Revista trimestral publicada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura con la colaboración de la Comisión Española de Cooperación con la U N E S C O y del Centre U N E S C O de Catalunya. Vol. X L I V , num. 1, 1992 Condiciones de abono en contraportada interior. Director: Ali Kazancigil Redactor jefe: David Makinson Maquetista: Jacques Carrasco Ilustraciones: Florence Bonjean Realización: Jaume H u c h ' Corresponsales Bangkok: Yogesh Atal Beijing: Li Xuekun Belgrado: Balsa Spadijer Berlín: Oscar Vogel Budapest: György Enyedi Buenos Aires: Norberto Rodríguez Bustamante Canberra: Geoffroy Caldwell Caracas: Gonzalo Abad-Ortiz Colonia: Alphons Silbermann Dakar: T . Ngakoutou Delhi: André Béteille Estados Unidos de América: G e n e M . Lyons Florencia: Francesco Margiotta Broglio Harare: Chen Chimutengwende H o n g Kong: Peter C h e n Londres: Alan Marsh Madrid: Salustiano del C a m p o México: Pablo González Casanova M o s c ú : Marien Gapotchka Nigeria: Akinsola A k i w o w o Ottawa: Paul L a m y Seúl: Chang Dal-joong Singapur: S. H . Alatas T o k y o : Hiroshi Ohta T ú n e z : A . Bouhdiba Viena: Christiane Villain-Gandossi T e m a s de los próximos números La violencia La sociología histórica Ilustraciones: Portada: La bandera europea pintada e n trompe-l'oeil. Ch. Vioujard. G a m m a . A la derecha: Una alegoría de Europa. Grabado de la Cosmografia de Sebastián Münster (1489-1552). Col. Viollel. REVISTA INTERNACI 9€ CIENCIAS SOCIALES f., Marzo 1992 La integración europea 131 Bernd H a m m Europa: un desafío para las ciencias sociales Hans-Heinrich Noite Europa en la sociedad mundial hasta el siglo X X 25 Alexander King La vía holística hacia una sociedad mundial 45 Maurice Bertrand La integración europea en una perspectiva mundial 57 La integración de Europa después de la Guerra Fría. Perspectivas de un nuevo orden 67 La integración de las economías de la Unión Soviética y los países de Europa del Este después del C A E M : desafíos y perspectivas 80 Werner Weidenfeld y Josef Janning Ryszard Lawniczak John van Oudenaren 3 La integración europea vista desde los Estados Unidos 99 Hartmut Elsenhans Europa en 1989/1992 y el Tercer M u n d o 111 El m u n d o , Europa y las ciencias sociales 129 Adedotun O . Phillips György Enyedi loan Mihailescu El ámbito de las ciencias sociales Las ciencias sociales y la transición política en Hungría 135 Las ciencias sociales ante los cambios en Rumania 141 Servicios profesionales y documentales Calendario de reuniones internacionales 147 Libros recibidos 151 Publicaciones recientes de la U N E S C O 153 Números aparecidos 155 N.d.l.r.: A propósito de la e x - U R S S Los artículos de la presente edición de la R I C S se encontraban ya en prensa cuando la U R S S fue substituida por la Comunidad de Estados Independientes (CEI), creada el 21 de diciembre de 1991 en Alma-Ata, Kazakhstan. La Federación de Rusia, miembro de la CEI, ha heredado el estatuto de potencia nuclear y miembro permanente de la e x - U R S S en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. A.K. A nuestros lectores Por razones técnicas, dos artículos destinados a este número de la RICS no han sido publicados. Se trata de "Las paradojas económicas en Europa" de André Gunder Frank, y de "Del conflicto Este-Oeste a la casa común europea" de Guennadi Vorontsov. A m b o s aparecerán en el número 132, junio de 1992. Rogamos a nuestros lectores, así como a los autores de estos artículos, que sepan excusarnos. © UNESCO 1992 ISSN 0379-0762 Europa: un desafío para las ciencias sociales Bernd Hamm En este artículo se presentan algunas ideas El proceso europeo acerca del significado de una nueva sociedad europea para las ciencias sociales. El trabajo se divide en cuatro partes: E n la primera se reme- La transformación de Europa en una sola moran brevemente algunas de las principales sociedad etapas de la construcción de una sola sociedad Europa se transforma. Los últimos meses de europea. Se trata, desde luego, de un proceso 1989 presenciaron profundos cambios, inimaúnico, y que las ciencias sociales deben reco- ginables hacía solamente un año. La caída del nocer c o m o tal. E n la segunda parte se exami- m u r o de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, na el contexto global del proceso europeo y, en señaló el final de la Guerra Fría. Pero los el centro de nuestro estuacontecimientos de Polodio, se consideran algunas nia, Hungría, la República Bernd H a m m es profesor de sociología de sus consecuencias ecoDemocrática A l e m a n a , y director del Centro de Estudios Euronómicas, políticas, sociales peos en la Universidad de Trier, B P Checoslovaquia, Bulgaria, 3825, Trier, 5500 Alemania. e intelectuales. E n todos Rumania, la Unión SoviéPresidente del Comité de Ciencias Soestos aspectos, el proceso tica y finalmente Yugoslaciales de la Comisión Alemana de Cooeuropeo justifica sobradaperación con la U N E S C O , es autor de via y Albania2, apuntan The Social Nature of Space ( 1990) y mente una reconsideración también a una visión de Progress in Social Ecology (1991). de los enfoques y teorías una nueva sociedad euroH a sido el asesor de la redacción para tradicionales. E n la tercera pea que no se limitará a este número, participando activamente en su preparación. Queremos expresar se propone la unificación calcar la idea de naciónnuestro reconocimiento por su valiosa alemana c o m o una especie estado a nivel m á s amplio, colaboración. de anteproyecto de la intesino que será de una índole gración europea. U n análinueva y distinta3. A todos sis equilibrado y en proexcita la nueva visión de fundidad de lo que ha ocuesta sociedad europea rrido y sigue ocurriendo en Alemania puede emergente; sólo las ciencias sociales parecen revelar muchos de los graves problemas y difi- desinteresadas, c o m o si la aparición de una cultades inherentes a un proceso de integra- nueva sociedad no fuera un acontecimiento ción en gran escala y proporciona algunas lec- predominante, un proceso único y un consideciones acerca de la integración de Europa. Por rable desafío para ellas4. último, en la cuarta parte se examina el papel Este "proceso europeo" no avanza sin teny la contribución potencial de las ciencias sosiones y contradicciones, y sólo las generaciociales a la configuración de la integración eunes futuras podrán apreciar su lógica interna5. ropea, con miras a conseguir una sociedad m á s Por el m o m e n t o parece más adecuado pensar, pacífica, justa y soportable '. al menos, en tres procesos distintos, relativaRICS 13 I/Marzo 1992 4 Bernd Hamm Dos momentos históricos de Europa: Arriba: El 9 de mayo de 1950. en el salón del Reloj de la Quai d'Orsay, Robert Schuman lee la declaración que será el punto de partida de la integración europea, imapress. A la derecha: La firma del Tratado de R o m a , en 1957. Kcyslonc- mente independientes entre si: 1) la continua integración del Oeste, con la Comunidad Europea (CEE) como fuerza motriz; 2) la continua desintegración del Este (el Consejo de Asistencia Económica Mutua - C A E M - y la Organización del Tratado de Varsóvia), y 3) el proceso de Helsinki, resultante de la Declaración final de 1975 de la Conferencia sobre la Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE). Son elementos vagamente conectados entre sí, que incluso utilizan definiciones diferentes de Europa (como, por ejemplo, en el caso de la Asociación Europea de Libre C a m b i o - A E L C - y el Consejo de Europa). Sin embargo, la intuición nos dice que estos caminos distintos en realidad están conectados entre sí, y conducen hacia una lógica común, un torrente único al que irán a parar todos los manantiales. En la C E E , el Mercado Único Europeo es inminente y promete liberar de restricciones físicas y administrativas a las poblaciones, las mercancías, los servicios, el capital y la información. Además de sus profundas consecuencias institucionales, se trata de una condición de importancia primordial para que la gente sienta que vive en una misma sociedad europea. Los próximos pasos hacia los Estados Unidos de Europa están programados, por lo menos en líneas generales6. La introducción de una política exterior c o m ú n , m á s allá de la cooperación existente en estos asuntos, la unión económica y monetaria y la unión política, cuentan todas ellas con el consenso de los Estados miembros, por lo menos en principio. Parece existir asimismo un acuerdo general entre los 12 países en cuanto a la necesidad de recorrer parte de esta trayectoria antes de que Europa: un desafio para las ciencias sociales pueda pensarse seriamente en la ampliación de la Comunidad. Ello no impide, junto con el Mercado Único Europeo, una estrecha asociación de la A E L C con la C E E en un Espacio Económico Europeo, ni la conclusión de acuerdos de asociación bilaterales entre la C E E y los diversos países de Europa Oriental. Si bien los dramáticos cambios de las sociedades del Este dieron comienzo en Polonia a finales de los años 70, fue la facción reformista del partido comunista de la Unión Soviética la que permitió una nueva comprensión de las relaciones internacionales, basadas en una responsabilidad mundial c o m ú n . Las propuestas soviéticas de desarme allanaron el camino hacia un desarrollo gradual de un nuevo tipo de relaciones Este-Oeste, pero dejando margen para que los países de Europa Oriental pudiesen optar por su propia vía, con creciente in- 5 dependencia. N o sólo la doctrina Breshnev se derrumbó sin ruido; los miembros del Pacto de Varsóvia imprimieron un ritmo práctico al desarme sin consultarse entre sí y sin ni siquiera negociar, y afinalesde los años 80 7 se veía claramente que el C A E M y el Pacto de Varsóvia habían llegado a su fin. La "glasnost" y las reformas democráticas han tenido bastante éxito, c o m o pueden observar los lectores de diversas publicaciones soviéticas, c o m o por ejemplo, la Moscow News. Sin embargo, la "Perestroika" es m u c h o más difícil de aplicar, no sólo por la hostilidad de nuevos movimientos conservadores y nacionalistas, así c o m o el crimen organizado, sino también por la renuencia de Occidente a apoyar el movimiento de reforma con una asistencia económica eficiente y una mayor conformidad de las diversas posiciones en las negociaciones de desar- 6 m e 8 . El nuevo pensamiento, que se puso de relieve, entre otras ocasiones, en la Conferencia Internacional sobre el nuevo pensamiento y la política militar (Moscú, 1989), ha afectado especialmente la política exterior soviética hacia los aliados del Pacto de Varsóvia; sus repercusiones, no obstante, se dejaron también sentir rápidamente en la U R S S , donde aparecieron movimientos independentistas en casi todas las Repúblicas. Es fascinante comprobar c ó m o las revoluciones no violentas en algunos de los países de Europa Oriental expulsaron del poder a élites políticas al parecer bien afincadas, y c ó m o movimientos sociales mal organizados impusieron su voluntad a los gobiernos; es especialmente sorprendente el caso de la República Democrática Alemana ( R D A ) . Sin embargo, en este caso la unificación muestra claras señales de colonización de la parte oriental por la occidental, y así lo consideran muchos habitantes de la que fue R D A . La realidad del proceso actual de unificación revela, en grado m u c h o mayor que el que estamos dispuestos a admitir, una expropiación despiadada, una especie de absorción no amistosa sin respeto por la gente, su dignidad humana, sus relaciones, sus puestos de trabajo o su identidad9. Los acontecimientos registrados desde el verano de 1989 no se previeron y, según creen muchos, no podían preverse. Cada observador o participante convendrá, no obstante, en que esta opinión es errónea. La gradual liberalización, junto con la creciente tensión y la decadencia económica, eran otros tantos signos de un proceso de cambio profundo. Los visitantes que acudían con alguna asiduidad a países de Europa Oriental sentían la inquietud creciente, aunque no se veía todavía cuándo se iba a producir la revolución. Ello se debía a que la pura ignorancia (para la mayoría de los habitantes de la parte occidental de Alemania, la R D A era el país m á s extraño del m u n d o ) , la tendenciosidad ideológica, la continua manipulación de los medios de comunicación y la incomprensión no permitían a muchos admitir que las sociedades orientales pudieran ser algo m á s que un imperio estático del mal, un enemigo permanente. Nuestras percepciones y especialmente las difundidas por los medios de comunicación, estaban sistemáticamente deformadas, no porque no se informase adecuadamente de los acontecimientos, sino m á s Bernd Hamm bien porque pocas veces se daban los antecedentes precisos. Esto se hacía evidentemente para proteger la hegemonía ideológica y la integración de nuestras sociedades. N o quisimos comprender que en estas sociedades habían existido movimientos disidentes durante años, fuera y dentro de la maquinaria política e incluso dentro de los servicios secretos y que los sistemas políticos estaban m u c h o m á s diferenciados de lo que queríamos creer. Durante m u c h o tiempo se ha infraestimado la función ideológica del conflicto Este-Oeste para nuestras sociedades occidentales. N o obstante, con las revoluciones silenciosas de 1989, la interdependencia entre Oriente y Occidente cambió de carácter y adquirió una nueva calidad. Los países de Europa Oriental han tenido que hacer frente a problemas análogos, aunque en grados distintos: la deuda externa (especialmente apremiante para Polonia, pero poco importante, relativamente, para Checoslovaquia), las deficiencias logísticas y de infraestructura, la escasa productividad (por lo m e nos según los criterios occidentales), y el suministro insuficiente de bienes de consumo. Si esta situación no cambia rápidamente y en profundidad, la reforma política correrá peligro, con la posible toma del poder por parte de elementos neoconservadores o nacionalistas (como podría ser el caso de la Unión Soviética, donde los movimientos autonómicos proporcionan un pretexto fácil para la intervención). La crisis económica, el final del C A E M y el Pacto de Varsóvia, la creciente importancia de las relaciones bilaterales, especialmente con Alemania y la C E E , y la integración deliberada en la economía capitalista mundial, corren parejas con la voluntad de los políticos occidentales y los hombres de negocios de hacer caso omiso del debate, actual aunque tímido, sobre las alternativas socialistas o las terceras vías. El imperio de Europa Oriental ha muerto 10 ; el orden del día para esta Europa vendrá determinado por la economización, la descentralización y la democratización en el sentido occidental de la palabra, y por la exposición a la economía mundial. La degradación económica, bajo los auspicios del Fondo M o netario Internacional (FMI) y la C E E y una cierta condición tercermundista, parecen constituir una primera fase inevitable. A plazo m e dio, una especie de reintegración de Europa Oriental podría ser requisito previo de una 1 Europa: un desafio para las ciencias sociales asociación m á s estrecha con la C E E , y finalmente la plena integración en ésta", o bien Europa Oriental retrocederá a la condición de región en desarrollo o mercado de venta, donde sólo la Unió Soviética (o sus repúblicas independientes) tendrán los recursos necesarios para convertirse en proveedores importantes de materias primas. La fragmentación política resultante del abandono del poder por parte de los partidos comunistas (o, c o m o en Polonia, la división de la oposición nacional al haber perdido su enemigo), el problema de la deuda exterior que permitirá la injerencia del F M I , y la proliferación de organizaciones políticas, contribuirán a abrir estos países a la influencia exterior y podrían causar un período más prolongado de inestabilidad política y, lo que es peor, económica, en el cual todas las decisiones importantes se impondrán desde afuera. A medida que pase el tiempo el panorama se irá diferenciando más, c o m o un calidoscopio. Actualmente se registra una fuerte tendencia hacia un nuevo nacionalismo y unilateralismo, pero al propio tiempo hay señales que apuntan hacia nuevas formas de cooperación12. El principal elemento c o m ú n es la esperanza de los pueblos de elevar rápidamente sus niveles de consumo, objetivo para el cual se supone que lo más importante es copiar experiencias occidentales anteriores e ingresar en la C E E . Esto podría agrupar a los elementos renuentes, con alguna ayuda o presión de la C E E para desarrollar más intensamente la cooperación en Europa Oriental. La Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa (CSCE), que tuvo su origen en la Ostpolitik de Willy Brandt a comienzos de los 70 y en varias propuestas soviéticas anteriores para el establecimiento de un sistema europeo de seguridad europeo, es el primer intento, y el más importante, de reducir la brecha entre dos bloques hostiles. Gracias al impulso dado por la C S C E se llevó a cabo un gran número de actividades entre a m bos bloques, algunas acordadas formalmente y otras realizadas fuera del marco de negociaciones formales, con objeto de poner fin a suspicacias hostiles y fomentar la confianza en las intenciones de ambas partes. Pero todo permaneció más o menos a la sombra del program a oficial de la Conferencia, con sus altos y sus bajos. L a C u m b r e de París de noviembre de 1990 introdujo una nueva dimensión. N o sólo los gobiernos participantes firmaron un acuerdo para la reducción de las fuerzas convencionales (que aún no se ha ratificado), sino que además convinieron en establecer mecanismos institucionales c o m o reuniones anuales, una secretaría permanente y un centro para la prevención de conflictos. La C S C E podría, pues, convertirse en un núcleo institucional y en un modelo de cooperación práctica, con un planteamiento paneuropeo de la unidad. La Carta de París para una Nueva Europa es un notabilísimo documento a este respecto. Al propio tiempo, la C S C E muestra que Europa no se convertirá simplemente en otra nación-estado. El proceso europeo introduce una nueva calidad en la organización política, c o m o ha demostrado convincentemente Maurice Bertrand13. Debemos reconocer que esta nueva calidad exige también una mayor comprensión analítica por nuestra parte. La C S C E puede ser el marco que haga posible una integración pacífica Este-Oeste. El término del conflicto Este-Oeste ha eliminado ciertamente una peligrosísima y costosa fuente de incertidumbre en el sistema internacional. N o obstante, tendemos a olvidar que nuestra propia definición de sociedades occidentales democráticas y capitalistas dependía en alto grado de la imagen que teníamos del "socialismo real" (que, c o m o imagen de la guerra ideológica, era desde luego tendenciosa). El socialismo c o m o concepto viable seguía siendo, a pesar de todas sus deficiencias, una autointerrogación permanente sobre el h u m a nismo, la justicia social, la igualdad y la coincidencia de nuestras ideologías democráticas con la realidad social. Al no existir ya este reto, Occidente ha perdido un poderoso mecanismo para la reforma social y la identidad. El valor de intercambio parece haberse convertido en la última palabra de la historia14. El contexto mundial y las consecuencias para el proceso europeo El contexto mundial C o m o algunos estudiosos15 comprendieron de inmediato, los acontecimientos del otoño de 1989 preludiaban el final del conflicto EsteOeste, que había dominado el escenario de la 8 política internacional desde el término de la segunda guerra mundial. El centro de atención se desplazó inmediatamente a las constantes y cada vez mayores disparidades entre el Norte y el Sur. La Guerra del Golfo fue la primera ocasión en la que el Este y el Oeste unieron sus fuerzas y legitimaron la intervención armada en un país del Tercer M u n d o , por intermedio de las Naciones Unidas. El número de víctimas no se conoce todavía, mientras vemos cómo centenares de miles de refugiados kurdos se desplazan al Norte, en condiciones de suprema miseria. Sólo con extrema lentitud, y bajo la presión de la opinión pública, empieza a llegarles la ayuda internacional. Esto es sólo la punta del iceberg. Las guerras y los conflictos violentos, la pobreza, la insalubridad y la malnutrición, la crisis de la deuda, las imposiciones del F M I , el descenso de los precios de los productos básicos y las catástrofes ambientales hacen que millones de personas abandonen sus hogares y emigren a otras partes16, en su mayor parte a los países prósperos del Norte. Se ha calculado que solamente en los Estados Unidos hay unos 10 millones de inmigrantes ilegales. Otras estimaciones, correspondientes a la Unión Soviética, indican que de 6 a 20 millones de personas están dispuestas a emigrar a Europa Occidental y América del Norte en cuanto se levanten las restricciones a los viajes, medida que se ha prometido para 1993. N o se ha calculado aún el número de emigrantes potenciales de otros países de Europa Oriental. América del Norte y las regiones prósperas de Europa Occidental son el punto de mira de dos enormes flujos de emigración, uno procedente del Este y el otro del Sur. Por regla genral, la migración es una consecuencia directa de la disparidades económicas, lo que hace relativament fácil para los especialistas en ciencias sociales pronosticar el futuro inmediato. Así pues, podemos afirmar sin vacilación que el fracaso de las políticas occidentales de desarrollo, que no han conseguido reducir las disparidades de riqueza entre los pueblos, es la causa directa de las próximas migraciones. Al propio tiempo, hacemos todo lo que podemos por destruir, a escala mundial, la base natural de nuestra existencia: cada segundo se pierden 1.000 toneladas de suelos fértiles, arrastrados por las corrientes; cada segundo, proyectamos al aire 1.000 toneladas de Bernd Hamm gases de "invernadero"; cada segundo, se destruyen 4.000 metros cuadrados de bosques; cada día, desaparecen de 10 a 50 especies biológicas17. El cambio climático es consecuencia del efecto "invernadero", la destrucción gradual de la capa de ozono y la contaminación permanente de desechos tóxicos y radioactivos; esto son otros tantos problemas de alcance mundial, ya ampliamente debatidos18. N o es sólo el hecho de que Europa adquirió el predominio mundial en la era de los grandes descubrimientos y el colonialismo", impuso fronteras, erradicó culturas y tradiciones locales, dio forma a las percepciones y las actitudes de las élites locales y explotó los recursos mundiales en interés propio. E n un proceso de metabolismo económico, las poblaciones de los países ricos consumen la riqueza de la tierra y descargan en el resto de la humanidad sus desechos. Propagamos la ideología del egoísmo desconsiderado, pensamos con los eufemismos de la economía de mercado. Fijam o s las normas del juego económico en las cumbres económicas mundiales y en las instituciones de Bretton W o o d s , y no dudamos en emplear la violencia para defender nuestros privilegios e intereses. La paz, el desarrollo y la protección del medio ambiente natural constituyen el triángulo de los problemas mundiales, y sólo la solidaridad mundial es garantía de la supervivencia de la humanidad. Los riesgos ambientales, los flujo de emigración y la violencia son fenómenos mundiales que no dejarán de afectar a los europeos. N o existe una " E U R O P A F O R T A L E Z A " que pueda impedir el cambio climático en el continente. D e b e m o s entender que un nuevo orden mundial ha de construirse ante todo sobre nuevos principios de responsabilidad y solidaridad universales. Los ricos han de pagar tributo a la "sostenibilidad"; si no lo hacen, será imposible eludir la reacción mundial. Esta es la mejor de todas las razones para que c a m biemos nuestras actitudes. Si bien todo esto no es nuevo 20 , los c a m bios en Europa han creado una situación que hace que estas cuestiones sean m á s urgentes que nunca. Es importante, pues, pensar en algunas de las consecuencias del proceso europeo, para así definir con m á s claridad la posible contribución de las ciencias sociales. Europa: un desafio para las ciencias sociales Consecuencias económicas del proceso europeo Parece que Europa, y especialmente la C E E , sea sobre todo un negocio21. Los principales efectos de la integración son el nivel m á s alto del proceso de adopción de decisiones, visibles sobre todo en la política económica, la extensión de los mercados mediante la normalización y la creciente concentración en grandes monopolios (a nivel nacional) u oligopolios (a nivel europeo o mundial). La fuerza motriz de este proceso son las empresas transnacionales, y existe un interés m u y limitado en otros aspectos del proceso de integración, c o m o son el social, el cultural, el educativo, el ambiental o la democratización de las instituciones. El objetivo primordial es el crecimiento económico que, c o m o es natural, no es m á s que un eufem i s m o para designar los beneficios. El debate sobre el crecimiento económico presenta ciertas anomalías22. Desde hace m á s de 20 años los especialistas en ciencias sociales son conscientes del hecho de que el crecimiento anual del P N B tiene poco o nada que ver con el aumento de los ingresos reales de la población. N o sólo valoramos positivamente los daños causados a la naturaleza y a nosotros mismos, así c o m o la explotación excesiva de los recursos, sino que además el P N B no dá ninguna indicación de la distribución de los ingresos. Se hace poco caso de los costos sociales de la empresa privada23, a pesar de todos los debates en curso acerca de la internalización. Si bien es comprensible que las empresas privadas tengan un vivo interés en los índices de crecimiento, no es aceptable que los gobiernos nacionales consideren el crecimiento del P N B c o m o el criterio m á s importante del éxito político. U n argumento favorito (que se encuentra también en el informa Brundtland) es que sólo mediante el crecimiento económico será posible conseguir la seguridad social, el desarrollo y la protección ambiental. Este argumento parece convincente a primera vista. Sin embargo, se basa en la premisa no demostrada de que la distribución actual de la riqueza y los ingresos es sacrosanta. E n otras palabras, el argumento del crecimiento sólo opera a favor de los ricos y los poderosos. El debate presenta un aspecto m á s técnico y difícil, a saber, c ó m o incluir las cuestiones descuidadas en un sistema de contabilidad 9 económica, aspecto que es a la vez teórico y normativo -crecimiento económico frente a sostenibilidad. En cuanto al primero, baste decir que estamos aún m u y lejos de una operacionalización viable de los costos y los beneficios sociales, pese a todos los sistemas de indicadores sociales. E n cuanto al segundo y más importante aspecto, es evidente que el consumismo y el estilo de vida de la clase media occidental: a) no puede hacerse extensivo al resto del m u n d o sin agotar m u y rápidamente todos los recursos disponibles y b) ni siquiera puede mantenerse durante m u c h o tiempo en Occidente. Aunque esto lo sabe casi todo el m u n d o , aún no se conocen las consecuencias prácticas. E n el Este, especialmente, el cambio hacia el capitalismo se basa en la esperanza de alcanzar un nivel de consumo occidental y Occidente hace poco por disipar esta esperanza. Las poblaciones del Tercer M u n d o , junto con las futuras genraciones, pagan la riqueza occidental. El concepto de "sostenibilidad" se ha concebido c o m o una alternativa al crecimiento económico. Por nebuloso que sea todavía este concepto24, guarda relación no obstante con conceptos tales c o m o la economía del no crecimiento, la economía de la estabilidad, etc., que significan todos ellos que el consumo de recursos naturales debe equilibrarse con su renovabilidad, en una perspectiva a largo plazo y a escala mundial. Por "sostenibilidad" se entiende, en otras palabras, que la humanidad renuncia al dominio y la explotación de la naturaleza, para integrarse en el tejido de la vida, con una actitud de cuidado y respeto hacia las otras especies. El valor ético de la justicia social y la interdependencia empíricamente evidente entre la pobreza y la excesiva explotación del medio ambiente, contribuyen a hacer de la sostenibilidad un concepto casi viable e indican qué tendencias deben cambiar de rumbo para que la especie h u m a n a pueda sobrevivir. Ernst von Weizsäker tiene m u c h a razón cuando dice que el siglo X I X fue la era de la economía, y el siglo X X ha de convertirse en la era del medio ambiente25. Para alcanzar este objetivo, hace m u c h a falta un nuevo sistema de contabilidad económica que operacionalice los costos y beneficios no monetarios y pueda utilizarse a escala mundial. Esto significa también que hemos de rediseñar nuestras economías para atender a intereses sociales a Bernd Hamm 10 largo plazo, y no para suministrar beneficios a corto plazo a unos pocos. Weizsäker ha avanzado concisamente la idea de una sociedad rica pero sostenible, en la que la participación cultural sea m á s important que el consumo. Por abstracta que pueda parecer esta idea frente al anonimato y la amoralidad crecientes del capital, no hay ninguna otra vía hacia la supervivencia. Lo propio cabe decir, naturalmente, de las instituciones económicas yfinancierascreadas para salvaguardar los privilegios y la superioridad del Grupo de los 10, en particular el Fondo Monetario Internacional. N o es aceptable ya que las normas impuestas por el F M I tengan c o m o consecuencia el hambre, los disturbios, la pobreza, la miseria e incluso las epidemias (como el cólera en el Perú), ni es posible que el F M I siga privando a las naciones de su derecho a la autodeterminación con respecto a la distribución de las riquezas y los ingresos, o del grado de aceptación de capital extranjero. Si bien casi todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas aceptaron teóricamente estos principios al firmar la Declaración para un Nuevo Orden Económico Mundial, así c o m o la Carta de Derechos y Deberes Económicos en 1974, en la práctica poco o nada se ha hecho al respecto. El resultado es que, con la crisis de la deuda internacional y el empeoramiento de la relación de intercambio, la explotación del Tercer M u n d o va en aumento y la brecha entre los niveles de bienestar de las diversas sociedades se hace más profunda. El papel negativo de las empresas trasnacionales en este proceso no puede ignorarse. Pocas cosas parecen haber cambiado desde la publicación del importante libro de Barnet y Müller26, que debería ser de lectura obligada para los economistas, los políticos y el público de los países de Europa oriental. mías sumergidas, algunas delictivas pero la mayoría de ellas no, han adquirido mayor importancia. Pese a los problemas que causan para nuestros sistemas de seguridad social, podría ser interesante aprender del segundo y tercer mundos, que tienen muchas más experiencia que nosotros en los sectores informales. La naturaleza misma del trabajo está c a m biando a causa de la automatización y la robotización, y no es posible hacer frente al desempleo con los sistemas tradicionales. Consecuencias politicas del proceso europeo En la esfera política, el proceso europeo parece apuntar a una reorganización fundamental de la sociedad mundial: es elfinal,no solamente de las grandes potencias sino también de la nación-estado. Maurice Bertrand aduce m u chos argumentos importantes desde la perspectiva de una "organización mundial, tercera generación"27. Este autor tiene ciertamente razón cuando afirma que la extremada heterogeneidad de las naciones-estados de hoy es uno de los principales obstáculos a una organización democrática mundial, y que esta hetrogeneidad sólo puede superarse creando unidades nuevas en condiciones de mayor igualdad. La retirada de los Estados Unidos de la U N E S C O fue el intento más espectacular de una superpotência aunque no el único, para hacerse con el control del sistema de las Naciones Unidas saltándose el principio de "una nación-un voto", introducido en la época en que la potencia de ese país no conocía límites. Sólo en un m u n d o reorganizado podrán las Naciones Unidas y sus organizaciones funcionar de un m o d o nuevo y conveniente. Después de Europa y América del Norte (el acuerdo de libre comercio entre los E E . U U . y el Canadá), y Sin embargo, la polarización de la riqueza acabado el apartheid, África sería ciertamente y los ingresos no se produce solamente a escala un candidato a la integración en gran escala, al mundial, sino también dentro de las socieda- igual que América Latina. Desde este punto de des ricas, y se verá aún más acentuada por la vista, el proceso europeo ha de ser del m á x i m o inmigración. Independientemnte de los artifi- interés para los especialistas en ciencias sociacios de la estadística, el desempleo en la C E E les de todo el m u n d o , un laboratorio en el que puede haber alcanzado un 15 % aproximada- los demás pueden intentar aprender sus posimente, lo que significa que el 15 % de la fuerza bles tareas del mañana. laboral potencial y las personas a su cargo se La continua integración europea significa ven privadas de las oportunidades de una vida que las naciones-estado van transfiriendo granormal, la autoestima y gran parte de los con- dualmente parcelas de su soberanía a una instactos sociales y la responsabilidad. Las econo- titución supranacional. Esto es lo que está ocu- Europa: un desafío para las ciencias sociales rriendo por muchos conceptos en la C E E (pero, y esto es interesante, nunca ocurrió en el C A E M O , y seguirá ocurriendo, ya que la intención declarada de los Estados miembros es construir una unión política, los Estados Unidos de Europa. Los Estados Unidos de Europa serán una fuerte potencia económica y política. A pesar de que los Estados Unidos han intervenido en el proceso, promoviendo la integración europea después de la segunda guerra mundial, y a pesar de las raíces culturales comunes, Europa se irá apartando gradualmente de los E E . U U . 2 8 . Las dos partes c o m prenderán que sus intereses, objetivos y estratgias no coinciden forzosamente y que otras coaliciones podrían resultar a veces m á s ventajosas. H a y buenos motivos para creer que las nuevas unidades supranacionales que aparezcan serán de naturaleza distinta a las actuales superpotências, o sea, unidades federales m á s bien heterogéneas yflexibles,ninguna de las cuales tendrá el poder suficiente para hacer de policía del m u n d o , ni las demás se lo permitirían29. N o hay que dejar que la integración europea se convierta en un pretexto para que las regiones ricas de la sociedad mundial construyan fortalezas y excluyan a los demás de la abundancia. Las disparidades extremas de la riqueza son el principal origen de la violencia, los conflictos, la delincuencia y la guerra. El Sur no seguirá aceptando servir de c a m p o de batalla y de traspatio del hambre, la pobreza, la prostitución y la corrupción en interés de los ricos. Nuestro futuro está inextricablemente vinculado con el futuro del Sur. Cuanto antes reconozcamos y aceptemos la interdependencia mundial, mayores serán las posibilidades de un desarrollo solidario y positivo para todos. La nación-estado, producto de los siglos XVIII y X I X y que se estableció con finalidades m u y distintas, se va erosionando lentamente. A u n q u e es demasiado pronto para declarar el fin de esta concepción política, no lo es para hacerse preguntas acerca de la naturaleza de las nuevas formas posibles de organización política. Ante todo convendría saber qué tareas podrían asignar al Estado los ciudadanos de una sociedad democrática, y a qué niveles. Sorprendentemente, las teorías políticas recientes no parecen prestar m u c h a atención a las tareas del Estado, aunque se trata de uno 11 de los problemas m á s fundamentales. E n las sociedades capitalistas occidentales existe la impresión ampliamente difundida, aunque con diferentes argumentos e implicaciones según se trate de círculos neoconservadores, progresistas o "verdes", de que hoy día el Estado hace demasiadas cosas. Pro no hay un consenso sobre lo que debe o no debe hacer el Estado. La segunda cuestión es la de saber qué unidad territorial podrá llevar a cabo estas tareas con un m á x i m o de eficiencia y, al propio tiempo, con un m á x i m o de control democrático. Aquí interviene el problema de la gobernabilidad, que se ha examinado a todos los niveles: internacional, nacional, provincial y ciudadano. La tercera cuestión se refiere a los medios y las características de organización que deberán reunir estas unidades territoriales. Si la nación-estado abandona deliberadamente m u chas tareas tradicionales en favor de una institución supranacional, ¿cuál será su razón de ser? La mayoría de los servicios e infraestructuras públicas pueden suministrarse a niveles m u c h o menores que el de la nación-estado, aunque bajo una cierta jurisdicción uniformadora. Si llamamos a esta unidadficticiaregión, ¿qué se entenderá por región en términos de organización política y derecho constitucional? ¿ C ó m o puede delimitarse, y de qué unidades ha de constar? ¿Hasta qué punto permitirá reflejar la diversidad étnica y cultural?30. ¿Podrá ayudar a resolver algunos problemas de las minorías? ¿Qué sistemas de distribución de ingresos podrán establecerse para evitar las crecientes disparidades socioeconómicas? ¿Contribuirá la segregación social en pequeña escala a la integración en gran escala de una sociedad pluricultural?31. ¿En qué condiciones será posible la globalidad institucional y el autogobierno? ¿ C ó m o estarán representadas políticamente las regiones a niveles m á s altos? El establecimiento de regiones relativamente autónomas a nivel m á s bajo, y la centralización del poder a nivel supranacional, ¿querría decir que convendría un cierto grado de disociación entre los dos niveles? Estas y otras muchas cuestiones deben considerarse con rigor científico y con imaginación creadora, para encontrar respuestas que vayan m á s allá del debate convencional en curso sobre una Europa de las regiones. Existen otras tareas de reorganización política y administrativa. Nuestras estructuras ad- 12 Bernd Hamm sito era liberar a la empresa privada del control estatal para aumentar sus beneficios. Es m á s bien un argumento de corte democrático liberal, que tiene en cuenta el debate sobre la participación de los ciudadanos y las experiencias de este tipo, en un intento de liberar al ciudadano de la socidad democrática del d o minio de los tecnocratas. La integración europea parece añadir una nueva burocracia (mayor y menos transparente) a las burocracias existentes. Ello hace que el europeo medio no sienta ningún entusiasmo por Europa, c o m o muestran las campañas electorales para el Parlamento Europeo. Si bien la integración europea tiene forzosamente efectos centralizadores y normalizadores y permite economías de escala en la producción de masa, debe complementarse no obstante, con un aumento de los márgenes de individualización regional, autonomía y autogobierno regional y con la necesaria reconsideración del lugar que corresponde actualmente a la nación-estado. El proceso consistente en a u m e n tar el tamaño de la empresa privada, los grupos de presión, los partidos políticos y muchas organizaciones debe ir acompañado de una reducción de las proporciones en lo que concierne directamente a los particulares y las familias. Este es el caso de los suministros de energía y de agua, el reciclaje y la eliminación de desechos, los jardines de párvulos, las escuelas y los servicios para la tercera edad, un considerable número de servicios sociales que podrían organizarse a nivel de vecindad, así c o m o parques y cementerios. U n a autodeterminación auténtica es imposible a niveles donde las cosas se hacen demasiado abstractas, complejas y alejadas para que la persona las entienda. E n cada caso, hay que considerar cuidadosamente si la centralización de las norm a s y la ejecución es necesaria, si son las instituciones regionales o locales quienes deberán poner en práctica las normas fijadas a Y o creo que muchas de las tareas de la nivel central, y definirse los sectores en que no administración pública están mal concebidas. deba ponerse límites a la autonomía local (por En vez de dejar que la gente decida por sí ejemplo, el principio de Subsidiarität). Así pomisma lo que tiene que hacer, y proporcionar- dría m u y bien suceder que los efectos de norle el apoyo y los incentivos necesarios, la ad- malización de la integración europea coinciministración pública tiende a monopolizar las dieran con un considerable aumento de la responsabilidades y asume continuamente una diversidad a nivel regional y local. Gracias a carga excesiva con respecto a su capacidad. las nuevas tecnologías de información y c o m u Esto no es un argumento en favor de la desre- nicación y a la creciente interdependencia en glamentación thatcheriana, cuyo único propó- muchos aspectos, esto no daría lugar a una ministrativas se caracterizan por ministerios que ejercen la jurisdicción y la responsabilidad más o menos exclusiva sobre un cierto número de tareas, pero no tienen competencias en ninguna otra. Sólo el departamento administrativo principal desempeña funciones polivalentes. La jerarquía, la división de la responsabilidad, los cauces oficiales, las carrerasfijasy la antigüedad, es decir, todas las características de que se sirvió M a x Weber 3 2 para describir la burocracia "racional" prusiana, regulan aún nuestras administraciones políticas pese a que las funciones del servicio público han cambiado enormemente. Ocurre así que las cuestiones de la seguridad corren a cargo del ministerio de defensa, y las de agricultura del ministerio de agricultura. C o n ello, no sólo ignoramos la interconexión fundamental de todos los aspectos de la sociedad, que es especialmente importante ya que en la administración pública las funciones de planificación tienen mayor relevancia que los programas puramente condicionales, sino que además permitimos que los grupos organizados de presión influyan en las decisiones para decantarlas a su favor, sin que se ejerza un control democrático suficiente (los dos ministerios mencionados, defensa y agricultura, son ejemplos perfectos de ello, aunque no los únicos). La administración pública se ha aislado del ciudadano y es extremadamente tendenciosa y conflictiva, con ministerios que compiten entre sí para aumentar su influencia política y disponer de m á s recursos, se paralizan mutuamente negándose información o cooperación, impiden o manipulan el control democrático y contribuyen a hacer que los gobiernos sean imposibles de administrar, y las sociedades de gobernar. Esto no debe considerarse necesariamente negativo, pero por lo menos es m u y costoso y absorbe m u chos recursos. E n breve, las adminitraciones públicas tienden a ser no sólo ineficientes, sino además antidemocráticas. 13 Europa: un desafio para las ciencias sociales excesiva fragmentación administrativa. El nivel regional y local seguiría registrando u n alto grado de participación, c o m o podemos ver hoy en Suiza, por ejemplo. Las regiones se situarán probablemnte en un espacio intermedio entre lo que hoy son los municipios y las provincias/estados. N o serán de tamaño o población uniformes; las zonas urbanas que sean unidades funcionales integradas podrán constituir regiones (por ejemplo, el gran Londres o Metro Toronto), y lo propio cabe decir de las zonas rurales relativamente grandes, remotas y pocas pobladas. Siempre que sea posible, la región deberá desarrollarse desde la base, y no imponerse desde arriba. Sin embargo, para que este planteamiento surta efecto será preciso conceder incentivos. Son los ciudadanos de los municipios los que deberán decidir si quieren o n o juntarse con otros para constituir una región, y una decisión positiva debería conllevar ciertos beneficios. A la larga, las regiones podrían sustituir a los municipios y a las provincias. E n esta situación, el papel de la naciónestado pierde importancia, desde arriba y desde abajo. U n a de sus principales tareas podría mantenerse: la de vigilar que la creciente diversidad regional no dé lugar a graves disparidades socioeconómicas, y que la autonomía regional no se convierta en una pobreza autogobernada. Otras tareas que podría asumir el Estado son la inspección del comercio, el control ambiental, la supervisión de los servicios relacionados con la salud, etc. Este cambio en el papel de la nación-estado podría reflejarse en el tipo específico de mecanismos de control de la democracia. En cualquier caso, el proceso europeo significa una redistribución del poder, antes perteneciente a la nación-estado, y una sociedad democrática debe someter estos cambios tan importantes a debate, y a la decisión del público. C o n el declive gradual de la nación-estado 33 , los nacionalismo podrían tender a desaparecer y dejar de ser fuente de conflictos; en cambio, los regionalismos quizás adquieran una cierta importancia. Pero c o m o las regiones no tienen fuerzas armadas, sus conflictos podrían resolverse en competiciones deportivas pacíficas. E n una edad caracterizada por los múltiples medios de causar bajas al enemigo, la lógica de la solución bélica de los conflictos ha alcanzado niveles absurdos34 (a m i juicio, la Guerra del Golfo no contradice en m o d o alguno esta opinión, sino que la corrobora). E n el futuro, el monopolio de la violencia física legítima debería transferirse exclusivamente a las instituciones gubernamentales supranacionales; las regiones podrían mantener pequeños cuerpos de policía propios, pero sin armas. La paz deberá asumir un nuevo significado, descartándose la concepción negativa de ausencia de violencia en favor de u n concepto positivo de la solidaridad, la justicia y la cooperación. E n lo relativo a las ciencias sociales, esto significa que hemos de profundizar en nuestra comprensión de las razones de los conflictos y las causas de la guerra. L a investigación sobre la paz ha producido ideas sumamente útiles35, de las que todavía no se han extraído consecuencias prácticas. Consecuencias sociales del proceso europeo La migración será un efecto directo de la integración. Por lo general, los movimientos m i gratorios tienden a reflejar diferencias regionales de bienestar socioeconómico. Cuanto m a yor es la disparidad entre dos regiones, mayor será el flujo migratorio de la región pobre a la región rica. C o n respecto a la migración interna de Europa Occidental, a partir de 1993 n o habrá m á s restricciones y por consiguiente este mecanismo entrará en funcionamiento. La m i gración puede tener un impacto considerable en la composición de la población. D e ordinario, son los jóvenes y los adultos independientes con niveles relativamente elevados de educación los que m á s inclinados se sienten a emigrar. H a n de ser móviles, hacerse con información sobre el lugar al que quieren emigrar, y estar dispuestos a correr con los gastos y considerarlos inversiones para su futuro. Por consiguiente, las regiones ricas con poblaciones de edad relativamente elevada serán los objetivos preferidos de la emigración, mientras que los habitantes de las regiones en declive, con altas tasas de desempleo y poblaciones relativamente jóvenes, serán los que más tenderán a emigrar. Por otra parte, la emigración contribuirá a reducir las disparidades de bienestar social en favor de los emigrantes y a compensar los desequilibrios en la composición de la población, afianzando así los sistemas de seguridad social. Sin embargo, por otra 14 Bernd Hamm Los aspectos positivos y negativos del proceso europeo: Arriba: Manifestación por la paz en una Yugoslavia desgarrada por las pasiones nacionalistas, imapress. A la derecha: Lituanos celebrando su independencia, en Vilnius, septiembre de 1991. A. Hernández. Sipa parte la migración selectiva supone un círculo vicioso para las regiones pobres, donde los componentes m á s activos de la población emigran, reduciendo con ello las posibilidades de recuperación. En tercer lugar, la migración intraeuropea dará lugar a poblaciones étnica y culturalmente mezcladas, o pluriculturales. Para determinar la capacidad de integración de una población, especialmente en condiciones de desempleo, sería m u y útil estudiar cuidadosamente las experiencias de sociedades de inmigración, c o m o Canadá o Australia. Esto podría contribuir al diseño de políticas de integración y, es de esperar, a evitar la discriminación y los extremismos de derechas36. C o n respecto a la inmigración procedente del exterior de Europa, la situación es distinta. Aquí Europa tiene una cierta posibilidad de ejrcer control mediante una política de inmigración. D e nuevo conviene estudiar cuidadosamente las experiencias de las sociedades de inmigración, comparándolas con los diferentes sistemas que ya existen en los países europeos. U n a política de inmigración completamente abierta es poco realista, por la oposición política y popular a que dará lugar. Es preferible adoptar un sistema de contingentes, y aquí también la experiencia del Canadá es esclarecedora37. U n sistema de contingentes debe ir acompañado de inversiones europeas en las regiones de emigración, para reducir el n ú m e ro de emigrantes. Sin embargo, en ningún caso deberá ponerse en entredicho el derecho de asilo político, que es consustancial con una sociedad abierta y liberal. En el terreno de la educación, existen dos filosofías contrapuestas. U n a considera que la educación es un requisito previo para conseguir un empleo lucrativo; el sistema escolar financiado con fondos públicos constituye pues una subvención encubierta a la economía, y la educación se evalúa en función de su rendimientofinanciero.Este es el enfoque predominante, aunque ha quedado anticuado. L a otrafilosofíaconsidera que la educación es u n medio de integrar al individuo en una cultura Europa: un desafío para las ciencias sociales determinada, y permitirle que forme parte del patrimonio de una determinada sociedad, de su creatividad y de su apertura a otras culturas. Los sistemas educativos basados en este segundo criterio son m u y distintos; normalmente conceden mayor importancia a una formación de base m u y amplia que combina conocimientos analíticos, artísticos, manuales y sociales en los que puede basarse un proceso de aprendizaje vitalicio con especializaciones consecutivas, en su mayor parte en el trabajo. D a d a la incertidumbre de los futuros mercados de empleo, la formación básica ya no puede servir para incorporar a los jóvenes a la estructura de clases de su sociedad, sino que m á s bien ha de permitirles que desarrollen en la m á x i m a medida posible sus talentos y potencialidades. L a comprensión, el universalism o y la tolerancia son algunos de los objetivos m á s importantes de esta formación básica. Este parece ser el único medio de liberar a sociedades abrumadas por el peso del subsidio de desempleo. 15 Otro sector en el que prevalecen dos criterios contradictorios es el de la seguridad social. El criterio común se basa en la idea de la protección contra el riesgo. Desde el punto de vista de la organización, se trata de un sistema de seguros financiado con el réditofiscalde los ingresos. En términos estrictos, ello no protege contra los peligros de enfermedad, pobreza, desempleo, vejez o accidentes, sino más bien contra la pérdida de un cierto nivel de vida. La opinión opuesta se basaría en la idea de un mantenimiento básico para todos. Este criterio del mantenimiento básico está adquiriendo una importancia creciente a medida que una proporción cada vez mayor del P N B es producida por máquinas automáticas, robots, etc., con sólo una aportación mínima del trabajo h u m a n o . E n esta situación, la capacidad adquisitiva tiene que mantenerse mediante subvenciones para sostener la economía, lo que significa un ingreso mínimo garantizado para todos38. Este planteamiento no evita la desigualdad de los ingresos, pero impide una pau- 16 perización masiva; además, es uno de los m e dios m á s prometedores de conseguir la plena emancipación de la mujer. La sociedad europea será inevitablemente pluricultural. El pluriculturalismo sólo puede florecer y desarrollarse si se protege y apoya mediante disposiciones institucionales adecuadas, c o m o el plurilingüismo, un sistema judicial relativamente transparente, un apoyo activo a los diferentes patrimonios culturales, una opinión pública que considere que cada aportación extranjera es enriquecedora y desaliente todas las formas de discriminación, y un sistema económico y político que fomente la conservación de las raíces culturales, los idiomas, las religiones, las estrategias para resolver problemas y los procedimientos populares, considerados c o m o recursos insustituibles (es decir, el planteamiento del mosaico, y no del crisol). Muchas de las instituciones existentes tendrán que adaptarse a esta nueva tarea, especialmente en las naciones-estados mayores y relativamente homogéneas. Consecuencias intelectuales para las ciencias sociales europeas Europa fue la cuna de nuestras ideas, ampliamente compartidas, de racionalidad, humanism o y progreso. La racionalidad europea se nutre de la idea de que los seres humanos son capaces de gobernar la naturaleza, descubriendo las leyes de su funcionamiento. La naturaleza se veía c o m o algo que existe fuera de nosotros mismos, con lafinalidadexclusiva de servir a los seres humanos; se creía que su capacidad de explotación era ilimitada. Fue el Club de R o m a el que, a comienzos de los años 70, demostró las consecuencias de esta falsedad, y le puso fin39. L a racionalidad europea casaba bien con los ideales del humanismo y los derechos humanos. El elemento básico del humanismo era el individuo, y se pretendía que estos individus, aislados de su contexto y estructura social circundante, tendrían por su misma naturaleza las mismas posibilidades de autorrealización, y los mismos derechos. Esto permitía hacer distinciones entre la persona normal y la persona anómala, y encerrar a esta última en hospitales, cárceles o lupanares. El humanismo liberal se convirtió en la ideología de las clases rectoras, y no tuvo en cuenta el hecho de que la igualdad no es un concepto Bernd Hamm biológico, sino una relación del individuo con la estructura de la sociedad. N o es la biología lo que nos hace desiguales40, sino m á s bien dónde crecemos, quién nos educa y en qué entorno, qué contactos tenemos, qué normas y criterios adoptamos en la socialización, qué técnicas adquirimos. Según el liberalismo, "enrichissez-vous" (enriquézcase) es el lema idóneo para los que están en mejores condiciones iniciales de aprovechar su entorno social y natural. N o es lema, y no hay que permitir que lo sea, para una sociedad justa y sostenible. El humanismo europeo fue siempre sumamente selectivo, y no trató ni m u c h o menos a todos los seres humanos por igual; sobrevivió sin grandes cambios a la esclavitud y al colonialism o , a la opresión política y a la pauperización, a la explotación y a la agresividad, al nacionalismo y al fascismo, así c o m o a la actual privación sistemática que sufren grandes sectores de la población, c o m o por ejemplo las m u jeres. C o n cierta frecuencia la idea del progreso servía para justificar el trato desigual de los seres humanos. Algunos no eran aptos para la supervivencia, otros no eran arios, o no eran blancos, o no eran progresistas, o no eran occidentales, o no eran capitalistas, o no eran lo bastante socialistas para gozar de las mismas oportunidades vitales que los afortunados. El progreso era un concepto tecnocrático estrechamente vinculado con un paradigma maquinístico de la sociedad. El crecimiento era su objetivo primordial, y en su idea m á s estrecha de crecimiento económico se convirtió en un importante objetivo, y en el becerro de oro de todas las economías y gobiernos, sean cuales fueren sus ideologías y a pesar de sus aspectos negativos. El control sobre la naturaleza (incluida nuestra propia naturaleza social y física) y el consumo fueron en aumento. T o d o el m u n d o tenía que someterse a este modelo, tanto los países del Tercer M u n d o c o m o los sectores renuentes de nuestras propias sociedades, y no dudábamos en utilizar medios coercitivos para convencerles de sus beneficios41. El nuevo pensamiento para el futuro de Europa y la sociedad mundial tendrá que revisar las ideas de progreso, humanismo, racionalidad y derecho humanos individuales, con objeto de adquirir una visión universal, tolerante y responsable para el conjunto de la Europa: un desafio para las ciencias sociales humanidad. Estas revisiones han sido necesarias, desde luego, a lo largo de toda la historia h u m a n a . En nuestra situación histórica específica, las piedras angulares de la nueva ideología han de ser la sostenibilidad económica y ecológica mundial, la seguridad mundial y la no violencia, la paz positiva y la justicia social. C o m o se desprende claramente del anterior examen, el prceso europeo es demasiado c o m plejo y tiene demasiadas consecuencias teóricas y prácticas para que pueda analizarse desde la perspectiva de una sola disciplina. Si aceptamos el desafío de contribuir a la concepción de esta sociedad emergente, la perspectiva ha de ser holística, con un enfoque orientado hacia los problemas42. Es probable que el desafío europeo nos permita entender que los dos criterios opuestos, el holístico y el positivista, no son contradictorios c o m o creía Karl Popper 43 , sino complementarios. U n a teoría amplia y global de la sociedad no se desarrolla c o m o un proceso consistente en combinar diversas teorías de alcance intermedio (como nos indicó Robrt Merton) para formar un m o saico, sino m á s bien c o m o una cuadrícula que se va llenando cada vez más de diversos conocimientos. Sólo una amplia comprensión holística nos permitirá afrontar cuestiones de relevancia social y responsabilidad ética, y construir los marcos teóricos de referencia. En las hipótesis derivadas de esos marcos de referencia es donde puede, y a veces debe, intervenir el positivismo. La interpretación de los resultados empíricos debe basarse también en una perspectiva holística. N o s encontramos en u n punto en que es necesario discutir este marco de referencia holístico, y esta discusión quizás nos permita recuperar la unidad fundamental de las ciencias sociales44 Sólo en este contexto pueden especificarse las tareas de la investigación empírica positiva, o sea, la prueba de las hipótesis fructíferas y pertinentes. 17 nos organizamos en nuestra condición de seres humanos, y c ó m o encontramos la orientación para nuestro propio futuro ("Orientierungswissen"). E n muchos aspectos tenemos más "Verfügungswissen" del que necesitamos, pero carecemos gravemente de "Orientierungswissen". N o s parece m á s fácil imaginar c ó m o utilizar las ciencias sociales en su condición de "Verfügungswissen" para manipular y gobernar la sociedad, que suponer que las ciencias sociales c o m o "Orientierungswissen" puedan ayudarnos a decidir la medida en que podemos seguir produciendo "Verfügungswissen". N o obstante, el "Orientierungswissen" no puede estar nunca exento de valores. El valor ético básico es la supervivencia de la humanidad. Esto significa que estamos en condiciones de definir los problemas mundiales m á s importantes45, esto es, la paz, el desarrollo y la protección del medio ambiente. A partir de aquí es posiblefijarprioridades en los program a s de investigación de las ciencias sociales, prioridades con las que no todo el m u n d o estará de acuerdo pero que servirán ciertamente de orientación a muchos. L a solución no violenta de los conflictos, la justicia social y la igualdad, y una sociedad mundial sostenible, son las piedras angulares de las ciencias sociales, o mejor aún de todas las ciencias y disciplinas. El proceso europeo afecta y desafía no sólo a nuestros fundamentos éticos y epistemológicos, sino también a nuestras metodologías de las ciencias sociales. Así, en un debate reciente46 se criticó el empleo de una metodología descriptiva de comparación cruzada para el análisis de la sociedad europea, y se propugnó un enfoque evolucionista. U n o de los argumentos afirmaba que sólo pensando en las posibibles alternativas futuras podríamos encontrar cuestiones e hipótesis significativas y socialmente pertinentes. U n segundo arguD e las muchas diferencias entre las cien- mento era que la simple comparación de nacias naturals y las ciencias sociales, hay una ciones-estados no nos permitiría reconocer las que aquí nos importa especialmente: mientras características específicas de la sociedad euroque las ciencias naturales producen y propor- pea emergente, o sea, sus instituciones supracionan un tipo de conocimiento que nos per- nacionales, su conciencia y su solidaridad. Lo mite controlar y gobernar la naturaleza no hu- que es peor, al comparar naciones-estados prem a n a en nuestro interés h u m a n o ("Verfü- tendemos que la nación-estado define una sogungswissen"), las ciencias sociales producen y ciedad. En cambio, lo que hay que preguntarse proporcionan un tipo de conocimiento que en el caso de la sociedad europea es: ¿qué es lo nos permite entender c ó m o interactuamos y que constituye una sociedad? C o n esta pregun- 18 ta hacemos una petición tópica de principio, dando por sentado que ya existe algo parecido a una sociedad europea. La articulación de un marco de referencia holístico para comprender el proceso europeo requiere que los defensores de diferentes disciplinas de las ciencias sociales (historiadores, economistas, politólogos, sociólogos, geógrafos, etc.), de diferentes escuelas de pensamiento (reduccionistas, dialéctivos, positivistas, etc.), y de diferentes tradiciones nacionales, se reúnan para debatir lo que es importante en el proceso europeo y lo que no lo es, por qué y cuál puede ser la contribución de las ciencias sociales47. Lo que importa aquí no es el resultado inmediato o la intersección de opiniones diferentes sino m á s bien el inicio de u n proceso que puede llevarnos bastante tiempo hasta llegar a las conclusiones. El resultado podría ser u n inventario de cuestiones de investigación que los especialistas en ciencias sociales consideran importantes y urgentes. Este inventario podrá revisarse con los decisores a nivel europeo y nacional, con las asociaciones profesionales y con otras O N G , instituciones de financiación, etc., para enriquecerlo y hacerlo m á s amplio. L o indispensable es la pluralidad y la diversidad de este proceso intelectual. N o obstante, con el declive de los sistemas socialistas esta pluralidad c o m o fuente importante de estímulo intelectual corre peligro, y las opiniones occidentales, capitalistas y liberales tienden a dominar y a suprimir todas las demás 4 8 . Bernd Hamm radoras y fructíferas para la comprensión del caso europeo. Es justo decir que los alemanes del Este derribaron su gobierno con una revolución no violenta y votaron a favor del sistema político y económico de Alemania Occidental. Sin e m bargo, es igualmente justo decir que: 1) los alemanes del Este no disponían de información fiable o precisa sobre el m o d o real de funcionamiento del sistema occidental, ni tuvieron tiempo suficiente para estudiar cuidadosamente lo que significaría la unificación para ambas partes y 2) los políticos, los partidos políticos, los hombres de negocios y las instituciones de todo tipo de Alemania Occidental cogieron por sorpresa al Este. N o fue posible hacer una reflexión en profundidad sobre lo que debía preservarse del viejo sistem a socialista en la nueva situación, ni se admitió ningún debate sobre posibles terceras vías, una revisión a fondo del "Grundgesetz" de Alemania Occidental, o una constitución completamente nueva, ni tampoco pudieron oponerse objeciones al comportamiento de muchos especualadores y agiotistas. Reinaba y reina, la incertidumbre m á s completa, por lo menos en términos subjetivos, con respecto a los empleos y los ingresos, la vivienda y la propiedad, la seguridad social y las pensiones de jubilación, las escuelas y las universidades, o la administración local y provincial. E n unos pocos meses se sustituyeron las élites políticas, económicas y culturales; el proceso de adopción de decisiones cambio de naturaleza; la vieja cultura política quedó destruida, sin que se viera c o m o iba a reemplazarse; las autoridades locales y provinciales perLa unificación alemana c o m o dieron el norte; los servicios de seguridad modelo para la integración europea apenas se atrevían a intervenir; proliferaron los delitos y los sucesos callejeros; cayeron en N o propongo por razones chauvinistas o pro- desuso los viejos conceptos de justicia, provincianas considerar el proceso de la unifica- ductividad, rendimiento y solidaridad. Algución alemana c o m o modelo para la integración nos se aprovecharon de esta situación anárquieuropea49. Si extendemos nuestra visión m á s ca, pero la gran mayoría de ciudadanos se allá de la C E E , y pensamos en el futuro de las sintieron intimidados e impotentes. T o d o esto relaciones Este-Oeste, veremos claramente que ocurrió en sólo unos pocos meses, y después la unificación alemana conlleva un gran n ú m e - creció la incertidumbre. La emigración y la ro de problemas que nos esperan a todos noso- transferencia de Este a Oeste es enorme, auntros a nivel europeo. Las diferencias entre los que no se publiquen estadíticas oficiales. Cendos procesos son evidentes: el ritmo asombro- tenares de asesores occidentales, m u c h o s de so y los fundamentos culturales comunes en el dudosa reputación y conocimientos, pero tocaso alemán no tienen paralelo en Europa. dos con la adecuada representación, viajaron Pero las posibles similitudes podrían ser inspi- por todo el país y vendieron propuestas a los 19 Europa: un desafio para las ciencias sociales incautos a elevados precios. El nuevo gobierno (de Alemania Occidental) hizo varias promesas que ahora encuentra difícil de financiar. Confirmando repetidamente que todo estaba bajo control, ha empeorado la sensación de inseguridad pública, porque sus consuelos y paliativos no coinciden con la experiencia de todos los días. La arrogancia del poder (occidental) no conoce límites50 y se deja sentir dolorosamente en muchos ciudadanos del Este. En la experiencia de la mayor parte de los que fueron habitantes de Alemania Oriental, a diferencia de la impresión dada por muchos medios de comunicación, la unificación dista m u c h o de ser un proceso placentero o prometedor. N o es impropio hablar de colonización en este contexto. Se trata de una cuestión no sólo de oportunidad sino también de respeto. El problema m á s profundo, y esto es válido también para Europa, es c ó m o puede conseguirse y aplicarse un proceso de transición que permita a la gente elegir, con la suficiente información, entre diversas opciones, tratándola con respeto y dignidad y con una comprensión de sus dificultades reales y prácticas. Para la integración europea, esta es una prioridad m á xima, y una tarea extremadamente importante para los especialistas en ciencias sociales. Diríase que en el caso alemán no hemos alcanzado este objetivo; tanto m á s importante será que estudiemos cuidadosamente este ejemplo y reflexionemos acerca de sus aspectos positivos y negativos, teniendo presente la integración europea. A d e m á s , los problemas de la integración política no son exclusivos del orden europeo; hay que animar a especialistas en ciencias sociales de otras regiones a que se desplacen a Europa y hagan investigaciones, junto con sus colegas europeos, sobre los procesos que puedan afectar en su día a sus propias sociedades. La integración entre el Este y el Oeste debe ir acompañada de contactos no sólo entre m i nistros de relaciones exteriores y sus colaboradores, sino también entre las poblaciones, a todos los niveles de la sociedad. La información y la transferencia técnica del Oeste al Este son de la m á x i m a importancia. Pero sería insuficiente, a pesar de la tendencia actual, copiar los modos occidentales en el Este. Debe encontrarse una nueva síntesis práctica en la que la experiencia occidental se evalúe cuida- dosamente y se adopte selectivamente para resolver los problemas orientales. Sólo las experiencias occidentales m á s logradas deberían considerarse seriamente en el Este. Por consiguiente, no es tan inadecuado c o m o podría parecer a primera vista que algunos asesores occidentales proyecten sus utopías para la situación oriental y vean en ella un amplio campo de experimentación social, por m u y hartos que puedan estar los ciudadanos del Este del pensamiento utópico. Sin embargo, este pensamiento utópico debe ir acompañado de experiencias reales y prácticas, si se quiere que sea fructífero. La renovación urbana, por tom a r un importante ejemplo, no debe hacerse siguiendo únicamente criterios económicos, sino que m á s bien debe concebirse c o m o un triángulo cuyos lados serían la economía, la ecología y la participación de los ciudadanos51. El papel de las ciencias sociales Desde un punto de vista retrospectivo, el papel de todas las ciencias desde la Ilustración ha sido ambivalente: es una simplificación pensar que las ciencias "perdieron la inocencia"52 con el advenimiento de las armas nucleares. Sería ingenuo creer que las ciencias son mejores, o lo han sido en algún m o m e n t o , que la sociedad en la que se producen o que sus clases rectoras, que las dirigen y las financian. Por ningún concepto los científicos son m á s responsables desde el punto de vista social, menos egoístas, m á s respetables o m á s nobles que las demás personas. Sin embargo, sí gozan de un mejor acceso a los medios de comunicación y a la opinión pública, y por consiguiente tienen más oportunidades de imprimir su imagen en la sociedad. Puede aducirse que las ciencias crean tantos problemas c o m o los que resuelven. La energía nuclear es el caso m á s ampliamente debatido, pero también lo son la manipulación genética, la alta tecnología médica, la tecnología de los armamentos, la dietética; no hay ninguna rama de la actividad científica que no adolezca de esta m i s m a ambigüedad. U n problema es el uso indebido de los conocimientos, para fines distintos de los previstos. Otro lo plantean la especialización y la fragmentación de todas las disciplinas científicas, y su aisla- 20 miento del contexto social con el que están inextricablemente vinculados. La actividad científica no es autosuficiente ni se determina a sí misma. El origen y el final de todas las ciencias es la sociedad: los problem a s se definen y someten a análisis científicos en el contexto de los procesos sociales, y es en la sociedad donde se encuentran, aceptan, rechazan o se aplican las soluciones a estos problemas. L a ciencia es de por sí un proceso social, con división del trabajo, jerarquías, creencias oficiales y herejías, una cierta distribución del poder, dirigentes y hombres (y pocas veces mujeres), camarillas organizadas, reclamaciones y conexiones. N o tenemos, pues, ninguna razón para considerar que la "ciencia", es diferente en m o d o alguno de cualquiera otra organización social. Algunas de las cuestiones básicas a este respecto serían las siguientes: a) ¿cómo contribuye la ciencia a la calidad de una sociedad determinada?; b) ¿cómo opera la ciencia c o m o sistema social, y cuáles son las consecuencias para la sociedad?; c) ¿cómo se organiza el pensamiento científico, y qué repercusiones tiene en la sociedad? Bernd Hamm complejos, y sólo mediante la fuerza podemos aislar ciertos fenómenos para someterlos a análisis; la casualidad es dudosa; el resultado no previsto de la acción intencional es la normal y no la excepción; las profecías que contribuyen a su propio cumplimiento o incumplimiento, la disonancia cognitiva, y otros fenómenos similares, no nos permiten confiar en nuestra percepción y nuestra lógica, por m á s entrenadas que estén; no existe la libertad de los valores. El positivismo, entre otros aspectos, cumple la función de una ideología profesional, por lo menos en la medida en que impide que los científicos acepten la responsabilidad por las consecuencias sociales de su trabajo54. U n funcionamiento perfecto e indiscutido es la fuente principal del renombre y los ingresos. La paradoja se hace m á s obvia cuando se acepta la investigación orientada al crecimiento económico o al m á x i m o rendimiento técnico ("Verfügungswissen) c o m o algo exento de valoración, y se financia abundamentamente, mientras que la investigación en pro de la justicia social, la paz, el medio ambiente y otros sectore conexos ("Orientierungswissen") El enfoque positivista, aún dominante en se descuida en gran medida y con frecuencia es todas las disciplinas, se basa en algunos princi- objeto de discriminación. pios fundamentales: el sujeto y el objeto de la Recapitulemos ahora los argumentos y exinvestigación son distintos e independientes traigamos algunas conclusiones. Esencialmenentre sí; sólo debemos aceptar c o m o real lo te, m i argumento central es que el proceso de que podamos detectar mediante una investiga- la integración europea, visto c o m o la emergención empírica; las hipótesis nunca pueden de- cia de una nueva sociedad, introduce una nuemostrarse positivamente, pero sí puede de- va dimensión y exige una revisión a fondo de mostrarse su falsedad; la especialización por muchos aspectos de las ciencias sociales. El una parte y el aislamiento de partes cada vez enfoque tradicional -positivista, retrospectimenores de la realidad con fines de análisis vo, de sección cruzada, unidisciplinario, y supor la otra, contribuyen a nuestra compren- puestamente exento de valores- no es adecuasión del m u n d o real; la labor científica debe do para entender este proceso, ni tampoco sus estar exenta de valores y preferencias e intere- elementos m á s importantes. Al propio tiempo, ses personales. Es interesante ver c ó m o se han las ciencias sociales tienen una ingente tarea cuestionado estos principios en los últimos ante sí: han de contribuir a la configuración de años. Las ciencias sociales y humanas que, esta nueva sociedad y a conseguir un proceso bajo la influencia positivista, esperaban llegar de transición h u m a n o , especialmente en el a ser tan exactas c o m o parecían ser las ciencias Este. Por consiguiente, las opciones para las naturales (lo que significa en realidad tener el ciencias sociales son: 1) seguir las líneas tradim i s m o reconocimiento social y éxito económi- cionales y permanecer c o m o algo relativamenco que ellas), olvidaron que su patrimonio m á s te poco importante y carente de significado importante consiste precisamente en los prin- para el proceso europeo, o 2) hacer u n esfuerzo cipios opuestos53. Para las ciencias sociales, el serio para revisar las rutinas tradicionales y sujeto y el objeto de la investigación son inse- abordar las tareas que nos esperan desde una parables; la realidad es un consenso frágil que nueva perspectiva. tiene que reafirmarse constantemente; todos Las estructuras académicas tradicionales los sectores de la realidad son increíblemente favorecen la primera opción y desalientan la Europa: un desafio para las ciencias sociales segunda. La fragmentación en c a m p o s de especialización cada vez m á s reducidos favorece la producción de "Verfügungswissen" relativamente manipulables, el enfoque positivista aisla los elementos idiosincráticos de la sociedad, la visión y la utopía no tienen u n lugar propio y por consiguiente n o pueden servir para orientar nuestros esfuerzos de investigación, y parece que nos interese m á s "explicar" una porción insignificante de la variación en una variable carente de significado que los problemas propios de esta fascinante fase de cambio social. Las tareas futuras para las ciencias sociales parecen bastante claras, aunque no son fáciles ni breves: 1) D e b e entablarse u n amplio debate sobre los principales problemas de investigación, prioridades y enfoques, desde el punto de vista de las diferentes escuelas de pensamiento y las distintas disciplinas. Idealmente, el resultado de este debate debería ser u n programa de investigación, respecto del cual se han avanzado propuestas en las secciones 2 y 3 de este documento. 2) Los principales obstáculos que se oponen a una investigación socialeuropea cooperativa y coordinada, esto es, el idioma, el tiempo, el dinero y las insuficiencias institucionales55, no permiten organizar una investigación efectiva sobre este programa. Hará falta una infraestructura institucional, c o m o el Consejo Europeo de Ciencias S o ciales ( C E S C ) 5 6 , donde puedan definirse y darse a conocer proyectos m á s amplios de investigación. Diversas redes de universidades e instituciones de investigación po- 21 drían participar en estos proyectos y aprovechar la cooperación científica, con inclusión de equipos interdisciplinarios de investigación, asignación de tareas concretas a individuos, disertaciones coordinadas, etc. Estas instituciones podrían decidir la creación de una asociación europea de ciencias sociales, encargada de la cooperación y la difusión de la idea de las ciencias sociales europeas. 3) E n el c a m p o de la enseñanza académica, podría organizarse u n a especie de Studium integrale interdisciplinario, centrado en la aparición de la sociedad europea, que se impartiría en una red de universidades asociadas. Esta propuesta fue presentada por la República Federal de Alemania en la 25a Conferencia Genral de la U N E S C O , en 1989. 4) Quizás haga falta establecer una Fundación Europea de Ciencias Sociales, para financiar los sucesivos programas de investigación. Todas las disposiciones institucionales deberían concebirse de manera que se estimule y se facilite la investigación europea en ciencias sociales. Se trata de una tarea ambiciosa, poco c o m ú n y que necesita m u c h o s recursos, y que ciertamente requerirá u n a fase de experimentación y promoción. Por consiguiente, deberán preverse incentivos, n o a través de ingresos personales sino m á s bien en la cobertura de gastos burocráticos m í n i m o s en los procedimientos de aplicación, preparación de inform e s y evaluación. L a Conferencia Europea de Ciencias Sociales, a celebrarse en Santander, España, en junio de 1991, es el m o m e n t o oportuno para iniciar este proceso. Traducido del inglés Bernd Hamm 22 Notas 1. H e m o s de dar las gracias a Ulla Peters, Gerti Zimmer, Michael Marien y a los amigos y colegas del Instituto de Investigación Social de Berlín y el Instituto de Sociología de la Academia Checoslovaca de Ciencias de Praga, por sus útiles comentarios y observaciones sobre anteriores versiones de este documento; deseamos agradecer también el apoyo proporcionado por Dieter Janson. 2. Evolución que sólo fue posible gracias a la "'perestroika" y el nuevo pensamiento de Gorbachov, los cuales fueron posibles y necesarios a su vez después de la profunda crisis estructural del "socialismo real"; véase M . Gorbachov, Perestroika, Londres, 1987; y también M . Gorbachov, Discursos y artículos, Moscú, 1987 (segunda edición). europea; sin estos documentos, el total se reduciría considerablemente. Y o supongo que Europa puede ser un tema tratado con más frecuencia en las publicaciones sobre economía e historia, pero dudo de que puedan obtenerse indicaciones de otros países europeos. 5. Entre las descripciones históricas de Europa que encuentro de especial utilidad, figura el trabajo de Gordon A . Craig Europe since I815, Nueva York, 1974 y/o mejor aún la edición alemana en un volumen, con el último capítulo actualizado hasta fines de los años 70, Geschichte Europas 1815-1980. Munich. 1983. 6. Commission for the European Communities: Completion of the Single Market, Luxemburgo 1985 (White Book); P. Cecchini: Europe 02 - The Advantage of the Single Market, Luxemburgo 1987; Report of the Delors Commission y sobre todo, el Acta Unitaria Europea de 1987. 3. Hartmut Kaelble fue uno de los primeros en reconocer este proceso hacia una sociedad europea, cuya historia social describió en Auf dem Weg zu einer europäischen Gesellschaft - 7. Véase el documento de eine Sozialgeschichte Westeuropas Ryszard Lawnizcak sobre esta 1880-1980. Munich, 1987. cuestión. 4. U n indicador de sumo interés 8. Es m u y posible que Occidente son documentos académicos sobre sea responsable en gran medida cuestiones europeas publicadas en del fracaso final de la los 20 últimos años, de 1970 a "perestroika". Por lo menos desde 1990 en las cinco publicaciones 1988 era evidente que la única profesionales alemanas m á s posibilidad de que la destacadas (con exclusión de los "perestroika" tuviera éxito era artículos breves, las noticias y las atendiendo con rapidez y reseñas de libros). El resultado es eficiencia las necesidades diarias revelador: Politische de los consumidores. Occidente, y Vierteljahresschrift 18, Zeitschrift sobre todo los E E . U U . , querían für Soziologie 6, Leviathan 9. Kdlner Zeitschrift für Soziologie und Sozialpsychologie 4, Soziale Welt 2; es decir, menos de dos al año por término medio, considerando conjuntamente las cinco revistas. En la relación figuran los documentos de carácter comparado, aunque no traten verdaderamente de cuestiones relacionadas con la aparición de una sociedad que primero se produjera la reforma política, aunque no ignoraban que la ayuda era un requisito previo de dicha reforma. A pesar de las recientes declaracines Bush-Kohl, la posición de los E E . U U . no ha variado; particularmente indigno fue el debate público sobre si debía invitarse o no a Gorbachov a la C u m b r e Económica Mundial de los Siete. 9. Para una elaboración de este argumento, véase mi trabajo Von der DDR lernen? en: Das Ende eines Experiments, editado por R . Reissig y G.J. Glaessner, Berlin 1991, y las otras colaboraciones de este volumen. 10. En este contexto, es fascinante el argumento expuesto por P . Kennedy: The Rise and Fall of the Great Powers, Londres 1988, y aún más si lo relacionamos con la situación en los E E . U U . ; véase el documento de A . G . Frank sobre esta cuestión. 11. Véase el argumento expuesto por R . Lawnizcak sobre esta cuestión. 12. U n a de estas indicaciones de interés es la fundación por George Soros de la Universidad de Europa Central ( U E C ) , con sedes en Praga y Budapest, y posiblemente más adelante en Varsóvia; sin embargo, la U E C no sería posible sin una intensa aportación intelectual, gerencial y financiera de Occidente. 13. En este número. 14. A mi juicio, esta sería una interpretación más interesante de la tesis del "final de la historia", propuesta por Francis Fukuyama "The End of History", National Interest, verano de 1989. 15. Véase por ejemplo D . Senghaas, Europa 2000 - ein Friedensplan, Frankfurt 1990. 16. Véase, recientemente, F. Nuscheier, "Weltweite Massenñucht -Gefahr für unseren Wojistand, Dritte Welt Presse, 7, 1990. 17. E . U . . V . Weizsäcker, Endpolitik, Damrnstadt, 1990, 7. 18. Nuestro futuro común. Informe de la Comisión Brundtland sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, 1987. Europa: un desafio para las ciencias sociales 19. H . H . Noite, en este mismo número, se refiere a este proceso. 20. El Club de R o m a fue el que más atención dedicó a estas cuestiones, desde su primer informe. Los límites del crecimiento, Nueva York, 1972. 21. Esta no es solamente la impresión que saca los europeos del c ó m o y el por qué funciona la maquinaria, sino que además forma parte importante de la percepción de otros con respecto a Europa; véase, por ejemplo, M . Silva y B . Sjögren, Europe 1992 and the New World Power Gzarne, Nueva York, 1990. 22. Véase, entre otras muchas colaboraciones, E.J. Mishan: The Economie Growth Debate, Londres: Alien and Unwin 1977. 23. W . Kapp 1950. 24. Véase, entre otros muchos trabajos, W . H . Clive Simmonds: "Is Sustainability the Key to Professionalism in Futures? Futures Research. 25. Erdpoitik. Damnstadt 1990. pág. 9. 26. Global Reach - The Power of the Multinational Corporations, Nueva York 1974. 27. M . Bertrand, Für eine Weltorgaisation der dritten Generation, Bonn 1988. 28. Para una percepción estadounidense de la integración europea, véase el trabajo de John van Oudenaren en este número. parece especialmente ilustrativa: véase por ejemplo L. Driedger (ed.): The Canadian Ethnic Mosaic, Toronto 1978; R . Breton. J.G. Reitz y V . Valentine, Cultural Boundaries and the Cohesion of Canada, Montreal 1980; R.J. Samuda, J . W . Berry y M . Laferrière, Multiculturalism in Canada, Toronto 1984, o las muchas lecciones que pueden aprenderse de la segregación social urbana: C . Peach (ed.). Urban Social Segregation, Londres 1975; A . Hunter, Symbolic Communities, Chicago 1975; H . Gans, The Urban Villagers, Nueva York 1982. 32. Wirtschaft und Gesellschaft, Tübingen 1976, págs. 124-30 y 551-579. 33. Pueden encontrarse algunos argumentos complementarios de esta tesis en el Informe del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la Actividad de las Naciones Unidas, presentado en el cuadragésimo quinto período de sesiones de la Asamblea General, el 16 de septiembre de 1990. 34. Las armas químicas retiradas por los Estados Unidos de la República Federal de Alemania en el verano de 1990 bastaban para acabar 18 veces con la población mundial. 35. Véase, entre otros muchos, R . Steinweg (ed.), Kriegsursachen. Frankfurt 1987, o m á s recientemente "International Conflict Research", International Social Science Journal 43(1991) 1. 30. J. Blaschke (ed.): Handouch der westeuropälischen Regionalbewegungen, Frankfurt 1980. 36. S. Castles, H . Booth y Wallace, Here for Good - Western Europe's New Ethnic Minorities, Londres 1984; G . Ford, Report drawn up on behalf of the Committee of Inquiry into Racism and Xenephobia, presentado por el Parlamento Europeo, 23 de julio de 1990 (documento A3-195/90). 31. La experiencia del pluriculturalismo en el Canadá 37. Antes de 1978, la inmigración en el Canadá se basaba en cupos 29. El argumento de Paul Kennedy encaja bien en este contexto; véase The Rise and Fall of the Great Powers, Londres 1988. 23 nacionales/regionales, que daban una marcada preferencia a los europeos. La nueva Ley de Inmigración de 1978 sustituyó los cupos nacionales por un sistema de puntos, en el que los criterios funcionales son decisivos. 38. Entre los muchos libros y artículos publicados sobre la idea de un ingreso mínimo garantizado (que incidentalmente, se remonta a la obra de Milton Freedman y otros. Capitalism and Freedom, Chicago 1970), encontré m u y estimulante el trabajo de A . Gorz: Le chemin du paradis. Pris 1983. 39. Meadows, D . : The Limits to Growth, Nueva York 1972. 40. Soy decididamente opuesto a todos los intentos de los biosociólogos de reintroducir un darwinismo vulgar c o m o ideología de la desigualdad social. 41. U n a opinión radicalmente contraria figura en la obra de M . Bockchin: The Ecology of Freedom, Palo Alto 1982. 42. Vale la pena, a este respecto, volver a leer el trabajo de T . W . Adorno Der Posttivismusstrcit in der deutschen Soziologie, Neuwied 1969, con su debate sumamente refinado y aún válido del holismo en comparación con el positivismo. 43. La pobreza del historicismo, Londres 1960. 44. Véase, entre otros intentos en esta dirección, el estimulante libro de W . Kapp Toward a Science of Man in Society - A Positive Approach to the Integration of Social Knowledge, La Haya 1961. 45. Para utilizar el término del Segundo Plan a Plazo Medio de la U N E S C O , cuyo Gran Programa I llevaba el título "Reflexión sobre los problemas mundiales y los estudios prospectivos", el Tercer Plan a Plazo Medio de la Organización enumera así estos problemas: "La paz, el desarrollo y la protección del medio ambiente". 24 46. M . Haller, The Challenge for Comparative Sociology in the Transformation of Europe, International Sociology 5 ( 1990) 183-204; B . H a m m y , "Comparative Versus Evolutionary Approaches to European Society". International Sociology 6 (1991) 111-115; M . Haller, "Reply to Bernd H a m m ' s Critique of The Transformation of Europe as a Challenge to Comparative Sociology", International Sociology 6 (1991) 117-21. 47. Véase el artículo de Alexander King en este número. 48. W . Leperies, "Wandel wie noch nie: Wissenschat und Kultur im Heutigen Europa", Berliner Journal für Soziologie 1 (1991) 47-58. Bernd Hamm 49. Este interesante punto se expuso en una reunión de especialistas en ciencias sociales de Alemania Oriental y Occidental, en enero de 1991. 50. Para una primera version véase Das Ende eines Experiments, editado por R . Reissig y G.J. Glaessner, Berlín 1991. -Macht und Miöbrauch der Forscher, Frankfurt 1984. 53. U n a excelente introducción figura en el trabajo de N . Elias: Was ist Soziologie'.' Munich 1970. 54. T . W . Adorno (ed.): Der Positivismusstreit in der deustschen Soziologie, Neuwied 1969. 51. E U R O G R A D XXI, un proyecto con base en San Petersburgo para la organización de la transferencia de conocimientos de las ciudades occidentales a las orientales, se inspira en estos mismos procedimientos, c o m o la Bauhaus Dessau en la ex R D A . 55. B . H a m m , "Towards an institutional infrastructure for European Socieal Science"; documento presentado en la Conferencia Europea sobre Ciencias Sociales, Santander, junio 24-28 de 1991. 52. A . H e r m a n n , Wie die Wissenschalt ihre Unschuld verlor 56. Por analogía con el Consejo Internacional de las Ciencias Sociales. Europa en la sociedad mundial hasta el siglo X X Hans-Heinrich Nolte ¿Qué es Europa? Después de la catástrofe de europeo típico, entendiéndose en este sentido dos guerras mundiales, que empezaron ambas por "Europa" un grupo particularmente exitoen este continente, Europa ha perdido no sólo so de naciones, cuyos miembros se han extensu papel predominante en la política mundial, dido desde Vancouver hasta Vladivostok. sino también sus viejas pretensiones a consti¿Qué es la sociedad mundial? Hasta hace tuir un paradigma del progreso y la moderni- poco, los chinos no tenían ningún contacto dad. Genocidios c o m o los que practicaron los con Etiopía. Había bastantes sociedades disalemanes con las poblaciones judías y gitanas tintas en todo el m u n d o , y la sociedad mundial de Europa después de 1939 suscitaron incluso sólo se creó en el curso de la expansión eurola cuestión de si las matanzas registradas en la pea. La expansión en el sentido lato del térhistoria europea, desde mino no se limita al asenMelos 1 hasta M y Lai, no tamiento de europeos en Hans-Heinrich Nolte es profesor de son parte del mismo conterritorios ya ocupados por Historia de Europa del Este en la Universidad de Hanover, Schneiderberg texto intelectual y social, otras personas, c o m o en el 50. 3000 Hanover 1, Alemania. Es auque sería ridículo llamar caso de América o Siberia. tor de numerosas publicaciones en este "progreso". Y sin embarEn el sentido m á s amplio campo. Sus últimas obras son: L'attaque allemande de l'Union Soviétique go, los modelos de sociede la palabra, su significa1941 (en alemán, 1991) y Russie/ dad creados en Europa en do abarca las estructuras Union Soviétique (en alemán, 1991). la Edad Media se han dieconómicas y las institufundido por todo el m u n ciones políticas y militares do. Desde luego, la socieoriginarias de Europa pero dad europea cambió en su adoptadas en todo el estructura y centro de gramundo. vedad, pasando del capitaEl debate sobre las polismo del renacimiento itasibles explicaciones de esta liano y la sociedad merexpansión dura desde hace cantil holandesa a la sociedad industrial britá- siglos. ¿Se reduce ésta a un fenómeno de exnica. Y en el siglo X X , el centro de gravedad plotación, c o m o quiere la "leyenda negra" cruzó incluso el océano, desplazándose a los americana?2. O bien, ¿fue positiva a la larga, Estados Unidos, que se convirtieron en la na- con la difusión de los conocimientos y creención modelo de la sociedad opulenta. Pero en cias de los europeos, la predicación de los realidad los Estados Unidos forman parte de misioneros y la "responsabilidad civilizadora la tradición europea, por sus colonizadores y de los blancos" que asumieron los colonizadopor su historia social e intelectual. Y el intento res del siglo X I X ? soviético de crear una alternativa al m o d o de El debate, en su estado actual, enfrenta a vida estadounidense pertenece al patrimonio dos grupos clasificados por Eric Jones3 de la europeo: Karl Marx, judío alemán que trabaja- siguiente manera: ba en Londres, puede considerarse incluso un 1. Los "little Engladers" ("pequeños ingleRICS 13I/Marzo 1992 26 ses") que hacían hincapié en el desarrollo nacional de Inglaterra c o m o primer país industrializado, ejemplo que siguieron otras naciones, c o m o Bélgica en el siglo X I X o Taiwan en el siglo X X . E n la perspectiva de una nación en particular, esta opinión recalca factores endógenos, c o m o hizo por ejemplo Walt Rostow 4 ; 2. Los partidarios de "un solo m u n d o " , que señalan las funciones que desempeñan en el m u n d o diferentes sociedades en sus relaciones mutuas, y especialmente las que desempeña la periferia para el centro. Considerando la cuestión desde un punto de vista global, esta escuela de pensamiento hace hincapié en los factores exógenos5. Y o pertenezco m á s bien a la segunda escuela6. C o m o es natural, ninguno de nosotros negamos la importancia de la evolución endógena. Pero una explicación global de la historia exige un planteamiento más general. D o s puntos parecen de importancia a este respecto: /. N o puede decirse que el capitalismo y el sistema mundial europeo sean lo mismo. El sistema europeo ha existido por lo menos desde la época en que los poderes medievales "universales" Imperium et sacerdotium (el Sacro R o m a n o Imperi y la Iglesia) fracasaron en su intento de imponerse a los regna (las naciones medievales). La primera sociedad que organizó los procesos básicos mediante el dinero y los mercados - y que a mi juicio conviene llamar capitalista- fueron los Países Bajos después de la independencia. 2. Las funciones que ejercían unas naciones respecto de otras no sólo eran importantes en la economía, sino también en las instituciones sociales y políticas, en las fuerzas militares y, lo que no es menos importante, en las ideas y la religión. La economía no explica por sí sola la historia. ¿Qué la explica? Debemos empezar en la Edad Media, y referirnos a todos los contextos en que se manifiesta el trabajo h u m a n o , desde la producción de cereales hasta la publicación de libros. A d e m á s , puesto que la característica más conspicua de la historia de Europa en la sociedad mundial es la expansión europea, éste deberá ser nuestro hilo conductor. El siguiente análisis se dividirá pues en tres períodos principales: /. Caballeros y mercaderes (del siglo X I al Hans-Heinrich Noite siglo X I V ; expansión: primero interna, después hacia el Este). //. Aventureros y empresas comerciales (del siglo X V al siglo XVIII; expansión hacia el Oeste). ///. Generales e industriales (siglo X I X ; conquista del resto del planeta). Caballeros y mercaderes En lo referente al desarrollo cultural y económico, Europa empezó tarde. La revolución neolítica fue importada de Asia; Egipto, Mesopotamia, India y China tenían ciudades y gobernaron enérgicamente los estados primitivos antes de que se construyeran los primeros castillos minoicos en la periferia del m u n d o arcaico. A d e m á s , si consideramos que la historia de Grecia y R o m a forma parte de la historia de Europa, cabe dudar de su continuidad con la sociedad europea medieval7. El Imperio R o m a n o no sólo fue conquistado, c o m o China había sido conquistada con cierta frecuencia sin que se modificara su estructura fundamental, sino que se dividió en muchos reinos de invasores germánicos y eslavos; lo que subsistió fue principalmente la Iglesia y, sobre todo, la idea de Imperio. La parte oriental del Imperio, que sólo más tarde se denominó Bizâncio, nunca abandonó la idea de reconstituir todo el Imperio, pero los Emperadores de Occidente reclamaban también para sí las tradiciones de R o m a y, con cierta frecuencia, el objetivo de la renovado Imperii. Sólo cuando estos intentos fracasaron finalmente en los siglos XII y XIII, se estableció de manera permanente un sistema político de extrema complejidad, que se había desarrollado anteriormente. Este sistema se caracteriza por los siguientes rasgos: - naciones {régna, a veces llamados ya naílones), c o m o Francia, Polonia, Inglaterra o Hungría, que competían entre sí intensamente pero que, sin embargo, formaban un sistema, llamado cristiandad y vinculado por valores e instituciones compartidas, c o m o la iglesia o las universidades, un alto grado de comercio interregional y una considerable movilidad personal a través de las fronteras; - dentro de este sistema existía una cierta jerarquía, cuyo m á x i m o nivel lo constituían las regiones situadas entre el Norte de Italia, Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX 27 La expansión europea conduce a la adopción en el m u n d o enlero de estructuras económicas y de instituciones originarias de esta región: publicidad de Volkswagen en Chengdu, provincia de Sichuan, China. ctiaries/Rapho Francia y el valle del Rin, por una parte, y la periferia colonial, por otra, c o m o la recién conquistada Livonia o los Estados Levantinos de los cruzados. Fenómenos culturales c o m o el estilo gótico o los cantares de gesta, cambios económicos c o m o la triple rotación de los cultivos, nuevas instituciones sociales c o m o el sistema feudal y revoluciones políticas c o m o la toma de poder por parte de los Estados, tendían a originarse en este centro y a difundirse desde él hasta la periferia. c o m o los valles del P o y del Rin, las tierras bajas inglesas o la Ile de France, separadas por vastas extensiones de montañas, bosques o mares. Desde el punto de vista etnográfico, Europa fue ocupada por pueblos que hablaban lenguas m u y distintas: eslavo y germano, finoúgrico y lenguas románicas, por no hablar del celta, el vasco, el báltico o a partir del año 711, el árabe. Históricamente, tal vez la división del Imperio R o m a n o en dos partes, con predominio La estructura medieval de Europa era m á s griego o latino, ya había indicado el camino. complicada que la de los imperios medievales La mezcla de elementos "bárbaros" y "civilic o m o China o el Califato. Y también era m á s zados" formó una sociedad caracterizada por compleja que los muchos reinos, por ejemplo, un alto grado de descentralización8. del subcontinente indio. En esta estructura se Así pues, la reconstitución del Imperio R o conjuntaban la unidad y la pluralidad. m a n o y el restablecimiento de su supremacía ¿Por qué la Europa medieval no se convir- fueron un arduo empeño, tanto en Oriente tió en un solo imperio? Pueden proponerse c o m o en Occidente. Los caudillos germánicos algunas razones. tenían que cruzar los Alpes para entrar en Geográficamente el continente europeo es contacto por lo menos con dos centros de m u y diferenciado. N o hay un centro definido asentamiento y tratar con los pueblos de Italia de la población, sino varias regiones fértiles que no hablaban la lengua germánica, y nunca 28 dispusieron de los medios suficientes para pagar sus ejércitos en Italia, teniendo que confiar en la lealtad y la fidelidad personal de sus soldados. El fracaso del Imperio en Europa Occidental estabilizó el modelo emergente de sociedad. U n a burocracia centralizada, c o m o la del Imperio Bizantino, habría tendido a concentrar los ingresos en un punto central, la capital. E n la nueva sociedad, que nosotros llamamos feudal, los ingresos se reunían en muchos puntos, con un criterio descentralizado. Los reyes y las iglesias, los duques y los barones, los habitantes de las ciudades y los aristócratas del campo, trataban todos ellos de obtener derechos de propiedad, limitados en su mayoría por la fidelidad al superior jerárquico, pero a veces también por derechos inherentes, los feuda et allodia. Ello dio lugar a una competición constante, para mejorar los derechos, asegurar la herencia, etc. C o n cierta justificación se ha comparado esta nueva clase de sociedad con un sistema de patronazgo, que se diferenciaba de los sistem a s de patronazgo de otras muchas sociedades9 por el hecho principal, pero decisivo, de que estaba legalizado. La píelas, que puede entenderse c o m o la obediencia leal a un patrono, era una virtud, no un vicio. Y las relaciones entre reyes y duques, duques y barones, barones y caballeros era de cara a cara, asimétricas, destinadas a durar mucho tiempo y organizar el intercambio de bienes tales c o m o la seguridad, el acceso al poder o la tierra. Este sistema de competencia organizada no se estableció solamente en la cúspide de la jerarquía, sino que descendió también hacia la base. Los ricos burgueses, los mercaderes y los artesanos pudieron aprovecharse del sistema y obtener derechos de sus señores y, a la larga, incluso la independencia política, c o m o Venecia con respecto al Emperador bizantino, o Colonia con respecto al Arzobispo. Y un número considerable de campesinos pudieron incluso aprovecharse de la competición para elegir un señor lejano, o negociar con él cuando tenían problemas. La descentralización de la recolección de ingresos permitió que algunos burgueses y campesinos se quedaran con un porcentaje considerable del producto de su trabajo; los impuestos y las rentas feudales se diferenciaban m u c h o entre sí, y en algunos casos eran ligeros. Esto alentó la producción y la inversión; por ejemplo, muchos pequeños Hans-Heinrich Nolle señores, monasterios o incluso campesinos adoptaron el sistema de la triple rotación de los cultivos e introdujeron el caballo en la agricultura, mientras que los barones construían molinos o destilerías10. El éxito de esta sociedad competitiva pero coherente dio lugar a la expansión externa -tala de bosques, asentamiento en zonas fronterizas- y a la intensificación de la producción. ¿Por qué pues las diferentes naciones mantuvieron un cierto grado de coherencia? ¿Por qué no se desarrollaron por separado? Las principales razones son de orden religioso y cultural. Para las tribus germánicas si bien reconstruir R o m a era imposible, tampoco la podían olvidar. La idea del Imperio R o m a no y la cultura latina nunca dejó de influir en la gente, se fue transmitiendo desde el renacimiento carolingio", y con frecuencia, cuando una clase dirigente de una determinada región o Estado había conseguido un cierto grado de bienestar y seguridad, se resucitaba el concepto ciceroniano de vivir con otio et dignitate (sin trabajar y con dignidad). La Iglesia R o m a na, que a diferencia del Islam por ejemplo poseía una burocracia jerárquica teológica, fue otro elemento de cohesión de las naciones. E n las universidades de todo el continente se utilizaba un solo idioma, el latín. Y por último, pero no en orden de importancia, las naciones disponían sólo de mercados pequeños, lo que estimulaba el comercio a gran distancia de artículos de lujo, importados en gran parte de Asia12. Otro factor mantuvo unidas a las naciones europeas: la expansión. La defensa contra las incursiones de los musulmanes, los vikingos o los húngaros en los siglos VIII, IX y X se consideró una tarea c o m ú n . Las cruzadas se organizaron desde un principio c o m o empresas comunes de la cristiandad occidental. Esto no impidió los enfrentamientos entre los participantes, pero la dirección c o m ú n de los ejércitos cruzados fue generalmente efectiva para evitar por lo menos los peores conflictos internos. Y los aliados enfrentados eran con frecuencia lo bastante racionales para dividirse de antemano los territorios que iban a conquistar, c o m o hicieron por ejemplo Castilla y Aragón con el Tratado de Tudilén en 1151 ' 3 . Cuando la resistencia musulmana se intensificó, la expansión prescindió de la justificación cristiana y encontró un nuevo aliado en la Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX 29 país de origen. E n las nuevas ciudades comerciantes de Riga, Kaffa o Galateh se trocaban artículos asiáticos de lujo o pieles rusas por plata alemana. D e este m o d o la expansión contribuyó a estabilizar este sistema complicado que se llam a b a cristiandad, y que hoy día suele denominarse feudalismo. E n la base de esta sociedad figuraban diversas instituciones comunales: Gemeine y Gemeinde en Alemania, Mir, Obs- algunos grupos étnicos paganos se cristiani- china en Rusia. Estas instituciones se incorpozaron e ingresaron en la comunidad en con- raron en su mayor parte a las estructuras feudiciones generalmente de igualdad: Hungría, dales en algún m o m e n t o , pero las principales Polonia, los Reinos Escandinavos y Lituâ- fuerzas del feudalismo propiamente dicho fueron los sistemas clientelares de las grandes nia; - otros grupos paganos o musulmanes fueron familias. C o m o ha observado Braudel, las faconquistados y se integraron en estados exis- milias del Norte del Mediterráneo gozaban de 15 tentes. Algunos fueron subyugados con m é - mayor continuidad que las del Sur . Pero todos terroristas parecidos al genocidio, también había elementos "revolucionarios": c o m o ocurrió en el caso de las tribus prusia- coniuraciones, los que se hacían iguales m e nas víctimas de la expansión germánica; diante juramento. Este concepto es de origen otros ingresaron en la sociedad conquistado- cristiano, y se aplicó políticamente, por ejemra en condiciones de igualdad relativa, c o m o plo, a la fundación de ciudades, en las que los los duques eslavos de Mecklenburgo. E n la burgueses gozaban de igualdad de derechos Península Ibérica, en un comienzo se toleró bajo juramento. Las entidades sociales de Eula población musulmana (y judía), pero des- ropa, creadas con arreglo a diferentes principués se expulsó. E n las riberas del M a r Bálti- pios de lealtad (o que combinaban varios princo, la población pagana de Livonia fue cris- cipios en una sola entidad) actuaban de consutianizada por la fuerza, pero se quedó en el no, o se enfrentaban entre sí. Y todas ellas país. En ambos casos la clase feudal exógena trataban de aprender de las demás y desarrose impuso sobre una población étnicamente llaron instituciones similares. La m á s impor16 distinta. La conquista, naturalmente, pudo tante fue probablemente la burocracia . ser también el destino de los pueblos cristiaAl igual que el Imperio, los reinos se veían nos de Occidente, c o m o experimentaron abocados con frecuencia a la desmembración tanto los anglosajones c o m o los irlandeses. por causa del conflicto de los intereses sectoriales. Pero también hubo entidades civilizaLa expansión no sólo abarcó lo que podría doras, c o m o la Iglesia primero y después los llamarse Europa en la Edad Media (entre Wil- tribunales. Estas tendencias civilizadoras, desno, Gibraltar e Islândia) sino que además agu- de luego a plazo m u y largo, cambiaron los dizó las diferencias externas. C o m o hemos di- m o d o s de vida. Y a comienzos de la era m o cho antes, la feracidad de los campos era m u y derna, se propagaron e incluso aplicaron (por distinta según las regiones; por ejemplo, la He las comunidades protestantes, dirigentes absode France pudo siempre alimentar m á s gente lutistas o el estado moderno) m o d o s de comque todo el Reino de Noruega. C o n la expan- portamiento que condujeron a la ética del trasión, a estas diferencias naturales vinieron a bajo del m u n d o de hoy. añadirse otras funcionales; en Livonia, AndaA finales de la Edad Media, la cristiandad lucía o el Imperio Latino de Constantinopla se sufrió una profunda crisis de producción de establecieron élites feudales procedentes de la resultas de las plagas, los cambios climáticos, baja Sajonia, Castilla o Francia que, c o m o es etc. Los elementos endógenos de esta crisis son natural, mantuvieron los lazos con sus países todavía objeto de debate. Pero también había de origen. En cuanto a las órdenes militares, razones exógenas, de las cuales la m á s imporéstas se organizaron de m o d o que reservaban tante podría m u y bien ser el hecho de que la las plazas a los hijos menores de la nobleza del expansión cristiana se vio frenada por la reaccristiandad oriental, o sea Rusia y sobre todo Bizâncio, donde la República de Venecia, el Conde Balduíno de Flandes y otros caballeros acordaron la partitio Romamae, el reparto del Imperio R o m a n o (Oriental) en 1204, antes de conquistar y saquear Constantinopla14. La expansión del sistema europeo (occidental) dio lugar a dos clases distintas de territorios: 30 ción islámica, primero en los estados levantinos de los cruzados y después, lo que es más importante, con el avance de los turcos. D e hecho, a la larga el Imperio O t o m a n o se benefició considerablemente de la destrucción de la Romanía Oriental en la cuarta cruzada, y no sólo conquistó Constantinopla en 1453 sino que su expansión llegó hasta las fronteras de Hungría ya en el siglo X I V . La sociedad otomana se organizó de un m o d o más centralizado que la cristiandad europea. A la nobleza se le encomendaban distritosfiscales,que debían devolverse al Sultán. C o m o es natural, la nobleza trató de estabilizar su influencia en esos distritos, e incluso quizás obtener derechos de propiedad defacto. Pero durante los siglos X I V y X V el Sultán retuvo gran parte de control, e incluso lo intesificó, ya que la casa del Sultán percibía tanto ingresos defincasy peajes que estaba en condiciones de mantener fuerzas considerables y sumamente modernas por sus propios m e dios17. Ello le permitió derrotar a los estados cristianos en los Balcanes, y en 1526 incluso en Hungría, de m o d o que en 1529 un ejército otomano llegaba por primera vez a las murallas de Viena. Aventureros y empresas comerciales En el siglo X V , mientras la expansión otomana ejercía presión sobre las fronteras orientales de Europa, los marinos portugueses empezaron a circundar Africa en el camino hacia la India, dejando a sus espaldas el m u n d o musulm á n , y en 1492 la pequeña flota de Colón zarpó hacia lo que después se llamaría América. Había empezado el segundo período de la expansión europea. Subsistieron algunas estructuras. Los reinos eran aún importantes y desempeñaba un papel considerable en la organización de la expansión, dividiendo el m u n d o que iba a conquistarse, c o m o en el Tratado de Tordesillas (1494), o concediendo virreinatos feudales, por ejemplo, los que se concedieron a C o lón. Pero los reinos se fueron convirtiendo cada vez m á s en Estados modernos, organizandoflotasnacionales como las de Enrique el Navegante o el Rey Enrique VIII y ejércitos modernos como los de Iván IV, cuyas tropas Hans-Heinrich Noite conquistaron el primer territorio musulmán que nunca antes había sido cristiano, Kazan. Las iglesias siguieron ejerciendo influencia gracias al envío de misioneros a América y Japón, a Kazan y Congo. Pero las órdenes militares perdieron importancia; por ejemplo, la Orden Teutónica fue secularizada en su base más grande, a orillas del Báltico. H u b o también otros cambios. Muchos caballeros que habían participado en el primer período de expansión se dedicaron a políticas aventureras y ascendieron en la escala social: por ejemplo, el Conde Balduíno de Flandes fue coronado Emperador. Pero ahora los que hacían historia eran los conquistadores, de origen casi desconocido: todavía hoy no conocem o s bien los orígenes familiares de Colón; Pizarro fue un hijo natural que no sabía leer ni escribir; Francis Drake era hijo de un campesino y Jermak -que derribó el señorío de Sibir— era un cosaco exiliado. Europa era aún una sociedad feudal, y después de la crisis del siglo XVII el feudalismo se sistematizó incluso y quedó profundamente enraizado en bastantes países de Europa. Sin embargo, la expansión ofreció oportunidades de movilidad social. Otro cambio decisivo fue la creciente importancia de las empresas comerciales para la expansión. Empresas de mercaderes y ciudades gobernadas por mercaderes c o m o las de la Liga Hanseática desempeñaron un importante papel en la expansión medieval, así c o m o el comercio español con América o el comercio ruso con Siberia. Estas agrupaciones de mercaderes, donde todos se conocían entre sí, no dejaron de ser importantes. Pero después aparecieron empresas anónimas, c o m o las C o m pañías de las Indias Orientales y Occidentales en los Países Bajos, cuyo elemento decisivo era el capital y no los mercaderes. E n el segundo período de la expansión europea, la importancia del capital fue en aumento. Braudel se propuso demostrar que en la mayoría de las sociedades europeas la economía de mercado y el capitalismo eran dos sectores distintos18, llamando capitalismo al m u n d o de los que compraban monopolios, etc. Las monarquías (o quienes ejerciesen el poder) se encargaban de asegurar los grandes beneficios y participaban de ellos. Pero en los Países Bajos - n o la primera pero sí la m á s importante excepción del comienzo de la era modernatanto en la economía de mercado c o m o en el Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX capitalismo monopolista aumentó el uso del dinero. La sociedad en general estaba aún dominada por las relaciones directas y muchos productos se intercambiaban c o m o "regalos"; sin embargo, en Amsterdam las relaciones m o deladas con arreglo a los principios universalistas adquirieron mayor relevancia. Siguiendo a Eisenstadt, en este contexto "universalista" significa que las normas se aplicaban a todos los elementos de la economía, en la medida en que lo permitiesen los recursos monetarios propios19. El mercado y el capitalismo no eran los únicos sectores de la sociedad en que los principios universalistas adquirieron importancia. Las iglesias habían seguido, c o m o es natural, trasmitiendo normas (a pesar de su feudalización) que en lo esencial consideraban a todos los hombres iguales. Las burocracias cada vez mayores - a pesar de su propia feudalizaciónempezaron a contar las personas individualmente, por ejemplo parafinesfiscales,y no c o m o hogares. Y muchas corporaciones - e n las ciudades o en las propiedades agrariasconsideraban a sus miembros iguales desde el punto de vista político y jurídico. Así pues, al comienzo de la era moderna encontramos en Europa una sociedad todavía estructurada fundamentalmente en torno a las grandes familias y sus sistemas de patronazgo, legalizados por leyes feudales. Pero ciertos segmentos de esta sociedad se estructuraban con arreglo a principios universalistas. Desde el punto de vista intelectual, esta heterogeneidad alimentó la lucha en pro de la sistematización, emprendida por los movimientos reformistas de la iglesia medieval. Durante todo este conflicto, muchos clientes trataron de encontrar un medio de obtener la libertad personal. Desde el punto de vista económico, esta heterogeneidad permitió al mercado y al capital a m pliar sus funciones, ya que para el contacto económico entre los territorios del Imperio Inca conquistado, la República Federal de Polonia, la corona de Castilla, la ciudad libre de Génova, o lo que pudo llamarse durante algunos decenios la ciudad autónoma de Amsterd a m y el Parlamento de Inglaterra (que recibía fondos de la Compañía de las Indias Orientales, por ejemplo) el dinero era indispensable. Las viejas desigualdades regionales en Europa, y entre Europa y otras sociedades, adquirieron un nuevo significado económico y so- 31 cial, al tiempo que se hacían más abstractas. Sin olvidar que esto es solamente un modelo para describir un fenómeno m u c h o m á s c o m plejo, podríamos dar la siguiente imagen de la situación: A . Los países centrales Entre los ríos Loira, Rin y Támesis, donde tiene su origen el feudalismo, la agricultura se desarrolló notablemente. La triple rotación de los cultivos se combinaba con bastante frecuencia con la horticultura. Los abonos orgánicos se obtenían de bueyes que eran conducidos a Colonia y Londres y se engordaban cerca de los mercadosfinales.Por último, en el siglo XVIII los nuevos inventos vinieron a complementar lo que se ha llamado la revolución agraria20. Florecieron las industrias textiles, con frecuencia fuera de las murallas. El comercio en dinero se hizo m á s importante21. Quienes vivían entre París, Londres y C o lonia tendían a ser personalmente libres y a constituir una fuerza laboral sumamente m ó vil. M a n o de obra barata acudía a Amsterdam, un tercio de cuya población, en el siglo XVII, era extranjera y la Hollandgängerei (emigración a Holanda) siguió siendo una fuente importante de ingresos para las regiones pobres de Alemania hasta el siglo X I X . Derechos importantes, c o m o el de salir de un país, o ciertas actitudes religiosas no conformistas, recibieron una sanción legal (por ejemplo en la paz de Westfalia, en 1648). Y los no conformistas se iban a otro sitio: los irlandeses católicos a los Países Bajos españoles, los protestantes franceses a las Siete Provincias o a Alemania, los holandeses menonitas a Polonia. M u c h o s de estos movimientos convergieron hacia el centro, donde los Países Bajos constituyeron la primera sociedad relativamente tolerante, que trató de evitar la guerra por considerarla demasiado costosa22. L o que es más importante, los países situados entre el Támesis y el Loira eran centros comerciales, donde las compañías internacionales tenían su sede. Los Países Bajos importaban artículos coloniales, especias y porcelanas de Asia, cereales y artículos navales en el "comercio materno" con el Báltico, plata de España (o, incluso ilegalmente, participaban en el comercio de esclavos de las colonias españolas), azúcar del Caribe, esclavos de Africa, y 32 vino de Portugal. La mayoría de las importaciones holandesas se exportaban también, y sólo una pequeña parte se fabricaba dentro de las Siete Provincias. Pero el comercio marítim o holandés fue el m á s importante del m u n do 23 , antes del inglés. B. Países semiperiféricos Muchos de los países europeos que quedaron a la zaga en el desarrollo del feudalismo se convirtieron en zonas semiperiféricas en los comienzos de la era moderna. Políticamente siguieron siendo independientes, mantuvieron sus propios gobiernos y participaron en la expansión. Pero socialmente los vínculos de dependencia aumentaron -en España, y también en Polonia y en Rusia- y en muchos de ellos la agricultura no mejoró. E n España, en casos extremos, suelos que durante la ocupación árabe habían producido dos cosechas quedaron en barbecho. Polonia sufrió también retrocesos en la productividad. El comercio exterior estaba con frecuencia en manos de extranjeros. E n España, por ejemplo, los extranjeros desplazaron a la mayor parte de los mercaderes medievales de Burgos y se hicieron con el control de las exportaciones de lana. E n el Báltico, la mayor parte del comercio estaba en poder de los holandeses, y a veces las viejas ciudades hanseáticas hacían de intermediarias. Las exportaciones de los países semiperiféricos solían consistir en mercancías de gran volumen: lana y vino de la Península Ibérica, cereales, lino y cáñamo de los países del Báltico, bueyes de Dinamarca, Polonia, Ucrania y Hungría. Se exportaban artículos que exigían una numerosa m a n o de obra y cuyo transporte era costoso. Las importaciones consistían en su mayor parte en artículos coloniales, vino, oro, textiles, armas y "Nürnberger T a d " ("bagatelas de Nuremberg") 2 4 . Marian Malowist ha descrito la interrelación entre las exportaciones y las importaciones c o m o una situación de dependencia: la clase feudal, actuando c o m o una especie de burguesía compradora, expulsaba a los campesinos del mercado para ampliar su propia participación en las exportaciones25. Cuando la clase feudal empezó a comprar artículos extranjeros de lujo, las ciudades productoras de Polonia perdieron sus clientes y su importancia disminuyó (con excepción de los puertos). Hans-Heinrich Noite La feudalización resultante de Polonia impuso de nuevo una situación de dependencia. W i told Kula ha demostrado que la porción de la economía polaca conectada con el comercio exterior era relativamente pequeña 26 . Incluso suponiendo que fuera una porción decisiva, ya que se le podía dar salida libremente, parece lógico pensar que el comercio exterior no explica toda la historia de Polonia. Existían otros vínculos entre la semiperiferia y el centro. U n o de ellos era el militar: para mantener la independencia política, todos los países europeos tenían que organizar y pagar ejércitos que pudieran defenderlos contra otras potencias. U n número considerable de países europeos fueron anexionados por otros m á s grandes -Irlanda por Inglaterra, Bohemia por los Habsburgos- o dividido, c o m o Navarra, entre Francia y España, o c o m o Livonia, entre Polonia y Suécia. Incluso la pequeña Confederación Helvética tenía sus territorios dependientes (Untertanenlände), c o m o por ejemplo, parte del Ducado de Milán, y las Siete Provincias tenían sus Generaliteitsladen. Organizar un ejército de un m i s m o nivel tecnológico en el centro era m u y costoso para un estado de la semiperiferia. E n el siglo XVII, empezando en los Países Bajos, los tercios españoles fueron sustituidos por los "militaires". Si bien los tercios decidían aún las batallas con sus largas lanzas y su combate cuerpo a cuerpo (necesitaban algún tiempo para recargar los arcabuces), los nuevos "militaires" disparaban los mosquetes a intervalos tan cortos que les era posible ganar las batallas sin entrar en contacto directo. Las balas de mosquete y de cañón no podían utilizarse una segunda vez, por lo que fue necesario fabricarlas27. Los Estados de la semiperiferia, c o m o Prusia o Rusia, que trataron de mantenerse a la altura del centro en tecnología militar, no podían limitarse a comprar sus armamentos, sino que tuvieron que crear industrias para asegurarse un suministro constante. Esto significa que los ejércitos se convirtieron en agentes de modernización28, pero también que en los países semiperiféricos los militares adquirieron m á s importancia que en el centro29. Este argumento, que contribuye a explicar la militarización de la semiperiferia y el éxito del absolutismo en esta parte de Europa, puede aplicarse en sentido contrario a Polonia, dividida entre sus vecinos pero que a finales Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX w 33 £,f*¿0- } : i:; í* L ti?. i \ \ Mercaderes portugueses, acompañados de padres jesuítas, desembarcan en Japón, en el siglo X V I . Dagii/om. 34 Hans-Heinrich Noite esclavos africanos y no se ofrecían a los traficantes europeos con tanta frecuencia c o m o los hombres. El bajo porcentaje de mujeres, que habían vivido parte de su vida fértil en Africa, es uno de los motivos por los que las poblaciones de esclavos en América no pudieron reproducirse. Los beneficios del comercio de esclavos se han calculado en un 10 % aproximadamente, lo cual es un porcentaje alto pero no demasiado. Los efectos de la esclavitud en el funcionamiento del sistema se dejaron sentir en diversos puntos. Africa era un mercado para las industrias europeas, la gente se ganaba la vida en los astilleros de construcción naval o en el transporte marítimo, y los propietarios de las plantaciones compraban artículos europeos de lujo. Los beneficios del comercio de esclavos, C . La periferia o la esclavitud por sí sola, nunca habrían basPolíticamente, los países que no estaban en tado para poner en marcha la revolución incondiciones de gobernarse a sí mismos podían dustrial, pero desde luego contribuyeron a considerarse periféricos: América, los enclaves ello. europeos en Africa y Asia o Siberia. SocialHabía otros sistemas de trabajo obligatorio mente, estas regiones se caracterizaban por en la periferia, c o m o la mita, el repartimiento formas extremas de trabajo no libre, o sea la y la encomienda en América Latina, que seresclavitud. E n el contexto del sistema m u n - vía para sustentar a la nueva clase colonial y dial, la esclavitud significaba principalmente aprovisionar de m a n o de obra las minas de que personas en sus mejores años productivos plata33. E n los Urales, los nativos trabajaban se compraban en África -con mucha frecuen- transportando el hierro a la costa34. En Siberia, cia a traficantes externos- y se vendían en los nativos tenían que suministrar pieles para América, donde trabajaban hasta la muerte. pagar los impuestos35. U n elemento c o m ú n de E n los últimos 25 años la historia de la todos estos sistemas era la m a n o de obra obliesclavitud moderna se ha convertido en uno gatoria o de bajo costo, con frecuencia en relade los campos más productivos de la historio- ción directa con los artículos producidos para grafía. Según Herbert S. Klein, de 8 a 11 millo- los países centrales, c o m o pieles o plata. Las nes de esclavos se enviaron de Africa a Améri- exportaciones periféricas consistían en su m a ca32. Para comprar esclavos en los mercados yor parte en artículos de alto valor por el peso: africanos, los europeos solían vender produc- plata y oro, azúcar y especias, pieles y marfil. tos manufacturados o reexportaciones del co- Las importaciones consistían en artículos de mercio indio, especialmente productos textiles consumo al estilo europeo. refinados. Las empresas europeas pocas veces podían monopolizar los mercados u obtener su "mercancía" a bajo costo. E n 1700, el índi- D. El m u n d o exterior ce de mortalidad de los esclavos durante el En los siglos X V I y XVII la mayor parte de la viaje se calculaban en un 20 %, cifra que en población mundial estaba sometida aún a la 1800 había disminuido hasta un 5 % aproxi- influencia de las naciones europeas, o si lo madamente. Es éste un índice sumamente estaba, era de m o d o marginal. China y Japón alto, ya que los esclavos se encontraban habi- pudieron limitar la presencia de los extranjetualmente en sus mejores años; sólo el 1 0 % ros a unos pocos puertos. E n India y Africa, eran niños y no había ancianos. Alrededor de los europeos tenían una serie de factorías a lo una cuarta parte de los esclavos eran de sexo largo de la costa, pero por lo general no pudiefemenino, probablemente porque las mujeres ron introducirse por fuerza en el interior. E n se vendían a buen precio en los mercados de Europa misma, el Imperio O t o m a n o se expan- del siglo XVIII no dedicaba fondos suficientes a la constitución de un ejército moderno. Pero no explica por qué a comienzos del siglo X V I Polonia se convirtió en un Estado semiperiférico, cuando podía considerarse la principal potencia de Europa Oriental. El hecho de que algunas partes de Europa se vieran empujadas a la semiperiferia sólo puede explicarse con argumentaciones m u y complicadas30, pero dos elementos parecen claros: en primer lugar, no sólo Polonia quedó a la zaga, sino que los demás avanzaron m á s deprisa. A d e m á s , incluso cuando se veía claramente el retraso del país, mecanismos tales c o m o los que ha descrito Malowist mantuvieron la situación de atraso, creando sus propias tradiciones31. Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX 35 Jawaharlal Nehru expresó esta segunda tesis de m o d o conciso: el botín de Bengala contribuyó decisivamente a la revolución industrial en Inglaterra37. Sin embargo, François Crouzet ha alegado de m o d o convincente que las empresas típicas de la revolución industrial eran pequeñas, no necesitaban m u c h o capital y, por regla general, no utilizaban capital procedente de la India38. D e hecho, los oficiales ingleses que se enriquecieron con el botín de Bengala, los "nabab", no invirtieron su dinero en empresas arriesgadas, c o m o Boulton y Watt, cuando regresaron a la metrópoli, sino que se dedicaron a comprar tierras y bonos del Estado. Pero, ¿responde ésto a la pregunta? ¿No contribuyó por lo menos a ello el hecho de que Inglaterra tuviera uno de los tipos de interés m á s bajo de todos los tiempos39, por la abundancia de liquidez en el mercado? Y además, India no fue la única fuente. Para empezar, estaba el oro de América, extraído de Potosí y México por m a n o de obra india. Estaban los beneficios de la esclavitud y los del comercio de pieles de Siberia al Canadá. La contribución total de la periferia es impresionante. Pero, naturalmente, la versión que atribuye importancia a los factores internos también es impresionante: innovaciones tecnológicas, libertad política, movilidad social, altos niveles de educación, etc. Este era el punto al que había llegado el debate, cuando los teóricos del sistema m u n dial, com Immanuel Wallerstein, André G u n der Frank, Samir A m i n y otros, intervinieron en él40. Su argumento básico era que el ascenso del Occidente sólo podía explicarse c o m o parte del desarrollo de una economía mundial La contribución d e la periferia a la llamada "capitalismo": "si la economía m u n dial es la entidad económica básica que c o m revolución industrial del centro prende una única división del trabajo, es natuEl siglo XVIII señala el final del segundo pe- ral que diferentes sectores lleven a cabo distinríodo de la expansión europea, y el comienzo tas tareas económicas... C o n el tiempo, algudel tercero. Asimismo es el punto de partida nas de estas diferencias podrían acentuarse 41 del profundo cambio de la sociedad europea, más que reducirse..." . En este contexto, W a que hemos dado en llamar la primera revolu- llerstein explicó la persistencia de los nacionación industrial. E n este punto, pues, tenemos lismos y la poca importancia relativa de la que volver al debate entre los "pequeños ingle- llamada guerra internacional de clases: " D e n ses" y los partidarios de " u n solo m u n d o " . tro de una economía mundial, las estructuras ¿Fueron las condiciones previas de la primera del Estado funcionan c o m o medios para que revolución industrial endógenas o exógenas? grupos particulares influyan en el funciona¿Fue el contexto de un solo m u n d o creado por miento del mercado y lo distorsionen. Cuanto la expansión europea indispensable o inci- m á s fuerte sea el mecanismo estatal, mayor será su capacidad de distorsionar el mercado dental? dio hasta 1683 (por ejemplo en Ucrania), mientras que fracasaron los intentos españoles de conquistar la costa del Maghreb. Los europeos eran superiores en alta mar 3 6 . Las carabelas portuguesas derrotaron las flotas árabes (a pesar de que éstas contaban con el apoyo tecnológico de los venecianos), y la invención de buques de borda alta aumentó la ventaja europea. Las batallas marítimas se ganaban a distancia gracias a la artillería: los que podían montar más cañones en los buques tenían buenas posibilidades de vencer. Pero hasta el siglo XVIII los soldados europeos no fueron capaces de derrotar a los ejércitos de las potencias musulmanas, c o m o el Imperio Mongol o la Sublime Puerta, ni de penetrar profundamente en los desiertos, estepas o bosques tropicales. La influencia de Europa en el m u n d o ajeno a su propio sistema se ejerció a través del comercio: las empresas europeas compraban artículos de alta calidad, c o m o porcelana, m u selina, laca y especias. C o m o había pocos productos europeos que pudieran venderse en el mercado asiático, las empresas tenían que pagar sus importaciones en efectivo. La plata americana llegó hasta la corte manchu y vino a engrosar las arcas del Imperio Mongol; sin ella el comercio asiático, a pesar de su alta rentabilidad, no podría haber alcanzado las proporciones que adquirió. Sin embargo, desde mediados del siglo XVIII la superioridad europea fue en a u m e n to. La conquista de Bengala puede considerarse el primer resultado importante. 36 mundial en favor de los intereses que represente. Los Estados centrales tienen mecanism o s estatales más fuertes que los Estados periféricos"42. Pero incluso en los períodos de depresión económica, las periferias " n o desaparecen por entero de la economía mundial", por tres razones por lo menos: los cuadros de la periferia quieren perdurar, los cuadros del centro se preocupan de las necesidades de la próxima inversión de tendencia y hay algunos productos que el centro, incluso ahora, quiere comprar a la periferia43. La contribución de la periferia es necesaria no sólo para comenzar, sino para mantener en marcha el proceso. E n 1982, Patrick O'Brien criticó esta opinión holística en los siguientes términos: los europeos impusieron a territorios de Asia, Africa y América modelos de comercio "en los cuales las riquezas minerales y los productos primarios de la periferia se intercambiaban por artículos manufacturados y productos agrícolas de alta calidad del centro, en condiciones m u y desiguales. C o n el tiempo, estas pautas de especialización impulsaron las economías de Europa Occidental hacia la industrialización y niveles más elevados de vida, y las economías de la periferia hacia la producción primaria, el monocultivo, y niveles m u c h o m á s bajos de ingresos por persona". O'Brien se oponía a la idea de que "el comercio entre Europa Occidental y las regiones periféricas de la economía internacional constituyera una parte insignificante de la explicación del crecimiento económico acelerado del centro después de 1750". Según sus cálculos, a finales del siglo XVIII el 20 % de las exportaciones europeas y el 25 % de las importaciones se intercambiaban con la periferia, y sólo alrededor del 4 % del P N B europeo era objeto de tráfico transfronterizo, lo que dejaría alrededor del 1 % del P N B solamente para el comercio europeo con la periferia. Incluso en el m e jor de los casos, los beneficios de este 1 % "probablemente financiaron menos del 15 % de las inversiones brutas entre 1750 y 1850" 44 . Hans-Heinrich Noite Socialmente, la estructura de la primera Europa moderna estaba determinada en grado considerable por la emigración: el segundo hijo de un agricultor emigraba a México o Nueva Inglaterra, en vez de quedarse en el hogar y ayudar a su padre en el campo. Los países del centro registraron una explosión demográfica, y una cohorte considerable se fue a la periferia. Esta expansión de los asentamientos europeos mantuvo las jerarquías internas. Los campesinos rusos, tratando de eludir su dependencia con respecto a los señores, huían a las zonas extremas del país. Así pues, el centro ruso quedó liberado de elementos rebeldes, que provocaron levantamientos en la periferia bajo Razin o Pugachev, pero que no fueron capaces de poner en peligro la zona de Moscovia propiamente dicha. E n este m i s m o período, mercaderes holandeses y alemanes, oficiales y artesanos fueron invitados a instalarse en este m i s m o centro. N o sólo encontraron en Rusia los medios de subsistencia, sino que con frecuencia se enriquecieron. Y en el siglo XVIII, incluso los campesinos alemanes fueron invitados a instalarse en las zonas fronterizas en auge, abandonadas por la población musulmana o budista cuando aumentó el p o der ruso. La historia religiosa de Europa apenas es imaginable sin este ir y venir del centro a la semiperiferia y la periferia. Es evidente que la historia del puritanismo no habría sido la mism a sin la posibilidad que tuvieron los padres peregrinos de fugarse. Y no se trata solamente de una relación direta centro-periferia: la reforma sólo podía iniciarse en un país semiperiférico (alguien que viviese en R o m a no habría oído siquiera hablar de Wittenberg antes de Lutero). En Rusia, los viejos creyentes, un grupo cismático ortodoxo del siglo XVII, emigraron del centro a la periferia, mientras que el Gobierno invitaba a los hugonotes a "sustituirles". Estas posibilidades de huida no son importantes solamente desde el punto de vista de la historia religiosa, sino que además conY o entiendo que el comercio con la perife- tribuyeron a poner fin a situaciones de guerra ria era sólo uno de los vínculos dentro del civil y religiosa, favoreciendo así la seguridad sistema y que los beneficios para el centro se pública, una de las condiciones previas m á s acumularon en muchos sectores, c o m o el so- importantes del desarrollo, c o m o puede verse cial, el religioso, el ideológico, el político y el hoy en Irlanda del Norte o el Líbano. económico. Examinemos estos sectores, antes En la historia de las ideas, el sentimiento de volver a considerar la contribución del co- de superioridad europea fue esencial. T o m e mercio. m o s el caso de Rusia: hoy día aún nos pode- 37 Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX m o s dar cuenta de la importancia intelectual del triunfo de Ivan IV en Kazan, si nos param o s en medio de la Plaza Roja de Moscú y contemplamos la catedral de San Basilio. Y , ¿qué significó para los occidentales que un Zar posterior de aquel extraño y poderoso país, Moscovia, viajara a Occidente para aprender de artesanos holandeses y escuchar a Leibniz, que le hizo propuestas para la mejora de un país donde no había estado nunca? El m u n d o exterior y la periferia fueron también referencias para la autocrítica en la tradición intelectual occidental: recordemos las Cartas persas de Montesquieu, o la idea del "noble salvaje". Pero volvamos a la economía: O'Brien ha demostrado que no sólo el comercio europeo con Asia, sino también el comercio m á s importante del centro desde el punto de vista cuantitativo, el comercio báltico, no podrían haber alcanzado estas proporciones sin la m o neda acuñada, porque eran deficitarios. Hasta mediados del siglo X V I , las monedas se acuñaban en Alemania y Eslováquia, pero durante los siglos XVII y XVIII m á s del 80 % de la plata y el oro utilizados para acuñar monedas venía de América (en el siglo XVIII se utilizaron también cantidades relativamente pequeñas procedentes de Siberia). Es cierto que en el centro el papel m o n e d a fue ganando importancia, pero ni en la semiperiferia ni en el m u n d o exterior era aceptado. En Suécia y Rusia, fracasaron los intentos del Gobierno de abandonar la plata y volver al cobre para la acuñación de monedas (no todavía al papel), porque la gente no lo aceptaba. Esto corrobora el punto fundamental de que la transición, o más bien las transiciones, de las sociedades de relación directa a las organizadas con arreglo a criterios m á s universalistas, no podría haberse producido sin la plata y el oro que, para la nueva mentalidad, combinaba el significado abstracto del dinero (argent) y la esencia concreta del metal. Estas transiciones se produjeron no sólo en los puntos de intercambio con la semiperiferia c o m o Riga. Muchas de las transacciones se efectuaron dentro de los propios países centrales, por ejemplo en aquellas regiones donde la economía campesina seguía siendo importante45. T a m p o c o hay que olvidar el elevado número de periferias internas, c o m o la franja céltica de Inglaterra, el Sur de Francia y la franja eslava de Alemania 46 . Desde antes de la revolución industrial, Europa no podía producir suficientes artículos para la venta en los mercados de Rusia, India o el Japón, que le permitiesen pagar las importaciones de estas procedencias; sin la acuñación de moneda, este comercio se habría reducido en una cuarta parte con Rusia, y en tres cuartas partes con la India. ¿ C ó m o afectó el aumento del comercio al desarrollo de la producción europea? Dejando aparte el debate sobre la inflación, el resultado m á s simple fue que los mercaderes del centro que regulaban el comercio trataron de vender el mayor número posible de productos industriales europeos, porque ellos también querían guardarse el oro, y porque el transporte se pagaba de la periferia al centro, y no viceversa. El comercio central sólo puede extenderse c o m o un sistema en sí mismo, constituido en gran parte por reexportaciones47, que aumentaron aún m á s los beneficios del centro. Sin el metal americano, los mercaderes holandeses no habrían podido comprar tanto maíz a Polonia, ni habrían tratado de vender textiles de Leyden y vino portugués a los nobles polacos, ni porcelana china. La complejidad del comercio lo hizo prosperar, lo que pone de relieve que los países centrales se encontraban situados realmente en el centro del comercio, y en condiciones de acumular el mayor número de conocimientos, tecnología, capacidad militar a costo m á s bajo, influencia y control, y también capitales. Nuestra tesis, en breve, es que las ventajas derivadas del control de la periferia fueron tan numerosas para los países centrales europeos, en la transición de una forma específicamente europea de sociedad de relación directa (llam a d a feudalismo) a una sociedad modelada con arreglo a principios universalistas (llamada capitalismo), que han de considerarse esenciales. Industriales y generales Lo principal que debe tenerse en cuenta en relación con la historia de Europa y la sociedad mundial, es que este continente acumuló competencias de manera cada vez m á s rápida y segura en las ciencias, la tecnología militar, el comercio, etc. Los musulmanes recogieron la obra de Aristóteles; los cristianos la introdu- 38 jeron en sus planes de estudio. Los chinos inventaron la porcelana; los europeos la pudieron comprar con oro americano, crearon un mercado para ella y finalmente la reinventaram Los indios fabricaban los textiles de m a yor calidad; los europeos los importaron y los copiaron, y alfinallos fabricaron a precio m á s bajo que los propios indios. La primera revolución industrial no es m á s que un período de aceleración en un largo proceso de acumulación de competencias, inventos y cambios de la producción. Podríamos llamarla en realidad una revolución, si por ello entendemos un cambio importante en un breve espacio de tiempo; la principal novedad consistió en el uso de la energía mecánica para la producción, el transporte, etc. Esto cambió la relación entre Europa y el resto del m u n d o , intensificando la superioridad europea. Desde el punto de vista militar, ahora era posible conquistar el interior del continente a un costo relativamente bajo; los buques de vapor, el telégrafo y los ferrocarriles permitían el transporte a través de desiertos y junglas, el rifle proporcionaba a un hombre solo la potencia de fuego de doce mosquetes y la ametralladora acabó resolviendo todos los problemas militares pendientes. Europa promovió la producción de artículos industriales a m á s bajo costo que los países no industrializados. El centro industrializado obligó a las periferias y a las semiperiferias a reducir, o incluso a cancelar, la producción. Los textiles indios son un famoso ejemplo de esta desindustrialización48. Las exportaciones de hierro ruso al mercado inglés cesaron porque la tecnología carbonífera rusa no era capaz de competir con la nueva industria siderúrgica inglesa basada en el carbón mineral49; este es un ejemplo menos conocido, pero igualmente significativo. India y Rusia se dedicaron a la exportación de materias primas. El hecho de que la producción adquiriera m á s importancia que el comercio significó que los industriales europeos tuvieron que buscar puntos de venta en el exterior. La moneda metálica acumulada en las viejas sociedades asiáticas fue atraída ahora hacia Europa. A las sociedades africanas o a otras sociedades que no tenían mucha riqueza acumulada, se les indujo y en algunos casos se les obligó, a producir materias primas para las industrias europeas50. Pero la expansión fue también rentable Hans-Heinrich Noite para los industriales cuando no era posible obtener a cambio viejas riquezas acumuladas ni materias primas, en la medida en que los medios de comunicación y de gobierno, los ejércitos coloniales y las armadas fueron pagadas por los contribuyentes del país de origen. Esta era la situación, por lo menos, de las colonias alemanas, que nunca enjugaron su déficit51. E n términos ideológicos, el método puede considerarse una de las características centrales del pensamiento europeo en el siglo X I X . En relación con la sociedad mundial, esto significó una extraordinaria proliferación de exploraciones científicas, de misiones cristianas sistemáticamente dispersas, de ideas imperiales, c o m o "de El Cabo a El Cairo" o "de Dakar a Jibuti". Llevar la antorcha de la cultura a cada rincón del m u n d o se consideró la "responsabilidad civilizadora de los blancos" y las naciones que desconocían la historiografía de tipo occidental se convirtieron en "pueblos sin historia"52. La autoimagen europea de superioridad entró en conflicto con la idea de la Ilustración, de que todos los hombres fueron creados iguales. Para resolver este conflicto se fomentó el racismo, la idea de que sólo los hombres blancos eran iguales. E n la India, se desalentó los matrimonios interraciales de ingleses e indios; en los Estados Unidos el racism o justificó la política practicada con los indios, que en algunos casos se aproximó al genocidio53; y, naturalmente, este principio se aplicó también a las nuevas colonizaciones, c o m o Rhodesia o el Africa Sudoccidental. El método caracterizó también la creciente burocratización de la sociedad europea. E n la historia de la expansión, esto significa que los generales dirigieron, m á s que nunca, las operaciones: Kaufmann en el Turkestan, Custer en Dakota, Kitchener en el Sudán. C o n bastante frecuencia conquistaban territorios que las compañías de otros tiempos habían dejado de lado deliberadamente, ya que de ellos no podían esperarse beneficios. E n el Africa sudoccidental alemana (Namibia), por ejemplo, un ejército comandado por el Teniente General von Trotha masacró la población Herero para dejar sitio a unos pocos miles de colonos alemanes, objetivo éste de ideología política, sin relevancia social o económica. Socialmente los europeos organizaron la emigración a ciertas periferias, que a continua- 39 Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX El esclavismo europeo: fotografía de un mercado de esclavos en Martinica, en 1837. s>gma ción se convirtieron rápidamente en países semiperiféricos o incluso centrales. Esta emigración estabilizó las viejas estructuras "exportando" grupos problemáticos; a mediados del siglo X I X , los demócratas escaparon de la opresión política del viejo continente, dirigiéndose principalmente a los Estados Unidos, y empezaron allí nuevas carreras como agricultores. Afinalesde siglo, poblaciones que ya no hacían falta en Europa, c o m o por ejemplo las de periferias internas c o m o Irlanda o las regiones prusianas de Polonia, emigraron a los Estados Unidos para empezar allí una nueva vida. A d e m á s , los que temían la pérdida de su condición social anterior, emigraron à Rhodesia o Argelia para instalar allí una nueva clase superior. A finales del siglo X I X , el m u n d o se dividía entre las potencias europeas y algunas potencias asiáticas que fueron capaces de conservar la soberanía. La división de Africa decidida en Berlín en 1878 es el hito que señala este m o m e n t o histórico, y nos recuerda el Tratado de Tudilén en 1151 y la vieja tradición de las potencias europeas dividiéndose el m u n d o exterior sin pedir, desde luego, permiso. Pero ahora la expansión, en el sentido directo y político de la palabra, había acabado; nada quedaba por dividir, por lo menos después de que China e Irán estuvieran también a punto de dividirse, en 1898 y 1907 respectivamente. Al entrar en el siglo X X podemos hablar definitivamente de una "sociedad mundial", una sociedad europea que abarca todo el planeta. Esta sociedad no era monolítica; sus norm a s eran la competencia, la jerarquía y la expansión. Esto permitía a los recién llegados c o m o Japón o Turquía ingresar en el sistema y encontrar aliados dentro de él. A pesar de la solidaridad europea, la norma decisiva final fue la competición entre las naciones europeas. Cuando la expansión al m u n d o exterior alcanzó su fin natural, el proceso podía m u y bien volverse hacia el interior de nuevo, c o m o 40 ocurrió con el intento hegemónico francés bajo Napoleón, y en el siglo X X con el intento de Alemania de conseguir el Weltmacht (poderío mundial). Así pues, en dos guerras mundiales las potencias europeas destruyeron ellas mismas su dominio sobre el resto del m u n d o . Esto posibilitó la creación de movimientos de emancipación en la sociedad mundial, que podían legítimamente oponerse a sus dominadores coloniales alegando principios europeos tales como "todos los hombres fueron creados iguales". La autodestrucción europea facilitó también la aparición de la nueva potencia dominante del siglo X X , los Estados Unidos. Pero elfinalde la hegemonía europea en dos guerras mundiales no aniquiló la estructura de un sistema, con el cual todos tenían que correr para permanecer en el mismo sitio. Las naciones recién emancipadas comprendieron m u y pronto que la disociación o desvinculación del mercado mundial no daba buenos resultados y la mayoría de ellos tuvieron simplemente que ponerse en la cola. En resumen: la mundialización del sistema europeo a partir del siglo XI condujo, en el siglo X X , a las condiciones previas para el proceso de emancipación del predominio Hans-Heinrich Noite europeo en la sociedad mundial, pero todavía no a un cambio fundamental en las normas. E n los años 70, es posible que los teorizadores del sistema mundial hayan subestimado las posibilidades endógenas de la política democrática y la reforma social en determinados países. Y sin embargo, el argumento histórico que aquí defendemos indica que ningún país puede alcanzar por su propia cuenta el nivel de los países centrales, ya que ellos mismos no alcanzaron este nivel c o m o "pequeñas Inglaterras" que siguieron a la primera, sino c o m o partes de "un solo m u n d o " en el que pudieron ocupar la posición m á s beneficiosa del centro. Incluso si estos beneficios no han sido tan abundantes c o m o se pensaba en los años 70, sí fueron decisivos desde el punto de vista cualitativo para el cambio estructural de la sociedad. Traducido del inglés *Estoy m u y agradecido a Christiane Noite por la lectura crítica del texto y las notas sobre el caso español, a Bernd H a m m por una importante sugerencia y a Carl-Hans Hauptmeyer y Claus F. Stolberg por su lectura de todo el texto y la corrección de errores. 41 Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX Notas 1. Los atenienteses masacraron a los habitantes de Melos en el año 416 a.c. porque sospechaban que eran partidarios de Esparta. 2. Véase Jaume Vicens Vives: Manual de historia económica de España, Barcelona, 1975, págs. 290-292. Wolfgang Reinhard: Geschichte der europäischen Expansion, vol. 2, Stugart, Kohlhammer. 1985. págs. 58-68. 3. Eric Jones: The European Miracle, Cambridge. 1987. 4. Véase Walt Whitman Rostow: The Stages of Economic Growth, 1960. El argumento endógeno es la base de la argumentación de Karl Marx; las páginas de El Capital sobre la explotación de los países no europeos no dejan duda alguna a este respecto. 5. Immaneal Wallerstein: The Modern World System, vol. 1-3. Nueva York, Academic Press. 1974-1989; Klaus Jürgen Gantzel, ed.: Herrschaft und Befreiung in der Weltgesellschaft, Frankfurt, Campus, 1975; Ekkehart Krippendorff: Internationales System als Geschichte, Frankfurt, Campus, 1975. 55/5(1980), págs. 1061-1094; Stein Rokkan, Derek W . Urwin: Economy, Territory. Identity, Beverly Hills, Sage, 1983, esp. págs. 19-65. 9. Hans-Heinrich Nolte, ed.: Patronage und Klientel, Ergebnisse einer poln isch-deutschen Konferenz, Köln. Böhlau, 1989. 10. Rodney Hilton: Bond Men Made Free, Londres. 1973, págs. 25-63. La dinámica de la sociedad feudal fue uno de los puntos principales defendidos por Hilton y D o b b en el debate Dobb-Sweezy; véase Rodney Hilton, ed.: The Transition from Feudalism to Capitalism, Londres, N e w Left Books, 1976. 11. Willi Erzgräber, ed.: Kontinuität und Transformation der Antike im Mittelalter, Sigmaringen, Thorbecke. 1989. 12. Véase Artur Attman: The Bullion Flow between Europe and the East, Göteborg, Kungl. Vetenskaps- och Vitterhets-Samhället, 1981, págs. 7-18. 17. Jozef Matuz, Das Osmanische Reich, Darmstadt, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1985, esp. págs. 98-114; Stanford Shaw: History of the Ottoman Empire and Modern Turkey, vol. 1, Cambridge, Cambridge University Press, 1976, págs. 22-28. 18. Braudel, op. cit. pp. 49-59. 19. S . N . Eisenstadt: " S o m e Analytical Approaches to the Study of Patronage", Prefacio a V . Burtolke: The Patronage System, Basilea, 1976, p. X I . 20. Eric Kerridge: The Agricultural Revolution, Londres, Unwin, 1967; B . A . Holderness: Pre-Industrial England, Londres, Dent, 1976, págs. 45-82; Herman van der W e e , Eddy van Couwenberghe, eds: Productivity of Land and Agricultural Innovation in the Low Countries, Leuven, 1978. 21. Artur Attman: op. cit. 22. Véase John Mueller: Retreat from Doomsday, Nueva York, Basic Books, 1989, pp. 11-21. 13. José Angel Garcia de Cortázar: La época medieval, Madrid, Alfaguara, 1983, pág. 169 23. C R . Boxer: The Dutch Seaborne Empire 1600-1800, 6. Hans-Heinrich Nolte: Die eine ff; Odilo Engels: Studien zur Leiden. 1965; From Dunkirk to Welt, Abnss der Geschichte des Rechts- und Verfassungsgeschichte Danzig, Shipping and Trade in the Internationalen Systems, Spaniens im Mittelalter, North Sea and the Baltic. Essays Hannover, Fackelträger, 1982. Paderborn Schöningh, 1989, esp. in honour of J.A. Faber, págs. 279-300. Hilversum, Verloren, 1988; J. P H . 7. Véase Paul Egon Hübinger, L e m m i n k . J . S . A . M . van ed.: Zur Trage der Periodengrenze 14. Michael Angold: The Koningsbrugge, eds.: Baltic zwischen Altertum und Mittelalter, Byzantine Empire 1025-1204, Affairs. Nijmegen, Instituut voor Darnstadt, \\ 'issenschaftliche Londres. Longman, 1984, págs. Noord- en Osteuropese Studies. Buchgesellschaft, 1969. 284-296. 1990. 8. En relación con este argumento, véase también Stein Rokkan: Territories, Centres and Peripherics, in Jan Goltman, ed.: Centre and Periphery, Beverly Hills. Sage, 1983. págs. 163-204; Michael Hechter, William Brustein: Regional Modes of Production and Patterns of State Formation in Western Europe, en American Journal of Sociology 15. Fernand Braudel: La dynamique du capitalisme, París, Arthaud, 1985. 16. Este, c o m o es sabido, es uno de los temas clásicos de M a x Weber. U n a introducción al tema se encuentra en el trabajo de Henry Jacobi: Die Bürokratisierung der Welt, Neuwied, Luchterhand, 1969. 24. En el Oruzheynaya Palata de Moscú se exponen objetos de plata de Augsburgo y juguetes de Nuremberg, del comienzo de la era moderna. 25. Marian Mazowist: "The Economic and Social Development of the Baltic Countries from the 1 5th to the 42 Hans-Heinrich Noite Privileg der Rückstädnigkeit", History, Vol. V , Cambridge, Historische Zeitschrift 244 (1987), Cambridge University Press, 1977, pp. 290-393. El interés de págs. 557-603; Hans-Heinrich los créditos estatales se redujo al Nolte: Tradition des Rückstands. 3,5 %. 26. Witold Kula: An Economic 32. Herbert S. Klein: "Neuere Theory of the Feudal System, Interpretationen des atlantischen 40. Para Wallerstein, véase la towards a Model of the Polish Sklavenhandels", en Hans-Jürgen nota 5; André Gunder Frank: Economy 1500-1800, Londres, Puhle, ed.: "Sklaverei in der Capitalism and Underdevelopment NLB, 1976. modernen Geschichte", in Latin America. Nueva York, Geschichte und Gesellschaft 16, 1967; Samir A m i n : Le 27. Pierre Chaunu: La développement inégal, Paris, Eds. Civilisation de l'Europe classique, 1990/2, págs. 141-160; Herbert S. Klein: The Middle Passage, de Minuit, 1973; véase también París, Arthaud, 1966; cf. Werner Princeton, Princeton University Dieter Senghaas, ed.: Peripherer Sombart: Krieg and Kapitalismus, Press, 1978; Albert Wirz: Kapitalismus, Frankfort, Munie. 1913. Sklaverei und kapitalistisches Suhrkamp, 1979. Weltsystem, Frankfurt, Suhrkamp, 28. Esta tesis debe considerarse 1984." en el contexto del debate sobre el 41. Immanuel Wallerstein: The militarismo; véase Asborjn Eide y Capitalist \\ 'orld-Economy, Marek Thee, eds.: Problems of Cambridge, Cambridge University 33. Eduardo Galeano: Las venas Contemporary Militarism, Nueva Press. 1979, pág. 61. abiertas de América Latina, York, St. Martins Press, 1980, Montevideo, 1971. 42. Ibid. o. 60. esp. parte IV; R o m a n Kolkovitz, Andrzej Korbonski, eds.: Soldiers, 34. S . N . Valk, ed.: Otmena 43. Immanuel Wallerstein: The Peasants and Bureaucrats, krepostnogo prava, Modern World System, Vol. 2 Londres, Allen & Unwin, 1982; Moscu-Leningrado, Nauka, 1950. (nota 8). pág. 120. Volker R . Berghahn: Militarismus. The History of an 35. Grigorij Kotoschikhin: O 44. Patrick O'Brien: "European International Debate, Leamington Rossii v tsarstvovanie Alekseya Economic Development: The Spa, Berg, 1981. esp. cap. IV. Mikhaylovicha, A . Barsukov. ed.. Contribution of the Periphery", San Petersburgo 1906, calculó que en The Economic History Review, el jasak de pieles de Siberia en el 29. Observado por primera vez Vol. 35 (1982/1), págs. 1-18. siglo XVII ascendió a un valor de por Perry Anderson: Lineages of más de 100.000 rublos (p. 93), 45. El argumento principal de the Absolutist State, Londres. mientras que el ingreso financiero Chayanov, según el cual las N L B , 1974, para Europa Oriental. añadido del Zar, según este economías campesinas basadas en Véase el estudio de Paul m i s m o autor, totalizaba 1.316.000 unidades familiares no podían Kennedy: The Rise and Fall of the rublos (p. 123), sin contar los explicarse en términos de la Grat Powers, Nueva York, ingresos procedentes de Siberia. economía capitalista, se adelantó Vintage, 1989, pp. 73-139. en Rusia a comienzos del siglo X X , pero se ha aplicado a otros 30. Ejemplos modernos en 36. Cario M . Cipolla: Guns, Sails períodos y países: A . V . Chayanov: Edward Friedman, ed.: Asent and and Empire, Londres, Methuen, The Theory of Peasant Economy, Decline in the World-System, 1965. ed. D . Thurner, B . Kerblay, Beverly Hills, Sage, 1982; H o m e w o o d , 1966; Eric R . Wolf: Giovanni Arrighi ed.: 37. Jawarharlal Nehru: The Peasants, Englewood Cliffs, Semi-peripheral Development, Discovery of India. Nehru se basó Prentice Hall, 1967. Desde luego Beverly Hills, Sage, 1985. en el trabajo de R o m e s h Dutt: los campesinos solo aceptaban la The Economie History of India, moneda corriente para pagar los 31. Véase Alexander Vol. 1, Londres, 1901. impuestos; para ahorrar a largo Gerschenkron: Economic plazo (en Alemania incluso en el Backwardness in Historical 38. François Crouzet: " L a siglo X X ) muchos recurrían Perspective, Cambridge, Mass., formation du capital en únicamente al oro o la plata. Belknap, 1962. Para el caso que Grande-Bretagne pendeant la nos ocupa, véase M a x Kernig: Révolution industrielle", en "Russlands Verhältnis z u m Deuxième conférence 46. Michael Hechter: Internal europäischen internationale d'histoire Colonialism. The Celtic Fringe in économique, Vol. 2, Paris, 1965. British National Development, Modernisierungsprozess", in Inge Londres, Routledge & Kegan Auerbach, Andreas Hillgruber, Paul, 1975; Hans-Heinrich Nolte, eds.: Felder und Vorfelder 39. Hermann van der W e e : ed.: Internal Peripheries in russischer Geschichte, Freiburg, Monetary, Credit and Banking Europe, Göttingen, R o m b a c h , 1985, págs. 15-31; System, en E . E . Rich y C . H . Müsterschmidt, 1991. Manfred Hildermeier: " D a s Wilson eds.: Cambridge Economic 17th Centuries", Economic History Review XII (1959), págs. 177-189. 43 Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX 47. Hasta el 35 %, según Ralph Davis: The Industrial Revolution and British Overseas Trade, Leicester, Leicester University Press, 1979, pp. 31-35. 48. Debendra Bijoy Mitra: The Cotton Weavers of Bengal 1757-1833, Calcuta, K L M , 1978. 49. P . A . Chromov: Ekonomicheskoe razvitie Rossii v XIX-XX vekakh, Moscú, 1950, pp. 94-113; Hans Heinrich Noite: Technolgietransfer in Russland vor 1914, en Technikgeschichte, 51, 1984, pp. 319-334. U n a excelente lectura la ofrece Dietrich Geyer, ed.: Wirtschaft und Gesellschaft im vorrevolutionären Russland, Colonia. Kienpenheuer und Witsch. 1976. 51. Gordon A . Craig: Germany 1866-1945, Oxford. 1978; Woodruff D . Smith: the German Colonical Empire, Chapel Hill, North Carolina University Press, 1978. 50. C o n referencia especial a este período de expansión, véase P . C . E m m e r y H . L . Wesseling eds.: Reappraisals in Overseas History, Leiden, Leiden University Press. 1979. U n a panorámica general la ofrece Rudolf von Albertini: Europäische Kolonialherrschaft, Munich, Heyne, 1982, y en especial su examen de la dependencia y la economía dual, pp. 566-601. 52. Eric Wolf: Europe and the People without History, Berkeley, University of California Press, 1982, ha señalado este extremo en su trabajo, que es un intento de trazar la historia de estos pueblos. 53. James Truslow A d a m s : the Epic of America; Wilcomb E . Washburn: The Indian in America, Nueva York, Harper, 1975. La vía holística hacia una sociedad mundial Alexander King U n o de los rasgos característicos de nuestros la posibilidad de estructurar una política extetiempos es el reconocimiento, por los dirigen- rior c o m ú n , y adoptar políticas y normas sotes políticos y por el público en general, de la ciales uniformes. Estos planteamientos son torealidad y la profundidad de la interdependen- davía m u y tentativos y cautelosos. Los divercia entre las naciones. Esto se manifiesta clara- sos países miembros, en menor o mayor medimente, no sólo mediante la extensión de la da, están preocupados por las posibles amenacooperación económica y el comercio interna- zas a su identidad nacional, y temen caer bajo cional, sino también en otros muchos sectores, la férula de una vasta burocracia centralizada. c o m o por ejemplo las cuestiones ambientales. D e hecho, la Comunidad se ha apartado Los medios de comunicación hacen llegar pun- mucho, casi sin darse cuenta, de su interés tualmente a todos los hoinicial exclusivo por el gares ejemplos de la crecampo estrictamente ecoAlexander King es cofundador del ciente interdependencia, nómico. En los dos últimos Club de R o m a , del cual ha sido también presidente. Entre sus numerosos pero pocas veces menciodecenios hubo intensos decargos, ha sido Director General de nan explícitamente el fenóbates, y a veces se preparaAsuntos Científicos y de Educación de meno. ron programas comunes, la O C D E , y presidente de la Federación Internacional de Institutos de Alsobre una amplia variedad Para los que vivimos en tos Estudios. Su dirección: 168, rue de de temas que, si bien estaEuropa, el ejemplo m á s Grenelle, 75007 París, Francia. ban activados económicaclaro de la creciente intermente, han abarcado otros dependencia es, naturalmuchos aspectos y promomente, el desarrollo de la vido un entendimiento coComunidad Europea. N o m ú n . Entre estos temas fipodemos ignorar la consguran la tecnología, el m e tante erosión de la soberadio ambiente e incluso la nía de sus miembros, que educación. D e un tiempo a se produce a medida que los diversos parlamentos introducen leyes en- esta parte, las conversaciones de los Ministros caminadas a modificar sus prácticas en un de Asuntos Exteriores de la C E E han ido abarsector tras otro, para ajustarse a las decisiones cando poco a poco un campo más amplio. La adoptadas colectivamente en la Comunidad. participación de los europeos en la guerra del Después de años de vacilación, la C E E está Golfo, con el debate que provocó, indica lo adquiriendo un contenido notable, a medida difícil que será forjar una política europea coque sus miembros y sus industrias ven venta- m ú n , y el temor de que una política de este jas económicas y políticas tangibles en la coo- tipo dé lugar a decisiones basadas en el míniperación, e idean mecanismos para impulsar- m o c o m ú n denominador. N o obstante, los dela. A medida que nos acercamos a 1992, fecha bates sobre el apartheid en Sudáfrica, o sobre en que se completará la integración económi- los problemas de Europa Oriental y la Unión ca, se van desarrollando conversaciones sobre Soviética, han permitido delimitar preocupaR I C S 131/Marzo 1992 46 ciones comunes, entender las actitudes mutuas y plantearse una acción común. Así pues, Europa parece destinada a ir avanzando hacia la integración en un amplio frente. Pero Europa no es m á s que una de las principales regiones de nuestro planeta. Simultáneamente aparecen otros dos grandes bloques comerciales e industriales. El primero de ellos es América del Norte, formado por Estados Unidos y el Canadá (se está negociando la integración de México). Después está el c o m plejo formado por los países de la A S E A N y el Japón, con considerables recursos financieros, tecnológicos y de m a n o de obra. Estamos presenciando, pues, la construcción de un modelo económico mundial completamente nuevo, dominado por tres vastas áreas económicas. La situación futura de las regiones no pertenecientes a estas áreas no está m u y clara, máxim e teniendo en cuenta el callejón sin salida en que se encuentra por el m o m e n t o la Ronda Uruguay, y la relación de estas regiones con los tres bloques no deja de ser ambigua. La asociación futura de los países de Europa Oriental con la C E E es una cuestión inmediata. América Latina tendrá que crear su propio mercado común con rapidez, o negociar algún tipo de asociación con América del Norte y/o Europa. China es, c o m o siempre, un enigma, mientras que la pobre Africa, aquejada por toda una serie de problemas inabordables, casi ha desaparecido del mapa económico. Estas cuestiones son de gran interés para Europa, c o m o lo es el papel de las empresas trasnacionales dentro de los bloques económicos y entre ellos, pero este asunto excede de los límites de este breve artículo. La creciente interdependencia de las naciones, que no se limita en m o d o alguno a la actividad económica, es un fenómeno m u n dial. Muchos países pequeños, si no la m a y o ría, ejercen poco control sobre su futuro nacional; la mayor parte de las decisiones reales se toman al margen de ellos, en forma de acuerdos monetarios internacionales, fijación de precios de productos básicos, condiciones impuestas a las inversiones de capital, desarrollo de materiales sintéticos que pueden eliminar el mercado de productos naturales de un país, y otros muchos procesos insidiosos. U n tipo m u y distinto de interdependencia proviene de consideraciones estrictamente técnicas. E n el m u n d o contemporáneo, basado en Alexander King la tecnología, han tenido que concluirse innumerables acuerdos sobre cuestiones concretas para que el sistema internacional pudiera funcionar. Ejemplos de ello son la asignación de ondas de radio y recorridos aéreos, los reglamentos en materia de seguridad, la normalización de los componentes industriales, etc. Cada uno de ellos representa una reducción minúscula de la libertad de acción de los países. E n conjunto, su influencia es notable. Igualmente importante es la existencia de problemas de carácter inevitablemente m u n dial, que no pueden resolverse por la acción aislada de los diversos países. Esto no es ninguna novedad en el m u n d o de las finanzas y la economía, donde se registran fenómenos cíclicos de alcance universal, que tienen c o m o consecuencia la recesión, el desempleo y la inflacción. Recientemente se ha puesto de manifiesto el carácter universal de los problemas a m bientales. La contaminación no respeta las fronteras políticas, e incluso emisiones m u y localizadas pueden causar daños en otros países. Pero este es un problema internacional, no global. Los problemas ambientales verdaderamente planetarios se derivan de la acumulación y difusión en la atmósfera de compuestos químicos que libera la acción humana, en cualquier sitio que se produzca, y que afectan a todo el planeta con consecuencias posiblemente catastróficas e irreversibles. Las medidas correctivas sólo pueden tener éxito si todos los países cooperan en la reducción o la eliminación de los productos químicos nocivos. Es evidente que la nueva Europa no puede evolucionar en aislamiento. El desarrollo europeo tiene que articularse con el desarrollo mundial. Por consiguiente, nos ha parecido útil pasar revista, en el presente artículo, a varias de las principales tendencias mundiales y sus interacciones, para dar una idea de los cambios mundiales que influirán en Europa, al igual que en el resto del m u n d o . Holismo y multidisciplinariedad Los cambios, inminentes o registrados ya, son tan potentes, están tan interrelacionados y su alcance es tan universal, que hacen pensar que en el futuro ya no será posible abordar los problemas de las sociedades u n o a uno y u n o La vía holística hacia una sociedad mundial Europa ha exportado su tecnología en el m u n d o entero. Caricatura de 1935. coi vroiiet 47 48 después de otro. Esto tendrá por fuerza importantes consecuencias para las estructuras y los procedimientos de los gobiernos. Al modificar estas estructuras y procedimientos para atender las nuevas necesidades, sería conveniente adoptar un enfoque holístico a la solución de los problemas. La visión holística del m u n d o se remonta a la antigüedad. "El m u n d o se compone de una pieza, y sólo la ceguera del hombre oscurece su esencial unicidad". E n cualquier caso, este concepto se ha mantenido vivo en el pensamiento de losfilósofosy en ciertas religiones. Si el pensamiento popular y político ha podido pasar por alto su importancia práctica, ello es debido al fraccionamiento de la sociedad mundial en un mosaico de tribus, cada una de ellas con su propio egocentrismo y con diversas creencias y aspiraciones. M á s tarde, estas tribus se unieron para formar pequeños principados y ciudades-estado, y finalmente constituyeron las naciones-estado de hoy. Esta evolución no ha terminado aún. E n gran parte de Africa, por ejemplo, los Estados constituidos oficialmente son hasta cierto punto artificiales, c o m o consecuencia de su pasado colonial, cuando las fronteras se determinaron por acuerdos entre las potencias coloniales sin tener en cuenta los lindes tribales. Así pues, muchos países africanos son Estados, pero probablemente nunca serán naciones. Entretanto, c o m o hemos visto, la mayor interdependencia, la integración económica y los progresos incesantes de la tecnología nos llevan gradualmente hacia un nuevo sistema mundial en el cual la nación-estado será m e nos importante. Estamos viviendo un largo y doloroso proceso histórico abocado a la aparición de un tipo u otro de sociedad mundial, cuya estructura probable no podemos todavía imaginar. En este proceso, la universalización del pensamiento holístico es esencial y probablemente inevitable, si queremos que aparezca una nueva geografía armonizada. Si bien oímos proclamar frecuentemente la necesidad del nuevo pensamiento holístico y no lineal para la solución de los problemas contemporáneos, las estructuras de los gobiernos hacen que este enfoque sea sumamente difícil. Estas estructuras, desarrolladas hace m á s de un siglo para satisfacer las necesidades de una época m á s sencilla, están organizadas verticalmente c o m o una serie de dependencias Alexander King sectoriales para la agricultura, la industria, la salud, los asuntos exteriores, etc., cada una con su propia planificación, que pueden corresponder y reforzar las de otros sectores o, a veces, diferenciarse de ellas o incluso contradecirlas, con lo que frecuentemente no se identifican. La coordinación de la planificación general de las políticas se considera un cometido del primer ministro y de su gobierno. C o n frecuencia los gobiernos se ven desbordados por las cuestiones políticas y la necesidad de "apagar incendios" hasta el punto de que, si bien deciden los asuntos inmediatos, la articulación detallada de las políticas tiende a quedar en manos del Ministro de Hacienda, cuyos criterios no siempre son los m á s adecuados para una planificación inteligente de las mism a s . Es más, en muchos casos la política nacional no es m á s que la s u m a de las políticas sectoriales, y no un todo integrado. La función propia del personal en relación con la función en línea tiende a desarrollarse m u c h o menos en los gobiernos que en las empresas m á s adelantadas o en los ejércitos. A d e m á s , el público tiende a considerar los intentos de reforzar el gobierno c o m o un proceso de inflación burocrática. En contraste con esta situación, los problem a s del m u n d o de hoy están dispersos por todo el espectro de la actividad humana, y las políticas para controlarlos no corresponden con precisión a los mandatos de los diversos ministerios verticales. Esta situación quedó claramente de manifiesto con las dificultades resultantes de la crisis del petróleo de comienzos de los años 70. N o se trató simplemente de una crisis energética con consecuencias para la industria y el ejército, sino que influyó en el transporte y en el medio ambiente, hizo recaer en los países en desarrollo las fuertes subidas de los precios de los fertilizantes sintéticos, que tenían que comprar con las escasas divisas de que disponían, perturbó el sistema financiero por causa del reciclaje de las inversiones resultantes del petróleo árabe, influyó en el conflicto árabe-israelí y modificó la política exterior occidental en relación con Oriente Medio. La mayoría de los problemas contemporáneos son desde luego de naturaleza c o m pleja, con elementos económicos, sociales, políticos, tecnológicos y de comportamiento que exigen un planteamiento multisectorial, difícil de adoptar con los sistemas tradicionales. 49 La vía hoHstica hacia una sociedad mundial La situación de las universidades es hasta cierto punto paralela. Dedicadas a la adquisición de conocimientos y a la realización de investigaciones de carácter cada vez más especializado, estas instituciones operan por conducto de facultades o departamentos unidisciplinarios, a m e n u d o con escaso contacto entre ellos. A medida que la investigación hace avanzar las fronteras del conocimiento, son cada vez m á s frecuentes los progresos importantes logrados en la interfaz de dos o m á s disciplinas. U n sector de investigación c o m o el cerebro y el comportamiento exige contribuciones de muchas disciplinas, en este caso la neurología, la fisiología, la biología molecular, la bioquímica, la citología, la endocrinología y la psicología, entre otras. Es difícil encajar estos temas multidisciplinarios en las estructuras verticales de la universidad. En sectores especializados de la investigación médica, la biología molecular, etc., la solución consiste en crear institutos especiales extra-académicos, que puedan atraer a los especialistas por la calidad de la dirección y el interés del tema de que se trate. La situación puede ser m á s difícil en el caso de la investigación aplicada de tem a s que requieran la participación de especialistas en el comportamiento, economistas y expertos en ciencias naturales, que se ocupan de los problemas de la sociedad. Los incentivos de la labor académica frente a la investigación multidisciplinaria (reputación profesional y perspectivas de ascenso) dependen de las publicaciones de los científicos que son juzgadas por sus colegas los cuales, a su vez especialistas acreditados, no conceden m u c h a importancia a las contribuciones de u n científico que trabaje en un equipo multidisciplinario. Es más, es probable que estos científicos desestimen el trabajo por considerarlo una desviación de la carrera, o incluso u n ejemplo de diletantismo. T a m p o c o ha sido fácil persuadir a los institutos de investigación en materias tales c o m o la oceanografía o las ciencias atmosféricas a que contraten a especialistas en ciencias sociales encargados de estudiar las consecuencias y la pertinencia de su labor, que es de creciente importancia para la sociedad. Estas dificultades se están resolviendo poco a poco, a medida que se va aceptando la necesidad de un planteamiento multidisciplinario de los problemas. La experiencia muestra que especialistas de disciplinas m u y distintas de las ciencias naturales y sociales pueden establecer m u y pronto relaciones de comunicación y entendimiento en sus diversos planteamientos. La problemática mundial U n o de los conceptos básicos del Club de R o m a es que casi todos los problemas contemporáneos son complejos, interrelacionados o interactivos, de un m o d o que, por lo general, se percibe m u y vagamente. Esta confusa maraña de cuestiones y dificultades interrelacionadas con que tiene que pechar la humanidad, es lo que nosotros llamamos la "problemática mundial". Se trata de un modelo de la situación mundial que hace pensar que ya no es posible abordar los problemas individuales uno a uno y en sucesión, sin considerar las repercusiones que la solución propuesta de un problema tendrá en otros muchos problemas. Por ejemplo, cuando hace algunos años la explosión demográfica suscitaba preocupaciones acerca de la capacidad de incrementar suficientemente la producción de alimentos, los expertos declararon que era técnicamente posible cultivar u n volumen suficiente de alimentos para dar de comer a unos 20.000 millones de personas en el m u n d o . Esto partía del supuesto de que existiera, por ejemplo, un volumen suficiente de fertilizantes y de agua. Cuando se les planteó esta cuestión, los expertos respondieron que no era su responsabilidad, pero que en todo caso podría contemplarse la desalinización del agua de mar. Esto, a su vez, planteó la cuestión de las enormes necesidades energéticas que necesitan esta clase de procesos. D e nuevo se soslayó el problema. Consideraciones análogas se plantean con respecto a los problemas ecológicos, resultantes de intervenciones humanas de muchas clases en el sistema natural y que, a su vez, tienen un profundo impacto sobre una amplia variedad desituaciones materiales, económicas y sociales, c o m o veremos a continuación. Cuando se intente resolver los complejos elementos de la problemática, será necesario adoptar una metodología de solución de problemas de alcance m á s amplio que los métodos tradicionales. Esto es lo que llamamos "solucionática mundial". N o queremos indicar con este término un ataque masivo a la problemática en su integridad, que sería impo- 50 sible. L o que sí sugerimos es que deben considerarse simultáneamente muchos de sus principales elementos, teniendo en cuenta detalladamente los impactos mutuos en cada caso. La puerta ecológica de acceso a la problemática Cuando se exploran y se describen algunas de las interacciones de la problemática, hay que seleccionar un punto de acceso adecuado al complejo: este punto podrían ser las cuestiones ecológicas. La palabra "ecología" describe estrictamente la rama de las ciencias biológicas que investiga las relaciones de los organismos entre ellos y con su entorno. H o y en día el término se utiliza comúnmente con diversos significados, casi siempre con connotaciones de valor. Aquí partiremos del significado original, limitándolo, con una cierta arrogancia antropocêntrica, a la ecología humana, es decir, a la interacción de la gente con su entorno. El interés del público por la ecología se originó con la evidencia visual del deterioro del medio ambiente, provocado por la revolución industrial. Las nieblas de la "sopa de guisantes" de Londres y las "oscuras fábricas satánicas" de William Blake, fueron algunos de los primeros y m á s detestables ejemplos. A medida que pasaron los años, muchas de las manifestaciones m á s brutales han sido controladas mediante leyes impuestas por la presión pública y las consideraciones sanitarias. C o n el desarrollo de la industria y la mayor sofisticación de sus productos y sus desechos, a finales de los años 60 empezó a manifestarse públicamente la preocupación generalizada por la degradación ambiental, constituyéndose grupos de presión ambientales y movimientos "verdes". Los gobiernos se vieron obligados a tomar medidas m á s severas para controlar la contaminación, y la industria, teniendo en cuenta sus propios intereses a m á s largo plazo, adoptó serias medidas de control de sus desechos tóxicos. E n la mayoría de los países industrializados se aplicaron normas para la contaminación, se introdujeron dispositivos referentes a los efectos ambientales y se aplazaron o abandonaron muchos proyectos que parecían peligrosos desde el punto de vista ambiental, de resultas de la oposición del pú- Alexander King blico. La suciedad del aire y el agua, la decadencia urbana, la difusión de los productos químicos tóxicos, la erosión de los suelos y la desforestación, son otros tantos fenómenos de carácter principalmente local que podían dominarse a escala local o nacional, pagando ciertamente un precio, pero no excesivo. Al prever incentivos y normas de aplicación que reflejaban el principio de que "pague el contaminador", se han logrado grandes mejoras: el aire de las ciudades es más limpio, y vuelve a haber peces en los ríos. Sin embargo, queda m u c h o aún por hacer. Algunos tipos de contaminación, aunque de origen local, tienen una importancia m á s amplia debido a los efectos transfronterizos. El ejemplo obvio son las lluvias ácidas que, provocadas por las industrias del "Middle West" de los Estados Unidos, devastan bosques y lagos en el Canadá, o bien las lluvias ácidas originadas en los "Midlands" del Reino Unido y en la cuenca del Ruhr; que van a caer a Escandinávia. Otro ejemplo son las descargas de efluvios tóxicos en los ríos internacionales, que no conocen fronteras. Este tipo de contaminación es probable que cree conflictos en el futuro. M á s importante, sin embargo, ha sido el reciente reconocimiento de fenómenos tales c o m o el agotamiento de la capa de ozono y el posible calentamiento de la superficie de la Tierra, por el llamado "efecto invernadero". Estas macrocontaminaciones son esencialmente de alcance mundial; su causa son las emisiones de todos los países del m u n d o , y no respetan las fronteras nacionales. Hasta hace poco se suponía que una naturaleza benévola absorbería y neutralizaría siempre los desechos de la industria y la sociedad, en el aire, el suelo, los ríos y los océanos. Y a no podemos confiar en esta hipótesis; es posible que hayamos cruzado el umbral crítico, m á s allá del cual el impacto en el medio ambiente podría ser destructivo e incluso posiblemente irremediable. Mientras que en muchas culturas y religiones el respeto por la naturaleza es una creencia básica, el materialismo resultante de la evolución industrial en Occidente se ha extendido por todo el m u n d o , con su prosperidad basada en la explotación de la naturaleza. A medida que aumenta el reconocimiento del imperativo ecológico, está cada vez m á s claro que toda la humanidad debe regresar a un m o d o de vida La via holística hacia una sociedad mundial que permita vivir en simbiosis con la naturaleza, y no gracias a la explotación de ésta. 51 países industrializados, pero esto no nos convence del todo. U n a sociedad sostenible supone implícitamente una sociedad basada en una visión del futuro, e incluso del futuro a largo El aumento de la actividad plazo. Por consiguiente, ha de prever las consecuencias de sus diversas actividades, y asehumana global gurarse de que no interrumpe los ciclos de la La causa del peligro ecológico se encuentra en renovación ni persigue demasiados objetivos el enorme aumento de la actividad h u m a n a inconciliables. La interrelación compleja de global durante este siglo. Esto se deriva de dos los muchos elementos de la problemática deja factores: en primer lugar, el aumento de la en claro un hecho: hará falta m u c h a inteligenpoblación del m u n d o , que a comienzos de si- cia para conseguirlo. D e forma m á s fundaglo ascendía a 1.800 millones de personas mental, tenemos que cuestionar el actual sisteaproximadamente, y que en el año 2000 totali- m a de valores, las superficiales satisfacciones zará 6.200 millones. El segundo factor es el de los consumidores y la codicia que alimenta, enorme incremento del consumo por persona con las muchas manifestaciones negativas que de materiales y energía registrado en este mis- promueve, c o m o la corrupción, la especulam o perído principalmente en los países indus- ción financiera y el fraude, el consumo de trializados. Los progresos tecnológicos, que drogas, etc. dan lugar a elevados niveles de crecimiento económico, han proporcionado una gran prosperidad material pero, paralelamente, han El laberinto de la problemática creado una economía de consumo, con sus valores materialistas y el considerable derro- U n a vez instalados en la problemática, examiche que produce. Al inicio de la revolución nemos algunos de los impactos que tiene este industrial, el consumo por persona en los paí- elemento en otros sectores que plantean proses europeos era m u y parecido al de los llama- blemas. Las consecuencias de los peligros a m dos países en desarrollo de nivel intermedio de bientales son múltiples y m u y variadas. El más hoy. En la actualidad, el habitante medio de amenazador de estos peligros parece ser el calos países ricos consume un volumen de ener- lentamiento de la superficie de la Tierra, que gía y materiales 40 veces superior, aproxima- se prevé resultará del aumento de la concendamente, al que consume la persona media de tración de dióxido de carbono en el aire, debilos países menos adelantados. E n casos extre- do a la combustión de los combustibles fósiles m o s la diferencia puede ser de más de 100 a 1. c o m o el petróleo y el carbón. La mayor conComplementando estos dos factores, podemos centración de otros gases c o m o el metano, los calcular que la actividad h u m a n a global se ha óxidos de nitrógeno y el ozono terrestre, remultiplicado por más de 40 durante nuestro fuerza este efecto. U n a serie de modelos sumasiglo, con un impacto correspondiente en el mente sofisticados del sistema atmosférico medio ambiente mundial. Hasta ahora, la m a - mundial han llegado a la conclusión de que yor parte de este incremento se debía al creci- cabe prever un aumento de la temperatura de miento del consumo en las regiones industria- la superficie de entre 1,5 y 4.5 grados antes de lizadas, pero con el rápido crecimiento d e m o - mediados del próximo siglo, lo que supone un gráfico de Africa, Asia y América Latina; el calentamiento m u y superior a cualquier auelemento población adquirirá una importan- mento natural de la temperatura durante el cia cada vez mayor. último milenio. La dificultad consiste en que, Esto nos lleva a la grave cuestión de deter- si bien las pruebas circunstanciales parecen minar si nuestro sistema económico actual, indicar la realidad de este efecto, llamado de basado en el estímulo de la demanda, puede "invernadero", persisten grandes incertidummantenerse durante mucho m á s tiempo. El bres. C ó m o llevar las incertidumbres es el proinforme Bruntland llega a la conclusión de que blema constante de los que toman las decisioel desarrollo mundial sostenible es desde luego nes. El calentamiento de la Tierra es un caso posible, previendo incluso una moderada con- clásico. Si los países no toman medidas hasta tinuación del crecimiento económico en los que no se vean de m o d o inequívoco las conse- 52 cuencias del efecto invernadero, quizás sea demasiado tarde para detenerlo, con resultados catastróficos. Por otra parte, si se toman medidas ahora y el fenómeno no se materializa, o bien tarda más de lo previsto en manifestarse, los costos habrán sido enormes. Por el m o mento parece que los países de la C E E han decidido limitar las emisiones de dióxido de carbono, aunque con ciertas vacilaciones, mientras que los Estados Unidos han decidido esperar. Existen muchos medios para frenar, aislar y finalmente eliminar el efecto invernadero. Lo esencial parece ser que se reduzcan los niveles mundiales de emisión de dióxido de carbono. E n la conferencia celebrada en 1988 en Toronto se indicó que estos niveles tendrán que haberse reducido en un 20 % para el año 2005. El sistema m á s evidente para lograrlo sería una campaña masiva para conservar la energía y aumentar la eficiencia de su uso. Algunos afirman persuasivamente que este esfuerzo, por sí solo, podría resolver enteramente el problema. Esto no es probable en la práctica, pero debería llevarse lo más lejos posible, ya que sus efectos a largo plazo serán beneficiosos, se produzca o no un calentamiento mundial. Debe observarse, no obstante, que los costos de inversión serán elevados. Es m u y probable que en los primeros decenios del próximo siglo, las presiones para reducir el uso del carbón y el petróleo den lugar a un considerable déficit de energía. Esto plantea de inmediato la cuestión de las fuentes alternativas de energía. Debido al largo intervalo que transcurre entre la investigación y la producción a escala sustancial, las perspectivas de encontrar amplios suministros de energía limpia con la suficiente rapidez son remotas. L a fusión nuclear, que desde hace tiempo se considera el medio de obtener un suministro ilimitado de energía limpia, parece aún m u y lejos, mientras que las energías "blandas" c o m o la energía solar, la eólica o la derivada de las mareas, reúnen probabilidades de satisfacer un volumen cada vez mayor, pero siempre marginal, de las necesidades mundiales. Así pues, los condicionamientos ambientales exigen una reevaluación urgente de la política energética mundial, incluyendo la reconsideración de una posible reactivación de la fisión nuclear, c o m o medida de transición, por ser menos peligrosa para el m u n d o que el consu- Alexander King m o continuado de petróleo y carbón. Pero ni siquiera un desarrollo en gran escala de la energía derivada de la fisión nuclear colmaría el déficit, sino que sólo lo reduciría. Todos estos argumentos recalcan la urgencia de e m prender esfuerzos masivos de conservación de la energía y eficiencia en su uso. Así pues, si hay que limitar el empleo de combustibles fósiles ¿cuáles serán las consecuencias para el desarrollo industrial, el crecimiento económico y el consumo? Esta cuestión concierne también al futuro de los países menos adelantados del Sur, para los cuales la necesidad de proseguir e intensificar el crecimiento económico es apremiante, si quieren salvar a sus vastas poblaciones del hambre, la pobreza y la enfermedad que padecen actualmente. La situación de la China es relevante a este respecto, especialmente en relación con el medio ambiente. El país m á s poblado del m u n d o planea una industrialización en gran escala, basada en sus abundantes reservas de carbón; esto podría hacer de la China el principal contaminador de dióxido de carbono del mundo. El problema Norte/Sur se encuentra en un callejón sin salida, y la interrupción actual de las negociaciones arancelarias de la R o n d a Uruguay lo hace cada vez m á s difícil. Las disparidades económicas entre los países ricos y los países pobres son causa de preocupación vital, no sólo para estos últimos países, con sus necesidades prioritarias de desarrollo y mitigación de la pobreza, sino también para los primeros, que necesitan establecer las condiciones de una armonización mundial. La explosión demográfica crea ya considerables presiones y genera migraciones en masa; a medida que sigue aumentando la población mundial, para los países industrializados ricos cada vez será m á s difícil resistirse a las presiones migratorias, con los peligros consiguientes de conflictos y reacciones totalitarias. D e hecho, en el futuro m u n d o económico de los tres superbloques las amenazas bélicas tendrán probablemente su origen en la necesidad de acceder a los recursos, y la falta de equidad en su distribución. La guerra del Golfo fue un ejemplo de este problema, mientras que la creciente escasez de agua para poblaciones cada vez m á s abundantes puede causar muchas dificultades. Se dice que hay unos 18 ríos internacionales, cuyas La vía holística hacia una sociedad mundial limitadas aguas son causas potenciales de conflicto. La única solución parece consistir en desplegar un esfuerzo intensivo para mejorar la situación económica de los países del Sur y tomar medidas de control demográfico. Esta exploración de la problemática, en lo relativo a los problemas ambientales, indica otras muchas repercusiones en otros sectores. Por ejemplo, se prevé que el calentamiento de la Tierra de lugar a un aumento del nivel del mar, quizás del orden de 1 metro. Esto podría resultar devastador para los deltasfluvialesy otras regiones bajas. La inundación de los deltas fértiles y densamente poblados de Bangladesh y Egipto puede causar el desplazamiento de muchos millones de personas, que vendrán a sumarse a las olas migratorias que se prevén c o m o consecuencia de la explosión demográfica. Asimismo, el problema de la tala de los bosques tropicales, un desastre ecológico por otros motivos, guarda estrecha relación con la mayor concentración de dióxido de carbono, ya que los bosques solían ser uno de los "sumideros" más importantes para el gas, que convertían en azúcares y almidones mediante la clorofila de las hojas verdes. Los aumentos de temperatura previstos no serán uniformes en toda la superficie de la Tierra. En el Ecuador serán reducidos y en las latitudes altas bastante considerables. Esta diferencia dará lugar ciertamente a cambios en las corrientes térmicas del aire y los océanos, que no pueden preverse con precisión. Los cambios en el patrón mundial de las precipitaciones causarán ciertamente modificaciones considerables, y zonas que en la actualidad son fértiles se convertirán en tierras áridas y viceversa. Así pues, durante un prolongado período de transición a los nuevos sistemas agrícolas, la seguridad alimentaria mundial correrá peligro. El auge de la producción agrícola desde la segunda guerra mundial ha sido extraordinario y ha creado una situación de excedente global, a pesar del crecimiento demográfico. Se ha calculado que en 1987 la producción alimentaria mundial era suficiente para suministrar un 19 % más de calorías de las que eran necesarias para proporcionar una dieta razonable a todos los habitantes del planeta. Y sin embargo, persisten vastas zonas de hambre y desnutrición. Los hambrientos son pobres que no pueden comprar los alimentos; la coexis- 53 tencia del hambre y los excedentes alimentarios es intolerable. Es más, el hambre reinante en tantos lugares no es más que un síntoma del problema más fundamental de la pobreza. La agricultura no está relacionada únicamente con problemas ambientales; también tiene m u c h o que ver con consideraciones energéticas. La agricultura es, evidentemente, un proceso de conversión energética y puede considerarse un subsistema de la energía. El crecimiento demográfico, sobre todo en los países en desarrollo, exigirá un nuevo incremento de la producción mundial de alimentos. Para ello es necesario un aumento sustancial del consum o de energía en estos países, porque la agricultura se ha convertido en un proceso de alta densidad de consumo energético, por su utilización de fertilizantes sintéticos, plaguicidas y productos contra la maleza, bombas de riego y sistemas mecánicos de labrado. Hace falta alrededor de una tonelada de petróleo para producir el m i s m o peso de fertilizantes nitrogenados. Se calcula que el consumo medio de fertilizantes por habitante en todo el planeta aumentó de 5 kilos en 1950 a 26 kilos en 1986. Así pues, en términos simplificados la agricultura es un proceso consistente en la conversión de petróleo en cereales comestibles por intermedio de las hojas verdes. La posibilidad de que se produzcan escaseces y un elevado costo de los combustibles en el próximo siglo, hace que la vulnerabilidad sea mayor. A d e m á s , la producción de alimentos se ve amenazada por la extensa erosión de los suelos en muchas regiones, por ejemplo en América del Norte, de resultas de los intentos de aumentar el rendimiento del suelo mediante un uso excesivo de fertilizantes. Las sequías de 1980 tuvieron fuertes repercusiones en todo el sistema alimentario m u n dial. La sequía de América del Norte, que es la principal región exportadora de cereales del m u n d o , fue la m á s grave jamás registrada, y por primera vez la producción de cereales de los Estados Unidos quedó por debajo de la demanda nacional. Los déficits se enjugaron con las existencias acumuladas, lo que permitió también respetar los contratos de exportación con unos 100 países que dependen de las importaciones de alimentos procedentes de América del Norte. Esto provocó un descenso espectacular de las reservas alimentarias m u n diales. Cabe preguntarse lo que ocurriría si se 54 Alexander King La interconexión de los problemas mundiales: agricultores protestando contra las negociaciones del G A T T sobre el comercio agrícola durante la Ronda Uruguay, en Bruselas, el 3 de diciembre de 1990. Arriba: Americanos. A la derecha: Irlandeses, J poincr/Rapho repitiesen frecuentemente sequías de proporciones análogas. Es prematuro atribuir el calentamiento mundial a la sequía de 1988, que afectó a otras muchas partes del m u n d o , pero ello supuso un claro aviso de lo vulnerable que es la seguridad alimentaria mundial a los cambios climáticos. Estos ejemplos denotan la extrema complejidad de la problemática y la necesidad de desarrollar nuevos planteamientos de gestión. N o sólo es necesario un enfoque holístico de los problemas, c o m o se ha sugerido, sino que además hay que adoptar planteamientos nacionales y comunitarios para tener plenamente en cuenta la situación mundial cambiante. A d e m á s , es necesario que los gobiernos establezcan mecanismos para una pronta identificación de las tendencias a m á s largo plazo. C o n el rápido ritmo de cambio actual, la demora en afrontar problemas que en un principio parecen remotos al electorado, significa a m e n u d o que antes de que se les haga frente han alcanzado ya proporciones cercanas a la crisis, y son m á s difíciles y costosos de resolver. H e m o s entrado en el laberinto de los problemas contemporáneos a través de consideraciones ecológicas. D e ello se sigue que las interacciones entre las limitaciones ambientales, la disponibilidad de energía, la explosión demográfica y la seguridad alimentaria mundial son tan íntimas y notables que ya no puede pasarse por alto la importancia central del factor ambiental. D e pronto, y para desconcierto de muchos economistas, el medio ambiente se ha convertido en un factor importante de las políticas económicas, industriales, agrícolas, energéticas y demográficas. E n lo relativo a la concepción de nuevos medios para incorporar este nuevo factor, es posible que los sistemas basados en una contabilidad energética constituyan el medio m á s práctico. Ello dejaría en La via holística hacia una sociedad mundial entredicho la creencia de que la contabilidad monetaria y la gestión pueden conducir a una evaluación real del crecimiento y el desarrollo. La energía es la fuerza motriz de la economía y su único factor absoluto; el dinero sólo juega un papel de suplente. En este artículo hemos propugnado un enfoque holístico al problema de la sociedad contemporánea, pero el examen se ha limitado hasta ahora a los elementos materiales y económicos. N o obstante, el factor h u m a n o y sus sociedades, necesidades y aspiraciones, aunque muchas veces pasado por alto, constituye el núcleo de la problemática. A d e m á s , los problemas mundiales son resultados de la actividad del ser h u m a n o y reflejan los aspectos tanto negativos c o m o positivos de su naturaleza. H e m o s hablado m u c h o del medio ambiente, pero nuestras observaciones se han limitado principalmente al entorno externo y físico de los hombres y las mujeres, cuyos límites 55 ponemos a prueba y cuyos recursos explotam o s . C o n un planteamiento verdaderamente holístico tendremos que reconocer que cada uno de nosotros, los seres humanos, vive simultáneamente en tres medios vinculados entre sí, y que una proyección de este concepto puede describir el funcionamiento de la sociedad. Existe el entorno externo del planeta, el aire, la tierra y el agua, y el entorno interno, el m u n d o secreto de cada uno de nosotros, privado, oculto y presente sólo parcialmente en nuestra conciencia. E n algún lugar situado entre los dos, y relacionado con ambos, se encuentra el campo social donde los individuos interactúan mutuamente, formando un vasto espectro de alianzas que van, de la amistad, el matrimonio y la familia hasta las Naciones Unidas, empeñados todos en una acción com ú n a la búsqueda de seguridad, prosperidad y satisfacción. U n a evaluación equilibrada del destino hu- 56 m a n o necesitaría una profunda comprensión del entorno externo, pero también de los otros dos y de su influencia en el comportamiento exterior de los individuos y las naciones. Nuestra civilización actual se basa en gran medida en una tecnología que ha conocido un éxito extraordinario. Esto ha dado lugar a una prosperidad general en algunas regiones del m u n d o , ha realzado enormemente nuestras potencialidades físicas y nos ha permitido vivir vidas m á s sanas y de mayor duración. Pero hay pocas señales de un desarrollo paralelo de Alexander King los aspectos no físicos de nuestro ser, pocas señales de una mayor sabiduría en la utilización de nuestros poderes para el bien general o para preservar a las generaciones futuras, condiciones todas ellas de una sociedad sostenible y de una vida realizada. Por este motivo es necesario que las sociedades y los individuos adopten un enfoque holístico, que incluya tanto la comprensión de la naturaleza y las limitaciones de nuestros tres entornos, c o m o las relaciones entre ellos. Traducido del inglés La integración europea en una perspectiva mundial Maurice Bertrand Huelga recordar el carácter singular de Europa La falta de claridad en el m u n d o : Entre los siglos X V I y X X Euro- en la concepción de Europa pa conquistó y colonizó a los demás continen- c o m o problema regional tes, las dos guerras mundiales se libraron esencialmente en su territorio, y la guerra fria la Por todas partes surgen interrogantes y sugedividió en dos. Europa es, pues, un proble- rencias respecto de las nuevas estructuras insm a mundial. Este dato básico de la geopolíti- titucionales europeas, que deberían facilitar la ca y de la historia de la humanidad desde el adaptación al nuevo m u n d o resultante de las inicio de los tiempos modernos es un lugar co- transformaciones ocurridas en los países com ú n , o en cualquier caso así debería consi- munistas de Europa del Este y en la U R S S . La derarse. situación, tal y c o m o la percibe actualmente la claAhora bien, este lugar Maurice Bertrand es conseiller maître se política, es en términos común parece haber sido honoraire en la Cour des comptes en Francia y profesor del Instituto Unigenerales la siguiente: olvidado por los mismos versitario de Estudios Internacionales. que se ocupan de la consGinebra, Suiza. Antiguo miembro del trucción de una Europa 1) Desaparecen las estrucCuerpo C o m ú n de Inspección de N a ciones Unidas (1968-1985) y miembro nueva e integrada, que traturas institucionales del Grupo de los dieciocho expertos tan el problema c o m o si que lo sostenían todo: sobre la restructuración de la O N U fuera un problema regiolas alianzas militares, (1986), es autor de diversos libros y numerosos artículos, entre los cuales nal, y piensan y dicen que que se apoyaban entre cabe destacar The Third Generation los países europeos puesí para asegurar la estaWorld Organisation (1989). Su direcden resolver sus problemas bilidad del edifício, se ción: 45. rue de Meyrin. 01210 FerneyVoltaire. Francia. entre ellos sin preocuhan mantenido durante parse del resto del m u n algún tiempo para podo, sin incluir al m i s m o der preparar los acuertiempo a otros países en dos de desarme, pero la esta construcción institucional. desaparición del Pacto de Varsóvia hace que En otros términos, la ideología que preside la O T A N haya perdido una gran parte de su la integración europea es la de la construcción importancia; los países de la fortaleza rusa optan por la libertad; la hegemonía militar gradual de un superestado regional. Lo erróneo de esta interpretación en los norteamericana en Occidente es objeto de deumbrales del siglo X X I se ve con especial cla- bate; el proceso de construcción europea de los 12 países debe revisarse y corregirse; la reuniridad en la esfera de la seguridad. Pero se ve igualmente en los sectores económico, político ficación de Alemania crea una situación nueva. Se deja sentir por doquier la necesidad de y cultural. Así pues, lo que debería prevalecer es. por un nuevo sistema que garantice la coherencia el contrario, una ideología de construe;-ion \e del conjunto. 2) Estos cambios parecen producir riesgos y un sistema planetario a través de Europa. RICS 13 I/Marzo 1992 Maurice Bertrand 58 peligros nuevos, que pueden dividirse básicamente en tres tipos: - el peso político y económico de la Alemania reunificada, que podría poner en entredicho la construcción europea de los 12 países, instaurar una nueva hegemonía y provocar reacciones peligrosas; - los peligros resultantes del despertar de las ambiciones nacionalistas y los conflictos étnicos en Europa oriental; - el peligro, por último, de desestabilización de un imperio ruso que podría "explotar", provocando un retorno del estalinismo, o el caos. 3) U n gran número de problemas económicos nuevos los plantea la coexistencia, en lo que se está convirtiendo en un m i s m o espacio político, de países con niveles de desarrollo económico m u y dispares; todo el m u n d o admite que, si no se encuentra una solución rápida, cabe prever repercusiones sociales y políticas peligrosas. 4) Se está registrando ya un proceso de reorganización, bien para atender a lo más urgente (creación del Banco Europeo de Desarrollo), o bien para llevar adelante, acelerándolas, las correcciones que se había e m p e zado ya a introducir en el edificio: continuación de la construcción del mercado único, aceleración de las negociaciones de desarme, debate en curso para hacer m á s precisas y m á s obligatorias las medidas de seguridad militar... Sin embargo, todo esto se hace sin que sepamos exactamente a dónde v a m o s , ni qué estructura de conjunto estamos esbozando. 5) Los tipos de solución previstos son esencialmente federales o confederales, en un área geográfica cuyos límites no están claramente definidos (¿Europa sin la U R S S , Europa "del Atlántico a los Urales", Europa más el conjunto de la U R S S ? ) . Se trata, en conjunto, de formas tradicionales de organización política: - Estados-naciones: Alemania ha recuperado su unidad; los países Bálticos su independencia; - Federaciones: la Europa de los 12 podría acelerar el proceso que la conduce hacia un conjunto m á s unido, cada vez m á s supranacional, empezando con el establecimiento de la unidad monetaria; la U R S S podría convertirse en un Estado federal, lo que permitiría calmar los independentismos que amenazan su unidad. - Confederaciones: el conjunto de los Estados europeos (con o sin la U R S S ) podría constituir una confederación, con grados diversos de integración regional (Europa de los 12, un espacio económico europeo que comprenda los siete países miembros de la A E L C -Asociación Europea de Libre C a m b i o - , la organización de vínculos más flexibles con los países del Este, a plazo medio la posible adhesión a la C E E de los miembros de la A E L C , de Turquía, de Hungría y Checoslovaquia, de Polonia...). 6) M á s recientemente se han incorporado al debate ideas y proposiciones relativas a la "Europa de la defensa", c o m o un paso previo a la unión política; la estructura de la U E O (Unión Europea Occidental), de la que forman parte solamente nueve Estados miembros de la C o m u n i d a d , debería c o m pletarse y quizás ampliarse. Así Europa podría hablar m á s fácilmente con unanimidad, y se dotaría de medios de hacer oír su voz 1 . 7) Las diversas soluciones expuestas representan naturalmente visiones políticas contradictorias, y el conjunto n o parece por el m o m e n t o m u y convincente. Las divergencias sobre la construcción del conjunto hacia el que deberíamos avanzar subsisten o se agravan, tanto m á s cuanto que nadie propone una visión clara, satisfactoria y completa. Es cierto que la fiebre reformista que se manifiesta en el discurso político en el plano institucional contrasta con el precedente inmovilismo, y no carece de cierta audacia. La construcción del mercado único es difícil y exige valor; los progresos hacia la unión m o n e taria están acabando con ciertos tabúes; la apertura al Este se efectúa con una cierta continuidad; por último, en el marco de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa ( C S C E ) han aparecido, y han empezado a aplicarse, las ideas m á s innovadoras sobre la reducción de armamentos y el control recíproco. Pero toda esta audacia, que en el La integración europea en una perspectiva mundial :>y Alemania y Francia han tomado la iniciativa de crear un cuerpo militar unificado franco-alemán de 35.000 hombres, destinado a convertirse en el núcleo de la futura organización de defensa de la Comunidad Europea. üyon/S>gma. 60 caso de la C S C E excede incluso del marco europeo para alcanzar, parcialmente, a la U R S S y a Norteamérica, necesita para sostenerse una ideología rectora que no ha encontrado m á s que la idea de un superestado regional, pero sin decirlo claramente y sin llegar a definir sus fronteras. El irrealismo ejemplar de "la Europa de la defensa" La reciente reaparición en el discurso político de la idea de "defensa europea", de una " E u ropa de la defensa" ("asegurar nuestra condición europea de gran potencial mundial", "Europa verdaderamente unida por un esfuerzo de integración política y militar", "Europa será estratégica o no será", etc.) es el ejemplo más evidente de esta concepción de un superestado del tipo "Estados Unidos de Europa" que equivaldría, a este lado del Atlántico, a la gran potencia que son los Estados Unidos de América. D e esta manera se contrarrestarían la hegemonía estadounidense y la potencia económica japonesa, y se establecería un m e jor equilibrio internacional. Puede decirse, en verdad, que se trata m á s de un fantasma que de una idea clara, que no siempre se ha presentado en términos tan absolutos c o m o en las fórmulas citadas. Se habla con m á s frecuencia de un "pilar europeo de la O T A N " . Se imagina una U E O ampliada a los doce países de la C E E y m á s integrada. Se trata m á s de una orientación que de una posibilidad inmediata. Además, la idea se abre camino en medio de una creciente confusión intelectual respecto de las condiciones futuras de la seguridad militar; las amenazas son ahora inciertas; se buscan los medios de mantener alianzas que perdieron su razón de ser (concepción "política" de la O T A N ) ; el proceso de desarme continúa a pesar de la crisis del Golfo; se duda entre la adopción de una "visión paneuropea" que tiene el defecto de haber sido presentada por la U R S S , pero que inspiró en gran medida la cumbre de la C S C E , y una actitud más prudente denominada "continuidad flexible", etc. Sin embargo, este fantasma de la defensa europea no está desprovisto de cierta lógica: la idea presenta la ventaja de estar contenida implícitamente en la de la construcción euro- Maurice Bertrand pea, en forma de confederación o de federación, y en la ampliación y fortalecimiento de la C E E ; en cierto m o d o se pasa de forma natural de la idea de unión económica a la de unidad monetaria, y después política y "por consiguiente" militar. Se concibe así a largo plazo una especie de superestado regional que sustituiría por fusión a los Estados-naciones europeos en sus funciones esenciales. Se trata de un proceso intelectual insidioso, al que la crisis actual proporciona nuevos argumentos: interés para Europa de ser m á s coherente a fin de que los medios militares que deberían e m plearse en crisis c o m o la del Golfo no estén de hecho bajo m a n d o americano, reducción de las fuerzas estadounidenses en Europa devolviendo a los países europeos la responsabilidad de su defensa, propuesta de Italia de integrar los aspectos de la defensa en el marco de la cooperación política de los Doce, para garantizar mejor la defensa del "flanco sur", etc. Ahora bien, la idea de la "Europa de la defensa" es una idea retrógada y peligrosa. Sólo tendría sentido si nos imaginásemos un m u n d o , en el año 2000, del modelo de 1939; es decir, un m u n d o en el que la seguridad, concebida c o m o la resistencia a la invasión, está garantizada (además m u y mal, c o m o ha demostrado la experiencia) por ejércitos consagrados a la defensa de las fronteras; un m u n do en el que cada estado asegura su "defensa nacional": la única diferencia sería que, en el caso de Europa, se ha pasado a un estado regional. Ahora bien, los problemas de la seguridad militar (ya completamente transformados en la época de la guerra fría por el hecho de que en cada campo la existencia de alianzas había eliminado la necesidad de que cada Estado defendiera sus fronteras contra sus vecinos y aliados), se plantean en los años 90 de un m o d o totalmente distinto. N o es el m o m e n t o pues, cuando la noción de "defensa nacional" está perdiendo su significado, de volverla a descubrir a una escala geográfica m á s vasta. En segundo lugar, la idea de la "defensa europea" se basa desde luego en una serie de amenazas imaginarias que sus partidarios sitúan a la vez en el Este -donde las convulsiones del imperio soviético podrían crear situaciones imprevisibles y peligrosas- y sobre todo en el "Sur", donde la excesiva dotación de armamentos de los países inspirados en ideo- La integración europea en una perspectiva mundial logias antioccidentales crea, c o m o ha demostrado la guerra del Golfo, un peligro permanente. D e hecho, y por razón de la imprevisibilidad de las modificaciones que se están produciendo, se trata en definitiva de una estrategia integral. Sin embargo, en lo que se piensa sobre todo es en el "Sur", y c o m o los riesgos se ven a escala planetaria, el tipo de estructura militar que se recomienda es una "fuerza de intervención" a distancia, y por consiguiente un "instrumento de represión" cuya función esencial consistirá en mantener el statu quo, es decir un orden internacional absolutamente injusto y en lo esencial no democrático, pero que se estima favorable a la tranquilidad y a la prosperidad de los países del Norte. La idea de la "defensa europea" no solamente es anticuada, sino que además es peligrosa. N o sólo recomienda la intervención m i litar c o m o un medio normal, sino que además se constituye en vehículo de unafilosofíaque, al rechazar las evoluciones inevitables, tiende a provocar las catástrofes, en vez de tratar de impedirlas. Por último, estafilosofíalimita la concepción de la seguridad al área militar, en un m u n d o en el que los peligros no militares -económicos, ambientales, sociales y culturales- empiezan a tomarse m u y en serio. Así pues, para garantizar su seguridad Europa tiene otras cosas que hacer, m u c h o mejores que resucitar un concepto caduco. En lo que concierne a la vez a los riesgos (o "amenazas"), y a las técnicas que pueden utilizarse para garantizar la seguridad, hoy en día la situación es, en efecto, completamente distinta de la que prevalecía hace unos pocos años. 61 configuración de riesgos totalmente diferente y m u c h o más compleja. La desaparición del peligro de conflicto Este-Oeste no requiere comentarios: los países del Norte, incluida la U R S S , entran en una civilización post-industrial que puede calificarse de electrónica y nuclear, en la que, con 40 años de retraso: - la existencia del arma nuclear obliga a adoptar estrategias políticas post-clauzewitzianas, en las cuales la guerra no será ya "la continuación de la política por otros medios"; - el m o d o de vida post-industrial y la búsqueda del enriquecimiento inducen a la opinión pública (en países del m i s m o tipo) a adoptar una visión pacífica y constructiva de las relaciones internacionales. Los peligros militares de los países del Sur, países pobres cuyo m o d o de producción sigue siendo agropastoral y cuyas culturas continúan considerando la guerra c o m o un medio político, conocen hoy en día una transformación: mientras que, por una parte, gracias al acuerdo entre las dos superpotências vemos c ó m o se mitigan algunos conflictos regionales, los disturbios y los riesgos que subsisten y se desarrollan tienden y tenderán a poner cada vez m á s en entredicho el tipo de orden internacional y de explotación económica impuesta por los países del Norte a los países del Sur. La crisis y la guerra del Golfo ofrecen un ejemplo claro de lo que queremos decir, esto es, la brecha cada vez mayor que separa a las masas árabes de Occidente. Y es precisamente por ello por lo que, si bien es posible imaginar otras crisis que pongan en peligro a Occidente por el hecho de que los países pobres poseen armas sofisticadas y La naturaleza de los riesgos porque las amenazas contra los suministros de Los riesgos a los que habrá que enfrentarse en materias primas pueden perturbar la econoel porvenir son totalmente distintos de los que mía mundial, aún es m á s importante preocuexistían antes de que terminase la guerra fría. parse de los riesgos n o militares, que están Mientras que entonces se trataba de un solo adquiriendo una gravedad m u c h o mayor que riesgo de conflagración militar entre dos coali- los militares. ciones, al que se respondía con la carrera arBajo el efecto de la enorme presión ejercida mamentista, más un tímido intento de "con- constantemente por las fuerzas económicas trol de los armamentos" y la treintena aproxi- que exigen un espacio mundial, y por las fuerm a d a de conflictos regionales y locales exis- zas demográficas que desequilibran la distritentes en el Tercer M u n d o en 1985 : no amena- bución del espacio en favor de las masas pozaban en m o d o alguno la estabilidad de los bres del Sur, las crisis que se están preparando países del Norte, hoy en día vemos nacer una serán probablemente de todo orden: 62 Maurice Bertrand - migraciones masivas del Este al Oeste, y so- tadas. Estos riesgos son relativamente nuevos, bre todo del Sur al Norte, capaces de desin- y aunque no faltan señales de alarma y la tegrar social y políticamente a los países ri- inquietud a su respecto va rápidamente en cos, cuyas fronteras pueden cruzar con la aumento (en lo relativo a las migraciones o el medio ambiente), ni la opinión ni los gobiermisma facilidad que las lluvias ácidas; - enfrentamientos de culturas incompatibles, nos parecen comprender exactamente su imintegrismos y otras ideologías que Occidente portancia ni su inminencia. Sin duda alguna, el riesgo más visible es el de las migraciones no podrá comprender ni admitir; - reivindicaciones igualitaristas de un proleta- masivas que podrían desintegrar el tejido ecoriado planetario que hoy en día está en con- nómico, social y político de los países ricos. diciones de conocer las diferencias e imagi- Pero seguimos viviendo en la ilusión de que será posible controlar y cerrar las fronteras a nar los medios de reducirlas. estos movimientos, sin darnos cuenta de la D e hecho, hemos ingresado en la era de la ineficacia de las medidas que se están aplicanintegración -económica, social, cultural y polí- do actualmente ni de la enorme presión que tica- de la sociedad planetaria; ahora bien, la ejercerá un proletariado planetario cada vez integración de 4.000 millones de pobres, que más numeroso y mejor informado sobre los en los 20 próximos años3 serán 6.000 millones modos de vida de los países ricos. Sin embary de menos de 1.000 millones de "ricos", no go, debería estar claro que el único medio de dejará de provocar cataclismos si no se hace resistir la presión de los pobres es hacer todo lo posible para enriquecerlos y permitirles que nada para prevenirlos y controlarlos. se enriquezcan en sus propios países. La evolución de las técnicas de seguridad En cuanto a saber si estamos equipados para responder eficazmente a esta nueva configuración de los riesgos, la respuesta es distinta según se trate de riesgos militares o no militares. E n lo relativo a la seguridad militar, las fórmulas establecidas para mejorar las relaciones Este-Oeste constituyen de hecho una verdadera innovación metodológica que puede m u y bien aplicarse a los riesgos procedentes del Sur. Esta innovación se basa en la aplicación simultánea de tres técnicas: - la aceptación de medidas de verificación y de coacción; - el desarme gradual que tiene por objeto la desaparición de las amenazas militares (mediante la institución de sistemas esencialmente defensivos); - la adopción de políticas de cooperación en numerosas esferas. Estas técnicas -que representan una aplicación ampliada del "control de los a r m a m e n tos"- se desarrollaron sobre todo en la C S C E , en la C D E y en las negociaciones C F E 1 y S T A R T . En cambio, en lo relativo a los riesgos no militares no disponemos por el m o m e n t o de técnicas adecuadas, experimentadas y acep- Así pues, lo más urgente es hacer frente a esta nueva configuración de los riesgos. Es evidente que la "Europa de la defensa" es una respuesta totalmente inadaptada. En cambio, una estrategia de seguridad que responda a los riesgos reales puede basarse en; - La negociación: el modelo C S C E es aplicable, por analogía, al resto del m u n d o . La idea de una C S C M (Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en el Mediterráneo) es particularmente importante para Europa, frente a los desafíos procedentes de los países del Sur más próximos, y en particular del Magreb. La situación en el Oriente Medio justifica también un nuevo planteamiento basado no en la venta de armas a los países de la región, sino en la asistencia económica, los intentos de hallar soluciones a los conflictos, el reconocimiento de las identidades étnicas, la democratización, la reducción de los armamentos, la observancia de los derechos humanos y la búsqueda de una mayor justicia social. Asimismo, es posible organizar otras conferencias sobre la seguridad y la cooperación en distintas regiones del m u n do, con lo que los progresos hacia la seguridad, el desarme, el control recíproco y la confianza podrían hacerse extensivos a todo el planeta. - La aplicación, en el interior de cada país, de La integración europea en una perspectiva mundial un nuevo concepto de la seguridad, en el cual los riesgos no militares -en particular las migraciones masivas y el medio ambiente- ocupen el lugar que les corresponde. Esto debería dar lugar a una reconversión de los presupuestos de seguridad que. en vez de dedicarse únicamente a los ejércitos, deberían prever, junto a unos gastos militares m u y reducidos, créditos para la ayuda al desarrollo económico y social de los países de origen de los posibles emigrantes, tanto del Este c o m o del Sur. y los gastos necesarios para que los países pobres en vías de industrialización puedan respetar el medio a m biente. Sólo si los países del Norte consideran que un esfuerzo de este tipo es indispensable, podrán tener éxito las negociaciones sobre la seguridad y la cooperación con los países m á s pobres. 63 sobre la agricultura han demostrado con creces que no se trata de un problema nuevo, y que la construcción del mercado único no añade nada a su especificidad. En el plano económico, la dimensión m u n dial es evidentemente m á s importante que la regional. El término "interdependencia", que se utiliza corrientemente para designar este fenómeno, no da una idea exacta de la realidad de la economía planetaria, que hoy en día es la nuestra, ni de lo que podríamos llamar su "inmediatez" (las redes de telecomunicación pueden alcanzar instantáneamente a todos los públicos de todos los países). D e hecho, la economía mundial ha alcanzado hoy un grado irreversible de "integración", no ya de "interdependencia". U n sistema que dispone de un mercado financiero unificado, de un índice de crecimiento del comercio exterior de cada país que El papel de Europa en la preparación y la por término medio duplica a la tasa de creciaplicación de estrategias de este tipo debería miento de las economías y de mecanismos que ser decisivo, ya que es en Europa donde se no limitan ya la extensión y la concentración introdujeron las innovaciones fundamentales de las empresas transnacionales y en el cual toda empresa, cualquiera que sea su importancon las medidas de Helsinki. cia, prefiere dirigirse a los mercados exteriores antes que al mercado interno, puede llamarse Europa c o m o molde de la unidad justificadamente un sistema integrado. Ahora bien, esta es la primera vez que se plantea una planetaria situación así. Lo que es cierto en el plano de la seguridad Desde este punto de vista, la caída de los -militar y no militar- lo es también en los regímenes comunistas en la U R S S y en Europa planos económico, cultural e institucional. del Este, y la apertura de China a las inversioEllo se debe en primer lugar a que los proble- nes occidentales, no constituye en m o d o algumas fundamentales en las tres esferas no son no un simple reconocimiento de la superioriregionales sino mundiales. En segundo lugar, dad del régimen capitalista. Se trata de hecho Europa no posee límites geográficos claros, y del levantamiento del último obstáculo a la sus vínculos estrechos con el resto del m u n d o integración económica del m u n d o mediante la no deben cortarse, sino por el contrario fo- apertura de estos territorios, hasta ahora promentarse. tegidos por su régimen diferente, a la acción de las empresas transnacionales y a todos los mecanismos planetarios que ya operaban en el Las esferas económica y cultural resto del planeta. Sin duda existen grados disEl debate sobre la "fortaleza Europa" en el tintos de integración; sin embargo, la integraplano económico ha demostrado sobradamen- ción económica se ve facilitada y desarrollada te que la imagen de un mercado único encerra- por la integración reglamentaria, fiscal y m o do en sí m i s m o y protegido contra la invasión netaria, que es precisamente la fase a la que se de inversiones extranjeras o de productos no quiere llegar en el mercado único de la C E E y europeos, es una imagen mítica. Lasfilialeso más aún por la integración social y política, las sucursales de las empresas transnacionales etapa futura y lejana para la C E E , pero que ya estadounidenses o japonesas están ya bien ins- se ha realizado en el interior de las nacionestaladas en diversos países de la C E E , y las estado. dificultades de las negociaciones del G A T T Sin embargo, sería un error de perspectiva 64 Maurice Bertrand U n nesgo que pesa sobre Europa: migraciones masivas del Este hacia el Oeste. Aquí, los albaneses intentan desembarcar en Bríndisi, en la costa oriental italiana, en la primavera de 1991. \ Nusca/oamma pensar que esta búsqueda de la integración social, reglamentaria,fiscal,monetaria y política, es un problema estrictamente europeo. D e hecho, es una necesidad mundial en la medida en que la integración económica del m u n d o conduce irremisiblemente a su integración social, y porque si no se adoptan estrategias para que esta última integración se efectúe en m o d o ordenado y controlado, se efectuará por otros medios, que podrían ser catastróficos. Precisamente porque hasta ahora no se ha hecho nada serio a este respecto, es por lo que se corre el peligro de que se produzcan movimientos masivos de emigración. Ninguna sociedad integrada económicamente puede tolerar durante m u c h o tiempo situaciones de excesiva disparidad social, y en particular de grandes diferencias salariales para trabajadores de la misma categoría. Los movimientos de inmigración, oficiales o clandestinos, que se producen hoy no son más que signos precursores de fenómenos m u c h o m á s dramáticos. Lo propio puede decirse del área cultural. La unidad de Europa debe superar, por ejemplo, la diversidad de sus lenguas. Ahora bien, si más allá de esta diversidad podemos hablar de "cultura europea", por razón de una historia c o m ú n y de una interpenetración literaria y artística, y si es conveniente que el esfuerzo de interpenetración cultural se prosiga y se desarrolle en Europa, no es menos cierto que el esfuerzo de entendimiento intracultural es aún más necesario en el plano mundial. Los peligros de incomprensión entre las culturas del Norte y las del Sur pueden tener, para la paz y la seguridad de todos los países, efectos m u c h o m á s temibles que los de las diferencias culturales que persisten entre los países europeos. El plano institucional y la falta d e limites de Europa Por último, es en el plano institucional donde se ve m á s claramente c ó m o la inserción de Europa en el m u n d o no le permitirá dotarse de un sistema cerrado sobre sí m i s m o , que haga La integración europea en una perspectiva mundial de ella un superestado comparable a otros Estados continentales o subcontinentales regionales. El hecho de que Europa no tiene límites dentro de los cuales exista una identidad colectiva exclusiva, y m á s allá de los cuales se sitúen otras colectividades con el sentimiento de ser verdaderamente ajenas, condena la idea misma de instituciones de tipo estatal regional. La distancia que existe hoy en día en cuanto a la prosperidad económica -pero también en cuanto a la cultura- entre Inglaterra y Albania, entre Francia y Grecia, entre Alemania y Turquía, entre España y Polonia, es quizás mayor que la que existe entre Portugal y Brasil, España y Argentina, Alemania y Rusia, Francia y Argelia o Inglaterra y los Estados Unidos. La dificultad de delimitar las fronteras de lo que serían los "Estados Unidos de Europa" no se sitúa solamente al Este, en algún lugar entre Hungría y Bulgaria, entre Rumania y Ucrania, o ni siquiera en los Urales, retomando una fórmula célebre. El hecho de que M a rruecos haya pensado, sin dejar de participar en la construcción de un gran Magreb, en pedir su adhesión a la C E E , no tiene nada de absurdo. La Carta de París para una nueva Europa, firmada por 34 Jefes de Estado entre los cuales figuraban el Presidente de los Estados Unidos de América, el Primer Ministro del Canadá y el Presidente de la U R S S , es otra indicación de que una concepción paneuropea no es incompatible con la continuación de la integración monetaria, social y política de la C E E , ni con la búsqueda de una mejora del sistema internacional en su integridad. D e hecho, el movimiento de acercamiento económico y político que empezó con la Europa de los 6, que después pasó a ser de los 9, y por último de los 12, y que mañana podría componerse de 18 o incluso de 24 países, podría proseguirse gradualmente a través de formas flexibles de asociación con regiones que no se consideren geográficamente europeas, pero que deseen beneficiarse de acuerdos de libre comercio y de cooperación, armonizar en la medida de lo posible sus reglamentaciones, acoplar sus monedas al sistema europeo, participar en las mismas investigaciones científicas y tecnológicas, trazar planes comunes de inversión en transportes y comunicaciones, etc. N o se trataría en m o d o alguno de un renacimiento del colonialismo europeo. Por el con- 65 trario, gracias a la asociación a este movimiento de los Estados Unidos y la U R S S , y mediante la ampliación de negociaciones del tipo C S C M que hemos mencionado antes, se aportaría una contribución importante al establecimiento de un sistema de relaciones internacionales mejor que el existente hoy en día. La mundialización de todos los problemas -de la droga al S I D A , del medio ambiente a lasfluctuacionesmonetarias o petrolíferas, de la prosperidad a la recesión, de las migraciones a las cuestiones de seguridad militar o de derechos h u m a n o s - conduce a una búsqueda de nuevos mecanismos interinstitucionales para poder responder a esta situación. Pero esta búsqueda es aún vacilante, tímida y poco eficaz. Abarca la creación de nuevas instituciones internacionales especializadas, el establecimiento de una especie de dirección económica -el Grupo de los 7, que podría ir incluyendo paulatinamente a otras grandes potencias del Este o del Sur-, el papel más útil del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas gracias al acuerdo, quizás provisional, de sus cinco miembros permanentes, la multiplicación de las cumbres entre Jefes de Estado o de Gobierno, la tímida institucionalización de la C S C E , etc. Pero estas tentativas de una mayor concertación para responder colectivamente a algunos problemas han sido hasta ahora m u y m o destas, y su eficacia en el plano económico o de la seguridad es discutible. D e hecho, por causa de la marginación de las Naciones Unidas y de las organizaciones internacionales en general en las esferas económica y social, y del incierto consenso entre las grandes potencias en muchos sectores, nos encontramos, para responder a la planetarización de todos los problemas y a la aparición de nuevos peligros, frente a un vacío institucional a escala m u n dial. Y no hay, por ahora, una Constitución mundial que llene este vacío. En cambio, el trabajo paciente de armonización reglamentaria, monetaria, social y política que se ha emprendido a partir de Europa podría, si se va extendiendo gradualmente a todo el m u n d o , con un criterio realista pero perseverante constituir uno de los medios más eficaces para ir edificando con paciencia una unidad planetaria. En este caso Europa podría servir en cierto m o d o de molde para este objetivo, lo que no 66 Maurice Bertrand sería contradictorio en m o d o alguno con la persecución de la integración social y política en el núcleo que hoy en día constituye Europa Occidental. La perspectiva de una decidida apertura al m u n d o , dentro del marco de la construcción de Europa, sería en último término m á s realista, útil y conforme a la vocación europea que el intento de constituir un superestado regional, Traducido del francés Notas 1. El proyecto de "Tratado de la Unión" (unión política y unión económica y monetaria) dice que la Unión sefijac o m o objetivo: "...afirmar su identidad en el escenario internacional, en particular mediante la aplicación de una política exterior y de seguridad c o m ú n que integre a largo plazo la definición de una política de defensa". 2. Véase el anuario SIPRI de 1983. 3. En el año 2010 la población mundial será de unos 7.500 millones de personas, según las previsiones de los expertos de las Naciones Unidas. D e estos 7.500 millones. 1.200 millones vivirán en el m u n d o industrializado y 6.300 millones en los países en desarrollo. La integración de Europa después de la Guerra Fría. Perspectivas de un nuevo orden1 Werner Weidenfeld y Josef Janning Desde la segunda mitad de los años 80, el la dirección que seguirá la integración europea continente europeo ha cambiado de aspecto. en relación con Europa Oriental y con Europa Los principios de la arquitectura europea han en su conjunto. Y a no es posible concebir perdido su carácter inmutable. El cambio que medidas de desarme y de control de a r m a m e n desde hace tanto tiempo se exigía, y que tanto tos sin referirse a la seguridad futura de la se ha luchado por conseguir, se ha producido totalidad de Europa; el proceso de unificación por fin, y de manera estrepitosa. La unidad de de Europa Oriental y Occidental no puede Europa se ha convertido en una posibilidad separarse de la necesaria formulación de una real, por primera vez en la historia del conti- política para los vecinos europeos del Sur y de nente. En este contexto, elfinaldel decenio de la otra orilla del Atlántico. El futuro de la unidad europea radica en 1980 ha supuesto una enesas vinculaciones. crucijada histórica. La raWerner Weidenfeld es profesor de cionalidad de la próxima Ciencias Políticas de la Universidad de era se evaluará a partir del Mainz, Pfeifferweg 12, 6500 Mainz, Alemania, y profesor asociado en la I. La estructura grado en que consiga aproSorbona. U n a de sus publicaciones revechar el pulso de la unifisubyacente cientes es: La voie allemande (en alecación europea para afronm á n , 1990). del cambio tar los problemas fundaJosef Janning es director adjunto de la mentales del cambio: el Los análisis convencionaUnidad de Investigación sobre asuntos continuo progreso de la europeos, en la misma universidad. Es les de la situación en Eurocoautor, con Werner Weidenfeld, de unificación europea, la repa no previeron la fuerza La transformation européenne: le futur construcción económica y dinámica de los acontecidu continent (en alemán, 1990). política de Europa en su mientos en el Este y el Oesconjunto, la modificación te. Afinalesde los años 80, de las estructuras e instrutodas las predicciones bamentos de seguridad y, en sadas en el supuesto de que estrecha relación con todo ello, la nueva eva- la integración europea era un proceso agotado, luación del papel de Europa en los asuntos y que la posición de Europa Occidental en la mundiales. política y el comercio mundiales iba a menos, Esta nueva perspectiva de la política euro- fueron desmentidas por la realidad. Se habían apreciado mal la eficiencia ecopea plantea un desafío intelectual de primer orden. La responsabilidad al adoptar decisio- nómica y la capacidad de control político de nes políticas será mayor; la perspectiva paneu- ambas partes de Europa: estos dos factores ropea altera los cálculos de los decisores. fueron infraestimados en Europa Occidental, y Cuando el Consejo de Ministros de la C o m u - si acaso, sobrestimados en Europa Oriental. nidad negocia un conjunto de medidas, lo que La división del continente parecía insalvable. está en juego no es solamente la articulación Por consiguiente, el horizonte estratégico de la definitiva del mercado europeo, sino también elaboración de políticas se limitaba a la gesRICS 131/Marzo 1992 68 tión de los efectos y las consecuencias de la división. La prueba empírica de que estas hipótesis eran falsas exige una reconsideración de la situación. Es preciso ahora analizar las nuevas constelaciones, m á s allá de los cambios de cada día. N o s enfrentamos a cuestiones relativas a la estructura y el sentido de los procesos de m o dernización en el Este y el Oeste. Estas cuestiones atañen tanto a Europa Oriental como a Europa Occidental, a las relaciones políticas y las organizaciones de seguridad, a las potencias mundiales y a las potencias regionales. Al tiempo que las políticas europeas se enfocan cada vez m á s hacia la parte central del continente, la Comunidad Europea está a punto de madurar, convirtiéndose en el núcleo económico de la nueva Europa. La articulación definitiva del mercado interno aumenta la eficiencia económica de los europeos occidentales: es c o m o un imán que atrae hacia sí al resto del m u n d o , realineándolo. El campo de gravedad de la Comunidad Europea se extiende hacia el Este. La inauguración del Mercado Único Europeo, previsto en el Acta C o m ú n Europea, producirá una economía cuya complejidad plantea desafíos enteramente nuevos, no sólo para los miembros de la Comunidad sino también para los países de Europa Occidental no pertenecientes a ella. La plena libertad de movimientos para el capital y la m a n o de obra, los bienes y los servicios a partir de 1992 creará un nuevo marco para la actividad económica en los Estados miembros de la Comunidad y exigirá ajustes estructurales de largo alcance. Además, la nueva movilidad y las perspectivas de crecimiento económico, el desmantelamiento de las fronteras y la armonización de los sistemas de reglamentación económica darán un ímpetu nuevo a la asociación de los países de Europa Occidental. Deberán tomarse decisiones, en el campo de las políticas nacionales y exteriores, sobre cuestiones que van desde el paso del sistema monetario europeo a la unión monetaria hasta la formulación de políticas concretas para la dimensión social del mercado interno, así c o m o las políticas en relación con los nativos de otros países y las personas que pidan asilo. Junto con los ajustes de las relaciones comerciales exteriores, la Comunidad Europea Werner Weidenfeld y Josef Jarming deberá tener en cuenta el nuevo marco de relaciones con la A E L C y con los E E . U U . y el Japón y sus políticas hacia los países en desarrollo. Lo propio puede decirse de la política de acuerdos comerciales bilaterales con los miembros de la extinta C O M E C O N . La ultimación del mercado interno y las necesarias decisiones de seguimiento ponen de manifiesto la importancia de la Comunidad en la economía mundial, y por ende, en la política mundial. En Europa, y en otros continentes, la C o munidad Europea se ha convertido en un m o delo de cooperación entre estados económicamente adelantados, y su magnetismo político y su eficiencia económica atraen voluntades de cooperación y asistencia del exterior. L a consecuencia política de esta posición es la responsabilidad política mundial de la C o m u nidad. Este crecimiento conjunto de los europeos occidentales en el mercado interno -que, a propósito, ha motivado el inicio sin precedentes de relaciones cada vez más estrechas con la Comunidad por parte de las zonas neutrales de Europa- tiene repercusiones en la estructura política de la integración. Sobre esta base, Europa Occidental desempeña un papel destacado en la reforma de las relaciones Este-Oeste en el continente, máxime teniendo en cuenta que los países de Europa Oriental y, hasta cierto punto, la Unión Soviética, apenas son capaces de tomar la iniciativa en este terreno, dadas sus convulsiones internas. Las instituciones políticas de Europa Occidental reciben una influencia cada vez mayor para que den prueba de eficacia y autoridad. En conjunto, ambos factores han reforzado la tendencia hacia la integración en forma de una comunidad política. Las funciones de control que habrá de desempeñar Europa Occidental son esencialmente de carácter político. Así, la necesidad que se dejaba sentir en los años 80 de que la Comunidad restableciera su capacidad de decisión con respecto al antiguo problema de la integración, se planteará de nuevo en los próximos años, en lo referente a una integración aún m á s amplia. D e nuevo será imposible separar la necesidad cada vez mayor de acuerdo mutuo y de competencia en materia de adopción de decisiones, de la indispensable transparencia en la ejecución de las decisiones, bajo control democrático. La integración de Europa después de la Guerra Fría 69 LWr^-A •ygpe^ Europa, la estatua oficial de Europa, por Roger-Louis Chavanon. E. Bnssand/Gamma 70 futuro del continente tiene una importante dimensión social. Con arreglo a la estructura interna de sus miembros, la Comunidad tendrá que contribuir al desarrollo de sociedades pluralistas y apoyar la estabilidad de los Solo los Estados de Europa Occidental dissistemas políticos democráticos en toda Euponen de recursos políticos y materiales para ropa. apoyar el cambio en Europa Oriental, confiD e ahí que nos detengamos a considerar gurando el marco de las relaciones Estelas perspectivas de evolución de los europeos Oeste. Incumbe a la Comunidad Europea un papel occidentales: la nueva situación creada en Euesencial en la configuración de las relaciones ropa redefine el objetivo último -la ultimaEste-Oeste. La Comunidad tiene la compe- ción del mercado interno- c o m o una etapa tencia necesaria en el sector del comercio intermedia en el proceso de unión política. exterior y de las relaciones comerciales ex- Paralelamente, las perspectivas generales desternas, y a través del Consejo y la Coopera- de el m o m e n t o presente hasta el final de los ción Política Europea, los mecanismos nece- años 90 hacen prever la intensificación de la sarios para el control político del proceso. La integración y su ampliación, mediante la adapertura del mercado interno a los países de misión de nuevos miembros o el acercamiento Europa Oriental es una opción discrecional a la Comunidad de otras regiones del continente. U n a de las principales dificultades es de la Comunidad. En vista de la grave crisis de suministro, que las reacciones de algunas de las partes Europa Oriental necesita ayuda económica interesadas pueden decantarse en sentido coninmediata. La Comunidad, que es su vecino trario. La desintegración gradual de Europa geográfico, constituye el agente natural para Oriental podría fomentar actitudes de aislallevar a cabo la coordinación y el suministro miento y menor solidaridad en Europa Occidental, y una nueva rivalidad por el poder de gran parte de esta ayuda. Las relaciones entre la C E y la A E L C y el tendría necesariamente un efecto debilitador significado del concepto de un espacio eco- en la integración y la coherencia. nómico europeo tienen que redefinirse para Los dinámicos acontecimientos registrados determinar una posición conjunta en las re- en ambas mitades del continente han hecho laciones con los países de Europa Oriental. renacer el concepto de una sola Europa, c o m o El hecho de que el Grupo de los 24 encargase idea y c o m o marco de regulación. El marco a la Comunidad Europea la coordinación de general de la unidad futura consistirá en una la asistencia occidental a Polonia pone de mezcla de viejos elementos de la época de relieve el papel responsable de la C o m u n i - división, estructuras transitorias de renovadad. Al propio tiempo, la obtención de más ción y nuevas formas de cooperación que tode 30.000 millones de E C U S con esta finali- davía no se han determinado. dad implica la necesidad de desarrollar una La caída del Telón de Acero entre Este y concepción política coherente de los medios Oeste se ha convertido en un símbolo central y fines de las políticas occidentales destina- de estas expectativas, un signo fundamental de das a Europa Oriental. la superación del conflicto Este-Oeste en sus La contención de las fuentes potenciales de raíces mismas, vale decir el antagonismo ideoconflicto armado en el Este conferirá un m a - lógico entre ambos sistemas. Este hecho está yor predominio a los aspectos de seguridad alterando la importancia de las formas de orimplicados en los elementos políticos y eco- ganización que habían instrumentalizado el nómicos de las relaciones Este-Oeste. Los conflicto, y que tendían a mitigar sus efectos. europeos occidentales hacen frente al proble- Con el abandono de las economías de planifim a de mantener sus dispositivos de seguri- cación central, el Consejo de Asistencia Ecodad militar sin obstaculizar la colaboración nómica Mutua ( C O M E C O N ) ha perdido por entre el Este y el Oeste. Asimismo, necesitan completo su capacidad de llevar a cabo una coordinar más estrechamente las actividades acción efectiva. La tendencia general de las relaciones económicas con Europa Oriental en ambas zonas. El papel de la Comunidad Europea en el apunta a una vuelta al bilateralismo. Durante varios años más, los Estados de Europa Occidental y la Comunidad Europea se verán enfrentados a las siguientes tareas: - - - - - - - Werner Weidenfeld y Josef Janning La integración de Europa después de la Guerra Fria 71 H o y por hoy no parece haber ninguna a m e naza real de acción militar por parte de los Estados de Europa Oriental: la amenaza política basada en el poderío militar pierde crédito por doquier. Esto es especialmente aplicable a la República Democrática Alemana de 198990, cuyo Ejército Nacional del Pueblo quedó completamente incapacitado en cuanto se abrieron las fronteras con Occidente. Las alianzas pierden su función c o m o única plataforma para la organización del necesario potencial de disuasión en una crisis. Las viejas nociones de amenaza han dejado de ser convincentes o concluyentes, aunque hasta ahora apenas se haya reducido el potencial militar. La negociación y la verificación del control de armamentos y el desarme, y la consiguiente perspectiva de una reconstrucción de la seguridad militar en Europa, adquieren cada vez m á s importancia. Contrariamente a lo que ocurría en los años 80, cuando la situación política entre el Este y el Oeste venía determinada por el éxito o el fracaso del control de armamentos, hoy en día la calidad de las relaciones políticas se antepone a la diplomacia de la seguridad. A d e m á s , los progresos en la reconstrucción de la política de seguridad implican que, a largo plazo, las alianzas serán supérfluas, al haber cumplido sus objetivos. El Pacto de Varsóvia fue el primero en sentir la presión, y pudo reaccionar en consecuencia. Para los europeos occidentales, la disolución de la Alianza no es una opción inmediata en este proceso, porque puede que el potencial militar soviético solo se equilibraría, con una concentración de los recursos de que dispone Occidente. La compatibilidad de los contingentes de tropas relativamente numerosas que aún subsisten en Europa Occidental y la Unión Soviética podría conseguirse con un sistema de seguridad mutua, conjunta o colectiva. lores democráticos puede vincularse a la coordinación de la cooperación económica, la protección de las fronteras y la protección mutua contra la militarización de los conflictos políticos, territoriales y étnicos. La estructura de la C S C E puede contribuir también a allanar las disparidades existentes en cuanto a la eficiencia y la integración entre las diversas partes de Europa. Asimismo, ello inducirá a las superpotências a cambiar los paradigmas, es decir, pasar de los intentos de civilizar el viejo conflicto a la configuración del proceso de fusión de Europa. Por último, las transformaciones y la modernización se dejan sentir también en la condición sociopsicológica de los ciudadanos europeos. La nueva situación exige que procedan a un ajuste intelectual, puesto que los viejosfiltrosde la interpretación y la información ya no sirven. E n lo relativo a las perspectivas futuras, la capacidad de los europeos de concebir el continente c o m o otro componente de su identidad será uno de los principales factores determinantes de los años 90. El entendimiento entre los europeos podría tentar a los políticos - e n vista de la necesidad cada vez m á s apremiante de acción- a adoptar un "eurocentrismo" basado en la idea de una Gran Europa, olvidando sus responsabilidades m u n diales políticas, económicas y ecológicas. Las nuevas constelaciones políticas, económicas y de seguridad son la base para el cambio de las dimensiones de las anteriores estructuras entre los bloques, sobre todo la "Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa" (CSCE). Y a en 1975, su función múltiple, expresada en las tres partes del Acta Final de Helsinki, identificaba la estructura básica de las tareas futuras. Bajo el impulso político de la nueva C S C E , el proceso de conversión del terreno c o m ú n recién ganado en normas y va- a) Tanto en el Este c o m o en el Oeste las superpotências se están desentendiendo militarmente de Europa. Para la Unión Soviética, la retirada de tropas es una consecuencia lógica de su política de no intervención. El campamento soviético está regresando al hogar paso a paso. El proceso parece irreversible, por lo menos en tanto manden en Moscú los partidarios de la reforma. La desocupación militar americana tiene Con motivo del cambio, los europeos han de recurrir m u c h o m á s que antes a sus propios recursos. Los acontecimientos de los años 80 depreciaron lo que quedaba del poder monetario mundial -la garantía nuclear americana para Europa Occidental, la hegemonía militar soviética en el campo oriental- sin provocar un descenso paralelo del interés político y estratégico de las superpotências en la evolución de Europa. Las características estructurales del nuevo papel de las superpotências, en Europa y para ella, pueden resumirse c o m o sigue: 72 Werner Weidenfeld y Josef Janning una finalidad igualmente doble. Primero, anima a la Unión Soviética a retirarse de sus anteriores posiciones dentro del marco de las conversaciones de Viena. Segundo, en una época caracterizada por los ingentes déficits públicos, la carga adicional de la continua intervención en el Golfo ha de influir necesariamente, tanto en el Congreso c o m o en la Administración. b) Está prevista la reorientación política de las alianzas entre las superpotências y sus asociados. A pesar de las reacciones inmediatas a la Guerra del Golfo, la política actual de la Administración estadounidense hace pensar en un doble cambio de prioridades, con una mayor importancia atribuida a Alemania a expensas del Reino Unido y, probablemente, de Francia. D e este m o d o , la política exterior norteamericana responde deliberadamente a la posición central de Alemania en el nuevo orden europeo. El otro foco de atención del "nuevo atlantism o " es la Comunidad Europea, a la que se atribuye un carácter político explícito y una función de regulación. Los Estados Unidos siguen viendo en la O T A N el elemento central de la salvaguardia contra el peligro de que fracase la política de control de armamentos, y como un participante indispensable en las negociaciones a este respecto. N o obstante, en general la importancia política se está desplazando de la O T A N a la C o munidad Europea, que refleja mejor las estructuras de poder e influencia del diálogo transatlántico entre Europa Occidental y los Estados Unidos. El nuevo marco general europeo y sus consecuencias de estrategia política para el G o bierno estadounidense allanan el camino hacia una asociación transatlántica equilibrada. Esto entraña nuevas responsabilidades para los planificadores en Europa. Y a no es posible basar la relación transatlántica en los factores tradicionales de estabilización situados en torno a los viejos m o d e los de conflicto político mundial, ni en las grandes fórmulas de la retórica al uso. Los viejos rodeos a la hora de definir la relación entre América y Europa Occidental no son convenientes en los años 90. Por primera vez, la lógica de la comunidad atlántica deberá determinarse únicamente en función de los méritos propios de la comuni- dad, en un sentido enteramente positivo. Esto creará una necesidad mutua de c o m prensión, que dejará m u y atrás las prácticas establecidas. En el decenio de 1970, Europa respondió a las peticiones de coordinación intensiva con la creación de la plataforma de la Cooperación Política Europea (CPE). Esta clase de respuesta refleja una perspectiva atlántica: una futura plataforma de Cooperación Política Europeo-atlántica ( C P E A ) permitiría una armonización casi ideal del interés americano en la renovación de la conexión atlántica, con el m o d e lo estructural europeo de control político cooperativo. En este sentido, en los próximos años será posible transferir la sustancia del diálogo atlántico m á s allá de la política de seguridad, para abarcar la cuestión del dominio conjunto de los principales problemas de nuestra civilización: desarrollo global, m e dio ambiente, desarrollo industrial y tecnológico y el futuro de los sistemas sociales, así c o m o el control de sistemas complejos y los problemas que plantea la transparencia de la democracia occidental. Así pues, hay buenos motivos para creer que la relación entre Europa y los Estados Unidos - e n su definición positiva- podrá convertirse en una comunidad de aprendizaje y solución de los problemas. Por otra parte, ¿hasta qué punto la Unión Soviética puede esperar retener su condición de superpotência, tan duramente conquistada? H a abandonado ya su pretensión de liderazgo ideológico, y ha perdido rápidamente la iniciativa en la reconstrucción democrática de los sistemas socialistas. Aunque todavía es capaz de proyectar globalmente su potencia militar, la U R S S no puede ya proporcionar apoyo político y económico a sus aliados de otras partes del m u n d o , por causa del colapso de su economía y de la grave penuria que la aqueja. Así es que la condición de superpotência de la Unión Soviética en los años 90 radicará principalmente en su capacidad nuclear estratégica y su importancia para la evolución de Europa, donde su posición se basará menos en el margen de maniobra que le quede que en su poderío militar, aún formidable incluso después de la retirada de sus tropas, y también en los peligros que corre- 73 La integración de Europa después de la Guerra Fría La apertura del muro de Berlín, en noviembre de 1989, ha simbolizado el nuevo orden europeo. rá toda Europa si fracasan sus políticas reformistas. c) Las relaciones bilaterales de las dos superpotências están adquiriendo un carácter nuevo y complicado. C o n el declive de la potencia tanto de los Estados Unidos c o m o de la Unión Soviética, hubo un recrudecimiento de los temores - e n particular a raíz de la cumbre de Reijkjavick en 1986- de una posible reorganización de las estructuras europeas sin consultar a los propios europeos. Las superpotências parecían tentadas de compensar la pérdida de poder derivada de las estructuras de confrontación con la cooperación, que les permitiría rehacer en parte su potencia. La evolución de los últimos años y sus consecuencias para el papel de las superpotências - y especialmente el derrumbamiento de la Unión Soviética- han calmado muchas de las preocupaciones de los europeos a este respecto. Ahora más que nunca, la posición de una potencia mundial dependerá de la existencia de la otra. Tanto la U R S S c o m o los 1' Adenis/Sipa E E . U U . están vitalmente interesados en que el continente evolucione de manera pacífica y estable, aunque su capacidad de controlar el proceso haya disminuido considerablemente. En la aplicación de los conceptos de renovación política y económica, las superpotências hacen frente a una difícil tarea a medio plazo, que se debe a la división de responsabilidades, hasta ahora no codificada, de las naciones industrializadas de O c cidente. Si bien se estima que la responsabilidad primordial de dar apoyo a los cambios en Europa Oriental incumbe a los europeos occidentales, los Estados Unidos asumen una responsabilidad especial con respecto a la Unión Soviética. Existe una cierta ambivalencia en los aspectos estructurales de esta división de las responsabilidades: para los E E . U U . , la Unión Soviética es un interlocutor difícil, sumido en convulsiones internas relacionadas con las políticas de reforma; para la Unión Soviética, el alcance y la continuidad del apoyo america- 74 Werner Weidenfeld y Josej Janning no siguen siendo una incógnita difícil de esclarecer. - El proceso de integración favorece la estabilidad; detenerlo crearía nuevos focos de inestabilidad. Las fuerzas centrífugas de la C o munidad adquirirían demasiado poder si no se atribuye la debida importancia al proceso II. Perspectivas de un nuevo orden de integración. Los cambios que se están produciendo en el La continua integración impedirá los c o m Este y el Oeste colocan a la política europea bates de dirigentes en la reorganización de frente a una nueva situación, caracterizada Europa, protegiendo a la vez al Este y al por una alteración fundamental de las condiOeste contra los efectos de las rivalidades ciones generales y los factores determinantes. nacionales en el proceso de cambio. Por ahora no hay ninguna indicación de que la El desarrollo continuo de la Comunidad dinámica de la transformación vaya a perder contribuirá al equilibrio, vinculando al norimpulso en un futuro próximo. te, sur, este y centro del Continente (y los Las consecuencias estratégicas para la políproblemas específicos de sus órdenes sociatica europea exigen una reconsideración de los les) con el núcleo central europeo. objetivos, los instrumentos y las estructuras. La responsabilidad de desarrollar nuevos conEl objetivo de la unión política que c o m ceptos corresponde principalmente a Europa parten todos los Estados miembros es uno de Occidental y la Comunidad Europea, en su los pocos puntos fijos en el horizonte de la condición de núcleo de poder del continente política europea. La realización de este objetique lleva el timón del proceso de cambio. La Comunidad está implicada en todas las áreas vo en el próximo decenio sigue siendo la resde transformación: c o m o portaestandarte del ponsabilidad estratégica principal de Europa proceso de modernización en Europa Occiden- Occidental. Es m u y posible que la unión polítal, c o m o polo de atracción y modelo para tica no signifique la formación de un estado Europa Oriental, c o m o lazo de unión entre con todos los instrumentos clásicos del poder Alemania y Europa, c o m o asociada y homolo- soberano, pero sí un instrumento viable y efiga de Estados Unidos y c o m o principal poten- caz de una estructura paneuropea basada en el cia económica, comercial yfinancieradel con- orden constituido. Los elementos estructurales de la unión deben proceder de los conceptos tinente. de federalismo y parlamentarismo y del prinLas condiciones prevalencientes y el nuevo cipio de subsidariedad, y deben estar conectacuño de las tareas políticas exigen una estratedos con las instituciones existentes de la C o gia innovadora de integración que debería munidad Europea. combinar de m o d o efectivo los siguientes eleEn el proceso de reforma, no puede ignomentos: rarse el potencial de ejecución que se va estructurando. Corresponderá a los Estados Llevar adelante el proceso de integración miembros, a sus gobiernos y a sus parlamende la Comunidad Europea tos, democratizar y hacer m á s eficientes los N o hay ninguna razón válida para que los procesos de adopción de decisiones de la cambios en Europa Oriental demoren el proce- Unión Europea. U n a estrategia adecuada conso de integración de Europa Occidental. La sistiría en la introducción gradual de las cuatro ultimación del mercado interno en el plazo modificaciones institucionales siguientes: previsto (1993) es indispensable para mante1. El Parlamento Europeo habrá de ocupar ner la eficacia de la Comunidad dentro del la posición central. C o m o órgano representaticonjunto de Europa. vo de los ciudadanos, conferirá a la Unión una La idea de la unificación de Europa sigue legitimidad propia, que ya no procederá de los siendo válida. Q u e se convierta en realidad es Estados miembros, para llevar a cabo su tarea responsabilidad de quienes están en condicio- independientemente. nes de actuar: hoy por hoy, sólo Europa Occi2. E n cambio, el Consejo de Ministros se dental. E n conjunto, la continua evolución de convertirá en una Cámara de los Estados, que la Comunidad Europea responde a varios cri- participará en el proceso de adopción de deciterios altamente prioritarios: siones acerca de todos los aspectos de la legis- La integración de Europa después de la Guerra Fría lación comunitaria. La Cámara actuará así c o m o un contrapeso federal de los otros órganos, que operarán de forma unitaria. 3. El Consejo de Europa constituirá el Presidium de la Unión Europea, que determinará las directrices de política y, en su condición de Jefe de Estado colectivo, promulgará leyes. 4. Paso a paso la Comisión Europea asumirá las responsabilidades del Gobierno de la Unión. El Presidente de la Comisión será nombrado por el Consejo de Europa, y responderá ante el Parlamento Europeo. Para establecer los lazos de unión entre los ciudadanos de Europa y estas estructuras incipientes, los Estados miembros deberán abandonar su oposición a una ciudadanía europea, que no entraría en conflicto con los derechos y obligaciones nacionales de los ciudadanos. Ello conllevaría sin duda un cambio en el sistema electoral para el Parlamento Europeo e iría acompañado probablemente de ciertos derechos de voto limitados para los residentes extranjeros de nacionalidades europeas. Aunque se abordó por separado en dos Conferencias Intergubernamentales, el proceso de unión económica y monetaria es parte integrante del desarrollo de una unión política. Las políticas económicas y monetarias quedarán incluidas en las competencias de la Unión. El otro sector nuevo que debe integrarse es el formado por una combinación de la política exterior y las competencias de seguridad a nivel comunitario. La Unión Europea deberá, por principio, asumir la representación exterior de sus asuntos y decidir soberanamente todos los aspectos de su seguridad externa. En una Europa sin controles fronterizos, la seguridad interior es otro sector que deberá tratarse a nivel europeo. Paralelamente a estas modificaciones, la política de desarrollo, que ocupa ya un considerable número de actividades de la Comunidad Europea, deberá redefinirse; una coordinación consistente y efectiva de las políticas nacionales de desarrollo mediante una legislación-marco europea permitiría una mejora cualitativa importante en las relaciones de E u ropa con el Tercer M u n d o . Por último, los apremiantes problemas a m bientales requieren una política ecológica europea eficaz. E n el proceso de reforma, deben otorgarse a la Unión las condiciones para ejer- 75 cer en su totalidad las competencias ya transferidas a la Comunidad Europea. La introducción inmediata del voto mayoritario sería un paso importante en este sentido. Configurar el cambio en Europa Oriental U n a estrategia general para Europa debe prever directrices para los movimientos reformistas que están transformando Europa Oriental. Cuando formulen esta estrategia, los europeos occidentales deben tratar de definir criterios claros y objetivos para una Europa Oriental que se está aproximando a Occidente. Los criterios serán objetivos en la medida en que tengan aplicación igual y sin reservas en todos los Estados de Europa Occidental. Además, existen ciertas condiciones económicas funcionales que servirían también para evaluar la asistencia occidental a Europa Oriental. Estas condiciones deberán ser abiertas y transparentes para permitir un amplio examen de los objetivos de los proyectos de reforma, y los medios utilizados. D e este m o d o los objetivos de la reforma económica y política deberán definirse en términos precisos, aunque no demasiado estrictos. La propia Comunidad tolera entre sus miembros una amplia variedad de sistemas políticos y económicos. E n vez de proyectar modelos adaptados específicamente a la situación de Europa Oriental, parecería más apropiado formular los criterios de compatibilidad de la C E con los Estados de Europa Oriental. Estos criterios son: - U n parlamento libremente elegido. - U n gobierno democráticamente legitimado. - La garantía de los derechos humanos y civiles y la libertad individual. - El estado de derecho basado en el ordenamiento constitucional, con jurisdicciones independientes. - Fronteras abiertas y libertad del comercio. - Libre convertibilidad de las monedas. - Aplicación de los principios del mercado abierto. Sobre la base de la compatibilidad con la C E , la Comunidad debe abrir una clara perspectiva para la aceptación de nuevos m i e m bros. Y los candidatos, de conformidad con las perspectivas del proceso de integración, debe- 76 rán aceptar plenamente la base contractual y los objetivos políticos de la integración europea. C o n esta condición, una apertura de las negociaciones cuando se haya ultimado el mercado abierto, y después de un período de negociaciones calculado con arreglo a los anteriores casos de adhesión, un ingreso formal haciafinalesde siglo, parecería un calendario realista, que quizás pudiera hacerse más corto. Este calendario se basa en la previsión de que los candidatos no aceptarían la unión política de Europa Occidental, salvo que se hubiera convenido ya en el m o m e n t o de la adhesión. Considerando la evolución dinámica de Europa y los rápidos cambios de posición de los estados miembros de la A E L C , esta hipótesis no parece verosímil en los casos de Noruega y Austria, por no hablar de Suécia y Suiza. Para los que no deseen ingresar en la C o munidad, podrían considerarse otras formas de cooperación e integración, explorando todas las posibilidades de asociación en virtud del Art. 238 del Tratado de R o m a , con inclusión de formas concretas de cooperación en la formulación de políticas. La práctica actual de la C E de establecer comités compuestos por distintos gobiernos y asambleas paritarias para el estudio y la aplicación de los acuerdos, parece el mejor sistema y un punto de partida ideal para el necesario control político de la apertura de Europa Oriental. En colaboración con los miembros de la A E L C , la Comunidad deberá establecer nuevos instrumentos para la creación de un espacio económico paneuropeo. A fines de 1990, y gracias al progreso en la constitución del mercado interno, las relaciones entre las dos zonas integradas se habían aproximado ya hasta dejar atrás los criterios para la constitución de un espacio económico c o m ú n en Europa, acordados en 1987. Hoy en día la A E L C está m u cho m á s cerca de las estructuras internas del Mercado C o m ú n que cualquier otro asociado comercial de la Comunidad; el día de mañana, es probable que la A E L C se considere una institución temporal. Habiendo presentado Austria la solicitud de ingreso, y con Suécia a punto de hacerlo, afinalesde siglo esta organización habrá dejado de tener significado. Esto allanaría el camino para la presentación del concepto de un espacio económico europeo en su forma original, c o m o una estructura m o d e lo de cooperación económica para la totalidad Werner Weidenfeld y Josef Janning de Europa. A la vista de los planes originales, el objetivo último de esta regionalización económica sería crear una zona de libre comercio para todo el continente. E n la vía hacia este objetivo, los acuerdos y tratados individuales constituirían el marco necesario para los inversores, productores, importadores y exportadores. Hay sectores en los que es absolutamente indispensable el suministro de asistencia previa y de ayuda inmediata. A d e m á s de la ultimación de acuerdos vigentes de comercio y cooperación, la supresión de restricciones cuantitativas para los países de comercio de estado y la creación de un banco de desarrollo en apoyo de la inversión privada, habrá que considerar otras opciones tales como: - la aplicación a Europa Oriental de los actuales acuerdos de control de la contaminación y la promoción de las inversiones destinadas al medio ambiente; - la organización de programas conjuntos de investigación y desarrollo, o la adopción de los pertinentes programas complementarios paneuropeos; - la organización de programas de educación e intercambio para alumnos y profesores; - la mayor armonización de las normas y estándares industriales; - la revisión de los planes existentes de circulación y transporte y la conexión de Europa Oriental a las redes modernas de transporte que se vayan estableciendo; - la promoción de programas de enseñanza de idiomas y comunicación, de bibliotecas, publicaciones y servicios para la enseñanza no formal. La mayoría de estas opciones se están negociando ya en el contexto de los nuevos tratados bilaterales entre la C E y los países de Europa Oriental. En conjunto, estos elementos constituyen una estrategia diferenciada de cooperación, que puede ofrecer a los países de Europa Oriental que no deseen ingresar en la Comunidad perspectivas igualmente claras de desarrollo. Todas las medidas individuales que se adopten deberán tener en cuenta la necesidad de mantener un control político sobre el proceso, con objeto de compensar los inconvenientes que sufrirá Europa Oriental respecto a los mercados y la competencia. La integración de Europa después de la Guerra Fría 11 aproximación a la Comunidad tendrá un carácter duradero. - Las relaciones atlánticas deberán reformarse para que los europeos occidentales puedan tener una política de seguridad propia. La En los años anteriores al decenio de los 90, la adaptación de la O T A N a las realidades de energía política revitalizada de Europa se condespués de la Guerra Fría es una idea acepcentró en reformar sus estructuras internas. tada en las dos sedes de Bruselas. Parece Las perspectivas para los años venideros son dudoso, no obstante, que la Comunidad puealgo distintas: la política europea hace frente a da tomar la iniciativa a este respecto. La una serie de problemas de política exterior que Declaración Atlántica de noviembre de 1990 no se habían previsto ni preparado. La ampliaha quedado en poco m á s que palabras, porción de la Comunidad no se ajustará al calenque no se ha resuelto todavía la cuestión dario previsto por la Comisión Europea; los esencial de la organización de la seguridad cambios en Europa Oriental no seguirán el europea. Las discrepancias entre los países modelo ideal del milagro económico; los vecieuropeos respecto del papel que incumbe a nos de Europa en el Sur y sus interlocutores la Unión Europea Occidental, incluso en su comerciales en todo el m u n d o no esperarán a condición de institución intermedia, obstruque se haya posado el polvo del cambio, y la yen los progresos previstos inicialmente. Comunidad Atlántica no aguardará a que terminen los inacabables debates sobre los aspec- - A todo esto vino a sumarse la Guerra del tos cualitativos de la unión política. Golfo en 1991, que ha arrojado una luz nueva sobre las responsabilidades mundiales de Las respuestas que ha de proporcionar E u Europa. Contrariamente a las hipótesis "europa Occidental apuestan, en conjunto, por la rofóricas" del establecimiento de un nuevo estrategia del "todo de una vez". Paralelamenorden mundial una vez terminado el conflicte a la ultimación del mercado interno, el esto Este-Oeste, subsisten las luchas por el poquema ideal supone la instalación en el contider, las riquezas y los recursos y Europa, isla nente a partir del 1 de enero de 1993, de un de riqueza, sigue atrayendo trabajadores innuevo orden: migrantes y refugiados políticos en cantidades que exceden a su capacidad de absorción - Las relacions entre la C E y la A E L C se basapolítica, económica y cultural. La opción de rán en la ratificación del acuerdo sobre el una "gran Suiza" no existe para Europa. Si Espacio Económico Europeo que, no obstanbien algunas potencias europeas podrían lite, no se ha concluido aún. Sus perspectivas brar guerras periféricas limitadas, la organidecrecen en proporción a la voluntad de los zación y la salvaguardia de la paz en las Estados de la A E L C de solicitar el ingreso en regiones adyacentes a Europa supera con la CE. m u c h o las posibilidades de una sola nación. - Las relaciones Este-Oeste en Europa se baAsí pues, el Mediterráneo y el continente san en una nueva serie de acuerdos entre la africano se convertirán en la principal preoC E y los países de Europa Oriental que fuecupación de la política exterior europea. ron miembros del C O M E C O N . A d e m á s de las cuestiones relacionadas con el comercio y - Por último, la competencia mundial para la ayuda financiera, estos acuerdos contenexplotar los mercados del futuro no perderá drán una sección política en la que se prevé nada de su intensidad. La posición de Eurola vinculación política de estos Estados a la pa en el triángulo tecnológico se está debiliC E . Las perspectivas de estas negociaciones tando. La disputa sobre los contingentes de parecen también dudosas. Los continuos importación de los automóviles japoneses en cambios han despojado de significado a la la Comunidad Europea parece evitar la pista primera serie de acuerdos, antes incluso de central en la que tiene lugar el enfrentamienque entrasen en vigor: la segunda serie poto de las nuevas tecnologías. Esta posición dría conocer el m i s m o fin. Dadas las incertirevela una debilidad estructural: mientras dumbres sobre el futuro de la Unión Soviétique los Estados Unidos mantienen estrechas ca y la difícil posición de Europa Oriental en relaciones tanto con el Japón c o m o con E u lo que concierne a la seguridad, el proceso de ropa Occidental, la C E apenas ha empezado III. T o d o d e un golpe: años difíciles para Europa 78 a establecer relaciones de asociación con los estados de América del Norte. Werner Weidenfeld y Josef J arming realizar un rápido ajuste, y supone la desaparición en breve plazo de las hasta ahora familiares condiciones de vida. A d e m á s , no es posible E n resumen, en los años próximos hará efectuar reformas limitándose a copiar los profalta movilizar los recursos económicos y la cesos occidentales; Europa Oriental ha de traenergía política en toda Europa, con una in- tar de sortear los fracasos ecológicos, sociales y tensidad sin precedentes en el proceso de inte- políticos que tuvo Occidente. gración europea. El tiempo se ha convertido Para hacer frente a esas tareas, los euroen un artículo m u y valioso, y los riesgos del peos occidentales deberán acopiar recursos "todo de una vez" son considerables. Así pues, materiales de un orden de magnitud aún i m al conceptualizar la concentración de los es- posible de apreciar, que incluirán no sólo asisfuerzos de cambio, los decisores europeos de- tencia inmediata, que podría convertirse en un berán observar tres condiciones básicas: factor permanente de los años 90, sino también el suministro de capitales privados, garantías estatales, subsidios o compensaciones El eje temporal financieras. Esto impondrá nuevas cargas a los El deseo de encerrar el proceso de integración presupuestos públicos; los políticos tendrán del continente en el ceñido corsé de un calen- que aceptar la responsabilidad de esas cargas, dario parece contradecir la dinámica de la si- y defenderlas ante los electores. Los dividentuación en Europa. N o obstante, la secuencia dos de la reforma no se percibirán en un futude decisiones políticas tendrá repercusiones ro próximo; la creación de una Europa d e m o m u y considerables en el m a p a de la Europa del crática es, evidentemente, una inversión a año 2000. Cada una de las perspectivas y con- largo plazo. ceptos mencionados anteriormente pueden Así pues, Europa Occidental debe manteconvertirse en realidad en los años 90. Esto es ner y desarrollar sus recursos materiales: efiválido para el mercado interno y la unión ciencia económica y competitividad, consenso política, la ampliación de la Comunidad, la político y solidaridad europea. Y ninguna de consolidación de la cooperación económica en las dos partes ha de pasar por alto sus recursos una sola zona económica europea, el desarme intelectuales y espirituales: apertura, confiany la reconstitución de las alianzas, y lo que es za, paciencia y laboriosidad. igualmente importante, el nuevo papel de Europa en los asuntos mundiales. El marco político global Considerando esta multiplicidad de tareas, parece necesario sincronizar las medidas indi- La planificación política europea para el desaviduales, tanto de procedimiento c o m o de rrollo del continente en los años noventa se contenido. Todas las reformas, cualquiera que basa en la hipótesis de un marco político m u n sea el sector en el que se lleven a cabo, forma- dial generalmente estable. Sin embargo, al e m rán parte integrante de la estructura futura del plear sus energías materiales y políticas, Eurocontinente; la diferenciación y retraso de cual- pa no ha de olvidar su dependencia del contexquier elemento surtiría inevitablemente un to mundial. Los elementos clave de esta relaefecto desestabilizador en todo el proceso. ción son: un abastecimiento seguro de materias primas y energías, sin subidas excesivas de los precios; un proceso continuado de desarroLos recursos llo tecnológico e innovación industrial, así Europa Oriental y la Unión Soviética adolecen c o m o la competitividad de los productos eurode un retraso considerable, superior incluso a peos en el mercado mundial; la estabilidad de las oportunidades que han perdido en los 40 las cercanas regiones críticas de Africa y últimos años. Estos países deben dar un gran Oriente Medio, y la prevención de catástrofes salto adelante en todos los campos de la socie- de desarrollo y crisis demográficas en los paídad moderna, de proporciones mucho m a y o - ses del Tercer M u n d o . res a todo lo que han realizado los europeos A partir de estas tres condiciones podemos occidentales hasta ahora. La coalición directa llegar a la conclusión de que en los años 90 de dos fases distintas de desarrollo obliga a Europa no puede permitirse el lujo de ensimis- 79 La integración de Europa después de la Guerra Fria marse en su propia contemplación; elfinaldel conflicto Este-Oeste no quiere decir que se hayan disuelto los complejos internacionales de interdependencias y problemas. Es sumamente importante reforzar los instrumentos europeos de control político, especialmente dentro de Europa Occidental. La duración del techo político para todo el continente dependerá en último término de la estabilidad de sus cimientos. La capacidad de concebir y configurar la Comunidad Europea c o m o columna central de la unidad europea sigue siendo el cometido primordial de cara al futuro del continente. Traducido del inglés Nota 1. Los análisis y opiniones que se exponen en este artículo fueron tratados in extenso en nuestra serie sobre las "Estrategias y opciones para el futuro de Europa". N o s hemos referido en especial a los siguientes estudios: Research Group on European Affairs, European Deficits, European Perspectives - Taking Stock for Tomorrow, Gütersloh 1989; Werner Weidenfeld, Curt Gasteyger, Walther Stiitzle & Josef Janning, Die Architektur europäischer Sicherheil: Probleme, Kriterien, Perspektiven, Gütersloh 1989; Werner Weidenfeld & Josef Janning, Der Umbruch Europas; Die Zukunft des Kontinents, Gütersloh 1990; Werner Wiedenfeld et al, The Shaping of a European Constitution. Proposals for the Institutional Development of the European Community, Gütersloh 1990; Werner Weidenfeld et al., Die doppelle Integration: Europa und das grössere Deutschland, Gütersloh 1991; Werner Weidenfeld (ed.) Wie Europa verfasst sein soll. Materialen zur Politischen Union, Gütersloh 1991 (de próxima aparición). La integración de las economías de la Unión Soviética y los países de Europa del Este después del C A E M : desafios y perspectivas* Ryszard Lawniczak rial que publicó el popular periódico polaco de Solidaridad, la "Gaceta Wyborzca", el 12 de septiembre de 1990, pocos días después de A comienzos de 1990 un experto alemán llegó haberse anunciado que, a partir de 1991, el a la conclusión de que: "Diríase que el Conse- Gobierno soviético tenía la intención de redujo de Asistencia Económica Mutua está llegan- cir considerablemente los suministros de pedo al fin de sus días... En vista de sus logros, lo tróleo y electricidad a Polonia. El editorialista mejos sería enterrarlo y empezar de cero"1. escribía: "Los problemas actuales del suminisSin embargo, después del desmantelamiento tro de gas y petróleo hacen que la gente se del C A E M en junio de 1991, se ha creado una pregunte si merece la pena que Polonia siga situación paradójica: los trabajos de los exper- siendo miembro del C A E M . Esta organización no ha sido nunca un consetos, políticos y periodistas jo de asistencia mutua ni del Este y del Oeste evaRyszard Lawniczak es profesor de de ningún otro tipo, sino lúan distintamente las poCiencias Económicas y Comercio Inmás bien un mecanismo de sibilidades de cooperación ternacional en la Escuela de Ciencias Económicas, Poznan, Polonia. Actualdominio unilateral de la en esta nueva era. mente es profesor invitado en el D e U R S S sobre sus países saPor una parte, en los partamento de Ciencias Económicas télites, que Moscú trata de de la Universidad de Melbourne, Parkllamados "países post-coville. Victoria 3052, Australia. Autor mantener". munistas", el derribo del de numerosas obras, c o m o Non-Tariff régimen comunista y la inLo paradójico es que, Restrictions in International Trade (1987), estudia los problemas de transitroducción de un sistema más o menos al m i s m o ción de las economías planificadas a de partidos y de los princitiempo, en la prensa m á s las economías de mercado en Europa pios de la democracia parinfluyente de Occidente y del Este. lamentaria y la economía en las publicaciones oficiade mercado suscitaron un les del Banco Mundial y de entusiasmo revolucionala O T A N 2 aparecieron arrio. En el ámbito de la potículos afirmando que la lítica exterior, ello fue debido también al cese desintegración del C A E M sería desfavorable de la presión política ejercida por la Unión para los intereses de países tanto del Este Soviética y a las perspectivas de estableci- c o m o del Oeste de Europa. El New York Times miento de lazos políticos y económicos más del 1 de septiembre de 1990, por ejemplo, estrechos con Occidente, en particular con la publicó un artículo de la conocida periodista C E E . E n este contexto, las voces en favor de estadounidense Flora Lewis, desde París. Seuna disolución de la Organización, o la retira- gún esta corresponsal, los países de Europa da de ella de sus diversos países, se hicieron Central y Oriental estaban tan deseosos de cada vez más frecuentes en los medios de co- establecer en el plazo más breve posible lazos municación de los antiguos miembros del estrechos con la C E E (viendo en ello la soluC A E M . U n ejemplo típico de ello fue el edito- ción a sus problemas económicos) y liberarse Introducción RICS 131/Marzo 1992 82 de los vínculos con el C A E M , que no se habían parado a pensar en las posibilidades de cooperar entre ellos. Esto, afirmaba Flora Lewis, era una grave equivocación, porque esta cooperación (liberada de las distorsiones entonces presentes) sería tan beneficiosa para los países de la región c o m o lo es la C E E para Europa Occidental. La tercera tendencia la representaban un grupo de expertos gubernamentales pertenecientes a la comisión establecida en la 45 reunión del Consejo, para estudiar las reformas y cambios propuestos en los estatutos del C A E M . El primer anteproyecto de estatuto, que convertía al C A E M en un órgano consultivo c o m o la O C D E , estaba listo a mediados de 1990, en espera de aprobación. D e resultas del debate en la Comisión, se llegó a la conclusión de que el C A E M tenía que seguir existiendo, pero solo en forma de organización-marco, un C A E M renovado que iba a ser el sucesor legal del antiguo Consejo de Asistencia Económica Mutua. A la vista de las opiniones y concepciones contrastadas en el Este y el Oeste, se plantea una serie de cuestiones: Ryszard Lawniczak D e la integración a la desintegración El grado de integración alcanzado por el C A E M después de 60 años de existencia no era m u y elevado1, en particular si lo comparam o s con la C E E o la A E L C . El proceso de integración del C A E M creó dependencias estructurales rígidas e interdependencias sistémicas entre los países miembros 4 , que eran demasiado acentuadas para que pudieran desatenderse al establecer un nuevo sistema. Su rasgo más característico era el alto nivel de dependencia de los países miembros con respecto a la U R S S . El intercambio comercial consistía principalmente en un trueque entre las materias primas de la U R S S , que podían desviarse fácilmente a otros mercados no pertenecientes al C O M E C O N , y productos m a n u facturados de los otros países miembros, que no podían colocarse en otros mercados debido a su baja calidad y a la ausencia de técnicas efectivas de comercialización. C o m o el comercio es la quintaesencia de la integración económica y el instrumento central de la promoción de la división regional del trabajo, merece la pena señalar que los países - ¿ C ó m o explicar la divergencia de opiniones miembros del C A E M tenían notables anteceen el Este y el Oeste respecto de la utilidad dentes de comercio mutuo, basado en acuerdel mantenimiento de la integración regional dos bilaterales negociados en el contexto de esa organización. En comparación, sólo Eurode los países del C A E M ? pa Occidental -con su comercio interno de - ¿ Q u é posibilidades hay de integración manufacturas liberado de trabas arancelariassubregional de los países de Europa Central tenía una proporción más elevada de comercio y Oriental en una perspectiva a largo plazo intrarregional en sus intercambios de mercade 20 a 30 años, y cual será la naturaleza y derías (70 % en comparación con el 60 % de organización del nuevo grupo (o grupos) in- Europa Oriental y la U R S S ) . El alto grado de tegrado en esa región? dependencia con respecto al mercado y los suministros de la Unión Soviética lo demues- ¿Hasta qué punto pueden contar los países tra el hecho de que las exportaciones a ese país de Europa Central y Oriental con llegar a un representaron alrededor de u n 25 por ciento estrechamiento de los vínculos con la C E E de las exportaciones polacas y húngaras en en forma de asociación, y m á s adelante de 1988 y 1989 (véase el cuadro 1). Checoslova"integración plena", y qué influencia ejerce- quia dependía aún más del mercado soviético, rá esto en los procesos de integración de la al que enviaba las dos quintas partes de sus región? exportaciones; en el caso de Bulgaria, la pro- ¿Qué papel desempeñará la Unión Soviética porción era de los dos tercios. Este tipo de en la integración de Europa Central y Orien- estructura radial del comercio interno del 1, diseñado tal, y en qué medida las repúblicas ya inde- C A E M puede verse en el gráfico 5 por dos economistas polacos . pendientes participarán en ese proceso? En este gráfico puede verse claramente que El presente artículo es un intento de res- las relaciones comerciales internas del C A E M estaban constituidas sobre todo por las relacioponder a estas cuestiones. La integración de las economías de la Unión Soviética y ios países de Europa del Este después del CAEM bienes y servicios (por ejemplo, el oleoducto de Orenburgo, o las conexiones de electricidad), gracias a la "especialización convenida"; - las interdependencias sistémicas, c o m o la estructura orgánica, así c o m o los principios y normas compatibles con la planificación económica central tradicional. Teniendo esto en cuenta, es evidente que en estas circunstancias todo cambio en la estructura y los principios del comercio del C A E M no era "... una opción para un cambio de políticas a corto plazo, sino un proceso prolongado de restructuración, que ofrecería el mejor medio para alcanzar ese fin"6. Afinalesdel decenio de 1980, y en contraste con el rápido progreso de la integración de Europa Occidental, la desintegración del C A E M estaba cada vez m á s clara. Se observaban numerosos síntomas, entre ellos los siguientes: G R Á F I C O 1. Modelo empírico de la estructura espacial de la intensidad de relaciones comercia- - el estancamiento del comercio mutuo, con un descenso considerable a finales de los les dentro del C A E M . (El grosor de las líneas da una idea aproximada de la intensidad de las relaaños 80 y una reducción aún más acelerada ciones comerciales entre los países europeos desde 1990 7 ; miembros del C A E M ) - el rompimiento de los lazos de cooperación entre las empresas; - numerosos ejemplos de "guerras aduaneras" para la protección de los mercados internos nes entre cada uno de sus países miembros y la devastados (p. ej., Polonia-Checoslovaquia, URSS. Polonia-RDA, URSS-Polonia); Esta estructura radial del comercio interno la competencia entre los países europeos del del C A E M se veía reforzada por: C A E M para obtener de la C E E las condiciones m á s favorables; - el relativo adelanto de las infraestructuras comunes que facilitaba el movimiento de los - la competencia para atraer capitales extranC U A D R O 1. Distribución de las exportaciones de los países de Europa Oriental y la U R S S , 1988 (porcentajes) Origen/Destino Bulgaria Checoslovaquia Rep. D e m . Alemana Hungría Polonia Rumania Los seis países URSS Europa del Este URSS Países desarrollados Resto del m u n d o 18 30 24 17 16 21 22 49 61 43 42 28 24 31 40 - 7 19 27 43 47 33 27 25 14 8 7 12 13 15 11 26 Fuente: Comunicado de prensa del G A T T , 14 de marzo de 1990. 83 84 Ryszard Lawniczak cooperación. Talyzin afirmó que la Unión Soviética era partidaria de la segunda solución8. Otra prueba de la nueva actitud soviética, partidaria ahora de las soluciones más radicales, fue la proclamación del Primer Ministro soviético, en la 45 reunión del Consejo celebrada en Sofía en enero de 1990, según la cual a partir de enero del año siguiente el comercio soviético con los miembros del C A E M se facturaría en monedas convertibles. D e este m o d o se derrumbaba otro de los "pilares del C O M E C O N " , el empleo de unidades de cambio no convertibles, los rublos transferibles Las tendencias de desintegración en el (RT). C A E M eran de origen político y económico. Las razones económicas de la desintegraDiversos procesos políticos, como la aparición ción fueron expuestas en líneas generales, pero de "Solidaridad" en Polonia en 1980, la subi- m u y apropiadamente, por el Primer Ministro da al poder de Gorbachov y la introducción de soviético en la 44 reunión del Consejo, celela "perestroika", así como la constitución del brada en Praga en 1988: "El modelo de la primer gobierno no comunista de Polonia en división extensiva del trabajo entre nuestros junio de 1989, ejemplo que después seguirían países, que se desarrolló históricamente, ha otros países del C A E M , desencadenó el proce- agotado sus posibilidades". Ello significaba so de democratización que, a su vez, hizo posi- que la mayoría de los Estados miembros hable la crítica social al C A E M . D e resultas de bían llegado a la conclusión de que el sistema estas críticas, y de las reformas económicas había resultado ineficiente e incompatible con introducidas a ritmo distinto en los diferentes los progresos nacionales en las economías inEstados miembros, empezaron a exigirse ternas y también en el comercio exterior9. Hay transformaciones radicales que basasen los muchas razones que explican esto. mecanismos del C A E M en los principios de Ante todo, está el hecho de que esta organimercado. zación económica internacional no era m á s Lo más importante en todo ello fue la Unió que una réplica burocrática de los sistemas Soviética, que habiéndose opuesto durante económicos de los países miembros. Durante muchos años a cualquier cambio del mecanis- muchas décadas, en todos estos países (excepm o de integración del C A E M (cambios que to quizás Polonia y Hungría), y sobre todo en habían sido propuestos hacía mucho tiempo la propia Unión Soviética, el complejo mecapor los economistas polacos, entre otros), esta nismo de la economía fue administrado m e vez tomó la delantera de los países que recla- diante un sistema central inalterado, basado maban reformas radicales encaminadas a la en órdenes administrativas. El tiempo ha reveconstitución de un C A E M orientado al merca- lado despiadadamente todas las deficiencias y do. Por ejemplo, en 1988 apareció, en los do- limitaciones de este modelo, y su inutilidad en cumentos oficiales del C A E M , la idea de crear la práctica. En tales circunstancias, el C O M E un mercado unificado. En una conferencia de C O N no podía ser otra cosa que lo que era, prensa celebrada el 20 de febrero de 1988, el desgraciadamente. Viceprimer Ministro y Representante PermaLos otros motivos eran las grandes disparinente de la Unión Soviética, Nikolai Talyzin, dades entre los países del C A E M . Mientras declaró que podían distinguirse dos posicio- que la C E E es una asociación de países básicanes. Según la primera, para llegar al mercado mente homogéneos, con un nivel de desarrollo unificado deberían ponerse antes en orden los comparable y estructuras económicas esencialmercados nacionales; la otra posición sostenía mente iguales, el C A E M podía muy bien divique era inútil esperar más y que debían crearse dirse en tres grupos considerablemente difeya los elementos de un mercado unificado, renciados. El primero en la propia Unión aumentando el intercambio de bienes al nivel Soviética, país que es básicamente autosufimás bajo y simplificando los mecanismos de ciente y está inevitablemente interesado en la jeros, por ejemplo ofreciendo generosos descuentos fiscales; - y lo que es más importante, la desintegración de la propia Unión Soviética, ya que a finales de agosto de 1990 ocho de las quince repúblicas cuyos parlamentos habían declarado la independencia abandonaron la Unión. Estas repúblicas reclamaban el control de la política económica y las propiedades públicas, y algunas de ellas (Estonia, Letónia y Lituânia) exigían la independencia absoluta. La integración de las economías de la Unión Soviética y los países de Europa del Este después del CAEM rta í'.f.nz *.or.o z¿ lnaaocn^nci i>odepí<all 2 plné noel aáidíni tuto ~nslouvu íreeidi» llfcánské •» ,rl- Míov.Stio lldové r.ro- re, itliky J0^^Z pino aool Pr«sldl* Ltdováho ahronáiddní 3ull»r»k4 lidQY< republxky 7 ñ 0 4/M^#vOë, 2 plné aooi *r««14i* Mal«x>ak4 lldové republiky Zk^,*v-¿£»' é^^é&m^' 2 plné cao el ?r« » id« rita l é M o k é daw< krntioké republiky Documento en el que constan cuatro de las ocho firmas del Tratado de Varsóvia, del 14 de mayo de 1955, entre Albania, Bulgaria, Hungría, la R D A , Polonia, Rumania, Checoslovaquia y la U R S S . Keystone. 85 86 cooperación económica con otros países; el segundo lo formaban los países europeos, con un nivel comparable de potencial económico y niveles de desarrollo, a saber, Bulgaria, Checoslovaquia, Alemania Oriental, Hungría, Polonia y Rumania (Albania se había retirado antes). Y , por último, estaban los países subdesarrollados no europeos: Cuba, Mongolia y Vietnam. La tercera razón económica importante era "la constante desconfianza hacia todas las transacciones del C A E M y... la sospecha popular en todos los países miembros de salir siempre perdiendo"10. Esta actitud se debía a las deficiencias de las normas defijaciónde precios, la falta de tipos de cambio "económicos" y el sistema de pagos según el cual los excedentes en rublos transferibles con un asociado no podían "convertirse" en bienes de otro asociado o intercambiarse con otras monedas del C A E M . Por consiguiente "... en cierto sentido todos los miembros del C A E M salían perdiendo. Los soviéticos proporcionaban a sus aliados energía y materias primas con las cuales podían haber comprado maquinaria occidental, equipo y bienes de consumo de calidad superior, y los países de Europa Oriental salían perdiendo porque el comercio en el C A E M fomentaba la ineficacia y el aislamiento con respecto al resto de Europa"". El cuarto factor externo eran las esperanzas y expectativas de los países ante la posibilidad de un acceso más amplio al dinámico mercado de la C E E . Este acceso deseaban obtenerlo mediante la adquisición, lo antes posible, de la condición de miembro asociado y, quizás en un futuro no m u y lejano, de miembro de pleno derecho. El último intento de poner freno al proceso de desintegración en el marco del viejo sistem a del C A E M fue un consenso político respecto de la necesidad de aplicar una estrategia nueva, orientada hacia el mercado. Este consenso se refleja en un documento adoptado en la reunión de Praga, de julio de 1988, con el título, "Concepto colectivo de la división socialista internacional del trabajo para los años 1991-2005". Entre otras cosas, los miembros del C A E M (excepto Rumania) expresaron su "... intención de crear las condiciones -paso a paso- para un libreflujode bienes, servicios y factores de producción con miras a edificar un mercado unificado a largo plazo"12. Aunque Ryszard Lawniczak por primera vez en la historia del C A E M se había formulado la idea de un "mercado com ú n " del C A E M en un documento oficial, desde un principio se expresaron dudas justificadas, ya que no críticas, sobre la posibilidad de llevarlo a la práctica en un futuro previsible. E n aquel m o m e n t o no existían las condiciones previas para el establecimiento de un mercado unificado de este tipo, en particular: - la descentralización a las empresas de la facultad de decisión, con la consiguiente autonomía de éstas y el derecho a exportar e importar directamente sin mediación alguna para las empresas comerciales extranjeras, negociar los precios de suministro de los bienes y servicios, abrir cuentas en diferentes monedas y hacer pagos directamente con cargo a esas cuentas; - un sistema de precios y tipos de cambio adaptado a condiciones de escasez, que precisa la introducción de tipos de cambio más realistas entre las monedas nacionales y el rublo transferible; - la convertibilidad de las monedas nacionales y el rublo convertible, que de por sí lleva consigo una serie de condiciones previas, c o m o por ejemplo: la convertibilidad de los bienes producidos en cantidad y calidad suficientes para equilibrar el suministro de bienes y la cantidad de efectivo en los mercados nacionales, y la introducción de amplias reformas en el sistema de precios de todos los países del C A E M ; - la implantación de sistemas nacionales de control del comercio con aranceles, subsidios, tipos de cambio y contingentes, que puedan influenciar de manera efectiva los niveles del comercio; - la revisión del procedimiento defijaciónde precios en el interior del C A E M . El colapso de los regímenes comunistas de los países europeos miembros del C A E M en el último trimestre de 1989 hizo irreversible la tendencia hacia la economía de mercado en todos esos países (con inclusión de la U R S S ) , con diversos grados y detalles en lo relativo a los conceptos de mercado y privatización. Cabía preguntarse si la conversión de estas economías al mercado, y la progresiva d e m o cratización de los correspondientes sistemas políticos, contribuirían a la larga al proceso de La integración de las economias de la Unión Soviética y los países de Europa del Este después del CAEM desintegración que llevaba produciéndose, a paso lento pero seguro, desde hacía m á s de 40 años en el marco del C A E M , o bien si sería posible detener dicho proceso. Vlad Sobell adelantó la tesis de que una "mercadización" genuina del C A E M contiene en la práctica las semillas de la desintegración del grupo, o por lo menos provocará una reconcepción fundamental de la arquitectura del sistema, lo que vendría a ser lo mismo 1 3 . Se preguntaba este m i s m o autor: "¿Por qué ha de haber un mercado común propio de Europa Oriental, fronterizo, por no decir competidor, con la poderosa C E E ? Es más, si se aplicasen verdaderamente los principios genuinos de mercado en el C A E M , ¿no acabarían dando lugar a una reintegración con el resto de Europa, c o m o solución m á s idónea?". A diferencia de lo que cree Sobell, nosotros podríamos formular la siguiente tesis: después de un período de euforia revolucionaria post-comunista, vendrá otro período en el cual habrá que hacer frente a la realidad, en particular la económica. D e resultas de ello, c o m o veremos m á s adelante, después de un cierto período transitorio durante el cual la desintegración será más virulenta, por la inercia misma del proceso (1991, 1992), la economía y la política obligarán a los países de Europa Oriental y a la Unión Soviética (no en su conjunto, sino a través de sus diversas repúblicas y empresas) a intensificar paulatinamente su cooperación económica dentro de un C A E M renovado, o sea una organización económica que llevará un nombre distinto y se encargará de cometidos ligeramente diferentes y m á s limitados que los del C A E M . Las realidades económicas y políticas pondrán freno al proceso de desintegración de Europa Central y Oriental y de la propia Unión Soviética; estas realidades son, principalmente, las siguientes: - los intereses de los círculos económicos y políticos de Occidente, aunque parezca más bien improbable, y - la dependencia estructural ya citada de las economías de los países que fueron m i e m bros del C A E M . La constitución de una región políticamente estable en Europa Central, basada en los principios de la economía de mercado, respon- de a los intereses de Occidente. A d e m á s , la formación de una confederación soviética en la que podrían colocarse productos e invertirse capitales es también de interés para los occidentales. Cabe recordar la situación análoga que se produjo cuando fue preciso reconstruir Europa Occidental después de las devastaciones de la guerra. Así pues, la política de Occidente mira a la promoción de una democracia estable en los países post-comunistas y, en el ámbito de la economía, a la "promoción de la cooperación regional centroeuropea y la creación de una nueva confederación soviética"14. Abundando en lo que ya había indicado en el New York Times de 1 de septiembre de 1990, Zbigniew Brzezinski, expresó de nuevo su preocupación por "ciertos aspectos de la c o m petencia polaco-checoslovaca-húngara para crear una economía de mercado y atraer capitales extranjeros", y exhortó una vez m á s a esos países a que promovieran la integración económica regional. E n dos artículos de Z . Brzezinski (el ya mencioando, y otro del 7 de marzo de 1990), se hacía la sugerencia de que "la asistencia económica y ecológica de Occidente podría depender, hasta cierto punto, de la voluntad de los receptores de dedicarse a la cooperación multilateral"15 Parece ser, pues, que Occidente se propone incluso ejercer presión sobre los países de Europa Central (aparte de la Unión Soviética) para que establezcan nuevas formas de cooperación regional mutua; Occidente está también interesado en que la Unión Soviética (mediante la perestroika) cree una "confederación soviética nueva y auténticamente pluralista". H e aquí algunos elementos que confirman esta tesis: - en primer lugar, las empresas occidentales podrían estar más interesadas en instalarse en Polonia o en Hungría si supieran que, con esas inversiones, obtienen el acceso a todo el mercado de Europa Oriental, y no sólo al mercado local"16. Por analogía, podríamos decir que los inversores occidentales estarán interesados en invertir, pongamos por caso en Ucrania, si gozan de un mayor acceso a los mercados de otras repúblicas soviéticas. Esta simple verdad no ha llegado todavía hasta las sociedades de Europa Oriental y las repúblicas soviéticas, que viven aún en un estado de euforia revolucionaria; 87 88 Ryszard Lawniczak - en segundo lugar, la creación de un mercado dinámico que abarque Bulgaria, Polonia, Checoslovaquia, Hungría y Rumania, o en un principio quizás solamente Checoslovaquia, Polonia y Hungría, es indispensable para poner en funcionamiento los instrumentos que faciliten la transición del mercado nacional al mercado mundial17. E n otras palabras, será menester que los países de Europa Oriental se acomoden en una especie de "sala de espera" para el ingreso en la CEE. "Los administradores de Ikarus hablaban vagamente de "nuevos mercados", pero no pudieron encontrar ninguno"19. Podríamos exponer múltiples ejemplos de empresas de Polonia, Checoslovaquia, H u n gría o Bulgaria cuyas perspectivas de venta a Occidente son escasas porque no pueden competir con la tecnología más perfeccionada de los productos occidentales. Si estas empresas no pueden conservar sus mercados tradicionales en la zona que fue del C A E M , la situación puede ponerse difícil, y es de prever una considerable pérdida de empleos de resultas de las Parece c o m o si Occidente alentase a los reducciones en el comercio de esta área. países de Europa Oriental a dedicarse a la Nötzold señaló acertadamente que, "...en el cooperación regional porque aún no está en caso de Europa Oriental no se trata de saber condiciones de incorporarlos a la C E E , en vías c ó m o sustituir los suministros soviéticos de de integración política. En 1990, el Secretario materias primas y combustibles; el problema de Estado francés, Lionel Stoleru, trató de ex- estriba en encontrar suficientes posibilidades plicar, sin muchas contemplaciones, la situa- de venta de los productos del Este. Los víncución real a las partes interesadas. En un artícu- los económicos en la zona del C A E M dismilo publicado en el periódico Le Monde, relati- nuirán, pero sin que exista una alternativa 20 vo al C A E M , Stoleru escribía: "Quizás haya auténtica a la cooperación en esta región" . llegado el momento de poner fin a los sueños. El 17 de septiembre de 1990, el Ministro Quizás debamos convencer a Polonia, R u m a - polaco de Cooperación con los Países Extrannía, Checoslovaquia, Hungría y Bulgaria de jeros, Sr. Swiecicki, declaró lo siguiente: "Soque, no solo no están en condiciones de ingre- mos capaces, hasta cierto punto, de comprar sar en la C E E , donde serían devoradas desde petróleo y gas, pero si la Unión Soviética no el punto de vista económico, sino que además compra maquinaria y equipo polacos nuestra la propia C E E no está todavía en condiciones industria hará frente a una situación catastróde recibirlas"18. Refiriéndose a la falta de pre- fica"21. paración de los países del C A E M para inteSi nuestra argumentación es correcta, desgrarse en Europa Occidental, los comentaristas pués de un período de desintegración es de occidentales señalan, ante todo, la baja compe- prever un retorno gradual a la cooperación titividad de los productos del Este. En opinión económica dentro de un C A E M renovado, de The Economist, "... demasiadas empresas esto es una nueva organización económica de de Europa Oriental carecen de técnicas de los antiguos miembros del C A E M , que sin mercado y de productos que puedan venderse duda alguna, no incluirá a Alemania Oriental. en Occidente". Las empresas de Alemania Es indudable que el papel de la U R S S en esta Oriental se percataron rápidamente de esto nueva organización será diferente. después de la unión monetaria entre los dos estados alemanes. El segundo factor que, a nuestro juicio, limitará la desintegración a largo plazo, a saber, la considerable interdependencia de las economías de los países que componían el C A E M (la infraestructura existente), ha sido observada también por las publicaciones occidentales. U n o de los ejemplos m á s citados es el caso de la famosa fábrica húngara de autobuses "Ikarus", que se vio en situación de suspensión de pagos cuando perdió sus clientes soviéticos. C o m o señala The Economist, De la desintegración a la cooperación A mediados de 1989, el proyecto de estatutos de la nueva organización económica estaba acabado. La organización debía ser el sucesor legal del C A E M , y la preparación del proyecto *Proyecto de investigación respaldado por la Fundación Alexander von Humboldt (Bonn). La integración de las economias de la Unión Soviética y los países de Europa del Este después del CAEM "im:" * ""iE:<WMMCSNK» J fmStã&^íè^"'í """HÜ "A» ÏJWT** Los cambios económicos de la Europa del Este: ventas de productos diversos en las calles de Varsóvia, por los ciudadanos rusos que van y vienen a miles entre la U R S S y Polonia, imapress 89 90 Ryszard Lawniczak corrió a cargo de la comisión creada para estu- derecho soberano de los Estados miembros a diar las propuestas de cambios y reformas en ingresar en otras organizaciones económicas los estatutos del C A E M , por decisión de la internacionales (incluidas las encaminadas a la histórica reunión "post-revolucionaria" del integración de sus miembros), o concertar Consejo. Basándonos en los comentarios y es- acuerdos con los miembros de esas organizapeculaciones de la prensa y, sobre todo, en una ciones. E n la práctica, ello significaba que los entrevista con el Secretario del C A E M , profe- Estados miembros mantenían sus posibilidasor W . Syczew", podríamos tratar de recons- des futuras de ingresar en la C E E o la A E L C . truir la "forma" de la nueva organización, tal En lo referente a las decisiones de la Orgay c o m o la diseñaron los expertos. nización, se preveía el mantenimiento del En términos generales, se trataría de una "principio de interés" del antiguo C A E M . Este organización intergubernamental para la coo- principio niega el derecho de veto a los países peración multilateral, una especie de organiza- que no están directamente interesados en la ción-marco cuyo modelo podría ser la O C D E . cuestión de que se trate. Las decisiones se Su objetivo consistiría en la promoción del tomarían por consenso de todos los Estados desarrollo efectivo de las economías de los miembros. países miembros, con arreglo a los principios C o m o en la anterior entidad, el principal del mercado. Además, la organización tendría funcionario de la Organización sería su Secreque integrar las economías de sus países tario, y su órgano m á s importante el Comité miembros con la economía mundial, compren- de Representantes de los Gobiernos, que se dida la de Europa y otras agrupaciones regio- reuniría, de ser necesario, a nivel de primeros nales. U n o de los nombres propuestos para la ministros. nueva entidad era el de Organización de CooC o m o el mecanismo de cooperación econóperación Económica. mica, con la nueva organización, debía basarse Las tareas de la nueva organización debían en los principios del mercado, en los debates de la 45 reunión del Consejo, celebrada en consistir en: Sofía, se planteó el problema de las etapas en - la creación de una economía de mercado su introducción. Conscientes de que ciertos multisectorial en los países miembros, con países estaban introduciendo reformas econóempresas autónomas y la promoción del es- micas radicales y adoptando el modelo de mercado a ritmos distintos, los presentes conpíritu de empresa; - la introducción de los principios del merca- vinieron en que la transición debía ser grado en las relaciones internacionales de los dual. países miembros; Esto concernía principalmente al problema - la liberalización de las relaciones económi- de la transición del comercio interno de la cas con otros países y la introducción de zona del C A E M , en monedas no convertibles, a los precios del mercado mundial. A este monedas convertibles. respecto los países de Europa Oriental se enA nivel intergubernamental la cooperación contraban ante un dilema. Por una parte estade los países miembros se limitaría al inter- ban oficialmente a favor de la transición a un cambio de información y a consultas mutuas sistema basado en monedas fuertes y precios sobre cuestiones económicas. Las actividades del mercado mundial, mientras que por la otra de previsión, análisis y estadísticas se llevarían se daban cuenta de que esto tendría consecuencias desastrosas para ellos a corto plazo, a cabo también a nivel intergubernamental. Los miembros de la comisión llegaron a un por la alteración de la relación de intercambio 23 amplio consenso en cuanto a las relaciones en favor de la Unión Soviética . internacionales de la Organización y de sus En la práctica resultó que la Unión Soviétipaíses miembros. La Organización estaría fa- ca no cumplió las reglas de la transición gracultada a concertar acuerdos internacionales, dual a los nuevos principios de intercambio y lo que en la práctica exigiría una cierta coordi- cooperación. Por ejemplo, afinesde agosto la nación de las políticas económicas exteriores U R S S , previas negociaciones con Polonia y de los países miembros. Por otra parte, la per- con otros países, redujo los suministros de tenencia a la Organización no debía limitar el petróleo previstos para 1991 de 13 millones a La integración de las economías de la Unión Soviética y los países de Europa del Este después dei CAEM cero toneladas, indicando que a este respecto Polonia debía establecer una cooperación directa con las repúblicas y los productores. Desde el punto de vista de la futura cooperación económica entre los países de Europa Central y la Unión Soviética, este precedente es de importancia, ya que significa que las repúblicas se han convertido ya en actores económicos en sus relaciones con los países extranjeros, y que no sólo han declarado su control sobre los recursos naturales, sino que además lo ejercen. Según cálculos de Kaser, Europa Oriental tendría que pagar 10.000 millones de dólares más por sus importaciones de energía de fuentes distintas de la Unión Soviética24. C o m o se indicó previamente, en Sofía se llegó a un acuerdo sobre la necesidad de efectuar las compensaciones bancarias en m o n e das convertibles. También se decidió que este proceso fuera gradual. Durante el período transitorio, las compensaciones entre los países miembros, basadas en los acuerdos bilaterales de pagos, debían comprender las siguientes modalidades: - compensaciones bilaterales en monedas convertibles; - compensaciones bilaterales en rublos transferees; - pagos en monedas nacionales; - pagos en monedas convertibles. sión de Alemania Oriental), en el marco de una nueva organización llamada probablemente Organización de Cooperación Económica (OCE). Esta organización-marco tendrá la oportunidad de llevar adelante el proceso de reintegración de la región, mediante el establecimiento, por ejemplo, de una "Asociación Centroeuropea de Libre Comercio" compuesta por Polonia, Hungría y Checoslovaquia y una especie de "espacio económico soviético". ¿De la cooperación a la nueva integración de Europa Oriental? Suponiendo que en el decenio de los noventa los antiguos miembros del C A E M establezcan una nueva organización para los países de Europa Central y Oriental, ¿podría ser esta organización un primer paso hacia la nueva integración de esta región a largo plazo, y qué formas y etapas conllevaría ese proceso? El nuevo ámbito para la integración subregional de Europa Oriental en el período posterior al C A E M , a comienzos de los años 90, podría presentar los siguientes rasgos característicos: - Ante todo, está en marcha el proceso de desintegración de la Unión Soviética, que se sume en el caos al tiempo que aparecen estados rivales (repúblicas); lo que es igualmente importante es que ahora el Gobierno soviétiEn la balanza de pagos de la Unión Soviético atribuye menos prioridad al valor estratéca con los países de Europa Oriental en 1989, gico de Europa Oriental, lo que significa que: del 80 al 85 % de las operaciones correspon"a) se ha reducido el interés soviético en dieron a la segunda modalidad, del 10 al 15 % obtener la adhesión de Europa Oriental ofrea la primera y el 0,1 % a la tercera25. ciendo a cambio subsidios comerciales y b) Con el nuevo sistema de cooperación ecoha aumentado el interés en obtener producnómica habrá que prever también la liberalitos manufacturados de alta calidad y tecnozación gradual de los flujos de capitales y logías modernas" 26 . m a n o de obra. Debido al bajo nivel de desarrollo econó- - E n segundo lugar, el 3 de octubre de 1990 dejó de existir la República Democrática mico de Cuba, Mongolia y Vietnam, los experAlemana, antiguo miembro del C A E M , al tos gubernamentales acordaron básicamente producirse la reunificación de Alemania. que debería concederse a esos Estados cierto trato preferencial. Sin embargo, posteriormen- - En tercer lugar, en los restantes miembros te los miembros europeos trataron de excluir europeos se producirá el colapso de toda la de la organización futura, menos rígida, a los estructura del comercio, al contraerse sus países no europeos. antiguos mercados de exportación sin esperanza de sustituirlos a corto plazo. En resumen, podemos pensar que a partir de 1992/93 se establecerá una cooperación - En cuarto lugar, todos los miembros euroeconómica ligeramente más flexible entre los peos del extinto C A E M (incluida la Unión que fueron miembros del C A E M (con excluSoviética)27 están ya transformando sus eco- 91 92 nomías en sistemas de mercado, y se ven obligados a realizar sus transacciones comerciales mutuas en dólares a los precios del mercado mundial. Sin embargo, aunque las reformas van todas en el mismo sentido, no todas se producen con la misma rapidez en los diversos países. Así pues, durante una parte del pendo de transición coexistirán elementos del viejo y el nuevo sistema28. - E n quinto lugar, a medida que avanzan hacia la instauración de economías de mercado, Europa Oriental y la Unión Soviética recurrirán en alto grado a la financiación y las inversiones occidentales, que estarán condicionadas en cierta medida a la buena disposición, por parte de los beneficiarios, a dedicarse a la cooperación multilateral. - En sexto lugar, es improbable que la C o m u nidad Europea vaya a admitir nuevos m i e m bros antes del año 2000, ya que en los años 90 estará ocupada primordialmente en su propia integración económica y política. Entretanto, se ha ofrecido el estatuto de m i e m bro asociado a ciertos países de Europa Oriental (p. ej., Hungría y Polonia). Teniendo en cuenta estas circunstancias, podríamos preguntarnos c ó m o se va a pasar gradualmente de la fase de cooperación a la de nueva integración de Europa Oriental, que O c cidente espera y apoyará financieramente29. Las experiencias de Europa Occidental demuestran que la creación de un mercado internacional integrado, basado en los principios y mecanismos de la economía de mercado, se produce en dos etapas cualitativamente distintas. La primera consiste en el desarrollo de relaciones económicas con el extranjero, basadas en el sistema de mercado. En Europa Occidental esto se produjo entre los años 1948 y 1958, cuando los países que iban a integrarse eliminaron gradualmente las restricciones cuantitativas e introdujeron las monedas convertibles. La segunda etapa consiste en la eliminación paulatina de las aduanas y las restricciones no arancelarias que limitan el libre flujo de mercancías, servicios y factores de producción. En Europa Occidental esta etapa ha durado, sin interrupción, m á s de 30 años, desde que se creó la C E E en 1957. La integración subregional de Europa Oriental puede compararse con la situación Ryszard Lawniczak prevaleciente en Europa Occidental a finales del decenio de los 40. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la introducción de instrumentos y mecanismos de mercado en las economías de Europa del Este acaba de comenzar. Cabe preguntarse, pues, cuáles son los instrumentos que podrán contribuir (incluso acelerándolo) al proceso de integración que se registra en un m o m e n t o único en la historia, cuando todo un grupo de países pasa de la economía de planificación central al sistema de mercado. Limitaremos nuestro examen a dos instrumentos que, a nuestro juicio, son particularmente aptos para ayudar a los países de Europa Oriental a reorientar sus economías hacia sistemas de mercado y, en consecuencia, al proceso de nueva integración. El primero es el concepto de una Unión Centroeuropea de Pagos ( U C P ) , basada en la Unión Europea de Pagos de los años 50, que tan buenos resultados dio. Ello permitiría a las economías de Checoslovaquia, Hungría, Polonia y quizás también la U R S S 3 0 pasar del bilatéralisme a la convertibilidad, lo que induciría a los países de Europa Central y Oriental a seguir comerciando principalmente entre ellos. El segundo es el concepto de la zona de libre comercio, tal y c o m o prevé el Artículo X X I V del G A T T . A nuestro juicio, una zona de libre comercio sería mucho m á s útil que una unión aduanera para la liberalización del comercio entre los países de Europa Central y Oriental, que es el paso esencial hacia cualquier forma de integración económica regional de economías de mercado. Los críticos de la idea de una Unión Centroeuropea de Pagos plantean el problema de su ampliación a la U R S S 3 1 , lo que complicaría la situación general. Teniendo en cuenta los últimos acontecimientos en la Unión Soviética, donde las repúblicas han adquirido la autonomía en sus relaciones económicas exteriores, cabe preguntarse si algunas repúblicas (como por ejemplo Rusia) no podrían incluirse en este sistema, que no ha de abarcar necesariamente a toda la Unión. La preferencia del autor por una zona de libre comercio se basa en las conclusiones de sus estudios, según las cuales esta fórmula permite vincular a países de m u y distintos potenciales económicos y niveles de desarrollo, e La integración de las economías de la Unión Soviética y los países de Europa del Este después del CAEM incluso de sistemas políticos bastante diferenciados, en un m i s m o grupo integrador. La experiencia adquirida hasta ahora en el funcionamiento de diferentes zonas comerciales32, nos lleva a concluir que las instituciones y las reglas y principios concretos de la constitución de una zona de este tipo dificultan en particular la promoción de los intereses de un país más fuerte desde el punto de vista político o económico, en detrimento de los demás m i e m bros. Para evitar cualquier confusión con respecto a la idea de un futuro mercado único de los países del extinto C A E M , en forma de una zona de libre comercio, conviene recalcar aquí en qué consiste la tesis del autor: la zona de libre comercio de los países de Europa Central y Oriental tendrá más probabilidades de establecerse en forma no de entidad jurídica multilateral (como la A E L C , por ejemplo), sino de una realidad económica, mediante la constitución gradual de una red de zonas de libre comercio bilaterales distintas (y posiblemente también multilaterales de menor tamaño) 33 . Este concepto no es desde luego nuevo, ya que la zona de libre comercio de Europa Occidental, y después de 1992 el Espacio Económico de Europa Occidental (compuesto por la A E L C , y los distintos acuerdos comerciales de sus miembros con la C E E ) existirán también c o m o una red de zonas de libre comercio. Podemos coincidir con lo afirmado por Antola, según el cual en Europa Occidental, "el persistente objetivo de un mercado único se alcanzó también, por lo menos parcialmente, en forma de una zona de libre comercio"34. Suponiendo que la reintegración de Europa Central y Oriental se lleve a cabo gradualmente y a un plazo largo de 20 a 30 años, podríam o s adoptar c o m o hipótesis las siguientes fases y direcciones del proceso: U n a elevada proporción de las hipótesis adoptadas con respecto al futuro del C A E M (que existía aún formalmente a finales de 1990) quedaron rápidamente obsoletas. La velocidad de la evolución política y económica en los países de Europa Oriental, la Unión Soviética y el m u n d o en general fue más lejos que la imaginación de los expertos. Además, hasta la fecha no hay ningún texto que pueda servir de guía para el paso de la integración regional centralmente planificada a la economía de mercado. La hipótesis o "esquema" que presentamos aquí se basa en una evaluación de la situación prevaleciente en Europa Oriental a mediados de 1991, y en diversos elementos de las previsiones de expertos orientales y occidentales35. A la larga, la transición de la fase posterior al C A E M , de la cooperación a la nueva integración, podría producirse con arreglo a las siguientes etapas: 1.a etapa: Organización de Cooperación Económica y, dentro de este amplio marco, Unión Centroeuropea de Pagos. 2.a etapa: Zona de libre comercio de Europa Central y Espacio Económico C o m ú n Soviético. 3." etapa: Espacio económico paneuropeo (Commonwealth transeuropea). D e inmediato se plantea la cuestión de los "plazos" de este proceso. A nuestro juicio es difícil fijar horizontes temporales para esas diversas etapas, ya que el establecimiento de vínculos de integración a nivel transeuropeo procederá paralelamente en varias esferas. Así pues, la creación prevista de la O C E , c o m o organización-marco del tipo de la O C D E , no solo será una empresa de carácter competitivo en comparación con lo que habría sido una unión aduanera, sino que además debería ejercer una influencia positiva en las posibilidades de realización de este proyecto C A E M - Integración centralmente planificada Desintegración del C A E M Cooperación de las economías orientadas al mercado de Europa Central y Oriental Nueva integración de las economías orientadas al mercado de Europa Central y Oriental 93 Ryszard Lawniczak 94 precisamente en el período de transición, y constituir un importante primer paso hacia la introducción de un nuevo sistema de pagos para conseguir una integración subregional algo m á s efectiva de Europa Central y Oriental. La liberalización comercial c o m o objetivo a largo plazo debería llevarse a la práctica mediante una red de acuerdos comerciales preferenciales entre los países de Europa del Este, principalmente en forma de zonas bilaterales de libre comercio, por ejemplo entre Polonia y Checoslovaquia, Checoslovaquia y Hungría, Polonia y Lituânia o Polonia y R u sia, y una zona trilateral de libre comercio, compuesta por ejemplo por Polonia, Checoslovaquia y Hungría e incluso una zona multilateral, que comprendería algunas de las repúblicas soviéticas ya independientes. La zona de libre comercio, c o m o forma de integración prevista en el Art. X X I V del G A T T , debería consistir simplemente en un mecanismo para liberalizar el comercio interno de Europa del Este a la velocidad o en el sentido que fueran aceptables para todos los Estados miembros de la O C E . Estas medidas de liberalización deberían ir acompañadas de los dispositivos pertinentes para revitalizar la cooperación industrial sobre la base de los nuevos principios de mercado. La posición y el papel de la Unión Soviética en el proceso, probablemente lento, de integración de los países que fueron miembros del C A E M , serán necesariamente distintos en todo punto a lo que fueron anteriormente. Hay muchos indicios de que las repúblicas interesadas participarán a título individual en el proceso de integración de Europa del Este36. La nueva integración de Europa del Este no se producirá por separado, sino paralelamente al proceso de integración económica y política de Europa Occidental. En los países de la C E E y la A E L C , así como en los Estados Unidos, se habla ya de lo que Brzezinski llama "la commonwealth transeuropea, centrada en la Comunidad Europea pero comprendiendo también Europa del Este, y abierta a una eventual asociación con la Unión Soviética"37. El problema radica en el conflicto entre las expectativas de los países de Europa del Este (de admisión plena en la C E E entre 1991 y 1995) y la realidad. La realidad es que la Comunidad prefiere claramente esperar hasta que haya concluido la transformación de las economías de Europa del Este, para ofrecer el ingreso de pleno derecho a estos países. Asimismo, se prevé que las economías de Europa Oriental necesitarán aún durante m u c h o tiempo el comercio mutuo para abastecerse de las piezas y componentes de sus maquinarias, adquiridas en los países del Este. Los jefes de Estado de la C E E , en su reunión de Dublin (28 de abril de 1990), confirmaron la oferta de acuerdos de asociación, pero rechazaron un ingreso a breve plazo. Estamos plenamente de acuerdo con el comentarista del East-West Fortnightly Bulletin, según el cual: "Los acuerdos de asociación desprovistos de preferencias harán que, si bien el comercio y la interpenetración económica entre la C E E y Europa Central y Oriental aumentarán considerablemente, la mayor parte del comercio (por lo menos durante los años 90 en Europa Oriental), se efectúe entre los países de esta región"38. En conclusión, es de esperar que el Espacio Económico Paneuropeo tenga posibilidades de hacerse realidad en un plazo de 15 a 20 años, c o m o una red de zonas bilaterales de libre comercio (acuerdos de asociación) entre: - la C E E en general y los diversos países de Europa Oriental, incluidas algunas repúblicas soviéticas independientes, que entretanto establecerán una zona subregional de libre comercio a más alto nivel entre ellas; - los países miembros de la A E L C (si es que esta asociación todavía existe) y la C E E , m á s los países de Europa del Este. Conclusiones 1. El "viejo" C A E M , compuesto de economías de planificación central, se ha disuelto después de 40 años de existencia. Su entierro no significa, no obstante, que el proceso de integración subregional de Europa Central y Oriental (con inclusión de la Unión Soviética) se haya detenido para siempre, aunque todavía no se ha decidido nada acerca de la organización que haya de suceder al C A E M . 2. Después del período de celebración eufórica de la liberación política, las realidades económicas impondrán, lenta pero gradualmente, diversas formas de colaboración económica entre los países que fueron miembros del C A E M , del m o d o siguiente: La integración de las economias de la Unión Soviética y los países de Europa del Este después del CAEM El fracaso de la lenlaüva de golpe de estado en la U R S S , en agosto de 1991: resistencia ante el Parlamento ruso en Moscú. •\ Nogucs/Sygma 1.a etapa: Establecimiento de una Organización de Cooperación Económica c o m o sucesora legal del C A E M (1992/93), e intentos de establecer una Unión Centroeuropea de Pagos inspirada en la Unión Europea de Pagos, que tantos éxitos cosechó en los años 50 (después de 1992); - 2.a etapa: Constitución de un área centroeuropea de libre comercio en forma de una red de zonas bilaterales (y después de un tiempo también multilaterales) de libre comercio entre los países de la región, paralelamente a la creación de un Espacio Económico C o m ú n Soviético (1993-2000); 3.a etapa: Creación de un Espacio Económico Paneuropeo consistente en tres niveles distintos de agrupaciones de integración subregional ( C E E , A E L C y el " C A E M renovado"), vinculados entre sí por una red de acuerdos bilaterales de asociación entre diversos países de Europa Oriental y la C E E , zonas de libre comercio entre diversos países de Europa Oriental y la A E L C , y el Espacio Económico Soviético (después del año 2000). N o supone una contradicción crear un mercado único de Europa Oriental y permitir que los países, a título individual, concierten diferentes acuerdos con la C E E y la AELC. 3. Este lento proceso de desintegración, seguido por la cooperación y la nueva integración de las economías de Europa Central y Oriental, estará condicionado por: - el considerable grado de integración ya existente entre las economías de los países interesados; - las correlaciones entre sus estructuras políticas; - la disparidad de sus respectivos tamaños y niveles de desarrollo económico; - los intereses económicos y políticos de los interlocutores occidentales, en particular la CEE. 95 96 Rvszard Lawniczak 4. Las realidades económicas y políticas que podrían influir en esta probable evolución del proceso de nueva integración de los países de la región son las siguientes: ceso a la totalidad de los mercados de Europa Central y la Unión Soviética y no solamente a los mercados locales; - el hecho de que, a medida que avanza hacia la economía de mercado libre, Europa Oriental tendrá que recurrir en gran medida - el alto grado de dependencia estructural ena lafinanciacióny las inversiones occidentatre las economías de los países miembros del les, que al parecer estarán sujetas a ciertas extinto C A E M , que explica el que la reoriencondiciones, la principal de las cuales será tación del comercio de Europa Oriental haya que los receptores establezcan una organizade ser un proceso largo, y que durante m u ción conjunta para administrar los recursos cho tiempo las economías de Europa Orienproporcionados y crear un gran mercado tal necesiten del comercio mutuo para abasúnico del Este con objeto de atraer a los tecerse de las piezas de recambio y compoinversores extranjeros. nentes de la maquinaria comprada a otros países de Europa Oriental y a la Unión Soviética; 5. El papel de la Unión Soviética en esta - las esperanzas poco realistas de ingresar ple- nueva situación será completamente distinto namente en la C E E en los años 90, cuando la del que desempeñó en el difunto C A E M . A Comunidad confirmó, en la reunión de D u - medida que las repúblicas adquieren control blin de abril de 1990, la oferta de acuerdos sobre sus recursos, y los Estados bálticos se de asociación, rechazando no obstante la po- independizan plenamente, otra comunidad de sibilidad de una pronta adhesión. Esto con- mercado único, que podríamos llamar "Unión firma ulteriormente el hecho de que la m a - de Repúblicas Soberanas de Europa y Asia", yor parte del comercio (por lo menos duran- paralela a la C E E , la A E L C y la zona de libre te los años 90) de Europa Oriental se efec- comercio de Europa Oriental, pasará a constituará entre los propios países de esta subre- tuir uno de los elementos del proceso de integración paneuropea. Las repúblicas indepengión; - los intereses de los inversores occidentales, dientes - y no un gobierno en M o s c ú - particique estarían sin duda m á s deseosos de intro- parán en la red de acuerdos bilaterales de libre ducirse en Polonia o en Hungría si supieran comercio con los países de Europa Central y que, mediante esas inversiones, ganaran ac- Occidental. Traducido del inglés Notas 1. Polkowski, 1990. 2. J. Hardt, "Can a European regional market assist economies in transition?". Transition 3, 1991; véase también The Central and East Economies in the 1990's: Prospects and Constraints, O T A N , Bruselas 1990, págs. 151-211. 3. Van Brabant, 1990, págs. 251-274. 4. Schrenk. 1990. 5. Najlepszy, Karpinski, 1987, pág. 187. 6. Schrenck, 1990, pág. 4. 7. Ejemplos del descenso del comercio entre los países de Europa Oriental: las importaciones checoslovacas de la U R S S disminuyeron del 8 % en 1989, y en un 2 0 % en enero de 1990. Las exportaciones a la U R S S se redujeron en un 8 % en 1989 y en un 17 % en enero de La integración de las economías de la Unión Soviética y los países de Europa del Este después del CAEM 1990. El comercio de Checoslovaquia con Alemania Oriental sufrió un descenso del 40 %, tanto en las exportaciones c o m o en las importaciones, a comienzos de 1990. Las importaciones procedentes de Polonia disminuyeron en un 20 %, mientras que las exportaciones a este país se redujeron en un 65 %. Las importaciones procedentes de Hungría descendieron un 1 0 % en enero de 1990, mientras que las exportaciones a este destino disminuían en un 40 %. Durante el primer trimestre de 1989 las importaciones soviéticas procedentes de Europa Oriental se redujeron en un 11 °/o. en tanto que durante el período comprendido entre enero y marzo de 1990 las exportaciones soviéticas a la zona del C A E M disminuyeron del 9,7 %. (East-lVest Fortnightly Bulletin, 19 de m a y o de 1990). 8. Véase Trybuna Ludu, 21 de febrero de 1988. 9. Polkowski, 1990, pág. 1. 10. Schrenk. 1990, pág. 11. 11. Sobell, 1990. pág. 6. 12. Izvestia, 8 de julio de 1989. 13. Sobell, 1990. pág. 2 . 14. Brzezinski. 1990. 15. Brzezinski, 1990. 16. " T h e financing of Eastern Europe". Europe n.° 293/1990, pág. 16. 17. Sloleru. 1990. 18. Stoleru, 1990. 19. The Economist, II de agosto de 1990, pág. 23. 20. Nötzold, 1989, págs. 46-47. 21. Gazeta Wyborcza, 18 de septiembre de 1990. 22. Ekonomiczeskije Nauki, n.°6/1990. 23. Rzeczpospolita, 15-16 de septiembre de 1990. 24. Véase The Guardian, 9 de enero de 1990. 25. Shnyrkov, 1990. 26. Marrese, 1989, pág. 28. 27. A finales de septiembre de 1990 el Presidente Gorbachov aceptó en principio el llamado "Plan de 500 Días" para la introducción de una economía de mercado, preparado por una comisión dirigida por S. Shatalin. 28. Szortyka, 1989, pág. 24. 29. U nfinancierooccidental, comentando el papel del Banco Europeo de Reconstrucción y Fomento, llegó a la conclusión de que: "...el Banco tratará con cada país a medida que éste se transforme políticamente. Es de esperar que el Banco pueda alentar a los gobiernos a que entablen conversaciones entre ellos con miras a la creación de un Mercado C o m ú n de Europa Oriental", Europe, n.° 293/1990, pág. 16. 97 30. La propuesta de establecer una unión aduanera, formulada a comienzos de 1990 por la Comisión Económica para Europa, indica c o m o miembros posibles a Alemania Oriental. Polonia, Checoslovaquia y Hungría, pero no a la Unión Soviética. Véase Economie Survey of Europe in 1989-1990. Nueva York, Naciones Unidas. 1990. págs. 147-150. 31. Matejka. 1990. 32. Lawniczak. 1974. 33. La idea del "bilateralismo reformado", que consistiría, en principio, en un marco transitorio para la integración de Europa Central en un régimen de libre comercio, y para el comercio entre cada uno de los cinco países y la U R S S , se encuentra también en el análisis de Schrenk sobre el futuro del C A E M (Schrenk. 1990. pág. 25). 34. Antola, 1988. pág. 9. 35. Schrenk. 1990; Notzold. 1989; Stanovsky. 1989; Brzezinski, 1990; Machowski. 1987; Marrese, 1989; Shnyrkov. 1990; V a n Brabant. 1980; Syczow, 1990; Csaba, 1990; Lawniczak. 1988. 36. Véase, Rzeczpospolita, 15-16 septiembre, 1990. 37. Brzezinski. 1990. 38. East-West Fortnightly Bulletin, 10 de m a y o de 1990. n.o 479-480, pág. 6. 98 Ryszard Lawniczak Referencias Amola, Esko, 1988: " T h e European Economic Spece: N e w Dimensions of Economic Integration in Western Europe"; Documento presentado en el X I V Congreso mundial del IPSA. Washington, D . C . Brzezinski. 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La integración europea vista desde los Estados Unidos John van Oudenaren A medida que nos aproximamos a 1992, los haustivas han demostrado que al comienzo del Estados Unidos contemplan el progreso de la período de postguerra los dirigentes estadouniintegración económica y política de Europa denses esperaban que el Plan Marshall ayudacon una mezcla de sentimientos favorables y ría a Europa a enderezarse -restableciendo el de temor. Históricamente, los Estados Unidos equilibrio de la balanza de pagos y la competihan sido decididos partidarios de la unidad tividad económica-, tras de lo cual asumiría el europea. En los años 40 ofrecieron la ayuda lugar que le habían asignado los Estados Unidel Plan Marshall a condición de que los euro- dos y el Reino Unido en el sistema de Bretton peos colaborasen entre sí en las tareas de re- W o o d s . N o obstante, lo que ocurrió en realiconstrucción de la postguerra. E n los años 50, dad fue que, a medida que se recuperaba ecoapoyaron la financiación nómicamente, Europa Ocde la Comunidad Europea cidental creó una serie de John van Oudenaren, director de indel Carbón y del Acero instituciones - e n particuvestigación en la división de política internacional de la R A N D Corpora( C E C A ) y de la Comunilar la C E C A y la Unión tion, es especialista de la Europa Occidad Económica Europea, y Europea de Pagos- que los dental y de la política exterior soviétiapremiaron al Reino UniEstados Unidos no habían ca. También ha sido miembro del Grudo a que modificase su acprevisto en 1945 y que en po de Planificación de Políticas del Departamento de Estado Americano. titud reticente hacia una ciertos aspectos se apartaEs autor de diversos artículos y m o n o integración m á s estrecha ban de los principios de la grafías sobre cuestiones soviéticas y eucon el continente. El Presieconomía liberal enunciaropeas. Su última obra: Detente in Europe: The Soviel Union and the M'est dente John F. Kennedy dos en Bretton W o o d s ' . S i net 1953(1991). hizo un llamamiento en faLos Estados Unidos apovor de una nueva asociayaron estas instituciones ción atlántica basada en un de creación europea, entre fuerte "pilar" europeo. otras cosas porque pareHoy en día estos senticían útiles en la guerra fría mientos favorables a la unidad persisten, ya contra la Unión Soviética, pero considerándoque los administradores estadounidenses las claramente c o m o un mal menor que contecreen que una Europa m á s fuerte y unida es nía las semillas de futuros conflictos comercianecesaria para hacer frente a los desafíos del les y económicos entre las dos orillas del m u n d o posterior a la guerra fría. Atlántico. Sin embargo, al propio tiempo los norteamericanos miran con cierta ambivalencia el proceso de unidad europea, sobre todo cuando ha tomado rumbos imprevistos y no deseados (por los Estados Unidos), y ha dado lugar a la disminución de la influencia americana en Europa Occidental. Investigaciones históricas exR I C S 131/Marzo 1992 H o y en día, los dirigentes norteamericanos esperan que una Europa m á s fuerte y unida tome la iniciativa en la ayuda a las nuevas democracias de Europa Central y Oriental para que éstas consigan una estabilidad económica y política, inserte a la Alemania reunificada en un marco más amplio que impida una 100 "renacionalización" potencialmente peligrosa de la política de seguridad alemana, y contribuya a resolver los temibles problemas económicos, políticos y de seguridad del Tercer M u n d o . Mientras que, oficialmente, los Estados Unidos de América dicen confiar en la capacidad de Europa para llevar a cabo estas tareas, entre bastidores subsisten las dudas acerca de la voluntad y la capacidad de Europa de alcanzar algunos de estos objetivos, y de la compatibilidad esencial entre los objetivos estadounidenses y los europeos. Además, como es natural, existen muchas ambigüedades geográficas e institucionales inherentes al término mismo de "Europa". Es evidente que la Comunidad Europea (CE) se ha impuesto c o m o la institución política y económica europea predominante. Las cosas no estaban así cuando la Comunidad y la Asociación Europea de Libre Cambio (capitaneada por el Reino Unido, cuya importancia económica relativa en los años 50 y 60 era mucho mayor que la de hoy), recibían m á s o menos parecida consideración y cuando el desafío del Pacto de Varsóvia garantizaba la importancia de la O T A N . Y sin embargo, quedan muchas cuestiones por resolver, si no acerca del predominio de la C E E entre las instituciones europeas, sí respecto de sus relaciones con la O T A N y con la Unión de Europa Occidental ( U E O ) , su composición definitiva y la distribución de los poderes entre la Comisión, el Consejo y el Parlamento. El m o d o en que se resuelvan estas cuestiones tendrá importantes consecuencias para los Estados Unidos y para las relaciones transatlánticas. La dimensión económica Es un hecho casi universalmente reconocido en los Estados Unidos que una Europa económicamente activa beneficia a la economía estadounidense. E n años recientes, las exportaciones han representado una elevada proporción del crecimiento económico de los E E . U U . , al flaquear la demanda interna. E n 1990, los Estados Unidos exportaron mercancías a Europa Occidental por un valor de 109.200 millones de dólares, m á s del doble del total exportado al Japón2. Tras un período de numerosos déficits causados por la inflación del dólar y el lento crecimiento en Europa, la John van Oudenaren balanza comercial de los Estados Unidos con Europa Occidental arroja de nuevo un excedente, y contribuye a compensar los cuantiosos y persistentes déficits con Japón, China y la O P E P . La economía de los E E . U U . se ha beneficiado además de una considerable afluencia de inversiones de empresas de Europa Occidental, la cual sigue siendo al mismo tiempo un imán para las inversiones directas estadounidenses. E n la medida en que la integración acelera el crecimiento económico en Europa y expansiona los mercados de exportación y las oportunidades de inversión, los Estados Unidos se benefician claramente de ella. Es m á s , el auge creado en Europa por la marcha hacia 1992, y su continuación, sobre todo en Alemania, y por las revoluciones de Europa Oriental en 1989, constituyó uno de los pocos factores que ayudaron a los Estados Unidos a retrasar la recesión post-reaganiana hasta mediados de 1990. El Acta Única Europea, que se adoptó oficialmente en 1987 y que fue vista c o m o una respuesta audaz y creadora a la "euroesclerosis" de comienzos de los años 80, cogió por sorpresa a los gobernantes estadounidenses y al sector privado. Algunos aristas (comentaristas) norteamericanos atribuyeron parte del mérito de los cambios que se estaban produciendo en Europa a las repercusiones e importancia que tuvieron el mercado libre y la desreglamentación en los Estados Unidos de R o nald Reagan y en el Reino Unido de la Sra. Thatcher3. Al propio tiempo, no obstante, se registran tensiones repetidas en las relaciones económicas entre los Estados Unidos y la C E E , que podrían m u y bien empeorar en los próximos años. Los Estados Unidos y Europa Occidental son económicamente interdependientes, pero también compiten en muchos sectores. Además, la propia naturaleza de la competencia económica internacional está cambiando, lo que hace que los litigios sean m á s difíciles de zanjar y los juicios acerca de lo que se entiende por "libre" comercio o comportamiento "leal" sean cada vez m á s problemáticos. El sector m á s conflictivo en las relaciones económicas entre los Estados Unidos y la C E E es, naturalmente, la agricultura. Los Estados Unidos, junto con los 14 miembros del grupo de Cairns, atribuyeron directamente la respon- La integración europea vista desde los Estados Unidos 101 Actualmente, los Estados Unidos temen el poder económico de la C E E . Pero contribuyeron a la reconstrucción de Europa, durante los años cuarenta y cincuenta, con el Plan Marshall: la acogida de una locomotora americana en Marsella, en 1950. Kc>sionc sabilidad de la suspensión de las negociaciones del G A T T en diciembre de 1990 a la C E E , y a su resistencia a limitar las subvenciones agrícolas, reducir o eliminar las subvenciones a la exportación que tienen efectos de distorsión del comercio, y ampliar el acceso a sus mercados. Los gobernantes estadounidenses, ampliamente respaldados por la prensa y la opinión pública, estaban especialmente disgustados por la actitud de Alemania, cuya reunificación contó con el decidido apoyo de los Estados Unidos, pero a la que se veía deseosa de obtener acceso para sus exportaciones industriales sin estar dispuesta, por otra parte, a contraer compromisos, incluso modestos, sobre cuestiones del m á x i m o interés para los países n o pertenecientes a la C E E 4 . La C E E , respaldada por Japón y por la República de Corea, criticó la posición negociadora de los Estados Unidos por considerarla políticamente poco realista y se quejó de lo que veía c o m o esfuerzos estadounidenses para "aislar" a la Comunidad y desacreditar sus políticas a los ojos del m u n d o . Otro importante problema comercial se ha planteado en torno a la industria Airbus y los intentos aparentes de cuatro países europeos (Reino Unido, Alemania, Francia y España), respaldados por la Comisión de la C E E , de emplear las subvenciones estatales para adquirir una fuerte participación en el mercado mundial de aeronaves comerciales, tradicionalmente dominado por los Estados Unidos. Los europeos afirmaron que los fabricantes norteamericanos recibían subvenciones indirectas a través de contratos militares, acusación que los negociadores estadounidenses rechazaron por entender que no estaba corroborada por datos. D e nuevo la actitud alemana suscitó críticas en los Estados Unidos, que entienden que las garantías cambiarias concedidas a la Empresa Daimler-Benz constituían una infracción particularmente escandalosa de las reglas del comercio internacional. A comienzos de 1991, la Comisión de la C E hizo algunas gestiones para resolver el litigio, ofreciéndose a reducir la ayuda estatal a los nuevos programas aeronáuticos del 70 al 45 % de los costos de desarrollo, pero los Estados Uni- 102 dos dijeron que rechazarían la oferta y mantuvieron su amenaza de presentar una reclamación en el G A T T 5 . H a y otros muchos problemas comerciales en estado latente que podrían aflorar a la superficie, sobre todo si no se resuelven las cuestiones m á s importantes. En su informe de 1990 sobre las barreras al comercio exterior, la Oficina del Representante Comercial Especial de los Estados Unidos dedicaba 11 páginas a las prácticas de la Comunidad. A d e m á s de la agricultura y la aeronáutica, la Oficina del Representante Especial criticaba las subvenciones al carbón europeo, las barreras a los productos extranjeros de telecomunicaciones en muchos países, la controvertida directiva comunitaria sobre la radiodifusión, y otras políticas y prácticas que, a su juicio, eran discriminatorias. Europa, desde luego, tiene su propia serie de quejas contra los Estados Unidos, entre las quefiguranlas acusaciones, formuladas sobre todo en Francia, de que el dólar está a un nivel "artificialmente" bajo, y que perjudica a la industria europea. Claro está que no todas las tendencias de las relaciones económicas entre los Estados Unidos y la C E E son desfavorables, y no es cierto en m o d o alguno que un fortalecimiento de la autoridad de la C E E vaya a tener consecuencias sólo negativas para los Estados Unidos. C o m o se ha indicado antes, las exportaciones estadounidenses a la Comunidad han ido en aumento, y las espectaculares disputas en algunos sectores deben contrastarse con un intercambio constante y regular de productos y capitales en ambos sentidos. Desde el punto de vista de los Estados Unidos, la Comisión de la C E E ha conseguido buenos resultados en su intento de desalentar las subvenciones oficiales a las industrias nacionales, muchas de ellas propiedad del Estado. El propósito de la C o misión es impedir que estas subvenciones se utilicen para frustar la creación de un mercado europeo único, pero las empresas estadounidenses se benefician también de estas medidas. La privatización de las industrias de propiedad estatal y la liberalización de las normas de la competencia son un proceso en marcha en Europa, lo que beneficia a los Estados Unidos. Es más, empresas del Reino Unido afirm a n ahora que el mercado británico de las telecomunicaciones está más abierto a la c o m petencia internacional que el mercado esta- John van Oudenaren dounidense. Empresas de Europa y de los Estados Unidos se están asociando para hacer frente a la competencia del Japón, con la discreta incitación de la C E E . I B M y Siemens están colaborando en actividades de microelectrónica, mientras que empresas europeas c o m o Philips y T h o m s o n participan intensamente, por conducto de susfilialesnorteamericanas, en los programas de investigación sobre la televisión de alta definición en los Estados Unidos. Y sin embargo, hay muchas razones para creer que los próximos años presenciarán un aumento de las tensiones económicas y la rivalidad entre las dos orillas del Atlántico. Hasta cierto punto, las quejas estadounidenses sobre prácticas de la C E E y las correspondientes reclamaciones europeas acerca de prácticas estadounidenses, pueden considerarse problemas sectoriales individuales que se prestan m u y bien a la negociación y la avenencia. Pero estos conflictos deben verse también c o m o elementos de un conjunto más amplio, manifestaciones de una serie de problemas m á s profundos y extendidos, que podrían ser difíciles de resolver. U n a fuente de dificultades son las diferentes interpretaciones, en los Estados Unidos y en Europa, sobre los cambios políticos de los últimos años, entre ellos la reunificación de Alemania, el colapso del comunismo en Europa Oriental y el final de la guerra fría, así c o m o los espectaculares avances hacia la unidad en la propia Europa Occidental. Estos acontecimientos dieron lugar - y no es sorprendente- a una ola de "euroforia" en Europa Occidental y a un cambio simultáneo en las actitudes europeas hacia los Estados Unidos. Después, esta ola de entusiasmo se ha mitigado algo con la crisis del Golfo, el empeoramiento de la crisis económica en el Este y el menor crecimiento económico en la C E E , pero es evidente que todavía subsiste un residuo de "euroforia". Dadas las nuevas realidades políticas, los dirigentes políticos europeos han adoptado una actitud más firme en sus tratos con los que muchos consideran unos Estados Unidos en decadencia y cada vez menos importantes. El ministro italiano de Asuntos Exteriores. Sr. D e Michelis, predijo audazmente ante un público estadounidense que las tasas europeas de crecimiento económico duplicarían las de los Es- La integración europea vista desde los Estados Unidos 103 tados Unidos en los años venideros6. Hacién- los actores de orientación "nacional", c o m o dose eco de análisis autocríticos en los Estados pudo verse en las conversaciones del G A T T . Unidos, muchas publicaciones europeas han Así c o m o elfinalde la guerra fría hizo que los destacado cuestiones tales c o m o las drogas, las europeos estuvieran más dispuestos a desafiar carencias en materia de vivienda, el endeuda- a los Estados Unidos, los estadounidenses viemiento y otros importantes problemas inter- ron una menor necesidad de armonizar sus nos de los E E . U U . H a habido tensiones entre posiciones con las de los aliados de la O T A N . funcionarios de los E E . U U . y Jacques Attali, C o m o observó un comentarista estadounidenel director francés del nuevo Banco Europeo se, unos Estados Unidos más agresivos hacían de Reconstrucción y Fomento, del que se sos- frente a un m u n d o m á s agresivo también, lo pechaba que quería limitar fuertemente el pa- que suponía una "perfecta receta para la con9 pel de los Estados Unidos en la reconstrucción frontación" . de Europa Oriental. La situación creada en 1990 es probable La seguridad de los europeos en sí mismos que dure, y podría verse incluso exacerbada redundó inevitablemente en un comporta- por el final de la crisis del Golfo, que tal vez miento particular en las relaciones oficiales y prolongó artificialmente algunas característien los foros de negociación c o m o el G A T T . cas de la guerra fría. Los futuros negociadores Varios funcionarios europeos y de la C E E afir- estadounidenses pueden resultar algo menos maron que no era preciso que Europa "dobla- bruscos y contundentes que Carla Hills y Clayra la rodilla" ante los Estados Unidos en cues- ton Yeutter, pero es probable que se dediquen tiones económicas, que la "principal potencia con igual fervor a la defensa de los intereses comercial" del m u n d o no estaría dispuesta a económicos estadounidenses, sin que las inclirecibir lecciones de la "segunda potencia", etc. naciones internacionalistas de personas tales Estas y otras manifestaciones indujeron a un c o m o George Shultz, Cyrus Vance o Alexanalto funcionario de la administración estado- der Haig sean para ellos un estorbo. unidense a observar que la conducta de los C o m o ocurre con otras muchas cuestiones, europeos nos parece arrogante e irritante7. Alemania será la principal perjudicada por el Sin embargo, c o m o se deduce también de cambio en la posición de los E E . U U . Mientras la interrupción de las negociaciones en el que en el pasado (por ejemplo en los años 60) G A T T , la nueva actitud de firmeza europea hubo ocasiones en que los Estados Unidos tropezó con una mayor intransigencia por par- trataron de ejercer presión sobre Alemania te de los Estados Unidos. E n la guerra fría Occidental vinculando cuestiones económicas hubo muchos casos en que los actores "inter- a cuestiones de seguridad, la mayor parte de nacionalistas" del Gobierno estadounidense las administraciones estadounidenses intuye-los Departamentos de Estado y de Defensa, ron que el apoyo alemán a las cuestiones relael Consejo Nacional de Seguridad y poderosos cionadas con la O T A N era demasiado imporcongresistas y senadores de comités de relacio- tante para ponerlo en entredicho con disputas nes exteriores y defensa- contribuyeron a frus- sobre cuestiones económicas que parecían setrar o a modificar intentos de los actores "na- cundarias. Sucesivos gobiernos alemanes incicionales" -los departamentos de Agricultura, taron a los Estados Unidos a seguir aplicando Comercio y Trabajo, y sus homólogos en el ese criterio, aduciendo que el mantenimiento Congreso- de tomar represalias contra Europa de la estabilidad interna era una contribución por lo que consideraban infracciones comer- capital a la Alianza Atlántica y afirmando, por ciales, o exportar problemas económicos esta- ejemplo, que la subvenciones federales para dounidenses mediante una acción unilateral Berlín occidental deberían tenerse en cuenta contra Europa y otros asociados comerciales. en las conversaciones sobre el reparto de gasLos "internacionalistas" no siempre tuvieron tos de la Alianza. H o y en día Washington no éxito, pero "los objetivos económicos exterio- ve a Alemania c o m o un Estado fronterizo en res se subordinaban a m e n u d o a los intereses la guerra fría con la Unión Soviética y estos de la seguridad, para no disgustar a los alia- argumentos no le parecen probablemente m u y dos" 8 . Sin embargo, a medida que se desvane- convincentes. cía la amenaza soviética, el equilibrio del poAdemás de los problemas económicos que der en Washington pareció desplazarse hacia planteará sin duda alguna el nuevo orden poli- 104 tico internacional multipolar, los Estados Unidos y Europa Occidental, junto con otros Estados y bloques comerciales, harán frente a nuevos problemas resultantes de la naturaleza cambiante de la competencia económica y el conflicto entre la adhesión a los principios del libre comercio y la persecución de objetivos no económicos tales c o m o la seguridad nacional, la protección ambiental, la autonomía cultural y en el caso de Europa, la creación de una "identidad" europea. Es un hecho generalmente reconocido que, a medida que se reducen los aranceles en las sucesivas rondas de negociaciones comerciales, las acciones del gobierno que influyen en el entorno competitivo -reglamentaciones, subvenciones, políticasfiscales,etc.- desempeñan un papel relativamente más importante respecto de la dirección y la composición del comercio internacional. Después de años de negociaciones sobre el comercio (en el sentido más estricto del término), los Estados Unidos y el Japón llegaron a la conclusión de que los desequilibrios económicos bilaterales sólo podían rectificarse si los Estados Unidos se parecieran m á s al Japón, o el Japón a los Estados Unidos; de ahí las conversaciones sobre la Iniciativa de Impedimentos Estructurales, que vienen celebrándose desde comienzos de 1990. Los desequilibrios económicos son m u c h o menores entre los E E . U U . y Europa que con los japoneses, y los "impedimentos estructurales", enraizados en factores culturales y sistémicos, parecen influir menos en las disputas transatlánticas que en los conflictos transpacíficos (por no hablar de las diferencias entre Europa y el Japón, en las que la brecha cultural parece aún más amplia). N o obstante, m u chas disputas económicas entre los Estados Unidos y Europa tienen su origen en políticas y prácticas discrepantes que son difíciles de abordar en los foros comerciales tradicionales. Los Estados Unidos y Europa Occidental son partidarios decididos, en principio, del libre comercio y de un orden económico m u n dial liberal. A pesar de una cierta tendencia a la respetabilidad en los círculos académicos, el "proteccionismo" todavía es, básicamente, un término peyorativo. N o obstante, ambas partes se desvían de la ortodoxia del libre comercio por razones económicas y, sobre todo, extraeconómicas, que a su m o d o de ver están John van Oudenaren justificadas. Los Estados Unidos han alegado la seguridad nacional (sinceramente, o en algunos casos, c o m o pretexto), para regular la propiedad extranjera de las industrias, bloquear las importaciones y subvencionar industrias y empresas clave. E n Europa Occidental, los intereses de la seguridad nacional no se han alegado tanto, pero con frecuencia se invocan argumentos políticos, culturales, ambientales y de otro tipo para justificar el bloqueo del acceso a los mercados o la concesión de subvenciones a "campeones" nacionales o europeos. La agricultura es, desde luego, el ejemplo clásico. Algunos europeos aducen que la seguridad alimentaria, la estabilidad política y la conservación de la vida rural deben gozar de precedencia sobre el comercio libre (o m á s libre) en este sector. D e m o d o análogo, otros europeos piden que se impongan limitaciones a las importaciones de programas de televisión estadounidenses, para proteger la identidad cultural europea y su autonomía. Los fabricantes estadounidenses de muchos tipos de materiales bélicos (por ejemplo, aeronaves de c o m bate y helicópteros) están prácticamente excluidos de los principales mercados europeos, no porque sus productos sean peores o m á s caros, sino porque en Europa las compras de defensa se consideran un instrumento para promover la cooperación intraeuropea y el desarrollo de la tecnología local. Estos y otros muchos argumentos similares en pro de la limitación del comercio no son necesariamente "falsos", ni se aducen de mala fe. Los Estados Unidos recurren también a ellos y muchos estadounidenses se han pronunciado en favor de los "europeos" en estos conflictos. Por ejemplo, muchas familias de agricultores estadounidenses están de acuerdo con sus homólogos europeos en que los criterios económicos deben subordinarse a las consideraciones de la "calidad de la vida" rural. Los intelectuales de los Estados Unidos coinciden en gran medida con la opinión de que los países extranjeros deben protegerse contra los peores productos de Hollywood. Pero, aunque no son "falsos", estos argumentos ponen de manifiesto la contradicción cada vez m á s patente entre la continua expansión del comercio en algunos sectores y el mantenimiento y, en algunos casos, el aumento de las barreras al comercio en otros sectores en los que distintos países tienen, o creen tener, ventajas competi- La integración europea vista desde los Estados Unidos 105 El ecu. la moneda europea destinada a reemplazar en el futuro las monedas nacionales de los países miembros de la C E E . ch Vioujard/Gamma. tivas, así c o m o la creciente dificultad de conciliar el libre comercio con los objetivos y norm a s divergentes en relación con el medio ambiente, la cultura y la seguridad nacional. A d e m á s , existe una cierta contradicción entre la interdependencia transatlántica y los esfuerzos europeos por crear una identidad política. Los dirigentes europeos insisten en que no quieren crear una "Europa fortaleza", y no hay motivo para dudar de su sinceridad a este respecto. Pero subsiste el hecho de que la Comisión de la C E y los gobiernos miembros de la Comunidad se han comprometido a utilizar los instrumentos industriales, monetarios, tecnológicos y comerciales para promover el objetivo de la unidad política. Airbus, Ariane y otras empresas mixtas de tecnología son importantes no sólo c o m o fuentes de trabajo y de ingresos, sino c o m o símbolos de la identidad europea. N o es probable que los gobiernos europeos permitan que estas empresas fracasen, independientemente de cuál pueda ser su costo en términos de subvenciones del contri- buyente o fricciones con los Estados Unidos o con otros socios. L o propio puede decirse, en u n sentido diferente, de la agricultura. La política agrícola c o m ú n (PAC) no sólo afecta a la subsistencia de los agricultores europeos sino que es una de las piedras angulares de la Comunidad Europea, y quizás es poco realista, por parte de los no miembros, esperar que pueda desmantelarse o incluso reformarse a fondo en el preciso m o m e n t o en que Europa hace su entrada triunfante en el escenario mundial. E n consecuencia, los imperativos políticos que inspiran muchas directrices europeas, así c o m o los intereses económicos en juego, harán difícil evitar un cierto nivel de tensión transatlántica. A d e m á s , cuando Europa se unifique y ejerza una autoridad m á s centralizada sobre la política monetaria y de seguridad, y también sobre la política comercial, se sentirá m á s tentada a influir en algunos sectores para obtener ventajas en otros. C o m o advirtió un comentarista estadounidense: " L a C E E puede estar John van Oudenaren 106 pronto en condiciones de trocar cambios m a croeconómicos por otros objetivos de comercio o de seguridad"10. Los Estados Unidos han tenido siempre esta posibilidad, pero han tendido a utilizarla con moderación, tanto por las preocupaciones acerca de la Unión Soviética c o m o por la naturaleza fragmentaria del proceso político estadounidense. N o obstante, en el futuro unos Estados Unidos m á s decididos podrían tropezar m á s a menudo con una C o munidad Europea m á s resuelta y poderosa, con su propio banco central, su política de seguridad, sus programas tecnológicos y otras funciones centralizadas. Por último, el futuro de la relación económica entre Estados Unidos y Europa debe verse en el contexto de la posición de los Estados Unidos como principal país deudor neto del m u n d o . En los años 80 los gobiernos europeos formularon severas advertencias a Washington con respecto a las políticasfiscalesque habían dado lugar a esta situación, pero al propio tiempo las economías de los países europeos se beneficiaban del aumento de las exportaciones a los Estados Unidos, que ayudó considerablemente a Europa a superar la "euroesclerosis" (se calcula que en 1981-1985, el 43 % del crecimiento del P N B de Alemania correspondió al aumento de las exportaciones a los Estados Unidos; la cifra correspondiente a Italia es del 39 % y a Francia del 26 % ) " Si quieren enjugar su déficit de cuenta corriente y empezar a pagar sus deudas, los Estados Unidos se verán obligados a obtener grandes excedentes con ciertas regiones del m u n d o . Dadas las ventajas competitivas de los japoneses y el endeudamiento de gran parte del Tercer M u n d o , Europa sería el blanco ideal de esta operación. Los excedentes estadounidenses con Europa podrían provocar fricciones comerciales y la adopción de nuevas medidas proteccionistas en este continente, sobre todo si se reduce el ritmo del crecimiento europeo global y si los "campeones" nacionales y europeos en industrias clave empiezan a sufrir graves pérdidas c o m o resultado del descenso de las ventas. Por otra parte, si los Estados Unidos no consiguen acumular excedentes y estabilizar algo su balanza de pagos, se verán abrumados por una deuda exterior cada vez m á s alta, lo que dará lugar también a tensiones con sus interlocutores económicos. Dimensiones politicas y d e seguridad Los Estados Unidos han concedido tradicionalmente un apoyo simbólico y retórico a las aspiraciones europeas a la unidad política. Desde la época del "pilar europeo" del Presidente Kennedy, y el m u n d o pentagonal del Presidente Richard M . Nixon (cuya doctrina proclamaba que Europa occidental era uno de los cinco "polos" globales de un orden internacional multipolar), los dirigentes estadounidenses se han referido con frecuencia a la unión política c o m o si fuese una perspectiva cercana, o incluso un hecho consumado, y no una posibilidad incierta y quizás remota. Al igual que sus predecesores, la Administración Bush ha apoyado la unión política, c o m o puso de manifiesto su apenas disimulada impaciencia con la preocupación de la Primera Ministra Margaret Thatcher acerca de la soberanía británica, y la nueva actitud de los Estados Unidos, consistente en tratar a la C E E c o m o una entidad política y no c o m o un conjunto de Estados. E n su discurso de diciembre de 1989, en Berlín, el Secretario de Estado James Baker proclamó que "queremos que nuestra cooperación transatlántica se mantenga al mismo nivel que la integración europea y la reforma institucional", y propuso que los Estados Unidos y la C E E llegasen a un acuerdo, posiblemente en forma de tratado, para establecer una serie de vínculos de carácter institucional y consultivo, considerablemente reforzados12. Estas propuestas reflejaban el deseo de los Estados Unidos de "sentarse a la mesa de la C E E " , así c o m o el reconocimiento del papel político cada vez más importante de la Comunidad. E n el transcurso del año siguiente los objetivos descritos por Baker se realizaron sólo en parte. La C E E respondió lentamente a la iniciativa de los Estados Unidos, y no quiso considerar un tratado bilateral propiamente dicho hasta que no hubiese terminado su propia conferencia intergubernamental sobre la unión política. N o obstante, en febrero de 1990, el Presidente Bush se reunió con el Presidente del Consejo de la C E E , Charles Haughey, para discutir de un marco en el que establecer un diálogo más regular entre la C E E y los Estados Unidos a varios niveles. Se acordó que el Pre- La integración europea vista desde los Estados Unidos sidente del Consejo de la C E E y el Presidente de los Estados Unidos se reunirían cada dos años, y que se celebrarían consultas bianuales entre los ministros de Asuntos Exteriores de la C E E y los E E . U U . , consultas ad hoc entre la Presidencia compuesta por los ministros de Asuntos Exteriores (la "troika'" de los ministros de Asuntos Exteriores de la anterior, la presente y la futura presidencia) y el Secretario de Estado de los E E . U U . , y que se informaría a los Estados Unidos de las reuniones a nivel ministerial sobre la Cooperación Política Europea (CPE). El 13 de noviembre de 1990, el Presidente Bush se reunió con el Primer Ministro italiano Giulio Andreotti, que en aquel momento era Presidente del Consejo de la C E E , siendo ésta la primera reunión de este tipo entre los Estados Unidos y la C E E . Diez días después, los Estados Unidos y la C E E firmaban una " D e claración sobre las relaciones entre los E E . U U . y la C E E " , en la que se formalizaban los acuerdos Haughey-Bush sobre consultas y contactos, y se declaraba el compromiso de ambas partes hacia la solidaridad transatlántica. Si bien en principio los Estados Unidos acogieron favorablemente el nuevo papel de la C E E en política exterior, su reacción ante las iniciativas políticas concretas de la C E E no siempre fue entusiasta. E n los años 70 los Estados Unidos habían seguido en general la pauta marcada por la C E E en el proceso seguido por la C S C E , pero a medida que la C S C E se fue institucionalizando y adquirió más importancia en los asuntos europeos, los americanos empezaron a sentirse cada vez más preocupados por la posibilidad de que la C E E les pusiera en situaciones en que se vieran forzados a hacer opciones concretas en los foros de la C S C E , que pudieran dejarles aislados. Asimism o , la C E E era mucho m á s favorable a una conferencia de paz en el Oriente Medio que los Estados Unidos, y a Washington le pareció que la C E E se unía a la Unión Soviética para promover esta iniciativa. A mediados de 1990, hubo algunas discrepancias entre los Estados Unidos y la C E E con respecto a la ayuda a la Unión Soviética. E n sus esfuerzos por conseguir que el Presidente soviético Mikhail Gorbachov apoyase la unificación alemana dentro de la O T A N , en junio de 1990 el Canciller Kohl instó a sus asociados europeos a que considerasen un programa m a - 107 sivo de ayuda a la economía soviética. Respaldados por los franceses, los alemanes consiguieron el apoyo de la C E E para un plan provisional, a pesar de los graves recelos de algunos Estados miembros, en particular el Reino Unido. La discrepancia entre los Estados Unidos y la C E E con respecto a la cuestión de la ayuda se atenuó más tarde al modificarse la política estadounidense, pero en el futuro podría agudizarse de nuevo, dadas las condiciones de inestabilidad en la U R S S . Los Estados Unidos y Europa discreparon también con respecto a las restricciones a la exportación de tecnología a la Unión Soviética, asunto en el cual los europeos favorecían un criterio m á s liberal. Estas cuestiones se tramitaron en el C O C O M , pero la preocupación europea era evidente, dado el papel de la Comunidad en cuestiones industriales y de tecnología, y su acuerdo bilateral de 1989 con la Unión Soviética. Incluso cuando los Estados Unidos trataron de acelerar la cooperación política con la Comunidad, había una sensación creciente de inquietud en Washington acerca de las aspiraciones de la C E E de desempeñar un papel propio en materia de defensa y seguridad, y sus posibles consecuencias para la O T A N . Esta inquietud se agravó particularmente en el otoño de 1990. cuando Italia propuso al Consejo de la C E E que éste asumiera la responsabilidad de la U E O y que las dos organizaciones se fusionaran en la práctica. Los funcionarios estadounidenses reclamaron una cooperación m á s estrecha entre la O T A N y la C E E , pero advirtieron que no sería conveniente intentar sustituir a la primera por la segunda. Este debate sobre la competencia institucional se insertó en otro más amplio sobre el futuro de la O T A N y el papel de los Estados Unidos en cuestiones de seguridad europea. Los Estados Unidos esperaban que la O T A N podría participar en la coordinación de las políticas occidentales respecto de los países del Este, y también en la configuración de políticas "fuera de la zona". Los franceses y otros se oponían categóricamente a esta extensión de las responsabilidades de la O T A N , y creían que estas materias debían dejarse a la C E E o a la U E O , lo que permitiría que Europa formulase políticas con completa independencia de los Estados Unidos. En el preámbulo a la Declaración E E . U U . - 108 C E E de noviembre de 1990, ambas partes reconocían "el acelerado proceso por el cual la Comunidad Europea adquiere su propia identidad en cuestiones económicas y monetarias, en política exterior y en la esfera de la seguridad". Pero el documento señalaba también "el firme compromiso de los Estados Unidos y de los Estados miembros interesados de la C E E con respecto a la Alianza del Atlántico Norte, y a sus principios yfinalidades".Así pues, el documento establecía un equilibrio entre la función actual de la O T A N y el papel cada vez m á s importante de la C E E , pero manteniendo un nivel general y no conflictivo, que dejaba muchas de las cuestiones m á s discutidas sin resolver. Aparte de las cuestiones institucionales, había también el problema de la capacidad militar real, que pasó a un primer plano con la imprevista crisis del Golfo. Los Estados Unidos apreciaron la participación en las operaciones de las tropas aéreas y terrestres del Reino Unido y de Francia, de las tropas aéreas italianas y de las fuerzas navales de otros países de Europa. Alemania desplegó también un importante esfuerzo, no sólo financiero sino también en el traslado de las fuerzas y el equipo estadounidense estacionadas en el país. Pero la escala de la intervención europea, y las evidentes deficiencias en algunos sectores, pusieron de manifiesto las disparidades de la capacidad militar, no ya entre los Estados Unidos y los diversos Estados europeos, sino incluso entre los Estados Unidos y todo el resto de Europa junta. Además, después de años de oír hablar a los europeos, en las negociaciones sobre el reparto de los gastos, de la importancia del servicio militar obligatorio, los Estados Unidos vieron c ó m o la contribución europea (excepto en el caso del Reino Unido) se veía considerablemente limitada por la decisión de los gobiernos de no enviar a los reclutas al Golfo. Si bien se habló en Europa de crear una fuerza de intervención "fuera de la zona" que operase bajo los auspicios de la U E O , los observadores estadounidenses se mostraron escépticos en cuanto a sus perspectivas. Al igual que en los Estados Unidos, se prevé que los presupuestos de la defensa en Europa disminuyan al desaparecer la amenaza del Este, dejando poco margen para el desarrollo de nuevos y costosos servicios. John van Oudenaren En términos generales, la crisis del Golfo tuvo c o m o efecto aumentar el escepticismo de los Estados Unidos acerca del futuro de la C E E c o m o fuerza política, capaz de asumir en breve la responsabilidad de las tareas de seguridad. A los dirigentes estadounidenses les complació que la Comunidad condenara inequívocamente la invasión iraquí de Kuwait, aplicase sanciones económicas incluso antes de que las pidieran las Naciones Unidas y propusiera un programa de ayuda económica para los países afectados económicamente por la crisis. Los dirigentes norteamericanos reconocieron también que la diplomacia de la C E E probablemente alentó en cierta medida a la Unión Soviética a alinearse con Occidente durante toda la crisis. Pero los observadores estadounidenses, tanto oficiales c o m o oficiosos quedaron sorprendidos por la aparente confusión reinante en la comunidad, con los enfrentamientos entre británicos y alemanes acerca del reparto de los costos, la actitud de los franceses que durante un tiempo parecieron dudar en contribuir al esfuerzo aliado, y el apoyo italiano a la propuesta de paz de último minuto de Gorbachov, en vísperas de la ofensiva terrestre. Asim i s m o , a lo largo de toda la crisis, los Estados Unidos mantuvieron una actitud de desconfianza, por el peligro que veían de que la C E E adoptase iniciativas de escasa utilidad. Merece la pena señalar que en enero de 1991, después de que la C E E debatiera la posibilidad de hacer una oferta independiente de paz a Irak, el Subsecretario de Asuntos Políticos de los Estados Unidos, Robert Kimmitt, convocó a los embajadores de Italia, Luxemburgo y los Países Bajos (en representación de los presidentes pasado, presente y futuro de la C E E ) para señalarles firmemente que no podía haber desviación alguna con respecto a las doce resoluciones del Consejo de Segundad de las Naciones Unidas, que se aprobaron después de la invasión iraquí13. Para el público en general (que en todo caso tiende a ver a Europa c o m o un conjunto de países distintos, y no c o m o una comunidad), el efecto de la crisis fue agudizar aún m á s las diferencias en cuanto a la percepción de los diversos países. La imagen favorable del Reino Unido salió realzada, la reputación de Alemania quedó gravemente comprometida, mientras que se dividían las opiniones sobre los france- La integración europea vista desde los Estados Unidos ses, aunque en su mayor parte fueron positivas. A pesar de estos recelos acerca del papel futuro de la C E E en materia de política y seguridad, los Estados Unidos continuaron apoyando el objetivo de la unión política, y siguieron de cerca la apertura de las primeras reuniones formales de la Conferencia Intergubernamental sobre la Unión Política, en enero de 1991. 109 Canadá y de América Latina, y las presiones del público y de los congresistas -independientemente de la guerra del Golfo- en favor de la reducción de los gastos militares y el regreso masivo de las tropas destacadas en Europa y la República de Corea. Las tendencias aislacionistas son visibles también en el discreto debate que viene sosteniéndose acerca de la medida en que los Estados Unidos han de ayudar a Europa a hacer frente a amenazas potenciales no soviéticas, c o m o las derivadas de la inestabilidad en Europa Oriental o de los Conclusiones disturbios en Africa del Norte. Si bien algunos C o m o es de esperar con cualquier cuestión parecen deseosos de alegar estos peligros pocomplicada, en los Estados Unidos reinan la tenciales c o m o argumento en favor de la partiincertidumbre y el desacuerdo con respecto a cipación estadounidense en los asuntos eurolas consecuencias de la integración europea peos y la revitalización de la O T A N , otros para los intereses estadounidenses. Las opinio- afirman que Europa no debe esperar un apoyo nes discrepantes sobre Europa reflejan hasta automático de los E E . U U . para problemas que cierto punto las diferentes percepciones del no guardan una relación directa con los interepapel de los E E . U U . en el m u n d o , y en tanto ses estadounidenses, o que los europeos debeque actor político y competidor económico. rían ser suficientemente fuertes para resolver Los que se sienten pesimistas acerca de las por sí solos. Parte de este sentimiento aislacioperspectivas económicas de los E E . U U . y sus nista - e n ambos extremos del espectro polítiproblemas internos, ven en Europa un compe- co- se reveló claramente en el debate de 1990 tidor peligroso, o una alternativa y posible- sobre la intervención estadounidense en el mente un modelo social superior. Los que ven Golfo Pérsico. m á s favorablemente las perspectivas estadouPor otra parte, se mantiene vivo el interés nidenses, confían en que Europa seguirá te- de los Estados Unidos en los asuntos europeos, niendo en cuenta las preocupaciones de los y se oyen fuertes advertencias contra la reapaEstados Unidos y se convertirá en un elemen- rición del aislacionismo. Muchos americanos to clave de lo que el Presidente Bush ha llama- sintieron vagamente que se "quedaron fuera" do el "nuevo orden mundial". Y otros tienden de los acontecimientos de 1989-1990, y temen a ver en el Japón una grave amenaza para la que los alemanes aprovechen la primera oporposición global de los E E . U U . , mientras que tunidad para poner fin a la presencia militar Europa les preocupa menos en este sentido. de los E E . U U . en su país recién reunificado. Estas visiones distintas del futuro de la A d e m á s , las revoluciones de 1989 revitalizarelación entre los Estados Unidos y Europa ron los vínculos étnicos entre los Estados Unideben considerarse en el contexto de la persis- dos y los países de Europa Oriental (especialtencia de dos tendencias contrapuestas en la mente Polonia). Existe una inquietud crecienhistoria y la cultura política de los Estados te acerca de lo que se percibe c o m o el dominio Unidos: el aislacionismo (o "hemisferismo"), económico alemán incipiente sobre la región y y el internacionalismo, que está m u y identifi- los modestos esfuerzos de los Estados Unidos cado con las cuestiones y preocupaciones euro- por afirmar su propia presencia económica y peas. A m b a s tendencias se han manifestado en política. la respuesta estadounidense a la transcendenEn el futuro, las actitudes y políticas estatal evolución experimentada en Europa en los dounidenses hacia Europa reflejarán probableúltimos años. mente una mezcla de criterios aislacionistas e Por una parte, el sentimiento aislacionista internacionalistas. E n el período de 1945es visible en la renovada atención que prestan 1989, se registraron algunas tendencias espolos Estados Unidos a los problemas económi- rádicas al aislacionismo, pero en su mayor cos y sociales del interior, el redescubrimiento parte los sentimientos internacionalistas y eude la importancia política y económica del ropeistas, alimentados por el temor a la Unión John van Oudenaren 110 Soviética y favorecidos por las circunstancias económicas generalmente positivas del país, desempeñaron un papel predominante en la configuración de la política de los E E . U U . Pero con el colapso de la amenaza soviética, la aparición de Europa c o m o una potencia más fuerte y con mayor confianza en sí mism a , a m é n del empeoramiento de los problemas internos de los Estados Unidos, es casi inevitable que cambien las prioridades de la política estadounidense. Dado el grado de interdependencia transatlántica y la densa red de vinculaciones entre los E E . U U . y Europa, una vuelta al aislacionismo es improbable, o quizás incluso imposible. N o obstante, es probable que la política estadounidense deje de estar tan enfocada en Europa y se centre m á s en los problemas internos y en las regiones m á s cercanas y problemáticas, c o m o América Latina y el Caribe. Este cambio no ha de preocupar (e incluso podría ser acogido favorablemente) en Europa Occidental, que se concentrará en mayor medida en los problemas de las zonas adyacentes del Tercer M u n d o , y que deberá hacer frente a nuevos desafíos políticos, sociales y ambientales en el propio continente. Traducido del inglés Notas 1. Este es el argumento central del historiador económico británico Alan Milward en su trabajo The Reconstruction of Western Europe, 1945-I951, Berkeley, Universidad de California. 2. Los tres primeros trimestres a la tasa anual. Economie Report of the President, febrero de 1991. pág. 405. 3. Véase Stephen Cooney, "The Impact of Europe 1992 on the United States". Proceedings of the American Academy of Political Science, vol. 38. n 1 (1991). 4. Véase "The Europeans Sabotage Trade", New York limes, 8 de diciembre de 1990. artículo en el que puede comprobarse el severo veredicto de una publicación generalmente proatlántica. 8. Michael A h o and Bruce Stokes. "The Year the World Economy Turned", foreign Affairs: America and the World, 1990-1991, vol. 7. n 1 (1991). pág. 161. 5. Nancy Dunne, " U S will reject European Airbus offer", financial Tunes, 2-3 de febrero de 1991. 9. Ibid. 6. "European Nations at the Brink of Greatest B o o m of the Century". Los Angeles Times, 25 de marzo de 1990. 1 1. Cooney. pág. 107. 12. New York Times, 13 de diciembre de 1989. 7. Citado en Peter Jenkins, "American blood for Europe's oil". The Independent, 23 de enero de 1991. 13. Martin Fletcher. "Washington's suspicions about Europe surface again". The Times. 4 de enero de 1991. 10. Ibid.. pág. 174. Europa en 1989/1992 y el Tercer Mundo Hartmut Elsenhans El sistema internacional ha cambiado radical- sos, porque la religión proporciona u n mayor mente: la unificación económica de Europa apoyo al respeto incondicional de la propiedad dará lugar a una forma cualitativamente nueva privada, frente a las justificaciones occidentade cooperación internacional en la vida coti- les laicas del capitalismo, reñidas con reclamadiana, al haber transformado el fracaso del ciones de redistribución de las riquezas de las socialismo real los términos de la rivalidad clases bajas. El Estado tercermundista basado internacional. Ello afectará no sólo a la posi- en los réditos, entendidos c o m o los ingresos ción del Tercer M u n d o en este sistema inter- obtenidos por las diferencias entre las ganannacional, sino a su existencia m i s m a c o m o cias y los costos de producción, comprendidos categoría o grupo de estados con intereses y los beneficios, los sueldos y los insumos (y no estrategias propios clarac o m o la renta salarial de mente identificados, aunlos trabajadores o los beneHartmut Elsenhans es profesor de Reque el Sur no solamente sificios de las empresas a los laciones Internacionales de la Universidad de Constancia, Alemania. Se ingue siendo pobre, sino que índices prevalecientes), no teresa especialmente por los aspectos cada día lo es m á s , por lo desaparecerá, pero sus poeconómicos de la expansión europea y menos en algunas grandes líticas económicas estarán los orígenes del sistema Norte/Sur. el regiones. Este proceso hace m u c h o menos orientadas a subdesarrollo y cuestiones referentes al comercio de materias primas. que pierdan influencia las la planificación y al creciclases occidentalizadas que miento. Ello hará que dehabían tomado el poder en saparezca un importante el Sur, de resultas de la crielemento de solidaridad sis económica mundial y entre los países del Sur, de la descolonización. aunque hasta ahora esta Aparecen nuevas clases solidaridad se haya limitamedias que no esperan que do sobre todo a declaraciosus hijos puedan encontrar nes retóricas. Esto favoreempleos en el sector público, sino que dirigen cerá las tendencias a la regionalización del la vista al mercado. N o obstante, la debilidad Sur, impulsadas también por los países del política de las clases bajas impide a esas clases Norte. medias establecer las condiciones para su proLos cambios fundamentales en Europa pia acumulación de capital, basada en el mer- Oriental son debidos sin duda alguna a la cado. Esta acumulación requeriría un consu- atracción del estado liberal asistencia! (de biem o de masas y una producción local de bienes nestar social), impuesto por el movimiento lade capital. Debido a la expansión insuficiente boral reformista de Occidente a sus clases cade los mercados, estas clases medias se fusio- pitalistas. Esta victoria del movimiento labonarán con los restos de las viejas clases domi- ral reformista no dará lugar, empero, a la nantes. En el sector sociocultural, se observa transferencia de los principales mecanismos un renacimiento de los sentimientos religio- de regulación social y política del Occidente al RICS 13l/Marzo 1992 112 Sur, esto es, la expansión de los mercados de masas debida a la presión política de las clases menos privilegiadas que permite la producción de tecnología local, que a su vez conduce a la inversión neta y a índices positivos de beneficio. Es precisamente el fracaso en establecer estructuras inductoras del crecimiento en el Sur, dentro del marco de los ajustes necesarios a la nueva economía mundial, lo que crea el peligro de que los países occidentales industrializados se transformen también en sociedades en las que el factor dominante sea la lucha por los réditos. En una sociedad de este tipo, la autonomía de la sociedad civil, y en consecuencia, los derechos civiles de tipo occidental de los particulares y los grupos sociales, corren peligro. La concentración del debate actual de las ciencias sociales en las cuestiones tradicionales, c o m o la oposición entre el socialismo y el capitalismo, favorece esta evolución, al pasar por alto las perspectivas de transformación socialista, no fuera del capitalismo sino mediante la mejora continua de las economías capitalistas reformistas actuales, de tipo asistencial. El nuevo declive de la Nación-Estado El sistema internacional precedente estaba estructurado por la oposición de dos bloques que sustentaban visiones enfrentadas y mutuamente exclusivas del futuro de la humanidad y del orden mundial que estimaban adecuado y compatible con la dignidad h u m a n a . El fin del conflicto Este-Oeste, que condicionaba al sistema "estatal" internacional, no nos conduce de vuelta al viejo sistema, caracterizado por un equilibrio de poder nunca estabilizado entre coaliciones continuamente cambiantes de estados que nunca pudieron superar sus rivalidades, por las limitaciones estructurales del sistema estatal. Aparecen nuevas estructuras, c o m o se observa en particular en la región cuya importancia va en aumento c o m o resultado del conflicto Este-Oeste, o sea Europa. L a incipiente unión europea no será un estado nacional de viejo estilo, a un nivel más alto, ni tampoco las antiguas naciones-estado recuperarán su soberanía. Lo que sucederá es que se desarrollarán jerarquías de competencia a múltiples niveles Hartmut Elsenhans en el proceso de adopción de decisiones, que correrá por cuenta de los diversos agentes subnacionales, nacionales, supranacionales o transnaciones en cooperación, bajo diversas formas. Esto puede verse claramente en la nueva importancia que ha adquirido Alemania después de los acontecimientos de 1989 y 1990. Los análisis que se concentran en su incipiente poderío económico (y a veces también militar) pasan por alto lo esencial. E n la situación caracterizada por una mayor interconexión internacional y transnacional, las capacidades situadas en el territorio de la Alemania reunificada no pueden transformarse en instrumentos de poder para ningún gobierno alemán. Ningún gobierno alemán es capaz de controlar los flujos de comercio, capitales y tecnología con el resto del m u n d o . Sin embargo, y en contraste con los peligros percibidos de una mayor influencia del Estado alemán, el mercado de Alemania sí influirá decisivamente en la elección de productos y procesos innovadores de las empresas situadas en zonas adyacentes, por razón del simple tamaño de su población y los ingresos por habitante. Las estrategias resultantes de suministro y publicidad de productos operarán sobre las sociedades nacionales de las empresas no alemanas. El modelo social alemán de la colaboración de clases con un criterio reformista será una importante variable de la configuración de las condiciones del éxito económico y social en otras sociedades europeas, y por consiguiente servirá cada vez m á s de punto de referencia para los grupos sociales enfrentados en otros países de Europa. A d e m á s , será difícil obtener mayorías en las elecciones paneuropeas sin conseguir también u n éxito substancial en el territorio "germanófono", unificado o no. Sin embargo, la creciente similitud de las culturas políticas, sociales y de consumo en Europa no dará lugar a una transferencia de la responsabilidad, en materia de seguridad, a un gobierno europeo, ya que ello significaría que Alemania podría cuando menos participar en el arma nuclear, lo que parece estar excluido aún por m u c h o tiempo. La única alternativa posible es la creación de organismos multilaterales "productores de seguridad". D a d o el alto costo del armamento moderno y la incipiente tendencia a desvincular la seguridad de la m o vilización nacional en defensa de la patria (debido a la creciente impopularidad del servicio Europa en ¡989/1992 y el Tercer Mundo militar y a las necesidades cada vez mayores de personal militar m u y especializado), no es de descartar que en el futuro exista un número reducido de empresas especializadas en la seguridad, que competirán entre sí y estarán sometidas al control de representantes de distintos gobiernos con diferentes grados de influencia en cada uno de esos organismos. E n tal caso los ejércitos se convertirían en órganos especializados, desvinculados en gran parte de la población, c o m o lo fueron en los siglos XVII y XVIII. D e hecho, pocos estudios pusieron de m a nifiesto el hecho de que la rivalidad entre los bloques ocultaba no sólo la existencia de la soberanía nacional, temporalmente en un segundo plano, sino también la erosión m i s m a de esa soberanía. La soberanía pertenecía en exclusiva a las dos superpotências pero, c o m o se ha visto recientemente, solo porque en caso de grandes conflictos cada una de ellas podía razonablemente esperar la adhesión de los miembros de su bloque. La Guerra del Golfo ha dejado bien claro que, a pesar de todas las proezas militares y de la eficiencia del ejército norteamericano, la intervención militar, incluso por un período limitado, solo fue posible porque -debido a unaflagranteviolación del derecho internacional- una coalición sumamente heterogénea de fuerzas procedentes de lugares m u y diversos y de ideologías bien diferenciadas, m u c h o m á s amplia que la alianza que intervino realmente en el conflicto, apoyó, o por lo menos toleró, la intervención. Sin este apoyo a gran escala, ninguna potencia por sí sola podría imponer por la fuerza las normas m á s elementales del derecho internacional, y aún menos sus intereses particulares. 113 primera vez con motivo de la descolonización de África y extendida a Europa mediante la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa. Sólo conflictos limitados en el Norte El final del enfrentamiento entre el Este y el Oeste significa que ha desaparecido una importante razón para limitar los conflictos entre los países industrializados. La cancelación del sistema de Bretton W o o d s mostró ya que la gestión de las relaciones económicas entre los países capitalistas industrializados no podía limitarse a los aspectos puramente técnicos de sus economías. L a solución de los problemas monetarios internacionales, c o m o los de los tipos de cambio, mediante la cooperación gubernamental directa entre los principales países industrializados (reemplazando a la gestión del F M I ) es una señal de desacuerdos cada vez mayores. A diferencia de lo que indica la teoría tradicional del comercio exterior, no se trata de conseguir un suministro m á x i m o a corto plazo de bienes y servicios en el mercado interno (o sea, un aumento del bienestar social), sino de adoptar las tecnologías m á s prometedoras para mantener la competitividad. El m o d o m á s seguro de conseguir este resultado lo ofrecen los aranceles, las subvenciones a la exportación y la intervención estatal en la distribución de las inversiones. En un m u n d o dominado por las grandes empresas y los inversores públicos, que cooperan para fomentar el crecimiento económico, los gobiernos nacionales no serán los únicos En una situación caracterizada por la exis- que proporcionarán apoyo del sector público tencia de estructuras de decisión de múltiples (contrapuesto a la economía de mercado). Las niveles jerárquicos, el acuerdo sobre los prin- diferencias mismas entre los diversos gobiercipios y las normas es importante, y cierta- nos nacionales en lo tocante a los medios de mente sólo se conseguirá en grado reducido y que disponen, las dimensiones absolutas de con respecto a una serie limitada de cuestio- esos medios y el grado alcanzado de interconenes. C o n todo, es posible llegar a la conclusión xión internacional, inducirán a los diferentes de que la inviolabilidad de las fronteras esta- agentes que compiten entre sí para conseguir blecidas (por acuerdo o por imposición) des- cooperación y recursos a reforzar sus relaciopués de la Segunda Guerra Mundial y de la nes, concertar una multiplicidad de alianzas descolonización de Asia y África, formará par- basándose en problemas concretos, cuyos límite de aquél. Esto supone la desaparición de un tes no serán compatibles, y promover la proli"casus belli" importante. Alfinaldel conflicto feración de niveles de coordinación y la c o m Este-Oeste, la Guerra del Golfo demuestra la posición de las coaliciones. Así, ni los gobierimportancia de esta norma, establecida por nos nacionales ni los nuevos gobiernos supra- 114 Hartmut Elsenhans Europa en 1989/1992 y el Tercer Mundo 115 Relaciones entre Europa y los países en desarrollo. A la izquierda: El colonialismo, en 1956. en Nigeria, B Brakc/Rapho Arriba: Cooperación entre investigadores europeos y africanos, en el c a m p o de la parasitología, en Benin, F chav Raphü- nacionales ejercerán una competencia exclusiva, ni por ende gozarán de un claro predominio, en su papel de promotores públicos del proceso de crecimiento. Esto hace que los conflictos entre agentes y/o coaliciones territorialmente bien delimitados sean sumamente improbables. Lo m á s probable es que los desacuerdos o incluso los conflictos entre las tres principales regiones continentales de Occidente (Estados Unidos, con Canadá y posiblemente México, Europa sin la U R S S y el Japón con los países recién industrializados del Este y el Sudeste de Asia) aumenten, o por lo menos se expresen más claramente. Pero las alianzas enfrentadas no serán homogéneas en lo que respecta a las "naciones" o las "regiones" (por ejemplo, hombres de negocios americanos o alemanes podrían presentar reclamaciones conjuntas contra la C E , etc.). Desde luego, algunas alianzas dependerán m á s que otras de determinados gobiernos nacionales, que actuarán en un contexto más transnacional. L o decisivo, no obstante, es que las tres agrupaciones continentales no conduzcan a un alineamiento exclusivo de las diversas alianzas en función de sus límites territoriales. Esto, a su vez. impediría el enfrentamiento de campos territorialmente delimitados, con respecto a toda una serie de problemas pendientes. Esta es la principal explicación del hecho de que las crecientes rivalidades entre esas regiones no desemboquen en el resultado, con frecuencia deseado por el Sur, de un mayor margen de maniobra para el Tercer M u n d o . Además, los sectores que en Occidente presentarán el grado más alto de interconexión publica-privada, v.g. la promoción de las tecnologías m á s adelantadas (en las que el Tercer M u n d o proporciona una parte aún más reducida de mercados para las exportaciones de Occidente), apenas tienen en cuenta al Tercer Mundo. La única base posible para el desarrollo de normas de regulación de los conflictos relativos a la distorsión de la competitividad inter- 116 Hartmut Elsenhans nacional causada por la promoción pública, es el principio del mercado abierto. La nueva sociedad civil internacional emergente no tendrá apenas instancias encargadas de las políticas redistributorias de bienestar social. Esto redundará en desmedro de los países m á s pobres. Sin embargo, las economías tercermundistas m á s desarrolladas estarán en condiciones de recuperar rápidamente el terreno perdido. cuando éste sufría una crisis de subconsumo, en situaciones de pleno empleo la ventaja se decantaba claramente en favor de las economías de mercado. Los empresarios capitalistas sólo pueden conservar su condición de miembros de la clase capitalista dominante si mantienen su c o m petitividad, mediante un empeño constante para reducir los costos y mejorar el producto. Si se elimina esta competencia, no es probable que aumente la producción salvo si se incrementan los costos de inversión. Comparando Razones de la crisis las economías reguladas por la competencia con las reguladas por la planificación, veremos del "socialismo real" que en las segundas un incremento equivalenLa crisis del "socialismo real" es resultado de te de la producción sólo se consigue mediante su incapacidad de establecer una serie de obje- una inversión relativamente m á s elevada. tivos de desarrollo que ofrezcan una alternati- Para que el socialismo real hubiera podido va al capitalismo asistencial y a la democracia competir con el estado asistencial de Occidensocial. El m o m e n t o en que el modelo social de te, habría sido necesario que aumentase la prodesarrollo centralmente planificado de la porción de las inversiones en el producto naU R S S alcanza una influencia mundial coinci- cional bruto, con el consiguiente descenso de de históricamente con la crisis económica de la eficiencia de la inversión. Durante m u c h o los años 30, que tiene su origen en la división tiempo se citó la elevada proporción de la del movimiento de los trabajadores y el consi- inversión en el producto nacional bruto c o m o guiente debilitamiento de su ala reformista, a prueba de la superioridad del socialismo real su vez consecuencia de la Revolución de octu- sobre el capitalismo. E n realidad, esta elevada bre de 1917. En los años 20, en todos los proporción no hacía m á s que compensar la países occidentales el movimiento obrero de- relación capital-producto cada vez más elevamocrático tropezó con la oposición decidida da, lo que era señal de la creciente ineficiência de los grupos conservadores1. Esto permitió a en el uso de los fondos de inversión. Si el las empresas mantener un bajo nivel salarial, único m o d o de conseguir altas tasas de crecipor lo menos en relación con los aumentos de miento era aumentar la proporción de las inla productividad, lo que dio lugar inevitable- versiones en el producto nacional bruto, el mente a la aparición de tendencias al subcon- aumento del consumo tenía que ser inferior al sumo 2 . El temor difuso a la revolución exten- crecimiento de la producción. En un m o m e n t o diéndose a todo Occidente, que se dejaba determinado, el consumo se estancó forzosasentir en grado considerable entre la burgue- mente. Sólo aceptando tasas m á s bajas de cresía, proporcionó el impulso inicial a los movi- cimiento de la producción y compensando a la mientos fascistas. N o obstante, durante la cri- población con otras ventajas, habría podido el sis económica aparecieron nuevos movimien- socialismo real evitar el círculo vicioso de la 3 tos políticos que propugnaban el estado asis- sobreinversión/ineficiencia . tencial y consiguieron derrotar al fascismo en Sin un modelo alternativo de desarrollo, el la Segunda Guerra Mundial. Debido a las alte- socialismo real se hundió. Este fracaso desaraciones sociales resultantes de la guerra y el credita hoy en todo el m u n d o los intentos de fascismo, y a la mayor influencia política y promover modelos de regulación económica y poderío militar de la Unión Soviética y el social distintos del capitalismo occidental. Sin "socialismo real", estos movimientos pudie- embargo, el modelo occidental no puede transron imponer un sistema de reconstrucción ferirse al Tercer M u n d o en un aspecto eseneconómica en Europa Occidental, basado en el cial: en las economías desarticuladas y deforestado de tipo asistencial. madas del Sur, la expansión de los mercados Si bien el "socialismo real" soportaba favorablemente la comparación con el capitalismo de masas mediante una simple redistribución de la capacidad adquisitiva en favor de las Europa en 1989/1992 y el Tercer Mundo capas más desasistidas de la población, no dá lugar más que a la inflación y los déficits de la balanza comercial. Para eludir el subdesarro11o, hay que restructurar el aparato de producción con el objeto de satisfacer el consumo de masas y suministrar equipo en el plano local. Esto exige un nivel apreciable de intervención estatal. Por causa del fracaso del socialismo real, el apoyo político y social a esta intervención ha disminuido no sólo en el Sur, sino también en el debate internacional sobre las estrategias de desarrollo. La crisis del estado d e desarrollo El final del enfrentamiento entre los bloques con respecto a la organización de la economía mundial y a la dirección del desarrollo económico del Tercer M u n d o ha dejado a éste sin ubicación política y sin parte de su base económica. E n su condición de categoría particular de estados con intereses por lo menos potencialmente comunes y estrategias coordinadas, el Tercer M u n d o apareció a raíz de la descolonización por el deseo de los dirigentes de los países recién independizados de evitar que el conflicto Este-Oeste se propagase al Sur. Este objetivo ya no es válido, puesto que el Segundo M u n d o ha dejado de ser un bloque h o m o géneo cuyos objetivos y concepciones diferían fundamentalmente de los del Primer M u n d o . Y a no es posible, definitivamente, explotar la amenaza de un trueque de lealtades en favor de uno de los dos bloques, si bien mucho antes de su hundimiento el socialismo real había renunciado a toda responsabilidad con respecto al desarrollo económico del Tercer M u n d o 5 . C o m o fuente de asistencia al desarrollo y la tecnología, y c o m o mercado para las exportaciones de manufacturas del Tercer M u n d o , los países del C O M E C O N no fueron nunca una alternativa a Occidente. Su principal base de influencia era el abastecimiento de armas y entrenamiento militar en caso de conflictos violentos6. El hecho de que el Tercer M u n d o haya perdido la capacidad de inclinar, por poco que sea, la balanza del poder entre el Este y el Oeste, libera a éste último de las presiones para que contribuya al crecimiento económico proporcionando asistencia al desarrollo. Esto empeora aún más la crisis del estado de desa- 117 rrollo en el Sur. Las clases dirigentes del Sur explicaban casi unánimemente el subdesarro11o y la pobreza c o m o consecuencias de una explotación secular, aún vigente. D e conformidad con esta interpretación, las transferencias financieras de Occidente al Sur se consideraban indispensables para el desarrollo. Estas transferencias aumentaban la capacidad financiera de las clases dirigentes del Sur, aunque al menos en Asia y América Latina se obtenían mayores excedentes económicos de los recursos internos. Los excedentes de origen interno, y los derivados de las transferencias del exterior, eran objeto de apropiación, especialmente en forma de réditos. El estado tercermundista basado en los réditos se origina, c o m o el "socialismo real", en la crisis económica de los años 30, cuando los precios de las materias primas del Tercer M u n d o descendieron con mucha mayor rapidez que los precios de los productos industriales importados de Occidente. Este movimiento de tijera dio lugar al eterno debate sobre el empeoramiento de la relación de intercambio. Empero, la base de este empeoramiento no consistía en las condiciones de los mercados internacionales, sino en la deformación de esas economías por efecto de la desigual especialización, que hacía que el crecimiento económico fuera completamente dependiente de la importación de bienes de inversión. Para financiar esas importaciones, los estados del Tercer M u n d o se apropiaron de los réditos, en el sentido que hemos dado anteriormente a este término. Las estructuras económicas que permitieron la apropiación de los réditos aparecieron de resultas de la integración parcial del Tercer M u n d o en la economía capitalista mundial. La apropiación de los réditos exige una clase dirigente centralizada, en contraste con el carácter fragmentario del capitalismo de negocios, donde todos compiten contra todos7. En las economías capitalistas8 los progresos técnicos y los aumentos de la productividad no dependen en m o d o alguno del incremento del valor de trabajo del capital por trabajador, el llamado aumento de la composición orgánica del capital. El valor del capital fijo por trabajador, registrado en las estadísticas, aumentó ciertamente con el tiempo. N o obstante, c o m o todo el equipo es producido por trabajadores que perciben los salarios vigen- 118 Hartmut Elsenhans sector de producción de maquinaria tiene que medirse en función de los cambios en el rendimiento de la maquinaria y las variaciones de sus costos. Las mejoras del rendimiento se reflejan en la mejora cualitativa o cuantitativa de la producción, y en las economías de cantidad y calidad de la m a n o de obra y los insum o s requeridos; la suma total de esas mejoras es la suma de la producción adicional m á s las economías resultantes no sólo de la producción de maquinaria sino también de su utilización en la economía nacional total. Estas ganancias y economías reflejan incrementos de la productividad de la producción de maquinaria si guardan relación con este sector de la economía, y el aumento de la productividad de un conjunto de líneas de producción, incluida la producción de maquinaria y todos sus usuarios, en relación con la economía global. Por consiguiente, el incremento de la productividad de la producción de maquinaria habrá de ser mayor que el incremento medio de la productividad, por razones exclusivamente matemáticas. Debido a las diferencias en el ritmo del progreso técnico entre las diversas líneas de producción de los principales países industrializados, los países subdesarrollados sufren de El progreso técnico avanza a diferentes ve- diferentes retrasos en la productividad según locidades en las distintas líneas de producción. las líneas de producción, en relación con aqueC o m o en los países capitalistas los salarios llos países. E n ciertas líneas de producción, reales deben crecer paralelamente al incremen- c o m o por ejemplo las materias primas minerato medio de la productividad, y no a la tasa de les, la productividad del Tercer M u n d o es m u y aumento de la productividad de los trabajado- elevada, ya que los yacimientos de los países res empleados en la rama de que se trate, los industrializados se agotaron hace m u c h o tiemprecios de las líneas de producción con incre- po. L o propio puede decirse de algunos promentos de la productividad inferiores a la m e - ductos tradicionales, respecto de los cuales los dia han de subir en relación con otros precios, incrementos de productividad en los países mientras que los precios de las ramas con tasas industrializados han sido escasos, y de ciertos de productividad superiores a la media dismi- productos modernos cuya fabricación, en su mayor parte de alta densidad de capital, renuyen. quiere tecnologías perfeccionadas que pueden Las economías que no han participado en transferirse fácilmente a los países del Tercer los progresos técnicos de los países capitalistas 1 industrializados se hacen competitivas en lí- Mundo '. E n otras líneas de producción, los neas de producción con incrementos de pro- retrasos en la productividad pueden ser consiductividad inferiores a la media en los princi- derables. pales países industrializados, y quedan atrasaEn condiciones de especialización perfecta, das en las líneas de producción cuyos incre- los países del Sur tendrían que ampliar su mentos de productividad son superiores a la producción en líneas caracterizadas por sus media en esos mismos países. Normalmente, retrasos mínimos de productividad, y bajar los el aumento de la productividad en las líneas precios para vender más. Esto equivaldría a de producción de maquinaria es superior a la rebajar el precio internacional de la m a n o de media. Este aumento de la productividad en el obra local. C o n arreglo a la elasticidad-precio tes, cuando aumentan los salarios reales el valor de trabajo contenido en la maquinaria ha de aumentar, en términos monetarios, en una proporción igual a la subida de los salarios reales, aunque el nivel de precios permanezca estable (ausencia de inflación). En esta situación no inflacionaria, con salarios nominales que aumentan únicamente en función de los incrementos de la productividad, el valor de trabajo contenido en los bienes de capital aumentará, en precio, en una proporción igual a la tasa de aumento de los salarios nominales. Si comparamos el valor estimado del capital fijo con la partida de sueldos y salarios o con el valor estimado del producto, comprobaremos que no se ha producido un aumento del valor del capital fijo en relación con los gastos de subsistencia (nivel de vida), la m a n o de obra contratada directamente o el valor de la producción. Debemos llegar a la conclusión, pues, de que no existe una tendencia al desplazamiento de la producción en las regiones en que escasea el capital por causa de un aumento de la producción de alta densidad de capital, en la medida en que los salarios reales no hayan aumentado en la región que dispone de más capitales (simplemente, que es más productiva). Europa en 1989/1992 y el Tercer Mundo de la demanda de esos productos, los ingresos en divisas aumentarán o disminuirán. Si el aumento de las ventas es menos rápido que el descenso de los precios, y esto es lo que ocurre de ordinario con las materias primas y los productos tradicionales y m á s perfeccionados, los ingresos en divisas se contraerán aunque aumenten no sólo las cantidades producidas sino también la m a n o de obra dedicada a la producción10. Asimismo, en el caso de que se registre una devaluación, sólo algunos productos importados se sustituirán por sucedáneos nacionales, por los retrasos relativamente mayores de la productividad en las respectivas líneas de producción. Las exportaciones adicionales de otras líneas de producción sólo serán competitivas en el mercado mundial si se reduce de manera substancial el precio internacional de la m a n o de obra local, esto es, con tasas m u y elevadas de devaluación. Estas características de las elasticidadesprecio de la producción para la exportación (bajas) y las elasticidades-tipo de cambio de la producción (también bajas), provocan un descenso de los ingresos en divisas después de la devaluación de la moneda nacional, a lo cual los gobiernos de los países en desarrollo reaccionan imponiendo gravámenes de exportación o regímenes de comercio de estado para las líneas de productividad n o m u y retrasada. Estos impuestos o beneficios adicionales del comercio son réditos. Se devengan réditos también cuando se imponen gravámenes especiales a líneas determinadas de producción o ramas que se consideran capaces de soportar estos costos adicionales, debido al poco retraso de la productividad en relación con los principales competidores". La naturaleza mism a del progreso técnico (independiente de la acumulación de capital y de las diferencias entre las líneas de producción) hace posible la apropiación de los réditos. Es la especialización del Tercer M u n d o en productos de bajas elasticidades-precio de la demanda, lo que crea fuertes incentivos para la apropiación de los réditos mediante la intervención del estado en las relaciones económicas exteriores. Las consecuencias en el funcionamiento interno de las economías tercermundistas de los diferentes retrasos de la productividad con respecto a diversas líneas de producción de los países desarrollados, crean incentivos adicio- 119 nales para la intervención del Estado, ya que estas economías no pueden reaccionar con flexibilidad a los cambios de la demanda. U n aumento de la demanda de un determinado producto puede desencadenar subidas de los precios que, no obstante, quizás no basten para estimular un incremento de la producción, por cuanto los costos de producción son todavía demasiado altos y, debido a la baja productividad, aún más cuando se expresan en forma de precios. C o n m u c h a frecuencia, la situación del suministro local exige el inicio de esta producción en el país o el establecimiento de nuevas líneas, cuya estructura de costos diferirá considerablemente de las de las líneas ya instaladas. Cuando la producción local de maquinaria es insuficiente, la expansión o incluso el inicio de la producción de un producto en particular podría requerir la importación previa de equipo, para lo cual es posible que no se disponga de las divisas necesarias. La inversión de los réditos en líneas de producción destinadas a generar nuevos réditos, cuando la productividad no es mucho m e nor que la de los países industrializados, conduciría a la desaparición de los réditos, ya que la mayor capacidad de producción iría acompañada de un descenso de los precios. Para emplear los réditos de manera productiva, deberán invertirse en líneas de producción en las cuales el rendimiento de la inversión sea inicialmente bajo debido a la escasa productividad, pero donde los efectos a largo plazo de la especialización técnica de la m a n o de obra mediante la formación en el trabajo sean m a yores y, por las características técnicas de los productos manufacturados, éstos puedan desempeñar el papel de industrias integradoras para toda la economía. La apropiación de los réditos y su empleo en la transformación de las economías deformadas del m u n d o en desarrollo precisa la centralización de esta porción de los recursos disponibles, y por ende, el control de las líneas de producción que producen los artículos generadores de réditos. Esto exige, invariablemente, la centralización de la clase dominante. Y o llamo a este nuevo tipo de clase dominante, "clase estatal"12, porque su poder y capacidad de apropiarse y asignar recursos financieros procede del control del aparato estatal y de las limitaciones impuestas al funcionamiento del mercado. Es indudable - a pesar de las frecuentes 120 críticas- que en los cuatro últimos decenios las clases estatales han contribuido al crecimiento económico del Tercer M u n d o . Sin embargo, lo que no han sido capaces de hacer estas clases es vencer el subdesarrollo, porque no concentraron sus esfuerzos en el crecimiento de la producción de bienes de consumo masivo m e diante maquinaria de fabricación local, inicialmente de baja calidad, con miras a satisfacer las crecientes necesidades de sus poblaciones. Esencialmente, este fracaso se debe a tres razones: c o m o ocurrió con el "socialismo real", las inversiones efectuadas no fueron m u y productivas (problemas de gestión). A d e más, las clases estatales no se vieron forzadas a emplear productivamente los recursos, a través del mercado o de los mecanismos de control político. Por último, a pesar de todo su extremismo verbal, no se esforzaron en introducir las reformas estructurales (por ejemplo, la reforma agraria) que, al intensificar el consumo de masas, habrían facilitado la aparición de la necesaria demanda de productos simples, fabricados con maquinaria de producción local. E n vez de superar el subdesarrollo, lo que prevaleció fue el derroche y la utilización improductiva de los réditos y otros ingresos análogos (la asistencia, la deuda). Esta situación se mantuvo con frecuencia gracias a la aportación de recursos externos con los que subsanar las insuficiencias, porque los países occidentales temían que, de no proporcionar esos recursos, el bloque oriental saldría reforzado. Esta base política de la apropiación de réditos ya no existe. La gestión de la crisis de la deuda en los años 8 0 es otra prueba de que la debilidad del Este permite a Occidente negarse a efectuar transferencias financieras, o imponer condiciones a las mismas. C o m o algunas clases estatales del Tercer M u n d o -por ejemplo, las de los países de reciente industrialización del Este y el Sudeste de Asia y también de América Latina- son bastante eficientes en el empleo de los réditos y otros ingresos para la promoción del crecimiento e incluso para la superación del subdesarrollo (y ello mediante la planificación y no mediante el ajuste de los precios13), el Tercer M u n d o actual se caracteriza por las crecientes discrepancias de intereses y no puede reaccionar con estrategias coordinadas contra la dis- Han mut Elsenhans minución de los réditos y otros ingresos afines, con la consiguiente destrucción de su propia base económica. La emergencia en el Tercer Mundo de las clases medias orientadas al mercado Las clases estatales del Sur se ven sometidas a presiones crecientes de origen interno, que ejercen sobre ellas las nuevas clases sociales. Esto se produce en un período en el que, por causa de la disminución de los réditos y otros ingresos afines, sus recursos no bastan ya para financiar los sistemas de patronazgo que servirán hasta ahora para controlar las otras clases sociales (cooptación de los dirigentes sindicales, etc.)14. Sus esfuerzos por promover el desarrollo, y también su consumo suntuario, han dado lugar a la aparición de nuevos mercados. C o m o estas clases estatales distribuían m á s ingresos a medida que producían bienes y servicios comerciables en el sector público15, en muchos países se desarrolló un sector privado de tamaño variable, que el Estado no reconocía con frecuencia e incluso inducía a la ilegalidad, y que en los estudios sobre esta materia se denomina sector informal. A d e m á s , con una mayor educación ha aumentado el número de trabajadores con especializaciones modernas, pero que ya no pueden esperar obtener u n empleo en el sector público. En varias partes del Tercer M u n d o se o b serva el establecimiento de alianzas familiares entre las nuevas clases medias, mediante la financiación de empresas pequeñas y medianas, en su mayoría c o m o sociedades de capital privado. L a crisis del "socialismo real" ofrece argumentos contra las viejas clases estatales, que dependen del sector público. Para respaldar su exigencia de poder político, las nuevas clases medias no recurren a las teorías económicas de mercado que son los instrumentos de legitimación en Occidente, sino que se refugian en la religión. La religión, mejor que la teoría económica, justifica la propiedad privada en un marco ideológico que comparten las clases desfavorecidas. E n los países islámicos ésto dio lugar a la alianza del bazar y la m e z quita16. En la India, esta clase media emergente, orientada al mercado, es un importante Europa en 1989/1992 y el Tercer Mundo 121 rra. Sin embargo, las nuevas clases medias orientadas al mercado son tan partidarias de la inviolabilidad de la propiedad privada que se opondrán a toda reforma agraria - c o m o ya ha ocurrido en el pasado- por lo menos cuando afecte a los propietarios medianos. Para conseguir la movilización de la m a n o de obra que es marginalmente menos productiva que el costo de subsistencia, pero que contribuye no obstante a la producción, los tamaños de las explotaciones, por lo menos en muchos países, deberían ser inferiores incluso a las granjas familiares corrientes. Debido al continuo suministro de m a n o de obra marginada de costo m u y bajo, los aumentos de la productividad no dan lugar al incremento de los salarios y los ingresos de las masas, que permitiría la aparición de mercados de masa 20 . La reducción de la demanda limitará la acumulación orientada al mercado y hará que las nuevas clases medias busquen un arreglo con el Estado. Estas clases tratarán de sustituir a las actuales clases estatales, o bien de sumarse a ellas. E n a m b o s casos, se convertirán en las nuevas clases estatales, dependientes de los réditos. Y o preveo, c o m o resultado, un nuevo m o delo de interconexión entre el estado y la economía privada, el cual evitará la imposición de un régimen competitivo total en el mercado, así c o m o la apertura sin trabas al mercado mundial y la consideración adecuada de los intereses de los pobres. Para las relaciones internacionales futuras, la creciente distanciación cultural de las clases estatales es importante. Las clases estatales occidentalizadas, leales a una concepción equivocada del capitalismo (por ignorar la necesidad de mercados de masa cada vez mayores), o bien a un socialismo relativamente ineficiente, están siendo sustituidas por clases estatales m u c h o m á s orientadas a las culturas "tradicionales" nacionales. La fragmentación política El rapidísimo crecimiento demográfico del del Tercer M u n d o corre pareja con las diferenTercer M u n d o ha empeorado el problema de cias cada vez mayores con respecto a los intelas poblaciones marginadas, ya que la contrac- reses económicos extranjeros. Esto favorece la ción de la base de recursos hace que un n ú m e - regionalización del Tercer M u n d o , que a su ro mayor de personas no sean capaces de ase- vez favorece los intereses de los países industrializados de Occidente. gurarse su subsistencia mínima. La redistribución del ingreso exige transferencias de ingresos, que por su naturaleza repetida son difíciles de asegurar, o bien la redistribución de los activos, especialmente la tie- soporte del hinduísmo político (el partido "Bharatiya Janata"). La reducción de los réditos confiere un nuevo factor a estas clases medias en su combate contra las clases estatales, que, mediante una limitada liberalización de los sistemas económicos, tratan de atraerse a las nuevas clases con objeto de abrir nuevas fuentes potenciales de excedentes. Al menos en Asia y en Africa, las exhortaciones de los donantes a practicar la desreglamentación y la privatización de la economía jugará en favor de los valores tradicionales, ya que la democracia política no tiene aún m u chos partidarios. A diferencia de quienes en Occidente claman por la liberalización, yo no creo que estas clases medias orientadas al mercado sean capaces de superar el subdesarrollo en sus países. Las economías subdesarrolladas se caracterizan por la baja productividad, que hace que la productividad marginal sea inferior al costo de subsistencia17. Esto ocurrió también durante la fase de desarrollo de Europa, provocando la expulsión de los campesinos de sus tierras; en Inglaterra se promulgaron las "leyes de pobres"18 para compensar este proceso; estas leyes gravaban a los ricos independientemente del nivel de empleo. A su vez, los ricos ganaban acceso a m a n o de obra a precios inferiores al costo de subsistencia, ya que con sus impuestos subvencionaban esta m a n o de obra. D e m o d o análogo, una redistribución radical de la tierra causaría la expansión de la actividad productiva de los pobres en sus parcelas -en este caso m u y pequeñas-, creando m a n o de obra marginal invisible19. U n campesino pobre trabajará en tanto que aumente su producción, incluso con un beneficio m u y bajo. El que la décima hora de trabajo al día le proporcione o no una décima parte de la subsistencia de su familia no tiene importancia para él, siempre y cuando este trabajo adicional le facilite más comida. 122 Hart m ul Elsenhans escala mundial, interfiriendo en las relaciones internacionales. Esto puede lograrse si se alienta a las potencias regionales a desempeñar el papel de factores de equilibrio y pacifiElfinaldel conflicto Este-Oeste nos deja con al cación. Por consiguiente, las agrupaciones de menos dos categorías de países del Tercer países del Tercer M u n d o no se basarán en M u n d o . La primera de ellas depende aún deci- intereses comunes ni en perspectivas de desasivamente de la ayuda occidental, y la consti- rrollo derivadas de niveles comparables de detuyen los países del Africa subsahariana, el sarrollo económico o de afinidades ideológiCaribe, el Pacífico y Bangladesh. A esos países cas, sino en la proximidad geográfica. D a d a la no sfe les negará la asistencia, pero se la some- orientación de las nuevas clases medias partiterá a ciertas condiciones. E n muchos países, darias del mercado, los factores culturales o el control de facto de la política económica lo religiosos pueden desempeñar un importante ejercen ya los principales donantes. Los do- papel. D o s regiones mantendrán sus lazos con nantes, bajo la dirección del Banco Mundial y Occidente: el África subsahariana, cuando m e el F M I , tratan con frecuencia de promover el nos por razones económicas y América Latina crecimiento mediante la desreglamentación de por razones culturales. las economías y el fomento de la iniciativa privada, sin una redistribución previa. El África subsahariana seguirá dependien- Problemas internos de Europa do de Occidente, y en particular de Europa y el Tercer M u n d o Occidental; por consiguiente, apoyará a Occidente en las organizaciones internacionales. En sus relaciones con el Tercer M u n d o , EuroEn este contexto, los grandes países de Asia y pa se concentrará regionalmente en África, por América Latina tendrán que comprender que las consecuencias de la unificación en su equiel principio de un voto para cada estado sobe- librio interno. Aunque seguirá debatiéndose el rano no beneficia necesariamente los intereses dilema entre la profundización y la ampliación del Sur ni tampoco favorecerá los cambios en del proceso de integración, cada vez se verá las relaciones internacionales, sino que promo- más claramente que los dos criterios son c o m verá un statu quo similar al de los "burgos plementarios. Los gobiernos nacionales han podridos" del sistema parlamentario inglés an- presentado deliberadamente el proceso que se terior a la reforma. supone ha de culminar en 1992 (unificación La ayuda perderá su importancia en las del mercado), c o m o una supresión de las barelaciones entre Occidente y los países m á s rreras nacionales. Los intereses particulares no poblados, especialmente de Asia y América pueden integrarse en el proceso de coordinaLatina, donde viven m á s de los dos tercios de ción gubernamental, sino que deben ser protela población mundial (China, India, Indone- gidos por los grupos que los representen en sia, Brasil, Nigeria, Bangladesh, Pakistán, M é - negociaciones directas con los homólogos de xico, Filipinas, Turquía, Tailandia, Egipto e otros estados miembros, y elevarse después al Irán) y donde -con la excepción de Bangla- nivel institucional de la Comunidad. Los desadesh- la asistencia exterior representa un bajo cuerdos no interrumpirán el proceso de unifiporcentaje del P N B . Sólo en los países que cación, sino que simplemente dejarán sin rereciben grandes cantidades de ayuda multila- gular del todo los sectores que interesan a esos teral (Pakistán, Egipto)21 excede este porcenta- grupos. Este método refleja claramente el crije del 2 %. La ayuda c o m o fuente de financia- terio de una profundización de la integración, ción de las inversiones será modesta. E n el que es el de los países industrialmente m á s futuro, la asistencia hará las veces de billete de avanzados. Ello es posible por la creciente hoacceso a otras interacciones más interesantes. mogeneidad alcanzada por la Comunidad en C o n el término del conflicto Este-Oeste de- los años 80 (en comparación con los 60), inclusaparecerá el interés de Occidente en mante- so en las posiciones políticas, y no sólo los ner estados clientelares en el Sur; lo que ahora niveles de desarrollo económico o los estilos interesa a Occidente es evitar la escalada de de vida. La decadencia de los partidos c o m u los conflictos e impedir que se propaguen a nistas o su transformación en partidos social- La regionalización del Tercer Mundo Europa en 1989/1992 y el Tercer Mundo 123 demócratas, así c o m o el creciente apoyo de los con el ingreso de los países de Europa Orienpartidos conservadores a la integración de Eu- tal. La Comunidad ampliada se caracterizará por una región central, extendida en dirección ropa, corroboran esta visión. Las expectativas de conseguir una integra- al Este y centrada en torno al Rin y al Mosa. ción m á s profunda sin reforzar las institucio- Alemania ocupa la mayor parte de esta región. Ante este refuerzo del "Norte" de la C o m u nes han contribuido claramente al desencadenamiento de este proceso, pero su miopía es nidad, los países latinos han reaccionado picada vez m á s manifiesta. Incluso en el marco diendo constantemente que se profundicen las de la Europa de los Doce, la gestión de la relaciones con los países mediterráneos, y reeconomía no será posible sin instituciones "es- calcando los vínculos especiales con el Africa 22 tatales" electivas a nivel comunitario. Es ine- subsahariana . Estos son los mismos países vitable que los conflictos entre grupos sociales que están interesados en que se les proteja enfrentados se resuelvan con la participación contra las exportaciones de los países recién de instituciones democráticamente elegidas a industrializados de América Latina y Asia, por nivel comunitario, o que, de no ser así, los su posición en la división internacional del grupos que se consideren perjudicados recu- trabajo. U n a posible limitación de las exportarran a los gobiernos nacionales. Esto podría ciones de productos de estos últimos países, tener dos consecuencias perturbadoras: debido fabricados por m a n o de obra poco pagada, al nivel de integración ya conseguido, las inter- sólo se opondría a los intereses de las principavenciones nacionales han de ser de alcance les regiones industriales de la Comunidad en considerable para proteger los intereses parti- la medida en que no se consiga aumentar la culares, y causarán reacciones en cadena que productividad laboral mediante un cambio espodrían poner en peligro el proceso de integra- tructural m á s rápido, y en consecuencia se reduzca el crecimiento de los ingresos reales. ción económica y social. La tendencia a conferir m á s competencias Empero, no sería desventajosa una competena las instituciones de la Comunidad se verá cia con los productores no pertenecientes a la considerablemente reforzada por el deseo de Comunidad, ya que un ritmo m á s lento del los países del Este de ingresar en ella. Así, el cambio estructural limitará la subida de los modelo de integración que siempre han prefe- sueldos reales en las líneas de producción tecrido los países industrialmente m á s débiles de nológicamente m á s avanzadas, a pesar de los considerables aumentos de la productividad la Comunidad adquirirá mayor importancia. En este contexto, una política que podría conseguidos. Limitar el acceso al mercado euprestarse a soluciones comunitarias en el mar- ropeo es un objetivo primordial de las regiones 23 co de sus relaciones exteriores es la política menos industrializadas de la Comunidad . tercermundista de la Comunidad, ya que en Los instrumentos y el alcance de la cooperaeste terreno los intereses nacionales no son ción con el Tercer M u n d o , en cambio, son de m u y importantes, por lo menos en la mayoría importancia secundaria para las regiones m á s fuertes. Es evidente que proseguirá la tendende los Estados miembros. cia de la cooperación europea con el Tercer El compromiso previsible de cooperación M u n d o que antepone la ayuda en detrimento con el Tercer M u n d o debería caracterizarse del comercio. C o n todo, para el futuro de las por una concentración regional en los países relaciones Norte-Sur y del sistema internaciovecinos del Mediterráneo y en el Africa subnal, será decisivo que, a diferencia de lo que sahariana y, con respecto a los instrumentos ha ocurrido hasta ahora, esta ayuda contribude cooperación, dando preferencia a la ayuda ya a poner fin al subdesarrollo. en lugar de a la apertura de los mercados. Los países "latinos" de la Comunidad, y en particular Francia, consideran que la unificación de las dos Alemanias y el ingreso gradual Generalización del Estado basado previsible de los países de Europa Oriental en la apropiación de los réditos, o redundará en un fortalecimiento del papel de comunidad de crecimiento global Alemania. Este país, que era ya una de las principales potencias económicas antes de la Los acontecimientos de 1989 y la formación reunificación, adquiere una posición central del mercado interno europeo no significan el 124 fin de las tendencias a largo plazo del sistema internacional. Este sistema internacional se caracteriza por la existencia de un "motor" demasiado débil - a falta de las complejas estrategias complementarias- para transferir la capacidad de generar crecimiento a todas las partes del sistema. Este motor está constituido por los países capitalistas industrializados, de sistemas asistenciales paraestatales. E n su caso, el crecimiento depende de la continua expansión del mercado, gracias a que los ingresos de las masas aumentan paralelamente a la productividad media. H e mencionado ya la tendencia a integrar en la economía capitalista mundial a todas las demás economías. Si los candidatos a esta integración se caracterizaron por el pleno empleo tendencial, y si son capaces de producir equipo a nivel local, la transferencia de capacidades de producción de las economías más adelantadas a esos candidatos impulsada por el aumento de los salarios reales en las economías m á s adelantadas, dará lugar a un aumento de los salarios reales, con un efecto multiplicador en la producción de equipo de las economías menos adelantadas24. Aunque una economía menos adelantada siga especializándose en productos menos técnicos, no por ello dejará de contribuir a la adaptación mundial de las capacidades de producción y consumo y, por consiguiente, a la limitación del proceso de desplazamiento de las capacidades productivas. N o obstante, si debido a las proporciones del desempleo y al reducido impacto de los efectos multiplicadores c o m o consecuencia de la elevada dependencia respecto de los insumos, no es posible conseguir el pleno empleo, los salarios reales en las economías menos adelantadas no aumentarán. En cambio, los productos manufacturados por primera vez se convertirán en productos de baja densidad salarial. H o y en día, la parte correspondiente a los países productores de café del producto de las ventas de café a los consumidores de los países industrializados de Occidente es superior a la parte que corresponde a los países tercermundistas fabricantes de camisas en este producto, que se ha m e n cionado c o m o ejemplo de una división internacional del trabajo substitutiva y no explotadora25. La formación de los precios no depende de las características técnicas de un producto, sino de la situación social y económica de los productores y de sus ganancias de oportu- Hartmut Elsenhans nidad, y por consiguiente de la productividad de la m a n o de obra en las ramas de la economía no orientadas al mercado mundial. La nueva división internacional del trabajo crea el siguiente dilema para el movimiento laboral de Occidente: si los sindicatos hacen aumentar los salarios paralelamente al a u m e n to de la productividad media y de la relación de intercambio entre las líneas de producción transferidas y las que no han cambiado de lugar, el proceso de desplazamiento se verá acelerado. Los empleos bien pagados son substituidos por otros de sueldos m á s bajos, con la consiguiente aparición de tendencias al subconsumo. Pero si los sindicatos promueven la moderación salarial, el resultado es igualmente la aparición de estas mismas tendencias. H a y dos posibilidades: una es que el éxito de las reformas sociales benignas en el Sur dé lugar al pleno empleo, mediante la creación de mercados de masas c o m o consecuencia de la capacidad de los pobres de producir para atender sus propias necesidades, y mediante el fomento de la producción de maquinaria inicialmente de baja calidad que permita la asimilación subsiguiente (y no solo el consumo) de la tecnología moderna 27 . E n tal caso, la creciente especialización internacional hará subir los salarios y permitirá mantener el pleno empleo, incluso en las economías menos adelantadas. Si esta posibilidad no se realiza, los grupos sociales que no sean capaces de transformar los aumentos de la productividad en mayores salarios reales o en beneficios aceptables, incluso en el Norte, mediante los mecanismos de mercado (debido a la competencia de la producción de bajo nivel salarial en el Sur), exigirán la intervención del estado. D e los estados del Norte se espera que garanticen los sueldos altos de esos grupos mediante programas de gasto público y medidas proteccionistas. D e este m o d o , también en el Norte habrá una parte de la riqueza que sólo podrá apropiarse en forma de réditos, por intermedio del estado. Las estructuras sociales y políticas del Sur se habrán transferido al Norte. En este contexto, la nueva Europa está en condiciones de desempeñar un papel clave por varias razones. Debido a su pasado colonial, Europa mantiene vínculos particularmente estrechos con el Sur. A diferencia de lo que sucede en los E E . U U . , donde la frontera abierta y la aceptación relativamente fácil del sufra- Europa en 1989/1992 y el Tercer Mundo gio universal impidieron la aparición de un movimiento laboral fuerte, la responsabilidad del Estado en el mantenimiento del marco económico y social para un funcionamiento adecuado del mercado tiene raíces m u y sólidas en la cultura política europea. A medida que el hundimiento del socialismo resultante de las revoluciones de Europa Oriental conduce a u n rechazo general de la intervención estatal y de la corrección del proceso del mercado por parte del Estado, y por consiguiente del socialism o democrático, este patrimonio deberá defenderse. N o faltan ejemplos positivos de estrategias de superación del subdesarrollo mediante la producción masiva para atender las necesidades de la población: Corea y Taiwan han adoptado estas estrategias con sus reformas agrarias radicales. Este resultado quizás no fue intencional, y ciertamente las medidas no se tomaron por razones de orden económico, sino político. C o n todo, hacen falta m á s ejemplos. Si es correcta la previsión según la cual Europa se concentrará en Africa y en la asistencia, y no en los países m á s adelantados del Tercer M u n d o y en el comercio, será de i m portancia decisiva que la ayuda se emplee (o no) para promover el cambio estructural. S o bran motivos para sentirse escéptico. Las perspectivas del Africa subsahariana son más bien desfavorables. La concentración europea en Africa no se basa en un compromiso para vencer el subdesarrollo, sino en consideraciones de política de potencias. E n el Africa subsahariana, las clases estatales dominantes son buenos socios de Europa: ¿por qué reducir sus privilegios? Al no contraer un compromiso de acabar con el subdesarrollo, Europa desempeñará un papel capital en la transferencia al Norte del estado de apropiación de los réditos. Es de temer que el movimiento laboral europeo siga esta política, sin darse cuenta de que la solidaridad con los pobres del Tercer M u n do es necesaria para su propia supervivencia c o m o fuerza política importante. Las posibilidades de que se realice la hipótesis más favorable son escasas. Los cambios en Europa refuerzan las tendencias corporati- 125 vistas. C o n el descenso de las horas de trabajo y el aumento del trabajo a domicilio, se reduce el espacio de solidaridad en los lugares de trabajo28. E n los debates teóricos persisten las viejas divisiones entre los partidarios del capitalismo y los del socialismo, mientras que los seguidores de los nuevos movimientos, c o m o los "verdes", no se interesan m u c h o en los contextos macroeconómicos de las alternativas, sino que prefieren limitar su discurso a la sociología y la política. E n estas condiciones no parece que vaya a prosperar mucho una compleja alternativa política y económica a la estrategia neoliberal relativamente sencilla de la desreglamentación c o m o panacea para todos los problemas. La concepción de una organización de la economía mundial inspirada en los sistemas asistenciales, que podría basarse en las tradiciones europeas, no prevalecerá frente a las estrategias patrocinadas por los E E . U U . , el Japón y las organizaciones internacionales influenciadas por los Estados Unidos, y que desde luego cuentan también con el apoyo de poderosos grupos en Europa. Esto se verá facilitado por los intereses a corto plazo de las empresas, las clases estatales y las nuevas clases medias del Sur orientadas al mercado, que no se percatan de la importancia que tiene la redistribución a los pobres para el mantenimiento de una economía mundial de mercado libre. El poderío de estas fuerzas, que niegan la diferencia entre el necesario papel de las empresas (reducir los costos) y las condiciones de funcionamiento de una economía capitalista (aumentar los ingresos de las m a sas), se demuestra claramente con el hecho de que, a pesar de que una elevada proporción de la deuda del Tercer M u n d o la pagan los ahorradores y los gobiernos de Occidente, no ha sido posible cancelarla (ni siquiera condicionalmente), aunque nadie niega la importancia de que el desarrollo del Sur dé comienzo con nuevas oportunidades de exportación para O c cidente. Cerrar los ojos ante la diferencia entre los intereses de los capitalistas y las necesidades del capitalismo puede acabar asfixiando este vulnerable sistema de reglamentación económica que es el capitalismo. Traducido del inglés 126 Hartmut E/senhaiis Notas 1. Henry Pelling: A History of British Trade Unionism (Harmondworth: Peguin, 1963); pp. 160ff. Franz Josef Furtwängler: Die Gewerkschaften. Ihre Geschichte und internationale Auswirkung (Hamburg: Rowohlt, 1956); pp. 60ff. Florence Peterson: Die amerikanischen Gewerkschaften. Ihr Wesen und Wirken (Munich: Freitag, 1945); pp. lOff. John Maurice Clark: The Cost of the World War to the American People (New Haven: Yale University Press, 1931); p. 288. Leo W o l m a n : Ebb and Flow in Trade Unionism (New York: N B E R , 1936); 43f. Irving Bernstein: The Lean Years. A History of the American Worker, 1920-1933 (Boston/Cambridge, Mass: Houghton Mifflin Riverside Press, 1960); p. 89. 2. Wladimir Woytinsky: Drei Ursachen der Arbeitslosigkeit (Ginebra, O I T 1935); p. 165. Solomon Fabricant: Basic Facts on Productivity Changes (New York: N B E R Occasional Papers 63, 1959); p. 48. Frederick C . Mills: Economie Tendencies in the United States (New York: National Bureau of Economie Research, 1932); p. 502. T h o m a s C . Cochran: The Great Depression and World War II, 1929-1945 (Glenview, 111.: Scott Foresman, 1968); p. 79. Spurgeon Bell: Productivity, Wages and National Income (Washington: The Brookings Institution, 1940); p. 169. 3. Martin Myant: The Czechoslovak Economy 1948-1988. The Battle for Economic Reform (Cambridge: Cambridge University, 1988); p. 223. 4. Urs Müller-Plantenberg y Franz Hinkelammert: "Condiciones y consecuencias de una política de redistribución de ingresos". Cuadernos de la realidad nacional, 16, 2, (1973); p. 225. Sergio Bitar: Transición, socialismo y democracia. La experiencia chilena (México: Siglo X X I , 1979; p. 259. Sandro Sideri: "Introduction", en: Sandro Sideri, (ed.): Chile 1970-73; Economic Development and its International Setting. Self-Criticism of the Unidad Popular Goverment Policy (Den Haag et al.: Martinus Nijhoff, 1979); pp. XIII-XXIII. 5. Elizabeth Kridl-Valkenier: "Development Issues in Recent Soviet scholarship". World Politics, 32, 4 (1980); pp. 485-508. 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Hartmut Elsenhans: "Der Mythos der Kapitalinlensität und die notwendig falsche Technologiewahl der Entwicklungsländer", en: Beate Kohler-Koch, (ed.): Technik und internationale Entwicklung (Baden-Baden: N o m o s , 1986); pp. 267-290. Hartmut Elsenhans: "Grundlagen der Entwicklung der kapitalistischen Weltwirtschaft", en: Dieter Senghaas, (ed.): Kapitalistische W 'eltökonomie. Kontroversen über ihren Ursprung und ihre Entwicklungsdynamik (Frankfurt: Suhrkamp, 1979); p p . 101-148. 9. Robert W . Boatier: "Trade Theory Predictions and the Growth of Mexico's Manufactured Exports", Economic Development and Cultural Change. 23, 4 (1975); p . 506. Robert W . Boatler: "Comparative Advantage; A Division among Developing Countries", Inter-American Economic Affairs, 32, 2, (1978); p. 61. 10. Hartmut Elsenhans: "Handlungsspielräume für reformistische Entwicklungsstrategien", en: Hans-Dieter Evers, Dieter Senghaas and Huberta Wienholtz, (eds.): Auf dem Weg zu einer Neuen Welt Wirtschaftsordnung'.' Bedingungen und Grezen für eine eigenständige Entwicklung (Baden-Baden: N o m o s , 1983); p p . 145-147. 11. Wilfried Holtgrave: Industrialisierung in Singapur. Chancen und Risiken industrieorientierter Spezialisierung (Frankfurt: C a m p u s , 1987); pp. 136-137. 12. Hartmut Elsenhans: Abhängiger Kapitalismus oder bürokratische Entwicklungsgesellschaft. I 'ersuch über den Staat in der Dritten Welt (Frankfurt: C a m p u s , 1981). hartmut Elsenhans: "Capitalisme d"Etat ou société bureaucratique de développement". Etudes internationales. 13, 1 (1982); pp. 3-22. Hartmut Elsenhans: "Zur Rolle der Staatsklasse bei der Überwindung von Europa en 1989/1992 y el Tercer Mundo Unterentwicklung", in: Alfred Schmidt, (ed.): Strategien gegen Unterentwicklung. Zwischen Weltmarkt und Eigenständigkeit (Frankfurt: C a m p u s , 1976); pp. 250-265. 13. Alice A m s d e n . Asia's Next Giant. South Korea and Late Industrialisation ( N e w York/Oxford: Oxford University Press, 1989); pp. 11-17. 14. Colin Leys: "Politics in Kenya: The Development of Peasant Society". British Journal of Political Science. 1, 4 (1971); p . 334. Ruth Bcrins Collier: "Popular Sector Incorporation and Political Supremacy: Regime Evolution in Brazil and Mexico", en: Sylvia A n n Hewlett y Richard S. Weinert. (eds.): Brazil and Mexico. Patterns in Late Development (Philadelphia: ISHI. 1982); p. 93. Donald Cruise O'Brien: "Clan, C o m m u n i t y . Nation: Dimensions of Political Loyality in Senegal", en: David R . Smock and K w a m e n a Bentsi-nchill. (eds.): The Search for National Integration in Africa (New York/London: Free Press Macmillan, 1975); p. 152. 15. Abdellatif Benachenhou: Planification et développmcnt en Algérie 1962-1980 (Alger: O P U . 1980); p. 101. Enrique Rattner: Informática e sociedade (Saô Paulo: Editora Brasiliense. 1985); p. 25. Fred Halliday: Iran: Dictatorship and Development (Harmondsworth: Penguin Books. 1979); p. 348. Jan Breman: Of Peasants. Migrants and Paupers. Rural Labour Circulation and Capitalist Production in West-India ( N e w Delhi: Oxford University Press, 1985); p. 158. 16. Peter von Sivers: " W o r k , Leisure and Religion: The Social Roots of the Revival of Fundamentalist Islam in North Africa", en: Ernest Gellner. (ed.): Islam et politique au Maghreb (Paris: Centre National de la Recherche Scientifique - C N R S - , 1981); p. 365. Said Amir Arjomand: The Turban for the Crown. The Islamic Revolution in Iran ( N e w York/Oxford: Oxford University Press, 1988); p. 106. Frank Bechhofer y Brian Elliott: The Petite Bourgeoisie. Comparative Studies of the uneasy Stratum (London: Macmillan. 1981); p. 187. Olivier Le Brun y Chris Gerry: "Petty producers and Capitalism", Review of African Political Economy. 3 (i975); pp. 20-22. Michael J. Fischer, "Islam and the Revolt of the Petite Bourgeoisie", Daedalus, 111 (1982); p. 110-115. 17. Nicholas Georgescu-Roegen: "Economic Theory and Agrarian Economics". Oxford Economic Papers, 12, 1 (1960); pp. 32-40. Bai M o o - K i : " T h e Turning Point in the Korean E c o n o m y " , The Developing Economies, 20, 1 (1982); p. 118. 18. Hartmut Elsenhans: "Englisches Poor L a w und Egalitäre Agrarreform in der Dritten Welt. Einige Aspekte der Theorie, dab Wachstum historisch die Erweiterung des Massenmarktes erforderte und heute die Erweiterung der Massenmarktes erfordert", I Erfassung und Recht in Übersee, 13. 4 (1980); pp. 288-292. 19. Hartmut Elsenhans: "Agrarverfassung, Akkumulationsprozeb, Demokratisierung", en: Hartmut Elsenhans, (ed.): Agrarreform in der Dritten Welt (Frankfurt/New York: C a m p u s , 1979); pp. 552-555. 127 franceses. "L'avenir de l'espace méditerranéen", Montpellier, 6 y 7 de septiembre, 1991. 23. René Uhrich: Pour une nouvelle politique de développement régional en Europe (Paris: Económica. 1983): p. 92. Jürgen W i e m a n n : Selektiver Proktektionismus und aktive Strukturanpassung (Berlin: Deutsches Institut für Entwicklungspolitik. 1983); p. 79. Moisés Ikonicoff: " L e système économique mondial: désordre ou rationalité?". Tiers Monde, 2 1 , 8 1 (1981); pp. 87-138. Jean Coussy: "Quelque sources des représentations françaises de l'industrialisation et de la concurrence des pays pauvres". Revue française de science politique, 33. 5 (1983); pp. 833-834. 24. Hartmut Elsenhans: "Polarisierung und Ausgleichstendenzen im Weltsystem", en: Hartmut Elsenhans. Gerd Junne, Gerhard Kiersch and Birgit Pollmann, (ds.): Frankreich-Europa- \\ eltpolitik (Festschrift für Gilbert Ziebura) (Opladen: Westdeutscher Verlag, 1989); pp. 510-514. Elsenhans, Hartmut: "Le conditionnement social du développement du capitalisme: trois exemples". Cahiers du CREAD (de próxima aparición). 25. Jürgen B . Donges y James Riedel: " T h e Expansion of Manufactured Exports in Developing Countries: A n 20. Jan Breman: Of Peasants, Empirical Assessment of Supply Migrants and Paupers. Rural and D e m a n d Issues", Labour Circulation and Capitalist Weltwirtschaftliches Archiv, 113. 1 Production in West-India ( N e w (1977); pp. 83ff. Delhi: Oxford University Press, 1985); p. 445. 26. Hartmut Elsenhans: "Social Consequences of the N I E O . 21. Banco Mundial: Poverty. Structural Change in the Periphery as Precondition for World Development Report 1990, Continual Reforms in the (New York: Oxfrod University Centre", in: Egbert Jahn and Press, 1990); pp. 178-179, pp. Yoshikazu Sakamoto, (eds.): 216-217. Elements of World Instability: Armaments, Communication, 22. Véase el coloquio organizado Food, International Division of por los principales bancos 128 Labour. (Proceedings of the International Peace Research Association. Eighth General Conference) (Frankfurt: Campus, 1981); pp. 86-95. William R . Cline: " C a n the East Asian Model of Development Be Generalized?", World Development, 10, 2 (1982); pp. 81-90. 27. Hartmut Elsenhans: "Overcoming Underdevelopment. Hartmut Elsenhans A Research Paradigm", Journal of Peace Research, 12, 4 (1975); pp. 293-313. Hartmut Elsenhans: "Die Überwindung von Unterentwicklung durch Massenproduktion für Massenbedarf Weiterentwicklung ines Ansatzes" en: Dieter Nohlen and Franz Nuschler, (eds.): Handbuch der Dritten Welt (1): Unterentwicklung und Entwicklung - Theorien, Strategien, Indikatoren (Hamburg: Hoffmann & C a m p e , 1982); pp. 152-182. 28. Annemieke Roebeck: "The Crisis of Fordism and the Risk of the N e w Technological Paradigm". Futures, 1987; p. 148. El mundo, Europa y las ciencias sociales Adedotun O . Phillips H o y en día, más que en ningún otro período Los fuertes vientos de liberalismo político de la historia humana, el m u n d o se encuentra y económico que soplan por todo el m u n d o en una encrucijada. E n los tres últimos años han ido acompañados, no obstante, de un m o solamente, la liberación de los países de Euro- vimiento contrario hacia una nueva clase de pa Oriental, la unificación de Alemania, la dictadura internacional. H o y en día ya no hay "glasnost" y la "perestroika" en la Unión So- dos superpotências ( E E . U U . y la U R S S ) que se viética y la guerra del Golfo han cambiado dividen el m u n d o entre ellas, equilibrándose fundamentalmente el marco político, econó- mutuamente y protegiendo sus respectivas remico y de seguridad de la dirección de los giones de influencia y de control; ahora los asuntos mundiales. Estados Unidos, solos, empiezan a actuar c o m o el policía del m u n d o . Antes de estos aconteLa crisis del Golfo ofrece cimientos históricos, el Adedotun O . Phillips es director geneun buen ejemplo de esta Acta Única Europea de ral del Instituto nigeriano de investigación social y económica (NISER). nueva situación. 1986 puso a Europa en el P M B n.° 5, U I P O , Ibadan, Nigeria, y camino irreversible hacia Otra característica también presidente de la Federación una plena integración del preocupante de la encruciInternacional de Ciencias Sociales (IFSSO). H a publicado numerosos armercado interno en 1992. jada en que se encuentra la tículos sobre la economía y la adminisEn los años 80, asimismo, humanidad, es la brecha tración nigeriense. la mayoría de los países en creciente que separa a las desarrollo, por instigación naciones ricas de las naciode sus acreedores internanes pobres. D e hecho, a dicionales y bajo la guía del ferencia de lo que ocurría Banco Mundial y el F M I , en los años 70 y 80, actualemprendieron programas mente la verdadera distinde reajuste y reorganización no se establece entre ción de estructuras econóel primero, segundo o termicas. Además, a partir de 1989 el proceso de cer mundos, o ni siquiera entre los países desaliberalización política se ha difundido rápida- rrollados y los países en desarrollo. H o y día la mente, pasando de Europa a muchos países en distinción auténtica es la que separa a los paídesarrollo donde, en rápida sucesión, las dicta- ses R I C O S de los países P O B R E S . duras están siendo sustituidas por regímenes Los países ricos (representados por los paímás democráticos y liberales. Los años 80 han ses de la O C D E , y en particular los siete países presenciado también el desarrollo de una ur- más ricos entre ellos) no sólo poseen la gran gente conciencia de los problemas ambientales mayoría del comercio, lasfinanzasy la riqueza mundiales. Por último, existe el fenómeno de mundial, sino que en porcentaje, tienen m á s la creciente interdependencia de las naciones, de lo que tenían en los años 70; y sin embargo, que es otra característica de esta situación de la parte que les corresponde en la población encrucijada. mundial ha ido en descenso. Así pues, más del RICS 13 I/Marzo 1992 130 80 % del comercio mundial se efectúa entre estos países ricos, mientras que en los años 70 la proporción era del 70 % aproximadamente. En estos países se registran también alrededor del 85 % de los flujos mundiales de capital (menos del 70 % en los años 70) y un 80 % aproximadamente del producto mundial (alrededor del 70 % en los años 70). N o obstante, estos mismos países representan menos del 20 % de la población mundial (un 25 % aproximadamente en los años 70). El principal factor condicionante de la creciente desproporción entre los países ricos y los países pobres es el rápido progreso tecnológico de los primeros. África es un ejemplo bien triste del retroceso de los países pobres. En la actualidad, la mayoría de los países africanos al sur del Sahara apenas son la sombra, en términos económicos, de lo que fueron en los años 70. E n términos reales, el nivel de vida de estos países equivale a menos de los dos tercios de lo que fue en los años 70. Esto se debe a múltiples causas, como por ejemplo la mala gestión interna, las catástrofes naturales, las guerras civiles, el descenso del comercio internacional, el colapso del mercado de productos básicos, la disminución del nivel real de ayuda, la carga creciente del endeudamiento externo, la excesiva intervención exterior (abierta y encubierta) en la gestión de sus economías, el cansancio de los donantes, el cansancio de los receptores de ayuda, el estancamiento de la capacidad de absorción y en los últimos años, la fuerte intensificación de la competencia para obtener recursos mundiales en forma de ayuda. Todos estos factores se han alimentado mutuamente y, en conjunto han dado lugar a que la mayoría de los países africanos hayan pasado a formar parte de la categoría de los "casos perdidos". Ahora es incluso m u y posible que Africa quede al margen de los esfuerzos por mejorar la condición de los seres humanos en todo el m u n d o . Adedotun O. Phillips Convenciones fueron sustituidas desde 1975 por las Convenciones de L o m é (I-IV hasta la fecha), que establecen vínculos entre unos 66 países de Africa, el Caribe y el Pacífico (ACP) (de los cuales 44 son africanos) y la Comunidad Europea (CE), en cuestiones de comercio y ayuda. La Convención de L o m é prevé que los países A C P gocen de preferencias no recíprocas en su comercio con los países de la C E , así c o m o una corriente de ayuda de la C E a los países A C P . U n o de los objetivos de la C o n vención es promover y acelerar el desarrollo económico, cultural y social de los países A C P , y lograr progresos hacia la interdependencia mutua y la igualdad en las relaciones entre los países A C P y los países de la C E . Sin embargo, después de 25 años de relaciones entre los países A C P y la C E , la situación de los primeros apenas ha cambiado; de hecho, en algunos aspectos ha empeorado incluso. La dependencia de los países A C P con respecto a la C E ha aumentado (y no disminuido) y el comercio entre ambos grupos se ha reducido (y no aumentado). A diferencia de lo que se esperaba, no puede decirse que las importaciones de la C E procedentes de los países A C P hayan gozado de acceso libre, debido a la política agrícola c o m ú n de la C E , los derechos variables de importación, los contingentes arancelarios, las restricciones estacionales, las normas de origen aplicadas a las exportaciones manufacturadas de los países A C P , los regímenes especiales (por ejemplo, para el plátano y el azúcar) destinados a preservar algunos vínculos comerciales tradicionales con las antiguas colonias, etc. La consecuencia ha sido un descenso relativo (y no aumento) del comercio de los países A C P con la C E . Así pues, en el último cuarto de siglo más o menos, la parte correspondiente a los países de Africa en las importaciones de la C E ha disminuido, pasando de m á s del 6 % a poco más del 5 % en 1989, mientras que la Las relaciones económicas entre Africa y parte correspondiente al Africa en las exportaEuropa a lo largo de los años ilustran adecua- ciones de la C E se reducía de casi el 8 % a poco damente las características básicas de la des- m á s del 4 % en el mismo período. Lo que es proporción creciente entre los ricos y los po- aún más preocupante, los productos primarios bres, rasgo propio de nuestro m u n d o . Hasta siguen dominando las exportaciones africanas los años 50 y 60, gran parte de Africa era un a la C E , como ocurría durante el período coterritorio colonial europeo. Entre 1963 y 1975, lonial. las relaciones entre los países africanos y los En lo que respecta a la ayuda, el conjunto europeos estaban regidas por las disposiciones de la asistencia de la C E a los países A C P por de las Convenciones I y II de Yaounde. Estas conducto del Fondo Europeo de Desarrollo El mundo, 131 Europa y las ciencias sociales La tecnología europea de comunicación está siendo utilizada en Africa, M » C K/C (FED) ha aumentado con los años, pasando de los 3.100 millones de E C U S previstos en la Convención de L o m é I a casi 11.000 millones de E C U S con la actual Convención de L o m é IV. A pesar del aumento del conjunto de asistencia, con el tiempo se han registrado dos experiencias contradictorias. Mientras que por una parte la ayuda global no era suficiente para satisfacer las necesidades de los países A C P , apenas ha habido un año en que estos países la hayan utilizado plenamente. Los factores causantes de esta situación contradictoria son la falta relativa de capacidad de absorción de los países A C P , las demoras burocráticas por parte de los donantes y los retrasos en la ejecución de los proyectos. Otro factor limitativo de creciente importancia en los últimos años es la tendencia cada vez mayor a aplicar las condiciones tradicionales del FMI/Banco Mundial a la ayuda de la C E para los países ACP. Quizás el principal cambio registrado desde comienzos de los años 80 en la relación amera Press entre los países ricos y los países pobres del m u n d o es la creciente utilización por los primeros del mecanismo del F M I y el Banco Mundial para mantener bajo sujeción las economías y las finanzas de los países pobres. Ello supone un tipo encubierto de recolonización. Así pues, bajo la dirección del FMI/Banco Mundial, la mayoría de los países pobres aplican programas de reajuste económico estructural o reorganización económica. Las políticas en que se basan los programas son prácticamente las mismas para todos los países pobres afectados, a saber: una devaluación/ depreciación importante y continua de la m o neda, eliminación de subvenciones, liberalización del comercio, reducción de la acción del gobierno y prioridad al sistema de mercado. La verdad es que, tras un decenio de programas de reajuste estructural en la mayoría de los países pobres, la salvación económica de éstos no se ha producido todavía. C o m o se indicó anteriormente, el nivel de vida en la mayoría de los países pobres equivale hoy a 132 unos dos tercios de lo que era en el decenio de 1970. El hecho de que sus respectivos programas de reajuste estructural fueran idénticos ha dado lugar a su neutralización recíproca. Además, el clima internacional en lo referente a la ayuda, los flujos financieros y los mercados de exportación no ha sido suficientemente propicio para que los diversos programas de reajuste estructural en los países pobres dieran resultados positivos importantes. Asimismo, a diferencia de lo que ocurre en los países pobres, el F M I y el Banco Mundial no han podido influenciar de manera significativa, ni mucho menos controlar, las políticas económicas yfinancierasde los países ricos, ni siquiera de los m á s endeudados entre ellos, c o m o son los E E . U U . El resultado es una cierta asimetría contraproducente en la gestión de la economía mundial. Por último, frecuentemente se olvida que el Banco Mundial es un banco, y no una institución caritativa. C o m o el de todos los bancos, su objetivo es prestar al m á x i m o y obtener beneficios de ello. Esto explica una de las contradicciones m á s preocupantes en los países pobres: que los llamados programas de reajuste estructural que reciben asistencia del Banco Mundial den lugar invariablemente al aumento del endeudamiento exterior, a través de los nuevos créditos del Banco Mundial. Y sin embargo, es la incapacidad de la mayoría de los países pobres de satisfacer sus obligaciones del servicio de la deuda exterior lo que dio lugar, en su origen, a la adopción de programas de reajuste estructural, a insistencia de los países acreedores cuyos agentes son el F M I y el Banco Mundial. Adedotun O. Phillips psicología y sensibilidad de sus poblaciones. A este respecto, convendría que los países ricos tuvieran presente que la Unión Soviética no es simplemente otro país pobre. Es un país que se considera una superpotência en cuestiones militares, espaciales y de seguridad, aunque ha demostrado que está subdesarrollada desde el punto de vista económico y financiero. Además, no hay que olvidar en ningún m o m e n t o que el programa de "glasnost" y "Perestroika" de la U R S S no ha llegado aún al punto en que ya no es posible volver atrás. El aparato militar, burocrático y de seguridad que sostuvo a la dictadura soviética durante siete decenios aún está en pie. Sólo hace falta que alguien m á s conservador que Gorbachov sustituya a éste en la dirección del país, para que regresemos a la autocracia y a la guerra fría del pasado reciente*. Ignorar todas estas peculiaridades de la Unión Soviética es conducir al m u n d o a un período de turbulencias, en estos últimos años del siglo y posiblemente en el siglo próximo. Los países ricos han de entender claramente la importancia de estos factores, cuanto decidan sus políticas hacia la Unión Soviética en los próximos años. A medida que los países ricos asumen inevitablemente una mayor responsabilidad del destino del m u n d o , es menester que entiendan mejor algunos elementos imponderables. E n primer lugar, si se considera en su perspectiva histórica la renovada importancia atribuida en todo el m u n d o al sistema de mercado y a la libre empresa, se verá que históricamente las preferencias en favor del sistema de mercado, o de la regulación gubernamental, se han ido Por desgracia, actualmente los países ricos alternando. El péndulo regresará en breve haestán pensando seriamente en servirse de estas cia la segunda de estas opciones. Por consimismas organizaciones, el F M I y el Banco guiente, mientras que el m u n d o se deja arrasMundial, a fin de imponer condiciones previas trar por la euforia del renaciminto del sistema a la Unión Soviética con miras a proporcio- de mercado y la libre empresa, no hay que narle la asistencia masiva que este país necesi- pasar por alto la necesidad de un buen gobierta para aplicar su programa de reformas. Sin no (a nivel no sólo político sino también burotener en cuenta la experiencia de los países crático). N o sólo la libre empresa fracasará sin pobres desde comienzos de los años 80, el un buen gobierno, sino que además el péndulo FMI/Banco Mundial pronto invadirá la Unión podría volver a oscilar hacia el aumento del Soviética con los mismos procedimientos m e - control gubernamental. canísticos, teóricos y economísticos que desde E n segundo lugar, a pesar de la creciente hace casi un decenio han fracasado en los paí- interdependencia mundial, este proceso se reses pobres. Y si nos guiamos por la experiencia en estos últimos países, el FMI/Banco M u n *NOTA DEL DIRECTOR: Este artículo fue escrito con dial hará poco caso de las condiciones particu- anterioridad al fracasado golpe de estado del 19 de lares de la Unión Soviética, y de la historia, agosto de 1991 en la U R S S . El mundo, Europa y las ciencias sociales 133 Puerto Calabar, Nigeria. Con un 80 % de la población mundial, los países en desarrollo sólo participan en un 20 % del comercio mundial y su situación económica ha empeorado durante los últimos 20 añOS. Imaprcss gistra m á s entre los países ricos que entre los ricos y los pobres. Si acaso, los ricos están haciéndose cada vez menos dependientes de los pobres. Es posible que estemos en un m u n do de creciente interdependencia, pero también es un m u n d o de creciente polaridad. En tercer lugar, es un hecho histórico que el ritmo al que crecieron y se desarrollaron los países ricos habría sido imposible si se hubieran impuesto restricciones a su libertad de explotar el medio ambiente c o m o lo hicieron, particularmente desde el comienzo de la revolución industrial. H o y en día las naciones pobres no tienen esta libertad ilimitada de explotar el medio ambiente en su persecución del crecimiento y el desarrollo. Esto se debe a que actualmente existe una mayor conciencia mundial de los problemas ambientales, a que la ayuda al desarrollo y las medidas de condonación de la deuda están cada vez más condicionadas por una actitud favorable al medio ambiente por parte de los países pobres receptores, y a que los países ricos proporcionan cada vez m á s tecnología favorable al medio ambiente, que es más costosa. Si los países ricos no desean ayudar adecuadamente a los países pobres a poner en práctica programas de desarrollo favorables al medio ambiente, la desproporción creciente entre ambas clases de países seguirá aumentando hasta alcanzar niveles aún más peligrosos. Asimismo, la posición al parecer ambivalente, poco entusiasta y escéptica de los Estados Unidos con respecto a las cuestiones ambientales, debe modificarse con urgencia. En cuarto lugar, el sistema de las Naciones Unidas (con excepción del F M I y el Banco Mundial) corre el peligro, m á s que en ningún otro m o m e n t o de su historia, de que los países más ricos le dejen al margen, o por lo menos se sirvan de él c o m o una pantalla que oculte la persecución de sus intereses nacionales. Y sin embargo, el sistema de las Naciones Unidas ofrece el mejor marco institucional para garantizar la paz, el orden, la equidad y el crecimiento en todo el m u n d o . H a y que reforzar Adedotun O. Phillips 134 este sistema y permitirle que funcione. En quinto lugar, diríase que los intentos de gestionar los asuntos mundiales dejan cada vez m á s de lado a las ciencias sociales. L a fascinación, la exactitud y la capacidad de predicción de las ciencias naturales y la tecnología, la tendencia natural de los especialistas en ciencias sociales a denunciar y criticar a los poderes fácticos, y las insuficiencias de los instrumentos de las ciencias sociales, son otros tantos factores que contribuyen a la marginación relativa de estas ciencias. Y sin embargo, las ciencias sociales se ocupan directamente del comportamiento h u m a n o , y es el comportamiento h u m a n o lo que hace que el m u n d o sea lo que es en cada m o m e n t o . Los especialistas en ciencias sociales de todo el m u n d o tienen que hacer frente a este desafío y demostrar su pertinencia continua para la gestión efectiva de los asuntos mundiales. H e m o s señalado pues algunos sectores prioritarios para la investigación y la actividad de las ciencias sociales. Entre ellos figuran la reanudación de las investigaciones de historia económica; estudios de estrategias para reforzar el sistema de las Naciones Unidas; intensificación de las investigaciones en psicología humana, social y nacional; desarrollo e integración de los insumos ambientales en el sistem a de cuentas nacionales y estudios del alcance, profundidad y dispersión de la creciente interdependencia de las naciones en el m u n d o de hoy. Los especialistas en ciencias sociales tienen que aceptar estos y otros desafíos que plantea la rápida mutación del m u n d o , porque de lo contrario acelerarán la marginación de su profesión. Traducido del inglés Notas 1. Herbert, M . and Hansen J.C. (Eds.) 1990. World Economy and the Spalian Organization of Power. G o w e r Publishing Company. 2. Choski, A . and Papageorgiou. (Eds.) 1986. Economic Liberalization m Developing Countries. Oxford: Basil Blackwell. 3. African Development Bank. 1990. African Development Report. 1990. 4. Helleiner. O . 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Informe Económico sobre Africa 1990, Addis Abeba. 12. Banco Mundial: 1990. Informe Mundial sobre el Desarrollo. Oxford University Press, Londres. Las ciencias sociales y la transición política en Hungría György Enyedi Desde luego, estos cambios han tenido N o es ninguna exageración calificar de "históricos" los cambios políticos que se han produ- grandes repercusiones en las ciencias sociales, cido recientemente en Europa Oriental y C e n - y a la recíproca. En cierto sentido representan tral. E n el lapso de dos años han desaparecido el fracaso espectacular de las ciencias sociales, los sistemas estatales socialistas de la región, ya que éstas no pronosticaron los aconteciha terminado la división de Europa vigente mientos. M u c h o s especialistas en ese ámbito desde los acuerdos de Yalta y se ha abierto el los habían esperado y propugnado, pero nincamino de la reunificación social y cultural del guno apostaba por la inminencia ni la velocicontinente. Es posible que estos acontecimien- dad de lo que ha sucedido. tos lleven m á s adelante, por ejemplo, a una nueva división del poder a Esplendor escala mundial, a la termiGyörgy Enyedi es Director general del nación de los experimendel pasado Centro de Estudios Regionales de la Academia Húngara de Ciencias, m i e m tos de Estados socialistas bro de la misma, y vice-presidente de en el m u n d o o a la desinteLas ciencias sociales han la Unión Geográfica Internacional y gración de la Unión Soviéestado siempre m u y relamiembro de la Academia Europea. Es el corresponsal de la RICS en Budatica, pero limitémonos a cionadas con la política, pest, y ha publicado trabajos sobre el Europa Central. E n pocos aunque no dependen didesarrollo urbano y rural. Su libro más meses se derrumbaron, rectamente de ella. Duranreciente es: A városnovckcdés szakaszai uno tras otro, los regíme(Las fases del crecimiento urbano), B u - te largo tiempo, los intelecdapest. 1988. nes comunistas, en la m a tuales de Europa Central Su dirección: H-1251 - Budapest 11, yoría de los casos sin gran han abrigado convicciones B P 48, Hungría. violencia. N o siempre fuemesiánicas, han tratado de ron sustituidos por gobiercambiar la sociedad coadnos democráticos, lo que yuvando a su mejoramientomará tiempo, pero en toto y progreso. E n Hungría dos los antiguos Estados comunistas se realiza- las ciencias sociales contribuyeron sin duda a ron elecciones libres. Cada país tiene su propia que se reconociera y entendiera el sistema eshistoria. Los cambios se gestaron durante largo tatal socialista, pero también a minarlo. Algutiempo en Polonia y Hungría, mientras que en nos especialistas sobrestiman su acción: en úlla República Democrática Alemana y Checos- timo término, todos los países de Europa lovaquia todo sucedió de la noche a la mañana. Oriental y Central lograron su libertad gracias H a resurgido la división histórica entre Europa a la decisión de Gorbachov de no intervenir y Central y los Balcanes: en Bulgaria, Rumania y en ningún caso debido a un movimiento interYugoslavia existen fuertes tensiones nacionales no. C o n todo, lo especialistas húngaros tienen y se producen actos de violencia; la índole auto- sus méritos profesionales. L a "dictablanda" ritaria de los regímenes no ha cambiado sustan- del régimen de Kadar posibilitó -aunque no cialmente y todo es aún inestable e incierto. sin ciertas limitaciones- el avance de todos los RICS 131/Marzo 1992 136 sectores de las ciencias sociales, entre otros la sociología, la psicología social y la ciencia política, que estaban prohibidas en muchos otros países socialistas. Eran frecuentes los contactos personales con colegas occidentales, la m a yor parte de las obras especializadas de esa procedencia podían comprarse en las librerías y los especialistas podían, por lo c o m ú n , viajar al extranjero. Si bien el régimen no exigía de los intelectuales una continua declaración de respaldo, tampoco toleraba una crítica severa. Algunas ramas de las ciencias sociales, por ejemplo, la historia contemporánea o la sociología, estaban m u y controladas, mientras que otras, c o m o la historia medieval o la teoría de las finanzas públicas, siguieron su curso sin sobresaltos. Desde mediados de los años sesenta, las condiciones para el avance de las ciencias sociales eran m á s favorables en H u n gría que en cualquier otro país, tal vez a excepción de Polonia. Redunda en mérito de los especialistas húngaros en estas disciplinas el que siempre hayan rechazado la propaganda relativa a la sociedad socialista y las excusas habituales como: "aún no hemos logrado superar el atraso del pasado" o "todavía tenemos fallas, pero debemos trabajar con mayor ahínco para m e jorar la sociedad socialista". E n primer lugar, sentían curiosidad por conocer el funcionamiento de la sociedad socialista. Quizá las m á s significativas sean las obras de Janos Kornai sobre los mecanismos económicos del socialism o . Durante toda su vida este erudito construyó su obra con una determinación excepcional. Y a su tesis doctoral, sostenida en septiembre de 1956, versaba sobre el mal funcionamiento del sistema de planificación centralizada. Su trabajo m á s importante. The Economy of Shortage, es una descripción precisa y ejemplar de la economía de planificación centralizada. Antes de que se publicara nadie, ni siquiera los críticos occidentales, ya entendía con tanta claridad la naturaleza del modelo económico del socialismo de Estado. H u b o otras contribuciones importantes para comprender el funcionamiento de la sociedad socialista. Cabe mencionar, entre otros, a sociólogos (Ivan Szelenyi), al escritor y pensador político György Konrad y a filósofos c o m o Ferenc Fehér, Agnes Heller, György Bence, Janos Kis y Mihály Vajda. N o eran anticomunistas - d e hecho, algunos de ellos György Enyedi eran marxistas seguidores de la escuela de György Lukács- sino que sencillamente estaban interesados en comprender el sistema socialista siguiendo una metodología científica. L o comprendieron y sacaron una conclusión: no se podía mejorar ni reformar. Eso era m á s de lo que podía tolerar el sistema. Desde mediados de los años sesenta la situación de las ciencias sociales era ya tan favorable que el partido decidió preparar una reforma económica en la que se suprimía la planificación centralizada, se adoptaba un sistema parcial de mercado, se abandonaba el sistema de preciosfijos,etc. Esa reforma e m pezó a aplicarse en enero de 1968... y Checoslovaquia fue invadida por las fuerzas del Pacto de Varsóvia en agosto del m i s m o año. Obligado por fuertes presiones soviéticas, Kadar endureció la política interna. Los especialistas en ciencias sociales -que consideraban que el socialismo estatal no se podía mejorar- y las personas que protestaron (firmaron peticiones), a raíz de la agresión contra Checoslovaquia, fueron marginadas de la sociedad. Algunas se vieron obligadas a exiliarse, pero en su mayoría permanecieron en Hungría y formaron el núcleo principal de un movimiento que m á s tarde se denominó Oposición Democrática. Ese valeroso puñado de hombres y mujeres no renunciaron a su actividad profesional. Pese al continuo hostigamiento de la policía, una vez liberados de sus cargos siguieron realizando investigaciones y publicando obras importantes tanto en el extranjero c o m o en el samizdat. Los especialistas en ciencias sociales tienen además otro mérito: realizaron diversos estudios empíricos en los que presentaban un cuadro exacto de la sociedad húngara. Los sociólogos señalaron que, con el avance de la estratificación social, la sociedad húngara se estaba diversificando cada vez más, contrariamente a la supuesta homogeneización de la sociedad socialista. Existían desigualdades sociales en muchos aspectos: la lentitud de la movilidad social y las desigualdades causadas por el sistema escolar (Ferge); desigualdades en los cuidados de salud (Losonczi, Szalai); aumento de la pobreza; desigualdades regionales y urbanas/rurales. E n una palabra, describieron a la Hungría socialista c o m o un país de desigualdades sociales, en contraposición con la imagen oficial. Szelenyi fue el primero en Las ciencias sociales y la íransición política en Hungría explicar el m o d o c o m o la redistribución burocrática, que perseguía un objetivo igualitario, creaba desigualdades sociales. Las investigaciones sobre las desviaciones sociales explicaron la magnitud y las características sociales del alcoholismo y el suicidio. Fue importante reconocer y sistematizar las maneras c o m o las personas creaban un sistema de autodefensa contra un Estado todopoderoso, creaban una vida privada bajo la superficie de una economía colectiva. La economía paralela no era meramente una fuente complementaria de ingresos, c o m o sucede en Occidente, sino que creaba un espacio de libertad y autonomía económicas. Precisaba construir toda una economía de mercado oculta, nuevas relaciones sociales; en una palabra, una segunda sociedad. Asimismo, contribuía al renacimiento de la burguesía, perseguida por el sistema socialista. Para la mayoría de los húngaros, la participación en la economía paralela constituyó un proceso m u y importante de aprendizaje en relación con el espíritu empresarial, la negociación y la forma de asumir riesgos. Incluso llegó a disminuir la dicotomía de preguerra entre sociedad urbana y sociedad rural. Los demógrafos analizaron la actitud maltusiana tradicional de la sociedad húngara y un fenómeno único: el aumento del índice de mortalidad en los setenta y los ochenta. Los especialistas en ciencias sociales presentaron un cuadro completo de la sociedad húngara, y este cuadro no era favorable. El tercer mérito de los especialistas en este campo fue preparar la transición a la era poscomunista. Por ejemplo, en 1985 se emprendió una investigación general con miras a preparar una nueva Constitución y las condiciones de un gobierno local. N o se dijo explícitamente - y ni siquiera se pensó- que sus resultados sólo podrían aplicarse tras el fracaso del sistema, pero de hecho el rápido ritmo de la legislación del nuevo parlamento poscomunista sólo fue posible porque todas las leyes esenciales estaban ya preparadas. Además, los economistas elaboraron ideas sobre la transición a la economía de mercado, entre ellas la creación de diferentes instituciones financieras (bolsa y bancos comerciales) bien conocidas en los países occidentales, pero que nunca habían existido en una economía estatal de planificación centralizada. 137 Misión no cumplida Pese a estos logros, los especialistas en ciencias sociales tienen la impresión de no haber estado a la altura de su cometido. E n su mayoría trabajaron para reformar el socialismo, c a m biar el modelo socialista, pero no para rechazar completamente el sistema. En suma, trataron de defender una causa perdida, y si bien gracias a los estudios que realizaron se a c u m u ló un acervo de valiosos conocimientos sobre la sociedad húngara, las reformas fracasaron. Se malograron todos los esfuerzos para incorporar en el sistema socialista el mecanismo de mercado o la democracia política. Sin embargo, tales empeños no fueron vanos: la adopción actual del mecanismo de mercado y de la democracia política no t o m ó por sorpresa a la sociedad húngara. Al trabajar sobre reformas económicas y sociales, los especialistas en ciencias sociales han creado una estrecha vinculación con las autoridades gubernamentales. El sistema político parecía estable (sobre todo porque dependía de la Unión Soviética): o bien se trabajaba dentro del sistema o se quedaba marginado. La relación entre políticos y estudiosos no siempre fue amistosa. N o obstante, muchos de ellos se incorporaron en el sistema, convirtiéndose en parte de la elite política. La interrelación se vio facilitada porque en los años ochenta la mayoría de los jóvenes funcionarios de alto nivel eran tecnocratas, egresados a m e n u d o de la m i s m a escuela que los especialistas en ciencias sociales. Los altos cargos políticos, los puestos de dirección en el ámbito de la economía y la tecnología, y los puestos académicos de investigación económica, estaban ocupados por "los muchachos de la Plaza Dimitrov" -donde se encuentra la Universidad de Economía de Budapest. Hace dos años el Primer Ministro del último gobierno comunista -ex alumno de Harvard-, el sindicalista m á s importante y uno de los portavoces de la oposición habían sido compañeros en la escuela de graduados de esa Universidad. Los cambios hicieron que la carrera de cada uno de ellos fuera incierta: la incertidumbre es una consecuencia natural de una transformación social tan radical. Por otra parte, la profunda crisis económica obligará al Gobierno a reducir los subsidios destinados a la investigación, de m o d o que se puede prever cier- 138 György Enyedi éxito, ya que se generalizaron la democratización total de la sociedad, la aceptación de los valores democráticos de Europa Occidental y la constitución de una clase media importante. Ese proceso contó con un apoyo decidido de la Comunidad Europea, que necesitaba integrar el sur de Europa a fin de consolidar su posición en la competencia económica mundial. La transición política se vio acompañada de un avance económico y de una curiosa a m n e sia de la sociedad española en cuanto a la dictadura de Franco se refiere. Europa Central ya tiene una democracia formal, pero las ideas de la democracia europea no han podido penetrar en la sociedad; la clase media es débil y la crisis económica ha producido una proletarización masiva. D e ahí que no haya desaparecido el peligro de una dictadura tradicionalista de derechas. El punto esencial es si la C o m u n i dad Europea considerará suficientemente i m La transición portante contribuir a integrar en su seno a Nos encontramos ahora en plena transición: Europa Central. En el ámbito de las ciencias sociales se está del socialismo de Estado a ¿qué? E n Hungría tenemos un sistema político democrático con empezando a reconocer que la sociedad húnun verdadero multipartidismo parlamentario gara influirá activamente en su propio futuro. y derechos humanos garantizados plenamente. En efecto, en Hungría el colapso del sistema Sin embargo, crear una sociedad democrática socialista tuvo lugar c o m o resultado de un y una economía de mercado lleva tiempo. Los proceso de negociación o "arreglo entre cabaespecialistas en ciencias sociales no se aventu- lleros" entre los comunistas reformadores y los ran a formular hipótesis para el futuro. A este partidos y movimientos de oposición. La oporespecto los politólogos son los m á s activos. sición, constituida por intelectuales no c o m u Los economistas y los sociólogos, en otro tiem- nistas, no contaba con sindicatos fuertes ni po las estrellas de las ciencias sociales, son ningún tipo de representación de obreros o menos explícitos sobre la economía y la socie- profesionales. Cabe recordar que fueron los dad del futuro. La experiencia histórica nos investigadores científicos quienes formaron el enseña que la posibilidad de una asimilación primer sindicato libre. total a Europa Occidental es limitada (de ser El c o m ú n de las gentes vio con satisfacción deseable). Los antecedentes, detenidamente el derrumbamiento del sistema comunista que estudiados, sobre casos de Europa Meridional, había violado el compromiso establecido a fiAmérica Latina y Asia Oriental, que ofrecen nales de los años sesenta. El pueblo había diferentes caminos para pasar de la dictadura aceptado el régimen de Kadar, que había posia la democracia y la prosperidad económica, bilitado el mejoramiento del nivel de vida, no son verdaderamente pertinentes. tolerado diferentes iniciativas privadas, perDesde luego, estos casos ofrecen un caudal mitido a los ciudadanos enriquecerse hasta de experiencias interesantes. La transición de cierto punto y, en una palabra, había convertiEuropa Central, de la dictadura a la democra- do a Hungría en el cuartel m á s agradable del cia, tropezará con m á s dificultades que en Eu- campo socialista. El gobierno comunista puso ropa Meridional. Utilizamos el término "de- coto a esa tolerancia cuando el nivel de vida mocracia" con un doble sentido: no sólo c o m o empezó a deteriorarse en la década de los forma de gobierno, sino c o m o forma de fun- ochenta. cionamiento de la sociedad y comportamiento Al desaparecer el gobierno comunista, los de las personas. A este respecto, la democrati- especialistas en ciencias sociales participaron zación de España es la que ha tenido mayor con entusiasmo en la nueva estructura políti- to grado de desempleo en estos medios. Algunos estudiosos reconocidos han abandonado el país, mientras que ciertos emigrantes han regresado, al menos a tiempo parcial, al m u n d o de las ciencias sociales de Hungría. Por otra parte, existe una sensación de haber fracasado profesionalmente. Los acontecimientos de 1989 no se previeron. Ni siquiera quienes veían el mal funcionamiento del socialismo estatal, y rechazaban las reformas, osaron soñar que el sistema se derrumbaría tan pronto y con tanta rapidez, al no haber reconocido la verdadera profundidad de la crisis soviética. Fue un error suponer que el status quo europeo resultante de la división de Yalta era una condición indispensable para los acuerdos soviético-estadounidenses. 139 Las ciencias sociales y la transición política en Hungría ca: el Gobierno y la oposición cuenta con m u chos profesores. El Primer Ministro, el Ministro de Defensa y el Ministro de Relaciones Exteriores son profesores de historia; el Ministro de Cultura es profesor de etnografía; el Ministro de Relaciones Económicas Internacionales y el de Industria y Comercio estudiaron en el Instituto de Investigaciones sobre Planificación Económica; el Ministro de Finanzas es profesor de economía. Los líderes de la oposición (excepto el Partido Socialista) estudiaron en universidades e institutos de investigación y entre ellos se cuentan historiadores, sociólogos y politólogos. Sin embargo, el hombre de la calle no compartió el entusiasmo de los especialistas en ciencias sociales por el nuevo sistema; m á s aún, la mayoría de la población vio la transición con cierto recelo. U n a vez m á s los especialistas en ciencias sociales están demasiado comprometidos con la política. Algunos miembros de la antigua oposición democrática entraron nuevamente en la oposición -esta vez legal: constituyen la piedra angular de la Alianza de Demócratas Libres, que es el segundo partido m á s numeroso en el Parlamento. En estos círculos, para los profesionales liberales y con mentalidad independiente, la oposición es un comportamiento normal. Cabe suponer que algunos de ellos formarán parte de la nueva clase política constituida recientemente. Confío en que en su mayoría regresen a las bibliotecas. " L a guerra ha terminado" y ahora precisamos analizar cada m o m e n t o de la transición social y formular hipótesis para el futuro de una sociedad húngara democrática. Traducido del inglés Notas 1. Kornai, János. (1980) Economics of Shortage Amsterdam: North Holland. szocializmus Kózép-Európában (Russian Socialism in Central Europe) Budapest: Századvég. 2. Konrád, George and Szelényi Ivan. (1979) The Intellectuals on the Road to Class Power N e w York: Harcourt. Brace, Jovanovics. Szelényi, Iván. (1985) "Recent Contributions to the political economy of state socialism". Contemporary Sociology, N o . 3:284-287. 4. Andorka, Rudolf and Kolosi, Tamas, (eds.). (1984) Stratifications and Inequality Budapest: Institute for Social Sciences. 3. Fehér. Ferenc, Heller, Agnes and Markus, George. (1983) Dictatorship over Needs. London: Blackwell. Vajda, Mihály. (1989) Oros: 5. Ferge, Zsuzsa. (1979).4 Society m the Making White Plains, N . Y . : Sharpe. Hungary". Soc. Sei. Med. 2. 135-140. 7. Szelényi, Iván. (1983) Urban Inequalities under State Socialism. Oxford: Oxford University Press. 8. Galasi, Péter and Sziráczky, György. (eds.). 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N o obstante, para evitar controversias fundamente patológico. El régimen comunista conceptuales, sin duda interesantes pero poco ocultó las dificultades, las crisis y los desconútiles para el tema que nos ocupa, utilizaré el tentos. La revolución de diciembre de 1989 los término "revolución" para designar los c a m - sacó a la luz, pero aún quedan muchas cobios que se están produciendo en Rumania sas por revelar. Sería prolijo detallar la lista desde diciembre de 1989. de problemas y dificultaTodo empezó con un dedes que roen a la sociedad loan Mihailescu es profesor de sociolorrocamiento sangriento del rumana. Basten algunos gía, vicerrector de la Universidad de poder político comunista. Bucarest, y director de la Revista ruejemplos para dar una mana de sociología. H a publicado Las estructuras económiimagen que puede parecer numerosas obras y artículos sobre las cas, administrativas y juríexagerada a quien no cosociedades rurales, la evolución de la dicas de la sociedad se renozca la Rumania de hoy. familia, la violencia y las migraciones internacionales. Su dirección: Strada chazaron con más o menos U n a economía desequiNedelcu Ion 7, bloque 3 A , Apt. 31, determinación y resultalibrada con enormes desi74556 Bucarest, Rumania. dos. Se impuso el principio gualdades sectoriales; e m del cambio rápido y radipresas colosales con varias cal de todo el sistema sodecenas de miles de asalacial. U n deseo contagioso riados, poco competitivas de demoler todo y por doen los mercados internaquier se apoderó de las cionales; una de las promasas y de los nuevos miliductividades del trabajo tantes políticos. Pero pocas personas se pre- más bajas de Europa; una abundante fuerza de guntaron c ó m o cambiar y con qué. La respues- trabajo, m u y dispar por su nivel de calificata estereotipada era la de tomar c o m o modelo ción y mal remunerada en la mayoría de las la sociedad capitalista de Europa Occidental. profesiones; una infraestructura técnica obsoEn este clima psicológico-social, las ener- leta, en muchos casos con 20 o 30 años de gías colectivas se emplearon más en la destruc- retraso en relación con las empresas comparación de las antiguas estructuras económicas y bles de los países desarrollados; una agricultupolíticas de tipo comunista que en la creación ra mal equipada, con una fuerza de trabajo de estructuras nuevas. U n a sociedad rígida- numerosa (28 % de la población activa), que mente organizada y estancada se desmoronó. no consigue alimentar a la población del país, Las destructuraciones (sin duda absolutamen- pese a que éste goza de buenas condiciones te necesarias) aliviaron a muchos espíritus. naturales de producción; un campesinado exRICS 131/Marzo 1992 142 plotado y hambriento, que desconfía del resto de la sociedad y que, deseoso de recuperar rápidamente lo que perdió durante decenios, vende los productos agrícolas en los mercados libres a precios altos, lo que provoca el descontento de los consumidores urbanos; un resurgimiento de los movimientos sindicales, que recurren m u y a m e n u d o a huelgas, manifestaciones públicas y amenazas para obtener a u m e n tos de sueldo y el mejoramiento de las condiciones de trabajo, y que se muestran poco sensibles a los argumentos del gobierno en cuanto al riesgo de la inflación que la satisfacción inmediata de sus reivindicaciones podría desencadenar; la desintegración de ciertas instituciones sociales; el debilitamiento de los mecanismos formales e informales de control social; la proliferación de los conflictos sociales y étnicos y la creciente insatisfacción que suscita la no realización de los objetivos anunciados; el incremento de la delincuencia y del sentimiento de inseguridad; la extensión de la corrupción; la división de la sociedad en grupos rivales c o m o consecuencia de los reagrupamientos políticos y del desconocimiento de los modelos de interacciones políticas; una crisis de la capacidad de gobernar, con una oposición dividida, compuesta por decenas de partidos, aunque también de múltiples grupúsculos sociales, profesionales, étnicos y territoriales. loan Mihailescu y la inflación. Desde esta perspectiva, los inversores extranjeros pueden aparecer c o m o enemigos potenciales. Los programas gubernamentales m á s prudentes chocan con las viejas mentalidades que consideran al Estado c o m o el padre de la nación, el dueño y señor absoluto que debe garantizar a todos un empleo y u n salario. Los aspectos políticos, financieros y psicológicos se entremezclan y dan lugar a círculos viciosos. La reconstrucción teórica y metodológica E n esta situación tan difícil, las ciencias sociales se consideran importantes medios auxiliares. Ministros, directores de empresas y sindicatos recurren a los sociólogos, economistas, psicólogos o politólogos. L a investigación en ciencias sociales es objeto de una gran d e m a n da social; pero a veces se sobrevalora su posible contribución. Tras un largo período en el que la sociología y la psicología se consideraban disciplinas casi ocultas, hoy se esperan milagros de ellas. Algunos especialistas se alegran demasiado pronto con este prestigio inesperado. Las ciencias sociales no pueden dar de sí m á s de lo que son normalmente capaces. Las esperanzas excesivas darán probablemente paso a la desilusión, y entonces las ciencias La lista de problemas y dificultades podría sociales se convertirán en el chivo expiatorio aún prolongarse si se toman en consideración de una sociedad insatisfecha. Tanto m á s cuanla educación, el espíritu cívico, la religión, la to que la sociología científica tiene que hacer cultura, las relaciones interétnicas, las dispa- frente al auge de una sociología espontánea, ridades sociales o las relaciones entre genera- obra de periodistas y políticos. ciones. Ningún sector de la sociedad está a Aunque desde el punto de vista económico salvo. Rumania es un país poco desarrollado, posee Todos los grupos sociales del país están de un buen nivel en ciencias sociales. En primer acuerdo en que la situación debe cambiar lo lugar, la mayoría de las disciplinas cuentan antes posible. Pero las mejoras a corto plazo con una larga tradición. El período entre las son poco probables, ya que de m o m e n t o faltan dos guerras mundiales fue el m á s fecundo en el los factores principales: una infraestructura plano de los progresos teóricos y metodológimoderna, una m a n o de obra calificada acorde cos. La escuela rumana de sociología llegó a con las exigencias técnicas modernas, capitales ser una de las m á s conocidas de Europa y sus locales y extranjeros, personal directivo capaz contribuciones metodológicas se siguen utilide administrar las empresas en una economía zando hasta ahora en los grandes institutos de de mercado. La situación se complica aún m á s investigación de los países occidentales. Las si se tienen en cuenta las actitudes de las diver- escuelas rumanas de antropología, historia y sas categorías sociales ante los cambios. Algu- geografía h u m a n a gozaban entonces del reconos grupos sociales y sindicales, sobre todo los nocimiento mundial. obreros, muestran resistencia o incluso hostiliEste auge se interrumpió después de la Sedad a los cambios porque temen el desempleo gunda Guerra Mundial. Para el régimen c o m u - Las ciencias sociales ante los cambios en Rumania nista, la sociología era una ciencia burguesa y reaccionaria; la única psicología permitida era la pavloviana; en cuanto a la antropología y la etnología, ambas se redujeron a una etnografía descriptiva. La única que conservaba un lugar privilegiado era la economía política, pero sólo c o m o medio de justificar a posteriori las políticas económicas. Tras 45 años de dictadura, las ciencias sociales se encuentran hoy en una situación sin salida. Para el poder c o m u nista, las ciencias sociales eran poco útiles o incluso peligrosas; no se admitía su posible contribución a la solución de los problemas sociales, ya que todas las "soluciones" e m a n a ban de la "sabiduría" del partido único. S u función crítica no podía manifestarse, dado que "el mejor de los m u n d o s " estaba fuera del alcance de toda crítica. A comienzos de la era comunista, el poder utilizó las ciencias sociales c o m o medio de conseguir la legitimidad que le faltaba. E n cuanto se sintió suficientemente fuerte, esa función de las ciencias sociales dejó de serle necesaria; ninguna fuerza social era ya capaz de discutir la legitimidad. E n el decenio de 1980, las ciencias sociales, inútiles para los grandes dirigentes políticos, quedaron reducidas a una función "decorativa". Las reacciones de los especialistas a esta presión del poder político difirieron unas de otras. Desde el principio del reinado comunista, la comunidad científica rumana se había dividido: algunos especialistas en ciencias sociales abandonaron sus investigaciones y se refugiaron en otras profesiones; algunos aceptaron el juego impuesto por el partido c o m u nista y fueron recompensados por sus servicios; otros fingieron someterse a las exigencias del poder para poder proseguir sus trabajos a escondidas; y. por último, otros, rehusando todo compromiso, entraron en conflicto abierto con el régimen y pagaron su audacia con la prohibición de sus obras, el exilio o la cárcel. Estas dos últimas actitudes fueron las únicas útiles desde el punto de vista científico: los trabajos de estos investigadores se publicaron en el extranjero (muchas veces sin conocer el origen de los autores) o se están publicando actualmente en Rumania. La calidad científica de estos trabajos es m u y desigual. Los hay de alto nivel, reconocidos por los grandes institutos de investigación de los países desarrollados. E n relación con la mayoría de los países en desarrollo, Rumania tiene excelentes espe- 143 cialistas en ciencias sociales, pero siguen siendo insuficientes en comparación con las grandes necesidades sociales del país. Algunos de los mejores especialistas rumanos se han dispersado por el m u n d o y la mayoría han puesto sus conocimientos a disposición del nuevo régimen. L a formación de nuevos especialistas en ciencias sociales exigirá varios años, mientras que la solución de los problemas sociales es urgente. El reducido número de especialistas constituye u n obstáculo importante en las nuevas condiciones posrevolucionarias, que requieren unos recursos humanos considerables. Contribuye a agravar esta escasez de especialistas la reproducción de ciertos estereotipos mentales e institucionales. M u c h o s investigadores son incapaces de concebir y realizar de manera autónoma u n proyecto de investigación, establecer la jerarquía de los problemas que es preciso estudiar, defender a un grupo social desfavorecido o militar por sus convicciones. Las razones son de orden subjetivo y objetivo. Para sobrevivir, los institutos de investigación tuvieron que someterse a la arbitrariedad del poder comunista. Aunque varios investigadores se rebelaron contra la intromisión del poder político en la actividad científica, esta prolongada práctica generó estereotipos. M u c h o s investigadores siguen esperando las órdenes o las consignas del poder y evitan tomar iniciativas que puedan provocar su descontento. Las ciencias sociales rumanas atraviesan actualmente una etapa de crítica teórica y m e todológica. Los ideólogos del partido comunista impusieron en el decenio de 1980 un marxismo cada vez m á s simplificador. A las personas "inconformistas" se les instaba periódicamente a atenerse a la ortodoxia. Pese a estas presiones, las publicaciones de ciencias sociales ofrecían una gran diversidad teórica y m e todológica. Los investigadores preparados utilizaban, gracias a diversas técnicas de simulación, los últimos adelantos en la esfera de las ciencias sociales. C o n la etiqueta marxista se presentaban corrientes teóricas m u y diferentes del marxismo, incluso opuestas a éste. Las publicaciones de los años setenta y ochenta ofrecen múltiples ejemplos de análisis sociales totalmente contrarios a la teoría marxista. Los empleados subalternos de la censura aceptaban a veces convertirse en cómplices de los autores, sabiendo que los grandes censores 144 eran lo bastante ignorantes c o m o para avalar sus decisiones. Existen pues en R u m a n i a especialistas que conocen bien las últimas tendencias teóricas y metodológicas, los cuales están dispuestos a aplicar sus conocimientos a la explicación de las realidades sociales nacionales. Pero esta alternativa no es la única ni quizá sea tampoco la mejor posible. Pese a las ambiciones de muchos autores, las teorías de las ciencias sociales son de mediano alcance y llevan a explicaciones históricas y regionales. La situación de los países de Europa Oriental es completamente nueva y ninguna de las grandes teorías existentes explica el paso del socialismo totalitario a la democracia. Los intentos teóricos y metodológicos occidentales, aunque necesarios, son insuficientes para explicar las nuevas realidades económicas, sociales y políticas de Europa Oriental. Es menester realizar un esfuerzo considerable para elaborar nuevos planteamientos teóricos y metodológicos. A u n q u e el potencial científico capaz de realizar tal esfuerzo es m u y reducido, se puede intentar. L a búsqueda de nuevas teorías y metodologías no está exenta de dificultades. Se pone de manifiesto una vigorosa condena de las teorías marxistas o de las finalidades socialistas. Pero el rechazo del marxismo es muchas veces sólo de palabra; algunos investigadores, contrariamente a lo que afirman, no pueden librarse de los viejos estereotipos mentales y verbales que han manejado toda su vida. E n estas condiciones, no es exagerado afirmar que la reconstrucción teórica y metodológica sólo pueden llevarla a cabo los jóvenes investigadores. Es evidente que esta afirmación provoca fricciones entre generaciones y desagrada a los investigadores reconocidos que ocupan los mejores puestos en la investigación. La reorganización de las ciencias sociales Los cambios sociales y políticos en Rumania han tenido ya consecuencias importantes para las ciencias sociales, sobre todo en lo que respecta a su organización. Si la reconstrucción teórica y metodológica requiere m u c h o tiempo, la reorganización institucional se ha hecho rápidamente. Los principales artífices de esta empresa (el gobierno, los institutos de investi- loan Mihailescu gación, las universidades) se pusieron de acuerdo sin dificultad sobre los cambios que había que introducir. Los institutos de investigación que se habían suprimido en los últimos veinte años reanudaron su actividad y se organizaron otros nuevos. L a sociología y la psicología, que fueron las que tropezaron con m a yores dificultades en el período anterior, son hoy las principales beneficiarias de esta reorganización. E n las grandes ciudades del país (Bucarest, Iasi, Cluj, Timisoara, Brasov, Sibiu, Craiova) funcionan actualmente institutos o centros de investigación en sociología y psicología. E n casi todos los 41 departamentos del país existen pequeños núcleos de investigación. La de tipo económico, concentrada antes en un solo gran instituto nacional, se realiza ahora en unos 20 institutos especializados. E n los principales centros universitarios han iniciado su actividad nuevos institutos de investigación en antropología, historia, ciencias de la educación y ciencias jurídicas y políticas. L a mayoría de los institutos de investigación en ciencias sociales dependen orgánicamente de la Academia R u m a n a de Ciencias, pero sus vínculos con ésta son sobre todo de carácter administrativo yfinanciero,mientras que, por lo que se refiere a la investigación, disfrutan de una autonomía prácticamente completa. En casi todos los campos de las ciencias sociales se han organizado asociaciones profesionales: la Asociación R u m a n a de Sociología, la Asociación Nacional de Psicología, la Asociación Nacional de Ciencias de la Educación, la Asociación Nacional de Historia, dos asociaciones de economistas, varias asociaciones de juristas, etc. Estas asociaciones tienen por objeto el fomento de la investigación disciplinaria, la defensa de los intereses de los especialistas, la organización de congresos y reuniones científicas, la publicación de revistas y la promoción de la cooperación científica internacional. Persiguen objetivos específicos algunas asociaciones culturales o interprofesionales (el G r u p o de Diálogo Social, la Sociedad de Mañana, las sociedades "Astra" y " L a F a m i lia"), que tratan de subsanar la falta de información científica. Algunas manifiestan una actitud m u y crítica hacia el poder y, a veces, desempeñan funciones políticas. La enseñanza universitaria de las ciencias sociales se ha reorganizado por completo. Las facultades de sociología y de psicología, que se 145 Las ciencias sociales ante los cambios en Rumania habían suprimido en 1977, han reanudado sus actividades y se han creado nuevas facultades. El número de estudiantes de primer año de sociología y psicología superará los 2.000. El doctorado en sociología y psicología se obtiene en las universidades de Bucarest, Iasi y Cluj. Durante el curso académico 1990/1991, el número de estudiantes de ciencias económicas ascenderá a m á s de 30.000 y el de estudiantes de derecho a m á s de 5.000. La precaria infraestructura técnica de las universidades (falta de laboratorios, de aulas y de seminarios) y la escasez de personal docente limitan de m o mento el incremento del número de estudiantes. E n los próximos años se establecerá u n nuevo sistema de ingreso en la universidad. Las universidades tienen actualmente una gran autonomía y los profesores c o m o los alumnos insisten en que ésta sea reconocida por la ley. gación que dependen de los ministerios y las grandes empresas industriales. Los presupuestos de los ministerios se han recortado y la mayoría de las empresas atraviesan grandes dificultades financieras. Los ahorros presupuestarios que las empresas se ven obligadas a realizar han afectado en primer lugar a la financiación de la investigación, es decir, a uno de los medios m á s importantes para sacar al país del marasmo. La situación es harto c o m plicada: los ministerios, las empresas, las administraciones locales, los partidos políticos y los sindicatos insisten en la importancia de la investigación en ciencias sociales, pero no pueden o no quierenfinanciarla.Y la buena voluntad de los investigadores no basta para realizar proyectos ambiciosos de investigación. Prioridades d e la investigación La lista de prioridades en el c a m p o de las ciencias sociales es m u y extensa, dado que los problemas sociales en Rumania son múltiples y complejos. Por ello, todas las esferas de la vida económica, social y política son prioritaTanto las nuevas c o m o las viejas instituciones rias. Las nuevas condiciones sociales y polítide investigación y enseñanza se enfrentan con cas imponen algunas necesidades perentorias: conflictos internos, ya sea declarados o laten- - En la esfera económica: el paso de una ecotes, entre los partidarios de un cambio radical nomía dirigida y centralizada a una econoy rápido y los que desean mantener las viejas mía de mercado; el establecimiento de nueestructuras que los favorecen. Estos últimos vos equilibrios intersectoriales: la elaborasuelen ser criticados desde el punto de vista ción de un nuevo sistema de precios; la profesional o moral por sus estudiantes o sus reconversión de las grandes empresas induscolegas. Algunos especialistas a los que se crititriales poco o nada rentables; el establecica quieren afianzar sus posiciones poniéndose miento de nuevas relaciones de propiedad; al servicio del poder y tratando de dar u n la reorganización de las empresas; la formaaspecto político a estas polémicas. Estos conción de personal directivo y de especialistas flictos que el poder, por razones poco claras, capaces de dominar los mecanismos de la desea ignorar, pueden agudizarse en los próxieconomía de mercado; la creación de nuevos m o s meses y quebrantar seriamente varias insincentivos para los trabajadores con objeto tituciones, organizaciones y asociaciones. D e de superar la situación actual de desgana e todas maneras, una solución se impone, ya indisciplina; el establecimiento de un sisteque los conflictos internos paralizan la activim a interno e internacional de comercialidad de varias instituciones y pueden provocar zación. movimientos estudiantiles. - En la esfera política: el estudio de los proceLa financiación de la investigación en ciensos de democratización; la descentralización cias sociales tropieza con grandes dificultades. del poder político; la reducción de la violenLas instituciones de investigación, pertenecia política; el funcionamiento de nuevas cientes a la Academia R u m a n a de Ciencias, instituciones políticas; el estudio de la situaestán financiadas con cargo al presupuesto del ción de las antiguas instituciones políticas Estado. La situación es m u c h o m á s difícil en totalitarias; la determinación de los medios los pequeños centros y laboratorios de investide dar una cultura política a la población; el Conflictos d e intereses y dificultades de financiación d e la investigación 146 estudio de las relaciones entre los poderes del Estado y la búsqueda de posibilidades de superar la confusión actual; la realización de estudios ad legem ferrenda para orientar la preparación de nuevas leyes. - En la esfera social: el análisis de las relaciones entre los grupos sociales; la instauración de un nuevo sistema nacional de educación y de formación con el objetivo de elevar rápidamente el nivel cultural de la población; el estudio de las causas de los conflictos étnicos y la determinación de los medios de prevención; la creación de un nuevo sistema de protección social; el estudio de las consecuencias sociales de un desempleo creciente; el análisis de las causas y consecuencias sociales de la emigración; las relaciones entre el poder central y las colectividades locales que aspiran a una mayor autonomía; la situación de las personas sin hogar; y las consecuencias sociales de las nuevas tecnologías. - E n la esfera cultural: el estudio de los viejos estereotipos mentales y de comportamiento y sus consecuencias en los procesos de c a m bio; los conflictos culturales entre los grupos sociales y étnicos: la relación nacionalismocosmopolitismo en el proceso de integración europea; la influencia de los medios de comunicación extranjeros en la población rum a n a ; la función de los medios rumanos de comunicación; la imagen de Rumania en los demás países europeos y la explicación de las percepciones desfavorables; y la determinación de los medios para desarrollar la cooperación cultural europea. La mayoría de los problemas citados figuran en los programas de los institutos de investigación, al menos en el plano de las intenciones. Así pues, el principal objetivo de las ciencias sociales es contribuir a la reconstrucción económica, social y moral del país, objetivo que puede parecer exagerado si se tienen en cuenta los modestos recursos intelectuales y financieros que se han movilizado con este fin. Los investigadores en ciencias sociales coinciden en las nuevas prioridades de la investigación, pero no en los medios de alcanzar los objetivos propuestos. El m u n d o de las ciencias sociales se ha fragmentado de nuevo en varios grupos. U n a parte, minoritaria por el m o m e n t o , apoya una reforma radical de la sociedad, el paso rápido loan Mihailescu a la economía de mercado, la eliminación de todas las instituciones y estructuras de tipo comunista y el rechazo de cualquier intento neocomunista. La actitud de este grupo es sumamente crítica hacia el poder, al que acusa de fraudes electorales, de recurrrir a las viejas prácticas comunistas, de manipular la opinión pública y de ocultar la verdad sobre la revolución de diciembre y los conflictos que siguieron. Los sucesos del 13 al 15 de junio de 1990 y la irrupción escandalosa de los mineros en la capital acentuaron el descontento de este grupo. L a caza de brujas desencadenada contra los intelectuales radicales ha contribuido a aumentar el número de los que rehusan su apoyo al poder. U n a segunda categoría de investigadores está constituida también por partidarios de u n cambio radical y rápido, pero que se contentan con manifestar su desconfianza, sin entrar en oposición abierta con el poder. La confianza que imperó las primeras semanas que siguieron a la revolución ha dado paso gradualmente a actitudes m á s reservadas. Muchos especialistas en ciencias sociales quieren vengarse así del falso consenso ritual al que los tenía sometidos el régimen comunista. U n a tercera categoría de investigadores (integrada sobre todo por los partidarios de una transición lenta y menos radical) ha aceptado colaborar estrechamente con el nuevo poder político y algunos de ellos son hoy parlamentarios o altos funcionarios. Es probable que las relaciones de distinta índole que los especialistas en ciencias sociales mantienen con las autoridades estatales provoquen conflictos intraprofesionales. M u c h o s investigadores estiman que la consecución de los objetivos propuestos depende en gran medida de la intensificación de la cooperación científica internacional. Entre las instituciones universitarias y de investigación de Rumania y las de los países desarrollados se han concertado numerosos convenios de cooperación, pero los resultados son m á s bien modestos hasta ahora. La evolución política del país ha congelado por un período indeterminado la mayoría de las posibilidades de cooperación. Esta circunstancia ha contribuido a acrecentar el descontento de los investigadores rumanos, para quienes, sin una vigorosa cooperación científica internacional, Rumania no podrá salir del atolladero. Servicios profesionales y documentales Calendario de reuniones internacionales La redacción de la Revista no puede ofrecer ninguna información complementaria sobre estas reuniones. 1992 Forum jeunesse des communautés européennes: Réunions sur la dimension sociale européenne et la jeunesse Forum de la jeunesse des communautés européennes, rue Joseph II 112, B-1040 Bruxelles (Belgique) 12-15 marzo Annapolis (Estados Unidos) Comparative and International Education Society: Conférence annuelle (Thème: La crise dans la qualité de l'éducation) CIES, 428 Baldy Hall, Suny Buffalo, Buffalo, NY 14260 (Estados Unidos de América) 8-11 abril Strawberry Hill (Reino Unido) La religion dans la "Maison c o m m u n e de l'Europe' Prof K.N. Medhursl, Dept. of European Studies, Universitv of Bradford, W. Yorks BDI (Reino Unido) 12-16 abril Canberra (Australia) Fédération mondiale pour la santé mentale: Conférence régionale du Pacifique Mr. Elliget, Psychiatric Rehabilitation Assoc, P.O. Box 182, Redfern, NSW 2016 (Australia) 20-24 abril Valencia (España) Conselleria d'obres publiques, urbanisme i transports: 5è Congrès iberoaméricain sur l'urbanisme Conselleria d'obres publiques, urbanisme i transports, Blasco Ibáñez 50, 46010 Valencia (España) 30 abril-2 m a y o Denver (Estados Unidos) Population Association of America: Réunion PA4, 1429 Duke Street, Alexandria, VA 22314-3402 (Estados Unidos de América) Mayo Graz (Austria) Union géographique internationale; Commission "Santé et développement": Aspects pratiques de la santé dans les pays en développement Prof. W. Six!, Geomedizinische Forschungsstelle, Hygiene Institut der Universität, Universitälsplatz 4, A-8010 Graz (Austria) 25-29 m a y o Saint-Cloud, París (Francia) Centre de Biogéographie - Ecologie; European Society for Soil Conservation; Union géographique internat.: Colloque internat, sur l'érosion des terres agricoles en milieu tempéré de plaines et de collines Stanislas Wicherek, Centre de Biogéographie - Ecologie, Ecole normale sup. de Fontenay - Saint-Cloud, Av. de la Grille d'Honneur - Le Parc, 92211 Saint-Cloud (Francia) 148 Servicios profesionales y documentales Junio San José (Costa Rica) Association internat, des sciences économiques: Conférence (Thème: Démocratie et développement) AISE, Secrétariat, 23 rue Campagne Première, 75014 Paris (Francia) 1-12 junio Río de Janeiro (Brasil) Programme des Nations Unies pour l'Environnement: Conférence sur l'environnement et le développement PNUE, Tour Mirabeau, 39-43 quai André Citroën, 75739 Paris Cedex 15 (Francia) 27 junio-3 julio Okinawa (Japón) Association scientifique du Pacifique: 7è Congrès (Thème: Le Pacifique - Carrefours de culture et de nature) PSA, PO Box 17801, Honolulu. HI 96817-0801 (Estados Unidos de América) 13-17 julio Viena (Austria) Institut internat, des sciences administratives: 22e Congrès international USA, 1 rue Defacqz, Ble 11, B-1050 Bruxelles (Bélgica) 19-24 julio Bruselas (Bélgica) Union internat, de psychologie scientifique; Société belge de pshychologie: 25e Congrès international Paul Eelen, Secret. Comité programme scientifique, 25e Congrès internat, de psychologie, Tiensestraat 102, B3000 Louvain (Bélgica) 27-31 julio Kyoto (Japón) Association internat, pour la paix: 14e Conférence générale (Thème: Défis du changement de l'ordre global) IPRA, Antioch College, Yellow Springs, Ohio 45387 (Estados Unidos de América) 4-7 agosto Los Ángeles (Estados Unidos) Union géographique internationale; Commission géographie humaine: Colloque sur les nouveaux systèmes migratoires et le changement ethnique des populations des grandes villes Prof. C. Roseman, Depl. of Geography, University of Southern California. Los Angeles, CA 90089 (Estados Unidos de América) 9-14 agosto Washington. D C Union géographique internationale: 27e Congrès international Dr. AR. de Souza, Secr.-gén., 27th IGU Congress, 1145-17th Street N. W.. Washington, DC 20036 (Estados Unidos de América) 24-28 agosto Moscú Association internationale des sciences économiques: 10e Congrès m o n dial Ms J. Jennings, STICERD, LSE, Houghton Street, London WC2A 2AE (Reino Unido) 26-29 agosto Viena Centre interdisciplinaire de la recheche comparative en sciences sociales: 1ère Conférence européenne de sociologie ICCR, Hamburgstrasse 14/20, A-1050 Vienne (Austria) 30-agosto-5 sept. Nueva Delhi Fédération internat, des associations de bibliothécaires et des bibliothèques: 58e Conférence générale (Thème: La bibliothèque et les perspectives de la politique d'information) IFLA, P.O. Box 95312, 2509 CH La Haye (Países Bajos) 31 agosto-4 sept. Louvaina (Bélgica) Université de Louvain; Faculté des lettres: 2e Conférence internat, sur le maintien et la perte des langues minoritaires Steunpunt Nederlands als Tweede Taal, Faculté des lettres. Université de Louvain, Bhjde Inkomstslraat 7, 3000 Louvain (Bélgica) Septiembre París Association française de science politique: Congrès AFSP, 224 Bid Saint-Germain, 75007 Paris (Francia) 16-20 sept. Heidelberg (Rep. fed. de Alemania) University of Heidelberg: 1ère Conf. internat, d'études européennes Prof. A.J.R. Groop, Rutherford College, University of Kent, Canterbury CT2 7NX (Reino Unido) Servicios profesionales y documentales 149 14-16 oct. París European Business Ethics Network; Centre d'éthique de l'entreprise; Assoc, professionnelle des sociologues: Colloque international (Thème: Les responsabilités des acteurs économiques dans le façonnage des villes) Colloque EBEN, Londez Conseil, 116 Av. Gabriel Péri, 93400 SaintOuen (Francia) 15-20 nov. Nueva York (Estados Unidos) Assoc, for the Advancement of Policy, Research and Development in the Third World: Conférence 1992 sur le Nouvel ordre mondial - U n défis pour la conduite internationale Mekki Mtewa, Assoc, for the Advancement of Policy, Research and Development in the Third World, P.O. Box 70257, Washington, DC 20024-0257 (Estados Unidos de América) - Trier (Rep. fed. de Alemania) Centre d'études européennes: 2è Conférence européenne des sciences sociales Centre d'études européennes, Prof. Bernd Hamm, Université de Trier, B.P. 3825, D-5000 Trier (Rep. fed. de Alemania) Abril Aberdeen (Reino Unido) Aberdeen University African Studies Group: Colloque sur les cartes et l'Afrique J. Stone, Director, Aberdeen Univ. African Studies Group, G10 Old Brewery, King's College, Aberdeen AB9 2UF (Reino Unido) 23-27 agosto Chiba (Japón) Fédération mondiale pour la santé mentale: Congrès mondial (Thème: La santé mentale au 21e siècle - technologie, culture et qualité de la vie) WFMH'93 Japan, c/o Inter Group Corp., Akasaka Yamakatsu Bldg, 8-5-32, Akasaka, Minato-ku, Tokyo 107 (Japón) Cuba Fédération internat, des association des bibliothécaires et des bibliothèques: Conférence générale 1FLA, P.O. Box 95312, 2509 CH La Haye (Países Bajos) Praga (Checoslovaquia) Union géographique internationale: Conférence régionale sur l'environnement et la qualité de la vie en Europe centrale Dr. T. Kucera, Seer, of the Organizing Committee, IGC, Albertov 6, 128 43 Prague 2 (Checoslovaquia) 1993 1994 22-26 agosto Libros recibidos Ciencia y Conocimiento Sociología Población Prigogine Uva; Stengers, Isabelle. Entre le temps et l'éternité. Paris, Fayard, 1988. 222 p. fig. bibl. index. Cockburn, Cynthia. 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Genève, Le C o n - 272 p.; 506 p. ill. Derecho Publicaciones recientes de la U N E S C O (incluidas las auspiciadas por la U N E S C O * ) Anuario estadístico de la UNESCO Berg Publishers Ltd. 1988. 167 p. 1990. París, U N E S C O , 1990. v.p. (World Social Science Information 350 F. Directories / Répertoires mondiaux d'information en sciences sociales / Bibliographie internationale des Repertorios mundiales de informasciences sociales: Anthropologie / ción sobre las ciencias sociales.) E n International Bibliography of the cuadernado 100 F . Social Sciences: Anthropologv, vol. 32, 1986. London: N e w York'. R o u La enseñanza, la reflexión y la intledge / for the / Internat. C o m m i t vestigaciónfilosóficaen America tee for Social Science Inform, and Latina v el Caribe. París, U N E S Doc, 1990. 609 p. (Diffusion: OffiC O , Madrid, Tecnos, 1991. 247 p. lib, Paris.) 990 F. 110 F. Bibliographie internationale des sciences sociales: Science économique / International Bibliography of the Social Sciences: Economics, vol. 35, 1986. London; N e w York, R o u tledge / for / The Internat. C o m m i t tee for Social Science Inform, and D o c , 1990. 717 p. (Diffusion: Offilib. Paris.) 900 F. El otro Tercer Mundo: La mujer campesina ante el analfabetismo, por Krystyna Chlebowska. Paris, U N E S C O , 1990. 152 p. fig. ilus. cuadros. 75 F . Estudios en el extranjero / Study Abroad / Etudes à l'étranger, vol. 27. Pans, U N E S C O , 1991. 1278 p. 92 F. ford, Berg. 1988. 680 p. (World Social Science Information Directories / Répertoires mondiaux d'information en sciences sociales / Repertorios mundiales de información sobre las ciencias sociales.) Encuadernado 150 F. Seminario sobre identidad cultural y modernidad: Nuevos modelos de relaciones culturales. Barcelona, 2730 de noviembre de 1990. Barcelona, Federació Catalana d'Associacíons i Clubs U N E S C O , 1990. v.p. UNESCO Yearbook on Peace and Conflict Studies, 1988. Paris, U N E S C O ; N e w York, Greenwood Press. 1990. 241 p. index. 300 F. La violencia y el terror en los medios de comunicación de masas. París, U N E S C O , 1990. 49 p. (Estudios y documentos de comunicación social, 102.) 20 F. Bibliographie internationale des sciences sociales: Science politique Index / translationum, vol. 37, 1984. International Bibliography of the Pans, U N E S C O , 1990. 1099 p. World Directory of Human Rights Social Sciences: Political Science, 350 F. Teaching and Research Institutions, vol. 35. 1986. London; N e w York, 1st ed. / Répertoire mondial des insRoutledge / for / The Internat. Informe de la comunicación en el titutions de recherche et de formaCommittee for Social Science Inmundo. Paris, U N E S C O , 1990. 54 p. tion sur les droits de l'homme / Reform, and D o c , 1989. 751 p. (Difpertorio mundial de instituciones de bibl. indices. 348 F. fusion: Offilib, Paris.) 900 F. investigación y deformación en maPolíticas sociales integradas: Ele-teria de derechos humanos. Paris, U N E S C O ; Oxford, Berg Publishers Bibliographie internationale des mentos para un marco conceptual sciences sociales: Sociologie / Interinteragencial. Caracas, Unidad R e - Ltd, 1988. 216 p. (World Social Science Information Directories / national Bibliography of the Social gional de Ciencias H u m a n a s y SoRépertoires mondiaux d'informaSciences: Sociology, vol. 36. 1989. ciales para América Latina y el C a London; N e w York, Routledge / for ribe, / 1991/. 37 p. (Serie estudios y tion en sciences sociales / Repertorios mundiales de información so/ T h e Internat. Committee for Sodocumentos U R S H S L A C , 10.) bre las ciencias sociales.) Encuadercial Science Inform, and D o c , 1990. 351 p. (Diffusion: Offilib, PaRepertorio internacional de organis- nado 125 F. ris.) 900 F. mos de juventud, 1990 / Répertoire international des organismes de jeu- World Directory of Peace Research Las dimensiones internacionales del nesse / International Directory of and Training Institutions, 6th ed. / derecho humanitario. París, U N E S Youth Bodies. Paris, U N E S C O , Répertoire mondial des institutions C O ; Madrid, Tecnos; Genève, Ins1990. 477 p. index. 140F. de recherche et de formation sur la titut Henry Dunant, 1990. 302 p. paix / Repertorio mundial de insti150 F. Selective Inventory of Social Sciencetuciones de investigación y de forInformation and Documentation mación sobre la paz. Paris, U N E S Directory of Social Science Informa- Services, 1988, 3rd éd. /Inventaire C O ; Oxford, Berg Publishers Ltd, tion Courses. Ist ed. / Repertoire sélectif des services d'information et1988. 271 p. (World Social Science des cours d'information dans les de documentation en sciences socia- Information Directories / Répertoisciences sociales / Repertorio de cur-les /Inventario de servicios de infor-res mondiaux d'information en sos en información en ciencias so- mación y documentación en cien- sciences sociales / Repertorios ciales. Paris, U N E S C O ; Oxford, cias sociales. Paris, U N E S C O ; O x - mundiales de información sobre las 154 Publicaciones recientes de la UNESCO ciencias sociales.) Encuadernado 150F. World Directory of Teaching and H orld List of Social Science PerioResearch Institutions in Internatio-dicals. 1991, 8th ed. / Liste mondianal Law, 2nd ed., 1990 / Répertoire le des périodiques spécialisés dans World Directory of Social Science mondial des institutions de forma- les sciences sociales / Lista mundial Institutions, 1990, 5th ed. /Réper- tion et de recherche en droit interna-de revistas especializadas en cientoire mondial des sciences sociales /tional / Repertorio mundial de insti-cias sociales. Paris, U N E S C O , Repertorio mundial de instituciones tuciones de formación y de investi- 1991. 1264 p. index. (World Social de ciencias sociales. Paris, U N E S - gación en derecho internacional. Science Information Services / Services mondiaux d'information en C O , 1990. 1211 p. 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Números aparecidos Desde 1949 hasla 1958. esta Revista se publicó con el título de International Social Science Bulletin/Bulletin internation sciences sociales. Desde 1978 hasla 1984, la RICS se ha publicado regularmente en español y, en 1987, ha reiniciado su edición española con el número 114. Todos los números de la Revista están publicados en francés y en inglés. Los ejemplares anteriores pueden comprarse en la U N E S C O . División de publicaciones periódicas, 7, Place de Fontenoy, 75700 París (Francia). Los microfilms y microfichas pueden adquirirse a través de la University Microfilms Inc., 300 N Zeeb Road, Ann Arbor, MI 48106 (USA), y las reimpresiones en Kraus Reprint Corporation, 16 East 46th Street. Nueva York. N Y 10017 (USA). Las microfichas también están disponibles en la U N E S C O , División de publicaciones periódicas. Vol. XI, 1959 Vol. XVIII, 1966 Num. Num. Num. Num. N u m . I H u m a n rights in perspective* N u m . 2 Modern methods in criminology* N u m . 3 Science and technology as development factors* N u m . 4 Social science in physical planning* 1 Social aspects of mental health* 2 Teaching of the social sciences in the U S S R * 3 The study and practice of planning* 4 N o m a d s and nomadism in the arid zone* Vol. XII, I960 Vol. XIX, 196 7 N u m . 1 Citizen participation in political life* N u m . 2 The social sciences and peaceful co-operation* N u m . 3 Technical change and political decision* N u m . 4 Sociological aspects of leisure* Num. Num. Num. Num. Vol. XIII, 1961 Vol. XX, 1968 Num. Num. Num. Num. N u m . 1 Theory, training and practice in management* N u m . 2 Multi-disciplinary problem-focused research* N u m . 3 Motivational patterns for modernization* N u m . 4 The arts in society* 1 Post-war democratization in Japan* 2 Recent research on racial relations* 3 The Yugoslav c o m m u n e * 4 The parliamentary profession* Vol. XIV, 1962 Num. Num. Num. Num. 1 Images of w o m e n in society* 2 Communication and information* 3 Changes in the family* 4 Economics of education* Vol. XV, 1963 Num. Num. Num. Num. 1 Opinion surveys in developing countries* 2 Compromise and conflict resolution* 3 Old age* 4 Sociology of development in Latin America* Vol. XVI, 1964 1 Linguistics and communication* 2 The social science press* 3 Social functions of education* 4 Sociology of literary creativity Vol. XXI, 1969 Num. Num. Num. Num. 1 Innovation in public administration 2 Approaches to rural problems* 3 Social science in the Third World* 4 Futurology* Vol. XXII, 1970 Num. Num. Num. Num. 1 Sociology of science* 2 Towards a policy for social research* 3 Trends in legal learning* 4 Controlling the h u m a n environment* Vol. XXIII, 1971 N u m . 1 Data in comparative research* N u m . 2 Leadership and economic growth* N u m . 3 Social aspects of African resource development* N u m . 4 Problems of surveying the social science and humanities* N u m . 1 Understanding aggression N u m . 2 Computers and documentation in the social sciences* N u m . 3 Regional variations in nation-building* N u m . 4 Dimensions of the racial situation* Vol. XVII, 1965 loi. XXIV, 1972 Num. Num. Num. Num. Num. Num. Num. Num. 1 2 3 4 M a x Weber today/Biological aspects of race* Population studies* Peace research* History and social science* 1 2 3 4 Development studies* Youth: a social force?* The protection of privacy* Ethics and institutionalization in social science* 156 Números aparecidos Vol. XXV, 1973 Vol. XXXIV, 1982 N ú m . 1/2 Autobiographical portraits* N u m . 3 The social assessment of technology* N u m . 4 Psychology and psychiatry at the crossroads Núm. Núm. Núm. Núm. Vol. XXVI, 1974 N u m . 1 Challenged paradigms in international relations* N u m . 2 Contributions to population policy* N u m . 3 Communicating and diffusing social science* N u m . 4 The sciences of life and of society* 91 92 93 94 Vol. XXXV Num. Núm. Núm. Núm. 95 96 97 98 Imágenes de la sociedad mundial El deporte El hombre en los ecosistemas Los componentes de la música 1983 El peso de la militarización Dimensiones políticas de la psicología La economía mundial: teoría y realidad La mujer y las esferas de poder Vol. XXVII, 1975 Vol. XXXVI, 1984 N u m . 1 Socio-economic indicators: theories and applications* N u m . 2 The uses of geography N u m . 3 Quantified analyses of social phenomena N u m . 4 Professionalism in flux N ú m . 99 La interacción por medio del lenguaje N ú m . 100 La democracia en el trabajo N ú m . 101 Las migraciones N ú m . 102 Epistemología de las ciencias sociales Vol. XXVIII, 1976 N u m . 1 Science in policy and policy for science* N u m . 2 The infernal cycle of armament* N u m . 3 Economics of information and information for economists* N u m . 4 Towards a new international economic and social order* Vol. XXIX, 1977 N u m . 1 Approaches to the study of international organizations N u m . 2 Social dimensions of religion N u m . 3 The health of nations N u m . 4 Facets of interdisciplinarity Vol. XXX, 1978 N u m . 1 La territorialidad: parámetro político N u m . 2 Percepciones de la interdependencia mundial N ú m . 3 Viviendas humanas: de la tradición al modernismo N ú m . 4 La violencia Vol. XXXI, 1979 N u m . 1 La pedagogía de las ciencias sociales: algunas experiencias N ú m . 2 Articulaciones entre zonas urbanas y rurales N ú m . 3 Modos de socialización del niño N ú m . 4 En busca de una organización racional Vol. XXXII, 1980 N ú m . 1 Anatomía del turismo N ú m . 2 Dilemas de la comunicación: ¿tecnología contra comunidades? N ú m . 3 El trabajo N ú m . 4 Acerca del Estado Vol. XXXVII, 1985 Núm. Núm. Num. Num. 103 International comparisons 104 Social sciences of education 105 Food systems 106 Youth Vol. XXXVIII, 1986 Num. Num. Num. Num. 107 Time and society 108 The study of public policy 109 Environmental awareness 110 Collective violence and security Vol. XXXIX, 1987 Num. Num. Num. Num. 111 Ethnic phenomena 112 Regional science 113 Economic analysis and interdisciplinary 114 Los procesos de transición Vol. XL, 1988 Num. Núm. Núm. Núm. 115 Las ciencias cognoscitivas 116 Tendencias de la antropología 117 Las relaciones locales-mundiales 118 Modernidad e identidad: un simposio Vol. XLI, 1989 N ú m . 119 El impacto mundial de la Revolución francesa N ú m . 120 Políticas de crecimiento económico N ú m . 121 Reconciliar la biosfera y la sociosfera N ú m . 122 El conocimiento y el Estado Vol. XLI I, 1990 Núm. Núm. Núm. Núm. 123 Actores de las políticas públicas 124 El campesinado 125 Historias de ciudades 126 Evoluciones de la familia Vol. XXXIII, 1981 Vol. XLI II, 1991 N ú m . 1 La información socioeconómica: sistemas, usos y necesidades N ú m . 2 En las fronteras de la sociología N ú m . 3 La tecnología y los valores culturales N ú m . 4 La historiografía moderna Núm. Núm. Núm. Núm. *Números agotados 127 Estudio de los conflictos internacionales 128 La hora de la democracia 129 Repensar la democracia 130 Cambios en el medio ambiente planetario ACABA DE PUBLICARSE Lista mundial de revistas especializadas en ciencias sociales Este repertorio ha sido directamente producido a partir del Banco de datos D A R E en la U N E S C O y contiene información detallada sobre más de 4 400 revistas publicadas en los países desarrollados, así c o m o en los países en desarrollo, incluyendo las revistas bibliográficas y de resúmenes analíticos. Para adquirir este repertorio se ruega escribir a Editorial de la UNESCO 7, place de Fontenoy 75700 Paris. Francia Fax: (1)42.73.30.07 CONTRIBUCIONES Estudios Intcrdiscipllnßrios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional Editor Kofind-A«tMMf8Urtuit| Asociación Ctvll Ctmro tnterdltetallaario da Eihrtio* •obra #1 Daaarrotlo LaunoerMrkaao Director; Malawi WltlcuMner C o U b o n d o m dtl Centn Judith BolMM. Carlota Jecihch, Cario* Mena, Ornar ronca, Hannann SdnwMtr, Laun VUarratl, Halrmit WltUbMrftr A d n a t U n c U « y DonimaaUclon Cario« Maila, Ornar ronca Judith Bojnan, Carlota Jickbch. Harmam SdmaMar. Laura VRiamitl, lltlmut ffltleMbUifar iSaertUria d« Rtdacclon Laura VIDanual H a n a Heinrich Funke La nueva Constitución de Colombia. Una breve introducción Mario Varfae Lloaa Kart Popper al dia Kurt Müller Derecho* humano* Maria Beatrii Nofal integración Argentina-Brasil y rtgionallsacion del mercado en el Cono Sur Jooé Enrique Páei Bl rol del Banco Central en una Economia Social de Mercado y cultura politica Ricardo Combeltaa La concepción dtl Eitado y Im dervchoi fmmanot Klaua W Igelt Principio* ¿tient y responsabilidad cristiana. ¿Quépn/wf cristiano en In transformación de Alemania? atume elpensamiento Comunicado de Prensa de la Reunión Conjunta del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial Comentarlo« da libroa Entrevit.a oí Sr. Prvtulrntv dv la tlvpiiolim de Cotia Rica, lÁc. Rafael A. Caldi-rtin Ftmmwr Manual Alcántara Sáez Siêtemas politico» de América Latina, por Iván Llama taro« Valduvioco Natalio Botana La libertad politica y su historia, por Alejandra Salina* 1 IcmnnHo Ochon N ú ñ o z Cvntmlitmo politico vertut dwvnlrolitwi'in en lat dvcishnct de la política embu-ntal CnrloLa Jackiach Politica ambiental y grupo* intermedio* tn la democracia pluralitta P e n o n a i y hochoa Discurso del Sr. Presidenta de la Reftúblwa Federativa Cluxa y Eslovaca, Vaclav Havel Frank Prime Loa medio* de comunicacúin y el medio ambienté Palabra» dei Embajador de la República Federal de Alemania, Dr. Herbert Limmer, con motiva del Dux de la Unidad Alemana BuKdons* en México Elotes Tréllez Solía Bl diálogo tobrt la problemática ambiental entre cientifico*, emproaria* y politicen en paítci miembro* del Convenio Andre"* Hello Publicación«! recibida* en la biblioteca dol C I E D L A Contenido dol ano 1001 do C O N T R I B U C I O N E S Not« Richard Jakob Poh'fioo monetaria y Economia Social de Mercado en Amirica Latina Publicación trim es Irai de la Honrad-AderunicrSUrUing A.C.-Centro Intcrdisciplinariu de Estudio» sobre el Desarrollo Latinoamericano C I E D L A A ñ o VIII - N» 4 (32) - O o tub re-d le lembro, 1091 Redacción Administration! C I E D L A , Leandro N . Atem 600 - 20° Plao 1001 Rueño« Airea, Republic* Arfen Una, THcíonoa: (00541) 313-3622/3631/3630/312-6918 T L X 24761 K A S B A A R F A X (00641)311-8002 Dercchnt adquirido* por K O N R A D A D E N A U E R • S T I F T U N O A . C . HcßUtro de la Propiedad Intelectual N ° 266.310 Hecho el depóalto que marca la ley 11.723 oo estudios sociales N° 70/trimestre 4 / 1991 PRESENTACIÓN Pag. ARTÍCULOS POSTMODERNISMO E IDEOLOGIA. Jorge Larraín Pág. 9 JOACHIM ISRAEL. SOBRE LA EPISTEMOLOGIA DE LAS CIENCIAS SOCIALES. Juan Rivano Pag. SPENGLER, NIETZSCHE E INCLUSO HEIDEGGER EN LA REFLEXION DE LA ESCUELA DE FRANKFURT. Rodrigo Larraín. EL N U E V O PARADIGMA SISTÉMICO: DESAFIOS METODOLÓGICOS. Darío Rodríguez 149 "TELEVISION, POBREZA Y DESARROLLO"(Valerio Fuenzalidal. Santiago Quer A . Pág. 151 Pág. 153 29 DOCUMENTOS Pág. Pág. 61 69 MEDICINA Y SOCIOLOGIA: U N A RELACIÓN ATRIBULADA Miguel K o n o w Pág. 77 UN ENFOQUE PROSPECTIVO EN LA FORMACION DE PROFESORES. Ricardo López, Moleta Vargas Pág. 85 HACIA UN PERFIL EMPÍRICO DE LA PERSONA CREATIVA EN ESTUDIANTES D E P E D A G O G I A . Domingo Bazán Pág. NUEVAS MODALIDADES DE APOYO A LA PEQUEÑA AGRICULTURA: EL CASO DE CHILE. Sergio Gómez RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS "EL CAMBIO DEL PODER"(Alvin Toffler). Rogelio Rodríguez Pág. Pág. FORMACION DE PROFESORES: EJES ARTICULADORES DEL CURRICULUM. Juan Ruz et al. DOCTRINA SOCIAL, VIVIENDA SOCIAL. Antonio Daher. Pág. 167 PERFIL PROFESIONAL Dr. Alberto Cristoffanini et al. 175 Pág. EVENTOS RAZÓN Y TEORIA SOCIAL: VIAJE ENTRE DOS M U N D O S . Jorge Larraín Pág. 185 CONTENIDOS Y AUTORES DE N U M E R O S ANTERIORES DE "ESTUDIOS SOCIALES" Pág. 197 109 131 corporación de promoción universitaria Los artículos publicados en esta revista expresan los puntos de vista de sus autores y no necesariamente representan la posición de la Corporación estudios sociales publicación periódica editada por CPU corporación de promoción universitaria avenida miguei claro 1 4 6 0 / santiago / cables: CPU-Chile Jaime Lavados presidente Eduardo Hill director ejecutivo comité editorial Raúl Allard Raúl Atria Antonio Bascuñán Enrique D'Etigny Patricio Dooner Iván Lavados Ernesto Moreno Fernando Moreno Andrés Sanfuentes Luciano Tomassini Manfred Wilhelmy consejo asesor internacional Ricardo Arias Alain Birou Edgardo Boeninger Fernando Cepeda Francisco Cumplido Felipe Herrera Helio Jaguaribe Manfred Mols Enrique Pérez O . Ernesto Schiefelbein Paul Sigmund director responsable Patricio Dooner representante legal Angel Torre Silva Inscripción N ° 50.133 ISSN 0 7 1 6 0 3 2 1 Talleres Gráficos CPU/Santiago diagramación Patricio R o m a n composición Juana Cadiz La Corporación de Promoción Universitaria agradece la colaboración prestada por la Fundación Konrad Adenauer para la publicación de esta revista CIS Centro de Investigaciones Sociológicas Reis Revista Española de Investigaciones Luis Rodríguez-Zúñiga «IN M E M O R I A M » Sociológicas José Enrique Rodríguez Ibañez Decisión racional versus holismo: ¿Una teoría estratégica integral de la acción colectiva? Mi MÊ 54 ^^^^r Abril-Junio 1 9 9 1 Director Joaquín Arango Secretaria Mercedes Contreras Porta Rafael Gobernado Arribas La quiebra de las unanimidades teóricas: Las relaciones de roles Andoni Kaiero Uria Implantación y perfil de los sindicatos en Euskadi Consejo de Redacción Manuel CasteJIs, Ramón Cotarelo, Juan Diez Nicolás, Jesús M . de Miguel, Angeles Valero, Ludorfo Paramio, Alfonso Pérez-Agote, José F. Tázanos Julio Cabrera Várela La reproducción del sistema ideológico nacionalista Redacción y suscripciones Centro de Investigaciones Sociológicas Montalbán, a 28014 Madrid (España) Tels. 580 70 00 / 580 76 07 Distribución Siglo XXI de Espana Editores, S. A Plaza, 5. 28043 Madrid Apda postal 48023 Tels. 759 48 09 / 759 45 57 Precios de suscripción Anual (4 números): 4.000 otas. (45 $ USA) Número suelto del último ano: 1.200 ptas. (12 $ USA) J. Rodríguez Osuna, M . ' Luisa Ferreras y Adoración Núñez Inferencia estadística, niveles de precisión y diserto muestra] María Luisa Sanchez-Mejia Benjamin Constant: La defensa de la libertad de expresión Benjamin Constant Principios de politica Observaciones sobre el discurso de S. E. el Ministro del Interior Sobre el restablecimiento de la censura para los periódicos Luis RodríguezZúñiga El problema de los orfgenes Crítica d e libros Datos d e opinión r < y > o Z 60 D a <; b < >.(J •3 5 w : e° a 0 "C U •> z c w w u l/^ 00 (N 03 3, O (/D W HJ < u 0 c/3 c/3 < z w u w Q <; z o u < z w <H H z< c/5 > cd ai oá tu a VI < 15 Ui Z O < r-- m 0 cu 00 0 D l/D rvase subscr z o ö cu U P en W O <: & x ar la subsc TRE UNES dlorca, CEL< Cu 1 d •0 c c/î '3 (X c-i ON CS c/1 o ci DH O CM o «^ rTl DD a, o DD eu -a E C > ce! s ¿75 D K DD a, S 'eu o o cd E O Z c -o es PM .3 eu .G 03 0H -o d Ü C C cud C eu t-i uj 3 C ¡r CU ^ eu 5 u te DD C 3^ < La Revista internacional de ciencias sociales se publica en marzo, junio, septiembre y diciembre. Precio Países Países Precio y condiciones de subscripción en 1992 industrializados: 5.000 ptas. o 45 $. en desarrollo: 3.000 ptas. o 27 $. del número: 1.500 ptas. o 15 $. Se ruega dirigir los pedidos de subscripción, compra de un número, así c o m o los pagos y reclamaciones al Centre U N E S C O de Catalunya: Mallorca, 285. 08037 Barcelona T o d a la correspondencia relativa al contenido debe dirigirse al Redactor jefe de la Revue internationale des sciences sociales U N E S C O , 7 place de Fontenoy, 75700 Paris. Los autores son responsables de la elección y presentación de los hechos que figuran en esta revista, del mismo m o d o las opiniones que expresan no son necesariamente las de la U N E S C O y n o comprometen a la Organización. Edición inglesa: International Social Science Journal (ISSN 0020-8701) Basil Blackwell Ltd. 108 Cowley Road, Oxford O X 4 1JF ( R . U . ) Edición francesa: Revue internationale des sciences sociales (ISSN 0304-3037) Editions Eres 1 9, rue Gustave-Courbet 3 1 4 0 0 Toulouse (Francia) Edición china: Guoji shehui kexue zazhi Gulouxidajie Jia 158, Beijing (China) Edición árabe: Al-Majalla Addawlya Hl Ulum al Ijtímaiva U N E S C O Publications Centre 1, Talaat Harb Street, El Cairo (Egipto) Fotocomposición: Fotoletra, S.A. Aragó, 208-210 0801 1 Barcelona Impresión: Impremía Orriols Ctra. de Manresa, 23 0 8 6 6 0 Balsareny Depósito legal: B . 37.323-1987 Printed in Catalonia ISSN 0379-0762 © U N E S C O 1992