Trascendencia de los mitos sexuales de los negros

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Ponencia
Autora. Lilian Castro Rodríguez.
María Josefa Olivares
Título: Trascendencia de los mitos sexuales de los negros esclavos en Cuba en los siglos
XVIII y XIX.
Objetivo: Valorar la trascendencia de algunos mitos sexuales de los negros esclavos
africanos en Cuba, en los siglos XVIII y XIX y su repercusión desde el punto de vista de la
cultura de la sexualidad.
Introducción
En el transcurso de la historia, cada sociedad ha desarrollado normas de conductas que se
rigen por un código moral que juzga como inaceptable todo lo que no forma parte del mismo
Esto ha hecho mucho más complejo el proceso de convencer a las personas de elementos
conceptuales desprejuiciados que favorecen el enriquecimiento de la personalidad teniendo
como premisa el desarrollo auténtico, personalizado y enriquecedor de la misma.
Nuestra cultura patriarcal se ha encargado de idealizar a un hombre y a una mujer que
respondan a patrones previstos, asignados a uno y otros sexos por la cultura, las religiones y
tradiciones. El desarrollo de las diferencias genéricas desde el punto de vista psicológico y
social están determinados entre otras cosas por mitos que tienden a dirigir y controlar la
conducta humana independientemente de la expresión privada y personal de los componentes
psicológicos de la sexualidad con sus fundamentos históricos. Generalmente los mitos se
encuentran envueltos en la superstición y son alimentados por la ignorancia; en éste caso,
sobre la sexualidad, estos se divulgan tanto lateralmente- por miembros del mismo grupo social
– como verticalmente, difundidos y reproducidos por las autoridades con perspectivas de
educar.
Nuestra cultura está matizada por diversas creencias, religiones, costumbres que mezclan
tradiciones y formas de comportamiento que caracterizan a cubanas y cubanos.
Desarrollo
A partir de la búsqueda bibliográfica se reflexiona que en la actualidad, nuestra cultura
patriarcal se ha encargado de idealizar a un hombre y a una mujer que respondan a patrones
previstos, asignados a uno y otros sexos por la cultura, las religiones y tradiciones. El
desarrollo de las diferencias genéricas desde el punto de vista psicológico y social está
determinado entre otras cosas por los mitos que tienden a dirigir y controlar la conducta
humana independientemente de la expresión privada y personal de los componentes
psicológicos de la sexualidad con sus fundamentos históricos.
Según el diccionario filosófico los mitos, reflejan las concepciones morales del hombre y la
mujer y sus actitudes estéticas hacia la realidad. Los resultados que han aportado estudios e
investigaciones realizadas sobre las diferencias supuestamente sexuales atribuidas al género,
han desencadenado una contraposición entre ambos sexos en cuanto a las relaciones de
poder y fuerza.
Se debe considerar la influencia de los mitos en el desarrollo de costumbres y conductas que
se transmiten de una generación a otra y esquematizan lo tradicionalmente aceptado como lo
masculino o femenino, afectando
las relaciones interpersonales, creando conflictos y
desarrollando una doble moral, que se expresa a través de los afectos y sentimientos,
establecimiento de normas, valores que repercuten en el bienestar compartido.
En las diferentes formaciones económicas sociales las relaciones entre el hombre y la mujer
han variado, no se puede afirmar de forma categórica que estos mitos prevalecen con la misma
intensidad que cuando aparecieron en las culturas patriarcales, porque
son atributos del
género femenino, la debilidad, dependencia, sumisión, y la inseguridad, en contraposición a
los atributos del género masculino, que se caracteriza por el coraje, la fortaleza, toma de
decisiones, seguridad e inteligencia.
No podemos negar que entre el hombre y la mujer existen diferencias sexuales desde el punto
de vista biológico y fisiológico, pero cada sociedad y época se ha encargado de esquematizar
estereotipos que hacen que cada persona vivencie y se identifique con su rol de género
teniendo en cuenta los factores socioculturales que provocan el arraigo de creencias y
tradiciones como algo personalizado.
Los mitos sexuales, reflejan los tabúes con el que nuestra sociedad patriarcal trata la
sexualidad humana, la falta de información real instauran estas creencias erróneas, atentan
contra la forma de vivir y sentir la sexualidad de las personas, llevándolos a pensar en
ocasiones que somos inadecuados, inadaptados, o anormales, aun encontrándonos en
circunstancias parecidas a la de otras personas.
Aunque en el lenguaje común no suele tenerse en cuenta esta distinción, al analizar el
concepto conviene diferenciar la creencia de las opiniones y de las ideas sobre todo partiendo
de la sociedad y el contexto que se tienen como referencia.
La ¨sabiduría popular¨ se enriquece de la cultura y el folclor, y los mitos sexuales no están
ajenos a esto, la vitalidad de los mismos depende de los conocimientos, la cultura, y de la
capacidad para ir cambiando y continuar respondiendo a la necesidades culturales y sociales
Es importante puntualizar que la cultura juega un papel determinante en el enriquecimiento o
decadencia de los mitos ya que a través de la misma, las personas expresan su estado de
opinión, comprometiéndolos a tomar decisiones y asumir diferentes conductas ante un mismo
hecho o situación.
El nivel cultural va rompiendo prejuicios, sensibiliza y modifica actitudes que permiten modelar
y diseñar valores y normas que ya han sido identificadas como símbolos de la masculinidad y
feminidad
Es de gran importancia señalar que los primeros homínido que habitaron el planeta, dependían
por entero de la naturaleza, con sus inclemencias y transformaciones que influyen sobre la
misma, por tanto el hombre y la mujer primitiva subsistieron, entre otras cosas por lo que creían
y veían a su alrededor, sin una explicación objetiva y lógica.
Si se analiza el origen del pensamiento filosófico como componente fundamental de la cultura
humana, se busca el sentido de la vida, el pensamiento y de la sociedad, y de los nexos
existentes entre ellos, entonces es posible preguntarnos, ¿Por qué en el siglo XXI, con los
adelantos de la ciencia, la tecnología y la humanidad continúan persistiendo y apareciendo,
nuevos mitos sexuales, si los mismos son consecuencia de la ignorancia y las creencias?
Es importante puntualizar que cuando una idea no se logra representar de manera empírica y
científica, teniendo un sustento objetivo y comprobado en la práctica, se recurre a ciertas
abstracciones sin una fundamentación real, por lo que la persona no llega a sentirse segura
con la explicación del hecho o el fenómeno.
Una de las causas de la prevalencia de los mitos sexuales, es precisamente la negación de la
evolución de la sexualidad humana, como un elemento componente de la personalidad del
individuo, por tanto, no se puede considerar con fines preestablecidos, si se tiene en cuenta
que uno de los atributos de la materia es el movimiento y el cambio que existe
independientemente de la conciencia.
Nuestro país, tiene raíces socioculturales que se remontan a la etapa de la colonización y
conquista de nuestra isla por España que se caracterizó por ser un asentamiento que comenzó
con un proceso de transculturación.
A la llegada de los españoles a Cuba en 1492, en la isla ya existían humanos, estos se
encontraban en un régimen de comunidad primitiva .Los indocubanos estaban sin ropas o
semidesnudos por su nivel de desarrollo, a la llegada de los conquistadores con un mayor nivel
sociocultural, les imponen cubrirse sus órganos genitales y en el caso de las mujeres sus
senos, manifestándose las primeras prohibiciones ante el desnudo, lo que más tarde
evolucionaría convirtiéndose en nuestros días un mito.
A pesar que el encuentro entre estas dos culturas provocó la desaparición física de la aborigen,
esta cultura se mantiene viva, y se transmitió de una generación a otra, inmediatamente en
Cuba se evidencia una extensión significativa de las costumbres españolas, que
permanecieron en la vida de los criollos, entre estas están las supersticiones y profecías como
resultado de las creencias populares hispánicas y de otras etnias, que fueron determinantes
para la formación histórica y cultural cubana.
Desde los comienzos de la Comunidad Primitiva el hombre pensó en su superioridad sobre la
mujer, esto se demuestra a través de algunas historias mitológicas de diferentes culturas. Uno
de los mitos taínos más generalizados, de esa etapa plantea que, los hombres existían
completos antes que las mujeres.
Uno de los objetivos fundamentales de la conquista era adoctrinar a los indios aborígenes con
la religión católica, que plantea, que la creación de la mujer se debe a una fuerza divina para
hacerle compañía Adán en el paraíso, y que la misma fue creada a partir de una costilla de
Adán, determinando la dependencia de la mujer de por vida al hombre como un ser completo y
capaz, que siempre le sobra la fuerza que le falta a la mujer ante las situaciones adversas de la
vida, subestimando al sexo femenino.
Ya para finales del siglo del siglo XVI, existían en Cuba dos culturas que fueron el tronco de la
nuestra, sin embargo ante la necesidad de mano de obra España comienza a importar
esclavos africanos, que aportaron fundamentalmente los cultos sincréticos africanos, que con
la existencia de una iglesia feudal y una esclavitud patriarcal surgieron cultos que formaron un
sistema de creencias.
Con el desarrollo de la industria azucarera y con el exterminio casi total de los aborígenes
cubanos que como mano de obra no soportaron el rigor de la esclavitud, por lo que comienza a
introducirse la mano de obra traída del África, los negros tren sus mitos, costumbres y
creencias que se sincretizan con la religión católica, haciendo que estos identificaran las figuras
de esta religión con las de su mitología.
Durante este siglo se van conformando las características típicas del criollo y en ello
intervienen las transformaciones sociales. Ya para finales del siglo XVI e inicios del XVII,
encontramos en Cuba tres culturas, que se van mezclando y aportando sus características
esenciales.
Este incremento en el comercio negrero fue acompañado, en la mayoría de los casos, por una
fuerte ideología racista, los negros eran considerados seres inferiores, comparados usualmente
con animales, sin consideración jurídica, de hecho era costumbre en muchas plantaciones
explotar al esclavo bajo severas condiciones hasta la muerte, pues salía más barato comprar
nuevos esclavos que mejorar las condiciones de vida.
De aquella época debemos señalar que la vida de los ingenios casi liquidó la actividad
sexual de los negros esclavos, ya que sometidos a un esquema carcelario de hombres solo,
tenían que buscar diferentes alternativas para satisfacer sus necesidades sexuales y entre
ellas estaba el homosexualismo y la autosatisfacción. De esa época son los mitos siguientes:

El hombre negro es más viril que el blanco.

El tamaño del pene es mayor, por su complexión física.

Los negros no son homosexuales.
Por ser una formación económica patriarcal junto a la discriminación racial, la unión de una
mujer blanca con un negro fue un tabú que causó mucho daño durante muchos años, sin
embargo el hombre blanco sí podía mantener relaciones con una negra independiente de la
condición que tuviera la misma. La esclava le pertenecía al amo, de ahí el mito que todavía
prevalece en nuestra sociedad, las negras son más activas sexualmente que las blancas.
Hasta este momento de nuestra historia la raíz hispánica, además de la lengua castellana y la
cultura en general aportan normas morales, concepción del hombre y la mujer que regida por la
religión católica colocan al hombre en un peldaño superior sobre la mujer. Los cultos y los
mitos negros también conceden un lugar privilegiado al hombre.
De la mezcla de culturas se va formando un hombre nuevo, como resultado de la política que
sigue la metrópoli para con la colonia, la isla llegó a convertirse en unas de .las colonias más
prósperas del continente por sus productos fundamentales, de ese momento, el azúcar y el
tabaco.
En la segunda mitad del siglo XVIII, se desarrolla en Cuba un proceso económico-social e
ideológico complejo, producto a las vías que asume, por el modo de proyectar sus ideas y por
alterar la composición social y los modelos de la sociedad criolla. La cultura criolla surge en
cierta oposición con la escolástica y la hispanidad, aunque es un producto de ello.
En el proceso de formación de la nacionalidad, influye otra cultura que llega a Cuba a fines de
este siglo, la cultura franco haitiana, como franceses entraron a Cuba criollos blancos,
mestizos, negros y mulatos esclavos.
Esta cultura franco haitiana aportó elementos que sustentaron algunos mitos sexuales sobre
todos aquellos que veía a la mujer como una ama de casa que debía ser laboriosa, y esperar al
marido que se pasaba la mayor parte del tiempo fomentando capitales que le garantizaba una
vida cómoda a ella y a sus hijos, por lo que debía respetarlo, y no ocasionarles problemas el
poco tiempo que se encontraba en el hogar.
A raíz de la mora judeo-cristiana, aparece la idea del pecado, comenzó la enseñanza de que lo
erótico era obsceno y que la sexualidad solo podía considerarse legal en el matrimonio y para
la reproducción.
Las sociedades patriarcales tradicionales adquieren un carácter sexo fóbica, proclaman la
reproducción como fin último y fundamental de la unión sacrosanta y fundamental del hombre y
la mujer, en el marco de un matrimonio reconocido por las leyes y bendecido por Dios.
Dentro de las sociedades patriarcales como resultado de lo planteado anteriormente entre otros
aspectos, aparece una nueva época que en contraste a las tradicionales según las autoras,
Alicia González y Beatriz Castellanos, en su libro, Sexualidad y Género, la denominan
contemporánea y que contiene como rasgo distintivo esencial la evolución de un proceso de
reconceptualización en todas las manifestaciones de la sexualidad humana.
A partir de un análisis reflexivo asumimos el criterio dado por las investigadoras, Alicia
González y Beatriz Castellanos, en cuanto a la época de reconceptualización, ya que en estos
momentos las sociedades patriarcales se han modificado, como producto de la situación de
ambos sexos y sus relaciones con la pareja, la familia, y la sociedad modificándose deforma
cualitativa el comportamiento de hombres y mujeres.
Estos cambios que se producen en la forma de vestirse, en el uso de accesorios, en la forma
de expresar sus sentimientos, emociones, actitudes y modos de comportamientos, son el
producto entre otras cosas de los vestigios de la revolución sexual.
Consideramos importante plantear que las manifestaciones planteadas anteriormente todavía
no son preponderantes, aunque de forma constante las nuevas valías y modelos morales
sexuales se están observando de forma cualitativa en diferentes momentos de la vida
consideramos que aún no son suficientes, ya que no han desaparecido las formas tradicionales
represivas imputadas de mitos y tabúes estereotipados promoviéndose un profundo y
constante desafío entre las formas tradicionales y los nuevos comportamientos que empeoran
las contradicciones y problemas intrasubjetivos e intersubjetivos de la vida interna de los
hombres y mujeres y de sus relaciones,
y hacen aún más comprometedoras las luchas
generacionales.
Las transformaciones sociales ocurridas en el siglo XXI, demandan nuevas actitudes,
renovadas y en nuestras manos está la formación de hombres y mujeres que vivan y edifiquen
su sexualidad teniendo en cuenta sus aspiraciones y preferencias personales sin divorciarse de
la sociedad.
Conclusiones
En las sociedades patriarcales actuales aún no hay relaciones que garantizan una calidad de
vida para hombres y mujeres como seres humanos, donde cada uno alcance los máximos
niveles de desempeño y conducta personal en cualquiera de los contextos de socialización, sin
atenuar o restringir los del otro sexo, todavía estamos en presencia de estereotipos que no
permiten un desarrollo pleno y armonioso, porque conductas prohibidas como resultado de una
carencia de una cultura sexual, que mitifica esquematizando los modos de ser y hacer de los
seres humanos, por lo que actualmente podemos hablar de nuevos mitos que reprimen la
expresión libre y plena de la sexualidad humana.
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