CONTAMINACIÓN DEL EMBALSE DE FLIX FRANCISCO HIJÓS BITRIÁN, Mª GABRIELA MAÑUECO PFEIFFER, GRACIA BALLESTEROS FERNÁNDEZ AcuaMed MARIANO DE ANDRÉS R.-TRELLES Getinsa RESUMEN En el embalse de Flix, sobre el río Ebro, se ha producido, a lo largo de más de un siglo una acumulación importante de residuos contaminados. Como consecuencia de ello se plantea en la actualidad abordar su limpieza, para lo que se han promovido los pertinentes estudios y desarrollado el correspondiente proyecto. En el texto se describe el proceso de acumulación histórica por una parte y, por otra, el mecanismo que se plantea para la limpieza. INTRODUCCIÓN El embalse de Flix, situado en el tramo bajo del río Ebro, retiene actualmente en su vaso algunos centenares de miles de metros cúbicos de lodos, presumiblemente vertidos por una industria química que se asienta en su margen derecha. Son elementos residuales y están constituidos por compuestos químicos mezclados con otros de carácter inerte. Los contaminantes pertenecen a tres grupos principales: organoclorados, metales pesados (principalmente mercurio) y radionucleidos. Están en concentraciones al menos relativamente elevadas, susceptibles de transmitir su contaminación al agua circulante por el río; esa transmisión parece que se ha producido de hecho en alguna ocasión, existiendo un registro de episodios puntuales en los que se han sobrepasado los límites de tolerancia de contenido de componentes agresivos en el ecosistema. Ante esta situación, la Administración Pública ha decidido iniciar un proceso consistente en concebir, analizar, desarrollar, comparar y escoger alternativas de actuación para corregirla y evitar o mitigar la transmisión al medio de esos elementos nocivos. Como consecuencia de ello, una de las actuaciones prioritarias y urgentes que ha sido encomendada a la sociedad estatal “Aguas de las Cuencas Mediterráneas, S.A.” (AcuaMed), es la eliminación de la contaminación química del embalse de Flix. Dicha actuación requiere la redacción de un proyecto en el que se incluya la realización de los trabajos que permitan el conocimiento cualitativo y cuantitativo del problema, para, a continuación, plantear posibles alternativas de recuperación ambiental y seleccionar la más adecuada. Ésta será la que se desarrolle como proyecto para que, una vez haya superado la tramitación medioambiental correspondiente, pueda ejecutarse. La descripción de algunos aspectos concretos de este proyecto constituye la presente comunicación. 1 ENTORNO DE LA ACTUACIÓN Al igual que en otros países desarrollados, la legislación española sobre vertidos ha ido evolucionando en el tiempo hacia una mayor exigencia, lo que ha obligado a los agentes generadores de residuos a adecuarse a límites cada vez más estrictos. Pero la mera acumulación histórica de vertidos autorizados en cada momento puede conducir a situaciones no previstas de creación y permanencia de un volumen de residuos que hacen vulnerable el ecosistema ante fenómenos naturales concretos, como avenidas, vientos o cambios térmicos bruscos. Esta acumulación es un hecho en el embalse de Flix; la fabricación de productos químicos en sus orillas se inició a finales del siglo XIX y, desde entonces, los productos generados han sido muchos y variados, con arreglo a los avances de la tecnología y las tendencias de la demanda. Los procesos iniciales tenían como base el cloro y la sosa obtenidos de la sal común como materia prima, mediante un proceso electrolítico que utiliza mercurio. Más recientemente se ha introducido el apatito como materia prima masiva adicional para producir fosfato bicálcico; este apatito contiene naturalmente cierto porcentaje de radionucleidos, que durante el proceso se concentran físicamente en el vertido. Por otra parte, en rigor no puede excluirse que alguno de los materiales contaminantes depositados tenga su origen incluso en arrastres procedentes de río arriba. También la morfología del río Ebro ha evolucionado notablemente a lo largo del siglo pasado en esta zona. Cada vez que se construye una presa de embalse en un río, una consecuencia inmediata es que el remanso producido en sus aguas induce una mayor sedimentación de los arrastres sólidos que su corriente habitual transporta; los embalses tienden por ello a colmatarse. La presa de Flix no es distinta en este aspecto, y por consiguiente la fuerza erosiva y de arrastre que mantiene de forma natural el río Ebro a su paso por la zona quedó influida y reducida después de su construcción. Hasta entonces, la mayor parte de los vertidos de la fábrica eran arrastrados por la corriente hacia aguas abajo, mientras que después la gran mayoría han venido quedando retenidos en el vaso del embalse. Durante los años siguientes a la entrada en servicio de la presa de Flix, los arrastres sólidos del Ebro procedentes de aguas arriba fueron todavía notables, y se depositaban en grandes cantidades en Flix, atravesando en parte esa barrera durante las grandes avenidas y manteniendo así una carga sólida en el río. Al construirse las presas vecinas y superiores de Mequinenza y Ribarroja, es cuando se produce un cambio decisivo en la morfología del Ebro, en el sentido de que estas nuevas presas constituyen una trampa de sedimentos (y también de vertidos producidos agua arriba) que quedaron y siguen quedando retenidos en sus grandes embalses de forma mayoritaria; y también un elemento laminador de avenidas, que suaviza de forma notable el régimen del río, a lo que también contribuyen los otros embalses que van implantándose en la cuenca. Hay, pues, tres agentes fundamentales que intervienen en la colmatación histórica del embalse de Flix: los vertidos de la fábrica, los arrastres sedimentados del Ebro y la suavización del régimen del río, todos ellos inducidos por la intervención antrópica. Desde el punto de vista geológico, el cauce del río está encajado en un substrato terciario perteneciente al Oligoceno, constituido por bancos alternantes de areniscas, margas y calizas, poco permeable e indefinido en profundidad a efectos prácticos. Por encima se sitúan terrenos coluviales de poco espesor, fundamentalmente terrazas, y aluvial del propio río; este terreno cuaternario es en general más permeable y predominan en él los materiales granulares, gravas y arenas, sobre los limos y arcillas. Estos materiales finos son más abundantes en las laderas y durante los últimos años, desde el cierre de la presa de Flix, han ido formando en la izquierda una zona palustre ganada al río en la que han crecido carrizos y tarayes, y en la que anidan variadas especies animales terrestres y acuáticas. Dicha zona constituye un Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) desde el punto de vista medioambiental que se denomina Reserva de Sebes. 2 Es una superficie emergida pero muy poco consistente, que no permite el paso de personas ni el asentamiento de maquinaria. Por otra parte, desde el punto de vista hidrogeológico, puede considerarse que el río, en esta zona, tiene la consideración de “ganador de flujo subterráneo”, existiendo un movimiento general de las aguas desde las laderas hacia el embalse y no al contrario. Este es el escenario en el que se ubica el proyecto. Este escenario estático tiene su dinamismo en el flujo del río Ebro que lo atraviesa, quedando sus aguas en peligro de contaminación por arrastre o disolución de esos contaminantes acumulados. Cuando este peligro se convierte en realidad, provoca como consecuencia perjuicios directos a los usuarios situados aguas abajo, que pueden extenderse hasta el Delta y difundirse en el Mediterráneo. Más de medio millón de personas se abastecen de las aguas del río (obviamente después de los pertinentes controles y tratamientos); y decenas de miles de hectáreas de cultivos, situados principalmente en el Delta, sufren también sus efectos al crearse alarmas, justificadas o no, acerca de la salubridad de los productos agrícolas regados con este agua. Menos sensibles son los perjuicios a los usos industriales, entre los que destaca la refrigeración de la central nuclear de Ascó, que requiere aproximadamente un centenar de metros cúbicos por segundo de agua, cantidad semejante a la que se entiende necesaria para mantener en buen estado ecológico el Delta del río, por lo que este caudal puede considerarse un mínimo que debe asegurarse en todo momento como caudal del Ebro. Pues bien, aun con este caudal tan escaso se produjo en 2001 un episodio de contaminación, cuyas causas no son conocidas con certeza. En el marco de los impactos que se pueden derivar de la existencia de la contaminación histórica en el embalse de Flix es preciso poner el acento en los efectos ambientales que puede producir su movilización (súbita o extendida en el tiempo de manera suave y continua) aguas abajo y, en especial, en el Delta del Ebro. La fragilidad e importancia de estos enclaves no necesita una especial descripción por estar sobradamente documentada. La existencia de riesgos para el Delta por sí sola ya justificaría abordar el proyecto de limpieza. Con todas estas consideraciones de partida, se acomete la búsqueda de soluciones para evitar el riesgo de contaminación, continua o episódica. Los episodios de contaminación podrían ocurrir cuando el agua arrastre los contaminantes que se han almacenado en el embalse. Se actúa desde la hipótesis de que el problema a resolver se reduce y centra en el almacén acumulado de vertidos ya existente. Es pues, un problema de ciertas proporciones, pero limitado en su alcance. HECHOS RELEVANTES En el año 1893 se presenta en la Exposición Mundial de Chicago un nuevo procedimiento electrolítico para la descomposición de la sal común. Esta presentación abre nuevas posibilidades de inversión en procesos que tengan su punto de partida en la utilización del cloro y de la sosa; estas técnicas se introducen en España a través de la llegada de capital alemán mediante la constitución de la Sociedad Electro-Química de Flix, que inicia su operación en 1897. Este proceso ha llegado hasta el presente, con la introducción en 1949 de la tecnología del mercurio. La elección de Flix como sede de las nuevas instalaciones no puede ser considerada en absoluto como casual sino que, por el contrario, era consecuencia de un concienzudo análisis que ponía de relieve un buen número de ventajas objetivas en aquel momento. Así, en Flix se dispone, en abundancia, de la principal materia prima del proceso, que no es otra que el agua del río Ebro, a lo que había que añadir la cercanía de rocas calcáreas y salinas también necesarias. Pero además de eso, en las proximidades, en la cuenca carbonífera de Mequinenza, se habían descubierto unos años antes minas de lignito, que podían abastecer las calderas, a lo que se sumaba la 3 accesibilidad que representaba entonces la navegabilidad del Ebro en este tramo, completada por la reciente apertura de una estación de ferrocarril en la línea Madrid-Zaragoza-Barcelona. Incluso estaba presente un antiguo azud que, convenientemente remodelado, podría servir como fuente de energía eléctrica. Por si fuera poco, en la ubicación elegida podía pensarse fácilmente en la construcción de una colonia para el personal, al estilo de la época, así como, y aunque suene fuera de lugar en la actualidad, cabía la posibilidad de contar con el cauce del Ebro como desagüe natural. Desde otro punto de vista importa señalar que la promulgación de la Ley de Aguas y del Reglamento del Dominio Público Hidráulico, en la década de 1980, introdujo la obligación de implementar instalaciones de depuración y elementos de control y estableció limites cuantitativos y cualitativos a los vertidos. De esa forma, a finales de los años 80 y principios de los 90 del siglo pasado, se instauran en la factoría diversas medidas correctoras para minimizar el impacto de sus vertidos: sistemas de filtración de lodos, planta de desmercurización y estación depuradora de aguas residuales. En cuanto al seguimiento, la Administración Hidráulica Catalana (Agencia Catalana del Agua) ha realizado diversos estudios para determinar la cantidad, caracterización y concentración de metales pesados, radionucleidos y organoclorados de los sedimentos depositados en el lecho del embalse. También la Confederación Hidrográfica del Ebro ha realizado estudios sobre la calidad ecológica del río Ebro. Estos estudios han puesto de manifiesto la existencia de una contaminación importante en el embalse. Al amparo de este seguimiento, el 25 de diciembre de 2001, coincidiendo con un descenso notable de las temperaturas en la zona, se detectó un episodio de mortandad de peces aguas abajo de Flix, a la altura de la Central Nuclear de Ascó. Esto llevó a que las Administraciones Hidráulicas tomaran muestras de agua registrándose una alta concentración de mercurio a la altura de Ascó y más aguas abajo. Esta contaminación afectó al punto de toma de la captación del Consorcio de Aguas de Tarragona y obligó a intervenir a este. Posteriormente, la Administración Catalana (Junta de Residuos y Agencia Catalana del Agua) ha realizado diversos estudios sobre la composición de los sedimentos existentes en el embalse de Flix. En todos ellos se ha puesto de manifiesto la existencia de una contaminación histórica derivada de la actividad industrial. Lo anterior pone de relieve que, desde el punto de vista de los aportes de sólidos al embalse, la situación ha ido mejorando paulatinamente en los últimos tiempos, aunque es patente que en el embalse se mantiene al menos una fracción de la contaminación acumulada históricamente. Como consecuencia de ello y de la posibilidad de que la contaminación sea movilizada por cualquier causa hacia agua abajo (con el riesgo de alcanzar el Delta del Ebro) surge la necesidad de eliminar la contaminación química del embalse de Flix. PROCESOS GENERADORES DE RESIDUOS Los materiales que conforman actualmente la margen del embalse a la altura de la fábrica son, en buena parte, procedentes de residuos de la actividad de la propia fábrica. Los procesos que han podido generar la mayor parte del volumen de estos materiales acopiados o sedimentados en la margen o que han influido de alguna manera en la configuración de la misma son los siguientes: a) Combustión de carbón. Durante décadas, las calderas de vapor estuvieron alimentadas por carbón, mayoritariamente lignito de la cuenca de Mequinenza. La combustión de carbón genera escorias de caldera, que contienen fundamentalmente silicio, aluminio, 4 hierro y potasio en diversas formas oxidadas y que proceden de las impurezas del carbón. Es muy probable que las escorias de carbón fueran utilizadas como uno de los materiales de relleno en los procesos de terraplenado y progresión de la margen del embalse. b) Disolución de sal. La preparación de la salmuera es un proceso imprescindible para la electrolisis, que es el proceso central de la fábrica desde sus orígenes. La sal utilizada para electrolisis, sea marina o de mina, tiene siempre impurezas (calcio magnesio, sulfato y metales pesados) que deben eliminarse para evitar reacciones secundarias no deseadas en las celdas electrolíticas. Para ello la sal, previa disolución, se trata con reactivos para eliminar estas impurezas en forma de precipitados. c) Tricloroetileno. La producción de tricloroetileno (TRI) en Flix se inició en 1928 y se paró en 1990. El proceso se divide en tres fases: generación de acetileno a partir de carburo cálcico, cloración del acetileno y deshidrocloración del tetracloroetileno, bien mediante la adición de hidróxido cálcico o por vía catalítica. El agua de vertido del proceso arrastra el cloruro cálcico y el exceso hidróxido cálcico y tiene el aspecto de una lechada de cal. El hidróxido cálcico, en aguas bicarbonatadas, forma carbonato cálcico que precipita. Se presume que estas sustancias cálcicas son el material mayoritario de los lodos acumulados en el lóbulo sedimentario que actualmente se sitúa frente a la EDAR. d) Percloroetileno y tetracloruro de carbono. La producción de PER-TETRA se inició en 1972 y prosigue en la actualidad. El proceso consiste en cloración de propileno con la producción de percloroetileno y tetracloruro de carbono. Como subproducto se obtiene ácido clorhídrico. El caudal de vertido de este proceso es relativamente importante y el agua de vertido es ligeramente ácida, por lo que puede disolver en cierta medida los lodos del TRI y del fosfato bicálcico, esencialmente alcalinos. Estas dos circunstancias, caudal y acidez, pueden estar relacionadas con el hecho de que siempre haya existido una separación nítida de los lodos en dos zonas, en las “playas” del TRI y del FBC, cortadas por los vertidos de PER-TETRA. e) Fosfato bicálcico. La producción de fosfato bicálcico (FBC) se inició en 1973. El proceso parte de fosforita (mineral de fosfato tricálcico) y ácido clorhídrico como materias primas. Los líquidos de separación del precipitado de fosfato bicálcico se tratan con hidróxido cálcico para recuperar el máximo de fósforo y se reciclan al principio del proceso. El vertido del proceso arrastra los sólidos no disueltos junto con los insolubles de la fosforita, y las aguas que llevan disueltas sales, principalmente cloruro cálcico e iones fosfato. PROCESOS POTENCIALMENTE CONTAMINANTES Acompañando a residuos de los procesos anteriores, por vía líquida o sólida, han accedido a la margen del embalse otros compuestos, en proporciones mucho más reducidas pero de mayor relieve en cuanto a capacidad contaminante. Como ya se ha indicado, los contaminantes presentes responden a tres grandes grupos: radionucleidos, orgánicos y metales pesados. Teniendo presente esta clasificación, puede decirse, por ejemplo, que los procesos de la barita (periodo 1912-72, derivado de los carbones) y del fosfato bicálcico (desde 1973, por concentración física de la materia prima) pueden haber dado lugar al vertido de radionucleidos y metales pesados. Es el mismo caso del proceso del TRI (1928-90), que también puede proporcionar orgánicos. Además pueden originarse pesados, en la 5 electrolisis (desde el origen de la fábrica) con cátodos de mercurio y en el proceso de cloro líquido (1961-98), que es posible que estén en el origen de muchos organoclorados. Son estos últimos, los compuestos orgánicos, los que pueden tener más diversas procedencias, dada la variedad de procesos en que están integrados. Así, por ejemplo y además de los ya citados, pueden originarse en los procesos de DDT (1945-75), de PER-TETRA (desde 1972), de PCBs (1959-87 o de tetracloruro de carbono (1947-72). Queda patente a la vista de lo expuesto la enorme complejidad que ha tenido el origen de los residuos históricamente acumulados, lo que da lugar a que no sea posible conseguir una buena clasificación de la contaminación del material, aunque, obviamente sí existen algunas pautas. Así, por ejemplo, se puede señalar que la contaminación se circunscribe a los residuos, sin afectar ni al aluvial ni a la margen izquierda, y con la única salvedad del extremo más agua arriba de la zona (enfrentado con la planta de PCBs). En términos generales la distribución de contaminantes tiene una muy homogénea heterogeneidad. MORFOLOGÍA DE LA ZONA Como ya se ha señalado, incluso la apariencia física del entorno ha sufrido profundas transformaciones en el curso de los años, que han puesto de relieve la afección que las actividades históricas han producido en el entorno. A continuación se revisa a grandes rasgos esta evolución, que se inicia en 1897, cuando se construyen las primeras instalaciones de la fábrica. Aprovechando el antiguo azud existente se construyó una central hidroeléctrica que proporcionaba el fluido eléctrico necesario para el proceso de electrolisis y un conjunto de instalaciones industriales. Entre la casa de turbinas y la margen del río estaba la entrada de un canal de navegación, construido en 1858, que discurría a lo largo de 1.100 m y acababa en una esclusa que permitía salvar a las embarcaciones (“llaüts”) el desnivel creado por el azud. Aguas abajo de la casa de turbinas, entre el canal de navegación y el cauce del río, se encontraba una porción de terreno conocida como “La Isla”, ocupada por cultivos y sotos. Entre 1897 y el inicio de la Guerra Civil, la fábrica fue creciendo y ocupando el terreno comprendido entre la margen del río aguas arriba de la casa de turbinas y la vía del ferrocarril. La configuración general de la margen no sufrió alteraciones significativas en estas cuatro décadas. Esta configuración general puede apreciarse en la foto aérea (Foto 1), datada en 1927. Foto 1. Vista aérea en el año 1927 (Confederación Hidrográfica del Ebro) 6 El siguiente hito sustantivo lo constituye la aparición de la presa de Flix. Los trabajos de construcción de la presa y la central hidroeléctrica se iniciaron poco antes de la Guerra Civil y se concluyeron en 1949. Sin embargo, en 1948 ya se produjo el cierre. La presa supuso un cambio radical en la configuración de las márgenes del río. El nivel del embalse se situó unos 6 m por encima de la cota de coronación del azud original. El canal de navegación se desmanteló y se sustituyó por el actual canal en túnel y su esclusa. La casa de turbinas quedó inutilizada, se construyó la nueva central hidroeléctrica en su ubicación actual (aguas abajo del meandro de Flix, alimentada a través del túnel de toma). La “isla” desapareció, anegada en su mayor parte en el vaso del nuevo embalse. Entre la casa de turbinas y la entrada del túnel de navegación se construyó un dique de tierra con protección de escollera siguiendo la alineación general del cauce. Este dique, que formaba parte del proyecto de la presa, constituiría desde entonces la margen derecha del vaso del embalse. Fuera de este quedaron parte de lo que fue cauce (aguas abajo de la casa de turbinas), parte del antiguo canal de navegación y parte de “la isla”. Al principio, esta superficie queda parcialmente cubierta de materiales de relleno o anegada. Aguas arriba de la casa de turbinas el único cambio es el aumento del nivel del embalse (Foto 2) DIQUE DE TIERRA EMBARCADERO / GRÚA DEL CARBÓN CASA DE TURBINAS Foto 2. Vista aérea en 1956 (Archivo Municipal de Flix) En el periodo que va desde el cierre de la presa de Flix hasta la instalación de la planta de PERTETRA (1972) se produce la consolidación de la margen. Se produce el relleno progresivo del recinto separado del embalse por el dique de tierra, que debió acabarse entre 1970 y 1972. Este proceso se complementa con la incorporación a la fábrica del terreno ganado. Durante un tiempo se utiliza como almacén de chatarra, culminando el proceso con la instalación de las plantas de PER-TETRA (1972) y de FBC (1973) y la construcción de la explanada de camiones en el extremo agua abajo. También se rellena una porción del embalse aguas arriba de la casa de turbinas, que acaba por dar continuidad a la alineación de la margen marcada por el dique de tierra. Los materiales utilizados son inciertos, pero pudieron ser también escorias de carbón y es verosímil que se mezclaran otros residuos de la propia fábrica. El proceso sigue con la ocupación del terreno ganado por el relleno. En 1961 ya se había instalado sobre él la planta de TRI. En la cuenca se produce un incremento importante de la regulación del río. A mediados de los 60 se cerraba la presa de Mequinenza y en 1969 la de Ribarroja. A partir de este momento, el régimen de caudales alcanza un elevado nivel de regulación que se ha ido incrementando suavemente hasta la actualidad. 7 Por otra parte, el vertido del TRI (de color lechoso) resulta muy patente (ver Foto 2, por ejemplo) pero antes de 1970 no hay signos de acumulación visibles desde la superficie, y, mirando hacia la margen izquierda, el aterramiento que forma el carrizal incluido en la Reserva de Sebes no se aprecia hasta bien entrados los años 1960, pero ya está plenamente formado en 1970. Las décadas de los 1970 y los 1980 son el periodo en que emergen y se desarrollan las “playas” de acumulaciones de lodos. Las producciones de TRI y de FBC están a pleno rendimiento y el régimen de caudales está regulado por los grandes embalses de aguas arriba, lo que seguramente favorece la sedimentación. De igual manera, en 1974 la ocupación del terreno separado del embalse por el dique de escollera ya ha culminado. En el embalse se aprecian claramente varias plumas de vertido, de color más claro. Aparentemente no hay acumulaciones de lodos emergidas, si bien no se puede asegurar que las haya bajo el agua (Foto 3). Foto 3. Vista aérea en 1974 (Instituto Cartográfico de Cataluña) En la foto aérea (Foto 4) de 1986, se aprecia ya, frente a la planta de FBC, el depósito de lodos, formando una pequeña playa cubierta de carrizos (playa del fosfato). Frente al TRI, en cambio, se aprecia una mancha blanca que debe de ser, en parte, la acumulación de lodos del TRI y, en parte, la pluma del vertido. La presencia de un lóbulo sedimentario de tamaño apreciable, emergido o no, se hace evidente por los canales que aparecen sobre su superficie. Llaman la atención las turbulencias que, aparentemente, se forman al dispersarse las aguas de vertido, de color claro, en el caudal del río. El resultado visible del proceso de acumulación de sólidos es, a finales de los 1980, la formación de dos “playas” que son la parte emergida de sendos lóbulos sedimentarios, el de aguas arriba correspondiente al vertido del TRI y el de aguas abajo al del FBC. Ambas “playas” están separadas por el vertido del PER-TETRA. La playa del TRI, originalmente con aspecto blanquecino e inerte, presentaba un color terroso en 1991. La del FBC estuvo, desde sus comienzos, colonizado por carrizos. 8 Foto 4. Vista aérea en 1985 (Instituto Cartográfico de Cataluña) Después de esto y durante la década de 1990 se reduce drásticamente el contenido sólido de los vertidos de la fábrica como consecuencia del funcionamiento de un filtro de bandas (desde 1988) para separar sólidos en varios vertidos de la fábrica (que se llevan al vertedero del Racó de la Pubilla), de la parada de la producción del TRI (en 1990) y de la puesta en marcha de la EDAR (1996), que trata un conjunto de vertidos de la fábrica y que, mediante un proceso de decantación, separa los sólidos en suspensión del caudal de vertido. Como consecuencia de la instalación de la EDAR, desaparecen algunos puntos de vertido. En concreto, el colector original de la planta de FBC queda en desuso y su vertido se conduce agua arriba, al filtro de bandas hasta 1996 y más tarde a la EDAR. La EDAR se instaló en la ubicación de la desmantelada planta de TRI y su punto de vertido está ubicado prácticamente en donde estuvo el vertido del TRI (más o menos en el centro de la “playa” de TRI). De resultas de la reducción de la fracción sólida de los vertidos, las playas de sedimentos apenas crecen en este periodo. El único cambio destacable es la colonización por carrizos y tarayes de la playa del TRI, que hasta 1993 no había sostenido ningún tipo de vegetación (ver Foto 5). Foto 5. Vista aérea en 2005 9 Por otra parte, a partir de mediados de los 1990 la fábrica realiza algunas actuaciones de acondicionamiento de la margen del río. Esencialmente consisten en limpieza, retirada de elementos extraños, demolición de estructuras en desuso, terraplenado y plantación de algunos árboles y arbustos. Como síntesis de todo lo expuesto, en la Ilustración 1 se reflejan los contornos deducidos de la Foto 5 (situación actual) superpuestos a la fotografía aérea de 1927 antes presentada, apreciándose la muy notable transformación sufrida por la zona a lo largo del siglo pasado. Ilustración 1. Superposición de los contornos de la vista aérea de 2005 a la vista de 1927 TRABAJOS REALIZADOS Con el fin de llegar a establecer cual debe ser la solución a desarrollar para hacer frente a la problemática expuesta se han desarrollado un conjunto de estudios y trabajos de base, entre los que se encuentran los relativos a cartografía (a partir de vuelo fotogramétrico a escala 1:5.000, que cubre todo el T.M.) y batimetría del embalse (toda la zona de posible influencia de los residuos en una extensión de más de 100 ha). También se ha realizado un levantamiento geológico general del T.M. de Flix, habiéndose desarrollado un mayor detalle en la zona próxima a los residuos. Adicionalmente, y como consecuencia de la investigación mediante sondeos, complementada con otras informaciones (evolución morfológica, geología general, geofísica, etc.), se ha realizado una interpretación de gran detalle de la zona relacionada con los residuos. En cuanto a trabajos de campo y laboratorio, estos se han basado sobre una extensa campaña de sondeos desarrollada durante cuatro meses. Con el fin de asegurar la no generación de incidencias aguas abajo, la campaña ha estado rodeada de importantes medidas de seguridad. En particular, y con la participación de la Agencia Catalana del Agua, la Confederación Hidrográfica del Ebro y el Consorcio de Abastecimiento a Tarragona, además de la D.G. d´Emergencies i Seguretat Civil, se mantuvo activo un plan de avisos que ha incluido el seguimiento más que diario de la calidad de agua del embalse. Ninguna de las medidas in situ mediante sonda ni de las analíticas realizadas en la zona de trabajo ha superado los umbrales de incidencia. En el curso de la campaña se ha realizado un total de alrededor de un centenar de sondeos, siendo la longitud total de más de un kilómetro. Se han distribuido entre embalse (50%), desde superficie sobre residuos (25%) y en tierra, fuera del embalse (25%) y todos han alcanzado el sustrato terciario al menos. En el curso de la campaña anterior se han obtenido muestras de sólidos (fundamentalmente) y de agua en piezómetros. Estas muestras, junto con otras de lixiviados, han sido analizadas en 10 laboratorio desde los puntos de vista radiológico y químico inorgánico y orgánico. El número total de analíticas ha sido de un millar aproximadamente, de las cuales un 20% corresponden a radionucleidos y un 10% a química inorgánica, repartiéndose el 70% restante a partes iguales entre metales pesados y química orgánica (en cada analítica se incluye un número variable de compuestos, que en el caso de la química orgánica superan el valor de 30). Se han realizado también otros análisis complementarios, entre los que se cuentan ensayos de ecotoxicidad en peces, de inhibición del crecimiento en algas y de toxicidad en zooplancton (crustáceos). Igualmente, muestras obtenidas en la campaña han sido sometidas a ensayos geotécnicos. A título indicativo, se han realizado unas 250 granulometrías (60% por tamizado y 40% por sedimentación), unos 100 ensayos de identificación y unos 60 ensayos de resistencia, entre otros. Como complemento de estas investigaciones se ha realizado una sísmica de reflexión desde embarcación, utilizando geopulse y perfilador de sedimentos, llegándose a definir, con una cierta precisión, dos niveles de reflexión sensiblemente continuos. A partir de los trabajos anteriores se han abordado algunos estudios específicos, entre los que se cuentan los referidos a la evolución morfológica temporal, de la que se ha presentado un resumen en un apartado anterior, y a hidrología e hidráulica, habiéndose recopilado y sistematizado la información útil para el proyecto, a partir de la cual se ha analizado el régimen hidráulico que se produce en el embalse, para lo que, en la Universidad Politécnica de Cataluña, se ha elaborado un modelo matemático bidimensional del régimen hidráulico y un modelo reducido físico del embalse. También se han abordado los aspectos hidrogeológicos, cuyo estudio ha incluido el correspondiente inventario de pozos complementado con el seguimiento de los casi cuarenta piezómetros instalados y con una prueba específica de bombeo sobre pozo. Todo ello ha dado lugar a la construcción de un modelo hidrogeológico en tres dimensiones. Desde otro punto de vista, se han evaluado distintas posibilidades de actuación, tanto en relación con la obra necesaria como con los potenciales tratamiento de descontaminación. Entre estos últimos se han considerado la desorción térmica, la inmovilización / inertización, la electrorremediación, la fitorremediación, la biorremediación, la vitrificación, la incineración, el lavado, la extracción con disolventes, la extracción por vacío in situ, la solidificación y la oxidación in situ (“deep mixing”). Como continuación a ello se ha realizado una prueba piloto de funcionamiento de los tratamientos seleccionados y un análisis de riesgos al nivel necesario para permitir la toma de decisión fundamentada. SOLUCIONES CONSIDERADAS Los estudios realizados han permitido establecer que las soluciones posibles pueden ser clasificadas en dos grandes grupos, según que los residuos se mantengan finalmente en el embalse (soluciones in situ) o, por el contrario, sean extraídos y ubicados en otro punto (soluciones ex situ). Desde la perspectiva metodológica, al ser esencialmente distintos los conceptos que caracterizan ambas soluciones, el proceso se plantea mediante la búsqueda de la solución óptima dentro de cada grupo para, posteriormente, comparar las dos soluciones retenidas. Desde otro punto de vista, y sea cual sea la tipología de solución que se considere, es relevante el análisis acerca de la conveniencia de abordar los trabajos secando los residuos en primer lugar. Esta posibilidad (trabajo en seco), que debe verse como alternativa a la de trabajar en agua, presenta más inconvenientes que ventajas. Así, frente una aparente mayor facilidad de manipulación de los residuos en el trabajo en seco es preciso considerar, como elementos 11 negativos, la dificultad de circulación de vehículos y maquinaria sobre los residuos no consolidados (necesidad de capas de rodadura), el pequeño rendimiento del movimiento de tierras en estas condiciones, el largo plazo necesario para conseguir las condiciones secas (al vaciado es preciso añadirle el secado en sí mismo, en condiciones naturales), el problema que se deriva de la movilización del agua de poros en campo, el riesgo de que se produzcan emisiones de gases actualmente “taponados” por la capa de agua y el problema constructivo que representa la necesidad de mantener un recinto en seco rodeado por agua. Como consecuencia, y como en la práctica totalidad de las referencias conocidas, el trabajo se plantea en agua. Los elementos clave que definen la solución considerada óptima dentro de cada grupo de soluciones son los siguientes: • Solución in situ: creación de un recinto de trabajo, conformado de los residuos, tratamiento de los residuos y protección frente a la erosión fluvial. • Solución ex situ: creación de un recinto de trabajo, extracción de los residuos, tratamiento, transporte a vertedero y vertedero en sí mismo. SOLUCIÓN ADOPTADA Diversas razones técnicas (económicamente ambas soluciones no son muy distintas) han conducido a que haya sido considerada como óptima la denominada “solución ex situ”. Esta solución incluye la creación de un recinto de trabajo, que debe estar ejecutado previamente al inicio de la manipulación de los elementos significativamente contaminados (es un elemento común a las dos soluciones barajadas). Su objeto esencial es la creación de un recinto abrigado (con agua quieta) e independiente del agua fluyente del Ebro, de forma que durante la actuación (durante las obras en el embalse) pueda mantenerse el flujo del río a modo de canal por la margen izquierda del embalse y que, caso de producirse alguna incidencia en el proceso, esta se mantenga confinada y no envíe contaminación hacia agua abajo. Este elemento es viable por cuanto existe una franja de aproximadamente 100 m de ancho en la margen izquierda del embalse en la que la contaminación es reducida. Su afección fundamental tiene que ver con la modificación del equilibrio dinámico de los procesos de erosiónsedimentación hacia la erosión, lo que puede dar lugar a efectos indeseados en la Reserva de Sebes. No obstante interesa poner de relieve que esta incidencia tiene una duración limitada en el tiempo, no representa una alteración dramática de la situación actual, es una afección reversible y que, caso de ser considerado necesario, podría tener solución mediante la estabilización de la margen izquierda (se considera que esta actuación, que obliga a trabajar en la Reserva, tiene efectos más perjudiciales que la aceptación del riesgo de erosiones). Como alternativas a este elemento se han considerado las posibilidades, individualmente o en forma conjunta, de desviar el cauce del río Ebro y de dedicar parcialmente el volumen de los embalses existentes agua arriba como resguardo para incrementar la laminación y reducir los caudales punta de avenida. Estas alternativas resultan más costosas y tienen mayores implicaciones negativas. Una vez ejecutado el recinto podría procederse a la extracción de los residuos (a menor escala, esta actividad también forma parte de la solución in situ). La extracción de la fracción sumergida se realizará mediante dragas ecológicas de succión trabajando en un segundo recinto formado con cortinas plásticas flotantes. Esto permite la minimización de la movilización de contaminantes y la creación de una depresión en la zona de la draga, lo que hará difícil la 12 tendencia del agua hacia fuera. Esto se complementa con la disposición de una pequeña bomba que puede operar en las paradas de la draga. Para evitar la movilización de contaminantes, el rendimiento ha de ser necesariamente bajo. En la fracción emergida se prevé el recurso a medios convencionales de movimiento de tierras, si bien disponiendo de vías de movimiento y aceptando un rendimiento muy bajo, dada la dificultad de circulación. La zona frontera entre ambas situaciones precisa de un análisis especial que, previsiblemente, conducirá al empleo de elementos clásicos sobre medios flotantes. Una vez extraído, el material debe ser objeto de algún tipo de tratamiento, cuyo objetivo (en la solución ex situ) es la consecución en los residuos de unas condiciones tales que sea admitido para su confinamiento final en el vertedero previsto (apto para recibir material no clasificado como peligroso) con una cierta holgura. El tratamiento consiste en una clasificación por tamaños seguida por un secado para la totalidad del material extraído. El agua de secado será conducida a una planta de tratamiento con capacidad para un caudal de casi una centena de litros por segundo. Por su parte, la fracción sólida será clasificada según las concentraciones de contaminantes presentes, conduciendo directamente las fracciones más limpias a vertedero y tratando específicamente aquellas otras que serían rechazadas en el vertedero. Una vez evaluadas las posibilidades se han adoptado como tratamientos (alternativa o secuencialmente) los de desorción térmica (frente a mercurio y orgánicos) y oxidación e inertización (frente a pesados). Una vez finalizado el tratamiento, el material debe ser transportado hasta el depósito final. Para ello la solución prevista consiste en una cinta transportadora cuyo trazado sigue en lo esencial la carretera C-12, después de cruzar el río sobre la presa. La cinta se prevé cerrada para evitar riesgo de afecciones. Se han considerado como alternativas las posibilidades de utilizar carreteras actuales (descartada por la gran sobrecarga de camiones que representaría) o de construir una nueva (descartada por su mayor coste y el mayor riesgo de accidente que representa) En cuanto al vertedero, este, por exclusión (no se trata de residuos inertes ni tampoco tóxicos o peligrosos, en el sentido normativo de los términos), ha de ser de clase II. Como ubicación óptima, aunque se han planteado otras posibilidades, se considera la ampliación, mediante nueva célula, del actualmente existente en Racó de la Pubilla, en el T.M. de Flix. Esta nueva célula se conformará siguiendo la normativa en lo referido tanto a la impermeabilización del cimiento como al sellado final, si bien se prevén criterios más exigentes en ambos aspectos. Concretamente, la presencia de radionucleidos, aun cuando sean de origen natural, conduce a la conveniencia de incrementar los espesores de cubierta respecto a los criterios clásicos o la conveniencia de mantener un control exhaustivo conlleva un diseño con doble drenaje. Adicionalmente a los elementos clave hasta aquí señalados, la solución debe incluir otros elementos también relevantes, entre los que se encuentran la modificación de la salida de la EDAR existente, para evitar los vertidos en el interior del recinto de trabajo o la construcción de un muro-pantalla en la margen derecha del embalse, para evitar el riesgo de descalce de la costa debido a la retirada de la contención que representan los residuos y que simultáneamente evita el flujo desde el subsuelo de la fábrica hacia el embalse y a largo plazo se completa con una protección de escollera en el lado agua. El muro-pantalla citado debe complementarse con un drenaje, para evitar que la impermeabilización que introduce produzca un ascenso del nivel freático y, como consecuencia, 13 la modificación de las líneas de flujo hacia el río Ebro más abajo del meandro. Lógicamente, el drenaje debe llevar aparejada la instalación de una planta de tratamiento a largo plazo, que puede integrarse en las instalaciones de la fábrica. Se completa la solución con la formalización de actuaciones de abastecimiento en caso de emergencia para las grandes aglomeraciones urbanas y con el pertinente sistema de control y avisos, referido al agua del recinto de trabajo y en el embalse, a los gases en el interior de la planta y en la zona de actuación y a los sólidos en el embalse y en la planta. Este sistema se asocia con el plan de emergencia. PARTICIPACIÓN Probablemente tan importante como la justificación técnica de la solución adoptada sea el propio proceso seguido, que puede considerarse caracterizado por los términos de transparencia y participación. Este proceso se inicia en septiembre de 2004, cuando, con objeto de emprender las primeras medidas para garantizar la seguridad de la población y del territorio frente a cualquier riesgo eventual que pudiera derivarse de los sedimentos depositados en el embalse de Flix, se celebra en dicho municipio una reunión a la que asisten diversas entidades implicadas. En esta reunión se crea la Comisión de Seguimiento del embalse de Flix, cuya función es proponer las medidas oportunas, de corrección de la contaminación del embalse de Flix y de control y seguimiento de la calidad de las aguas, para su aprobación por el Ministerio de Medio Ambiente. Se constituye también, en la misma reunión, la Comisión Técnica del Embalse de Flix, cuyas funciones son analizar todas las posibilidades para resolver la problemática del embalse y proponer a la Comisión de Seguimiento la alternativa más conveniente, así como las medidas de control y prevención recomendables para la total seguridad de la población y del territorio. En febrero de 2005 se acuerda promover, con carácter mensual, una reunión de coordinación de la Comisión Técnica del Embalse de Flix con la presencia de la empresa ejecutora de los trabajos, para informar de los progresos de los trabajos. Este seguimiento ha dado lugar a que la Comisión Técnica, en octubre de 2005, haya acordado proponer a la Comisión de Seguimiento el desarrollo como proyecto destinado a la ejecución de la que se estaba denominando “Alternativa ex situ”, cuyo fundamento es la extracción de los residuos desde el embalse mediante una draga especial (ecológica), el tratamiento mediante desorción térmica y oxidación e inertización sucesiva o alternativamente de la fracción más contaminada de los residuos y su transporte, mediante cinta, hasta un depósito controlado. Como consecuencia de ello y también en octubre de 2005, en reunión celebrada en Flix, la Comisión de Seguimiento tomó la decisión de aceptar en todos sus términos la recomendación de la Comisión Técnica, por lo que puede considerarse que los grandes parámetros utilizados para la solución del problema de la contaminación histórica del embalse de Flix son consecuencia de un amplio consenso. Como complemento a la información anterior, es interesante tener presente la constitución de las comisiones anteriores, que ponen de relieve el elevado grado de participación que ha existido en la toma de decisión. Además de la propia AcuaMed, en una, en otra o bien en ambas comisiones han participado (como miembros de pleno derecho o invitados) representantes de las siguientes organizaciones: Secretaría General para el Territorio y la Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente (presidencia de la Comisión de Seguimiento), Confederación Hidrográfica del Ebro (presidencia de la Comisión Técnica), Subdirección General de Gestión Integrada del Dominio Público Hidráulico de la Dirección General del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente y su Subdirección General de Evaluación Ambiental, la Dirección General de Calidad Ambiental de la Generalitat de Cataluña, la Dirección General de Emergencias y Protección Civil de la 14 Generalitat de Cataluña, la Agencia Catalana del Agua, la Agencia de Residuos de Cataluña, el Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña, los Ayuntamientos de Flix, Amposta y Deltebre, la Delegación del Gobierno en Cataluña, el Delegado del Departamento de Medio Ambiente y Vivienda en Tierras del Ebro, la Delegación del Departamento de Presidencia en Tierras del Ebro, el Consejo Comarcal Ribera del Ebro, la Cátedra de Ecología de la Universidad de Barcelona, el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Instituto de Investigaciones Químicas y Ambientales de Barcelona del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad Politécnica de Cataluña, el Consejo de Seguridad Nuclear, el Instituto Geológico y Minero de España, ERCROS, ENDESA GENERACIÓN, ENRESA, el Consorcio de Aguas de Tarragona, la Comunidad de Regantes de la Margen Derecha del Ebro, el Consorcio para la Protección Integral del Delta del Ebro (CEPIDE), la Reserva Natural de Sebes, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/Birdlife y CCOO de Cataluña. 15