Poder Judicial de la Nación USO Juz. 7 Sec. 13 Causa n° 1.177/06 “LUTZKY ABEL ABRAHAM c/ ESTADO NACIONAL y otro s/ amparo” Buenos Aires, 18 de febrero de 2009. Y VISTOS: el recurso de apelación interpuesto y fundado por la actora a fs. 213/218, cuyo traslado no mereció respuesta, contra la sentencia de fs. 210/212, y CONSIDERANDO: I. El señor Abel Abraham Lutzky promovió acción de amparo contra el Estado Nacional (Dirección Nacional de los Registros Nacionales de la Propiedad Automotor y Créditos Prendarios) y contra el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Dirección General de Administración de Infracciones), para que se los condenara a cesar en su actividad lesiva originada en la negativa injustificada de cumplir con el procedimiento relativo a la venta y tradición del rodado dominio SIA 002 y a abstenerse de imputarle infracciones de tránsito y/o cualquier otro hecho relativo al vehículo el cual el accionante había vendido el 30-12-1997, y presentado su “denuncia de venta” ante el Registro Nacional de la Propiedad Automotor con fecha 9 de febrero de 2001, con carácter de instrumento público y fecha cierta. Asimismo, peticionó se ordenara eliminar la titularidad del actor -con la baja del dominio de ser necesario- y remover de las constancias y archivos de las accionadas toda deuda y/o infracción indebidamente imputadas al actor a partir de la venta referida. El actor manifestó que con fecha 30 de diciembre de 1997 vendió el vehículo automotor marca Renault 12 TL, dominio SIA 002 del que fuera titular, al señor Leonardo Horacio Cancrini y ante la renuencia del comprador a regularizar la transferencia, con fecha 9 de febrero de 2001 le remitió una carta documento, sin resultado alguno. Alegó que en la misma fecha, formuló ante el Registro Nacional de Propiedad Automotor la “denuncia de venta”, que lo acreditó con las constancias adjuntadas a la causa y que, por lo tanto, de conformidad con la normativa vigente -art. 27 de la ley 22.977, modificada por la ley 25.232- la mencionada “denuncia de venta” debió haber sido suficiente para eximirlo de toda responsabilidad relativa al vehículo en cuestión. No obstante, señaló que para mayor seguridad se apersonó ante la Dirección de Rentas del Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires, para que se tomara razón de la venta debidamente descripta. Adujo que el Registro, no obstante percibir las tasas correspondientes, no había cumplido con su obligación de regularizar la titularidad que quedó a exclusiva voluntad del comprador, el cual se ha puesto en evidencia como un compulsivo violador de las normas de tránsito. A fs. 134/160 produjo el informe previsto por el art. 8° de la ley 16.986 el Ministerio de Justicia y a fs. 163/166 la Procuración General de la Ciudad de Buenos Aires, solicitando el rechazo del amparo deducido, por los argumentos explicitados en las respectivas presentaciones. II. El magistrado de la anterior instancia rechazó el amparo interpuesto por el señor Lutzky, con costas a su cargo. Para así decidir, sostuvo que para transmitir el dominio de un automotor no era suficiente la formalización del respectivo boleto de compraventa y la entrega del vehículo, sino que, además, resultaba necesaria la inscripción de la transferencia en el Registro de la Propiedad Automotor. Añadió que el único habilitado para transmitir el dominio, era quien figuraba inscripto como propietario en dicho organismo, por lo cual la denuncia de venta invocada por el actor resultaba insuficiente para proyectar los efectos que pretendía el reclamante, ya que a la luz de la normativa vigente el registro dominial del automotor era de carácter constitutivo, por lo que éste continuaba siendo el titular registral del dominio SIA 002 hasta que el comprador, u otra persona, registrara el contrato de compraventa y transfiriera el dominio a su nombre. Por último, consideró que tampoco era procedente la remoción de las constancias de deudas y/o infracciones, porque no existía cuestionamiento alguno respecto de la procedencia de su devengamiento. La decisión originó el recurso de apelación aludido, interpuesto por el accionante. III. Los agravios sintéticamente expuestos consisten: a) la sentencia no se pronunció concretamente sobre el reclamo para que las autoridades pertinentes sustituyeran al sujeto obligado al pago de multas y tributos desde la “denuncia de venta”, desligando a partir de la misma al titular transmitente, de conformidad con lo previsto por el art. 27 del Régimen Jurídico del Automotor, t.o. decreto 114/97, incorporado por ley 25.232; b) ignora el último párrafo del art. 27, expresamente incorporado por la ley 25.232, norma esta que pone en cabeza de los registros seccionales la obligación de notificar a las distintas reparticiones la denuncia de tradición del automotor a fin de que procedan a la sustitución del sujeto obligado al tributo desde la fecha de la denuncia, desligando a partir de tal recaudo al titular transmitente; c) arbitrariamente le imputa no haber cuestionado la imposición de las multas, cuando ello se desprende claramente del punto II de la demanda (cap. “Hechos”); d) el propio Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al contestar el informe del art. 8°, reconoció haber tomado nota de la denuncia de venta en el año 2001, y que existe -según ella misma dice- un nuevo titular de dominio; y e) la imposición de costas. IV. Como lo ha dicho la Corte Suprema de Justicia de la Nación en las causas S.637.XXVI “Seoane, Jorge Omar c/Entre Ríos, Provincia de y otro s/daños y perjuicios” (sentencia del 19 de mayo de 1997) y C.1948.XXXII “Camargo, Martina y otros c/San Luis, Provincia de y otra s/daños y perjuicios” (sentencia del 21 de mayo de 2002), el art. 27 del Régimen Jurídico del Automotor establece que hasta tanto se inscriba la transferencia, el transmitente será civilmente responsable por los daños y perjuicios que se produzcan con el automotor en su carácter de dueño de la cosa. Dispone también que si, con anterioridad al hecho que motiva su responsabilidad, el titular de dominio ha efectuado ante el registro la denuncia de haber hecho la tradición del vehículo “se reputará que el adquirente o quienes de este último hubiesen recibido el uso, la tenencia o posesión de aquél, revisten con relación al transmitente el carácter de terceros por quienes él no debe responder y que el automotor fue usado en contra de su voluntad”. La norma mencionada creó a favor del titular registral un expeditivo procedimiento para exonerar su responsabilidad -que consiste en efectuar unilateralmente la denuncia de que ha hecho la tradición del vehículo al adquirentecon el propósito de conferirle protección legal frente a la desidia o negligencia del comprador que omite registrar la transferencia. V. La eficacia legal de tal medio de prueba se dirige, esencialmente, a relevar a quien el registro indica como propietario, de la necesidad de demostrar que ha perdido la disponibilidad material del automotor con motivo de su venta, al haberlo entregado a terceros “por quienes él no debe responder”. Como consecuencia de ello, la ley presume que el vehículo fue usado contra su voluntad. VI. La conclusión antecedente se sustenta en una interpretación de la ley que atiende al propósito que la inspira y -a la vez- preserva y asegura su finalidad (conf. CSJN, Fallos: 310:149, 203,267; 311:193,401, entre muchos otros), que es USO Poder Judicial de la Nación proteger al vendedor frente a la omisión negligente del comprador en efectuar la transferencia de dominio. En tal sentido, debe destacarse que la ley exonera de responsabilidad a quien efectúa una denuncia unilateral de venta -cuya sinceridad no es objeto de comprobación- (conf. CSJN in re “Camargo”, consd. 4°). VII. En el caso, la documentación acompañada por el actor para acreditar su aserto resulta suficiente. En efecto, las pruebas obrantes a fs. 1/35, demuestran que el actor vendió el automóvil de su propiedad marca Renault 12 TL, dominio SIA 002, con fecha 30 de diciembre de 1997, al señor Leonardo Horacio Cancrini, habiéndolo entregado y recibido de conformidad en la misma fecha por el adquirente (v.fs. 1/2). Asimismo consta la denuncia de venta efectuada por el señor Lutzky, con fecha 9 de febrero de 2001, ante el Registro de la Propiedad Automotor (v. fs. 3); la cartas documentos enviadas por el transmitente al adquirente solicitándole que regularizara tanto la situación registral como las deudas por patentes y/o infracciones (v. fs. 5/6). Por lo demás, hay constancias que acreditan las gestiones efectuadas por el actor ante la Dirección de Rentas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, anoticiando la situación y que se tomara nota de la venta del vehículo (v. fs. 7/8). También está acreditado la innumerable cantidad de multas -labradas con posterioridad a la denuncia de venta- la mayoría de ellas por exceso de velocidad y mal estacionamiento (v. fs. 9/37). Por otra parte, ninguna prueba eficaz ha desvirtuado los dichos del actor, extremo que persuade que la pretensión deducida en autos debe tener acogida favorable, máxime que el párrafo incorporado por el art. 1° de la ley 25.232 al art. 27 del Régimen Jurídico del Automotor, establece que los registros seccionales del lugar de radicación del vehículo notificarán a las distintas reparticiones oficiales provinciales y/o municipales la denuncia de la tradición del automotor, a fin de que procedan a la sustitución del sujeto obligado al tributo (patente, impuestos, multas, etc.) desde la fecha de la denuncia, desligando a partir de la misma al titular transmitente. En consecuencia, corresponde que los demandados se abstengan de imputar al actor infracciones de tránsito y/o cualquier otro hecho originado en el vehículo marca Renault 12 TL, dominio SIA 002, desde la denuncia de venta (9 de febrero de 2001). Asimismo, se ordena eliminar la titularidad del actor y remover de las constancias y/o archivos de las demandadas toda deuda y/o infracción indebidamente imputada al señor Lutzky a partir de la denuncia de venta referenciada. Por todo lo expuesto, el Tribunal RESUELVE: revocar la sentencia apelada, en cuanto fue motivo de agravio, y hacer lugar al amparo incoado por el señor Abel Abraham Lutzky, en los términos que surgen del considerando VII, con costas a cargo de los vencidos (arts. 68 del Código Procesal y 14 de la ley 16.986). Teniendo en cuenta lo prescripto por el art. 279 del Código Procesal, el mérito, extensión y eficacia de la labor desarrollada, la naturaleza de presente causa y el interés disputado, se fija los honorarios del letrado-apoderado de la parte actora, doctor Horacio Daniel Lutzky, en la suma de pesos SETECIENTOS ($ 700) (conf. arts. 1, 3, 6, 7, 9, 36 y concordantes del arancel). Por la gestión profesional desarrollada en la alzada, se regula los honorarios del letrado-apoderado de la parte actora, doctor Horacio Daniel Lutzky, en la suma de pesos DOSCIENTOS CUARENTA Y CINCO ($ 245) (conf. arts. 14 y concordantes del arancel). El Dr. Antelo no suscribe la presente por hallarse en uso de licencia (art. 109 del RPJN). Regístrese, notifíquese y devuélvase. Ricardo Gustavo Recondo – Graciela Medina.