1 Evaluación y Promoción del desarrollo intelectual en bebes de 12 a 24 meses. "Una oportunidad para la prevención del fracaso escolar” Autores Lic. Cartelle, Carina - Psicopedagoga Lic. Gentile, Florencia - Psicopedagoga Miembros del Equipo de Evaluación y Promoción del Desarrollo Intelectual en Bebes. CeSAC N° 14, Área Programática del Hospital Piñero, GCBA. Resumen El CESAC N° 14 asiste a una comunidad que registra los más altos índices de repitencia y fracaso escolar. Esta problemática tiene su origen en etapas anteriores de la vida del niño. Es nuestro objetivo prevenir los altos índices de fracaso escolar, e instalar la evaluación y promoción del desarrollo intelectual asociada al “Control del Niño Sano”. Constituimos un equipo interdisciplinario. Los pediatras son el primer eslabón, explican a los padres sobre este nuevo dispositivo y derivan a los bebés para ser evaluados. La evaluación realizada por la Fonoaudióloga y las Psicopedagogas no solo mide el nivel e indica si es acorde a lo esperado para la edad, sino que también es utilizado como oportunidad para orientar a los padres según cada situación para que puedan optimizar el nivel de pensamiento de los niños. Se utiliza la Escala de Inteligencia Sensorio Motriz (EAIS), la Escala del Desarrollo Psicomotor de 0 a 24 meses, de Rodríguez (EEDP), y una entrevista semi pautada al tutor. La población incluida es todo bebe de 12 a 24 meses que concurre a Control de Niño Sano. Los datos obtenidos son volcados en un programa especialmente diseñado para este dispositivo. Se han evaluado aproximadamente 170 niños detectando un 20% de ellos con un nivel significativamente descendido para su edad, pudiéndose revertir esta situación en el 85% de los casos. Existen múltiples factores que influyen en el fracaso escolar, un causal importante son la pobreza y la carencia de un sano desarrollo cognitivo y psíquico adquiridos en la primera infancia. La implementación de esta evaluación motiva a la comunidad a focalizar la atención y valorar el aspecto intelectual, social y afectivo en el desarrollo del bebé, resultando eficaz para favorecer el desarrollo de dichos aspectos interviniendo positivamente en la subjetividad del niño y de sus padres. 2 Introducción. La infancia se encuentra en una situación sumamente grave en nuestro país, con más de la mitad de los niños en situación de pobreza, con necesidades básicas insatisfechas, nacidos en hogares donde la familia es monoparental, generalmente es la madre la única que sostiene el hogar, y con déficit de tipo material, social y afectivo. Nos acostumbramos ya a hablar de que hay personas, familias y grupos de “excluidos”. Es decir, gente que no accede a lo mínimo y necesario para una vida digna y están muy lejano a lo que podemos llamar “bienestar”. Esto sucede en un país que crece en riquezas y produce más del doble de lo que sus ciudadanos necesitan para vivir cómodamente, pero la mala distribución se sigue acrecentando, y la brecha se agranda, de modo que no mejora la situación de gran cantidad de niños que nacen en condiciones de pobreza o miseria. Podemos afirmar que Nuestra sociedad está enferma de INEQUIDAD. Como profesionales en un centro de salud de un barrio pobre, somos testigos de esta situación y como no queremos ser cómplices nos es imperioso crear nuevos dispositivos para compensar en la medida de nuestras posibilidades, esta brecha que mata silenciosamente. Somos concientes de que esta problemática social se incrementa en la medida que es ignorada y no es tenida en cuenta como problema de salud. El CESAC n°14 pertenece al área programática del Hospital Piñero, ubicado en la Banda Sur de la ciudad de Buenos Aires. El área de influencia se ciñe a las ocho manzanas que constituyen la Villa No 6 o Cildañez, de donde proviene la casi totalidad de la demanda. Según el último censo (mayo 2004), la cantidad total de habitantes de la Villa eran 9044, pertenecientes a 2437 familias, siendo 1292 niños de 0 a 5 años. De estas familias hay un número importante y notablemente creciente de inmigrantes de países limítrofes, especialmente bolivianos, en situación variable de legalidad en argentina, que suman a los determinantes de salud comunes a todos, aspectos culturales diferentes a los de “nuestros pobres”. La mayor parte de estas familias entran en la categorización de “necesidades básicas insatisfechas” (NBI). Las víctimas más numerosas y graves de esta situación de empobrecimiento son los niños. El CGP al cual pertenece el CESAC 14 es el de mayor índice de mortalidad infantil pero poco se dice de todos los niños que sobreviven en malas condiciones de vida, pobreza, hacinamiento, y todo tipo de penurias con las consecuencias negativas para su desarrollo como seres humanos creativos, íntegros, intelectual y socialmente hablando. Solo se mide la mortalidad infantil, pero poco se evalúa y actúa sobre las condiciones de vida de los que no mueren. 3 Las carencias primarias suelen aparecer en general frente a la escolaridad, con el fracaso de un alto porcentaje de niños. Sabemos que la inequidad educativa se produce mucho antes de llegar a la escuela, y que son muy grandes las diferencias de lo que los niños reciben antes de esa etapa, a tal punto que al llegar a la escuela esto hace que existan dos realidades muy difíciles de igualar. A medida que mejoran los índices generales de educación y salud, se marca más aún la inequidad, dado que los más favorecidos son los que más acceden a dichas mejoras. A modo de metáfora podemos decir que “al sector más empobrecido de la población, y cada vez más numeroso, se les bajó el piso, y al más enriquecido se le subió el techo.” 1 Esta situación acarrea un atraso en el desarrollo intelectual que afecta a la salud integral de los niños, y aumenta significativamente las posibilidades de un fracaso escolar en primer grado. El niño que recibe menos estímulos desarrolla más lentamente sus estructuras de pensamiento y las capacidades necesarias para la adquisición de la lectoescritura y el cálculo 2 , dado que el aprendizaje se da por la combinación de factores internos y externos, es decir por las conjunción de las condiciones psicofísicas y el conjunto de todas las experiencias de vida 3 . Es imposible separar el aprendizaje del plano vivencial. Nos planteamos cómo quebrar este círculo de pobreza promoviendo una actitud participativa de la familia, teniendo en cuenta la diversidad cultural. Consideramos que lograr que las personas tengan una mayor autonomía de pensamiento es una base imprescindible, y esto hay que comenzar a propiciarlo desde la más temprana infancia. Encontramos en nuestra población ausencia de proyectos basados en sus propias capacidades intelectuales y de imaginación, tanto para los adultos como para los niños. Es decir, estos planes les permiten comer, pero no favorecen el desarrollo del pensamiento autónomo ni el sentimiento de ser dueños de sus proyectos de vida. Pasan a ser sumamente dependientes de todo plan o institución que de bienes o servicios en forma gratuita, incluyendo al Centro de Salud. Pierden la fortaleza propia, de sentirse capaces en algún área en especial, sentir que son capaces de desarrollar proyectos basados en sus propias fuerzas. Si seguimos ofreciendo espacio en el Centro de Salud favoreciendo la idea de que el desarrollo infantil es responsabilidad de los profesionales, cada vez tendremos más dependencia y más atraso, y por supuesto nunca daremos abasto con la tarea. Por eso nos preguntamos: 1 Rovere M. Conceptualización de Desarrollo Infantil. Jornadas Sociedad Argentina de Pediatría, Abril 2004. Piaget,J. & Inhelder,B.(1967). La génesis de las estructuras lógicas elementales. Buenos Aires: Guadalupe. 3 Idem 2 2 4 ¿Cómo cambiar este imaginario social?, ¿cómo hacer para que cada madre se sienta responsable del desarrollo intelectual de su hijo? Sin duda, cuanto antes se pueda intervenir, será mejor. Darle un lugar al desarrollo intelectual de los bebes (que no van a la escuela) puede traer un cambio muy grande en el imaginario social de nuestra comunidad, y en el mejor de los casos lograr que los padres se interroguen por este aspecto para situarse en un rol protagónico, sin esperar que más adelante otros se encarguen de ello. Marco Teórico. Nuestro trabajo se apoya en dos columnas: El desarrollo del nivel de pensamiento (Piaget), y el valor de La Actividad Lúdica para un desarrollo integral: social, afectivo e intelectual, tomando en cuenta la subjetividad (Winnicott, Freud). Piaget toma al ser humano en su totalidad, y valora el proceso del conocimiento en cada uno, sin quedarse con el mero hecho de un resultado absoluto. Analiza en profundidad el proceso por el cual se accede al conocimiento en cada aspecto y etapa de la vida, sin estandarizar, sino con una mirada sumamente clínica en cada caso en particular. Entendemos “la inteligencia” desde el concepto piagetiano en el que el niño desde que nace, va desarrollando estructuras cognoscitivas las cuales se van configurando por medio de las experiencias. A su vez, concibe la inteligencia como adaptación al medio que nos rodea. Adaptación, la cual consiste en un equilibrio entre dos mecanismos indisociables 4 : la acomodación y la asimilación. El desarrollo cognoscitivo sigue un orden determinado, que incluye cuatro periodos, cada uno constituido por estructuras originales, las cuales se irán construyendo a partir del paso de un estadio a otro. Piaget señala el inicio de las etapas del desarrollo con el período sensorio motriz, el cual abarca los dos primeros años de vida aproximadamente, durante el cual van a conformarse las subestructuras cognoscitivas que servirán de base a las posteriores construcciones perceptivas e intelectuales. En este nivel, Piaget habla de inteligencia sensomotora o práctica y la define como “la capacidad de resolver problemas a partir de actividades donde interviene la percepción, las actitudes (el tono) y los movimientos sin evocaciones simbólicas (antes de la aparición del lenguaje)” 5 . Dentro de este periodo el niño de a poco comenzará a relacionar objetos y 4 5 Piaget. (1977) El nacimiento de la Inteligencia en el niño. Ginebra: Neuchâtel, Delachaux et Niestlé. Oiberman, Mansilla y Orellana. (2002) Nacer y Pensar Vol. II. Buenos Aires, Ediciones CIIPME-CONICET 5 actos, distinguiendo los medios de los fines, dándose cuenta de los resultados obtenidos y tratando de conseguirlos de manera intencional, comenzando a utilizar procesos de inferencias” 6 La inteligencia humana no es algo que viene determinado biológicamente ni es simplemente algo que se desarrolla en forma natural, sino que la inteligencia se produce, es decir que “… es un producto social, que es un producto cultural y que más allá de lo que hemos aprendido con Piaget, respecto a que la lógica combinatoria no es patrimonio de toda la humanidad sino de aquellos sectores que tienen acceso a ella a partir de tipos de procesos de pensamiento (…) en la medida en que el otro humano toma a su cargo la producción subjetiva, quedan profundamente alterados los modos por los cuales la información biológica logra la supervivencia. “ 7 Podemos entonces afirmar que si bien es necesario determinadas condiciones cerebrales para el desarrollo del pensamiento, estas condiciones no garantizan que el pensamiento se desarrolle. Nos moviliza la pregunta acerca de los niños que nacen sanos y que concurren al “Programa de Control del Niño Sano”, y no logran desarrollar su potencial intelectual. El hecho de ser humano y convertirse en un sujeto, implica alejarse de lo meramente instintivo y es así que las personas pueden realizar acciones contrarias a su naturaleza, que otro ser viviente nunca haría. Un bebé fijará su mirada en lo que le llame la atención, lo que cobre un sentido para él aunque no le sea estrictamente útil para su supervivencia, y podrá asir elementos que lo lastimen si alguien no lo está cuidando. Para vivir le es imperiosa la relación con otro, necesita siempre de otro ser humano. Inicialmente un bebé no elige donde poner su atención, sino que es capturado por el objeto que se le presenta desde fuera, es decir, no es desde una direccionalidad propia que puede elegir qué mirar o que tomar, sino que es tomado por los objetos que se le presentan. Tomará los objetos que le causen placer y dependerá de quién y cómo se los den. Esto lo diferencia de otros seres vivos que solo miran y se acercan a los objetos que favorecen la supervivencia, y lo acercan a la faceta humana, atravesada por los otros y la cultura. Preguntarse acerca de la construcción de la inteligencia sensorio motriz, nos lleva a replantearnos las instancias que conducen a la constitución de un sujeto. No es posible producir inteligencia si no se va dando un paulatino proceso de construcción subjetiva y organización yoica. 6 Oiberman, A, Mansilla, M y Orellana, L. (2002) CIIPME-CONICET 7 Bleichmar Silvia, Jornadas CIFAP , año 2003. Nacer y Pensar, Volumen II. Bs. As. Argentina, Ediciones 6 D.W. Winnicott, pediatra inglés (1896-1971), basa su teoría en el vínculo madre-hijo y la progresiva diferenciación entre ambos, que va creando un “espacio potencial”, espacio que va a dar lugar a las experiencias culturales, que comienzan siempre a través de la actividad lúdica. Otorga al juego un lugar fundamental, y para ello habla del “objeto transicional”, que son los primeros objetos en la vida del niño, que le permiten ir separándose de su madre, y establecer la diferencia Yo-no Yo. Dichos objetos se ubican en esa zona intermedia, que no es de la madre ni del niño, sino una zona que se va creando entre ambos. Su interés fundamental consistía en que el individuo aprendiera a vivir en forma creadora, y relacionaba esta forma con las condiciones iniciales de vida de cada persona. “Advertimos, o bien que los individuos viven en forma creadora y sienten que la vida es digna de ser vivida, o que no pueden hacerlo y dudan del valor de vivir. Esta variable de los seres humanos tiene vinculación directa con la calidad y cantidad de la formación de un ambiente al comienzo o en las primeras etapas de la experiencia vital de cada bebé.” 8 Nuestro proyecto busca reforzar la importancia que tienen los primeros vínculos y el ambiente que recibe a un bebé y poner la mirada allí para valorar ese espacio. Consideramos que en la sociedad que vivimos existen muchas dificultades que interfieren en la crianza de los niños, tanto personales como socio ambientales, inclusive desvalorizando en muchos casos esa primera etapa de la vida, como fundante del psiquismo. Se suele escuchar que esos primeros dos años de vida, como el niño aún no habla se considera que no comprende, y no se valora lo suficiente el hecho de hablarle, cantarle y jugarle. Fundamentándonos en estas afirmaciones es que luego de cada evaluación, realizamos una orientación respecto a los juegos y hábitos adecuados a cada etapa de la vida del bebe, siempre respetando la diversidad cultural y el bagaje de cada familia. Tenemos en cuenta que fomentar el ensanchamiento de ese espacio transicional entre la madre y el niño, colaborar para que esa separación gradual se llene de “juego” para que permitirá alojar luego todas las experiencias culturales y conducir a ser personas creativas que disfruten de la vida y los bienes culturales. 8 Winnicott, D.W. (1979) Realidad y juego Barcelona, España: Ed Gedisa. Pág. 100 7 Objetivos Generales y Específicos. Objetivo general: • Hacer un aporte en el campo de la psicopedagogía para prevenir los altos índices de repitencia y fracaso escolar en los niños que asisten a la escuela primaria. • Instalar la evaluación y promoción del desarrollo intelectual asociada al programa de “Control del Niño Sano”. • Contribuir con el diseño de nuevos dispositivos de prevención y promoción acordes a las necesidades existentes. Objetivos específicos: • Evaluar el desarrollo intelectual y psicomotor de los niños de 12 a 24 meses. • Promover el desarrollo de las estructuras del pensamiento de los niños que participan de esta investigación. • Observar y promover el vínculo niño–madre (adulto-responsable) durante la prueba. • Evaluar la posible relación entre las diferentes variables y el desarrollo alcanzado por el niño. Población, Material y Métodos: La muestra esta conformada por 142 bebés de ambos sexos de 12 a 24 meses concurrentes al Programa Control del Niño Sano del Centro de Salud N° 14, Hospital Piñero del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Los criterios de inclusión en el estudio fueron: Bebés de ambos sexos de 12 a 24 meses de edad, concurrentes a consultorios pediátricos para Control del Niño Sano. Se utiliza la Escala de Inteligencia Sensorio Motriz (EAIS), la Escala del Desarrollo Psicomotor de 0 a 24 meses, de Rodríguez (EEDP), y una entrevista semi-pautada al tutor. “La EAIS consiste en evaluar en qué etapa de la inteligencia práctica se encuentra el bebé de 6 meses hasta los dos años. La importancia de estos exámenes radica en poder determinar si el bebé está en la etapa de crecimiento intelectual correcto o detectar, precozmente retrasos o alteraciones en su inteligencia práctica. Utiliza 45 pruebas de cuatro situaciones diferentes: Exploración de los objetos, Búsqueda 8 del objeto desaparecido, Intermediarios y Combinación de objetos.” 9 La EEDP mide el desarrollo psicomotor alcanzado por el niño distinguiendo cuatro áreas: Motricidad, Coordinación, Lenguaje y Social. En la entrevista semi-pautada se recolectan datos acerca de los padres: edad, nacionalidad, escolaridad, trabajo; del ambiente: lugar de la vivienda (villa – barrio), número de personas convivientes; y del niño: horas de televisión, colecho, quién lo cuida, lactancia. Constituimos un equipo interdisciplinario: fonoaudióloga, psicopedagogas y pediatras. Los pediatras son el primer eslabón, dado que ellos explican a los padres sobre este nuevo dispositivo y derivan a los bebes para ser evaluados. En la evaluación realizada por la Fonoaudióloga y las Psicopedagogas se tomó en cuenta que el bebé estuviera en condiciones adecuadas de salud, alimentación y sueño. La administración consistió en una única toma, individual en presencia de la madre, padre y/o sustituto. El tiempo de administración variaba según la edad del bebé, su nivel de pensamiento y su capacidad de vincularse con otros. En los casos en el que el nivel de pensamiento se encontrara descendido o se observaran dificultades en el vínculo adulto/bebé, en la conducta o en el desarrollo psicomotor, se los volvía a citar nuevamente a los dos meses desde la fecha de evaluación. A partir del nivel alcanzado por el niño se intervenía dando pautas a los padres para promover el sano desarrollo de sus hijos a nivel intelectual, vincular y del lenguaje. También, según el caso eran derivados a distintos centros donde profesionales de la salud por medio de un dispositivo trabajaban con el bebé y el adulto a cargo. Resultados Hemos realizado un total de 168 evaluaciones: 142 corresponden a la primera consulta y 26 a la segunda, tercera o incluso cuarta consulta de seguimiento. Con respecto a los 142 casos de primera consulta: 19 bebés (13%) no fueron tomados en cuenta para el análisis los percentiles finales ya que no aplicaban o no respondían, por tener una edad mayor a 24 meses o por que no se los pudo evaluar (8% y 5% respectivamente). Considerando estos datos se observo que de los 123 bebés (86,61%): 27 bebés (21,95%) no alcanzo el nivel de desarrollo esperable para su edad presentando percentiles por debajo de la media 9 Oiberman, A, Mansilla, M y Orellana, L. (2002) Nacer y Pensar, Volumen II. Bs. As. Argentina, Ediciones CIIPMECONICET 9 (Percentil 50) mientras que los 96 casos restantes (78,04%) lograron un percentil igual o mayor a 50 (media esperable para la edad). En relación a las 26 re-evaluaciones (segunda, tercera y/o cuarta consulta): 5 bebés fueron recitado ya que presentaban dificultades en el vínculo adulto/bebé, en la conducta o en el desarrollo psicomotor y 13 bebés no alcanzaban la media esperable para su edad. Estos últimos asistieron a más de dos evaluaciones de control y seguimiento. El grupo de bebés re-evaluados por presentar dificultades en el vínculo adulto/bebé, en la conducta o en el desarrollo psicomotor, fueron citados a la edad de 24 meses y si bien presentaron un rendimiento menor, el mismo (en todos los casos) se encontraba dentro o por encima de lo esperable para su edad. El grupo de los bebés que se encontraba descendido en su nivel de pensamiento (27 casos/ 21,95%), fueron citados nuevamente a los dos meses de ser evaluados. Asistieron a la re-evaluación (consulta de control y seguimiento) la cantidad de 13 bebés, de los cuales solamente 2 bebés (15,38%) no lograron alcanzar la media esperable para su edad. Los 11 bebés restantes (84,61%) no sólo alcanzaron la media, sino que en muchos casos la superaron. Cabe aclarar que se les brindo orientación a los padres y en los casos que se consideraba necesario se los derivó al profesional de salud correspondiente. Por otro lado y en cuanto a la posible relación entre las diversas variables y el nivel de pensamiento alcanzado por los bebés se puedo observar, que en cuanto a las variables ambientales tenidas en consideración (cantidad de habitantes convivientes, lugar de vivienda) no se presentan diferencias significativas entre el grupo de los bebés de bajo percentil y de medio-alto percentil. En cuanto a la nacionalidad de las madres, se observo que el 50% es Argentina, el 36% Boliviana y el resto de otras nacionalidades. El grupo de bajo percentil esta conformado por un 46% de madres Argentinas, un 46% de madres Bolivianas y un 8% de madres de otras nacionalidades. El grupo de percentil medio-alto esta compuesto por un 52% de madres Argentina, un 32% de madres Boliviana y un 16% de madres de otras nacionalidades. Si consideramos el nivel de desarrollo alcanzado por los bebés agrupando según la nacionalidad de las madres se puede apreciar que de las 62 madres de nacionalidad Argentina, 12 se encuentran dentro del grupo de bajo percentil (20%) y 50 dentro del grupo de percentil medio-alto (80%); mientras que de las 44 madres de nacionalidad Boliviana, 12 se encuentran dentro del grupo de bajo percentil, siendo esto igual al 30% de los casos y el 70% restante (31 madres) se encuentran dentro del grupo con percentil medio-alto. 10 En relación al nivel de instrucción de la madre de 123 casos, el 7% tiene primaria incompleta, el 53,65% finalizo la primaria, el 34,14% finalizo la secundaria, el 2,43% tiene un terciario o universitario incompleta, el mismo porcentual de madres que finalizo sus estudios terciario. Dicha variable en relación al nivel alcanzado por sus hijos en la prueba refleja que, en el grupo de madres de bajo percentil el 55,55% tiene primaria incompleta y finalizada, mientras que el 44,44% tiene estudios secundarios completos; y en el grupo de madres de percentil medio-alto, el 62,5% tiene primaria incompleta y finalizada, mientras que el 37,5% tiene estudios secundario completos y terciarios completos. La variable colecho en el grupo de bebés de bajo percentil se presenta con una frecuencia de 69%, mientras que en el grupo de percentil medio-alto se presenta con una frecuencia de 57%. En cuanto a la relación entre las horas de televisión por día que mira el bebé y su nivel de desarrollo alcanzado en la prueba, el grupo de bajo percentil muestra que el 15% mira hasta 30 minutos de TV por día y el 84% restante mira más de 30 minutos. En cambio, el grupo de bebés de percentil medio-alto presenta que el 35% de los bebés mira hasta 30 minutos de TV por día mientras que el otro 65% mira más de 30 minutos por día. Con respecto a la posible relación entre un retraso en el desarrollo del lenguaje y el nivel de pensamiento alcanzado por el bebé se observo que el 40,74% de los bebés de bajo percentil no presenta atraso en el desarrollo del lenguaje y el 59,25% del mismo grupo presenta un atraso en desarrollo del lenguaje. En contraposición, se pudo observar que de los 96 bebés con percentil medio-alto, el 78,12% no presenta atraso en el desarrollo del lenguaje y el 21,87% restante de los bebés de dicho grupo sí. Cabe destacar que de los bebés con retraso en el desarrollo del lenguaje 20 son varones y 17 son niñas (54,05% y 45,94% respectivamente). Conclusión A partir de los datos obtenidos a lo largo de 2 años de estudio y de los objetivos planteados en la investigación hemos observado que hubo casos donde la consulta se hizo para corroborar la buena crianza y para recibir más información respecto al tema, y la prueba confirmó el buen desarrollo cognitivo, que siempre estuvo asociado a un buen vínculo madre-hijo. Hubo por otra parte muchos casos donde las madres concurrieron ajenas a la realidad de sus bebés, considerando que sus bebés estaban muy bien porque a los 9 meses ya miran la tele, y lo dicen con orgullo, o porque persiguen una pelota, o corren por un patio, sin conocimiento de lo qué estaba sucediendo a nivel del desarrollo cognitivo. Por el solo hecho de estar observando a su bebé durante 11 las prueba fueron viendo las dificultades, si podía resolver o no lo esperable para su edad y estado físico, y hubo varios casos de madres que se han angustiado, preocupado y cambiado su actitud en el mismo momento de la prueba. Esta situación les permitió una toma de conciencia del estado del niño y de todo lo que ellas podían hacer por él, despertando preguntas e interés por el tema. En el caso donde los padres no se preguntan acerca de este aspecto, darle relevancia al aspecto intelectual de los bebés será sumamente significativo para el vínculo y para el desarrollo afectivo y cognitivo. Tomar el tema intelectual separado de la situación escolar, y en realidad con mucha anticipación, es reconocer el valor que esto tiene, más allá de la escuela y de la medición externa de un rendimiento. Es decir, hasta ahora parecería que el desarrollo intelectual solo aparece confrontado al fracaso escolar, e interesa solo a partir del jardín y a veces solo a partir de primer grado, y los profesionales de la salud solo se ocupan de ello cuando aparecen las dificultades escolares. Arminda Aberastury 10 expresa que sobre todo al orientar a los padres respecto al juego de los niños durante el primer año de vida, había motivado profundas modificaciones en el psiquismo y traído aparejado la desaparición de los síntomas, a lo cual podemos agregar que al intervenir en esta etapa, estamos focalizando la mirada en el proceso de subjetivación de ese niño y dando valor al desarrollo de la capacidad simbólica. “El Juego del primer año de vida da las bases del juego y las sublimaciones de la infancia, y no sólo esto, sino que conduce al juego de amor…” 11 Por otra parte y con respecto a las variables consideradas para evaluar los factores intervinientes en el desarrollo cognitivo del bebé observamos que el retraso del lenguaje se relaciona mayoritariamente con el descenso en el nivel de pensamiento; la prolongada exposición frente a la televisión hace que el deterioro en el desarrollo cognitivo de los mismos sea mayor y que los medios culturales poseen una influencia sobre los resultados obtenidos de los bebés. Por otra parte observamos que no hubo posibilidad de discriminar la influencia del nivel de escolaridad alcanzado por las madres sobre el nivel alcanzado por el bebé. Todo esto nos abrió nuevos cuestionamientos. Por un lado, si la prueba EAIS y EEDP que estuvimos utilizando nos permite ver las diferencias significativas que influyen en el desarrollo sano del niño, evidenciadas en otras investigaciones y que nosotras también consideramos; y por otro, nos cuestionamos acerca de la edad en que se comienza a observar el descenso en el nivel de pensamiento. Consideramos este momento de evaluación como una oportunidad única que, como tarea clínica, sirve para cada niño y su familia desde lo preventivo. 10 11 Aberastury Arminda, El Niño y Sus Juegos, Ed. Paidós, Buenos Aires 1976 Idem 10, Pág. 13 12 Bibliografía • Aberastury, A. (1976). El niño y sus juegos. Buenos Aires: Ed. Paidós. • Bleichmar S. (2003). Jornadas CIFAP, Buenos Aires. • Oiberman, A., Mansilla, M. y Orellana, L. (2002) Nacer y Pensar Vol. II. Bs As: Ediciones CIIPME-CONICET. • Piaget,J. & Inhelder,B.(1967). La génesis de las estructuras lógicas elementales. Buenos Aires: Guadalupe. • Piaget, J. (1977) El nacimiento de la Inteligencia en el niño. Ginebra: Neuchâtel, Delachaux et Niestlé. • Rovere, M. (2004, Abril) Conceptualización de Desarrollo Infantil. Jornadas Sociedad Argentina de Pediatría, Bs As. • Winnicott, D.W. (1979) Realidad y juego Barcelona, España: Ed Gedisa. 13 Nosotras: Lic. Carina Cartelle, DNI 27010625; Lic. Florencia Gentile, DNI 28079360; autorizamos a las autoridades del Congreso Internacional de Psicopedagogía y a la Comisión Directiva del Departamento de Psicopedagogía de la Universidad Católica Argentina a reproducir el formato que crea conveniente (edición en papel, en formato electrónico o en e-book, etc.) el trabajo presentado con el título: Evaluación y Promoción del desarrollo intelectual en bebes de 12 a 24 meses. "Una oportunidad para la prevención del fracaso escolar”. Asimismo autorizamos a los editores a vender la obra, conservándonos los derechos para publicar nuestro artículo en forma total o parcial en otras publicaciones en el futuro.