Q Q N A C I 0N BIBLIOTECA UNIVERSITARIA LA POBLACIÓN DE COSTA RICA Y SUS RECURSOS NATURALES por William Vogt, Jefe de la Sección de Conservación, Oficina de Cooperación Agrícola Unión Panamericana Washington, D. C. Julio, 1946 X ¡ICA I SUS RECURSOS NATURALES por Vogt Jefe de la Sección de Conservación División de Cooperación Agrícola Unión Panamericana Uno de los primeros y más eminentes médicos americanos dijo que la mejor manera de alcanzar edad avanzada era padecer una enfermedad leve de carácter crónico. Es claro que en este caso la aparente paradoja se explica por que el paciente, conocedor de su estado, cuidará concienzudamente de su salud, permaneciendo bajo vigilancia médica. Muchas gentes, que al menos en apariencia parecen disfrutar de excelente salud, nos sorprenden al fallecer repentinamente de enfermedades como hipertensión o cáncer, dolencias que diagnosticadas a tiempo podrían haberse curado o cuando menos detenido en su desarrollo, El mismo razonamiento se puede aplicar a la tierra de cualquier nación. En tanto los habitantes de un país parecen prosperar, obtienen buenas cosechas, disponen de recursos forestales y de ríos productivos, ausencia de inundaciones, etc., apenas piensan en dedicar'atención a sus tierras. Tal ha sido la historia del uso do la tierra en todo al mundo y de ella puede ser ejemplo, mejor que en-ninguna otra parte, lo que ha pasado en los listados Unidos, Con tierras abundantes, capaces de ir absorbiendo la creciente población a lo largo de muchas décadas, todo hacia pensar que las cosas marchaban perfectamente. Pero llegaron las tormentas de polvo del aüo 1935, con toda la terrible magnitud de su impresionante drama, para que nos diéramos cuenta del mal estado en que se encuentran nuestras tierras. Los especialistas en el uso de la tierra—los que pudiéramos llamar patólogos del aprovechamiento de la tierra—conocían de tiempo atrás la realidad de la situación. La experiencia adquirida les permitía leer en la faz de la tierra, pero los ciudadanos americanos como grupo, incluyendo industriales, directores agrarios, diputados y Cenadores, dispensaron muy poca atención a las advertencias de dichos técnicos. En esta actitud se encuentra también un paralelo con lo que acontece en los seres humanos. El rubor en las mejillas en un enfermo de tuberculosis o del corazón, que es un aviso para el módico, suele ser interpretado erróneamente por el profano cono un signo de floreciente salud. Siento tener que informal1, como resultado de los estudios que he llevado a cabo durante dos meses en Costa Rica, que no todo está bien en este país en lo referente al uso de la tierra y la conservación. La realidad es que la tierra de Costa Rica se halla bastante más enferma de lo que los ciudadanos de esta hermosa comarca, con rauy contadas excepciones, pueden suponer. Por fortuna, la enfermedad todavía no ha llegado al estado avanzado que se observa en muchos otros países del Hemisferio Occidental, de ahí que, mediante la adopción de medidas inteligentes y vigorosas, sea posible detener el mal. Sin embargo, debe llamarse la atención acerca de que este hecho no puede conducir a crear una sensación do confianza o a la creencia de que la aplica- - 2- clon de las medidas curativas se pueda aplazar hasta el siguiente año o la próxima década. La enfermedad de la tierra es muy semejante al cáncer huraño; de no ser atacada en sus comienzos, las dificultades de combatirla o de curarla aumentan en progresión geométrica. La causa del aspecto de engañosa salud que nos ofrece la tierra de Costa Rica no es difícil de encontrar. El país está dotado, a ese respecto, en forma excepcionalmente rica y la población ^se hamantenido lo bastante baja para no crear la necesidad de tierras, ya que por donde se irire, hay abundancia de ellas. En esto, la situación se puede comparar a la que prevalecía en los Estados Unidos hace setenta y cinco años. Ahora bien, el tiempo pasa con rapidez y las condiciones relativamente favorables que imperan actualmente en Costa Rica no pueden prolongarse mucho más, si aumenta la población y continúan las presentes prácticas del aprovechamiento de la tierra. La_ Ira.pqrj_anc ja de lors Recursos Naturales^ Para exponer con claridad mi diagnóstico acerca del estado de salud de la tierra en Costa Rica, es conveniente describir, aunque sea con brevedad, el punto de vista en que me hs situado para estudiar el uso de la tierra en este país y los fundamentos filosóficos de esos estudios. En cualquier parte del mundo hay, en un raomento dado, una cierta relación entre los recursos naturales disponibles y la masa de la población humana. (Creo innecesario señalar que la vida humana, orí realidad cualquier forma de vida, es imposible sin el suelo, el a^ua, las plantas y los animales que sobre la tierra viven, utilizados por el hombre de muy diversas maneras.) Donde los recursos son abundantes en relación con la población, es posible la existencia de un alto nivel de vida. Desde el punto de vista de los recursos, Estados Unidos'y Rusia son probablemente los dos países mejor dotados del mundo entero, aun cuando es posible que Rusia llegue a tener, dentro de unas cuantas décadas, exceso de población, ilaciones como Gran Bretaña y Bélgica, aunque, pobres en recursos por sí raisuas, han sido capaces de cambiar los productos de su habilidad por los materiales obtenidos de la tierra en otras partes del globo, bien en sus propias colonias o en países necesitados de productos manufacturados. De todos modos, toda riqueza emana de la tierra. Es importante considerar la, presente situación del mundo. La población total de nuestro planeta se aproxima actualmente a los 2.2CC.OOO.OOO de habitantes; el área total de tierra cultivable es menos de 2,000.000.000 de hectáreas. Esto indica que, apreciado el globo en su conjunto, se dispone de menos de una hectárea por habitante. Ahora bien, el índice de a amento de la población mundial es del orden de 50.000 habitantes por día, por lo que, hacia finales de la presente centuria el planeta tendrá más de 3.000.000.000 de habitantes. Pero simultáneamente con el incremento de población, y debido al deterioro provocado por el abuso en el manejo de la tierra y a. la disminución de los recursos en ella obtenidos, la extensión superficial de los suelos susceptibles de ser cultivados disminuye de día en día. Esto significa que, en las décadas que so avecinan, se intensificará la demanda de los productos de la tierra en países que como Costa Rica y Estados Unidos todavía tienen, en sentido nacionalista, un superávit. Como sabe todo horticultor el rendimiento de cada parcela de tierra es Umita do".;. En otros tórnanos, una hectárea de tierra no puede producir, con su rendimiento al máximo, ñas que tantas calorías y tantas proteínas, carbohidratos, grasas y vitaminas. Se da lo que podría, llamarse tope teórico de la producción y que representa la mayor cosecha posible que se consigue levantar de una hectárea de terreno, cultivada en las condiciones óptimas de clima, fertilización, prácticas culturales, etc. En suma, un rendimiento tal y como se obtiene en condiciones de laboratorio. Por debajo de esa limitación teórica, en realidad bastante abajo de ella, se da lo que se puede denomina!' tope práctico, condicionado por muchos factores, entre los cuales los más influyentes son, con toda probabilidad, los de carácter económico y cultural* Es concebible que los esquimales, recurriendo al empleo da invernaderos, puedan obtener papayas y nangos por encima del Círculo Polar Ártico, pero el solo intento de realizarlo representaría la máxima culminación de la locura económica y además exigiría algo superior al bagaje cultural de un pueblo primitivamente cazador. Refiriéndome a casos más cercanos, recordaré oue existen reservas bastante grandes de excelentes maderas en la cuenca hidrográfica de San Juan, pero los costos de su extracción y transporte son tan e3.eva.dos que les cierran toda posibilidad en el mercado. Las poblaciones indígenas centroamericanas, que a menudo ni siquiera conocen el idioma español, se ven impedidas, precisamente a causa de barreras culturales, de obtener de los suelos que cultivan, rendimientos tan altos como los que consiguen agricultores tan e;<celentes como son algunos chinos. Este tope práctico tiene un profundo significado para la tierra cultivada de todo el mundo y es precisamente su consideración la que ha conducido al concepto, generalmente adnitido, de la clasificación en el uso de la tierra. Amplios estudios sobre el uso de la tierra en muchas regiones del inundo han demostrado que, en cualquier tiempo dado y, desde el punto desvista humano, existe un óptimo o máximo de aprovechamiento. pa.rf-_ca_da_ parcela de terreno, ríadie se aventuraría e. cultivar berros en el desierto ni a producir café en los manglares. El concepto de adecuación en cuanto al uso de la tierra ha conducido a confeccionar una clasificación general de las tierras, basada precisamente en su utilización más apropiada. Los nueve grupos de que corista dicha clasificación han sido tomados de la obra titulada Uso Racional_dgjL Suelo, por el Dr. Edward H, Granara, publicada por Editorial Nascimento, Santiago de Chile, 1947Clases de Tierra según^su Capacidad de Producción A. Adecuadas para el cultivo. I. Sin prácticas especiales. (Se pueden empleafr abonos y rotaciones simples.) II, Con sencillas prácticas culturales, tales corao cultivos en contorno, en fajas o en simples terracerías. II. Con prácticas complejas o intensivas. (Sistemas de bancales o terrazas; por lo coman exigen una combinación de varias prácticas,) IV. Con prácticas intensivas y uso limitado. (.Rotaciones largas, sin cultivos intsrcalados,o cultivada; sólo en pequeñas extensiones,) B. Inadecuadas para el cultivo.(Sirvenpara prados permanentes o para bosques. Con manejo científico pueden también producir vida salvaje.) V. Sin prácticas especiales. Suelos muy poco susceptibles al deterioro. (Pastoreo a la máxima capacidad de mantenimiento;tala de bosques sin prácticas especiales para la protección de la tierra.) VI. Con moderadas restricciones en el uso. Suelos moderadamente propensos al deterioro. (Potación en el pastoreo; corte del bosque y transporte de trosas mediante cuidadosa localización de los caminos forestales y adopción de otras prácticas para proteger el suelo.) VII. Con severas restri-ccicnss en el uso. Tierras sumamente susceptibles al deterioro. (En los pastizales sólo pastoreo de vea en cuando; en los bosques} talas muy seleccionadas.) C» No apropiadas para cultivos, pastizales o bosques, (Aptas para la producción de vida salvaje.) VIII. Con o sin prácticas especiales. (Producción de'plantas silvestres útiles, animales de piel, aves de caza, peces y, en general, como habitat para la fauna salvaje.) D. Desiertos naturales o creados por el hombre. IX. Virtualmente su producción es nula. El agua como recurso natural: lis bien sabido que no es posible la vida sin agua. Tanto los animales como las plantas tienen imprescindible necesidad del agua. El líquido elemento debe hallar se^_presen_te_al^lí_donde se le necesite y en cantidad que,, por excesiva^ no^ r_esulrte~pp'j^d3.cia_l._ El agua que corre por los declives y pendientes debe ser regulada porque deslava el precioso suelo del que dependen, en ultimo análisis, todos los seres vivientes. Los ríos necesita,;! tener un régimen regular' si han de ser utilizados como vías de navegación, para la, cría de peces o la producción de energía hidroeléctrica. Esos aportes deben ser perfectamente regulados a fin de que la tierra no se halle expuesta a inundaciones desastrosas. Del agua que cae en la superficie, ha de penetrar en el subsuelo la cantidad necesaria y suficiente para sostener el gasto de los manantiales y mantener la presión de los pozos artesianos. No es posible el desarrollo urbano, si las ciudades no cuentan con el caudal que hoy día exigen el abastecimiento de aguas potables, los servicios do alcantarillado y de incendios, y las actividades industriales* El suelo debe conservar oí agua indispensable para mantener la vida de las plantas durante los períodos, largos o cortos, de sequía. Sn suma, si el agua ha de reportar utilidad al hombre tiene que hallarse presente donde, como - 5- y cuando se la necesite. Aunque no se ha descubierto todavía ningún método práctico que permita regular a voluntad las precipitaciones atraosfericas, el hombre ha ideado diferentes procedimientos para el manejo del agua que cae sobre la superficie terrestre. Desgraciadamente, muchos do los sistemas que la humanidad emplea para el eprovechardento de las aguas .han ocasionado efectos destructores que dieron como resultado usa creciente intensidad del arroyamiento con daños que, en ocasiones, revisten proporciones catastróficas. La regulación del agua, cualquiera que sea el uso a que se dedique, depende de la cubierta vegetal. En condiciones naturales, excepto en el" lejano norte y el remoto sur, en donde la lluvia cae durante el invierno, estación durante la cual el crecurdento do la vegetación está detenido por las bajas temperaturas, la tierra responde a las precipitaciones desarrollando un tapiz vegetal. En el ciclo hidrológico esa, cubierta actúa de tres mane-' ras. Contribuye a la formación del suelo cuya estructura microscópica es tal, que le permite retener grandes cantidades de agua, consiguiéndose al mismo tiempo un máximo de infiltración; al funcionar como rallones de minúsculas represas, los vegetales impiden le circulación de las aguas de escurrimiento, retienen el agua sobre el sualo y favorecen su penetración a las capas inferiores; al mismo tiempo, manteniendo en su sitio el horizonte superficial del suelo, conserva su capacidad de absorción durante largos períodos. Cuando falta esa protección, el suelo es arrastrado quedando al descubierto los estratos inferiores o la roca desnuda. Una vez alcanzado dicho estado, han desaparecido todos los obstáculos capaces de impedir el rápido escurriráento del agua de lluvia hacia, los niveles más bajos y, en ultimo término, hasta el par. Esas tres funciones, realizándose conjuntamente, mantienen el caudal de los manantiales y los pozos artesianos, que de otro modo se vería, considerablemente reducido o agotado. Sin cubierta vegetal protectora, .el agua de lluvia corre incontrolada por las pendientes, abriendo surcos ñas o ráenos profundos, para, continuar por las torrenteras, arroyos y ríos, con velocidad acelerada, convirtiendo en torrencial el régimen de las corrientes fluviales. Carentes de regulación estas aguas superficiales, cuando alcanzan suficiente caudal, originan inundaciones siempre acompañadas de pérdidas considerables; en cambio, durante las épocas de escasez de lluvia el nivel-de los ríos desciende mucho y aun llega a agotarse o reducirse a la mínima expresión. El s uelo como_.Trecurs_p: Es literalmente imposible separar el suelo, el agua y el ciclo hidrológico, porque el suelo es un recurso extraordinariamente complejo que depende del agua para su. existencia y aprovechamiento. Las materias primas a partir de las cuales ss origina el suelo son las rocas que forman parte de la corteza terrestre. En el proceso de descomposición de las rocas y de formación del sucio, el agua ejerce un importante papel, lo mismo que el anhídrido carbónico del aire. En muchos suelos de Costa Rica predomina la ceniza de origen volcánico, pero no hay que olvidar que los suelos se forman también, en gran parte, a expensas de materiales orgánicos derivados de las plantas y de los animales que, en sorprendente abundancia y casi inconcebible variedad viven en o sobre estas plantas y en el suelo. Por ejemplo, en un metro cubico de suelo se han encontrado millones de protozoarios - 6- y, en algunas regiones, hay en el mismo volumen, irás de dos millones de lorabrices de tierra por hectárea, las que desempeñan un importantísimo papel en el proceso de circulación de los elementos del suelo. Esas gusanos, al ingerir la tierra de la que extraen las partículas digestibles, la expulsan después de haber atravesado el tubo digestivo, transportando a las capas superficiales tierra de niveles más bajos, con lo que la ponen al alcance del aparato radicular de las plantas. Las lombrices de tierra actúan como verdaderos cultivadores naturales. En otras partes, roedores de pequeña talla desempeñan funciones parecidas, merced a sus hábitos de perforar madrigueras subterráneas, hasta el extremo de que la existencia de muchos bosques depende de esa actividad. Es posible que, en algunas partes de Costa Rica, estos roedores contribuyan a eliminar el exceso de agua del suelo. Las plantas provistas de clorofila son las únicas que pueden convertir las substancias minerales del suelo y del aire en productos orgánicos, susceptibles de ser asimilados por el hombre. Hasta los arrúllalos esencialmente carnívoros, como el león y el, buho, dependan ciertamente para su nutrición de las plantas verdes que previamerite han sido convertidas en carne, en el interior del cuerpo de los animales herbívoros de los que aquellos se nutren, en sslabon.es situados más abajo en. la cadena alimenticia. Las plantas alimenticias y forrajeras necesitan el suelo si es que han de existir y la misma dependencia guardan los vegetales y animales que nos suministran la mayor parte de las fibras con que fabricamos las telas de nuestros vestidos. Es de la mayor importancia no olvidar que el suelo constituye la base fundamental de nuestra existencia y que, no solamente nos provee de alimentos y vestidos, sino que tajabién soporta la vegetación que protege las pendientes y sin la cual el agua de lluvia correría hacia el mar sin reportar utilidad, antes al contrario, irrogando perjuicios al hombre. Sin tapiz vegetal nuestros ríos fluctuarían entre grandes avenidas, causantes de desastrosas inundaciones y períodos de extremos estiajes durante los cuales quedarían reducidos a una mera, sucesión de charcas, dando como resultado la falta o escasea de agua para usos sanitarios e industriales, para la irrigación y la producción de energía hidroeléctrica. El suelo desaparecido o destruido debe considerarse, en general, como recurso irrenovable, a causa de la extrema lentitud del proceso de su formación. Se necesitan centenares de años para producir un solo centímetro do suelo, con la particularidad de que los de tan exiguo espesor reportan poca utilidad. Se ha demostrado reiteradamente y sin ningún género de dudas que el despilfarro y el empobrecimiento del suelo provocan el descenso de la capacidad productiva por hectárea. De otra parte, el suelo utilizado como mente sus condiciones físicas y biológicas, ducción por tiempo prácticamente indefinido 3n este sentido, puede considerarse cerno un se debe, conservándose adecuadase puede mantener en plena proe incluso aumentar su riqueza. rec urso re novable. Nunca se insistirá demasiado sobre la importancia que tiene el que consideremos al suelo del modo acabado do señalar. SI agricultor y la nación en pleno deben reconocer esta característica dsl suelo, a fin de fomentar una actitud hacia la tierra que tienda a perpetuar la existencia de un recurso tan indispensable. Si el hombre no reconoce el valor permanente del suelo, será refractario a la adopción de métodos de utilización que ayuden a perpetuarlo. - 7- Los campesinos cío llueva Inglaterra, ignorantes por completo de este con*» :epto del suelo, se jactaban— no hace todavía machos años — del n limero de =.-ranjas que habían castado d;arante su vidaí En la actualidad, una actitud 5;- .nejante sería considerada irresponsable e indefendible. El agricultor ~iene la solemne obligación de transmitir su tierra al siguiente usuario-— : -¿.zas a sus propios hijos — con la capacidad de producción intacta. la nación y de su. segura pobreza ._ SI suelo y el agua son las materias primas que la vida utiliza para crear nueva vida, pero estas primeras materias dependen de las plantas y animales a. ruienes soportan, tanto como los animales y las plantas se subordinan al =~ua y al suelo en que viven, Recursos bióticosj la fue señalada la parte que los animales y las plan~:.s desempeñan en los procesos de formación del suelo. Las mismas plantas, e- virtud de diversos mecanismos, rompen las rocas. Las semillas enterradas por las ardillas en el escaso suelo acumulado en las grietas de una, roca, al zar lugar a una plantita que después se convertirá en árbol, llegará años i.cspués a fragmentar la roca en dos pedazos. rCste proceso es de gran lentitud, pero debe advertirse que el recurso del que siempre está sobrada la naturaleza, es el tiempo. Las plantas invaden lenta pero gradualmente los suelos voléameos, pre.?.-• ándelos para su aprovechamiento por el hombre o por otros seres vivos. Es :iorto que los suelos volcánicos figuran entre los más ricos que se conocen, lo que al menos en parte explica la persistencia del hombre de regresar, - :-r minada la erupción, desafiando el peligro de un nuevo paroxismo. La capa más superficial del suelo, que as la más fértil, el llamado r.:rizonte A, depende primordialmente de las plantas, lo mismo macroscópicas :;,5 microscópicas. Constituye el estrato, frecuentemente de color negro, :,:.3 vemos en la parto más superior en las trincheras de los caninos. Se : rr.pone de diversos y variados restos de animales r de plantas en descomposi:ión, así como de plantas y animales vivos. Su estructura permite la aireación óptima, así como la absorción y retención del agua, sin llegar al estancc-oiento. Representa el riedio ideal para las plantas indispensables al .".:mbre y, cuanto mayor es su espesor, más rico es el suelo. Los vegetales desempeñan una de sus funciones más importantes reteniendo an su lugar, merced a las raíces, las partículas del suelo. Sin esa trabazón al suelo no se mantendría en los lugares inclinados. Esto es tan evidente :_-.3 no es menester insistir. Ahora bien, precisamente por ser tan obvia, rara vez pensamos en la gran verdad que encierra la anterior aserción y aun a ;- ruido la olvidamos por completo, por mi parte me permito dudar que haya otro ::r.oepto de mayor importancia para el bienestar futuro de Costa Rica: Sin la : /.'cierta vegetal muchos suelos no so podrían sostener en los declives de I:sta Rica, país en el que dominan los terrenos de relieve accidentado. El pcpel que las plantas desempeñan manteniendo el suelo en los lugares pendientes, V:aría inscribirse no sólo en las paredes de las escuelas de la nación, sino 33 la mente de todos los ciudadanos de cualquier edad y condición. - 3- Aparte del papel que juegan las plantas en la formación y retención suelo, son también indispensables, como ya se ha dicho, para la acumulación y almacenamiento del agua, puaato cae reducen la velocidad del escurrimiento y aumentan la, infU.tra.cion. El almacenamiento del agua dentro del suelo es un problema de la mayor inportancia para la vertiente pacífica de Costa Rica. Por el contrario, en la parte oriental, el problema consista machas veces en facilitar la circulación del agua, en lugar de contenerla, con el menor daño posible para el suelo. También aquí las plantas desempeñan un papel de importancia porque sostienen los bordos y fondos de los surcos y zanjas abiertas para eliminar el exceso de agua. Es tan conocida la relación directa que existe entra los vegetales y el bienestar humano que no hay porqué entrar a discutirla. Sin embargo, aun entre los agricultores experimentados se aprecia la tendencia, a olvidar el enorme valor que poseen las plantas silvestres, entre las que figuran muchas especies que viven en tierras no laborables e incluso en suelos no adecuados para el cultivo. Es difícil en extremo obtener una idea del valor monetario de los bosques costarricenses. No existen estadísticas ni tampoco se ha hecho más que un inventario forestal aproximado. Los pensamientos que se le han dedicado a las selvas del país están casi sienipre inspirados por una apreciación de cortos alcances y frecuentemente egoista. De todos modos, un hecho es patente, por escasa que sea la consideración que se le ha dedicado, a sabor: Muchos de los bosques de Costa Rica se encuentran enclavados en tierras de las clases VII y VIII y, por consiguiente, deben ser cortados con sumo cuidado o acaso lo mejor sea no talarlos. Hace aproximadamente un siglo que varios viajeros notaron la escasez de carbón vegetal en la Meseta Central, Sin yacimientos de carbones minerales; con la esperanza de obtener petróleo todavía en la fase de un sueño dorado; comenaando apenas el desarrollo de la energía hidroeléctrica, y cuyas potencialidades como veremos ñas adelante, se vari extinguiendo con rapidez, la mayoría de la población (1946) tiene que depender del carbón vegetal y de los atados do lefia para la cocina, la calefacción y los procesos industriales. Muchas do las devastaciones que es factible observar en la Líe seta Contra! deben imputarse a la fuerte demanda de combustible y para ese objeto se están destruyendo maderas valiosas (Véase fig. 14). Los hornos de carboneros son una de las principales causas de .los incendios en los bosques, que no sólo queman árboles por valor de muchos millares de colones, sino que también destruyen si humus e inician la erosión del suelo, En la actualidad, prevalece en Costa Rica una explotación desmedida de los bosques. En efecto, muchos de los árboles que se talan en los altiplanos de Costa Fcica tienen un valor mucho mayor como protactores de las cuencas hidrográficas que convertidos en leña o madera. Las cortas practicadas on terrenos coa pendientes de 50 per ciento o más, en especial si la tala va seguida de incendios o pastoreo abusivo, son causa indudable de daños permanentes a la tierra (C?..ases VII y VIII), _ Q .. Como fuente de combustibles y de nateriales de construcción, así corno de conservación de las cuencas hidrográficas, los bosques de Costa Rica constituyen un recurso natural cuyo valor es de primera magnitud. Cuando se piensa que las áreas forestales del país, administradas científicamente, podrían producir de modo permanente, se llega a la conclusión de que su valor probablemente sobrepasa, al de cualquier otro recurso del país, como no sea el mismo suelo« Los bosques todavía poseen otro valor que, aunque puede cifrarse en muchos millares de colones al año, es generalmente ignorado o descuidado. Este valor es el que deriva de la fauna y la flora salvajes. En Estados Unidos, la caza y la pesca, ejercidas como deporte, son la base de variadas industrias que producen aproximadamente mil millones de dólares por año. La industria peletera, que depende también de las tierras ocupadas por la fauna salvaje, llega a un valor poco más o menos igual, si se incluye la preparación de las pieles importadas. El deporte de la caza es valioso no sólo por las utilidades que reporta, sino también como uno de los principales recursos recreativos de la nación. La casa y la pesca son los dos deportes cías populares entre los norteamericanos. Considerados coció "cosechas aíiuaj,es'l~dejando siempre bastantes animales para que se perpetúen por sí mismos—estos recursos adquieren importancia especial porque, en gran parte, proceden de tierras (Clase VIII) que no pueden producir otras cosechas de mayor valor. Hay mucha tierra en Costa Rica que, a condición de ser manejada* científicamente, podría tener para la caza y la producción de animales de piel, raucho más valor que dedicada a otros usos. Costa Rica está ansiosa de atraer al turismo. Si se habilitaran adecuadas medidas para el ejercicio de la casa, fonentaríase el turismo extranjero que visitaría el país para disfrutar del deporte cinegético en los bosques de la nación. La fauna salvaje costarricense es todavía lo bastante rica para que cada año se pueda tomar una fracción considerable de la misma, en forma de cosecha, sin que por ello sufra merma alguna su capacidad reproductora. La balanza biológica de Costa Rica—esto es el equilibrio natural que a lo largo de millares de años se establece sobre unaárea dada—se halla aun por estudiar y por consiguiente no nos es conocido en su totalidad. Por ejemplo, las invasiones de langostas conocidas de hace mucho tiempo en la región nordoccidental de Costa Rica y que ahora se están extendiendo por la Meseta Central, son indudablemente la resultante de fuerzas biológicas y con toda probabilidad surgen a causa de la interferencia, por parte del hombre, con la balanza original de la naturaleza. La opinión pública ha clanado repetidamente para que se combata la plaga, pero nadie ha hecho sugerencias en el sentido de que sea coirprendida. Parece elemental*—idea ésta que no ha recibido la debida atención en muchas partes del mundo—que el control de cualquier plaga sea más barato y ñas eficaz si so adquiere previamente el conocimiento del porqué y el cómo de su existencia y difusión. La misma observación se puede aplicar a otro cualquier problema biológico que si hombre confronte, las hormigas son una importante plaga agrícola en Costa Rica, Si se pudieran encontrar aétodos de lucha biológica de costo escaso o nulo para el hombre, serían indudablemente de valor muy superior, desde el punto de vista huma.no, a las continuadas batallas que hay que dar en - 10 - la actualidad para combatir esos destructores insectos. Dicho sea entre paréntesis, debe advertirse que michas especies de hormigas poseen indudable valor biológico y que, por tanto, sería desatino operar su. destrucción completa y generalizada como la que ss lograría con el empleo sin restriñiíaiento del D.D.T. Recientemente ha habido numerosas peticiones populares para el control de los roedores en Guanacaste. Los roedores son, en la, mayor parte del mundo, animales cuyas poblaciones se caracterizan por bruscas fluctuaciones de carácter cíclico» Por ello es .muy probable que el próximo año no se presenten en la región dichos roedores con carácter de plaga ya que es de esparar, en estos animales, una mortalidad sumamente alta sin que en ella intervenga la acción del hombre. Como es lógico no es posible hacer, en cuanto a esto, una afirmación categórica por falta de las indispensables investigaciones, pero es una suposición bastante bien fundada si se toman en cuenta las experiencias obtenidas en otras partes. Si el gobierno hubiera gastado miles de colones distribuyendo veneno en Guanacaste (y si igual que en otras partes, matando al mismo tiempo muchas aves titiles, así corno perros y ganado, en ocasiones hasta seres humanos), la disminución de los roedores habría sido atribuida indudablemente a las medidas adoptadas, sin pensar en que, dichos animales, por causas exclusivamente naturales, en gran parte hubieran desaparecido. Charles Elton, el investigador inglés de los ciclos animales, sugiere que las medidas de control que el hombre pone en práctica,a veces aunvantan los daños, porque retardan la presentación del máximo en la curva de la pobLación animal respectiva y por tanto retrasan también la subsiguiente "hecatombe". Ss muy posible que ambas plagas, la de langostas y la de roedores, hayan sido agravadas por el deficiente manejo de la tierra, acaso por los incendios y el abuso del pastoreo y, por tanto, la curación del mal debe buscarse en el mejor uso de la tierra, en lugar de aplicar otras medidas más rápidas, pero costosas, que no son más que paliativos de mediana eficacia. Un hecho es indudable: Las actividades humanas en Guanacaste han favorecido considerablemente las condiciones de existencia de esos roedores a la vez que perjudicaron el desarrollo de sus enemigos naturales. Las aves granívoras (que durante gran parte del año pueden ser valiosas como insectívoras) constituyen otro problema para los agricultores costarricenses, Falta en absoluto por estudiar la. relación que debe existir entre estas esoecies tampoco, al menos por las observaciones del A t.-v su medio físico v u i y j. autor, se ha investigado la posibilidad de combatirlas por medio de predadores. Si fuera posible, por ejemplo, la adopción de métodos para el manejo de poblaciones de gavilanes u otras aves ornitófagas, la protección de las milpas y otros cultivos de cereales contra las aves granívoras, se reduciría a. un procedimiento relativamente simple. La utilidad de las aves insectívoras para la agricultura de Costa Rica debe ser muy grande. Este: tiene especial importancia en las zonas en que la población rural opera pequeñas granjas o donde los recursos financieros disponibles no permiten acudir al control quíraico. Tampoco parecen haberse emprendido investigaciones para determinar el valor económico de las aves y - 11 de los mamíferos de pequeña talla, que también figuran entre los consumidores de insectos. El valor biológico de las corrientes de agua y, de los ríos es un recurso que las modernas naciones industriales han venido a reconocer muy tardíamente en su historia cultural. Así. por ejemplo, en la región nordeste de Estados Unidos, el salmón era tan abundante en la época, colonial que los sirvientes que trabajaban bajo contrato, hacían figurar en él la estipulación de no ser alimentados con salmón más que una vez a la semana. De aquí se puede deducir cuál era en aquella época la abundancia y baratura de dicho pescado. Hoy día, ese salmón alcanzaría el precio de cerca de un dólar y medio el kilo en los mercados de Nueva York o de Boston. Pero lo lamentable del caso es que, en la presente- época, el salmón ha sido eliminado de muchos de los ríos, sobre todo por la contar.iinación de las aguas con las residuales de las ciudades y de las industrias. Estas ultimas literalmente envenenan las aguas, mientras que aquellas imponen tal sobrecarga a los procesos biológicos en virtud de los cuales las bacterias destruyen los productos de las aguas sucias, que reducen al mismo tiempo el contenido de oxígeno del agua, a tal grado, que no hay posibilidad de que los peces pueden vivir en ellas. En los ríos de otras muchas partes de Estados Unidos, los recursos ictiológicos han sido destruidos por la pesca excesiva. La producción de peces, como la de ganado, depende de la existencia de un medio favorable, dentro del que queda incluida.la provisión de alimento vegetal suficiente—lo misino microscópico que macroscópico—y del mismo modo que la producción de cualquier otro animal, la de peces requiere la existencia de una cantidad permanente de adultos en plena reproducción. Poco es al parecer lo que se sabe de los recursos naturales de los ríos de Costa Rica, si bien es evidente que poseen excelente pesca y que las especies son de superior calidad alimenticia. También es indudable que estos recursos están siendo arruinados por el azolvado, por la deforestación de los bancos fluviales y, lo que es peor, por el empleo de la dinamita eri la pesca. Esta ultima práctica es absolutamente indefendible. El pescador que utiliza explosivos mata con ellos un volumen de peces muy superior al que consigue, peces que son de todas las clases y edades, y destruye también el alimento del que aquellos dependen. Este método ds posea es antideportivo por completo y destructor en extremo. Entre los recursos nacionales de importancia para Costa Rica deben incluirse algunos tan intangibles corno la herraosura de sus árboles y de sus ríos, de sus paisajes y de sus aves, así como de diversos mamíferos, entre ellos los monos, el venado, etc. El hombre no vive de pan solo, y hay que convenir en que la vida es mucho más rica y vale ñas la pena ser vivida en lugares como Costa Rica, precisamente por la belleza de las campiñas. Esta hermosura debería ser protegida y cuidada celosamente, no sólo por su gran importancia para los ciudadanos del país, sino también porque representa una atracción turística potencialmente grande. Todas las personas que han visitado Costa Rica y con las que el autor ha hablado, se muestran entusiasmadas por la belleza del país. Hay partes de Costa Rica que deberían preservarse tan sólo por motivos estáticos; con el tiempo vendrían a constituir una formidable atracción para el turismo y serían visitadas por miles de viajeros que dejarían en el país sillones de dólares. - 12 - Finalmente, debo referirme a lo que puede.calificarse de riqueza científica, y cuyo valor es difícil expresar en términos de colones pero que, como parte integrante del gran acerbo cultural del mundo, representa un tesoro que cualquier nación deberla considerar como un sacrosanto legado. Gran parte del interés científico que ofrece Costa Rica, lo mismo su flora que su fauna, sus' encinares y sus altos Páramos en donde parecen encontrarse Norte y Sudamérica, constituyen un tesoro no compartido por ninguna otra nación del mundo. Si Costa Rica poseyera grandes museos levantados por el esfuerzo humano, estoy seguro que su púsolo no permitiría, que fueran destruidos. Pero real y verdaderamente Costa Rica posee algunos de los mejores museos naturales que puedan existir en el mundo y que, desde todos los puntos de vista son ciertamente merecedores de idéntica consideración v respeto. La Situación de losj_j^gg,'ffs-og_d§_Co_3ta Rica Al preparar este informe sobre los recursos naturales de Costa Rica, hay que anticipar que el autor ha tropezado con dificultades emanadas de dos motivos diferentes: En primar lugar, sólo hablen disponibles dos meses para el estudio del páis, tiempo insuficiente si se tiene en cuenta lo escaso" que son los trabajos anteriores sobre los racux'sos naturales de Costa Rica., hasta el punto de que gran parte de las investigaciones ha tenido que comenzarse desde el mismo principio. Las condiciones climáticas,, la, altitud y las características del suelo, así como los efectos provocados por el impacto humano, varían con tanta amplitud que solamente es permisible formular conclusiones generales, basadas, en parte, sobre observaciones efectuadas en otros países. En segundo lugar, la visita se hizo durante la estación lluviosa. Estas sugerencias serían mucho más concretas si hubiera habido oportunidad de estudiar el país durante la estación soca, época en la que operan muchos factores limitantes que no se manifiestan en la temporada de lluvias. Agua; De todos modos, ciertas conclusiones saltan a la vista. El estado de los ríos de un país suministra una de las mejoras claves para el conocimiento de la salud de sus tierras. Cuando el ambiento no ha sido perturbado y se encuentra establecido el equilibrio biológico por la interacción de las fuerzas naturales, actuando durante centenares de .-"Alenios, la nayoría de los ríos arrastran aguas claras y transparentes. En Costa Rica, en la actualidad, nachos de sus ríos—muy probablemente todos los que nacen en la Meseta Central o la atraviesan—acarrean una cantidad considerable de materiales en suspensión, Esta situación es altamente significativa. De un modo general, debe ser considerada, desde cuatro puntos de vista geográficos. En la provincia de Guanacaste, que en su parte meridional ya está ex-> tuesta a inundaciones tan graves que el ganado tiene que ser alejado del. '.rea y los habitantes se ven forzados- a refugiarse en embarcaciones, la cantidad de ?LÍmo en suspensión en el agua, es signo de extrema gravedad. Gran •:~rte de ese légamo deriva, según parece, de las tierras bajas y con toda probabilidad a causa, más que nada, de la deforestación. El grabado 1 ilustra si tamaílo de los árboles que tiempo atrás cubrío,n esta área. El viejo arbolado ha sido reemplazado por arbolitos jó\renés, como púa de verse en el grabado 2 Grabado 1. La región sur de Guanacaste estuvo cubierta hace tiempo con árboles de este tamaño. Su destrucción ha exagerado la erosión, las inundaciones, y la ausencia J de agua en los ríos durante el verano. (Todas las fotografías tomadas por Marjorie W. Vogt) Grabado 2. El segundo crecimiento (matorral) que ha reemplazado a los bosques de Guanacaste, es útil para ramones por el ganado, para detener y construir el suelo, y para dar alguna protección contra el intenso calor del sol en la época de sequía. Los suelos complejos de esta región, creados bajo la cubierta de los bosuqes tropicales, son altamente vulnerables a los violentos cambios estacionales. - 13 - o por tierras roturadas, como se aprecia, detrás de los árboles, en la ribera del río Bebedero en el grabado 3. Tanto el matorral (second growth) como el pasto son afectados tan intensamente por el sol abrasador de la estación seca (verano), que cuando se inician las lluvias, apenas sirven de protección para el suelo. Por el contrario, no puede dudarse que el bosque espeso que antes cubría, esta región mantenía el suelo en su lugar, protegiéndolo contra el deslave. Los ríos están acarreando tal cantidad de materiales en suspensión y rellenándose de sedimentos, que su. utilidad -para la navegación se va reduciendo de manera seria. El emplazamiento del puerto de Bolsón ya fue cambiado tiempo atrás para un lugar situado aguas abajo del río. Según informes, se está pensando seriamente el trasladarlo de nuevo, esta vez a la ribera del Tempisque. Durante mi viaje a Bebedero fuá necesario perder hora y media arrastrando la lancha sobre los bancos del río, por falta de bastante calado para navegar. Parecía improbable arribar al puerto. Los materiales del suelo que ahora están rellenando los ríos de Guanacaste, para ser arrastrados al golfo de Nicoya, constituyen una riqueza irremisiblemente perdida para Costa Sica. En tierras donde antaño se producían árboles, pastizales y posiblemente cosechas agrícolas, en la actualidad no se tropieza con nada como no sean riesgos para la navegación. Cada tonelada de suelo deslavado y arrastrado por esos ríos representa una evidente pérdida financiera para el país. El azolve resultante de la devegetación aguas arriba es síntoma de otro peligro: la variación patológica y creciente en el régimen fluvial. Cuando la tierra se halla protegida por una cubierta vegetal tupida, el agua que cae es regulada de tal modo que corre suavemente buscando su salida a los ríos. Pero al desaparecer la vegetación, deja de ejercerse esta acción reguladora y el agua escurre velozmente, en forma torrencial, hacia los ríos. En la situación a que me refiero en primer lugar, la altura de las inundaciones es reducida, si es que se presentan realmente las crecientesj además el flujo, lento pero continuo, de agua mantiene el caudal del río durante la temporada seca. En cambio, en el estado que se menciona en segundo lugar, los ríos se desbordan, alcanzando las crecientes alturas peligrosas, para quedar reducidos considerablemente o secos por completo durante el estiaje. Si las inundaciones son indeseables también lo es tanta irregularidad en el régimen de los ríos. Al agotarse el caudal fluvial, el ganado no dispone de agua que beber y se extingue la población piscícola del río. Cuanto más intensa es la sequedad del suelo durante es estío, mayores son los peligros do incendio. Es muy comrerd.ent-3, en une provincia como Guanacaste, mantener lo más alto posible el nivel de las aguas freáticas durante la estación seca,, para que la vegetación conserve su verdor y se reduzcan al mínimo los riesgos de incendio. Sin ercbargo, la situación presenta tendencia a empeorar de modo considerable en el transcurso de unos pocos años, si no se adoptan las medidas necesarias para impedirlo. Hasta el presente, según sa dice, los bosques de la parte nordeste de Guanacaste han sido afectados en grado relativamente bajo y, por tanto, siguen desempeñando su función protectora de las cabeceras de los ríos que cruzan dicha provincia. Ahora bien, si la construcción de camines, cono la carretera Panamericano u otras vías, hacen accesibles las citadas j( í 55 Grabado 3. La sustitución de los bosques por pasto, tal como se ve más allá de las orillas del Río Bebedero en esta fotografía, elimina una protección muy importante, y aún en terreno relativamente nivelado acelera la erosión que está llenando el Río Guanacaste con sedimentos. Ul z o o u o 31 B &^--,, > V í *nr* ~ : Grabado 4. Las inundaciones en el invierno ahogan al ganado, las sequías de los ríos en el verano los mata de sed. La fluctuación de los ríos en Guanacaste puede esperarse que llegue a ser más violenta, a menos que los bosques aguas arriba se protejan contra su explotación a lo largo de la Carretera Panamericana. - 14 - reservas forestales y si no se protegen impidiendo su tala, la situación empeorará sensiblemente.en todo Guanacaste. En la época seca se reducirá todavía más el caudal de las aguas disponibles -y en la temporada de lluvias las inundaciones serán mucho más grandes. Los materiales en suspensión arrastrados por los ríos aumentarán en cantidad. , L"' • Más ríos se secarán completamente- en el verano. Por lo expuesto se deduce que el control del agua en esta provincia es una cuestión de extrema e inaplazable urgencia. Si ahora pasarnos a la Meseta Central, hallamos una situación semejante, si bien es de reconocer que el peligro de inundaciones no reviste caracteres de tanta seriedad ni tampoco es tan grande el riesgo de que los ríos se agoten por complete durante el estiaje. No obstante, el problema de las fluctuaciones en el régimen de los ríos sigue siendo grave y la amenaza del azolvado es probablemente mucho mayor. Los grabados 5¿ 6 y 7, en que puede verse el embalse que suministra energía eléctrica a. la ciudad de Heredia son muy aleccionadoras. En la extrema izquierda de cada fotografía se aprecia la amplia, barra depositada por el suelo deslavado de las cuencas circundantes. El origen de dichos sedimentos se puede deducir con claridad en los campos de maíz situados en las pendientes por encima de la presa. Aunque el embalse suele ser limpiado con bastante frecuencia^ ha perdido, si mi estimación es correcta, el 75 por ciento de su capacidad de almacenamiento. La situación a que acabo de referirme es causa parcial de que la ciudad de Heredia proyecte construir una nueva central hidroeléctrica, cuyo costo ascenderá sin duda a varios 'rallones cíe colones. Pero si la nueva planta no queda protegida desde el mismo comienzo contra el azolvado, se repetirá idéntico proceso con los correspondientes quebrantos económicos. Además de estas pérdidas, es de importancia tener presente que el suelo arrastrado al reservorio, parte del cual puede ser finalmente transportada hasta el rv.ar, se ha perdido para siempre para, la agricultura Costarricense, El examen, siquiera rápido, de los ríos de la ileseta Central demuestra ciue la situación expuesta es la que prevalece en todas partes. Costa Rica sufre intensamente por falta de manatiales de energía. Sin carbón y sin explotaciones petroleras, una de las mayores fuentes potenciales de riqueza reside en el aprovechamiento de la potencia hidroeléctrica. Si no se imparte la debida protección a las cuencas hidrográficas, Costa Rica llegará a perder ;.::mismo estos recursos de energía. En la vertiente atlántica, las lluvias son copiosas durante todo el año y por tanto no existe el problema de agotamiento del caudal de los ríos. Pero, cuando las precipitaciones saben a 2300 mm, en un solo mes, son muy grandes los -eligros de inundación. Las perdidas de suelo aumentarán y el azolvado de las =.?uas llegará a interferir inevitablemente con la navegación en el tramo inferior de los ríos, quedando considerablemente reducida o anulada la capacidad de las aguas fluviales para producir peces. Ya existe en los declives del Pacífico, la situación que he sugerido : ano un posible peligro para Guanacaste. La fluctuación en el régimen del río Ir^-ranca es de 100 a 1, y lo mismo pasa indudablemente con otros ríos da la i±sma área. De aquí se deduce que las potencialidades hidroeléctricas durante Grabado ñ. Este campo de maíz está depositando sedimentos en V ;-I la represa de energía eléctrica de Heredia-y arruinándola. 6. Otra vista de la misma repr.esa. El banco— . de sedimento—en el frente se formó hace tanto tiempo que se ha cubierto de vegetación. A pesar de limpias frecuentes se ha perdido más de las tres cuartas partes de la capacidad de almacenamiento. = Grabado 7. Heredia tiene en proyecto invertir varios millones de colones en una nueva planta generadora de energía eléctrica. Mientras tanto, no se hace nada efectivo para proteger la actual represa contra la erosión de aguas arriba. fírabado 8. Una ladera completa se ha caído, y la ubicación del camino original está ahora 60 metros en el aire. El tamaño de la barranca puede apre ciarse, comparándola con el camión en el nuevo camino. - 15 - el estiaje son 1/100 cíe las que se dan en el invierno. Los ingenieros me han informado que, en ocasiones, las aguas del rio Barranca arrastran el 20 por ciento ds limo. También en este caso se trata de suelo perdido en su mayor tarta para Costa Rica., aunque alguno pueda depositarse en las llanuras aluviales, en derredor de la boca de los ríos. El légamo en cuestión suele producir 5 arias averías a las turbinas hidroeléctricas. La deforestación en la vertiente del Pacífico >. debe constituir una grave preocupación para quienes estén interesados en el desarrollo del Valle del General. En las cuencas de los ríos que atraviesan este valle la pluvio=i dad es superior a 4000 rara, anuales. No se dispone de datos, según creo, de rifras comparables de ascarrimiento de las laderas forestales o cubiertas de -~-:.dof en Costa. Rica. De todos modos, el examen de estas laderas hace sos :..ar con bastante fundamento que la diferencia es muy grande. Esta conclusión parece bien establecida por el hecho de que durante los meses del verano Irs pastos se agostan y al advenir las lluvias de primavera el reseco tapiz -—getal apenas ejerce acción reguladora de las aguas:, Todavía más, los abundantes detritus que cubren el piso del bosque, en 1¿3 cabeceras de los ríos principales y de sus afluentes, por el huraus que contienen, poseen elevada capacidad de retención, por lo que, acumularán una reserva de agua que duranto la temporada seca mantendrá el régimen de los ríos, ?ero si se destruyen los bosques, es de predecir un brusco descenso en el ::. udal de los ríos hacia el final de la estación lluviosa., y, por el contrario, crecidas excesivas acompañadas de inundaciones al comenzar la época, de lluvias. EL suelo arrastrado de las tierras altas elevando el lecho de los ríos, impulsará a laa aguas a buscar nuevos cauces, creando serios problemas a las ciudades y granjas enclavadas en los valles fluviales. Uno de los aspectos más complejos del ambiente costarricense radica en sus suelos, debido precisamente a la extraordinaria variedad que muestran en BU constitución física, composición química, espesor, inclinación y susceptibilidad a la erosión. Por lo que respecta a los suelos, muchas zonas de Sosta Rica se hallan en situación más favorecida que cualquier otra región .:.;-ntañosa de las que conosco. Formados de espesas capas de ceniza volcánica 5-Lilamente permeable, muestran tal resistencia a la erosión corno no la he visto nunca en otros suelos estudiados por mí. En ciertas partes de la Meseta lentral, son posibles los cultivos en pendientes que en Chile, tídxico o Estados Unidos, por ejemplo, quedarían agotadas y deslavadas en dos o tres i-i'.os, sobre todo bajo las intensas precipitaciones que se dan aquí. Sin embargo, dcsgraciadaiiente es verdad, que no toda Costa Rica se r/.cuentra en tan favorable situación. Algunos de sus suelos so erosionan a pesar de tenor pondioatss menores del 2 por ciento, lo que debe constituir .ir.a de las más serias preocupaciones en vista de la curva bruscamente ascendente de la población de Costa Rica . El país se imagina que está scaradamente dotado de tierras, pero la realidad nos muestra que .la situación no es tan optimista, puesto que en este particular hay que tomar en cuenta, no sólo la extensión superficial, sino la calidad y profundidad de los suelos. Muchas tierras que actualmente se cultivan en Costa Rica deberían •dedicarse a pastiaales o ser repobladas forestalmente. Hay extensas áreas suelos están sufriendo intensamente de agotamiento. - 16 - Oran parta de la superficie de Costa Rica todavía no abierta al cultivo— irobablemente la mayoría de ella,—no es apropiada para usos agrícolas, de ahí cjue, si se tala el bosque y el suelo se rotura, desaparecerá en muy pocos años. Tal suele suceder en los suelos tropicales de zonas lluviosas. Uno de los signos más patentes de la enfermedad de la tierra en Costa Rica es la erosión acanalada. Se la puede observar desde el mismo San José, en un día ¿espejado. El aspecto extraviadamente disecado de las laderas montañosas que rodean la ciudad son demostración palmaria del mal manejo de la tierra por el .•.r-rnbre. La erosión es intensa también, según se me informa, al nordeste de liberia, cerca de Buenos. Aires y en las inmediaciones de San Ignacio de Acosta, Los suelos sedimentarios situados al sur de Cartago han sufrido grandes daños. La erosión es particularmente aguda al norte de Alajuela y en la región de San Ramón. El grabado 8, que reproduce una foto tomada en las cercanías de San Isidro de Majuela ilustra uno de los casos más graves •de erosión que jamás haya presenciado. El trayecto de la antigua carretera está ahora unos 10 metros en. el aire. El terreno se ha desplomado simplemente ~or abajo. Por el automóvil que se ve hacia el medio de 3.a fotografía, se puede juzgar de las dimensiones de la hondonada. La vista panorámica de la región, con sus centenares de sanjas (grabado 9), nos muestra cuan general es la erosión on esta parte de Costa ñica. El grabado 10 nos muestra los restos de una finca crufatera, en pendientes -róxiraas al 50 por ciento, cerca do San Isidro de Álajuela. Ilustra el tipo -de tierra cuya destrucción es inevitable si desaparece la cubierta vegetal. En esta tierra debería haberse conservado el bosque que suministraria la "adera y el combustible que la comarca necesita,o acaso también ser usada como •:astizal. Ahora el manto superior y más fértil del suelo fue destruido— lo mismo sucede en la mayor parte del área erosionada de la comarca y su capacidad productiva experimentó una fuerte disminución. Los grabados ty} 6 y 1} fotos tomadas en la región situada entre Heredia " Zarcero, constituyen otras' tantas pruebas de la intensidad que exhibe la erosión del suelo. El grabado 11 es una fotografía impresionada en la misma aona. El grabado 12., fotografía, tomada en San Ramón, nos da idea, aunque pobre, de la destrucción del paisaje natural en la región. Precisamente aquí me he encontrado con un grado tan avanzado de destrucción del suelo como pocas veces había visto en toda la América. Todo el suelo ha caído cuesta abajo, quedando únicamente la roce, pelada al descubierto. So trr.tr. de tierras de la clase VIII, en las que de ningún modo debió haberse permitido la tala del bosque. La frecuencia con que se observa en esta .-reglón al sistema de cultivos en contorno, es a la vez alentadora, y desanimadora;lo primero porque atestigua un esfuerzo consciente de piarte de los agricultores para proteger sus tierras; lo segundo, porque muy a menudo, por desgracia, resulta ineficaz. Si se quiere conservar y seguir cultivando estos suelos hace falta aplicarles otros métodos más expeditivos de manejo de la tierra,, entre ellos la disposición en bancales o terrazas y el cultivo en fajas. El grabado 13 en que se reproduce una vista tomada hacia Piedades, desde la carretera que conduce de San Ramón a Esparta, es sumamente .-aleccionador,. Toda esta zona estuvo cubierta de arbolado hace unos veinticinco años. Ahora el bosque ha sido reemplazado por árboles jóvenes de escaso valor, así corno jL. Vista panorámica mostrando cientos de zanjas cerca de San Isidro de Alajuela. ¡ :: i =• 9 • • lu 10. Las ruinas de una finca cafetalera,, lavada como consecuencia -de un declive de 50 por ciento cerca de San Isidro. Esta condición existe hasta un punto peligroso sobre la Meseta Central. 1Ü E Grabado 11. Una gran barranca, característica de la región de Zarcero. A pesar de tal destrucción, los campos aún son arados . p verticalmente. Grabado 12. Laderas erosionadas cerca de San Ramón, Campos enteros han sido arrastrados hacia el valle. La pobreza de muchos de los agricultores está asociada con la decre ciente productividad de la tierra. Grabado 13. En menos de 25 años los bosques alrededor de Piedades han sido reemplazados por pastos pobres y matorrales casi inútiles. Esto ha ocasionado una violenta fluctuación de los ríos costeros. La tierra de este tipo debía haberse conservado como bosque. - 17 por pastizales también de inferior calidad, por lo que el suelo se está deslavando y el limo resultante va a azolvar el río Barranca, siendo en mucho responsable de las bruscas fluctuaciones en el caudal de aguas de esta cuenca, Lo que ha acontecido aquí tiene que ser reconocido como señal de un futuro peligro para Costa Rica. A través del país se están abriendo modernas carreteras , como la Panameri cana, pero su construcción se hace sin que se adopten ni pongan en ejecución los adecuados controles para favorecer el uso progresivaxaente intensivo de la nuevas vías de comunica_ _el apTOvechamiento de; los recursos^^que_las _ ción van haciendo accesibles. El grabado 14 tiene gran valor para el que se dedica al estudio del uso de la tierra. El hombre, al pie de los grandes robles, nos da idea del tamaño de los árboles que antaño formaban este bosque a lo largo del trazado de la Carretera Panamericana. Estos árboles, muchos de ellos de más de veinte y veinticinco metros hasta las primeras ramas, ¡se están quemando para obtener carbóní En las crestas situadas hacia el fondo se puede apreciar lo que va a ser de la tierra. Aquí, entre los tocones de los troncos quemados, la tierra está cubierta solamente por pastos de escasa capacidad, de mantenimiento. El suelo fuá arrastrado, al extramo de que en partes sólo queda la roca desnuda. Nadie puede dudar que si se contináa la destrucción de este bosque de robles, la devastación señalada irá extendiéndose concomit antemente. Cuando ya no haya remedio, todos se convencerán de que las rocas peladas no van a proveer ni alimentos ni riquezas al pueblo de Costa Rica. En el grabado 15 se puede ver perfectamente lo que ha pasado con las colinas situadas cerca de _b. carreteras Si tal es lo que la apertura de carreteras está haciendo a Costa Rica y ello se permite, debe reconocerse que, lejos de representar una ventaja, suponen un evidente perjuicio, Los grabados 16 y 1?, fotografías teinadas desde la vía del ferrocarril, muestran un grado comparable de destrucción, no lejos de Atenas. Gran parte de la erosión del suelo en Costa Rica es sutil y casi invisible. Se produce en forma de erosión laminar rnás bien que erosión acanalada y, en general, es imposible de fotografiar. La inspección cuidadosa de los surcos en las plantaciones de café y en los campos de maíz, aun cuando la erosión no sea manifiesta, permitirá reconocer los residuos de suelo que han sido arrastrados por las lluvias. Las pérdidas experimentadas por el suelo es verdad que pueden producirse con relativa lentidud pero, en términos de la vida de una nación, no por eso deben considerarse menos serias. Su control, bajo condiciones climáticas entre las que muy a menudo figura un gran exceso de lluvia, resulta sumamente difícil, como también lo es precisar la extensión a que alcanza, sin largas y detalladas investigaciones, Otra de las formas de la erosión y que tiene pequeña importancia agrícola, pero que no por ello es menos perjudicial para la economía costarricense, es la. que deriva de los caminos. Se cifran en millares las toneladas de suelo arrastradas anualmente a los ríos, procedentes de las trincheras de las carreteras. Estos aportes aumentan el azolve de los ríos, colman las presas y reducen el potencial hidroeléctrico» El proceso es acelerado por el sistema en uso, de limpiar la vegetación de las carreteras y cunetas. Grabado _ La destrucción del magnífico bosque de robles ha resultado de la explotación desordenada de las tierras que han sido hechas accesibles a la Carretera Panamericana. En la parte posterior pueden verse las lomas donde el suelo ha sido arrastrado, dejando expuesta la roca desnuda. « E < í- I E 1 6J s» o _¡ a Grabado 15. Lo que los caminos están haciendo al paisaje. ¿Son tales caminos una ventaja (una riqueza) o un riesgo? ., Orabado 16. Tierra arruinada a lo largo de las vías, cerca de Atenas. : -¿f-JP"' . H&T' . Grabado 17. parte de las vulnerable a el uso de la La erosión en la misma región. La mayor tierras altas de Costa Rica es altamente tal destrucción mientras el hombre no adapte tierra a sus limitaciones. 18 El agotamiento del suelo sigue en importancia a la erosión. He recogido informes que coinciden en afirmar la reducción muy general de los rendimientos de producción por hectárea en el cría, mala y otros cultivos. Esto es lo que se puede esperar que suceda en una zona tropical, donde las lluvias abundantes perecían la materia orgánica y disuelven los indispensables elementos nutritivos. La importancia de este factor fuá reconocida por un técnico costarricense que estudió los suelos.del Valle del General. En su trabajo, señala que la producción se está manteniendo por intermedio del proceso de erosión laminar. En otros términos, como se agotó la fertilidad del horizonte superior del suelo, las sucesivas cosechas extraen su alimento da las capas situadas más abajo y que conservan todavía su capacidad para producir. Ahora bienceste investigador nada nos dice sobre lo que va a suceder cuando todo el espesor del suelo fértil haya sido deslavado! Los rendimientos de café disminuyeron en nachas fincas de 40 a 7 fanegas por manzana, según se ha reportado. Si bien es cierto que las enfermedades de las plantas pueden intervenir en el descenso de producción, no lo es menos que el agotamiento del suelo—sobre todo si se recuerda la parquedad con que se consumen los abonos en Costa Rica—es indudablemente LUÍ factor de mucha importancia, por otro lado, ha podido comprobarse en muchas regiones del mundo que la incidencia de las enfermedades de las plantas depende de la fertilidad del suelo. Al igual que los sere-s humanos, las plantas requieren substancias minerales y vitaminas para que, desarrollándose normalmente, pueden resistir los ataques de los organismos patógenos. Repetidas experiencias han venido a demostrarnos que las tierras dedicadas a la producción de cosechas y pastos se pueden hacer muy resistentes, no sólo a las enfermedades sino también al ataque de los insectos, mejorando en el más amplio sentido la fertilidad, del suelo. El abandono de las fincas de cafe y su conversión en pastizales, corno lo muestra el grabado 18, son síntomas de la degeneración de la tierra. La tendencia, acabada de señalar se acusa todavía más debido a las crecientes costos de la mano de obra; Coció las fincas ven disminuida su productividad, están imposibilitadas para satisfacer jornales más altos, factor este que las organizaciones cíe trabajadores debían tomar muy en cuenta, ya cus es también su propio interés el que se halla en juego para que la productividad de la tierra se mantenga lo más alta posible y ello con carácter permanente. El nivel de vida de los trabajadores depende en mucho del mantenimiento de esa producción, de ahí que deban apoyar con entusiasmo todo pro.gr:--~~ de conservación. Los costarricenses, en comían con el puablo de las naciones mejor dotaci.5 del mundo, sienten inclinación a considerar que- sus recursos, en especial Loa suelos y los bosques, son inagotables. Semejante falacia ha retardado la conservación y el apropiado manejo de la tierra en todo el mundo. Actualmente Costa Rica no puede permitir que se pierda ni una tonelada más de saa suelos, porque ellos constituyen su más preciada riqueza. No sólo necesii obtener el máximo rendimiento posible en sus tierras para tener productos exportar al resto del mundo, sino que también los precisará para alimentar 2. su propia población que sigue creciendo. Una de las pruebas más convinoe.-~T; de la importancia de sus suelos la apreciamos por el grandísimo interés que el país tiene para el desarrollo de nuevas secciones como el Valle del General >Vv . -" •: ** -. ;: • *j~ . . - - ; ?Jí •*>.?<?-« v^'« : ".5*<„4^á?p, •;te"^í/"> ^ í ^.¡ - ^^ . ^, Los propietarios de la tierra en la Meseta Central están siendo obligados a convertir sus fincas cafetaleras en tierras de pastoreo, debido a la erosión y al descenso de la fertilidad. En algunas tierras ha bajado la producción del café un 70 por ciento. Grabado 19. Las áreas de bosques vírgenes, tales como esta sección del Páramo, cerca del Cerro de la Muerte, deberían declararse Reservas de Regiones Vírgenes y protegerse permanentemente contra el pastoreo o la roza, debido a su gran valor científico. - 19 - Sesguéis: De cuanto llevo dicho hasta aquí se puede deducir inequívocamente que el problema de conservación quisa más apremiante en Costa Rica es el que se refiere a sus áreas forestadas. Las inundaciones, la irregularidad en el régimen fluvial, el azolvado de los ríos y embalses, la disminución de los recursos hidroeléctricos y la erosión del suelo, todo ello proviene de la destrucción o aprovechamiento abusivo de los bosques. Como Costa Rica está abundantemente provista de arbolado, los costarricenses tienden a creer que poseen una gran riqueza forestal. Sin embargo, y en mi opinión, se sobrestima mucho el valor de este recurso. En primer lugar, gran parte de la superficie boscosa de Costa Rica es tan inaccesible, que el aprovechamiento de la madera que contiene resulta económicamente prohibitivo. Si los gobiernos de Costa Rica y Estados Unidos no hubieran aunado sus esfuerzos para la construcción del correspondiente tramo de la Carretera Panamericana, los bosques cuya destrucción ha facilitado la nueva vía por medio de talas, fabricación de carbón e incendios, se conservarían, aun intactos y 3_as gentes que están llenando sus bolsas a un costo puramente nominal, jamás habrían podido llegar a estos lugares. Muchas de las selvas tropicales de las tierras bajas se componen de una mezcla de diferentes especies y, por el momento/ es tan poco lo que se sab© acerca del valor comercial de estos árboles que, al nenos por ahora, poseen escasa importancia económica. Las tierras cubiertas de bosque deberían ser consideradas desde los puntos de vista de su uso múltiple y de un rendimiento sostenido. Por "uso múltiple" se entiende que de ellas se deben obtener simultáneamente tantos aprovechamientos como sea posible. Sin duda alguna, el más alto valor que se les puede fijar a muchas de las selvas de Costa Rica deriva de su acción protectora de las cuencas hidrográficas. Tenemos, como es natural, los aprovechamientos bien sabidos en madera, leña y carbón vegetal, y finalmente su importancia como sitios de recreo. Muchos bosques de Costa Rica se hallan en suelos totalmente inadecuados para la agricultura, unas veces debido a la pendiente de las laderas, y otras a causa de la acidez de los suelos o del débil espesor de su horizonte A. Los recursos forestales de que dispone Costa Rica se encuentran en posición desventajosa parque los bosques no se manejan científicamente y faltan técnicos forestales competentes. No existe servicio de guardabosques y ello es tanto más de lamentar cuanto que es probable que el valor de la madera que se quema cada año pagaría, si los arbolas alcanzaran su madurez, más de lo que costaría un buen manejo del bosque bien conservado. Las investigaciones efectuadas hasta la fecha en las selvas costarricenses no pasan de superficiales, hasta el punto de que ni siquiera se han obtenido los conocimientos básicos de la sucesión forestal, los métodos apropiados de corta, los procedimientos de reíorsstcción, el aprovechamiento de las diversas especies de árboles y acerca de la cantidad y distribución de las esencias forestales, etc. Según aprecio yola situación, el país ha estado y está sufriendo perjuicios peraan-3ntes a causa de una explotación forestal inadecuada, porque se entrega a intereses privados un importante recurso nacional a cambio de una pequeña fracción de su valor real. El pequeño propietario territorial no puede sufragar los gastos que requiere el manejo apropiado de los bosques, 20 aunque tenga la necesaria capacidad técnica. Las compañías madereras suelen poseer una ética de piratas y por consiguiente, si pueden hacer dinero rápidamente no se detendrán ante nada, aunque, como en este caso se trata, de algo tan importante como es el bienestar de la tierra. El gobierno de Costa Rica debe ser extremadamente cauto al tratar con esas gentes. Uno de los productos forestales más importantes en Costa Rica es el carbón de madera. Aunque parte de este suministro procede de los árboles empleados para dar sombra en las plantaciones cafeteras, es innegable que la explotación de los bosques para fabricar carbón ha producido el deslave de muchos suelos situados en los declives cerca de las ciudades. Los carboneros, operando en la salva de robles recientemente abierta, constituyen una de las fuerzas irás destructoras, para fabricar carbón se está empleando madera de buena calidad, pero no se detiene ahí el mal, sino que las chispas que se escapan de los hornos de carbón, queman grandes masas de arbolado. Mientras no se disponga de otras fuentes de combustible, el gobierno tiene que preocuparse activamente por el problema de suministrar carbón de madera al pueblo de Costa Rica. Fauna y Flora; Hasta donde he sido cajjaz de apreciar no hay en Costa Rica ninguna especio de animal o planta que se halle en inmediato peligro de extinción. De todos modos, la creciente densidad de población y la apertura de nuevas zonas al asentamiento humano, van a hacer extremadamente precaria la situación de las plantas y animales silvestres. Las orquídeas—de e cíe hace tiempo protegidas por la ley orí Brasil y en algunas partes de Estados Unidos— parecen hallarse en peligro especial. Las aves y mamíferos cinegéticos., cazados durante todo el año, sin limitación en la captura ni vedas estacionales, pueden muy bien hallarse en riesgo muy intenso en los próximos pocos años, sobre todo si se considera la creciente destrucción del medio en que viven. La fauna y la flora son, a la verdad, una de las mayores atracciones de la vida de Costa Rica, y no sólo cazadores sino millares de turistas serían especialmente atraídos al país para ver sus interesantes monos, por no citar otros raamíferos, GUS vistosas lapas (guacamayas) y quetzales, oropéndo-. las y tángaras, sus aves de ribera y su extraordinaria riquesa en Broraeliaceas y Orquídeas. Un^Programa de Conservación Queda claro, aun a pesar de la superficialidad de este informe, que Costa Rica está destruyendo sus recursos naturales e incluso arriesgando su futuro. Al revés de algunas repúblicas americanas todavía posee considerable riqueza nacional en relación al número de sus habitantes. lío obstante, como ya se señaló anteriormente, su población aumenta con rapidez al mismo tiempo que se acelera el ritmo de destrucción de sus recursos. El país no puede escapar a_la_ gr_a_dual disminución _de su nivel de..._vida_a_ menos de que se adopte un programa de conservación definido y efijsaz jf jjLue_sj3 p^e^^ caeion. La vida humana es imposible sin suelo, agua, bosques, pastizales y los factores biológicos de que depende la existencia de todo ello. He estado oyendo repetidamente, desde el mismo momento en que llegué a Costa Rica, que la nación es tan pobre que no puede permitirse el lujo de - 21 - ningún otro gasto adicional» Durante largo tiempo imperó en listados Unidos la misma actitud hasta, el extremo de que nuestro Congreso, hacia 1906, se negó a conceder un crédito de 25.000 dólares destinado a iniciar un programa de conservación. Semejante nedida provoco una pérdida de tiempo que, andando los años, iba a costar centenares da rallones ds colares al pueblo de Estados Unidos. Costa Rica tiene numerario para invertir en la construcción de carreteras que en parte servirán para impulsar el aprovechamiento de sus recursos naturales y posee, además, fondos para financiar esta explotación. Dispone, asimismo, de dinero para mejorar la salubridad pública, proyectos para reducir la cifra de mortalidad, acrecentando el volumen de la población que debe ser alimentada con productos obtenidos de la misma tierra que en la actualidad está siendo destruida. Tiene dinero para el Ejército, cuya misión consiste en salvaguardar la integridad de las fronteras nacionales, al paso que muy poco o nada se hace para preservar el área circunscrita por esas rolsrnas fronteras. Entre otras indicaciones bien Manifiestas de la riquesa de Costa Rica pueden citarse los costosos autos, la actividad en la edificación, las valiosas fincas, etc. Para un norteamericano que entrega cerca de un tercio de sus ingresos en tributos o para un inglés que satisface el doble, los impuestos en Costa Rica parecerán fantásticamente bajos. Es imposible creer que no se pueden habilitar fondos pare proteger los recursos renovables de los que dependen,tanto la existencia de la nación como su propia riqueza. El dinero oue se dedique para fines de conservación, más que un gasto representa una inversión reproductiva. Bien aplicado suministrará réditos que pueden cifrarse en muchos cientos por ciento. SI financiamiento de los programas de conservación forma uno de los puntos que figuranen la agenda para ser discutido en la Primera Conferencia Interamericana sobre Conservación de los Recursos NaturaJ.es Renovables, Es evidente que se podría ahorrar mucho dinero mediante la cooperación internacional. Así por ejemplo, si Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, cuyas geografía, clima, suelos, fauna y flora tienen tanto de común, se decidieran a aunar sus recursos, evitarían la innecesaria duplicación de esfuerzos, con las correspondientes economías, padiendo confeccionar programas de suma utilidad para toda Centroanérica. Por lo que concozco, todos los países americanos productores da cafe tienen idénticos problemas de erosión del suelo, agotamiento del ralsmo, enfermedades, etc., por lo que harían muy bien en establecer cooperativamente un Instituto del Café para el estudio conjunto y resolución de algunos de esos problemas, pues después de todo no representa una carga económica tan pesada. El presupuesto nacional ascienda a unos 74.000.0CO de colonesa De este tota]., y según he podido ver, ¡Costa Rica no gasta ni un solo colón en la preservación de sus recursos naturales? El Gobierno trata de obtener amplios préstamos—según la prensa 40.000.000 de dólares—del Banco de Exportación e Importación, préstamos que al fin y al cabo habrán de ser reintegrados, Según parece, nada de esta suma, va a dedicarse a la protección de los recursos* del país. El tratamiento que ha aplicado Costa Rica a sus recursos naturales ha sido, hasta ahora, casi totalmente extractivo. Y que esto no puede continuar de modo indefinido es tan evidente como que "diez cienos diez es igual a cero". í£X§¿M£S2ÍSl: TuT-no de l°s mayores inconvenientes con que se tropieza para confeccionar un programa de conservación es la falta, de estudios previos. Poco es lo que se ha investigado acerca de los recursos naturales de Costa Rica y por eso, mientras no se acumulen mis datos sobre ellos, cualquier programa de conservación está expuesto a quedar reducido a un gasto inútil, con la consiguiente pérdida de tiempo. Una de las primeras necesidades del país es el inventario de sus recursos naturales. Esta operación se podría llevar a cabo, aunque sea de modo aprojd.raado, pero con prontitud y baratura, mediante un examen aereo. Soy de opinión a este respecto que acaso sea posible conseguir la cooperación del Gobierno de Estados Unidos. Como es lógico, los reconocimientos aéreos tienen que ser complementados por los estudios practicados sobre el terreno. Pero combinando ambos métodos de trabajo, se 3.ograría, en un lapso de tiempo relativamente corto, determinar el área ocupada por los diferentes tipos de suelos, por los bosques, el grado de inclinación de las tierras, etc. Los datos climatológicos son desgraciadamente escasos, por lo cual convendría establecer un pequeño número de estaciones meteorológicas, tan pronto como sea posible. Si fuera factible adquirir instrumental sobrante dsl utilizado por el Ejército o la Armada de Estados Unidos, sería menor el gasto de instalación de las susodichas estaciones. El empleo de aparatos registradores supliría la falta de personal adiestrado, ya que podrían ser manejados por algunos empleados del estado, telegrafistas por ejemplo, siempre y cuando aparatos y personal fueran verificados a intervalos razonables. Entre las primeras tareas a emprender figura la de determinar el grado de escurrimiento del agua en las diferentes clases de suelo y a inclinaciones diversas, y con los varios tipos de vegetación y de cultivo. Correlativos con estos estudios se ejecutarían los de precisar la intensidad de deslave de suelos de diferentes tipos, bajo distintas condiciones del tapis vegetal y en pendientes de diversos grados. Para que sirvan de algo los estudios anteriores deben estar basados en el estudio de los suelos del país. No sólo esto constituye una necesidad primordial, sino que tales conocimientos son de importancia especial antes de que se disponga de los terrenos pertenecientes a -Bienes Nacionales. Gracias a esas investigaciones se logrará evitar que se atribuyan a colonos o madereros, tierras que no son apropiadas para cultivos o que estén desprovistas de arbolado, respectivamente (Clases V a VIII). Con la urgencia, que ai caso requiere, deben realizarse los estudios necesarios para señalar los mejores métodos de manejo de los bosques de Costa Rica, a base de su uso múltiple y de rendimientos sostenidos. Así por ejemplo, en muchas zonas, la tala del arbolado debe llevarse a cabo con una meticulosa selección. La corta efectuada en condiciones diferentes de la indicada, no hará otra cosa que inflingir al bosque un daño permanente, perturbar el ciclo hidrológico y provocar una seria erosión del suelo, lío hace mucho tiempo que - 23 - una Comisión americana llevó a cabo un examen de las reservas forestales del país, primo rdialme rite desde el punto de vista de su explotación. Una Comisión análoga podría ser extraordinariamente beneficiosa, si efectuara el estudio de los bosques y elaborara un programa para su administración científica. Debería realizarse un esfuerzo inmediato a fin de determinar que clase de árboles pueden emplearse, con mayor ventaja, para la producción de carbón, quizás en tierras que sean marginales para la agricultura. En ambas vertientes atlántica y pacífica se ha permitido que grandes extensiones retrogradaran al estado de matorral. Si se las pudiese re forestal- con árboles, tales cono encinas achaparradas, no sólo se conseguiría proteger el suelo y las aguas, sino que podrían ser fuente importante para el suministro de carbón vegetal. Algunas áreas silvestres situadas en distintas zonas ecológicas del país convendría dejarlas inalteradas} a fin de que sirvan de laboratorios naturales de investigación. La extensión reservada puede variar considerablemente, pero para delimitarlas deben escucharse las voces autorizadas de los Sres. Don Anastasio Alfaro y Don Garlos Lankester. Estas áreas deberían incluir la zona del Páramo cerca del Cerro de la Muerte (Grabado 19}¡quizás también la turbera (sphagnum bog) en las inmediaciones del viejo canino real, al sur del Cerro; lo mismo interesantes formaciones geológicas como la reproducida, en la grabado .20;asimismo bosques en los declives del Atlántico y del Pacífico, aproximadamente entre los 700 y los 3.250 metros de altitud; lo mismo algunos de los bosques de palnas próximos a Sarapinuí, y como unas diez manzanas en la cima, del Irazu, incluyendo una quebrada que sirva da modelo del habitat, y de la flora y fauna características de esta zona. Tales áreas deberían considerarse inviolables, cercadas si fuera posible y con acceso terminantemente prohibido, como no sea a los hombres de ciencia. Habría que iniciar también un reconocimiento biológico del país. Se trata en ests caso de una empresa a largo plazo, que podría colocarse bajo los auspicios del Lluseo Nacional. Los alumnos de los cursos finales de la Universidad Nacional deberían ser estimulados para que hagan sus trabajos de graduados sobre la fauna y la flora de Costa Rica. Si el Gobierno se decidiera a establecer dos o tres estaciones biológicas para naturalistas visitantes, es muy probable lograr que el país sea frecuentado y estudiado por los más destacados investigadores del mundo, en ests, raraa del saber. La instalación de dichas estaciones no será costosa. Lo único que necesitarían son condiciones de vida higiénicas y saludables y una alimentación sencilla. Funcionando las citadas estaciones, considero seguro que científicos de muchos países extranjeros vengan a Costa Rica sufragando sus gastos de viaje, sin que el gobierno tenga que pagarles sueldo alguno^ y que realizarían estudios de gran importancia para la nación. Asimismo es' probable que se pueda establecer relaciones permanentes con universidades y museos sobresalientes. El reconocimiento biológico debe constituir la base del manejo económico de las plantas indígenas y de muchas especies de animales. Su utilidad será, sin duda alguna, enormemente grande para Costa Rica. Progr arria de Accion; Es completamente obvio que, si nada se hace en Costa Rica en el sentido apuntado, sus tierras continuarán perdiendo la capacidad para producir. Esta conclusión es evidente por si misma. La única manera de impedir un desastre seguro consiste en aplicar un eficaz programa de conservación, programa que, innecesario es insistir, deberá estar fundado Grabado 2Q. Las interesantes formaciones geológicas deberían ser consideradas como po- JL sibles Monumentos Na- ÍSf,. turales, para proteger- H las contra el vandalismo y el comercio. ..... . . •B Bl ,:-.., :"~••a Grabado 21 El bosque de robles a lo largo de la Carretera Panamericana, uno de los más impresionantes fenómenos naturales del hemisferio, necesita protección si se quiere conservar lo que aún : ;viS queda, para que no se JjjS le destruya como el ; área que se muestra en el grabado 14. - 24 sobre una seria investigación científica, de tal modo que, al cabo del tiempo, se verá que se ahorrarán tanto los recursos como el dinero, si se ejecuta un programa inteligente y bien elaborado. Ahora bien, es tal la rapidez con que se van destruyendo los recursos naturales que se hace imperativo comenzar a trabajar inmediatamente y planificar la conservación de esas riquezas lo mejor que sea posible, aunque sea sobre una base empírica. Entre lo primero que debe hacerse está la clasificación preliminar de las tierras pertenecientes a Bienes Nacionales, de acuerdo con su aptitud de uso. Como quiera que se están abriendo nuevas extensiones a la colonización y explotación, el uso de las tierras deberá estar de acuerdo con las características de las mismas» La tierra de las clases V, VI, VII y VIII, por ejemplo, no debe, bajo ninguna circunstancia, ser dedicada al cultivo. En tierras de la clase VIII rio conviene permitir el pastoreo ni la tala. Los bosques necesarios para la protección de las cuencas hidrográficas, cualquiera que sea su clasificación, se mantendrán intactos c cuando más sujetarlos a cortes practicados con escrupulosa selección. Finalmente todas las tierras del país deberían clasificarse de acuerdo con su aptitud de uso, tratando de asegurar para ello la cooperación de los terratenientes, a fin de que sus predios se adapten a los usos más adecuados. Incluso puede ser necesario, para preservar las cabeceras de los ríos o los suelos sumamente vulnerables a la erosión, expropiar algunas tierras e incorporarlas a los Bienes Nacionales. Yo quisiera que el Gobierno considerara con urgencia el proyecto de organizar, dentro del Ministerio de Agricultura, una sección dedicada al manejo del uso de la tierra. Su función habría de consistir en sentar las bases del aprovechamiento de los recursos renovables de Costa Rica, procurando el aumento de producción y los rendimientos sostenidos. Ahora bien, si la proyectada oficina no se mantuviera al margen de la política y si sus actividades no se ejercieran bien, la nueva organización resultaría inútil. Como hay que tratar con factores físicos sujetos a leyes biológicas, tan solo científicos preparados podrían ser capaces de manejarla. Colocar en esos puestos a personas que no sean especialistas producirá un daño positivo para los recursos de Costa Rica. Los nombres a cuyo cargo se ponga la nueva dependencia deberían ser pagados con suficiente largueza para, que pudieran dedicar todo su tiempo y energías al servicio del gobierno, disfrutando además de la consideración de funcionarios públicos. El dinero gastado en esta oficina representaría una sólida inversión financiera. Sobre estos hombres pesaría la responsabilidad de administrar, o de aconsejar sobre la manera de administrar, recursos cuyo valor se cifra en centenares de millones de colones. En un principio haría falta, probablemente, acudir a expertos extranjeros, los que deberían ser contratados con la condición de que preparen técnicos costarricenses. Probablemente, sería preciso preparar técnicos costarricenses en el extranjero. Evidentemente sería antieconómico, si no imposible, para una nación del tamaño de Costa Rica, sostener una escuela forestal, preparar a biólogos especializados en el aprovechamiento de la tierra, etc. Personalmente soy de opinión, al recordar el interés que tienen numerosos gobiernos extranjeros por intensificar las relaciones culturales, que no sería - 25 - difícil obtener ayuda de Estados Unidos, Gran Bretaña y acaso también de Rusia Como es sabido, Estados Unidos ya hace tieapo que patrocina asa política de cooperación y adamas posee nutridos cuadros de técnicos de los que echar mano. La Estación Experimental de Rothamstead, en Inglaterra, es mundÍ3,lmente fañosa. Rusia, durante casi cien años, se ha destacado en la ciencia del suelo. Es probable que si las diversas repúblicas interesadas se dirigieran al Instituto ínteramericano de Ciencias Agrícolas de Turrialba, este centro respondería elaborando un programa de conservación, lo que, cor.io es natural, resultaría especialmente beneficioso para Costa Rica. Debería tomarse muy en serio, según creo yo, la posibilidad de una cooperación a este respecto de las naciones centroamericanas. Hedíante tratados con los países vecinos no parece difícil la organización de una Oficina Centroamericana encargada del manejo del uso de la tierra y que opero en las seis repúblicas. Los problemas de conservación no respetan las fronteras nacionales, de ahí que un personal técnico cooperativamente sostenido y dirigido podría ser de suma utilidad para toda la América Central. Para integrar el núcleo de la proyectada oficina sugeriría un ingeniero forestal, un experto en suelos, un técnico de la conservación del suelo, un biólogo especializado en el aprovechamiento de la tierra, un técnico encargado de la fauna silvestre, un hidrólogo, un experto en praticultura y un especialista ea los aspectos de conservación dentro de los trabajos de divulgación agrícola. SI control eficaz de las superficies boscosas de Costa Rica constituye una de las más urgentes necesidades. A mi entender no es hacedero conseguirlo más que si todas esas extensiones pasen a ser propiedad de la nación. Creo que el gobierno debe seguir reteniendo todas las tierras forestales que corresponden a Bienes Nacionales y síqpropiar o comprar otras áreas que ahora son de propiedad privada, entre ellas la selva, de robles'a lo largo de la carretera Panamericana. Mucha, si no toda, de esta tierra es inadecuada tanto para la agricultura carao para la praticultura. El pequeño propietario rústico se encuentra imposibilitado, a ráenos que tenga una parcela, de bosque como parte integrante de su finca y la aproveche exclusivamente para su propio uso, para operar a base de rendimientos sostenidos. Sólo el gobierno está en condiciones de hacerlo y debería vender la madera en pié y vigilar estrechamente la corta, de acuerdo con las más modernas prácticas de la silvicultura, bajo el consejo de expertos en esta rama. Muchos de los pastizales del país, por ejemplo, los del declive pacífico, están siendo aprovechados de manera abusiva. Aquí.tampoco es factible conseguir su manejo apropiado si son de propiedad particular, por ello es deseable que el gobierno expropie las tierras de pastos de carácter marginal (Clases VI y VII) y rente el derecho de pastoreo por la. suma más módica posible. De este modo podría controlarse el número de cabezas de ganado, protegiéndose el tapiz herbáceo contra el pastoreo excesivo y deteniendo, por tanto, la erosión. Es muy posible que. una investigación demuestre que gran parte de las tierras correspondientes a la vertiente pacífica que ahora están siendo pastoreadaspertenezca realmente a las clases Vil y VIH» Por lo menos parte de esas extensiones debe: ser restaurada, como bosque. - 26 Por regla general, las cumbres montañosas en Costa Rica deben conservarse cubiertas de arbolado. La extensión del bosque variará en este caso con la pluviosidad, condiciones del suelo, grado de pendiente, pero corno mínimo pueden fijarse los doscientos metros superiores. No veo clara la manera de ejercer su control. Se nía informa que, en la actualidad, está prohibido por la ley cortar árboles a cierta 'distancia de los bancos de los ríos. Por desgracia esta prohibición es más nominal que efectiva. Las contribuciones sobre la tierra podrían ser condonadas en las zonas altas donae se conserva el bosque. Al tratar de este problema me viene a la memoria otra cuestión que he oído comentar en todas partes de Costa Rica: el incumplimiento de las leyes vigentes. Reiteradamente los propietarios territoriales se quejan de la falta de protección contra la invasión de las fincas, los cazadores furtivos, los ladrones -de leña o los destructores de las cercas. Es indudable que, para la eficacia de cualquier sistema de manejo de la tierra, éste tiene que ser reforzado por toda la autoridad de la policía del estado y que los transgresores de la ley deben ser cumplida y severamente castigados. No se podrán conservar los bosques de la nación a menos que se les proteja contra las cortas ilegales y los incendios. Las disposiciones reguladoras de la caza carecen de valor si no se aplican las cor respondientes sanciones a los infractores. Es verdad que este problema no tiene nada de fácil, pero también lo es que debe ser afrontado con franqueza y dacisión. El control de la erosión del suelo es problema de extremada dificultad, a causa de nuestra presente ignorancia acerca de las técnicas que deban aplicarse. Es perfectamente claro que los métodos de conservación del suelo empleados con tanto éxito en Estados Unidos, no pueden ser importados a Costa Rica, excepto en algunas zonas muy restringidas, por tal razón éste es uno de los aspectos que deben ser investigados lo más pronto posible, llevando a la práctica un bien elaborado y perseverante programa de trabajos. El Servicio de Conservación de Suelos, de Estados Unidos, ha adquirido mucha experiencia sobre las condiciones tropicales en Venezuela y Puerto Rico. Creo posible conseguir la cooperación de esa entidad. Dentro de la Escuela de Agricultura podrían iniciarse inmediatamente experimentos empíricos sobre construcción de terrazas, cultivos en fajas, etc. Deben realizarse repetidas pruebas del sistema de terrazas empleado con tanto éxito en El Salvador y conocido con el nombre de izote. Es patente en determinadas áreas que algunas tierras ahora cultivadas deben volver a ser prados o bosques. Semejante medida exige un programa de reasentamiento, trasladando los campesinos quizás a las tierras que comienzan a cultivarse en el Valle del General. La determinación está perfectamente justificada, tanto.para detener el deslave del suelo como para defender las cuencas hidrográficas. En cuanto se hayan desarrollado métodos eficaces para la conservación del suelo, será muy importante establecer zonas de demostracion, a fin de que los agricultores puedan apreciar por sí mismos, la bondad de las nuevas prácticas. Las cooperativas existentes o las que so organicen de ahora en adelante, deberían ser empleadas para la aplicación de este programa, buscándose, por otra parte,3a cooperación de la Unión de Campesinos. Para la protección de los ríos contra el azolvado se hace imprescindible la supresión de las prácticas actuales de limpiar la vegetación de las cunetas de carreteras y caminos. Por el contrario, convendrá multiplicar los esfuerzos para cubrir de vegetación los bancos de suelo, empleando para ello, hasta donde sea posible, especies de plantas que sean de utilidad para las aves y mamíferos. Con esto, naturalmente, no solo se ayudará a reducir el volumen de materiales arrastrados por los ríos, sino que ss beneficiará enormemente la vida salvaje. En cuanto sea posible, hay que iniciar un programa, para la preservación da la vida salvaje. Deberían promulgarse leyes que atribuyan a la nación la propiedad de todas las especies de aves, mamíferos, reptiles y peces de"agua dulce, hasta que se atrapen por cazadores o pescadores licenciados. Se deben reglamentar el ejercicio de la caza y la pesca, para que, en lo sucesivo, solamente los cazadores y pescadores provistos de la correspondiente licencia puedan practicarlas. Toda clase de especies debe recibir de parte del gobierno, una amplia protección. En las mismas leyes que se dicten es conveniente señalar que el Ministro de Agricultura tiene la facultad de hacer excepciones a determinados preceptos del correspondiente reglamento, que se pueden variar de cuando en cuando. La ley debería proteger cumplidamente todas las especies de aves, a excepción de los patos y gansos, gallinas de agua, gallaretas y negretas, aves gallináceas, tinamus y miembros de la familia de la paloma. La caza de las especies nominalmente citadas podría per-mitirse limitando el numero de aves rnuertas por cazador y la época de su captura, es decir, imponiendo restricciones y vedas para cuya adopción deberá oírse la opinión de los hombres de ciencia del país y de los deportistas cinegéticos. Todo propietario territorial puede ser autorizado para matar cualquier ave que produzca un evidente perjuicio a sus tierras. Sin embargo, esta facultad no debe aparecer en el te?cfco de la propia ley, sino figurar en la reglamentación preparada por el Departamento. Parecidas reglamentaciones deben establecerse para proteger los mamíferos, permitiendo la captura de las especies aprovechadas por su carne o su piel, tan sólo en cantidades limitadas y en estaciones definidas» Los grandes carniceros predadores como el puma y el jaguar, deben ser protegidos por la ley, y su captura debe estar, asimismo, reglamentada por el Departamento. Al menos por ahora no parece haber necesidad de establecer una protección para estos animales. Sin embargo, en otras partes del mundo, su exterminación ha ido seguida de tales perturbaciones en el equilibrio biológico, que los hombres de ciencia coinciden en apreciar que estos animales desempeñan un papel de importancia en la balanza ecológica. En efecto, cabe en lo posible que las poblaciones de venados puedan llegar, precisamente por la extinción d"e sus predadores, a alcanzar tal predominio en el futuro que, por su excesivo número, sería muy difícil controlarlas. Esto es precisamente lo que ha sucedido en Estados Unidos, de ahí que los gobiernos de los estados se vean obligados, en la actualidad, a pagar indemnizaciones a los agricultores, que alcanzan muchos miles de dólares cada año por los daños producidos por los venados. Convendría establecer la misma clase de control sobre la riqueza piscícola, reglamentando las épocas, cantidad y métodos de pesca por medio de disposiciones emanadas del Departamento de Agricultura,, El uso dej la dina^ mita debe ser rigurosamente proscripto, castigando enérgicamente a_los_ infractores^ Seria de interés aplicar medidas análogas a los reptiles, pensando ya en que no'tardarán muchos años en que sea necesario extender la protección al cocodrilo, considerado como valiosa fuente de pieles y que además es un miembro importante del complejo biológico acuático. Ya es hora también de que sean protegidas las- tortugas marinas^ procurando que estos animales no sean molestados durante la puesta de sus huevos. - 28 - Debe prohibirse la caza nocturna por medio de iluminación artificial, así como toda casa en una faja de doscientos metros de ancho por cada lado de las carreteras. Esto es de importancia, lo mismo para proteger la vida salvaje como para impedir que ocurran desgracias entro los viandantes. La venta de pescados, aves y mamíferos de las especies objeto de pesca o casa deportiva, debería prohibirse, porque el valor de las mismas es mucho más considerable para el fomento del deporte cinegético que el que poseen como alimento comercial. Las infracciones a los correspondientes reglamentos tienen que ser castigadas con multas y decomiso de .las armas de fuego y átiles de pesca. Para los que sean sorprendidos pescando con dinamita, habría que aplicarles multas más fuertes que, en caso de no "ser cubiertas, se pagarían con determinados días de prisión. Los reincidentes probablemente deberían ser castigados con cárcel. La observancia de las leyes de caza y pesca puede, por ahora, dejarse en manos do la Policía Nacional, aunque fuera, de desear la creación de las necesarias plazas de guardianes, encargados de la vigilancia de zonas como la correspondiente a la Carretera panamericana. Esta observancia de la ley puede ser financiada, al menos en parte, por los ingresos obtenidos con la expedición de las licencias de caza y de pesca. En algunos estados norteamericanos, se les concede a los deportistas la condición de guardianes honorarios de caza, con las mismas atribuciones de los guardias titulares, excepto la referente a averiguaciones. '¿stas fluiciones son desempeñadas, como es lógico, gratuitamente, pero no por ello han sido menos beneficiosas para el cumplimiento de las disposiciones vigentes sobre caza. Costa Rica debería establecer un control legal sobre sus orquídeas, pues de otro modo su extinción es más que probable. No hay más que recordar las zonas en donde ya han. desaparecido. Uno de los métodos del control consiste en permitir la venta de las orquídeas y acaso también de las bromeliáceas, nada más que a personas provistas de leí. correspondiente licencia, restringiendo estrictamente el número de licencias mediante un impuesto. Es evidente que las orquídeas del país no puedan perdurar si persiste la acción depredadora que se ejerce sobre ellas. Los científicos de buena fe, tanto nacionales como extranjeros, deben disfrutar de facilidades para colectar cualquier especie en toda época y ocasión para fines científicos, mediante licencias especiales expendidas por el Departamento de Agricultura. Esta medida es necesaria para el fomento de la investigación,, Algunos de los parajes de mayor hermosura d© Costa Rica deben ser declarados Parques Nacionales, para que todo el pueblo disfrute permanentemente de sus bellezas. A causa de las lluvias no pude visitar el lago de Coter, pero a juzgar por lo que he leído acerca de él y de las fotografías que he visto, la juzgo una de las zonas más prometedoras para ser convertidas en parque nacional» Al parecer, su ambiente natural apenas ha sido perturbado, de ahí que, si se reserva todo el lago con una faja a su alrededor de dos a cinco kilómetros de anchura, podrá constituir uno de los parques nacionales más bellos de toda América. Podrían construirse acondicionamientos sencillos, de tal modo que hicieran juego con el paisaje y alteraran lo menos posible - 29 - la belleza natural del paraje, para alquilar, a precios módicos a los visitantes. Es muy posible que una o más ds las compañías locales de aviación se interesaran por establecer un servicio anfibio que hiciera escala en el lago transportando turistas. Por regla general los planificadores de parques nacionales aconsejan la exclusión de aviones, pero en este caso se puede hacer una excepción habida cuenta de la falta de vías de acceso al lago. Como es lógico, en este parque quedaría estricta y perraanentemente prohibida la casa, la corta de arbolado, etc., para que los visitantes puedan tener amplias oportunidades para conocer imperturbadas la flora y fauna de la región. Convendría abrir veredas para personas y también para caballerías, a fin de ser utilizadas por los turistas, pudiendo incluirse asimismo en los planos una modesta estación de investigación para uso de los científicos visitantes. En caso de ser posible, la estación debería operar en conjunción con un museo dedicado a la exhibición do la fauna y flora locales, y que muy bien puede constituir una dependencia del Museo Nacional. Otra de las áreas que debería ser declarada parque nacional, si ello es posible, es la selva de robles, a lo largo de la Carretera panamericana (3r"absc!a 21).. Este bosque es la más heroosa masa de robles que queda en el Huevo Mundo y quisas en todo el planeta. Ss unic q tanto por su belleza como por su interés científico, de ahí que deba ser considerado por toda Costa Rica como una sagrada herencia. Yo no sugiero que toda esa selva deba conservarse intacta, aunque sería de desear que, por lo menos, se preservara una faja de mil metros de anchura a cada lado de la carretera. Al sur de Villa Mills el bosque se extiende por las cabeceras de aguas del Río General y al parecer llega a Chirripó Grande. El parque se puede extender desde la carretera hasta las cumbres de la sierra del Chirripó, dejando dentro todas las cabeceras de aguas del río con lo que quedaría una extensa superficie, lo bastante grande para impartir le?, adecuada protección a la fauna de la conarca. De esta nanera se preservará para siempre un sector ds una de las selvas más magníficas de todo el mundo y se haría algo realmente práctico para defender la cuenca hidrográfica. Tanto para conservar las bellezas escénicas del país, como para impedir la destrucción de los suelos, lo mejor serie', declarar Zonas Naturales o Reservas Nacionales algunos bosques, como los que cubren las altas laderas pendientes extremadamente inclinadas de la Sierra de Talamanca y algunas de las praderas del páramo que todavía se conservan intactas. Estas quedarán arruinadas si se lleva a cabo cualquier intento para explotarlas. De otra parte la destrucción de las mismas acarreará los danos usuales a las tierras de más abajo, por incrementarse el escurrimiento y el azolvado. La protección permanente de las áreas señaladas (tierras de la clase VIII) será de un valor inestimable para la fauna y flora del país. Es obvio que no basta con la promulgación pura y simple de leyes para la protección de estos preciados recursos. El fin. propuesto solamente se puede alcanzar mediante una vigorosa acción por parte del Gobierno, sostenida por una activa campaña de educación ciudadana. No obstante, es tan grande el valor de los recursos implicados, que constituirá aguda miopía dejar de protegerlos. - 30 - Edacaci6_n: La historia de la conservación a través de todo el mundo ha demostrado, con meridiana claridad, que no es posible que arraigue una política de conservación a menos de que talo el pueblo la respalde. Perra ello es imprescindible que la gente la haya comprendido perfectamente. Las actividades relacionadas con la conservación que obtuvieron mayor éxito, han consistido -en un programa tripartito: Investigación, programa de acción y educación, Hay muy buenas razones para sentir optimismo acerca de lo. futura seguridad de, los recursos naturales de Costa Rica, entre ellas la reducida cifra de analfabetismo y la eficacia general de la educación. Si el hombre ha de sobrevivir, tiene que aprender a vivir en arríenla con su medio y para ello no hay otro camino que comprender y acatar las leyes naturales. Desde los tiempos de Aristóteles hasta la, ¿poca actual, una de las dificultades más grandes con que tropieza la educación, es gl^jjgSjCU^^ SíliSíLXJí^Lliíí-L^ pgjid_ie2it^T£^iite_d.elra£dÍ£_í_;Lsac_p^i_2ue__ viveri y que su supervivencia y la del Estado, dependen del adecuado suministro de agua, suelo, bosques, praderas, y las plantas y animales. Con todo respeto séllalo la urgencia de que el Ministerio de Agricultura colabore con el lünisterio de Educación para que se incluya dentro del sistema educacional del país, la enseñanza de la conservación de los recursos naturales renovables y se expliquen claramente las relaciones que el hombre guarda con todos ellos. México acaba de aprobar una ley haciendo obligatoria estas enseñanzas en todos los centros docentes de la República, desde la escuela primaria hasta la universidad. Ho creo que sea exageración afirmar que no se puede considerar a un hombre como instruido, si no ha llegado a comprender su dependencia para con su medio. El éxito de cualquier esfuerzo que despliegue el Hinistro de Agricultura para fomentar la conservación en Costa Rica, dependerá, en grado muy considerable, de la adecuada educación a este respecto. Un programa educativo bien planeado hará más que el poder de la autoridad o la abundancia de fondos, para el éxito del programa de conservación. Por esto la piedra angular de todo el esfuerzo puede llevar esta inscripción: Educación» 8765 r LA POBLACIÓN DE COSTA RICA Y SUS RECURSOS NATURALES por William Vogt, Jefe de la Sección de Conservación, Oficina de Cooperación Agrícola Unión Panamericana Washington, D. C. Julio, 1946