Samudaripen, el Genocidio Gitano: ¿Volveremos a

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Samudaripen, el Genocidio Gitano: ¿Volveremos a Repetir la
Historia?
Tatiana Santos1, Fernando Macías2, Jerusalén Amador2, David
Cortés2
1) Universitat de Girona, Spain
2) Universitat de Barcelona, Spain
Date of publication: April 1st, 2016
Edition period: April 2016- October 2016
To cite this article: Santos, T., Macías, F., Amador, J., Cortés, D. (2016).
Samudaripen, el Genocidio Gitano: ¿Volveremos a Repetir la Historia?.
Scientific Journal on Intercultural Studies, 2(1), 2- 29. doi:
10.17583/recei.2016.1897
To link this article: http://dx.doi.org/10.17583/recei.2016.1897
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RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies Vol. 2 No. 1 April
2016 pp. 2- 29
Samudaripen, the Roma
Genocide: Will We Repeat the
History?
Tatiana Santos
Universitat de Girona
Fernando Macías
Universitat de Barcelona
Jerusalén Amador
Universitat de Girona
David Cortés
Universitat de Barcelona
Abstract
In order to visualize the victims of the Romani Holocaust, this article presents,
through the review of the scientific literature, the historical facts that show the
Samudaripen: the mass killing of the Roma people by Nazi regime. To do this, this
paper reflects on the anti-Gypsyism at present and analyzes the persecutions
suffered by the Roma population before the war as an element that prepared the
ground for the Samudaripen. In this sense, it is noted that the Holocaust would have
not been viable without the cooperation of the entire European society. Likewise,
the contributions from Social Sciences that are overcoming racism are analyzed in
this paper, as tools change for the Samudaripen never happens again.
Keywords: Samudaripen, Porrajmos, Roma people, Nazism, anti-Gypsyism,
2016 Hipatia Press
ISSN: 2014-900
DOI: 10.17583/recei.2016.1897
RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies Vol. 2 No. 1 April
2016 pp. 2- 29
Samudaripen, el Genocidio
Gitano: ¿Volveremos a Repetir
la Historia?
Tatiana Santos
Universitat de Girona
Fernando Macías
Universitat de Barcelona
Jerusalén Amador
Universitat de Girona
David Cortés
Universitat de Barcelona
Resumen
Con el objetivo visibilizar a las víctimas gitanas del holocausto, el presente artículo
recapitula, a través de la revisión de la literatura científica, los hechos históricos
que evidencian el Samudaripen: la "gran matanza" del pueblo Gitano a manos del
régimen Nazi. Para ello, este artículo reflexiona sobre el anti-Gitanismo en la
actualidad y analiza las persecuciones que ha sufrido el pueblo Gitano antes de la
guerra como elemento que preparó el camino hacía el Samudaripen. En este sentido,
se constata que el Holocausto no hubiera sido viable sin la colaboración de toda la
sociedad Europea. Igualmente, analizamos las aportaciones de las Ciencias Sociales
que están contribuyendo a la superación del racismo, como herramientas de cambio
para que el Samudaripen no vuelva a repetirse.
Palabras clave: Samudaripen, Porrajmos, pueblo Gitano, Nazismo,
anti-Gitanismo
2016 Hipatia Press
ISSN: 2014-900
DOI: 10.17583/recei.2016.1897
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Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen
A
70 años del Holocausto, Europa sigue inmersa en continuos
episodios de racismo y Xenofobia. Según un informe de
Amnesty Internacional (2011), en los últimos años ha habido
en España un incremento de las denuncias por ataques racistas contra
personas de minorías étnicas y extrajeras, así como un aumento del
anti-Gitanismo, el antisemitismo y la Islamofobia en toda Europa.
Como resultado de esta realidad social, el apoyo a los partidos
políticos xenófobos de ultra derecha y las propuestas de implementar
políticas de fondo racista y segregador también están creciendo en
todo el continente. Tal es este auge que en algunos países como
Hungría y Grecia este tipo de partidos ha conseguido incluso tener
representación parlamentaria.
Este panorama incide directamente en la situación del pueblo
Gitano. En Hungría, cuya población gitana estimada oscila entre un
8% y un 10% de la población total del país (Council of Europe,
2012), el partido político "Movimiento por una Hungría mejor"1, con
representación parlamentaria nacional y europea, y que ha propuesto
la elaboración de listas de control de personas judías por motivos de
seguridad nacional, sostiene su popularidad gracias al ataque
constante contra las personas gitanas. Este partido se alimenta del
anti-Gitanismo que tan profundamente se ha arraigado en una parte de
la población húngara. Ante este panorama, es urgente recordar las
consecuencias del anti-Gitanismo en el pasado. El Samudaripen,
neologismo romaní (lengua del pueblo Gitano) que hace referencia al
genocidio especifico que sufrió la comunidad gitana durante el
Holocausto Nazi2, es una de las consecuencias más devastadoras que
ha habido nunca como consecuencia directa del anti-Gitanismo. En
este sentido, este artículo, a través de la revisión de la literatura
científica, pretende recapitular los hechos históricos del Samudaripen
y sus antecedentes. Para ello, en el primer apartado se lleva a cabo una
revisión de la situación del anti-Gitanismo en la actualidad. En los dos
RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 5
apartados siguientes se examinan los principales hechos históricos que
marcaron el Samudaripen, así como sus antecedentes. Finalmente,
este artículo examina las principales contribuciones teóricas que desde
las Ciencias Sociales están aportando un conocimiento válido y eficaz
para la superación del anti-Gitanismo.
El Anti-Gitanismo en la Actualidad
Durante la Segunda Guerra Mundial, entre el 25% y el 30% de toda la
población gitana europea fue asesinada por el régimen Nazi (European
Commission, 2012). El racismo que impregnaba la sociedad europea
antes de este período histórico y que se dirigía específicamente en
contra de la comunidad gitana creó las condiciones idóneas para
favorecer tal genocidio (Torrens, 2006). De hecho, mucho antes de la
Segunda Guerra Mundial, la persecución y asesinato, así como otras
torturas y acciones violentas contra las personas gitanas, eran
prácticas comunes y “normalizadas” en muchos territorios de Europa
(Arayici, 1998; Hancock, 1987; 1997; 2002; San Román, 1999;
Liégeois, 1987). En la actualidad, los mismos discursos de odio, las
mismas actitudes de rechazo a las personas gitanas y las mismas
políticas de exclusión llevadas a cabo en este pasado reciente, vuelven
a repetirse en la sociedad Europea.
Desde la caída del comunismo y la emergencia de la violencia
contra el pueblo Gitano, principalmente desde los países del este y
centro-Europa, la Unión Europea (UE) y otras organizaciones
relacionadas con la lucha por los derechos humanos abrazaron la
causa del pueblo Gitano creando políticas para la protección e
inclusión de esta comunidad (van Baar, 2011). En este sentido, el
reconocimiento del pueblo Gitano como una minoría de Europa por
parte del Parlamento Europeo (Aiello, Mondejar, & Pulido, 2013), ha
servido como una herramienta clave para el empoderamiento,
6
Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen
inclusión y acceso a la justicia y servicios públicos de este pueblo
(van Baar, 2011).
A pesar de ello, el racismo dirigido al pueblo Gitano sigue
manifestándose tanto a nivel estructural, a través del discurso de odio
fomentado principalmente por partidos políticos y medios de
comunicación, como desde la agencia humana, por medio de las
interacciones cotidianas de poder, que se concretan en el rechazo y
ataques violentos a miembros de esta comunidad (Serradell & Munté,
2010). El mismo concepto de anti-Gitanismo implica la relación entre
diferentes tipos de racismo, convergiéndolo en una ideología que se
manifiesta a través de la violencia, discurso de odio, explotación y
discriminación (Nicolae, 2006).
Así, el racismo biológico, la base teórica de los discursos y
prácticas racistas llevadas a cabo por el régimen Nazi, a pesar de
antiguo, sigue vigente en los ataques hacia el pueblo Gitano, y se
manifiesta en su sistemática deshumanización, elemento crucial del
anti-Gitanismo (Flecha, 2001; Nicolae, 2006). Las diferentes
representaciones, positivas o negativas, sobre el pueblo Gitano y sus
características socialmente construidas, están mayoritariamente
relacionadas al mundo animal, lo que revela una escala de valores en
la cual el pueblo Gitano es situado por debajo de la persona humana,
justificando así todo tipo de desigualdad y trato deshumano hacía esta
comunidad (Nicolae, 2006; Flecha, 2001). Ejemplo de ello son los
pogromos3 llevados a cabo en los años 90 en Rumania, en los cuales
los medios de comunicación locales y los ciudadanos que daban su
opinión presentaban a las personas gitanas como una especie
subhumana (Nicolae, 2006).
El anti-Gitanismo también implica otros tipos de racismo no
centralizado en los aspectos biológicos, sino en los culturales. Se
considera que este tipo de racismo se sostiene sobre la llamada
RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 7
"preferencia natural" por algunos grupos culturales (Barker, 1981;
Flecha, 2001; Taguieff, 2001), justificando de este modo la exclusión
de otros. En esta línea, el racismo postmoderno considera que no hay
razas o etnias superiores o inferiores sino diferentes, enfatizando en
este punto que tal diferencia imposibilita el diálogo, la convivencia y
las condiciones de vida igualitarias, y etnificando las desigualdades
sociales, ya que las explica como algo propio de cada etnia y no como
el resultado de un proceso de discriminación o exclusión social
(Flecha, 2001). Un ejemplo de la manifestación del anti-Gitanismo
bajo este tipo de racismo son las declaraciones del Ministro de Interior
Francés, Manuel Valls. Éste, al ser cuestionado por el fracaso de las
políticas de integración del pueblo Gitano en Francia, argumentó que
estas poblaciones tienen modos de vida extremadamente diferentes a
los occidentales, justificando así su situación social como
consecuencia de su cultural (Mora, 2013).
La ideología del anti-Gitanismo en la actualidad sostiene y justifica
políticas de estado con fundamentos racistas en diversos países
europeos (van Baar, 2011), que cuentan a su vez con una amplia
aprobación por parte de la población de los países en las que éstas se
aplican. Ejemplo de ello son las políticas que todavía hoy sostienen
las expulsiones a gran escala de personas gitanas, que además han
aumentado como consecuencia de la crisis económica mundial
En Italia, sólo en la ciudad de Roma se habían producido 71
desalojos de campamentos de familias gitanas hasta octubre de 2015
(Monzón, 2015). Desde Reino Unido, el primer ministro David
Cameron exigió a Europa medidas de regulación del pueblo gitano,
bajo la generalización de "inmigrantes", sugiriendo así limitarles el
derecho a ayudas sociales y al desempleo, tal y como se aplica a las
personas inmigradas (Amnesty International, 2014).
8
Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen
En Francia, el debate y las acciones en torno a las expulsiones de la
población gitana y la limitación de su derecho de libre circulación
como ciudadanos europeos es aún más flagrante. Dando continuidad a
las acciones del gobierno de Sarkozy, el ejecutivo socialista francés
sigue derribando campamentos gitanos sin proveerles de lugares
alternativos para su realojo.
Una vez más, la justificación de la exclusión del pueblo Gitano se
basa en asociarles a un problema de seguridad pública, ilegalidad y
nomadismo, lo que crea las condiciones para que se dé un estado de
excepción que justifica intervenciones públicas inusuales (Costi,
2010; Nacu, 2012; Woodcock, 2010). En este sentido, la Comisión
Europea afirmó en septiembre de 2010 que las medidas tomadas por el
gobierno de Sarkozy violaban las normas europeas de igualdad entre
los pueblos y la directiva de libre circulación de la UE (van Baar,
2011).
En estos ejemplos se pueden observar los principios del racismo
postmoderno, según el cual grupos de diferentes etnias no pueden
vivir juntos en el mismo territorio, siendo imposible el diálogo y la
creación conjunta de normas de convivencia (Flecha, 2001). Además,
todo ello nos permite constatar que los prejuicios y estereotipos hacía
la comunidad gitana todavía no han desaparecido, y que el racismo y
exclusión perpetrados hacía esta comunidad aún están muy presentes
en la sociedad europea. En este sentido, varias son las cuestiones que
emergen para poder entender y enmarcar la situación actual. ¿Qué
relación guardan tales hechos con el Samudaripen? ¿Estamos
repitiendo la historia? En los próximos apartados recordaremos los
hechos históricos que marcaron el exterminio del pueblo Gitano en
Europa durante la Segunda Guerra Mundial, así como otros
acontecimientos previos que desgraciadamente resultaron claves para
que el Samudaripen se produjera.
RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 9
Samudaripen, el Genocidio Gitano
La Segunda Guerra Mundial, así como el Holocausto y todos y cada
uno de los detalles que giran en torno a este episodio histórico, son de
una innegable relevancia histórica. De hecho, son numerosos los
trabajos académicos y no académicos que empezaron a tratar esta
cuestión pocos años después de terminar la guerra. Sin embargo, no
fue hasta finales del siglo XX cuando emergieron los primeros
trabajos que abordaban el Samudaripen durante la Segunda Guerra
Mundial, dando así visibilidad a la persecución y asesinato especifico
de personas gitanas durante ese periodo de la historia (Hancock, 1999;
2007).
Gracias a activistas e investigadores comprometidos con la
superación de las desigualdades que padece el pueblo Gitano se
empezaron a conocer datos específicos y características particulares
del Samudaripen, como por ejemplo el hecho de que el pueblo Gitano
y el pueblo Judío fueron los dos únicos grupos exterminados por
motivos raciales durante la “Solución Final”.
Yo interpreto la palabra holocausto refiriéndose a la aplicación de la
directiva “Solución Final”, a saber, acción genocida que pretende erradicar
poblaciones enteras, desde la esfera de influencia del Tercer Reich. Sólo
había dos de tales directivas: la “Solución Final” de la cuestión judía y la
“Solución Final” de la cuestión gitana. (Hancock, 2007, n.d)
A inicios del régimen Nazi, el pueblo Gitano era considerado ario
(puro), igual que los alemanes, ya que provenían de la India, y dada su
exclusión social, se creía que su genética seguía casi intacta y no
mezclada con la de otros pueblos (Ajuntament de Barcelona, 2006). A
posteriori, la clasificación de los grupos arios pasó a considerar
aspectos socioeconómicos y raciales, lo que permitió identificar al
pueblo Gitano como una raza inferior. El cambio se sostenía en el
nivel socioeconómico de las personas gitanas y en el argumento de
10 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen
que la mayoría del pueblo Gitano había perdido su pureza original.
Este giro fue el motivo por el cual el Nazismo declaró conveniente
perseguir al 90% de la población gitana, ya que según el régimen el
10% restante era puro y “merecía seguir viviendo” (Ajuntament de
Barcelona, 2006). A pesar de esta aparente distinción, en los campos
de concentración nunca hubo ningún tipo de diferenciación.
Fue publicado el 8 de diciembre de 1938, con el título "La lucha contra la
plaga gitana" La experiencia adquirida en la lucha contra la plaga gitana y
del conocimiento derivado de la investigación biológica habían demostrado
que el método adecuado para atacar el problema gitano sería tratarla como
una cuestión de raza. Esto probaría ser necesario encontrar una solución
definitiva del problema gitano, tratar por separado a gitanos puros y parte
gitanos mestizos. (Hancock, 2007, n.d.)
Envueltos en este discurso racista, entre el 12 y el 18 de junio de
1938 se instauró la "Semana de la Limpieza Gitana" (“Zigeuneraufräumungswoche”, también llamada “Aktion Arbeitschau Reich” y
“Bettlerwoche”). Durante esa semana se endureció la persecución de
personas gitanas, así como el envío de miembros de esta comunidad a
campos de concentración. Esto, igual que la “Kristallnacht” para el
pueblo judío en ese mismo año, significó el principio del fin
(Hancock, 2013). Este momento se considera la cuenta atrás hasta la
aparición de los primeros documentos Nazis que mencionarían la
necesidad de una “Solución Final” para el "problema" Gitano.
En junio de 1938, "La semana de la Limpieza Gitana" supuso el
apaleamiento y detención de cientos de personas gitanas en Alemania
y Austria. En marzo de 1938, se elaboró el primer documento que
hacía referencia a la "introducción de la solución total al problema
gitano tanto a nivel nacional como internacional" bajo la dirección del
Secretario de Estado Hans Pfundtner del Ministerio del Interior del
régimen Nazi. En este contexto, los primeros documentos del régimen
que mencionan la “Solución Final de la cuestión gitana” ("die
RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 11
endgültige Lösung der Zigeunerfrage") se emiten el 24 de marzo y 8
de diciembre de 1938, ambos firmados por Heinrich Himmler, quien
en ese momento era el comandante en jefe (Reichsführer-SS) de las
Schutzstaffel, las SS (Hancock, 1999).
En 1939, año en el que empieza la Segunda Guerra Mundial, el
partido Nazi declaró que el objetivo de las políticas de Estado debería
ser la separación racial definitiva de toda la "raza" gitana de la nación
Alemana. En este mismo año se declaró que las personas romaníes
deberían ser consideradas como enfermas hereditarias, por lo cual se
decretaba que la única solución a este "problema" era su eliminación
definitiva.
La orden de regulación del 1 de marzo de 1939 “demostró” la
naturaleza racial de este problema más claramente, y en ella se declara
que el objetivo de las medidas adoptadas por el Estado debía ser la
separación racial de la raza gitana (Zigeuner Tum) del resto de la
nación alemana (Volkstum), para luego prevenir y prohibir la mezcla
racial y seguidamente la regulación de las condiciones de vida de la
población gitana considerada racialmente pura (Ehmann & Haus,
2008).
A partir de estas declaraciones públicas desde la estructura política
vigente, el Tercer Reich establece que los grupos perseguidos, tales
como la comunidad gitana, deberían utilizar insignias identificativas
en su ropa, que en el caso del pueblo Gitano fue inicialmente un
triángulo negro (igual que para personas sin techo, enfermos mentales,
alcohólicos y adictos a drogas, entre otros), y posteriormente un
triángulo marrón, exclusivo para personas gitanas (Smith, 1999). Esta
medida ha sido considerada por algunos autores como un paso claro
hacia la “Solución Final” (Hancock, 1999), ya que fue una estrategia
clara para diferenciar y disociar a las personas perseguidas y así crear
las condiciones idóneas para eliminarlas a posteriori, algo que se llevó
12 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen
a cabo sin mayores resistencias por parte del resto de la población
(Torrens, 2006).
Así, en este período las personas gitanas fueron excluidas de todos
los espacios públicos y las actividades sociales. Fueron expulsadas de
las escuelas, de sus trabajos, de sus casas, de los parques y calles, etc.
(Smith, 1999) y fueron llevadas más tarde a los campos de
concentración y exterminio, donde sufrieron todo tipo de torturas y
prácticas atroces (Ajuntament de Barcelona, 2006). Una de estas
prácticas fueron los experimentos médicos, para los que las personas
gitanas fueron muy frecuentemente utilizadas. En enero de 1940, 250
niños y niñas gitanos fueron utilizados como cobayas para
experimentar la eficacia del cristal de cianuro, que posteriormente
sería utilizado en las cámaras de gas de Auschwitz-Birkenau para el
exterminio de personas gitanas (Hancock, 1999), así como de otros
colectivos exterminados.
Años más tarde fueron emitidas órdenes de deportación en masa de
personas gitanas a campos de concentración siguiendo las directiva de
Himmler de 16 de diciembre de 1942, lo que supuso que en 1945
entre medio millón y 1,5 millones de gitanos y gitanas, más de la
mitad de la población gitana total que vivía en Europa, habían sido
exterminadas bajo el Samudaripen (Hancock, 1999).
Otra práctica llevada a cabo por el régimen Nazi contra el pueblo
Gitano fue la esterilización forzosa. El objetivo era que este pueblo no
transmitiera su supuesta "enfermedad hereditaria". Un ejemplo de ello
es el caso de Joseph, un niño gitano de apenas 12 años que, mientras
se encontraba en la escuela, fue llevado a un hospital por la supuesta
necesidad de hacer una cirugía urgente, aunque en realidad no
estuviera enfermo; la intervención en cuestión era su esterilización
(ERRC, 2015).
RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 13
Tal práctica siguió y sigue vigente en Europa, basada en los
mismos argumentos racistas del pasado. Como parte de la política
dedicada a reducir el “elevado e insalubre” índice de natalidad de la
población gitana, el gobierno de la República Checa esterilizó a
mujeres gitanas de manera sistemática entre los años 70 y 90. Un
mínimo de 100 mujeres fue víctima de esta política. En Eslovaquia,
mujeres romaníes alegan haber sido esterilizadas sin su
consentimiento, motivo por el cual hay demandas abiertas en los
tribunales eslovacos. En el año 2003 se encontraron también casos de
esterilización forzada de mujeres gitanas en Hungría (ERRC, 2011).
Como resultado del Samudaripen, de las 20.000 personas gitanas
asentadas en Alemania en 1939, el 75% habían sido asesinadas para
1945. En Austria, más de la mitad de las 11.200 personas gitanas que
vivían en el país fueron exterminadas. En Polonia, 35.000 gitanos y
gitanas ejecutados de un total de 50.000. Casi la totalidad de la
población gitana fue eliminada en Croacia, Estonia, los Países Bajos,
Lituania y Luxemburgo (Hancock, 2001). En resumen, se estima que
el número total de víctimas está entre 220.000 y 500.000 personas
gitanas durante el Samudaripen (Torrens, 2006), llegando a existir
estimaciones que hablan de más de 1 millón y medio de personas
gitanas asesinadas (Ajuntament de Barcelona, 2006). Estos números
dan sin lugar a dudas una dimensión clara de la magnitud del
genocidio Gitano durante la Segunda Guerra Mundial.
La Persecución del Pueblo Gitano Antes de la Segunda Guerra
Mundial. Así se Preparó el Terreno
El anti-Gitanismo que se manifestó durante el Samudaripen y que
sigue muy presente en nuestros días, no es un fenómeno reciente que
apareció en aquel terrible momento de la historia. El racismo y los
prejuicios contra la población Gitana existen desde la llegada de este
14 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen
pueblo a Europa en el siglo XIV (Ajuntament de Barcelona, 2006;
Fraser, 1995).
A pesar de que durante los primeros años desde su llegada al
continente el pueblo Gitano fue generalmente bien aceptado por el
resto de la sociedad, especialmente por sus habilidades en el manejo
de los caballos y la artesanía, no tardaron en aparecer los prejuicios y
persecuciones contra esta comunidad. Por sus rasgos físicos, su lengua
y sus costumbres propias, el pueblo Gitano rápidamente fue ubicado al
margen de la sociedad. Ello impidió que pudieran asentarse o reclamar
un espacio físico propio, lo que les llevó a continuar viajando por los
campos (Miller, 2014). Aun así, su idioma (la lengua Romaní),
apariencia y costumbres los diferenciaban claramente de los Gadges,
palabra romaní para referirse a las personas no gitanas. Ellos no
podían reclamar ninguna tierra en Europa; simplemente viajaban por
el campo, y no conseguían pertenecer a ninguna patria, ni mucho
menos constituir o reclamar una (Miller, 2014).
A partir de entonces, el pueblo Gitano empezó a ser sometido a
diversas formas de persecución, que variaron desde decretos
punitivos, esclavitud y pogromos, entre otros. Tal y como está
sucediendo en la Europa actual, el miedo y la sospecha luego se
transformaron en hostilidad hacia el pueblo Gitano, expresados por
leyes represivas y órdenes de expulsión. Así, en algunas zonas se
permitían los azotes y se marcaba a fuego a las mujeres gitanas; o bien
se llevaban niños y niñas gitanos para estar de forma permanente en
hogares no-gitanos, separándolos así de sus familias. Con el aval de
las autoridades, se indultaron todo tipo de delitos contra personas
gitanas, tales como ahogamientos, asesinatos en masa o la obligación
a realizar trabajos forzosos (Miller, 2014).
En países como Hungría, España y Rumania se institucionalizó la
esclavitud del pueblo Gitano, y en concreto en Rumania, donde la
RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 15
esclavitud duró cerca de 550 años acabando en el año 1864, tanto la
nobleza como la Iglesia Ortodoxa Rumana poseían esclavos gitanos
(Miller, 2014).
Específicamente en la Alemania del siglo XVIII se celebraba “la
caza de los gitanos", ocasión en la cual se mataba a personas gitanas
en auténticas cacerías humanas, y lo que se ha considerado como el
preludio de lo que luego fue el Samudaripen y la "Semana de la
limpieza Gitana". Estas "cazas" se dieron en repetidas ocasiones
amparadas por la orden de exterminio de personas gitanas, expedida
en 1721 por el Emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico
Carlos VI, y según la cual no era ilegal matar a una persona gitana.
En algunas partes de Europa, matar a un Rom era legal. A principios de
Alemania del siglo XVIII, los alemanes celebraban "la caza de gitanos"
durante la cual se rastreaba y mataba a los romaníes. A veces, se
establecían los incendios forestales para expulsarlos de su escondite,
obligándolos a enfrentarse ya sea a la muerte por el fuego o la muerte en
manos de sus cazadores. (Miller, 2014, n.d.)
Siguiendo en Alemania, en 1890 se confirió a las autoridades
militares poder para regular los movimientos del pueblo Gitano en una
conferencia titulada Zigeunerschnitzel (escoria Gitana). A partir de
esta conferencia se desplegaron diversas medidas con el fin de
controlar a esta comunidad. Ello se ilustra en las siguientes
situaciones: en 1899 se creó la Oficina Central de Lucha contra
Molestias gitana; en 1905 se publicó un manual que contenía los
reglamentos necesarios para la "eliminación de la plaga gitana” por
parte de la Oficina de Seguridad de Baviera entre 1816 y 1903
(Ehmann & Haus, 2008); en 1909 se recomendó que los gitanos
fueran marcados para que se les pudiera identificar; a lo largo de la
década de 1920 se controló la presencia gitana en territorio alemán a
través de fotografías y huellas digitales. Asimismo, en 1927 se
construyeron campamentos especiales para encarcelar a personas
16 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen
gitanas, y a través de los cuales se podía las podía poner bajo
vigilancia policial (Smith, 1999).
La práctica de la esterilización de las personas gitanas también
existió antes de la Segunda Guerra Mundial. La noción de "vidas
indignas de ser vividas" fue introducida por Karl Binding y Alfred
Hoche en 1920, concepto más tarde incorporado por las teorías
raciales Nazis. En base a esta idea, en 1930 se hizo una
recomendación de esterilizar a todos los gitanos, legalizando la
esterilización eugenésica tres años más tarde (Smith, 1999).
(...) El gabinete de Hitler aprobó una ley en contra de la propagación de "
vidas indignas de ser vividas" llamada "Ley para la Prevención de
enfermedades hereditariamente trasmitidas" Debido a que los nazis
consideraban que los romaníes no eran dignos de la vida, debían ser
esterilizados junto con cualquier persona con enfermedades "determinadas
genéticamente", tales como la esquizofrenia, enfermedad maniacodepresivo, y la sordera. (Miller, 2014, n.d.)
Así, cuando el Tercer Reich asumió el poder en 1933 solo tuvo que
dar continuidad a las persecuciones ya existentes. En el año 1934,
gitanos y gitanas fueron enviados a campos de concentración como
Dachau, Dieselstrasse, y Sachsenhausen, y en 1935, la Ley de
Nuremberg para la Protección de la Sangre y Honor, afectó
especialmente a las personas gitanas, ya que permitió la realización de
experimentos científicos para demostrar que las personas gitanas
tenían la sangre y la estructura biológica diferentes a la de las
personas arias. Esta ley avaló las prácticas y pensamientos racistas
contra el pueblo Gitano, tal como se evidencia en el siguiente
comentario realizado por un jefe de la policía Alemana de la época:
Los gitanos, como un elemento extranjero, nunca se convertirán en
miembros de pleno derecho de la población de acogida. Podría valer la
pena considerar incluir tales gitanos (ya que no están dispuestos a cumplir y
RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 17
trabajar) como aquellas personas afectadas por la ley de esterilización.
(Ehmann & Haus, 2008, n.d.)
Lo arriba expuesto muestra claramente como el terreno ya había
sido preparado para el Samudaripen mucho antes de la Segunda
Guerra Mundial. Las semillas del racismo ya habían sido labradas y
alimentadas durante siglos de persecución y violencia contra el pueblo
Gitano, mucho antes de que el Nazismo se alzara con el poder y
perpetrara el exterminio de este pueblo.
Pasado, Presente y Futuro: la Responsabilidad de la Ciudadanía
En la actualidad se considera que, aunque el Tercer Reich fuera el
principal protagonista del Holocausto, éste no hubiera sido posible sin
la complicidad y la participación activa o pasiva de toda la sociedad
Europea (Wieviorka, 2003). La política de exterminio Nazi no hubiera
sido viable si no hubiera contado con la participación de la ciudadanía
Europea en las denuncias, persecuciones a las víctimas y apoyo a las
intervenciones institucionales, realizadas en connivencia por el
régimen Nazi y otros gobiernos de países implicados. Por ejemplo
Francia, que empezó el proceso de control de la población Judía antes
de que Alemania la ocupara, y en el que la ciudadanía francesa
participó activamente, entregando a vecinos y vecinas judíos al
régimen (Torrens, 2006). En el caso de la población gitana, tal como
hemos explicado en el apartado anterior, las denuncias por parte de la
ciudadanía local fueron una constante antes y durante el Samudaripen.
Aunque no toda la ciudadanía europea haya optado por participar
activamente en ello, y teniendo en cuenta que el régimen Nazi era
totalitario y asesinaba a sus opositores, también la omisión, el silencio
o la indiferencia frente a las barbaries cometidas fue una forma de
permitirlas (Jewish Virtual Library, 2016). Un contraejemplo nos
muestra cómo también era posible romper el silencio y posicionarse
en favor de las víctimas en pleno Nazismo. El 24 de agosto de 1941
18 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen
Hitler suprimió de manera oficial el programa de exterminio de
personas con enfermedades mentales gracias a las quejas y demandas
de pastores protestantes y curas católicos (Torrens, 2006).
Los métodos utilizados en el Tercer Reich para ganar complicidad
y contar con la participación de la ciudadanía local en el genocidio de
las víctimas del Holocausto son ampliamente conocidos. Para evitar
reacciones como las protestas del ejemplo anterior y otras formas de
resistencia a la implementación de las políticas de exterminio, el
régimen Nazi hizo uso de propaganda, adoctrinamiento y también del
desarrollo de un proceso gradual de deshumanización de las víctimas
para poder llevar a cabo el exterminio de las mismas en el momento
más conveniente (Torrens, 2006).
Igualmente, otro elemento crucial que generó la complicidad de la
sociedad europea en la participación del Holocausto fue el racismo
profundo que ya calaba en la población antes del Tercer Reich, como
consecuencia de años de persecuciones, expulsiones, leyes de
exclusión y violencia en toda Europa El anti-Gitanismo que ya estaba
presente en la sociedad europea antes de la Segunda Guerra Mundial
funcionó pues como un elemento catalizador del genocidio del pueblo
Gitano, en la medida en que creó un ambiente social de aprobación y
consentimiento de los planes Nazis para el exterminio.
Este aspecto pone pues en evidencia la responsabilidad actual de la
ciudadanía en los procesos de estigmatización racista que todavía hoy
sufren las personas gitanas a lo largo de todo el continente. En este
sentido, se debe tener especialmente en cuenta las posibles
consecuencias del anti-Gitanismo hoy en día, especialmente si sigue
prevaleciendo la omisión y el consentimiento frente las agresiones y la
vulneración de los derechos fundamentales de la comunidad gitana.
RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 19
El Papel del Diálogo y de las Interacciones en la Superación del
Anti-Gitanismo
Si la ciudadanía compartió la responsabilidad del Samudaripen y
comparte la responsabilidad del actual anti-Gitanismo que asola
Europa, ¿cómo podemos entonces cambiar este panorama? ¿Cómo
puede transformarse el racismo profundo que nunca dejó de existir y
alimenta el crecimiento de partidos xenófobos en la actualidad? ¿Qué
conocimientos científicos aportan herramientas válidas que pueden
promover este cambio?
El giro dialógico que están dando las Ciencias Sociales
contemporáneas ofrece respuestas a tales cuestiones, en la medida de
que centra los intereses de investigación en los avances y cambios
sociales, donde el diálogo ocupa un lugar cada vez más importante.
Autores como Habermas (1987) y la teoría de la acción comunicativa
o Touraine (1993) plantean este cambio de la sociedad actual en el
que el dialogo y el consenso son centrales en las relaciones sociales.
De acuerdo con esta perspectiva, crear las condiciones para que el
Samudaripen no vuelva a existir, reforzando la convivencia entre
personas de diferentes culturas y etnias en una Europa plural, es una
realidad posible. Tales condiciones deben ser continuamente
consensuadas entre las personas a través del diálogo, ya que en la
actual sociedad del riesgo (Beck, 2008) las relaciones sociales no
están predeterminadas, y la búsqueda del consenso implica excluir del
proceso la imposición y la violencia.
El diálogo penetra cada día más en las relaciones y actos comunicativos de
los individuos, grupos e instituciones, convirtiéndose en su eje vertebrador.
Sin una perspectiva dialógica, no puede explicarse la evolución hacia
mayores niveles de democracia en todo el mundo. (Serradell & Munté,
2010, p.347)
20 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen
La perspectiva dialógica propone la Radicalización de la
democracia como elemento de transformación del odio racista, ya que
ella implica la superación de la exclusión debido a la cultura, religión,
lengua o estilo de vida, aplicando lo principios democráticos de forma
radical (Flecha, 2001).
Esta perspectiva también propone la Igualdad de las diferencias
como elemento superador del racismo postmoderno, ya que reconoce
el derecho de todas las personas a ser diferentes, sin excluir la
igualdad de derecho ni la igualdad de oportunidades. Según esta
perspectiva, las actuales expulsiones del pueblo Gitano de países
europeos no pueden tener lugar, ya que la igualdad de diferencia pone
el acento en la igualdad de derechos del pueblo Gitano, priorizando
una posición igualitaria para todas las etnias, grupos e individuos
(Flecha, 2001, p.94).
Por último, la perspectiva dialógica reta a la concepción de
territorio, según la cual éste es la propiedad exclusiva de una patria
con una cultura, lengua, religión y etnia únicas. La idea de Territorio
compartido propone un patriotismo y constitución basados en el
acuerdo, donde el vínculo no se establece por el origen racial sino en
las normas consensuadas por todas las diferentes personas, con el
objetivo de organizar la convivencia (Flecha, 2001). Esta concepción
del territorio compartido está totalmente en consonancia con la
concepción de identidad transterritorial que caracteriza al pueblo
Gitano, un pueblo sin territorio pero unido por una identidad común y
global (Sordé, Flecha & Alexiu, 2013).
En la búsqueda de consenso de manera dialógica entran en juego
las interacciones, que depende de cómo sean pueden fomentar el
racismo o superarlo (Serradell & Munté, 2010). Tal como se pudo
observar en los apartados anteriores, el racismo se reproduce desde la
estructura (como los partidos políticos, medios de comunicación,
RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 21
instituciones), y también desde las relaciones cotidianas (mundo de la
vida). La clave en este proceso de reproducción está en el tipo de
interacciones que se dan en ambos contextos. La imposición y el
engaño son característicos de las interacciones de poder, mientras que
la sinceridad y el consenso sin coacciones son características propias
de las interacciones dialógicas. En nuestras sociedades conviven las
interacciones dialógicas y de poder. Podemos entender la democracia
a partir de la concepción de los actos comunicativos, como un
conjunto de relaciones dialógicas entre grupos, instituciones e
individuos en las que predominan los actos comunicativos dialógicos
pero en las que también se dan, en menor medida, actos
comunicativos de poder (Serradell & Munté, 2010).
De esta forma, interacciones racistas que, aun siendo sinceras,
buscan un efecto exclusor, segregador y/o negativo de otras personas,
no son dialógicas, sino de poder. Cuando en una sociedad predominan
las interacciones de poder, ya sean en el mundo de la vida o desde las
estructuras, se refuerzan los estereotipos que recaen sobre los grupos
más vulnerables, como las personas gitanas. Las interacciones de
poder fomentan los discursos racistas y xenófobos (Serradell &
Munté, 2010), y por su naturaleza engañosa y coercitiva prevalecen en
ambientes antidemocráticos como el Tercer Reich. En contrapartida,
cuando predominan las interacciones dialógicas se favorece la
heterogeneidad, se saca mayor beneficio de la diversidad cultural y de
esta forma se reduce el riesgo de reforzar estereotipos, reforzando de
este modo la idea de democracia (Serradell & Munté, 2010).
Por tanto, desde las aportaciones de las Ciencias Sociales ya se
ofrecen herramientas que promueven la superación del racismo en las
relaciones sociales, ya que “cuando el diálogo adquiere mayor
importancia en las relaciones sociales, las posibilidades de combatir
los discursos racistas son mayores”(Serradell & Munté, 2010, p.353).
Está pues en las manos de la ciudadanía de toda Europa hacer
22 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen
prevalecer las interacciones dialógicas en todas las instancias, desde
las instituciones hasta las relaciones más cotidianas, y así crear las
condiciones necesarias para que no volver a permitir un nuevo
Samudaripen en nuestra historia.
Conclusiones
El pueblo Gitano y el pueblo Judío fueron los únicos pueblos
destinados al exterminio por motivos raciales durante el Tercer Reich
(Hancock, 2007). Durante el Samudaripen, genocidio del pueblo
Gitano durante la Segunda Guerra Mundial, el número estimado de
víctimas se calcula entre 220.000 y 500.000 personas gitanas
(Torrens, 2006). Si observamos específicamente el territorio alemán,
se estima que el 75% de la población gitana fue exterminada
(Hancock, 2001). A pesar de la gran importancia histórica del
Samudaripen, el estudio del exterminio especifico de personas gitanas
no ha sido abordado hasta hace relativamente pocos años,
especialmente gracias a activistas e investigadores comprometidos con
los derechos del pueblo Gitano. Esto ha supuesto empezar a dar
visibilidad a un genocidio por muchos años olvidado, y durante el cual
se asesinaron a millares de personas gitanas durante el régimen Nazi.
El anti-Gitanismo, ideología que implica diferentes tipos de
racismo y que se manifiesta a través de la violencia, el discurso de
odio, la explotación y la discriminación del pueblo Gitano (Nicolae,
2006), se manifestó durante el Samudaripen de un modo evidente. Sin
embargo, esta forma de odio específica en contra de la población
Gitana sigue muy presente en nuestros días, demostrando que el
racismo y los prejuicios contra la población Gitana no han
desaparecido nunca. De hecho, este rechazo sistemático se remite a la
misma llegada de este pueblo a Europa en el siglo XIV, encontrando
su máxima expresión centenares de años después durante la Segunda
Guerra Mundial bajo el Samudaripen.
RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 23
Cuando el Tercer Reich asumió el poder en 1933 solo tuvo que dar
continuidad a las persecuciones que ya existían: azotes a las mujeres
romaníes, pogromos, esclavitud, leyes de exclusión y asesinato, entre
otros. El terreno ya estaba preparado para este genocidio. El racismo
ya calaba hondo en las personas, expresándose durante años de
persecución y violencia contra el pueblo Gitano, lo que funcionó sin
duda como elemento catalizador para que existiera el Samudaripen, en
la medida que creó un ambiente social de aprobación y
consentimiento hacia los planes nazis.
De esta forma, aunque el Tercer Reich fuera el principal
protagonista del Holocausto, se considera que la política de
exterminio Nazi no hubiera sido viable si no hubiera contado con la
participación de la ciudadanía europea en las denuncias, persecuciones
a las víctimas y apoyo a las intervenciones institucionales del régimen.
Por otro lado, también la omisión, el silencio o la indiferencia frente a
las barbaries cometidas fue una forma de permitirlas. Así, esta lección
del pasado pone de manifiesto la responsabilidad de la ciudadanía en
los procesos de estigmatización racista de las personas antes, durante
y después del Samudaripen.
Frente a las preguntas de cómo desde la ciudadanía se puede
transformar el racismo de fondo para que no vuelva a existir nunca
más un Samudaripen, encontramos la perspectiva dialógica de las
Ciencias Sociales, un conocimiento científico que ya ha aportado
herramientas útiles para promover el cambio social en la lucha contra
el anti-Gitanismo.
Así, la Radicalización de la democracia, la Igualdad de las
diferencias, la idea de Territorio compartido y las interacciones
dialógicas, deben considerarse elementos de transformación del odio
racista, ya que promueven la superación de la exclusión social por
motivos de cultura, religión, lengua o estilo de vida. Igualmente, en lo
24 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen
que se refiere a los actos comunicativos, cuando predominan las
interacciones dialógicas se favorece la heterogeneidad, la diversidad
cultural y la democracia, a la vez que se reduce el riesgo de reforzar
estereotipos. Es por tanto responsabilidad de la ciudadanía de toda
Europa trabajar para que prevalezcan tales interacciones en todos los
ámbitos, desde las instituciones hasta las relaciones más cotidianas,
para así crear las condiciones necesarias que no permitirán un nuevo
Samudaripen en nuestra historia.
Notas
1
En húngaro Jobbik Magyarországért Mozgalom (abreviado comúnmente como Jobbik).
A pesar de que Porrajmos es la palabra más utilizada por gitanos y gadjes (no gitanos) para
referirse al genocidio especifico de personas gitanas por parte del Nazismo, es necesario
destacar que existe un número cada vez mayor de activistas gitanos (especialmente
procedentes de los Balcanes y Europa del este) que prefieren utilizar el término Samudaripen,
un neologismo romaní que significa “Asesinato en masa” o “la gran matanza”. Esto es debido
a que la traducción explicita de Porrajmos en algunos dialectos del Romani significa
“violación”, y no “devoración”, además de tener una fuerte connotación sexual, lo que es
considerado como una gran ofensa cargada de prejuicio. Por ello, y a pesar de que la palabra
Porrajmos sea con mucho la más frecuentemente utilizada, hemos decidido deliberadamente
utilizar para este artículo la palabra Samudaripen, ya que no tiene connotaciones negativas
por ser un neologismo. Debemos destacar que el uso de la palabra Samudaripen también ha
sido criticado, sin embargo no por su significado, sino por su creación lingüística, ya que
como neologismo incumple con algunas de las reglas de la lengua romaní, especialmente
como consecuencia del contacto de dicha lengua con otras lenguas europeas.
3
Según la RAE, saqueo y matanza de gente indefensa, especialmente judíos, llevados a cabo
por una multitud.
2
RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 25
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Nota de los autores
Autor(es)
Tatiana Santos es profesora de la Facultat de Ciencias Económicas y
Empresariales de la Universitat de Girona
Fernando Macías es investigador del Centro de Estudios Gitanos de
CREA de la Universitat de Barcelona
Jerusalén Amador es profesora de la Facultad de Educación y
Psicología de la Universitat de Girona
David Cortés es estudiante de Pedagogía en la Universitat de
Barcelona
Contact Address: pg. De la Vall d’Hebron 171. Campus Mundet.
Edif. Llevant. 08035 Barcelona
fernandomacias@ub.edu
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