art. 255, del Código Penal.
IV. La figura del denominado “Peculado por
equiparación”:
1.
La
figura
por
la
que
se
procesó
al
imputado surge de normas que están dentro del Libro
Segundo
del
Delitos
contra
Capítulo
Código
VII,
la
Penal,
en
el
Administración
sobre
Título
XI
Pública—,
Malversación
de
en
—de
el
caudales
públicos.
El art. 263 se refiere a quien administrare
o
custodiare
establecimientos
bienes
(de
pertenecientes
instrucción
a
pública
ciertos
o
de
beneficencia) y a los administradores y depositarios
de caudales embargados, secuestrados o depositados
por
autoridad
competente,
particulares.
2
aunque
pertenezcan
a
Poder Judicial de la Nación
El
describe
art.
261,
acciones
como
típicas
los
arts.
punibles
260
en
y
262,
relación
a
funcionarios públicos que, sin embargo, son también
penalizables respecto a los sujetos descriptos por
el art. 263, del C.P.
Así, de la integración de ambas normas —
considerando, por remisión expresa en el caso, al
1er. párrafo del art. 261, del C.P.— son punibles
los
administradores
y
depositarios
de
caudales
embargados secuestrados o depositados por autoridad
competente
cuando
—aunque
pertenezcan
sustrajeren
aquellos
a
o
particulares—
los
efectos
cuya
USO OFICIAL
administración, percepción o custodia les haya sido
confiada.
2. La lectura completa y armónica de esas
normas muestra que el art. 263 amplía y extiende la
protección
prevista
relación:
a
típicas
(además
por
quienes
y
protegidos
no
que
pueden
de
administradores
los
arts.
cometer
los
las
sólo
y
a
caudales
en
acciones
funcionarios,
depositarios)
son
anteriores
los
los
bienes
o
efectos
públicos sino, aún, pertenecientes a particulares.
Lo clave de la figura reside en que quien
sustrae
o
detrae
los
bienes
es
aquel
que
tiene
confiada su administración, percepción o custodia,
tanto como su guarda y cuidado.
3. La consumación tiene lugar en el momento
en
que
—según
diferente,
se
la
figura—
emplea
en
se
da
una
provecho
aplicación
propio
o
de
terceros, se sustrae o se da ocasión a que otros
sustraigan
los
preservarse
y
caudales
no
o
requiere
efectos
otro
que
perjuicio
debían
que
el
consistente en la desafectación del bien del destino
3
que tenía o la afectación de la esfera de tenencia
en que se hallaban.
V.
El
tipo
de
“sustracción
de
efectos
custodiados”:
1.
La
figura
cuya
aplicación
pretende
la
defensa, se halla en el Capítulo V, sobre “Violación
de sellos y documentos” y describe la conducta de
quien “(s)ustrajere, alterare (...) en todo o en
parte, objetos destinados a servir de prueba ante la
autoridad
competente,
registros
o
documentos
confiados a la custodia de un funcionario público o
de otra persona en el interés del servicio público”.
También
prevé
una
inhabilitación
especial
adicional si el autor fuere el mismo depositario y
una
pena
cometiere
diferente,
por
de
multa,
imprudencia
si
o
el
hecho
negligencia
se
del
depositario.
2. Según expone Soler, la agravante “(s)e
funda exclusivamente en el incumplimiento de deberes
de custodia que pueden incumbir a personas que no
son funcionarios públicos: el particular depositario
de
bienes
depositario
secuestrados
de
su
;
registro
el
o
escribano
de
un
público
testamento.”
(Soler, Sebastián, “Derecho Penal Argentino”, 1era.
edición, Buenos Aires, La Ley, 1946, Tomo V, pág.
173).
También
refiere
que
“(D)ebe
tratarse
de
objetos custodiados con la finalidad de utilizarlos
como medios de prueba ...” y que “(e)l caso típico y
expresamente mencionado por otras leyes es el de los
que han sido secuestrados como cuerpos de delito...”
(Soler, Sebastián, ob. cit., pág. 174).
VI. Las circunstancias del caso:
4
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1. El objeto que las autoridades policiales
de la D.D.I le entregaron a E S F mediante el acta
de fs. 2 —en el marco de las actuaciones sumariales
“INF Art. 292 del C.P.”— fue un vehículo “...”.
Éste
había
sido
incautado
preventivamente
junto a la documentación que lo amparaba (cédula
automotor y boleto de compra-venta) ese mismo día —
tres horas antes (ver acta de fs. 1).
El
realizó
requerimiento
en
colocadas
virtud
“(a)
originales...”
de
respecto
que
simple
las
vista
al
vehículo
chapas
no
se
patentes
resultan
ser
y, según expone la actuación inicial
USO OFICIAL
el secuestro aparece decidido en función de que el
“(n)umero de chasis se halla ilegible, con RPA. (…)
en la torreta delantera derecha y mismo número de
RPA. para el motor.”.
2. El funcionario policial que formalizó el
“Acta
de
entrega”
instrumento
que
el
bien
consigna
al
se
“(c)aracter
da
en
final
del
de
Depositario Judicial, la cual [sic] NO podrá vender,
enajenar,
prendar
ni
desprenderse
del
mismo
sin
autorización del magistrado...”.
3.
el juez dispuso una serie de medidas.
En cumplimiento de ellas un perito de la
Gendarmería Nacional se constituyó en el domicilio
del imputado para notificarle la realización de la
medida y efectuarla, ocasión en que dejó constancia
de que “(n)o se pudo realizar dicho peritaje [sobre
el n° de chasis y motor R.P.A. ] debido a que el
vehículo
en
cuestión
no
se
encontraba
en
el
domicilio ...dejando constancia que el señor E S F
manifestó haberle entregado dicho rodado al señor
quien fue el vendedor...” .
VII. Tratamiento de la cuestión:
5
Un
lectura
estudio
detenida
aconsejan
atento
de
resolver
las
de
la
cuestión
constancias
la
cuestión
de
en
y
la
el
la
causa
sentido
pretendido por la defensa, por las razones que a
continuación se expondrán.
1. El bien jurídico protegido en el capítulo
en que se hallan los arts. 261 y 263, del C.P., es
la administración de justicia; mientras que los que
resguarda el capítulo que contiene el art. 255 son,
específicamente, los objetos destinados a servir de
prueba.
2. La distinción que se realiza entre ambas
figuras expone que el delito del art. 255, del C.P.
“(c)oncurre en forma ideal con los delitos de hurto
(art.
162),
robo
...
resulta
desplazado
por
el
supuesto de defraudación por supresión (art. 173,
inc. 8) y que desplaza al de peculado (art. 261) por
la
especialidad
de
la
custodia
quebrantada.”
—el
subrayado es propio— (D´Alessio, Andrés José, ob.
cit., pag. 820).
3.
El
bien
individualizado
en
autos
es,
indudablemente, en la causa, un objeto o medio de
prueba sin que sea relevante en relación con ello
que se trate o no del “(o)bjeto del delito...”, como
arguye la defensa.
En todo caso si, por especular, ese fuese el
supuesto, ello justificaría aún más la adopción a su
respecto
de
todos
los
recaudos
atinentes
a
su
preservación enunciados en el punto 3, que antecede.
En atención a ello corresponde revocar la
decisión apelada.
Por tanto se considera que deberá revocarse
la decisión
,
con
los
alcances que se desprenden
de los considerandos que anteceden y disponerse que
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en la instancia de grado se realice la imputación
correspondiente,
en
orden
al
delito
previsto
y
reprimido por el art. 255, del C.P.
El doctor Vallefín dijo:
I. Antecedentes.
Las circunstancias fácticas de la causa, la
decisión recurrida y los agravios de la defensa se
encuentran suficientemente desarrollados en el voto
que
antecede,
al
que
por
razones
de
brevedad
me
remito en este punto.
II. Consideración de los agravios.
1.
Adelanto que la pretensión principal del
USO OFICIAL
recurrente habrá de prosperar con los alcances que
seguidamente expondré.
2. El artículo 263 del Código Penal reprime
–con remisión a los artículos 261 y 262- a “los que
administran
o
custodian
establecimientos
beneficencia,
de
así
bienes
pertenecientes
instrucción
como
los
pública
o
administradores
a
de
y
depositarios de caudales embargados, secuestrados o
depositados
por
pertenezcan
a
autoridad
competente
particulares”.
Su
aunque
ubicación
metodológica y su envío expreso a las disposiciones
que consagran las figuras del “peculado” y de la
“facilitación
imprudente
de
sustracción
de
bienes
públicos” autorizan a concluir que el artículo 263
participa de la tutela del mismo bien jurídico que
funda a la “Malversación de caudales públicos”, esto
es, la regular inversión y aplicación de los bienes
públicos dentro de la órbita de la administración o
la ordenada inversión de las sumas destinadas a sus
gastos (conf. Código Penal comentado y anotado, tomo
II, D’Alessio Andrés J. [dir.], Buenos Aires, 2007,
La Ley, p. 844 y sus remisiones).
7
Distinto es el caso del artículo 255 del
digesto
criminal
cuya
aplicación
postula
el
recurrente. Allí –en lo que interesa- se sanciona al
que “sustrajere, ocultare, destruyere o inutilizare
objetos
destinados
autoridad
a
servir
competente,
de
prueba
registros
o
ante
la
documentos
confiados a la custodia de un funcionario o de otra
persona en el interés del servicio público. Si el
culpable fuere el mismo depositario, sufrirá además
inhabilitación
especial
por
doble
tiempo”.
Su
inclusión en el marco del capítulo de “Violación de
sellos y documentos” determina, pues, que apunta a
proteger
la
inviolabilidad
de
la
identidad
y
vigilancia de determinadas cosas, en especial, la de
objetos
destinados
a
servir
de
prueba
ante
la
autoridad pública puestos en custodia a tal efecto
(Código Penal comentado y anotado cit., p. 818 y sus
remisiones).
2.
Pues
procedimiento
bien,
llevado
cabe
adelante
recordar
por
la
que
el
prevención
tuvo origen en el avistamiento del rodado (…)con
chapas
patentes
originales.
que
En
irregularidades
a
simple
ese
en
la
vista
instante
se
numeración
de
no
eran
comprobaron
chasis
y
la
diligencia derivó en la incautación del vehículo y
en el secuestro de la cédula verde que F exhibió al
personal policial, cuya falsedad fue corroborada en
el
marco
de
la
causa
n°
5.300
del
registro
del
juzgado a quo.
El mismo día del procedimiento se le hizo
entrega
al
imputado
en
carácter
de
“depositario
judicial” del auto haciéndole saber que “NO podrá
vender, enajenar, prendar, ni desprenderse del mismo
sin
previa
autorización
8
del
magistrado
de
Poder Judicial de la Nación
intervención”
medidas
de
(fs.2).
prueba
Luego,
que
se
una
de
ordenó
las
primeras
un
peritaje
fue
físico sobre el rodado y sus numeraciones de motor y
chasis,
cuya
imposibilidad
de
realización
por
el
desprendimiento de la unidad de parte de F inició
esta investigación.
3. Así planteada la cuestión, estimo que el
derrotero de la causa original conduce a concluir –
como dice la defensa- que el automóvil en tela de
juicio fue y es un elemento destinado a servir de
prueba en aquella, lo cual queda abonado desde el
momento en que el procedimiento policial se apoyó en
USO OFICIAL
la observación de las patentes apócrifas y de las
anomalías
en
su
numeración
de
chasis,
como
así
también, con el inmediato peritaje que el señor juez
de grado ordenó sobre el automotor.
En
tales
malversación
o
condiciones,
peculado
de
no
bienes
hay
o
una
caudales
secuestrados y entregados en depósito por autoridad
competente, sino una desviación del destino de una
cosa como medio de prueba en una causa penal por
parte
de
la
persona
a
quien
se
le
confió
su
custodia, en el caso, E S F. Desviación que, por lo
demás,
no
fue
negada
ni
cuestionada
por
el
recurrente.
III. Conclusión.
De consuno a lo expuesto, propicio confirmar
parcialmente la resolución en cuanto procesó a E S F
por el hecho que se le atribuyó,
su
conducta
por
la
prevista
artículo 255 del Código Penal.
Así lo voto.
9
pero recalificando
y
reprimida
en
el
Por tanto y en mérito a lo que resulta del
Acuerdo
que
antecede
el
TRIBUNAL,
por
mayoría,
RESUELVE:
1. Revocar la decisión , con los alcances
que
se
desprenden
de
los
considerandos
que
anteceden.
2. Disponer que en la instancia de grado se
realice la imputación correspondiente, en orden al
delito previsto y reprimido por el art. 255, del
C.P.
Regístrese, notifíquese y devuélvase.Firmado
Jueces
Sala
III
Dres,Carlos
Alberto
Nogueira.
Antonio Pacilio. Carlos Alberto Vallefín.
Ante mídra. María Alejandra Martín.Secretaria.
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