— 256 — Jurisprudencia SUMARIO — La existencia, en un campo, de un camino vecinal no mencionado en la de la escritura pública por la que se lo trasmitió, por el modo tradición, no constituye un gravamen real ni menos personal que comprometa la responsabilidad de los enajenantes de su dominio, y aún cuando en la escritura titulación ni^^en el cuerpo hayan afirmado que la venta la hacían en el concepto -de hallarse el predio libre de cualquier "gravamen real o personal" La hipotética responsabilidad de los enaje nantes sería, en la especie, de índole contractual, ya que deriva de una coincidencia convencional de voluntades . El traslado de los principios de la culpa aquiliana a las convenciones, comporta confundir dos órdenes de ideas que difieren total-mente en su esencia y ontologfa. Treinta y Tres, agosto 5 de 1960. VISTOS. Para sentencia definitiva de primera instancia estos autos "Compañía del Yaguarí c/ P. M. de L. y D. I. de de L. In demnización por daños y perjuicios". RESULTANDO: I) Que en escrito de fs. 6 a 8 vta., de fecha 24 de mayo de 1955, don A. D., presidente de la "Compañía del Yaguarí .S. A." (ver recaudos de fs. 1 a 3), expone: que por escritura de compraventa y tradición, autorizada en abril de 1953 por el Escribano don Mario Gílbert, cuya primera copia debidamente inscrita obra en poder del Banco Hipotecatío del Uruguay, la Sociedad "Compañía del Yaguarí S. A." -adquirió de don P- M. de L. y de D. D. I. de de L,, el inmueble empadronado con el N*? 1579, sito en el departamento de Tacuarembó, con una superficie de 1.729 Hs. 3.861 mts. 40 dm cuadrados, estableciéndose en la cláusula pri caratulados — de la escritura, que la venta bre" de cualquier "gravamen real mera se hacía "en el concepto de hallarse li Agrega que al ocupar la principalmente a explotación los perjuicios y molestias consiguientes al sufrido han agrícola-ganadera, continuo paso de personas y de ganados procedentes de campos, no sólo lin ave deros, sino también de campos más alejados al de la Compañía y hechas o personal" Sociedad el mencionado inmueble, que destina riguaciones, mueble, que de los vendedores, ha resultado que el in está concepto de estar Ubre-de .todo gravamen real y personal, que en no provinieron — 257 — una servidumbre de paso cuya existencia conocían los vendedo data de muchísimos años, servidumbre que de acuerdo con las dis y que posiciones legales vigentes se pueden suprimir. Dice, además, que el vendedor L., había iniciado en febrero 4 de 1952, con anterioridad a la campra-venta, afectado por res de Tacuarembó para proceder al encallamíento de esa senda de paso, hecho que les fue ocultado por los vende dores La afirmación de éstos, en la cláusula primera, de que el inmueble, además de estar libre de embargo, interdicción, etc., estaba libre de "cual real o personal" constituye un hecho ilícito (arts 1319 otro ante la gestiones Intendencia Municipal . gravamen quier necesarios para una parte de éste, que la explotarla para en disposiciones legales concordantes y aplicables) ; que los cálculos de inversiones y gastos adecuada y económica explotación del inmueble, por afectada por esa servidumbre, es económicamente apta del C. Civil y demás este hecho los indujo a error en agricultura cuanto y, en a consecuencia, para evitar las pérdidas, inconvenientes que apareja tal situación, se hace imprescindible riesgos el encallamiento de la senda de paso, lo que así había; estimado el mismo señor de L. al realizar gestiones administrativas para ello, que les ocultó y de las que se han enterado con posterioridad. Dicen también que los daños e y perjuicios por este hecho ilícito son, no sólo los causados hasta ahora por el continuo movimiento de las haciendas y el perjuicio a los sembrados, si no, además y principalmente, la pérdida del terreno y los gastos que deman dará el encallamiento de la senda de paso y que son, además del trámite pa ra obtener la autorización, el alambramiento de la senda, unos 1.800 mts. longitud (3.600 mts. de alambrado), su pavimentación como camino y exigencias de las disposiciones vigentes o a dictarse, quedando la pro piedad partida en dos, cosa que importa gastos en porteras y su desvalorización. Ofrecen prueba y al fundar el derecho expresa el compareciente que no inician una acción de rescisión, porque no solicitan ni la rescisión de la venta ni tampoco la disminución del precio, que es lo único que se puede pe de demás dir en esa acción, para cuyo fundamento es indiferente la buena o mala fe, culpa en el vendedor, sino que inician, aquí, la acción de daños y perjuicios provenientes del hecho ilícito (art. 1319 del C. Civil) de haberlos llevado a engaño los vendedores, afirmándoles que el inmueble estaba libre de cualquier gravamen, a sabiendas de que existía esa servidum bre de paso y haberles causado así, los daños y perjuicios que han descripto. Ese hecho es civilmente doloso, pero en la mejor de las hipótesis para los de mandados, será civilmente culposo y, de acuerdo con lo dispuesto en los arts. 1319 y concs. del C. Civil, los demandados están obligados a indemni zarles esos daños y perjuicios, cuya liquidación se hará en el procedimiento de hquidación de las sentencias. Su responsabilidad solidaría (art. 1331 del C. Civil) sí se lo considera delito civil y proporcional, sí lo considera cuasi la culpa delito li « . o ausencia de Estiman- el monto del asunto, a los efectos del sellado en veinticinco — 258 — mil pesos, sin perjuicio de ulterioridades y a los demandados a indemnizar a la danos y perjuicios, declarando que con las costas y los costos a su su pide, que en definhiva, se condene "Compañía del Yaguarí S. A." los obhgación de indemnizar es solidaria. cargo. Conferido traslado de la demanda en esta sede II) (fs. 29 vta.), fue evacuado de fs. 32 a 36 por los señores C. H. A., B. B. S. y R. O. G., por los demandados (ver primera copia del poder a fs. 31), quienes ex presan que la demanda incoada carece en absoluto de razón, rechazando ex — presamente todos sus extremos, elementos constitutivos de un accionamiento mverosímíl y temerario, por lo que el libelo deberá ser desechado con especial condena a las máximas sanciones procesales. Al respecto dicen, que es indu dable que la servidumbre de paso contribuye un gravamen a la propiedad, la especie, para que se considere configurada tal carga predial es existencia de determinados presupuestos sin los cuales no puede hablarse de servidumbre de paso, ésta exista es necesario la mas. en menester la pues, para que existencia de predios enclavados y la reclamación del paso por los propieta rios de éstos y ello es así, por cuanto, si bien el origen de este gravamen es legal, su constitución no se opera de pleno derecho sino a instancia del par ticular afectado (Guillot "Comentarios al C. Civil" T. IV par. 47 pág. 49). Su previsión es legal pero su constitución definitiva requiere un acto expre so de pedibílidad por parte del o de los interesados (a. 581 C. Civil). La constancia de tal acto debe ser íc-hacíentemente justificada por el actor. La existencia de tal gravamen requiere necesariamente la existencia de título, no siendo la prescripción habilitante para constituirlo. Ello responde a que la servidumbre de paso, dentro de la clasificación de la ley positiva, es una serv'dumbre discontinua (a. 551 inc. 2 C. Civil) : Feo. del Campo "De recho Civil" T. II., Bienes, págs. 122-124 y Guillot, Ibídem par. 27, pág. 31). Según lo establece el art. 633 "las servidumbres discontinuas de todas clases, sólo pueden constituirse en virtud de título". De consiguiente, la cons titución de la "servidumbre de paso'' aludida en la demanda debe constar en título hábil (art. 1664 C. Civil). Desde luego que este extremo, así como los restantes que se necesitan para la configurac'ón de tal gravamen, debe ser objeto de prueba en su oportunidad por la parte actora, por lo que "los predios todos se presumen libres, hasta que se pruebe la existencia de la servidumbre" (a. 631 C. Civil) y habiendo la contraparte alegado la exis tencia de tal gravamen corresponde a ella la prueba de su afirmación (art. 329 C. P. C), pues los comparecientes niegan la existencia de tal servi cuestión dumbre man-'festando que sus representados vendieron el predio en haber los ven "libre de toda obligación y gravamen". Dicen que el hecho de de Tacuarembó, pa dedores realizado gestiones en la Intendencia Municipal de servidumbre esa de paso", no le da derecho ra proceder al "encallamiento de ahí, la existencia de tal servidumbre. para deducir No existiendo tal ser- — 259 — vidumbre que grave el predio vendido, el paso por el mismo de animales y personas puede deberse a la existencia de estas dos circunstancias que no habilitan la acción de autos: a) la mera tolerancia por parte de los propieta rios de tal clase de tránsito y b) la existencia de un camino público. En el primer caso, tal tránsito debe considerarse hecho en forma precaria, exclu obsequiosidad y tolerancia de sus dueños, que no implican creación de gravamen predial, no dando, en consecuencia, asi dero válido para reclamar daños y perjuicios en caso de venta del predio mediando tal hecho (ver L. J. U. caso N"? 937) y, en la segunda posición tampoco puede prosperar la acción, por la razón de que la senda no sería propiedad particular, sino pública (art. 478 C. C. ; 49 C. Rural y art. 1*? decreto-ley N? 10.382 de 13 de febrero de 1943), en cuyo caso caso no pue de hablarse de gravamen al predio en cuanto el área ocupada por la senda, siendo ésta pública, no pertenece al dominio privado sino al dominio pú blico, distinto de aquél. En este evento podría ocurrir que, al procederse a la venta del bien a cuyo través pasa el camino se comprendiera en la misma área de éste, hecho que daría lugar a una proporcional reducción del precio pactado en el contrato respectivo; mas, el actor no ha alegado tal supuesto, ni tampoco reclama desminución alguna de precio en cuanto así expresa mente lo dice en el capítulo de derecho de su demanda. Agregan que de ser ciertas cualquiera de las hipótesis establecidas precedentemente, tránsito por tolerancia o existencia de camino público por el sitio a que alude la de sivamente, como un acto de — manda municipal el hecho de haber solicitado por uno de los mandantes autorización para encallar lo que el actor pretende ser una "servidumbre de tránsito" no — da derecho a la reclamación de autos, ni ello contituye prueba ni título del supuesto gravamen aludido por la parte actora. Encarada la acción desde otro ángulo ella tampoco puede prosperar. Según lo expesa el demandante, la "senda de paso" que imaginariamente crea, implicaría un hecho conocido de los representados de los comparecientes, el que no se puso en conocimiento del comprador en el momento de la venta, induciendo a éste, entonces, en error. De ser así — que no lo es — tal supuesto entraría dentro de la previsión del "vicio redhibitorio" que el Código Civil reglamenta en sus arts. 1178 y ss. y según estas disposiciones, el comprador que efectuó el negocio, mediando un vicio oculto que no conocía al "tiempo del contrato, puede, excluyentemente, optar por la rescisión del contrato de venta o im petrar la rebaja de una cantidad proporcional del precio (art. 1720 C. C). Cierto es, que el art. 1721 del referido Código prevé también la indemniza ción de los daños y perjuicios irrogados por la existencia de vicio semejante, ' más, adviértase que, perjuicios sólo en este evento, la acción indemnizatoria de los daños procede en el caso en que el comprador opte por la resci sión del contrato haciendo, en consecuencia, de la acción indemnizatoria una acción subordinada y condicionada a la rescisoria, prevista como acción priny 260 — En el caso de autos no la rescisión del contrato (fs. 7 cípal. juicios, acción como solamente si va se — reclama ni la vta. independiente, ) rebaja del precio ni se incoa ; por lo tanto la acción de daños y per no puede prosperar acompañado la acción de rescisión del en tanto ella contrato. procede Esta acción ^inadmisi por sí sola no puede prosperar. Y sí se colocaran en la hipótesis ble desde luego de que tal vicio en realidad hubiera existido, el trámite — — Compañía tampoco sería procedente por haberse extinguido correspondiente. Así surge en forma clara del art. 1726 del C. Civil al establecerse que "las acciones a que dé lugar el saneamiento por vi cios ocultos, según las disposiciones precedentes, se extinguen a los seis me ses contados desde la entrega de la cosa vendida" y dentro de las "disposi ciones precedentes" de que habla este artículo están precisamente las accio nes por rebaja del precio, la rescisoria y la indemnizatoria por daños y per juicios subordinada a la anterior. Teniendo en cuenta que la tradición del predio litigioso se efectuó el 14 de abril de 1953 (fs. 6), fácilmente se de duce que tales acciones, de ser procedentes, estaban extinguidas el 24 de ma yo de 1955 fecha de comienzo de esta litis (fs. 8 vta.). Expresan concre tamente que de manera subsidiaría, alegan esta prescripción para el caso que el Juzgado entendiera no ser de recibo las anteriores argumentaciones. Ter minan manifestando los comparecientes que aún admitiendo la procedencia de este accionamiento la demanda estaría mal preparada por cuanto la parte actora no cumplió con el requisito previo de hacer constituir en mora a la parte demandada (arts. 1336 y 1341 del C. Civil), mediante actos forma les de constitución (art. 216, 4*? COT) y que, por otra parte, el actor debió presentar "in limine litis" el documento público en que consta la venta del bien objeto de pleito y el título de la servidumbre cuya existencia afirma, pues así lo exige el art. 289 CPC y establece el art. 290 del mismo Código que, posteriormente, no se premitirán al actor otros documentos que los de fecha posterior o anterior con sujección al art. 374, circunstancia en la que Esto todo autoriza también el rechazo no dijo encontrarse la contraparte. de la demanda la que, por el último defecto apuntado, hasta pudo repelerse de oficio (art. 286 C.P.C. ) Piden que en definitiva se rechace la demanda iniciado por la la acción . con expresa condena III) — en su En la en costas y costos. réplica (fs. 38-40), demanda, agregando la parte actora se ratifica en lo ex que comparte la afirmación de la contra puesto parte, de que la servidumbre de paso constituye un gravamen a la propiedad, afirmación que confirma el fundamento de su acción, desde que no está libre de "toda, obligación y gravamen" un predio que soporta una servidumbre de asimismo, la afirmación, de su contraria de que la pre paso y que. comparte, visión de la servidumbre de paso es legal, y. para que exista .dicha, servidum presupuestos, no siendo absolutamente necesario, un conste la existencia de la servidumbre,. desde que ella necesario ciertos bre título material es en que ■— puede ser es que paso el 261 — por la ley, existiendo detrminadas circunstancias de hecho, de autos, en que se encuentran frente a una servidumbre de que la Compañía no tiene más remedio que soportar pur im impuesta caso existente, disposiciones legales en vigencia. Trae a colación los arts. 52 Código Rural y aclara que probará en su oportunidad que el predio adquirido está sometido a una servidumbre de paso que no puede ser supri mida por la sola voluntad del propietario del predio sirviente, siendo en este aspecto, decisiva la autorización solicitada a la Intendencia Municipal de Ta cuarembó por los antiguos propietarios para encaÜar la senda de paso; no de las perio y 53 del se trata de un acto de mera impuesta por la ley, de ción entablada. Insiste C. un en tolerancia, sino de una verdadera servidumbre real, que justifica y fundamenta la ac fundamentan la demanda en el art. 1319 del que hecho ilícito ocultar, en el momento de la venta, gravamen Civil, desde que es un predio vendido como que el libre de toda obligación y gravamen, se encon traba, sin embargo, afectado en un gravamen que dism'nuye sensiblemente su valor, no correspondiendo, por ende, alegar la prescripción, la que es apli cable, solamente a la acción que prevé el art. 1726 del C. Civil. En cuanto a que no se procedió a constituir previamente en mora a la parte demandada, según lo disponen los artículos 1336 y 1341 del C. Civil, mediante actos for males (art. 216, 4° del COT), expresa que dicho requisito procede en el caso de obligaciones bilaterales o sinalagmáticas, es decir, que imponen obli-- gaciones recíprocas, pero no es necesario ni procedente, cuando se trata de obligaciones derivadas de un hecho ilícito, como aquel en que se funda la demanda, derivada del art. 1319 del C. Civil. Que también es insostenible el argumento de que debía haberse acompañado a la demanda la escritura de compra-venta del inmueble y el título en que consta la servidumbre, pues la ley no exige que se presenten los documentos, sino que alcanza con que in dique la oficina pública propiedad se encuentran o el archivo en el Banco en que se encuentran y los Hipotecario debido a la pesa sobre el inmueble. Termina manifestando que en lo que agrgación del título de servidumbre, él no está en posesión de no necesario para que exista una Si él existiere, no estaría, desde luego, en creyendo que sea títulos de hipoteca que la se refiere su poderdante, servidumbre, un a titulo poder de sus represen título establece la el desde tados, servidumbre, debería estar en po que que no del dueño del predio que soporta la esrvidumbre sino en último caso, der, del dueño del predio, en beneficio del cual se establece el gravamen, o sea, del predio dominante. Aunque no exista un título estableciendo la senda de paso, ella está impuesta, como se ha dicho, por disposición expresa de la ley. Pide que en definitiva se condene a los reclamados en la forma impetrada material. en el escrito de demanda. IV) — En la todo, lo dicho en duplica (fs. 42), la parte demandada se ratifica, el anterior escrito de contestación de la acción. en un — 262 — Por auto N<? 3885 de fs. 42 y vta., se abrió el juicio a la determina el Certificado de que Probanzas de fs. produciéndose V) — vta., habiendo 123 a 132). VI) alegado las partes por su orden (fs. 110 a prueba, 103 y 119 vta. y fs. Consta, además: a) haberse henado el requisito constitucional — de la conciliación testimonio a fs. 28 y b) la convocatoria para sen tencia por la providencia N"? 4675 de fs. 132 vta., habiendo pasado al des pacho, a tales fines el día 19 de febrero de 1960 (ver nota precedente) — — . CONSIDERANDO : Que de conformidad A) con las probanzas incorporadas las partes, de acuerdo a la exigenc'a contenida Procedimiento Civil, corresponde hacer lugar de autos Surge a) Que P M . . de L . . I a al el art. 329 del la demanda pleito por Código de planteada. : el día 14 de abril del año y D en . de de L — . , 1953, los esposos en únicas nupcias en el Pleito vendieron los demandados — Compañía accionante, una fracción de campo, con todas las mejoras en contenidas, ubicada en la 7^ sección del Departamento de Tacuarembó, paraje "Yaguarí" padrón N? 1579, con una superficie de 1.729 Has. 3 861 mts., 40 dms., cuadrados, por el precio de doscientos ochenta y cuatro pe sos con quin'entos noventa y ocho milésimos la hectárea ($ 210.00 cua dra), con un total global de $ 492.181.05, estableciéndose en la cláusula primera de la escritura de compraventa "... en el concepto de hallarse libre de embargo, interdicción, reivindicación, promesa de venta a plazos, hipote ca o cualquier otro gravamen real o personal y asimismo de no adeudarse a la ella nada por alambrados divisorios o medianeros y libre de arrendatarios u ocu pantes a cualquier título..." (ver copia simple de la mencionada escritura fs. 49|54 y plano de fs. 55) ; b) se alega en la demanda que al ocupar la Compañía el mencionado inmueble, que dedica principalmente a explotación agrícola y ganadera, han sufrido perjuicios y molestias ocasionados por el continuo paso de personas y ganados procedentes de campos, no solamente linderos, sino también más lejanos. Está probado en autos la existencia, dentro del predio de la Com pañía, de un camino vec'nal, que afecta al mismo y cuyo origen se remonta a muchos años atrás de la mencionada compra-venta. A tal efecto, son im portantes, las siguientes probanzas incorporadas por ambos litigantes : a 1*?. en se Informa del — Concejo Departam.ental de Tacuarembó de fs. 59, el que se establece concretamente que a juicio del Inspector respectivo, "... estima imposible la clausura del mismo"; el importantísimo informe del perito Agrimensor Ramón C. 29. — Rodríguez, 3g. rembó ; —que aceptó el cargo a fs. 63 el informe de fs. 74 vta. del — de fs. 65 y croquis Concejo Departamental — de fs. 64; de Tacua •— 4°. — los informes de la Oficina Departamento, mo 5"?. — 69. de fs. 77 vta. — Departamental 78 y fs. la carpeta W 56467 de fs. (Vialidad) cas, 263 de Catastro de! mis vta. ; 81 del Ministerio de Obras Públi ; declaraciones de A. C. E. y G. P. F., de fs. 86 a 87 al tenor del interrogatorio de fs 84 y vta ; de los vecinos del predio A B F L S. y J. F. M. de fs. 93 a 94 vta., iiit. a fs. 91 y del también vecino A. _ . V. fs. 97v a 79. ante paso 98v. al tenor . — EN SÍNTESIS en c) pleito, : está claramente fecha anterior — Que el consiste daños y a . . . , del cuestionario de fs. 97 y vta, ; la gestión iniciada el dia 4 de febrero de 1952 por la ex-Intendencía de Tacuarembó, para el encallamiento de (fs. 61). mino, el . comprobada la compra- venta el señor L. la senda de la existencia de tal ca . que queda por resolver y sobre el que gira todo saber si tal gravamen puede motivar esta acción por basada en el artículo 1319 del Código Civil. problema en perjuicios, Acompañamos en tal sentido la argumentación del apoderado de la Com pañía reclamante, cuando estampa en su alegato de bien probado (fs. 116 en adelante) que "... Deberemos analizar si una persona que a sabiendas de que existe una importante servidumbre, que grava un bien, lo vende en el concepto d estar libre de toda obligación y gravamen, realiza o no un hecho ilícito. La doctrina universal se divide, en cuanto a si el concepto de ili solamente aquello que está reñido con la ley positiva, para otros el concepto de ilicitud civil debe tener una aceptación más amplia, siendo no solamente ilícito aquello que contraviene las disposiciones de la ley positiva, citud es sino lo que atenta contra la mora!, el orden Dentro de nuestra legislación positiva, que y las buenas costumbres. lo que nos interesa analizar, público es resulta indudable que la disposición del Código Civil en que basamos la de no identifica lo ilícito con lo ilegal. Así lo sostienen destacados ju manda ristas uruguayos. Amézaga, siguiendo a Planiol, enseña que para determi el concepto de ilicitud, debe tenerse en cuenta que la ley impone las si guientes obligaciones: a) abstenerse de toda violencia hacia las cosas o hacia nar las personas; b) abstenerse de todo fraude, esto es, de todo acto irregular o doloso, destinado a perjudicar a otra persona; c) abstenerse de todo acto que exija una cierta fuerza o una cierta habilidad que no se posee en el grado vigilancia suficiente sobre las cosas peligrosas se tiene bajo su guarda". (Amézaga, Jorge Peirano Faccío sostiene que ni el sentido actual de la palabra ilicitud ni el contexto del Código Civil, ni sus antecedentes, permiten afirmar que a los efectos del art. 1319, el único cri terio de ¡licitud es el de la ilegalidad del acto. De la confrontación de los di- requerido; y d) ejercer una sobre las personas que que poseen "Culpa Aquiliana", Pág. 20. El Dr. se o — 264 — textos legales, se desprende que en el sistema del Código Civil Orien expresión ilícito no puede definirse haciendo referencia únicamente a un criterio estrictamente legalista y que por tanto son causas u objetos ilí citos, no sólo los que van contra las leyes, sino también los que se apartan del orden público, de las buenas costumbres o de la moral. Nuestra juris prudencia ha aceptado en general las conclusiones de esta corriente doctri versos tal la naría estableciendo que existe hecho ilícito aún en muchos casos en que no está expresamente prohibido por la ley. Se ha fallado entre otros casos que exis alguna disposición estatutaria de una sociedad mureglamento de una sociedad hípica; tualista; cuando se viola un reglamento relativo a estaciones radiodifusoras dictado por la autoridad competente; cuando se vende a un particular una piedra de afilar que tiene fallas, que llevarán a su estallido: etc., etc. (Jorge Peirano Faccío. "Responsabilidad extracon tractual", Págs. 253 y sigts.). Enten te ihcitud cuando cuando viola se se viola el artículo del demos que la actitud de los demandados ha sido claramente violatoría de la ley, pero aún en el caso en que no lo fuese, nadie por insensible que sea a los dictados de la justicia, de la moral, de las buenas costumbres y de rela ciones de lealtad que deben presidir las relaciones entre los hombres, podrá afirmar que el hecho cometido por los Sres. de L. no es un hecho ilícito. seguro que los numerosos y distinguidos profesionales que patrocinan la contraparte, no podrán afirmar ni demostrar que es un hecho lícito que una persona venda como libre de obligación y gravamen un predio, a sabien Estoy a das que dicho está afectado por un camino, que lo divide en dos, lo su valor y que vende a sus contratantes, como que disminuye si fuera terreno aprovechable una importante superficie que debe ser desti predio sensiblemente nada, por imperio de la mencionado camino ni ley, en ficos que fueron tenidos ilícito realizado asimismo caminos, no haciendo referencia para nada del respectiva, ni en los antecedentes grá cuenta para escriturar. Existe, pues, un hecho a la escritura en con intención dolosa, desde que los vendedores co perfectamente la existencia del camino y tenían conciencia de que al vender en esas condiciones le ocasionaban un serio perjuicio a los compra nocían dores . En cuanto la aplicación de las disposiciones relativas al saneamiento (arts. 1720 y 1721 del C. Civil), tam bién acompañamos a la parte actora, cuando dice : "... que dichas disposi ciones no son aplicables al caso subjudice y que el único camino que tenía mi poderdante era, el proceder basando su acción en el art. 1319 del Código por defectos o a vicios redhibítorios Civil. La contraparte afirma que deberíamos de haber accionado reclamando el saneamiento por vicios redhibítorios. Es claro que este accionamiento no era posible en el momento de entablar la demanda, desde que la acción esta ría nes prescripta. Pero aunque la acción no estuviese prescripta, las disposicio abogados de la contraparte no servirían para fundamentar que citan los — 265 — accionamiento Los artículos pertinentes del Código Civil tienen su concordancia entre otros, en el Código Chileno, art. 1858, en el Código Ar gentino 2164 y 2170. En el Proyecto de Freitas, arts. 3581, 3602..." (ver, además, según opinión del Sentenciante los arts. 1860 y 1861 del C. nuestro . Chileno; 2174, 2175 y 2176 del C Argentino y 3588 y 3589 del Proyecto "Citaré algunas de las opiniones de los comentaristas de las Freitas) disposiciones idénticas de los Códigos extranjeros, para fundar mi posición. Machado, al comentar el Código Civil Argentino, manifiesta : "En los casos de mala fe, no es la acción redhíbitoria la que debe deducirse, porque ella se de . limita . . disolver el contrato a el de daño y Pág. 589). idéntica de o a hacer deducir el fundados el art. menor valor de la 2176". cosa. Es Tomo V; (Machado, argentino, por lo tanto, comentando la disposición Código Civil, nos da la razón, al afirmar que, en el caso perjuicios, en Un autor nuestro actúe de mala fe, que en este caso es evidente, desde que el vende dor conocía las circunstancias que menoscababan el valor de la cosa, no pro cede la acción redhibitoria, sino directamente la de daños y perjuicios. Una en que se de las fuentes de nuestro Código Civil, es el proyecto de Freitas. Este autor, al comentar los arts 3581 y 3602 de su proyecto, expresa: "No son vicios redhibítorios : "4^, las servidumbres ocultas de que esté gravado el -inmueble, aunque hagan incómodo Tomo II, Pág. 371). su uso o disminuyan su valor". (A. T. de Freitas, Quiere decir que si hubiéramos accionado basándo nos en que existía un vicio redhibitorio, los juristas defensores de la contra parte se encargarían de invocar ia opinión de Freitas, diciendo que una ser vidumbre que no conocía el comprador no es un vicio redhibitorio. El Dr. Arturo Alessandri Rodríguez, al comentar el art. 1858 del Código Civil Chileno, concordante con el nuestro, afirma en su clásica obra "De la com praventa i de la promesa de venta" (Tomo II, Pág. 298, parágrafo 1447). "Por las razones expuestas, las ervidumbres que gravan el predio vendido tampoco son un vicio redhibitorio, como lo creían los ormanos i como lo consignaba 63, título 5° de la partida 5^. Corrobora aún más la opi nión que hemos expuesto, la circunstancia de que en el proyecto de Código Civil se considera como evicción parcial la existencia de servidumbres sobre un predio (art. 2036) De este modo su relator quiso excluir la posibilidad la leí . de que de, se lo considerara correcta la Por estos como vicios redhibítorios" FUNDAMENTOS, las 688 del C. Civil y 466 del C. de P. y en definitiva, FALLO : Haciendo . Consideramos, por en reclamación. lugar a la demanda y, disposiciones legales citadas y arts. en primera instancia Civil, juzgando en su mérito, se condena solidariamente los demandados, al resarcimiento de los daños y perjuicios ocasionados por su hecho ilícito. Que se liquidarán de acuerdo con el art. 505 del Cóa — de Proc. digo mente Civil intereses e 266 — legales desde la fecha de incoada concreta la acción. Las costas y los costos a cargo de los perdidosos. Darío Bajac. Montevideo, julio 28 de 1961. VISTOS : En segunda instancia estos autos caratuados : "Compañía Yaguarí S. A. c| D. L. P. M. el. deD. L.,D. Indemnización por daños y perjuicios", L^ 9, F'? 6, N<? 285, venidos a conocimiento de Tribu na en mérito al recurso de apelación concedido a fs. 164v. contra la senten cia N9 59 de fs. 149-160 dictada por el señor Juez L. de Prim.era Instan cia del departamento de Treinta y Tres. Aceptando la relación de los hechos de la causa que se formula en la sentencia apelada; y de RESULTANDO 1° — . Que en : la misma condena solidariamente perjuicios se hace lugar el art. 505 del Código de P. Civil, e intereses cargo de los perdidosos. 29 Que apela la parte demandada tos a la demanda, y en su mérito, los demandados al reconocimiento de los daños y ocasionados por su hecho ilícito, que se liquidarán de acuerdo con a legales, con las costas y cos a fs. 162 y en su expresión de fs. 170-179v. manifiesta: Que para la actora es lo mismo ca agravios mino público que servidumbre de paso; y la sentencia no estudia ni decide la principal cuestión que es esencial para la decisión del pleito : la diferencia que existe entre aquellas dos vías de tránsito; que las servidumbres de paso, cuyas características señala, solamente pueden establecerse por título y no pueden adquirirse por prescripción; el camino público es cosa distinta que se rige por normas jurídicas distintas; la sentencia confunde ambos concep tos y resuelve el caso sobre una base equivocada, pues admite la existencia de una servidumbre de paso cuando lo que está probado en autos es que la — — — vía de tránsito que atraviesa el campo comprado camino — — público vecinal que no constituye a su parte por la actora es un gravamen del predio vendido. de la existencia de la servidumbre alegada. un Por lo demás, no hay prueba Que no es admisible la imposibilidad total de conocer la existencia del ca mino, aducida por la actora, y cuyo ocultamiento malicioso imputa a los ven dedores. A la compradora le era fácil enterarse de dicha vía de tránsito por la del campo, que no es posible haya adquirido sin haberlo de ese camino en las Ofic'nas Públicas también por el relevamiento y indica. luego la posición de la contraparte, acogida por la sen- simple inspección visto, que Impugna — 267 — tencia, en cuanto pretende hacer creer que su parte vendió a la actora más de treinta hectáreas que corresponden al camino, afirmación baladí y teme raria, por los motivos que expresa. Dice al respecto, que por lo demias la probó, como debió hacerlo, que existiera alguna diferencia entre (que consta en título y plano) y la superficie real del campo trans ferido (descontando el camino). Finalmente objeta: a) la legitimación pro cesal activa de la actora por deficiencias en la legalización del mandato con que ha comparecido su abogado; y b) que la parte actora no ha probado, de acuerdo con las disposiciones que cita, que es una sociedad anónima con existencia legal. Termina alegando la falta de prueba sobre el daño emer gente invocado por la actora y agraviándose por la condena en costas y cos tos, que reputa injusta. Solicita que, en definitiva, se revoque la sentencia apelada, rechazándose la demanda, con las sanciones procesales acordes al actora no lo vendido caso. 39. Que la parte actora responde a los agravios de la demandada y, por los motivos que aduce en su escrito de fs. 183-186, sostiene, y así lo solícita que se confirme la sentencia apelada en todas sus partes. — Instruida la instancia subieron los autos al Acuerdo, citadas las partes para sentencia. CONSIDERANDO : IQue la Compañía actora manifestó en la demanda como fun damentación del accionamiento deducido— que por escritura de compra ven ta y tradición autorizada el 14 de abril de 1953, adquirió a los demandados un inmueble rural, empadronado con el N9 1579, ubicado en el — — departamento Tacuarembó, con una superficie de 1.729 Has. 3861 mts. Que en la cláiisula primera de dicha escritura los vendedores afirmaron que la venta la de hacían "en el concepto de hallarse libre" de cualquier "gravamen real sonal". Que al ocupar el inmueble comprado ha venido sufriendo cios y molestias ocasionadas por el continuo de paso provenientes de otros campos, y de las sultado que el inmueble que y personal una han adquirido en per perjui personas y animales averiguaciones practicadas, ha "re concepto de de los o estar vendedores, libre de todo gravamen real legalmente afectado por está servidumbre de paso cuya existencia conocían los vendedores, y que da muchísimos años; servidumbre que de acuerdo con las ta de legales vigentes disposiciones podemos suprimir". Que la mencionada afirmación de los vendedores en la escritura, de que el bien estaba libre de cualquier otro gravamen real o personal constituye un hecho ilícito (arts. 1319 del Cód. Civil y demás disposiciones concordantes y aplicables). Por consiguiente, y en razón de las leyes citadas, están en la obligación de indemnizar los da ños y perjuicios que especifica. Aclara expresamente, que no inicia aquí ni no la acción de rescisión de la venta, ni la de disminución del precio; que accio- — 268 — por indemnización de daños y perjuicios mencionado (art. 1319 del C. Civil). na II. provenientes del hecho ilícito Que en autos no se ha probado la existencia de la servidumbre predial denunciada; gravamen impuesto sobre un predio en utilidad de otro predio de distinto dueño, según definición del artículo 550 del Código Civil, — y que hubiera sido constituida por la actuación concreta de la ley o por la voluntad de los propietarios (arts. 555, 581, 587, 588, 631, 633 y 634 del Código Civil) . está comprobado que atraviesa el campo vendido un camino vecinal de existencia anterior a la compraventa (informes de fs. 59, 65 y V., 74v., 77^ 78v., croquis de fs. 64, carpeta glosada a fs. 81 y de claraciones de fs. 86 a 87, 93 a 94v. y 97v. 98) En cambio, público ., . Las diferencias entre servidumbres de paso y caminos públicos son ma nifiestas en el orden legal. Estos son bienes públicos, cuyo dominio pertenece los departamentales y ve públicos por las autoridades respectivas, quienes ejercen la administración, policía, etc. de los mismos; están sometidos a un régimen de derecho público (arts. 49 y s. del Código Rural; Decteto-Ley N9 10.382). Las servidumbres de paso no constituyen caminos púbhcos; el terreno al Estado cinales — ; — los nacionales deben que ocupan no ser (v. y calificados a los Municipios como — caminos pertenece al Estado ni al Municipio, sino que continúa siendo propiedad particular vado — y régimen legal su principalmente, Código Rural", es, "Comentarios del Frick Davie. de derecho t. pri I, págs. 201 Sayagués Laso "Tratado de Derecho Administra n, págs. tivo", s.). En el concepto jurídico legal no pueden identificarse, pues, los cami nos públicos con las servidumbres de paso, ni es admisible que aciueUos cons tituyan un "gravamen" de la propiedad privada. Y en el aspecto económico de las explotaciones rurales no puede sostenerse, en principio, que los ca minos públicos constituyen factores de desvalorizacíón y daño, sino que, por y s. ; 251 y s. y 262 y s. ; 293 y t. el contrario, son generalmente, elementos de progreso que facilitan la pro ducción y circulación de los bienes, beneficiando a las zonas y predios que les acceden. "Los caminos presentan tales ventajas para la comodidad, re creo, zón educación, defensa se individual y colectiva, economía, etc., que con ra ha dicho que es más barato tener buenos caminos que no tenerlos" Davie, ob. cit., pág. 207). Los inconvenientes o perjuicios que (Frick puedan obviarse con el cercado y, de todos modos, tienen prevista su justa compensación (v. p. ej arts. 55, 59, 60, 65, 71 del Cód. Rural y art. 20 del D. L. N9 10.382). . III. Que en la especie se reclama por los daños que causaría el ca mino que atraviesa el campo comprado, cuya existencia desconocían los com— — 269 pradores ; no consta en el título ni en tiempo de celebrar el contrato. Cabe destacar, en primer término, — él plano y que los vendedores ocul taron al trato en de compraventa cambio no comprobado, que si bien es cierto que en el con menciona el camino público referido, no aparece, hecho que en el plano respectivo tampoco se haya se de tal vía de tránsito. El plano es un elemento gráfico de la titulación, que debe contener determinadas especificaciones, y sin el los escribanos no pueden autorizar escrituras debidamente inscripto cual sobre traslación de dominio o división de inmuebles rurales (art. 7 del Cód. constar la existencia — — 10.386 y sustituido por la Ley 1940). mencionado requisito, estableciéndose Rural, modificado por el D. L. N9 .10.522; decreto del 29 de noviembre N9 de en especie, se cumplió el tras el área se de la escritura de ¡a cláusula primera que compraventa que mite, resulta del "plano de mensura suscrito en once del corriente (abril de 1953) por el Agrimensor José B. López, inscripto el trece del mismo en la Dire-ccióm General de Catastro con- el número mil trescientos quince. ." (fs. 49-54) Pero ese plano correspondiente al bien, objeto de la escritura, y en base al cual se autorizó, no fué agregado a los autos. El plano glosado a fs. 55 fs. 55, rem.'tido por el Banco Hipotecario respondiendo al pe dido de la parte actora en cuanto solicitó "el envío de copia del plano de la fs. 45 no está sus propiedad adquirida por la mencionada Compañía" crito por el Agrimensor López ( ni tiene la fecha indicada en la escritura y tampoco aparece inscripto en la Dirección de Catastro. Se trata de una co pia del proj-ecto de fraccionamiento formulado por el Agrimensor Alfredo Hareau en noviembre de 1909 y suscrita por el mismo profesional el 6 de julio de 1939. Será pues, una copia de un plano del campo vendido, pero, evidentemente, no es el plano que se tuvo presente al otorgarse la escritura en el que debieron cumplirse los pre formulado en 1953 de compraventa ceptos del decreto del 29 de noviembre de 1940, y especialmente, de su artícu lo 11 donde se manda deducir el área de la propiedad mensurada la que co rresponde a los caminos públicos. No es admisible que el agrimensor actuan te haya faltado a las obligaciones de su profesión ni, por otra parte,, que la empresa compradora haya adquirido el campo en base a un. plano de anti güedad, superior a cuarenta años y sin haber visto el inmueble. IV. Que aún en el supuesto de que la vía de tránsito indicada cons tituyera un gravamen que pesa sobre el inmueble vendido y del que no se enteró oportunamente a la compradora, la acción deducida sería improce dente. Porque se pretende hacer efectiva la responsabilidad extracontractual de los vendedores, cuando es de toda evidencia que,, según los hechos articu lados en. la demanda como razón o causa de pedir, el daño invocado provie ne de la inejecución de una obligación estipulada en el contrato-de compra venta, celelirado entre las partes .; Los vendedores, que se obligaron, a dar .el En la . . — — — — - —■ — — — 270 — inmueble libre de todo gravamen, lo entregaron "gravado" con una vía de tránsito que la actora calificó como servidumbre de paso. Se trata pues, de una obligación típicamente contractual, que tiene su fuente en el contrato de compraventa cuyo incumplimiento lesiona un derecho emergente también de ese contrato (el de recibir el campo libre de gravamen) En tal situación de . ben regir los princ'pios que organizan la responsabilidad civil por culpa con tractual, especialmente los correspondientes al contrato de compraventa y no las disposiciones sobre culpa aquiliana, que se aplican cuando el daño no tiene relación alguna con el contrato (delito y cuasi-delitos) No procede admitir que la actora opte por el régimen extracontractual para eludir la pres cripción de las acciones contractuales o por cualquier otra ventaja o motivo.El cúmulo o más propiamente la opción entre ambas responsabilidades es — . inadmisible, advierte Alessandri Rodríguez, quien agrega que la infracción de una obligación contractual, cuasi-contractual o legal, da origen a la res ponsabilidad contractual únicamente; el acreedor cuyo deudor vo'la su obli gación no podría demandarle perjuicios por esta violación con arreglo a los con arts. 2314 y siguientes del Cód. Civil. Cuando las partes o la ley han determinado voluntad de o la aquéllas, cluye supliendo interpretando la culpa de que responderá el deudor, lo han eximido de responsabilidad o han limitado ésta en tal o cual forma, esa voluntad es ley. Admitir que el — — pueda prescindir del contrato y perseguir la responsabilidad del deu sus términos, con arreglo a los arts. 2314 y siguientes del Cód. Civil, sería destruir la fuerza obligatoria de la convención..., etc. (De la responsabilidad extracontractual en el derecho civil chileno, pág. 84) Los arts. 2314 y siguientes del Código Chileno, citados por el autor mencionado, son concordantes con los arts. 1319 y siguientes de nuestro Código Tampoco es admisible la opción entre ambas responsabilidades, sostie ne Alessandri, aunque el incumplimiento de la obligación contractual o legal Así se desprende —dice sea, imputable a dolo o culpa grave del deudor del art. 1558 del Código de su país, concordante con el art. 1346 del nues tro (ob. cit. pág. 90). Es una meditada sentencia del ilustre Juez que fué el doctor Marcelino Izcua Barbat se analiza el problema de la coexistencia o concurrencia de los dos tipos de responsabilidad civil. Se señala, en primer término, que la ley ha reglado de distinto modo las consecuencias emanantes del incumplimien to de una obligación convencional, de las derivadas de la violación del deber genérico de no lesionar. Luego de señalar algunas de las diferencias origi acreedor dor fuera de . . — . nadas en la diversidad del derecho dañado, se sostiene que las mismas hacen inadmisible el concurso de ambas responsabilidades; que no pudiendo co existir la responsabilidad contractual con la aquiliana, el damnificado podrá ejercer únicamente una de ellas, pero no en forma indistinta. "Debe acudir --271 necesariamente — la contractual, s'empre que la lesión del derecho pueda ser "Concorso reintegrada, porque, como dice Rafael Bueno, a específicamente deh'azzione aquiliana — con la contrattuale nel contratto di vista Trimestralle Di Diritti e trasporto", Procedura Civile, año 1950, p. 988 — en Re la nor aquiliana tiene una esfera de aplicación particular suya y una función es pecialísima que la otra norma no tiene. Ella entra en juego, ante todo, en tre sujetos no ligados entre sí por un vínculo jurídico, los cuales no tienen obl'gaciones particulares recíprocas y que no hacen más que repetir y aplicar un principio general de común convivencia entre los hombres, que está en la base no sólo de todo el ordenamiento jurídico, sino de toda la moral" (L. J. U. caso N9 3966). También el Tribunal de Apelaciones de 29 Turno se pronunció en el sentido de que la responsabilidad extracontractual no es acumulable a la con tractual, y precisado el orden jurídico a que corresponde el caso concreto, debe resolverse el mismo conforme a las reglas específicas establecidas por la ley para el mismo (L. J. U. caso N9 3810) Finalmente son de destacar, al respecto, las opiniones del magistrado Dr. Bouza (L. J. U., t. 16, caso N9 2526) y del catedrático D. Jorge Peirano Fació ^"Responsabilidad Extracontractual", pág. 94, parágrafos Ambos demuestran de una manera concluyente que, tanto doc 54 y 55 trinariamente como en nuestro derecho positivo, es inadmisible la tesis de la aplicación al campo contractual de los principios de la responsabilidad aqui ma . — — . liana. Que conforme al planteamiento de la demanda, donde se exige responsabilidad de los vendedores por incumplimiento de obligaciones es existencia de un gravamen ocul tipuladas en el contrato de compra-venta, el actor pudo optar entre la to, constituido por una servidumbre de paso rescisión del contrato y la indemnización de daños y perjuicios, según el artículo 1717 del Código Civil que considera las cargas no declaradas como un caso de evicción parcial. Pero el accionamiento respectivo está prescrip to desde que, cuando se interpuso la demanda, hacían más de dos años que la compradora había ocupado el campo y conocido el pretendido gravamen (inc. 29, art. citado) V. — la — — . Por otra parte, en el supuesto de que no se hubiera deducido el área correspond'ente al camino y se hubiera entregado una sueprficie menor a la donde se vendió un predio determinado con in superficie, por un precio cama medida (Cláusula primera y la compradora tenía derecho a que se completara la superficie segunda) vend'da y, en su defecto, a una rebaja proporcional del precio (arts. 1691, N9 4 y 1692 ap. tercero del Cód. Civil). Pero esta acción también está prescripta, por lo dicho respecto de la anterior y lo que dispone el art. 1694 establecida en el contrato — dicación de la — del C. Civil.. ..... ^ . L- 272 — VI. estimada Que — por todo lo expresado, — la demanda de autos debe des ser . Las acciones que habrían correspondido al planteamiento formulado es prescriptas y, de todos modos, el antiguo camino que cruza el campo de existencia y utilización notorias en la zona no constituye un gravam.en tán — —- (en legal), ni está plenamente probado ignorara al tiempo de la adquisición. el concepto mandante lo En consecuencia, apelada procesal. condenación especial Oportunamente, y, en su lugar, de se desestima la demanda, devuélvanse los autos. Echevarría. — Mallo. Montevideo, octubre VISTOS compradora RESUELVE: se Revocar la sentencia sin que la — Hughes. 3 de 1962. Para definitiva de tercera instancia, este juicio seguido por "Compañía Yaguarí S. A."aP M. deL. yaD. I. dedeL., por indemnización de daños y perjuicios, ingresado a la jurisdicción de esta sede, : del la por efecto del actora tante de los siguieron de recurso —fojas apelación 204 de autos demandados — — así deducido por el representante de la parte como por el interpuesto por el represen fojas 205 la modificación del fallo de 202 vuelta — dictado en lo Civil de tercer turno RESULTANDO : — cuyos medios de segundo grado — antecedentes por el Tribunal (libro 59 Foho 59 ! N9 128). estos 19 — . Que impugnación per fojas 196| de Apelaciones en •N9 76 de los extremos de hecho existentes en el proceso ya desarrollado y que interesan para delimitar la controversia que persiste en el grado, son los siguientes : A) La decisión de primera instancia dictada en autos, hizo lugar a la demanda y, en su mérito, condenó solidariamente a los demandados, al re sarcimiento de los daños y perjuicios ocasionados por su hecho ilícito, así como al pago de sus intereses legales desde la fecha de la demanda, los que se tes hquidarán por el procedimiento del Código de Procedimiento establecido por el artículo 505 y siguien Civil. Se puso las costas y los costos del juicio a cargo de los perdidosos B) Recurrido ese fallo por los demandados, la Sala de alzada, que lo . fué la de lo Civil de tercer turno, lo revocó en todos sus términos, desesti mando en. su lugar la demanda, sin especial condenación procesal . C) E impugnada esa decisión, a su vez, por ambas partes, determinó que el litigio viniera a conocimiento, de la- Corte en virtud de doble alzada La primera, promovida por la Sociedad actora que es la principal apelan.. — . — te apoyada — una en razón de 273 fondo, a - cuyos efectos, se aduce la injusticia del fallo recurrido. Esta característica surge criterio sostenido por la Sala opinión de la recurrente apelada, para respaldar los dos — del erróneo — en fundamentos está demostrado que los compradores desconocían el camino que atraviesa el predio, cuya existencia dio motivo al pleito; y que no son aplicables al caso, las normas que regulan esenciales de la su decisión: en afirma que cuanto responsabilidad extra-contractual, invocadas Los dos fundamentos referidos de presión agravios, destacándose en derecho por la demanda. con detención en la ex examinados son con no relación al primero los extremos de hecho que, en opinión de la recurrente, concurren a demostrar que los de mandados tuvieron conocimiento del inconveniente material que disminuye el valor de la prop'edad que enajenaron a la Sociedad. Y argumentando con relación al segundo, que no son aplicables al caso controvertido, las opinio de doctrina y de jurisprudencia que se citan para demostrar que la res ponsabilidad extracontractual no es acumulable a aquélla que tiene como ori nes que todas esas opiniones se refieren a responsab'lidades acumuladas, en tanto que, en convención, desde gen una 'de tales tipos de versia suscitada en estos antecedentes te "hemos basado nuestra acción, no — en contractual, sino pura y exclusivamente contractual" dice se los a este principios los de la en situaciones la contro respecto expresamen de la responsabilidad responsabilidad extra- . Y da agregó como en la recurrente sobre el punto el de réplica, como en : "Tanto en todos los escritos el escrito de deman presentados en autos, por nuestra parte hemos fundamentado nuestra acción, en lo dispuesto por el artículo 1319 del Código Civil. Es más, nos hemos ocupado de dejar de bidamente aclarado, que no fundamentábamos la demanda en las disposicio nes relativas al contrato de compraventa sino en las que se refieren al deber general de no lesionar a los demás con actos ilícitos" . La que se principal apelante concretó la finalidad de revoque la sentencia recurrida declarándose sus en agravios, peticionando pleno vigor la senten cia de primera instancia. Solicitó, además, que "si la Suprema Corte de Justicia lo considera opor tuno, como medida para mejor proveer se libre oficio a la Dirección de To Sarandí N9 390 a fin de que remita copia del plano del B. López que se encuentra en la carpeta N9 159.771 de pografía, sita en Agrimensor José la Sección Archivo Gráfico, del campo del Sr. P. M. de L. ubicado 7^ Sección judicial del Dpto. de Tacuarembó". en la segunda motivación de la alzada, fué originada .por los demandados, posterioridad a haber exteriorizado su falta de oposición a que se franqueara el recurso deduc'do por la actora, dijeron textualmente : "Y que esta parte.se agrvaia en cuanto la sentencia no revoca con costas y costos la similar de primera instancia". La los que 18 .- con — Pasados los autos a estudio, CONSIDERANDO: 19. 274 se — formalizó sentencia legalmente. Que con la finalidad de ordenar el aná lisis de la controversia que persiste en la instancia, se estima necesario hacer dos pronunciamientos previos al ingreso del estudio de los puntos esenciales de aquélla. — primero de esos pronunciamientos, motivados por el apartado III es el de que expresión de agravios de los demandados fojas 234 írrelevante a esta altura del juicio decidir la aptitud de la personería del El de la es — representante de la Sociedad actora, desde —■ que, el supuesto defecto formal que actuó el profesional que patrocinó a esa parte, hubiera ori poder la excepción de falta de legitimación procesal por lo que pudo y debió ginado ser promovida la correspondiente dilatoria prevista y organizada por el nu del con meral II del artículo 246 del el artículo 590 de Código de Procedimiento Civil, así como por Código. ese posible insisitir en la impugnación de esa capacidad processum" que si bien fué invocada con ante rioridad a esta etapa escritos de fojas 123 1 125 y 176|178 ya lo había sido en esa oportunidad de manera extemporánea y lo es ahora, con mayor razón, cuando se ha desarrollado hasta la tercera instancia, las diversas eta pas de un juicio en el que se controvertieron con amplitud, las diversas ra En su procesal — virtud, no es "legitimatio ad — — — fundamentos de derecho invocados zones o en el libelo. El segundo pronunciamiento previo, de contenido formal, es que no pro cede la medida para mejor proveer solicitada por la principal apelante en el petitorio III de su escrito de expresión de agravios fojas 219 vuelta y — — desde que, no se puede calificar de "oportuna" artículo 605 del Código de Procedimiento Civil la producción de una diligencia, que la parte que aho ra la solicita, pudo hacerlo de manera directa y regular durante el término — — probatorio . Hechas puntualizaciones y entrando a la apreciación del aspecto Corte cree, que éste ha examinado en forma adecuada los extremos de prueba incorporados al juicio por ambas partes, ha aplicado con exactitud a la controversia los principios de derecho que re esas medular del fallo en recurso, la la situación existente entre ellas, ha interpretado con justeza y respal que apoyó la decisión y ha elaborado, fi nalmente, una solución de la contienda, en la que trasciende su sentido de meditada y clara consideración a! derecho de cada uno de los contendores, gulan do racional las así como un ción final a normas legales arraigado espíritu en de ecuanimidad La apreciación pormenorizada decisión parente en la elaboración de la solu que arriba la sentencia. y global de los méritos señalados en la sencillez de razonamiento y trans claridad de forma, condiciones ambas que hacen con relación al fun- impugnada, exteriorizados con — 275 — damento de la solución que proclama, son extremos de análisis que hacen aconsejables la brevedad de la confirmatoria. demanda de fojas 6 y si El accionamiento por daños y perjuicios se de dio a la litis autos, apoyó, en derecho, en las — origen rigen la responsabilidad extracontractual del Código Civil) invocando para ello la realidad guientes normas 1319 — que función de la existencia de en o que un aquiliana (artículo un el inmueble en gravamen de ilícito elaborado adquirido a los demandados, gravamen consistente en una senda de paso que se ocultó a la Sociedad adquirente y que contraría la afirmación hecha por los enajenantes primera de la escritura de compra venta e hipoteca in de que el mismo se trasmitía a. fajas 54 deiautosr corporada de fojas de reivindicación, "Ubre promesa de venta a plazos, embargo, interdicción, etc." o otro real o gravamen personal. hipoteca cualquier Para elaborar el fundamento de su pretensión, la actora aceptó durante el transcurso del juicio y lo reitera de manera expresa ante esta instancia fojas 213 vuelta que en lugar de la dicha "senda de paso" la verdad es del campo — cláusula 49 — . . — — que, en la realidad de los hechos, se está ante la titulación y del que no de escritura la pública por la cual cuerpo el dominio de propiedad. mencionado Pero ese en hecho, apreciado no se verdadero "camino vecinal" hizo mención en el acto y el trasmitió, por el modo tradición, sí mismo, en un se procesalmente adquirió por su pacífico recibo por ambas partes, la condición de "no controvertido" y con ello el carácter de plena prueba en autos (artículos 328 y 330 del Código de Procedimiento Civil) en virtud de que la doctrina de la "admisión" procla que "los hechos admitidos quedan fuera del contradictorio y, secuencia natural, fuera de la prueba" (Couture, "Fundamentos" ma Además, mino vecinal como con pág. 106). el referido hecho afirmado por la accionante "verdadero ca se encuentra reiterado en la for lugar de senda de paso" — en — malidad de tal afirmación, por la gráfica documentaría, informes y declara ciones que corren de fojas 59 en adelante, y de fojas 78 y siguientes, justifi cación material debida toda, a la actividad procesal de ambos contendores. Y en opinión de la Corte, la existencia de ese camino vecinal que revis tió un no en el proceso la veracidad de un hecho no controvertido, no constituye gravamen real ni menos personal, por lo que, en su apreciación jurídica, compromete la responsabilidad de los enajenantes de la propiedad, que en la cláusula de la escritura pública de trasmisión del dominio del inmueble producida anteriormente, afirmaron que esa trasmisión, se hacía libre de re una carga que revistiera aquella naturaleza. Es que, en rigor, por "gravamen" desde el punto de vista jurídíco-notarial, hay que entender la afectación que pesa sobre un bien, sea por garantía del o cumplimiento por obra de la de ley cualquier obligación debida ante un hacer o no a la voluntad de las partes, hacer de los particulares. — Es por ello, que ción el en asimilan — lenguaje jurídico-fórense, gravam.en", expresiones o 276 que, con relación a dice "libre de afecta se se propiedad urbana, una la naturaleza y al significado de la contribución por pavimento, sa neamiento, servidumbre predial, medianería, etc. y desde que, en rigor, to dos estos hechos u obligaciones que inciden sobre un inmueble urbano consti ■ a tuyen verdaderos "gravámenes". Es por esa misma argumentación que, con relación a una ral, la existencia de una servidumbre de paso, sea contractual gura también un gravamen. Pero un camino la construcción de con ninguna manera la afectación — ru- legal, confi camb'o, la obra de vialidad que culminó público que recorre ese campo, no de puede gravamen y desde que, en esta situación, carece de la condición fundamental que de existir entenderse originaria en propiedad o como —- comportar una carga para la propiedad, sin ninguna -compensación económica, desde el punto de vista del valor de la misma pro la distingue, piedad que es la de . Idéntico razonamiento bana, sobre el trazado de o se podría hacerse, con relación a una propiedad ur calle que tomara alguna parte de su extensión de sus extremos, porque en este caso, de ninguna una construyera sobre alguno puede hablarse de una manera imposición pública que incida sobre la propie dad para disminuir su valor como consecuencia de la misma obligación que entraña esa imposición, sino que, todo lo contrario, la referida vía de trán sito, aún con su trascendencia coactiva de naturaleza pública, para la propie dad significa un real y pos'tivo aumento de valor. Como corolario de todos estos extremos de parte el justo, jas 198 vuelta — aprec'ación, la Corte com fo concepto vertido por el Tribunal apegado al afirmar que "en el concepto juridico-legal no pueden iden preciso y claro -— tificarse, pues, los caminos públicos con las servidumbres de paso, ni es ad misible que aquéllos const'tuyan un "gravamen" de la propiedad privada. Y en el aspecto económico de las explotaciones rurales no puede sostenerse, en principio, daño, ción y que los caminos públicos sino que, por el contrario, constituyan factores de desvaloriza generalmente, elementos de pro son greso, que facilitan la producción y circulación de los Tas zonas y predios que acceden". La al bienes, beneficiando a de autos de ese criterio rector y primordial de orien proclamar que, si se acepta y está probado, que en el in mueble que enajenaron los demandados a la Sociedad actora, no existe el "gravamen" de una servidumbre de paso, y sí, en camb'o, un camino veci nal público, no puede de ninguna manera, aceptarse la existencia de un in aplicación tación, conduce cumplimiento caso a contractual por parte de los vendedores . de .los Por otra parte, la hipotética responsabilidad enajenantes —la no podría nunca ser afirmación., de cuya existencia fundamentó el libelo de otra índole, qtie no fuera la contractual. Porque, cualesquiera sean las — — 277 — al respecto que pudiera formalizar la accionante, aquella respon sabilidad vendría siempre a derivar de una coincidencia convencional de vo alegaciones luntades (artículos 1261, 1282, 1287, 1291, digo Civil) 1341 y concordantes del Có . Y siendo lidad de que la acumulación de la así, la Corte estima extracontractual a respaldar la convencional no procede, a responsabilidad cuyos efectos y con la fina criterio, ya expuesto amplitud oportunidades limitará, en ésta, a recordar la afirmación de la doctrina clási desvirtuada aún, por lo menos en concepto de la Corte, en su sencillo, anteriores, ca, no su con en se claro y firme contenido, de que la tes's de transportar los principios de la a las convenciones, comporla ccnfundir dos órdenes de ideas , culpa aquiliana que difieren totalmente en su misma cencía y en su medular ontolog a rent F. "Principios de Derecho Civil francés", Bruselas, 1878. Tomo (Lau XVI, página 293 ) Además, dentro del estudio del caso de autos, y aún cuando se pudiera admitir la aplicación de una forma de responsabilidad extracontractual a- la originada por el contrato de con-ipraventa de b,en inmueble celebrado entre las partes, ese planteamiento tampoco podría tener éxito, por índefecciün de prueba sobre la existencia de un daño derivado de la misma convención y desde que el perjuicio, imprescindible para configurar cualquier clase de res ponsabilidad no cabe aceptarlo "in re ípsa". A este respecto, debe destacarse que las "pérdidas, riesgos, inconvenien . ^ " afirmados por la Sociedad actora como presupuesto de la reclamates, etc ción patrimonial formulada en autos, pudo y debió ser objeto de demostra ción por aquélla, en defecto de lo cual, es- a todas luces aplicable la conclu sión de la doctrina nacional, aceptada con la relevancia de un postulado, de . . que "si prueba por el actor la existencia del la absolución del demandado" (Amézaga, lo que perjuicio, ponde es "Culpa contractual", pá gina 194). Finalmente, para completar el análisis de los agravios formulados en la sede por la principal apelante, cabría la posibilidad de hacer caudal de una regla de experiencia, las que no "son más que normas de valor general, in dependientes del caso específico, pero que, siendo extraídas de cuanto ocu rre generalmente en múltiples casos, son suceptibles de aplicación en todos los otros casos de la misma especie" (Couture, "Fundamentos'', pág. 111). no se corres Y en la controversia de autos, es adecuado argumentar, tal como lo hacen los demandados, que así como nadie adquiere una propiedad urbana sin verla, no es admisible tampoco que se adquiera una rural y menos iniciar en ella una explotación para lo que se denunció por los actores, sin o por los asesores técnicos, un examen como que se realice por los adquirentes sobre el mismo terreno, acerca de todas las inmueble . posibilidades de explotación del , 278 — — Y sí se procedió así y no se advirtió el hecho material en que invocan apoyo de su pretensión reclamatoria, o si en defecto de la debida inspección ocular del campo se admitió después, al suscribir la escritura de compraventa del mismo, la aptitud de su conformación material para el negocio que se todas luces evidente que las consecuencias desfavorables de adquirentes, han corrido exclusivamente a su cargo. En conclusión, no se recibirán los agravios que los accionantes articu realizaba, es a ambas actitudes de los laron en la III. sede, — con Que la finalidad de con relación al impugnar recurso el faho de interpuesto segunda instancia. por los demandados, de que la condena en costas y costos a la parte actora proce lo no es así, por virtud de lo dispuesto por el inciso 29 del artículo que diera, 732 del Código de Procedimiento Civil N9 2 de los petitorios formulados aún en el caso fojas 234, lo cierto es que, en rigor de hechos, no hubo adhe apelación, no obstante Iq dicho a fojas in-fine y a que, además, auto de fojas 205 vuelta la. Sala omitió pronunciarse sobre el punto y sin que la parte demandada pidiera su ampliación de acuerdo al derecho que le confiere el artículo 487 del Código de Procedimiento Civil, en cuya situación, por esa doble argumentación, croresponde el rechazo de preten a fojas sión a 223 y la — — sión del recurso. Por tales FALLA razones y lo dispuesto por las normas legales citadas, la Corte, : Confírmase la sentencia de butos de este Bouza. Redactor, grado, — De segunda instancia. Sin sanción en los tri y devuélvanse los autos. Gregorio; Ruiz; Reyes; Siemens Amaro. (Ministro Amaro). Dr. Dn. Emilio Siemens