Los mayores ante el nuevo matrimonio. El caso de España

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ORIGINALES
Los mayores ante el nuevo matrimonio. El caso de España*
P. Sánchez Veraa y M.A. Bote-Díazb
aCatedrático de Sociología. Universidad de Murcia. Murcia. España.
bBecado Fundación Ramón Areces. Departamento de Sociología y Política
Social. Universidad de Murcia. Murcia. España.
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
Introducción: la investigación presenta un asunto de creciente importancia, como es el de las nuevas relaciones de amor, noviazgo
y matrimonio de las personas mayores. Los procesos de cambio social han favorecido una emergente intensidad de las relaciones entre personas mayores de diferente sexo, así como un cambio en la
percepción social de dichas relaciones por parte de la sociedad.
Métodos: para llevar a cabo esta labor analizaremos la evolución
de los matrimonios de personas mayores en España en el período
1950-2001.
La investigación es una aproximación tentativa al fenómeno de la nupcialidad de mayores en España, donde
nos encontramos con que estamos acercándonos al conocimiento de un «mercado matrimonial» con unas características especiales y sobre el que escasean las investigaciones1-4.
Palabras clave
Matrimonio. Noviazgo. Relaciones afectivas. Soledad. Viudedad.
Nupcialidad.
New attitudes to marriage among the elderly.
The case of Spain
ABSTRACT
Introduction: we present a subject of increasing importance - new
relationships of love, dating and marriage among the elderly. The
process of social change has encouraged a new intensity in relationships between the sexes among the elderly, as well as a change in society’s perception of these relationships.
Methods: to analyse this phenomenon, we evaluated changing patterns in marriages among older people in Spain between 1950
and 2001.
Key words
Marriage. Dating. Emotional relationships. Solitude. Widowhood.
Wedding.
*La investigación es parte del Proyecto I+D+I del Ministerio de Trabajo y
Asuntos Sociales (E-150/03) con el título: «Mercado matrimonial,
nupcialidad y noviazgo de los mayores en España».
Correspondencia: Prof. P. Sánchez-Vera.
Catedrático de Sociología. Departamento de Sociología y Política Social.
Facultad de Economía y Empresa. Universidad de Murcia.
Campus de Espinardo. 30100 Murcia. España.
Correo electrónico: psvera@um.es
Recibido el 9-02-04; aceptado el 19-09-04.
158
Si bien se trata de una parte del mercado matrimonial
relativamente residual (en torno al 1% del total de matrimonios), es un fenómeno cuantitativamente creciente,
donde la «vejez activa» y las facilidades de encuentro entre mayores de diferente sexo se han ido ampliando progresivamente5. Por otra parte, la mayor permisividad social que conllevan los procesos de modernización de las
sociedades, así como las nuevas concepciones sobre la
vejez, la familia y la irrupción de los separados y divorciados de estas edades son, entre otros, algunos de los factores que favorecen el hecho de que los mayores reemprendan una nueva relación afectiva.
Por otro lado, es un fenómeno conocido la presencia de
una parte emergida de parejas de mayores que por diversas razones no han llegado a casarse. La presión social
(el «qué dirán»), el miedo a enfrentarse a los hijos o hasta
fechas recientes el tener que renunciar uno de los contrayentes a la pensión en el caso de ser ambos pensionistas,
inhibían a muchos mayores de formalizar su relación. Con
la ley de diciembre de 2001 esto ya no ocurre, pero aún no
se sabe si esta Ley ha tenido efectos en la normalización
de algunas uniones. Como señalan distintos autores6, las
personas casadas viven más, tienen más satisfacción vital o de ánimo, mejor salud mental y física, mayores recursos económicos, más apoyo social y tasas más bajas
de ingreso en instituciones. Aunque se trate de una relación causa-efecto compleja, el hecho de unas relaciones
estables y gratificantes favorece la longevidad y el sentimiento de estar sano7. Por tanto, un asunto de extraordinario interés para la gerontología es conocer los efectos
que un nuevo matrimonio tiene sobre la calidad y la esperanza de vida de los mayores, así como los efectos de éste en la familia (potenciales cuidadores) y el Estado (como
prestador de servicios).
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54
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Sánchez Vera P, et al. LOS MAYORES ANTE EL NUEVO MATRIMONIO. EL CASO DE ESPAÑA
Lo cierto es que las construcciones sociales tradicionales tienden a inhibir, cuando no a negar, la sexualidad del
mayor. La sociedad tradicional mantiene una visión negativa de la vejez y ejerce una cierta sanción social con respecto al matrimonio «de» las personas mayores o «entre»
las personas mayores, como si entre éstas no cupiera la
posibilidad del enamoramiento. Un exponente de esta visión es el refranero, que se manifiesta particularmente duro con el mayor que reinicia el amor y ridiculiza su conducta: Vejez con amor, no hay cosa peor. Viejo que se
enamora, cerca tiene su última hora. Viejo que bodas hace, requiescat in pace. En opinión de Amando de Miguel:
«Ese rencor se extendía a las personas de cierta edad que
decían casarse y de esa forma minaban su salud: Al viejo
recién casado, rezarle por finado. Lo que parece compasión realmente es rencor de la peor especie, el que se incuba dentro del círculo íntimo»8.
La investigación tiene 2 objetivos generales bien diferenciados: el primer objetivo es conocer el alcance y la
evolución del fenómeno de la nupcialidad de mayores en
España durante el período 1950-2001. Para ello, analizaremos cómo ha evolucionado la nupcialidad de los mayores respecto al total de la nupcialidad general, para medir
de esta forma el alcance y la relevancia del fenómeno. Se
observa que, como causa del envejecimiento demográfico y de la evolución de los estados civiles, se produce un
aumento del universo de población de personas mayores
que potencialmente son susceptibles de formar parte de
este mercado matrimonial teórico.
El segundo objetivo es identificar las principales características de los contrayentes de estos matrimonios en
los que al menos una de las partes tiene 60 o más. Así,
estos matrimonios pueden ser: «entre mayores» o «de
mayores» (donde sólo uno es ≥ 60 años). Se analiza la
evolución de estos 2 tipos de matrimonios y se presta
atención a distintas variables sociodemográficas, como
el estado civil anterior, la edad del cónyuge y la situación
ocupacional.
METODOLOGÍA
En un primer momento hemos diferenciado los matrimonios «entre mayores» (en los que ambos contrayentes
tienen ≥ 65 años) y los «matrimonios de mayores» (cuando sólo uno de los contrayentes tiene ≥ 65 años). Para conocer las características de los matrimonios de y entre
mayores, así como sus perfiles tipo, hemos explotado las
variables presentes en la Estadística de Matrimonios del
Movimiento Natural de la Población: estado civil anterior,
edad del cónyuge y ocupación, diferenciándolas para cada uno de los sexos.
En una primera parte se trata de conocer la potencialidad bruta de éste, es decir, cuantos mayores pueden objetiva y legalmente casarse (es decir, los que no se encuentren «ya» casados). Siguiendo a distintos autores,
55
hemos utilizado el concepto de «mercado matrimonial» y
lo hemos aplicado a los mayores9.
En este apartado hacemos referencia al alcance cuantitativo del mercado matrimonial de mayores desde una perspectiva cronológica reciente, para lo que analizamos la evolución del período 1950-2001 basándonos en los censos de
población de los años tomados en consideración (1950,
1970, 1981, 1991 y 2001) según los siguientes aspectos:
— Evolución del número total de mayores.
— Evolución de cada uno de los estados civiles de esta población.
— Evolución cuantitativa de los mayores susceptibles
de formar parte del mercado matrimonial y potencialmente disponibles para el matrimonio en función de su estado
civil (solteros, viudos, separados y divorciados).
— Evolución de la sex ratio del grupo de mayores con el
objetivo de verificar la incidencia cuantitativa y cualitativa
de ésta en el mercado matrimonial de mayores.
En un segundo momento, la investigación se centra en
conocer más sobre los mayores que participan de la
unión matrimonial. Una vez analizado el número de matrimonios acaecidos, se muestran separadamente para cada sexo los datos más reveladores acerca de las características de sus cónyuges. A tal efecto, se explota la
Estadística de Nupcialidad del Movimiento Natural de Población, en la que se registran algunas de las más relevantes características sociodemográficas*.
RESULTADOS
Para conocer la nupcialidad de los mayores en España
resulta básico conocer con qué marco de referencia contamos, es decir, cuál es el volumen teórico de las personas mayores que, por su estado civil, puede objetivamente casarse. Aunque no hay de manera manifiesta un límite
normativo para establecer hasta qué edad puede una persona casarse, de modo empírico se ha demostrado que
es extraño que se produzcan nupcias en la población > 50
años10. Pero a pesar de todo, las nupcias entre mayores
se producen; de ahí que sea necesario conocer este fenómeno, no por residual, carente de interés, y más aún teniendo en cuenta la nueva configuración en el ciclo de la
vida familiar del individuo11.
Al analizar la composición interna del grupo de mayores
desde el punto de vista del estado civil (tabla 1; fig. 1), ob-
* En la Estadística de Matrimonios del Movimiento Natural de la Población
del INE, se observan algunas limitaciones notables que contribuirían a un
mejor conocimiento de las características de los contrayentes. Entre esas
variables no contempladas en la citada fuente están, entre otras, el nivel
de instrucción y el tamaño del hábitat.
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Sánchez Vera P, et al. LOS MAYORES ANTE EL NUEVO MATRIMONIO. EL CASO DE ESPAÑA
TABLA 1. Evolución del estado civil según el sexo en la población ≥ 65 años. España 1950-2001
Año
Solteros
1950
1970
1981
1991
2001
6,0
7,3
7,3
7,2
7,0
Varones
Viudos
Casados Separados y
divorciados
Solteras
Mujeres
Viudas
Casadas Separadas y
divorciadas
Solteros
Total
Viudos Casados Separados y
divorciados
28,9
21,6
17,9
15,1
12,9
11,4
13,8
14,1
12,6
8,9
59,8
52,3
49,4
46,0
44,3
9,1
11,1
11,3
10,3
8,1
47,1
39,4
36,5
33,3
31
65,0
71,1
73,9
77,4
78,4
0,0
0,0
0,9
0,3
1,7
28,7
33,9
35,8
41,1
45,6
0,0
0,0
0,7
0,3
0,8
43,6
48,9
51,4
56,1
59,6
0,2
0,6
0,8
0,3
1,3
Fuente: INE. Censo de Población y Viviendas, varios años. Elaboración propia.
8.000
Casados
Potencialmente disponibles
7.000
6.000
5.000
4 millones
4.000
2,7 millones
3.000
2.000
1.000
0
0,8 millones
1,1 millones
1950
2001
Figura 1. Evolución de los mayores casados y de los potencialmente
disponibles para el matrimonio (solteros, viudos y divorciados).
Valores absolutos. España, 1950 y 1999.
servamos que la situación predominante es la de casados, situación en la que se encuentran 6 de cada 10 mayores (59,6% en 2001). El segundo grupo más numeroso
es el de viudos, que representa un 33,3% del total de mayores. La tasa de soltería es baja a estas edades y alcanza el 10,3% de mayores en este estado. Un grupo de escasa incidencia es el de los separados y divorciados.
Aunque ha ganado algo de peso en los últimos años, en
2001 tan sólo ostenta este estado el 0,3%.
No obstante, cabe distinguir una diferencia significativa
entre varones y mujeres a la hora de desglosar el análisis
del estado civil por sexos. Si bien en ambos sexos la situación del mayor como casado es la predominante en
2001, en el caso del varón encontramos que el volumen
de casados es notablemente mayor que en el caso de las
mujeres. Entre los primeros casi 4 de cada 5 se encuentran casados, mientas que para las mujeres el porcentaje
se reduce a un 45,6%. El volumen de mujeres casadas
supera por primera vez en el período analizado al de viudas, con lo que se rompe con la hegemonía de las viudas
durante prácticamente la totalidad de la segunda mitad
160
del siglo pasado. La explicación de estos cambios en los
estados civiles de la población mayor en España cabe
buscarlos, sobre todo, en la evolución de la propia esperanza de vida y en la propia evolución de la nupcialidad,
que en las cohortes superiores fue más elevada que la de
las generaciones precedentes. Así, en 1950 la esperanza
de vida era de 65 años para las mujeres y de 60 para los
varones, lo que explica el mayor número de viudas que de
viudos en estas edades. En la actualidad, la esperanza de
vida de los varones se encuentra en torno a los 70 años,
de ahí que cada vez más mujeres lleguen a los 65 años
como casadas12.
Por otro lado, mientras las viudas suponen un 41,1%
de la población total femenina ≥ 65 años, en el caso de los
varones este porcentaje se reduce a tan sólo un 12,9% de
la población mayor masculina. En el caso de los solteros
y los divorciados y separados, las diferencias apenas son
destacables.
El hecho de que entre los > 65 años el porcentaje de varones casados prácticamente duplique al de mujeres
casadas (el 77,4 frente al 45,6% en 2001), tal como se observa en la tabla 1, explica la concentración de frecuencias que se produce en este estado civil entre los varones,
mientras que entre las mujeres hay un mayor grado de
dispersión entre el resto de estados civiles, lo cual explicará la más elevada «disponibilidad» potencial de las mujeres mayores para poder participar en este mercado matrimonial y la mayor posibilidad de elección de los
varones. Por tanto, encontramos un mercado deficitario
de un sexo (varones) en disposición de casarse por motivos de su estado civil y este extremo es lo más destacable.
Siguiendo las argumentaciones anteriores nos encontramos con que, tal como se observa en la tabla 1, el déficit de varones disponibles no ha parado de crecer si tomamos en consideración la creciente brecha numérica de
sexo a favor de las mujeres.
Al analizar la evolución seguida por los > 65 años «disponibles» para el matrimonio desde una perspectiva objetiva, esto es, que no hay impedimento para éste en fun-
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TABLA 2. Evolución de los > 65 años casados y de los susceptibles de formar parte del mercado matrimonial (viudos, solteros
y divorciados). España 1950-1999
Año
1950
1970
1981
1991
2001
Potencialmente disponibles
(viudos, solteros y divorciados)
Número
Porcentaje
1.137.761
1.678.427
2.055.959
2.348.139
2.753.668
56,4
51,1
48,6
43,9
40,4
Casados
Total población > 65 años
Número
Porcentaje
Número
Porcentaje
879.728
1.612.049
2.175.772
2.999.546
4.057.543
43,6
48,90
51,4
56,1
59,6
2.017.489
3.290.476
4.231.731
5.347.685
6.811.211
100
100
100
100
100
Fuente: INE. Censo de Población y Viviendas, varios años. Elaboración propia.
ción de su estado civil, y centrándonos en el número (tabla 2), encontramos los siguientes aspectos:
4
3,5
— Como consecuencia del envejecimiento de la población española, ha aumentado tanto el número de los «no
casados» (viudos, solteros y divorciados) como el de los
«casados». Así, los casados pasan de ser menos de 1 millón a ser más de 4 millones, y los no casados pasan de
ser algo más de 1,1 millones en 1950 a ser más del doble
(2,7 millones) en 2001.
3,4
3,2
Sex-ratio disponibles
— El número total de > 65 años se ha incrementado
muy notablemente, pues si en 1950 eran algo más de 2
millones de sujetos, en 2001 la cifra se triplica y supera
los 6,8 millones.
3,7
3
2,9
2
1
0
1950
1970
1981
1991
2001
— El número (valor absoluto) de mayores susceptibles
de formar parte del mercado matrimonial (no casados) en
tanto que potencialmente disponibles para contraer nuevas nupcias se ha visto incrementado de forma notable en
el período analizado (pasando de 1,1 a 2,7 millones), si
bien es cierto que, como veremos más adelante, los desequilibrios de sexo dificultan las posibilidades de contraer
matrimonio en un buen número de éstos, sobre todo de
mujeres (tabla 2).
Figura 2. Evolución de la sex-ratio de los > 65 años potencialmente
disponibles para el matrimonio. España 1950-2001.
— El peso relativo (porcentaje) de los mayores susceptibles de formar parte del mercado matrimonial (no casados) ha perdido relevancia (del 56,4 al 40,4%) como consecuencia del protagonismo que han ido alcanzado los
casados y a pesar de la entrada en dicho mercado de los
divorciados. Sin embargo, a pesar de esa pérdida de peso relativo, y tal como podemos apreciar en la figura 1, el
número de sujetos > 65 años susceptibles de formar parte del mercado matrimonial se ha incrementado en torno
a 1,5 millones de personas. Por tanto, la población mayor
susceptible de formar parte del mercado matrimonial de
mayores pasa de 1,1 millones en 1950 a 2,7 millones en
2001 (tabla 2; fig. 2).
En términos porcentuales observamos que mientras en
1950 las mujeres potencialmente disponibles para el matrimonio representaban el 74,6%, frente al 25,4% de los
varones (con una diferencia entre ambos del 49,2%), en
2001 eran ya el 77,3% (con una diferencia con respecto a
los varones del 54,6%). De esta manera, las mujeres susceptibles de formar parte del mercado matrimonial en el
escenario de 2001 han aumentado aún más su brecha
con respecto al escenario de 1950 en un 5,4%. Aunque la
brecha máxima se alcanzó en 1991, en 2001 se produjo
un importante recorte en la distancia entre varones y mujeres disponibles y se rompió la tendencia de crecimiento
superior entre las mujeres no casadas, por encima del
crecimiento de los varones en esta misma situación. Esto
se debe fundamentalmente a que, por primera vez, el número de mujeres > 65 años casadas supera al de las viudas (tabla 3).
— Con respecto a la incidencia de las diferencias en
cuanto a efectivos según el sexo, éstas son siempre favorables a las mujeres. Una mirada cronológica nos permite
57
apreciar el progresivo incremento de la distancia que separa a mujeres y varones mayores en favor de las primeras.
Tal como se aprecia en la tabla 3, mientras que en 1950 la
diferencia entre sexos era de algo más de medio millón de
mujeres, en 2001 la diferencia es ya de 1,5 millones.
Rev Esp Geriatr Gerontol. 2005;40(3):158-65
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Sánchez Vera P, et al. LOS MAYORES ANTE EL NUEVO MATRIMONIO. EL CASO DE ESPAÑA
TABLA 3. Evolución de los ≥ 65 y años susceptibles de contraer matrimonio según el sexo. España 1950-1999
Años
Total (A + B)
%
Mujeres (A)
1950
1970
1981
1991
2001
1.137.761
1.678.427
2.055.959
2.348.139
2.753.668
100
100
100
100
100
849.214
1.286.939
1.605.212
1.853.129
2.129.541
%
74,6
76,7
78,1
78,9
77,3
Varones (B)
%
Diferencia (A–B)
288.527
391.488
450.747
495.010
624.127
25,4
23,3
21,9
21,1
22,7
560.687
895.451
1.154.465
1.358.119
1.505.414
Diferencia %
49,2
53,4
56,2
57,8
54,6
Fuente: INE. Censo de Población y Viviendas, varios años. Elaboración propia.
TABLA 4. Evolución de la tasa bruta de los matrimonios de > 60 años sobre total de matrimonios. España 1950-2001
Año
> 65 años (%)
1950
1960
1970
1981
1991
2001
7,2
8,2
9,7
11,3
13,8
16,7
Tasa bruta de nupcialidad
Matrimonios de mayores sobre total de matrimonios (%)
7,50
7,79
8,12
5,32
5,55
5,12
0,86
0,84
0,84
1,06
1,10
1,16
Fuente: INE. Movimiento Natural de Población y Censos de Población y Vivienda. Varios años. Los datos de envejecimiento
de 1950 a 1981 corresponden a Del Campo S. Nuevo análisis de la población española. Barcelona: Ariel; 1987.
Así, y tal como podemos apreciar en la figura 2, la sex
ratio de mujeres mayores potencialmente disponibles para un nuevo matrimonio (solteras, viudas y divorciadas)
respecto a la de varones de esa misma condición ha aumentado hasta hace poco más de una década, para descender en 2001. Así, en 1950, por cada varón mayor potencialmente disponible hay casi 3 mujeres2,9 en esta
situación. En 1991 esta cifra aumenta y se aproxima a 4
mujeres (3,7) por cada varón. En la actualidad, por cada
varón potencialmente disponible, hay 3,4 mujeres.
— Como reflejan los datos (tabla 4), se puede observar
que el proceso de envejecimiento ha provocado un aumento del peso específico de la nupcialidad de mayores
sobre la nupcialidad total; de este modo, mientras la nupcialidad general ha descendido en las últimas 5 décadas,
como también parece haberlo hecho la nupcialidad de
mayores, el peso de la población mayor sobre el total de
la población ha provocado que las nupcias de mayores
sean mucho más importantes, si bien los avances no son
muy significativos, pues en 2001 tan sólo 1 de cada 100
matrimonios era > 60 años. En definitiva, el fenómeno de
la nupcialidad de personas mayores (donde uno o ambos
contrayentes es > 65 años) es un fenómeno relativamente
residual en el contexto de la nupcialidad española, donde
los mayores que contraen nupcias (bien sea la primera o
posterior), en su valor más elevado (año 2001) alcanza el
1,16% del total de matrimonios habidos en ese año en
España.
162
Como se puede apreciar en la tabla 4, mientras la tasa
bruta de nupcialidad experimenta un descenso de 2,5
puntos durante el período (pasando de 7,5 matrimonios
por cada mil habitantes en 1950 a sólo 5,12 en 2001), el
porcentaje de matrimonios de mayores sobre el total de
matrimonios mantiene un crecimiento continuo, y pasa de
representar el 0,86% en 1950 a ser del 1,16% en 2001. El
descenso de la tasa bruta de nupcialidad, el envejecimiento de la población, la mayor longevidad y muy probablemente la influencia del proceso de modernización
sobre los valores y las actitudes de los mayores ante el
matrimonio son, entre otras, algunas de las causas que
explican el crecimiento de las nupcias de mayores.
PERFILES TIPO
Vemos aquí las características básicas de los mayores
que contraen matrimonio. Con respecto a la edad de los
contrayentes, tomamos como requisito imprescindible y
punto de partida el que al menos uno de los cónyuges
fuera necesariamente > 60 años. El Movimiento Natural
de Población (MNP) en general y la Estadística de Nupcialidad en particular (como parte del MNP), recogen los
datos en cohortes quinquenales. En el caso de la Estadística de Matrimonios, la última cohorte contemplada es la
≥ 60 años, por lo que usamos esta cifra y no la de 65
años. Respecto a la del cónyuge, la hemos dividido en 3
grandes grupos: > 49, 50-59 y ≥ 60 años.
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TABLA 5. Estado civil y actividad profesional anterior del contrayente varón (> 60 años) y edad de la pareja (mujer).
España. 1975-2000
Año
1975
1981
1985
1991
1995
2000
Estado civil anterior del varón
Soltero
Viudo
Divorciado
37
40
27
20
19
21
63
59
48
58
48
40
–
1
25
22
33
39
Edad de la pareja (mujer)
> 49
50-59
≥ 60
23
21
22
29
35
34
36
33
32
29
30
36
41
46
46
43
35
30
Relación con la actividad (varón)
Jubilado
Activo
33
53
48
54
44
32
67
47
52
46
56
68
Fuente: INE. Movimiento Natural de Población, varios años. Elaboración propia.
Los valores expresan el porcentaje.
Son 3 las variables sociodemográficas que analizaremos en este apartado:
— Estado civil anterior de cada contrayente.
de un varón ≥ 60 años, viudo y que está jubilado, que
vuelve a contraer matrimonio en segundas nupcias con
una mujer > 49 años. Debido a que la mayoría de las mujeres son menores que los varones en este tipo de matrimonios, la mujer mayor queda excluida de este perfil tipo.
— Edad de cada uno de los contrayentes.
— Situación ocupacional.
DISCUSIÓN
Según los números de la tabla 5, el perfil tipo del varón
mayor que contrae matrimonio en España en la actualidad es el de un viudo o divorciado, que continúa en activo y que se casa en segundas nupcias (tanto jubilado como divorciado) con una mujer > 59 años. Por tanto, cabe
destacar la fuerza con que han irrumpido los separados y
divorciados en el mercado matrimonial, de forma que en
el año 2000, de cada 5 varones mayores que se casan, 2
son viudos y 2 separados. Los varones cada vez tienden
a escoger a sus esposas entre las más jóvenes, hasta el
punto de que, en la actualidad, 1 de cada 3 varones que
se casa a los 60 años lo hace con una mujer con una edad
por debajo de la cincuentena.
En cuanto al perfil tipo de la mujer mayor que contrae
matrimonio en España (tabla 6), coincide con el de una
soltera, ama de casa y que se casa en primeras nupcias
con un varón > 60 años.
Así, y a modo de resumen, podemos configurar el perfil
tipo de matrimonio de mayores en España diferenciando
los matrimonios «entre mayores» (ambos ≥ 60 años) y los
matrimonios «de mayores» (donde sólo uno de ellos es
mayor).
Con respecto a los matrimonios «entre mayores», el
perfil tipo es el de un varón cuyo estado civil anterior es el
de viudo, jubilado, y que vuelve a contraer matrimonio
con una mujer soltera y laboralmente activa.
Con respecto al matrimonio «de mayores» (uno de los
contrayentes es mayor y el otro no), se trata igualmente
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Los mayores constituyen todavía en España un mercado matrimonial relativamente residual (en torno a 1% del
total de matrimonios); sin embargo, todo hace pensar que
las estadísticas no reflejan un buen número de parejas estables «de» o «entre» mayores que cohabitan maritalmente. En los próximos años, y como consecuencia de la entrada en vigor en diciembre de 2001 de la Ley por la cual
no se obliga, en caso de matrimonio, a la renuncia a la
pensión de uno de los cónyuges, es previsible que algunas de estas parejas de hecho emerjan en la medida que
regularicen su situación a través del matrimonio.
El mercado de mayores potencialmente disponibles o
susceptibles de incorporarse al mercado matrimonial no
ha dejado de crecer durante el período analizado. Los
efectos de la mejora en la esperanza de vida y, sobre todo, la desigual incidencia de ésta según el sexo, dejan
sentir sus efectos, tanto en los crecientes desequilibrios
de sexo como en el estado civil según aumenta la edad.
Igualmente, la mayor incidencia del estado de «casados»
entre los varones (4 de cada 5 varones ≥ 65 años permanecían casados), desde una perspectiva general, también
va a dejar de aportar efectivos de disponibilidad objetiva
al mercado matrimonial de mayores. La viudedad afectaba a las mujeres en un 44,3%, mientras que para los varones se situaba en un modesto 12,9%, es decir, 3 casos
de viudedad femenina por cada 1 de masculina. Este dato aporta uno de los factores más relevantes que van a
condicionar el mercado matrimonial de mayores. En lo
que a la soltería respecta, ésta sólo afecta al 8,1% de los
> 65 años, si bien el porcentaje (8,9%) de solteras mayores es más elevado que el de varones (7%). La incidencia
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Sánchez Vera P, et al. LOS MAYORES ANTE EL NUEVO MATRIMONIO. EL CASO DE ESPAÑA
TABLA 6. Estado civil y actividad profesional anterior de la contrayente mujer (> 60 años) y edad de la pareja (varón). España.
1975-2000
Año
1975
1981
1985
1991
1995
2000
Estado civil anterior de la mujer
Soltera
Viuda
Divorciada
85
62
57
45
45
44
22
37
31
34
35
29
–
1
12
21
20
27
Edad de la pareja (varón)
< 49
50-59
≥ 60
8
23
12
6
4
4
12
35
10
12
11
11
80
42
78
83
85
85
Relación con la actividad (mujer)
Jubilada
Activa
Ama de casa
10
11
17
29
27
23
5
15
19
27
33
10
85
79
64
54
40
67
Fuente: INE. Movimiento Natural de Población, varios años. Elaboración propia.
Los valores expresan el porcentaje.
de las separaciones y los divorcios en los mayores españoles es poco relevante (un 1,3%) y afecta a 1 de cada
110 personas de esta edad. Sin embargo, cabe presumir
una cierta oscuridad en las verdaderas cifras, que oculte
un número más abundante de casos en los que hay una
separación de hecho en la pareja sin llegar a la tramitación formal. Todo esto condicionará las probabilidades de
contraer matrimonio de un buen número de mayores, sobre todo de mujeres. Los varones disponen de un mayor
abanico de ofertas. La mayor incapacidad del varón para
la vida doméstica se puede indicar como uno de los factores que condiciona la mayor insistencia del varón a la
hora de buscar una segunda pareja.
Como hemos señalado en trabajos anteriores, los efectos de la mejora en la esperanza media de vida al nacer
(62,05 años en 1950 y 79,1 en 2001) y, sobre todo, la desigual incidencia de ésta según el sexo (59,8 años en los
varones y 64,3 años en las mujeres, respectivamente, en
1950, frente a 75,3 y 82,2 años en 2001) contribuirán a la
formación de los crecientes desequilibrios de sexo y estado civil según aumenta la edad13.
En el mercado matrimonial de mayores se están produciendo algunas transformaciones estructurales en las últimas 2 décadas que están marcadas básicamente por una
mayor diversificación y una menor homogamia de edades
y estados civiles y mayor de estatus (tablas 5 y 6). Así, entre los matrimonios de mayores hay una mayor diversidad
de estados civiles anteriores, de actividades laborales y
de grupos de edades que contraen matrimonio con una
persona mayor. Esa diversidad es reflejo igualmente de
los cambios experimentados en uno y otro sexo, sobre todo en la actividad laboral de la mujer. Por tanto, nos acercamos a otros modelos occidentales de conformación del
matrimonio14.
El mercado matrimonial de mayores se encuentra marcado en los últimos años por un cierto rejuvenecimiento.
El ingreso en este mercado matrimonial de los divorciados de edades adultas de uno y otro sexo está rejuvene-
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ciendo en su conjunto al mercado matrimonial de mayores, a la nupcialidad de éstos y, separadamente, a cada
uno de los sexos, aunque el rejuvenecimiento afecte y se
deje sentir más entre las mujeres. Es un fenómeno de
gran interés sociológico el conocer los factores que han
propiciado esta revalorización del varón maduro en el
mercado matrimonial. De manera tentativa se puede
apuntar a la razón demográfica como la principal, pues
tratándose de un mercado matrimonial donde hay una
cierta proclividad de una de las partes, el varón (viudo y
divorciado sobre todo), que es justamente la más deficitaria para volver a contraer matrimonio, se encuentra ante
un mercado excedentario y diversificado de mujeres que
le permite optar con mayor facilidad entre distintas cohortes, tendiendo a escoger cada vez más entre las que
aportan más juventud (tabla 5). A esto hay que sumar la
«preferencia de las divorciadas por varones mayores que
su primer marido»15.
Con la irrupción de inmigrantes extranjeras (latinoamericanas principalmente), sobre todo en las grandes ciudades, la nacionalidad es una variable que se debe tomar en
consideración, ya que algunos mayores (viudos, separados y solteros) conviven o contraen matrimonio con mujeres extranjeras, generalmente más jóvenes que ellos. Por
desgracia, las estadísticas actuales son poco reveladoras
en este sentido.
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