BENEMERITA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE PUEBLA FACULTAD DE MEDICINA LICENCIATURA EN BIOMEDICINA INSTITUTO DE FISIOLOGÍA Laboratorio de Neurofisiología Sensorial DETERMINACIÓN DE LA ESTRUCTURA Y ULTRAESTRUCTURA DEL SÁCULO Y MAGNITUDES FÍSICAS FUNCIONALES DEL OTOLITO SACULAR EN EL AJOLOTE (Ambystoma tigrinum) Tesis para obtener el título de: LICENCIADO EN BIOMEDICINA Presenta: OTTO BRAULIO GARCÍA GARIBAY Asesores: Dr. Enrique Soto y Dra. Rosario Vega. Puebla, Pue. a 10 de Diciembre de 2004 1 ÍNDICE RESUMEN 4 ANTECEDENTES 6 Función del aparato vestibular 6 Estructura del oído interno 6 Neuroepitelios del oído interno 7 Órganos otolíticos 7 Canales semicirculares 9 Nervio vestibular 10 Células ciliadas 10 Fundamento biofísico 13 Modelación matemática del aparato vestibular, de giróscopos y acelerómetros 15 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 18 HIPÓTESIS 19 OBJETIVOS GENERALES 20 OBJETIVOS PARTICULARES 21 MATERIAL Y MÉTODOS 22 Modelo biológico 22 Estructura macroscópica 22 Ultraestructura 23 Preparación de soluciones 24 Aislamiento de los otolitos 24 Preparación de los tejidos para observación en el microscopio electrónico de barrido (MEB) 25 Mediciones 25 Estadística 27 2 RESULTADOS 28 Descripción morfológica del sáculo y mácula sacular del ajolote 28 Dimensiones espaciales 31 Masa 32 Volumen aritmético (VA) 32 Volumen experimental (VE) 33 Densidad aritmética (DA) 33 Densidad experimental (DE) 33 Coeficiente de porosidad (VE/VA) 33 Relación de la dimensión masa del otolito sacular respecto a la masa del espécimen 34 Magnitudes físicas del otolito sacular en la salamandra 34 Análisis comparativo de las dimensiones del otolito sacular en el ajolote y en la salamandra 34 DISCUSIÓN 36 CONCLUSIÓN 41 BIBLIOGRAFÍA 42 3 RESUMEN No hay reportes en la literatura de estudios precisos sobre la morfología del sáculo del ajolote (Ambystoma tigrinum), por ello decidimos plantearnos el objetivo de estudiar la morfología y la densidad del otolito sacular. Por estudios anteriores realizados en nuestro laboratorio sabemos que la mácula sacular en esta especie tiene forma elíptica; el eje mayor de la mácula se orienta en dirección anteroposterior. Usando la microscopia electrónica de barrido encontramos que la mácula está formada por alrededor de 1200 células ciliadas, que son inervadas por un promedio de 446 ± 59 axones mielínicos (n = 4), mismos que presentan un diámetro de 2 a 3 µm, encontrando fibras desde un 1 µm y hasta cerca de 15 µm en algunos casos (Méndez, 1992). La mácula sacular es un importante neuroepitelio del aparato vestibular en el ajolote pues el sáculo es un órgano otolítico que sensa aceleraciones lineales y el vector de la gravedad; como anteriormente se expuso, se encuentra altamente inervada por fibras provenientes del nervio vestibular (VIII par craneal) y las células sensoriales que lo componen se hallan acopladas mecánicamente al otolito que en respuesta a las aceleraciones lineales crea un momento de inercia desplazando las estructuras especializadas de las células sensoriales para convertir el estímulo mecánico en actividad neuronal modulada que viaja a través de las fibras aferentes vestibulares hasta el sistema nervioso central (SNC) y participa en la generación de respuestas reflejas para la locomoción, estabilización de la mirada, navegación inercial y generación del esquema corporal. Los otolitos, como etimológicamente lo indica su nombre proveniente del griego oto: oído; lithos: piedra, son verdaderas petrificaciones de matriz inorgánica formada principalmente por cristales de carbonato de calcio en la forma de calcita denominados otoconias, éstas se hallan embebidas en una matriz de mucopolisacáridos (Soto, 1998) y envueltas por la membrana otolítica. La dirección de una aceleración lineal define la dirección del vector de inercia y la diferencia de densidades entre el otolito y el medio que lo rodea, además de la magnitud de la aceleración, define la magnitud de dicho vector. Por lo anteriormente expuesto es claro que para entender la mecánica del aparato vestibular es básico conocer la diferencia de densidades entre el otolito y el medio que lo rodea; por ello decidimos estudiar en nuestro modelo experimental la morfología del sáculo y del otolito sacular, así como medir las magnitudes físicas funcionales del mismo, en particular su volumen y su densidad. Encontramos que el otolito del sáculo tiene forma elipsoide cuyo diámetro mayor es de 2.28 ± 0.2 mm y un volumen total de 2.68 ± 0.35 mm3 (n = 8). La densidad del otolito sacular del ajolote es de 2.24 g/cm3 (n = 96). Debido a la gran importancia que ha adquirido la modelación matemática del sistema vestibular por el hecho de que por primera vez es factible desarrollar análogos y eventualmente prótesis vestibulares, parece indispensable generar modelos realistas cuyos parámetros tengan bases 4 fisiológicas. De ahí la importancia de incorporar mediciones anatómicas específicas en dichos modelos. Por ello las mediciones realizadas en este estudio podrán ser de gran utilidad para el desarrollo de modelos precisos del funcionamiento vestibular. 5 ANTECEDENTES Función del aparato vestibular Cualquier organismo con la capacidad de moverse necesita información acerca del movimiento y postura de su cuerpo, el sistema vestibular permite obtener ésta información conjuntamente con otros sistemas como el visual y el somestésico. La capacidad de un organismo para controlar las actividades motoras y su postura en el espacio sólo fue posible usando un sistema de referencia inercial. Comparando con otros sistemas de referencia, como la luz, sonido, olor y gusto, la aceleración gravitacional está caracterizada por un rasgo distintivo: durante todo el periodo de vida del organismo en cuestión se mantiene prácticamente constante tanto en magnitud como en dirección, por ello cuando se aplica a una masa, es conocida como una fuerza normal, esto hace que sea la fuerza de gravedad un sistema de referencia ideal para determinar estados de movimiento y su dirección así como estados posturales. Otra fuerza o vector que la naturaleza ha tomado como sistema de referencia es la masa inercial. En los canales semicirculares, la tendencia del líquido endolinfático a seguir en el estado inercial en que se encuentra (reposo o movimiento uniforme) permite, mediante un acople mecánico que se describirá más adelante, determinar cuando la cabeza del individuo abandona su estado inercial. Estructura del oído interno El laberinto membranoso está formado por una capa epitelial y una capa de tejido conectivo. El epitelio en su mayor parte es simple y en algunos sectores diferenciado, de tipo secretor, presentando dos clases de células; las células claras y las oscuras (Anniko, 1980). Estos epitelios participan en la homeostasis del líquido endolinfático manteniendo alto el nivel de potasio y bajo el de sodio. Las células oscuras se encuentran localizadas en el techo de las ámpulas y en la abertura de éstas hacia el utrículo y en el techo de la cavidad utricular. Células similares se encuentran en la estria vascularis que constituye la pared externa de la cóclea en los mamíferos. En el ajolote se describió un epitelio que presenta células con características de células oscuras. Este epitelio en el ajolote se encontró presente en las inmediaciones de la papila amphybiorum. Las células oscuras presentan vesículas pinocíticas en la zona apical sugiriendo movimiento hacia el interior celular. En la zona basolateral presentan pliegues de membrana y en su interior se encuentran numerosas mitocondrias indicando una tasa metabólica alta debida al transporte iónico (Guevara, 1992). El laberinto membranoso está protegido por una cavidad ósea llamada laberinto óseo o cápsula ótica que se localiza bilateralmente a la cavidad craneana en la región temporal (Anniko, 1988). 6 Neuroepitelios del oído interno En el laberinto membranoso están incluidas zonas de epitelio especializado en la mecanorrecepción llamadas neuroepitelios sensoriales. Son epitelios compuestos, especializados en la mecanorrecepción y formados por al menos dos grupos de células, las células ciliadas y las de soporte. Las primeras responden al movimiento mediante un sistema que relaciona a un conjunto de cilios presentes en la superficie apical con estímulos físicos (aceleraciones); las segundas dan sostén a las primeras y podrían ser la base de algunos fenómenos bioeléctricos debidos a la presencia de uniones comunicantes entre ellas (Nadol, 1984). Otro elemento presente en estos epitelios sensoriales es el tejido neuronal representado por ramificaciones axónicas no mielinizadas o dendritas que entretejen un complejo plexo entre las células de soporte para hacer contacto sináptico con las células ciliadas. En los neuroepitelios vestibulares las células sensoriales están separadas del tejido subepitelial por una membrana basal. Las células ciliadas en su parte apical se encuentran unidas al extremo apical de las células de soporte por un sello anular completo de uniones cerradas, este tipo de unión impide que iones y demás elementos del medio extracelular pasen a través de la vía paracelular (Goldberg, 1984). Los neuroepitelios presentes en el sistema vestibular de vertebrados superiores son la mácula del sáculo, la del utrículo y las crestas de los canales semicirculares; en vertebrados inferiores, como los reptiles, aves, peces y anfibios también se incluyen la mácula de la lagena, las papilas basilar, neglecta y amphybiorum (Anniko, 1988). Órganos otolíticos El utrículo es una estructura tubular con forma irregular, suspendido de las paredes óseas por trabéculas de tejido conectivo. La mácula tiene forma de riñón y se encuentra en un plano aproximadamente paralelo al plano del canal semicircular lateral u horizontal; esto es en el plano horizontal de la cabeza. El sáculo es un saco de forma ovoide que se encuentra firmemente anclado a la pared medial del laberinto óseo por el subepitelio de la mácula. Se ubica cerca del plano parasagital y por ello es ortogonal a la mácula utricular (Goldberg, 1984). Ambas máculas están divididas en dos partes por la estriola, una región distintiva que en mamíferos presenta células ciliadas tipo I más voluminosas y numerosas que las tipo II en relación 1:2. En contraste, la región fuera de la estriola se caracteriza por una proporción igual de ambas células. Las células ciliadas de cada lado de la estriola tienen polarización morfológica opuesta. En la mácula sacular del humano, el kinocilio se orienta en dirección opuesta a la estriola, mientras que en la mácula utricular se observa lo contrario (Goldberg 1984). En la mácula sacular del ajolote las células presentan una polarización funcional también divergente, la mayor parte de los kinocilios apuntan en 7 dirección dorsal y el resto en dirección ventral, en tanto que la polarización funcional de la mácula utricular es convergente (Hinojosa, 1984). Una estructura delgada y fibrosa, la membrana otolítica, cubre cada mácula. La superficie de esta membrana presenta perforaciones poco profundas, probablemente receptáculos de los manojos ciliares (Figura 1). Se ha reportado un espacio subotolítico por algunos autores, sin embargo, otros argumentan que este espacio puede ser artefacto de fijación (Goldberg, 1984; Lewis, 1981; Young, 1984). Sobre ambas membranas otolíticas existen cristales de carbonato de calcio en forma de calcita embebidos en una matriz gelatinosa rodeada por el resto de la membrana otolítica; a todo el sistema se le denomina otoconia (Goldberg, 1984; Pote, 1993). A B Figura 1: En A, esquema de una mácula otolítica. Se observan las células ciliadas que forman el epitelio sensorial. Sobre ellas la cápsula otolítica y el conjunto de otoconias que forman el otolito. Una aceleración lineal de la cabeza produce un desplazamiento inercial del otolito en sentido contrario (flecha). En B, microfotografia electrónica que muestra el haz de cilios y el punto de acoplamiento entre el kinocilio y la membrana otolítica, la cual en la región donde se encuentra el haz de cilios tiene una invaginación. Microfotografia tomada de Kachar, 2000. En virtud de que la otoconia tanto en el sáculo como en el utrículo presenta una densidad mayor que la endolinfa que le rodea, cuando el sistema es sometido a una fuerza lineal que coincide con el plano de cada mácula, se produce un deslizamiento entre la mácula y la membrana otolítica. Este desplazamiento flexiona los cilios de las células sensoriales, lo que constituye el estímulo efectivo para estas células. La lagena es un órgano otolítico presente en vertebrados inferiores, se encuentra en la mayoría de los peces óseos, en todos los anfibios y en las aves tiene una estructura peculiar o puede no estar presente. En cambio, en las aves se encuentra una estructura llamada papila basilar o conducto coclear. En algunas especies la lagena está en la región terminal de ésta papila. En los anfibios la lagena generalmente se presenta como un receso ovoidal situado ventrocaudalmente a la mácula del sáculo, se comunica por una abertura con la cavidad sacular (Anniko, 1984). 8 Canales semicirculares Los canales semicirculares son conductos cilíndricos que al igual que la mayor parte del laberinto membranoso están formados por una capa de epitelio simple pavimentoso. Los canales semicirculares, como su nombre lo indica, forman una semicircunferencia equivalente a alrededor de tres cuartas partes de un círculo completo. Se encuentran en número de tres y se denominan según su posición como canal semicircular anterior o superior, posterior o inferior y lateral u horizontal. El extremo anterior del canal semicircular lateral desemboca en el saco utricular, mientras que los canales anterior y posterior presentan sus extremos fusionados dando origen a la cruz común, que a su vez desemboca también en la parte posterior del utrículo. El ámpula es un alargamiento bulboso localizado al extremo de cada canal y contiene el epitelio sensorial llamado cresta ampular. Esta estructura es una saliente redondeada y está situada en la parte media del ámpula, orientada a la luz del conducto y con su eje longitudinal perpendicular a la dirección del ducto semicircular tocando con sus extremos ligeramente ensanchados ambas paredes ampulares; estos extremos reciben el nombre de plano semilunar. Las células ciliadas se localizan en la parte superior de la cresta exponiendo el aparato ciliar a la luz del ámpula. Sobre la cresta existe una estructura extracelular gelatinosa llamada cúpula que sella la cresta con las paredes y techo del ámpula a manera de diafragma. El acople mecánico en las crestas es distinto al que presentan otros órganos como el sáculo y el utrículo. En éste caso los cilios de las células sensoriales están embebidos en la cúpula y son significativamente más largos que en el resto de los neuroepitelios vestibulares llegando a medir hasta 70 µm (Anniko, 1988). El desplazamiento inercial de la endolinfa flexiona la cúpula y secundariamente los cilios en ella embebidos. Cada canal es aproximadamente ortogonal con respecto de los planos descritos por los demás y prácticamente coplanar con el canal sinérgico del vestíbulo del lado opuesto (Figura 2). A B Figura 2: En A, esquema del oído interno en un vertebrado superior, destacan los tres canales semicirculares en planos ortogonales, el utrículo, el sáculo, y la cóclea. En B, esquema de la ubicación de los canales semicirculares en tres planos ortogonales entre si. Cada canal detecta un tipo específico de movimiento. El canal posterior sensa el Cabeceo (pitch), el anterior el balanceo (tilt) y el lateral las rotaciones (roll) de la cabeza. 9 Estas estructuras tienen como función detectar aceleraciones angulares y la respuesta de cada canal está determinada por el componente de la aceleración angular de la cabeza que coincide con el plano del canal semicircular respectivo (Anniko, 1979; Anniko, 1988; Lewis, 1981). Nervio vestibular La información proveniente del oído interno es conducida por las fibras aferentes del octavo par craneal hasta los núcleos vestibulares en el tallo cerebral, de ahí es relevada a otros centros que regulan la postura, el equilibrio y los movimientos oculares (Anniko, 1988). El nervio vestibular entra en el orificio auditivo o meato auditivo interno asociado con los nervios coclear y facial. El nervio vestibular se divide en dos porciones. La porción anterior provee de inervación a las crestas de los canales semicirculares anterior y lateral, así como a la mácula utricular. Las fibras nerviosas maculares están localizadas posteriormente a la separación de las ramas que van a las dos crestas. La porción posterior inerva al canal semicircular posterior y a la mácula del sáculo y en las especies que las presentan, la lagena y las máculas de las papilas basilar, amphybiorum y neglecta (Anniko, 1988; Desmadryl, 1992). Estudios cuantitativos del nervio vestibular en varias especies han demostrado que el número de fibras nerviosas aumenta en series comparativas que comprenden aves, cuyos, gatos, monos y humanos; hay por ejemplo, 8000 fibras en el en el cuyo comparado con 20 000 fibras en el del humano (Fritzsch, 1989). Una situación similar se encuentra en el número de células ciliadas vestibulares. Las fibras aferentes son todas mielinizadas. En aves y mamíferos la distribución de diámetros de fibras es unimodal con una media cercana a las 3 µm y un rango que va de 1 a 10 µm, y el diámetro promedio de las fibras ampulares es algo mayor que el de las fibras que inervan a las máculas . Células ciliadas Las células ciliadas son los mecanorreceptores en los órganos auditivos, vestibulares y de la línea lateral. De la superficie apical de las células ciliadas emerge un conjunto de 60 a 100 cilios de los cuales uno, el kinocilio, se localiza en un extremo. El kinocilio es un cilio verdadero ya que presenta un patrón de nueve microtúbulos dobles que corren en toda su longitud y tienen su origen en la célula ciliada en el cuerpo basal. Los nueve pares de microtúbulos se encuentran rodeando un décimo par central. Los estereocilios son digitaciones de membrana citoplasmática y están arreglados en series generalmente más cortas que el kinocilio y siguen un patrón hexagonal sobre la superficie celular. El kinocilio se encuentra en un extremo del haz de estereocilios (Figura 3A); esto determina la polarización funcional de las células ciliadas tanto de las crestas ampulares como de las máculas. Cada zona presenta el kinocilio con diferente posición dentro del hato ciliar, esta disposición puede ser concéntrica o excéntrica (Anniko, 1988); además Lewis reportó la existencia de seis tipos de 10 células ciliadas que se distribuyen de manera característica en las distintas regiones de los neuroepitelios del aparato vestibular en la rana toro (Lewis, 1975). A B Figura 3: En A, Microscopía electrónica de barrido de células ciliadas típicas. Se observa un conjunto de estereocilios cuyo tamaño crece en dirección al kinocilio de gran tamaño y con un bulbo. La línea que une al kinocilio de menor tamaño con el kinocilio define el eje de polarización funcional. En B, unión de punta en una célula ciliada. Se observa que el ápice del estereocilio de menor tamaño se une a la cara lateral del cilio siguiente. Tomadas de Díaz , 1995 y Kachar, 2000. Se han descrito uniones cruzadas al parecer de naturaleza proteica, también llamadas uniones de punta (tip links), entre estereocilios cocleares (en mamíferos); entre los estereocilios más largos y el kinocilio (Figura 3B), Pickles en 1984 demostró que en las células ciliadas cocleares existen estas ligaduras y ahora se sabe que son determinantes en el fenómeno de polarización funcional de la respuesta de las células ciliadas . La importancia de la polarización funcional radica en que al flexionarse el haz de cilios, si la flexión es en la dirección al kinocilio se produce una despolarización de la célula ciliada, por el contrario, una flexión contra el kinocilio producirá una hiperpolarización de la célula ciliada (Pickles, 1984). La sinapsis aferente en las células ciliadas tipo I se caracteriza por presentar en la porción presináptica un cuerpo electrodenso de unos 200 nm de diámetro llamado cuerpo sináptico, rodeado de vesículas claras de entre 20 y 50 nm. En la terminal postsináptica (dendrita) existe un engrosamiento de la membrana en la zona involucrada. La sinapsis eferente en ambos tipos de células presenta un cúmulo de vesículas en la terminal presináptica (dendrita) y en la postsináptica existe una estructura alargada llamada cisterna subsináptica. Las fibras eferentes forman conexiones dendrosomáticas tipo botón en las células tipo II, mientras que en las tipo I el contacto es sobre el cáliz aferente (Wersall, 1965; Lewis, 1974). Cada eferente puede hacer contacto sobre una sola célula ciliada o sobre un grupo de ellas. Este complicado patrón de inervación puede ser en parte responsable de diferentes patrones de descarga espontáneos, que se han observado en fibras aferentes vestibulares primarias (Anniko, 1979). 11 Las aceleraciones lineales o angulares, luego de un complejo proceso de acoplamiento mecánico producen una deflexión del haz de cilios en las células sensoriales, con la subsecuente alteración del potencial eléctrico de la célula. El desplazamiento del haz de cilios de una célula determina que se dispare una cascada de eventos que, finalmente, en función del estado previo del sistema y de la actividad del conjunto de las células sensoriales que componen una unidad funcional, determina que se active o inhiba una vía nerviosa. Las células ciliadas detectan las deflexiones del haz de cilios por un proceso conocido como transducción mecanoeléctrica: convierten el desplazamiento de sus pelos sensorios en un cambio de su potencial eléctrico debido a los cambios de una conductancia de potasio a través de canales mecanotransductores inespecíficos. Desde el movimiento de los cilios hasta la transmisión del mensaje a la neurona aferente ocurren una serie de procesos que son: movimiento de los cilios, transducción mecanoeléctrica, generación del potencial receptorial en la célula sensorial, liberación de un transmisor químico y potenciación o inhibición de la frecuencia de descarga de las aferentes vestibulares (potencial generador) (Figura 4). Figura 4: Esquema de la cascada de eventos que median la detección de aceleraciones en el sistema auditivo y vestibular. El proceso de acoplamiento mecánico convierte las aceleraciones en desplazamientos de los cilios, los cuales, determinan la activación del proceso de transducción mecanoeléctrica y, en interacción con canales iónicos, el potencial receptor. En función de este último se modifica la concentración de Ca++ intracelular, regulando la liberación de neurotransmisor y la subsiguiente activación de la vía aferente. 12 Fundamento biofísico Para entender el funcionamiento del vestíbulo, es necesario en primera instancia aclarar algunos conceptos físicos como son: momento de inercia, momento vector o torque, velocidad y aceleración angulares y lineales, conceptos de viscosidad, densidad y elasticidad (Sears, 1990). Cuando una fuerza actúa sobre nuestro cuerpo, provoca un movimiento de la cabeza (el origen de esta fuerza puede ser voluntaria o exógena) y funge como un vector normal (sobre el centro de masa) o bien como un vector tangencial; en el primer caso originaría un movimiento rectilíneo y en el segundo un movimiento de rotación o angular. El movimiento rectilíneo es aquel donde el vector de fuerza es aplicado sobre el centro de masa, o bien, aunque no sea aplicado sobre éste, no origina rotación pues es equilibrado por otras fuerzas de modo que el movimiento resultante no tiene un eje rotatorio sino velocidad o aceleración lineal (m/s), a este tipo de vector se le denomina normal. En el caso de que el vector sea tangencial al centro de masa, se originará un momento vector o torque de lo que resultará un movimiento rotatorio de velocidad o aceleración angular (radianes/s). La viscosidad es la propiedad de un material de oponer resistencia al flujo, hay materiales que fluyen rápidamente como el helio, cuya viscosidad es cercana a cero y decimos que es un “superfluído”; la viscosidad se mide en poise (DINA seg/cm2). La densidad es la razón de la masa de un material sobre unidad de volumen; como ejemplo podemos referirnos a la densidad del plomo (11.35 g/cm3) o a la densidad del agua (1 g/cm3); aunque la densidad de manera dependiente a la temperatura (Figura 5). Densidad del agua Densidad (g/cm3) 1.0005 1 0.9995 0.999 0.9985 0.998 0.9975 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 Temperatura (grados centígrados) Figura 5: Curva de la densidad del agua a diferentes temperaturas en grados centígrados. 13 Elasticidad es la propiedad de los cuerpos para recuperar su forma después de haber sido deformados por efecto de una fuerza. La respuesta fisiológica de las células ciliadas es una consecuencia de vectores tangenciales o normales o bien una combinación de ambos que actúan sobre el sistema cúpula - endolinfa en los canales semicirculares y sobre el sistema otolito - endolinfa en los gravirreceptores; ejemplos de esta respuesta fisiológica son la sensación inmediata y mediata que experimentamos cuando nos subimos a algunos juegos mecánicos, a algún vehículo motorizado o a un barco. La endolinfa tiene un coeficiente de viscosidad aproximadamente igual al del agua; esto le da una baja resistencia al flujo, por ello cuando el sistema vestibular recibe un estímulo mecánico que genera un momento de inercia, los elementos sólidos del sistema se desplazan y la endolinfa tiende a permanecer en su sitio sirviendo como un referente del lugar espacial que ocupaba todo el sistema antes del fenómeno mecánico (Figura 6). Figura 6: Esquema que representa el desplazamiento virtual que tienen tanto la cúpula en un canal semicircular, como el otolito en un órgano otolítico en respuesta a un movimiento angular del órgano en el sentido de las manecillas del reloj dentro de un plano bidimensional ideal. Tanto la membrana de los otolitos como la cúpula de los canales semicirculares poseen determinada elasticidad, por lo tanto la deformación que hayan tenido como resultado del estímulo mecánico es transitoria y recuperan su disposición original, recordando el modo en que los cilios del neuroepitelio sensorial se acoplan con estos sustratos entenderemos que el desplazamiento de los cilios también será transitorio (Yardley, 1994). 14 Modelación matemática del aparato vestibular, de giróscopos y de acelerómetros La historia de la descripción matemática del funcionamiento del sistema vestibular inicia en el año 1933, cuando Steinhausen (Figura 7) empleó el modelo matemático lineal del péndulo de torsión para describir la dinámica de la cúpula del canal semicircular en respuesta a la aceleración angular. Su modelo tiene un parámetro de viscosidad cuya magnitud es grande motivo por el cual no hay oscilaciones del sistema, y usa dos constantes del tiempo para describir desviaciones relativas de la posición normal de la cúpula. Después, en el año 1949, Van Egmond y colaboradores propusieron un método para calcular este parámetro de viscosidad con ayuda de resultados experimentales estudiando el nistagmo vestibular. En el año 1950, De Vries propuso un modelo matemático lineal para el desplazamiento de la membrana otolítica cuando existe aceleración lineal en un eje de sensibilidad. Este modelo puede tener oscilaciones. Figura 7: Esquema del modelo de Steinhausen donde una dona representa la endolinfa sostenida por un resorte (de torción) cuya flexibilidad ejerce una acción semejante a la de la elasticidad de la cúpula y el sistema yace sobre un medio acuoso que representa la viscosidad del sistema y todo se halla dentro de una vasija que funge como el análogo del laberinto membranoso. El segundo periodo de esta historia comenzó en los años sesenta del siglo pasado. En 1965, Meiry, en su tesis doctoral, presentó un modelo matemático no lineal de la respuesta del utrículo al estímulo mecánico. En 1971 Goldberg y Fernández publicaron tres artículos fundamentales en los que presentaron un modelo matemático lineal de la reacción del canal semicircular al estímulo mecánico. La salida de este modelo es la frecuencia de los impulsos aferentes. Por fin, en el año 1982, Bernard N. Segal y John S. Outerbridge publicaron el modelo no lineal del funcionamiento del canal semicircular. Pero todos estos modelos del segundo periodo corresponden a situaciones en las que existen 15 impulsos regulares, la frecuencia de los cuales depende casi linealmente del estímulo mecánico. Con estos modelos es imposible analizar las situaciones extremas, cuando existen bifurcaciones de los parámetros principales, como por ejemplo la conductancia de la corriente de transducción (Ospek, 2001). El tercer periodo de modelación de la respuesta del aparato vestibular empezó en los años ochenta del siglo pasado: Hudspeth y Lewis, en 1988, aportan la demostración experimental de la existencia de oscilaciones en las corrientes iónicas de las células ciliadas del sáculo; Rabbit y Damiano, en 1992, proponen por primera vez el modelo integro diferencial de la dinámica del sistema cúpulo-endolinfático del canal semicircular; Astakhova, en 1989, Sadonichii y cols., en 2001 y Soto y cols., en el mismo año, proponen un modelo aproximado del sistema cúpulo-endolínfatico para diferentes modelos mecánicos de la cúpula. Tal modelo aproximado es de tipo Shteinhausen, pero todos los coeficientes del modelo son funciones de los parámetros fisiológicos y por ello se pueden identificar todos los coeficientes con ayuda de resultados experimentales. Kondrachuk y Ross, en los años 1996-1997, desarrollaron el modelo matemático de la dinámica de la membrana otolítica en forma de ecuaciones con derivadas parciales. Con base en todos estos antecedentes, el Laboratorio de Neurofisiología Sensorial de la BUAP en colaboración con el Laboratorio de Mecánica Aplicada y Control de la Universidad Estatal de Moscú, han propuesto un modelo que ayude a comprender el procesamiento, por parte del vestíbulo, de la información originada por los cambios de postura y movimiento del espécimen. El modelo sugerido consta de tres bloques matemáticos que funcionan de manera aislada para emular fenómenos fisiológicos distintos que finalmente serán interdependientes los unos de los otros y lograrán integrarse para obtener un resultado semejante al que obtienen los sistemas biológicos cuando reciben la información proveniente de los órganos vestibulares; los fenómenos fisiológicos aislados e interdependientes que se modelaron son: el acoplamiento mecánico del sistema cúpula endolinfa en los canales semicirculares y el acoplamiento de las otoconias con la membrana otolítica y las células ciliadas; la transducción mecanoeléctrica dependiente de las características funcionales intrínsecas de las células ciliadas y por último los complicados patrones de descarga de las fibras aferentes vestibulares que estimulan de manera particular el nervio vestibular. Estos fenómenos son los mismos que podemos observar en la figura 8 y si meditamos detenidamente su relevancia podremos darnos cuenta que fungen como puntos críticos para el procesamiento de la información de la postura y del movimiento, pues la mayoría de los trastornos vestibulares ocurren afectando alguno de éstos fenómenos y además cada uno de ellos participa en la autorregulación del sistema compensando los cambios de aceleración para evitar una sobrecarga del sistema mediante mecanismos de retroalimentación negativa. 16 Figura 8: Esquema general del funcionamiento de los canales semicirculares (detectores de aceleraciones angulares) y de los órganos otolíticos (detectores de aceleraciones lineales); observamos claramente que para ambos órganos existen tres momentos en el procesamiento de la información que son: Acoplamiento mecánico, transducción mecanoeléctrica y cambios en las corrientes y el voltaje de las células. 17 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Debido a la gran importancia que ha adquirido la modelación matemática del sistema vestibular por el hecho de que por primera vez es factible desarrollar análogos y eventualmente prótesis vestibulares, parece indispensable generar modelos realistas cuyos parámetros tengan bases fisiológicas. De ahí la importancia de incorporar mediciones anatómicas específicas en dichos modelos. En el caso del modelo propuesto es indispensable determinar las características morfológicas del otolito del sáculo y determinar su densidad a fin de incorporar dichos valores en el modelo. En este trabajo se determinarán los siguientes parámetros del modelo: ρ 0 densidad del otolito ( mg / mm 3 ) vot volumen del otolito ( mm 3 ) 18 HIPÓTESIS Es factible definir la morfología y la densidad del otolito del sáculo usando como modelo el ajolote, mediante técnicas morfológicas y mediante el desplazamiento de volumen por el principio de Arquímedes. 19 OBJETIVOS GENERALES: Determinar en el Ambystoma tigrinum, la anatomía del sáculo y de su otolito, analizando parámetros morfológicos que puedan servir como base a la modelación matemática de dichos órganos. 20 OBJETIVOS PARTICULARES A.- Determinar la anatomía del sáculo mediante microscopía óptica así como la ultraestructura macular usando microscopia electrónica. B.- Determinar la anatomía del otolito sacular con microscopía óptica C.- Realizar un estudio morfométrico del otolito sacular. D.- Determinar la densidad del otolito sacular. 21 MATERIAL Y MÉTODOS Modelo biológico El modelo biológico utilizado para este estudio fue el estado neoténico de la salamandra, de la clase de los urodelos: el ajolote (Ambystoma tigrinum). Se usaron animales cuyo peso tuvo un valor medio de 31.45 g con una desviación estándar de 2.09 g, sin distinción de sexo. Para la disección de los órganos del oído interno, una vez preparado el material se procede a sacrificar el animal por decapitación, ésta se efectúa rápidamente sujetando con unas pinzas la región cervical y cortando delante de ellas con unas tijeras quirúrgicas, enseguida se separa el maxilar inferior del cráneo. Las cápsulas óticas se localizan fácilmente desde la vista ventral del paladar como estructuras redondas y blancas en posición bilateral y en el extremo caudal del cráneo, (ver figura 10). Figura 10: Radiografía del cráneo de un ajolote. En la parte anterior se observa la mandíbula, y es claramente visible el hueso iomandibular que une el oído interno con la mandíbula. Inmediatamente por delante de la unión de la columna vertebral al cráneo se observan las cápsulas óticas a ambos lados (flecha) En ambas cápsulas óticas, el otolito del sáculo se distingue como una estructura radio opaca ovoide. Se puede observar también claramente el saco peri linfático intracraneal. Se implementaron tres tipos de experimentos ó protocolos de trabajo con algunas variantes según el caso: a) Determinación de la estructura macroscópica. b) Determinación de la estructura microscópica. c) Determinación de la ultraestructura. Estructura macroscópica Estos experimentos se realizaron para obtener medidas relacionadas con la estructura general del sáculo y para determinar su ubicación relativa. Se usaron métodos de microscopía óptica con inclusión en parafina, microscopía óptica con inclusión de la cápsula ótica completa y descalcificada en resina sintética e inclusión en parafina del cráneo descalcificado íntegro. 22 Tras la inclusión en parafina, el sistema vestibular fue seccionado usando un microtomo manual de marca R. Jung Ag Heidielberg, y se obtuvieron cortes de 10 a 20µm, los cortes se estiraron en agua a 37°C y se montaron en portaobjetos gelatinizados, posteriormente se tiñeron con azul de metileno y se fotografiaron con el microscopio óptico a bajo aumento. Para la inclusión de las cápsulas óticas se obtuvo el cráneo completo del ajolote libre de tejido muscular, se abrió por la cara ventrolateral de ambas cápsulas y enseguida se inició la fijación en paraformaldehido al 1 % por inmersión durante 12 hrs. Previo lavado con buffer de fosfatos se disecaron las cápsulas óticas. Se realizó la descalcificación con en una solución que contiene óxido nítrico (NO) al 1.5 % y paraformaldehído al 0.1 %, durante 24 hrs y se hizo un cambio de solución cada 8 hrs. Después se hizo un lavado con buffer de fosfatos durante 3 hrs con cambios cada 30 min. Se procedió a la postfijación, usando una solución de tetróxido de osmio al 2 % durante 2 hrs. Se lavó con buffer y se inició la deshidratación con cambios de alcohol en concentración creciente (2 hrs c/uno). Las muestras se mantuvieron 1 hr en óxido de propileno que es el solvente de la resina de inclusión Poli-Bed. Se hizo una infiltración con resina en relación 1:1 con su solvente, esto durante 12 hrs, con la relación 3:1 6 hrs y con resina pura durante 2 hrs. Se indujo la polimerización de la resina a 60°C durante 12 hrs usando cápsulas de gelatina como moldes. La infiltración fue a temperatura ambiente y siempre con el catalizador incluido. Se hicieron los cortes histológicos con un grosor de 5 µm con el ultramicrótomo marca Porter-Blum, modelo MT1. Ultraestructura Para el análisis ultraestructural utilizamos técnicas de microscopía óptica y electrónica. Para esto, el vestíbulo, después de ser fijado y disecado en su totalidad, fue postfijado por inmersión. Posteriormente se separaron los órganos de interés, se sometieron al proceso de deshidratación e inclusión en resina (Spurr, L. R. White o Poli-Bed). Los cortes para microscopía óptica fueron realizados con el ultramicrótomo con un grosor de 1 µm, se contrastaron con azul de toludina 1 %, calentando a temperaturas cercanas a los 80°C durante 5 ó 10 minutos. Para la microscopía electrónica los cortes fueron de 60 a 90 nm de grosor, fueron montados en rejillas de cobre y contrastados usando soluciones de metales pesados. Las rejillas se lavaron con agua bidestilada-desionizada (hasta 18 MΩ) y se contrastaron en una solución de acetato de uranilo (pH = 4) al 2 % durante el tiempo indicado. Lavadas las rejillas, se contrastaron con una solución de citrato de plomo al 1 %. Finalmente las rejillas se lavaron y se dejaron secar en papel filtro. 23 Preparación de las soluciones 1. Se preparó una solución concentrada de paraformaldehído al 12.5% en relación masa/masa. A partir de paraformaldehído con agua desionizada, se mantuvo con agitación constante a una temperatura de entre 60 °C y 70 °C y agregando 3 a 6 gotas de solución de NaOH hasta que la solución se aclaró. 2. Solución A: Se tomaron 25 ml de solución concentrada y se agregaron 5 ml de glutaraldehído al 50 %. Con un buffer de cacodilato 0.2 M se diluyó hasta 50 ml. El pH se ajustó a 7.4. 3. Solución B: Se tomaron 10 ml de la solución A y se diluyó en 40 ml de buffer de cacodilato 0.1 M pH 7.4. 4. Solución de cacodilato para lavado: Se tomaron 100 ml de solución de cacodilato de sodio, y se agregaron 10 mg de CaCl2 (solución de 1 mg/ml) y 5 grs de sacarosa (5 %), el pH se ajusta a 7.4. 5. Solución diluida: Se tomaron 10 ml de solución de fijación y se diluyen en 40 ml de buffer de cacodilato 0.1 M a pH 7.4. 6. Solución de glutaraldehido: Se preparó a partir de una ampolleta que contiene una concentración inicial al 70 % (Electron Microscopy Sciences, Cat. 01635). Esta solución se disolvió en buffer de fosfatos con pH de 7.42 (Hayat, 1989). La solución se mantuvo a 4°C. 7. Las soluciones de tetróxido de osmio se prepararon disolviendo una ampolleta con 0.5 g de la sal (Electron Microscopy Science), en agua bidestilada-desionizada. Se dejó disolver toda la noche en refrigeración o se sonicaron las soluciones por espacio de 15 minutos. (Hayat, 1986; Hayat, 1989) Aislamiento de los otolitos Los otolitos fueron aislados del sistema vestibular de cada uno de los órganos otolíticos por disección individual. Los otilitos fueron obtenidos alternativamente de tejidos que fueron fijados previamente con paraformalheído al 4% durante un día, con tetróxido de osmio al 2% durante tres horas ó de tejidos sin fijar. Una vez aislados los tejidos, se pasan a una cámara de disección en agua destilada para obtener en forma única y sin contaminación los cristales del sáculo, lagena, saco endolinfático y utrículo. Los cristales se succionan con una micropipeta de vidrio adaptada a una jeringa y se lavan abundantemente para eliminar toda la materia orgánica que los rodea. Los cristales entonces se 24 depositan en diferentes portamuestras. Dependiendo del análisis al que se sometieron, para el caso de la microscopía electrónica de barrido se utilizaron portamuestras donde los cristales se depositaron directamente. Los cristales se dejaron secar durante un día en una cámara para evitar el polvo y se observaron en un microscopio JEOL-JSV 5400 LV a 20 KV. En otros de los casos los cristales fueron cubiertos con plata nanométrica para facilitar la toma de las fotografías. Las muestras provenientes de animales fijados y sin fijar se observaron alternativamente en la versión de bajo vacío al mismo voltaje de 20 KV. Preparación de los tejidos para observación en el microscopio electrónico de barrido (MEB) Para los experimentos donde se observaron los especímenes con MEB. Utilizamos una fijación con aldheídos, específicamente, con la técnica de Karnowski modificada. La fijación se realizó en dos etapas: la primera, se efectuó durante la disección y la segunda, cuando se aisló totalmente el tejido de interés. El procedimiento para la preparación de especimenes para microscopía electrónica de barrido se describe a continuación: • Disección en fijador karnowski (diluido) 30 min. • Pasar a solución de fijador Karnoski (solución de fijación) 4 hrs. • Pasar a buffer de cacodilatos 0.1 M y dejar 12 hrs en refrigeración. • Pasar a OsO4 2 % con 0.2 M de buffer de cacodilato pH 7.4 (en refrigeración por 4 hrs). • Lavar en cacodilatos 0.1 M durante 1 hr • Pasar a OsO4 1 % con 0.1 M de buffer de cacodilato pH 7.4 (en refrigeración por 2 hrs). • Lavar en cacodilatos 0.1 M durante 1 hr • Pasar a OsO4 1 % con 0.1 M de buffer de cacodilato pH 7.4 (en refrigeración por 2 hrs). • Pasar a alcohol frío al 70 %, en esta condición se termina la disección. • Pasar a alcohol al 70 % y se deja en refrigeración durante 12 hrs. • Deshidratación en secuencia de alcoholes. • Deshidratación por punto crítico con CO2. • Una vez deshidratados los especímenes por punto crítico, se colocan en portamuestras con un adhesivo de plata. Se recubrieron con plata nanométrica y se observan en un microscopio electrónico de barrido JEOL-JSV 5400 LV con un voltaje de aceleración de 20KV para ser fotografiados. Mediciones Para medir los ejes de los otolitos los colocamos después de haber sido fijados en el microscopio óptico sobre un papel milimétrico y utilizamos un ocular especial que presenta una escala de sesenta unidades a lo largo de su diámetro; 25 para poder realizar la medición con mayor precisión ajustamos la escala para que cada diez unidades del ocular sean encerradas por un milímetro del papel estando bien enfocado. A continuación colocamos el otolito y lo enfocamos de modo que se distingan sus bordes y procedemos a medir su largo (x), ancho (y) y espesor (z). Aplicamos la fórmula del volumen de un elipsoide (V=*x*y*z*π/6) y obtenemos el volumen aritmético (VA); posteriormente procedemos a pesar el otolito en una balanza de precisión (Mettler Toledo AB204-S). Para la medición del volumen por desplazamiento de líquido o volumen experimental (VE) utilizamos un dispositivo que diseñamos dentro del laboratorio (Figura 11), y realizamos la medición con la estructura deshidratada. Figura 11: Medición del volumen del otolito del sáculo: 1) Representación del dispositivo para realizar la medición; 2) Con el émbolo de la jeringa hasta el fondo se llena el tubo ependorf con agua colorada, 3) Se succiona líquido con la jeringa observando que el nivel cubra la aguja de la jeringa; 4) Ahora se llena nuevamente el tubo ependorf; 5) Cerramos el tubo ependorf y llevamos el émbolo hasta el fondo para marcar sobre el tubo capilar el nivel del líquido; 6) Se succiona líquido con el émbolo, se abre la caja y se coloca el otolito; 7) Cerramos el tubo ependorf y nuevamente llevamos el émbolo hasta el fondo para marcar nuevamente el nivel del líquido en el capilar. Posteriormente dividimos la masa pesada sobre el volumen aritmético y obtuvimos la densidad aritmética (DA) y de igual manera dividimos la masa pesada sobre el volumen experimental para obtener la densidad experimental (DE). Para corroborar la medición de densidad juntamos otolitos hasta alcanzar una masa de alrededor de 100mg de otolito y formamos tres grupos de masa 26 otolítica dividiendo de manera aleatoria los otolitos, los pesamos y medimos su volumen observando el desplazamiento de líquido para obtener una medida de densidad homogeneizada. Estadística Todos los resultados cuantitativos que presentamos son la media aritmética de una muestra (n=8) con su respectiva desviación estándar. En el caso de los experimentos que logramos realizar con las salamandras el tamaño de la muestra fue de dos especimenes. Sin embargo realizamos todas las mediciones. 27 RESULTADOS Descripción morfológica de sáculo y mácula sacular del ajolote El sáculo está en contacto con la lagena por medio de la apertura sáculo lagenar; un orificio en la pared vertical entre ambas cavidades. Dicho orificio es circular y mide aproximadamente 160 µm de diámetro (Figura 12). La lagena se ubica en la región ventral y caudal del sáculo. Recibe su inervación por su parte dorsal. La papila basilar se encuentra en su porción dorsal. El eje longitudinal de ambas estructuras, lagena y papila basilar, es vertical. En dirección anteroposterior se encuentra la mácula del sáculo con su superficie macular hacia la zona lateral en un plano vertical. S L M 100µm Figura 12: Estructura de la cavidad sacular. Se observa claramente la comunicación entre la cavidad de la lagena (L) y la cavidad sacular (S). En la lagena se aprecia el neuroepitelio sensorial que la abarca en toda su extensión. En el caso del sáculo, la mácula (M) ocupa una pequeña porción de la gran cavidad sacular. En la parte inferior de la mácula del sáculo se observan conjuntos de axones mielínicos y algunos vasos sanguíneos. El estudio con microscopía electrónica del sáculo nos ha permitido determinar que la mácula sacular constituye la mayor estructura sensorial en el vestíbulo del ajolote. Presenta una gran masa otolítica que permite identificarla claramente. La mácula del sáculo esta inervada por fibras provenientes de la rama posterior del nervio vestibular. En el ajolote el sáculo esta formado por una cavidad con forma elipsoide, el diámetro mayor está orientado anteroposteriormente. La mácula sacular tiene una forma elíptica, mide aproximadamente 500 µm de longitud (n = 4, Figura 13B). Esta compuesta por una capa epitelial de células de sostén de 20 µm de altura y una capa de células sensoriales (células ciliadas) de alrededor de 40-50 µm. En la región sensorial se distinguen claramente las células ciliadas, las cuales son fácilmente identificables por sus características morfológicas peculiares (Figura 13A). 28 Los axones mielínicos (en principio axones de las neuronas aferentes), pierden la mielina al pasar la membrana basolateral del neuroepitelio sensorial. Suponiendo que el punto donde convergen varias dendritas es el más probable para ubicar el inicio del potencial de acción en las neuronas aferentes. Con base en mediciones realizadas usando tinciones con peroxidasa de rábano y estimaciones del trayecto que recorren las dendritas desde la región sináptica a este sitio encontramos para los canales semicirculares un rango de 62.5 a 175µM, para el utrículo de 27 a 45 µM y para el sáculo de 45 a 90µM. La microscopía electrónica de barrido de la mácula del sáculo del ajolote, nos han permitido determinar que está compuesta por alrededor de 1200 células ciliadas (Figura 13C). En la mácula se encuentran además de las células sensoriales células de sostén, las cuales están rodeando a las células ciliadas. Las regiones no sensoriales del sáculo muestran distintos tipos de tejidos epiteliales; incluyendo epitelios simples monoestratificados de células cuboides, epitelios de tipo secretor con células que muestran una gran cantidad de vellosidades en su membrana basolateral y epitelios secretores con microvellosidades e inclusiones intracitoplasmáticas relacionados con la masa otoconial. Las paredes del órgano están cubiertas de un estrato epitelial y una capa de tejido conectivo en la cual se encuentran gran número de fibroblastos bien definidos con prolongaciones claras y que han sido encontradas por microscopía electrónica de transmisión. Figura 13: Estructura de la mácula sacular. En A, microscopia óptica del neuroepitelio del sáculo. La mácula se distingue claramente como un engrosamiento del epitelio de la pared sacular. Esta formada por células ciliadas (CC) y células de soporte (CS). En la parte inferior de la mácula se pueden distinguir claramente grupos de axones mielínicos (AM), algunos vasos sanguíneos (VS) y fibroblastos (Fb). En B y C, microscopía electrónica de barrido de la mácula del sáculo. Puede verse que la mácula tiene una forma redondeada, mide en su eje mayor cerca de 500 µm. Con base en este tipo de imágenes se puede establecer el número total de células que componen la mácula y observando a mayor aumento su polarización funcional. A B C 29 La mácula del sáculo en el ajolote, está constituida únicamente por células ciliadas de tipo II (según la clasificación de las células ciliadas como tipo I y II (Wersall, 1956). Las células sensoriales son de tipo cilíndrico, ligeramente engrosadas en su parte media, con el núcleo en la parte media o inferior, muestran numerosas mitocondrias en su parte basal, y se caracterizan por la presencia de un engrosamiento electrodenso en su parte apical (cutícula) de la cual se originan los cilios. Como puede observarse los cilios son prolongaciones citoplasmáticas, y sólo uno, el kinocilio, es un cilio verdadero (Figura 14A). Las dimensiones de estas células son aproximadamente de 40-50 µm de altura por 10-20 µm de ancho. En el caso del sáculo, órgano que presenta el mayor número de otolitos, observables a simple vista, se encuentran embebidos en una membrana otolítica rodeada de una matriz gelatinosa (Figura 14B), donde se puede observar que los conjuntos ciliares de las células ciliadas se agrupan en pequeñas invaginaciones en una forma específica, dentro de esta membrana otolítica, sitio por el cual se les permite al conjunto ciliar alcanzar a la masa otolítica. Esta membrana otolítica presenta forma que asemeja una malla que contiene por la parte de abajo a los conjuntos ciliares y por la parte superior a la masa otolítica, que en su conjunto esta formada por grupos de otoconias adheridos por una matriz gelatinosa. Todos los estereocilios en las células ciliadas del sáculo presentan un patrón común, es decir, los estereocilios más pequeños se encuentran a la periferia y su tamaño aumenta en dirección del kinocilio que se encuentra polarizado, aún cuando evidentemente existen diferentes patrones poblacionales. A B Figura 14: En A, microscopia electrónica de barrido de una célula típica del sáculo. Se pueden observar los cilios que van de menor a mayor hasta el kinocilio. La longitud máxima de los cilios es cercana a las 30 µm. El epitelio de soporte presenta múltiples vellosidades. En B, la membrana otolítica muestra un conjunto de cavidades donde aparentemente se inserta el haz de cilios. 30 La MEB mostró como el otolito del sáculo es una estructura ovoide con una forma elipsoidal, en la figura 15A mostramos la medición de uno de sus ejes; las figuras 15B y C muestran a un mayor aumento que el otolito se halla conformado por cristales elipsoidales denominados otoconias, estos cristales tienen longitudes que son sumamente variables pues algunas miden 1 micra y encontramos otoconias que llegan a medir hasta 100 micras. B A Figura 15: La ultraestructura del otolito sacular. En A, microscopia electrónica e barrido del otolito del sáculo. Se puede observar que se trata de una estructura redondeada u ovoidea. En B, a mayor aumento se observa que el otolito está a su vez formado por múltiples cristales denominados otoconias. En C, aún a mayor aumento. Se observa que los cristales otoconiales del sáculo tienen una forma elipsoide con tamaños sumamente variables que van desde una micras hasta cerca de 100 micras. 1240 µm C En el caso de la mácula del sáculo las células ciliadas se hallan polarizadas (Méndez, 1992) de manera divergente como se observa en el dibujo de la figura 16, esto significa que su kinocilio apunta hacia el exterior de la mácula; esto nos habla de la importancia de este neuroepitelio pues parece no solo sensar el vector del eje gravitacional sino también puede sensar aceleraciones lineales sobre el plano sagital del espécimen. Dimensiones espaciales del otolito sacular Los otolitos de ajolote presentan una morfología característica que no es muy variable entre uno y otro espécimen; la tabla 1 representa una medición de los tres ejes correspondiente cada uno a una dimensión del espacio (n = 8). El eje mayor (eje X) corresponde aproximadamente en el cráneo del animal al eje antero - posterior, el eje mediano (eje Y) al eje medio - lateral y el eje menor (eje Z) al eje rostro – caudal (Figura 17, Tabla I). 31 Masa del otolito sacular La masa del otolito sacular fue determinada pesando el otolito fijado, libre de anexos laberínticos y secado en una báscula de precisión y el resultado obtenido fue de: 6.01 ± 0.9 mg (n = 8). OS 1 2 3 4 5 6 7 8 Promedio Desviación Estándar Eje X 0.232 0.212 0.252 0.21 0.211 0.2 0.28 0.22 0.2282 0.026 Eje Y 0.189 .0195 0.201 0.154 0.198 0.173 0.19 0.2 0.1875 0.016 Eje Z 0.126 0.163 0.153 0.142 0.175 0.117 0.12 0.141 0.1421 0.021 Tabla I. Medición de los ejes espaciales del otolito sacular del ajolote (cm). Volumen aritmético (VA) Pudimos medir el volumen del otolito del sáculo del ajolote de manera aritmética asumiendo su morfología elipsoidal, el resultado promedio que obtuvimos es de: 3.1 ± 0.42 mm3 (n = 8) U M CA S CL Medial Anterior Posterior Distal Figura 17: Microfotografía del oído interno del ajolote abierto ventralmente. Se observa el otolito del sáculo (S). Rostralmente se observan en un tono oscuro, las fibras nerviosas que inervan a los canales anterior (CA), lateral (CL) y el utrículo (U). Hacia la parte medial se observa la mácula sacular y su inervación (M). 32 Volumen experimental (VE) El Volumen experimental fue medido sumergiendo el otolito aislado, libre de anexos del laberinto membranoso y fijado en agua teñida con azul de metileno tal como lo describimos anteriormente; de este modo el volumen; los resultados obtenidos fueron: 2.68 ± 0.35 mm3 (n = 8). Densidad aritmética (DA) Se determinó la densidad del otolito del sáculo dividiendo la masa entre el volumen aritmético y el resultado obtenido fue de: 1.615 ± 0.092 g/cm3 (n = 8). Densidad experimental (DE) Para la obtención de este dato realizamos dos pruebas; la primera consistió en dividir la masa entre el volumen obtenido de manera experimental, siguiendo este método obtuvimos una densidad de: 2.24 ± 0.04 g/cm3 (n = 8). El otro método para realizar esta medición fue la colección de una gran cantidad de otolitos para pesarlos y medir su volumen en conjunto considerando que tenemos un cúmulo de otolitos cuya composición es homogénea; por este método obtuvimos un valor de densidad de: 2.241 g/cm3 para un conjunto de 32 otolitos. Posteriormente formamos tres conjuntos escogiendo otolitos de la colección de manera aleatoria para encontrar posibles variaciones en la densidad de los otolitos obteniendo los siguientes resultados: Grupo 1: 2.25 g/cm3 para un conjunto de 28 otolitos. Grupo 2: 2.23 g/cm3 para un conjunto de 40 otolitos. Grupo 3: 2.25 g/cm3 para un conjunto de 28 otolitos. Coeficiente de porosidad (VE/VA) Puesto que encontramos una variación entre la medición del volumen aritmético (VA) y el volumen experimental (VE) y considerando el hecho de que los cristales del otolito sacular se hallan embebidos en una matriz orgánica concluimos que al realizarse la medición por el desplazamiento de líquido, con la estructura deshidratada, se medía el volumen exclusivo del componente inorgánico del otolito y decidimos definir su coeficiente de porosidad dividiendo la media del VE sobre la media del VA (n = 8) y multiplicando por 100; el resultado obtenido de esta operación resultó:0.719 Este valor lo podemos expresar también en porcentaje y nos hace suponer que bajo nuestras condiciones experimentales el OS del ajolote tiene un 71.9 % de componente inorgánico y un 28.1 % de componente orgánico extraíble con el fijador. 33 Relación de la dimensión masa del otolito sacular respecto a la masa del espécimen La figura 18 representa la relación entre la masa del OS y la del ajolote; dividimos el valor de masa otolítica sobre la masa del ajolote multiplicado por 100 (n = 8) y el resultado considerado como porcentaje de la masa del ajolote que representa la masa del otolito fue de: 0.019 ± 0.0018 % 0.0075 Masa del otolito sacular (g) 0.0070 Figura 18: Los puntos de esta gráfica muestran la relación del peso del ajolote y el peso de su otolito (n=8), los últimos dos datos se hallan encimados por ello observamos sólo siete puntos; la línea azul es un ajuste a una función tipo Boltzmann. 0.0065 0.0060 0.0055 0.0050 0.0045 29 30 31 32 33 34 35 Masa del ajolote (g) Magnitudes físicas del otolito sacular en la salamandra Decidimos también realizar un estudio con los otolitos de salamandra y presentamos los valores de sus dimensiones en la tabla 2. Salamandra MS (g) MOS (g) X (mm) Y (mm) Z (mm) 1 2 Promedio Desv. Est. 4.2 4.9 4.425 1.07 1.82 1.56 1.69 0.18 1.11 1.33 1.22 0.15 10.5 15.6 13.05 3.6 1.98 2.11 2.45 0.01 VA (µl) 2 2.3 2.15 0.1 VE (µl) 1.8 2.1 1.95 0.1 DA (g/ml) 2 2.13 2.07 0.01 DE (g/ml) 2.33 2.33 2.33 0 Tabla 2: Mediciones realizadas con 2 salamandras de la masa de la salamandra (MS) (g), la masa del otolito (MOS) (g), ejes X, Y y Z; volumen aritmético (VA) (cm3), volumen experimental (VE) (cm3), densidad aritmética (DA) (g/cm3) y densidad experimental (DE) (g/cm3) del otolito del sáculo. Análisis comparativo de las dimensiones del otolito sacular en el ajolote y en la salamandra Observamos tras realizar estos experimentos que hay un cambio en la morfología del otolito sacular en la salamandra con respecto al del ajolote, en la Discusión hablaremos de las posibles causas de estos cambios morfológicos; la figura 19 muestra las diferencias de su morfología. 34 No podemos conocer la razón de estos cambios y no conocemos la cinética de los mismos pues la edad exacta de los especimenes y el tiempo que llevaban las salamandras desde su metamorfosis hasta el día del experimento. Proporción comparada de los tres ejes del otolito sacular del ajolote y la salamandra 1.2 1 0.8 0.6 0.4 0.2 0 X/X X/X Y/X Y/X Z/X Z/X Figura 19: Las barras azul oscuro y azul claro representan la proporción entre los ejes X, Y y Z de la elipsoide que forma el otolito sacular en el ajolote y en la salamandra respectivamente. 35 DISCUSIÓN El objetivo principal de este trabajo fue conocer el valor mediante métodos experimentales de las magnitudes físicas del otolito sacular del ajolote (Ambystoma tigrinum), principalmente volumen y densidad. Estos valores son importantes para el desarrollo del modelo matemático que mencionamos en el apartado de Antecedentes, este modelo matemático es la interfase que nos ayudará a comprender la fisiología de la mecanotransducción y de la integración de señales en el aparato vestibular, para poder realizar análogos del mismo utilizando dispositivos como microvibrogiróscopos y acelerómetros, con el propósito de crear prótesis cibernéticas que suplan la función vestibular, incluso en condiciones de navegación extrema como es el caso del manejo de aeronaves, el viaje en órbita que realizan los astronautas, etc. Por las razones expuestas en el párrafo anterior, la presente discusión hace hincapié en analizar los resultados obtenidos respecto a la medición de la densidad y el volumen del otolito sacular, pues éstas aportan los datos necesarios para comprender la acción de la estructura otolítica en la generación de los momentos de inercia que inician la mecanotransducción en los órganos otolíticos. Hablaremos someramente sobre los experimentos morfológicos e histológicos pues como mencionamos en el apartado de antecedentes de este trabajo, ya se ha estudiado la disposición de las células y de los órganos dentro del laberinto óseo anteriormente. Existen numerosos estudios sobre la morfología de aparato vestibular en los vertebrados (Lowenstein, 1970; Ramprashad, 1986) y en ellos se ha observado una relación directa entre las características morfológicas del órgano y las características del ambiente en el que se desarrolla el espécimen y las características de su sistema de locomoción. Por ejemplo, Ramprashad comparó constantes del modelo de Steinhausen de la mecánica de los canales semicirculares obtenidas de manera experimental en diferentes reptiles y, observo que los canales semicirculares de la tortuga son menos sensibles a las aceleraciones angulares que los de las lagartijas y los de las serpientes; sin embargo dentro de la misma serpiente el canal semicircular lateral es más sensible que los otros canales; por otra parte al comparar las dimensiones de los órganos otolíticos en anfibios como ranas y salamandras, observó que el sáculo es proporcionalmente más voluminoso en la rana; otro estudio en tortugas (Brichta, 1988) afirma que la papila neglecta en las tortugas funciona como un sensor de vibraciones del suelo. Los resultados de este tipo de estudios marcan una clara relación entre el tipo de movimientos que realizan los animales y las características morfológicas del sistema vestibular: la locomoción de las tortugas no se caracteriza por ser muy dinámica, sin embargo siempre están muy cerca del suelo y su concha no amortigua las vibraciones, por lo tanto éstas se transmiten hasta su cabeza; es obvio que las serpientes someten sus cabezas a aceleraciones angulares en el plano horizontal más que los otros 36 reptiles; por último recordemos que las ranas suelen saltar, por lo tanto siempre someten sus cabezas a aceleraciones lineales en el eje de la gravedad. Los hallazgos que obtuvimos tras el desarrollo experimental del presente trabajo también nos aportan algunos datos que sugieren una relación entre la morfología del sáculo, la mácula del sáculo y el otolito sacular en el ajolote (Ambystoma tigrinum) y su manera de interactuar con su entorno físico. Además obtuvimos datos comparativos de las mediciones con salamandras y los resultados indican diferencias interesantes de la morofología del otolito sacular entre el estado larvario y el estado adulto de Ambystoma tigrinum. El estudio morfológico del sáculo muestra que este gravirreceptor tiene una forma elipsoidal que coincide con la morfología de la estructura otolítica, también es posible observar la presencia de un orificio que comunica al sáculo con la lagena. El análisis microscópico de la mácula permite apreciar como el neuroepitelio propio del órgano tiene una disposición vertical pues el sáculo es el principal gravirreceptor, orientado en la dirección normal (perpendicular al plano horizontal), y la mayoría de las aceleraciones que percibe coinciden con el plano sagital del cráneo del animal; afirmación que pudimos sustentar con el estudio de la mácula sacular o neuroepitelio del sáculo, pues las células ciliadas se hallan polarizadas sobre este plano y principalmente sobre el eje vertical que coincide con el vector de la gravedad. La mácula del sáculo presenta células de soporte entre las células sensoriales, disposición que es característica de los neuroepitelios sensoriales basados en células ciliadas. Estas células de soporte de las máculas tienen un papel importante en mantener la integridad estructural del sistema, y podrían participar en algunos procesos metabólicos, pero esto aún no esta claro. Pudimos observar también la membrana otolítica presenta fenestraciones características que alojan a los haces ciliares de las células sensoriales; este acople mecánico es de suma importancia para que se lleve a cabo la mecanotransducción, como lo hemos descrito anteriormente, pues de esta manera el momento de inercia generado por los vectores de aceleración lineal de la masa otolítica, se transforma en un cambio en la liberación de neurotransmisor de la célula ciliada y con ello proporcionalmente variará la frecuencia de descarga de las fibras aferentes. La membrana otolítica es un componente importante de la función vestibular, sus propiedades hasta ahora no han podido ser estudiadas con precisión, pero su participación no puede suprimirse en un modelo matemático que pretendan emular la función vestibular. Particularmente nos referimos a un factor de elasticidad del sistema, que en el caso de los canales semicirculares lo determina la composición de la cúpula y en los órganos otolíticos el sistema cilios-membrana otolítica; explicaremos brevemente la relevancia de este parámetro de elasticidad en la mecánica otolítica. Brevemente podemos decir al respecto que por una parte la masa de las otoconias y por otra los vectores de inercia que éstas generan se pueden sumar 37 como un todo e imaginar un cuerpo ideal con un centro de masa y hablar de un solo vector de inercia; sin embargo el desplazamiento de los cilios en las máculas otolíticas, que es en última instancia el estímulo efectivo para activar el sistema mecanotransductor, está amortiguado por este factor de elasticidad conformado por las características de la membrana otolítica, la viscosidad de la endolinfa, las características de la capa gelatinosa que llena el espacio que existe entre el otolito y el neuroepitelio, y la rigidez de las estereocilias. En el otolito sacular las otoconias son cristales de forma alargada y de longitud y dimensiones muy variables (1 – 100µm). En otros trabajos se ha demostrado que la otoconia no se distribuye uniformemente en el otolito de algunas aves, quedando las más voluminosas cerca del neuroepitelio de la mácula, las medianas en el centro del otolito y las más pequeñas cerca de la superficie opuesta a la mácula sacular (Dickman, 2004). Nuestros resultados no ofrecen ningún dato acerca de éste fenómeno ya que no se realizó un análisis de la estructura interna del otolito intacto. Las mediciones realizadas sobre la estructura del otolito nos sugieren que su morfología elipsoidal está relacionada con la generación de un vector de inercia en un eje del espacio mejor que en otro; por los resultados que observamos en las dimensiones del otolito sacular del ajolote, existe un eje mayor que coincide con el vector de la gravedad y los otros dos ejes coinciden horizontalmente con el plano sagital y horizontalmente con el plano transversal respectivamente; sin embargo cuando observamos las dimensiones del otolito sacular de la salamandra, obtuvimos mediciones distintas a las que obtuvimos con el otolito sacular del ajolote, pues aunque existen los tres ejes correspondientes a los diámetros de la elipsoide, la diferencia de magnitud entre éstos es mayor. Los estudios realizados en salamandra, aunque no concluyentes de forma definitiva por el restringido número de animales que se usaron, indican que la diferencia de los ejes del otolito sacular sea mayor en salamandra y esto nos hace presumir que existe una adaptación en la morfología del otolito dada por los movimientos a los que el animal se somete, pues el ajolote normalmente se mueve dentro del agua y su movimiento es casi homogéneo en las tres dimensiones espaciales, sin embargo la salamandra realiza una vida terrestre principalmente y bajo estas condiciones las aceleraciones lineales son de mayor magnitud. Por lo anterior nos atrevemos a generalizar a manera de hipótesis que la morfología de los otolitos e incluso la composición material de ellos depende del tipo de fuerzas mecánicas a las que se somete, de las características, dirección y magnitud de los vectores de velocidad y aceleración a los que es sometido, y además la polarización funcional de las células ciliadas en los neuroepitelios tiene una disposición que evolutivamente está relacionada con las fuerzas mecánicas que acabamos de mencionar. Con respecto a la masa del otolito, la figura dieciocho nos muestra la relación que existe entre la masa del animal y la de su otolito y observamos que no es lineal como habíamos presumido, sino que sigue un comportamiento de crecimiento exponencial; tal vez los ajolotes más pesados tengan una cantidad 38 de tejido adiposo mayor que los otros, por lo que consideramos que para saber cual es la verdadera relación entre el tamaño del animal y el tamaño de su otolito, lo correcto sería comparar las dimensiones del cráneo y en particular del hueso temporal con la masa otolítica. El vector de inercia que ocurre en respuesta a una aceleración lineal depende de la densidad del objeto y la diferencia de esta magnitud con respecto al medio; el presente trabajo busca determinar la densidad del otolito sacular para poder sustentar con bases experimentales el modelaje matemático de acelerómetros para prótesis vestibulares y, puesto que conocemos la densidad de la endolinfa (1.08 g/cm3) (Young, 1984), es sumamente importante conocer la densidad del otolito pues la generación de momentos de inercia depende de la diferencia de densidades que existe entre éste y el medio en que se halla embebido. Como dispositivo de inercia; el valor de densidad más preciso de los que describimos previamente es el que se realizó mediante el método de reunir un conjunto de otolitos, pesarlos y medir su volumen todos a la vez; justificamos esta afirmación por el hecho de que la composición mineral del otolito es principalmente de carbonato de calcio en la forma de calcita, cuya densidad se conoce y es de 2.4 g/cm3 y los valores que obtuvimos de manera experimental están muy cercanos a este valor. Además a pesar de que el otolito sacular in vivo se halla embebido por una matriz orgánica la diferencia de densidad de esta matriz con respecto a la de la endolinfa y la de las membranas del laberinto es despreciable. Creemos que la diferencia en las mediciones de volumen que obtuvimos con la medición aritmética y la medición experimental se debe a la porosidad del otolito después de ser fijado y haber perdido el componente líquido de la matriz orgánica, consideramos para nuestros objetivos particulares que el valor experimental obtenido por el desplazamiento de líquido usando diferentes colecciones de otolitos libres de materia orgánica y secos, como se describió en el apartado de material y métodos, es válido y aporta la información que necesitamos para poder reproducir la funcionalidad del otolito como dispositivo generador del vector de inercia. Hablemos ahora del modelo matemático de la función vestibular: Está compuesto por tres bloques; el primero se refiere a la mecánica del vestíbulo, es decir, para los canales el sistema cúpula endolinfa y para los órganos otolíticos la interacción de la membrana otolítica con el haz ciliar. Este bloque esta basado en trabajo realizado en colaboración entre nuestro laboratorio e investigadores de la Universidad Estatal de Moscú. Se han publicado descripciones detalladas del mismo (Soto, 2001: Sadovnichi, 2002). La resultante de este bloque es la magnitud de las fuerzas mecánicas que reciben las estereocilias y que determinan su desplazamiento; el segundo bloque es representativo de la mecanotransducción, en él se analiza desde un punto probabilístico el proceso de transducción. Este bloque del modelo esta basado en el trabajo desarrollado por Markin y Hudspeth, se ha añadido a dicho modelo un módulo de 39 retroalimentación que permite dar cuenta del proceso de adaptación de la corriente de transducción (Markin y Hudspeth, 1995); el tercer bloque define los cambios resultantes en las corrientes y del potencial de membrana en reposo de la célula ciliada (Vega, 2001; Alexandrov, 2001). Al definir en este trabajo el valor de la densidad del otolito sacular se complementan los parámetros requeridos por el modelo matemático. Cabe destacar que este es un resultado relevante debido a que en el modelaje matemático del sistema vestibular no existe ningún modelo completo del vestíbulo, y los que hay no utilizan variables con sentido fisiológico preciso y más aún, los parámetros de dichos modelos no se refieren como en nuestro caso a un animal en particular. Es en este sentido que este trabajo adquiere sentido y constituye la primera descripción completa del sáculo del ajolote que puede servir de base al desarrollo de modelos matemáticos, los cuales en última instancia permitirán una mucho más profunda comprensión del funcionamiento del sistema vestibular y podrán contribuir al diseño y desarrollo de prótesis vestibulares que es uno de los objetivos del grupo de investigación en Neurofisiología Sensorial de la BUAP. 40 CONCLUSIÓN Fue posible realizar una medición aproximada de los datos requeridos para el modelo matemático propuesto por los investigadores de la BUAP y de la Universidad de Moscú. Los modelos matemáticos ayudan a comprender lo fenómenos con mayor precisión y pueden ayudarnos a predecir el comportamiento de los elementos de dichos fenómenos, en el caso de un modelo matemático que pretende aplicarse para el diseño computacional de una prótesis que se acoplará a un sistema biológico, es de suma importancia que este fundamentada en parámetros obtenidos de manera experimental y como el modelo biológico que este grupo de investigadores ha utilizado es el ajolote (Ambystoma tigrinum), es una valiosa aportación obtener estos resultados utilizando el mismo modelo biológico. 41 BIBLIOGRAFÍA • • • • • • • • • • • • • Alexandrov, V (2001); Alexandrov, V., Almanza, A. Kulikovskaya, N., Vega, R., Alexandrova, T., Limón, A. y Soto, E. (2001). Mathematical model of the hair cell ionic current dynamics. En: Mathematical modeling of complex information processing systems. Doger, E. and Sadovnichiy, V.A. (eds.) ISBN: 5-211-04539-4 Moscow State University Press, 2001, 26-41. 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