CULTURA BENJAMÍN SUBERCASEAUX Y UNA LECTURA DE CHILE ALFONSO CALDERÓN Benjamín Subercaseaux hizo una lectura de Chile preocupante y desafiante. ¿Es el chileno ese ser "impermeable a la experiencia", "un ser a disgusto", nacido para "estarse en un sillón", que goza con todo ¡o que tenga sabor a prohibido", 'raza inútil, testaruda y poco deseosa de aprender"? "¿En que momento fue Chile, si lo fue, un país llamado Chile?" El autor es escritor, ensayista. Académico de la Lengua y ex-profesor de las Universidades de Chile y Católica. Se ha especializado en literatura chilena. Se sabe que, evitando los rigores de la revocación del Edicto de Nantes, en el siglo XVIII, desde Burdeos y por razones especificas que afectaban a los hugonotes, los Sübercaseaux, sin dilación, huyeron. El primero de la familia que llegó a Chile -en testimonio de Joaquín Edwards Bello- "apareció en Copiapó, durante el rush de la plata, entre las carpas al aire y los palacetes de adobe, cuando el champagne valia menos que el guachucho. Poruñeo, cateo y cangalla. Juegan al monte en mesa de plata maciza. Se casa y se dirige a la capital. Quince carretas cargadas de plata y otros efectos cruzan cierta tarde el Puente de Cal y Canto. Asi comienza la cabalgata. Es la vertiente, el agua primera en la base del rio caudaloso".1 Benjamín Subercaseaux Zañartu, nacido en Santiago el 20 de noviembre de 1902, compone un marco genealógico, del cual admite variantes y aun pone en duda ramas diversas. No le parece muy razonable el que hayan sido señores de Beilocq (con ruinas de castillos al pie de los Pirineos), pero, apoyado en documentos, registra el ennoblecimiento famjüar, por parte de Henri D'Albret, rey del Béarn y de la Navarra, en el siglo XVI.2 Del primero que vino a Chile, este país que poseía -según el 350 deslenguado conde de KeyserImg- "un culto a la fealdad", no le cabe duda: _fue Frangois-Piérre Pascal de Subercaseaux, teniente gentilhombre de la Marina Real de Francia. Llegó a nuestro país en 1784, "antes de que Chile fuera una nación, y antes de que supieran acá de muchos Soto, Muñoz. Moneada o Barría. Peleó por España, contra los patriotas, y fue nombrado Coronel de Milicias Reales. Fue el único que permaneció en Copiapó cuando la Gran Peste, transformando su casa en lazareto y curando, en compañía de sus hijas. a los apestados, mientras toda la cnollada huía'V* La infancia y la adolescencia de Benjamín Subercaseaux pueden seguirse en su obra Niño de Lluvia (1938). Es el equivalente nuestro a Pedrín, de Anatole France; a Pelo de Zanahoria, de Jules Renard; a Poquita Cosa, de Alfonso Daudet, y a El Gran Meaulnes, de Alain-Fournier. Más tarde, en una crónica, fijará -con gracia y alacridad- la imagen del abuelo paterno, aquel hombre de negocios que "se limitaba a asomarse a la ventana del segundo piso de su casa, allá frente al Teatro Municipal. Miraba un rato atentamente por entre los visillos, con las manos cruzadas por la espalda, y al cabo de cierto tiempo lanzaba un ¡íium! humo- rístico, exclamando entre dientes: Pays de sauvages".' Ida Zañartu, la madre de Benjamin, fue bella entre las bellas de Chile, hacía comienzos de siglo. Época de enormes sombreros, de casas de tres patios, de quintas en Pedro de Valdivia, de las glorias del paseo en la Alameda o en el Parque Cousiño, de doña Delia Matte y el Club de Señoras, de "El Incandescente" y del vals de "La Viuda Alegre". Del padre, Benjamín Subercaseaux Browne, hay una imagen fugaz en Daniel, edición aumentada de Niño de Lluvia: "Muy hermoso y gozador de la vida, pasó toda su juventud en Francia en la época de mayor derroche que conoció el mundo: el deslumbrante 1900 de la Exposición Universal, de los landau con bellas mujeres y del french cancan... Entre tanto lujo, tanto domingo en Longchamps y tanto sombrero de copa gris, sólo ten ia dos aficiones: la esgrima y la Marina. En su pieza de la Rué Tilsit. sentado en el amplio sillón Aubusson, soñaba frente a un libro de navegación".s Halló una formal negativa a su deseo de enrolarse en la Marina, por parte del viejo banquero, y una respuesta tajante: 'Vuélvete a Chile, mejor, y trabaja en el 1 Un hbto de dofi Julio Subaí tseaw en La Nación, 22 de dicietnbn 1346 * Aventuras de un joven que olvido que era anciano (1970) 3 Interrogaciones: 94 (1965) * Subercaseau*. 3en|amín Horrar a lo bello , en Zig-Zag N° 2585, 9 de l;rc de 1954 5 Daniel (194?) MENSAJE N"3aO, JULIO 1963 CULTURA campo". ¿Fue don Benjamín (padre), sufriendo un mal chileno, que el hijo definirla más tarde, el de la "degradación de la energía síquica, del entusiasmo, de la perseverancia", que lleva a que cuanto "el chileno toca, envejece de diez años por haberlo tocado"? Los llamados tempranos ¿Qué pasó con ese niño chileno de comienzos del siglo en que vivimos? ¿Cómo fue afinándose en él esa sagacidad critica que sabe evitar toda oblicuidad sn el juicio? ¿Cómo se formó su idea de nuestras limitaciones y culto de la sinrazón, a las que no cabe atenuar por falsa prudencia? El invierno "era un largo sueño con la nariz pegada a los vidrios". Iba por las cailes deletreando los rótulos de los almacenes "y los avisos del Té Demonio". En una quinta de la calle Pedro de Valdivia, tendido sobre la hierba a la hora en que las cigarras dejan caer su lluvia sonora sobre la resolana verde, Benjamín hojeaba un grueso volumen ¡n quarto, con litografías, editado por Antonio Bindis. en el cual se narraba sin abreviar detalles "una larga y penosa expedición por el África Central, realizada por un grupo de hombres ávidos de la aventura y de confraternización con pueblos desconocidos. ¿Sería aquel libro un relato de las expediciones del misionero Livingstone? Muchas veces me lo he preguntado sin poder darme respuesta; pero puedo decir que la narración era interesantísima y que los expedicionarios muchas veces estuvieron a punto de ser asados por tribus antropófagas y ser devorados como suculento manjar. Desde entonces prendió en mi ánimo el deseo de conocer nuevas tierras, combatir con leones y víboras, montar en elefantes y navegar en frágiles canoas por ríos misteriosos bajo palio de montañas vírgenes".6 Por los días de la Gran Guerra (1914-1918), en los inicios, descubre Los Natchez y los poemas de Virgilio. Antes ha leído las historias de Julio Verne y del capitán Mayne Reid. La lectura le apasioMhNSAJE H 320. JULIO 1903 B. Subercjseaux Consagro tos mejores anos tío su vida a esle üdolescente arisco y desmemoriado que fue su pueblo" na, como el misterio de las enormes piezas de las casas de antaño o las clepsidras o el ruido de la lluvia. Descubrimiento de Chile Hasta que un día descubre a Chile, al país, y decide leerlo, de punta a cabo, porque se sabe condenado a escribir y una obra literaria buena y legítima ha de tener "por carácter fundamental e! de ser, en cierta lorma, un plaidoyer, un alegato, una defensa o un ataque que el escritor formula de manera más o menos encubierta contra su ambiente y su mundo. Porque si el constituye una verdadera personalidad y un hombre superior, estará condenado a vivir perpetuamente desadaptado a su medioambiente".7 Mirada de vigia, expresión lapidaria, juicio duro y muy leal, disparador de verdades, será, desde joven "un escritor colocado frente a la imbecilidad victoriosa".8 y no eludirá tema al cual no clave, por voluntad correctiva, banderillas. Sí, el chileno, ese ser 'Impermeable a la experiencia",9 le tratará de pagar con la supuesta inocencia de juicio que otorga el mundo de las mediastintas, Sin embargo, advierte que el criollo es hombre de extremos, un conjurador de los opuestos. Si dice Subercaseaux que en Chile, lodo es chileno, arguye: "Inestable, como la costra que lo sustenta; cambiante, como el destino de quien edifica hoy aquí, para tener que edificar mañana allá; todo es irresponsable, porque, ¿cómo buscar culpables si nuestros males del cuerpo y del alma son telúricos, casi metafísicos, puesto que no admiten razones? ¿O las tiene sólo en la mente divina, que no es la más accesible para la pobre mente humana? De ahí, quizás, la canción: 'Soy como soy, y no como tú quieres. ¿Qué culpa tengo yo de ser así?' "10 Lo que no es un obstáculo para que surja su contrario. Asi. el chileno como hombre de la sorpresa: "se le cree incapaz, y to prueba, cuando no le da * SubercasE-au* Benjamín "Noticias sobra el <_:• SÍ Zig-Zag N l 926, 5 de mayo de 1961 * Subercaaeaux. Ben|íin in ¿Cómo ha• i mea para escribir? i r La Nación, 21 de marzo de 1954 * Subercaseaux, Ben|amin Una doctrin i diotizante", BÍI Zig-Zag ^ 2 4 3 5 , 2-1 de noviembre do 1951 9 Subercaseaux. Beniamm "¿Para qué la instrucción'". Zig-Zag N 2474, 23 de agaslo de 1952 10 Subercaseaux, Benjamín no conmemorativo ••• Un Chile Zig-Zag N 289? 9 rifi septiembre de 191 351 CULTURA la gana de hacer lo que no quiere hacer. De súbito se torna el hombre más listo, preciso y eficiente. si la cosa urge, si ésta le place, o si le va el honor o la diversión en ello. De sentimientos parece no entender; hasta se burla de éstos y suele ser cruel. Pero que algo tierno, débil, injusto o desagraciado se abala sobre cualquier prójimo, y ahi está él. abnegado hasta el sacrificio de su vida, tierno y cariñoso, dulce be cuidados y prevención".11 Rasgos preocupantes La sorpresa es un elemento básico con el cual el chileno cuenta en sus relaciones con el mundo. Puede, a veces, ser una especie de virtud desquiciadora. pero jamás deja de asignar cada acto confiriéndole la gracia o la condenación: "individuos mediocres y poco honestos, llegada la oportunidad, son capaces de un heroísmo puro y desinteresado; hombres venerables y probos amanecen un día transformados en estafadores o sátiros; un pueblo perezoso e inconsciente, ante un peligro nacional, se torna diligente, activo, esforzado: un guerrero admirable. Llevado a tierra extranjera, el amor propio del chileno lo transforma en un hombre eficiente como el que más: apto para cualquier trabajo de fuerza o precisión. Esto último es una confirmación de las cualidades que encierra en potencia y que no logra desarrollar hasta que se ha liberado de la depresión lugareña y ambiente".12 Tímido, amarrado a la tierra, el chileno suele ser agresivo y se apoya en los prejuicios, como si constituyesen una tabla de salva cíón. Es "un ser a disgusto"13 y posee un 'apetito por la muerte" Sus conversaciones -anota Subercaseaux- "son reservadas, cómplices, pecaminosas; no gusta de nada que no tenga sabor a prohibido, a pecado (muerte del alma). Sus goces consisten en excesos: peligros, reyertas, descuidos, imprecisiones que favorecen la muerte del cuerpo. El hombre del pueblo es un suicida refinado: un hombre que hace que su muerte esté ocurriendo 352 durante toda su vida".14 Se descuida el chileno, desproteg¡endose continuamente. No conoce el apego a la seguridad y asume el riesgo con la alegría del mártir o el desapego del inconsciente. Es un pueblo 'de manos de mosca1: "tiesas, sin prolijidad muscular de ninguna especie. Seres creados para estarse en un sillón, como el Dalai Lama, rodeados de una nube de servidores que les llevan hasta el bocado a la boca Por esto me cuesta ser optimista en cuanto al porvenir de Chile, porque jamás vi raza más inútil, testaruda y poco deseosa de aprender los menesteres esenciales para la existencia".15 Lo cual hace de cosecha y Tímido, amarrado a la tierra, e! chileno suele ser agresivo y se apoya en los prejuicios siembra éticas un paralogismo: "nuestro país es el único, que yo conozca, donde se siembra eternamente y no se cosecha jamás 11 Interrogaciones: 94. 12 Apuntes oara una aswzolocia ;!• leño" en Contribución a la realidad. 13 Apuntes para una psicología del chileno. 14 Sutiercaseéiux Benjafni Nota bra medicina an Reportaje a m mismo (1945). 18 Subercaseaux. Beri|amin "El M • tro", en Zig-Zag N u 2563. 8 de may de 1954 MENEA II l • | 10 I CULTURA Y donde es también posible la inversa: de cosechar sin haber sembrado nunca".16 Si la conciencia de la perfección anida en cada connacional, ello obstaculiza el desarrollo del país verdadero, el que debería llegar a ser. "Los nuestros no creen honradamente en la ciencia, ni en la experiencia probada, ni en 'lo que es y debe ser'. Tienen una conducta vaga, dentro de la vía del menor esfuerzo, con el agravante de la petulancia que les hace creer que aquello resultará bien a pesar de todo, Si se trata de acomodar una inslitución cualquiera, de poner orden, dignidad, precisión, aunque más no sea en un club de deportes, surgirán las protestas, la inquietud de que se vaya a faltar al 'déjelo asi no más' ".17 Quehacer sin quehacer El alcohol es lacra fundamental, y en Chile "no habrá raza, ni moral, ni país, mientras haya alcohol y la 'gracia' de beber alcohol",18 Del beber surge la comicidad del chileno y ella es más bien "cáustica, dolorosa, pueril y sin alegría verdadera".19 Y el alcohol es refugio, escape y rito de la mortalidad: "las piezas trágicas o delicadas se ahogan en la más franca hilaridad, y los ritos fúnebres, en la cueca y el alcohol".20 El cinismo se encubre en la gracia'. Se admite como tal el "llegar al trabajo el martes, y leñemos una sonrisa benévola para el que 'compone el cuerpo' los lunes, aunque la familia ayune ese día. Es chistoso el insolente; es chistoso pagar el bien con el mal (eso se llama ser 'un vivo', pero en el extranjero lo llaman: 'el pago de Chile'); es el colmo de la gracia ser un ocioso simpático, sucio y dicharachero; es gracioso y demuestra inteligencia el mentir, el estafar, el no tener conciencia cívica".2' Chile es tierra del 'más o menos' y del "si quiere lo hace y si no lo deja". Pais en donde reinan la imprevisión y los proyectos sin remate ni destino: "en invierno proyectamos; en verano descansamos de la fatiga que nos causó tanto proyecto, y nos entregamos MLNSAJtN' 320 JULfO '983 a la más encantadora inconsciencia".22 Imaginar y prever no constituyen eslabones sólidos o posibles en el quehacer nuestro. Patria terrible del "atrasito hay asiento", una modalidad que entronca con la idea del difunto Teófilo Cid: en Chile, el real y el alegórico, todo llega "hasta Mapocho, no más". El roto ex-civilizado Subercaseaux ha hecho algunas de las más agudas y trascendentes observaciones acerca del roto. Comienza filiándolo antropológicamente con el "salvaje". Este es "un civilizado en tono menor" y, por tanto, "hombre de tradtciones, de mitos rígidos y severos, provisto de una fuerte organización social y familiar a la que no faltan por ningún motivo". El de nuestro pueblo, en cambio, "es un hombre crónicamente desorientado, sin tradición ninguna, desintegrado fácilmente, sin creencias estables ni ideales colectivos; es un hombre que no obedece en nada ni a nadie, como no sea al carabinero, en el que sólo ve un obstáculo, pero no una autoridad constituida. El salvaje, en cambio, forma parte de una colectividad casi fanática a fuerza de cohesión: una colectividad en evolución lenta hacia una forma superior. El roto de ciudad (la mayoría de los nuestros) es un hombre que viene de la civilización, que fracasó en ella o que nunca entró".'""A Como criatura solitaria, hecha a pedazos, tallada, yendo desde la piedra a la miniatura del artífice, resulta "llena de gracia, despreocupada, irresponsable como una perpetua lección de inmoralidad o una continua invitación al valor y la locura. Ei roto es la negación triunfante de todo lo que el orden, la sabiduría, la religión y otras cosas severas nos enseñaron a ser, para desgracia o suerte del hombre civilizado".24 Calmo, deliberadamente hostil a las resoluciones, el "roto" representa "a una sabiduría racial, lenta, profunda, que no le da a la vida una importancia desmesurada, porque la conoce demasiado, y su mirada se ha perdido en los tiempos milenarios, sin dejar el mismo suelo. El lleva esta mirada en su sangre, y ella le ha dicho que el tiempo sobra, que el hombre se afana en demasiadas cosas, que no por mucho madrugar amanece más temprano, y que. pensándolo bien, en el mundo y en la vida nada ocurre que tenga una importancia capital".25 La pereza, la inconstancia, su falta de capacidad de ahorro de necesarias energías, su derroche a manos llenas, nos resultan -al decir de Subercaseaux- un corolario; "Quien es -o se sienterey, y rey absoluto... no tiene por qué dar cuenta a nadie de lo que le venga en gana realizar. El está fuera de la ley (o mejor, él es la ley). Y como el trabajar, el cumplir la palabra o compromiso, el ser responsable, el mantener una actitud sostenida, son productos sociales del deber, no veo por qué habría de poseer estas cosas quien se ha puesto definitivamente en la posición del Demiurgo".26 Subercaseaux. Benjamín. La nistona del Hambre Inconcluso", en Zig-Zag N"2988. 13 ÜG julio (Je 1962. Subercaseaux, Benjamín Ranr.nnes" enZIg-Zag, 24 dejuniode 19bO Subercaseaux, Benjamín 'Recite".en Retorno de USA (1943) Subercaseaux. Beri|amin."ComiciiJad cnilena". en La Nación, 1G do mayo de 1954. Subercaseaux. Benjamín. "Bamla", de Carlos Valiier B., en Atenea N° 82. diciembre de 1931. Subercaseaux. Benjamín "El 'autodescrédito' de los chilenos", en ZlgZag N'J 2042. 12 de mayo de 1944 Subercaseaux, Benjamín. "Otoño 1944", en Zig-Zag N" 3044. 26 de mayo de 1Q44 Sijoereasfjaux. Benjamín "Apuntes sobre la pregunta. ¿Sun rulos los salI n Repórtale a mí mismo. Subercasi IUX, Benji n ¿Sabe usled qué es un tala7", en Zig-Zag N" 2046, 9 de junio do Subercaseaux, Benjamín. "El rolo", en Zig-Zag N J 2212 15 de agosto de 194/. Subercaseaux, Benjamín. 'El rotoray", en Zig-Zag N" 2936. 14 de julio de 1961 353 CULTURA ¿Pais sin destino? Del hombre al pais. El escritor -en el posfacio a Contribución a la realidad (Ed, Letras, Santiago, 1939)- insiste en una idea permanente que debe repetir para que se le oiga: tiene "la impresión de que nuestro país carece de una verdadera finalidad". Quizás nadie se entrega a una gran causa, "porque no hay poder humano que lleve a un hombre al sacrificio si no ve un fin último y generoso al cuat consagrar su vida". No sabemos amar y cuidar la ¡ierra. Antes de la avanzada de los ecólogos, mirando a Chile comprueba nuestra propensión al daño visible del patrimonio, de la tierra en que vivimos. Es un pais "que se abanica con su naturaleza y con el patrimonio que Dios le dio, aplicando en todo una política de tierra arrasada, como si su suelo fuera el del enemigo y no el propio".27 Odiamos lo que tenemos a la vista. Existe "una verdadera preocupación por destruir, menoscabar, enlodar... Si una pared esta recién pintada, la ira popular se encarniza con ella, y la rayan, maculan, destruyen, pintarrajean con placer sádico. Todo aquello que represente alguna prueba de orden y limpieza, aunque más no sean los vidrios de las ventanas, es suprimido a la brevedad posible. Los nuevos troles, las nuevas fuentes de soda, los jardines, las estatuas, los asientos recién tapizados, son el blanco preferido de los vándalos".28 Es la tesis del invunchismo criollo que desarrollara constantemente Edwards Bello. Ir contra la corriente es antinatural y resulta inadmisible, porque se reputa como virtud nuestro "morir callado". Un dicho popular como éste es un reflejo de una summa. y permite "emular al paciente Job en una renuncia de (oda defensa".29 Permite ser sometido "a toda vejación", aceptar sin protesta alguna los abusos y considerar el quedarse callado como virtud excelsa. ¿No es todo un largo canto de vida y desesperanza? ¿No hay en Subercaseaux una mirada moral que atiende a las lacras, en desmedro cíe las calidades? El 354 tema le preocupo muy hondamente y supo buscar la explicación. El es. sigue siendo de Chile, y "no podré olvidarlo sin olvidarme yo mismo. Soy tan vuestro, que por esto nos hemos disfrazado de contendores aquí dentro, para ser luego hermanos afuera, cuando la patria ya sólo sea un dulce recuerdo. Que este solo signo baste para recordaros que éste es un escritor de Chile: severo y malhumorado de cerca; absurdo de ternura en cuanto se aleja y os mira enloquecido de nostalgia por todo lo hermoso que pudo deciros y que en su mudez del alma no supo sino callar".30 La ternura puede validar el Inventario de lo que es defectuoso, examinando el terreno moral en el cual puede construirse un mundo nuevo como si fuera una casa definitiva: "En los días que corren -escribía en 1945-, no hay manera de hacer algo positivo por Chile, como no sea mostrarle algunos de sus aspectos negativos que le roen el alma. Nunca he creído en el provecho que habría en reparar las casas viejas que amenazan ruina, como no sea precipitando esa ruina y aprovechando los buenos materiales existentes para construir una nueva; una casa suficientemente sana y sólida para que pueda hacer frente a los embates de los tiempos".31 ¿Desde cuándo la voluntad de ser Chile se desactivó como tal? ¿Hubo en el fenómeno del choque entre el conquistador y el indio una grieta colectiva de raiz moral o antropológica? Según Subercaseaux, la verdadera causa residió en el conflicto sicológico "entre dos grupos humanos separados por un periodo no inferior a doce mil años, y puestos en contado ayer, en la tardía conquista española".32 ¿En qué momento fue Chile, si lo fue. un país llamado Chile? Quizás, "desde la mente de Dios. Por to menos, cuando Dios vio que no se pueden alzar cordilleras por un lado, mientras que por el otro se inventan océanos tan profundos y pesados, que el fondo se les hunde bajo la masa aplastante de las aguas. Si 'an- tes' de ocurrir la catástrofe, aquello ya fue Chile, no lo sabemos Pero no ignoramos... que tal desnivel dio por tierra (o por mar) con el edificio eniero, del cual no subsistió sino una estrecha cornisa inestable entre lo que se fue hacia arriba y lo que se derrumbo hacia abajo. Fue. tal vez, a aquello que permaneció; a aquel saldo lamentable y tierno como lodo lo que nos queda cuando se esfuma el resto de nuestra ilusión, que el Eterno denominó Chile, usando para ello de esta voz delicada, irresponsable, pero a la vez severa y terminante como una voz de mando limitada a dos silabas".33 Quince o veinte años antes de morir, en Tacna, el 11 de marzo de 1973, Benjamín Subercaseaux escribió una suerte de epitafio, detonante y activo, que no pierde ni fuerza ni empuje ético: "Consagró los mejores años de su vida a este adolescente arisco y desmemoriado que fue su pueblo, al quo cuidó como enfermero solícito, que debía velar en su terrible convalecencia del no ser" ¿Vale la pena agregar algo más? Y ahora, el grito de los viejos franceses, en la estación SaintLazare: tout le monde descend! O, en español mondo y lirondo: "Término del viaje".!": 37 Suoercaseaux, Ben|amin "MÍH sa monslruosidac", en Zig-Zag N l 2571, 3 de julio de 1954 28 Suoercaseaux. Benjamín • Horror a be:lo . en Zig-Zag N u 2585. 9 n h • 195<l *9 Subercaseai/x. Benjamín "|Favo i temn uidad!", en Zig-Zag N° 2579. 23 de agosto de 19b4 ™ Subercaseaux. Beniamín 'Adiós a la Zig-Zag N 2424. 12 dp enero de 1952. Benjamín "Advertenl n Reportaje a mí mismo. 32 ¡"lubercaseaux, Benjamín 'Apuntes iybre las llamadas ciases sin. =iii En Reportaje a mi mismo. 13 SubBfcaaeflux. Benji Un no conmemorativo", en Zig-Zag N 289 ! ¡ frmbre de 13R0 • . • i