El Ayuntamiento de Durango, del siglo XVI, fue rehabilitado y ampliado en 1945. Su fachada recuperó una copia de las pinturas originales que recuerdan a la "Comédie Française". No sabemos si con anterioridad a la fecha de 1554, año del incendio que denostó la villa, existía una construcción que cumpliese las funciones de Ayuntamiento o si por el contrario el ayuntamiento era itinerante, siendo la residencia del alcalde la que hacía el oficio de casa consistorial. Si seguimos la documentación conservada en el archivo municipal estamos ante uno de los ayuntamientos más antiguos de Bizkaia a pesar de que ha sufrido una serie de reformas que han alterado notablemente su aspecto original. Su ubicación, en el centro del pueblo, se decidió a raiz de la reconstrucción de la villa tras el incendio de 1554. Se escogería como lugar de asentamiento el espacio “más céntrico del casco amurallado y equidistante de los arrabales situados extramuros”. Un espacio central para una función central. La precaria situación económica de la villa con posterioridad al incendio hizo que la construcción del Ayuntamiento fuese excesivamente lenta. En 1587 se ponía el tejado. En 1605 los contratistas comparecen ante el regimiento de la villa alegando la necesidad de dinero para poder proseguir las obras. A principios de 1607 parece estar en condiciones de prestar servicios pero no se daba por terminado hasta 1609, año en que el regimiento se establece definitivamente para celebrar en la nueva casa consistorial sus reuniones. El durangués Juan de Garay pintaba en la fachada los escudos de armas reales y de la villa. En 1770 no se había completado la nueva construcción, faltaban los balcones, el salón de plenos no tenía ventanas, la tabla estaba hundida y se encontraba en deterioro. Se acordó la instalación de balcones de hierro. Se acordó asimismo pintar el edificio tanto por el interior como por el exterior donde se dibujaron las pinturas que actualmente observamos y que fueron ejecutadas por el pintor Ignacio de Zumárraga, vecino de Bilbao. La más importante de las reformas fue la acaecida en 1945, en que se reconstruyó totalmente, rehaciendo las pinturas de su fachada y conservando el pórtico clasicista que será el único vestigio del primitivo edificio, que sorprende por lo avanzado de su planteamiento para la época en que se construyó. El consistorio de Durango responde a una tipología común en Bizkaia que otorga gran protagonismo al soportal en bajo y al salón de sesiones con su balcón en la planta noble. Se construyó siguiendo las trazas dadas por Martín de Ibargüen, maestro cantero que había trabajado en el monasterio de El Escorial. La obra de cantería la llevaban Bernabé de Solano, Martín de Urquiza y Martín de Zabala y la carpintería Juan de Anitua. Presenta planta irregular y está adosado a otro edificio a través de su fachada posterior. Consta de planta baja y dos pisos. En el bajo encontramos el soportal abierto a la plaza, que está constituído por siete arcos de medio punto apoyados sobre pilares cruciformes. El primer piso presenta una sucesión de vanos adintelados delante de los cuales se dispone una barandilla corrida que forma un balcón de homenaje. En la planta superior se disponen vanos cuadrados que forman eje con los balcones y los arcos inferiores. El conjunto se corona con una cornisa en saledizo. En la fachada principal se encuentran los elementos más interesantes del edificio. En ella sobresale el escudo de la villa, que se encuentra sostenido por dos figuras. No obstante, las pinturas exteriores son lo más destacado del edificio y le confieren su carácter específico. Se trata de pinturas rococós que, tras la Guerra Civil restituyó el pintor Eloy Garay a semejanza de las que ejecutará Ignacio de Zumárraga inspirándose en la "Comedie Française". Fuente: Diputación Foral de Bizkaia. Dpto. de Cultura. Servicio de Patrimonio Histórico. Texto: Ana Isabel Leis. D.L.: BI-2501-00 / Diputación Foral de Bizkaia. Monografías de Pueblos de Bizkaia - Durango. Textos: Andoni Iturbe Mach. D.L.: BI-706-93. Fotos: Txelu Angoitia. Torre medieval donde se cree que pudo pernoctar Isabel la Católica en 1483, con motivo de su visita a esta Villa para jurar sus fueros y los de la Merindad de Durango. Restaurada en 2009, es la nueva sede de la Oficina de Turismo. DESCRIPCION Lariz Torre tiene como origen la casa-torre medieval, relacionada con las guerras de banderizos en las que diferentes familias luchan por obtener el poder. Una vez que éstas acaban, se da una trasformación social que permite la emergencia de nuevas clases sociales (comerciantes, funcionarios...) que empiezan a alcanzar altas cotas de poder político. La Torre de Lariz es definida como una torre urbana, que ya no necesita de una estructura tan defensiva: horizontalidad, tamaño de los vanos y carácter "teatral" al dar absoluta preferencia a la decoración en la fachada principal. Se mezclan tanto elementos decorativos del gótico final (vanos conopiales o apuntados, geminados, ventanales de asiento o tallas de gusto hispano-flamenco), como otros propios del Renacimiento (arcos de medio punto, ventanas adinteladas a menudo profusamente decoradas por bolas o cabezas de clavos). En la fachada principal se busca la simetría y el equilibrio a través de la disposición centralizada de un amplio arco de medio punto y la distribución regularmente ordenada de grandes vanos adintelados con tracería en cruz. El friso de canecillos serviría probablemente para sustentar una balconada de madera y se conservan varios canecillos, entre los que destaca uno con la figura de un guerrero y otro con ocho piernas en rueda. Actualmente y tras haber sido rehabilitada, es la sede de la Oficina de Turismo y de Durango Eraikitzen. F u e n t e : D u ra n g o. Tra n s f o r m a c i o n e s h i s t ó r i c a s d e s u c o n f i g u ra c i ó n u r b a n a . B e l é n B e n g o e t xe a Re m e n t e r í a y S i l v i a C a j i g a s Pa n e ra . Museo de Arte e Historia, 1997. G u í a d e S e r v i c i o s d e D u ra n g o 2 0 0 9 . Ay u n t a m i e n t o d e D u ra n g o D yc a S e r v i c i o s P u b l i c i t a r i o s , 2 0 0 9 . Fotos: Txelu Angoitia. La puerta de Santa Ana o Arco de Santa Ana, de estilo barroco, es el único testimonio de las seis puertas con las que contaba la antigua muralla que rodeaba en tiempos pasados la Villa. La muralla es uno de los elementos morfológicos que mejor diferenciaban los ámbitos urbanos de los rurales en la Edad Media. La fortificación separaba dos mundos y las Villas medievales vascas recurrían a ella como mecanismo de defensa contra los peligros del exterior. En las cercas se abrían portales fortificados y postigos desde los que arrancaban los caminos de contacto con lejanas poblaciones o con el universo rural del entorno. Es el caso de Durango, Villa medieval que cumplía el papel de nudo de comunicaciones entre la costa y Castilla y entre Bizkaia y Gipuzkoa. Varias son las puertas de muralla de Durango de las que ha quedado documentación literaria o gráfica, pero sólo de una de ellas hay constancia física. Es el Arco de Santa Ana, sito en la plaza de ese nombre, a la salida del viejo camino hacia Castilla, vía hábil para el tránsito de carros desde finales del siglo XVIII. Por ella se realizaba el mayor trasiego mercantil ya que por esta puerta circulaban las mercancías que garantizaban la subsistencia de Durango. La puerta anterior, construida hacia el año 1560 fue edificada pocos años después del incendio que asoló la Villa el año 1554, y con seguridad sustituyendo a otra anterior. La pacificación del agro vasco, el fin de las correrías banderizas posibilitó, quizás, la edificación de una puerta con pretensiones de monumentalidad, que además diera la bienvenida a aquel comercio que vendría de Castilla y que sin duda, hacía falta a los vecinos y mercaderes de Durango. La actual puerta es una construcción del siglo XVIII que sustituyó a otra anterior. De todos los monumentos de la Villa esta puerta es quizás el más emblemático, el que mejor indentifica a Durango en el exterior. Si simbólicamente su valor es indudable, también lo es en sentido artístico. En 1743 el Ayuntamiento decidió sustituir la puerta renacentista del camino de Castilla, ya muy deteriorada, por otra fórmula más acorde con los tiempos, encargando el diseño y la condiciones al arquitecto durangués Juan de Erdoiza. A finales de año se sacó a remate, quedando en 5000 reales para el cantero de Berriz Juan de Zubiaga, que se obligó a respetar las armas - el escudo fechado de 1566 - de la obra vieja. La puerta que hoy contemplamos tiene forma de arco de triunfo y es de estilo barroco. Edificada en piedra arenisca. Se compone de dos cuerpos y tiene doble fachada. El inferior lo integra un grueso arco de medio punto, sobre el que descansa una balaustrada de piedra. El segundo cuerpo lo componen dos torretas laterales y una espadaña central que ostenta en la cara sur el escudo de los austrias, recuperado de la puerta anterior, y en la cara norte una hornacina que debió acoger la imagen de Santa Ana con la Virgen. Ubicada en un lugar privilegiado de Durango, la terracilla del arco ha sido utilizada como tribuna de autoridades en festejos religiosos y jolgorios populares. Fuente: Diputación Foral de Bizkaia. Dpto. de Cultura. Servicio de Patrimonio Histórico. Textos: J.A. Barrio Loza. Depósito Legal: BI 2501-00 / Diputación Foral de Bizkaia. Monografías de Pueblos de Bizkaia - Durango. Textos: Andoni Iturbe Mach. D.L.: BI-706-93. Fotos: Txelu Angoitia. La iglesia de Santa Ana, aunque sobria y severa, es de estilo barroco, y fue testigo durante mucho tiempo del mercado de la Villa. Iturriza situa su fundación en el siglo XV. En el siglo XVI, se comienza una reedificación que queda, según Labayru, destruida en 1554. Después de esto se procede a su reconstrucción durante el siglo XVI y principios del XVII pero es un siglo después cuando este templo es sustituido íntegramente quedando tal y como lo conocemos actualmente. La demolición del templo viejo es posterior al proyecto e inicio del nuevo templo. Hacia 1723, fecha de licencia de demolición, el nuevo edificio ya tenía sus cimientos bien dispuestos. La ampliación fue realizada por el cantero Lazaro de Incera, aunque sometida a la revisión de los maestros durangueses Larrea y Erdoiza. La torre no se terminó hasta 1745. Tal y como señala Barrio, el estado actual del templo es el resultado del proyecto dibujado por Juan Ignacio de Urquiza. Forma parte de uno de los espacios abiertos más monumentales de la Villa de Durango, la plaza de Santa Ana. Con una orientación norte-sur, la iglesia está situada al sur frente a la plaza que en un momento fue cementerio y plaza de armas y que sirvió, asimismo, para hacer alardes y toros. Como señala asimismo Fausto Antonio de Veitia: “Hay dos plazas intramuros tituladas Sta. María y Santa Ana, en las que todos los sábados, menos en los que caiga fiesta de santos preceptos, se hacen los mercados, a saber: en la primera de pan, corderos, aves, quesos, fruta…Y en la segunda, de trigo, maiz, alubia, castaña, centeno, simientes de alhova, hierba y otros artículos de esta especie”. No es extraña la especialización de este mercado en trigo, maiz o centeno ya que éstos llegaban a la Villa principalmente de la ciudad de Vitoria en cuyo mercado se efectuaban las compras. Es imposible por tanto separar la síntesis que se produce entre el templo y el complejo urbanístico al que pertenece, su plaza. En 1776, Juan de Urquiza, en la declaración sobre las obras necesarias, hace constar que “era necesario empedrar la plazuela que está delante de dicha iglesia, que en lo antiguo estuvo en ella erigida el cuerpo de dicha iglesia”. La plaza fue rehabilitada en 2009. En paralelo a las obras de rehabilitación se llevó a cabo una intervención arqueológica que rescató restos de la anterior iglesia, enterramientos, el molde utilizado para la campana de la actual iglesia, el horno para la fundición del bronce de dicha campana y el calzo del molino que transcurre bajo la antigua iglesia. El equipo arqueológico fue dirigido por Belén Bengoetxea Rementería, profesora del Area de Arqueología de la UPV-EHU en la Facultad de Letras en VitoriaGasteiz. Belén Bengoetxea Rementería está especializada en arqueología urbana y en los últimos años ha desarrollado trabajos sobre la Villa de Durango. En esta intervención arqueológica también participaron: Iñaki Pereda, Teresa Campos y Fidel Navarrete. La nueva iglesia de Santa Ana constituye un notable ejemplo de la arquitectura sacra barroca, en la que se produce un absoluto predominio de las líneas arquitectónicas sobre lo decorativo. Es de planta herreriana y consta de tres naves y pórtico de pilastras en la parte norte y oeste. A los pies y en posición central, se situa la torre de Santa Ana. En lo alto de la torre se encuentra el cuerpo del campanario notablemente reducido y coronado por una linterna. Su cabecera es cuadrangular, con los laterales ligeramente ochavados. Presenta algunas estancias auxiliares a los lados del presbiterio. Salvo el hastial principal que se apareja en sillería, así como el recerco de vanos y esquinales, el resto es de mampostería. Actualmente en el espacio del altar mayor aparece un lienzo de grandes dimensiones. El óleo representa a Santa Ana con su hija y está firmado por el pintor bilbaino Ramón de Elorriaga. Fuente: Durango. Transformaciones históricas de su configuración urbana. Belén Bengoetxea Rementería y Silvia Cajigas Panera. Museo de Arte e Historia, 1997. Diputación Foral de Bizkaia. Monografías de Pueblos de Bizkaia - Durango. Textos: Andoni Iturbe Mach. D.L.: BI-706-93. Fotos: Txelu Angoitia. La Basílica de Santa María de Uríbarri se describe ya a finales del siglo XV en la crónica de la visita de Isabel la católica a Durango. Su bello pórtico, el más grande del País Vasco, acoge actividades culturales y sirve como plaza pública. La Basílica ostenta la categoría de Monumento Nacional. La iglesia de Santa María de Uríbarri es una de las obras más monumentales del País Vasco. La parte antigua, resultado de reformas y ampliaciones, es góticorenacentista propia del cambio de siglo XV-XVI. En el incendio acaecido en 1554 fue uno de los edificios que se salvó aunque no salió bien parado. A esto obedece la reconstrucción del templo desde el primer cuarto del siglo XVII, siendo esta segunda etapa constructiva, clasicista-barroca, la que refleja la actual iglesia. En la reconstrucción del templo, intervinieron arquitectos tan reconocidos como Juan Sebastian de Urizarzabala o Juan de Ansola. El pórtico, se realizó bajo trazas de los maestros Baraincua y Gabiria. Después de la guerra civil y debido a los daños ocasionados por los bombardeos en la bóveda, el pórtico, los muebles, el órgano y el retablo mayor, se inicia un nuevo proceso de recuperación. La construcción presenta por tanto vestigios de los diversos estilos que se han ido superponiendo. El edificio viejo de la iglesia era de nave amplia con capillas bajas alojadas entre los contrafuertes, única en Bizkaia que seguía este esquema gótico-renacentista. En la base actual las capillas bajas se han transformado en naves laterales, pero sobrevive toda la cabecera: el ábside con dos capillas y las capillas primeras de naves bajas. En la nave central se observa un bóveda gótica que se asienta sobre pilares renacentistas. El retablo del Altar Mayor es de estilo renacentista, de mediados del siglo XVI, obra del maestro Martín Ruiz de Zubiate, discípulo de Anchieta. En el camerín se encuentra la talla netamente gótica de la Virgen de Uríbarri, patrona de Durango. Por sus proporciones y dimensiones sobresale el Coro, formado por un arco escarzano, en bóveda, sostenido por cuatro elegantes columnas empotradas en las primeras pilastras de la Iglesia. El conjunto está rematado con una riquísima ornamentación cuyo frontis representa el firmamento, tachonado de estrellas y con el sol y la luna en los extremos. Por su lenguaje constructivo se deduce que el coro se realizó entre 1490 y 1510, fecha que se corresponde bien con la del cuerpo inferior de la torre, mientras que el superior es obra de la primera mitad del siglo XVI. La torre, acoplada a la cabecera, ocupa quizás, el espacio de la antigua casatorre de Arandoño, que sirvió de base para el actual campanario. La torre se escalona en tres cuerpos, coronándose con pináculos y tracería. El coro, junto con la torre, suponen la culminación de la fábrica gótico - renacentista, es de estilo “Reyes Católicos”. Popularmente se considera que la iglesia tiene una segunda torre que no es sino un husillo octogonal cubierto con espadaña del s. XIX. Santa María de Uríbarri presenta dos portadas. La del pórtico del mediodía se ordena en dos registros. El acceso principal se abre a los pies del templo formando parte de una compleja portada-retablo de corte clasicista, muy austera; un gran porche con elegante friso de triglifos y metopas cobija el conjunto de la portada. Es el pórtico lo que más sobresale por el dominio de la grafoestática elemental que tenían sus autores. El suelo estaba ya pavimentado con losas calizas en el año 1777. Fuente: Diputación Foral de Bizkaia. Dpto. de Cultura. Servicio de Patrimonio Histórico. Textos: Iñaki Magariaga. Depósito Legal: BI-2501-00 / Diputación Foral de Bizkaia. Monografías de Pueblos de Bizkaia - Durango. Textos: Andoni Iturbe Mach. D.L.: BI-706-93. Fotos: Txelu Angoitia. La Cruz de Kurutziaga, una de sus más preciadas joyas, es un crucero de extraordinaria belleza gótica y ostenta la categoría de Monumento Nacional. Se cree que fue levantada como monumento expiatorio por el terrible proceso herético que sacudió el Duranguesado a mediados del siglo XV y que ha venido a denominarse "Los Herejes de Durango". Además de la función expiatoria, la Cruz de Kurutziaga sirvió como límite fronterizo de la jurisdicción de la Villa y eje organizador del espacio urbano del entonces arrabal de Kurutziaga. Este carácter conformador y organizador de un espacio urbano, jerarquiza de alguna manera el propio arrabal, lo desvincula de su marginalidad, otorgándole una centralidad que irá ganando con el paso del tiempo. Una de las teorías más extendidas es que fue levantada como monumento expiatorio con motivo de la presencia en la Villa de una secta herética conocida como "Los Herejes de Durango", que intentó introducir el fraile Alonso de Mella, quien predicaba la comunidad de bienes y mujeres y obtuvo numerosos seguidores en la Villa, por lo que fué severamente reprimida por la Inquisición. Algunos de sus seguidores fueron condenados a muerte y quemados. La Cruz representa la historia de la redención humana, desde el Pecado Original a la Pasión de Cristo. La relación temporal entre datación del crucero y fechas entre las que transcurrió la predicación de Fray Alonso de Mella nos conduce a pensar que fue erigida como monumento exculpatorio, como símbolo del triunfo de la ortodoxia. Kosme Barañano y Javier Durana nos ofrecen esta lectura iconográfica: “Las consecuencias del pecado original (fuste) son superables a través de la vida de la Iglesia y sus normas (tambor) pero sobre todo gracias a la acción redentora y sacrificada de Cristo (Cruz)”. La propia iconología de la Cruz ha llevado a algún estudioso del tema, siempre a nivel hipotético, a buscar una estrecha relación entre el monumento y el suceso. Un ejemplo es la presencia, en un lugar preeminente del crucero, de la figura de Sta. Bárbara, patrona de los tejedores, sector social en el que más influyó la herejía. El estilo de la talla es claramente enmarcable en el gótico, aunque es posible reseñar ciertos rasgos arcaizantes, como pueden ser el hieratismo facial de los personajes representados y la estilización de los cuerpos desnudos, en los que se produce una simplificación de los detalles mucho mayor que en los de las tallas de personajes vestidos. La pieza reviste un cierto barroquismo, un cierto horror “vacui” del artista, que intenta rellenar espacios vacíos. Este barroquismo gótico hizo al erudito Carriazo, datar la cruz hacia mediados del siglo XV, fecha que parece aceptada por la gran mayoría de estudiosos y expertos. Es un monumento de piedra arenisca, consta de tres cuerpos. El primero lo forma el fuste, alrededor del que se enrolla el diablo encarnado en la serpiente, con cabeza de mujer. En la parte superior se narra el episodio del Antiguo Testamento de la Expulsión de Adán y Eva del Paraíso. El segundo corresponde al tambor, en el que se representa a los doce apóstoles con sus correspondientes atributos, a pesar de que debido al deterioro que sufre, en algunos casos es difícil la identificación. El tercer cuerpo es la cruz propiamente dicha. En uno de sus lados se representa la crucifixión de Cristo, con la Virgen y San Juan flanqueándola. Se advierte el tema del árbol de la vida a través de la presencia de una calavera a los pies de la Cruz, que representa la sepultura de Adán, lugar en el que nace el árbol con el que se construirá la cruz de Cristo y que representa la redención del pecado a través de su muerte. Aparecen ángeles recogiendo la sangre de Jesús de sus heridas, y en la parte superior las imágenes del sol y la luna (adaptación de los símbolos paganos a la religión católica). Al otro lado se representa a la Virgen con el niño, dentro de la tipología de Andra Mari, flanqueada por Santa Catalina y Santa Bárbara. Bajo ellas dos santos no identificados. En la parte superior aparecen ángeles músicos. Fue declarada Monumento Histórico Artístico el 5 de febrero de 1954. Se expone una reproducción en el Museo Vasco de Bilbao. El original se encuentra en la Ermita de la Vera Cruz, en la misma calle Kurutziaga; la ubicación inicial de la Cruz se cree fue frente a dicha ermita. Tras la rehabilitación de la Ermita, se situará en ella el Museo de la Cruz Fuente: Diputación Foral de Bizkaia. Dpto. de Cultura. Servicio de Patrimonio Histórico. Textos: Ana Isabel Leis Alava. Depósito Legal: BI-2501-00 / Diputación Foral de Bizkaia. Monografías de Pueblos de Bizkaia - Durango. Textos: Andoni Iturbe Mach. D.L.: BI-706-93. Fotos: Txelu Angoitia. La actual construcción fue edificada a principios del siglo XVI sobre el emplazamiento que supuestamente ocupaba una iglesia medieval del siglo XII. Según la tradición local es de las más antiguas de Bizkaia. San Pedro, su origen y su fundación se mezclan con la leyenda y es ésta la que construye su historia. El estudio de San Pedro de Tabira deberá desprenderse de la leyenda y reconocer que la falta de fuentes escritas y arqueológicas hacen imposible la datación de su origen. Alberto Santana Ezquerra, dentro de la obra colectiva “Monumentos de Vizcaya” sitúa su actual factura en la segunda mitad del siglo XV y la primera del XVI, en la transición del gótico al renacimiento, uno de los momentos de esplendor de la arquitectura vizcaina. Dicho templo habría sido construido sobre otro anterior como lo indican ciertos elementos reutilizados y la propia tradición. Sus restos más antiguos podrían remontarse al s. XII y corresponden a las hiladas más bajas de los muros laterales. Tabira está constituido por la suma de dos elementos diferentes: la iglesia medieval de San Pedro y la ermita del Rosario, adosada por el flanco Norte. Desde el siglo XVIII conviven juntas, pero el mayor interés reside en la iglesia, por su antigüedad, su aureola legendaria y sus valores artísticos y riqueza de mobiliario. Distinguimos por lo tanto una gran nave rectangular, la de San Pedro, gótico renacentista, de cabecera recta, cubierta con bóveda de crucería simple; y un volumen de menor altura al norte, la capilla del Rosario, que es una sala longitudinal de seis tramos separados por fajones y abovedados con lunetos, con ábside cuadrado de mayor altura que la nave, dotado de cúpula sobre pechinas y dos capillas menores a los lados. Ambos cuerpos sólo están comunicados entre sí por un vano gótico. El acceso a la Capilla del Rosario, correspondería al original de San Pedro. San Pedro cuenta además con una serie de dependencias auxiliares en la cabecera, en su interior hay un curioso coro de celosía de madera, una de las mejores obras de la carpintería popular. Los vanos con los que cuenta son de diferentes estilos y cronologías. Está rodeado de amplio pórtico en los lados despejados, sur y oeste, en cuyo empedrado se encuentran las figuras de la luna y una estrella. En lugar de torre-campanario tiene espadaña. Tabira es un verdadero museo que recoge una notable cantidad de piezas de escultura y de pintura de origen diverso. El retablo mayor, que procede del antiguo humilladero - hoy ermita del Rosario - es una considerable obra de pintura sobre tabla, propia del frío manierismo romanista. Lo preside un San Pedro de talla que habría sido titular de otro retablo hacia el año 1500, del que queda el banco, con relieves de los Padres de la Iglesia Latina. En ese mismo muro de la cabecera hay una Andra Mari del siglo XIV, un calvario de Cristo gótico y María y San Juan renacentistas, y un tríptico de considerable interés de la Quinta Angustia en madera policromada, renacentista de mediados del siglo XVI. En el muro de la izquierda encontramos una Virgen con el Niño, muy linda, de mediados del siglo XVI, dos tallas góticas de San Pablo y San Bartolomé y, sobre la puerta, un calvario con piezas de dos estilos: el Cristo gótico hispanoflamenco de finales del siglo XV, y las otras dos, un siglo posterior, romanistas. La cajonería de cuarterones de debajo del coro es del siglo XVII. En el muro de enfrente destacan el relieve romanista del Abrazo de San Joaquín y Santa Ana, dos tallas góticas de santos y otra de San Miguel, hispanoflamenca. En el de los pies hay que reseñar dos sarcófagos medievales de tipo bañera que, cuenta la leyenda, pertenecen a los míticos condes de Durango: Sancho Esteguiz y Doña Toda, que vivieron la no menos legendaria batalla de Arrigorriaga. Fuente: Diputación Foral de Bizkaia. Dpto. de Cultura. Servicio de Patrimonio Histórico. Texto: J.A. Barrio Loza. Depósito Legal: BI-2501-00. / Diputación Foral de Bizkaia. Monografías de Pueblos de Bizkaia - Durango. Textos: Andoni Iturbe Mach. D.L.: BI-706-93. Fotos: Txelu Angoitia. Palacio Garai La escasez de palacios en el interior de la Villa es debida a la permanencia de la parcelación gótica. La estrechez de la parcela no otorgaba a la construcción todo el boato que sus dueños pretendían. Es por ello que este tipo de construcciones palaciegas tienden a desplazarse a los arrabales. Serán los mejor orientados los que acogerán los palacios urbanos. Los que permanecen intramuros son normalmente resultado de adaptaciones anteriores de construcciones góticas. Las características de estas construcciones en el País Vasco serán de una austeridad mayor que en otras zonas de Castilla. Muros lisos y escasos vanos producen un modelo simple y esquemático, pero efectista y denotador de prestigio social. Se formará de este modo, el tipo de palacio aglomerado y sin patio que predominará en Bizkaia y Gipuzkoa frente al palacio con patio y de corte más mediterráneo, más común en Araba y Navarra. El siglo XVII es época de construcción de muchos de estos palacios urbanos situados en los arrabales de la Villa. La afluencia de capitales indianos está en la base del auge de este tipo de construcciones. Durante todo el siglo XVII y el siglo XVIII se produce una repetición de este modelo sin apenas variaciones ornamentales. PALACIO DE BRUNO MAURICIO ZABALA Bruno Mauricio Zabala, 3 Junto al Palacio Etxezarreta. Entre ambos palacios se sitúa una casa que sigue el estilo del Palacio Zabala. Casa Solariega de gran importancia histórica por haber nacido en ella D. Bruno Mauricio Zabala, en el año 1682. Teniente general de los reales ejércitos a principios del siglo XVIII y fundador de Montevideo. Sigue la tipología de los palacios de Bizkaia y Gipuzkoa. Presenta sillería únicamente en el muro de la fachada, característica típicamente barroca, y vanos adintelados. PALACIO OLALDE Gernikako Arbola Plaza Datado hacia mediados del siglo XVII. Palacete de tipo campestre situado en el arrabal de Kurutziaga. Perteneciente al linaje de la Quadra, presenta un escudo del linaje en la fachada principal, y en un lateral una galería alta, de tres arcos. Ha sido recientemente reformado y ahora son viviendas. PALACIO GARAI Kurutizaga, 13 Situado en Kurutziaga, fue construido en 1892 por D. Justo de Garay tras derribarse una antigua ollería. El arquitecto fue Pedro José de Astarbe. Al igual que el palacio de Gorostiza se inspira en modelos neobarrocos franceses, destacando por su tejado hecho con pizarras, un gran número de mansardas y una torre angular rematada en cúpula bulbosa. Tras pasar a ser propiedad municipal se le dan diversos usos, primero como Escuela de Diseño y posteriormente , en la decada de los 80, pasa a ser Biblioteca Municipal hasta el traslado de la misma a las antiguas escuelas ubicadas en Kalebarria. PALACIO PINONDO - CASA AGUIRREBENGOA Pinondo Plaza, 1 Alzado en 1855, representa sin duda el mejor acabado y más destacado vestigio civil del estilo neoclásico existente en Durango. El edificio se nomina con el topónimo del barrio en que se emplaza (Pinondo), atravesando el río Mañaria, un área claramente residencial, ajardinada, y que surgió al pairo del impresionante crecimiento económico y urbano del Quinientos Durangués. Palacio Olalde antes de rehabilitación Dantzaris frente al Palacio Arribi PALACIO ASTARLOA Pinondo, 4 Contiguo al Palacio Pinondo. Construido en el siglo XVIII, es de estilo barroco. Destaca el amplio acceso en arco de medio punto, se apareja en sillería. En la segunda planta presenta un escudo heráldico fechado en 1773. PALACIO LEJARZA Santa Ana, 4-6 El origen de esta vivienda fue - como es el caso de la cercana Torre Lariz- una casa torre, fácilmente identificable por su carácter cúbico y hermético. Dispuesta para la defensa del sur-este de Durango pero adaptada a prototipos residenciales del renacimiento vizcaino. PALACIO DE ARRIBI Goienkalea, 28 Un edificio nobiliario que hubo de acomodarse a la planta profunda y estrecha del solar bajo medieval durangués. Sólo parte del piso bajo es renacentista y se remató en las décadas centrales del siglo XVI, ocupando –circunstancia ésta por la cual es reseñado- cuanto menos dos parcelas góticas. Fuente: Diputación Foral de Bizkaia. Un Paseo por las Villas de Bizkaia nº 7. Durango. Texto: José Carlos Enriquez. D.L.: BI-3603-07 / Diputación Foral de Bizkaia. Monografías de Pueblos de Bizkaia - Durango. Textos: Andoni Iturbe Mach. D.L.: BI-706-93. Fotos: Txelu Angoitia. Zaguera del Palacio Lejarza Palacio Zabala El Museo de Arte e Historia de Durango tiene su sede en el Palacio Etxezarreta, de estilo barroco. Al margen de las Salas de Arte, Exposiciones e Historia, este museo alberga también el Centro de Historia del Crimen de Durango. Es gratuito y abre al público de martes a domingo. Situado en uno de los viales periféricos de la Villa de Durango, junto al antiguo convento de San Agustín, el Palacio de Etxezarreta es un lujoso palacio barroco edificado por José Agustín de Etxezarreta hacia 1760. Es un edificio de planta cuadrangular que se traduce en un potente volumen cúbico cubierto con tejado a cuatro vertientes. Etxezarreta concentra en la fachada principal todos los elementos de interés. Se ordena en una retícula simétrica de cinco ejes de vanos, distribuidos en cuatro alturas separadas entre sí por molduras impostas, que se quiebran al centro para enfatizar los elementos más significativos de cada planta. En el piso bajo se abre el ingreso principal, un vano arquitrabado definido por molduras mixtilíneas con orejetas y patas. Sobre éste se ubica un reloj de sol, con esfera rematada en un paño de encaje, puntillas y borlones. En la tercera altura sobresale el balcón de hierro forjado que apea sobre un gran mensulón del que cuelgan carnosas hojas de acanto. A él asoman dos vanos definidos por molduras baquetonadas con orejetas y patas, enmarque que se repite en los restantes huecos que se rasgan en la fachada, excepto el desván. Y por último, el escudo, uno de los más voluminosos de los conservados en la Villa. Toda la pantalla de la fachada está enmarcada lateralmente por pilastras cajeadas que se superponen hasta perforar la cubierta del tejado para rematar en pináculos y, en alto, por una moldurada cornisa sobre la que vuela un alero con canes tallados a base de motivos vegetales y animales. El edificio, que ha perdido su función residencial al convertirse en la sede actual del Museo de Arte e Historia de Durango, es un magnífico palacio barroco urbano que ofrece todos los ingredientes básicos del estilo: ordenación equilibridada de la fachada potenciando el eje central, empleo jerarquizado de los materiales constructivos, vanos regularizados adintelados y placados, galería orientada hacia el sur, jardín zaguero, y un marcado predominio de la fachada principal. Etxezarreta es un buen ejemplo de palacio barroco en versión ornamentada, aunque comedida, del tipo de los que se edificaban en el Señorío a mediados del siglo XVIII. Los fondos artísticos que conserva el edificio en su calidad de museo son muy variados, recogiéndose allí tanto elementos de interés histórico antiguo como obra artística moderna y aún reciente. Dispone tanto de exposición estable como de espacios para exposiciones temporales. Sala de historia I y II, Sala de Exposiciones, Sala de Conferencias y reuniones. Fuente: Diputación Foral de Bizkaia. Dpto. de Cultura. Servicio de Patrimonio Histórico. Textos: Ana Isabel Leis. Depósito Legal: BI-2401-00. Fotos: Txelu Angoitia. San Agustin Kultur Gunea, Iglesia y monasterio construido por los Agustinos en el siglo XVII. Espacio que acoge gran variedad de espectáculos en vivo. Teatro, sala de audiciones y otras actividades culturales. Durante la Contrarreforma y a fin de combatir herejías y desviaciones religiosas, el rey Felipe II y sus sucesores procuraron reconducir los frecuentes retiros privados de devotos, muy especialmente de beatas, hacia la clausura. Ese es el origen de muchos de los conventos de Bizkaia, pero no el de San Agustin de Durango, promovido por la Orden agustiniana, una institución consolidada desde hacía siglos. Sin embargo comparte aspectos comunes, como el de la dependencia de un legado particular en este caso de D. Domingo de Garro, caballero de la Orden de Calatrava - y su fórmula de asentamiento en un lugar ventajoso, en los arrabales. La presencia -al principio en precario- de los Agustinos en Durango data del año 1584, pero no sería hasta pasada la primera mitad del siglo XVII cuando se consolidara. Amparados por el legado citado, los Agustinos pudieron comenzar en 1662 las obras de un gran convento que contaba con iglesia y con residencia, ésta en torno a un patio. La institución funcionó hasta la desamortización de José Bonaparte a comienzos del siglo XIX. A partir de entonces pasó a depender del Ayuntamiento, que instaló primero un hospital y residencia de ancianos en torno a las dependencias que rodean el patio y, ya muy recientemente, recicló la iglesia hacia usos culturales. El Centro Cultural San Agustín se inauguró a finales de 1998. Fueron precisas restauraciones y remodelaciones que no afectaron mucho al espíritu de la obra original. San Agustin Kulturgunea es un espacio de exhibición de Artes Escénicas, integrado en la Red Vasca de Teatros SAREA, cuya actividad principal es la oferta de espectáculos de teatro, música y danza, variada y de calidad, mantenida de manera estable y priorizando el interés cultural. La programación de San Agustin Kultur Gunea incluye también la coproducción con grupos locales y el apoyo a estos grupos a través de la inclusión de sus propuestas en la programación de San Agustin Kulturgunea. San Agustin Kulturgunea, en su labor de difusión de espectáculos, organiza también un programa de Artes de Calle durante la época estival y espectáculos de gran formato en Landako Erakustazoka. Fuente: Diputación Foral de Bizkaia. Dpto. de Cultura. Servicio de Patrimonio Histórico. Texto: J.A. Barrio Loza. Depósito Legal: BI-2501-00 Carta de Servicios de San Agustin Kultur Gunea. Fotos: Txelu Angoitia. Fue escuela de primeras letras. Tras la Guerra Civil albergó durante un tiempo la Biblioteca Municipal que luego se trasladó al Palacio Garay. En 2009 se reformó y amplió para albergar de nuevo la Nueva Biblioteca Municipal y el Archivo Municipal. La fachada de Kalebarria es de estilo neoclásico. Alberga el archivo histórico municipal de Durango que comprende documentación medieval, libros de actas y libros de cuentas desde el siglo XVI, memoriales (instancias y solicitudes), etc. La Biblioteca Municipal de Durango - Durangoko Udal Liburutegia integrada en el Sistema Nacional de Bibliotecas de Euskadi, y que colabora además con otros organismos afines, tiene como objetivos principales: garantizar el acceso a la información y a los productos culturales, favorecer la formación continua y la integración social, ofrecer un espacio de participación en actividades culturales y de promoción de la lectura. La Escuela en Durango se impartía, con todas las incomodidas imaginables, en la Sala Capitular de la Casa Consistorial. Resultaba pequeña, sin la debida separación de chicos y chicas. El 24 de julio de 1826, se acordó por el Ayuntamiento la construcción de una escuela nueva en un solar de Kalebarria, cantón bajo. El maestro de obras fue Martín de Etxaburu. El costo de la escuela fue de 91.431 reales. Para financiar tan importante obra se impuso 12 marabedíes en azumbre de vino. En 1830 se acomodó la escuela de niñas. Además de la instrucción de las primeras letras se quería que la enseñanza fuese extensiva a trabajos de calceta y otras labores. Fuente: Carta de Servicios de la Biblioteca Municipal de Durango / La Villa de Durango. Textos: Vicente Zavala, S.J. Edita: BBK. D.L.: BI-1265-94. Fotos: Txelu Angoitia. Espacio ferial donde se realizan actividades recreativas de todo tipo y espectáculos públicos. Destaca la Feria del Libro y Disco Vasco. Inaugurado en 2003, sus 4.200 m2, acogen anualmente ferias, festivales culturales, musicales, gastronómicos, exposiciones, conciertos, eventos deportivos, etc, etc….Recibe la visita de más de 50.000 personas al año. Es un recinto diáfano, sin columnas, moderno y versátil, con unas modernas instalaciones, parking vigilado y una amplia gama de servicios a medida del cliente, que permiten la celebración de todo tipo de eventos. Situado en un lateral se encuentra el antiguo matadero rehabilitado para Café Teatro y también un Elkartegi (vivero de empresas). El edificio, se plantea como un gran prisma de grandes proporciones e intencionada contundencia que se acentúa por el tamaño y por su estructura esqueleto que, a modo de costillas metálicas, modula el edificio. La fachada es de vidrio serigrafiado, con carácter translúcidotransparente. Todo ello en un emplazamiento privilegiado, Durango, en el corazón de la Comunidad Autónoma del País Vasco, a muy pocos kilómetros del resto de las provincias y de sus capitales, concretamente a; 29,4 km de Bilbao, 42 km de Vitoria-Gasteiz y 69 km de Donostia-San Sebastián. Dispone de buenas comunicaciones con las tres capitales vascas y con los municipios de la Comarca de Durangaldea. Este emplazamiento, no cuenta sólo con un patrimonio histórico – monumental de gran interés, sino que, por su cercanía a la crestería de Anboto y al Parque Natural de Urkiola, cuenta también con una belleza paisajística y natural incomparable. Fuente: Carta de Servicios de Landako Gunea. Fotos: Txelu Angoitia. Plateruena Kafe Antzokia, ubicado en el antiguo matadero municipal, en la actualidad es un Café Teatro que acoge numerosos espectáculos a lo largo del año. Plateruena es un espacio cultural con programación de calidad que desarrolla actividades culturales y de tiempo libre en euskera. Es un espacio euskaldun, es decir, más que un espacio en favor del euskera, es un espacio que desarrolla toda su actividad en euskera. Es asimismo integrador, ya que también el que no sea euskaldun tiene las puertas abiertas, tanto las del Antzokia como las del euskera. Su oferta de actividades es estable y se desarrolla tanto los días laborables como los fines de semana y festivos. Es un centro creado para ayudar a los artistas y, a la vez, un lugar digno para sacar a la luz las creaciones que permanecen ocultas. Se concibe como un espacio vivo y dinámico que además de su p r o g ra m a c i ó n c u l t u ra l o f r e c e s e r v i c i o s d e h o s t e l e r í a . Está dirigido a personas de todas las edades y hasta los más pequeños encuentran en el Antzoki su entretenimiento. Está gestionado por una asociación del pueblo (Berbaro Elkartea) que trabaja en equipo con otras asociaciones también del pueblo. El edificio en el que se encuentra era un antiguo matadero datado en 1884. De planta rectangular de 36,40 x 10,80 metros y unos 6,60 metros de altura, su configuración básica queda definida por sus fachadas pétreas en sillería de arenisca. Se trata de una sólida construcción de mampostería reforzada con sillares en esquinas y vanos. Sobre la puerta lleva la siguiente inscripción: MATADERO / 1884, y sobre ella el escudo de la Villa. Fuente: www.plateruena.net Fotos: Txelu Angoitia. Escultura descubierta en Durango, hay teorías que sostienen que es del siglo III a. C. y que representa un animal cuadrúpedo. El original se encuentra en el Museo Vasco de Bilbao. La escultura conocida como "Idolo de Mikeldi", cuyo original se exhibe en el claustro del Museo Vasco de Bilbao, se encontró en la desaparecida ermita de San Vicente de Mikeldi en Durango. La primera noticia que sobre él se tiene es la proporcionada por Gonzalo de Otalora en el siglo XVII, en la que se hace referencia a una inscripción a la que no se alude en las referencias posteriores. La escultura debió quedar parcialmente sepultada hasta que en 1864, a instancia de los señores J.E. Delmas y A. Trueba, fue desenterrada y colocada en posición vertical. Al parecer volvió a quedar parcialmente enterrada y no fue hasta 1896 cuando se recuperó definitivamente y fue colocada junto a la ermita de San Vicente de Mikeldi, lugar en el que permaneció hasta su traslado al Museo en el año 1920. El Idolo de Mikeldi es una escultura en piedra arenisca de los alrededores de Durango, realizada en un único bloque, que representa de forma esquemática a un animal, verraco, entre cuyas patas y bajo cuyo vientre aprisiona un disco. En el dorso y flanco derecho, la pieza presenta una serie de pequeñas oquedades, "cazoletas", frecuentes en este tipo de esculturas y a las que se les ha atribuido un carácter mágico-religioso. Datado en la II Edad del Hierro (ss.V -I a.C.), al Mikeldi se le relaciona con las esculturas zoomorfas de toros y verracos de la meseta castellana. En esta área, que comprende las actuales provincias de Zamora, Salamanca, Segovia, Cáceres, Toledo, Ourense, Pontevedra y las regiones portuguesas de Tras-os-Montes y Beira Alta, se localizan más de 300 ejemplares, dándose la mayor concentración en las provincias de Ávila y Salamanca. Fuera de éste área únicamente se conocen el Idolo de Mikeldi y otro ejemplar en Tortosa (Tarragona). El Mikeldi se diferencia de ellas por la presencia del disco entre sus patas. Sobre el significado, función y cronología de estas curiosas esculturas, desde antiguo se han dado diversas interpretaciones y así, se ha apuntado que bien podían ser indicadores de límites o de hitos camineros, bien podían tener una función mágica como protectoras de ganado, o bien podían tratarse de monumentos funerarios. A este respecto, sin embargo, algunos autores parecen inclinarse por la posibilidad de que esculturas ya existentes fueran utilizadas como monumento funerario en épocas posteriores, en un momento ya plenamente romanizado en el que se añadirían las inscripciones, sin negar por ello un posible carácter funerario previo. Un segundo grupo parece responder a una finalidad mágica, protectora del ganado y aseguradora de su reproducción. Se ha argumentado para ello que algunos ejemplares aparecidos en recintos interpretados como encerraderos de ganado, junto a los accesos de algunos castros, etc. pudieron tener este carácter apotropaico. El último grupo y el más numeroso, aproximadamente dos tercios de las esculturas conocidas, se localiza en zonas de pasto de invierno, junto a cursos de agua y en lugares de buena visibilidad, lo que parece descartar una localización exenta de patrón, y permite considerar que estas esculturas pudieron ser hitos señalizadores de un recurso tan importante para una población ganadera como los pastos. A consecuencia de las obras de remodelación de la Plaza de Ezkurdi, donde estaba emplazada la copia del original, ha sido retirado hasta decidir su nueva ubicación. Fuente: Museo Vasco de Bilbao. Fotos: Txelu Angoitia. Organizan visitas guiadas por el mundo de los astros utilizando módulos didácticos, proyecciones de planetario y observaciones del cielo con telescopio. El Aula de Astronomía de Durango - Durangoko Astronomia Ikasgela (DAI) es un espacio abierto a toda la comunidad educativa, fundamentalmente a alumnado y profesorado tanto de enseñanza primaria como de secundaria y además a cualquier persona interesada en el tema. Se trata de una iniciativa del Ayuntamiento de Durango y el Departamento de Educación del Gobierno Vasco y por sus características supone una oferta única en su género en toda la comunidad autónoma. Dispone de un observatorio astronómico y una sala con un planetario además de numerosas maquetas, módulos didácticos e instrumentos con los que se visualizan y se explican los fenómenos astronómicos, las características, posiciones y movimientos de estrellas, planetas, satélites, asteroides y demás objetos celestes. Los abundantes materiales didácticos con que cuenta se distribuyen en diferentes “txokos” según el tema, y en cada uno de ellos se plantean actividades o explicaciones diversas, que siempre se adecúan a la edad o intereses de los visitantes. Existen materiales únicos, de diseño propio, que han obtenido diferentes premios en concursos a nivel estatal e incluso se han exhibido en el extranjero. Fundamentalmente se ofertan visitas guiadas a grupos de alumnado de colegios, ikastolas e institutos por las mañanas y se organizan algunas observaciones nocturnas del cielo. El objetivo de estas visitas es reforzar los conceptos aprendidos en clase sobre temas relacionados con el universo y motivar para que aumente el interés del alumnado en estos temas. Suelen ser también muy frecuentes las visitas de grupos de personas adultas, de centros de EPA, de euskaltegis o de diversas asociaciones. La procedencia de estos grupos es muy diversa, habiendo acudido tanto de todas las zonas de Bizkaia como de Alava o Gipuzkoa. Fuente: Aula de Astronomía de Durango. Fotos: Txelu Angoitia. La Ermita de la Magdalena, fué construida a principios del siglo XIX, cuando las tropas francesas afincadas en la Villa, decretan que los cementerios, que hasta entonces estaban en los pórticos de Santa María y Santa Ana, tienen que salir fuera del centro de la Villa. Situada en el arrabal de Ermodo. El edificio más notable de este arrabal era la antigua iglesia de la Magdalena, en cuyo altar se veneraba a Santa María Magdalena, copatrona de Durango desde el año 1664. Era una hermosa iglesia de una nave. La iglesia de la Magdalena protegía el Hospital de San Lázaro, situado al otro lado de la calzada. Fue demolida en 1809 para construir en su solar el cementerio, de acuerdo con la Real Orden del mismo año, que fue bendecido en 1811. Posteriormente fue trasladado a las afueras construyéndose en su lugar la ermita de la Magdalena que conocemos. La actual ermita se enclava por tanto en el lugar en el que se encontraba la antigua iglesia de la Magdalena y el Hospital de San Lázaro. Interesante por el pórtico, que recuerda a las capillas funerarias de cementerios como los de Amorebieta, Balmaseda. De una nave rectangular y ábside circular y cubierta a dos aguas, con espadaña de madera de un vano para campana. El pórtico se sitúa a los pies sostenido por dos columnas y dos pilares de sillería. Fuente: Durango, Fundación Navarra. Evolución y Desarrollo Urbano. Textos: José María Torres Pérez. Fotos: Txelu Angoitia.