Simulación nº 72. Juez en prácticas: Antonio José Delgado Sánchez

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Simulación nº 72.
Juez en prácticas: Antonio José Delgado Sánchez.
Secretaria judicial: Cristina Díaz Rodríguez.
Caso: verbal 2.
Fecha: Lunes, 9-5-2011.
Hora: 16:30h-18:00h.
Profesor encargado: Amelia Mateo.
Escuelas de prácticas jurídicas intervinientes: Bilbao y Barcelona
SENTENCIA
En Barcelona, a 11 de mayo de 2011.
Don Antonio José Delgado Sánchez, Juez del Juzgado de Primera Instancia
número… de esta ciudad y su partido judicial, ha visto los autos de juicio verbal,
registrados con el número…, promovidos por la mercantil BUEN DORMIR S.L.,
representado por la Procuradora de los Tribunales Dª.Tania Pérez, y asistido por el
letrado D. Álvaro Besga Viguri, contra D. Marcelo Martínez Salvador , mayor de
edad, representado por la Procuradora de los Tribunales Dª. Paqui Escudero, y
asistido por la letrada Dª. Victoria Arnedo, sobre reclamación de cantidad.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- El Procurador de los Tribunales demandante, en el nombre y
representación que acreditó, formuló ante este Juzgado demanda de juicio de verbal
contra el mencionado demandado, alegando, en apoyo de sus pretensiones, que el
demandado se interesó por la oferta de la actora relativa a la venta de un colchón
que incluía una almohada y un edredón por el precio de 2500 €, formalizando un
contrato de compraventa a plazos el 2-1-2007. El 8-1-2007 fue entregada al
demandado la cosa objeto del contrato. El 28-1-2007 el demandado solicita la
revocación del contrato, contestando a dicha solicitud el Servicio de Atención al
Cliente de la mercantil, que según lo dispuesto en la Ley de Venta a Plazos de
Bienes Muebles, ya había trascurrido el plazo de 7 días que marca dicha Ley para el
ejercicio del derecho de revocación. Pese a ello el demandado abonó las cuotas
mensuales correspondientes a los meses de febrero, marzo, abril y mayo, dejando
de pagar las de junio y julio. Por todo lo cual, solicita la actora se dicte sentencia por
la que se condene al demandado a pagar al demandante la cantidad de 1680 €,
más intereses y costas.
SEGUNDO.- Admitida a trámite la demanda, se dio traslado al demandado y
se citó a las partes para la celebración de la correspondiente vista, en la que,
comparecido el demandado, se opuso a la demanda, alegando, en apoyo de sus
pretensiones, que la Ley aplicable debe ser la Ley de Contratos Celebrados fuera de
Establecimiento Mercantil y no la Ley de Venta a Plazos de Bienes Muebles ya que
la venta se celebró fuera del establecimiento mercantil de la actora, concretamente
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en el bar en el que el demandado trabaja.
En aplicación de esta Ley, continuó exponiendo el demandado, no se
cumplen los requisitos necesarios para la validez del contrato, al no haberse
incorporado documento de revocación. Añade que en todo caso el Comercial
representante de la mercantil BUEN DORMIR, le indicó que podía ejercer el derecho
de revocación aún transcurridos los 7 días que marca la Ley, y así lo hizo, no
pudiendo hacerlo antes puesto que se marcho de vacaciones.
En relación con el pago de las cuotas, afirma, que esto no supone aceptación
tácita del contrato, que si pagó las cuotas de los meses de febrero, marzo, abril y
mayo fue por desconocer que se estaban girando los recibos contra la cuenta
bancaria indicada.
Solicita, se dicte sentencia desestimatoria para las pretensiones del actor
declarándose la nulidad del contrato por no cumplir los requisitos que establece la
Ley de Contratos Celebrados fuera de Establecimiento Mercantil. Subsidiariamente,
se acuerde la revocación del contrato hecha en tiempo y forma y como pretensión
alternativa, se considere no trascurrido el plazo de 7 días establecido para el
ejercicio del derecho de revocación, ya que este no empieza hasta la entrega del
documento de revocación, que no se ha producido. Por último solicita el reintegro de
las cantidades abonadas, 500 € en concepto de pago inicial y 320 €
correspondientes a las cuotas de los meses de febrero, marzo, abril y mayo.
TERCERO.- En el acto de la vista manifestaron las partes lo que a su derecho
convino, y una vez admitidas las pruebas propuestas por las partes y que se
entendieron pertinentes, y practicadas las admitidas, se dio por terminada la vista,
quedando los autos para sentencia.
CUARTO.- En la tramitación de estos autos se han observado las
prescripciones legales.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- El primer punto controvertido es el relativo a la legislación
aplicable. El demandante entiende que es de aplicación la Ley 28/1998 de 13 de
julio de Venta a Plazos de Bienes Muebles, mientras que el demandado invoca la
aplicación de la Ley 26/1991 de 21 de noviembre de Contratos Celebrados fuera de
Establecimiento Mercantil.
Para solucionar la controversia hay que tener en cuenta los datos aportados,
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en primer lugar por la prueba testifical practicada en el plenario en la persona del
Sr. López, presente en el momento en el que un comercial de la mercantil BUEN
DORMIR S.L. ofertó el producto en el bar en el que el demandado trabaja afirmando
que acto seguido, en el mismo bar, se firmó el contrato, quedando por tanto emitido
el consentimiento y en consecuencia perfeccionado el contrato, ya que según el
artículo 1258 del Código Civil “los contratos se perfeccionan por el mero
consentimiento”. Entendiendo por tanto celebrado el contrato fuera de
establecimiento mercantil debe examinarse si concurren los requisitos establecidos
en la Ley 26/1991 de 21 de noviembre, para la aplicación de la misma. Así, es el
artículo 1 de dicha Ley el que fija el ámbito de aplicación al señalar que “la presente
Ley será de aplicación a los contratos celebrados entre un empresario y un
consumidor –entendiendo éste de conformidad con el concepto establecido por el
artículo 1.ª, 2.de la Ley 26/1984, de 19 de julio, General para la Defensa de los
Consumidores y Usuarios-, en alguna de las circunstancias siguientes:
a) Cuando tengan lugar fuera del establecimiento mercantil del empresario, bien los
celebre el mismo empresario o un tercero que actúe por su cuenta.
b) En la vivienda del consumidor o de otro consumidor o en su centro de trabajo,
salvo que la visita del empresario o de la persona que actúa por cuenta suya haya
sido solicitada expresamente por el consumidor, tenga lugar transcurrido el tiempo
establecido por éste o, en su defecto, transcurrido un tiempo razonable atendida la
naturaleza del objeto del contrato y su precio y se desarrolle de acuerdo con la
finalidad previamente establecida.
c) En un medio de trasporte público”.
No concurren las causas de exclusión del artículo 2 de la misma norma, que
señala: “no obstante lo dispuesto en el artículo anterior, la presente ley no se
aplicará: 1.º A los contratos en los que la prestación total a cargo del consumidor
sea inferior a 8.000 pesetas. A este efecto, se considerará como prestación total la
suma de todas las correspondientes a cada uno de los contratos celebrados por el
consumidor con ocasión de uno de los actos o en alguna de las circunstancias a que
se refiere el artículo 1; 2.º A los contratos relativos a la construcción, venta y
arrendamiento de bienes inmuebles, o que tengan por objeto algún otro derecho
sobre los mismos; 3.ºA los contratos de seguro. 4.º A los contratos que tengan por
objeto valores mobiliarios; 5.º A los contratos documentados notarialmente.
6.º A los contratos relativos a productos de alimentación, bebidas y otros bienes
consumibles de uso corriente en el hogar, suministrados por proveedores que
realicen
a
tales
efectos
desplazamientos
frecuentes
y
regulares.
7.º A aquellos contratos en los que concurran las tres circunstancias siguientes:
a) Que se realicen sobre la base de un catálogo que el consumidor haya tenido
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ocasión de consultar en ausencia del empresario o de quien actúe por cuenta suya.
b) Que se haya previsto una continuidad de contacto entre el empresario y el
consumidor en lo referente a la operación que se realiza o a otra posterior.
c) Que el catálogo y el contrato mencionen claramente el derecho del consumidor a
rescindir libremente el contrato durante un plazo que ha de ser, como mínimo, de
siete días o que establezcan, en la misma forma, el derecho del consumidor a
devolver las mercancías durante un plazo igual al anteriormente mencionado, que
empezará
a
contarse
a
partir
de
la
fecha
de
la
recepción.
2. Todos los contratos y ofertas celebrados fuera del establecimiento mercantil se
presumen sometidos a la presente Ley. Corresponderá al empresario la prueba en
contrario”.
Debemos por tanto concluir que es de plena aplicación la Ley 26/1991, de 21
de noviembre, de Contratos Celebrados fuera de Establecimiento Mercantil.
SEGUNDO.- Resuelta la legislación aplicable, el siguiente punto controvertido
a resolver es el relativo a la posible declaración de nulidad del contrato celebrado,
para lo cual hay que tener en cuenta los requisitos, tanto formales como materiales,
que establece la citada Ley 26/1991 de 21 de noviembre para la validez del mismo.
Así, el artículo 3 de la misma indica: “1. El contrato o la oferta contractual,
contemplados en el artículo 1, deberán formalizarse por escrito en doble ejemplar,
acompañarse de un documento de revocación e ir fechados y firmados de puño y
letra por el consumidor. 2. El documento contractual deberá contener, en caracteres
destacados e inmediatamente encima del lugar reservado para la firma del
consumidor, una referencia clara y precisa al derecho de éste a revocar el
consentimiento otorgado y a los requisitos y consecuencias de su ejercicio.
3. El documento de revocación deberá contener, en forma claramente destacada, la
mención "documento de revocación", y expresar el nombre y dirección de la persona
a que ha de enviarse y los datos de identificación del contrato y de los contratantes
a que se refiere. 4. Una vez suscrito el contrato, el empresario o la persona que
actúe por cuenta suya, entregará al consumidor uno de los ejemplares y el
documento de revocación. 5. Corresponde al empresario probar el cumplimiento de
las obligaciones a que este artículo se refiere”.
En el presente caso, el ejemplar del contrato incumple los requisitos exigidos
por el precepto. En el mismo no constan en caracteres destacados, la referencia
clara y precisa al derecho del consumidor a revocar el consentimiento otorgado y a
los requisitos y consecuencias de su ejercicio. Estas deficiencias no se subsanan
por el hecho de que se le hubiera informado de forma oral del mencionado derecho,
información que en todo caso fue inexacta, ya que como declaró el propio
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demandado, el representante de la hoy actora le informó de que podía ejercer el
derecho de revocación aún transcurrido el plazo legal de 7 días, y en todo caso no
le indicó la forma, consecuencias y requisitos para su ejercicio.
Tampoco se acompaña documento de revocación en el que conste, de forma
destaca, la mención “documento de revocación”, incumpliéndose por tanto lo
dispuesto en el apartado 3 del artículo 3 anteriormente expuesto.
El incumplimiento de estos requisitos tiene una importancia capital. Para
apreciar dicha importancia hay que tener en cuenta no solo la ley española, sino
también la Directiva 85/577/CEE del Consejo, de 20 de diciembre de 1985,
traspuesta al derecho interno a través de la Ley 26/1991, de 21 de noviembre de
Contratos Celebrados fuera de Establecimiento Mercantil, y la interpretación que de
la misma hace el Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea. Así este tribunal en
sentencia de 17-12-2009 (asunto C-227/08, caso Eva Martín contra EDP Editores
S.L.) afirma: "a este respecto hay que destacar que, como se desprende, en
particular, de sus considerandos cuarto y quinto, el objetivo de la Directiva es la
protección del consumidor contra el riesgo que se deriva de las circunstancias que
rodean la celebración de contratos fuera de los establecimientos comerciales
(sentencia de 10 de abril de 2008, Hamilton, C-412/06, Rec. p. I-2383, apartado 32),
ya que estos contratos se caracterizan por el hecho de que la iniciativa de las
negociaciones procede, normalmente, del comerciante y que el consumidor no está,
de ningún modo, preparado para dichas negociaciones, concretamente para
comparar la calidad y el precio de las diferentes ofertas disponibles. Con el fin de
reforzar la protección del consumidor en una situación en la que se encuentra
desprevenido, la Directiva exige asimismo, en su artículo 4 , que el comerciante
informe al consumidor por escrito de su derecho a rescindir el contrato, y de los
requisitos y modalidades de ejercicio a los que está sometido tal derecho. En
consecuencia, procede señalar que la obligación de información establecida en el
artículo 4 de la Directiva ocupa un lugar central en la estructura general de ésta,
como garantía esencial -según indicó la Abogado General en los puntos 55 y 56 de
sus conclusiones- de un ejercicio efectivo del derecho de revocación y, por tanto, del
efecto útil de la protección de los consumidores a la que aspira el legislador
comunitario”.
Los tribunales españoles interpretando esta jurisprudencia comunitaria han
entendido en diversas sentencias como la de la Audiencia Provincial de Sevilla de
11-5-2010 que "cuando la ley nacional exige que el documento contractual contenga
la referencia clara y precisa al derecho del consumidor a revocar el consentimiento
otorgado y a los requisitos y consecuencias de su ejercicio "en caracteres
destacados", está exigiendo que la mención a dicho derecho de revocación se
realice de manera que destaque sobre el resto del contenido del documento
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contractual y llame la atención del consumidor, que de esta forma recibirá la
adecuada información sobre dicho derecho”.
En el presente caso no pueden considerarse caracteres destacados los
incluidos en el contrato por ser estos de menor tamaño que los incluidos en el resto
del documento contractual, pasando completamente desapercibidos. Los efectos del
incumplimiento de estos requisitos es la nulidad del contrato tal y como viene
entendiendo la jurisprudencia española en sentencias como las de la Audiencia
Provincial de Valencia de 24-12-2002, 21-2-2003 o la de la Audiencia Provincial de
Lleida que entendió “que la ausencia del documento de revocación constituye un
vicio de nulidad absoluta y no de mera anulabilidad”, añadiendo “que la falta del
documento revocatorio es tan grave que contraviene el artículo 6.3 del Código Civil”,
concluyendo que, “ no parece sea conciliable la irrenunciabilidad de los derechos
que propugna el articulo 9 mencionado, ni con la anulabilidad que por definición es
subsanable, ni con la caducidad de la acción que dejaría por el simple transcurso
del tiempo al perjudicado sin protección, de manera que le bastaría al reclamante
con dejar transcurrir el termino de caducidad para proceder a la reclamación. Pero
es que además toda la legislación comunitaria en el ámbito del comercio tiende
cada vez más a una mayor protección del consumidor y usuario frente a la
existencia de los contratos de adhesión, al contenido mínimo requerido a estos y a
las cláusulas abusivas contenidos en ellos".
Por todo ello procede la declaración de nulidad del contrato.
TERCERO.- Declarada la nulidad del contrato, la consecuencia es la prevista
en el artículo 1303 del Código Civil: “los contratantes deben restituirse
recíprocamente las cosas que hubieran sido materia del contrato con sus frutos, y el
precio con los intereses…”. Esta disposición es aplicable a los supuestos de nulidad
radical o absoluta, no sólo a los de anulabilidad o nulidad relativa (sentencias del TS
del 22-9-1989, 24-2-1992 o 30-12-1996, entre otras).
Ello supone que el demandante debe restituir al demandado 500 euros
entregados a cuenta y 320 euros correspondientes a las cuotas de los meses de
febrero, marzo, abril y mayo y, a su vez, Marcelo Martínez ha de devolver a la
mercantil BUEN DORMIR S.L. el colchón objeto de la venta.
CUARTO.- De conformidad con lo establecido en el artículo 394 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, las costas se impondrán al demandante al ser desestimadas
sus pretensiones.
Vistos los preceptos legales citados y demás de general y pertinente
aplicación
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FALLO
Que desestimando la demanda formulada por la Procuradora de los
Tribunales Dª. Tania Pérez, en nombre y representación de BUEN DORMIR S.L.,
contra D. Marcelo Martínez Salvador, debo absolver y absuelvo a este último de los
pedimentos de la demanda, debiendo las partes restituirse recíprocamente las
prestaciones realizadas, esto es, el actor habrá de devolver al demandado la
cantidad de 820 euros y éste el colchón objeto del contrato.
Al resultar desestimadas sus pretensiones, condeno en costas al actor.
Contra esta resolución cabe formular recurso de apelación en el plazo de
cinco días desde la notificación de la presente resolución.
Así por esta mi sentencia, juzgando en primera instancia, la pronuncio,
mando y firmo D. Antonio José Delgado Sánchez.
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