JUZGADO 1ª INSTANCIA

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Juzgado Primera Instancia 13 Barcelona
Gran Via de les Corts Catalanes, 111
Barcelona
Procedimiento Procedimiento ordinario 435/2012 Sección 1ª
Parte demandante
FUNDACIÓN PATRONATO DE HUÉRFANOS Y PROTECCIÓN SOCIAL DE
MÉDICOS, PRÍNCIPE DE ASTURIAS
Procurador
ANGEL QUEMADA CUATRECASAS
Parte demandada
COLEGIO OFICIAL DE MÉDICOS DE BARCELONA
Procurador DAVID ELIES VIVANCOS
SENTENCIA Nº 76
En Barcelona, a 12 de Abril de dos mil trece.
VISTOS por DOÑA MARTA MONTAÑÉS DELMÁS, Magistrada Juez del
Juzgado de Primera Instancia número trece de los de esta ciudad, los presentes
autos de JUICIO ORDINARIO seguidos con el número 435/2012, en
reclamación de cantidad, a instancia de FUNDACIÓN PATRONATO DE
HUÉRFANOS Y PROTECCIÓN SOCIAL DE MÉDICOS PRINCIPE DE
ASTURIAS, representada por el Procurador de los Tribunales, Sr. Don Ángel
Quemada Cuatrecasas y defendido por el letrado Don Pedro González Salinas,
contra COLEGIO OFICIAL DE MÉDICOS DE BARCELONA, representado por
el Procurador de los Tribunales, Sr. Don David Elíes Vivancos y defendido por el
letrado Don Jorge Sánchez Rodríguez, procede dictar la presente resolución,
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO: Que con fecha de 23 de Marzo de 2012, se presentó por el
Procurador de los Tribunales, Sr. Don Ángel Quemada Cuatrecasas, en la
representación que ostenta, demanda de juicio ordinario ante la oficina de
reparto del Juzgado Decano de esta ciudad, que por turno correspondió a este
Juzgado, contra el indicado demandado, en reclamación de la cantidad de UN
MILLÓN CIENTO SESENTA Y CUATRO MIL OCHOCIENTOS SETENTA Y
TRES EUROS CON CUARENTA Y DOS CÉNTIMOS (1.164.873'42 EUROS), y
tras exponer los hechos y fundamentos de derecho que consideró de aplicación,
terminó suplicando se dictase sentencia por la que se condenase al Colegio
demandado al pago al actor de la cantidad anteriormente mencionada, más los
intereses legales desde la fecha de interposición de la demanda y las costas
procesales devengadas en la tramitación del presente procedimiento.
SEGUNDO: Admitida a trámite la demanda por Decreto de fecha 28 de
Marzo de 2012, se acordó emplazar a la parte demandada para que, en el
término de veinte días, se personase y la contestase.
TERCERO: En fecha 25 de Mayo de 2012 la representación procesal del
COLEGIO OFICIAL DE MÉDICOS DE BARCELONA contestó a la demanda,
oponiéndose a la misma, alegando falta de acción, prescripción de la acción y
subsidiariamente, pluspetición, solicitando la desestimación de la demanda con
condena en costas a la actora. Por Diligencia de Ordenación de fecha 30 de
Mayo de 2012 se tuvo por contestada la demanda y se señaló para el día 1 de
Octubre de 2012 a las 11.00 horas, la celebración de la audiencia previa.
Mediante Diligencia de Ordenación de fecha 4 de Junio de 2012, al tener el
letrado de la parte demandada otro señalamiento el mismo día, se suspendió la
audiencia previa acordada para el día 1 de Octubre, señalándose nuevamente
para la celebración de la misma el día 8 de Octubre de 2012 a las 10.00 horas.
El día señalado para la celebración de la audiencia previa, compareció el letrado
y procurador de la actora y letrado y procurador de la parte demandada y tras
manifestar no haber llegado a un acuerdo entre las partes, no concurriendo
obstáculos procesales que impidan la continuación del pleito y que debieran ser
resueltos en la Audiencia, pronunciándose las partes sobre los documentos
presentados no impugnando ninguna de las partes la autenticidad de los
presentados por la adversa sin perjuicio de la valoración de su contenido, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 427 de la LEC, se fijaron los hechos
del debate sobre los que existía controversia, solicitando a continuación el
recibimiento del pleito a prueba. Por la actora se propuso como pruebas,
documental consistente en dar por reproducidos los documentos acompañados
a la demanda; más documental consistente en solicitar certificación o informe del
Secretario General del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona, sobre los
siguientes extremos: acuerdo de la Asamblea General del Colegio en el que se
hubiera decidido la integración de la cuota destinada al “Patronato de Huérfanos
y Patronato de Protección Social” en la cuota colegial, es decir, sobre el
contenido del acuerdo de la unificación de la cuota colegial; sobre la forma y el
desglose de contenidos de las cuotas de los médicos colegiados durante los
ejercicios de 2007, 2008 y 2009; sobre los conceptos que aparecen en los
recibos emitidos para dicho cobro de las cuotas en los referidos ejercicios de
2007, 2008 y 2009; Y más concretamente si en dichos recibos aparecían
diferenciados los conceptos de cuota colegial y de la aportación al “Patronato de
Huérfanos y Patronato de Protección Social”; más documental consistente en
que se solicite información del Director de la Oficina 9900 del Banco de Finanzas
e Investigaciones S.A sobre los recibos emitidos por el Colegio Oficial de
Médicos de Barcelona, para el cobro de las cuotas de los médicos colegiados y,
en concreto, sobre los distintos conceptos en que se desglosan dichas cuotas,
guardando la identidad de dichos colegiados durante el ejercicio de 2007. El
demandado propuso como pruebas, documental por reproducida; testifical de
Don Jaume Padrós Selma y Don Emilio Muñoz Andreu; más documental
consistente en que se requiera a la parte actora a fin de que aporte al juzgado el
acta de la Asamblea General convocada inicialmente mediante la convocatoria
unida como documento 3 de la contestación a la demanda; pericial del perito
Don José María Martí Queralt. Por SSª se admitieron todos los medios de
prueba y se señaló para la celebración del juicio el día 7 de Febrero de 2013 a
las 11.30 horas. En dicha fecha ambas partes solicitaron la suspensión del juicio
por estar en vías de llegar a un acuerdo, suspendiéndose el juicio y señalándose
para su celebración el día 3 de Abril a las 10.00 horas. En el día de juicio se
practicaron las pruebas admitidas y tras su práctica los letrados del actor y
demandado formularon los respectivos informes quedando los autos sobre la
mesa de SSª para dictar sentencia.
CUARTO: En la tramitación del presente juicio se han observado las
prescripciones legales.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO: Por la representación de la actora FUNDACIÓN PATRONATO
DE HUÉRFANOS Y PROTECCIÓN SOCIAL DE MÉDICOS PRINCIPE DE
ASTURIAS se interpuso papeleta de demanda sobre reclamación de cantidad
por importe de UN MILLÓN CIENTO SESENTA Y CUATRO MIL
OCHOCIENTOS SETENTA Y TRES EUROS CON CUARENTA Y DOS
CÉNTIMOS (1.164.873'42 EUROS), más los intereses legales desde la fecha de
interposición de la demanda y las costas procesales devengadas en la
tramitación del presente procedimiento, a sustanciar por los trámites de juicio
ordinario contra COLEGIO OFICIAL DE MÉDICOS DE BARCELONA.
La demanda trae causa de los siguientes hechos: La Fundación ha sido
desde sus orígenes (1917) el vehículo a través del cual los médicos colegiados
se han visto favorecidos o beneficiados por las ayudas sociales que los propios
Colegios de Médicos han diseñado, en el ejercicio de sus competencias legales
y estatutarias. La Fundación es el instrumento de gestión indirecta que han
utilizado los Colegios de Médicos para ejercer su asistencia, previsión y
protección social, competencias que se regulan en los estatutos de la
Fundación. Se acompaña como documento 2 de la demanda, los Estatutos de la
Fundación.
Para prestar dichas ayudas a los beneficiados, la Fundación se ha dotado
desde sus orígenes, de las contribuciones económicas que los propios médicos
colegiados han aportado, en un principio con carácter obligatorio, después con
carácter voluntario.
Y la forma en cómo se liquidaba tal aportación económica de los médicos
colegiados a la Fundación era muy simple: a través de un apartado específico en
la cuota colegial que los médicos han de liquidar a los Colegios por el hecho de
estar colegiados, que aparece bajo el epígrafe de “Patronato de Huérfanos y
Patronato Protección Social” (Disposición Transitoria Única de los Estatutos de
la Fundación). Los Colegios Provinciales recaudaban aquella cantidad junto a la
cuota colegial y cada tres meses abonaban a la cuenta bancaria de la
Fundación, previo apunte o consignación en la cuenta contable. Se acompaña
como documento 3, los acuerdos y oficios del Tesorero de la Fundación en tal
sentido, remitidos a los Colegios Provinciales.
Hasta muy recientemente han sido los médicos colegiados y no los
Colegios de Médicos provinciales, los que han financiado de forma directa e
inmediata a la Fundación, a través de las citadas aportaciones al “Patronato
Huérfanos y Patronato Protección Social”, que es concepto distinto al de la cuota
colegial y, además, con independencia de que tal aportación lo hubiere sido con
carácter obligatorio o voluntario.
Aparte de la financiación correspondiente a las aportaciones de los
colegiados, la Fundación también se financia a través de los derechos de los
certificados médicos, según establece el artículo 38 de sus Estatutos, cantidades
que recaudan los Colegios provinciales y que abonan posteriormente a la
Fundación y al Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos.
Con fecha 12 de Noviembre de 2010, la Fundación demandante y el
Colegio Oficial de Médicos de Barcelona, suscribieron un Convenio de
Colaboración que se acompaña como documento 4 de la demanda, que
corrobora que con anterioridad a su firma eran los colegiados de Barcelona los
que directamente financiaban con sus aportaciones económicas a la Fundación,
aportaciones que liquidaba el Colegio de Médicos de Barcelona, como mero
intermediario, a la Fundación.
Antes de la firma de dicho Convenio, el Colegio Oficial de Médicos de
Barcelona no había entregado a la Fundación la totalidad de las aportaciones
económicas realizadas por los colegiados de Barcelona durante los años 2007,
2008 y 2009 a aquélla; en concreto, el Colegio de Barcelona retuvo durante esos
años la cantidad resultante o el excedente generado por la diferencia entre el
ingreso de aquellas aportaciones de los colegiados y el gasto derivado del
reparto de las ayudas de la Fundación a los beneficiarios. Y fue por esta razón,
entre otras, por las que se suscribió el referido Convenio, en el que de forma
expresa se reconoce aquella retención por parte del Colegio de Médicos de
Barcelona respecto de los años 2008 y 2009 (estipulación tercera último
párrafo). Y ese descuadre, que es lo que el Colegio Oficial de Médicos de
Barcelona, retuvo de sus colegiados y no entregó a la Fundación, se cifra en una
cantidad total de 2.920.253 euros (resultado de la suma de 1.506.813 de 2008 y
1.413.340 de 2009).
Pero, el Convenio no se refirió a la retención que el Colegio de Médicos
de Barcelona practicó en el año 2007 (y al descuadre que se produjo en dicho
año), entre otras razones porque la cantidad retenida correspondiente a dicho
año ya la tenía reconocida como deuda el propio Colegio Oficial de Médicos de
Barcelona, mediante los apuntes de abono en cuenta contable a favor de la
Fundación, suscritos por el Tesorero del Colegio Oficial de Médicos de
Barcelona, correspondientes a los cuatro trimestres del 2007, de fechas 2 de
Enero, 2 de Abril, 2 de Julio y 1 de Octubre de 2007, que se acompañan como
documentos 5, 6, 7 y 8; apuntes que aparecen en los asientos números 3009,
3426, 3926 y 4388 del listado de Fichas de Mayor de la Fundación,
correspondiente a las aportaciones del Colegio de Barcelona, cuyas cantidades
aparecen en la columna del “debe” que se adjunta como documento 9.
En esa misma columna del “debe” aparecen también las cantidades
correspondientes al 20% de la venta de los impresos de los certificados que
también retuvo el Colegio de Médicos de Barcelona durante el año 2007.
En dicho listado de Fichas de Mayor, en la columna del “haber”, aparecen
los distintos asientos correspondientes a las ayudas prestadas a los médicos
colegiados de Barcelona, como beneficiarios de la Fundación, que son las
cantidades que se restan a las aportadas por los propios colegiados y a las
correspondientes de la venta de los certificados médicos y que da como
resultado un saldo de a favor de la Fundación de 1.164.873'42 euros, cantidad
que se reclama en el presente procedimiento.
Dichos asientos correspondientes a la columna del “haber”
correspondientes a las distintas ayudas prestadas por la Fundación quedan
justificados con los apuntes de cargo en la cuenta contable de la Fundación
suscritos por el Tesorero del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona y que se
adjunta como documento 10.
Por acuerdo de la Junta de Patronos de la Fundación de fecha 28 de
Octubre de 2011 (documento 11), se decidió iniciar las acciones judiciales
oportunas, contra el Colegio Oficial de médicos de Barcelona en reclamación de
la referida cantidad de 1.164.873'42 euros. El acuerdo de referencia fue
notificado por el Letrado de la actora, como representante y asesor jurídico de la
Fundación, al asesor jurídico del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona, por
carta de 22 de Noviembre de 2011 que se adjunta como documento 12; carta
que fue contestada por otra de 30 de Noviembre de 2011 (documento 13), en la
que se proponía una oferta de negociación reiterada en carta de 14 de Febrero
de 2012 (documento 14) que fue rechazada por la Junta Rectora de la
Fundación, lo que se comunicó con nuevas cartas de 10 de Enero y 2 de Marzo
de 2012 (documentos 15 y 16).
Por su parte el demandado COLEGIO OFICIAL DE MÉDICOS DE
BARCELONA contestó a la demanda, oponiéndose a la misma, alegando falta
de acción, prescripción de la acción y subsidiariamente, pluspetición, solicitando
la desestimación de la demanda con condena en costas a la actora, siendo su
línea defensiva la siguiente: La parte actora afirma que la Fundación ha contado
básicamente con dos formas de financiación: las contribuciones económicas que
los propios médicos colegiados han aportado, en un principio y hasta la
promulgación de la Ley 50/2002 de 26 de Diciembre de Fundaciones, con
carácter obligatorio y tras la aprobación de dicha Ley, con carácter meramente
voluntario. Y el 20% de los derechos de los certificados médicos, conforme
previene el artículo 59 de los Estatutos Generales de la Organización Médica
Colegial.
Así mismo, refiere la demandante que dichas cantidades eran recibidas
por los Colegios provinciales y posteriormente liquidadas a la Fundación
trimestralmente y que, por lo que se refiere al demandado, supuestamente así
se vino haciendo hasta que en el mes de Noviembre de 2010 se suscribió el
Convenio.
Al respecto, tal y como se reconoce en la propia demanda, tras la reforma
de la legislación sobre fundaciones, las aportaciones de los colegiados pasaron
a tener la consideración de aportaciones meramente voluntarias y, por tanto, no
obligatorias, constituyendo verdaderas donaciones. Esta forma de proceder que
la Fundación afirma perduró con el demandado hasta la firma del Convenio en el
mes de Noviembre de 2010, en realidad se llevó a cabo hasta el mes de Octubre
de 2006, momento en que el Colegio, tras realizar un último pago del excedente
generado en el primer trimestre del año 2006, dejó de hacerlo en lo sucesivo. Se
acompañan como documentos 1 y 2 de la contestación, copia de las dos últimas
liquidaciones remitidas a la Fundación, correspondientes, respectivamente, al
último trimestre del ejercicio 2005 y al primer trimestre del 2006.
A partir del 2006, se intensifica el debate ya existente en el seno de
algunas corporaciones profesionales médicas (los Colegios Provinciales) sobre
la necesidad de adaptar las situaciones preexistentes a la realidad económica y
jurídica vigente, incluso planteándose la posibilidad de romper institucionalmente
con la Fundación y dotarse cada colegio de sus propios programas de
protección social, como está previsto en el artículo 5, letra j, de la Ley 2/1974 de
13 de Febrero sobre Colegios Profesionales, así como en el artículo 4C) 1 y 2 de
los Estatutos del Colegio aprobados en la Asamblea del día 26 de Junio de
2008.
Tanto es así, que el Consejo, en tanto que patrocinador de la Fundación
(artículo 1 de los Estatutos), con el fin de intentar sortear los riesgos ciertos
derivados del carácter voluntario de las aportaciones de los colegiados y de la
lógica aspiración de algunos Colegios provinciales, como el de Barcelona, de
dotarse de un programa de protección social propio, llegó a proponer, dentro del
orden del día de la Asamblea General a celebrar el día 16 de Diciembre de
2006, un punto que tenía por finalidad cambiar dicho sistema, obtener dichas
aportaciones directamente de los Colegios y, a fin de asegurarse dichas
aportaciones, otorgarles el carácter de obligatorias para los Colegios, prefijando
el quantum a aportar por cada uno y trasladándoles a ellos el problema de su
recaudación. Se acompaña como documento 3, copia de la convocatoria
recibida; como documento 4, carta remitida por el Secretario del COMB
solicitando información acerca de dicho punto del orden del día y como
documento 5, carta de 14 de Diciembre de 2006 recibida por el Secretario del
Colegio en la que adjuntaba el informe realizado por la Asesoría Jurídica del
Consejo General de Colegio de Médicos, en la que, entre otros extremos, se
reconoce el carácter meramente voluntario de las aportaciones de los médicos.
Finalmente, fruto de las quejas recibidas por el Consejo de diversos
Colegios provinciales, dicho punto del orden del día inicialmente incluido en la
convocatoria y que pretendía blindar el sistema y convertir las aportaciones en
obligatorias mediante mayor aportación de los Colegios, se suprimió de facto del
mismo, no siendo sometido a debate ni lógicamente a votación, suprimiéndose
también cualquier partida al respecto de los presupuestos sometidos a votación.
En paralelo, seguía viva la legítima preocupación y malestar del Colegio
respecto del hecho que objetivamente venía produciéndose desde hacía años y
que le llevó a dejar de liquidar los excedentes a partir del primer trimestre del
2006 de que, entre las sumas recibidas para el programa de protección social y
las prestaciones de dicha índole efectivamente destinadas a sus colegiados y/o
sus familiares, se venía produciendo un cuantioso desfase o excedente a favor
de la Fundación y en perjuicio de estos últimos, que no solo no estaba
justificado, sino que en el futuro podía traducirse en un problema para sus
colegiados y familiares, amén de impedirle implementar y ofrecerles un
programa de protección social propio como estaba legal y estatutariamente
previsto.
Tal y como se establece en el informe pericial, el excedente generado por
las donaciones efectuadas por los médicos colegiados del Colegio en los últimos
cinco años (2000-2005) ascendía a más de 3.5 millones de euros, situación que
en modo alguno se justificaba, y mucho menos a la vista de las ingentes
reservas que la Fundación venía atesorando con dichos excedentes, en lugar de
destinarlos a los fines previstos con las entregas realizadas por los médicos en
ejercicio. Se acompañan como documentos 6, 7 y 8, las cuentas de los ejercicios
2008, 2009 y 2010.
De hecho, lo que en un primer término pretendía el Colegio, era crear su
propio programa de protección social, al efecto de optimizar al máximo los
importes que en concepto de protección social venían aportando los médicos y
procurar su efectiva reversión en los médicos y/o familiares de la demarcación
del Colegio y mejorar las prestaciones, como así se hizo constar en el acta de la
Asamblea de Compromisarios de fecha 11 de Diciembre de 2007 a la que se
refiere la actora en su demanda. Se acompaña como documento 9, copia del
acta de la Asamblea del día 11 de Diciembre de 2007 en la que se acordó crear
dicho programa de protección social propio y dotarlo con el cien por cien de la
cuota colegial que con carácter finalista se aprobó en dicha asamblea.
En el contexto descrito, se iniciaron las oportunas negociaciones entre el
Colegio y la Fundación, negociaciones que se prolongaron más de tres años y
que, tenían por objeto superar las diferencias que venían manteniéndose desde
el año 2006 y solucionar las discrepancias surgidas respecto al destino de los
excedentes generados.
El Tesorero del Consejo, en los extractos del Libro Mayor remitidos al
Colegio desde el año 2008 y hasta la firma del Convenio en el año 2010, al saldo
supuestamente arrastrado a 31 de Diciembre de 2007, le fue restando las
prestaciones destinadas a los colegiados del demandado y/o sus familiares, sin
computar más ingresos que los correspondientes a los certificados médicos,
señalando como saldo a 31 de Diciembre de 2010 un saldo negativo de menos
2.976.898'41 euros. Se acompañan como documentos 10, 11 y 12, copia de los
extractos de Libro Mayor remitidos y correspondientes a los ejercicios 2008,
2009 y 2010 y como documento 13, el correspondiente al ejercicio 2011 en el
que se hace constar en la apertura de dicho ejercicio un asiento en el debe de
3.073.249'06 euros, cuando en el cierre del ejercicio 2010 se hizo constar un
saldo a favor del Colegio de 2.976.898'41 euros.
Es cierto que el día 11 de Noviembre de 2010, la Fundación y el Colegio
firmaron el Convenio unido como documento 4 de la demanda, convenio por el
que zanjaron sus diferencias pasadas y convinieron una nueva forma de
actuación, que, comportaba de facto la coexistencia durante el ejercicio 2010,
con posibles prórrogas anuales, de los dos programas (del programa de la
Fundación y del Colegio) así como la aportación voluntaria por parte del
segundo, fijado en un 7%, y, por cierto, ya satisfecho por el Colegio
puntualmente a la Fundación.
Con la firma del Convenio, la Fundación hace suyos definitivamente todos
los excedentes recibidos del Colegio hasta el mes de Octubre de 2006 por un
importe superior a 3.5 millones de euros y que no destina a los fines previstos,
evita la ruptura con el Colegio y el posible efecto contagio a otros Colegios
provinciales, manteniendo de facto y por el plazo indicado su programa y,
además, obtiene el pago de una suma complementaria para colmar el principio
de solidaridad, lo que supone de facto seguir haciendo suyo parte del excedente.
Tras la firma del Convenio, en fecha 31 de Diciembre de 2010, el saldo
del excedente remanente fue traspasado al programa de protección social propio
creado por el Colegio quedando, de esta forma, definitivamente afectado a dicho
programa y a sus fines. Se acompaña como documento 14, las cuentas anuales
correspondientes al ejercicio 2010, debidamente auditadas y aprobadas por la
Asamblea de Compromisarios del Colegio, en las que se aprueba dicho traspaso
contable conforme se indica en la Nota 8.
La Fundación, una vez firmado el Convenio, de forma absolutamente
sorpresiva e inesperada plantea al Colegio que éste debe satisfacerle el
descuadre producido en el ejercicio 2007. Especialmente ilustrativas son las dos
cartas que el propio Presidente del Colegio, Don Miquel Vilardell, llegó a remitir
los días 26 de Mayo y 17 de Junio de 2011, respectivamente, en las que
mostraba su sorpresa (documentos 15, 16 y 17). Antes de la interposición de la
demanda, hubo comunicaciones cruzadas entre ambas partes que se
acompañan como documentos 18, 19 y 20.
En cuanto a los motivos de oposición a la demanda, en primer lugar la
firma del Convenio impide la actual reclamación de la Fundación. El Convenio se
suscribió con la común voluntad de las partes de cerrar las diferencias que
venían manteniendo hasta dicho momento y, entre ellas, la relativa al destino
que debía darse a los excedentes generados tanto en el pasado como en el
futuro. Precisamente antes de que la Fundación inesperadamente empezase a
reclamar dichas sumas, el Colegio traspasó el saldo al propio programa del
Colegio, hecho que demuestra que, efectivamente, el Convenio ponía fin a la
discusión.
Además, lejos de ser cierto que los excedentes del año 2007 quedaron
fuera de dicha transacción porque “la deuda ya estaba reconocida”, por la misma
razón cabría oponer que dicho supuesto saldo deudor quedó saldado y liquidado
con el expreso consentimiento de la Fundación, la cual fue reduciéndolo con
sucesivos cargos hasta su completa cancelación, llegando incluso a resultar un
saldo favorable a favor del propio Colegio (documentos 10, 11 y 12 de la
contestación).
Más lo realmente relevante, es que, a partir del mes de Octubre de 2006,
el Colegio dejó de liquidar los excedentes a la Fundación, restando dicha
cuestión en disputa hasta la firma del Convenio en el que, se dio solución al
pasado y se disciplinó el futuro de las relaciones, siendo en su consecuencia lo
decisivo que, cuando se firma el citado convenio, existe un conflicto que afecta a
varios ejercicios, no siendo lógico ni verosímil sostener que uno de dichos
ejercicios quedó excluido del acuerdo, y mucho menos cuando dicho ejercicio es
anterior a los que se dice que sí fueron incluidos.
Es más, si así fuera, operaría lo dispuesto en el párrafo segundo del
artículo 1.110 del CCv, de modo que solventada la disputa relativa a los
supuestos excedentes de los ejercicios 2008 y 2009, aún y mediante su
imputación al programa propio del Colegio, no cabría la reclamación del 2007.
Se considera actuar de mala fe, negociar el Convenio, no decir nada de la
pretendida deuda del 2007 y, una vez firmado dicho convenio y obtenidas las
consiguientes ventajas, sorpresivamente plantear la reclamación, siendo obvio
que, de haberlo sabido el Colegio, el mismo no se habría avenido a firmar dicho
Convenio.
En resumen, es claro que, si la última liquidación de los excedentes se
produjo en el mes de Octubre de 2006 y el Convenio se firmó en el mes de
Noviembre de 2010, es indiscutible que, la Fundación actora, o bien debió
reclamar dicha pretendida deuda antes de la firma de dicho Convenio, o bien
debió realizar la oportuna reserva de acciones en el momento de su firma, de
modo que no puede pretender ahora beneficiarse de su silencio.
En segundo lugar, la Fundación carece de acción
donaciones que los donantes, antes de realizarlas y
aceptadas por la donataria, decidieron no hacerlas
correspondientes se destinasen al programa de protección
propio Colegio.
para reclamar unas
poder siquiera ser
y que las sumas
social creado por el
Reconocido por la Fundación que las aportaciones de los colegiados, al
menos a partir de la reforma de la legislación sobre fundaciones, eran
meramente voluntarias, es claro que estaríamos en presencia de verdaderas
donaciones, siendo igualmente claro que, en lo que atañe al Colegio, éste
desempeñaba sus funciones en interés de sus colegiados, por más que,
además, fuese quien realizase las entregas de dichas sumas a la Fundación,
con la periodicidad trimestral señalada en la demanda.
Por lo tanto, en ausencia de dicha entrega respecto los sucesivos
excedentes generados, nada se transfirió, pues no hubo donación manual de
dichas sumas, ni tampoco se documentó por escrito ni constó ni pudo constar en
el propio documento la aceptación del donatario que exige el artículo 632 CCv y
531-12 CCC para que produzca sus efectos.
Es más, el artículo 1289 CCv dispone que en caso de cualquier duda
interpretativa en los contratos a título gratuito, ésta se resolverá a favor de la
menor transmisión, por lo que es claro que no hubo tal transmisión a favor de la
Fundación.
Es sabido también que, conforme dispone el artículo 629 CCv y 531-8
CCC, en nuestro ordenamiento ni es exigible la donación de bienes futuros ni
está admitida la promesa de donación.
En definitiva, no habiéndose producido la donación de dichos excedentes
que ahora reclama la actora, es claro que la Fundación carece de acción para su
reclamación.
En tercer lugar, si se entendiera que la Fundación sí tiene acción para
exigir la entrega de dichos excedentes, la misma habría prescrito al haber
transcurrido el plazo de 3 años previsto en el artículo 121-21 CCC.
Admitido por la Fundación que la entrega de dichas sumas por el Colegio
se producía trimestralmente, es claro que estaríamos ante una protección de
carácter periódico de modo que, como la última liquidación se produjo en el mes
de Octubre de 2006, fecha en la que el Colegio entregó a la Fundación los
excedentes generados en el primer trimestre del año 2006 (documentos 1 y 2 de
la contestación) y la reclamación no se produjo hasta el año 2011, es claro que
cuando la misma se produjo ya había transcurrido con creces el plazo de 3 años
previsto en el artículo 121-21 CCC.
Por último, la actora incurre en pluspetición, al reclamar, como pretendido
excedente generado por la diferencia entre las sumas recibidas por el Colegio
para prestaciones sociales y las sumas destinadas a sus colegiados y/o sus
familiares, la suma de 1.164.873'42 euros, cuando dicho excedente en realidad
suma 692.243'07 euros.
Por lo tanto, reconociendo ambas partes que en fecha 11 de Noviembre
de 2010 la Fundación y el Colegio firmaron el Convenio que se acompaña como
documento 4 de la demanda, el objeto del presente pleito consiste en dilucidar si
el Colegio demandado está o no obligado al pago a la actora de la cantidad de
1.164.873'42 euros, analizando en concreto los siguientes extremos: si la firma
del Convenio impide o no la actual reclamación de la Fundación; si la cantidad
reclamada la tiene reconocida como deuda el propio Colegio mediante los
apuntes de abono en cuenta contable a favor de la Fundación, suscritos por el
Tesorero del Colegio, correspondientes a los 4 trimestres del año 2007, de
fechas 2 de Enero, 2 de Abril, 2 de Julio y 1 de Octubre de 2007, que se
acompañan como documentos 5, 6, 7 y 8 de la demanda, apuntes que
aparecen en los asientos números 3009, 3426, 3926 y 4388 del listado de
Fichas de Mayor de la Fundación, correspondiente a las aportaciones del
Colegio de Barcelona, cuyas cantidades aparecen en la columna del “debe” que
se adjunta como documento 9 de la demanda; si la Fundación carece de acción
para reclamar unas donaciones que los donantes, antes de realizarlas y poder
siquiera ser aceptadas por la donataria, decidieron no hacerlas y que las sumas
correspondientes se destinasen al programa de protección social creado por el
propio Colegio; si la acción para exigir la entrega de dichos excedentes ha
prescrito al haber transcurrido el plazo de 3 años previsto en el artículo 121-21
del CCC; y subsidiariamente si existe o no pluspetición.
SEGUNDO: Señala el artículo 217 de la Ley de Enjuiciamiento Civil que
corresponde la prueba de las obligaciones al que reclama su cumplimiento y la
de su extinción al que se opone, precepto que, según doctrina reiterada de la
Sala Primera del Tribunal Supremo, ha de ser entendido en el sentido de que al
actor le basta con probar los hechos normalmente constitutivos de su derecho,
pues si el demandado no se limita a negar aquellos sino que alega otros, con el
objeto de impedir, extinguir o modificar el efecto jurídico pretendido en la
demanda, tendrá que probarlos, de la misma forma que habrá de acreditar
también aquellos eventos que por su naturaleza especial o su carácter negativo
no pudieran ser demostrados por la parte adversa sin graves dificultades. En
definitiva, en términos generales, cuando se invoca un hecho que sirve de
presupuesto al efecto jurídico que se pretende y el mismo no ha sido probado,
las consecuencias de esa falta de prueba son que se tendrá tal hecho por
inexistente en el proceso, en contra de aquél sobre quien pesaba la carga de su
demostración.
En primer lugar, cabe manifestar que es un hecho admitido por ambas
partes que, en fecha 11 de Noviembre de 2010, la Fundación y el Colegio
firmaron el Convenio que se acompaña como documento 4 de la demanda. En
dicho Convenio, ambas partes manifiestan: I) Que la Fundación tiene su origen
en el Colegio de Huérfanos Príncipe de Asturias de 1917, teniendo como
finalidad fundacional inicial la de atender a los huérfanos de médicos, menores
de diez años; II) Que con posterioridad, el Colegio de Huérfanos vino a ampliar
el fin fundacional a otros problemas de protección social relacionados con
médicos con dificultades económicas y sociales que, por cuestiones de edad o
de incapacidad permanente, no pudieran ejercer su profesión; III) Que en 1964,
el Colegio de Huérfanos cambia de denominación, pasándose a denominar
Patronato de Protección Social, manteniendo como finalidades fundacionales las
de ayuda económica a los médicos en situación de dependencia, a sus viudas y
huérfanos; IV) Que en 1998, el Patronato del Colegio de Huérfanos pasa a
constituirse en Fundación, manteniendo los fines del antiguo Patronato y
ampliando el ámbito de atención social; V) Que el Consejo General de Colegios
de Médicos de España integra la Organización Médica Colegial (OMC),
organización compuesta por el Consejo General, los Consejos Autonómicos de
Colegios Médicos y los Colegios Oficiales de Médicos, entre cuyas atribuciones
estatutarias se establece la de promover sistemas de protección social de los
colegiados médicos y, en concreto, la de promocionar, colaborar y participar en
la protección social de los médicos jubilados e inválidos, viudas y huérfanos de
médicos; VI) Que el COMB tiene igualmente previsto en sus Estatutos, entre sus
finalidades, la de promover, colaborar y participar en la protección social de los
médicos jubilados, enfermos e inválidos, viudos/as, hijos-minusválidos físicos
y/o psíquicos y huérfanos de médicos y otras iniciativas similares; VII) Que en el
desarrollo de esta finalidad de protección social, el COMB, tradicionalmente y
desde tiempo atrás, ha venido colaborando, primero con el antiguo Patronato de
Huérfanos y hoy con la Fundación (a través, respectivamente, del Consejo
General de Colegios de Médicos de España, y hoy directamente con la
Fundación), mediante aportaciones de carácter voluntario, que tenían como
finalidad su reversión en parte en los beneficiarios relacionados con colegiados
de la provincia de Barcelona, su redistribución a colegiados médicos de otros
territorios cuando era menester y el reforzamiento con el sobrante de los
recursos propios de la Fundación. Esta colaboración del COMB se ha
completado igualmente con aportaciones determinadas mediante la referencia a
criterios previstos estatutariamente por la OMC en relación a certificados
médicos y porcentajes sobre ellos de destino al extinto Patronato de Huérfanos
de Médicos y al Patronato de Protección Social; VIII) Que el COMB ha seguido
el modelo de gestión directa de las prestaciones que la Fundación ha venido
reconociendo a los beneficiarios de las ayudas, actuando de manera delegada
por cuenta y en nombre de ésta en el abono de las cuantías reconocidas por la
Fundación; IX) Que el COMB creó en el año 2007 un Programa de Protección
Social dirigido principalmente a sus colegiados y familiares denominado “D'ara
en endavant” en el que incluye las políticas de protección social promovidas por
la Fundación, acompañadas del compromiso de satisfacer -y seguir
satisfaciendo- las prestaciones económicas por cuenta de la Fundación que
sean aprobadas por ésta, a modo de aportación voluntaria a la Fundación; X)
Que es voluntad de la Fundación y del COMB continuar con la mutua
colaboración en el impulso y progreso de la protección social, para lo cual
formalizan el presente convenio de colaboración por el que regulan sus
relaciones con base en las siguientes Estipulaciones.
Así, tal y como ambas partes exponen en sus respectivos escritos de
demanda y contestación, la Fundación ha contado básicamente con dos formas
de financiación: 1) Las contribuciones económicas que los propios médicos
colegiados han aportado, en un principio y hasta la promulgación de la Ley
50/2002 de 26 de Diciembre de Fundaciones, con carácter obligatorio y tras la
aprobación de dicha ley, con carácter meramente voluntario; 2) el 20% de los
derechos de los certificados médicos, conforme expresamente previene el
artículo 59 de los Estatutos Generales de la Organización Médica Colegial.
Y sigue indicando la demanda que la forma cómo se liquidaba tal
aportación económica de los médicos colegiados a la Fundación era muy
simple: a través de un apartado específico en la cuota colegial que los médicos
han de liquidar a los Colegios por el hecho de estar colegiados, que aparece
bajo el epígrafe de “Patronato de Huérfanos y Patronato Protección Social”.
Dichas cantidades eran recibidas por los Colegios provinciales y posteriormente
liquidadas a la fundación trimestralmente. Se acompaña, como documento 3 de
la demanda, varios acuerdos y oficios del Tesorero de la Fundación en tal
sentido, remitidos a los Colegios Provinciales.
Una vez expuesta esta pequeña introducción, es necesario precisar que
dicha forma de proceder por parte del Colegio se llevó a cabo hasta el segundo
trimestre del año 2006. Se acompañan, como documentos 1 y 2 del escrito de
contestación a la demanda, copia de las dos últimas liquidaciones remitidas a la
Fundación, correspondientes respectivamente al último trimestre del ejercicio
2005 y al primer trimestre del año 2006.
A partir de entonces, surge en el Colegio Provincial de Barcelona la
necesidad de adaptar las situaciones preexistentes a la realidad económica y
jurídica vigente, planteándose la posibilidad de romper institucionalmente con la
Fundación y dotarse cada Colegio de sus propios programas de protección
social. Por este motivo, se propuso dentro del orden del día de la Asamblea
General a celebrar el día 16 de Diciembre de 2006 un punto que tenía por
finalidad cambiar dicho sistema, obtener dichas aportaciones directamente de
los Colegios y, a fin de asegurarse dichas aportaciones, otorgarles el carácter de
obligatorias para los Colegios, prefijando el quantum a aportar por cada uno y
trasladándoles a ellos el problema de su recaudación. Se acompaña, como
documento 3 de la contestación, copia de la convocatoria recibida; como
documento 4, carta remitida por el Secretario del COMB solicitando información
acerca de dicho punto del orden del día y como documento 5 de la contestación,
la carta de 14 de Diciembre de 2006 recibida por el Secretario del Colegio en la
que adjuntaba el informe realizado por la Asesoría Jurídica del Consejo General
de Colegios Médicos, en la que y entre otros extremos, se reconoce el carácter
meramente voluntario de las aportaciones de los médicos. Dicho informe
concluye lo siguiente: “Por lo tanto, la Asamblea General debería adoptar un
acuerdo ad hoc, con independencia de la aprobación de los presupuestos, en el
que se establezca la nueva forma de financiación a la Fundación, a través de los
propios recursos económicos del Consejo General, derivados de las
aportaciones de los Colegios Provinciales, bien deducidos del montante global
de la cuota colegial, bien extraídos de cualquier otra forma de aportación, pero
con la salvedad de que ésta lo sería desde los recursos económicos del propio
Colegio, no desde la aportación directa de los colegiados. Adoptado dicho
acuerdo, se arbitrarían las medidas oportunas desde el aspecto contable y
presupuestario que tendrían su reflejo en el acuerdo de la Asamblea General
que aprobará anualmente los presupuestos (...)”.
Finalmente, tal y como se indica en la contestación, fruto de las quejas
recibidas por el Consejo de diversos Colegios Provinciales, dicho punto del
orden del día inicialmente incluido en la convocatoria y que pretendía blindar el
sistema y convertir las aportaciones en obligatorias mediante mayor aportación
de los Colegios, se suprimió de facto del mismo, no siendo sometido a debate ni
lógicamente a votación, suprimiéndose también cualquier partida al respecto de
los presupuestos sometidos a aprobación.
Por otro lado, tal y como se indica en el informe pericial del perito Don
José María Martí Queralt, Censor Jurado de Cuentas, que se acompaña junto
con el escrito presentado por la representación procesal de la parte demandada
en fecha 27 de Septiembre de 2012, el importe total del excedente satisfecho
por el Colegio a la Fundación, desde las liquidaciones correspondientes al
ejercicio 2000 hasta la última liquidación llevada a cabo en el mes de Octubre de
2006 (correspondiente al primer trimestre del año 2006), asciende a la cantidad
de 3.961.898'77 euros. Resulta pues que, en el periodo contemplado, se habría
satisfecho a la Fundación un excedente de 3.961.898'77 euros, cantidad
resultante de la diferencia entre lo aportado (cuotas más participación en
certificados) y las prestaciones realmente recibidas.
Por este motivo, el propio Colegio dejó de liquidar los excedentes a partir
del primer trimestre del 2006 (documentos 1 y 2 del escrito de contestación:
copia de las dos últimas liquidaciones remitidas a la Fundación,
correspondientes, respectivamente al último trimestre del ejercicio 2005 y al
primer trimestre del año 2006), por cuanto entre las sumas recibidas para el
programa de protección social y las prestaciones de dicha índole efectivamente
destinadas a sus colegiados y/o sus familiares, se venía produciendo un
cuantioso desfase o excedente a favor de la Fundación y en perjuicio de estos
últimos, situación que en modo alguno se justificaba por parte de la Fundación,
según se demuestra de las cuentas de los ejercicios 2008, 2009 y 2010 de la
Fundación Patronato de Huérfanos de Médicos Príncipe de Asturias, que se
acompañan como documentos 6, 7 y 8 del escrito de contestación a la
demanda.
De hecho, lo que en un primer momento pretendía el Colegio, era crear
su propio programa de protección social, al efecto de optimizar al máximo los
importes que en concepto de protección social venían aportando los médicos y
procurar su efectiva reversión en los médicos y/o familiares de la demarcación
del Colegio y mejorar las prestaciones, como así se hizo constar en el Acta de la
Asamblea de Compromisarios de fecha 11 de Diciembre de 2007,
acompañándose como documento 9 de la contestación, copia del Acta de la
Asamblea del día 11 de Diciembre de 2007 en la que se acordó crear dicho
programa de protección social propio y dotarlo con el 100% de la cuota colegial
que con carácter finalista se aprobó en dicha Asamblea, Programa de
Protección Social dirigido principalmente a sus colegiados y familiares
denominado “D'ara en endavant”, que se menciona en el Convenio que se
acompaña como documento 4 de la demanda.
Por fin, el día 11 de Noviembre de 2010, la Fundación y el Colegio
firmaron el Convenio que se acompaña como documento 4 de la demanda,
Convenio que según la actora regularizaba la situación entre ambas entidades,
estableciéndose en el Anexo 2º que durante los ejercicios 2008 y 2009, el
Colegio no había revertido a la Fundación el excedente generado por la
diferencia entre el ingreso por cuotas y el gasto por el reparto de ayudas
fundacionales, es decir, que el objetivo de dicho Convenio era estudiar una
propuesta de regularización del descuadre de los ejercicios 2008 y 2009 entre el
Colegio y la Fundación, pero el Convenio no se refirió en ningún momento a la
retención que el Colegio de Médicos de Barcelona practicó en el año 2007,
cantidad que asciende a la suma de 1.164.873'42 euros y que se reclama en el
presente procedimiento (supuesto exceso entre las aportaciones recibidas por el
Colegio durante el año 2007 para prestaciones sociales y las cantidades
efectivamente destinadas a sus colegiados y/o sus familiares).
Por el contrario, el Colegio sostiene que la firma de dicho Convenio
impide la reclamación de la Fundación por cuanto dicho Convenio tuvo un claro
carácter transaccional respecto de las diferencias que venían manteniendo la
Fundación y el Colegio hasta dicho momento y, entre ellas la relativa a los
descuadres entre lo recaudado y lo revertido efectivamente a favor de sus
colegiados y/o de sus familiares en los ejercicios pasados, es decir, que el
Convenio se suscribió para solucionar, entre otras cuestiones, la retención por
parte del Colegio de los excedentes correspondientes a los años 2007, 2008 y
2009.
Es reiterada la doctrina jurisprudencial que establece que, evidenciada la
suscripción de un documento por una de las partes, ha de presumirse el
conocimiento y la conformidad del firmante con la totalidad de su contenido,
salvo que se acredite la alteración de alguno de sus extremos o que el mismo
hubiese sido rellenado abusivamente y contraviniendo lo pactado, como resulta,
entre otras, de las SS.T.S. 8-3-1996, 27-5-1989, 2-6-1980, que estableció que
cuando una obligación aparece suscrita por una persona a quien afecta su
cumplimiento, hay que admitir como presunción iuris tantum que la firma
estampada es una demostración de conformidad de quien la puso, ya que el
autoreconocimiento o confesión de certeza de la propia firma tiene la eficacia de
asumir su contenido, como así lo impone la declaración de voluntad que la
suscripción documental comporta, según preceptúa el artículo 1255 del Código
Civil, de modo que tal adveración presupone la autenticidad del documento
escriturado, de no demostrarse lo contrario mediante prueba a cargo del
demandado, presunción de conformidad que alcanza la totalidad del documento
de que se trate (S.T.S. 24-9-1980), criterio que igualmente se infiere del valor
otorgado al reconocimiento, entre otras, en S.T.S. 17-2-1992, en el sentido de
que acredita no solo la intervención y admisión de lo que el documento refiere
sino que también es prueba endógena de lo que contiene porque, al integrarse
en el documento, lo autentifica en cuanto lo finaliza, cierra y ratifica en lo que
expresa, por la función que representa en cuanto grafica externamente el
contenido documental; mencionando, por su parte, la S.T.S. 20-11-1992 que no
puede partirse de una realidad contraria a lo que el documento expresa, porque
ello implicaría aplicar una presunción contraria a la prueba directa sin base
fáctica alguna que lo aconseje, conforme a la sana crítica o a las reglas de la
experiencia.
Como ha señalado el Tribunal Supremo, entre otras en Sentencias de 27
de febrero de 1965 ó de 13 de junio de 1966, todo contrato que aparezca
debidamente formalizado lleva en la mera expresión del consentimiento de las
partes, en orden a lo establecido en los artículos 1254 y 1278 del CC, un
principio de prueba sobre su realidad y obligatoriedad, que sólo puede ser
contradicho por quien aparezca obligado a soportar sus efectos, mediante
prueba adecuada en contrario, deduciéndose de ello que aquellos obstáculos,
que en orden al consentimiento o al objeto o a la causa del contrato sean
invocados como susceptibles de impedir su virtualidad o que vicien lo pactado,
deben correr a cargo del oponente, quien deberá acreditar la existencia de los
hechos en que se funda su pretensión frente a la realidad o apariencia formal de
la existencia y eficacia del vínculo que se presente como contraído de forma
legal.
Ahora bien, el artículo 1258 del Código Civil señala que los contratos no
sólo obligan al cumplimiento de lo expresamente pactado, «sino también a todas
las consecuencias que, según su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al
uso y a la ley», precepto este que ha dado lugar a una doctrina jurisprudencial
que se concreta en la sentencia del Tribunal Supremo de 12 de julio de 2002
según la cual «la buena fe a que se refiere el artículo 1258 es un concepto
objetivo, de comportamiento honrado, justo, leal (sentencias de 26 de octubre de
1995, 6 de marzo de 1999, 30 de junio y 25 de julio de 2000, entre otras) que
opera en relación íntima con una serie de principios que la conciencia social
considera como necesarios, aunque no hayan sido formulados por el legislador,
ni establecidos por la costumbre o el contrato (sentencia de 22 de septiembre de
1997). Supone una exigencia de comportamiento coherente y de protección de
la confianza ajena (sentencias de 16 de noviembre de 1979, 29 de febrero y 2 de
octubre de 2000); de cumplimiento de las reglas de conducta insitas en la ética
social vigente, que vienen significadas por las reglas de honradez, corrección,
lealtad y fidelidad a la palabra dada y a la conducta seguida (sentencias de 26
de enero de 1980, 21 de septiembre de 1987 y 20 de febrero de 2000).
Aplicando en concreto el instituto al campo contractual, integra el contenido del
negocio en el sentido de que las partes quedan obligadas no sólo a lo que
expresa de modo literal, sino también a sus derivaciones naturales, de tal modo
que impone comportamientos adecuados para dar al contrato cumplida
efectividad en orden a la obtención de los fines propuestos (por todas, sentencia
de 26 de octubre de 1995). La sentencia de 16 de noviembre de 1979 señala
que «en toda relación jurídica, en su revelación objetiva que es la esencia
indagadora de la voluntad reflejada en el consentimiento, lo fundamental a
proteger es la confianza, ya que el no hacerlo es atacar a la buena fe, que
ciertamente viene determinada por una coherencia de comportamiento en las
relaciones humanas y negociales, toda vez que cuando unas determinadas
personas, dentro de un convenio jurídico, han suscitado con su conducta
contractual una confianza mutua fundada, conforme a la buena fe, en una
determinada conducta, no deben defraudar esa confianza suscitada y es
inadmisible toda actuación incompatible con ella, por la sencilla razón de que,
como ya viene dicho, la exigencia jurídica del comportamiento coherente está
vinculada de manera estrecha a la buena fe y a la protección de la confianza».
Expuesto lo anterior, si se lee con detenimiento el referido Convenio,
observamos cómo en la Estipulación Tercera se regula la determinación de la
contribución económica del COMB: “El COMB, de acuerdo con el compromiso
asumido en la estipulación anterior, aportará a la Fundación las cuantías que
efectivamente se correspondan con las ayudas o prestaciones aprobadas o
aquellas otras que se convengan por las partes, siempre que los beneficiarios
sean médicos colegiados en el COMB y/o familiares de éstos, u otros
beneficiarios como trabajadores de la corporación barcelonesa, en su caso.
Para el ejercicio 2010, el COMB aportará a la Fundación un importe al
menos igual al aportado en 2009, ponderado con las altas/bajas de los
beneficiarios, y con el previsible incremento de los importes de las ayudas
equivalente al IPC español (...).
Para los ejercicios 2008 y 2009, el COMB se compromete a regularizar su
situación con la Fundación, según lo estipulado en el Anexo 2.
Y lo cierto es que no se menciona ningún apartado relativo al ejercicio
2007.
Sin embargo, por muy reconocida que tuviera dicha deuda el Colegio de
Médicos (así consta no solo en los apuntes de abono en cuenta contable a favor
de la Fundación, suscritos por el Tesorero del Colegio, correspondientes a los 4
trimestres del año 2007, de fechas 2 de Enero, 2 de Abril, 2 de Julio y 1 de
Octubre de 2007, que se acompañan como documentos 5, 6, 7 y 8 de la
demanda, apuntes que aparecen en los asientos números 3009, 3426, 3926 y
4388 del listado de Fichas de Mayor de la Fundación, correspondiente a las
aportaciones del Colegio de Barcelona, cuyas cantidades aparecen en la
columna del “debe” que se adjunta como documento 9 de la demanda, así como
en el documento 10 de la contestación, consistente en copia de los extractos del
Libro Mayor del Patronato de Huérfanos, correspondientes al ejercicio 2008,
abriendo el ejercicio 2008 con 1.164.873'42 euros en la columna del “debe”),
tendría que haberse detallado la misma al menos en el propio Convenio,
máxime si consta la determinación de la contribución económica del Colegio
para los ejercicios 2008, 2009 y 2010.
Resulta cuando menos extraño que, siendo el último excedente que el
Colegio liquidó a la Fundación, el del primer trimestre del año 2006 (documento
2 de la contestación), se firmara el Convenio en Noviembre de 2010, pasando
nada más y nada menos que cuatro años y no quedara reflejada en el mismo
dicha deuda del ejercicio 2007, que asciende a la nada despreciable cantidad
1.164.873'42 euros, cuando dicho ejercicio es anterior a los ejercicios que sí
fueron incluidos en el Convenio: 2008, 2009 y 2010.
Por otro lado, el testigo Don Jaume Padrós Selma, actual Vicepresidente
del Colegio de Médicos de Barcelona, que intervino directamente en la
elaboración del Convenio, declaró en acto de juicio que, con la firma del
Convenio en Noviembre de 2010 (durando el proceso negociador unos 3 años
aproximadamente), se dio solución al pasado y se disciplinó el futuro de las
relaciones (el acuerdo significaba un nuevo escenario que permitiera zanjar las
inseguridades, cerrándose todos los acuerdos anteriores), por cuanto cuando se
firmó el Convenio, existía un verdadero conflicto entre ambas partes que
afectaba a varios ejercicios, no siendo lógico sostener que uno de dichos
ejercicios quedara excluido del acuerdo y mucho menos, cuando dicho ejercicio
es anterior a los que sí fueron incluidos. Es decir, el Convenio se suscribió para
solucionar la retención por parte del Colegio de los excedentes correspondientes
a los años 2007, 2008 y 2009. Además, sorprendió al Colegio que la actora
reclamara ese excedente del ejercicio 2007 una vez firmado el Convenio y no
antes.
En el mismo sentido, declaró el testigo Don Emilio Muñoz Andreu,
Director Financiero del Colegio de Médicos de Barcelona.
Igualmente, el Letrado Don Ignasi Pidevall Borrell, en carta enviada el 30
de Noviembre de 2011 (documento 13 de la demanda), al Letrado de la actora,
indicaba que en dicho Convenio se reflejó la situación real y lo que
verdaderamente quisieron las partes y se firmó desde el convencimiento de que
cerraba y se daba por concluida cualquier divergencia anterior. Así también ya
se puso de manifiesto en la correspondencia cruzada entre el Presidente del
Consejo General - y de la Fundación- y el Presidente del Colegio de Médicos de
Barcelona.
En definitiva, la inactividad de la actora durante 4 años generó en el
Colegio demandado la confianza de que la deuda del ejercicio 2007 se
encontraba ya saldada con la firma del Convenio en Noviembre de 2010.
Esta Juzgadora considera que la reclamación por parte de la Fundación
una vez firmado el Convenio, es un tipo de actuación abusiva y desleal que
infringe el principio de buena fe y seguridad jurídica, establecido en el artículo 7
del Código Civil que indica que los derechos deberán ejercitarse conforme a las
exigencias de la buena fe. La Ley no ampara el abuso del derecho o el ejercicio
antisocial del mismo. Todo acto u omisión que por la intención de su autor, por
su objeto o por las circunstancias en que se realice sobrepase manifiestamente
los límites normales del ejercicio de un derecho, con daño para tercero, dará
lugar a la correspondiente indemnización y a la adopción de las medidas
judiciales o administrativas que impidan la persistencia en el abuso.
La Sentencia Tribunal Supremo de 31 mayo de 2003, entre otras muchas
otras, analiza la alegación de que la actuación del demandante constituye abuso
de derecho, toda vez que ejercitó en forma tardía la acción de reclamación de
las cantidades adeudadas y su conducta pasiva había hecho creer al
demandado que no tenía intención de reclamar en ningún momento las
cantidades debitadas, con infracción del artículo 7-2 del Código Civil y doctrina
jurisprudencial.
A mayor abundamiento, la Ley 29/2002, de 30 de Diciembre, Primera Ley
del Código Civil de Cataluña, en su artículo 121-21, establece que prescriben a
los tres años: Las pretensiones relativas a pagos periódicos que deban
efectuarse por años o plazos más breves; Las pretensiones relativas a la
remuneración de prestaciones de servicios y de ejecuciones de obra; Las
pretensiones de cobro del precio en las ventas al consumo y las pretensiones
derivadas de responsabilidad extracontractual.
En el presente caso, habiendo admitido la Fundación que la entrega de
dichas cantidades por el Colegio se producía trimestralmente, es evidente que
nos encontramos ante un pago periódico, de tal forma que como la última
liquidación se produjo en el mes de Octubre de 2006, fecha en la que el Colegio
entregó a la Fundación los excedentes generados en el primer trimestre del año
2006 (documento 2 de la contestación a la demanda) y la reclamación no se
produjo hasta el mes de Noviembre de 2011 (documento 11 de la demanda), es
más que evidente que había transcurrido con creces el plazo de 3 años, como
ya adelantó el Letrado Don Ignasi Pidevall Borrell, como Director de la Asesoría
Jurídica del Colegio, en la carta de 30 de Noviembre de 2011 acompañada como
documento 13 de la demanda.
Es por todo ello que no cabe sino estimar la excepción de prescripción
planteada por la representación de la parte demandada COLEGIO OFICIAL DE
MÉDICOS DE BARCELONA, lo cual lleva a esta Juzgadora a desestimar en su
totalidad la demanda presentada por FUNDACIÓN PATRONATO DE
HUÉRFANOS Y PROTECCIÓN SOCIAL DE MÉDICOS PRINCIPE DE
ASTURIAS, sin entrar a valorar el fondo del asunto.
TERCERO: El artículo 394 de la LEC establece que en los procesos
declarativos, las costas de la primera instancia se impondrán a la parte que haya
visto rechazadas todas sus pretensiones, salvo que el tribunal aprecie, y así lo
razone, que el caso presentaba serias dudas de hecho o de derecho. A pesar de
desestimarse la demanda, no hay condena en costas para ninguna de las
partes, así que cada parte abonará sus costas y las comunes por mitad, de
conformidad con lo previsto en el artículo 394 de la Ley de Enjuiciamiento Civil,
al ser un pleito de naturaleza especial.
VISTOS los preceptos legales citados y demás disposiciones de general
y pertinente aplicación,
FALLO
Que estimando la excepción de prescripción planteada por COLEGIO
OFICIAL DE MÉDICOS DE BARCELONA, debo desestimar y desestimo
plenamente la demanda interpuesta por FUNDACIÓN PATRONATO DE
HUÉRFANOS Y PROTECCIÓN SOCIAL DE MÉDICOS PRINCIPE DE
ASTURIAS, contra COLEGIO OFICIAL DE MÉDICOS DE BARCELONA, sobre
reclamación de cantidad por importe de UN MILLÓN CIENTO SESENTA Y
CUATRO MIL OCHOCIENTOS SETENTA Y TRES EUROS CON CUARENTA Y
DOS CÉNTIMOS (1.164.873'42 EUROS), absolviendo al COLEGIO OFICIAL DE
MÉDICOS DE BARCELONA de las pretensiones contra él deducidas en el
presente proceso, sin expresa condena en costas para ninguna de las partes,
así que cada parte abonará sus costas y las comunes por mitad.
Notifíquese esta resolución a las partes, haciéndoles saber que la misma
no es firme, y que contra ella cabe interponer RECURSO DE APELACIÓN del
que conocerá la Audiencia Provincial de Barcelona. El recurso se interpondrá
por medio de escrito presentado en este Juzgado en el plazo de veinte días
hábiles contados desde el día siguiente al de su notificación, exponiendo las
alegaciones en que se base tal impugnación, además de citar la resolución
apelada, con expresión de los pronunciamientos que impugna (Art. 458 LEC),
previa constitución del depósito que prevé la disposición adicional decimoquinta
de la LOPJ en la redacción dada por la Ley Orgánica 1/09 de 3 de noviembre.
Líbrese testimonio de la presente sentencia que se unirá a los presentes
autos quedando el original en el libro de sentencias de este Juzgado.
Así, por esta mi sentencia, la pronuncio, mando y firmo.
PUBLICACIÓN: La anterior sentencia ha sido dada, leída y publicada por
la Sra. Magistrada Juez que la dictó en el día de su fecha. Doy fe.
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