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DEL SEN. FRANCISCO FRAILE GARCÍA, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PARTIDO ACCIÓN
NACIONAL, LA QUE CONTIENE PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE REFORMA Y
ADICIONA EL ARTÍCULO 21 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS.
Una del Sen. Francisco Antonio Fraile García, del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional,
que contiene Proyecto de Decreto, por el que se reforma y adiciona el artículo 21 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.
INICIATIVA, CON PROYECTO DE DECRETO, QUE REFORMA EL ARTICULO 21 DE LA
CONSTITUCION POLITICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
C. Presidente de la Mesa Directiva;
Compañeras y Compañeros Legisladores:
Con fundamento en los artículos: 71 fracción II de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;
55 fracción II, 56, 60 y 64 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados
Unidos Mexicanos, solicito que se turne a las comisiones de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos,
para que se dictamine y se lleve a cabo la posterior discusión en el pleno de esta Cámara, la Iniciativa, con
Proyecto de Decreto, que reforma y adiciona el artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, al tenor de la siguiente:
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
Para un país democráticamente estructurado en un Estado de Derecho, le es indispensable, contar con un
sistema de justicia que permita a sus habitantes, convivir en armonía, igualdad, equidad y solidaridad y para
ello es fundamental la institución de la división de poderes, pues, es la forma de expresar la necesidad de
distribuir y controlar respectivamente el ejercicio del poder público, ya que de acuerdo al maestro German
Bidart el propósito fundamental de instrumentar la Constitución como una ley de garantía condujo a
desconcentrar las funciones del poder, evitando que el mismo órgano las acumulara todas; de esa manera
racionalmente, se procuraba la seguridad de los individuos, por el aforismo de que todo hombre que tiene poder
tiende al abuso de ese poder.
Nuestro Constituyente, recogió toda esta gama de ideas y las plasmó en el máximo ordenamiento,
convirtiéndolas en el sustento de nuestra organización política-jurídica, formando el escudo más eficaz para la
tutela de los Derechos Humanos de los individuos frente al Estado.
Teniendo como base, la mencionada figura de división de poderes, la justicia se procura y se imparte, el
Ministro Juventino V. Castro nos dice que: en nuestro sistema acusatorio la procuración - sobre todo en materia
penal - queda constitucionalmente a cargo del Ejecutivo, vía los Procuradores que encabezan los Ministerios
Públicos. En cambio, la justicia es impartida por el Poder Judicial.
El artículo 21 de nuestro máximo ordenamiento jurídico, deslinda la función jurisdiccional penal de la función
acusatoria, al establecer que: la imposición de las penas es propia y exclusiva de la autoridad judicial, y que: la
investigación y persecución de los delitos incumbe al Ministerio Público, salvaguardando, de este modo la
seguridad jurídica, tanto de la víctima del delito, como del responsable del mismo.
Sin embargo, a pesar de que, dicho artículo, establece la separación entre la procuración y la impartición de
justicia, triste es reconocer que en nuestro país existe una crisis de credibilidad y confianza en las autoridades
encargadas del sistema de justicia, es por ello, que el suscrito Senador considera que es necesario retomar el
espíritu del Ministerio Público, fortaleciendo de esta forma, la credibilidad de nuestro sistema de justicia.
Para lo anterior, debemos recordar que aunque, el procurador general como cabeza del Ministerio Público,
formó parte de la Suprema Corte de Justicia, y por tanto del Poder Judicial, bajo la denominación de fiscal,
según las Constituciones de 1824, 1836 y 1843, señalando, por su parte la Constitución de 1857, que la
Suprema Corte de Justicia, se compondría con un determinado número de ministros, un fiscal y un procurador
general, los cuales tenían la facultad de representar los intereses nacionales, y la procuración de la impartición
de justicia, el Constituyente de 1917 le dio al Ministerio Público la facultad persecutoria de los delitos,
reconociendo, a su vez que el Ministerio Público y su titular pasarían a formar parte del Poder Ejecutivo debido
a la naturaleza de la institución y a los problemas generados por el vicioso del sistema procesal.
Así, la Constitución de 1917 dejó muy bien definida la función persecutoria del Ministerio Público como
órgano dependiente del Ejecutivo y auxiliar de la administración de justicia, e independiente, tanto en su
aspecto formal como en el material, del Poder Judicial, a quien con ello se le restituye toda la respetabilidad de
su alta magistratura circunscribiéndolo en su función como única autoridad.
A lo anterior se debe que uno de los principios, que señala la doctrina, como rector del Ministerio Público sea la
Independencia.
Bajo este mismo particular, el Semanario Judicial de la Federación, en su quinta época, t. C, p. 93 señala que: “
no le es dable al Ministerio Público practicar averiguaciones que invadan la esfera de la acción del juez, por ser
esto contrario a la letra y espíritu del artículo 21 constitucional ”.
Es por ello, que mediante la presenta Iniciativa se plantea establecer que la investigación y persecución de los
autores y partícipes del delito corresponde únicamente al Ministerio Público, con el fin de fortalecer la función
más importante que tiene a su cargo como representante social. Asimismo, la reforma propone corregir un error
de redacción de nuestra Ley Fundamental, al establecer que el Ministerio Público perseguirá a los autores y
partícipes del delito, y no a los delitos, como lo establece actualmente el texto constitucional.
Otra de las misiones implícitas del Ministerio Público es la de velar por el estricto cumplimiento de la ley, pues,
es depositaria de los mayores intereses de la sociedad. De ahí que se le denomine también como “representante
social”. A ello se debe, que uno de los principios rectores del Ministerio Público sea la indivisibilidad, bajo la
cual, los funcionarios no actúan a nombre propio, sino a nombre de la institución, es decir en nuestra
representación, ya que de acuerdo a nuestras leyes, la función principal del Ministerio Público consiste en la
defensa del interés social, representándose en la persecución de los probables autores de los delitos y la tutela
social poniendo como ejemplo, la defensa de intereses sociales de ausentes, menores e incapacitados.
Los principios de irrecusabilidad y jerarquía, nos permiten fortalecer los mecanismos de protección de los
derechos humanos, así como, avanzar en la creación de una política integral y coordinada de Estado en materia
de procuración de justicia , ya que la jerarquía, por su parte como principio rector de la mencionada institución,
implica que ésta, se organiza jerárquicamente bajo la dirección y estricta responsabilidad del Procurador
General de la República, en quien residen las funciones, y finalmente, la irrecusabilidad, se entiende en el
sentido de que la propia función del Ministerio Público no es recusable, siendo recusables únicamente las
personas.
Por otra parte, el Ministerio Público, como órgano del Estado, es regido por el principio de legalidad, el cual
consiste en que ningún órgano del Estado, puede llevar a cabo una actuación, que no sea conforme a una
disposición general anteriormente dictada. Es decir, la legalidad significa, como lo dice Vedel “conformidad
con el derecho y es sinónimo de regularidad jurídica”
Con el ánimo de generar una mejor procuración de justicia y de velar por el estricto cumplimiento de la ley, la
presente Iniciativa, plantea establecer en el orden Constitucional, los principios rectores del Ministerio Publico,
al tenor del siguiente:
PROYECTO DE DECRETO, QUE REFORMA EL ARTICULO 21 DE LA CONSTITUCION
POLITICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
ARTICULO UNICO.- Se reforma el párrafo primero del Art. 21 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, para quedar como sigue:
Art. 21.- La imposición de las penas es propia y exclusiva de la autoridad judicial. La investigación y
persecución de los autores o partícipes del delito incumbe únicamente al Ministerio Público, quien actuará
bajo los principios de legalidad, independencia, indivisibilidad, irrecusabilidad y jerarquía. El Ministerio
Público se auxiliará con una policía que estará bajo su autoridad y mando inmediato. Compete a la autoridad
administrativa la aplicación de sanciones por las infracciones de los reglamentos gubernativos y de policía, las
que únicamente consistirán en multa o arresto hasta por treinta y seis horas; pero si el infractor no pagare la
multa que se le hubiese impuesto, se permutará ésta por el arresto correspondiente, que no excederá en ningún
caso de treinta y seis horas.
TRANSITORIOS
PRIMERO.- El presente decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la
Federación.
SEGUNDO.- Al entrar en vigor estas reformas se deberán realizar por parte del Congreso de la Unión y de los
Congresos locales, las adecuaciones a las leyes Locales y Federales, que procedan y reglamenten lo aquí
estipulado.
Salón de Sesiones, de la Cámara de Senadores, México D.F. a 25 de Abril de 2002.
Sen. Francisco Antonio Fraile García.
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