LO QUE ENSEÑA LA ESCUELA NATURISTA Éstos son los principios básicos de la filosofía naturista: 1. La salud y la longevidad del ser humano dependen de su adaptación a las leyes naturales, que no pueden ser trasgredidas impunemente. Si los animales suelen vivir de 5 a 10 veces el tiempo de su crecimiento, nosotros deberíamos vivir la misma cantidad. 2. La vida sencilla, con buen aire y sol, actividad y reposo armónicamente ordenados, así como una alimentación correcta, aseo y paz espiritual son los genuinos factores de la verdadera salud. 3. Existe en cada individuo una fuerza de esencia desconocida (energía vital) que hace cicatrizar las heridas, mantiene la inmunidad natural y tiende a mantener el equilibrio fisiológico del organismo. 4. La enfermedad supone una carencia de salud, que sólo puede desaparecer si se corrigen sus verdaderas causas: es decir, las transgresiones a las leyes naturales de la vida sana. 5. Aun cuando la enfermedad se presente con síntomas anormales, no son éstos otra cosa que la manifestación de los esfuerzos del organismo por adaptarse a condiciones antifisiológicas de vida. 6. La enfermedad puede ser aguda, crónica o degenerativa, según la vitalidad del enfermo, la gravedad y la prolongación en el tiempo de las transgresiones que haya cometido. 7. Los microbios o virus a los que la medicina culpa de las enfermedades son más efecto que verdadera causa. Por eso, dijo el científico Claude Bernard: “El microbio no es nada, el terreno lo es todo”. 8. Si es el terreno (entorno) es la verdadera causa, entonces los factores de la salud sólo pueden ser : el aire, la luz, la dieta, el movimiento, el reposo y la buena disposición mental y espiritual. Como dice el refrán romano:“Mente sana, en cuerpo sano”. 9. Todos los aspectos de la existencia son interdependientes y el aprender a vivir bien, en armonía con la naturaleza y conviviendo en paz con nuestros semejantes, es el supremo objeto de la cultura humana. LOS FUNDAMENTOS Los especialistas en Naturismo basan esta forma de alimentación en la afirmación de que el Reino Mineral da sustento al Reino Vegetal y éste, al animal. Dicha regla, aseguran, ha sido impuesta por el creador de la naturaleza y tales leyes no pueden infringirse; de lo contrario, el cuerpo comienza a desarrollar un proceso de intoxicación a lo largo de la vida, lo que deriva necesariamente en enfermedad. Los defensores de estas teorías afirman que este tipo de alimentación es un medio seguro de prevención frente a las enfermedades, porque todas las funciones orgánicas dependen de la calidad de la sangre, que es producto de la nutrición general, especialmente, de la digestión. Una sangre alimentada a base de frutas y verduras dará una sangre vitalizada y alcalina sin materias ácidas; mientras que una dieta basada en carne o alimentos envasados crea un exceso de ácidos en el estómago, lo que aumenta su toxicidad. Asimismo, hay que masticar bien a fin de garantizar una adecuada salivación y digestión; de otro modo, se impone un doble trabajo al estómago. Y la misma importancia se le otorga a la expulsión diaria de los residuos de la digestión en forma conveniente y oportuna, por lo menos, entre dos y tres veces al día. PARA REALIZAR UNA DIETA SALUDABLE, HAY QUE… ● Masticar la comida lentamente. Disfrutaremos más y quedaremos satisfechos con porciones más pequeñas. ● Hay que comenzar las comidas por las verduras. Si lo hacemos, ya no necesitaremos las papas, el arroz y el pan. ● Tratar de arreglarnos para que la comida principal sea al mediodía o tan temprano en la noche como sea posible. Esto permite quemar las calorías ingeridas. ● Tomar una cucharadita llena de miel, gelatina o mermelada para diabéticos cuando sintamos el deseo irresistible de algo dulce. Lo que NO debemos hacer… ● Suprimir el desayuno. Sólo ganaremos más hambre y calorías, que si hubiéramos comenzado el día con un huevo pasado por agua y una tajada de pan integral. ● Aderezar las ensaladas con salsas cremosas, cremas para ensaladas o mayonesas. (En su lugar, use aceite y jugo de limón, vinagreta o vinagre de manzana). ● Servirnos la comida en un plato grande. Si la servimos en platos pequeños, las porciones parecerán mayores. ● Comer grasas animales, azúcar o sal, que se encuentran en las comidas procesadas o preparadas en las carnes enlatadas u otros alimentos de este tipo. ● Ingerir comidas o meriendas ricas en carbohidratos a altas horas de la noche. A menos que trabajemos de noche, las calorías se convertirán en grasa. ● Tomar alcohol, excepto que sea muy ocasionalmente. Debemos beber jugos de frutas, o agua mineral con una rodaja de limón.