WATERPOLO Hungría se convirtió en potencia olímpica de waterpolo en 1928 cuando terminó en segundo lugar, tras Alemania. Desde entonces, los magiares nunca habían dejado de llevarse una medalla a través de ocho olimpiadas consecutivas, acumulando cinco de oro, dos de plata y una de bronce. Aunque sin igualar esta marca impresionante, Yugoslavia contaba en su haber con tres medallas de plata. Y desde 1956, la URSS había ganado una medalla de plata o de bronce en cada olimpiada. Al terminar la vuelta eliminatoria en México, estos “tres grandes”, más Italia, ocupaban los primeros lugares. En las semifinales, URSS derrotó a Italia mientras que Yugoslavia vencía a Hungría. Los dos perdedores se enfrentaron fuego en la final por el tercer lugar en un encuentro muy reñido, pero Hungría metió seis tantos seguidos para aumentar su cadena de medallas con el noveno eslabón. Luego vino la confrontación entre la Unión Soviética y Yugoslavia. Fue un partido rudo, accidentado, en el que ambos equipos emplearon la misma estrategia: disparar con frecuencia y no conceder cuartel. Al terminar el tiempo reglamentario, la anotación se encontraba empatada 11-11. Aunque completamente agotados, los yugoslavos lograron anotar dos tantos más durante el periodo adicional para dar a su país la primera medalla de oro en este deporte. Kuwayama, del Japón (2), y el yugoslavo Sandic chocan en una jugada del último partido eliminatorio. Los yugoslavos tenían que ganar el encuentro por un inverosímil margen de 13 tantos para sobrepasar a Alemania del Este Y clasificar para las finales, junto con Italia. Lo lograron con margen de Sobra, con una aplastante victoria de 17-2. Sandic (10) (arriba), lanza un tiro muy desvíado a la meta rusa. En un encuen. tro final brusco y emocionante -en el que todos antos se anotaron en tiros de castigo- Yugoslavia se llevó su primera medalla de oro hn Waterpolo. logró dos anotaciones en tiempos extraordinarios, una vez que el tiempo reglamentario terminó con un empate a 11.