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UNIVERSIDAD NACIONAL ANDRÉS BELLO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA REHABILITACIÓN
ESCUELA DE FONOAUDIOLOGÍA
RELACIÓN ENTRE DIABETES MELLITUS E HIPERTENSIÓN
ARTERIAL Y PÉRDIDA AUDITIVA EN SUJETOS DE LA
TERCERA Y CUARTA EDAD
TESIS PARA OPTAR AL GRADO DE MAGÍSTER EN AUDIOLOGÍA
Autoras
Francisca Mella Gallegos
Laura Villagrán Hildebrandt
PROFESORA GUÍA:
Flga. Mgt. Marcia Núñez Toro
METODÓLOGA:
Prof. Ilse López Bravo
Santiago - Chile
2012
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
CORRECTORES DE TESIS
Fonoaudióloga y Magíster en Audiología Martha Arrocet Sütterlin
Directora Magíster de Audiología
Docente de Pre y Post grado en área de Audiología Universidad
Nacional Andrés Bello
Fonoaudiólogo Juan Leyton Meléndez
Docente de Pre y Post grado en área de Audiología Universidad
Nacional Andrés Bello
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
ÍNDICE
I. Resumen …………………………………….…………….……….………………..5
II. Introducción ……………………………………………………..………………… 6
III. Marco Teórico:
1. Oído y Audición ………………………………………………..……….….……. 8
2. Envejecimiento ………………………………………….……………….…...… 14
3. Presbiacusia ………………………………………………………….….….….. 19
4. Patologías asociadas al envejecimiento que aumentarían la pérdida auditiva:
Hipertensión Arterial y Diabetes Mellitus ………………………..………...…...…28
IV. Hipótesis ……………….………………………………………….…….…....... 35
V. Objetivos:
1. General …………………………………………..………………..…….........…. 36
2. Específicos ……………………….……………………….………….…….….... 36
VI. Variables ………….…………………………………………….……...………. 36
VII. Metodología
1. Tipo de diseño ………………………..…….………….……………….……… 37
2. Grupo en estudio …………………………………………….…….………....… 37
3. Sujeto de estudio …………………………………………..…...……..…..….... 37
4. Forma de selección de unidades de estudio ………………………….…….. 38
5. Procedimiento de obtención de datos …………….………….………........… 38
VIII. Análisis de datos...………...…….……….…….………….………...……….. 39
IX. Resultados …………...………………………….……….…….……...……….. 40
X. Discusión…………………………….….……………………….…...……...……57
XI. Conclusiones…….……...………………………………...…...…………….…. 60
XII. Referencias Bibliográficas ….……..………………….…………………...…. 62
XIII. Anexos …………………………………………………………………………. 65
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
ABSTRACT
Presbycusis is one of the most common disorders in elderly population, it
consists in progressive hearing loss, specially in high frequency range . Aging is the
principal cause of presbycusis, however, today is postulated that some diseases are
able to influence the time of appereance and severity of presbycusis.
The purpose of this research is to determinate whether there are differences in
audiometric thresholds between individuals of the third age (65- 79 years) and the
fourth age (80 years and more), besides to search the effect of Hypertension and
Type II Diabetes Mellitus in progressive hearing deterioration in individuals with
presbycusis of both age categories.
A sample of 178 persons (336 ears) was selected, classified in two age
categories and subdivided in diagnostic combinations as: Only Presbycusis,
Presbycusis with Hypertension and Presbycusis with Hypertension and Type II
Diabetes Mellitus. In order to make a sample selection it was made a review of
clinical charts, clinical records and audiograms of people who went to a Health
Service of Santiago city between January 2009 and December 2011, searching for
hearing loss information about kind and grade, specially in 500, 1000, 2000 and 4000
Hz and calculating pure tonal media in those frequencies.
Results show that, even when the difference between both of the age groups
isn’t statistically significant, hearing loss in individuals of the third age is bigger than
hypoacusis in persons of the fourth age. Moreover, the presence of any of the
mentioned diseases doesn’t impact in the severity of hearing loss in both of the age
groups.
As a conclusion of the investigation, in this particular sample, age or diseases
as Hypertension and Type II Diabetes Mellitus doesn’t influence directly in hearing
thresholds of persons with presbycusis.
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
RESUMEN
La Presbiacusia es uno de los trastornos más frecuentes en adultos
mayores que consiste en la pérdida progresiva de la audición, especialmente
en las frecuencias más agudas y cuya causa es el envejecimiento. Sin
embargo, en la actualidad se postula que la presencia de ciertas
enfermedades puede repercutir en el tiempo de aparición y en la gravedad de
la misma.
El propósito de la investigación es determinar si existen diferencias en
umbrales tonales entre sujetos de la tercera (65- 79 años) y la cuarta edad (80
años y más), además de buscar el efecto que tiene la Hipertensión Arterial y
la Diabetes Mellitus tipo II en el deterioro progresivo de la audición en
personas con presbiacusia de ambas categorías de edad.
Se seleccionó una muestra de 178 sujetos (336 oídos), clasificada en
dos categorías de edad y subdividida en las combinaciones diagnósticas: Sólo
Presbiacusia; Presbiacusia e HTA y Presbiacusia con HTA y DM2. Para la
selección de la muestra se realizó una revisión de fichas, historia clínica y
audiogramas de sujetos atendidos en un Centro de Salud de la Región
Metropolitana entre enero de 2009 y diciembre de 2011, en la que se buscó
información sobre tipo y grado de pérdida auditiva con especial énfasis en el
comportamiento de las frecuencias 500, 1000, 2000 y 4000 Hz. y Promedio
Tonal Puro de dichas frecuencias.
Los resultados que se obtuvieron muestran que, pese a no existir una
diferencia estadísticamente significativa entre ambos grupos de adultos
mayores, sí se observa mayor pérdida auditiva en sujetos de la tercera edad.
Por otra parte, se encontró que la presencia de las patologías mencionadas
no influye significativamente en la severidad de la pérdida auditiva en ambos
grupos de edad.
A modo de conclusión se puede decir que, para esta muestra en
particular, ni el aumento en la edad, ni la presencia de patologías como
Diabetes Mellitus II e Hipertensión Arterial influye directamente en los
umbrales auditivos de personas con presbiacusia.
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
INTRODUCCIÓN
Con el incremento de la esperanza de vida a nivel mundial, el
conocimiento sobre la condición de salud en personas de edad avanzada ha
aumentado, así como la preocupación por atender a las demandas de salud
de este grupo de la población. Para ello se vuelve importante el estudio del
proceso de envejecimiento y sus repercusiones a nivel orgánico, psicológico
y social.
Físicamente, son muchos los cambios visibles como consecuencia de la
vejez, dentro de éstos es posible encontrar al deterioro de estructuras como
el oído, cuyo desgaste deriva en la pérdida progresiva de la audición o
presbiacusia.
La presbiacusia es la condición que afecta a los adultos mayores y se
caracteriza por el envejecimiento progresivo de la audición, afectando con
mayor intensidad a los tonos más agudos. Se dice que esta alteración
impacta preferentemente a los adultos mayores de más edad y que se
acrecienta con ciertas alteraciones asociadas a la vejez.
Dentro de las alteraciones más frecuentes en esta etapa de la vida
destacan las de origen vascular y metabólico, como la Hipertensión Arterial y
la Diabetes Mellitus, entre otras. Estas patologías causan inevitablemente
alteración directa de los órganos, dentro de los cuales se postula podrían
encontrarse órganos sensoriales como el ojo o el oído.
Esta investigación pretende encontrar si existe o no relación entre el
aumento de la edad y la pérdida auditiva, así como determinar si la presencia
de Hipertensión Arterial y/o Diabetes Mellitus participa en la aparición de
hipoacusia o en su severidad.
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Mediante este seminario se espera revelar el impacto que pudiesen
provocar las patologías nombradas con anterioridad sobre la audición en el
adulto mayor, estableciendo si existe mantención, disminución y/o aumento
de la pérdida auditiva y a la vez definir si es que a mayor edad existe un
aumento de la pérdida de la audición.
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
MARCO TEÓRICO
1. OÍDO Y AUDICIÓN
El oído, órgano vestíbulo-coclear, cumple dos principales y únicas
funciones: audición y equilibrio. Éste, se divide en tres partes: oído externo,
oído medio y oído interno.
1.1. Oído Externo
El oído externo está compuesto por el pabellón auricular, encargado de
recoger el sonido y el conducto auditivo externo, el cual conduce el sonido
hasta la membrana timpánica.
La función del oído externo consiste principalmente en recolectar las
ondas sonoras para dirigirlas hacia el oído medio. Pero además, tiene otras dos
grandes funciones, las cuales son proteger las finas estructuras del oído medio
que podrían ser dañadas por fuertes ruidos y minimizar la distancia del oído
interno a estructuras superiores, disminuyendo considerablemente el tiempo de
propagación de los impulsos nerviosos.
Otra gran función que realiza el oído externo es la de localizar la fuente
de los sonidos gracias al conducto auditivo, el cual influye directamente en la
respuesta en frecuencia de todo el sistema auditivo.
El conducto auditivo externo, tubo que mide aproximadamente dos
centímetros de longitud, está situado en la porción timpánica del hueso
temporal y se extiende desde el pabellón auricular hasta la membrana del
tímpano.
Por último, la membrana timpánica, la cual separa el oído externo del
oído medio, es semitransparente, delgada, cubierta por piel fina en su parte
externa y por mucosa en su parte interna. Además, posee una concavidad
proporcionada por el proceso lateral del martillo que se inserta en la membrana
timpánica que se desliza como consecuencia de las oscilaciones del aire que
llega mediante el conducto auditivo externo.
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
1.2. Oído Medio
El oído medio, llamado también cavidad timpánica, se encuentra ubicado
en la porción petrosa del hueso temporal. Está formado por cavidades
completamente llenas de aire, las cuales se dividen principalmente en dos
porciones: la caja del tímpano, formada a su vez por tres huesecillos, martillo,
yunque y estribo, unidos entre sí en forma articulada y la Trompa de Eustaquio,
relacionada con vías aéreas superiores y que permite igualar la presión del aire
hacia ambos lados del tímpano. Es una cámara de aire que además contiene
los músculos del estribo, el músculo tensor del tímpano, el plexo nervioso
timpánico y el nervio de la cuerda del tímpano.
La forma se asemeja a la de una caja, por lo que de describen cuatro
paredes, anterior, posterior, medial y lateral, además de un suelo y un techo.
Para poder entender la fisiología del oído medio es necesario tener en
cuenta los tres parámetros más importantes del sistema: elasticidad,
rozamiento y masa, los cuales tienen que estar en constante relación con las
estructuras anatómicas de dicho oído.
La fisiología del oído medio se puede entender de la siguiente manera.
El martillo y el yunque giran de manera conjunta sobre un eje que comienza en
la apófisis del yunque y termina en el tendón del martillo, siendo su rotación la
que influiría de manera adicional en el proceso, a diferencia de los líquidos
laberínticos y el estribo que le proporcionarían al sistema, de manera directa, la
inercia de masa al sistema.
La membrana timpánica, gracias a su movimiento hacia adentro, hace
que se comprima todo el aire, lo que ocasiona una fuerza que hace volver a la
membrana a su situación de reposo. Si fuese a la inversa, entra en juego un
reflejo amortiguador.
El rozamiento se produce mayormente en los líquidos laberínticos y en
su menor medida en el aire de la caja timpánica y en el conducto auditivo
externo.
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
“La cadena de huesecillos debe ser tomada como una masa de
acoplamientos mutuos; cada huesecillo realiza sólo una contribución a la masa
total del sistema vibratorio” (1).
Si la elasticidad del oído medio aumentara la capacidad vibratoria de los
tonos graves y medios disminuiría. Por lo mismo, se habla de que el sistema
respondería de buena manera a las frecuencias agudas, pues el punto de
resonancia se traslada hacia tonos más agudos, según Van Dishoeck en el año
1950.
Por otro lado, al aumentar el rozamiento y la masa la frecuencia se
desplaza hacia los tonos graves.
1.3. Oído Interno
En el oído interno es en donde se sitúa el órgano de la audición: la
cóclea. Ésta, con forma de espiral, está formada por células de sostén y células
sensoriales. Las últimas forman parte del órgano de Corti, el cual contiene:

Una fila de Células Ciliadas Internas (CCI) (aproximadamente 3.500):
encargadas de recibir el 95% de la inervación aferente. Poseen conexiones
con las fibras del nervio auditivo, de tal forma que cuando se depolaricen
liberen un neurotransmisor y estimulen las terminaciones del nervio auditivo,
el cual envía señales al sistema nervioso central. Su función primordial
consiste en transformar la información acústica en impulsos nerviosos, por lo
tanto, éstas se preocupan de convertir los estímulos mecánicos en
potenciales bioeléctricos.

3 a 5 filas de Células Ciliadas Externas (CCE) (aproximadamente
12.000): capaces de responder a estímulos de poca intensidad, cumplir un rol
de filtro modulador, capaces de contraerse y provocar estímulos sonoros
inducidos por la vía auditiva central. Son las encargadas de recibir el 5% de la
inervación eferente. No tienen conexiones con las terminaciones nerviosas del
nervio auditivo, por lo que no participarían de forma directa en el envío de
señales. Cuando la membrana basilar se mueve hacia arriba estas células
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
ciliadas se depolarizan, lo que produce una contracción y un aumento en el
desplazamiento de dicha membrana. Gracias a esto, se fortalece la
estimulación de las CCI, las cuales enviarían más señales al Sistema
Nervioso Central. Cuando existe una lesión en las CCE se produce pérdida
auditiva.
La membrana basilar, estructura en donde descansa el órgano de Corti,
presenta cambios en toda su dimensión. Gracias a estos cambios en su
estructura la membrana basilar actúa como analizador de frecuencias.
La selectividad frecuencial de la cóclea consiste en lo siguiente:

Mecanismo pasivo estudiado por Georg von Békésy en el año 1960
(teoría de la onda viajera)

Sonidos de baja frecuencia (vibración en el ápice)

Sonidos de alta frecuencia (vibración en la base)

Diferencias en las frecuencias de resonancia de la cóclea en función de
los cambios de sección que experimenta
Entonces, cuando entra en vibración la cadena de huesecillos y logra
mover la ventana oval, se genera una diferencia de presión entre la rampa
vestibular y la rampa timpánica, teniendo como consecuencia que la endolinfa
se desplace a lo largo de la Membrana de Reissner. A esto, es lo que se le
denomina “onda viajera”, la cual tiene una máxima amplitud en la base de la
cóclea (para frecuencias agudas) que gradualmente tiende a disminuir hasta
llegar al ápice de ésta (para frecuencias graves). El desplazamiento de la
membrana hace que las células ciliadas se muevan en relación a la membrana
tectoria, la cual produce un desplazamiento horizontal sobre los cilios.
Dependiendo de la región en donde se mueva la membrana basilar será
en donde se activen las células ciliadas que posteriormente excitarán a las
neuronas aferentes.
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Como síntesis podemos concluir que la cóclea tiene las siguientes funciones:

Transformación de las vibraciones mecánicas en impulsos nerviosos.

El desplazamiento de los fluidos cocleares, provocado por la vibración
de la ventana oval, produce la ondulación de la membrana basilar.

El movimiento de la membrana basilar excita las células ciliadas.

Las células ciliadas están conectadas con las fibras nerviosas que
forman el nervio auditivo.
En cuanto a la fisiología neural de la audición se puede decir que existen
dos propiedades que son fundamentales de los nervios, las cuales son:
excitabilidad y conductividad.
La excitabilidad corresponde a la característica que posee una célula
nerviosa para adquirir movimiento vibratorio bajo cierta estimulación. El
estímulo que se propaga se le llama impulso nervioso y al recorrido se le llama
conducción nerviosa.
La conductividad corresponde a la característica que posee el nervio de
cerciorar la propagación del movimiento vibratorio de la membrana. Para que
se efectúe dicha conductividad es preciso que en el trayecto del nervio haya
continuidad, no existiendo alteración alguna.
El nervio auditivo (VIII par) es el responsable de la función auditiva y del
equilibrio. Las fibras del nervio auditivo, junto con sus cuerpos celulares en el
ganglio espiral, facilitan una conexión sináptica directa entre células ciliadas de
la cóclea y los núcleos cocleares. Además, contiene aproximadamente 30.000
fibras. Existen fibras tipo I que se contactan con las CCI. Éstas son cubiertas
por mielina periférica (células de Schwann) en el conducto auditivo interno y
por mielina central (oligodendrocitos) en su trayecto pontocerebeloso.
Mantienen una pequeña variación en su diámetro, lo que implica pequeñas
variaciones en la velocidad de conducción y un alto grado de impulsos
nerviosos. A diferencia de las fibras tipo II, que se contactan con CCE y sólo
representan el 5 al 10% de la población total de las fibras auditivas. Son
amielínicas.
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Su principal función es transmitir impulsos eléctricos desde las células
ciliadas hacia las vías auditivas, que posteriormente llegan al cerebro para su
procesamiento. Se dice que existen otras vías capaces de conducir impulsos
nerviosos desde el cerebro hasta la cóclea. Esto no se sabe con certeza, pero
servirían para colaborar al ajuste de sintonía de la selectividad de las
frecuencias de las células ciliadas y aumentar las diferencias de amplitud,
frecuencia y tiempo entre ambos oídos.
En relación a las respuestas de la intensidad, la mayoría de las fibras del
nervio coclear con alta tasa de descarga presentan un rango dinámico limitado
a 20-40 dB, mientras que algunas fibras con tasas más bajas de descarga
espontánea tienen rangos dinámicos más extendidos.
Existe también, al igual que en muchas otras partes del sistema auditivo,
una organización tonotópica (más fina que la coclear), en donde las frecuencias
agudas van por la periferia del nervio auditivo y las frecuencias graves por el
centro de éste. Además, las fibras del nervio pueden adaptarse en fase con la
onda coclear, proporcionando una información temporal que permite transmitir
los patrones de sonoridad en eventos más dificultosos, como por ejemplo en
intensidades más altas.
Existen, principalmente, dos importantes fenómenos relacionados con la
fisiología del nervio estatoacústico, los cuales son el enmascaramiento y la
adaptación. Éstos, actúan de manera no lineal, es decir, forman parte de un
complejo mecanismo capaz de incluir y eliminar información.
El fenómeno de enmascaramiento del nervio auditivo trata de que si
penetra un determinado sonido en nuestro oído no sólo se excitarán las fibras
correspondientes a esa frecuencia determinada, sino que también las que se
encuentran adyacentes, aunque con menor intensidad. Por lo tanto, la amplitud
de la excitación al escuchar un tono puro que se produce en toda la estructura
de la membrana basilar es lo que se denomina curvas de enmascaramiento.
Para finalizar, es importante mencionar que existen en el cerebro por lo
menos tres niveles de procesamiento entregados por los nervios auditivos. El
primer nivel corresponde a la identificación de la localización en donde proviene
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
el sonido. En un segundo nivel el cerebro identifica el sonido tal cual proviene,
siendo el último nivel la identificación de las propiedades temporales y su
relación con otros sonidos.
2. ENVEJECIMIENTO
2.1. Definición y Características
Una de las definiciones para el envejecimiento que mejor caracterizan
este proceso es la de Biner y Bourlière: “el envejecimiento es la serie de
modificaciones morfológicas, psicológicas, bioquímicas y funcionales que
aparecen como consecuencia de la acción del paso del tiempo sobre los seres
vivos” (6). Esta y muchas más hacen referencia al impacto principalmente
biológico que tiene el paso de los años, pues los cambios a este nivel son los
que a largo plazo reducen la capacidad del organismo para autorregularse,
adaptarse y repararse (6), mecanismos de supervivencia que pueden ir
disminuyendo en distintos grados y velocidad.
Este proceso se caracteriza por ser (7):

Universal, es decir, sucede a todos los seres vivos

Irreversible: No existe aún ninguna manera de detenerlo o revertirlo, al
contrario de lo que sucede con ciertas patologías que tienen cura, este es
un proceso fisiológico.

Heterogéneo e Individual: Además de existir velocidades de deterioro
distintas para cada especie, estas también varían entre sujetos e, incluso,
entre órganos de una misma persona.

Deletéreo: Es exactamente lo contrario del proceso de crecimiento, pues
en
lugar
de
desarrollar
funciones,
éstas
van
disminuyendo
progresivamente.

Intrínseco: Se origina en el sujeto mismo y cualquier modificación en el
ambiente, si bien puede ayudar o empeorar la situación del individuo, no
tiene relación con el proceso mismo, que invariablemente conduce a la
muerte.
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
La gran mayoría de los autores hace hincapié en el hecho de que el
envejecimiento es un proceso fisiológico, no obstante, hace al organismo más
proclive a sufrir patologías, por lo que es difícil aislarlo de ellas. Perlmutter y
Hall clasifican al envejecimiento en dos tipos: el primario, que se caracteriza
por cambios debidos a la edad y que se presentan en todos los miembros de
la especie, y el envejecimiento secundario, cuyos cambios tendrán como
origen diversas patologías y el efecto del ambiente (6).
Cambios morfofisiológicos
A nivel físico se produce una disminución de la estatura a raíz del
achatamiento de las vértebras y de los discos intervertebrales, el aumento de
la cifosis de columna y cierto grado de flexión en rodillas y caderas. También
se da una pérdida de masa ósea y muscular y la acumulación de grasa
principalmente alrededor de la cintura., junto con esto, disminuye también la
velocidad, la fuerza y la resistencia. La disminución de masa ósea es de
particular importancia, pues puede derivar en patologías como osteoporosis y
osteomalacia.
La piel es el órgano en que más se nota el paso de los años, ya que se
vuelve más delgada, menos elástica y seca, además, es vulnerable a todos
los efectos del ambiente.
La principal afectación en el sistema cardiovascular es la disminución
del lumen vascular por la acumulación de sustancias, principalmente
colesterol. Se produce también un deterioro del tejido en el miocardio,
calcificación en las válvulas y disminución de los impulsos eléctricos a esa
zona, lo que reduce la función del corazón.
El volumen y capacidad pulmonar va disminuyendo gradualmente por el
aumento en la rigidez del tejido pulmonar y cierta degeneración de huesos y
músculos circundantes que participan en el proceso de respiración.
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
El riñón disminuye su capacidad, pues desciende la irrigación sanguínea
y el número de células en dicho órgano. Además, la vejiga tiende a rigidizarse
y en el hombre se suman dificultades de origen prostático.
En cuanto al sistema nervioso se observa una disminución de neuronas,
mielina y neurotransmisores, lo que enlentece o disminuye la transmisión de
impulsos y se traduce en reducción de la efectividad de los reflejos y otras
funciones. Se reduce el peso cerebral y tienden a depositarse algunas
sustancias en él. La disminución de funciones puede no implicar dificultades
conductuales e intelectuales, pero son notorios otros cambios, como la
alteración del sueño.
Con respecto al sistema endocrino, en los hombres disminuye la
secreción de gonadotropinas y testosterona, lo que se refleja en un descenso
de la capacidad sexual y reproductiva, además de la capacidad física y fuerza
muscular. El principal cambio en el caso de las mujeres es la llegada de la
menopausia, la que altera las hormonas folículoestimulante y luteinizante y
marca el fin de su vida fértil. La secreción pancreática se mantiene, sin
embargo, puede haber resistencia de los tejidos a la acción de la insulina.
Otros cambios de origen hormonal son la disminución de masa muscular
y su reemplazo por tejido graso, de lo cual es responsable la alteración en la
concentración de hormona del crecimiento, por otra parte, se observa también
alteraciones del ritmo circadiano por causa de la hormona melatonina.
Por último, el envejecimiento altera progresivamente todos los sistemas
sensoriales, disminuye la capacidad para sentir olores y sabores, lo que se
manifiesta en el gusto por comer alimentos más condimentados o descenso
en el placer por comer, además de alteración en la percepción de sed, lo que
puede derivar en cierta deshidratación. Los órganos como el ojo y el oído
también ven disminuida su función, resultando en baja capacidad para leer o
ver objetos pequeños y para oír algunos sonidos.
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
2.2. Enfermedades asociadas a la edad
La principal causa de hospitalización en este grupo etario son las
enfermedades de origen cardiovascular, especialmente infarto y accidente
cerebro vascular, que son también la primera causa de muerte en nuestro
país; seguidas por patologías digestivas y urinarias. Cabe destacar que los
adultos mayores suelen estar afectados por patologías crónicas, como
hipertensión arterial, afecciones bronquiales, diabetes mellitus y problemas
osteoarticulares, cuyo tratamiento constituye uno de los pilares para el
mejoramiento de la calidad de vida y la prolongación de la misma. Junto con
esto, la prevención de enfermedades inducidas por factores externos como el
alcohol, el tabaco y otros elementos es hasta el momento una de las mejores
alternativas para llevar una vida saludable aún en personas muy mayores.
2.3. Aspectos poblacionales y sociales
A finales del siglo XIX, con la disminución de las tasas de mortalidad,
comenzó a interesar el estudio del volumen y evolución de la población a
través del cálculo de tasas de crecimiento que determinan el aumento o
disminución de la misma en un período de tiempo definido. Estos estudios se
realizan fundamentalmente con el objetivo de estimar la incidencia de este
crecimiento en la economía de un país.
Gracias a los avances tecnológicos y el mayor conocimiento,
especialmente en el área de la medicina, se ha dado un aumento en la
población de edad avanzada, con lo que las personas mueren a edades muy
superiores a las calculadas para el siglo pasado. La tendencia actual se
fundamenta en la disminución de las tasas de mortalidad, pero también han
descendido las tasas de natalidad, por lo que hace unas décadas la población
en general está envejeciendo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La población actual
mayor de 60 años es de 650 millones y se calcula en 2000 millones para el
año 2050, siendo el grupo de más rápido crecimiento.
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
El aumento de la población de edades superiores a 65 años está
determinado por factores biológicos y sociales. Existen ciertos indicadores
cuyo análisis describe el estado y estructuración de la población, tales como:

Media de edad, que indica la proporción de adultos mayores en relación
a la población total y que considera los 65 años como comienzo de la
tercera edad. Cuando la cantidad de personas de más de 65 años por
cada 100 habitantes supera al 10% se habla de una población
envejecida.

Tasa de dependencia, relativa a la población no activa, , tanto menores
de 16 años como mayores de 65. Aunque en la práctica pueden
encontrarse personas aún fuera de edad trabajando, el corte de
menores de 16 años y mayores de 65 se toma como valor de referencia.
Con el aumento de la población mayor es de suponer que aumenta la
carga sobre las personas activas y la tasa de dependencia aumenta, sin
embargo, para conocer con certeza la situación es necesario determinar
si las personas jóvenes que ingresan al mundo laboral dan abasto para
reemplazar a las que jubilan.

Índice de sobreenvejecimiento: Valor que estima la cantidad de
personas muy mayores dentro del grupo de adultos mayores, es decir,
por cada 100 personas mayores de 65 años, cuántas tienen 85 años o
más.
2.4. Tercera y Cuarta Edad
Resulta importante conocer estos datos, puesto que el continuo
envejecimiento de la población presume desafíos especialmente a nivel de
atención en salud.
Esta población requiere de cuidados específicos, por lo que se hace
necesaria la capacitación de profesionales, la generación de políticas de
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Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
protección, la creación de servicios que permitan la atención y tratamiento de
estas personas y la adaptación de entornos para su vida cotidiana.
Además de esta situación, hoy en día, surgen también diferencias
dentro del mismo grupo. Las necesidades de los mayores de 65 años, no son
las mismas que las de los mayores de 80 años. A raíz de esto se crea una
nueva clasificación, en donde las personas mayores de 65 años constituyen el
grupo de la tercera edad y las de 80 ó más pertenecen al grupo de la nueva
“cuarta edad”. Para algunos autores, esta diferenciación puede hasta
significar que el primer grupo es de individuos sanos y el segundo, de
personas portadoras de diversas patologías o incluso dependientes, sin
embargo, más que la separación estricta de ambos grupos según si hay o no
presencia de enfermedad, cabe analizar el estado de salud en sí, pues el
incremento de edad puede incluir más enfermedades o aumento en la
severidad de las ya existentes.
3. PRESBIACUSIA
Se considera que a partir de los 65 años de edad comienza la etapa vital
de vejez o senectud, la que trae consigo una serie de cambios morfológicos y
funcionales que se extienden por todos los órganos y sistemas de nuestro
cuerpo, por tanto, el envejecimiento como proceso irreversible y progresivo
implicará
numerosas
alteraciones,
entre
ellas,
problemas
motores,
sensoriales, cambios anatomofuncionales y enfermedades crónicas.
Los órganos sensoriales no se encuentran exentos de la acción del
envejecimiento sistémico, es así como en el adulto mayor es común encontrar
alteraciones visuales (presbicia) y dificultades relacionadas con el oído, tanto
vestibulares como auditivas, terreno en que se encuentra la presbiacusia.
Se define como Presbiacusia a un “trastorno de la audición asociado con
diferentes tipos de disfunción del sistema auditivo periférico o central, que
acompaña al envejecimiento y que no puede explicarse por condiciones
19
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
extraordinarias de ototraumatismo, genéticas o patológicas” (8). Por lo tanto
no se la considera una enfermedad, sino más bien una situación fisiológica
del sistema auditivo que progresa con el pasar de los años, debido al
deterioro de las estructuras que componen el aparato auditivo y no se
relacionaría con ninguna otra hipótesis etiológica.
3.1. Historia
Dado que el hombre prehistórico moría significativamente más joven, el
concepto de envejecimiento no se manejaba y la mayoría de las patologías
relacionadas con la edad que se estudian hoy simplemente no existían.
Las primeras referencias sobre hipoacusia en el adulto mayor datan del
siglo XXIV a.C., fecha en que el escriba egipcio Ptah- Hotep manifiesta la
existencia de una “pérdida del sentido del oído como consecuencia de la
vejez” (8).
El término “presbiacusia”, sin embargo, es acuñado e introducido hacia
el año 1897 por Zwaardermaker, quien describió que esta pérdida auditiva
asociada al envejecimiento solía encontrarse fundamentalmente en la zona de
altas frecuencias.
3.2. Prevalencia
Luego de la hipertensión y la artritis, la presbiacusia se considera el
tercer problema crónico de salud más importante en el adulto mayor y se
estima que la pérdida auditiva para tonos agudos suele comenzar
aproximadamente a los 40 años de edad.
Alrededor del 23 a 25% de personas con edades entre 65 y 75 años
padecerían pérdida auditiva relacionada con la edad, cifra que aumentaría
hasta 38- 40% en adultos mayores de 75 años, según estudios realizados en
países desarrollados.
Para determinar la realidad en América, la Organización Panamericana
de la Salud (OPS) calcula en un 30% las personas mayores de 60 años que
20
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
presentan un grado de pérdida auditiva significativo. En Chile, esta cifra
asciende a 76- 79,7% en personas mayores de 65 años y 90% en mayores de
80 años. (9)
3.3. Etiología
Fundamentalmente, el origen de los cambios que producen presbiacusia
es la edad. Desde los primeros momentos de vida, el oído se mantiene en
constante utilización, por lo que es lógico pensar que luego de cierta edad, el
deterioro del sistema es inminente. Este daño se produce fundamentalmente
a nivel de células ciliadas y de sostén, estría vascular y primera neurona.
Las células sensoriales comienzan a reducirse alrededor de los cuarenta
años, para luego comprometer neuronas del ganglio espiral y disminuir el
grosor de las fibras nerviosas mielínicas, las que se ven reducidas hasta en
un 40% a los 70 años (5).
La presbiacusia como tal se manifiesta comúnmente cerca de los 60
años, sin embargo, la disminución de audición es progresiva desde edades
más tempranas por causa de la constante y progresiva degeneración de
estructuras. No obstante, aparte de la pérdida auditiva fisiológica, se
distinguen dos tipos de presbiacusia patológicas: la presbiacusia precoz, que
aparece tempranamente con una deficiencia auditiva manifiesta a los 40- 50
años y la presbiacusia acelerada, que aparece normalmente a los 60 años,
pero evoluciona con gran rapidez, concluyendo en una pérdida profunda.
Además de la edad, se propone una serie de factores que contribuyen a
la aparición de la presbiacusia. Los antecedentes familiares indicarían la
existencia de cierta predisposición genética. Es frecuente encontrar grupos
familiares con una mayor prevalencia de presbiacusia entre sus miembros,
esta influencia explicaría la aparición de presbiacusia de carácter patológico,
de inicio brusco y evolución acelerada. Ciertas afecciones como la
arterioesclerosis, disfunciones renales o hepáticas, enfermedades vasculares
y metabólicas como Hipertensión Arterial y Diabetes Mellitus podrían
relacionarse con una mayor probabilidad de padecer presbiacusia.
21
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Se considera también factores externos como el trauma acústico por
exposición a ruido y la utilización de drogas o medicamentos ototóxicos,
factores agravantes de la hipoacusia y otros síntomas auditivos.
3.4. Clasificación
Actualmente, se distinguen cuatro tipos de presbiacusia según la
estructura auditiva afectada (Schuknecht, 1964)
Presbiacusia Sensorial
Se produce una atrofia del órgano de Corti, por lo que se deterioran y
desaparecen células ciliadas tanto internas como externas y células de sostén
de la cóclea. El daño se da principalmente en la porción basal de la misma, por
lo que aparece una afectación de las frecuencias altas y es progresiva durante
la vejez. Posteriormente, el daño se propaga a porciones más superiores,
tomando frecuencias medias y provocando con ello más dificultad para
comprender conversaciones.
Este tipo de presbiacusia se inicia a una edad media, pero su progresión
gradual e incluso a edades avanzadas no alcanza pérdidas muy severas.
Suele asociarse también a la presencia de acúfenos y del fenómeno de
reclutamiento.
La degeneración producida en la presbiacusia sensorial es la más
frecuente de todas y puede concluir en la desaparición del órgano de Corti.
La causa aún no es esclarecida, sólo se postula una relación con el
agotamiento del sistema enzimático celular.
Presbiacusia Neural
Generalmente hay un deterioro y muerte celular a nivel de la primera
neurona, pero puede extenderse desde el ganglio espiral hasta la corteza
cerebral afectando toda la vía auditiva y provocando una alteración de
transmisión, integración y codificación de la información.
22
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Comienza tempranamente, pero las manifestaciones más claras se dan
mucho después, con lo que la pérdida auditiva aparece a edades avanzadas y
afecta un amplio espectro frecuencial, no obstante, el síntoma más importante
de este tipo es la dificultad en discriminación, por el fenómeno de regresión
fonémica, e incluso comprensión del lenguaje, dado que la lesión ocurre en
tramos de la vía auditiva incluyendo áreas auditivas en la corteza cerebral.
Al igual que la presbiacusia sensorial, el perfil audiométrico de este tipo
de presbiacusia es descendente bilateral.
Presbiacusia Estrial o Metabólica
Este tipo se da fundamentalmente en familias y ocurre por una atrofia de
la estría vascular en las zonas media y apical además de una aparente
afectación de la endolinfa.
Es de aparición temprana (aproximadamente a los 30 años de edad),
pero de progresión muy lenta, manifestándose una pérdida auditiva con
compromiso de todas las frecuencias del audiograma en edades avanzadas.
Además, se caracteriza por una disociación entre la pérdida auditiva y la
alteración en discriminación del habla, pues aún en pérdidas moderadas
puede encontrarse conservada.
La hipoacusia es sensorionaural, con curva audiométrica plana y de
progresión lenta. Se puede encontrar una discriminación normal, con pérdidas
de hasta 50 dB.
Presbiacusia de Conducción Coclear
Se debe a la pérdida de elasticidad por la degeneración de tejidos de la
membrana basilar y ligamento espiral, con lo cual aparece una alteración
mecánica del conducto coclear y dificultades para transmitir la onda viajera en
el órgano de Corti. Histológicamente, el endurecimiento de la membrana
estaría dado por un proceso de hialinización y por depósitos de calcio y
lípidos que conllevarían a aumentar su grosor.
23
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
El inicio de este tipo de presbiacusia es generalmente durante la edad
media de la persona y el perfil audiométrico muestra una caída en frecuencias
agudas.
En este caso la hipoacusia puede ser sensorioneural o mixta bilateral y
simétrica, de configuración descendente.
Según Schuknecht et al (1993), el 25% de los casos no reúne los
criterios morfológicos ni audiométricos para ninguno de los tipos descritos,
clasificándose como presbiacusias indeterminadas (8).
3.5. Anatomía patológica
Los cuatro tipos de presbiacusia definidos por Schuknecht hacen
referencia a hipoacusia de carácter perceptivo o neurosensorial, sin embargo,
el proceso de envejecimiento va a causar alteraciones en las tres porciones
del oído: externa, media e interna, por lo que los tipos y niveles de pérdida
auditiva serán variables dependiendo de la estructura más dañada. Esta
diferencia
también
entrega
información
acerca
de
los
niveles
de
discriminación auditiva, pues esta se manifiesta de diferente forma en
hipoacusias sensorioneurales, mixtas y de conducción.
Las alteraciones a nivel de oído externo se relacionan más que nada a la
variación en la elasticidad de la piel y el cartílago que componen el conducto
auditivo externo, similar a lo que ocurre en el oído medio, pues aumenta la
rigidez del tímpano, así como de la cadena de huesecillos. Estos cambios en
oído externo y medio se relacionan con la dificultad para transmitir el sonido
hacia la cóclea, por lo que constituyen un primer obstáculo.
En cuanto al oído interno, se pueden distinguir dos porciones del mismo
que se afectarán con el envejecimiento. En primer lugar, la estructura
periférica representada por la cóclea, cuya disfunción está dada por la lesión
de las células ciliadas, en mayor medida las externas y las situadas en la
espira basal de la cóclea; la disminución de neuronas en el modiolo, la atrofia
de la estría vascular; la pérdida de elasticidad de la membrana basilar y las
24
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
lesiones que dificultan la conducción coclear. (Schuknecht, 1974). La
alteración en oído interno central se relaciona con degeneración neuronal,
atrofia de vías nerviosas y daño en los centros de procesamiento central, lo
que se traduce en dificultades para discriminar y comprender el lenguaje (8).
Las diferentes estructuras que pueden verse alteradas durante la vejez
van a provocar que se encuentre muchas formas de hipoacusia: de
conducción, mixtas o de percepción, que son las más comunes y que a su vez
se clasifican en cocleopatías o neuropatías.
3.6. Clínica
Dentro de grupo de adultos mayores que consulta es muy raro encontrar
un solo tipo de presbiacusia. El síntoma más común es una pérdida auditiva
bilateral de carácter progresivo y más intensa en las frecuencias agudas,
patrón que suele presentarse aproximadamente a los 50 años de edad, sin
embargo, entre los 65 y los 70 años, los adultos mayores acuden al médico
por dificultades para discriminar palabras (regresión fonémica) y excesiva
molestia ante el ruido a altas intensidades (reclutamiento), a su vez, indican
que esto les dificulta aún más descifrar los mensajes entregados vía oral.
Un cuarto síntoma factible de presentarse es el tinnitus o acúfeno, que
implican la sensación de pitido o zumbido en el oído, tanto unilateral como
bilateralmente. En el caso de los adultos mayores suele aparecer con mayor
frecuencia de manera bilateral, al igual que la pérdida auditiva.
Sintomatología
Según Virole (1996) (8), los síntomas de este padecimiento son:
1. Disminución de la inteligibilidad del habla
2. Baja tolerancia a la reverberación del sonido
3. Dificultades para extraer la señal hablada del ruido de fondo
4. Dificultades de comprensión del habla cuando el interlocutor comunica
de forma rápida
5. Alteraciones en la comunicación interpersonal (tendencia al aislamiento)
25
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
6. Disfunción en el estado de alerta
7. Dificultad en el acceso a la información incidental
8. Alteraciones de la voz

Reducción de la extensión vocal

Deficiente control de la intensidad

Aparición de temblor

Pobreza de armónicos

Timbre contraído

Voz nasalizada

Alteración en la coordinación fonorrespiratoria
9. Cierta predisposición a presentar

Acúfenos

Alteración en el órgano del equilibrio (vértigos)

Estado depresivo (soledad, introversión)
3.7. Impacto Social de la Presbiacusia
Con el aumento en la esperanza de vida, cada día son más los adultos
mayores que desean mantenerse activos e integrados socialmente. Por esta
razón aparece la inquietud de muchas personas al presentar problemas
auditivos y la consecuente consulta médica para adquirir información sobre
este problema y una posible solución.
Los adultos mayores, en su mayoría, van a consultar cuando presentan
dificultades en la discriminación del lenguaje, pues es un factor de suma
importancia a la hora de relacionarse con las demás personas.
Cabe destacar que buena parte de las personas de tercera edad que no
consulta o no recibe la información suficiente sobre este tema probablemente
no recibirá la ayuda necesaria, en este caso adaptación protésica, y por ende
tenderá a aislarse del entorno, situación que puede derivar en otras
consecuencias, como alteraciones del estado de ánimo y sensación de
soledad, efectos que pueden ser absolutamente evitables teniendo el apoyo y
el abordaje terapéutico adecuados. A esto se agrega que la falta de
26
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
estimulación por no adaptar aparatos de ayuda auditiva al adulto mayor puede
llegar a resultar en tener aún peor audición.
3.8. Evaluación
El examen auditivo por excelencia para determinar la presencia y
caracterizar la presbiacusia es la audiometría tonal. Lo más frecuente de
observar en esta prueba es una hipoacusia sensorioneural de perfil
descendente, es decir, con mayor pérdida auditiva en frecuencias agudas y
de severidad variable de acuerdo con el tiempo de evolución y características
médicas del paciente.
Por otra parte, se evalúa también la capacidad de discriminación de la
palabra, idealmente a través de una logoaudiometría, la que probablemente
corroborará la dificultad para entender conversaciones aún con pérdidas
auditivas leves o moderadas. La curva de esta prueba, que evalúa umbral de
inteligibilidad; umbral de máxima discriminación verbal y umbral de detección
de la voz, tiende a verse en forma de campana, con máxima discriminación
del habla a intensidades superiores al umbral auditivo, pero empeorando a
intensidades muy elevadas por los fenómenos de reclutamiento y regresión
fonémica.
La evaluación audiométrica se completará con pruebas supraliminares,
que van a determinar la presencia de reclutamiento o de fatiga auditiva, según
la estructura más afectada en el caso de las hipoacusias sensorioneurales.
Para el caso de reclutamiento, la evaluación puede complementarse también
con el reflejo estapedial impedanciométrico.
3.9. Tratamiento
No existe solución terapéutica o quirúrgica definitiva para esta condición,
sin embargo se postula una serie de recomendaciones que permiten al adulto
mayor desempeñarse más fácilmente en su vida diaria aún teniendo pérdida
auditiva y que se dividen en dos corrientes:
27
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
En primer lugar el tratamiento médico farmacológico, con la indicación
de vitaminas A, C y del complejo B, dihidroergotina, dihidroergocristina,
piracetan, nicardipino, nimodipino, etc., los cuales pretenden enlentecer la
isquemia tisular, pero cuya eficacia no está comprobada.
En segundo lugar y lo más eficaz hasta el momento es la utilización de
audífono, que busca amplificar los sonidos del ambiente, principalmente los
del habla y minimizar otras molestias como el tinnitus Esta medida se puede
complementar con el aprendizaje de lectura labio facial, con la que el sujeto
podrá obtener información sobre el lenguaje a través del canal visual.
4. PATOLOGÍAS ASOCIADAS AL ENVEJECIMIENTO QUE AUMENTARÍAN
LA PÉRDIDA AUDITIVA: HIPERTENSIÓN ARTERIAL Y DIABETES
MELLITUS
4.1. Hipertensión Arterial
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define Hipertensión Arterial
(HTA) como la elevación persistente de la tensión arterial, apareciendo
valores superiores a 140 mmHg. de presión sistólica y superiores a 90 mmHg.
de presión diastólica.
En la mayoría de los países, cerca de un 30% de la población tiene
presión arterial alta, lo que es fácilmente evitable y reversible al incrementar
los niveles de actividad física, manteniendo un peso adecuado y aumentando
la ingesta de productos como frutas y verduras (3). Los niveles de presión, en
ausencia de estos factores preventivos, aumentan progresivamente con la
edad, acrecentando de igual forma el riesgo de padecer otras patologías.
La Hipertensión Arterial es la enfermedad crónica más frecuente en
Chile y primera causa de consulta en el nivel primario de atención. Además,
es el factor de riesgo más importante de enfermedades cardiovasculares,
cerebrovasculares y renales. Lo que preocupa aún más dentro de la población
28
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
adulta mayor, pues la posibilidad de sufrir accidentes cerebrovasculares es
tres veces mayor que en sujetos normotensos del mismo grupo etario.
Entre un 15% y un 30% de la población de
adultos padece esta
condición (6,12), mientras que la cifra aumenta a un 45% en mayores de 65
años (6), siendo más frecuente en hombres que en mujeres hasta los 55 años
y ligeramente más común en mujeres postmenopáusicas (10). Además, la
Hipertensión Arterial contribuye en un 12,7% a la mortalidad total mundial y en
un 4,4% a la discapacidad (12).
Se distinguen dos tipos de hipertensión arterial, según su origen. La
hipertensión primaria o idiopática es aquella cuya causa es desconocida y no
puede ser explicada por otra condición. Este tipo constituye el 95% de los
casos y se postula que se debe a una alteración poligénica multifactorial,
donde influye la interacción de diversos genes entre sí y de estos mismos con
el medio ambiente. Por otra parte, la hipertensión secundaria recibe este
nombre debido a la existencia de una causa subyacente que la explica, pero
sólo entre un 5 y un 10% de los casos de hipertensión pertenecen a este
grupo (10).
Para diagnosticar esta patología, se debe evaluar y encontrar en tres
ocasiones distintas los valores de tensión arterial por sobre lo normal. Lo que
dificulta el diagnóstico de esta patología es el hecho de ser asintomática, es
decir, no existen manifestaciones físicas que alerten sobre su presencia, sin
embargo, algunas personas con presión muy elevada advierten sensaciones
como cefalea, tinnitus o taquicardia.
En personas mayores de 65 años se debe considerar ciertos factores,
como la posibilidad de presentar pseudohipertensión, condición dada por
cierta rigidez arterial que confunde al examinador; también existe variabilidad
en las cifras de presión arterial; las repercusiones a nivel orgánico suelen no
concordar con el nivel de HTA que padecen y la respuesta al tratamiento con
fármacos antihipertensivos puede no provocar cambios o incluso producir un
29
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
estado de hipotensión. Por lo tanto, en estos casos es primordial una
evaluación clínica exhaustiva (11).
El tratamiento de esta enfermedad consiste fundamentalmente en
cambiar una serie de hábitos, como aumentar la actividad física, bajar de
peso, disminuir el consumo de alcohol y tabaco e incrementar la ingesta de
potasio. Para casos más severos, en los que existen más factores de riesgo
cardiovascular o daño orgánico, se recomienda el tratamiento farmacológico
con medicamentos hipotensores del tipo diuréticos, β- bloqueadores,
inhibidores de enzima convertidora (ECA), bloqueadores α- adrenérgicos y
bloqueadores de canales de calcio (11).
4.2. Diabetes Mellitus
La Diabetes Mellitus (DM) es una enfermedad crónica caracterizada por
elevar los niveles de azúcar en la sangre (hiperglicemia), producida por la
alteración en la utilización de insulina, hormona producida en el páncreas y
encargada de regular los niveles de azúcar transportando la glucosa desde el
torrente sanguíneo hacia músculos, grasa y tejido hepático para ser utilizada
como energía (13). La Diabetes se produce cuando el páncreas no produce
suficiente insulina, cuando hay resistencia a la misma o ambos. El aumento
de azúcar en la sangre puede, con el tiempo, dañar órganos y sistemas.
Existen distintos tipos de Diabetes, los tres más importantes son:
Diabetes
tipo
1
o
insulinodependiente,
Diabetes
tipo
2
o
no
insulinodependiente y Diabetes Gestacional.

Diabetes Tipo 1: Su inicio es durante la infancia o juventud y se debe a
una deficiencia en la producción de insulina, por lo cual, el individuo que
la padece requiere la administración diaria de la hormona para su
supervivencia. Su causa es desconocida y por lo mismo, su prevención
no es posible en la actualidad (3).

Diabetes Tipo 2: Se da principalmente por una inefectiva utilización de la
insulina (3). Se distinguen dos subtipos, aquel en que predomina la
30
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
resistencia a la insulina y otro en el cual hay un defecto en la secreción
de la hormona.

Diabetes Gestacional: Es una trastorno en el metabolismo de glucosa
que aparece durante el embarazo, por lo que se debe diferenciar de las
pacientes diabéticas que quedan embarazadas. Esta enfermedad puede
durar lo que el embarazo o persistir y el tratamiento con insulina es
variable.
El año 2000, el número de personas que padecían de Diabetes en
América era 55 millones, cifra que se estima aumentará a 83 millones. En
Chile, entre los años 2003 y 2010, la población afectada por esta enfermedad
aumentó en casi un 50% (3).
A nivel mundial, el 90% de los casos corresponde a Diabetes Mellitus
tipo 2, situación condicionada fundamentalmente por el aumento del
sedentarismo y sobrepeso en la población (3). Si bien puede diagnosticarse a
cualquier edad, es más frecuente a partir de los 40 años (14) y su prevalencia
aumenta con la edad, llegando hasta un 50% de casos en mayores de 80
años (6). Además, mientras otras condiciones comunes en edades
avanzadas, como la hipertensión la hipercolesterolemia y los índices de
mortalidad por enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares están
disminuyendo, la prevalencia de diabetes se mantiene alta y parece seguir
aumentando en la población adulta mayor (16).
La DM2 es un síndrome metabólico multisistémico de carácter crónico,
en el cual, no hay suficiente tejido respondiendo a la acción e la insulina
(insulinoresistencia) y/o la secreción pancreática de insulina no es buena.
Durante exámenes de rutina es posible detectar la presencia de hiperglicemia,
luego, con los años, se desarrollan otras complicaciones más severas como
alteraciones en los ojos, neuropatía periférica, dificultades renales y
enfermedad cardiovascular (14). En consecuencia, la DM2 irá acompañada
de una serie de complicaciones de índole vascular, neurológica y psicológica,
a las que se puede agregar alteraciones cognitivas, como demencia (16).
31
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Los factores de riesgo para esta enfermedad incluyen tener historia
familiar de diabetes, obesidad, estilo de vida sedentario, hipertensión y la
edad avanzada, entre otros.
Para el tratamiento de la DM2 se mantiene un monitoreo constante del
estado de ciertos órganos más vulnerables, como piel, ojos y extremidades, y
de los niveles de azúcar en la sangre. De ser necesario se indican fármacos
antidiabéticos o insulina. En el caso de los adultos mayores, se debe tener
consideraciones especiales a la hora de indicar un tratamiento, como la
posible comorbilidad con otras afecciones, polifarmacia, insuficiencia renal,
alteraciones visuales o cognitivas (15), factores que pueden interferir con los
resultados esperados del tratamiento o con el control en la administración de
medicamentos.
4.3. Relación entre Hipertensión Arterial, Diabetes Mellitus y Pérdida Auditiva
Diversos estudios y la práctica clínica diaria en todo el mundo señalan
que existe una serie de consecuencias relacionadas con la Hipertensión
Arterial y la Diabetes Mellitus que impactan al organismo en general y a
ciertos órganos en particular, poniendo hincapié en aquellos efectos que
aumentan la mortalidad o producen altos índices de discapacidad. Sin
embargo, actualmente resulta importante también la investigación acerca de
la relación entre estas patologías y ciertos efectos sobre órganos sensoriales,
como el ojo y el oído.
Para el caso puntual del sistema auditivo, es bien sabido que el
envejecimiento producirá un deterioro progresivo del mismo, la antes
mencionada presbiacusia, pero existen también otros factores que pueden
aumentar o acelerar la pérdida auditiva, como el ruido, inhalación o ingesta de
sustancias o medicamentos ototóxicos, infecciones, traumas y patologías
circulatorias o metabólicas. Siendo estas últimas patologías bastante
frecuentes en edades avanzadas, por lo que cabe estudiar sus efectos sobre
el sistema auditivo del adulto mayor.
32
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Se postula en algunos estudios, que la hipoacusia sensorioneural que
aparece en individuos de mayor edad se relaciona con una insuficiencia
microcirculatoria
derivada
de
una
oclusión
vascular
por
embolia,
vasoespasmo o hemorragia y que éstos, a su vez, serían consecuencia de un
síndrome de hiperviscosidad o microangiopatía por diabetes o hipertensión
arterial, con lo que la hipertensión podría, a través de esos factores
histopatológicos, provocar pérdida de audición sensorioneural (17). Son
diversos los cambios a nivel auditivo derivados de condiciones como la
hipertensión arterial, pero la principal asociación sería que actuaría como
acelerador de la pérdida auditiva y en mayor medida en sujetos ancianos.
Todas las células vivas del cuerpo necesitan de un aporte de oxígeno y
nutrientes para mantenerse funcionando, lo que depende de la integridad
estructural y funcional del sistema cardiovascular (18) y la hipertensión arterial
va en gran medida a facilitar alteraciones estructurales en vasos sanguíneos y
el corazón (19).
La hipertensión puede llevar a tener hemorragias en el oído interno, lo
que provocaría pérdidas auditivas súbitas o progresivas (19). Por otro lado,
como parte de la misma Hipertensión Arterial, puede darse un aumento de la
viscosidad sanguínea, la que
provocaría una disminución del flujo capilar
hacia el oído, con la consecuente carencia de oxígeno y nutrientes, llevando a
una pérdida auditiva por hipoxia tisular (19) afectando habilidades del sistema
auditivo, el procesamiento de señales acústicas y fomentando la aparición de
tinnitus (18).
La Diabetes Mellitus acarrea consecuencias de carácter metabólico,
vascular y neuropático. Los efectos de la misma en el sistema auditivo
tendrán su origen en dos condiciones frecuentes derivadas de esta patología:
La angiopatía y la neuropatía.
Se denomina angiopatía a la enfermedad que afectará puntualmente a
los vasos sanguíneos, sean estos arterias, venas o capilares. Es una afección
que aparece comúnmente en los casos de diabetes, en cuyo caso,
33
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
compromete pequeñas arterias y capilares de órganos como piel, músculos,
riñón, retina y nervios periféricos (20). El impacto de la angiopatía sobre la
audición puede ser tanto directo, interfiriendo con el aporte de oxígeno y
nutrientes a la cóclea por el difícil transporte a través de las paredes capilares
que se encuentran engrosadas, como indirecto, por la reducción del flujo
vascular debido a que los vasos sanguíneos se han estrechado o a la
degeneración secundaria del nervio auditivo (21).
La neuropatía diabética afectaría al sistema auditivo induciendo una
atrofia del ganglio espiral y provocando la desmienlinización del octavo par.
En estudios con microscopio óptico se han encontrado hallazgos como:
desmielinzación del nervio auditivo por degeneración de la vaina de mielina,
atrofia del ganglio espiral con pérdida de células en espira basal y media y
disminución de fibras nerviosas. Otros estudios han hallado disminución de
células ganglionares en núcleos cocleares ventral y dorsal y pequeñas
pérdidas de células ganglionares en el complejo olivar superior, colículo
inferior y cuerpo geniculado medial (21).
Las opiniones sobre cuál de las dos condiciones, angiopatía o
neuropatía, es más importante en la génesis de síntomas auditivos son
variadas, además de la dificultad que se presenta al tratar de aislar ambas
afecciones para su estudio.
En cuanto la pérdida auditiva que presentarían las personas diabéticas,
parece predominar la aparición de hipoacusia de tipo neurosensorial de
configuración descendente, es decir, con mayor disminución de umbrales en
frecuencias agudas, de instalación gradual y progresiva, muy similar a las
características que presenta la presbiacusia. No obstante, algunos autores
postulan la aparición de pérdida auditiva en tonos medios y graves (20).
En cuanto a la relación, tanto de hipertensión arterial como de Diabetes
Mellitus, con las características y severidad de pérdida auditiva en adultos
mayores parece ser estrecha, sin embargo, actualmente faltan estudios que
ahonden en el tema y la confirmen definitivamente.
34
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
HIPÓTESIS

Los sujetos de la cuarta edad presentan un grado de pérdida mayor que
los individuos de la tercera edad.

Existe relación entre mayor pérdida auditiva y presencia de Hipertensión
Arterial y/o Diabetes Mellitus en la tercera y cuarta edad.
35
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
OBJETIVOS Y VARIABLES
Objetivo General
1.
Describir y analizar la presbiacusia de individuos de tercera y cuarta
edad, con presencia o no de Hipertensión Arterial y Diabetes Mellitus,
bajo control auditivo en Servicio de Otorrinolaringología de un Centro de
Salud de la Región Metropolitana.
Objetivos Específicos
1.1
Determinar y comparar umbrales auditivos en frecuencias 500, 1000,
2000 y 4000 Hz. y Promedio Tonal Puro de dichas frecuencias entre
sujetos de tercera y cuarta edad con presbiacusia.
1.2
Determinar y comparar umbrales auditivos en frecuencias 500, 1000,
2000 y 4000 Hz. y Promedio Tonal Puro de dichas frecuencias entre
sujetos de tercera y cuarta edad con:
1.2.1. Sólo presbiacusia
1.2.2. Presbiacusia e Hipertensión Arterial
1.2.3. Presbiacusia y Diabetes Mellitus tipo 2
1.2.4. Presbiacusia con Hipertensión Arterial y Diabetes Mellitus tipo 2
Variables
-
Edad
-
Presencia de Hipertensión Arterial
-
Presencia de Diabetes Mellitus tipo II
-
Presbiacusia
36
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
METODOLOGÍA
Tipo de diseño
El Estudio a realizar será de tipo no experimental analítico y transversal, con el
cual se pretende explicar el comportamiento de las variables y validar o
rechazar las hipótesis planteadas, mediante la observación del sujeto en
estudio en una única oportunidad.
Grupo en estudio
La investigación se realiza con un grupo de adultos mayores presbiacúsicos
atendidos en el Servicio de Otorrinolaringología de un Centro de Salud en la
Región Metropolitana entre los años 2009 y 2011.
Sujeto de estudio
La muestra a estudiar comprende un total de 240 oídos de personas de edades
entre 65 - 79 años y 80 años y más, clasificados en dos grupos:
Grupos de edad
Total
65- 79 años
80 años y más
Sólo Presbiacusia
30
30
60
Presbiacusia e HTA
30
30
60
Presbiacusia y DM2
30
30
60
con 30
30
60
120
240
Presbiacusia
HTA y DM2
Total
120
37
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Forma de selección de unidades de estudio
Criterios de Inclusión:
-
Ser portadores de presbiacusia
-
La hipoacusia presente será de tipo sensorioneural o mixta
-
El promedio de pérdida auditiva será de al menos 30dB. HL
Criterios de Exclusión:
-
Ausencia de pérdida auditiva
-
Oídos cofóticos
-
Hipoacusias conductivas
-
Presencia de Diabetes Mellitus tipo I, III ó IV
Procedimiento de Obtención de Datos
Para recopilar los datos se utiliza fuentes secundarias: fichas, audiogramas e
historia clínica de pacientes adultos mayores atendidos entre Enero de 2009 y
Diciembre de 2011 en el Servicio de Otorrinolaringología de un Centro de Salud
de la Región Metropolitana.
38
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
ANÁLISIS DE DATOS
La cantidad y distribución de oídos planteada en un principio fue modificada
con el transcurso de la investigación, debido a la diferencia en la presentación
de casos de la población consultada. De acuerdo con los datos encontrados, la
distribución fue la siguiente:
Grupos de edad
65- 79 años
Total Oídos
80 años y más
Sólo Presbiacusia
78
24
102
Presbiacusia e HTA
89
64
153
Presbiacusia y DM2
10
6
16
Presbiacusia
57
24
81
234
118
352
con
HTA y DM2
Total Oídos
Dada la escasa frecuencia de aparición de casos con la condición
“Presbiacusia y DM2” en ambos grupos de edad, los datos encontrados en esa
categoría fueron excluidos. El análisis de datos se realiza con los casos
presentados a continuación:
Grupos de edad
65- 79 años
Total Oídos
80 años y más
Sólo Presbiacusia
78
24
102
Presbiacusia e HTA
89
64
153
Presbiacusia
57
24
81
224
112
336
con
HTA y DM2
Total Oídos
39
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
RESULTADOS
Se estudió un total de 178 personas, de las cuales 104 son
mujeres y 74 son hombres. En la categoría de tercera edad se
encuentran 122 personas, mientras que en la categoría cuarta edad son
56 personas.
Gráfico 1. Distribución por Sexo (n=178)
Distribución por Sexo
42%
Mujeres
58%
Hombres
Gráfico 2. Distribución por Edad (n=178
Distribución por Edad
32%
65 - 79 años
80 y más años
68%
40
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Para el análisis de la muestra según patología se consideraron
solamente las combinaciones Sólo Presbiacusia, Presbiacusia e Hipertensión
Arterial y Presbiacusia con Hipertensión Arterial y Diabetes Mellitus II.
La combinación Presbiacusia y Diabetes Mellitus II no fue posible de
analizar, puesto que no se encontró el mínimo de personas necesarias para el
estudio.
Del total de sujetos (178), 56 (31%) presentaron sólo presbiacusia; 80
(45%), Presbiacusia e Hipertensión Arterial y 42 (24%), Presbiacusia con
Hipertensión Arterial y Diabetes Mellitus II.
De los sujetos de tercera edad (122), 44 (36%) padecían sólo
Presbiacusia; 48 (39%), Presbiacusia e Hipertensión Arterial y 30 (25%),
Presbiacusia con Hipertensión Arterial y Diabetes Mellitus II.
De los sujetos de cuarta edad (56), 12 (22%) tenían sólo Presbiacusia;
32 (57%), Presbiacusia e Hipertensión Arterial y 12 (21%), Presbiacusia con
Hipertensión Arterial y Diabetes Mellitus II.
Gráfico 3. Distribución por Patología (n=178)
Total de Personas
24%
31%
Sólo presbiacusia
Presbiacusia + HTA
Presbiacusia + HTA + DM2
45%
41
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Gráfico 4. Distribución Por Patología en la Tercera Edad (n=122)
Tercera Edad
25%
36%
Sólo presbiacusia
Presbiacusia + HTA
Presbiacusia + HTA + DM2
39%
Gráfico 5. Distribución Por Patología en la Cuarta Edad (n=56)
Cuarta Edad
21%
22%
Sólo presbiacusia
Presbiacusia + HTA
Presbiacusia + HTA + DM2
57%
42
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Tablas por Patología
Tabla 1. Total de Oídos (incluyendo todas las combinaciones diagnósticas)
Frecuencia
500 Hz
1000 Hz
2000 Hz
4000 Hz
PTP
65- 79
10
115
49,95
45
22,57
15
110
52,18
45
21,25
20
115
59,64
60
18,97
20
115
71,83
70
19,02
20
115
61,14
53,75
18,52
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
80 y más
10
95
43,92
45
18,2
5
100
47,36
45
16,28
25
105
56,87
55
13,93
25
120
67,76
65
13,89
30
105
54,29
53,125
13,23
La tabla 1 describe el comportamiento audiométrico del total de oídos de
la muestra, representando en decibeles los valores mínimos, máximos,
promedio, mediana y desviación estándar para las frecuencias 500, 1000, 2000
y 4000 Hz, además del Promedio Tonal Puro, en ambos grupos de edad. Se
observa que para ambos grupos la pérdida auditiva tiende a profundizarse
conforme la altura tonal (en Hertz) aumenta. Al aplicar la prueba de
significación estadística para comparar, en cada frecuencia, ambos grupos de
edad no se encuentra una diferencia estadísticamente significativa entre los
promedios de pérdida auditiva.
43
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Gráfico 4. Pérdida Auditiva Promedio del total de Oídos
Pérdida Auditiva Promedio
Pérdida Promedio (dB)
80
70
60
50
40
Tercera Edad
30
Cuarta Edad
20
10
0
500
1000
2000
4000
Frecuencia (Hz)
El Gráfico 4 muestra el promedio de pérdida auditiva en las frecuencias
500, 1000, 2000 y 4000 Hertz en el total de pacientes presbiacúsicos de la
tercera y la cuarta edad, indicando que para las cuatro frecuencias la pérdida
auditiva es mayor en el caso de pacientes de 65 a 79 años.
44
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Tabla 2. Total de Oídos en Personas Sólo con Presbiacusia
Frecuencia
500 Hz
1000 Hz
2000 Hz
4000 Hz
PTP
65- 79
20
115
55,44
50
25,29
20
110
56,53
55
24,07
20
110
62,5
60
20,46
30
115
74,87
75
19,22
30
105
106,25
58,125
20,31
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
80 y más
20
90
46,66
50
18,09
35
85
51,04
45
13,34
40
90
60,83
55
14,19
50
95
71,87
72,5
13,57
40
90
56,98
55,63
13,48
En la tabla 2, que muestra lo que ocurre en personas que sólo presentan
Presbiacusia, se observa el mismo comportamiento audiométrico que en el
total de oídos, es decir, a mayor altura tonal (en Hertz), peor es el rendimiento
auditivo para ambos grupos de edad.
45
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Gráfico 5. Pérdida Auditiva Promedio en personas sólo con Presbiacusia
Sólo presbiacusia
Pérdida Promedio (dB)
80
70
60
50
40
Tercera Edad
30
Cuarta Edad
20
10
0
500
1000
2000
4000
Frecuencia (Hz)
El Gráfico 5 muestra el promedio de pérdida auditiva en las frecuencias
500, 1000, 2000 y 4000 Hertz en pacientes sólo con Presbiacusia de la tercera
y la cuarta edad. Se observa que para dichas frecuencias el grado de
hipoacusia es mayor en el grupo de tercera edad.
46
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Tabla 3. Total de Oídos en personas con Presbiacusia e Hipertensión Arterial
Frecuencia
500 Hz
1000 Hz
2000 Hz
4000 Hz
PTP
65- 79
15
110
45,05
40
19,69
20
100
48,59
45
18,4
25
115
57,1
55
18,02
20
110
67,58
65
19,2
30
103,75
54,66
51,25
16,58
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
80 y más
10
95
44,45
45
17,64
15
100
47,42
45
16,59
25
105
56,41
55
14,21
25
120
67,42
65
13,18
30
105
53,94
52,5
13,07
En la tabla 3, correspondiente a personas con Presbiacusia + HTA, se
muestran los mismos resultados audiométricos, es decir, la severidad de la
pérdida auditiva aumenta en tonos más agudos.
47
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Gráfico 6. Pérdida Auditiva Promedio en personas con Presbiacusia e HTA
Presbiacusia + HTA
Pérdida Promedio (dB)
80
70
60
50
40
Tercera Edad
30
Cuarta Edad
20
10
0
500
1000
2000
4000
Frecuencia (Hz)
El Gráfico 6 muestra el promedio de pérdida auditiva en las frecuencias
500, 1000, 2000 y 4000 Hertz en pacientes con Presbiacusia e HTA de la
tercera y la cuarta edad. Para las frecuencias estudiadas la diferencia de
pérdida auditiva entre ambos grupos de edad fue mínima.
48
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Tabla 4. Total de Oídos en personas con Presbiacusia, Hipertensión Arterial y
Diabetes Mellitus
Frecuencia
500 Hz
1000 Hz
2000 Hz
4000 Hz
PTP
65- 79
10
100
50,08
50
21,43
15
100
51,84
50
20,58
25
105
59,74
60
18,03
35
115
74,29
70
17,51
31,25
98,75
58,99
55
17,96
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
Mínimo
Máximo
Promedio
Mediana
DS
80 y más
10
75
39,8
37,5
19,8
5
70
43,54
45
17,84
30
70
54,16
60
12,56
40
95
64,58
65
15,59
30
73,75
51,51
53,75
13,4
En la tabla 4, correspondiente a personas con Presbiacusia + HTA +
DM2 se observa el mismo resultado que en las tablas anteriores.
49
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Gráfico 7. Pérdida Auditiva Promedio en personas con Presbiacusia, HTA y
DM2
Presbiacusia + HTA + DM2
Pérdida Promedio (dB)
80
70
60
50
40
Tercera Edad
30
Cuarta Edad
20
10
0
500
1000
2000
4000
Frecuencia (Hz)
El Gráfico 7 muestra el promedio de pérdida auditiva en las frecuencias
500, 1000, 2000 y 4000 Hertz en pacientes con Presbiacusia, HTA y DM2 de la
tercera y la cuarta edad, mostrando una vez más que el grupo de tercera edad
presenta mayor pérdida de la audición.
50
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Tablas por Frecuencia
Tabla 5. Pérdida Auditiva Promedio en Frecuencia 500 Hz.
80 años y
más
65- 79 años
Promedio
n
Promedio
n
t Calc.
t Crítico
Sig.
Estad.
Sólo Presbiacusia
55,45
78
46,66
24
1.56
1.984
No
45,06
89
44,45
64
0.16
1.984
No
50,08
57
224
39,8
24
112
2.02
1.99
Sí *
Presbiacusia + HTA
Presbiacusia + HTA + DM2
Total
* p< 0.05
En la tabla 5 se observa que el promedio de pérdida auditiva en todas
las combinaciones de enfermedad (sólo presbiacusia; presbiacusia + HTA;
presbiacusia + HTA + DM2) es mayor para el grupo de tercera edad.
El grupo con Hipertensión Arterial, en ambas grupos de edad no muestra
mayor pérdida auditiva que el grupo sin Hipertensión Arterial.
El grupo de tercera edad que además presenta Diabetes Mellitus II
muestra un ligero aumento en la severidad de la pérdida auditiva comparado
con el grupo con Hipertensión Arterial. Sin embargo, el grupo que presenta sólo
presbiacusia muestra mayor pérdida auditiva que los otros dos grupos.
Para la cuarta edad, el grupo sólo con presbiacusia es el que presenta
mayor pérdida auditiva, mientras que el grupo con Hipertensión Arterial y
Diabetes Mellitus II es el que presenta menor profundidad de hipoacusia.
Al comparar la tercera edad, vale decir, sujetos entre las edades de 65 a
79 años con la cuarta edad, sujetos con 80 años o más con presbiacusia
solamente, presbiacusia e Hipertensión Arterial y presbiacusia, Hipertensión
Arterial y Diabetes Mellitus tipo 2, se encontró que el promedio de pérdida
auditiva es significativamente mayor en la tercera edad. (p< 0.05)
51
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Gráfico 8. Pérdida Auditiva promedio en Frecuencia 500 Hz.
Pérdida Promedio (dB)
500 Hz
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Tercera Edad
Cuarta Edad
Sólo Presbiacusia
Presbiacusia +
HTA
Patología
52
Presbiacusia+HTA
+DM2
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Tabla 6. Pérdida Auditiva Promedio en Frecuencia 1000 Hz.
80 años y
más
65- 79 años
Promedio
n
Promedio
n
t Calc.
t Crítico
Sig.
Estad.
Sólo Presbiacusia
56,54
78
51,04
24
1.06
1.984
No
48,6
89
47,42
64
0.41
1.984
No
51,84
57
224
43,54
24
112
1.73
1.99
No
Presbiacusia + HTA
Presbiacusia + HTA + DM2
Total
La tabla 6 muestra que para todas las combinaciones diagnósticas la
pérdida auditiva promedio es superior en el grupo de 65 a 79 años, sin ser esta
diferencia estadísticamente significativa. En relación a las diferentes patologías,
nuevamente se observa que el mayor grado de hipoacusia se encontró en el
grupo sólo con presbiacusia.
Gráfico 9. Pérdida Auditiva promedio en Frecuencia 1000 Hz
Pérdida Promedio (dB)
1000 Hz
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Tercera Edad
Cuarta Edad
Sólo Presbiacusia
Presbiacusia +
HTA
Patología
53
Presbiacusia+HTA
+DM2
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Tabla 7. Pérdida Auditiva Promedio en Frecuencia 2000 Hz.
80 años y
más
65- 79 años
Promedio
n
Promedio
n
t Calc.
t Crítico
Sig.
Estad.
Sólo Presbiacusia
62,5
78
60,83
24
0.37
1.984
No
57,08
89
56,41
64
0.02
1.984
No
59,73
57
224
54,16
24
112
1.39
1.99
No
Presbiacusia + HTA
Presbiacusia + HTA + DM2
Total
En la tabla 7, al comparar ambos grupos de edad, se observa una mayor
pérdida auditiva en la categoría de tercera edad, sujetos entre 65 y 79 años, sin
ser esta diferencia estadísticamente significativa. Además, el grupo sólo con
presbiacusia fue el que presentó la mayor pérdida auditiva en ambos grupos de
edad.
Gráfico 10. Pérdida Auditiva Promedio en Frecuencia 2000 Hz.
Pérdida Promedio (dB)
2000 Hz
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Tercera Edad
Cuarta Edad
Sólo Presbiacusia
Presbiacusia +
HTA
Patología
54
Presbiacusia+HTA
+DM2
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Tabla 8. Pérdida Auditiva Promedio en Frecuencia 4000 Hz.
80 años y
más
65- 79 años
Promedio
n
Promedio
n
t Calc.
Sig.
t Crítico Estad.
Sólo Presbiacusia
74,88
78
71,88
24
0.16
1.984
No
67,58
89
67,42
64
0.06
1.984
No
74,29
57
224
64,58
24
112
2.36
1.99
Sí *
Presbiacusia + HTA
Presbiacusia + HTA + DM2
Total
* p< 0.05
En la tabla 8 se muestra que el comportamiento de la muestra es similar
al observado en las frecuencias anteriores, es decir, la tercera edad presenta
mayor pérdida auditiva que la cuarta edad en todas las combinaciones de
enfermedad, sin ser esta diferencia estadísticamente significativa excepto en el
caso de presbiacusia + HTA +DM2. (p< 0.05).
La mayor pérdida auditiva fue hallada en el grupo sólo con presbiacusia
para ambos grupos de edad.
Gráfico 11. Pérdida Auditiva Promedio en Frecuencia 4000 Hz.
Pérdida Promedio (dB)
4000 Hz
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Tercera Edad
Cuarta Edad
Sólo Presbiacusia
Presbiacusia +
HTA
Patología
55
Presbiacusia+HTA
+DM2
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Tabla 9. Pérdida Auditiva Promedio en Promedio Tonal Puro (PTP)
80 años y
más
65- 79 años
Promedio
n
Promedio
n
t Calc.
t Crítico
Sig.
Estad.
Sólo Presbiacusia
62,34
78
56,98
24
0.38
1.984
No
54,66
89
53,95
64
0.29
1.984
No
58,99
57
224
51,51
24
112
1.84
1.99
No
Presbiacusia + HTA
Presbiacusia + HTA + DM2
Total
En la tabla 9 se observa que para ambos grupos de edad, con diferentes
combinaciones de patología, el grado de hipoacusia es mayor en el grupo de
tercera edad, sin ser esta diferencia estadísticamente significativa.
En cuanto a las patologías de ambas categorías de edad, se repite la
condición de mayor grado de hipoacusia en el grupo sólo con Presbiacusia.
Gráfico 5. Pérdida auditiva promedio de PTP en sujetos de la tercera y la cuarta
edad
Pérdida Promedio (dB)
PTP
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Tercera Edad
Cuarta Edad
Sólo Presbiacusia
Presbiacusia +
HTA
Patología
56
Presbiacusia+HTA
+DM2
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
DISCUSIÓN
Estudios a nivel mundial sugieren que cerca de un 25% de las
personas con edades comprendidas entre 65 y 75 años sufrirían
alteraciones auditivas relacionadas con la edad, aumentando a un 40% en
sujetos mayores de 75 años.
En Chile la Encuesta Nacional de Salud estima que el 76 – 79,7%
de los sujetos mayores de 65 años presentarían algún tipo de pérdida
auditiva, cifra que aumentaría en un 90% en sujetos mayores de 80 años
de edad.
En base a esta información se propone la primera hipótesis de este
estudio, pues la bibliografía consultada apunta a un aumento en la pérdida
auditiva conforme la edad de la persona también se eleva.
Por otra parte, la prevalencia para las enfermedades descritas en
esta investigación en nuestro país son un 45% de Hipertensión Arterial en
mayores de 65 años y un 15,4% de Diabetes Mellitus tipo 2,
encontrándose cierta relación entre ambas, pues el 20 % de las personas
hipertensas son también diabéticas y entre un 40 y un 60% de las personas
diabéticas tienen hipertensión.
En el presente estudio, el volumen de personas de cuarta edad fue
significativamente inferior al de personas de tercera edad, situación que
puede explicarse por el mayor índice de mortalidad en sujetos de 80 años y
más.
Otra condición visible en esta investigación es que
la mayor
concentración de sujetos se encuentra en los grupos con Hipertensión
Arterial de ambas categorías de edad, lo que muestra la gran prevalencia
de esta patología en adultos mayores. En el caso de Diabetes Mellitus tipo
2, la cantidad de personas que la padecían en forma aislada fue mínima,
razón por la cual los grupos propuestos para analizar en esta investigación
fueron eliminados. Esta situación puede explicarse por la relación que
57
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
existe entre ambas enfermedades, pero además, la literatura revisada
sugiere que el índice de mortalidad aumenta en gran medida con la
presencia Diabetes Mellitus.
La literatura internacional propone la existencia de una directa
relación entre el diagnóstico de patologías como la Hipertensión Arterial y
la Diabetes Mellitus y la afectación de algunos órganos del cuerpo, entre
ellos el oído. Dada el alto índice de aparición de estas enfermedades en
adultos mayores y la probabilidad de estos individuos de padecer además
presbiacusia, podría esperarse que el impacto de ambas enfermedades
sobre el sistema auditivo fuera significativo.
La información encontrada en el estudio de Meneses et al (17)
postula que la hipoacusia neurosensorial, presente en adultos mayores, se
corresponde con una insuficiencia microcirculatoria, la cual sería una
consecuencia directa de un síndrome de hiperviscosidad por Diabetes
Mellitus o Hipertensión Arterial. A su vez, este último, actuaría como
acelerador del deterioro auditivo principalmente en sujetos de mayor edad.
Otra de las consecuencias que conlleva la hipertensión sería, según
trata el estudio de De Moraes y cols. (19), es provocar alteraciones de
carácter súbito o progresivo. Mientras que la Diabetes Mellitus podría
afectar al oído mediante mecanismos patológicos relacionados con
angiopatías y neuropatías, descritos brevemente en el trabajo de
Hernandes y Lorena (21).
De estas investigaciones se desprende la segunda hipótesis de este
seminario, pues éstas indican que las patologías mencionadas provocarían
cambios en el sistema auditivo, ya sea acelerando la aparición de
hipoacusia, o bien incrementando su grado de severidad en sujetos de la
tercera y la cuarta edad.
La revisión de información clínica de adultos mayores atendidos en
el Servicio de Salud mencionado, se basó principalmente en buscar datos
sobre la presencia de Hipertensión Arterial y Diabetes Mellitus tipo II,
58
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
descartando de la muestra utilizada para este estudio a personas
portadoras de otras patologías o condiciones que pudieran alterar su
rendimiento auditivo, como uso de medicamentos ototóxicos, exposición a
ruido ocupacional o presencia de enfermedades graves como cáncer. Sin
embargo, el método utilizado para recopilar dicha información no fue del
todo fidedigno, pues se encontró bases de datos incompletas por diversos
motivos. El estudio se realizó apegándose a los datos más fieles
encontrados.
A partir de esta revisión y selección se procedió a realizar el análisis
de evaluación audiométrica, el cual incluía, en la mayoría de los casos,
referencias sobre el desempeño en umbrales tonales, rendimiento en
pruebas de
discriminación de
la
palabra,
pruebas supraliminares
(particularmente LDL) y presencia o ausencia de tinnitus.
En relación a las características audiológicas de la muestra,
mediante la revisión realizada fue posible comprobar que, para estos
rangos de edad, el tipo y severidad de pérdida auditiva se condice con el
propuesto por la literatura, pues en la gran mayoría de los casos la
hipoacusia era de tipo sensorioneural, de predominio sensorial, con
presencia de reclutamiento (prueba de LDL positiva), con dificultad en
discriminación del lenguaje, de perfil descendente y simétrica. Sólo algunos
casos presentaban audiogramas con distinta configuración, lo que se debió
además a que se consideró dentro del estudio a individuos con hipoacusias
mixtas.
Pese al estricto recorte de sujetos por las características de la
información obtenida, se logra obtener una cantidad importante de
personas para realizar el análisis propuesto y cumplir los objetivos de la
investigación.
59
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
CONCLUSIONES
Del presente estudio se puede concluir que, en la muestra
observada, no se da una relación estrecha entre la presencia de
Hipertensión Arterial o de Hipertensión Arterial y Diabetes Mellitus con el
grado de severidad de la pérdida de audición en individuos de la tercera y
la cuarta edad, dado que en ninguno de los grupos de edad se pudo
apreciar niveles mayores de pérdida auditiva cuando se presentaba junto
con dichas enfermedades. Se propone para un estudio posterior, la
búsqueda de sujetos portadores de Presbiacusia y Diabetes Mellitus tipo II
en forma aislada para efectuar la investigación de este grupo en particular
que no pudo realizarse en este seminario.
En cuanto a la búsqueda de variación entre los grupos de edad, se
logra encontrar una diferencia entre el desempeño auditivo de ambos, pero
ésta no resulta estadísticamente significativa, excepto en los casos que
comparaban el rendimiento en frecuencia 500 Hz. y 4000 Hz. entre los
grupos de tercera y cuarta edad y siendo éstos portadores de Hipertensión
Arterial y Diabetes Mellitus II. No obstante, las características de esta
diferencia en todas las combinaciones diagnósticas y en todas las
frecuencias estudiadas, incluyendo el Promedio Tonal Puro, indica una
mayor pérdida auditiva en individuos de tercera edad, escenario que refuta
la primera hipótesis, pues era esperable que se diera una mayor pérdida de
la audición, mientras más avanzada fuera la edad de la persona. En
relación a este hallazgo se puede comentar que, si bien la respuesta
encontrada no fue la esperada, para la realización de este estudio se
toman dos cortes de muestra para el posterior análisis, cuando la situación
ideal para hacer una evaluación de este tipo es obtener información de un
mismo individuo a través de los años y con eso determinar cuánto
disminuye su capacidad auditiva. Lógicamente para este tipo de
investigación no es posible realizar el seguimiento de la muestra para
observar su comportamiento.
60
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Por otra parte, los individuos expuestos a una o más de las
patologías nombradas con anterioridad no presentaban niveles mayores
de pérdida, sino que los niveles alcanzados quedaban por debajo de los
individuos que no las presentaban, es decir, sujetos ubicados en la
categoría “sólo Presbiacusia”, presentaban umbrales auditivos mayores
que los sujetos clasificados en el grupo “Presbiacusia e Hipertensión
Arterial” y “Presbiacusia, Hipertensión Arterial y Diabetes Mellitus tipo II”.
Con esta afirmación podemos descartar también la segunda hipótesis, que
planteaba exactamente lo opuesto. Sobre esta situación, podemos
expresar que la bibliografía utilizada y las anteriores investigaciones con
respecto a este tema que se consultaron no logran entregar resultados
clínicamente concluyentes en cuanto a si el grado de pérdida auditiva es
mayor en sujetos que padecen ambas o alguna de las enfermedades,
además es complejo determinar si la pérdida auditiva que presenta un
individuo es producto de la patología o resultado del transcurso del tiempo,
pues
en
ambos
casos
la
configuración
audiométrica
sería
de
características similares. Cabe exponer que resultaría interesante una
investigación sobre la influencia de este tipo de enfermedades en la
progresión de la pérdida auditiva y si suponen alteraciones importantes en
otros terrenos frecuenciales, como tonos graves y medios.
61
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
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64
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
ANEXOS
Anexo I: Planillas para Recolección de Datos
La información obtenida de Fichas Clínicas y Audiometrías se agrupó en tablas
para su posterior análisis. Las características observadas fueron Promedios
Tonales Puros aéreos y óseos, Discriminación auditiva, Rendimiento en prueba
de LDL y Presencia/Ausencia de Tinnitus. Todos los parámetros se estudiaron
en ambos grupos de edad y todas las combinaciones diagnósticas.
Tercera Edad Sin Hipertensión Arterial- Sin Diabetes Mellitus
Nombre
PTP Aéreos
PTP Óseos
Discriminación
Auditiva (%- dB)
OD
OD
OD
OI
OI
LDL
Tinnitus
LDL
Tinnitus
OI
1
2
3
4
Cuarta Edad Sin Hipertensión Arterial- Sin Diabetes Mellitus
Nombre
PTP Aéreos
PTP Óseos
Discriminación
Auditiva (%- dB)
OD
OD
OD
OI
OI
OI
1
2
3
4
Tercera Edad Con Hipertensión Arterial – Sin Diabetes Mellitus
Nombre
PTP Aéreos
PTP Óseos
Discriminación
Auditiva (%- dB)
OD
OD
OD
OI
OI
1
2
3
4
65
OI
LDL
Tinnitus
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Cuarta Edad Con Hipertensión Arterial- Sin Diabetes Mellitus
Nombre
PTP Aéreos
PTP Óseos
Discriminación
Auditiva (%- dB)
OD
OD
OD
OI
OI
LDL
Tinnitus
OI
1
2
3
4
Tercera Edad Con Hipertensión Arterial- Con Diabetes Mellitus
Nombre
PTP Aéreos
PTP Óseos
Discriminación
Auditiva (%- dB)
OD
OD
OD
OI
OI
LDL
Tinnitus
LDL
Tinnitus
OI
1
2
3
4
Cuarta Edad Con Hipertensión Arterial- Con Diabetes Mellitus
Nombre
PTP Aéreos
PTP Óseos
Discriminación
Auditiva (%- dB)
OD
OD
OD
OI
OI
1
2
3
4
66
OI
Relación entre Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial y Pérdida Auditiva en sujetos de
la Tercera y Cuarta edad
Tercera Edad Sin Hipertensión Arterial- Con Diabetes Mellitus
Nombre
PTP Aéreos
PTP Óseos
Discriminación
Auditiva (%- dB)
OD
OD
OD
OI
OI
LDL
Tinnitus
LDL
Tinnitus
OI
1
2
3
4
Cuarta Edad Sin Hipertensión Arterial- Con Diabetes Mellitus
Nombre
PTP Aéreos
PTP Óseos
Discriminación
Auditiva (%- dB)
OD
OD
OD
OI
OI
1
2
3
4
67
OI
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