Económicas UPB www.economia@upb.edu.co Edición N° 1, Febrero 6 de 2012 necesario, aunque nunca suficiente, pero siempre aferrado al bienestar material que le dio origen. Editorial: Economía y sociedad Por: Danny Múnera Barrera danny.munera@upb.edu.co La economía, en tanto problema, es tan antigua como la humanidad; en cuanto ciencia, ella es tan reciente como la “Riqueza de las naciones”1. Con poco más de dos siglos, la economía y los economistas han transitado un arduo camino, y cada paso ha sido una dura lucha con la decepción, pues cada descubrimiento y cada nuevo conocimiento relacionado con la riqueza, pone en evidencia que la escasez es mayor. De otro lado la sociedad se ha revelado ambigua e ingrata, pues juzga con dureza e insensatez los juicios y resultados de los economistas, mientras que al mismo tiempo exige con mayor intensidad sus análisis y consejos. La actual coyuntura económica local e internacional pone al descubierto esta circunstancia como una verdad “de a puño”, pues la incertidumbre en Europa y la fragilidad de las economías industrializadas para reactivar el ciclo económico mundial, generan una angustiosa situación que pone a los economistas y su pensar en primera plana. Las personas del común, así como las empresas y los medios de comunicación, demandan explicaciones y orientaciones acerca del “que – esperar” y entonces “que – hacer” en tanto retorna la tranquilidad. Tipo de cambio, desempleo, bienestar y comercio internacional, son los temas de primer orden en el “paseo de la fama” nacional. Con relación a los mismos, y en tono de franco desafío, se cuestiona al economista si sus conocimientos pueden evitar el peor de los siniestros; el economista humilde pero decidido, reclama atención y sobre todo disciplina, pues los remedios que propone alternan sus efectos en el tiempo, pero si no hay disciplina, el mal puede ser peor. Muy seguramente al primer indicio de tranquilidad, la actitud de las personas del común, las empresas y los medios de comunicación se tornará indiferente, pero solamente hasta que se vislumbren, de nuevo, atisbos de crisis… La historia se repetirá, y cada vez con mayor frecuencia, pues a medida que transcurren los siglos, los años y los días, se confirma que lo normal no es la tranquilidad sino la zozobra. Entre tanto, el economista humilde pero decidido, estará explorando intrincadas relaciones de causa y efecto, construyendo mundos dinámicos y abiertos al dialogo con los mundos de la historia, de la biología, de las matemáticas, de la psicología, del derecho,… y con cuantos mundos sea 1 El nombre completo de este clásico de la literatura universal es “Una investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones”, escrito por Adam Smith; filósofo moral que publicó esta obra en 1776. Facultad de Economía Sobre la Apreciación del peso colombiano frente al dólar Por: Iván Montoya Gómez ivan.montoya@upb.edu.co Muy preocupados se encuentran los exportadores colombianos por la situación presentada con el tipo de cambio nominal en lo que va corrido del año; pero este fenómeno macroeconómico que afecta a una parte de los agentes económicos, también puede entenderse como un hecho benéfico para otros sectores, en particular aquellos dedicados a la importación. Específicamente, cuando se presenta un exceso de oferta de divisas frente a la demanda de las mismas, es normal que se aprecie la moneda local, y la recomendación en tal caso para los empresarios es invertir en la reconversión industrial, lo que llevaría a la industria nacional a ser más competitiva al mismo tiempo que posibilita la generación de nuevos productos con valor agregado o de alta base tecnológica. Dicho en otras palabras, la apreciación de una moneda debe ser considerada como una oportunidad para dirigir la inversión hacia actividades productivas e innovadoras, que faciliten tanto el desarrollo del mercado interno, así como el acceso a los mercados internacionales en condiciones más competitivas. Pero más que enunciar el tipo de estrategia a seguir en épocas de apreciación, conviene llamar la atención sobre la aparente necesidad de una moneda depreciada como factor benéfico para el crecimiento económico de los países en desarrollo. Según Rodrik (2006), las fallas institucionales y del mercado, típicas en estos países, afectan más a los bienes transables que a los no transables y por ello, se hace necesario acudir a una moneda subvaluada para compensar este tipo de imperfecciones, que operan como un impuesto o costos invisibles. No obstante, la falacia de una moneda depreciada para incentivar el crecimiento económico es muy clara. Esto es, cuando la economía empieza a crecer, aumentarán las exportaciones, el empleo y la inversión extranjera; como consecuencia lógica crecerá la oferta de divisas y el resultado es la apreciación de la moneda doméstica. Circular 1ª N° 70 – 01, Bloque 6 Piso 2 - A.A. 56006. Tel: (574) 354 45 72 1 Económicas UPB www.economia@upb.edu.co Edición N° 1, Febrero 6 de 2012 Tal situación es evidente en Colombia, país que ha venido presentado un buen desempeño a nivel macroeconómico, toda vez que se ha registrado un aumento de las exportaciones, principalmente de petróleo, el incremento de las remesas, privatización de entidades estatales, el aumento de la inversión extranjera por el mejoramiento de la economía y la seguridad interna, entre otras. Dado que la estrategia en Colombia es de inflación objetivo, el Banco de la Republica traza metas muy estrictas y se compromete a cumplirlas, implicando ello la no intervención en el mercado cambiario; posición que causa inconformidad entre los empresarios, los sindicatos y en general en la opinión pública. Por otra parte, si el Banco de la República interviene comprando divisas para evitar su desplome, acumulará reservas improductivas y podría disparar la inflación. La disyuntiva entonces entre intervenir o no en el mercado cambiario, sugiere que la intervención es problemática por ser insostenible a largo plazo, mientras que la no intervención es indeseable porque sacrifica crecimiento por estabilidad. Desempleo e informalidad: el caso de Medellín Por: Carlos Londoño Yepes carlos.londono@upb.edu.co Aunque las cifras de desempleo mejoran, es necesario considerar que el problema laboral en Medellín y el Área Metropolitana no se circunscribe solo a la insuficiencia de puestos de trabajo (tasa de desempleo), sino también, y de manera muy importante, a la calidad de los mismos (tasas de subempleo e informalidad). En Medellín y su Área Metropolitana la tasa de desempleo fue 13.9% en 2010, que equivale a decir que 250.000 personas buscaron empleo y no lo pudieron conseguir. Más aún, cerca del 60% de los empleos son informales, lo que quiere decir que, por lo regular, su productividad e ingresos son muy bajos, no cotizan para pensiones, no gozan de vacaciones ni de primas y el empleo es muy inestable. Colombia exhibe tasas de desempleo e informalidad altas en el contexto de América Latina. Sin embargo, el comportamiento de Antioquia es peor que el promedio nacional y el de Medellín es peor que el de Antioquia en su conjunto (Ortiz y Pacheco, 2011)2 2 Ortiz y Pacheco (20011), Línea de Desarrollo socioeconómico en Medellín. DANE, GEH, Bogotá. Facultad de Economía El desempleo afecta, sobre todo, a los más pobres. En efecto, en las comunas de Manrique, Villa Hermosa, Popular y Santa Cruz las tasas de desempleo son en su orden de 21.5%, 20.2%, 19.1% y 18% (Citado por Ortiz y Pacheco, 2011). Las causas del desempleo son múltiples: por el lado de la oferta, los investigadores le conceden mucha importancia a los costos laborales nosalariales (58% para 2009). Colombia tiene el puesto 110 entre 134 países en costos laborales no salariales, por encima de países como Argentina, Brasil, Chile, Perú y México. Por el lado de la demanda, el crecimiento de la economía y la pertinencia de la educación son obstáculos para el crecimiento y el empleo. Otro fenómeno asociado es la pobreza, que resulta de tener altas tasas de desempleo y mucha informalidad. Pero el problema es más grave, puesto que al desempleo se le suma el alto grado de inequidad. Latinoamérica es la región más desigual del mundo (junto con África), y en América Latina, Colombia ocupa el tercer lugar después de Haití y Bolivia. De acuerdo con el Programa de Naciones Unidas PNUD, en Colombia el 50% de la población es pobre y las distancias entre pobres y ricos es abismal. Antioquia es más desigual que el resto del país y Medellín lo es con respecto al Departamento (Ortiz y Pacheco, 2011). Aunque obvio, no sobra decir finalmente que el desempleo de los jefes de hogar obliga a muchos jóvenes a abandonar el estudio y a buscar un empleo para el cual no están preparados. Es por esto que en algunos barrios, sobre todo en barrios con mayor pobreza, los jóvenes tienen tasas de desempleo del 50%. Esto los vuelve vulnerables frente a problemas como la drogadicción y el asedio de las organizaciones criminales. Tener jóvenes desocupados es exponerlos a los tentáculos de la droga y el crimen, y privar a la sociedad de un capital humano necesario para su desarrollo. TLC Corea-Colombia: Un Tratado Razonable Por: Carlos Alberto Montoya Corrales carlos.montoya@upb.edu.co Los Tratados de Libre Comercio (TLC) constituyen sin duda decisiones que suscitan todo tipo de comentarios y controversias asociadas a su viabilidad, necesidad e impacto en aquellos países y en las economías comprometidas, y el TLC de Colombia con Corea no podría ser la excepción. Los Circular 1ª N° 70 – 01, Bloque 6 Piso 2 - A.A. 56006. Tel: (574) 354 45 72 2 Económicas UPB www.economia@upb.edu.co Edición N° 1, Febrero 6 de 2012 argumentos se refieren a la quiebra empresarial y pérdida de empleos en sectores como electrodomésticos, textiles, plásticos, llantas, químicos, productos metálicos, autopartes,… que registran una capacidad productiva inferior y por ende una menor competitividad a la que exhibe Corea. Al respecto, es evidente que cualquier escenario en el cual se aspire a establecer relaciones basadas en la libre competencia constituyen un gran riesgo en general para la industria colombiana, y de manera particular para algunos sectores, que además de enfrentarse a las limitaciones propias derivadas de la disponibilidad tecnológica y de recurso humano, su capacidad de innovación y el tamaño de producción, ven crecer sus dificultades ante la carencia de una infraestructura para la competitividad, y la ausencia de una política sectorial de desarrollo industrial que oriente de manera efectiva las iniciativas de transformación productiva necesarias, para un sector manufacturero que requiere de un mayor protagonismo en la economía mundial. Este aspecto, particularmente, se constituye en una gran desventaja frente a una economía como la coreana, en donde producción es parte fundamental de un proyecto de desarrollo nacional que ha sido fuertemente respaldado por su Estado durante décadas. Sin embargo, es claro que existen razones económicas que invitan a pensar en el carácter estratégico que representa esta iniciativa, frente a la cual el país ha mostrado la más firme decisión de convertirla en agenda clave de la política comercial en los próximos años. En primer lugar, las condiciones económicas de ambos países hacen prever el posible aprovechamiento del potencial de comercio e inversión en las respectivas regiones. Segundo, existen opciones concretas en materia de comercio e inversión que hacen que este tratado sea razonable. Tercero, para el caso particular de Colombia, el TLC con Corea se constituye en un vehículo de internacionalización; algo bastante atractivo si se tiene en cuenta el enorme rezago que registra la economía en esta materia, y que para el caso se enfrenta la evidencia de que, tal como ocurrió en Corea, de ello depende el poder alcanzar sendas de crecimiento sostenido y mejorar sustancialmente el bienestar de la población. región. Estos son: productos asociados con la transmisión radio y televisión y aparatos de telefonía y telegrafía; fibras sintéticas y artificiales; tejeduría y productos textiles; sustancias químicas básicas; industrias básicas de hierro y acero; aparatos de uso domestico; productos de caucho; maquinaria de uso especial; entre otros. Para Corea, existe un grupo de bienes y actividades que soportan comúnmente las exportaciones de Colombia, y que complementarían su estructura comercial. Estos son: extracción y aglomeración de hulla (carbón de piedra); extracción de minerales y metales preciosos; productos de café, ingenios de refinería de azúcar y trapiches; los productos de horno de coque; los productos agrícolas; producción pecuaria; curtido y preparación de cueros; entre otros. Adicionalmente, es necesario tener presente que el TLC con Corea trae consecuencias positivas sobre la actividad productiva nacional, dado su impacto en la reducción en el costo de importación de bienes de capital e intermedios usados como insumos de producción; lo que se traduciría en un mayor dinamismo de la inversión nacional y a su vez contribuiría al crecimiento económico. En la misma dirección, los contenidos de la negociación permiten inferir la importancia relativa que representa para Corea poder afianzar mayormente sus vínculos en el país. La negociación de un tratado es claro que abre espacio para una mayor llegada de capitales de inversión coreanos, incrementando de manera adicional la inversión agregada. En fin, esperemos que el debate transite hacia los escenarios clave de la integración económica entre los países, y que al momento de la apertura del mismo ambas economías, en especial la colombiana, estén convencidas y actuando en dirección del mayor aprovechamiento del potencial comercial y productivo que del mismo se deriva; que de la mano del TLC con Corea, Colombia amase la estrategia de inserción del país a la región de Asia-Pacífico, y que el sector empresarial colombiano vinculado a los sectores antes mencionados, esté comprometido con el aprovechamiento de las ventajas asociadas a este libre mercado. Esto hace del TLC con Corea, un tratado razonable en el marco de necesidades y posibilidades para Colombia. Para el caso de Colombia existen una serie de sectores en los cuales el intercambio con Corea sería de carácter complementario, y de los cuales otros países de la región se vienen beneficiando de tiempo atrás, como México, Brasil y Chile, principales compradores de productos coreanos en la Facultad de Economía Circular 1ª N° 70 – 01, Bloque 6 Piso 2 - A.A. 56006. Tel: (574) 354 45 72 3 Económicas UPB www.economia@upb.edu.co Edición N° 1, Febrero 6 de 2012 Economía, confección y moda Por: Luis Alfredo Molina Guzmán luis.molina@upb.edu.co Danny Múnera Barrera danny.munera@upb.edu.co Hace pocos días se realizó la versión 2012 de la feria “Colombiatex de las Américas”: más de 15000 visitantes y negocios potenciales por más de U$120 millones, son algunas cifras indicativas del éxito. Esta versión fue una oportunidad para socializar el propósito de trascender la visión estratégica de los negocios, y superar las bondades (aun no conocidas) de las cadenas productivas y los clústers como estrategias de desarrollo. En el “Pabellón del Conocimiento” (al cual asistieron más de 16000 personas), los integrantes del Grupo de Estudio INEXMODA – UPB revelaron la intención de avanzar en la construcción del “sistema moda”. Este concepto propende por la articulación económica de las actividades productivas relacionadas con la moda, para la construcción de la cultura y la sociedad colombianas, a partir de la “identidad país”. La complejidad de este propósito es de grandes dimensiones, y por lo tanto exige el compromiso de diferentes saberes y actores. Por lo anterior, el Grupo de Investigación “Mercado y Libertad” de la Facultad de Economía de la UPB, se planteó como reto de investigación la caracterización económica de los sectores que integran la cadena textil–confección, diseño y moda. Un primer resultado de este propósito, es el estudio de la eficiencia en el sector confecciones de la cadena. Para esto se recurrió al modelo de “Fronteras Estocásticas” propuesto por Batesse y Coelli en 19953, el cual fue utilizado por investigadores de la Universidad de los Andes en el año 2005 para medir la eficiencia técnica del sector confecciones en el periodo 1992 – 20004. El modelo referido define un proceso productivo teórico con base en la información real, y luego compara los resultados teóricos con los resultados reales para evaluar las 3 Batesse, G. y Coelli, T. J. (1995). “A Model for Technical Inefficiency Effects in a Stochastic Frontier Production Funtion for Panel Data”. En: Empirical Economics. 4 Acevedo Villalobos, M. C. y Ramirez Vallejo, J. (2005). “Diferencias regionales en la eficiencia técnica del sector confecciones en Colombia: un análisis de fronteras estocásticas”. En: Revista INNOVAR, Universidad de los Andes. Facultad de Economía desviaciones. Cada desviación se interpreta como resultado de ineficiencias, y estas pueden ser estocásticas o sistemáticas; en caso que las segundas sean más significativas que las primeras, se concluye que el sector en estudio se caracteriza por ineficiencia en la planeación y uso de los recursos. La aplicación de este ejercicio en el sector confecciones (2000 – 2010), analizado por los investigadores del Grupo Mercado y Libertad, permite concluir que el sector confecciones en Colombia es ineficiente, y Antioquia concretamente, pues el indicador de eficiencia se localiza en 0,915, cuando lo ideal es un indicador igual o superior a 1. En la tabla se reportan los datos obtenidos, indicando las regiones estudiadas. Eficiencia Técnica (ET) en regiones de Colombia ET – ET – U REGIONES UPB Andes VAR (%) 2012 2005 0.915 0,870 5,17% Antioquia Atlántico 0.801 0,770 4,02% Bogotá 0.910 0,870 4,59% Caldas 0.784 0,820 -4,39% Cundinamarca 0.925 0,900 2,77% Norte de Santander Quindío 0.692 0.578 0,660 N-D 4,84% N-D Risaralda 0.774 0,800 -3,25% Santander 0.850 0,820 3,66% Tolima 0.802 0,780 2,82% Valle 0.896 0,860 4,18% Fuente: elaboración propia, con base en cifras DANE Del cuadro anterior se deduce, sin reparos, que el sector confecciones del sistema moda, en tanto propósito sistémico, requiere de la intervención multidisciplinar y propositiva de la cual UPB, en tanto UNIVERSITAS generadora de ideas útiles (o en términos snob: think tank) es capaz, pero fundamentalmente de desde una óptica coherente con los propósitos de crecimiento y desarrollo declarados en todos lo planes de desarrollo local y nacional. Circular 1ª N° 70 – 01, Bloque 6 Piso 2 - A.A. 56006. Tel: (574) 354 45 72 4