1 EPISTEMOLOGÍA DE LAS ESCUELAS DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO Dr. Alí Javier Suárez Preámbulo Desde los inicios de la civilización humana, se inicia una carrera por encontrar diversas explicaciones para los fenómenos de intercambio, asignación y distribución de recursos. Estas formas de buscar razones, en muchos casos, se corresponden con formas de procesamiento del conocimiento insuficiente e inexacto sobre las dinámicas realidades. De modo que, la existencia humana trae consigo una interacción constante con diversos eventos que son atractivos, interesantes y novedosos, y que marcan la dinámica de la relación del hombre con todo aquello que lo rodea, más aún, en el marco de las relaciones económicas. Estas interrelaciones implican la interacción entre dos términos: el sujeto cognoscente y el objeto, que, en el marco de lo que nos ocupa, se encuentra representado en la ciencia económica. Es allí, donde la Epistemología Económica encuentra su razón de ser, ya que, ella es aquel conjunto de saberes que tienen a la ciencia económica, su naturaleza, su estructura, sus métodos, como objeto de estudio. Las cuestiones centrales de esta disciplina filosófica hacen referencia a: ¿Cuáles son la naturaleza y límites del conocimiento económico? ¿Cuáles son los criterios de demarcación para alcanzar un conocimiento científicamente aceptable? Escuelas del Pensamiento Económico El método en economía, como en cualquier otra ciencia, se relaciona con el procedimiento del cual se sirve la disciplina para construir y desarrollar conocimiento. En este sentido, es necesario considerar cómo ha evolucionado el debate sobre el método en economía. Así, la metodología ha sido un tema de preocupación desde los economistas clásicos hasta las corrientes contemporáneas de la economía. Por ello, para la comprensión total de la epistemología de las escuelas de pensamiento objeto de estudio, es necesario revisar los postulados de las mismas directamente relacionadas o las que permiten realizar contrastes. Así, se tienen las siguientes: 2 Mercantilismo El sistema de economía denominado mercantilismo, es una corriente del pensamiento económico surgida en el período de descomposición del feudalismo y de emergencia del capitalismo; su desarrollo puede ubicarse en la primera mitad del siglo XVII, aunque su aparición se remonta a los siglos XV y XVI, en Europa Occidental. En este orden de ideas, Maza (1985:481) alega: “…el mercantilismo se nutrió de las reglamentaciones, leyes, normas disposiciones y prácticas de política económica dictadas por los gobiernos de esa época en los países donde este sistema prevaleció” Este pensamiento puede ser entendido como un conjunto de ideas económicas que considera que la prosperidad de una nación-estado depende del capital que pueda tener, y que el volumen global de comercio mundial es inalterable. Los mercantilistas no estaban interesados, principalmente, en obtener una reflexión sistemática sobre el funcionamiento económico, su eje era encontrar la política económica capaz de permitirle al Estado ser más rico y más poderoso. Sus ideas expresaban sobre todo los intereses y las ambiciones de los mercaderes, que formaban parte de una nueva clase social en ascenso: la burguesía. Igualmente, la preocupación de los mercantilistas giraba alrededor de la acumulación de metales preciosos, fundamentalmente oro. Desde el punto de vista teórico, las condiciones esenciales para el funcionamiento del sistema mercantilista era necesaria la intervención del estado en la actividad económica, la apertura de la economía al sector externo, pero, bajo supervisión y control del Estado, ya que, la principal motivación de la actividad era el interés del Estado nacional. Para comprender lo anterior, de acuerdo a Maza (1985:482), los supuestos principales del mercantilismo son las siguientes: a.) La dimensión de la economía mundial está dada y sólo cambian la dimensión de la economía nacional dentro de aquélla; b.) La ocupación más productiva es la relacionada con la manufactura y el comercio exterior; c.) Los mercados industriales son más dinámicos (extensibles) que los agrícolas; d.) La agricultura depende para su desarrollo de las expansión del comercio y la manufactura; e.) La población numerosa mantiene bajos los salarios, estimulándose así la inversión y la producción; f.) Los ajustes no son automáticos y requieren la intervención del Estado. En otro orden de ideas, las variables básicas del modelo mercantilistas son las siguientes: a.) Variables independientes: la riqueza mundial, la forma de acumulación 3 de metales preciosos, el volumen de la población y su composición por grupos de edad, la existencia de recursos naturales, el nivel de vida elemental de los trabajadores y sus familias materializado en el salario mínimo, la tasa legal de interés que el Estado fija. b.) Variables dependientes: el saldo del comercio exterior, la tasa de interés del mercado, la tasa monetaria de salarios, la producción, el empleo, el nivel de precios, la demanda de dinero y su oferta. Así pues, el sistema mercantilista está sujeto a las variaciones cuantitativas y del signo del saldo de la balanza comercial. En ausencia de regulación del Estado sobre la tasa de interés, ésta tiende a aumentar con relación a los saldos comerciales desfavorables, determinándose así una contracción de la demanda de inversión, un descenso en el nivel de empleo y de ingreso. Sin embargo, cuando el saldo comercial es favorable, la tasa de interés tiende a la baja, sube la demanda de inversión, así como también, el empleo y el ingreso. Los mercantilistas consideraban que el saldo comercial podía ser manipulado por el Estado en beneficio de la economía nacional. En resumen, el pensamiento mercantilista se puede sintetizar de la siguiente manera: Minimizar las exportaciones de oro y plata, dado que éstos, en cuanto a medio de intercambio como dinero mercancía, representaba acumulación de riqueza (expresión tangible de los beneficios de la actividad exportadora). Minimizar la importación de bienes, salvo aquellos necesarios en la elaboración de bienes exportables, obstaculizando el ingreso de aquellos que compitan con aquellos producidos internamente. Cuando sea indispensable importar, que se haga a cambio de bienes internos, y no de equivalente en oro. Lograr mejores colocaciones a los excedentes internos, a cambio de valor duro, expresado en metales preciosos. Utilización, de manera preferente, de insumos nacionales en productos exportables, pues el valor agregado queda en el país. Aún cuando los mercantilistas le otorgaban una gran importancia al mercado, no creían que en él existía un libre juego en el que todos se beneficiaban. Por el contrario, consideraban que la falta de regulación, así como también, la ausencia de ajuste automático, significaba que la ganancia de unos representaba las pérdidas de otros. 4 Richard Cantillon El pensamiento de Richard Cantillon se desarrolla entre 1730 y 1734, es decir, un lapso de tiempo bastante corto, marcado por el debilitamiento de las ideas mercantilistas y la aparición de las primeras ideas de la fisiocracia. La vida y obra de Cantillon, está marcada por la tragedia y el olvido; esto se debe a que, muere en la cima de su carrera, además de que su “Ensayo sobre la Naturaleza del Comercio en General”, se publica veinte años después de su muerte sin lograr el reconocimiento necesario, pese a ser el primer intento de describir completamente los fenómenos económicos más importantes. El pensamiento de Cantillon es eclipsado por la publicación de “Una Investigación sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones”, aun cuando en ésta es citado constantemente por Adam Smith. No obstante, muchos lo consideran el padre de la economía política, frente a la abrumadora opinión que coloca a Smith en este sitial. Esto se debe a que, Cantillon separó el análisis económico de la moral y la política, para avanzar en un frente contra la escolástica y el mercantilismo. En este orden de ideas, Stanley Jevons, en un ensayo publicado en 1881 y titulado Richard Cantillon y la Nacionalidad de la Economía Política, defiende la idea de que la aparición de la economía política es responsabilidad directa del autor, lo que permitió hacer justicia con su obra. El “Ensayo sobre la Naturaleza del Comercio en General” se divide en tres partes: en la primera se tratan algunos temas generales como las agrupaciones humanas, los salarios, la teoría del valor y el uso de los metales preciosos como moneda. En la segunda se expone ideas relativas a una teoría monetaria. Y, en la tercera, se refiere al comercio exterior y los intermediarios financieros. Pero, en resumen, sus importantísimos aportes son tan variados que es imposible ubicarlo dentro de una escuela de pensamiento determinada. Por ejemplo, en él, confluyen ideas muy cercanas a la fisiocracia cuando argumenta que la producción de riqueza nacional se debe a dos factores: la tierra, que es lo natural y el trabajo que es lo humano, lo productivo. Al combinar ambos factores en el balance comercial nacional, se debería procurar que los bienes importados tengan mayor proporción del factor tierra, mientras que, paralelamente, los exportados posean mayor parte del factor trabajo. Cuanto más producto natural tenga una economía, más personas podrán 5 mantenerse, pues el hombre vive del consumo de los productos de la tierra, más no del valor creado en el trabajo. Otro aporte de su pensamiento, es el concepto de riesgo empresarial, ya que, para él la remuneración tendrá cierto grado de certidumbre dependiendo de quien la recibe; así, los independientes, príncipes y grandes propietarios reciben un salario inseguro, debido a que, no conocen con seguridad los beneficios que puede aportarle su negocio, mientras que los asalariados reciben un salario seguro. De igual manera, Cantillon se enfrenta al colectivismo y al cooperativismo, porque asegura que existe un individualismo sujeto a un orden natural de la esfera social. La actividad económica individual, es motivada por el propio interés y se encuentra determinada por mercados competitivos. Esto implica que, la racionalidad humana supera al egoísmo, lo que permite que, al final, se logre de modo espontáneo una cooperación económica no planificada, lo cual, guarda cierto grado de similitud con la mano invisible de Smith. Por otra parte, al explicar la relación del empresario con su entorno, Cantillon parece referir una situación de ciclo económico cuando arguye que, al interactuar con las fuerzas económicas, se daría un proceso cíclico en que se condicionarían mutuamente los ingresos, los rendimientos y los costos. Por ello, el empresario, como catalizador de ese ciclo, debe asumir riesgos porque es la persona comprometida en el negocio, sin certidumbre sobre el beneficio que puede obtener de su actividad. En uno de los apartados de su ensayo, “De la circulación del dinero”, el cual, podría considerarse una Teoría Monetaria, afirma que es necesario un mínimo de dinero igual a la mitad del producto de la tierra para que exista circulación, pero para que esta circulación se realice con fluidez se necesitan dos tercios. Pero, si los pagos en vez de realizarse anualmente, se realizan semestralmente el volumen necesario de dinero se reducirá a la mitad, porque producirán el mismo efecto. Así, la cantidad necesaria de dinero dependerá de la frecuencia el que se realicen los distintos pagos. Por tal motivo, para Cantillon, debe existir una proporción cuantitativa de dinero en efectivo necesaria para la circulación, y ésta puede ser distinta de nación en nación, ya que, estará determinada por el ritmo que se siga y la velocidad de los pagos, lo que representa la primera referencia a la variable “velocidad de circulación del dinero”. 6 De modo que, el pensamiento de Richard Cantillon, sentó las bases para los posteriores desarrollos que, en materias diversas, significaron para la economía un impulso hacia nuevas formas de producción, así como también, a nuevos modos de generación de conocimiento. Fisiocracia Los principales fisiócratas fueron: F. Quesnay, W. Pwetty, R. Turgot y J. Locke. Estos autores escribieron durante el siglo XVIII, antes de la Revolución Francesa y del proceso de Industrialización en Inglaterra. Y es atribuida a Vincent de Fournay la famosa expresión: “laissez faire, laissez passer” (dejar hacer, dejar pasar), que se ha transformado en una frase icónica para los liberales. Los fisiócratas sostenían que el principal derecho natural del hombre consiste en el disfrute de los resultados de su trabajo, siempre que tal disfrute pueda armonizarse con los derechos de los demás. Y eso sólo a través de la agricultura, que la economía era capaz de generar el excedente del cual dependía todo lo demás, ya que, era el único sector que generaba valor agregado, mientas que los demás actividades eran consideradas “estériles”. Las ideas de los fisiócratas alcanzaron cierta difusión en Francia, Alemania e Inglaterra, los dos primeros con economías que descansaban en la agricultura y, el último, aunque más industrializado y orientado al comercio exterior, con el problema de la creciente limitación de sus recursos naturales ante una población y una producción no agrícola en aumento. No obstante, para Maza (1985:486): “En realidad no hubo una “Época Fisiocrática”, ni como dominio de la doctrina en la política económica de los gobiernos, ni como cuerpo de pensamiento de extensa aceptación en el mundo intelectual”. Para esta escuela, a diferencia de los mercantilistas, la riqueza de una nación procedía de la capacidad de producción, y no de la cantidad de oro y plata que se tuviera, por lo cual, centrarán el estudio no en el dinero, sino en las fuerzas reales que permiten el desarrollo económico. Desde el punto de vista teórico, tres condiciones son esenciales para la validez de la doctrina fisiocrática: a.) libre competencia, b.) propiedad privada sobre los medios de producción y, c.) interés individual como factor de motivación. 7 Adicionalmente, para Maza (1985:487) las limitaciones del sistema fisiocráticos son las siguientes: a.) Los límites del crecimiento económico están dados por los límites de expansión de la agricultura, los cuales no son estáticos, ya que, pueden ser desplazados en razón del desarrollo técnico; b.) Por consiguiente, el estancamiento de la economía sobreviene cuando la capacidad de expansión de la agricultura es nula; c.) El trabajo productivo es únicamente el aplicado a la agricultura; el trabajo no agrícola es estéril. d.) El obrero no crea plusvalía, sino que reproduce el costo de su fuerza de trabajo; toda la plusvalía es creada por la naturaleza. Las variables del modelo de la fisiocracia son las siguientes: a.) Variables independientes: el salario natural, los avances primitivos y territoriales o capital fijo, la productividad agrícola, que resulta de las condiciones naturales y el desarrollo técnico, la estructura de distribución del ingreso, que resulta de la estructura de las clases de la sociedad, la composición del gasto de los terratenientes en productos agrícolas y productos de la clase estéril, y la concentración de la propiedad agraria; b.) Variables dependientes: el producto bruto, el producto neto, los avances anuales, el producto agrícola, la población, el empleo y el producto en el sector estéril. El modelo fundamental mediante el cual se sistematiza todas las variables es el Tableau Economique de Francois Quesnay, que representa el primer análisis sistemático del flujo de riqueza en el que se asentarán las bases de la macroeconomía. En este instrumento analítico, se le atribuye a la agricultura la máxima importancia, confiriéndole la capacidad de crear riqueza. El Cuadro Económico explica cómo circula el producto neto entre las tres clases y cómo se produce cada año, entre cosecha y cosecha. Las fluctuaciones económicas del sistema de la fisiocracia son una consecuencia de los factores accidentales que inciden en las cosechas. Los cambios en la disposición del gasto de los terratenientes, que pueden inducir un deterioro (o mejoramiento) de la paridad de intercambio en perjuicio (o beneficio) de la clase productiva, desempeñan un papel estratégico de primera importancia. Los gastos de los terratenientes ponen en marcha el circuito y una modificación de las proporciones de esos gastos en productos naturales y de la clase estéril influye decisivamente en la dirección de la actividad económica. 8 De igual forma, la población puede crecer hasta un máximo correspondiente a la capacidad de expansión de la agricultura. Cuando los recursos son plenamente utilizados, los rendimientos se hacen decrecientes. El estancamiento secular de la economía puede sobrevenir por la escasez de los recursos naturales explotables. Esta incidencia puede ser interrumpida por el progreso técnico en la explotación de tales recursos naturales. Escuela Clásica Inglesa Es una de las escuelas de pensamiento más influyente en la ciencia económica, cuyos principales exponentes son: Adam Smith, David Ricardo, Thomas Malthus, John Stuart Mill, y Juan Bautista Say, entre otros reconocidos economistas. Considerada en el campo de la ciencia económica como la primera escuela de pensamiento económico moderno. Su comienzo se remonta a 1776, con la publicación de la gran obra de Smith “Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones”. Las ideas de los clásicos liberales adquirieron extensión y predominio no solo en el mundo intelectual, sino también en el mundo político y de los negocios. Por tanto, cualquier análisis del pensamiento macroeconómico clásico debe tener como referencia histórica el tiempo comprendido entre comienzos de la segunda mitad del siglo XVIII y mediados del siglo XIX. Esa fue la época del capitalismo premonopolista, período revolucionario, de crisis del sistema aristocrático y feudal, de crisis del colonialismo geográfico, de ascenso en la burguesía apoyada en el proceso de industrialización y de expansión de los mercados interiores y exteriores. De modo pues que, la escuela clásica se funda en un contexto capitalista, en el cual la revolución industrial provoca enormes cambios en una sociedad que aún asimilaba el cambio de un sistema feudal y entraba a un sistema de capitalismo de mercado. En este sentido, para Maza (1985:496): “El capitalismo en desarrollo requiere la ruptura de las barreras feudales y de las barreras aduaneras; requiere el funcionamiento de un Estado liberal, más que árbitro, propulsor de los intereses de la burguesía”. Atendiendo a sus postulados, el fundamento de la doctrina liberal es el orden natural, la armonía inmanente de la vida social, la coincidencia automática entre el 9 interés individual, libremente ejercitado y perseguido, y el interés social. La concurrencia libre y perfecta es el régimen bajo el cual se desenvuelve la actividad económica. Así, las condiciones esenciales para la prevalencia de un sistema liberal clásico son las siguientes: a.) propiedad privada de los medios de producción, la ausencia de concentración y de centralización del capital, la inflexibilidad de la estructura económica (en su acepción de conjunto de relaciones de propiedad, producción y distribución de la riqueza); b.) la flexibilidad del sistema de precios, incluidos los servicios factoriales, la movilidad perfecta de éstos y la velocidad infinita con que se efectúan los ajustes a los cambios exógenos. En resumen, la escuela clásica promulga supuestos fundamentados en la ética de mercado, en el cual, todas las mercancías se mueven en mercados de competencia perfecta y se supone el laissez faire, porque la única institución reguladora valida es el mercado, ya que, existe una “mano invisible”, es decir, en una sociedad cada individuo en búsqueda del interés propio genere el beneficio de la sociedad, en donde los mercados se ajustan de modo automático permitiendo un estado de pleno empleo. Maza (1985:497), enumera una serie de supuestos del sistema liberal clásico: a.) Identidad entre oferta y demanda (ley de Say); b.) en consecuencia, estado de pleno empleo de los recursos como inmanente al sistema económico; c.) El dinero es neutral ante los procesos de la economía real; d.) El valor es creado por el trabajo en las actividades productivas (bienes y servicios relacionados); e.) La población se reproduce en relación con los medios de subsistencia disponible (salario natural). Fundamentalmente, para Adam Smith, el funcionamiento económico de la sociedad descansa en las leyes del mercado y en la interacción del interés individual y la competencia. El empresario se ve obligado, por las fuerzas de la competencia, a vender sus mercancías a un precio próximo al costo de la producción; ello lo obliga a ser los más eficiente posible de modo de mantener sus costos bajos y permanecer en condiciones competitivas. Asimismo, el análisis del cambio dinámico social descansa sobre la teoría de la acumulación, sostiene que la distribución del ingreso se distribuye entre las diversas clases sociales y, de manera preferente, entre capitalistas y los terratenientes. La fuerza de trabajo asalariada no recibe lo suficiente para permitirles excedente alguno sobre 10 sus necesidades, mientras que los otros dos grupos sociales sí podrían tener fondos suficientes para financiar inversiones y para sostener sus niveles de vida normales. Con respecto a David Ricardo, éste constituye uno de los pilares de la Escuela Clásica, y desplazó el énfasis desde la producción a la distribución, punto de partida para el estudio posterior del Comercio Internacional. Desarrolló la teoría de los costos comparativos defendiendo que cada país debería especializarse en aquellos productos que tuvieren un costo comparativo más bajo e importar aquellos cuyo costo comparativo fuera más elevado, conocida actualmente como Política de Libre Comercio Ricardiana. Para Ricardo, el crecimiento de la población acompañaba a la expansión económica, y que esta expansión generaría un aumento de las necesidades de alimentos, la que solo podía satisfacerse a costos más altos. A fin de mantener los salarios reales a su nivel anterior, serían necesarios salarios monetarios más altos, lo cual haría disminuir la participación de los beneficios en el producto. Las variables que determinan el sistema clásico liberal son las siguientes: a.) Variables independientes: recursos naturales disponibles para su explotación, el salario natural o de subsistencia y, para períodos breves, la existencia de capital real; b.) Variables dependientes: el producto total y su distribución entre bienes de consumo y bienes de inversión, la población activa, el salario de mercado, los beneficios, la renta territorial, la tasa de interés, la inversión (acumulación de capital), la productividad del trabajo y el aprovechamiento económico del desarrollo técnico. En cuanto a la dinámica de un sistema clásico, las fluctuaciones recurrentes de la actividad, del tipo de del ciclo económico, no tienen lugar, pues el ajuste automático lo impide. La identidad entre oferta y demanda, así como también, la flexibilidad de precios, incluidos los salarios y las tasas de interés corrigen algún desperfecto, accidente o perturbación en los mercados. Marxismo El pensamiento marxista nace entre el segundo y el tercer cuarto del siglo XIX, época del ascenso del capitalismo premonopolista, de manifestaciones más claras de las recurrentes crisis de las economías capitalistas en desarrollo y de duras privaciones de la clase obrera. La realidad que observó Karl Marx, fue la de Europa Occidental, 11 particularmente, Alemania, Francia e Inglaterra, países en los cuales el capitalismo había alcanzado su máximo desarrollo. Además, el período en el que se desarrollo el marxismo coincide con la época de auge de las ideas socialistas, particularmente, en Francia, y de la filosofía hegeliana. Época de conmociones políticas y sociales, de grandes acumulaciones de capitales, de innovaciones en el campo de la producción. Esta época fue propicia, pues, para “El Capital”, que de crítica de la Economía Política de su tiempo se convirtió en el arma teórica fundamental del socialismo científico. La base de la teoría de Marx, la constituye su análisis de la historia, en el que postula que: “En toda sociedad, entre cuantas han aparecido en la historia, la división en clases está determinada por aquello que se produce, como se produce y por la forma en que se intercambia la producción. Las causas últimas de todo los cambios sociales, pacíficos o no, hay que buscarlas no en las mentes de los hombres, sino en las mutaciones experimentadas por los métodos de producción y de intercambio”. Las condiciones esenciales en un sistema marxista, se encuentran implícitas en el profundo análisis del sistema capitalista. Aún cuando, Marx se basó en una crítica al capitalismo, las condiciones inherentes al funcionamiento de su modelo son las mismas que las de la Escuela Clásica Inglesa, a saber: a.) Propiedad privada de las condiciones materiales de la producción; b.) Existencia de un mercado libre y fluido de fuerza de trabajo, desarrollo general del cambio indirecto; c.) Cierto grado de competencia entre capitalistas; d.) Movilidad del capital y de la mano de obra; d.) Posibilidad de aprovechamiento de los conocimientos técnicos. Al referirse a los supuestos implícitos y explícitos en la crítica de Marx, Maza (1985:512) indica: Dado que el método de Marx es el de la abstracción (simplificación de fenómenos complejos para analizar lo esencial), las hipótesis y restricciones son formas de aislamiento de características dominantes del sistema, a saber: en el marco de la estructura económica las únicas relaciones de producción y distribución existentes son las del capitalismo puro; la acumulación de capital es una necesidad inmanente del capitalista, tanto microeconómica como macroeconómicamente, es decir, para el capitalista individual y para la sociedad capitalista aquélla necesidad es inevitable; el móvil del capitalista es el afán puro de lucro; el asalariado consume todo su ingreso y la única fuente de ahorro, por tanto, es la plusvalía. 12 Las variables del modelo marxista son las siguientes: a.) Variables independiente: en virtud de lo cerrado del sistema marxista, son pocas las variables que pueden ser consideradas exógenas o determinadas fuera del sistema, para efectos de análisis; ellas son: los recursos naturales explotables, el salario de subsistencia y el capital acumulado; estrictamente el acervo de conocimientos técnicos a la disposición de los capitalistas también debe ser considerado como variable exógena; b.) Variables dependientes: el nivel de producción, el nivel de empleo, el progreso técnico asimilado a la producción, la acumulación (inversión); el volumen de plusvalía (o de beneficios); la composición orgánica del capital; la tasa salarial del mercado; el ejército industrial de reserva; el consumo; el monto de capital variable. Correlativamente, pueden ser determinadas la tasa o cuota de plusvalía y la tasa o cuota de ganancia. En síntesis, el pensamiento de Karl Marx y sus seguidores se fundamenta en los siguientes supuestos: La producción y el intercambio de productos constituyen la base de todo orden social. Se debe descubrir las leyes del movimiento de la sociedad capitalista, para luego señalar, lo que serían los cursos rectificatorios a seguir. Se buscaba demostrar como el capitalismo explotaba necesariamente a la clases trabajadora y que esta explotación conduciría inevitablemente a su destrucción. Se distingue entre los conceptos de fuerza de trabajo y tiempo de trabajo. La fuerza de trabajo hace referencia a la capacidad del hombre para el trabajo; el tiempo de trabajo es el proceso real y la duración del trabajo. El empresario paga al trabajador una cantidad igual al valor de su fuerza de trabajo, pero este pago equivale sólo a una parte de la producción diaria del trabajador y, por tanto, sólo a parte del valor que este produce. La clave de la explotación, en este sistema, está en el hecho de que existe una diferencia entre el salario que recibe un trabajador y el valor del producto que produce. Marx lo denomina “Plusvalía”. Neoclásicos Los principales expositores de esta escuela fueron Marshall, Walras y Pareto, su origen se remonta al año 1870. La Ortodoxia Económica (Mainstream) representado 13 por los economistas Neoclásicos, dejó un gran legado en el que se diferenciaba la economía pura de la economía política y se estudiaban los sistemas a través de análisis matemáticos, estadísticos y econométricos, con el propósito de establecer sobre bases ciertas el comportamiento de los agentes económicos a la hora de asignar los factores de producción. Para muchos, el término neoclásico exagera la relación de esta escuela con los liberalistas clásicos, sin embargo, la cercanía entre ambos es innegable, debido a que los neoclásicos perfeccionaron y dieron un sentido más ordenado y/o sistemático a la “mano invisible” de los clásicos, así como también, formalizaron el análisis de la demanda y oferta, de modo que, la mayoría de las teorías microeconómicas estudiadas en las universidades y centros superiores provienen de esta escuela. Pero, es a partir de la década de los años setenta, que algunos economistas, entre los cuales destacan: Robert Lucas, Robert Barro, Edward Prescott y Neil Wallace, desarrollan un cuerpo de razonamientos que dan vida al neoclasicismo moderno. Dornbusch y Fischer (2003:07): “consideran que el mundo está integrado por individuos que actúan racionalmente en su propio provecho en unos mercados que se adaptan rápidamente a los cambios de las circunstancias”. En este sentido, también alegan que la intervención del Estado empeoraría dramáticamente el desarrollo armónico de los mercados. Esta reflexión, los coloca en el lado opuesto de las ideas keynesianas y socialistas predominantes en la época, lo que implica que eran reconocidos como una nueva casta de economistas, cuyo pensamiento es una reacción a las ya cuestionadas ideas socialistas de la economía planificada y de la política económica activa de los gobiernos. Así, para Dornbusch y Fischer (2003:07) los supuestos fundamentales de la nueva escuela clásica son tres: Los agentes económicos tienen una conducta maximizadora. Las economías domésticas y las empresas toman decisiones óptimas, lo cual significa que utilizan toda la información de que puede disponer para tomar decisiones y que esas decisiones son las mejores en las circunstancias en que se encuentran. Las expectativas son racionales, lo cual significa que son las mejores predicciones estadísticas del futuro que puede realizarse con la información existente. De hecho, la nueva escuela clásica a veces se denomina escuela de las expectativas 14 racionales, incluso aunque éstas sólo constituyan una parte del enfoque teórico de los nuevos economistas clásicos. Las expectativas racionales implican que los individuos acaban entendiendo la política que está utilizando el gobierno y, por lo tanto, que no es posible engañar a la mayoría todo el tiempo o ni siquiera la mayor parte del tiempo. Los mercados se vacían. No hay razón para que las empresas o los trabajadores no ajusten los salarios o los precios si eso mejora su bienestar. Por lo tanto, los precios y los salarios se ajustan para igualar la oferta y la demanda; en otras palabras, los mercados se vacían. De modo que, los supuestos neoclásicos están centrados en el ajuste flexible de los salarios y precios y del equilibrio permanente de los mercados. La explicación es sencilla, una empresa que no pueda vender bajará los precios para incentivar la demanda y, por otra parte, un desempleado bajará sus expectativas de salarios con el propósito de encontrar asignación rápidamente. Así, tenemos una escuela con una gran base teórica y supuestos sencillos pero infalibles, conformada por grandes mentes y personalidades que visualizaron los problemas de los sistemas a través del estudio de la economía pura y dejando de lado las situaciones propias de la economía política. La Escuela Austríaca La Escuela Austríaca, fue la cuna de reconocidos pensadores responsables del resurgimiento de liberalismo económico, entre los cuales se encuentran dos de sus más grandes exponentes: Ludwing Von Mises y su alumno más aventajado Friederich Von Hayek. Von Mises, dictó clases en Viena y era un furibundo critico de las ideas socialistas de intervencionismo y de centralización del poder, sus libros: “Liberalismo” 1927 y “Crítica del Intervencionismo” 1929, ganaron suficientes adeptos para difundir y divulgar sus ideas liberales. Para muchos, el término “Neoliberalismo” fue acuñado por Von Mises en su libro “Liberalismo”, en el cual, lo utiliza para señalar a los socialistas que se hacían pasar o tenían algunas tendencias liberales. Posteriormente, el término lo cambió por el de pseudoliberales, sin embargo, en su libro “Socialismo” 1930 utiliza el término para 15 señalar a los liberales que compartían algunos postulados y teorías socialistas como la de la “Teoría Subjetiva del Valor”. De manera que, Von Mises, utilizó el término a discreción, en primera instancia para señalar a los falsos liberales y, en segundo lugar, para diferenciar a los liberales que compartían algunas ideas socialistas. Por otra parte, Von Hayek, fue inicialmente un alumno crítico de Von Mises, ya que para la época, era un socialista convencido de que el Estado debía intervenir para mejorar el ordenamiento social de su natal Viena, inmersa en condiciones sociales deplorables, destruida por la Primera Guerra Mundial. Pero, pronto la situación cambiaría dramáticamente cuando Von Hayek leyó el libro “Socialismo” de Von Mises y se convierte en un discípulo fiel de éste. Desde ese momento, comienza entre ellos una afinidad intelectual que le dio vida a grandes episodios de la Escuela Liberal Austríaca, entre los cuales destacan sus enfrentamientos con los pensamientos intervencionistas Keynesianos y una victoria aplastante sobre los críticos socialistas. Las críticas de ambos al socialismo, estaban centradas en la imposibilidad de sostener el sistema por la inexistencia de un precio de mercado y por la intención socialista de planificar la economía y sustituir el libre mercado. Von Hayek, alegaba que el socialismo, pues, debía basarse en una institución central que dictara las pautas de lo que debía producirse, así como también, la cantidad y el momento. Esta institución, para Von Hayek, tendría problemas a la hora de elaborar un plan de producción debido a que no tenía referencia alguna que le indicara la factibilidad de llevarlo a cabo. Esta idea de Von Hayek, se basaba en su creencia de que los precios eran los transmisores de la información del mercado, de modo, que ellos eran los que aglutinaban toda la información dispersa que los economistas socialistas no podían condensar en sus planes de producción. De manera que, en una economía planificada socialista la falta de información produciría una desconexión entre la institución central y el mercado, con lo cual, no necesariamente se iba a producir lo demandado por la población. Asimismo, para la Escuela Austríaca, la economía planificada no se correspondía con el ideal de libertad individual de las personas, ya que, muchas de sus decisiones 16 están condicionadas por un Estado totalitario, en el que gobernarían “los peores elementos de la sociedad” (Hayek, 1944). Esta idea fue desarrollada por Hayek, en uno de sus libros llamado “Camino de Servitud” publicado en 1944, en el cual sostenía: Sin propiedad privada, se crea una dependencia tan grande del estado que nos convierte prácticamente en esclavos. El estado debería tener tantos poderes que necesariamente tendría que repercutir en la sociedad. En una sociedad planificada, debe haber alguien que ejerza el poder, que controle el estado. Para imponer unos objetivos comunes a una sociedad, aunque se quiera hacer de manera bienintencionada, es necesario imponer estos objetivos a las personas que no estarán de acuerdo. Para imponerlo, se debe coaccionar y tomar medidas represivas en caso de que no acepten a la autoridad central, por lo tanto el dirigente se verá obligado a tomar decisiones “desagradables” com (sic) el arresto o asesinato. Entonces, los que llegarían al poder serían los que estuvieran dispuestos a tomar estas medidas, y estos serían asesinos y criminales y a partir de aquí estas personas utilizarían el poder para su beneficio personal Por otra parte, Von Hayek sostenía que las normas y moralidad de las personas se derivaban del proceso evolutivo de las sociedades y que éste no se detenía debido a lo cambiante de las sociedades humanas, en este sentido, cualquier intento de dirigirlas representa una involución que no se corresponde con las leyes naturales y cercena a la libertad individual. Todas estas ideas tuvieron una enorme aceptación y colocaron al socialismo “entre la espada y la pared”. Sin embargo, con la Gran Depresión de los años 30 y sus posteriores secuelas, las ideas interventoras de Keynes ganaron adeptos en todo el mundo, lo que produjo enfrentamientos intelectuales entre la Escuela Austríaca y los Economistas Keynesianos y, muy lejos, de los socialistas que esperaban a la expectativas los resultados. El transcurrir del tiempo y, especialmente, los sucesos desencadenados después de la Segunda Guerra Mundial, llevaron al poder a muchos gobiernos socialdemócratas, socialistas, o en algunos casos, creyentes en la intervención keynesiana, y las ideas liberales de la Escuela Austríaca, perdieron gran parte de lo logrado hasta el momento, y sus postulados y teorías cayeron en desprestigio y desuso. 17 Keynesianismo A partir de la Gran Depresión de los años 30, se inicia una carrera por encontrar diversas explicaciones para lo que fue la peor crisis que han experimentado los sistemas económicos a nivel mundial. De allí, se hacen muy evidentes lo contrapuesto de los planteamientos de economistas liberales y socialistas en relación a sus concepciones del comportamiento de los ciclos económicos. Es, a partir de este momento, cuando surge con un gran empuje el pensamiento de John Maynard Keynes, como una alternativa a los problemas derivados de la Gran Depresión Económica. El pensamiento keynesiano, se centró en el análisis de las causas y consecuencias en las variaciones de la demanda agregada y sus relaciones con el nivel de empleo e ingresos. De esta manera, su interés fue dotar a unas instituciones nacionales o internacionales de poder para controlar la economía en las épocas de recesión o crisis, lo cual, se lograba mediante el gasto presupuestario del Estado. La justificación económica para actuar de esta manera, parte sobre todo, del efecto multiplicador que se produce ante un incremento en la demanda agregada. De este modo, el pensamiento keynesiano, representa un quiebre con las ideas clásicas de libre mercado y eficiencia de los mercados, ya que, según Keynes, las economías en situaciones de crisis se enfrentan a problemas de demanda agregada insuficiente, por lo que, el gobierno y las autoridades económicas debía intervenir mediante una política económica activa, que permitiera la recuperación de los niveles de empleo sin preocuparse por el nivel de precios, ya que, éste es fijo o rígido en el corto plazo. Estas ideas y postulados, Keynes los sistematizó en su “Teoría General del Empleo, Interés y el Dinero” que, según Dillard (1948), en su época: ...ha adquirido dentro de los doce primero a su publicación (1936) más influencia sobre el pensamiento de los economistas profesionales y de los autores de la política que ningún otro libro en toda la historia del pensamiento económico en un número comparable de años… Más adelante, el referido autor, continúa alegando: “El libro de Smith es un resonante reto al mercantilismo; el libro de Marx es una crítica demoledora del capitalismo, y el libro de Keynes es una repudiación de los fundamentos del laissez faire”. De este modo, Keynes refutaba al clasicismo en cuanto a que la economía, por 18 sí sola, tiende automáticamente al pleno empleo; el equilibrio al que teóricamente tiende el libre mercado, depende de otros factores y no conlleva necesariamente al pleno empleo. En este orden de ideas, para Maza (1985:522): “…la Teoría General, fue escrita durante una época de profunda depresión en los países capitalistas, es decir, en la cuarta década del siglo actual, seguramente bajo una sensación de inminente naufragio del orden tradicional de la economía capitalista”. Entrando en materia del sistema keynesiano, las condiciones esenciales para comprender la teoría keynesiana son las siguientes: a.) el análisis se realiza en el corto plazo, en el que no cambian, o cambian algunas de las variables del modelo, tales como: factores, población, precios, gastos, ingresos, entre otros; b.) La expansión de la ocupación y la producción, tomando como referencia lo anterior, da lugar a rendimientos decrecientes, lo que implica que el empleo aumenta relativamente más que la producción y que los precios tienden a subir; c.) La conducta de los consumidores es relativamente estable. El equilibrio puede lograrse en niveles de subempleo de los recursos; d.) El tiempo no desempeña una función significativa en cuanto al ajuste que se produce en el sistema keynesiano. Complementariamente, las variables consideradas en el modelo keynesiano, de acuerdo a Maza (1985:524) son las siguientes: a.) Variables independientes: cantidad y calidad de la fuerza de trabajo, capital existente, estado de la técnica, estructura de mercado (grado de competencia), gustos de los consumidores, estructura económicosocial, expectativas de los inversionistas y productores, estado de las preferencias por la liquidez y cantidad de dinero; b.) Variables dependientes: son principalmente: el ingreso (producto) nacional, el consumo, el ahorro, el nivel de empleo, la inversión, la eficacia marginal del capital, la tasa de interés de mercado, el salario nominal, el costo de los bienes de inversión, la producción de los bienes de inversión y el nivel de precios. La dinámica monetaria de Keynes, sostiene que la oferta monetaria es una variable determinada fuera del modelo, es decir, es exógena, ya que, está sujeta a decisiones de política monetaria; asimismo, la demanda de dinero depende de dos factores fundamentales, a saber: por transacciones y por especulación. Esto es, implícitamente, un reconocimiento de que el mercado de dinero puede ser altamente inestable en situaciones donde existan grandes incertidumbres. 19 En cuanto a las fluctuaciones económicas, Maza (1985:528) sostiene que: “La teoría keynesiana es de índole estático-comparativa. Se propone analizar, por confrontación, situaciones de equilibrio de corto plazo. No aborda directamente el problema del ciclo económico, aunque proporciona un instrumental para su diagnóstico y tratamiento”. Por último, para Dillar (1948) en el prólogo del libro La Teoría Económica de John Maynard Keynes, indica que las ideas fundamentales de Keynes se encuentran en: a.) El carácter general de su teoría: su pensamiento se ubica en todos los niveles de empleo, en contraste con lo que él denomina teoría económica clásica. Su interés es explicar qué es lo que determina el volumen de empleo en un momento dado; b.) El papel del dinero: el dinero desempeña tres funciones básicas: la medio de cambio, la de unidad de cuenta y la de acumulador de valor. La más importante de las tres, es la función de acumulador de riquezas; c.) La relación entre el interés y el dinero: el interés es la recompensa por transferir la disposición sobre la riqueza en su forma líquida. El tipo de interés depende de la intensidad del deseo de atesorar, o de lo que llama Preferencia por la Liquidez, para fines especulativos; d.) La inversión: Para Keynes, el exceso potencial considerable de recursos por encima de los necesarios para producir bienes de consumo. Este exceso, se debe destinar a la producción de cosas que no se consumirán inmediatamente, a esto se le llama inversión, y, e.) La incertidumbre del futuro, ya que, las decisiones futuras están altamente influenciadas por las turbulencias del futuro. Neokeynesianos La escuela neokeynesiana fue uno de los paradigmas más visibles de la economía en la segunda mitad del siglo XX. El neokeynesianismo surge de la síntesis entre las primeras ideas de Keynes e ideas procedentes del neoclasicismo. Esta escuela de pensamiento económico constituyó el paradigma dominante de la teoría económica hasta la década de los ochenta. La primera generación de economistas que siguió a Keynes se concentró en combinar sus ideas con las de los neoclásicos, específicamente, las percepciones de Alfred Marshall, Léon Walras y Arthur Pigou. Entre los neokeynesianos se destacaron John Hicks, Franco Modigliani; James Tobin y Paul Samuelson. En resumen, los análisis keynesianos fueron nuevamente analizados mediante enfoques de la escuela económica clásica. La teoría macroeconómica resultante se 20 llamó "síntesis neoclásica" y fue hegemónico el pensamiento macroeconómico por décadas, por lo menos hasta la década de los ochenta. Uno de los puntos de esta síntesis señala que no existe ninguna tendencia automática que garantice el pleno empleo. Por esa razón muchos economistas consideran que las políticas gubernamentales deberían encaminarse precisamente a garantizar el pleno empleo, y en esas condiciones se conjetura que la economía sí se comportaría del modo que la economía clásica y neoclásica sugieren. Así pues, los Neokeynesianos representan los seguidores de Keynes que hacen su aparición después de los primeros keynesianos, quienes eran un grupo más apegado a la Teoría General. Este grupo también se basan en los principios de Keynes pero ya recogen los aportes de Friedman en lo que respecta a la importancia del dinero. Igualmente, si bien es cierto que dentro de su marco teórico reconocen que el dinero era uno de los determinantes importantes del nivel de actividad económica, estos keynesianos refutan la validez de la teoría cuantitativa clásica debido, principalmente, a que la velocidad del dinero no era una constante o independientemente determinada; ésta se determinaba dentro del sistema. También podrían afectar el nivel de actividad económica algunos factores distintos del dinero. Al respecto Díaz (2007) alega que: Aunque el consenso no sea completo, la mayoría de los especialistas en economía y política monetaria sostienen que, a corto plazo, la política monetaria si tiene efectos reales. Para justificar esta creencia se mencionan los costos de información, los retrasos en la implementación de las políticas, los errores en la medición de los datos agregados y otras rigideces que están ausentes de los modelos clásicos. Esta ausencia de rigideces explicaría la incapacidad de los modelos clásicos para limitar el comportamiento de las principales series monetarias de las economías reales y sus respuestas antes las intervenciones de las autoridades monetarias. Los modelos neokeynesianos se aprovechan de este vacío, incorporando las principales características del comportamiento individual de los modelos clásicos, en el que los hogares y las empresas resuelven problemas dinámicos y estocásticos explícitos y tienen expectativas plenamente racionales, pero, se distinguen de los modelos clásicos en sus formas de modelizar el comportamiento agregado. Típicamente los modelos neokeynesianos suponen que los precios son rígidos. Además, abandonan el supuesto de la competencia perfecta y suponen que las 21 empresas tienen un cierto poder de mercado. También suelen incorporar otras rigideces nominales y reales. El ajuste parcial de los precios y cada una de las rigideces añade un grado adicional de libertad al sistema. Lo que estos modelos pierden en coherencia interna si los comparamos con los modelos clásicos, lo ganan en bondad de ajuste al comportamiento de los datos. Con todas sus limitaciones, los modelos neokeynesianos son los mejores modelos disponibles para imitar el comportamiento observado de las series nominales de las economías reales y simular las consecuencias de las políticas monetarias. Los servicios de estudios de los principales bancos centrales utilizan las predicciones de estos modelos en sus informes y recomendaciones. Sus partidarios más acérrimos insisten en que las elevadas tasas de crecimiento y las reducidas tasas de inflación que se han registrado en la economía global en los últimos diez años se deben en parte al uso de estos modelos. Sin embargo, en la década de los ochenta, ante la ola de procesos de estanflación e hiperinflaciones que sufrieron algunas de las economías mundiales, se pusieron a prueba muchos de los postulados Neokeynesianos y surgieron grandes dudas con respecto a la efectividad de sus modelos. Monetaristas Conjuntamente con los neokeynesianos, se desarrolla el pensamiento de una escuela con las mismas tendencias liberales, pero, más interesada en los fenómenos monetarios, entre los cuales establecían una relación entre la oferta monetaria y el aumento en el nivel de precios, este enfoque se denomina: monetarismo. Según Dornbusch y Fischer (2003:232) los economistas monetaristas: …subrayan la influencia del dinero y de la política monetaria en la conducta de la producción y de los precios”, mas adelante, continúan los referidos autores, “sostienen que en la práctica una reducción de la cantidad de dinero reduce inicialmente el nivel de producción y sólo afecta a los precios más tarde”. Estos postulados, que son una pequeña parte del pensamiento monetarista, son el resultado de investigaciones y razonamientos de un grupo de economistas liderados por Milton Fiedman, entre los cuales destacan: Karl Brunner, Allan Meltzer, William Poole, Ana Schwartz y Robert Barro. 22 Milton Friedman, es para muchos, el representante actual más reconocido del neoliberalismo, debido a su creencia resumida en: “la mínima intervención del Estado y la máxima libertad de los agentes que intervienen en la actividad económica”. Pero, más interesado en la importancia del dinero a corto plazo y la neutralidad del mismo en el largo plazo, Friedman hizo pocas consideraciones que le atribuyeran tal epíteto. De aquí, se desprende que la autoridad monetaria solo debe aumentar la oferta monetaria al ritmo requerido por el crecimiento real de la economías y que la inflación se producía cuando la oferta crecía a una tasa mayor que lo requerido por el sistema. La teoría keynesiana y la neokeynesiana, se mostraron ineficaces al tratar de explicar por qué durante la década de los setenta, las economías presentaban conjuntamente inflación y desempleo, ya que, el fenómeno de la estanflación, no cabía en los esquemas keynesianos. Por tanto, los monetaristas objetan las políticas keynesianas, rechazando los instrumentos fiscales y centran su atención en las políticas monetarias. Las principales ideas de los monetaristas, según Osorio (2009), son las siguientes: • No existe desempleo estructural (desajuste entre la calificación requerida por las empresas y la calificación de los trabajadores). • Pero sí existe desempleo friccional (los que están cambiando de empleo) que depende de las características reales de la economía. Y esa es una tasa natural de desempleo. • Friedman rechaza la relación keynesiana del consumo. • Sostiene que los individuos ajustan el consumo de acuerdo al ingreso permanente y no al corriente o efectivo. • La demanda de dinero es estable, por lo que cambios en la oferta de dinero no se trasladan a la demanda, sino a precios. • Esto se debe a que a los individuos les interesa tener una cantidad real de dinero bastante definida, que depende de su ingreso permanente (aquel que surge de un promedio de los distintos ingresos que tendrán a lo largo de su vida), ya que no consumen de acuerdo a su ingreso actual. • Los aumentos en la oferta de dinero pueden derivar en aumentos transitorios en el nivel de actividad por la miopía temporal de los agentes (o sea pueden ser engañados, solo en el corto plazo). • Cuando perciben que han sido engañados, reformulan sus expectativas y la economía retrocede al nivel anterior de producción, que era un nivel de pleno empleo (con desempleo friccional), pero esta vez, con mayor inflación que antes del aumento de la oferta monetaria. 23 La posición de los monetaristas es que la política monetaria puede influir sobre las tasas de interés de corto plazo, pero, suponen un nivel de precios variable que en el mediano y largo plazo sirve para que los agentes ajusten sus expectativas de rendimiento, esto los sistematizó Fisher, en su conocido efecto sobre las tasas de interés nominales. El ajuste en el mercado de dinero, tiene diversas implicaciones en las decisiones de los agentes económicos; en primera instancia, por ejemplo, se producirá un cambio de conducta de los agentes en el mercado de bonos si se produce una subida de corto plazo en las tasas de interés, ya que, aumenta el costo de la tenencia de dinero y disminuye el costo en la tenencia de activos rentables como los bonos. Es, precisamente, con relación al rendimiento requerido de la obligación que el valor del bono se reduce en el mercado; es decir, si las tasas de interés suben, los agentes requerirán mayores rendimientos sobre su inversión y, de esta manera, los bonos ya existentes en el mercado, que ya tienen implícito el valor de ese rendimiento requerido, verán como su valor se debilita debido que su rendimiento es menor que el requerido por los agentes. En segunda instancia, una subida en los tipos de interés tiene efectos sobre la elección de consumo de las familias; esto se puede observar en el Diagrama de Fisher que, según Dornbusch y otros (2004:377) representa: “…la explicación microeconómica clásica de las causas por las que una subida en los tipos de interés puede provocar un aumento del consumo actual o una reducción”. Específicamente, la intención de Fisher era demostrar que un cambio en las tasas de interés puede provocar un cambio de las decisiones en las familias con respecto al presente o al futuro. En este sentido, para Fisher una subida de los tipos de interés puede tener dos consecuencias: una en la que el efecto sustitución predomina sobre el efecto renta y otro en el cual el efecto renta predomina sobre el efecto sustitución. En otro orden de ideas, Friedman, es reconocido porque sus ideas rigen aún la política monetaria de los Estados Unidos y de un gran número de naciones, entre las cuales se encuentra Chile, donde él y un grupo de economistas denominados los “Chicago Boys”, asesoraron en materia económica y financiera a la dictadura de Augusto Pinochet, en la aplicación de un plan de libre mercado que ha favorecido, aún 24 después de treinta años, a la mayoría de los chilenos, tristemente esto se logró en medio de una cruenta tiranía militar que le ganó miles de detractores y, al mismo tiempo, desprestigió las recetas monetaristas representadas por Friedman, al vincularlas con el Liberalismo Autocrático. De manera que, los monetaristas pueden ser considerados como un enfoque inmerso en el liberalismo económico, dado que comparte una serie de postulados que son el resultado de estudios de los primeros economistas liberales como Von Hayek, Von Mises, entre otros. Postkeynesianos Según Furio (2005) el Postkeynesianismo agrupa a un conjunto heterogéneo de economistas, cuya característica común es el intento de rescatar y desarrollar elementos del keynesianismo, que permanecieron inconclusos o quedaron relativa olvidados por quienes diseñaron la síntesis neoclásica. Tratan de recuperar ciertos conceptos básicos del pensamiento de Keynes e incorporar otros nuevos con los que, en su opinión, completase el lenguaje de una economía keynesiana. La mayor actividad de los partidarios de esta escuela se encuentra, en la primera década del siglo XXI, en asociaciones y publicaciones de interés a académicos y especialistas. Los componentes del grupo proceden de diversas tradiciones económicas disidentes con la síntesis neoclásica, entre los que se encuentran los institucionalistas americanos, marxistas europeos, sraffianos o neoricardianos, algunos miembros de la teoría francesa sobre regulación y los más próximos colaboradores de Keynes. Su pensamiento, es un intento de ofrecer una alternativa coherente y global a la ortodoxia predominante en la teoría económica. No obstante, como reconocen sus propios miembros, “el paradigma incipiente es más un programa de búsqueda, con improductivas líneas de investigación entrelazadas, que un cuerpo de conocimientos completamente desarrollado” (Eichner citado por Furio, 2005). La interpretación Postkeynesiana de las ideas de Keynes, difiere de la realizada por la escuela Neokeynesiana y la Nueva Economía Keynesiana en diversos puntos, entre los que destacan los siguientes: La importancia de la incertidumbre, del tiempo histórico o no ergodicidad del proceso económico. 25 La idea de que las variables monetarias afectan a la economía real tanto a corto como a largo plazo. Rechazo de los modelos de equilibrio general neoclásicos. Dentro del pensamiento Postkeynesiano, se distinguen tres tendencias principales: Los Fundamentalistas, cuyo máximo exponente es Paul Davidson. Se inspiran directamente en Keynes y ponen énfasis en la incertidumbre radical, el dinero, la preferencia por la liquidez y la inestabilidad financiera. Sraffianos, que se inspiran en los trabajos de Piero Sraffa, e indirectamente en Marx. Se interesan por asuntos relacionados con los precios relativos, los modelos multisectoriales interdependientes, la medida del capital fijo o la determinación de un patrón invariable del valor. Kaleckianos, que se inspiran en los trabajos de Michał Kalecki y, por tanto, también indirectamente en Marx, pero también en Kaldor y en los institucionalistas. Se ocupan de problemas microeconómicos relacionados con fijación de precios, pero también de los grandes agregados macroeconómicos y de las relaciones mesoeconómicas. Trascendiendo la anterior clasificación, y a modo general, para los Postkeynesianos el capitalismo no tiene ninguna tendencia natural a volver a una situación de pleno empleo y, por tanto, consideran deseable un tipo concreto de intervención estatal tendente a restaurar el pleno empleo. Por ello, y ante la importancia de la inversión fija en el nivel de demanda agregada, enfatizan la necesidad de una política fiscal que fomente la ocupación y las rentas. Paralelamente, las decisiones en el nivel de inversión deben realizarse anticipándose a acontecimientos futuros que no pueden ser conocidos ni siquiera probabilísticamente. En otro orden de ideas, para Furio (2005) el punto de partida del análisis postkeynesiano son las ideas de Keynes y de Kalecki, pero, es muy difícil conocer quién ejerció mayor influencia. Cada uno de ellos originó a dos ramas del keynesianismo clásico, una que parte de la teoría monetaria de Keynes y otra del análisis que Kalecki realiza del sector real. Así, Keynes hace mucho énfasis en la incertidumbre que rodea la inversión en una economía monetizada, mientras que Kalecki en los efectos de la inversión y del ahorro sobre la distribución de la renta, así 26 como también, en otros aspectos, desempeñando ambas variables un papel esencial en el análisis de la producción a lo largo del tiempo en un sistema económico monetario. Pero, de acuerdo con Furio (2005): Paradójicamente, fue el análisis del sector real de Kalecki el que sirvió de base a posteriores trabajos de Cambridge. No obstante, el punto de despegue de la teoría postkeynesiana es la ampliación temporal de la idea keynesiana de incertidumbre. Keynes limitó casi exclusivamente su razonamiento a los efectos a corto plazo de la inversión, es decir, a su papel de impulsor de la demanda efectiva. Prestó poca atención a las repercusiones a largo plazo. En el caso de la temporalidad de los fenómenos económicos, Keynes se centró, básicamente, en un análisis de corto plazo, por ello, se considera que la idea inicial de la teoría postkeynesiana es la ampliación temporal de la idea de incertidumbre. Pero, son dos escritos esenciales: La Acumulación de Capital de Joan Robinson y el artículo Teoría Alternativa de la Distribución de de Kaldor, los que marcaron los albores de un cuerpo postkeynesiano bien diferenciado. Ambos, para Furio (2005): …se inspiraron en la diferenciación entre salarios y beneficios del trabajo de Kalecki para explicar un aspecto esencial de la dinámica del crecimiento ligado a la distribución de la renta. Se trataba del hecho de que un incremento en la tasa de crecimiento, a consecuencia del mayor nivel de inversión que implicaba, se vería necesariamente acompañado por una participación superior de los beneficios en la renta nacional. Lavoie (2004), separa los supuestos considerados por los economistas postkeynesianos, en elementos esenciales y elementos auxiliares, que son la base fundamental sobre la cual se sustentan las críticas que realizan a los promotores de la síntesis neoclásica. A continuación, se presenta un resumen de las referidas categorías: Cuadro 1: Elementos Postkeynesianos significativos Elementos esenciales El principio de la demanda efectiva Los efectos de la demanda predominan sobre los de oferta, tanto a corto como a largo plazo: es la inversión la que determina el ahorro y no al revés. El tiempo histórico y dinámico Es preciso analizar la transición de un punto a otro y reconocer que las decisiones de la transición pueden afectar al equilibrio final. 27 Elementos auxiliares Los efectos nefastos de la flexibilidad Debido a los efectos sobre los ingresos, de precios la flexibilidad de los precios puede empeorar la situación que se supone tendría que corregir. La economía monetaria de la Los modelos deben tener en cuenta el producción hecho de que los contratos son pactados en unidades monetarias, que las empresas tienen deudas y que las familias poseen activos, todo lo cual impone determinada restricciones financieras La incertidumbre fundamental El futuro es necesariamente diferente del pasado: el futuro es imprevisible, pues las decisiones actuales van modificando su configuración. Una microeconomía moderna y Esta microeconomía se apoya sobre pertinente unas elecciones de carácter lexicográfico y sobre unas curvas de costes en forma de L invertida. El pluralismo de las teorías y de los La realidad es multiforme, lo que métodos justifica la presencia de variados métodos y la presencia de una multitud de teorías aparentemente rivales. Fuente: Lavoie (2004). Corolario La epistemología ha servido de base para el progreso del pensamiento económico en todas sus acepciones, desde los inicios mercantilistas hasta las más modernas corrientes actuales. Así, a través de la epistemología se dirimen algunos aspectos del prolongado debate entre la concepción del individualismo y del bienestar colectivo que rige las discusiones políticas y económicas. No obstante, actualmente, el mundo se encuentra en un contexto discursivo similar al descrito, pero, con una realidad económica totalmente distinta, donde las naciones han encontrado múltiples formas de organización de sus sistemas, lo cual ha significado una gran evolución en el pensamiento económico, pero, también, en la política económica. Además de esto, el panorama político es diferente y lleno de enormes contrastes, en el que existen naciones donde imperan regímenes socialistas, otras con sistemas capitalistas y otras con sistemas reconocidamente mixtos. De esta manera, en la nueva 28 realidad mundial, se evidencia un debate acalorado acerca de los logros y retrocesos que en materia económica significan la adopción de medidas propias de cada una de las escuelas y enfoques económicos. De esta manera, se encuentran economistas asociados a ideas de la escuela clásica y otros, por el contrario, más cercanos a las ideas keynesianas; los primeros, defensores del libre mercado, de la eficiencia de los mercados y fundadores de la economía política; los segundos, propulsores de las ideas de fallos en el mercado y de la política económica activa para solventar los problemas de desempleo y estancamiento. No obstante, entre ellos se han desarrollado una serie de escuelas que toman elementos teóricos de ambas, los sistematizan y comparan con evidencia real, para producir postulados más cercanos a la realidad, entre estos existen un amplio abanico de enfoques: marxistas, neoclásicos, austríacos, postkeynesianos, neokeynesianos y monetaristas, entre otros. REFERENCIAS De Espinosa S (1978). HISTORIA Y TEOLOGÍA DE LAS IDEAS POLÍTICAS. Editorial Trípode. Caracas – Venezuela. 187 páginas Díaz, Javier (2007). MODELOS Y MÉTODOS EN LA MACROECONOMÍA DINÁMICA. Dillar, Dudley (1948). LA TEORÍA ECONÓMICA DE JOHN MAYNARD KEYNES. Editorial Prentice Hall. Traducción de José Díaz García, New York, USA. 372 páginas Dornbusch R y Fischer S (2003). MACROECONOMÍA. Novena Edición. Editorial McGraw Hill. Madrid – España. 785 páginas Fernández A (2005). Enlace web consultado: http://www.aladecuervo.net/logogrifo/0509/sem3/interpelando_socialismo.htm. Consultado el día 30 de septiembre de 2007. Furio Blasto, E. 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