Seguros Newsletter 02 ABRIL 2015 .: 02 La responsabilidad de la compañía aérea por el avión estrellado en los Alpes franceses .: 05 Nueva regulación del contrato de seguro marítimo .: 06 ObamaCare: ¿Evolución? o ¿Derogación? 2 Seguros Newsletter La responsabilidad de la compañía aérea por el avión estrellado en los Alpes franceses .: El debate jurídico que se va a generar en torno a la responsabilidad derivada del trágico suceso ocurrido con el avión de la compañía Germanwings, puede alcanzar una notable complejidad jurídica, superando el estricto ámbito de la mera responsabilidad civil y la correspondiente cobertura de la póliza de seguro, para plantear cuestiones tales como si un acto suicida puede encuadrarse en el concepto de accidente, o si puede haberse originado una eventual responsabilidad penal de la compañía aérea y de sus órganos de gobierno por un inadecuado sistema de vigilancia de las aptitudes de los pilotos o por un insuficiente protocolo de seguridad de cabina que permitió que pudiera quedarse solo un tripulante. Entretanto, puede empezarse con el examen de la normativa en vigor que resulta de aplicación a la responsabilidad civil en caso de accidente aéreo. 1. Normativa El régimen legal de la responsabilidad de la compañía aérea en el accidente de aviación acaecido en los Alpes franceses, está definido en el Convenio de Montreal de 28 de mayo de 1999 para la unificación de ciertas reglas en el transporte aéreo internacional. En el ámbito comunitario, la responsabilidad por los daños sufridos por los pasajeros como consecuencia de un accidente a bordo de una aeronave, se encuentra regulado en el Reglamento (CE) 889/2002 de 13 de mayo, que modificó, a su vez, el Reglamento (CE) 2027/1997 de 9 de octubre, para adaptarlo al Convenio de Montreal. 2. Clases de responsabilidad El Convenio instaura un régimen de responsabilidad de carácter objetivo en los casos de muerte o lesión corporal de un pasajero, de manera que el transportista resulta responsable por la sola razón de que el accidente se haya producido a bordo de la aeronave o durante cualquiera de las operaciones de embarque o desembarque, al margen de que haya o no concurrido culpa o negligencia por parte de la tripulación o de la empresa transportista. La compañía aérea sólo quedará exonerada, total o parcialmente, de su responsabilidad frente al reclamante, en el caso de que pruebe que la negligencia, u otra acción u omisión indebida del pasajero fallecido o lesionado por el que se reclama, fue la causante del daño o contribuyó a él. Ahora bien, dicha responsabilidad objetiva tiene su límite en aquellos daños que no excedan de los 113.100 derechos especiales de giro (DEG1) por pasajero (equivalentes a 143.710,29 € según el tipo de cambio publicado por el Banco de España para el día del siniestro), de manera que, el transportista no puede excluir ni limitar su responsabilidad en ese tramo indemnizatorio o primer nivel de responsabilidad. Respecto de los daños que excedan dicho límite cuantitativo (más de 113.100 DEG), se establece un segundo nivel de responsabilidad, en el que se presume la culpa o negligencia de la compañía aérea mediante un sistema de inversión de la carga de la prueba, en virtud del cual, el transportista no será responsable si prueba (i) que el daño no se debió a la negligencia o a otra acción u omisión indebida suya o de sus dependientes o agentes, o si prueba (ii) que el daño se debió únicamente a la negligencia o a otra acción u omisión indebida de un tercero. Por tanto, en este segundo nivel se desplaza hacia la compañía aérea el gravamen de 1. Según definición del FMI los DEG (o SDR Special Drawing Rights) es un activo de reserva internacional creado en 1969 por el FMI para complementar las reservas oficiales de los países miembros. Su valor está basado en una cesta de cuatro monedas internacionales fundamentales (dólar USA, euro, libra esterlina y yen japonés). A los efectos del Convenio de Montreal sirve como moneda de cuenta para el cálculo de la indemnización, si bien la conversión deberá hacerse en la fecha de la Sentencia conforme se dispone en el Art. 23 del Convenio. 3 Seguros Newsletter acreditar la concurrencia de cualquiera de las dos circunstancias únicas que le eximirían de indemnizar los daños superiores a 113.100 DEG (ausencia de cualquier clase de negligencia suya o de sus dependientes, o culpa exclusiva de un tercero). ya que el Convenio impone al transportista, si su ley nacional lo exige, que haga pagos adelantados sin demora, a la persona o personas que tengan derecho a reclamar indemnización a fin de satisfacer sus necesidades económicas inmediatas. Como en el ámbito comunitario la ley aplicable es, precisamente, el Reglamento 2027/1997, que impone también a la compañía aérea la obligación de abonar anticipos no inferiores a un importe de 16.000 DEG en caso de muerte (equivalentes a 20.330,37 € según el tipo de cambio publicado por el Banco de España para el día del siniestro), resultará imperativo hacer los mencionados pagos adelantados. Sin perjuicio de todo ello, el Convenio declara que dichos pagos no constituirán un reconocimiento de responsabilidad y podrán ser deducidos de toda la cantidad posteriormente pagada como indemnización por el transportista. El Reglamento va más allá, y establece en su artículo 5.3 que el anticipo sólo será reembolsable en los casos de exoneración de responsabilidad o cuando la persona que lo haya recibido no sea la titular del derecho a la indemnización, lo que habrá de determinarse con arreglo al Derecho propio de cada pasajero. Ello no obstante, en el ámbito europeo, el Reglamento (CE) 2027/1997 sólo excluye la responsabilidad del transportista por encima de los 113.100 DEG, en el primero de los dos supuestos, esto es, cuando pruebe que no hubo de su parte negligencia ni falta de otro tipo, pero no cuando la culpa recaiga exclusivamente en un tercero. Para los daños de hasta 113.100 DEG, el Reglamento establece que la compañía aérea no podrá impugnar las reclamaciones por indemnización, lo que supone que hasta el citado límite cuantitativo, la responsabilidad objetiva no admite ningún tipo de exoneración en el ámbito comunitario, salvo que el pasajero fallecido o lesionado haya sido el causante del daño o haya contribuido a su producción. Para blindar este régimen de garantías mínimas indemnizatorias, el Convenio declara nulas e ineficaces las cláusulas exoneratorias de la responsabilidad del transportista o que fijen límites inferiores a los previstos en el Convenio. En cualquier caso, para la determinación de la cuantía, los tribunales deberán tener en cuenta que el Convenio declara que ninguna de las indemnizaciones que se concedan podrá tener carácter punitivo, ejemplar o de cualquier naturaleza que no sea compensatoria. 3. Indemnizaciones y pagos anticipados Naturalmente, por lo que se refiere a las cuantías indemnizatorias, tanto el Convenio como el Reglamento (CE) 2027/1997, permiten que el transportista eleve los límites mínimos de responsabilidad previstos, los cuales deben ser informados a cada pasajero respecto de cada vuelo. Ambas normas prevén un régimen de responsabilidad ilimitada para el caso de lesiones o muerte del pasajero, por lo que, sin perjuicio de los importes mínimos previstos para el tramo indemnizatorio correspondiente a la responsabilidad objetiva, en todo lo que exceda, la concreta cuantía indemnizatoria corresponderá probarla a quien reclame el resarcimiento, en función de los daños y perjuicios efectivamente causados, entre los que, según nuestro Derecho interno, han de incluirse los daños morales. En algunas resoluciones dictadas por tribunales españoles, para cuantificar el resarcimiento económico, se ha aplicado con carácter orientador el Baremo de indemnizaciones para accidentes de circulación, previsto en la Ley de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados, incrementado en un cincuenta por ciento, en atención a las circunstancias especiales que concurren en un accidente aéreo. En el caso de accidentes con resultado de muerte o lesiones de los pasajeros, los perjudicados no tendrán que esperar al resultado de las indagaciones y del proceso de reclamación para percibir anticipos de la indemnización, 4. Jurisdicción competente para conocer las reclamaciones Por lo que se refiere la jurisdicción, el Convenio dispone cinco foros a elección del demandante en el caso de indemnización por muerte o lesiones del pasajero. Así, la acción podrá iniciarse en el territorio de cualquiera de los Estados partes, sea el tribunal (i) del domicilio del transportista o de su oficina principal, (ii) el del lugar de la oficina donde se celebró el contrato, (iii) el del lugar de destino, (iv) el del lugar en que el pasajero tenga su residencia principal y permanente en el momento del accidente y hacia y desde el cual el transportista explota los servicios de transporte aéreo con sus propias aeronaves o las de otro transportista por un acuerdo comercial, y (v) el del lugar que el transportista realiza sus actividades de transporte aéreo de pasajeros desde locales que explota para tal fin. Las cuestiones de procedimiento se regirán por la ley del tribunal que conozca el caso. El plazo para el ejercicio de las acciones es de dos años contados desde la fecha de llegada a destino o la del día en que la aeronave debería haber llegado o la de detención del transporte. 4 Seguros Newsletter 5. Aseguramiento de la responsabilidad civil Finalmente, en lo relativo al aseguramiento del riesgo, el marco legal comunitario se encuentra en el Reglamento (CE) 785/2004, de 21 de abril, que regula los requisitos de seguro de las compañías aéreas y operadores aéreos estableciendo los requisitos mínimos de seguros de pasajeros, equipaje, carga y terceros. Las compañías aéreas y los operadores aéreos garantizarán que la cobertura del seguro existe para cada uno de los vuelos, con independencia de si la aeronave explotada está a su disposición en propiedad, o a través de un contrato de arrendamiento financiero, o mediante servicios conjuntos o de franquicia, reparto de códigos o cualquier otro acuerdo del mismo tipo. Los riesgos asegurados incluyen los actos de guerra, terrorismo, secuestro, actos de sabotaje, apoderamiento ilícito de aeronaves y disturbios sociales. Con respecto a la responsabilidad por los pasajeros, la cobertura mínima del seguro será de 250.000 DEG (equivalentes a 317.662,00 € según el tipo de cambio publicado por el Banco de España para el día del siniestro) por pasajero para las operaciones comerciales, por lo que queda asegurado no sólo el primer nivel de la responsabilidad objetiva, sino también el de la responsabilidad subjetiva que, salvo prueba en contrario, como ya se ha dicho, se presume por culpa o negligencia de la compañía aérea, y en todo caso hasta la cuantía máxima de cobertura que la compañía aérea haya contratado. Los seguros de vida que tuvieran contratados los pasajeros podrán hacerse efectivos al margen de la responsabilidad civil que corresponde a la compañía aérea. En suma, analizado el marco legal y puesto en relación con las informaciones difundidas sobre las circunstancias del accidente - sin perjuicio de los hechos que se concluyan en las investigaciones que se hallan todavía en curso – correspondería a la compañía aérea probar que el accidente no se debió a su negligencia o a otra acción u omisión indebida de sus dependientes o agentes, lo que, hasta el momento, parece harto improbable que pudiera suceder. Como se ha indicado al inicio, la responsabilidad de la compañía y de sus órganos directivos en el fatal resultado y si éste hubiera podido evitarse con mayores medidas de seguridad, va a ser objeto de gran polémica, como también el tipo de responsabilidad que genera el acto deliberado de estrellar el avión. Dicho todo ello, no cabe duda alguna que el fallecimiento de familiares en accidente constituye siempre un daño irreparable, pero la indemnización económica es el único remedio legal que puede articularse para mitigar los perjuicios económicos y morales que se causa a los perjudicados :. 5 Seguros Newsletter Nueva regulación del contrato de seguro marítimo .: A tenor del artículo anterior relativo a la responsabilidad de la compañía aérea por el avión estrellado en los Alpes franceses, cabe traer a colación las novedades introducidas en la regulación del contrato de seguro marítimo que se aprobaron en los últimos meses del año 2014. Dicha normativa resultaría aplicable en el caso de que se diera un accidente marítimo y el buque accidentado tuviere suscrito un contrato de seguro marítimo con alguna compañía de seguros, ello siempre que no se encuentre en uno de los supuestos excepcionados por la normativa, como sería el caso de las embarcaciones dedicadas al deporte o recreo, esto es, de menos de 24 metros de eslora o que transporten a menos de 12 personas, que se regirían, en este caso, por la Ley del Contrato de Seguro. Las novedades mencionadas en el párrafo anterior fueron introducidas por la Ley 14/2014, de 24 de julio, de Navegación Marítima (en adelante, “LNM”), que se publicó el pasado 25 de julio de 2014 en el BOE. La nueva LNM, que entró en vigor el 25 de septiembre de 2014, además de actualizar, modernizar y codificar gran parte del Derecho Marítimo, regula de forma exhaustiva las situaciones y relaciones jurídicas nacidas con ocasión de la navegación marítima para superar las contradicciones existentes entre los convenios internacionales vigentes en España y la normativa española, intentando terminar con la dualidad de regímenes jurídicos hasta ahora aplicables a los supuestos nacionales e internacionales en algunas materias concretas. Entre otras cosas, la Ley regula en su título VIII el contrato de seguro marítimo, y tal y como establece su artículo 408, quedan sujetos a dicha regulación los contratos de seguro que tengan por objeto indemnizar los daños producidos por los riesgos propios de la navegación. No encuentran una regulación específica en la nueva Ley los seguros obligatorios de embarcaciones dedicadas al deporte o recreo, que se regirán por lo dispuesto en la Ley de Contrato de Seguro, ley que también será de aplicación supletoria al resto de contratos de seguro marítimo. Las normas de la LNM, que son de carácter preeminentemente dispositivo, regulan todos los intereses asegurables, entre otros, los seguros sobre el buque, embarcaciones y artefactos navales, el flete, el cargamento o la responsabilidad civil derivada del ejercicio de la navegación, además de una serie de seguros obligatorios como el seguro de responsabilidad por muerte y lesiones corporales de los pasajeros u otros seguros obligatorios (de los bunkers, o de la responsabilidad civil por daños debidos a contaminación por hidrocarburos, etc.). De cada uno de estos intereses asegurables, la LNM regula sus especificidades en los artículos 439 a 467, resultando interesante la posibilidad de contratar seguros de buques ya sea para un viaje, ya sea para varios sucesivos, o bien para un tiempo determinado. En relación al seguro de responsabilidad civil, destaca como novedad la consagración de la acción directa del tercero perjudicado contra la aseguradora en cualquier tipo de seguro de esta clase, siendo inválido cualquier pacto contractual en contra de dicha acción directa, tal y como establece literalmente el artículo 465 de la LNM. En todo caso, la LNM prevé que el asegurador responde como máximo hasta el límite de la suma asegurada por cada uno de los hechos que originen su responsabilidad ocurridos durante la vigencia del contrato, y que podrá oponer al perjudicado las mismas excepciones que corresponderían a su asegurado, y especialmente las limitaciones cuantitativas de responsabilidad de que este último gozase de acuerdo con la ley aplicable o el contrato del que derivase la responsabilidad :. 6 Seguros Newsletter ObamaCare: ¿Evolución? o ¿Derogación? .: En un artículo publicado el pasado ejercicio 2014 en su inicio reflejaba diferentes acontecimientos en la tramitación de la ya conocida por todos normativa norteamericana The Patient Protection and Affordable Care Act –también The ObamaCare Bill o The Affordable Care Act– (en adelante, la “Ley ObamaCare”), tales como el hecho de que no sólo fue aprobada en la Cámara de Representantes por una escasa diferencia de 219 votos a favor y 212 en contra, sino también porque, con posterioridad, fue objeto de impugnación ante la Supreme Court of the United States. El objeto de la implantación de esta normativa no es otro que el de facilitar cobertura sanitaria a un mayor número de ciudadanos estadounidenses, así como el de mejorar la calidad de los servicios sanitarios y regular el sector seguros en este ámbito sanitario. El resultado que de forma inmediata se pretende alcanzar con estas medidas es el de evitar o, al menos, reducir, la desorbitada cifra anual de decesos estadounidenses existentes por la falta de una mínima cobertura de salud. No obstante, una mejora en el sistema sanitario implicará una longevidad de la población de forma tal que cada vez habrá un mayor número de personas que alcancen la edad de jubilación y que, por tanto, tengan derecho a cobrar una pensión tras toda una vida laboral, siempre y cuando cumplan con los requisitos normativos que a tal efecto se hayan establecido. EE.UU. tiene una población aproximada de 318 millones de habitantes, con una esperanza de vida media, tanto para hombres como para mujeres, superior a los 77 años, siendo superior en cuatro puntos la de las mujeres. Asimismo, resaltar las cifras de su PIB, superior a los 13 mil millones de Euros, con un crecimiento anual medio que se encuentra por encima del 2,9%, así como con un PIB per cápita de 46.000 dólares aproximadamente. El gasto sanitario de EE.UU. supera el 15% del PIB, dispone casi de tres médicos por cada 1.000 habitantes y de más de 3 camas de hospital por cada 1.000 habitantes. Y el dato, a mi juicio, más llamativo, teniendo en cuenta la potencia que es y los datos anteriores, es que EE.UU. es el país del mundo con mayor gasto sanitario y menor cobertura del resto de los países desarrollados. De hecho, es el único país desarrollado de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que no cuenta con un sistema de cobertura sanitaria universal, aspecto que comportaba que con anterioridad a la aplicación de la Ley ObamaCare más de 45 millones de ciudadanos de EE.UU. –lo que supone un 15% aproximadamente de su población– careciesen de algún tipo de protección sanitaria, ya sea pública, o privada, a través de las aseguradoras médicas, lo que origina problemas no sólo sanitarios, sino sociales, económicos y políticos. EE.UU. carece de una red sanitaria al estilo de los sistemas sanitarios o de Seguridad Social europeos y, dado que se encuentra dividido en Estados, no hay un sistema sanitario actuando como tal, sus organismos públicos administran y distribuyen fondos para ofrecer la cobertura sanitaria, pero no facilitan atención médica, farmacéutica u hospitalaria. Varios han sido los intentos de establecer un sistema de cobertura sanitaria a los ciudadanos de EE.UU., apoyado por todos los operadores relacionados con la cobertura sanitaria. No obstante, siempre ha acabado fracasando por considerar que supone una socialización de la medicina. La Ley ObamaCare es conceptuada como una fractura sobre la consideración de la intervención mínima del Estado. Supone un cambio de sistema ante el modelo político liberal que ha caracterizado a los EE.UU. y de sus poderes públicos respecto a las libertades e iniciativas individuales tanto en la vida social, económica y cultural. Por ello, la percepción que se tiene de dicha Ley no es más que de una medida impositiva y de reducción de las libertades de los ciudadanos. Dicho lo anterior, la controversia que suscitó la Ley ObamaCare en sus inicios le sigue de la mano. A pesar de que la puesta en marcha del nuevo sistema sanitario fue todo un éxito –a pesar de algunos imprevistos de última hora como fue la caída en más de una ocasión de la página web que daba acceso al Marketplace del gobierno de los EE.UU.–, el pasado mes de febrero de 2015 la Cámara de Representantes aprobó una ley para derogar la Ley ObamaCare. Esta medida fue aprobada con el apoyo de los republicanos que se impusieron por 239 votos a favor, frente a los 186 votos en contra, incluyendo el voto de tres republicanos en contra y ningún voto demócrata a favor. Esto no implica la derogación definitiva de la Ley ObamaCare, para ello es necesario que el Senado apruebe dicha derogación. No obstante, atendido que en esta cámara también tienen mayoría los republicanos, es de prever que el resultado no sea 7 Seguros Newsletter distinto del obtenido en la Cámara de Representantes, a pesar de que pudiera romperse internamente por parte de algunos republicanos la disciplina de voto. Por otro lado, por lo que se refiere al acogimiento de los ciudadanos estadounidenses a esta nueva regulación, se han suscrito 11,7 millones de habitantes al nuevo mercado de seguros médicos, según datos facilitados a fecha de 10 de marzo de 2015 mediante informe elaborado por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU. (U.S. Department of Health & Human Services). El periodo para registrarse este ejercicio 2015 empezaba a computar el 15 de noviembre de 2014 y finalizaba el 15 de febrero de 2015. Vista la información recabada, se han inscrito aproximadamente a dicho mercado de seguros médicos algo más de un 25% del total de ciudadanos estadounidenses sin cobertura médica. Teniendo en cuenta los datos anteriores, entiendo que si bien nos encontramos sin lugar a dudas ante una Ley totalmente positiva y favorable desde un punto de vista social, lo cierto es que no ha tenido la aceptación que era de esperar, dada la problemática que desde un inicio ha seguido a la misma. Veremos cómo evoluciona toda la controversia que gira en torno a la Ley ObamaCare, si finalmente se acaba derogando y, muy especialmente, qué sucederá con todas aquellas personas inscritas a un sistema sanitario si finalmente el mismo resulta derogado. :. 1. Datos obtenidos según artículo de prensa publicado en fecha 10 de marzo de 2015 por el U.S. Department of Health & Human Services del gobierno de los EE.UU. 8 Seguros Newsletter OFICINAS & NETWORKING www.rocajunyent.com O F I CI N AS BA R C ELO NA LLEIDA CONSEJO DE REDACCI ÓN: Roca Junyent Barcelona Natalia Martí Picó Aribau, 198 Roca Junyent Lleida Estudi Jurídic Alonso 08036 Barcelona Rambla Ferran, 2, 3r D TE L . : +34 93 241 92 00 25007 Lleida DI RECCI ÓN: FAX: +34 93 414 50 30 TE L.: +34 973 24 60 62 Santi Pagès Carballeda EMAIL: bcn@rocajunyent.com Santi Pagès Carballeda FAX: +34 973 23 00 70 E MAIL: advocats@alonsorocajunyent.com M AD R I D EQUI PO DE SEGUROS RJ: Natalia Marti Picó Roca Junyent Madrid S HA NGHA I Santi Pagès Carballeda José Abascal, 56, 7º Roca Junyent Shanghai Maria Gracia Llàcer Muñoz 28003 Madrid Suite 2209 Westgate Mall Enric Montagut Costafreda TE L . : +34 91 781 97 60 1038 Nanjing Xi Rd. 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