Instructions for authors, subscriptions and further details: http://recei.hipatiapress.com Samudaripen, el Genocidio Gitano: ¿Volveremos a Repetir la Historia? Tatiana Santos1, Fernando Macías2, Jerusalén Amador2, David Cortés2 1) Universitat de Girona, Spain 2) Universitat de Barcelona, Spain Date of publication: April 1st, 2016 Edition period: April 2016- October 2016 To cite this article: Santos, T., Macías, F., Amador, J., Cortés, D. (2016). Samudaripen, el Genocidio Gitano: ¿Volveremos a Repetir la Historia?. Scientific Journal on Intercultural Studies, 2(1), 2- 29. doi: 10.17583/recei.2016.1897 To link this article: http://dx.doi.org/10.17583/recei.2016.1897 PLEASE SCROLL DOWN FOR ARTICLE The terms and conditions of use are related to the Open Journal System and to Creative Commons Attribution License (CC-BY). RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies Vol. 2 No. 1 April 2016 pp. 2- 29 Samudaripen, the Roma Genocide: Will We Repeat the History? Tatiana Santos Universitat de Girona Fernando Macías Universitat de Barcelona Jerusalén Amador Universitat de Girona David Cortés Universitat de Barcelona Abstract In order to visualize the victims of the Romani Holocaust, this article presents, through the review of the scientific literature, the historical facts that show the Samudaripen: the mass killing of the Roma people by Nazi regime. To do this, this paper reflects on the anti-Gypsyism at present and analyzes the persecutions suffered by the Roma population before the war as an element that prepared the ground for the Samudaripen. In this sense, it is noted that the Holocaust would have not been viable without the cooperation of the entire European society. Likewise, the contributions from Social Sciences that are overcoming racism are analyzed in this paper, as tools change for the Samudaripen never happens again. Keywords: Samudaripen, Porrajmos, Roma people, Nazism, anti-Gypsyism, 2016 Hipatia Press ISSN: 2014-900 DOI: 10.17583/recei.2016.1897 RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies Vol. 2 No. 1 April 2016 pp. 2- 29 Samudaripen, el Genocidio Gitano: ¿Volveremos a Repetir la Historia? Tatiana Santos Universitat de Girona Fernando Macías Universitat de Barcelona Jerusalén Amador Universitat de Girona David Cortés Universitat de Barcelona Resumen Con el objetivo visibilizar a las víctimas gitanas del holocausto, el presente artículo recapitula, a través de la revisión de la literatura científica, los hechos históricos que evidencian el Samudaripen: la "gran matanza" del pueblo Gitano a manos del régimen Nazi. Para ello, este artículo reflexiona sobre el anti-Gitanismo en la actualidad y analiza las persecuciones que ha sufrido el pueblo Gitano antes de la guerra como elemento que preparó el camino hacía el Samudaripen. En este sentido, se constata que el Holocausto no hubiera sido viable sin la colaboración de toda la sociedad Europea. Igualmente, analizamos las aportaciones de las Ciencias Sociales que están contribuyendo a la superación del racismo, como herramientas de cambio para que el Samudaripen no vuelva a repetirse. Palabras clave: Samudaripen, Porrajmos, pueblo Gitano, Nazismo, anti-Gitanismo 2016 Hipatia Press ISSN: 2014-900 DOI: 10.17583/recei.2016.1897 4 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen A 70 años del Holocausto, Europa sigue inmersa en continuos episodios de racismo y Xenofobia. Según un informe de Amnesty Internacional (2011), en los últimos años ha habido en España un incremento de las denuncias por ataques racistas contra personas de minorías étnicas y extrajeras, así como un aumento del anti-Gitanismo, el antisemitismo y la Islamofobia en toda Europa. Como resultado de esta realidad social, el apoyo a los partidos políticos xenófobos de ultra derecha y las propuestas de implementar políticas de fondo racista y segregador también están creciendo en todo el continente. Tal es este auge que en algunos países como Hungría y Grecia este tipo de partidos ha conseguido incluso tener representación parlamentaria. Este panorama incide directamente en la situación del pueblo Gitano. En Hungría, cuya población gitana estimada oscila entre un 8% y un 10% de la población total del país (Council of Europe, 2012), el partido político "Movimiento por una Hungría mejor"1, con representación parlamentaria nacional y europea, y que ha propuesto la elaboración de listas de control de personas judías por motivos de seguridad nacional, sostiene su popularidad gracias al ataque constante contra las personas gitanas. Este partido se alimenta del anti-Gitanismo que tan profundamente se ha arraigado en una parte de la población húngara. Ante este panorama, es urgente recordar las consecuencias del anti-Gitanismo en el pasado. El Samudaripen, neologismo romaní (lengua del pueblo Gitano) que hace referencia al genocidio especifico que sufrió la comunidad gitana durante el Holocausto Nazi2, es una de las consecuencias más devastadoras que ha habido nunca como consecuencia directa del anti-Gitanismo. En este sentido, este artículo, a través de la revisión de la literatura científica, pretende recapitular los hechos históricos del Samudaripen y sus antecedentes. Para ello, en el primer apartado se lleva a cabo una revisión de la situación del anti-Gitanismo en la actualidad. En los dos RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 5 apartados siguientes se examinan los principales hechos históricos que marcaron el Samudaripen, así como sus antecedentes. Finalmente, este artículo examina las principales contribuciones teóricas que desde las Ciencias Sociales están aportando un conocimiento válido y eficaz para la superación del anti-Gitanismo. El Anti-Gitanismo en la Actualidad Durante la Segunda Guerra Mundial, entre el 25% y el 30% de toda la población gitana europea fue asesinada por el régimen Nazi (European Commission, 2012). El racismo que impregnaba la sociedad europea antes de este período histórico y que se dirigía específicamente en contra de la comunidad gitana creó las condiciones idóneas para favorecer tal genocidio (Torrens, 2006). De hecho, mucho antes de la Segunda Guerra Mundial, la persecución y asesinato, así como otras torturas y acciones violentas contra las personas gitanas, eran prácticas comunes y “normalizadas” en muchos territorios de Europa (Arayici, 1998; Hancock, 1987; 1997; 2002; San Román, 1999; Liégeois, 1987). En la actualidad, los mismos discursos de odio, las mismas actitudes de rechazo a las personas gitanas y las mismas políticas de exclusión llevadas a cabo en este pasado reciente, vuelven a repetirse en la sociedad Europea. Desde la caída del comunismo y la emergencia de la violencia contra el pueblo Gitano, principalmente desde los países del este y centro-Europa, la Unión Europea (UE) y otras organizaciones relacionadas con la lucha por los derechos humanos abrazaron la causa del pueblo Gitano creando políticas para la protección e inclusión de esta comunidad (van Baar, 2011). En este sentido, el reconocimiento del pueblo Gitano como una minoría de Europa por parte del Parlamento Europeo (Aiello, Mondejar, & Pulido, 2013), ha servido como una herramienta clave para el empoderamiento, 6 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen inclusión y acceso a la justicia y servicios públicos de este pueblo (van Baar, 2011). A pesar de ello, el racismo dirigido al pueblo Gitano sigue manifestándose tanto a nivel estructural, a través del discurso de odio fomentado principalmente por partidos políticos y medios de comunicación, como desde la agencia humana, por medio de las interacciones cotidianas de poder, que se concretan en el rechazo y ataques violentos a miembros de esta comunidad (Serradell & Munté, 2010). El mismo concepto de anti-Gitanismo implica la relación entre diferentes tipos de racismo, convergiéndolo en una ideología que se manifiesta a través de la violencia, discurso de odio, explotación y discriminación (Nicolae, 2006). Así, el racismo biológico, la base teórica de los discursos y prácticas racistas llevadas a cabo por el régimen Nazi, a pesar de antiguo, sigue vigente en los ataques hacia el pueblo Gitano, y se manifiesta en su sistemática deshumanización, elemento crucial del anti-Gitanismo (Flecha, 2001; Nicolae, 2006). Las diferentes representaciones, positivas o negativas, sobre el pueblo Gitano y sus características socialmente construidas, están mayoritariamente relacionadas al mundo animal, lo que revela una escala de valores en la cual el pueblo Gitano es situado por debajo de la persona humana, justificando así todo tipo de desigualdad y trato deshumano hacía esta comunidad (Nicolae, 2006; Flecha, 2001). Ejemplo de ello son los pogromos3 llevados a cabo en los años 90 en Rumania, en los cuales los medios de comunicación locales y los ciudadanos que daban su opinión presentaban a las personas gitanas como una especie subhumana (Nicolae, 2006). El anti-Gitanismo también implica otros tipos de racismo no centralizado en los aspectos biológicos, sino en los culturales. Se considera que este tipo de racismo se sostiene sobre la llamada RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 7 "preferencia natural" por algunos grupos culturales (Barker, 1981; Flecha, 2001; Taguieff, 2001), justificando de este modo la exclusión de otros. En esta línea, el racismo postmoderno considera que no hay razas o etnias superiores o inferiores sino diferentes, enfatizando en este punto que tal diferencia imposibilita el diálogo, la convivencia y las condiciones de vida igualitarias, y etnificando las desigualdades sociales, ya que las explica como algo propio de cada etnia y no como el resultado de un proceso de discriminación o exclusión social (Flecha, 2001). Un ejemplo de la manifestación del anti-Gitanismo bajo este tipo de racismo son las declaraciones del Ministro de Interior Francés, Manuel Valls. Éste, al ser cuestionado por el fracaso de las políticas de integración del pueblo Gitano en Francia, argumentó que estas poblaciones tienen modos de vida extremadamente diferentes a los occidentales, justificando así su situación social como consecuencia de su cultural (Mora, 2013). La ideología del anti-Gitanismo en la actualidad sostiene y justifica políticas de estado con fundamentos racistas en diversos países europeos (van Baar, 2011), que cuentan a su vez con una amplia aprobación por parte de la población de los países en las que éstas se aplican. Ejemplo de ello son las políticas que todavía hoy sostienen las expulsiones a gran escala de personas gitanas, que además han aumentado como consecuencia de la crisis económica mundial En Italia, sólo en la ciudad de Roma se habían producido 71 desalojos de campamentos de familias gitanas hasta octubre de 2015 (Monzón, 2015). Desde Reino Unido, el primer ministro David Cameron exigió a Europa medidas de regulación del pueblo gitano, bajo la generalización de "inmigrantes", sugiriendo así limitarles el derecho a ayudas sociales y al desempleo, tal y como se aplica a las personas inmigradas (Amnesty International, 2014). 8 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen En Francia, el debate y las acciones en torno a las expulsiones de la población gitana y la limitación de su derecho de libre circulación como ciudadanos europeos es aún más flagrante. Dando continuidad a las acciones del gobierno de Sarkozy, el ejecutivo socialista francés sigue derribando campamentos gitanos sin proveerles de lugares alternativos para su realojo. Una vez más, la justificación de la exclusión del pueblo Gitano se basa en asociarles a un problema de seguridad pública, ilegalidad y nomadismo, lo que crea las condiciones para que se dé un estado de excepción que justifica intervenciones públicas inusuales (Costi, 2010; Nacu, 2012; Woodcock, 2010). En este sentido, la Comisión Europea afirmó en septiembre de 2010 que las medidas tomadas por el gobierno de Sarkozy violaban las normas europeas de igualdad entre los pueblos y la directiva de libre circulación de la UE (van Baar, 2011). En estos ejemplos se pueden observar los principios del racismo postmoderno, según el cual grupos de diferentes etnias no pueden vivir juntos en el mismo territorio, siendo imposible el diálogo y la creación conjunta de normas de convivencia (Flecha, 2001). Además, todo ello nos permite constatar que los prejuicios y estereotipos hacía la comunidad gitana todavía no han desaparecido, y que el racismo y exclusión perpetrados hacía esta comunidad aún están muy presentes en la sociedad europea. En este sentido, varias son las cuestiones que emergen para poder entender y enmarcar la situación actual. ¿Qué relación guardan tales hechos con el Samudaripen? ¿Estamos repitiendo la historia? En los próximos apartados recordaremos los hechos históricos que marcaron el exterminio del pueblo Gitano en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, así como otros acontecimientos previos que desgraciadamente resultaron claves para que el Samudaripen se produjera. RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 9 Samudaripen, el Genocidio Gitano La Segunda Guerra Mundial, así como el Holocausto y todos y cada uno de los detalles que giran en torno a este episodio histórico, son de una innegable relevancia histórica. De hecho, son numerosos los trabajos académicos y no académicos que empezaron a tratar esta cuestión pocos años después de terminar la guerra. Sin embargo, no fue hasta finales del siglo XX cuando emergieron los primeros trabajos que abordaban el Samudaripen durante la Segunda Guerra Mundial, dando así visibilidad a la persecución y asesinato especifico de personas gitanas durante ese periodo de la historia (Hancock, 1999; 2007). Gracias a activistas e investigadores comprometidos con la superación de las desigualdades que padece el pueblo Gitano se empezaron a conocer datos específicos y características particulares del Samudaripen, como por ejemplo el hecho de que el pueblo Gitano y el pueblo Judío fueron los dos únicos grupos exterminados por motivos raciales durante la “Solución Final”. Yo interpreto la palabra holocausto refiriéndose a la aplicación de la directiva “Solución Final”, a saber, acción genocida que pretende erradicar poblaciones enteras, desde la esfera de influencia del Tercer Reich. Sólo había dos de tales directivas: la “Solución Final” de la cuestión judía y la “Solución Final” de la cuestión gitana. (Hancock, 2007, n.d) A inicios del régimen Nazi, el pueblo Gitano era considerado ario (puro), igual que los alemanes, ya que provenían de la India, y dada su exclusión social, se creía que su genética seguía casi intacta y no mezclada con la de otros pueblos (Ajuntament de Barcelona, 2006). A posteriori, la clasificación de los grupos arios pasó a considerar aspectos socioeconómicos y raciales, lo que permitió identificar al pueblo Gitano como una raza inferior. El cambio se sostenía en el nivel socioeconómico de las personas gitanas y en el argumento de 10 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen que la mayoría del pueblo Gitano había perdido su pureza original. Este giro fue el motivo por el cual el Nazismo declaró conveniente perseguir al 90% de la población gitana, ya que según el régimen el 10% restante era puro y “merecía seguir viviendo” (Ajuntament de Barcelona, 2006). A pesar de esta aparente distinción, en los campos de concentración nunca hubo ningún tipo de diferenciación. Fue publicado el 8 de diciembre de 1938, con el título "La lucha contra la plaga gitana" La experiencia adquirida en la lucha contra la plaga gitana y del conocimiento derivado de la investigación biológica habían demostrado que el método adecuado para atacar el problema gitano sería tratarla como una cuestión de raza. Esto probaría ser necesario encontrar una solución definitiva del problema gitano, tratar por separado a gitanos puros y parte gitanos mestizos. (Hancock, 2007, n.d.) Envueltos en este discurso racista, entre el 12 y el 18 de junio de 1938 se instauró la "Semana de la Limpieza Gitana" (“Zigeuneraufräumungswoche”, también llamada “Aktion Arbeitschau Reich” y “Bettlerwoche”). Durante esa semana se endureció la persecución de personas gitanas, así como el envío de miembros de esta comunidad a campos de concentración. Esto, igual que la “Kristallnacht” para el pueblo judío en ese mismo año, significó el principio del fin (Hancock, 2013). Este momento se considera la cuenta atrás hasta la aparición de los primeros documentos Nazis que mencionarían la necesidad de una “Solución Final” para el "problema" Gitano. En junio de 1938, "La semana de la Limpieza Gitana" supuso el apaleamiento y detención de cientos de personas gitanas en Alemania y Austria. En marzo de 1938, se elaboró el primer documento que hacía referencia a la "introducción de la solución total al problema gitano tanto a nivel nacional como internacional" bajo la dirección del Secretario de Estado Hans Pfundtner del Ministerio del Interior del régimen Nazi. En este contexto, los primeros documentos del régimen que mencionan la “Solución Final de la cuestión gitana” ("die RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 11 endgültige Lösung der Zigeunerfrage") se emiten el 24 de marzo y 8 de diciembre de 1938, ambos firmados por Heinrich Himmler, quien en ese momento era el comandante en jefe (Reichsführer-SS) de las Schutzstaffel, las SS (Hancock, 1999). En 1939, año en el que empieza la Segunda Guerra Mundial, el partido Nazi declaró que el objetivo de las políticas de Estado debería ser la separación racial definitiva de toda la "raza" gitana de la nación Alemana. En este mismo año se declaró que las personas romaníes deberían ser consideradas como enfermas hereditarias, por lo cual se decretaba que la única solución a este "problema" era su eliminación definitiva. La orden de regulación del 1 de marzo de 1939 “demostró” la naturaleza racial de este problema más claramente, y en ella se declara que el objetivo de las medidas adoptadas por el Estado debía ser la separación racial de la raza gitana (Zigeuner Tum) del resto de la nación alemana (Volkstum), para luego prevenir y prohibir la mezcla racial y seguidamente la regulación de las condiciones de vida de la población gitana considerada racialmente pura (Ehmann & Haus, 2008). A partir de estas declaraciones públicas desde la estructura política vigente, el Tercer Reich establece que los grupos perseguidos, tales como la comunidad gitana, deberían utilizar insignias identificativas en su ropa, que en el caso del pueblo Gitano fue inicialmente un triángulo negro (igual que para personas sin techo, enfermos mentales, alcohólicos y adictos a drogas, entre otros), y posteriormente un triángulo marrón, exclusivo para personas gitanas (Smith, 1999). Esta medida ha sido considerada por algunos autores como un paso claro hacia la “Solución Final” (Hancock, 1999), ya que fue una estrategia clara para diferenciar y disociar a las personas perseguidas y así crear las condiciones idóneas para eliminarlas a posteriori, algo que se llevó 12 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen a cabo sin mayores resistencias por parte del resto de la población (Torrens, 2006). Así, en este período las personas gitanas fueron excluidas de todos los espacios públicos y las actividades sociales. Fueron expulsadas de las escuelas, de sus trabajos, de sus casas, de los parques y calles, etc. (Smith, 1999) y fueron llevadas más tarde a los campos de concentración y exterminio, donde sufrieron todo tipo de torturas y prácticas atroces (Ajuntament de Barcelona, 2006). Una de estas prácticas fueron los experimentos médicos, para los que las personas gitanas fueron muy frecuentemente utilizadas. En enero de 1940, 250 niños y niñas gitanos fueron utilizados como cobayas para experimentar la eficacia del cristal de cianuro, que posteriormente sería utilizado en las cámaras de gas de Auschwitz-Birkenau para el exterminio de personas gitanas (Hancock, 1999), así como de otros colectivos exterminados. Años más tarde fueron emitidas órdenes de deportación en masa de personas gitanas a campos de concentración siguiendo las directiva de Himmler de 16 de diciembre de 1942, lo que supuso que en 1945 entre medio millón y 1,5 millones de gitanos y gitanas, más de la mitad de la población gitana total que vivía en Europa, habían sido exterminadas bajo el Samudaripen (Hancock, 1999). Otra práctica llevada a cabo por el régimen Nazi contra el pueblo Gitano fue la esterilización forzosa. El objetivo era que este pueblo no transmitiera su supuesta "enfermedad hereditaria". Un ejemplo de ello es el caso de Joseph, un niño gitano de apenas 12 años que, mientras se encontraba en la escuela, fue llevado a un hospital por la supuesta necesidad de hacer una cirugía urgente, aunque en realidad no estuviera enfermo; la intervención en cuestión era su esterilización (ERRC, 2015). RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 13 Tal práctica siguió y sigue vigente en Europa, basada en los mismos argumentos racistas del pasado. Como parte de la política dedicada a reducir el “elevado e insalubre” índice de natalidad de la población gitana, el gobierno de la República Checa esterilizó a mujeres gitanas de manera sistemática entre los años 70 y 90. Un mínimo de 100 mujeres fue víctima de esta política. En Eslovaquia, mujeres romaníes alegan haber sido esterilizadas sin su consentimiento, motivo por el cual hay demandas abiertas en los tribunales eslovacos. En el año 2003 se encontraron también casos de esterilización forzada de mujeres gitanas en Hungría (ERRC, 2011). Como resultado del Samudaripen, de las 20.000 personas gitanas asentadas en Alemania en 1939, el 75% habían sido asesinadas para 1945. En Austria, más de la mitad de las 11.200 personas gitanas que vivían en el país fueron exterminadas. En Polonia, 35.000 gitanos y gitanas ejecutados de un total de 50.000. Casi la totalidad de la población gitana fue eliminada en Croacia, Estonia, los Países Bajos, Lituania y Luxemburgo (Hancock, 2001). En resumen, se estima que el número total de víctimas está entre 220.000 y 500.000 personas gitanas durante el Samudaripen (Torrens, 2006), llegando a existir estimaciones que hablan de más de 1 millón y medio de personas gitanas asesinadas (Ajuntament de Barcelona, 2006). Estos números dan sin lugar a dudas una dimensión clara de la magnitud del genocidio Gitano durante la Segunda Guerra Mundial. La Persecución del Pueblo Gitano Antes de la Segunda Guerra Mundial. Así se Preparó el Terreno El anti-Gitanismo que se manifestó durante el Samudaripen y que sigue muy presente en nuestros días, no es un fenómeno reciente que apareció en aquel terrible momento de la historia. El racismo y los prejuicios contra la población Gitana existen desde la llegada de este 14 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen pueblo a Europa en el siglo XIV (Ajuntament de Barcelona, 2006; Fraser, 1995). A pesar de que durante los primeros años desde su llegada al continente el pueblo Gitano fue generalmente bien aceptado por el resto de la sociedad, especialmente por sus habilidades en el manejo de los caballos y la artesanía, no tardaron en aparecer los prejuicios y persecuciones contra esta comunidad. Por sus rasgos físicos, su lengua y sus costumbres propias, el pueblo Gitano rápidamente fue ubicado al margen de la sociedad. Ello impidió que pudieran asentarse o reclamar un espacio físico propio, lo que les llevó a continuar viajando por los campos (Miller, 2014). Aun así, su idioma (la lengua Romaní), apariencia y costumbres los diferenciaban claramente de los Gadges, palabra romaní para referirse a las personas no gitanas. Ellos no podían reclamar ninguna tierra en Europa; simplemente viajaban por el campo, y no conseguían pertenecer a ninguna patria, ni mucho menos constituir o reclamar una (Miller, 2014). A partir de entonces, el pueblo Gitano empezó a ser sometido a diversas formas de persecución, que variaron desde decretos punitivos, esclavitud y pogromos, entre otros. Tal y como está sucediendo en la Europa actual, el miedo y la sospecha luego se transformaron en hostilidad hacia el pueblo Gitano, expresados por leyes represivas y órdenes de expulsión. Así, en algunas zonas se permitían los azotes y se marcaba a fuego a las mujeres gitanas; o bien se llevaban niños y niñas gitanos para estar de forma permanente en hogares no-gitanos, separándolos así de sus familias. Con el aval de las autoridades, se indultaron todo tipo de delitos contra personas gitanas, tales como ahogamientos, asesinatos en masa o la obligación a realizar trabajos forzosos (Miller, 2014). En países como Hungría, España y Rumania se institucionalizó la esclavitud del pueblo Gitano, y en concreto en Rumania, donde la RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 15 esclavitud duró cerca de 550 años acabando en el año 1864, tanto la nobleza como la Iglesia Ortodoxa Rumana poseían esclavos gitanos (Miller, 2014). Específicamente en la Alemania del siglo XVIII se celebraba “la caza de los gitanos", ocasión en la cual se mataba a personas gitanas en auténticas cacerías humanas, y lo que se ha considerado como el preludio de lo que luego fue el Samudaripen y la "Semana de la limpieza Gitana". Estas "cazas" se dieron en repetidas ocasiones amparadas por la orden de exterminio de personas gitanas, expedida en 1721 por el Emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico Carlos VI, y según la cual no era ilegal matar a una persona gitana. En algunas partes de Europa, matar a un Rom era legal. A principios de Alemania del siglo XVIII, los alemanes celebraban "la caza de gitanos" durante la cual se rastreaba y mataba a los romaníes. A veces, se establecían los incendios forestales para expulsarlos de su escondite, obligándolos a enfrentarse ya sea a la muerte por el fuego o la muerte en manos de sus cazadores. (Miller, 2014, n.d.) Siguiendo en Alemania, en 1890 se confirió a las autoridades militares poder para regular los movimientos del pueblo Gitano en una conferencia titulada Zigeunerschnitzel (escoria Gitana). A partir de esta conferencia se desplegaron diversas medidas con el fin de controlar a esta comunidad. Ello se ilustra en las siguientes situaciones: en 1899 se creó la Oficina Central de Lucha contra Molestias gitana; en 1905 se publicó un manual que contenía los reglamentos necesarios para la "eliminación de la plaga gitana” por parte de la Oficina de Seguridad de Baviera entre 1816 y 1903 (Ehmann & Haus, 2008); en 1909 se recomendó que los gitanos fueran marcados para que se les pudiera identificar; a lo largo de la década de 1920 se controló la presencia gitana en territorio alemán a través de fotografías y huellas digitales. Asimismo, en 1927 se construyeron campamentos especiales para encarcelar a personas 16 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen gitanas, y a través de los cuales se podía las podía poner bajo vigilancia policial (Smith, 1999). La práctica de la esterilización de las personas gitanas también existió antes de la Segunda Guerra Mundial. La noción de "vidas indignas de ser vividas" fue introducida por Karl Binding y Alfred Hoche en 1920, concepto más tarde incorporado por las teorías raciales Nazis. En base a esta idea, en 1930 se hizo una recomendación de esterilizar a todos los gitanos, legalizando la esterilización eugenésica tres años más tarde (Smith, 1999). (...) El gabinete de Hitler aprobó una ley en contra de la propagación de " vidas indignas de ser vividas" llamada "Ley para la Prevención de enfermedades hereditariamente trasmitidas" Debido a que los nazis consideraban que los romaníes no eran dignos de la vida, debían ser esterilizados junto con cualquier persona con enfermedades "determinadas genéticamente", tales como la esquizofrenia, enfermedad maniacodepresivo, y la sordera. (Miller, 2014, n.d.) Así, cuando el Tercer Reich asumió el poder en 1933 solo tuvo que dar continuidad a las persecuciones ya existentes. En el año 1934, gitanos y gitanas fueron enviados a campos de concentración como Dachau, Dieselstrasse, y Sachsenhausen, y en 1935, la Ley de Nuremberg para la Protección de la Sangre y Honor, afectó especialmente a las personas gitanas, ya que permitió la realización de experimentos científicos para demostrar que las personas gitanas tenían la sangre y la estructura biológica diferentes a la de las personas arias. Esta ley avaló las prácticas y pensamientos racistas contra el pueblo Gitano, tal como se evidencia en el siguiente comentario realizado por un jefe de la policía Alemana de la época: Los gitanos, como un elemento extranjero, nunca se convertirán en miembros de pleno derecho de la población de acogida. Podría valer la pena considerar incluir tales gitanos (ya que no están dispuestos a cumplir y RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 17 trabajar) como aquellas personas afectadas por la ley de esterilización. (Ehmann & Haus, 2008, n.d.) Lo arriba expuesto muestra claramente como el terreno ya había sido preparado para el Samudaripen mucho antes de la Segunda Guerra Mundial. Las semillas del racismo ya habían sido labradas y alimentadas durante siglos de persecución y violencia contra el pueblo Gitano, mucho antes de que el Nazismo se alzara con el poder y perpetrara el exterminio de este pueblo. Pasado, Presente y Futuro: la Responsabilidad de la Ciudadanía En la actualidad se considera que, aunque el Tercer Reich fuera el principal protagonista del Holocausto, éste no hubiera sido posible sin la complicidad y la participación activa o pasiva de toda la sociedad Europea (Wieviorka, 2003). La política de exterminio Nazi no hubiera sido viable si no hubiera contado con la participación de la ciudadanía Europea en las denuncias, persecuciones a las víctimas y apoyo a las intervenciones institucionales, realizadas en connivencia por el régimen Nazi y otros gobiernos de países implicados. Por ejemplo Francia, que empezó el proceso de control de la población Judía antes de que Alemania la ocupara, y en el que la ciudadanía francesa participó activamente, entregando a vecinos y vecinas judíos al régimen (Torrens, 2006). En el caso de la población gitana, tal como hemos explicado en el apartado anterior, las denuncias por parte de la ciudadanía local fueron una constante antes y durante el Samudaripen. Aunque no toda la ciudadanía europea haya optado por participar activamente en ello, y teniendo en cuenta que el régimen Nazi era totalitario y asesinaba a sus opositores, también la omisión, el silencio o la indiferencia frente a las barbaries cometidas fue una forma de permitirlas (Jewish Virtual Library, 2016). Un contraejemplo nos muestra cómo también era posible romper el silencio y posicionarse en favor de las víctimas en pleno Nazismo. El 24 de agosto de 1941 18 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen Hitler suprimió de manera oficial el programa de exterminio de personas con enfermedades mentales gracias a las quejas y demandas de pastores protestantes y curas católicos (Torrens, 2006). Los métodos utilizados en el Tercer Reich para ganar complicidad y contar con la participación de la ciudadanía local en el genocidio de las víctimas del Holocausto son ampliamente conocidos. Para evitar reacciones como las protestas del ejemplo anterior y otras formas de resistencia a la implementación de las políticas de exterminio, el régimen Nazi hizo uso de propaganda, adoctrinamiento y también del desarrollo de un proceso gradual de deshumanización de las víctimas para poder llevar a cabo el exterminio de las mismas en el momento más conveniente (Torrens, 2006). Igualmente, otro elemento crucial que generó la complicidad de la sociedad europea en la participación del Holocausto fue el racismo profundo que ya calaba en la población antes del Tercer Reich, como consecuencia de años de persecuciones, expulsiones, leyes de exclusión y violencia en toda Europa El anti-Gitanismo que ya estaba presente en la sociedad europea antes de la Segunda Guerra Mundial funcionó pues como un elemento catalizador del genocidio del pueblo Gitano, en la medida en que creó un ambiente social de aprobación y consentimiento de los planes Nazis para el exterminio. Este aspecto pone pues en evidencia la responsabilidad actual de la ciudadanía en los procesos de estigmatización racista que todavía hoy sufren las personas gitanas a lo largo de todo el continente. En este sentido, se debe tener especialmente en cuenta las posibles consecuencias del anti-Gitanismo hoy en día, especialmente si sigue prevaleciendo la omisión y el consentimiento frente las agresiones y la vulneración de los derechos fundamentales de la comunidad gitana. RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 19 El Papel del Diálogo y de las Interacciones en la Superación del Anti-Gitanismo Si la ciudadanía compartió la responsabilidad del Samudaripen y comparte la responsabilidad del actual anti-Gitanismo que asola Europa, ¿cómo podemos entonces cambiar este panorama? ¿Cómo puede transformarse el racismo profundo que nunca dejó de existir y alimenta el crecimiento de partidos xenófobos en la actualidad? ¿Qué conocimientos científicos aportan herramientas válidas que pueden promover este cambio? El giro dialógico que están dando las Ciencias Sociales contemporáneas ofrece respuestas a tales cuestiones, en la medida de que centra los intereses de investigación en los avances y cambios sociales, donde el diálogo ocupa un lugar cada vez más importante. Autores como Habermas (1987) y la teoría de la acción comunicativa o Touraine (1993) plantean este cambio de la sociedad actual en el que el dialogo y el consenso son centrales en las relaciones sociales. De acuerdo con esta perspectiva, crear las condiciones para que el Samudaripen no vuelva a existir, reforzando la convivencia entre personas de diferentes culturas y etnias en una Europa plural, es una realidad posible. Tales condiciones deben ser continuamente consensuadas entre las personas a través del diálogo, ya que en la actual sociedad del riesgo (Beck, 2008) las relaciones sociales no están predeterminadas, y la búsqueda del consenso implica excluir del proceso la imposición y la violencia. El diálogo penetra cada día más en las relaciones y actos comunicativos de los individuos, grupos e instituciones, convirtiéndose en su eje vertebrador. Sin una perspectiva dialógica, no puede explicarse la evolución hacia mayores niveles de democracia en todo el mundo. (Serradell & Munté, 2010, p.347) 20 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen La perspectiva dialógica propone la Radicalización de la democracia como elemento de transformación del odio racista, ya que ella implica la superación de la exclusión debido a la cultura, religión, lengua o estilo de vida, aplicando lo principios democráticos de forma radical (Flecha, 2001). Esta perspectiva también propone la Igualdad de las diferencias como elemento superador del racismo postmoderno, ya que reconoce el derecho de todas las personas a ser diferentes, sin excluir la igualdad de derecho ni la igualdad de oportunidades. Según esta perspectiva, las actuales expulsiones del pueblo Gitano de países europeos no pueden tener lugar, ya que la igualdad de diferencia pone el acento en la igualdad de derechos del pueblo Gitano, priorizando una posición igualitaria para todas las etnias, grupos e individuos (Flecha, 2001, p.94). Por último, la perspectiva dialógica reta a la concepción de territorio, según la cual éste es la propiedad exclusiva de una patria con una cultura, lengua, religión y etnia únicas. La idea de Territorio compartido propone un patriotismo y constitución basados en el acuerdo, donde el vínculo no se establece por el origen racial sino en las normas consensuadas por todas las diferentes personas, con el objetivo de organizar la convivencia (Flecha, 2001). Esta concepción del territorio compartido está totalmente en consonancia con la concepción de identidad transterritorial que caracteriza al pueblo Gitano, un pueblo sin territorio pero unido por una identidad común y global (Sordé, Flecha & Alexiu, 2013). En la búsqueda de consenso de manera dialógica entran en juego las interacciones, que depende de cómo sean pueden fomentar el racismo o superarlo (Serradell & Munté, 2010). Tal como se pudo observar en los apartados anteriores, el racismo se reproduce desde la estructura (como los partidos políticos, medios de comunicación, RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 21 instituciones), y también desde las relaciones cotidianas (mundo de la vida). La clave en este proceso de reproducción está en el tipo de interacciones que se dan en ambos contextos. La imposición y el engaño son característicos de las interacciones de poder, mientras que la sinceridad y el consenso sin coacciones son características propias de las interacciones dialógicas. En nuestras sociedades conviven las interacciones dialógicas y de poder. Podemos entender la democracia a partir de la concepción de los actos comunicativos, como un conjunto de relaciones dialógicas entre grupos, instituciones e individuos en las que predominan los actos comunicativos dialógicos pero en las que también se dan, en menor medida, actos comunicativos de poder (Serradell & Munté, 2010). De esta forma, interacciones racistas que, aun siendo sinceras, buscan un efecto exclusor, segregador y/o negativo de otras personas, no son dialógicas, sino de poder. Cuando en una sociedad predominan las interacciones de poder, ya sean en el mundo de la vida o desde las estructuras, se refuerzan los estereotipos que recaen sobre los grupos más vulnerables, como las personas gitanas. Las interacciones de poder fomentan los discursos racistas y xenófobos (Serradell & Munté, 2010), y por su naturaleza engañosa y coercitiva prevalecen en ambientes antidemocráticos como el Tercer Reich. En contrapartida, cuando predominan las interacciones dialógicas se favorece la heterogeneidad, se saca mayor beneficio de la diversidad cultural y de esta forma se reduce el riesgo de reforzar estereotipos, reforzando de este modo la idea de democracia (Serradell & Munté, 2010). Por tanto, desde las aportaciones de las Ciencias Sociales ya se ofrecen herramientas que promueven la superación del racismo en las relaciones sociales, ya que “cuando el diálogo adquiere mayor importancia en las relaciones sociales, las posibilidades de combatir los discursos racistas son mayores”(Serradell & Munté, 2010, p.353). Está pues en las manos de la ciudadanía de toda Europa hacer 22 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen prevalecer las interacciones dialógicas en todas las instancias, desde las instituciones hasta las relaciones más cotidianas, y así crear las condiciones necesarias para que no volver a permitir un nuevo Samudaripen en nuestra historia. Conclusiones El pueblo Gitano y el pueblo Judío fueron los únicos pueblos destinados al exterminio por motivos raciales durante el Tercer Reich (Hancock, 2007). Durante el Samudaripen, genocidio del pueblo Gitano durante la Segunda Guerra Mundial, el número estimado de víctimas se calcula entre 220.000 y 500.000 personas gitanas (Torrens, 2006). Si observamos específicamente el territorio alemán, se estima que el 75% de la población gitana fue exterminada (Hancock, 2001). A pesar de la gran importancia histórica del Samudaripen, el estudio del exterminio especifico de personas gitanas no ha sido abordado hasta hace relativamente pocos años, especialmente gracias a activistas e investigadores comprometidos con los derechos del pueblo Gitano. Esto ha supuesto empezar a dar visibilidad a un genocidio por muchos años olvidado, y durante el cual se asesinaron a millares de personas gitanas durante el régimen Nazi. El anti-Gitanismo, ideología que implica diferentes tipos de racismo y que se manifiesta a través de la violencia, el discurso de odio, la explotación y la discriminación del pueblo Gitano (Nicolae, 2006), se manifestó durante el Samudaripen de un modo evidente. Sin embargo, esta forma de odio específica en contra de la población Gitana sigue muy presente en nuestros días, demostrando que el racismo y los prejuicios contra la población Gitana no han desaparecido nunca. De hecho, este rechazo sistemático se remite a la misma llegada de este pueblo a Europa en el siglo XIV, encontrando su máxima expresión centenares de años después durante la Segunda Guerra Mundial bajo el Samudaripen. RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 23 Cuando el Tercer Reich asumió el poder en 1933 solo tuvo que dar continuidad a las persecuciones que ya existían: azotes a las mujeres romaníes, pogromos, esclavitud, leyes de exclusión y asesinato, entre otros. El terreno ya estaba preparado para este genocidio. El racismo ya calaba hondo en las personas, expresándose durante años de persecución y violencia contra el pueblo Gitano, lo que funcionó sin duda como elemento catalizador para que existiera el Samudaripen, en la medida que creó un ambiente social de aprobación y consentimiento hacia los planes nazis. De esta forma, aunque el Tercer Reich fuera el principal protagonista del Holocausto, se considera que la política de exterminio Nazi no hubiera sido viable si no hubiera contado con la participación de la ciudadanía europea en las denuncias, persecuciones a las víctimas y apoyo a las intervenciones institucionales del régimen. Por otro lado, también la omisión, el silencio o la indiferencia frente a las barbaries cometidas fue una forma de permitirlas. Así, esta lección del pasado pone de manifiesto la responsabilidad de la ciudadanía en los procesos de estigmatización racista de las personas antes, durante y después del Samudaripen. Frente a las preguntas de cómo desde la ciudadanía se puede transformar el racismo de fondo para que no vuelva a existir nunca más un Samudaripen, encontramos la perspectiva dialógica de las Ciencias Sociales, un conocimiento científico que ya ha aportado herramientas útiles para promover el cambio social en la lucha contra el anti-Gitanismo. Así, la Radicalización de la democracia, la Igualdad de las diferencias, la idea de Territorio compartido y las interacciones dialógicas, deben considerarse elementos de transformación del odio racista, ya que promueven la superación de la exclusión social por motivos de cultura, religión, lengua o estilo de vida. Igualmente, en lo 24 Santos, Macías, Amador, Cortés – Samudaripen que se refiere a los actos comunicativos, cuando predominan las interacciones dialógicas se favorece la heterogeneidad, la diversidad cultural y la democracia, a la vez que se reduce el riesgo de reforzar estereotipos. Es por tanto responsabilidad de la ciudadanía de toda Europa trabajar para que prevalezcan tales interacciones en todos los ámbitos, desde las instituciones hasta las relaciones más cotidianas, para así crear las condiciones necesarias que no permitirán un nuevo Samudaripen en nuestra historia. Notas 1 En húngaro Jobbik Magyarországért Mozgalom (abreviado comúnmente como Jobbik). A pesar de que Porrajmos es la palabra más utilizada por gitanos y gadjes (no gitanos) para referirse al genocidio especifico de personas gitanas por parte del Nazismo, es necesario destacar que existe un número cada vez mayor de activistas gitanos (especialmente procedentes de los Balcanes y Europa del este) que prefieren utilizar el término Samudaripen, un neologismo romaní que significa “Asesinato en masa” o “la gran matanza”. Esto es debido a que la traducción explicita de Porrajmos en algunos dialectos del Romani significa “violación”, y no “devoración”, además de tener una fuerte connotación sexual, lo que es considerado como una gran ofensa cargada de prejuicio. Por ello, y a pesar de que la palabra Porrajmos sea con mucho la más frecuentemente utilizada, hemos decidido deliberadamente utilizar para este artículo la palabra Samudaripen, ya que no tiene connotaciones negativas por ser un neologismo. Debemos destacar que el uso de la palabra Samudaripen también ha sido criticado, sin embargo no por su significado, sino por su creación lingüística, ya que como neologismo incumple con algunas de las reglas de la lengua romaní, especialmente como consecuencia del contacto de dicha lengua con otras lenguas europeas. 3 Según la RAE, saqueo y matanza de gente indefensa, especialmente judíos, llevados a cabo por una multitud. 2 RECEI - Scientific Journal on Intercultural Studies, 2 (1) 25 Referencias Aiello, E; Mondejar, E & Pulido. M.A. (2013). Communicative Methodology of Research and Recognition of the Roma People. International Review of Qualitative Research, 6 (2), 254-265. doi: 10.1525/irqr.2013.6.2.254 Ajuntament de Barcelona. (2006). Com expliquem l’Holocaust. Guia per a l’educació sobre la Shoa. Barcelona: Ajuntament de Barcelona. Regidoria de dona i Drets Civils (CD). Amnesty International. (2011). Parad el racismo no a las personas. 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