Ciclo de Conferencias Filosofía d Juana Sánchez-Gey Venegas E “Mujer y Filosofía” n el acto, el Presidente del Casino dio la bienvenida a la conferenciante y a todas las personas que asistieron para “compartir con nosotros esta ponencia”, y agradeció a la coordinadora del ciclo, Concepción García-Polledo su entrega y su trabajo. “El tema es actual aunque no debería ser necesario porque la valía depende de la persona, sea hombre o mujer”, dijo. En su presentación, García-Polledo, realizó un somero repaso por las muchas publicaciones de Juana Sánchez-Gey Venegas, Profesora de Filosofía de la Universidad Autónoma de Madrid, destacando en especial, su gran conocimiento sobre María Zambrano. La Profesora Juana Sánchez-Gey Venegas inició su intervención, tras los agradecimientos, y dijo que “el tema podría parecer extraño por lo que supone de acotar el pensamiento”, pero a su juicio no quiso entrar en este debate porque “las mujeres han estado siempre presentes en el pensamiento y no se puede hacer un repaso por toda la historia”. Por ello estableció dos acotaciones: en primer lugar, centrándose en los trabajos de las mujeres y además la acotación del tiempo, ciñéndose a que fuesen contemporáneas. El primer nombre que citó la conferenciante fue el de Rosa Luxemburgo, de finales del XIX y que falleció en el XX. Su pensamiento era fundamentalmente político. También a Simone de Beauvoir y otras muchas en las que no quiso profundizar para reservar el tiempo para las españolas. De las españolas, Juana Sánchez-Gey Venegas, citó a dos fundamentales, Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán, y evocó cuando en las calles de su Cádiz natal había oído una frase que se le quedó desde niña en relación a Arenal, muy preocupada por los presos: “odia el delito y compadece al delincuente”. También habló de la Edad de Plata de la cultura española, “una edad esplendida, que no empieza en un día concreto” pero la situó entre 1915 y 1936. En esa edad de plata, “además de literatura, también fue espléndida en el campo de la filosofía, la escuela de Madrid y la de Barcelona”. Hay dos mujeres sobresalientes. Las dos se llaman María: María de Maeztu y María Zambrano, ambas discípulas de Unamuno y de Ortega. María de Maeztu, viaja a Alemania, al mismo lugar donde se educó Ortega. Su preocupación más importante es la educación y especialmen- te la educación de la mujer. Su madre, para salir adelante, había creado una escuela de señoritas cuando se quedó viuda del ingeniero Manuel de Maeztu Rodríguez, un hacendado cubano de origen navarro con el que se casó con solo 16 años. Creó el Lyceum Club Femenino, una alternativa para las mujeres que no podían ir a la universidad. Se licenció en Magisterio y se doctoró en Filosofía y Letras en 1936. En 1937 se fue a Buenos Aires, donde fijó su residencia y obtuvo la cátedra de Historia de la Educación en la Universidad, que mantuvo hasta su muerte. María Zambrano, “posee una forma peculiar de pensar en español y una forma distinta de entender la filosofía, desde la confesión”. Habla en primera persona, conjuntando pensamiento y vida. “María Zambrano es una maestra”, con una razón poética. La conferenciante explicó que la filosofía de Zambrano “es una vivencia personal, con rasgos muy concretos” y habla de la necesidad de un maestro, por su deseo de escuchar. Más que una filosofía de un modo de vivir y creación poética y superar la propia experiencia. El tema de la razón-poética, subyace en sus obras hasta el punto de constituir uno de los núcleos fundamentales de su pensamiento. La razón-poética se construye como el método adecuado para la consecución del fin propuesto: la creación de la persona. La poesía es respuesta. La filosofía es pregunta. La filosofía de la salvación era una constante en Zambrano. Sánchez-Gey habló además de otros filósofos y citó expresamente a Adela Cortina, que en palabras del Presidente, “es de la casa, porque ha estado en nuestra tribuna, lo cual nos honra tremendamente”. “Hay dos mujeres sobresalientes: María de Maeztu y María Zambrano, y ambas son discípulas de Unamuno y Ortega”. María Maeztu María Zambrano 25