EL CURRICULO Y EL PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL

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EL CURRICULO Y EL PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL. INCIDENCIA EN LA
VIDA DEL FUTURO PROFESIONAL.
Sandra Elizabeth Suárez Páez
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
Grupo de Investigación Urdimbre Cultural
sandra.suarez@uptc.edu.co
RESUMEN
Cada aspecto y proceso propuesto dentro de los diferentes componentes de un PEI,
tanto a nivelo general en la planteamiento de la filosofía institucional, como a nivel micro
en el desarrollo de cada una de las Äreas, asignaturas y de los proyectos
de
investigación que se realicen, permite
explícita o tácitamente la formación de
un individuo y el desarrollo de sus competencias cognitivas, procedimentales y
actitudinales. Por lo cual al formular el PEI, estamos igualmente formulando un currículo
con el cual, pretendemos colaborar con la formación personal, académica, social, física,
investigativa, religiosa, política… de un determinado grupo de estudiantes. Formulación
que debe estar apoyada de gestión, de recursos, de infraestructura, de campos
deportivos, de laboratorios y talleres, donde maestros y estudiantes puedan realizar
procesos de enseñanza-aprendizaje teóricos y prácticos de forma adecuada y pertinente,
ya que es en éstas oportunidades de aprendizaje, donde en verdad se logra el desarrollo
de las diferentes competencias que posee todo estudiante. Resalto que el currículo, y el
PEI no son un abstracto, que estos dos conceptos se evidencian día a día en cada
oportunidad de aprendizaje, en cada espacio del aula y la Institución educativa; en cada
momento de relación entre los sujetos participantes, en cada manera de orientar un
conocimiento, en cada oportunidad que se brinde al estudiante de crecer y de SER.
La presente reflexión la realizo a partir del proyecto de investigación titulado: “El
Modelo Pedagógico y su Incidencia en el Logro de Competencias Personales y
Profesionales del Profesional; el escrito está trabajado a partir de temas tales como: El
Currículo; el PEI; Relación entre el PEI y el Currículo; Responsabilidad Social en la
Propuesta Curricular; PEI, Currículo y Transformación Social; Del Currículo Institucional al
Currículo Personal. Pretendo a través del escrito demostrar como el currículo y el PEI,
no son conceptos teóricos, abstractos; sino concretos, reales y en estrecha relación;
que deben ser contextualizados por todos los interesados en el proceso educativo, y
trabajados trasversalmente por los docentes en las áreas y asignaturas de cualquier
malla curricular y en los proyectos investigativos, con más responsabilidad social, para
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con ello poder incidir en la formación, educación y desarrollo de los hoy estudiantes y en
un futuro, líderes de las comunidades y del país. Razón por la cual en una Institución
Educativa no puede pensarse por lado en un PEI y por otro lado en el Currículo.
¿QUE ES EL CURRICULO? A través de la historia, el desarrollo de las sociedades y de
sus ideas, son muchos los conceptos que sobre el término Currículo existen: “El currículo
como un programa de actividades planificadas,
secuenciales, ordenadas
metodológicamente tal como se muestran, por ejemplo, en un manual o en una guía del
profesor; El currículo se ha entendido también a veces como resultados pretendidos de
aprendizaje; El currículo como una plasmación del plan reproductor para la escuela que
tiene una determinada sociedad, conteniendo conocimientos, valores y actitudes; El
currículo como experiencia recreada en los alumnos a través de lo que puede
desarrollarse; El currículo como tareas y destrezas a ser dominadas, caso de la formación
profesional y laboral; El currículo como programa que proporciona contenidos y valores
para que los alumnos mejoren la sociedad en orden a la reconstrucción social de la
misma” (1) para éste escrito me baso en tres conceptos de tres personajes que se
entrecruzan en sus posturas frente al mismo, a saber: Stenhouse, Grundy y Gimeno Cornbleth; igualmente, por ser ciudadana y docente colombiana, retomo el concepto del
Ministerio de Educación Nacional.
“El currículo es una tentativa para comunicar los principios y rasgos esenciales de un
propósito educativo, de forma tal que permanezca abierto a discusión crítica y pueda ser
trasladado efectivamente a la práctica”. Stenhouse (1984) “El currículum, no es un
concepto, sino una construcción cultural. Esto es, no se trata de un concepto abstracto
que tenga algún tipo de existencia fuera y previamente a la experiencia humana. Más bien
es un modo de organizar una serie de prácticas educativas”. Grundy (1987). El currículum
es más un proceso social, que se crea y pasa a ser experiencia a través de múltiples
contextos que interaccionan entre sí. Gimeno y Cornbleth. (1988-1990)
Según la Ley General de Educación (Ley 115 de 1994), Currículo es el “Conjunto de
criterios, planes de estudio, programas, metodologías y procesos que contribuyen a la
formación integral y a la construcción de la identidad cultural, regional y local, incluyendo
también los recursos humanos, académicos y físicos para poner en práctica las políticas y
llevar a cabo el Proyecto Educativo Institucional”. Y Para lograr el currículo que propone
el Ministerio de Educación Nacional, es preciso determinar qué características
comprenden la formación integral de un estudiante dentro del territorio colombiano,
razón por la cual, se hace importante conocer y apropiar los fines de la educación,
definidos en el artículo 5º de la Ley 115 de 1994.
Los “Fines de la Educación Colombiana” presentados en la Ley General de Educación, se
constituyen en un ideal de formación del ciudadano colombiano; por lo cual, en las
instituciones educativas éstos se debieran conocer, analizar, reflexionar y contextualizar;
tomarse como referentes o lineamientos a partir de los cuales, no sólo se construya al
PEI, sino la planeación de cada una de las áreas y asignaturas; puesto que en cada uno
de estos fines encontramos un gran Objetivo General para cada una de las Areas
Obligatorias y Fundamentales, e incluso, por cada uno de los Proyectos Pedagógicos; lo
paradójico, es que muchas veces los mismos responsables de la educación, no los
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conocen; otros tan sólo los referencian como objetivos institucionales, lo cual se
constituye en un gran error, ya que son muy generales y no dicen nada con respecto a
una Institución Educativa en particular; muchas veces terminan referenciados más no
vivenciados… se toman como una formalidad por incluir textos de la Ley General de
Educación, pero sin pensar cual es el aporte de la Institución Educativa, ni mucho menos
del docente en la apropiación de los mismos por parte de los estudiantes.
¿QUE ES EL PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL? Según el Ministerio de
Educación Nacional el PEI, se realiza con el propósito de: Construir un mejor país, un
nuevo ciudadano; Lograr el cambio hacia comunidades educativas autónomas y
responsables; Transformar el ser y el quehacer de los colegios y de las escuelas; Mejorar
la calidad de los procesos pedagógicos y administrativos; Ejercer la autonomía que la
Constitución Política de Colombia y la Ley General de Educación le dan a las entidades
territoriales y a las Instituciones Educativas; Lograr que la comunidad educativa asuma
una posición frente al quehacer de las organizaciones educativas; Analizar y contrastar el
PEI frente al de otras Instituciones Educativas.
“Se propone que el PEI sea un documento flexible, resultado de un consenso, en
construcción permanente, con sello e identidad propia, planeado, crítico, investigativo,
globalizador, autónomo, operativo. Que responda a situaciones y necesidades personales
de los estudiantes y del entorno socio-cultural regional, nacional e internacional. Y a la
concepción de persona, sociedad, educación, formación, que tenga la comunidad
educativa” El PEI debe ser diseñado y desarrollado en consenso y realizado por toda la
comunidad educativa, y debe permitir: Definir objetivos concretos, realistas y flexibles. La
caracterización de una zona o región. Canalizar acciones concretas, direccionadas hacia
un objetivo compartido. Pensar y repensar la educación. Integrar a los diferentes actores
de la comunidad educativa. El abordaje de la Institución Educativa como totalidad. Lograr
que las prácticas educativas sean el resultado de una acción deliberada y
conscientemente planificada, en el marco de las políticas nacionales. Aprender en
conjunto con otras instituciones de la comunidad. El aporte conceptual y experiencial de
sus actores. Develar contradicciones y los diversos niveles de conceptualización. Recrear
e integrar los saberes propios de la cultura local y universal. Poner en práctica la filosofía
y los principios particulares de cada Institución Educativa.
En la práctica para la construcción de un currículo, los docentes y directivos-docentes en
consenso, apoyados por el personal administrativo, actuando responsablemente , a
través de la participación colectiva en el diseño y elaboración de un PEI, estructuran cada
uno de los componentes que se desarrollarán al interior de una determinada Institución
Educativa, tomando como referentes los lineamientos, documentos y normas emanadas
del MEN, en los cuales señalan el ideal de formación del ciudadano colombiano “Fines de
la Educación”, al igual que sus propios referentes conceptuales sobre personajes y
pedagogos que han aportado a la educación. Pero finalmente, es el MAESTRO quien de
forma autónoma formula, sistematiza, organiza y contextualiza el desarrollo y orientación
de cada una de sus asignaturas; es él quien desde su preparación, desde su mirada
pedagógica, desde su responsabilidad social, desde su propio proyecto de vida, aporta
en forma directa, conscientemente o no al desarrollo del currículo de cada uno de los
estudiantes.
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Por lo anteriormente planteado, el concepto PEI no se debe tomarse como norma, como
el cumplimiento formal de un requerimiento del MEN; sino como una propuesta
consciente, resultado de un proceso de reflexión intersubjetiva de una determinada
comunidad educativa, como la puesta en escena de una diversidad de ideas sobre un
ideal de educación y de formación del SER HUMANO que desde sus conocimientos
disciplinares y pedagógicos, desde sus propios proyectos profesionales y personales,
realiza una determinada comunidad educativa (más específicamente, un determinado
grupo de docentes); propuesta pensada de acuerdo a un contexto y de acuerdo a unas
necesidades e intereses del estudiante; de acuerdo a un estudio de fortalezas y
debilidades evidenciadas en el devenir de la Institución Educativa; reflexiones e ideas que
finalmente se convierten en esa oferta educativa a la comunidad externa; oferta que se
evidencia finalmente en los resultados de formación, en los logros, en el desarrollo, en el
crecimiento del egresado; no se puede dejar de reconocer la impronta que cada
estudiante y egresado lleva de su proceso educativo y por ende de sus maestros; es un
hecho que el paso por la Institución educativa marca de manera positiva o negativa la
vida de un sujeto.
El proceso contrario, cuando los profesores y los directivos-docentes no se sienten
comprometidos con el proceso de cambio y transformación de los estudiantes el
resultado obviamente es diferente: la MISION por un lado, la VISION por el otro, el Perfil
del Estudiante sin relación con los anteriores, los contenidos desarticulados, falta de
proyectos visibles; no se puede llegar a ser la mejor Institución Educativa, ni tener los
mejores estudiantes, con los mejores resultados si se trabaja en contextos adversos, si
se siguen modelos pedagógicos inapropiados al nivel del estudiante, al contexto, a la
época, al momento histórico; cuando se dictan clases en lugar de orientar o mediar en el
conocimiento, cuando se quieren desarrollar clases teórico-prácticas y no se cuenta con
los espacios, ni con los recursos suficientes y adecuados para hacerlo; cuando se
realizan evaluaciones de carácter punitivo; cuando no se construyen ambientes de
aprendizaje apropiados; cuando se generan relaciones de poder falsas entre estudiantes
y docentes; cuando no se comunica, ni se dialoga; cuando no se generan oportunidades
de crecimiento; todo ello conlleva al logro de currículos cerrados, anquilosados,
desarticulados y poco productivos tanto para estudiantes, como para docentes.
RELACION ENTRE PEI Y EL CURRICULO. El Currículo que se elabora en una
Institución Educativa debe responder a un contexto social y a una realidad concreta
dentro de un marco nacional, regional y local. Esto lo hace desde los fundamentos
curriculares (Moreno, 2004): fundamentación legal, filosófica, sociológica, epistemológica,
psicológica y pedagógica. Todos ellos logran establecer un panorama claro de la realidad
integral del ser del discente; de las necesidades del contexto social, cultural y político; del
papel que tiene la Institución Educativa, y de las formas en que se van a impartir unos
conocimientos generales; de su proceso de aprehensión y aplicación; y del hombre que
se le va a otorgar a la sociedad en pro de su transformación y de responder a las
necesidades detectadas desde el análisis previo para el diseño del PEI y del currículo
institucional.
Así, el currículo se convierte en parte esencial del proceso educativo porque este se
concretiza en la perspectiva del PEI, a través de estrategias y dinámicas concretas y
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efectivas que hagan posible la meta de este objetivo educativo por el que debe propender
la Institución Educativa. El currículo se constituye en el corazón del PEI en cuanto que
permite la concreción y materialización del mismo. Es un concepto instrumental que
realiza y hace posible las intenciones y fundamentos del PEI a través de un conjunto de
categorías tales como: planes de estudio, tiempos, espacios, relaciones, ambientes,
procesos, valoraciones, metodologías y otros. El PEI es el que especifica, entre otros
aspectos, los principios y fines del establecimiento, los recursos docentes y didácticos
disponibles y necesarios, la estrategia pedagógica. El currículo se convierte en el
fundamento o el piso en el que se crean las estrategias, metodologías y modelos
generales a implementar en el objetivo del proceso de enseñanza-aprendizaje. El PEI que
se construye en una institución, precisamente, responde a la perspectiva curricular y se
convierte, al mismo tiempo, en la forma de concreción del currículo en la institución
educativa y en el aula. Currículo y PEI coexisten a favor de hacer veraz el proceso
educativo y su objetivo final. Sin embargo, se diferencian por su generalidad y perspectiva
u orientación del proceso educativo, y en su particularidad y concreción de esa directriz
que dibuja la meta a la que se quiere llegar. (2)
“En la instancia PEI se espera que las escuelas realicen un diagnóstico del contexto
sociocultural de la Institución y de las necesidades de aprendizaje de los alumnos, con
relación a su realidad social y a sus experiencias y logros educativos anteriores. La
elaboración del PEI contiene, también, especificaciones sobre los mecanismos que serán
utilizados para obtener el funcionamiento necesario para la implementación del proyecto
educativo y, finalmente, para el logro de los resultados educativos que se proponen. En
este sentido, el componente curricular del PEI se considera no solamente un orientador
de las prácticas pedagógicas de la escuela, sino un compromiso de logro de las metas
curriculares por parte de los profesionales locales y de la comunidad misma. Igualmente,
en la planificación curricular de aula que el docente realiza, según Ferrer, se estructura un
nuevo ordenamiento de los contenidos establecidos en el PEI, de manera a atender las
particularidades del grupo de alumnos a su cargo, según lo que las evaluaciones internas
o externas indiquen con relación a los logros y dificultades mostradas por el grupo en
períodos anteriores”.(3)
Gimeno Sacristán al hablar de implementación del currículo oficial, propone seis niveles o
fases, a saber: Currículo prescrito, currículo presentado a los profesores, currículo
moldeado por los profesores, currículo en acción, currículo realizado y currículo evaluado.
La implementación del currículo oficial, retomando la terminología de Basil Bernstein, se
puede caracterizar como el proceso mediante el cual el discurso oficial del Estado es
transformado, en el ámbito escolar, en un discurso pedagógico. En el proceso de
implementación, el discurso oficial es selectivamente limitado, transformado,
reorganizado, distribuido y reubicado en un campo discursivo diferente: el currículo real y
el currículo aplicado (4). Los Lineamientos Curriculares, inicialmente planteados sufren
una serie de transformaciones, antes de llegar a las Instituciones Educativas, y a los
estudiantes más específicamente. Unos planteamientos salen del MEN, otra la
interpretación que de los mismos hacen las editoriales, otra la lectura que hace el
docente, según la editorial que lea y analice, otra el que planea el docente y pone en
acción en el aula y otra la que evalúa y es aprendido o apropiado por el estudiante.
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Razón por la cual, “La lectura de la realidad desde la que trata de reinterpretarse el
Programa puede ser muy diferente de unos profesores u otros, o entre profesores y
padres, por ejemplo. Por eso es imprescindible llegar a estados de
acuerdo
generalizados que permitan afrontar sintónicamente la tarea educativa tal como se dibuja
en el diseño curricular.” (5)
La implementación del currículo oficial desde ésta perspectiva no puede identificarse con
los discursos que transmite, sino con el principio y reglas da re-contextualización, en las
que participa la Institución Educativa y los docentes como agentes de recontextualización. Por consiguiente el proceso de implementación en el que se constituye
el discurso pedagógico es de por sí muy complejo. Además de las relaciones de poder e
intereses que se establecen entre el campo de re-contextualización oficial y el de recontextualización pedagógica, en éste último, también se ponen en juego un conjunto de
posiciones de poder, intereses individuales y corporativos y relaciones sociales diferentes
del trabajo pedagógico. En el discurso pedagógico escolar se supone una variedad de
discursos teóricos e ideológicos que pertenecen a diferentes campos y disciplinas y
diversos campos de prácticas pedagógicas especializadas. (6)
Cada aspecto y proceso propuesto dentro de los diferentes componentes de un PEI,
tanto a nivelo general en la planteamiento de la filosofía institucional, como a nivel micro
en el desarrollo de cada una de las asignaturas y de los proyectos que se realicen,
permite explícita o tácitamente la formación de un individuo y el desarrollo de sus
competencias cognitivas, procedimentales y actitudinales. Por lo cual al formular el PEI,
estamos igualmente formulando un currículo con el cual, pretendemos colaborar con la
formación personal, académica, social, física, investigativa, religiosa, política… de un
determinado grupo de estudiantes. Formulación que debe estar apoyada de gestión, de
recursos, de infraestructura, de campos deportivos, de laboratorios y talleres, donde
maestros y estudiantes puedan realizar procesos de enseñanza-aprendizaje teóricos y
prácticos de forma adecuada y pertinente, ya que es en éstas oportunidades de
aprendizaje, donde en verdad se logra el desarrollo de las diferentes competencias que
posee todo estudiante. Resalto que el currículo, y el PEI no son un abstracto, que estos
dos conceptos se evidencian día a día en cada oportunidad de aprendizaje, en cada
espacio del aula y la Institución educativa, en cada momento de relación entre los sujetos
participantes, en cada manera de orientar un conocimiento, en cada oportunidad que se
brinde al estudiante de crecer y de SER.
RESPONSABILIDAD SOCIAL EN LA PROPUESTA CURRICULAR. Es la familia y la
sociedad en general los primeros mediadores frente a la formación y educación de los
niños y de los jóvenes; ellos intencionalmente o no, de una manera informal sentarán las
bases del desarrollo personal y social del individuo; posteriormente el contexto, la
comunidad, el espacio más inmediato en que se desarrolla el niño, aportará igualmente a
su formación y su educación; es así como la institución Educativa, pasará a quedar en un
tercer nivel de aporte en la formación de un sujeto que le es confiado por la familia y por la
comunidad. Finalmente somos todos, en un espacio u otro, quienes aportamos al logro
del currículo de un ser humano. Es la Institución Educativa creada específicamente para
esta labor “EDUCAR” y las personas nombradas para tal labor “EDUCADORES”, las que
en tercer lugar inciden en la formación y educación formal del ser humano; siendo el
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aprendizaje un gran proceso, en el cual un aprendizaje se convierte en previo para otro,
significa que todas las disciplinas del saber, llevadas a la Institución Educativa en áreas
y asignaturas, se deben interrelacionar, puesto que, todo conocimiento que adquiera el
ser humano, en cualquier área, se constituye en básico e imprescindible para el avance
hacia un mayor conocimiento y comprensión del mundo, en otra área del conocimiento;
razón por la cual somos los docentes especialmente quienes tendremos mayor
responsabilidad social en este proceso.
Esta Responsabilidad Social tan indispensable y a la vez tan vaga en la vida diaria, en las
familias, en las instituciones educativas, en la política. La responsabilidad social, aspecto
que debiera ser de obligatorio cumplimiento en el manual de funciones de cada
Institución y de cada funcionario; responsabilidad que nos ahorraría un sinnúmero de
problemas; soñemos un poco, en una “Institución educativa ideal”, donde cada maestro
responsablemente cumpliera su labor de orientar y mediar un conocimiento, si trabajara
pensando en el SER humano que tiene delante de él , si utilizara los mejores recursos con
los que pudiese desarrollar su labor, si le hablara al estudiante y le comunicara su saber
de la mejor forma, si le hiciese el proceso de aprendizaje de una manera agradable, si le
evaluara para detectar sus fallas y para ayudar a convertir estas en fortalezas, si le
llamara la atención personalmente y con respeto; si se cumpliera ese sueño, los
estudiantes quisieran quedarse en las aulas, quisieran escuchar al MAESTRO, quisieran
aprender de su saber, quisieran ser un poco él; los resultados de ese proceso, sería el
logro de personas con altos niveles de conocimiento, genios, buenas personas, alegres,
confiadas con una adecuada personalidad, amables, con ganas de igual compartir su
saber con otros, personas con deseos de aportar a pequeñas y grandes transformaciones
sociales y culturales.
Es preciso que los docentes reflexionemos un poco sobre nuestras acciones y su
incidencia en el desarrollo de otros, en el desarrollo de sus proyectos de vida, en el
desarrollo del currículo “del estudiante”; el hecho de ser parte de su vida y de su
formación, implica el preguntarnos y cuestionarnos hasta dónde y en qué medida estamos
aportando a ese ser humano en formación; reflexionar que un día ese ser humano saldrá
de las aulas, de las Instituciones Educativas, llevándose consigo nuestros aportes, y que
con esos aportes él irá a tomar pequeñas y grandes decisiones, incidiendo con ellas en
una familia, en una comunidad, en una región y finalmente, en un país y en el mundo;
reflexionar que un día, así ya no estemos presentes en sus vidas, vamos a ser parte de
sus triunfos, o de sus desdichas; recordar que la riqueza de un maestro no está en lo
monetario, que la mayor riqueza de un Maestro, está en los resultados que logra su
discípulo, en su crecimiento y en sus éxitos.
En la práctica, son muchos los ideales que se escriben en un PEI (Misión, Visión, Perfil
del Estudiante, desarrollo articulado de contenidos, proyectos), incluso en los
preparadores de cada uno de los docentes, pero este ideal es en muchas ocasiones, muy
diferente a la realidad en las aulas, ¿Qué pasa con nuestra responsabilidad social?;
aclaro que no se puede generalizar al respecto; pero por referencias de los mismos
estudiantes una vez han pasado por las aulas, tristemente identifican en las Instituciones
Educativas, docentes, que dan pena ajena, por su actuar irresponsable ante el proceso
educativo, al dar cualquier cosa al estudiante, al exigir igual, al no aportan nada, o poco
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con su enseñanza a su aprendizaje; creando con ello baches y lagunas difíciles de
superar; docentes poco o nada conscientes de la importancia de su labor y la incidencia
en el desarrollo personal y profesional de sus discípulos y de su contexto.
PEI-CURRICULO y TRANSFORMACION SOCIAL. “La educación es un proceso, en
tanto considera al individuo como sujeto de transformación cualitativa, es decir, provoca
en él un tránsito de un punto a otro dentro de su desarrollo o maduración. Vale señalar
que la educación es, a la vez, un proceso individual y social. Esto es, como proceso se
orienta al logro de transformaciones individuales y sociales” (8) Esta gran posibilidad que
genera la educación, la de posibilitar el paso de un individuo, de un contexto a otro, de
mejorar su condición de vida, es algo que saben muy bien los padres de familia, quienes
con gran sabiduría se proponen que sus hijos accedan a la educación como una gran
posibilidad que les permita mejorar situaciones presentes; la Institución Educativa no
debe ser ajena a esta demanda, debe tratar al máximo de ayudar y colaborar a las
comunidades a lograr el desarrollo integral de los niños y de los jóvenes confiados a ella,
de posibilitar el desarrollo de sus competencias, de sus intereses, de sus habilidades, de
sus valores, de su formación disciplinar, de su ciudadanía; para que así el estudiante,
en un primer momento vaya de la mano del docente, y en un segundo momento pueda ir
sólo y con los saberes alcanzados, tomar decisiones autónomamente e incidir en sus
contextos y en sus comunidades.
El conocimiento como proceso trasciende, igual que los estudiantes; a veces olvidamos
que el chico que está frente a nosotros tratando de entender nuestra retórica y nuestros
planteamientos, en tres o cinco años será un joven o un adulto igual o mejor que nosotros;
se nos olvida que con esos conocimientos aportados él va a crecer e ir por el mundo, que
un día nos va a recordar para bien o para mal, ya que de una u forma hemos incidido en
su vida y le hemos aportado a su formación personal y profesional “en su currículo”
olvidamos que el estudiante es un SER SOCIAL, que con lo que aprende aquí… incide
allá, y que nosotros los docentes consciente o inconscientemente hemos incidido en el
desarrollo de su pensamiento; olvidamos que con esas pautas de actuación aprendidas a
través de nuestro ejemplo, él va a formar, liderar e incidir en una familia, en una
comunidad como educador, o en una nación. El docente debe recordar que el tiempo no
puede echarse atrás, por lo cual debe utilizar ese preciso y precioso momento de
encuentro de enseñanza y de aprendizaje para aportarle siempre, de la mejor manera,
“Muchas veces el educador, por la formación que posee y por el papel que debe
desarrollar en su práctica pedagógica, concentra su atención en el alumno y por lo tanto
visualiza más el proceso educativo como fenómeno individual que social. Es fundamental
ampliar esta visión y lograr que el educador abalice el proceso educativo como fenómeno
que trasciende al individuo, pues todos los elementos que entran en juego en él, tienen
raíces y alcances sociales” (9)
La fuerte expectativa de autonomía y participación originadas en nuestras
transformaciones educativas, refuerzan la importancia de los PEI como modelos
deseables y prácticos de gestión institucional participativa para organizar la escuela
pública y asegurar la calidad en la provisión del servicio educativo (Chavez 1996) Una
gestión educativa centrada en los PEI supone un imaginario escolar instituyente, un
ámbito participativo para elaborar diagnósticos, tomar decisiones, definir objetivos,
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generar compromisos de acción, organizar la oferta curricular e incrementar mecanismos
de seguimiento y evaluación. Estas actividades componentes del PEI lo traducen en una
política pública de concreción institucional, o micro como imaginario orientador, con
objetivos compartidos, acciones cooperantes y evaluación permanente de resultados.
Vinculado con lo anterior emerge el conflicto como dato institucional omnipresente y la
posibilidad dialéctica para la construcción o reconstrucción de acuerdos intersubjetivos
sobre imagen, objetivos y resultados institucionales. Este proceso de construcción y
reconstrucción del colectivo institucional coloca la evaluación como una acción estratégica
que permite justamente conocer los logros del PEI. Debemos reconocer, sobre todo en las
Instituciones Educativas, que la evaluación lejos de verse como un aliado, sigue siendo un
moustro (tomamos la inmejorable categoría de Karen Mokate., 1999) A su vez, nada de lo
dicho tiene sentido en un modelo de gestión burocrática y autoritaria que fragmenta,
homogeniza, reprime e impone. Surge entonces como variable esencial la participación
efectiva (involucramiento de la Comunidad Educativa en su máxima expresión) y real
(visualizado en el hacer, opinar, decidir y evaluar) .(10)
DEL CURRICULO INSTITUCIONAL AL CURRICULO PERSONAL. En toda Institución
Educativa, según Jackson “La vida en las Aulas” existen dos tipos de currículo, uno
explícito y el otro oculto, incidiéndose mutuamente. El currículo explicito se muestra a
través del diseño y elaboración del PEI, y a partir de éste, del diseño de cada una de las
áreas, de las asignaturas, de las actividades propuestas en un cronograma, de las
funciones que cada uno de los participantes tiene y realiza, del mismo Manual de
Convivencia, donde se explicitan los ideales de formación y educación que se propone la
institución educativa. El currículo oculto se observa en el clima institucional, en las
relaciones entre docentes, en las formas de comunicación ente docentes y estudiantes,
en las relaciones entre directivos y docentes, en el lenguaje verbal y no verbal que se
percibe, en las formas informales de evaluar al otro, se observa en las apreciaciones, en
el grado de compromiso y de responsabilidad social frente al hecho educativo, entre otros.
Currículo explícito y oculto se evidencian diariamente en todas
las Instituciones
educativas y en todas las aulas sin excepción, por el sólo hecho de encontrarnos en ellas
trabajando e interactuando personas con diversidad de creencias, valores, supuestos,
formas de ser y con formas diferentes de vivir el hecho educativo; hecho por el cual se
diferencia un egresado de una institución educativa al de otra; El currículo propuesto a
nivel nacional es el mismo, de igual forma, los lineamientos para realizar el PEI, los
Planes de Mejoramiento y los demás procesos educativos; pero por las diversidad de
personas que conforman las Instituciones Educativas, los PEI son diferentes de una
institución educativa, a otra, y de ahi la planeación, organización y desarrollo de las áreas
obligatorias y fundamentales y de los proyectos pedagógicos; Puede ser la misma Area, la
misma asignatura, diferente docente, metodología diferente, recursos diferentes,
responsabilidad de docentes y estudiantes diferentes, resultados diferentes , logro de
competencias diferentes; explicando con ello la existencia e incidencia de un currículo
oculto, que obviamente genera pequeñas y grandes diferencias en el currículo de cada
uno de sus egresados.
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En la escuela, los niños participan de las actividades que los docentes planifican con el
objetivo de alcanzar las metas, objetivos y valores que la sociedad asigna a esta
institución. Profesores y alumnos se implican en estas actividades asumiendo distintos
papeles y respondiendo de manera diferente a las expectativas que los roles despiertan
en ellos. Las relacione interpersonales en el contexto que se vivencia en una Institución
Educativa; se reconoce la complejidad del cambio educativo, de los procesos de
desarrollo e innovación del currículo, la escuela se considera, aun reconociéndosele
ciertos rasgos sistémicos, un ámbito de prácticas fenomenológicas e interpretativas. Los
procesos de cambio curricular son fenómenos complejo, más que lineales, y sufren
modificaciones que, a veces, impiden su incidencia significativa en la práctica curricular.
En toda cultura escolar, los docentes poseen sus propias estructuras de pensamiento y
acción, por lo que tienen sus maneras de entender los contenidos y las estrategias de
cambio educativo. Tonto la instancia institucional como la personal hacen de mediadoras
y reconstructoras de la vinculación entre los procesos de innovación curricular y la
práctica misma”. (11)
Los procesos educativos, son ciertamente fenómenos complejos; consciente o
inconscientemente el ser humano va construyendo un currículo de vida, desde muy
temprana edad, desde el pre-escolar, puesto que cada conocimiento comprendido
significativamente, llega a constituirse en preconcepto para el siguiente, una gran base
que obviamente posibilitará la aprehensión de muchos más conocimientos; de ahí la
importancia del actuar responsable de los adultos que lo rodean, y de los docentes de
los diferentes niveles educativos, de su alto compromiso con el avance y desarrollo del
estudiante; ya que cada uno
desde su actuar pedagógico
genera el gusto y la motivación hacia su asignatura y hacia su saber; el estudiante que
genera empatía con el docente fácilmente y sin miedo puede preguntar y dialogar con el
docente en busca de la solución a sus interrogantes; finalmente estos conocimientos
aprehendidos serán la base decisiva frente a la elección de carrera para los que optan
por la educación superior; o serán herramientas válidas para aquellos que optan por el
ingreso directo a un determinado campo laboral; de una u otra manera lo aprehendido le
servirá para proseguir por la vida y en su futuro como ciudadano.
CONCLUSIONES.
Es importante señalar que de la formación disciplinar y pedagógica que tenga un docente,
de la importancia y apropiación que tenga de conceptos como PEI y como currículo,
depende su actuar en la institución educativa y en el aula; depende si él se siente parte
del proceso, o ajeno al mismo; depende de ello, si asume estos conceptos como norma,
obligatoriedad, o requisito, a si los asume e interioriza como aspectos cotidianos en su
diario transcurrir como docente y los hace transversales al orientación de su área
disciplinar, depende de su propio proyecto de vida, de su compromiso y gusto por el
hecho educativo, de su responsabilidad social ante la formación , educación y desarrollo
de competencias de un niño, un joven, o un adulto, y con ello los resultados, frente al
currículo y la transformación positiva o negativa del estudiante.
Memorias Congreso Investigación y Pedagogía. Tunja, Número 02 – Octubre/ 2013 ISSN 2256-1951
Finalmente, concluyo que el Currículum vitae, o “carrera de vida”, lo adquiere el
individuo, por su paso por la vida, de la impronta que éste gane al interior de una familia,
de un contexto, de una comunidad, de una barrio, de una Institución Educativa, de los
medios masivos de comunicación con los cuales haya tenido contacto; que el currículo
vitae (así explícitamente no aparezca presente en una hoja de vida, en la cual tan sólo
aparecen los títulos de la persona), lo ha acumulado el individuo a través de su vida de
todas partes y de todos las demás personas; retomando los planteamientos de Vigotsky
“el aprendizaje es social”, el individuo en su relación con la sociedad, va formándose y
educándose; sin lugar a dudas, cada uno de nosotros somos consecuencia de múltiples y
diversas variables, que nos hacen ser, como somos: retraídos, amistosos, seguros,
orgullosos, con más o menos conocimiento, con tales o cuales habilidades, entre otras;
nos cabe preguntarnos si con la forma como somos estamos avanzando en nuestro
progreso y el de los demás, o si contrariamente, con la forma de ser como somos,
estamos obstaculizando el crecimiento de los demás y nuestro propio crecimiento; está
pregunta, con el ánimo de replantear nuestro actuar como docentes en aras de
desarrollar con responsabilidad social nuestra labor y lograr un paso tranquilo y amable
por la vida.
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